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XVII Congreso Nacional de Filosofía Asociación Filosófica de la República Argentina Presentación de Simposio: Cosmología, religión y política en las culturas medievales Coordinadora Valeria A. BUFFON (UNL-UBA-CONICET) Abstract: Las culturas de la Edad Media se caracterizan por tener una marcada coherencia entre diversas facetas de sus sistemas de pensamiento. Por lo tanto, los dogmas o creencias religiosas no sólo pueden sustentar sus sistemas políticos sino que todo tiene una estrecha relación con el sistema del mundo. Una cosmovisión tan compleja sufre muy fácilmente de complicaciones en su coherencia ante diversos factores como la adición de nuevos elementos. En este simposio intentamos ver cómo elementos de los tres ejes interactúan teniendo en cuenta que no siempre la cultura estudiada considera las mismas distinciones que nuestro análisis le impone. Ponencias en orden cronológico: Juan Carlos ALBY (UNL-UCSF): El significado cósmico de la cruz en la literatura cristiana primitiva. Abstract: Los abundantes testimonios de la literatura cristiana arcaica permiten comprobar que la señal de la cruz tuvo su origen en los gestos rituales practicados entre los judeocristianos, quienes a su vez la tomaron de la antigua teología judía del Nombre, con la consiguiente transposición cristiana del “Nombre de Yahvé” al “Nombre de Jesús”. En los orígenes del cristianismo el signo de la cruz se relacionaba con la letra tav, la última del alefato hebreo, que aludía al Nombre y poder divinos. Esta vinculación dio lugar a especulaciones aritmológicas presentes en textos cristianos proto-ortodoxos y gnósticos que conservaron su significado originario. Resumen ampliado: Uno de los rasgos característicos de la teología judeocristiana consiste en la utilización de ciertos pasajes o expresiones del Antiguo Testamento a los que se le da el nombre de Testimonia. Separados de su ambiente histórico, la metodología de exégesis judeocristiana transforma sus imágenes en categorías míticas con las que expresa sus formulaciones. De este modo, tal recurso se convierte en la argumentación profética de la continuidad entre ambos Testamentos. Las figuras de la cruz constituyen uno de los conjuntos más importantes de testimonios, a la vez que más antiguos, teniendo en cuenta que aparecen ya en el Nuevo Testamento antes de su empleo en la primera literatura judeocristiana. El Evangelio de Lucas contiene la conocida expresión: “El que no lleva su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 27), diferente a la que se lee en Mateo como “El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí” (Mt 10, 38). Es muy probable que con esta fórmula se aluda a la expresión litúrgica del signo de la cruz sobre la frente, uno de los ritos más antiguos

Cosmologia, religion y politica en las sociedades medievales

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Filosofía Medieval

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  • XVII Congreso Nacional de Filosofa

    Asociacin Filosfica de la Repblica Argentina

    Presentacin de Simposio:

    Cosmologa, religin y poltica en las culturas medievales

    Coordinadora Valeria A. BUFFON (UNL-UBA-CONICET)

    Abstract: Las culturas de la Edad Media se caracterizan por tener una marcada coherencia

    entre diversas facetas de sus sistemas de pensamiento. Por lo tanto, los dogmas o creencias

    religiosas no slo pueden sustentar sus sistemas polticos sino que todo tiene una estrecha

    relacin con el sistema del mundo. Una cosmovisin tan compleja sufre muy fcilmente de

    complicaciones en su coherencia ante diversos factores como la adicin de nuevos elementos.

    En este simposio intentamos ver cmo elementos de los tres ejes interactan teniendo en

    cuenta que no siempre la cultura estudiada considera las mismas distinciones que nuestro

    anlisis le impone.

    Ponencias en orden cronolgico:

    Juan Carlos ALBY (UNL-UCSF): El significado csmico de la cruz en la literatura cristiana

    primitiva.

    Abstract: Los abundantes testimonios de la literatura cristiana arcaica permiten comprobar

    que la seal de la cruz tuvo su origen en los gestos rituales practicados entre los

    judeocristianos, quienes a su vez la tomaron de la antigua teologa juda del Nombre, con la

    consiguiente transposicin cristiana del Nombre de Yahv al Nombre de Jess. En los

    orgenes del cristianismo el signo de la cruz se relacionaba con la letra tav, la ltima del

    alefato hebreo, que aluda al Nombre y poder divinos. Esta vinculacin dio lugar a

    especulaciones aritmolgicas presentes en textos cristianos proto-ortodoxos y gnsticos que

    conservaron su significado originario.

    Resumen ampliado: Uno de los rasgos caractersticos de la teologa judeocristiana consiste

    en la utilizacin de ciertos pasajes o expresiones del Antiguo Testamento a los que se le da

    el nombre de Testimonia. Separados de su ambiente histrico, la metodologa de exgesis

    judeocristiana transforma sus imgenes en categoras mticas con las que expresa sus

    formulaciones. De este modo, tal recurso se convierte en la argumentacin proftica de la

    continuidad entre ambos Testamentos. Las figuras de la cruz constituyen uno de los conjuntos

    ms importantes de testimonios, a la vez que ms antiguos, teniendo en cuenta que aparecen

    ya en el Nuevo Testamento antes de su empleo en la primera literatura judeocristiana. El

    Evangelio de Lucas contiene la conocida expresin: El que no lleva su cruz y me sigue, no

    puede ser mi discpulo (Lc 14, 27), diferente a la que se lee en Mateo como El que no toma

    su cruz y me sigue no es digno de m (Mt 10, 38). Es muy probable que con esta frmula se

    aluda a la expresin litrgica del signo de la cruz sobre la frente, uno de los ritos ms antiguos

  • del cristianismo. Los abundantes testimonios de la literatura cristiana arcaica permiten

    comprobar que la seal de la cruz tuvo su origen en los gestos rituales practicados entre los

    judeocristianos, quienes a su vez la tomaron de la antigua teologa juda del Nombre, con la

    consiguiente transposicin cristiana del Nombre de Yahv al Nombre de Jess. En los

    orgenes del cristianismo el signo de la cruz se relacionaba con la letra tav, la ltima del

    alfabeto hebreo, que aluda al Nombre y poder divinos. Esta vinculacin dio lugar a

    numerosas especulaciones aritmolgicas presentes en la Didach y en gnsticos como

    Marcos el Mago o el catequista autor de El Pensamiento de nuestro Gran Poder, como as

    tambin a las continuas referencias al Nombre que trae El Pastor de Hermas. El origen

    semtico del signo lo hizo incomprensible para el ambiente cristiano griego, motivo por el

    cual su impostacin litrgica en el rito bautismal y en el eucarstico, fue asociando el

    significado de la cruz al del patbulo de Cristo hasta que la ascesis cristiana posterior la

    convirti en smbolo de la Pasin. Este olvido de las races veterotestamentarias que los

    judeocristianos supieron reconocer, devino en interpretaciones moralizantes y en una

    valoracin exagerada del dolor por parte del cristianismo latino que se alejan por completo

    de aquella inspiracin originaria. En el Antiguo Testamento, el Nombre (shem) expresa la

    inefable realidad de Yahv en tanto se manifiesta. Cabe preguntarse entonces por qu los

    cristianos llevaban en su frente un signo que refiere a Yahv. Hay que buscar la respuesta en

    el eslabn del judasmo tardo que, en el ambiente apocalptico y esenio experiment un

    desarrollo de la doctrina que conduce a la consideracin del Nombre como una realidad

    distinta del Padre. As se da el paso a la transposicin cristiana en la cual el Nombre de Yahv

    es sustituido por el de Cristo o el Verbo, quien es la manifestacin misma de Dios. Por otra

    parte, la afirmacin segn la cual el Nombre del Hijo de Dios sostiene al mundo entero

    contiene una referencia implcita a la cruz, pero vinculada a la doctrina de la crucifixin

    csmica defendida entre los eclesisticos por Justino e Ireneo, pero principalmente por los

    gnsticos. Justino la remite a Platn, ya que en el siglo segundo la X haba sido asimilada a

    la cruz de Cristo; por lo tanto, al referirse al episodio de la serpiente de bronce levantada por

    Moiss en el desierto, dice: Platn hubo de leer esto, y, no comprendindolo exactamente

    ni entendiendo que se trataba de la figura de la cruz y tomndolo l por la X griega, dijo que

    la potencia que sigue al Dios primero estaba extendida por el universo en forma de X. Entre

    los gnsticos encontramos tambin algunos pasajes significativos. Uno de ellos, el encomio

    de la cruz que aparece en el Martirio de Andrs, contiene una posible referencia a la cruz

    como lmite (hros) del universo valentiniano.

    Otro, la noticia de Hiplito acerca de los discpulos de Marcos el mago, que se vincula

    directamente con lo que haba dicho Platn acerca de que la esfera de las estrellas fijas tiene

    la funcin de frenar (pedn) el movimiento de los planetas. En efecto, los valentinianos

    ubicaron la cruz como lmite entre el Pleroma y el Kenoma, en la frontera que separa lo

    divino de lo infra-divino y la llamaron horos o staurs. Distinguan entre la cruz invisible

    llevada por el Logos hacia el seno del Padre en sostn de la creacin, de la cruz visible

    cargada sobre los hombros de Jess en Jerusaln. La eficacia de la crucifixin terrenal y

    visible depende de la eficacia de la cruz csmica e invisible. Precisamente el verbo bastdsein

  • que aparece en el logion de Lc. 14, 27 y que se traduce por llevar, llevar a cuestas puede

    traducirse tambin por contener (syngnein), como principio de fuerza y unidad, tal como

    lo utiliza Hermas. El carcter propiamente cristiano de la estaurologa gnstica radica en la

    doble eficacia, limitante, depuradora y a la vez cohesiva y confirmatoria de la Iglesia de los

    elegidos. La verdadera eficacia de la cruz se da en la regin de la verdad donde acta como

    horos o lmite. El aspecto doloroso y horrendo de la cruz no tiene lugar en esta

    especulacin cristiana, excepto en el mundo de las sombras por su carcter de sustancia

    imperfecta.

    Pablo QUINTANA (UNL-UBA-ANPCYT-UADER): Poltica y prctica jurdica en al-Andalus,

    siglos IX-X.

    Astract: El Derecho islmico tiene un carcter profundamente religioso. Los alfaques,

    encargados de su elaboracin y puesta en prctica, han sido considerados ms como gente de

    religin que como legisladores. Sin embargo, durante el periodo omeya en al-Andalus, a las

    religiosas sumaron responsabilidades ticas y sociales, manteniendo una estrecha relacin

    con el poder poltico y con la comunidad. Cul fue, entonces, la relacin establecida entre

    Estado y prctica religiosa?, cuestin que analizaremos a partir de la acusacin de hereja a

    un miembro de la familia omeya.

    Resumen Ampliado: El Derecho islmico tiene un carcter netamente religioso. La

    revelacin divina de los musulmanes es el principio supremo que sigue la existencia islmica

    y, por tanto, ninguna institucin es extraa a la vida religiosa. Sobre los alfaques o jueces

    recae la tarea de la construccin del sistema jurdico islmico. Considerados ms como gente

    de religin que como legisladores, han sido el eje sobre el que gira y funciona toda la

    estructura jurdica en el mundo musulmn, pero, adems, han cargado con responsabilidades

    sociales, ticas y religiosas. Por lo dicho, si bien el Derecho islmico gozara de un carcter

    extraestatal, nos preguntamos hasta qu punto las decisiones que poda tomar un alfaqu

    estuvieron condicionadas por la influencia del poder. En otros trminos, centrndonos en el

    caso de al-Andalus durante el periodo omeya, cul fue la relacin entre Estado y prctica

    religiosa durante los siglos IX y X?

    A lo largo de dicho periodo, nos encontramos slo con seis casos en los cuales individuos

    musulmanes fueron acusados de zandaqa, es decir, de apostatas o herejes. Dos de ellos

    condujeron a la pena de muerte, otros dos conllevaron un proceso ante el juez y los dos

    restantes no dieron lugar a proceso. Esta figura jurdica refiere a un tipo de apostasa que no

    manifiesta exteriormente su abandono del Islam y est sujeta al castigo de pena capital, ya

    que dicho delito se asimila a la infidelidad. El zindq es un apostata que oculta su apostasa y

    por lo tanto lo que le caracteriza es su hipocresa, su intento por engaar a los verdaderos

    musulmanes1. Teniendo en cuenta que el Estado islmico es en teora una teocracia, en la que

    1 MARIBEL FIERRO, La heterodoxia en al-Andalus durante el periodo Omeya, 1 edic., Instituto hispano-

    rabe de cultura, Madrid, 1987, pp. 177-186.

  • Dios es la nica fuente de poder y de la ley y el soberano su delegado en la tierra,

    considerando que la fe y el culto islmico son la prueba de la lealtad del creyente, la hereja

    o la apostasa significan el rechazo o la crtica del orden existente. Entonces, partiendo de

    estos parmetros tericos, pretendemos poner en discusin la relacin entre Estado y prctica

    jurdica en al-Andalus a partir del anlisis de una de las acusaciones de hereja sealadas: el

    caso de Muarrif, hijo del emir Abd Allh (844-912), segn la versin presentada en el Tarj

    iftit Al-Andalus de Ibn al-Qiyya2.

    De los historiadores rabes que registraron el hecho, slo Ibn al-Qiyya escribe en el periodo

    inmediatamente posterior (m. 977). Ibn azm e Ibn ayyn (siglo XI) vivieron en una poca

    en que la dinasta Omeya ya no reinaba y, por lo tanto, gozaron de mayor libertad a la hora

    de narrar lo sucedido.

    Muarrif es el nico miembro de la familia omeya con una representacin negativa en el

    Tarj. En torno a su figura, Ibn al-Qiyya nos informa que ejecut al general Abd al-Malik

    b. Abd Allh b. Umayya, pues, Muarrif tena malvados designios contra su padre, pues

    se haba propuesto destronarle3, siendo Umayya quien se interpona ante tales intenciones.

    Tambin se nos dice de l que Dios le castig por haber sido el asesino de su hermano, que

    sin duda alguna era mejor y mucho ms sincero en creencias religiosas que l4 refirindose

    al heredero al trono Muammad, a quien el emir define segn Ibn al-Qiyya- como

    desobediente y rebelde5. Cabe aclarar que el autor no realiza referencia alguna a las

    circunstancias en las que Muarrif dio muerte a su hermano, acto que sabemos fue avalado

    por el emir6. Finalmente, el relato refiere que Muarrif es acusado de hereje (zindq) por

    el asesinato de Umayya y ejecutado. Tal hecho habra tenido lugar luego de que el hijo del

    emir, siendo perdonado por su padre, volvi a la capital cordobesa y amenaz de muerte a

    un grupo de alfaques y personajes principales de la ciudad, segn nos informa Fierro7.

    Teniendo en cuenta lo referido respecto de esta figura jurdica y que Muarrif tambin es

    acusado de conspirar contra el emir y de pretender atentar contra su vida, cuando se lo acusa

    de zindq, el autor pretendera resaltar la connotacin religiosa de su delito reforzando as la

    necesidad de su castigo8. Por otra parte, uno de los alfaques involucrados en el asunto, Ibn

    Lubba, fue maestro de Ibn al-Qiyya, lo cual nos permitira sugerir que la acusacin del

    hijo del emir se encuentra justificada de acuerdo a que el Tarj fue escrito durante el reinado

    de Abd al-Ramn III (912-961), cuyo padre Muammad haba sido asesinado por Muarrif.

    2 IBN AL-QIYYA, Historia de la conquista de Espaa de Abenalcota el cordobs, Coleccin de obras arbigas de Historia y Geografa II, Real Academia de Historia, 1926. 3 IBN AL-QIYYA, op. cit., p. 104/89. 4dem, p. 107/91. 5Ibdem, p. 104/89. 6 VARISTE LVI PROVENAL, Espaa musulmana hasta la cada del califato de Crdoba (711-1031 de

    J. C.). Instituciones y vida social e intelectual, en: RAMN MENNDEZ PIDAL (dir.), Historia de Espaa,

    Tomos IV, Espasa-Calpe, Madrid, 1957, p. 214. Sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de

    Muammad, el autor slo observa sucedi despus de muchas cosas que acaecieron entre los hermanos, conocidas por todo el mundo (p. 107/91). 7MARIBEL FIERRO, Op. Cit., Pp. 102-103. 8dem, pp. 104-105.

  • De esta manera, la acusacin de zandaqa podra ser interpretada como una manera de

    subrayar la descalificacin del asesino del padre del emir reinante9, sobre todo teniendo en

    cuenta que uno de los maestros del ulema cordobs fue testigo directo de los acontecimientos.

    Por lo tanto, si bien la elaboracin del Derecho islmico y las funciones del alfaqu en las

    sociedades musulmanas medievales, y la andalus en particular, eran efectuadas fuera de la

    influencia del poder poltico, el desarrollo de la prctica jurdica no qued al margen de la

    influencia del soberano o de personajes cercanos al poder, ms an cuando los involucrados

    eran estos mismos individuos y, en consecuencia, el reparto de acusaciones defina el del

    poder, como el caso aqu analizado.

    Lucas ORO (UBA-CONICET), Apuntes para una traduccin de la Risla f l-ilm al-ilh y un

    glosario de trminos filosficos del Plotino rabe

    Abstract: En la Bagdad abbs del s. IX, uno de los grupos de traductores que desarrollaron

    su labor bajo los gobiernos de los califas al-Mamn (813-833) y al-Mutaim (833-842) fue

    el crculo de al-Kind. Este grupo de traductores dio origen al Corpus Neoplatnico rabe,

    compuesto de dos grupos de textos: el Plotino rabe y el Proclo rabe. En este trabajo, mi

    intencin es presentar dos incipientes proyectos. En primer lugar, una traduccin al espaol

    de uno de los tres textos que integraron el Plotino rabe: la Epstola sobre el conocimiento

    divino (Risla f l-ilm al-ilh). En segundo lugar, un glosario de trminos filosficos del

    Plotino rabe, del cual presentar una primera versin de la seccin correspondiente a la

    Risla. El trabajo del crculo de al- Kind tuvo motivaciones filosficas, polticas y religiosas.

    Estudiar los textos que fueron producidos en ese contexto implica, en consecuencia, transitar

    uno de los caminos que conducen a conocer el mundo ideolgico de la Bagdad de la primera

    mitad del s. IX.

    Resumen Ampliado: Desde el comienzo de su dinasta, los califas abbses apoyaron el

    desarrollo de un movimiento de traducciones que acab constituyndose en un gran

    fenmeno social e histrico. En el siglo IX de la era comn dos fueron los grupos de

    traductores ms importantes. El primero fue liderado por Ab Zayd unayn ibn Isq al-

    Ibd (quien muri aproximadamente en el 873), un rabe cristiano. El segundo fue el

    denominado crculo de al-Kind, dirigido por Ab Ysuf Yaqb ibn Isq al-Kind (quien

    muri aproximadamente en el 870). Al-Kind y sus colaboradores, de diversas procedencias

    religiosas e intelectuales, desarrollaron su labor bajo los gobiernos de los califas Abd Allh

    Al-Mamn (813-833) y Ab Isq Al-Mutaim (833-842).

    El grupo de al-Kind (del que se ha identificado a tres traductores) produjo diferentes

    trabajos. Algunos de ellos fueron traducciones de textos de Aristteles, como la Metafsica

    (traducida por Us), De caelo, Meterologica y De partibus animalium (textos traducidos

    por Yay ibn al-Birq). Otros fueron traducciones de Platn, como la traduccin que al-

    Birq hizo del Timeo. De cualquier modo, tanto desde un punto de vista histrico como desde

    9 Ibdem, p. 105.

  • un punto de vista filosfico, las traducciones ms importantes que el grupo de al-Kind llev

    a cabo fueron las de Plotino y Proclo (de las cuales se presume que el autor fue Ibn Nima

    al-im). Estas traducciones conformaron una suerte de dossier metafsico del crculo de

    al-Kind, y fueron la fuente primigenia del neoplatonismo en la filosofa juda e islmica

    medieval.

    El Corpus Neoplatnico rabe estaba formado principalmente por dos textos: el

    Plotino rabe y el Proclo rabe. El Plotino rabe es conocido en la actualidad por tres textos,

    basados en las Enadas IV, V y VI. La consistencia en el estilo de los tres textos hace suponer

    que, probablemente, los tres hayan sido hechos por una nica persona. Por otra parte, la

    restriccin de los textos a los ltimos tres libros de las Enadas sugiere, considerando que

    las Enadas siguen no el orden original de las lecciones de Plotino sino uno posteriormente

    dispuesto por Porfirio, que la fuente que utiliz el traductor fue la misma edicin de Porfirio

    que se conoce actualmente. Esta hiptesis es adems reforzada por el hecho de que el orden

    de la edicin de Porfirio es siempre preservado cuando la traduccin rabe cambia de un

    pasaje a otro.

    Ms all de estas escasas certezas, quedan an innumerables dudas sobre la gnesis

    de los textos. En primer lugar, es desconocido si la fuente fue el original griego o una

    traduccin posterior al siraco. En segundo lugar, no se sabe si el Corpus Neoplatnico rabe

    fue una creacin (es decir, una adaptacin) hecha completamente en Bagdad, o si fue slo

    una traduccin al rabe de un comentario anterior a las Enadas, ya sea del propio Porfirio o

    de otro autor que desconocemos. En tercer punto, se desconoce si los errores en las

    atribuciones (a Aristteles la Alj, a Al-Frb la Risla) ocurrierron en el mismo

    momento de su redaccin (o traduccin), o si los traductores eran conscientes del verdadero

    autor de los textos y las atribuciones errneas fueron posteriores en el tiempo. Por ltimo,

    tampoco se sabe si la forma en que se conocen los textos actualmente fue consecuencia de

    una disgregacin y posterior reconstruccin accidental, como sostienen algunos autores, o el

    resultado de un proceso de edicin voluntaria, como lo entienden otros.

    Como se mencion previamente, el Plotino rabe es conocido por tres textos

    diferentes. El primero es el Kitb Arisaals al-falasf al-samma bi-l-yanna Alj

    (El libro de Aristteles el Filsofo, conocido en griego como Teologa), generalmente

    denominado como la redaccin breve de la pseudo Teologa de Aristteles. Otra versin de

    la Alj, de gran relevancia para los mundos intelectuales islmico y judo medievales,

    fue la que se conoce como su redaccin extensa. Esta versin fue probablemente escrita

    en otro momento y en el marco de un contexto diferente, quizs religiosamente isml y

    polticamente fim (ya sea en territorio efectivamente fim, o en tierras abbses). No fue,

    entonces, parte de las traducciones de Plotino desarrolladas en Bagdad y no ser, por ende,

    considerada para nuestro estudio de los textos ni para la composicin del glosario de trminos

    filosficos del Plotino rabe que aspiramos a realizar. El segundo texto es la Risla f l-ilm

    al-ilh (Epstola sobre el conocimiento de Dios). El tercer texto es, en realidad, no un texto

    nico sino un grupo de fragmentos atribuidos a al-akh al-ynn, i.e. el Sabio Griego.

  • Los fragmentos del SGS tienen tres fuentes. La mayor parte de ellos se encuentran en

    un nico manuscrito, descubierto, publicado y traducido por F. Rosenthal. Adems de este

    manuscrito, otros fragmentos fueron encontrados y traducidos por G. Lewis. Los restantes

    fragmentos tienen, a su vez, dos fuentes. La primera es la Muntakhab siwn al-hikma

    (Seleccin del Compendio de Sabidura), una versin abreviada del Siwn al-hikma

    (Compendio de Sabidura). La segunda fuente es el Kitb al-milal wa al-nihal (Libro de las

    sectas y las doctrinas) de al-Shahrastn. Ambos textos a su vez tienen, probablemente, una

    nica fuente: el Siwn al-hikma, producido por alguien cercano a al-Sijistn. De esta fuente,

    ambos textos citan (en gran parte, idnticamente) una serie de dichos que atribuyen a un

    Sabio Griego.

    El otro grupo de textos producido en el crculo de al-Kind es el Proclo rabe, el cual

    se conoce actualmente por dos textos. El primero es el Kitb al-khar al-ma (Libro del bien

    puro). El segundo es un grupo de veinte proposiciones procleanas descubiertas por G.

    Endress. Si bien el Proclo rabe fue producido por el mismo grupo de traductores que llev

    a cabo el Plotino rabe, se cree que el segundo fue hecho con posterioridad al primero.

    Los proyectos que esta comunicacin aspira a presentar son dos: una traduccin al

    espaol de la Risla f l-ilm al-ilh, y un glosario de trminos filosficos del Plotino rabe.

    De la Risla slo existen, hasta donde he podido comprobar, dos esbozos de ediciones

    crticas. (1) El texto fue descubierto por P. Kraus, quien public y tradujo tres breves

    extractos en su artculo Plotin chez les Arabes. Remarques sur un nouveau fragment de la

    paraphrase arabe des Ennades (Bulletin de lInstitut dEgypte, Session 1940-1941, pp. 263-

    295) de 1941. Esa traduccin se basa en un nico manuscrito (Taymriyya del Cairo 117).

    En su artculo, P. Krauss dividi al texto en 239 pargrafos, brindando una tabla de

    correspondencia del texto con las Enadas, mostrando que el conjunto de la Risla tiene

    como fuente a la Enada V. La edicin del texto que P. Krauss comenz a preparar se vio

    truncada en 1944, con su muerte. (2) La edicin completa del texto ha sido hecha por A. R.

    Bawadi (Afltn ind al-Arab. Plotinus apud Arabes. Theologia Aristotelis et fragmenta

    quae supersunt, Dirsat Islamiyya, Kuwait, 1977), utilizando el mismo manuscrito.

    Adems de la traduccin de los mencionados tres fragmentos de P. Kraus, se han

    hecho otras dos traducciones. (1) Hay una traduccin parcial al francs, realizada por G. C.

    Anawati, la cual se encuentra en Anawati, G. C., Noplatonisme et Pense Musulmane,

    tudes de Philosophie Musulmane, J. Vrin, Paris, 1974. (2) Existe una traduccin completa

    al ingls, pero siguiendo no el orden original del texto sino el de las Enadas, publicada por

    G. Lewis en Plotiniana Arabica. Ad Codicvm Fidem Anglice Vertit, en P. Henry et H.-R.

    Schwyzer, Plotini Opera. Tomvs II. Enneades IV-V, Descle de Brouwer et C.-Ldition

    Universelle, Paris-Bruxelles, 1959. La traduccin al francs toma en cuenta un slo

    manuscrito (Taymriyya del Cairo 117, el mismo tomado por P. Kraus), pero remarca las

    diferentes interpretaciones de ese manuscrito dadas por P. Kraus y por A. Badawi, mientras

    que la traduccin al ingls considera dos (el anterior, ms Millet Jarulla 1279).

    El segundo proyecto es una primera versin de la seccin correspondiente a la Risla

    de un glosario de trminos filosficos del Plotino rabe. Como se ha dicho ya, se estima que

  • todos los textos del Plotino rabe fueron traducidos por al-im, bajo la direccin de al-

    Kind. A los fines de esta presentacin, cabe recordar dos cuestiones que numerosos

    estudiosos han remarcado. En primer lugar, los numerosos factores sociales, polticos e

    ideolgicos que ocasionaron el movimiento de traducciones que se desarroll en Bagdad

    durante los primeros doscientos aos de la dinasta Abbs. En segundo lugar, ms

    especficamente, se han mencionado los factores filosficos, polticos y religiosos que

    influyeron en las traducciones llevadas a capo por el grupo de al-Kind. Filosficamente, es

    relevante considerar la actitud hermenutica sostenida por al-Kind en su Sobre la filosofa

    primera (F l-Falsafa al-l), donde sostiene, enfrentndose al exclusivismo confesional, que

    los pensadores griegos pudieron haber tenido conocimiento de verdades entregadas a los

    hombres por las sucesivas revelaciones divinas como la unicidad de Dios, la providencia y

    la inmortalidad del alma. Polticamente, no cabe desconocer que las traducciones de Plotino

    al rabe fueron hechas en un contexto especfico: el enfrentamiento de la dinasta Abbs

    (quien sustentaba ese movimiento de traducciones) con la aristocracia persa desplazada del

    poder. Religiosamente, si bien la relacin de al-Kind con los telogos de la Mutazila es an

    un tema en discusin, es posible afirmar que sus traducciones pretendieron constituirse en

    una herramienta intelectual para intervenir en el debate entablado con ellos.

    El trabajo que presentar tendr, entonces, tres secciones. En la primera me detendr

    en los aspectos filosficos, religiosos y polticos que influyeron en las traducciones al rabe

    de Plotino. En la segunda seccin presentar una primera versin de la traduccin de la Risla

    f l-ilm al-ilh, y en la tercera me referir al mencionado glosario de trminos filosficos

    del Plotino rabe.

    Paula PICO ESTRADA, El estatuto del intelecto material en Averroes (1126-1198).

    Abstract: La cuestin del intelecto material en Averroes forma parte de una tradicin que,

    desde el Islam medieval, dialog con el De anima de Aristteles. El problema de cmo el

    intelecto humano pasa de no formar conceptos a formarlos no es resuelto de manera

    terminante por Aristteles y fue abordado tanto por Al-Farabi (870-950) como por Avicena

    (980-1037) antes que por Averroes (1126-1198). Nuestro trabajo presenta el problema

    implcito en el De Anima (1), resume las posiciones de Al-Farabi y Avicena (2), analiza la

    respuesta de Averroes y la insercin de esta respuesta en un esquema cosmolgico ms

    amplio (3) con sus implicancias religioso-polticas.

    Resumen ampliado: El desarrollo de la nocin de intelecto material en el pensamiento de

    Averroes se inscribe en el marco de una larga tradicin dialgica con el De anima de

    Aristteles y sus comentaristas griegos tardos, en especial Temistio y Alejandro de

    Afrodisia. La mayora de los filsofos musulmanes, en efecto, se bas sobre todo en esta obra

    para elaborar las nociones de alma y de intelecto. (Una excepcin es Al-Razi (854-925),

    cuya nocin de alma es claramente platnica. )

    Aristteles presenta el alma como principio de vida, movimiento y conocimiento. Es respecto

    de la cuestin del conocimiento y, ms especficamente, del conocimiento intelectual, que

  • surge el problema que se discutira durante siglos. En De anima 429a 10-429b 5, Aristteles

    hace una serie de afirmaciones que permiten a los intrpretes postular la hiptesis de que

    existe un intelecto separado del hombre. All Aristteles dice que la actividad por medio de

    la cual el alma conoce y piensa debe consistir en padecer cierto influjo bajo la accin de lo

    inteligible. Vale decir: ha de ser capaz de recibir la forma inteligible, es ms, todas las formas

    inteligibles. Por lo tanto, l mismo debe carecer de forma: no tiene naturaleza alguna propia

    aparte de su misma potencialidad. Por el mismo motivo, tampoco puede estar mezclado con

    el cuerpo, ya que en tal caso poseera cualidades sensibles que distorsionaran la pureza de

    su capacidad receptiva.

    En un pasaje ulterior (De anima 430a 10-25) Aristteles agrega a esta capacidad intelectual

    de conocer todas las formas inteligibles otra funcin: la de hacer o formar estas mismas

    formas. As como en la naturaleza existe para cada gnero de entes algo que es materia, existe

    adems ademas otro principio, causal y activo, al que corresponde hacer todas las cosas. Por

    lo tanto, concluye Aristteles:

    tambin en el caso del alma han de darse necesariamente estas diferencias. Asi pues,

    existe un intelecto que es capaz de llegar a ser todas las cosas y otro capaz de hacerlas

    todas; []Y tal intelecto es separable, sin mezcla e impasible, siendo como es acto

    por su propia entidad. Y es que siempre es mas excelso el agente que el paciente, el

    principio que la materia.

    La descripcin de este tal intelecto, que irrumpe adems en el contexto de un anlisis

    naturalista del alma, abri una discusin que Al Farabi, Avicena y Averroes interpretan y

    buscan resolver en el marco de un esquema cosmolgico de raz neoplatnica. El universo

    ha sido creado por un nico Dios, concebido como el Uno plotiniano, el cual, por su

    sobreabundancia de ser, da origen a un proceso de emanacin. Mientras el primer principio

    se piensa a s mismo, el intelecto que de l procede se piensa a s mismo y a l, y as genera

    una nueva inteligencia. De este modo van procediendo sucesivos intelectos, a cada uno de

    los cuales corresponde un cielo, hasta llegar al dcimo, que es el intelecto agente mencionado

    por Aristteles, aquel que es capaz de hacer todas las cosas. Este intelecto agente es el que

    genera el mundo sublunar en el que se encuentra la tierra y, en ella, los seres humanos. El

    esquema cosmolgico de Averroes presenta una variacin respecto de los de Al Farabi y

    Avicena: la ltima inteligencia no es para l el intelecto agente sino el intelecto material,

    aquel que es capaz de conocer todas las cosas.

    En la lectura que Averroes hace de Aristteles, si la capacidad humana de conocerlo todo

    debe, para recibirlo sin distorsiones, estar libre de la naturaleza de lo que recibe, esta

    capacidad no puede ser ni un cuerpo ni una forma en un cuerpo ni tampoco estar mezclada

    con la materia en ningn respecto.10 En tanto no es un cuerpo, es ingenerado e indestructible,

    es decir, eterno. En tanto no est mezclado con la materia, principio de individuacin, el

    entendimiento material no se multiplica por el nmero de individuos.11 En otras palabras,

    10 Averroes, Gran comentario a De anima, c. 5, n. 389 y 406. 11 Ibid, 402.

  • los individuos no poseen intelectos materiales individuales. Ms bien un nico intelecto

    material es compartido por toda la humanidad.12

    Para Averroes, por tanto, el intelecto material es la primera perfeccin del hombre, aquella

    por la cual es humano y no otra cosa. Esta perfeccin primera, pura capacidad, se va

    perfeccionando ulteriormente a medida que el hombre conoce. Su fin es la perfeccin ltima,

    a la que Averroes llama intelecto terico: esto es, el intelecto humano despus de que ha

    adquirido un bagaje de conceptos inteligibles. En su perfeccin final, cada hombre es un

    individuo; sin embargo este intelecto terico individual, s como es generado, tambin es

    corruptible. El intelecto material, en cambio, es una substancia separada, nica para todoes e

    incorruptible.

    Nuestro trabajo presenta los problemas que la concepcin de Averroes conlleva, y las

    soluciones que l busc en su Gran comentario al De Anima de Aristteles. Los problemas

    que indicaremos son los intrnsecos a su teora: esto es, los que el mismo Averroes encontr

    e intent solucionar, as como sus implicancias religiosas y polticas. Dejamos de lado los

    extrnsecos, por ejemplo los que tiempo despus encontraran, partiendo de una diferente

    lectura de Aristteles, los cristianos Alberto Magno (1193-1280) y Toms de Aquino(1225-

    1275).

    Valeria BUFFON (UNL-UBA-CONICET), Recepcin y repercusiones religiosas y polticas de la

    astrologa rabe en el Occidente latino.

    Abstract: Si bien los principales textos astrolgicos rabes (de Abu-Mashar y al-Qabisi) ya

    se encontraban traducidos al latn desde el siglo XII, habiendo incluso influenciado un tratado

    latino de astrologa (el Liber de sex rerum principiis), con todo no hay evidencia de que la

    circulacin de los tratados y su estudio profundizado haya tenido lugar hasta el Renacimiento.

    Considerando el contexto de composicin de las obras en la filosofa rabe clsica, donde

    haba un apoyo importante poltico y econmico por parte de los gobernantes, nos

    preguntamos si ese es un factor determinante en la circulacin de los textos y la

    profundizacin de las disciplinas.

    Resumen ampliado: Durante el siglo XII, en la profusin de traducciones de la ciencia y

    filosofa rabe, son traducidos los tratados de dos grandes astrlogos bagdades: Abu-

    Mashar y Al-Qabisi. Adelardo de Bath traduce el Kitb al-mudkhal al-air (Libro de la

    pequea introduccin) de Abu-Mashar. Esta pequea introduccin es justamente una

    versin abreviada del Kitb al-mudkhal (al-kabr) il cilm akm al-nujum (Libro de la gran

    introduccin a la ciencia de la exactitud de los astros). Hermano de Carinthia, por su parte,

    traducir al latn la gran introduccin. Por su parte, Juan de Sevilla traducir la Introduccin

    a la Astrologa de al-Qabisi. De estos textos, si bien se cuentan varias ediciones renacentistas,

    y numerosas consideraciones en autores de esa misma poca, sin embargo, en su inmediata

    recepcin no parecen haber tenido gran repercusin salvo por algunas menciones y

    12 Ibid, 399.

  • referencias vagas. Como excepcin estn los propios escritos de Adelardo y de Hermanno,

    aunque tambin es digno de mencin un pequeo tratado de mediados del siglo XII, el

    Tratado sobre los seis principios de las cosas retoma gran parte de la Astrologa de al-Qabisi,

    sin mencionarla. Este tratado tambin parece pasar inadvertido salvo por la amplia utilizacin

    de Toms de York en su monumental Sapientiale y la repercusin a travs de Toms en

    Bertoldo de Moosburgo y Nicols de Cusa.

    Ahora bien, los textos filosficos rabes contemporneos de Abu-Mashar, tales como el

    Kitab al-Medina al-Faila (Libro de la ciudad virtuosa) de Abu Nasr al-Farabi, integran en

    su filosofa tanto la procesin o emanacin del cosmos como la consecuente organizacin

    poltica de la sociedad islmica. De hecho, a travs de una matriz plotiniana (utilizando los

    trminos de ODonnell para las extrapolaciones agustinianas del neoplatonismo de Plotino),

    de emanacin y de retorno, toda la dinmica del cosmos tiene un componente esencialmente

    intelectivo tanto en la produccin como en el retorno. El retorno humano entonces debe

    hacerse a travs de la contemplacin de las realidades superiores, esta actitud contemplativa

    debe ser facilitada por los gobernantes de la ciudad. Ms all de estas consideraciones

    polticas de la matriz neoplatnica, la estructura natural de interrelaciones esenciales entre

    los diversos niveles de seres permite el desarrollo del estudio exhaustivo, matemtico-

    experimental de estas mismas relaciones entre los seres dando a lugar a los tratados de

    astrologa y de adivinacin generalmente considerados como integrando el llamado

    hermetismo rabe de corte tanto tcnico como filosfico.

    El aparato matemtico-experimental en el estudio de los cielos, no slo tiene como

    resultado un avance en el saber quadruvial de la cultura rabe sino que ellos son capaces de

    prever acontecimientos a travs de la previa observacin y sistematizacin de los hechos

    observados. Por lo tanto eso les permitir hacer todo tipo de pronsticos, tanto

    meteorolgicos, como astronmicos, hasta catastrficos y por qu no polticos He aqu que

    surge otro inters de los gobernantes por financiar este tipo de saber, que les puede ser til

    desde un punto de vista poltico y econmico. Ms all de estas consideraciones, el saber

    astrolgico rabe es parte de un gran movimiento cientfico donde se contemplan todas las

    disciplinas, como es sabido.

    Lo que nos interesa escudriar en esta oportunidad, es porqu los tratados de

    astrologa y adivinacin no tuvieron tanta repercusin en Occidente sino hasta el

    Renacimiento. Lo ms curioso es que todos los elementos tericos parecen ya presentes en

    Occidente desde el siglo XII, por lo tanto no parece haber otra razn ms que prctica o de

    mentalidad es decir, no haba en la mentalidad Occidental una necesidad de pronosticar

    o de actuar sobre la naturaleza del modo en que el conocimiento astrolgico lo permitira.

    Ms bien, pareciera ser que el neoplatonismo latino, se inclina ms a la contemplacin como

    va de acceso a Dios que al conocimiento o a la manipulacin de los acontecimientos

    mundanos, ya sea presentes o futuros.

    Por qu entonces las cortes europeas, como por ejemplo la de los Medicis, se

    interesan tanto a los escritos hermticos y astrolgicos en el Renacimiento y no

    anteriormente? Para desentraar esta cuestin habra que considerar innumerables factores

  • entre los tambin innumerables aportes de la filosofa de los siglos XIII y XIV. Sin embargo,

    el objetivo ltimo de esta ponencia no es revalorar los elementos considerados por los

    historiadores de la ciencia como constituyentes de la as llamada revolucin cientfica

    (considerando que incluso este concepto necesitara revisin). En efecto, no se trata de

    elementos ausentes en una poca que se hacen presentes en otra Ms bien, nos interesa

    determinar el lugar que tiene la poltica o el poder poltico (y religioso), en la apreciacin de

    una disciplina en diferentes momentos y en diferentes culturas.

    Violeta CERVERA NOVO (UNL-Universit Laval), Mathematica unaqueque ad astrologiam

    ordinatur: una citacin atribuida a Isidoro en la annima Lectura Abrincensis in

    Ethicam ueterem (circa 1235)

    Abstract: El Prlogo de la Lectura Abrincensis in Ethicam ueterem se destaca por su

    oscuridad: los folios que ocupa en el codex 232 de la Biblioteca municipal de Avranches

    estn plagados de problemas textuales. El autor atribuye a Isidoro una cita que, dedicada a

    esclarecer el lugar que ocupa la astrologa en la divisin de las ciencias, no se encuentra en

    los textos del obispo de Sevilla. El mismo pasaje es atribuido a Isidoro por Juan de Sicilia

    (Scriptum super canones Azarchelis), y un pasaje similar se encuentra en el Comentario de

    Pars sobre la Ethica uetus. A la luz de estos y otros paralelos, proponemos algunas

    soluciones a los problemas textuales de la Lectura Abrincensis, permitiendo as una mejor

    comprensin del Proemio de este difcil texto.

    Resumen Ampliado: La indita Lectura Abrincensis in Ethicam ueterem es una de las

    primeras lecturas sostenidas en la Universidad de Pars en torno a la tica Nicomquea (=EN)

    de Aristteles, que haba sido incorporada a los programas de estudio parisinos en 1215. El

    Prlogo de este comentario, de autor annimo, se destaca por su oscuridad: los dos folios que

    ocupa en el codex 232 de la Biblioteca municipal de Avranches estn plagados de problemas

    textuales y correcciones. El maestro annimo atribuye a Isidoro una cita que, dedicada a

    esclarecer el lugar que ocupa la astrologa en la divisin de las ciencias, no se encuentra en

    los textos del obispo de Sevilla. El mismo pasaje es atribuido a Isidoro tambin por Juan de

    Sicilia en su Scriptum super canones Azarchelis (circa 1290), y un pasaje lejanamente similar

    (formulado de manera diferente y sin la alusin a Isidoro) se encuentra en el Prlogo del

    famoso Comentario de Pars sobre la Ethica uetus (es decir, el libro II de la EN). A la luz de

    estos y otros paralelos, este trabajo propone algunas soluciones a los problemas textuales de

    la Lectura Abrincensis, permitiendo as una mejor comprensin del Proemio de este difcil

    texto.

    El trabajo se articula en tres partes:

    (1) La primera parte se concentra en los problemas textuales encontrados en el codex,

    cuya resolucin (si no definitiva, al menos preliminar) resulta indispensable para una

    comprensin de la divisin de las ciencias ofrecida por el maestro que, cmo se ver, presenta

    algunas caractersticas atpicas. El anlisis propuesto parte de una frase a todas luces corrupta

    por la accin del copista, frase que, a partir de las correcciones que este trabajo propone, lee

  • [...] testante Ysidoro quod sic perpenditur in mathematica: mathematica enim unaqueque ad

    astrologiam (correxi ex astitus) ordinatur, quia scientia (correxi ex quis tertio) uero est

    (correxi ex in) determinatiua proprietatum que accidunt (correxi ex accidit) in inferioribus

    secundum motum superiorum penes quas accidit alterationem fieri et sanitatis

    complexionalis in humano corpore. ([...] mostrando Isidoro que as es evidente respecto de

    la matemtica: cada matemticas se ordena a la astrologa,

    que es la ciencia determinativa de las propiedades que acaecen en los inferiores

    segn el movimiento de superiores en virtud de las cuales

    ocurre la produccin y la alteracin de la salud complexional en el cuerpo humano). Aunque

    las correcciones introducidas no resultan evidentes por s mismas, el Scriptum super canones

    Azarchelis de Juan de Sicilia atribuye a Isidoro la misma cita, de manera casi literal. Si el

    pasaje evocado no se encuentra, segn la revisin preliminar de las fuentes, en Isidoro (el

    editor de Juan de Sicilia, F. S. Pedersen, tampoco logra identificar la cita), es posible elaborar

    algunas hiptesis: podra tratarse de Iohannes Hispalensis et Limiensis (y no, como creen los

    autores estudiados, de Isidorus Hispalensis). Otras fuentes vienen a confirmar las

    correcciones propuestas: la idea de subordinar las disciplinas del quadriuium a la astrologa

    (o a veces, a la astronoma; los textos ofrecen una u otra de las alternativas) se encuentra en

    otros comentarios del siglo XIII y, entre ellos, en otro comentario sobre la Ethica uetus

    contemporneo de la Lectura Abrincensis: el Comentario annimo de Pars. La expositora

    pondr a disposicin del pblico asistente una edicin preliminar del texto, acompaada de

    una traduccin espaola.

    (2) A la resolucin de los problemas textuales planteados en la primera parte sigue

    una consideracin sobre el significado del pasaje en cuestin, no slo dentro de la Lectura

    Abrincensis, sino tambin en relacin con algunos textos contemporneos a ella. Una

    particularidad de la divisin de las ciencias propuesta por el maestro llama la atencin: la

    casi ausencia de la Filosofa Primera, mencionada una nica vez bajo el nombre de Ciencia

    divina. La mayor parte del tiempo, la filosofa natural (que incluye en su sentido amplio [es

    decir, large sumpta] la Filosofa Primera [o Metafsica], la Matemtica y la Fsica) es

    reducida tcitamente a sus partes inferiores: matemtica y fsica; incluso algunas de las

    caractersticas atribuidas por otros maestros a la filosofa primera son atribuidas por el autor

    de la Lectura Abrincensis a la filosofa racional.

    Este esquema reducido propuesto por el maestro annimo se encuentra ligado a dos

    grandes temas: (a) por una parte, el lema de la Fsica que sigue inmediatamente a la frase del

    prlogo que aqu se considera, Sumus enim et nos, quodammodo, finis omnium que sunt

    [Aristteles, Fsica II, 2, 19434-35] (citada aqu tal como la formula la Lectura Abrincensis,

    y muy popular en las introducciones a la filosofa de la poca) evoca el tema del hombre-

    microcosmos, que encontramos claramente en el Comentario annimo de Pars, y menos

    claramente en la Lectura Abrincensis; (b) por otra parte, la relacin entre el do matemtica-

    fsica permite al maestro introducir la idea de la subordinacin de las disciplinas matemticas

    a la astrologa, estableciendo entre sta ltima y la fsica (cuyo fin es para el maestro la

    sanitas humana, a la que define inspirndose sin dudas en la Fsica de Aristteles (VII, 3,

  • 246b3-5) como commensuratio calidorum et frigidorum, humidorum et siccorum in se et

    ad continens) una relacin que (junto a otros indicios que encontramos tambin en el

    prlogo) permite imaginar un parentesco entre este texto y los textos astrolgicos de los

    siglos XII y XIII (entre ellos, las defensas de la astrologa, en las cuales la relacin entre el

    medicus y el astrologus ocupa un lugar importante). Se intentar aqu considerar cul es el

    valor de estos dos ejes en la interpretacin del Prlogo.

    (3) En base a los dos puntos tratados precedentemente, se propondrn algunas

    conclusiones generales, tendientes a evaluar la pertinencia de las correcciones propuestas en

    (1) y a determinar, en la medida de lo posible y en relacin con el segundo apartado de este

    trabajo, cules son las fuentes utilizadas por el annimo de Avranches. Este ltimo punto

    servir para propiciar la discusin posterior.

    Victoria ARROCHE (UBA), La influencia del Liber de causis en la metafsica y la poltica

    dantesca

    Abstract: La utilizacin del Liber de causis, citado por Dante en Convivio, Comedia y

    Monarchia, es uno de los elementos que permite constatar la presencia de un modelo

    metafsico segn el cual, en el orden universal, todo ente es creado por la Causa Primera y

    determinado por la accin de las causas segundas. Asimismo, cada entidad ocupa una

    posicin ontolgica ms o menos cercana a la Causa Primera que le permite recibir con mayor

    o menor intensidad la influencia que ella trasmite, es decir, su virtus. El tratado annimo

    ofrece a Dante un conjunto de ideas y conceptos tanto para la elaboracin de sus tesis

    astronmicas cuanto en relacin a su concepcin tica y poltica. En particular, en el tratado

    Monarchia nuestro autor utiliza el modelo causal ofrecido por el Liber de causis para mostrar

    la independencia del poder del monarca respecto del poder del papa. Por ello, en este trabajo

    mostraremos que el Liber de causis como fuente de teoras astronmicas y cientficas aporta

    a la construccin de una concepcin metafsica basada en el modelo causal ofrecido por el

    texto annimo y que, ella resulta operativa, tambin, para la elaboracin de una teora poltica

    especfica por parte de Dante.

    Resumen Ampliado: Dante Alighieri, hacindose eco de las nuevas problemticas

    cientficas surgidas en el contexto intelectual del siglo XIII, describe el sistema de las esferas

    celestes utilizando conceptos e ideas que pertenecen a la ciencia de la astronoma de la poca.

    En particular, su teora astronmica presenta puntos en comn con la expuesta en el Tractatus

    de Sphera de Sacrobosco y el comentario de Scoto a dicho texto. En efecto, la estructura del

    sistema de las esferas celestes y la descripcin del cielo Empreo son similares en Dante y

    Scoto y el punto que destacar aqu es la utilizacin por parte de ambos pensadores de la

    filosofa neoplatnica para explicar las relaciones entre los cielos y de ellos con el mundo

    sublunar. En ese sentido, es til comparar la teora astronmica de Dante tal como se presenta

    en el tratado II del Convivio y los pasajes paralelos ofrecidos en el Paraso de la Comedia.

    En lneas generales, la opinin de Dante acerca de la constitucin y la operacin de las esferas

    celestes en Convivio, no contradice las ideas astronmicas que Dante presenta en Paraso.

    Por el contrario, ms all de la correccin, en Paraso, de algunos elementos de esas tesis, la

  • concepcin metafsica de Dante parece ser la misma en ambas obras. En efecto, las esferas

    celestes segn Dante, -como para Sacrobosco y Scoto- describen un esquema en el que una

    se encuentra dentro de la otra, como un juego de muecas rusas. Ellas, adems, influyen en

    el mundo sublunar segn un orden determinado cuya estructura es planteada segn grados

    jerrquicos que se relacionan causalmente. Esta concepcin metafsica es ofrecida por el

    Liber de Causis.

    La utilizacin del tratado annimo, citado por Dante en Convivio, Comedia y Monarchia, es

    uno de los elementos que permiten constatar la presencia de un modelo metafsico segn el

    cual, en el orden universal, cada ente es creado por la accin causal de la Causa Primera y

    determinado por la accin de las causas segundas. Asimismo, cada ente ocupa una posicin

    ontolgica ms o menos cercana a la Causa Primera que le permite recibir con mayor o menor

    intensidad la luz que ella trasmite, es decir, su virtus. Puesto que cada ente posee un fin

    propio, su naturaleza particular lo condiciona a dirigirse hacia l y alcanzarlo y ello posibilita,

    en el caso del intelecto/alma humano, un retorno completo hacia su causa. En este sentido,

    Dante explica el funcionamiento y las operaciones de los cuerpos celestes y los cielos en el

    marco de ese orden metafsico que, justamente, le ofrece un conjunto de ideas y conceptos

    tanto para la elaboracin de sus tesis astronmicas cuanto de su concepcin del alma humana

    y por lo tanto de la tica y la poltica.

    En efecto, constituye un dato fctico la existencia, a partir del siglo XIII, de tratados de teora

    poltica cuya fundamentacin deja de ser exclusivamente teolgica o jurdica. Los

    argumentos provenientes de la teologa y el derecho no desaparecen sino que se combinan

    con otras fuentes de carcter claramente filosfico. Algunas de esas fuentes filosficas son

    textos de Aristteles que hasta ese momento eran desconocidos para los intelectuales

    medievales y que comienzan a formar parte de la especulacin terica medieval a partir de

    su ingreso a Occidente. Ese proceso de asimilacin de textos filosficos es complejo.

    Mencionemos al menos dos puntos importantes: por un lado, la trasmisin de esos textos de

    Oriente a Occidente tiene lugar a travs de numerosas traducciones y, por otro lado, algunos

    de esos textos, que exponen un pensamiento filosfico perteneciente a la tradicin

    neoplatnica, fueron atribuidos a Aristteles. En ese marco, el debate historiogrfico en torno

    a la recepcin de los textos aristotlicos en Occidente durante el siglo XIII parece plantear

    una dicotoma entre, de una parte, la caracterizacin del ingreso de la tica y la Poltica de

    Aristteles como el hecho revolucionario y explicativo del cambio conceptual desde la

    teologa poltica a la filosofa poltica y, por otra parte, la continuidad entre el pensamiento

    poltico anterior y posterior al ingreso de los libros morales de Aristteles. Sin embargo, ello

    conduce a alejar, desde el punto de vista terico, la posibilidad de dar cuenta de una cierta

    especificidad del pensamiento poltico del siglo XIII y, consecuentemente, de una particular

    metodologa de trabajo de los pensadores medievales de ese perodo histrico.

    En este sentido, el ingreso del Liber de causis en el Occidente Latino y su operatividad en la

    teora poltica de Dante en la Monarchia constituyen ejemplos de esa originalidad de

    pensamiento y de una metodologa cuyo objetivo parece ser el de sintetizar y compatibilizar

    diversas corrientes de pensamiento. Precisamente, el Liber de causis, constituye un ejemplo

  • de esa sntesis puesto que es un texto de origen rabe, cuya circulacin en Occidente a partir

    del siglo XII fue posible por la traduccin de Gerardo de Cremona, su fuente es el texto

    Elementos de teologa de Proclo y su autora fue atribuida a Aristteles hasta el 1268. En

    efecto, el Liber de causis era estudiado como texto complementario de la Metafsica de

    Aristteles en el plan de estudios de la Facultad de Artes de Pars desde 1240. En ese sentido,

    resulta casi obvio que aquello que podra denominarse aristotelismo medieval est lejos de

    poder pensarse como equivalente al Aristteles griego.

    Otro tanto sucede en el caso del tratado Monarchia de Dante en el que nuestro autor combina

    la utilizacin del vocabulario aristotlico de la causalidad con ciertas nociones provenientes

    de otras doctrinas filosficas como la neoplatnica. El modelo causal ofrecido por el Liber

    de causis resulta operativo para mostrar la independencia del poder del monarca respecto del

    poder del papa aunque su presencia en el tratado poltico implicara una resignificacin de al

    menos dos de los sentidos de las denominadas cuatro causas aristotlicas: la causa eficiente

    y la final. As, en este trabajo mostraremos que el Liber de causis como fuente de teoras

    astronmicas y cientficas aporta a la construccin de una metafsica especfica basada en el

    modelo causal ofrecido por el texto annimo y que, esa concepcin metafsica resulta

    operativa, tambin, en la teora poltica de Dante.

    Mariano PREZ CARRASCO (UBA-CONICET), Cosmologa, religin y poltica

    en la lrica amorosa de Dante Alighieri y Guido Cavalcanti

    Abstract: Junto al notable desarrollo de la filosofa latina en las universidades, el siglo XIII

    fue testigo de un fenmeno comparativamente menos estudiado por la historiografa

    filosfica hasta fecha muy reciente: el nacimiento de la filosofa en lenguas vulgares. Luego

    de una breve introduccin al fenmeno de la filosofa verncula italiana entre 1290 y 1320,

    la ponencia desarrolla los nexos filosficos entre cosmologa, religin y poltica en torno al

    eje principal de la disputa acerca de la naturaleza del amor en el corpus lrico de Dante y

    Cavalcanti.

    Resumen ampliado: Con las notables excepciones de Karl Vossler y Bruno Nardi, la

    historiografa filosfica tendi a soslayar los desarrollos extra universitarios de la filosofa

    en el Medioevo. Si bien en las ltimas dcadas, sobre la huella de los trabajos de Ruedi

    Imbach, Alain de Libera y Loris Sturlese, entre otros, se ha comenzado a prestar una mayor

    atencin a la filosofa en lenguas vernculas, parece existir an un cierto prejuicio respecto

    del valor filosfico de textos escritos en gneros literarios no universitarios y, en especial, en

    versos. Una parte significativa de lo texto que abordan la cuestin acerca de la naturaleza del

    amor lo que Vossler denomin la Liebesfrage est constituida por canciones, baladas y

    sonetos, es decir, por textos poticos escritos en lenguas vulgares. Una primera seccin

    introductoria de esta ponencia presenta un panorama histrico-doctrinal de la filosofa

    italiana en lengua vulgar entre 1290 y 1320, trminos que delimitan la casi totalidad de la

    produccin de Dante Alighieri (1265 - 1321) y de Guido Cavalcanti (circa 1255 - 1300).

  • Una segunda seccin expone los nexos entre cosmologa, religin y poltica en la lrica

    amorosa de Dante Alighieri, es decir, tanto en el corpus de los poemas no reunidos en obras

    orgnicas, como en los que componen la Vita nova y el Convivio. La teora dantesca del amor

    tiene una fuerte componente neoplatnica que da forma a su cosmologa. La cancin

    filosfica Amor che movi tua vert dal cielo, por ejemplo, tipifica en su primera estrofa un

    esquema emanantista en el que el amor cumple una funcin espiritual anloga a la funcin

    del sol en el mbito fsico: as como el sol es causa de la luz, que manifiesta el aspecto de las

    cosas, el amor es causa y condicin de todo bien terrenal, que proviene del cielo. Este marco

    cosmolgico neoplatnico su fuente directa parece ser el metro noveno del tercer libro de

    De consolatione philosophiae, O qui perpetua mundum ratione gubernas, por un lado,

    contiene fuertes posiciones tico-polticas como las desarrolladas en las canciones Tre donne

    intorno al cor mi son venute, Doglia mi reca ne lo core ardire o Poscia chAmor del tutto

    mha lasciato, filosficamente dependientes de la tica aristotlica y, en especial, de su teora

    de la virtud; y por otro lado, constituye una garanta de la posibilidad de un trnsito

    cumplido gracias a la intermediacin del fantasma femenino como objeto amoroso, que

    Dante teoriza en la Vita nova y en la Commedia en el mito de Beatriz, y en el Convivio en el

    de la boeciana donna gentile-Filosofa entre el plano inmanente del mundo natural y el plano

    trascendente de la realidad divina.

    Una tercera y ltima seccin expone la respuesta cavalcantiana al esquema terico dantesco

    en la cancin Donna me prega, presumible respuesta al trascendentalismo de la Vita nova y

    a su espiritualizacin del fenmeno amoroso. En ese autntico capolavoro de la poesa

    filosfica medieval, una quaestio que plantea y resuelve ocho problemas acerca de la

    naturaleza del fenmeno amoroso, Cavalcanti desarrolla una teora del amor en un marco

    cosmolgico filo-averrosta que tiende a afirmar un neto dualismo. Proveniente del oscuro

    planeta Marte, el amor sera un puro fenmeno natural, refractario a todo intento de

    racionalizacin y que se encuentra completamente divorciado de la virtud. En la medida en

    que el ser humano se entrega al amor, se cierra a la racionalidad y en consecuencia se

    animaliza. El amor cavalcantiano es, en ese sentido, causa de la muerte del hombre en tanto

    que hombre, en la medida en que el hombre es sobre las huellas de Aristteles

    principalmente su intelecto. Esta concepcin cavalcantiana del amor como astucia de la

    naturaleza que mientras asegura la continuidad de la especie tiende a destruir la integridad

    del individuo entra en evidente contradiccin con los principios del cristianismo, que afirman

    la unidad de la persona humana, y constituyen el marco de una visin fuertemente elitista de

    la poltica, segn la cual unos pocos hombres son autnticamente hombres, mientras que la

    multitudo vive una vida infrahumana y viene identificada con las bestias.

    La ponencia se cierra con unas breves conclusiones integrativas.