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INFORME SOBRE LA CAZA EN ESPAÑA CÍRCULO ANIMALISTA PODEMOS ESTATAL

CÍRCULO ANIMALISTA PODEMOS ESTATAL · 2019. 3. 5. · 16 años por concesión de los padres o por el juez). -Que haya superado el examen del cazador que tienen establecido las comunidades

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  • INFORME SOBRE LA CAZA EN ESPAÑA

    CÍRCULO ANIMALISTA PODEMOS ESTATAL

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    La caza en España.

    Introducción

    La caza es una actividad que ha acompañado durante miles de años a la humanidad como un elemento esencial para la supervivencia y la conservación de la especie. Su práctica se enmarcaba en un contexto de depredación natural y de competencia con otras especies por los recursos alimenticios. Los condicionantes antropológicos de los primeros homínidos -y después con la evolución hacia el Homo Sapiens- hacían de la caza una actividad imprescindible para el mantenimiento de una vida básicamente de subsistencia.

    Los procesos evolutivos posteriores lograron complementar la caza con el desarrollo de una incipiente agricultura. Ambas formas de vida fueron acoplándose en una productiva simbiosis que facilitó el desarrollo de los primeros asentamientos humanos, cuyos moradores pasaron de ser nómadas para convertirse en pueblos más sedentarios, lo que con el paso del tiempo dio como resultado el nacimiento de pequeños poblados que, posteriormente, darían lugar a entornos rurales más complejos y poblados en los que los seres humanos aprendieron a convivir con los animales salvajes, a domesticar a algunos de ellos, y a desarrollar un equilibrio entre todas las especies, situando a la humana en la cúspide evolutiva. En el ámbito rural, la práctica de la caza permitía mantener el aporte de proteínas necesario y fomentaba un pequeño comercio, muy localizado, basado en la venta de carne de caza y pieles.

    Hacia la segunda mitad del siglo XVIII la Revolución Industrial, que provocó el fenómeno de la migración masiva de los habitantes del mundo rural hacia las ciudades, cambió notablemente la fisonomía de nuestros pueblos. Hoy en día el envejecimiento de la población, la concentración de tierras y la falta de oportunidades, han llevado al mundo rural hacia una situación alarmante. Un estado de abandono y de empobrecimiento progresivo que la caza, defendida por algunas voces como la esperanza del mundo rural (bien como deporte o bien como práctica lúdico-festiva) no ha conseguido detener.

    Para saber si la caza puede ser o no un salvavidas para el mundo rural, es necesario abrir un debate amplio y sereno, que permita evaluar el impacto real de esta actividad en la economía de los pueblos y determinar sus efectos en los ecosistemas naturales. Debemos conocer las cifras reales, la regulación o la falta de la misma.

    Recordemos que más del 87% del territorio de nuestro país posee alguna catalogación cinegética. Y es preciso razonar si esta amplia extensión de territorio, destinado al desarrollo de una sola actividad, es solución a los problemas del mundo rural o si, por el contrario, supone una merma en alternativas reales que puedan detener el abandono de nuestros campos y pueblos. Hasta ahora la caza, tal y como está extendida, no ha conseguido la deseable recuperación vital de los pueblos. De hecho, la actividad cinegética ni siquiera se incluye entre las 78 medidas que el Documento de Acción contra la Despoblación de la FEMP propone para mitigar la despoblación rural que detallaremos con más amplitud.

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    Para establecer posiciones sobre esta actividad, más allá del creciente rechazo social a actividades en las que los animales sufren o mueren innecesariamente, hay que establecer un marco real sobre lo que significa, lo que implica, en la economía y en la sociedad, el desarrollo o no de actividades alternativas y de las necesidades de un mundo rural al que solo se le exige cambios, a los que se les señala quienes son sus enemigos (reales o inventados) y a los que nadie ofrece realmente alternativas más allá del cortoplacismo y subsidios públicos.

    El informe que presentamos a continuación pretende ser un documento de debate, donde se desgranan datos y realidades tangibles, datos como que menos del 1% de la población ejerce la actividad de la caza frente al 99% restante.

    Los datos económicos y de licencias arrojan un poco de luz ante la opacidad de este sector, con ejemplos como el número de licencias actuales (que no personas que realizan la actividad), el coste real de las mismas, el volumen de generación de empleo real y de calidad. O la generación de economía local comparado con alternativas realizadas en otros territorios o países o el impacto en otras actividades económicas como la ganadería extensiva o la agricultura. Otra cuestión importante a reseñar -que parece poco importante en los debates públicos- es lo relacionado con los accidentes y las muertes humanas que se producen bajo esta actividad. También el control actual sobre las armas y sus licencias deberían ser objeto de debate..

    Objetivos del informe.

    La finalidad de este informe es ampliar el conocimiento de esta actividad, que ha tomado un protagonismo impuesto por los que siempre han buscado enemigos externos al mundo rural, como lo ha sido el lobo, para evitar abrir debates reales de las necesidades y de cómo ni los gobiernos conservadores(PP y PSOE) en las comunidades más rurales ni como las actividades como la caza han planteado soluciones eficientes a los problemas del mundo rural.

    La caza debe ser también valorada y estudiada desde un punto de vista sociológico de clases sociales, un ejemplo es el descenso en más de un 25% en las licencias de caza menor mientras de las de caza mayor aumenta un 10%, sin duda, la caza mayor es sólo asequible para las clases sociales con capacidad económica alta, los ricos son más ricos, y también influye en la economía rural y la sociedad rural, a esto sumamos la ayuda legislativa a este espectro social privilegiado con leyes a doc, como la enmienda aprobada en 2014 en la Ley de parques Nacionales que permitía(siendo ilegal) la caza por parte de los grandes terratenientes de fincas en parques nacionales.

    Como hemos afirmado, este informe pretende abrir un debate real, sin mitos ni alabanzas, sin afirmaciones sin fundamento que pueda determinar una visión real de que supone esta actividad para nuestros pueblos, nuestros campos y las personas y animales que se ven afectados por esta práctica. Invitamos a administraciones públicas a que aborden en profundidad el problema acuciante en nuestro mundo rural y si la caza supone realmente un beneficio o si por el contrario, limita el desarrollo de un

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    mundo rural necesitado de soluciones y respuestas a su alarmante situación de despoblación, falta de alternativas y abandono.

    Bibliografía: http://www.femp.es/sites/default/files/multimedia/documento_de_accion_comision_de_despoblacion_9-05-17.pdf . https://elpais.com/elpais/2014/11/12/ciencia/1415820339_246693.html?rel=mas

    Tipos de Caza

    1.1 Tipos de caza en el territorio

    En primer lugar, es necesario discernir entre los dos tipos de caza que se dan en el territorio español para especificar el tipo de especies a las que va dirigido y el impacto ambiental que ello provoca.

    1.1.2 Caza mayor

    Se considera con esta nomenclatura a cualquier animal mayor que un zorro, no se clasifica por la modalidad de la cacería, sino por el tamaño de las piezas. En España los animales contemplados en este ámbito son el jabalí, el corzo, el ciervo o venado, el gamo, el muflón, la cabra montés y el arrui.

    Las dos formas más comunes de practicar este tipo de caza, son el rececho y la batida. En el rececho, se persigue al animal de forma sigilosa hasta que se realiza la aproximación final y el disparo. En la batida, se practica en grupo para perseguir y acorralar a los animales y suele darse en lugares de paso fijo o en los comederos habituales de la especie a abatir.

    Dentro de la abatida, se clasifican además las modalidades de caza en monterías, (dos grupos de cazadores se sitúan en diferentes puestos y ayudados por los perros, hacen huir a las presas hacia el otro grupo); y venerie, ( caza a caballo o a pie por grupos de monteros organizados, el montero mayor dirige la cacería y se persigue a la pieza específica registrada por un sabueso y con ataque mediante una jauría de perros. Es necesario tener en cuenta que la abatida puede durar horas o incluso todo el día, ya que se persigue al animal hasta que se encuentra agotado, para que solo entonces, el picador o botón le atraviese el corazón con un cuchillo de caza).

    1.1.3 Caza menor

    Aquella en la que las especies perseguidas son menores en tamaño a un zorro común. Suele efectuarse a pie y con la ayuda de perros, que pueden ser de pie, de rastro, de persecución, levantadores, o cobradores. Los animales a abatir son el conejo, la liebre, la codorniz, tórtolas y palomas, la perdiz roja, el zorzal, el faisán y ciertas aves acuáticas.

    Las modalidades de caza menor son:

    1.1.4 Al paso

    se lleva a cabo sobre palomas, tórtolas, zorzales y aves acuáticas. Los cazadores permanecen ocultos en posiciones donde las especies sobrevuelan de forma natural.

    http://www.femp.es/sites/default/files/multimedia/documento_de_accion_comision_de_despoblacion_9-05-17.pdfhttps://elpais.com/elpais/2014/11/12/ciencia/1415820339_246693.html?rel=mas

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    1.1.5 Caza a la espera

    suele tener lugar a las orillas fangosas de los ríos, lagunas y lagos, quedando oculto a la espera de las aves y en ocasiones utilizando un reclamo para atraerla.

    1.1.6 Caza al ojeo

    los cazadores disparan a los animales que pasan frente a ellos y han sido levantados y acosados previamente por los perros.

    1.1.7 Caza con reclamo

    se utiliza un macho de perdiz enjaulado a modo de reclamo durante la época de celo, mientras el cazador se encuentra apostado a unos quince o veinte metros para abatir a las presas que se acerquen.

    1.1.8 Tiro al Pichón

    Unas 450.000 palomas y codornices son masacradas al año en España solo en campeonatos, sin contar citas 'sociales' ni entrenamientos, y gracias a la excepción incluida en muchas normas de protección animal.

    Las aves mueren de una forma especialmente cruel, pues son abatidas sin haber podido apenas desplegar sus alas.

    Esta indefensión, unida a que la mayoría de estas aves son criadas en cautividad y enjauladas de por vida, hacen que mueran sin haber volado nunca. Incluso para las que son lanzadas de forma manual, las posibilidades de sobrevivir son mínimas. La mayoría no sabe ni cómo volar, y las que consiguen zafarse de las balas no tienen ninguna posibilidad de vivir en libertad. Es de reseñar que en Galicia desde el 2017 se ha decretado que esta actividad es ilegal al no cumplir con la entrada en vigor de la ley de bienestar animal autonómica en octubre del 2017, la cual repercute en animales domésticos y silvestres.

    1.2. Requisitos del cazador

    Cazador es la persona que caza, pero desde el punto de vista legal, cazador es aquella persona física que puede cazar siempre que reúna los siguientes requisitos:

    -Que tenga 14 años cumplidos, o 16 si es en Galicia, y cuente, si es menor de edad (14, 15, 16 y 17 años) con la autorización de los padres o tutores. No necesita autorización si está emancipado (a partir de los 16 años por concesión de los padres o por el juez).

    -Que haya superado el examen del cazador que tienen establecido las comunidades autónomas. Este examen solo se exige a aquellas personas que vayan a obtener la licencia de caza por primera vez y no requiere una revisión periódica. Los temarios comprendidos en dicha acreditación son: en qué consiste la acción de cazar, definición del cazador, nomenclatura de acompañantes en el acto de la caza, requisitos necesarios, tipos de caza, licencias, seguros… e información bastante simple que en nada

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    atañe al uso responsable de las armas o la capacitación psicológica del solicitante para tener armas de fuego en su poder, una simple búsqueda en internet facilita la alternativa de la obtención de la licencia sin este tipo de prueba siempre y cuando se pague la tasa correspondiente. Es además digno de mención que no se requiere ningún conocimiento sobre fauna para obtener una licencia de caza, por lo que entorpece la tarea de poder ayudar al entorno ambiental con esta práctica.

    -Que esté en posesión de una licencia de caza autonómica para cada temporada cinegética. Cada autonomía expide su propia licencia. El cazador debe obtener la licencia de caza solo para aquella o aquellas comunidades en las que vaya a cazar. Cabe, no obstante, obtener la llamada “licencia única” que habilita para cazar en varias comunidades y en caso de disponer de una licencia extranjera, no es necesario que supere nuevamente el examen para obtenerla. La licencia de caza es personal e intransferible, es decir, que no puede ser cedida a otro para que cace con ella.

    -Estar en posesión del seguro obligatorio de responsabilidad civil del cazador. Sin este seguro la licencia de caza carece de validez.

    -Estar en posesión de una licencia de armas de fuego para caza menor (tipo E) o de caza mayor (tipo D). Para obtener la licencia de armas por primera vez es necesario superar un examen teórico y práctico como ya indicamos anteriormente. Las ballestas necesitan una licencia de armas del tipo E. Los arcos no necesitan licencia. La competencia para todo lo relacionado con las armas de fuego y las ballestas es competencia exclusiva del Estado (Ministerio del Interior, Guardia Civil-Intervención de Armas).

    -Ya para cazar, debe contar con la autorización, verbal o escrita, del titular del coto y otra serie de particularidades que detallamos a continuación:

    -Que no se encuentre inhabilitado para cazar, es decir, que no tenga retirada la licencia de caza (o de armas) por alguna infracción, penal o administrativa, que haya podido cometer.

    -Que cuando cace los haga siempre con artes o medios que estén legalmente permitidos.

    -Que cace siempre piezas de caza, esto es, aquellas especies que están incluidas en las listas autonómicas de especies cazables incluidas en los planes de caza de la temporada y territorio que corresponda. Éstos planes de caza, los redactados según los censos que realizan los propios cazadores, sin ninguna precisión, cuando debería hacerse según estudios estandarizados y presentarse anualmente actualizados.

    -Que cace siempre en la temporada o fechas en las que está permitido hacerlo (orden de vedas).

    Y, en general, que cace cumpliendo siempre las leyes y las normas que sean aplicables.

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    2. Extensión de territorios de caza en el territorio

    De las 50.510.210 hectáreas que conforman el territorio nacional, se estima que un total de 43.945.027 están destinadas a la caza, por lo que el 87% de la superficie de España es de caza, pese a que la representación a nivel nacional de las personas que realizan este tipo de actividad, no llega al 1% de la población total española.

    Las zonas cinegéticas se dividen en:

    Reservas de caza

    Terrenos declarados con el doble fin de conservar y promover determinadas especies y, una vez alcanzados los niveles de densidad adecuados, realizar el uso racional para fines cinegéticos y con la titularidad de la Comunidad Autónoma en la que se ubique. Para la práctica cinegética en las Reservas es necesaria la solicitud de un permiso de caza válido para una sola jornada cinegética. La asignación se realiza previa solicitud y por sorteo entre los cazadores locales, las sociedades de caza de ámbito regional y el resto de cazadores regionales que lo soliciten, reservándose un determinado número de cacerías para fomento del turismo.

    Cotos regionales

    Son zonas de régimen cinegético especial con una superficie mínima de 3.000 hectáreas y declaradas por la Comunidad. La gestión del coto suele adjudicarse a sociedades de cazadores por plazos de 5 o diez años que quedan obligadas al aprovechamiento cinegético sostenible a través de un Plan Técnico de Caza. Los permisos de caza son administrados por la propia sociedad y repartidos entre sus integrantes, reservando un 25% que pueden ser cedidos a la sociedad para la incorporación de nuevos socios.

    Zonas de caza controlada

    Se constituyen sobre terrenos de aprovechamiento común, donde existe una zona de reconocido interés natural en la que hay que regular la conservación y se tiene que garantizar un aprovechamiento ordenado de los recursos cinegéticos. La declaración de zona de caza controlada corresponde a la Dirección General de Ecosistemas Forestales y Gestión de Medio ambiente y suele tener una duración de 10 años prorrogable y con un estudio anual para declarar el aprovechamiento a utilizar.

    Cotos municipales de caza

    Promovidos por el ayuntamiento o entidades locales menores en los terrenos sobre los que posean la titularidad de los terrenos cinegéticos. Su gestión corresponderá a la entidad local promotora que podrá ejercerla directamente o mediante la cesión a sociedades de cazadores que deberán estar registradas en la Comunidad donde se de lugar. Un mínimo del 20% de los aprovechamientos cinegéticos se deberán destinar a cazadores locales y el 80% restante a cazadores no locales. De los ingresos obtenidos, se podrán destinar hasta un máximo del 30% a la financiación de actuaciones de interés general que le son propias, debiendo revertir en el acotado, al menos el 70% de dichos ingresos.

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    Cotos privados de caza: los titulares o propietarios de derechos reales o personas que determinen el uso de la caza en dichos terrenos son los que los promueven. Su finalidad es el aprovechamiento cinegético de las poblaciones naturales de caza existentes en los mismos con carácter privado mercantil y no pueden incluir terrenos catalogados como Montes de Utilidad Pública, salvo circunstancias excepcionales por no poder reunir la superficie mínima para construir un coto de caza ni poder integrarse en cotos deportivos o municipales colindantes.

    Cotos deportivos de caza

    La gestión se realiza sin ánimo de lucro y se promueven por sociedades de cazadores deportivas federadas y el uso se realiza por aquellos cazadores que estén afiliados. El cazador local que lo solicite tiene derecho a ser socio de la sociedad deportiva y a cazar en el coto deportivo, sin que estos puedan contemplar un número máximo de socios.

    Cotos intensivos

    Son de carácter privado y la actividad cinegética se realiza fundamentalmente con criterios comerciales o mercantiles. Se realiza mediante la suelta de animales criadas en cautividad y con al menos 200 metros de distancia con respecto a terrenos cinegéticos colindantes. Deben tener una superficie de entre quince y quinientas hectáreas y sus lindes deberán distar más de diez kilómetros, sobre proyección topográfica del coto de caza más cercano.

    Refugios de caza

    Son terrenos sometidos a régimen especial, en los que está prohibido con carácter permanente el ejercicio de la caza, salvo cuando por razones de orden biológico, técnico o científico debidamente justificadas, el órgano competente en la materia conceda la oportuna autorización, fijando las condiciones aplicables en cada caso.

    Teniendo en cuenta la tipología de los terrenos cinegéticos, se estima que los cotos privados de caza son los más numerosos, teniendo un total de 26.951 en todo el territorio y llegando a ocupar 29.098.095 hectáreas. La comunidad autónoma con más superficie de este tipo, llegando a ser de aproximadamente 8,39 millones de hectáreas es Castilla y León, 7,05 millones de hectáreas en Castilla la Mancha y 7,03 en Andalucía. De los 32.363 terrenos cinegéticos, 7.484 se encuentran en Andalucía, 5.884 en Castilla la Mancha y 5.592 en Castilla y León, por lo que teniendo en cuenta la extensión territorial y el número existente, los de Castilla la Mancha son los más grandes. Contrastando los datos de la última década, se observa que ha habido un aumento de 4.845.240 hectáreas sobre las 39.099.787 iniciales, por lo que ha habido un aumento del territorio cinegético del 12%. En particular, los cotos de caza privados son los que más han aumentado su número, pasando de los 25.880 existentes repartidos en 27.649.382 hectáreas en 2006 a los 26.951 de las últimas estadísticas.

    Pese a ello, en Castilla y León y Castilla la Mancha se ha producido una pérdida del 1,3% y 3,4% respectivamente del territorio total destinado y en Andalucía se ha incrementado un 10%. Por otro lado, si se tienen en cuenta todos los tipos de terrenos cinegéticos, ha habido un aumento en Andalucía del 11%, 1,7% en Castilla la Mancha y 1,8% en Castilla y León.

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    En cuanto a la señalización de los cotos de caza, es necesario reseñar que hay una normativa marco a la que se adhiere la comunidad de Madrid, la mayoría de comunidades autónomas desarrollaron sus propias disposiciones sobre la señalización de cotos de caza. La diferenciación viene regida por los diferentes parámetros referentes a la manera en la que deben ser colocadas las señales, así como sus dimensiones, leyendas, materiales, alturas, colores…

    Uno de los requisitos comunes es que las señales de primer orden deben estar realizadas de cualquier material que garantice su adecuada conservación y rigidez, con unas dimensiones de entre 33cmx50cm y un margen de tolerancia del 10%. Su altura desde el suelo a de ser de entre 1,50 y 2,50 metros con letras de unos ocho centímetros de altura y un centímetro de ancho. Estos carteles irán acompañados de las señales de segundo orden que son complementarias y la colocación debe de tener una distancia máxima de 600 metros una de otra y de 100 metros las de segundo orden. Si las condiciones topográficas no son favorables, la Administración puede variar los metros de distancia siempre y cuando no se exceda en 200 metros.

    Sin embargo, según datos recogidos en páginas de referencia en el mundo cinegético como es trofeocaza.com, en Extremadura han tenido lugar hasta 14 denuncias en tres meses por no señalizar un coto tal y como recoge la norma en vigor, por este motivo desde las asociaciones de cazadores se ha solicitado a la Dirección General de Medio Ambiente que realice algunas excepciones al respecto, como por ejemplo, la obligación de colocar señales de primer orden en terrenos no cinegéticos que discurran por el interior del coto o estén enclavados en el mismo, ubicar señales de segundo orden a lo largo de todo tipo de vías públicas (manteniendo solo la señalización obligatoria de autovías, autopistas y carreteras) y la de que todas las señales se emplacen sobre soportes propios que definan los límites del coto, permitiéndose por tanto su colocación en muros de piedra o alambradas de fincas o autovías. Está claro que este tipo de medidas benefician a las asociaciones cinegéticas con respecto a los costes de mantenimiento de los carteles, pero en nada a los usuarios que utilicen las zonas colindantes, teniendo en cuenta que tales extensiones tan amplias son utilizadas por menos del 1% de la población nacional como ya hemos citado anteriormente.

    bibiliografía:

    Informe Plomo WWF:

    https://drive.google.com/file/d/1u0b3vnTUCyWiE942SpeoUsIRlvbcn2Pw/view?usp=sharing

    Estadística anual de caza 2005-2015:

    https://docs.google.com/spreadsheets/d/1gW4F9b7zpLreKQMXuITN3eiy4jp8oEBDPTMSEp0cAQ4/edit?usp=sharing

    Metodología de la estadística anual de caza:

    https://drive.google.com/file/d/19z56BxoZCZpWegvV5-JlTYa387s8_tc5/view?usp=sharing

    Informe Artemisan Impacto Caza:

    https://drive.google.com/file/d/1sHpRkTSnOOtDgQ_8umc2KshxEQOjy-v4/view?usp=sharing

    Informe Verdades Caza Ecologistas en Acción:

    https://drive.google.com/file/d/1saz8bN9KHyceTln39MG1gHXqwwYIenCd/view?usp=sharing

    Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad.

    https://drive.google.com/file/d/1rLYaeZLW2GzxKJnwUOwF4R3gXwtUTRIx/view?usp=sharing

    https://drive.google.com/file/d/1u0b3vnTUCyWiE942SpeoUsIRlvbcn2Pw/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1u0b3vnTUCyWiE942SpeoUsIRlvbcn2Pw/view?usp=sharinghttps://docs.google.com/spreadsheets/d/1gW4F9b7zpLreKQMXuITN3eiy4jp8oEBDPTMSEp0cAQ4/edit?usp=sharinghttps://docs.google.com/spreadsheets/d/1gW4F9b7zpLreKQMXuITN3eiy4jp8oEBDPTMSEp0cAQ4/edit?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/19z56BxoZCZpWegvV5-JlTYa387s8_tc5/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/19z56BxoZCZpWegvV5-JlTYa387s8_tc5/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1sHpRkTSnOOtDgQ_8umc2KshxEQOjy-v4/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1sHpRkTSnOOtDgQ_8umc2KshxEQOjy-v4/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1saz8bN9KHyceTln39MG1gHXqwwYIenCd/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1saz8bN9KHyceTln39MG1gHXqwwYIenCd/view?usp=sharing

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    3. Datos económicos asociados a la caza

    En primer lugar, es necesario dejar claro que las cifras tanto de subvenciones como de ganancias recaudadas del ejercicio cinegético no son claras y ello se ha denunciado por varios colectivos. Fundamentalmente son las Comunidades Autónomas las que dedican millones de euros a la caza: subvención a cotos, apoyo para contratas guardas, apoyo a sociedades de cazadores, etc, con una lista muy amplia y subvenciones de grandes cuantías. Por poner un ejemplo al respecto, la Junta de Castilla la Mancha aprobó en diciembre del 2014 una subvención para los cotos de caza de 759.681€ y el Gobierno extremeño estableció ayudas de 841.000€ para los años 2013 y 2014 o el Gobierno de Madrid en este mismo año 2018 que de los 500.000€ destinados a subvencionar proyectos medioambientales, se ha utilizado un tercio para asociaciones relacionadas con la caza con un total de 163.000€. Se estima además, que también en la comunidad de Madrid, cada cazador recibe en subvenciones deportivas, los cazadores reciben de media 5,5€, lo que supone cinco veces más que lo percibido por cada futbolista, y aunque la cifra se ha reducido porque se ha catalogado como “sin interés público” debido a que precisamente tanto sus adeptos se ven reducidos año a año, hay baja afiliación femenina o de personas con discapacidad, esto implica una reducción del 20% en las subvenciones, sin embargo aún no hay una limitación total en estas cantidades y la cifra también se puede dar como ejemplo un titular que salió a la luz el pasado 29 de mayo, en la que la Federación Gallega de Caza dedicó 35.700€ de dinero público al campeonato de caza del zorro, así lo expuso “El País”, que en su noticia detalla además como desde el 2013, la Secretaria General de Deporte ha otorgado 141.289,90€ con abatidas de unos 12.000 y 13.000 zorros al año, todo ello después de los devastadores incendios acontecidos en Galicia, dejando la zona aún en periodo de reforestación más hostigada y sin posibilidad de que la recuperación de fauna y flora se haga factible.

    Además del apoyo directo a través de la financiación, la caza recibe cuantías económicas de forma indirecta de administraciones públicas, siendo un claro ejemplo el programa de TV Jara y Sedal, que lleva el nombre de la revista que lanza campañas contra los movimientos ecologistas y se emite en la televisión pública TVE, además de que se financia con fondos públicos desde hace más de 25 años.

    En cuanto a las ganancias obtenidas, es necesario discernir que la mayor transacción económica se produce por el arrendamiento de los terrenos, bien de carácter privado, municipal o regional. Contemplando para ello los costes de los cotos de caza menor privados, el precio suele oscilar desde los 1.000€ y los de caza mayor pueden alcanzar más de 5.000€ dependiendo del tipo de presa y extensión, pudiendo exigir por parte de la entidad municipal que corresponda, un impuesto sobre los Gastos Santuarios que no podrá superar el gravamen del 20%.

    Los datos totales referentes a las ganancias de la caza, son siempre facilitados por la Oficina Nacional de Caza (ONC) y no regidos por un estudio independiente. Las cifras de ganancias totales del año pasado, se tasan en más de 5.ooo millones de euros, (pese a que otro estudio presentado por Círculo Fortuny indica unas cuantías notablemente inferiores llegando a los 3.635.756.996€ y el número de empleos de forma directa o indirecta asciende a los 54.000 anuales. Otros sectores también relacionados con la defensa de la caza, llegan a tasar las cifras en 6.500 millones de euros y 200.000 empleos(Fundación FAES), lo que califica de dudosa veracidad todos los datos contemplados al respecto al ser sumamente

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    dispares y sin datos concretos de repercusión englobados en los documentos del INE como ocurre con otros mercados económicos.

    Pero, si analizamos los datos individualmente, (teniendo el dato ya expuesto del coste del alquiler del coto), ¿cuánto cuesta por persona llevar a cabo el “ejercicio” de la caza?

    Uno de los requisitos imprescindibles para llevar a cabo la caza es la licencia de armas, su obtención puede llevarse a cabo a partir de los 14 años, un dato que es sumamente reseñable ya que un menor de esa edad requiere una Autorización Especial para Menores, (AEM). Entre las restricciones de este tipo de licencias, se encuentran la obligatoriedad de estar acompañados por un adulto con su correspondiente licencia cuando vaya a emplear el arma.

    Tampoco pueden portar o poseer armas fuera del ámbito de la caza y solo pueden utilizar armas de aire comprimido o de ánima lisa para perdigones para la caza menor, mientras que a partir delos 16 años también pueden usar las largas de ánima rayada para el uso de balas en caza mayor y tiro deportivo.

    Para obtener este permiso, el menor deberá realizar pruebas teórica y práctica muy similares a las de los adultos y tendrá validez hasta alcanzar la mayoría de edad.

    Así mismo, existen varios tipos de licencias, los identificados como D y E se corresponden específicamente a la caza. La licencia A autoriza el uso de armas por parte del personal del Ejército o de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la B se corresponde con el uso de armas cortas para uso particular, la C para armas de vigilancia privada, y la F para las empleadas en concursos de tiro en galerías.

    Si nos vamos a los costes en concreto de la obtención de la licencia, detallamos a continuación las diferentes tarifas necesarias:

    -La realización de las pruebas de capacitación tiene un coste oficial de 92,24€.

    -La obtención de una licencia tipo D por primera vez implica el pago de una tasa de 14,97€, que baja a los 11,23€ cuando se desee renovar.

    -La obtención o renovación de una licencia del tipo E cuesta 11,23€.

    -La licencia de caza autonómica tiene un coste variable en función de la Comunidad Autónoma, que valora criterios como la duración de la vigencia o el tipo de caza que se va a desarrollar. En el caso de la licencia inter-autonómica, su coste para la caza es de 70€ al año.

    -El certificado de la prueba psicofísica también tiene un precio variable, en función del centro al que se acuda, puede rondar los 70€, aunque solo es imprescindible su obtención en la primera ocasión, por lo que no repercute gastos los años posteriores.

    Para la obtención de estas licencias, aparte de las pruebas teórica y práctica que será evaluada por la Guardia Civil, el solicitante de la licencia del tipo D, deberá completar su documentación con la entrega de una declaración jurada de que guardará su arma larga y otras piezas necesarias para su uso en un armero o caja fuerte autorizada, cerrada pertinentemente y la revista de armas es obligatoria para

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    renovar la licencia. Todas las armas deberán ser revisadas obligatoriamente cada cinco años, a excepción de armas cortas o las específicas de concursos e tiro en galería.

    Una vez establecidos los costes de licencias y alquiler del terreno cinegético, vamos a detallar los baremos de valoración de las especies cazadas ilegalmente que tiene distinto valor en función de la comunidad autónoma, a lo que ha de sumarse los incrementos por trofeo en las piezas mayores:

    Andalucía:

    Ciervo 1.896€

    Corzo 1.517€

    Jabalí 578€

    Conejo 38€

    Perdiz 57€

    Tórtola 19€

    Zorzal 8€

    Castilla y León:

    Ciervo 6.174€

    Corzo 6.174€

    Jabalí 3.087€

    Conejo 308,7€

    Perdiz 617,14€

    Tórtola 617,14€

    Zorzal 617,14€

    Aragón:

    Ciervo 3.000€

    Corzo 3.000€

    Jabalí 300€

    Conejo 150€

    Perdiz 300€

    Tórtola 100€

    Zorzal 100€

    Castilla la Mancha:

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    Ciervo 3.000€

    Corzo 1.500€

    Jabalí 750€

    Conejo 38€

    Perdiz 100€

    Tórtola 38€

    Zorzal 38€

    Siguiendo con la suma de los costes, se deben añadir las linternas, señuelos, armas de aire comprimido, miras, productos de limpieza y mantenimiento, señuelos, monturas para trofeos, etc, Este tipo de enseres están a la venta con secciones específicas en plataformas como Amazon o el Corte Inglés, pese a que anteriormente se citó que hay licencias específicas para las armas de aire comprimido, la adquisición de este tipo de enseres no requiere ningún tipo de documentación al realizar la compra Online y los costes por un equipo completo que englobe los elementos citados, puede alcanzar fácilmente los 200€ aproximadamente, llegando a alcanzar los 300€ o 500€ si se adquieren además cámaras de vigilancia con camuflaje y prismáticos de altas prestaciones.

    En cuando a los costes en armería, pueden rondar entre los 400€ por un rifle, hasta unos 6.000€ por una escopeta de alta gama, los cartuchos de balas y perdigones entre 12€ y 20€, también pudiendo adquirirse a través de páginas web y sin restricciones en la compra.

    Realizando un balance de todos los costes indicados hasta el momento, teniendo en cuenta que la caza está en declive y por el momento hay 850.000 licencias federativas, (siendo casi el doble en la década de los 90 y con poco relevo generacional), no se llega a alcanzar las cifras mínimas que se estiman parte de las asociaciones de cazadores de los 3.635.756.996€, sería necesario que cada persona que ejerce la caza gaste de media unos 4.700€ al año aproximadamente, por lo que se entiende que el resto de cifras asociados a esta cantidad van asociados a los empleos que argumentan genera la caza todos los años. El listado que resulta al consultar el número de armerías disponibles en todo el territorio, alcanza la cuantía de 281, teniendo en cuenta que su dedicación también atañe a la pesca, tiro con arco y otros deportes, implica que sus ganancias no derivan de forma exclusiva de la caza.

    Otro de los supuestos empleos que otorga la caza en España, es el de los Guardas Rurales, pese a que en los propios foros de caza se indica que muchos cotos no tienen esta figura y que en muchas ocasiones se suple por las asociaciones de cazadores para abaratar costes. Se estima que el salario de un empleado de este tipo oscila los 1.304,94€ según el Convenio colectivo del sector de Empresas Energéticas, sin embargo son contrataciones temporales de unas 36 jornadas al año y de cuatro horas para que se repartan entre los días de caza y de media veda, por lo que la cifra de los 200.000 empleos al año por esta actividad queda muy lejos de la realidad, al no tener obligatoriedad de contratación de esta figura por parte de las asociaciones de cazadores.

    Otro de los empleos destinados a la caza son las granjas de cría de perdices, alcanzando la cifra anual de 5 millones de ejemplares en el estado español, alguna de ellas mantenida por los gobiernos autonómicos como la de Torreferrusa en Cataluña.

    Si a los datos facilitados e incluyendo las subvenciones un tanto ilícitas que se llevan a cabo por las Autonomías, restamos además los efectivos destinados a accidentes de caza, perreras y protectoras sobre-saturadas cada año por los perros desechados para seguir ejerciendo y otros menesteres

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    similares, es palpable que además de que las cifras aportadas de ganancias no son muy coherentes, también ocasionan anualmente grandes gastos que fácilmente podrían ser destinados a otras actividades de interés.

    Por poner un ejemplo, se estima que anualmente se da permiso para cazar 4.4 millones de conejos, 1.4 millones de liebres, 5 millones de perdices, 90.000 ciervos y 3.664 rebecos entre otros, lo que ocasiona el declive de los predadores naturales, además de la introducción de animales criados y la mezcla de jabalíes salvajes con cerdos para que sean menos esquivos, tengan mayor tamaño y mayor número de crías ( mezclar genéticas de diferentes especies deliberadamente debería tipificarse como delito medioambiental) y lo que otorga disparidad en los datos de superpoblación que limitan la caza anual.

    En cuanto a los accidentes de caza, solo en la última década han fallecido cerca de 300 cazadores, tal y como cita un artículo publicado en Federcaza y los cálculos publicados en el portal agentesforestales.net, la media anual es de entre 44 y 54,5 de muertes al año y el número de heridos es de entre 2.585 y 5.282 que incluyen tanto a los propios cazadores como a otros usuarios de los montes por los cepos y trampas derivados de los primeros y la atención psicológica necesaria de por vida de los acompañantes que producen el tiro no certero ocasionando esas bajas. Si nos basamos en los costes derivados del uso de perros en la caza, se estima que teniendo una media de tres o cuatro perros de acompañamiento por cazador, puede haber aproximadamente más de 2 millones dedicados a la actividad cinegética, lo que supone para sus dueños unos costes de 400 millones de euros al año en total. Si la cifra es tan elevada es por el riesgo al que están expuestos los canes en esta actividad y precisamente por este motivo, la ley obliga a tener al menos, un seguro de Responsabilidad Civil que cubra los daños a terceros en el ejercicio de su actividad. Para que el animal se encuentre dentro del seguro, debe de tener una cobertura específica que será distinta en caso de los perros de raza potencialmente peligrosa, pero hay obligatoriedad en esta medida. Hay otras coberturas que pueden ser contratadas para que el propio cazador esté asegurado, pero como se ha indicado anteriormente, al no ser medidas imprescindibles para el ejercicio de la caza, todos los accidentes posibles acaban recayendo en la sanidad pública con los costes médicos que ello supone.

    Otro ejemplo claro de los gastos que genera a las arcas públicas la actividad de la caza son los accidentes de animales y vehículos en las carreteras. Los animales gregarios como son la mayoría de los herbívoros catalogados de cinegéticos de caza mayor, son sometidos a una persecución incesante por parte de los cazadores, al ser incluidos en la mayoría de los planes de caza de los territorios en los que habitan además de en muchos de los permisos excepcionales que se expiden por daños a la agricultura. Está estudiado que durante una batida los miembros de una manada llegan a dispersarse kilómetros, pudiendo tardar incluso mes y medio en reencontrarse, lo que supone que crucen carreteras y causen accidentes importantes durante mucho más tiempo del estimado por los seguros de accidentes, y que repercuten en grandes perjuicios económicos y de la salud de los conductores. Se estima ya, (tal y como calcula el Informe del Centro de Estudios Ponle Freno-AXA), que el número de accidentes de tráfico provocados por jabalíes ha aumentado hasta el 35% frente al 30% que representaban en 2014. El corzo y el perro han intercambiado posiciones en el segundo (25%) y tercer puesto (22%) de animales que provocan mayor siniestralidad.

    La responsabilidad en accidentes de tráfico ocasionados por especies cinegéticas recae sobre los conductores, sobre los propios afectados. Es muy difícil demostrar que el accidente ha sido consecuencia de la actividad cinegética para que sea la comunidad autónoma o los seguros de responsabilidad civil de los cazadores los que asuman las indemnizaciones. Para ello hay que demostrar que el propio perjudicado no haya contribuido a la producción del daño, que el accidente se ha ocasionado en el transcurso de las 12-24 horas siguientes a una batida (el tiempo varía por comunidades autónomas), que la batida se haya llevado a cabo en un coto ubicado a una distancia

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    inferior o igual a x metros sobre del accidente (depende de comunidades, entorno a mil metros) o que se estuviera cazando en terreno no cinegético próximo, que no estuviera señalizado correctamente o hubiera un vallado en mal estado, etc.

    La estrategia reproductiva de muchas de nuestras especies catalogadas como cinegéticas, sobre todo aquellos considerados “plagas”, es la estrategia de la R. El jabalí como especie r-estratega responde rápida y dinámicamente a la presión cinegética. Así pues a mayor presión cinegética mayor descendencia, se adelanta su madurez sexual y el periodo de gestación se reduce. Se causa entonces el efecto contrario: nos encontramos con que la población se ha multiplicado exponencialmente, tenemos manadas disgregadas en continuo movimiento de miembros muy jóvenes e inmaduros (las piezas preferentes por los cazadores son los animales grandes y sanos, por lo que la media de edad de los jabalíes adultos de jabalíes es de apenas 2 años, cuando su esperanza de vida es de 15-20 años) Esta inmadurez les lleva a acercarse a las poblaciones o a los cultivos para alimentarse, entre otros porque no reciben el aprendizaje necesario de copiar hábitos como la búsqueda de alimento en su medio natural. Incluso modifican hábitos por pura supervivencia, se está comprobando que tienen cada vez más actividad nocturna porque es cuando no hay actividad cinegética.

    En el entorno rural, a menudo los agricultores y ganaderos se ven acosados por la versión cinegética del acoso inmobiliario, que se ve reflejado en las actuaciones de grandes cotos de caza que asfixian pequeños pueblos y caseríos. Dos ejemplos son el caserío de la Venta de la Inés en Ciudad Real y el pueblo de Villaescusa de Palositos en Guadalajara. La alternativa por la que se abogan desde los sectores cinegéticos referente a la cría de perdices para la posterior suelta, ha demostrado ya desde el 2009, que las aves de caza procedentes de granja no sobreviven en el medio natural más de 15 días, por lo que en caso de que se pretenda repoblar la zona tras las batidas, no se lleva a cabo de forma exitosa, por lo que los predadores naturales de estas especies se ven obligados a incurrir en buscar alimento en las explotaciones ganaderas colindantes. En las 1.291 granjas distribuidas en el territorio, se han encontrado deficiencias fisiológicas, morfológicas, sanitarias y genéticas, resultando al final un derroche de medios al respecto sin grandes beneficios para la fauna de la zona.

    En cuanto a los costes derivados de la contaminación, cada temporada dejan en el campo 5.000 toneladas de plomo, sumándose a los envases desechados, que suponen un gran impacto ambiental y la muerte de decenas de miles de aves acuáticas y de los propios ganaderos que realicen su actividad en zonas colindantes, todo ello cifras que no hacen más que enflaquecer las cifras de las ganancias facilitadas.

    4. Alternativas económicas a la caza

    Si hay una clara forma de justificar que existen opciones disponibles alternativas a la caza en nuestro territorio, es seguir el ejemplo de los territorios donde ya está prohibida, un claro ejemplo son los Países Bajos, las Antillas Holandesas, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda o Kenia. Además de ello, la caza de Tórtolas ya está prohibida en los cielos europeos y el hecho de esas cifras en retroceso de las licencias de caza son una prueba palpable de que no han sido uno de los grandes factores en el detrimento de la economía nacional.

    Para facilitar un enfoque más amplio, señalamos a continuación algunas alternativas plausibles:

    El Plan Sectorial se centra en el turismo de naturaleza, considerado éste de un modo amplio y no restrictivo. Se entiende por turismo de naturaleza aquél que tiene como principales motivaciones la

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    realización de actividades recreativas, de esparcimiento, interpretación, conocimiento o deportivas en el medio natural.

    Dentro de este concepto general tienen cabida diferentes modalidades que cuentan con definiciones propias como pueden ser el eco-turismo, el turismo activo o el turismo de esparcimiento.

    En consecuencia, «turismo de naturaleza» engloba un gran número de actividades realizadas en el medio natural como escenario principal y con la biodiversidad como recurso protagonista en mayor o menor grado. Este plan se centra en reforzar las sinergias positivas relacionadas con la conservación de la biodiversidad y el turismo de naturaleza, teniendo en cuenta la ventaja competitiva que supone que la biodiversidad de España sea la más relevante de la Unión Europea y que el sector turístico sea uno de los más importantes en cuanto a su impacto económico en las cuentas nacionales de España.

    La biodiversidad es uno de los principales factores que motivan los viajes, ya que la variedad de paisajes y ecosistemas bien conservados actúa como atractivo básico de los destinos turísticos. Esto es especialmente relevante en el caso del turismo de naturaleza, que se basa en el conocimiento, disfrute y contemplación de la diversidad biológica.

    La meta de este Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad es poner en valor la biodiversidad de España para impulsar el turismo de naturaleza como actividad económica generadora de empleo, asegurando siempre la correcta conservación de los valores naturales del territorio; dicho en otras palabras, integrar los objetivos de conservación de la biodiversidad en las políticas relacionadas con el turismo y posibilitar la inversión en biodiversidad creando empleo, crecimiento económico y estabilizando la población rural. Se ha elaborado de modo conjunto entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. En su elaboración también han participado las comunidades autónomas, a través de la Comisión Estatal del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, de la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente y de la Mesa de Directores Generales de Turismo.

    En la tramitación del Plan sectorial se han realizado consultas a los agentes económicos y sociales a través del Consejo Estatal del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Asimismo, el Plan sectorial se ha sometido a información y consulta pública abierta a todos los ciudadanos.

    Existe un creciente reconocimiento de la importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas como capital natural generador de servicios esenciales para el bienestar humano y el desarrollo socio-económico. Su adecuada conservación y gestión es, por tanto, un elemento clave para avanzar en la senda de una economía verde que contribuya a la construcción de un proceso de desarrollo sostenible y un resurgimiento del mundo rural.

    Esta demanda resulta especialmente obligada en el sector turístico, uno de los más importantes en cuanto a su impacto económico en las cuentas nacionales, y en particular en el turismo de naturaleza, por su estrecha relación con el uso de la biodiversidad.

    Bajo estas circunstancias, el presente Plan Sectorial de Turismo de Naturaleza y Biodiversidad (Plan Sectorial en adelante) busca poner en valor la riqueza natural de nuestro país para impulsar el turismo de naturaleza como medio de desarrollo socio-económico en lugares con valores naturales destacables, integrando los objetivos de conservación y uso sostenible de la biodiversidad.

    En consecuencia, «turismo de naturaleza» engloba un gran número de actividades realizadas en el medio natural como escenario principal y con la biodiversidad como recurso protagonista en mayor o menor grado.

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    El Plan Sectorial apuesta por la creación e impulso de productos de turismo de naturaleza acreditados por su sostenibilidad en relación a la biodiversidad, que proporcionen al turista experiencias singulares, acordes con la relevancia y exclusividad de la biodiversidad española. De este modo, se pondrá en valor la biodiversidad sin amenazarla y se mejorará la posición de España como destino de turismo de naturaleza, captando más turistas y mejorando la rentabilidad del sector.

    Además, el Plan Sectorial busca mejorar la forma en que se practican las actividades relacionadas con el medio natural, para evitar impactos no deseados sobre la biodiversidad y sensibilizar acerca de su valor.

    España atesora una riqueza en biodiversidad excepcional, entendida como la variabilidad de organismos vivos de todas las clases, incluida la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas. Es uno de los estados miembros de la Unión Europea con mayor relevancia en cuanto a presencia de hábitats y especies. Entre otros, destaca el número de plantas vasculares, que supera las 8.000 especies, suponiendo el 85% de las especies de plantas vasculares inventariadas en la Unión Europea. Respecto a las especies de fauna, en España se citan aproximadamente la mitad de las 14.2000 estimadas en Europa.

    Estos extraordinarios valores ambientales tienen su reflejo en la importante red de espacios protegidos. En particular, España se encuentra entre los estados miembros de la Unión Europea que mayor superficie aporta a la Red Natura 2000, con más de 1.400 Lugares de Importancia Comunitaria y casi 600 Zonas de Especial Protección para las Aves, que representan más del 27% de nuestro territorio, unos 13,7 millones de hectáreas. Además, España es uno de los estados en los que es posible encontrar mayores extensiones de territorio en estado natural o seminatural.

    España alberga, por tanto, un enorme capital natural que debemos poner en valor como fuente de ingresos, generador de empleo y estabilizador de la población rural, asegurando la sostenibilidad a medio y largo plazo del modelo que se plantee.

    Esta biodiversidad es utilizada de un modo directo, entre otros, por el turismo de naturaleza, ya que entre las motivaciones de los turistas siempre se encuentran elementos de ésta —especies, ecosistemas, paisajes, culturas tradicionales—.

    El buen estado de conservación de la biodiversidad de un territorio es un componente esencial para su elección como destino de actividades de turismo de naturaleza. La calidad de un entorno natural, su diversidad y el valor de los recursos naturales son tres de los aspectos más valorados en la elección de un destino de turismo de naturaleza.

    Estudios recientes desarrollados a escala de la Unión Europea(*) señalan que las atracciones ambientales se han convertido en uno de los criterios principales para los visitantes a la hora de seleccionar su destino vacacional. En concreto, apuntan que el 21% de los visitantes otorgan importancia a la presencia de lugares de la Red Natura 2000 a la hora de elegir sus destinos turísticos.

    Las mismas fuentes estiman entre 1.200 y 2.200 millones las visitas a lugares de la Red Natura 2000 en el año 2006, con gastos asociados efectuados entre 50.000 y 90.000 millones de euros. En el mismo año, las actividades de turismo y recreativas en la Red Natura 2000 suponían en torno a 5 millones de trabajos equivalentes a tiempo completo.

    En España, el estudio del Plan Nacional e Integral del Turismo estimó 35 millones de pernoctaciones anuales asociadas al turismo de naturaleza. Sin duda, el turismo de naturaleza representa una actividad económica que genera beneficios en economías locales y que ofrece una oportunidad de desarrollo económico y social basado en los recursos naturales propios del territorio.

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    El turismo de naturaleza ha crecido en los últimos años en tasas superiores a las del turismo convencional, suponiendo una relevante fuente de ingresos y de generación de puestos de trabajo en entornos rurales con valores naturales, incluidos los espacios de la Red Natura 2000, siendo previsible que esta tendencia se mantenga a la alza. Así, España se encuentra en una posición privilegiada para el turismo de naturaleza, tanto en el mercado nacional como en el europeo, que puede ofrecer productos y destinos exclusivos, diferenciados y de calidad teniendo en cuenta nuestros ecosistemas, paisajes y modos de vida tradicionales que representan un gran atractivo para muchos turistas.

    La viabilidad del sector del turismo de naturaleza está condicionada, no obstante, a la conservación, el mantenimiento y la mejora de la biodiversidad de los lugares donde se realiza. Para asegurar su sostenibilidad, es fundamental planificar y ordenar la ubicación de las actividades de turismo de naturaleza, su intensidad y temporalidad, de manera que no provoquen degradación o daños irreversibles en el medio natural y se practiquen de un modo compatible con la conservación de los valores naturales y con la gestión que se realice en cada territorio.

    El año 2015 se ha convertido en un hito para la sostenibilidad por ser el año en que los Gobiernos han consensuado la adopción de la agenda para el desarrollo post-2015. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que retoman y expanden los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuya aplicación culmina en 2015, comprenden 17 objetivos y 169 metas y serán el marco de la nueva agenda mundial de desarrollo para los próximos quince años. El turismo sostenible está firmemente posicionado en la agenda para el desarrollo post-2015 que se centra en la promoción del «crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos» incluye la meta 8.9: «De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales».

    Es imprescindible asegurar la sostenibilidad del sector, garantizando su compromiso con la protección medioambiental para mitigar los efectos negativos sobre las personas y los destinos turísticos.

    Las empresas del sector pueden participar en la lucha contra el cambio climático, reduciendo el consumo de energía, fomentando el uso de energías renovables y creando alianzas para combatir el cambio climático.

    El turismo sostenible contribuye a generar beneficio a largo plazo invirtiendo en medidas de lucha contra la deforestación y la desertificación, para mantener los destinos turísticos en condiciones óptimas y generar un mayor flujo de visitas y beneficios para el medioambiente y las comunidades locales.

    Las empresas que apuestan por un turismo sostenible pueden crear programas para los turistas enfocados en cómo preservar y cuidar el medioambiente, para ayudar a las comunidades locales a administrar las visitas de modo que obtengan el mayor beneficio posible con un mínimo de riesgos para sus ecosistemas, su diversidad biológica y su flora y fauna.

    El ODS 8, que se centra en la promoción del «crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos» incluye la meta 8.9: «De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales».

    El turismo puede contribuir a impulsar sociedades pacíficas e inclusivas, a fomentar la protección de los derechos fundamentales de las comunidades locales y a luchar contra la corrupción. El turismo fomenta la tolerancia y el entendimiento entre diferentes culturas y sirve de medio de vida a las comunidades locales, evitando la violencia y consolidando la paz en sociedades que han vivido conflictos recientes.

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    Las empresas del sector deben involucrar a la población local en sus actividades, proporcionándoles un trabajo decente y llevando a cabo decisiones conjuntas en relación al uso de los recursos locales, introducir medidas de transparencia en la organización para luchar contra la corrupción y garantizar y proteger los derechos humanos de los locales, turistas y sus empleados.

    Un ejemplo cuantitativo notable es el Turismo lobero de observación, que no es estacional, en 2012: 450.000 €. Solo en el entorno de Villardeciervos.

    En 3 años solo los clientes de la empresa Llobu han dejado en la zona 175.000 €. Y ha movido a la zona 499 personas a lo largo del año, sin estacionalidad. La caza del lobo supone unos 40.000€. Moviendo a 9 personas, por definirlas de alguna forma, como mucho de manera muy estacional esos 9 individuos pasan 4 ó 5 días en la zona.

    Es evidente, por la falta de estacionalidad y el volumen económico, que un lobo vale infinitamente más vivo que muerto. Y el resto de fauna igual. Sacando a los pistoleros del monte la fauna sería más fácilmente observable y el turismo de observación se multiplicaría. El turismo de observación trae gente de todo el mundo. Irlanda, Inglaterra, Holanda, Francia… también de toda España. La caza, mueve mucha menos gente y toda se dejaba la pasta en los grandes latifundios cinegéticos.

    El turismo de observación deja cantidades económicas importantes también en esos latifundios, pagando por entrar a ver la fauna vida llegando a ser cantidades de 40.000€ en pocos días en lugar de ser una cifra anual como ocurre actualmente con la caza.

    Otra alternativa factible viene derivada de los cotos de caza que pertenecen a municipios o concejos de vecinos, en muchas ocasiones el alquiler de dichos cotos supone una forma de mantener pequeños arreglos en la población, pero con las cantidades que se manejan de las ganancias cinegéticas, no son suficientes para potenciar la economía en municipios cada vez más despoblados y con un gran envejecimiento de sus habitantes, por este motivo, además del uso de la mayor parte del terreno en ese turismo del que hemos hablado con anterioridad, es factible que en las zonas más próximas a la población se establezcan zonas de recursos energéticos renovables, que, dependiendo del tipo de terreno donde esté ubicado el coto, causen el menor impacto ambiental posible. Si se valoran los costes y ganancias de la construcción de una planta solar, los valores resultantes son los siguientes en función de los dos tipos de inversión que hay actualmente para ello:

    -Construcción de una planta solar fotovoltaica de gran capacidad a partir de 1 mW con el propósito de venta al distribuidor eléctrico con un contrato a largo plazo. La tarifa de venta en este caso sería 0,05 - 0,07€ por kilovatio por hora. El coste de la construcción de la planta varía entre 1 y 1,2€ por 1w de capacidad, una planta solar de 1mW tendría un coste de construcción de 1.000.000 – 1.200.000€. La ganancia adquirida de tal inversión en plazo anual estaría entre 125.000 y 160.000€ al año. Teniendo en cuenta que la demanda es garantizada.

    -Instalación de un sistema fotovoltaico para una producción o cualquier otro negocio con una demanda energética superior. Por ejemplo: una fábrica consumiendo energía a 0,15€ el kWh (sin IVA) tiene que desembolsar la cantidad de 100.000€ + IVA al año, invirtiendo en la instalación de un sistema fotovoltaico en la azotea o terreno cercano, firmando un contrato a largo plazo con la fábrica, se podría vender la energía generada por su sistema fotovoltaico a precio 15-20% más bajo que el del distribuidor. Así el fabricante ahorraría hasta 25.000€ al año y se tendría una tarifa de venta superior a la ofrecida por el distribuidor, garantizada en el contrato con corrección inflacionaria. Este tipo de inversión genera un porcentaje de beneficio anual superior al primero.

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    Este tipo de inversión supone, por un lado que sea compatible con otros sistemas de financiación en las lindes del coto, y que además las poblaciones puedan beneficiarse de servicios de luz y calefacción gratuitos y luchar contra el empobrecimiento energético. También es necesario tener en cuenta que no limita los empleos derivados de la actividad, es decir, los Guardas Rurales son necesarios igualmente para el mantenimiento y control de la fauna y se añadirían los puestos de las plantas colindantes. Además de ello, en la actualidad hay varias cooperativas energéticas que están dando lugar a un mayor empoderamiento de la ciudadanía sin la dependencia actual de las grandes empresas energéticas del país. Algunos ejemplos de estas cooperativas son LaCorriente, Grupo Enercoop, Som Energía, GoiEner, Nosa Enerxia, que además realizan un asesoramiento integro a la hora de llevar a cabo las instalaciones para que el aprovechamiento energético sea óptimo. Si nos buscamos además en un claro ejemplo de como un entorno rural en declive puede beneficiarse de un cambio radical y mejora económica y aumento de población, es la Isla danesa Samso, el proyecto que comenzó en el año 1997 está integrado casi por completo por los isleños en el formato de cooperativas energéticas, tienen alguna empresa pequeña también, aunque lo que más destaca es que de ser una isla con un sector meramente basado en la ganadería en declive por el envejecimiento de la población y la situación económica del sector, que actualmente ha generado más empleo con esta nueva alternativa de personal técnico especializado.

    Bibliografía:

    (*) Bio Intelligence Service (2011), Estimating the economic value of the benefits provided by the tourism/recreation and Employment supported by Natura 2000, Final report prepared for European Commission-DG Environment.

    Real Decreto 416/2014, de 6 de junio, por el que se aprueba el Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad 2014-2020.

    https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2014-6432

    Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad 2014-2020

    https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-la-biodiversidad/conservacion-de-la-biodiversidad-en-espana/cb_esp_plan_sect_turismo_nza_y_biodiversidad.aspx

    Organización Mundial del Turismo y Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas

    http://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/turismo_responsable_omt_pm_acc_20170126.pdf

    turismo responsable:

    https://drive.google.com/file/d/1rqwliiANDXjxo8ZjfXcOGrYOevp13ha4/view?usp=sharing

    turismo sostenible:

    https://docs.google.com/document/d/1a8WXblVPy8_Jo1LTkl0tbkk2FfKtHB3ayyiax9hZHd8/edit?usp=sharing

    5. Perros de caza e impacto sobre otros animales silvestres y domésticos.

    5.1. Perros de caza

    España es el único país donde la caza con perro aún es legal en toda la unión europea y cabe destacar que el único colectivo contrario a la entrada en vigor del Convenio europeo de cuidado de mascotas, donde se prohibía el corte de rabos y orejas a los perros fue el colectivo cazador. Recordar también que la prohibición desde Europa del silvestrismo y las autorizaciones de capturas para la mejora de las razas en cautividad también fue rechazado por este mismo colectivo.

    https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2014-6432https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2014-6432https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-la-biodiversidad/conservacion-de-la-biodiversidad-en-espana/cb_esp_plan_sect_turismo_nza_y_biodiversidad.aspxhttps://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-la-biodiversidad/conservacion-de-la-biodiversidad-en-espana/cb_esp_plan_sect_turismo_nza_y_biodiversidad.aspxhttp://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/turismo_responsable_omt_pm_acc_20170126.pdfhttp://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/turismo_responsable_omt_pm_acc_20170126.pdfhttps://drive.google.com/file/d/1rqwliiANDXjxo8ZjfXcOGrYOevp13ha4/view?usp=sharinghttps://drive.google.com/file/d/1rqwliiANDXjxo8ZjfXcOGrYOevp13ha4/view?usp=sharinghttps://docs.google.com/document/d/1a8WXblVPy8_Jo1LTkl0tbkk2FfKtHB3ayyiax9hZHd8/edit?usp=sharinghttps://docs.google.com/document/d/1a8WXblVPy8_Jo1LTkl0tbkk2FfKtHB3ayyiax9hZHd8/edit?usp=sharing

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    Como se citó anteriormente en este documento, se estima que de media un cazador va acompañado de 4 o 5 perros, teniendo cada uno una vida útil de 5 años como máximo, aunque lo habitual es que sea en solo los 3 primeros años de los 14 que puede vivir el animal, por lo que el resultado del desecho del animal y sustitución, supone según datos registrados de la Guardia Civil de los últimos 5 años, que el 40% de los perros que sufren maltrato, abandono o robo son de caza. En el transcurso de estos cinco años, un total de 66.242 perros sufrieron algún tipo de maltrato según cifras del Seprona, de los que 27.724 son de caza y teniendo en cuenta que este sector es minoritario al alcanzar la cifra de ese 1% de población que indicamos en el primer punto. Es necesario tener en cuenta, que a estas estadísticas se deben sumar los casos de recogidas de canes por parte de las comunidades autónomas, ayuntamientos, protectoras y asociaciones voluntarias, por lo que al no poder cuantificar estos datos, el propio Seprona estima que las cifras son mucho mayores al no tener ningún organismo oficial que recoja estos datos.

    La desproporción es especialmente notable en el caso de los robos, donde el porcentaje de perros de caza llega en algunos casos al 80%, por poner un ejemplo al respecto, solo en 2012 fueron sustraídos 646 perros de los cuales 503 eran de caza. En 2016 esta estadística marca la totalidad de 384 de las cuales 309 eran de caza.

    Si nos vamos a los datos del Seprona con respecto al abandono, en 2015 la Guardia Civil contabilizó 188 de un total de 450 y la cifra no mejoró demasiado al año siguiente al ser de 158 de un total de 434, estas cifras son muy bajas si se comparan con que las asociaciones protectoras calculan que se abandonan unos 50.000 galgos cada año en nuestro país.

    En cuanto a los datos de maltrato, solo en el año 2016 se registraron que de los 18 perros ahorcados en total, la mitad eran de caza. La lista de perros de caza que sufrieron maltrato ese mismo año o hallados en malas condiciones de alojamiento e higiene ascendió a 957, 37 con desnutrición y la cifra más significativa es la de perros que no estaban registrados, carecían de microchip o alguna vacuna que llegó a ser de 3.325 y teniendo en cuenta además que al no disponer de microchip, tampoco se le establece la vacuna de la rabia que es obligatoria en la mayoría de Comunidades Autónomas, así como la revisión de desparasitación interna y externa de fácil transmisión.

    Para calcular los gastos derivados en las asociaciones protectoras de estos canes, hay que tener en cuenta que al año se abandonan 138.000 perros en toda España, se calcula que el coste medio de mantenimiento de un perro es de unos 800€ al año y ello en caso de que esté sano. Si extrapolamos estos datos sólo a las cifras citadas de los galgos, la cifra asciende a 40.000.000€ al año, teniendo en cuenta que hay más de diez razas dedicadas a la caza en el territorio, por lo que los gastos son aún más numerosos. Si además el animal ha sufrido un maltrato y necesita cirugía y rehabilitación, la cifra por perro puede aumentar de forma difícil de asimilar por las protectoras.

    5.2 Especies Silvestres

    Por su posición geográfica (entre dos continentes), su compleja orografía y su diversidad climática, España alberga una extraordinaria diversidad de especies silvestres. En total podría rondar las 80.000, aunque todavía no se puede dar una cifra precisa porque para ciertos grupos, sobre todo invertebrados, el conocimiento taxonómico es incompleto. España también alberga numerosas especies migratorias, tanto terrestres como marinas, para las cuales nuestro país es punto clave en sus viajes.

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    Las especies españolas se enfrentan a un buen número de amenazas, fundamentalmente derivadas de la transformación del territorio, de la pérdida y degradación de los hábitats naturales, de la sustitución de los usos tradicionales, de la fragmentación de las poblaciones naturales y del cambio climático. Mención especial merecen las especies exóticas invasoras, una de las mayores amenazas que actualmente afrontan las especies autóctonas.

    Lejos de cualquier criterio de conservación, el sector cinegético ha introducido deliberadamente especies no autóctonas en nuestro país para su caza, como son el muflón, el arruí o el gamo, y como muestra del trato de favor que recibe éste sector por parte de las instituciones nos encontramos con hechos históricos tan peligrosos como es la reciente reforma de la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad por la que se amnistió a algunas especies hasta entonces invasoras, como la trucha arcoíris, la carpa, el cangrejo rojo o el arruí, para su aprovechamiento cinegético y piscícola.

    Los ecosistemas cuentan con sus propios sistemas de autorregulación, los desequilibrios se generan cuando una especie repercute en el hábitat con una velocidad superior a la que ésta puede soportar. Por ejemplo mediante las sueltas masivas de especies de caza menor y la constante reducción de los grandes depredadores, que mantienen el equilibrio de los ecosistemas y contribuyen a la eliminación de animales enfermos y la limpieza de cadáveres de animales fallecidos. Además las sueltas descontroladas han contribuido y contribuyen a la contaminación genética de especies como la perdiz roja.

    Los predadores se nutren preferentemente de animales viejos, enfermos y débiles, devoran carroña y contribuyen así a combatir la propagación de enfermedades contagiosas asegurando una sana existencia de los animales silvestres. Un cazador que dispara a gran distancia sólo puede juzgar en el mínimo de los casos si un animal está enfermo o es viejo. Puesto que los cazadores, no obstante, buscan los animales majestuosos, es decir, los grandes trofeos, la caza practicada por los hombres conduce por el contrario en toda regla a una selección errónea antinatural.

    Un cazador no puede equipararse a un predador que vive en el ecosistema y su mera presencia repercute en los hábitos de los animales que le rodean. Un predador deja su olor, come y orina en el territorio, sus presas se esconden, presas que suelen ser herbívoros, y al refugiarse y no vivir alimentándose por todo el terreno, permite a las plantas brotar y crecer en las zonas donde se frecuenta el predador. Cada especie tiene su función en el ecosistema, y cuantas más especies coexistan más sano será éste. Un predador elije a una presa y la separa de la manada, dejando al resto de miembros unidos. Un cazador no, él mata a una distancia más que considerable, y no se suele conformar con una pieza y el miedo de desconocer al predador por no localizarlo o no ver hacia donde huir hace que las manadas se dispersen. No hemos localizado datos, como reseñábamos anteriormente, para contrastar la situación de accidentes de tráfico en zonas posteriores a batidas de caza mayor, pero diferentes testimonios y noticias afirman del aumento de dichos siniestros en momentos y días posteriores a las batidas.

    Bibliografía:

    https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/especies-silvestres/default.aspx

    https://www.ecologistasenaccion.org/?p=5952

    https://www.wwf.es/nuestro_trabajo_/especies_y_habitats/especies_invasoras/

    https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/especies-silvestres/default.aspxhttps://www.ecologistasenaccion.org/?p=5952https://www.wwf.es/nuestro_trabajo_/especies_y_habitats/especies_invasoras/

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    5.2.1. Grandes depredadores, aves y enfermedades.

    Lobo

    Recientemente el tribunal supremo ha dado la razón a los conservacionistas que solicitaban la no inclusión de esta especie como especie cinegética, lo que evita los intento de diferentes federaciones de caza de incluir a este animal en el listado de especies cinegéticas, lo cual es una gran noticia para la especie porque solo en 2017 terminó la vida de entre 500 y 650 ejemplares por esta actividad, según el informe “Por la convivencia del hombre y el lobo”, que se trata del primer estudio aproximado de la muerte no natural del lobo en el territorio nacional.

    No obstante, se estima que el censo puede ser superior a estas cifras. Los datos están recogidos por el Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico y el Observatorio de Sostenibilidad, que alertan de la falta de transparencia de la administración y de gestión científica para la conservación de la especie. Por la acción humana, no hay lobos en Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana.

    La razón por la que sí puede ser matado el lobo se centra en el control de la especie y por los ataques de lobos a la cabaña ganadera. Los ataques del lobo se han cifrado este año en 2.000 incidencias, una cantidad importante, sin duda, aunque conviene situarla en porcentajes relativos respecto a la cabaña nacional y con que en demasiadas ocasiones tras realizar los análisis correspondientes de las heces encontradas en esos ataques, la mayoría corresponde a perros salvajes y que se estima que pertenecían a las poblaciones cercanas en el pasado. Si lo confrontamos con las 114.652 explotaciones de ovino en España, con un censo total de 16,5 millones de cabezas, pronto nos daremos cuenta de que estamos hablando de un 0.017% de ataques por explotación ganadera. Lo que nos lleva a concluir que si lo comparamos con el número de animales explotados, la posibilidad de morir por un ataque de lobos es menor a la de morir por tuberculosis, un problema que además, en nuestro país, no se ha erradicado aún, sobre todo en comunidades como Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía. Casualmente estas comunidades son las que más presión cinegética tienen en todo el Estado Español y como hemos citado anteriormente, la existencia del lobo como predador es nula.

    Hay enfermedades que contagian los animales silvestres a las explotaciones ganaderas; sarna, tuberculosis, brucelosis, anaplasmosis bovina, peste porcina africana, mixomatosis, etc. Las enfermedades se dispersan por sí solas, pero sin los controles naturales que ejercen los depredadores naturales, al haber sido exterminados o reducidos a niveles sin viabilidad biológica, aumentan sin el control que la propia diversidad consigue. Si a eso le añadimos dispersión artificial por movimiento de individuos para fincas de caza, entonces estamos agravando seriamente el problema.

    Pero lo peor es la falta de depredadores que saquen de ecosistemas a los llamados super-vectores, que son animales con la enfermedad totalmente desarrollada en el hospedante y que en enfermedades como la tuberculosis el pastar o beber donde lo hace, defecar u orina uno de ellos, es suficiente para el contagio.

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    El lobo es clave, ya que detecta los animales enfermos en sus primeros estadios de infección y son los seleccionados como presa en primera instancia. Son los controladores perfectos de las enfermedades. Ni osos, ni linces, alcanzan esa sofisticación depredadora o el propio ser humano, que en su ejercicio cinegético siempre buscará la mejor presa posible, rompiendo de ese modo con la mejora genética por selección natural y dejando a los elementos más débiles y enfermos disponibles para la degeneración de la especie. Es importante volver a recalcar que el lobo está prácticamente reducido al territorio del Noroeste peninsular y que su temor al hombre impide el acercamiento y ataque mientras tenga a sus presas naturales disponibles en su hábitat natural e impide su expansión por sus territorios históricos meridionales. Es necesario tener presente que el Lobo Ibérico estuvo a punto de desaparecer en los años 70 y que solo las acciones de Félix Rodríguez de la Fuente impidieron su extinción gracias a un régimen de restricción de vedas anuales, impidiendo la caza todo el año. Se estima que actualmente existen tan solo 300 manadas en todo el territorio, pero no hay datos que respalden de forma concluyente el número de miembros de cada una, teniendo el 60% de las mismas en Castilla y León, le sigue Galicia con el 28% y Cantabria con el 4% con permisos de caza controlada hasta la última modificación recogida en este informe, anteriormente en Asturias que cuenta con el 12% ya contaban con la prohibición de caza. Es de destacar que en el País Vasco existen controles de poblacionales arbitrarios para evitar que el lobo reconolice la región y en La Rioja se encuentra en regresión.

    Hasta la fecha, según comunidades variaba la posibilidad de cazar a esta especie sin orientación científica, en Madrid pese a ser una especie protegida no se ha elaborado un plan específico para llevar a cabo esa protección tan necesaria y afortunadamente, desde la normativa europea se ha establecido claramente que el lobo es una de las especies prioritarias a recuperar y ha actuado en consecuencia.

    -Ayudas por ataques y daños causados por el Lobo

    Recientemente la Unión europea ha establecido que los daños producidos por el lobo serán cubiertos al 100% por ayudas de las administraciones europeas, cubriendo los animales fallecidos, el personal utilizado para localizar animales perdidos y la asistencia veterinaria para animales heridos.

    Uno de los primeros casos de supuesta estafa a gran escala fue investigado en el año 2016 por la Guardia Civil en el Principado de Asturias y las víctimas son la administración pública y los lobos, en términos económicos puede haber alcanzado este fraude, se estima que podían haber sido percibidos ilegalmente más de 200.000€ y en 20 de los casos implicados se determinó que en ningún caso el responsable de los ataques fue el lobo. Los implicados en esta trama fueron los propios ganaderos denunciantes y personal de la administración pública y 11 componentes del Servicio de Guardería del Principado de Asturias.

    Desde el informe que se ha citado en el anterior punto, se han establecido programas para concienciar e impulsar la ganadería respetuosa con el entorno y con la conservación de las especies del entorno y el desarrollo de una nueva legislación tan necesaria sobre la ganadería extensiva y buenas prácticas.

    Bibliografía:

    https://elpais.com/elpais/2018/03/19/ciencia/1521476174_730559.html

    Lince

    https://elpais.com/elpais/2018/03/19/ciencia/1521476174_730559.html

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    El lince es una de las especies más representativas en nuestro territorio, pese a ser un gran depredador, alcanza solo entre 12 y 20 kg como máximo y vive en zonas recónditas y apartadas de la especie humana. Al ser una especie amenazada se encuentran protegidos y su avistamiento supone un interés turístico importante. También es necesario recabar en que son muy territoriales y necesitan un hábitat de hasta 10km a la redonda de media. El tipo de alimentación del lince está basado principalmente en conejos, aunque pueden cazar y vivir a base de aves y otros mamíferos de tamaño medio, lo que implica que sea un buen depredador para el control de este tipo de animales.

    La diezma de esta especie se debe exclusivamente a las acciones humanas, la caza furtiva como enemigo directo, la disminución de conejos por la transmisión de enfermedades humanas y las intervenciones de su hábitat que implica que se vean acorralados en zonas más pequeñas con atropellos son las causas indirectas. Solo en la década de los 80, el 49% de las 1.258 muertes no naturales que se registraron fueron causadas por cepos de caza y lazos, el 30% por la caza furtiva ilegal y el 5% por accidentes de tráfico. Esas cuantías ponen de manifiesto que otros métodos de caza de la actualidad permitidas como los lazos y jaulas, ocasionan un grave peligro sobre esta especie.

    Además de ser una especie capaz de controlar a las especies de las que se alimenta, es un predador natural que regula también el número de zorros, meloncillos, ginetas y gatos asilvestrados, por lo que reduce y ayuda a mantener una densidad baja de otros depredadores.

    Biibliografía: http://www.iberlinx.com/esp/index.php?option=com_content&view=article&id=54:o-controlo-de-predadores-e-a-conservacao-do-lince-iberico&catid=6:artigo&Itemid=9

    Otras especies predadoras

    Una de las especies emblemáticas de la que podemos hablar es el Oso Pardo que también se ha visto amenazada. Los animales que residen en nuestra península pueden llegar a medir dos metros y pesar 200 kg los machos frente a las hembras que no alcanzan los 100 kg. En España quedan alrededor de 340 ejemplares repartidos en dos poblaciones de la cordillera Cantábrica y los Pirineos en menor medida tal y como confirman los datos de la Fundación Oso Pardo.

    Francia e Italia comparten con España el mayor riesgo de desaparición del Oso Pardo, motivo por el cual desde hace más de 14 años se está trabajando arduamente en su recuperación, ya que la caza y la reducción de su hábitat son las principales causas de sus bajas. Como en el caso del lobo, el turismo ligado a su observación otorga un rendimiento económico en su conservación.

    El Zorro Rojo Español se caracteriza por ser de menor tamaño que sus parientes del continente europeo. Se puede encontrar a esta especie en la península ibérica, pero no en las islas.

    Durante el invierno se alimenta de gran cantidad de frutos y en verano ayuda a controlar la población de los conejos al ser uno de sus depredadores naturales. Su dieta también está compuesta por insectos, crías de mamíferos pequeños, huevos de ave, desechos de origen humano, bayas, frutos y aves de menor tamaño a los gansos, lo que puede hacer que se considere a este animal como una fuente de limpieza del entorno natural ya que también consume animales muertos en el monte.

    La caza del zorro se considera como una “pieza poco preciada” tal y como indica la propia Federación de Caza del Principado de Asturias, lo que otorga que no sea objeto de cazas programadas en ocasiones, pero que sí acaben siendo abatidos en el transcurso de otros lances ya sean de caza mayor o menor.

    http://www.iberlinx.com/esp/index.php?option=com_content&view=article&id=54:o-controlo-de-predadores-e-a-conservacao-do-lince-iberico&catid=6:artigo&Itemid=9http://www.iberlinx.com/esp/index.php?option=com_content&view=article&id=54:o-controlo-de-predadores-e-a-conservacao-do-lince-iberico&catid=6:artigo&Itemid=9

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    Numerosas han sido al respecto las protestas por el Campeonato de Caza del Zorro de Madriguera que se celebra en enero, que consiste ni más ni menos, en cazar el mayor número de zorros en el menor tiempo posible, lo que apunta a que de media se cacen 200.000 zorros en España.

    Los grandes depredadores, como hemos estado recalcando, son imprescindibles para el mantenimiento de los ecosistemas. Su desaparición puede causar importantes cambios en el paisaje, la vegetación, la presencia de nutrientes, proliferación de especies invasoras, las enfermedades infecciosas e incluso el número de incendios poniendo en peligro a los residentes de las poblaciones colindantes.

    Aves

    La caza de 12 millones de aves al año y la degradación ambiental dejan a España sin el 30% de sus pájaros, teniendo en cuenta que las aves son un indicador de la salud y calidad de los ecosistemas, es necesario resaltar que su declive supone que haya un 21% de aves incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de “peligro de extinción” y deja entrever el estado medioambiental de todo el territorio.

    El volumen total de aves comunes supone un 17,5% menos que hace 17 años, según los recuentos del Seguimiento de Aves Cercanas Reproductoras (SACRE) de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), reconocidos por el Ministerio de Medio Ambiente. Pero el grupo de las agrícolas cayó un 30%. En 2011 y 2012 se superaron los 12 millones de pájaros cazados anualmente. En 2008 eran 9,3.

    Los datos de tres de las variedades que más se cazan en España (las codornices, las tórtolas y las perdices) ofrecidos por la SEO y el ministerio dibujan ese panorama: millones de ejemplares abatidos cada curso sobre unas especies que se ven menos. De esas especies cayeron 4,6 millones (solo el zorzal y la paloma se cazan más).

    En cuanto a la tórtola europea (Streptopelia turtur), su decadencia ha venido en los últimos siete cursos, dado que en 2007 había ganado población. En 2014, sus bandadas han menguado un 25%. Se cree que pasan por España 3,5 millones de ejemplares. La estadística cazadora muestra que cada vez se mata más. La tendencia ha sido constante al alza: en 2006 fueron 435.000 pájaros cazados y en 2012 se llegó a los 778.631, según el Anuario de Estadística Forestal del Ministerio de Medio Ambiente, un 78,8% más. España ha perdido casi un tercio de sus aves por la caza y la degradación ambiental. Justamente la tórtola europea mencionada por la sentencia, fue calificada como en situación vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas tras pasarse de 435.000 a 778.000 ejemplares abatidos al año entre 2006 y 2012. Esta situación alarmante llevó a la sociedad a pedir una moratoria sobre la caza de la tórtola refrendada por la Comisión Europea. No surtió especial efecto en las órdenes de veda firmadas por los distintos Gobierno autonómicos.

    En la actualidad el Tribunal Supremo ha puesto fin a las autorizaciones de caza indiscriminadas que las comunidades autónomas deben firmar cada temporada. Según el criterio de los magistrados las órdenes tienen que justificar mediante un estudio que el estado de conservación de cada especie que se permita matar es compatible con la caza.

    Fringílidos

    Los fringílidos son los que coloquialmente llamamos “aves cantoras”.

    Solo en la Comunidad de Madrid entre 2010 y 2016 (ambos inclusive) se capturaron 205.401 pájaros. Nueve Comunidades Autónomas concedían, hasta Agosto de 2018, autorizaciones para capturar estas

    http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/inventario-especies-terrestres/ieet_aves_sist_seg_tendencia_comunes_esp.aspxhttp://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/estadisticas/forestal_anuarios_todos.aspxhttps://www.eldiario.es/sociedad/Espana-va-quedando-pajaros_0_384962341.htmlhttps://www.eldiario.es/sociedad/Espana-va-quedando-pajaros_0_384962341.htmlhttps://www.eldiario.es/sociedad/tortola-piezas-cazadas-especie-vulnerable_0_446206353.htmlhttps://www.eldiario.es/sociedad/tortola-piezas-cazadas-especie-vulnerable_0_446206353.htmlhttps://www.eldiario.es/sociedad/Europa-establece-paralice-tortolas-desaparicion_0_774823490.html

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    especies con la excusa de mejorar la genética de las aves que se criaban en cautividad. La Comisión Europea comunicó a España que estas Comunidades estaban incumpliendo hasta tres artículos de la Directiva de Aves (2009/147/CE), lo que podría acabar en importantes multas económicas.

    A partir de octubre de 2018 no se permiten excepciones a este tipo de caza y no se permiten capturas, algo muy criticado por la federación de caza de Madrid.

    Bibliografía: https://www.abc.es/sociedad/abci-concluye-plazo-para-acatar-prohibicion-capturar-aves-cantoras-201807172014_noticia.html

    Rapaces

    Las aves rapaces son otro de los controladores o reguladores naturales de ciertos animales como los ratones, al igual que el resto de las aves, son indicadores biológicos y muy