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Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE. Caracterización de la competencia, vitalidad y representaciones sociales en torno a la lengua mapuche en la ciudad Tesis doctoral Universidad de Valladolid 2010 Cristián Lagos

Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

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Caracterización de la competencia, vitalidad y representaciones sociales en torno a la lengua mapuche en la ciudad Tesis doctoral

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Page 1: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

Cristián Lagos Fernández

EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE. Caracterización de la

competencia, vitalidad y representaciones sociales en torno a la lengua

mapuche en la ciudad

Tesis doctoral

Universidad de Valladolid

2010

Cristián Lagos

Page 2: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

Valladolid

UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

Departamento de Lengua Española

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Cristián Lagos

EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE. Caracterización de la

competencia, vitalidad y representaciones sociales en torno a la lengua

mapuche en la ciudad

Tesis doctoral

Director: Emilio Ridruejo

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AGRADECIMIENTOS

Al profesor Dr. Emilio Ridruejo, por su constante y rigurosa guía. Y

por la calidad humana que demostró en el desarrollo del trabajo.

A todos los mapuches que colaboraron con este estudio, ya sea

respondiendo a las encuestas en las calles o aceptando ser entrevistados.

A la Comisión Lingüística Mapuche Metropolitana, sus peñi y lamngen.

A quienes colaboraron más directamente en la investigación

financiada por el VID de la Universidad de Chile, Don Héctor Mariano,

Felipe Hasler, Cristián Oyarzo, Daniela Molina, Paulina Slaughter, Tania

Beroiza y las alumnas de la cátedra 2010 de Etnolingüística de la

Universidad de Chile.

Al profesor Dr. Gilberto Sánchez, mi maestro

Y, por supuesto, a mis padres

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ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1: Distribución de la muestra por comunas ............................. 28

Tabla 2: Ejes discursivos de los mapuches urbanos sobre su lengua

nativa................................................................................................ 95

Tabla 3: Factores incidentes en la convergencia lingüística.............. 121

Tabla 4: Alfabetos propuestos para escribir en mapudungún ………..125

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INDICE DE FIGURAS

Figura 1: Secuencia de imágenes para evaluar competencia discursiva en

mapudungún ………………………………………………………………..………...32

Figura 2: Distribución geográfica de las lenguas indígenas en Chile …..38

Figura 3: Distribución geográfica de las variedades dialectales del

mapudungún en Chile ………………………………………………………………50

Figura 4: Señalética escrita en mapudungún en Hospital San Borja

Arriarán, Santiago de Chile ……………………………………………………….174

Figura 5: Traducción al mapudungún de los “Derechos del niño” en el

Ferrocarril Metropolitano (Metro), Santiago de Chile ……………………….177

Figura 6: Letrero de Café escrito en mapudungún ………………………..178

Figura 7: Página web de diario electrónico mapuche ………………………179

Figura 8: Página en Facebook con conversaciones escritas en

mapudungún ………………………………………………………………………..180

Figura 9: Libro de enseñanza de mapudungún …………………………….182

Figura 10: Ejes conceptuales que definen la revitalización lingüística ..219

Page 8: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

Figura 11: Rol sociocultural del mapudungún para los mapuches

urbanos ……………………………………………………………………………….232

Figura 12: Factores incidentes en la pérdida de vitalidad del

mapudungún ………………………………………………………………………...234

Figura 13: Relaciones entre vitalidad, competencia y carácter

instrumental………………………………………………………………………… 259

Page 9: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1: Edad de los encuestados …………………………………………..29

Gráfico 2: Años de residencia en Santiago de Chile .......................... .30

Gráfico 3: Nivel de estudios de los encuestados ……………………………31

Gráfico 4: Población indígena en Chile ………………………………………40

Gráfico 5: Competencia en mapudungún (CEP, 2006) …………………..91

Gráfico 6: Frecuencia de uso del mapudungún (CEP, 2006) ……………92

Gráfico 7: Uso del mapudungún con niños (CEP, 2006) …………………93

Gráfico 8: Nivel declarado de competencia en mapudungún ……………149

Gráfico 9: Nivel de competencia efectiva al describir secuencia de

imágenes ………………………………………………………………………………150

Gráfico 10: Grado de competencia efectiva al describir secuencia ……..151

Gráfico 11: Relación entre competencia efectiva y edad del

encuestado…………………………………………………………………………….152

Gráfico 12: Relación entre competencia efectiva y nivel de instrucción del

encuestado ……………………………………………………………………………155

Page 10: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

Gráfico 13: Conocimiento de la palabra “hermano/a” ……………………159

Gráfico 14: Conocimiento de la palabra “tierra” …………………………..160

Gráfico 15: Competencia comunicativa en el uso de peñi/ lamngen ….161

Gráfico 16: Alfabeto mapuche que predomina …………………………….162

Gráfico 17: ¿Cuál es la lengua que usa más a diario en su casa?..........165

Gráfico 18: Grado de uso de la lengua mapuche con la pareja …………166

Gráfico 19: ¿Dónde aprendió a hablar lengua mapuche? ……………….167

Gráfico 20: Retroceso de la familia frente a otras agencias en la

reproducción de la lengua ………………………………………………………..168

Gráfico 21: ¿Usa el mapudungún en fiestas y ceremonias

mapuches?...........................................................................................169

Gráfico 22: ¿Usa el mapudungún con autoridades y servicios

públicos?..............................................................................................171

Gráfico 23: “Saber hablar mapudungún me puede permitir encontrar

trabajo más fácilmente”……………………………………………………………172

Gráfico 24: ¿Participa en agrupación mapuche urbana? …………………185

Gráfico 25: Relación entre participación en agrupación mapuche y

competencia en mapudungún ……………………………………………………186

Page 11: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

Gráfico 26: “Para ser un verdadero mapuche hay que hablar

mapudungún” ……………………………………………………………………….190

Gráfico 27: “Se puede ser mapuche sin necesariamente saber hablar

mapudungún” ………………………………………………………………………191

Gráfico 28: Relación entre grado de uso de la lengua y creencia de que el

mapudungún define la identidad mapuche ………………………………….192

Gráfico 29: “Los dirigentes mapuches deben hablar mapuche” ……….193

Gráfico 30: ¿Está de acuerdo con que se enseñe mapudungún a su hijo en

la escuela?............................................................................................195

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LISTA DE ABREVIATURAS

CONADI ............................. Corporación Nacional de Derecho Indígena

INE.................................................. . Instituto Nacional de Estadísticas

CASEN ....................................... Ficha de clasificación socioeconómica

MIDEPLAN ........................................ Ministerio de Planificación Social

CEP .......................................................... Centro de Estudios Públicos

CONAPAN ................................... Confederación de Panaderos de Chile

ILD ........................................................ Instituto Libertad y Desarrollo

EIB .................................................... Educación Intercultural Bilingüe

Page 13: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

ÍNDICE DE CONTENIDOS

Índice de Tablas ........................................................................... 5

Índice de Figuras ........................................................................ 6

Índice de Gráficos ......................................................................... 8

Lista de abreviaturas .................................................................. 11

Índice de contenidos ................................................................... 12

Resumen .................................................................................... 17

CAPÍTULO I:

PRESENTACIÓN DEL ESTUDIO ...………………………………….. 20

INTRODUCCIÓN......................................................................... 21

I.1. El estudio ............................................................................. 23

I. 2. Consideraciones Metodológicas............................................ 24

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CAPÍTULO II:

LA LENGUA MAPUCHE O MAPUDUNGÚN ............................... 35

II.1. Las lenguas indígenas en Chile .......................................... 36

II.2. El mapudungún ................................................................. 41

CAPÍTULO III:

MAPUDUNGÚN Y CASTELLANO: RELACIONES HISTÓRICAS

............................................................................... 51

III.1. El origen de los mapuches ................................................. 54

III.2. El contacto con el Imperio Inca .......................................... 55

III.3. Contacto con los españoles................................................. 57

III.4. Contacto lingüístico entre mapuches y españoles ............... 60

CAPÍTULO IV:

ASPECTOS SOCIOCULTURALES Y LINGÜÍSTICOS DEL CONTACTO

...................................................................................... 68

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IV.1. La migración desde el entorno originario al medio urbano: causas y

consecuencias socioculturales .................................................... 69

IV. 2. Aspectos lingüísticos, sociales y culturales del contacto y migración

forzada ....................................................................................... 78

CAPÍTULO V:

MARCO TEÓRICO ................................................................... 100

V.1. Lenguas en contacto: bilingüismo...................................... 101

V.2. Vitalidad lingüística........................................................... 113

V.3. Actitud lingüística ............................................................. 129

V.4. Representaciones sociales.................................................. 139

CAPÍTULO VI:

PRESENTACIÓN DE RESULTADOS ........................................ 145

VI.I. La vitalidad en su dimensión cuantitativa.......................... 147

VI.I.1. La competencia lingüística ............................................. 148

VI.I.2. La vitalidad lingüística ................................................... 164

VI.I.2.1. Vitalidad ..................................................................... 164

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VI.I.2.2. Espacios de vitalidad del mapudungún en la ciudad.... 173

VI.I.2.2.1. Espacios públicos..................................................... 173

VI.I.2.2.2. Medios de comunicación masiva e Internet ............... 177

VI.I.3. Rol de las estructuras de transición................................ 184

VI.II. Representaciones sociales acerca del mapudungún .......... 187

VI.II.1. La información cuantitativa........................................... 189

VI.II.2. La información cualitativa ............................................. 197

VI.II.2.1. La visión desde la matriz oficialista............................. 202

VI.II.2.2. La visión de las elites intelectuales mapuches............. 206

VI.II.2.2.1. La expresión escrita y su necesidad ......................... 209

VI.II.2.2.2. El rol de la escuela y la EIB ..................................... 211

VI.II.2.2.3. La imagen idealizada del “sur” ................................. 216

VI.II. 2.2.4. Las claves para la revitalización de la lengua……… 218

VI.II. 2.3. La representación de los hablantes .......................... 223

VI.II.2.3.1 Las representaciones sobre la lengua ...................... 225

VI.II.2.3.2. Causas de la pérdida de la vitalidad ....................... 234

Page 17: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

VI.II.2.3.3. Las claves de la revitalización del mapudungún ..... 250

CONCLUSIONES .................................................................... 254

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................... 267

ANEXOS ............................................................................. 284

Encuesta ............................................................................. 285

Pauta de entrevista ................................................................. 292

Transcripciones ...................................................................... 294

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17

LAGOS, Cristián EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE. Estudio

etnolingüístico de la vitalidad y representaciones sociales entorno a la

lengua mapuche en la ciudad

Valladolid, 2010. Tesis doctoral. Universidad de Valladolid.

RESUMEN

El objetivo de esta tesis doctoral fue estudiar la situación del

mapudugún – lengua del grupo indígena mapuche - en la ciudad de

Santiago de Chile. Nos propusimos realizarlo utilizando herramientas de la

Sociolingüística y de la Etnolingüística. Históricamente, la etnia mapuche

se ha visto enfrentada a procesos de aculturación en virtud de los procesos

de integración que el Estado de Chile, desde fines del siglo XIX, le ha

impuesto.

Se pretendió entregar un diagnóstico de esta lengua abarcando los

conceptos de vitalidad lingüística, descrita a partir de parámetros como la

competencia – discursiva, léxica, escrita y comunicativa - que los

hablantes tienen en ella, así como también considerando los espacios

funcionales en los que se verificaba su uso. Además, se intentó dar cuenta

de las representaciones sociales que los mapuches tienen respecto de su

lengua. Para tales efectos, se adoptó una perspectiva metodológica mixta,

Page 19: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

18

cuantitativa y cualitativa, que contempló la aplicación de una encuesta – y

su consecuente análisis estadístico descriptivo con el programa SPSS - y

la realización de entrevistas semiestructuradas a mapuches urbanos,

observación participante en agrupaciones indígenas urbanas y el acceso a

fuentes secundarias de información.

Los resultados obtenidos fueron consistentes con la tendencia

histórica del mapudungún – como el caso de otras lenguas amerindias en

similar condición – hacia un desplazamiento funcional a favor del

castellano – lengua oficial del país -, con la pérdida paulatina de espacios

que en los que predominaba (la familia) o le eran exclusivos (las

ceremonias religiosas). Se sumó a esto la constatación de un conocimiento

deficitario, declarado y efectivo, de su lengua. Sin embargo, a nivel de las

actitudes y representaciones sociales se pudo constatar la existencia de

un sentimiento de apego y revalorización hacia el mapudungún, que

rescata su valor simbólico identitario antes que lingüístico, lo que es

expresión de procesos mayores de reetnificación que están ocurriendo en

la ciudad en torno a lo mapuche. Por otra parte, a nivel de los

mecanismos de reproducción de la lengua, emergió con claridad la

progresiva retirada de los espacios tradicionales y naturales para tal

función, como la comunidad y el hogar, a la vez que se instauran otros

nuevos, la escuela y los talleres independientes, más propios de otra lógica

de revitalización de esta lengua en la ciudad y el país.

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19

Palabras-clave: Etnolingüística – Mapudungún – Vitalidad lingüística –

Representaciones sociales

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20

CAPÍTULO I

PRESENTACIÓN DEL ESTUDIO

Page 22: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

21

Introducción

Este estudio, además de aportar a la temática de la realidad lingüística

y cultural mapuche en el ámbito urbano, intenta ser una propuesta de

abordaje del fenómeno del lenguaje que no pierda su contacto con la

reflexión sobre la sociedad. Es decir, propone dejar a un lado la mirada

inmanente al objeto lenguaje y, yendo más allá, comprenderlo y describirlo

como un producto social, históricamente determinado; un fenómeno que

esconde y hace posible determinadas relaciones sociales. Esta perspectiva

de trabajo sitúa nuestra empresa en el ámbito más bien de una Lingüística

aplicada, en donde la ciencia debe no sólo ser un instrumento de análisis

sino que también uno que permita y catalice cambios en la sociedad. Es,

por tanto, además de una presentación “objetiva” de resultados un intento

de plantear una epistemología en la que necesariamente debe haber una

retroalimentación entre la ciencia y los científicos (en este caso, lingüistas)

y los sujetos (no objetos) estudiados, existiendo un flujo bidireccional

(retroalimentación) de la información generada desde unos a otros.

Esta toma de posición frente al lenguaje y su estudio no se hace sobre

un objeto que creamos irrelevante. Las cifras y demografía (INE, 2002)

muestran que la temática mapuche urbana, incluida la lengua, en

Santiago de Chile es un tema que debe ser abordado en su complejidad

Page 23: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

22

sociocultural. Esto, pues, según las cifras del último censo de población

un total de 182.918 personas se autoidentificaron como mapuches en la

Región Metropolitana (un 3.02% de la población de la región) y, dentro de

la Provincia de Santiago, lo hicieron 147.828. Si comparamos esta cifra

con la de quienes se consideran mapuches en las regiones en que

históricamente han habitado, encontramos que la única que supera a la

Provincia de Santiago es la IXa. Región, con 202.970 personas (lo que es

un 3.34%, una medida relativa muy cercana a la de Santiago), y estando

las otras dos regiones tradicionalmente de población mapuche (VIIIa. y

Xa.) por debajo (con 52.918 y 100.664, respectivamente). Además, es en la

Región Metropolitana en donde encontramos el mayor porcentaje de

población mapuche viviendo en contextos urbanos (CEP, 2006). Todo esto

nos muestra que lo que ocurre con los mapuches en la Provincia de

Santiago, la principal en la Región Metropolitana, es un tema emergente e

importante, que es prueba de las nuevas dinámicas poblacionales que se

dan en el país (fruto de la migración forzada desde los territorios del sur) y

que plantea la necesidad de hablar de lo mapuche desde otra perspectiva,

distinta a la tradicional (cf. Capítulo IV, Marco Teórico), incluida la

realidad lingüística y su papel en este nuevo espacio social.

Page 24: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

23

I.1. El estudio

Teniendo como temática central la descripción de la situación de la

lengua mapuche en el contexto urbano, en particular, el de la capital del

Chile, nos hemos propuesto dar cuenta de las siguientes dimensiones de

nuestro objeto/sujeto:

1. Caracterizar la lengua mapuche – también conocida como mapudungún

- en términos de su vitalidad lingüística, en cuanto a su grado de uso y

espacios funcionales.

2. Caracterizar a los mapuches urbanos de Santiago de Chile desde el

punto de vista de su competencia en la lengua, tanto efectiva como

declarada, y tanto en el ámbito léxico y como en el de la producción

discursiva.

3. Describir la representación social que los mapuches en Santiago de

Chile han construido respecto de su lengua, considerando aspectos

tales como sus actitudes y lealtad lingüística.

4. Aproximarse al papel que el mapudungún juega en la construcción de

una nueva identidad mapuche urbana.

Page 25: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

24

I.2. Consideraciones metodológicas

Para este estudio de nivel descriptivo hemos utilizado una

metodología de recolección y análisis de la información de tipo mixta,

usando herramientas tanto cualitativas como cuantitativas.

El enfoque cualitativo ha estado dado por el uso de una metodología

etnográfica, a través de observación participante en diversos espacios

sociales donde los mapuches interactúan entre sí y con la sociedad chilena

(talleres de lengua mapuche, oficinas de la Corporación Nacional de

Desarrollo Indígena – CONADI – dónde ellos van a realizar distintos

trámites relativos a su calidad de indígena, hospitales y servicios de salud

con una alta afluencia de población aborigen, agrupaciones mapuches

urbanas, entre otros) y entrevistas semiestructuradas (22 en total) en el

marco de tales interacciones. Además, se analizarán fuentes secundarias

de información conformadas por textos representativos del enfoque oficial

sobre el tema indígena en el gobierno actual de Chile (16 textos en total) y

textos realizados por lo que hemos denominado “elite” intelectual mapuche

en relación a su lengua nativa (12 en total).

La dimensión cuantitativa del estudio correspondió a la aplicación

de una encuesta a mapuches urbanos (ver anexo), elaborada a partir de

otros instrumentos utilizados en investigaciones previas en torno al tema

Page 26: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

25

(Croese, 1983; Lagos 2004, 2006; CONADI, 2008), y estructurada a partir

de los siguientes ítems:

• Información sociodemográfica del encuestado.

• Adquisición y competencia declarada en mapudungún.

• Espacios funcionales del mapudungún.

• Lealtad hacia el mapudungún.

• Actitudes relacionadas con el mapudungún.

• Competencia efectiva en la lengua, léxica y de producción discursiva.

La encuesta fue aplicada entre los meses de mayo y octubre del año

2009 a una muestra construida en base a un muestreo no probabilístico

por cuotas, cubriendo las comunas (división político administrativa local

en Chile) de la Provincia de Santiago. La determinación del “n” muestral

esperado se realizó siguiendo los parámetros de la investigación

cuantitativa tradicional, esto es, a través de la fórmula para la

determinación de la muestra para una proporción (Pagano y Gauvreau,

2001; Montgomery y Runger, 2004):

Donde:

n = Z α/2 x (pxq)

e

2

2

Page 27: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

26

n = Muestra.

Z = Nivel de confianza de la muestra, en este caso, se optó por un 95%, es

decir, un p value del 5%.

e = Error estimado, en este caso, se optó por un 5%, un nivel bastante

amplio dada la falta de estudios similares en el tema.

p y q = probabilidad de que ocurran o no las características estudiadas.

En este caso, la característica considerada fue la de ser o no competente

en mapudungún. Para estimar los valores de p y q se consideró el valor

aportado por la encuesta del Centro de estudio públicos (CEP, 2006), en la

que, entre otras antecedentes relativos a la lengua y cultura mapuche, se

identificó que el 64% de los mapuches urbanos declaraban no hablar ni

entender su lengua nativa. De esta manera, se considero un p de 0.36 y

un q de 0.64.

Siguiendo estos criterios, finalmente, se obtuvo un “n” pretendido de

354 casos (sujetos descendientes de hasta una tercera generación de

mapuches, mayores de 14 años). Sin embargo, el n real alcanzado fue de

232 (66% del “n” pretendido), a los que se les aplicó la encuesta. Ahora

bien, si nos guiamos por los parámetros de la investigación sociolingüística

de tradición variacionista desarrollada por autores como Labov, Moreno

Fernández, Larrosa y Blas Arroyo (Blas Arroyo et al, 2009; Silva Corvalán,

2001), dada la relativa homogeneidad de la conducta lingüística, se

Page 28: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

27

considera aceptable la selección de una muestra del 0.025% de la

población total analizada (en este caso, 173.020, correspondiente a la

población mapuche en las provincias de Santiago, Chacabuco, Cordillera y

Maipo, que constituyen a la Región Metropolitana de Chile). Así, de

acuerdo con este criterio, habría bastado una muestra de 44 sujetos, razón

por la cual nuestro número muestral obtenido resulta más que suficiente.

La distribución por comunas de la muestra fue la siguiente:

Tabla 1: Distribución de la muestra por comunas

Comuna % n Comuna % n Comuna % n

Peñalolén 4.5 Santiago 8.5 Colina 2.5

Renca 3 El Bosque 1.5 Lo Barnechea 0.5

Lo Prado 4 Puente Alto 3.5 Ñuñoa 1

Pudahuel 4.5 La Granja 2.5 Quinta Normal 2

Cerro Navia 10.6 Maipú 6 San ramón 2

Quilicura 9 Macul 1.5 San Joaquín 1

Recoleta 1 La Florida 3 Padre Hurtado 1

La Pintana 13.1 Estación Central 3.5 La Reina 1

Page 29: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

28

San Miguel 5 Cerrillos 1 Huechuraba 1.5

San Bernardo 3 Conchalí 2

De acuerdo con esta distribución, la única comuna que resultó

infravalorada (lo que en cierta medida limita nuestra capacidad de

generalizar) fue Puente Alto, la que se caracteriza por una elevada

proporción de población mapuche entre sus habitantes. Sin embargo, las

comunas que tradicionalmente han sido punto de llegada para este grupo

indígena sí aparecen bien representadas, tal es el caso de Cerro Navia,

Quilicura, Lo Prado, Pudahuel y Peñalolén. Lo interesante es que muchos

de los nombres de estas comunas son de origen mapuche: Peñalolén =

valle entre montañas; Ñuñoa = lugar donde hay ñuños (un arbusto:

Olsynium scirpoideum); Pudahuel = lugar donde hay muchas pozas de

agua; Mapiú = tierra cultivada; Quilicura = piedra inclinada; Huechuraba

= lugar donde nace la greda; Renca = lugar donde abundaban las pencas

(correspondiente a la planta herbácea cucúrbita pepo L.); Macul =

juramento, promesa; Conchalí = estiércol seco.

Para efectos de la aplicación de la encuesta se consideró mapuches a

todos aquellas personas con un ascendiente hasta tercera generación de

origen mapuche (así lo define, legalmente, la Corporación Nacional de

Desarrollo Indígena, CONADI).

Page 30: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

29

Los encuestados, además se caracterizan por:

a) Ser una muestra predominantemente joven (casi el 50% está entre los

tramos de 18 a 24 y 25 a 34 años), lo que resulta en una ventaja, al ser

una radiografía de las nuevas generaciones que nacen en la capital del

país (estudios previos se concentraban predominantemente en

población de edad, tal como en CONADI, 2008). Así se evidencia en el

gráfico 1:

Gráfico 1:

Edad del encuestado

8.6%

8.6%

17.7%

16.2%20.2%

28.8%

65 o más

55 - 64

45 -54

35 - 4425 - 34

18 -24

b) Lo anterior se corresponde con el hecho de que la mayoría (49%)

declaran haber nacido en Santiago de Chile, reforzando el hecho de que

Page 31: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

30

son representativos de los mapuches propiamente urbanos, y ya no

sujetos de transición rural - urbana, según se aprecia en el gráfico 2:

Gráfico 2:

Años de residencia en Santiago

7.1%

10.6%

10.1%

13.1%

10.1%

49.0%

41 o más

31 - 40 años

21 - 30 años

11 - 20 años

1 - 10 años

Nací en Santiago

c) En cuanto a su nivel de estudios, la gran mayoría alcanzan un nivel de

instrucción secundaria o terciaria (casi el 65% completaron su

enseñanza media o siguieron la educación superior, universidades o

Institutos técnicos), lo que también es relevante al representar a una

población que se ha socializado en una matriz adquirida en la

racionalidad occidental, tal como lo revela el gráfico 3:

Page 32: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

31

Gráfico 3:

Nivel de estudios

.5%

19.9%

15.3%

33.2%

31.1%

No asistí al colegio

Enseñanza básica inc

Enseñanza media inco

Cuarto medio complet

Universitario/ Insti

Los datos obtenidos a partir de la aplicación de este instrumento fueron

analizados con el programa SPSS 10.0, en términos de estadística

descriptiva (utilizando como estimadores estadísticos la moda, media y

desviación estándar).

Finalmente, la evaluación de la competencia efectiva en la producción

discursiva fue lograda a través de la aplicación de un instrumento ad hoc

Page 33: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

32

aplicado a la descripción que realizaron los entrevistados de la siguiente

secuencia de imágenes:

Figura 1: secuencia de imágenes para evaluar competencia discursiva

en mapudungún

Cada vez que el encuestado se declaraba apto para describir la

secuencia, su producción era grabada digitalmente. Este material fue

transcrito para posteriormente ser analizado (Cf. sección III de Anexo).

Siguiendo la prueba construida por Hasler et al (2009), se consideraron

4 indicadores para la evaluación:

1. Longitud de la narración.

2. Uso de préstamos.

3. Codificación de la trayectoria (uso de morfemas direccionales. Cf.

II.2).

Page 34: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

33

4. Descripción de las fases de la actividad del niño.

Luego, se establecieron tres niveles de su logro, con un puntaje

respectivo:

- No logrado(1).

- Medianamente logrado (2).

- Logrado (3).

Lo que permitió, en último término, obtener un puntaje final que

categorizaba a los hablantes en términos de su competencia:

- 0-4: Bajamente competente.

- 5-7: Medianamente competente.

- 8-10: Altamente competente.

Por otra parte, la dimensión cualitativa del estudio consistió en recoger

información respecto de los discursos a través de los cuales los mapuches

urbanos construyen su identidad como tales y sus representaciones

sociales en torno a su lengua nativa. Se aplicó, de esta forma, una

entrevista en semiestructurada (cf. ANEXO) a 16 mapuches urbanos (8

mujeres y 8 hombres). A estas fuentes de información primaria se sumó el

acceso a fuentes secundarias constituidas por discursos (16 textos) sobre

Page 35: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

34

la lengua mapuche presentes en documentos que transmiten la visión

oficialista sobre el tema, así como también en otros documentos (12 textos)

representativos de la visión de las elites intelectuales mapuches al respecto

Además, a través de una metodología etnográfica, se realizó observación

participante – durante 2009 y el primer semestre de 2010 - en distintos

espacios en los cuales el mapudungún es utilizado, a saber:

• Talleres de lengua mapuche en la Universidad de Chile y distintas

comunas de Santiago de Chile.

• Comisión Lingüística Mapuche Metropolitana, agrupación encargada

de promover la lengua en la región.

• Agrupación mapuche Taiñ kimün (“nuestra sabiduría”).

• Hospitales, consultorios y reparticiones públicas visitados por

población mapuche.

Page 36: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

35

CAPÍTULO II

LA LENGUA MAPUCHE O MAPUDUNGÚN

Page 37: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

36

II.1. Las lenguas indígenas de Chile

En Chile la lengua oficial es el castellano, y no hay otras lenguas con

ese estatus. Sin embargo, varios grupos inmigrantes llegados al país en el

siglo XIX, han mantenido, en cierta medida, sus lenguas, pero sin carácter

oficial. Tampoco se han formado lenguas criollas.

Al igual que otros países de América, Chile es un país multilingüe,

aunque en menor proporción. A este caudal lingüístico han aportado y

aportan, principalmente, lenguas amerindias, nativas de este territorio. En

su historia, se ha descrito la existencia de las siguientes lenguas

originarias, pertenecientes a diferentes familias lingüísticas. La mayoría de

ellas se ha extinguido o está en vías de extinguirse. Estas lenguas son, de

norte a sur:

• Aymara.

• El quechua también fue hablado en Chile, pues parte del centro y norte

perteneció al imperio inca, hasta la llegada de los españoles. Sin

embargo, no logró permanecer posteriormente (su presencia solo está

atestiguada en la toponimia y en préstamos que adoptó el mapuche).

• Atacameño (también conocido como kunza o likanantai).

• Colla.

Page 38: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

37

• Chango.

• Diaguita (conocido también como kakán).

• Mapuche (también conocido como mapuchedungún o mapudungún).

• Chono.

• Kawashkar (conocido también como alacalufe).

• Selknam (conocido como ona).

• Yagán (yámana).

• Pascuense (también conocido como vananga o rapa nui, hablado en la

Isla de Pascua).

En la figura 2 se muestra la distribución geográfica de estas lenguas

(los números romanos representan la división político - administrativa del

país en regiones):

Page 39: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

38

Figura 2: Distribución geográfica de las lenguas indígenas en Chile

(Aymara)

Mapuche/mapudungún

Collas

Page 40: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

39

De estas lenguas sólo conservan su vitalidad el aymara en el norte de

Chile, el mapuche en la zona centro sur, el kaweskar en el extremo sur

(solo unos cuantos hablantes nativos vivos) y, en la zona insular el rapa

nui, en la isla de Pascua. La lengua yagán o yámana solo cuenta con sus

dos últimas hablantes (dos mujeres de edad avanzada). También el

selknam u ona cuenta con unos pocos hablantes competentes reconocidos

(tanto en Chile como en Argentina). Sin embargo, todos los grupos que

hablaban estas lenguas en el pasado cuentan con personas que se

identifican como integrantes de estas comunidades. En otras palabras, la

identidad cultural ha permanecido aunque la lengua ya no se hable.

La lengua mapuche es la que permanece con mayor visibilidad y

vitalidad en el país, dado que el grupo originario que la habla es el que

tiene una mayor representación demográfica en la actualidad. Según el

último censo de población y vivienda en Chile (INE, 2002), un 4.6% de la

población mayor de 14 años (692.192 personas) declara pertenecer a

alguno de los 8 pueblos indígenas reconocidos por en la Ley 19.253. De

ellos, el 87.3 % (604.349 personas) se identifican con la etnia mapuche,

independiente de que hablen o no su lengua. Por su parte, solo un 0.7% se

identifica con los rapa nui, 0.4% con los kaweskar y un 7% con el pueblo

aymara. La composición étnica de la población indígena en Chile se

representa en el siguiente gráfico:

Page 41: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

40

Gráfico 4: Población indígena en Chile

Page 42: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

41

II.2. El mapudungún

La lengua mapuche constituye una familia o tronco lingüístico en sí

mismo, al no presentar afinidad con otras lenguas amerindias, salvo el

rasgo estructural o tipológico compartido por la gran mayoría, esto es, ser

(Salas 1985, 2006; Sánchez 1996; Augusta 1903, 1907, 1916, 1990;

Valdivia, 1887; The World Atlas of Language Structures, 2010):

• Aglutinante: una palabra puede estar formada por más de un morfema,

identificándose de manera clara las uniones entre ellos y pudiendo

realizarse segmentaciones que identifiquen a cada uno.

• Polisintética: dentro de una palabra se puede combinar un morfema

léxico o radical con una gran cantidad de morfemas gramaticales.

• Incorporante: incorpora en la palabra compuesta al objeto directo de la

acción.

• De tendencia sufijadora: la gran mayoría de los morfemas gramaticales

que componen las palabras se ubican tras el morfema radical.

De esta manera, en mapudungún se forman palabras complejas que

equivalen a oraciones en castellano, constituidas por varios morfemas con

significado léxico y gramatical, distribuidos jerárquicamente, fácilmente

Page 43: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

42

reconocibles y segmentables. Todo esto se puede apreciar en el siguiente

ejemplo:

“piwkeyerkekefuy tañi kure”

“dicen que siempre llevaba en el corazón a su esposa”, donde:

• piwke = corazón.

• ye = raíz verbal ‘llevar’.

• ke= indica habitualidad de la acción, esto es, que se realiza siempre.

• rke = morfema reportativo, indica que lo que se asevera no ha sido

presenciado por el emisor, si no que conocido a través de terceros.

• fu = indica el tiempo de la acción, en este caso, un pasado imperfecto.

• y = indica el modo de la acción, en este caso, modo indicativo.

• tañi = artículo posesivo ‘su’.

• kure = sustantivo ‘esposa’.

De acuerdo con la literatura especializada en el tema (Salas 1984,

2006; Harmelink, 1996), el sistema fonológico del mapudungún consta de

6 fonemas vocálicos, siendo /ï/ el más característico de la lengua (al punto

que puede permitir discriminar entre un buen o mal hablante de la

lengua), y 18 consonánticos, aunque en algunas zonas del sur de país

Page 44: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

43

puede encontrarse reducido a 15 (Quintrileo y Salamanca, 2007). Otros

autores identifican la existencia de 21 fonemas consonánticos (Albó et. al.

2007). Los más característicos son el fonema retroflejo /ɽ/ y el africado

.

Otro rasgo estructural destacable de esta lengua es que el verbo es la

parte más importante, siendo no solamente posibles de verbalizarse

sustantivos y adjetivos, sino también adverbios, pronombres interrogativos

y numerales (por ejemplo, ‘ilo’ =carne; ‘ilotun’ = hacer lo que se hace con la

carne, o sea, comer carne; ‘matetun’ = el acto de tomar yerba mate). El

verbo (Salas, 1984) consta de un tema (que puede estar constituido por

un simple morfema – una raíz verbal o nóminoverbal – o por una

agrupación de morfemas, tales como temas de complemento directo

incorporado, temas transitivizados, temas intransitivizados, temas

durativos, frases de centro y atributo, etc.), de una flexión verbal opcional

y de una flexión verbal obligatoria (finita o personal y no finita o no

personal). En cuanto a la flexión verbal finita, esta presenta contrastes por

modo, persona focal y número de la persona focal (singular, dual y plural).

Finalmente, existen tres modos: real o indicativo, hipotético o subjuntivo y

volitivo o imperativo-optativo.

Como se señaló, la flexión verbal está expresada por sufijos que se

suceden en un orden fijo (Salas, 1984; Augusta 1903, 1990), como se

Page 45: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

44

aprecia en los siguientes ejemplos (aportados de modo personal por G.

Sánchez, especialista en el tema), y que evidencian la riqueza encerrada en

las expresiones de esta lengua:

• {-tu-} indica repetición de la acción, como en küme-tu-a-y “volverá a

estar bueno (bien)”.

• {-ke-} indica acción habitual, que siempre se realiza, como en mate-tu-

ke-n “tomar siempre mate”.

• {-le-}, {-küle-}, morfema durativo, expresa duración de la acción o del

estado, como en tañi chaw dewma –le-y wachi “mi padre está

preparando una trampa”.

• {-pe-} indica acción reciente, como en tañi ñuke inchiw ngillaka-me-pe-

yu-waria mew “con mi mamá fuimos hace poco a comprar al pueblo”.

• {-pa-} sitúa la acción en el lugar del habla, como en ¿chumül müle –pa-

tu-a-y-mu? “¿Cuándo estarán ustedes dos aquí de nuevo?”.

• {-rume-} indica que algo ocurre de repente, como en kiñe lel wef-rume-y

wangülen, welu müchay müten ñam-rume-y “de repente apareció una

estrella, pero de repente luego nomás desapareció”.

• {-rpu-} expresa que la acción ocurre durante el trayecto hacia allá, como

en pe-rpu-n tañi laku “pasé a ver a mi abuelo al ir hacia allá”.

Page 46: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

45

• {-ñma-} indica que la acción tiene efecto indirecto, positivo o negativo,

como en dewü apüm-üñma-e-n-ew kom pu saku “el ratón me acabó

todos los sacos”.

Las primeras descripciones gramaticales del mapudungún fueron

realizadas por los sacerdotes jesuitas que residieron en Chile durante el

periodo colonial. De esta época sobreviven sólo tres gramáticas:

• “Arte, vocabulario y confesionario de la lengua de Chile”, del Padre

jesuita español Luis de Valdivia (1887). Publicada en 1606 en Lima y

reeditada en Alemania en 1887. En 2007, se añadió la reedición

desarrollada por E. Ridruejo. (Ridruejo, 2007).

• “Arte de la lengua general de los indios de Chile”, del jesuita catalán

Andrés Febres (1975), publicada en Lima en 1765, y que tendría una

fuerte influencia en la sociedad chilena de esa época.

• La gramática del Padre jesuita alemán Bernardo Havestadt (1883),

publicada en Alemania en 1777 y reeditada en 1883 con el título de

“Chilidúgu sive tractatus linguae chilensis”.

Siguiendo a Hasler (2009), las gramáticas de estos padres jesuitas

están marcadas profundamente por su orientación pedagógica y por su

metodología latino escolástica. Según esta, se produjeron bajo los criterios

de descripción lingüística imperantes en aquella época, teniendo como

modelo gramáticas como la de Nebrija, con el fin de enseñar a los

Page 47: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

46

misioneros europeos la lengua de los naturales de Chile y, de esta

manera, agilizar el proceso de evangelización. Por tal motivo, estas

gramáticas siempre venían acompañadas por catecismos y cánticos

religiosos que servían a los misioneros para guiar la enseñanza religiosa y

la administración de los sacramentos en la lengua vernácula de los

aborígenes. Estos primeros registros, contrastados con los modernos

(Lenz, 1895 – 1897; Salas, 2006; Sánchez, 1989, 1997; 2001-2002, 2003 -

2004) muestran la regularidad de la estructura gramatical del

mapudungún a través del tiempo.

No deja de ser interesante que, para algunos autores (Gallardo, 1984),

la consecuencia sociolingüística de estas primeras gramáticas fuera que

… la lengua de los conquistadores y no la de los mapuches viera

fomentada su intelectualización, especialmente en lo que se refiere a su

desarrollo metalingüístico, al ser vehículo de codificación del mapudungún

y, de paso, de sí misma (Gallardo 194: 156).

Esto se entiende a la luz de la situación socio histórica en que se

encontraba la lengua castellana. En la época, el castellano recién estaba

consolidando su propio proceso de estandarización y apenas había

desarrollado una erudición lingüística nativa: en 1942 recién se había

escrito la primera gramática de la lengua, y sólo en 1611 aparecería el

primer diccionario monolingüe (el “Thesoro”, de Cobarrubias). Así,

Page 48: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

47

desarrollar la potencialidad sistemática de dar cuenta no sólo de su

propia estructura, sino también de otras, aumentó considerablemente su

prestigio y consolidó su estandarización, tiendo mucho más impacto en

ella que en la estandarización del mapudungún mismo. Más que la lengua

nativa de los indígenas, intelectualizó al castellano y le dio mayor

autonomía frente al latín, a la vez que lo arraigó como la lengua nacional

de Chile.

En cuanto a las características dialectales de la lengua, existe

coincidencia en que, si bien el mapuche presenta algunas variedades

regionales, exhibe una notable unidad a través del amplio territorio en

que fue hablado (Wittig, 2007; Sánchez, 1996; Salas, 2006): desde

Coquimbo (en la zona norte del país) hasta Chiloé (Isla en la zona sur), y

de cordillera a mar. Se distinguen, en todo caso, al menos cuatro grupos

dialectales (cf. Figura 2) (Salas, 2006, Sánchez, 1994):

a) Picunche, hablado por los integrantes del grupo del mismo nombre, que

significa “gente del norte” (‘piku’, ‘pikun’, ‘pikum’ = norte + ‘che’ = gente),

con una extensión que se prolongaba desde el río Choapa (en

Coquimbo) hasta los ríos Itata y Bío - Bío (zona sur de Chile), desde la

región subandina hasta la costa. No existen hoy en día representantes

originales de este subgrupo y variante dialectal, y sus características

lingüísticas solo son atestiguadas por la toponimia de la zona, tal como

Tongoy, Melipilla, Rengo, Pichilemu y muchos lugares de la misma

Page 49: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

48

ciudad de Santiago de Chile, como Vitacura (fütra “grande” + kura

“piedra” = piedra grande), manquehue (manque “cóndor” + we “lugar” =

lugar donde hay cóndores), Ñuñoa ( ñuño, un tipo de arbusto + we

“lugar” = lugar donde hay ñuños), Pudahuel ( pu, morfema pluralizador

en mapudungún + dawüll “poza de agua” = lugar donde hay muchas

pozas de agua), Quilicura ( kili “inclinada” + kura “piedra” = piedra

inclinada), etc.

b) Araucano (de ‘raq’ = greda + ‘ko’ = agua y la preposición castellana ‘a’),

hablado por los grupos que habitaban el territorio entre los ríos Itata y

Bío – Bío, por el norte y el río Toltén, por el sur. Es la variedad hablada

por el grupo que se opuso con mayor resistencia a la llegada de los

españoles en el siglo XVI, y que es, en el presente, el que conserva un

mayor número de representantes, concentrados en las provincias de

Arauco (VIII Región), Malleco y Cautín (IX Región).

c) Pehuenche, hablado por el grupo étnico de igual nombre (de ‘pewen’ =

pino o araucaria + ‘che’ = gente; ‘gente de los pinos’, esto es, una

población cuya vida económico - productiva y cultural gira en torno al

pewén o araucaria). Su extensión geográfica iba desde Chillán hasta

Antuco (VIII y IX Regiones) en las faldas orientales de la cordillera de

Los Andes. Corresponde a la variedad de lengua mapuche que se ha

conservado de manera más vital y extendida (Sánchez 1989, 2001-

Page 50: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

49

2002, 2003 – 2004), dado el aislamiento geográfico que caracteriza a

estas comunidades.

d) Huilliche, propio de este grupo étnico (‘willi’ = sur + ‘che’ = gente). Como

variante dialectal se extendió por el territorio entre el río Toltén y el

Golfo de Corcovado, incluida la isla de Chiloé. Actualmente ha ido poco

a poco perdiendo vitalidad (Salas 2006) y también la presencia física de

sus hablantes aparece disminuida, encontrándose ya sólo desde el lago

Ranco hasta la isla de Chiloé, pero en forma discontinua.

En la figura 4 se muestra la distribución de estas variedades

dialectales en el territorio de Chile:

Page 51: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

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Figura 4: Variedades dialectales del mapudungún

Picunche

Araucano

Pehuenche

Huilliche

Page 52: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

51

CAPÍTULO III

MAPUNDUNGÚN Y CASTELLANO:

RELACIONES HISTÓRICAS

Page 53: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

52

Las relaciones entre la lengua mapuche y el castellano se remontan

a la época en la que llegaron los españoles a Chile (1536) y, desde

entonces, comenzaron a fraguar una serie de dinámicas sociales y

culturales que definieron lo que hasta hoy es el devenir de esta etnia y su

lengua vernácula. En tal sentido, fue la relación que en ese momento se

instauró la que comenzó a definir las características socio y

etnolingüísticas del mapudungún hoy.

Siguiendo los planteamientos de Salas (2006), Bengoa (2006) y

Villalobos et al (1974), hacia el siglo XVI la población indígena del territorio

que más adelante conformaría el Reino de Chile ascendía al millón de

personas, la mayor parte de las cuales, cerca de 600.000 se concentraban

entre los ríos Bío – Bío y Toltén. José Bengoa (2003), uno de los principales

historiadores chilenos sobre el pueblo mapuche, los describe, al momento

de llegar los españoles, de la siguiente manera:

… eran agricultores… La población vivía agrupada en caseríos,

reuniones de varias casas o rukas mapuches, en las que gobernaba una

autoridad. Se trabajaba la tierra, las vegas y las colinas suaves, se pescaba

y mariscaba en el mar, se cazaban pájaros y animales, se criaban ganados,

se los esquilaba y se hilaba y tejía la lana, se producían cántaros y

cerámicas de múltiples formas y colores… se fabricaba todo lo necesario

para vivir (Bengoa, 2003: 29).

Los mapuches no habían construido una sociedad de estructura

centralizada y su núcleo de organización era la familia extendida, con un

Page 54: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

53

sistema de filiación patriarcal y de carácter poligámico. Las comunidades

sí reconocían a una autoridad local, el lonco, y seguían los mandatos del

ad mapu o ley de la tierra, el saber tradicional.

No hay indicios de que esta población tuviese un nombre

específico para autodenominarse, pero es posible que frente a invasores

extranjeros recurrieran ocasionalmente a frases como re che (“gente de

verdad, gente auténtica”) o a compuestos como mapu – che (“gente de la

tierra, gente autóctona”), usado no como nombre específico de grupo

étnico, sino más bien como una categoría amplia de personas (“los

nativos” o “los de este lugar”). Luego, a medida que el contacto con los

extranjeros fue incrementándose e institucionalizándose, la palabra

mapuche se asentó definitivamente, hacia el siglo XIX (Salas, 2006,

Bengoa 1991, León 2005). De esta manera, esta palabra se utiliza hoy

hispanizada (mapuche/mapuches) como nombre genérico de toda la

población nativa de Chile y sus descendientes actuales.

Page 55: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

54

III.1. Origen de los mapuches

Siguiendo lo planteado por Salas (2006), se manejan dos teorías

respecto del origen de este pueblo. Por una parte, la planteada por Tomás

Guevara, quien sostuvo que eran descendientes del primer poblamiento

del territorio por parte de grupos de mariscadores y pescadores que

fueron ocupando gradualmente la costa en dirección norte – sur hasta la

isla de Chiloé, avanzando luego hacia el interior, desarrollando una

actividad de subsistencia basada en la caza y la recolección. Este

poblamiento inicial habría seguido avanzando por el interior hacia las

áreas subandina y andina para, finalmente, llegar al otro lado de la

cordillera de Los Andes a las pampas argentinas. La segunda teoría, un

poco más compleja, corresponde a Ricardo Latcham, quien señalaba que el

pueblo mapuche habría provenido de dos poblamientos iniciales. Uno de

pescadores y mariscadores a lo largo de la costa y el valle central, al cual

se sumó un segundo, procedente del norte, agricultores y ganaderos que

conocían el tejido y la alfarería. A estas dos poblaciones se sumó entre el

siglo XIII y XIV la migración de un tercer pueblo cazador nómada

procedente de la pampa argentina, y que se extendió por el territorio

entre los ríos Itata y Bío – Bío, por el norte, y el río Toltén, por el sur.

Más allá de estas interpretaciones, hay coincidencia en que ya

hacia el siglo XV los mapuches estaban instalados en su territorio

tradicional.

Page 56: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

55

III.2. El contacto con el imperio inca

A mediados del siglo XV (Salas, 2006; Bengoa, 2003), durante el

incanato de Tupac Yupanqui, el imperio inició un proceso de expansión

hacia las tierras situadas al sur del valle de Copiapó, controlando

totalmente los territorios hasta río el Maule. A medida que las tropas

imperiales avanzaban más al sur, su progresión se veía estorbada por las

condiciones climáticas y orográficas, y por la creciente resistencia de los

nativos, mucho más numerosos aquí que en el norte. Sólo hacia 1480 la

penetración incaica fue detenida definitivamente a orillas del río Bío Bío.

El imperio incaico impuso en la tierra ocupada su compleja

organización sociopolítica y elaboradas formas culturales. Además, esta

influencia se tradujo en que soldados, funcionarios y colonos imperiales

(mitimaes) modificaron la base étnica de la población autóctona e

introdujeron el quechua como segunda lengua, en contacto con el

mapudungún. Los mapuches del área ocupada se entremezclaron con los

mitimaes quechuas, se organizaron en villas o aldeas rurales, asimilaron la

sofisticada tecnología agraria andina, se incorporaron al trabajo de los

metales blandos (oro, plata, bronce), pagaron tributos e impuestos,

realizaron los trabajos colectivos comunales exigidos por el imperio y

ejercieron como labradores, artesanos, funcionarios y soldados del inca.

De esta manera, el territorio mapuche tradicional que se extendía entre el

valle de Copiapó y el río Maule fue incorporado políticamente al incanato,

Page 57: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

56

como componente de la facción llamada kollasuyu (‘imperio del sur’), y su

población fue radicalmente afectada por la cultura andina. Todo ello

explica la facilidad con que, luego de la llegada de los españoles en el siglo

XVI, los rasgos étnicos, culturales y lingüísticos de esta subpoblación

mapuche (los picunches y su variedad dialectal) desaparecieran casi por

completo.

No obstante esto ocurría más al norte, la influencia incaica

disminuía hasta desaparecer a lo largo de las líneas de los ríos Itata y Bío

Bío. Esto, pues en estas zonas la población nativa impidió la ocupación

del territorio por los soldados del inca y, por lo tanto, no fue incorporada al

kollasuyu, ni afectada masivamente por la cultura incaica. Mantuvieron

así su calidad de hombres libres, su organización tribal, su estilo de vida

seminómada y su economía de subsistencia de cazadores recolectores, con

agricultura y ganadería mínimas.

Page 58: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

57

III.3. Contactos con los españoles

A mediados del siglo XVI llegó al actual Chile el conquistador

español, ocupando con relativa facilidad el territorio hasta el río Bío Bío,

donde, al igual que lo ocurrido con los incas, fue detenido por la

encarnizada resistencia de los mapuches. Según los principales

historiadores y autores del tema (Salas 2006, Bengoa 1991, 2006 y

Villalobos et al 1974) la resistencia armada fue particularmente enérgica

entre río Bío - Bío y el Toltén, a tal punto que los conquistadores optaron

por renunciar a la ocupación de esas tierras y adoptar más bien medidas

defensivas destinadas más a afianzar su dominación sobre la cuenca

inferior del río Bío – Bío, antes que a avanzar más hacia el sur de este hito

geográfico, el que se había constituido en una frontera natural de la

ocupación hispana.

Hacia mediados del siglo XVII ya se había estabilizado la situación

de frontera a lo largo del curso medio e inferior del río Bío Bío y en la

franja costera entre la cordillera de Nahuelbuta y el océano. Línea

fronteriza que fue oficialmente ratificada por la corona mediante los

parlamentos (suerte de tratados de paz con los indígenas), que aseguraron

formalmente la autonomía territorial de los mapuches al sur del río Bío -

Bío. La excepción fue la ciudad fortificada de Santa María la Blanca –

actual ciudad de Valdivia – fundada en 1552, que quedaba fuera del área

Page 59: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

58

autónoma reconocida por los parlamentos, funcionando como centro de

irradiación de la presencia hispánica en el área.

Durante el periodo colonial, los mapuches del norte (picunches),

influenciados fuertemente por la cultura y organización sociopolítica

incaica, desaparecieron como grupo étnico cultural y lingüísticamente

diferenciado del contexto social hispánico. Ya a fines del siglo XVIII no

había población indoamericana discernible en las tierras al norte del Bío

- Bío (Salas 2006, Bengoa 2003). A su vez, durante los siglos XVII y XVIII

los mapuches sureños (huilliches), infiltrados gradualmente por los

españoles en esos años, también fueron desapareciendo paulatinamente

(aunque no de manera tan dramática y radical como el caso de los

picunches) a lo largo del poblamiento sistemático de Valdivia y del territorio

de colonización de Llanquihue, iniciado por la República hacia 1840. De

hecho, en la actualidad, la cultura y población huilliche sólo está

difusamente representada por pequeños grupos residuales radicados en la

zona de San Juan de la Costa (Osorno, X Región de Chile).

Dejando a un lado la resistencia cultural que, por motivos de sus

barreras geográficas naturales, pudo sostener la población pehuenche de

la precordillera de la VIII Región, fue el grupo mapuche central, los

llamados ‘araucanos’, radicados entre el río Bío - Bío y el Toltén, el que

defendió exitosamente su suelo de todos los intentos de ocupación por

parte de las poblaciones foráneas invasoras (tanto incas como españoles).

Gracias al reconocimiento que hiciera la corona, a mediados del siglo

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59

XVII, de la soberanía de los mapuches desde el río Bío - Bío al sur hasta

la ciudad – fuerte de Valdivia, este grupo dispuso de una extensión

territorial autónoma dentro de la cual mantener no sólo sus formas

tradicionales de vida sino que también su cultura y lengua.

Establecida esta frontera (a partir de 1598), los españoles optaron

por una penetración gradual hacia el sur, de tendencia conciliadora,

basada en la acción persuasiva de los misioneros jesuitas y capuchinos, el

reconocimiento y fortalecimiento de las autoridades internas tribales y la

creación de alianzas militares y económicas con los diferentes grupos

nativos. Este sistema gestó las condiciones favorables para la

colonización pacífica y eficiente de la parte del sur del dominio geográfico

mapuche, ocurrida ya en tiempos de la República a fines del siglo ante

pasado, a través de la radicación masiva y planificada de colonos entre la

ciudad de Valdivia y el canal de Chacao, proceso conocido como

“Pacificación de la Araucanía”.

Page 61: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

60

III.4. Contacto lingüístico entre mapuches y españoles

La preocupación e intervención lingüística estuvo presente desde

los primeros contactos entre hispanos y mapuches, aunque de un modo

no siempre explícito ni sistemático, pues una de las primeras decisiones

que hubo que tomar fue en qué lengua se llevaría a cabo la empresa de

conquista de Chile. En un comienzo (a partir de 1536 y, luego, con la

fundación de Santiago de Chile, en 1541), los contactos con los nativos se

vieron facilitados con la aparición espontánea de indios ladinos,

bilingües, que facilitaron las cosas, pero fue en el proceso evangelizador en

dónde sí hubo que decidir que la tarea evangelizadora se realizaría en la

lengua del país, el por entonces llamado chilidungú. Ello fue un primer

estímulo para que se comenzaran a preparar gramáticas como el medio

más eficaz de enseñar o aprender la lengua (Gallardo 1984, Durán 1987).

Esta temprana labor de planificación lingüística no estaba

diseñada, en un principio, para alterar la estructura de la sociedad

mapuche en cuanto comunidad hablante, sino solo a alterar su sistema

religioso. Ello, pues los destinatarios de las gramáticas eran sólo los

misioneros hispanohablantes. Solo excepcionalmente se tuvo en cuenta el

posible beneficio idiomático para los indígenas, tal como lo señalaba el

padre Febrés, el que “… pensó traducir al mapudungún los pensamientos

cristianos … (tanto) para la enseñanza de los indios, como principalmente

Page 62: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

61

para que (ellos) tengan en qué aprender su propia lengua” (Gallardo, 153:

1984. Los paréntesis son nuestros).

El resultado de esta primera etapa (hasta 1598) en las relaciones

de contacto lingüístico, mediada por la actividad misionera, fue que, si

bien, por un lado, los misioneros aprendían por principio el mapudungún,

los mapuches aprendían por necesidad la lengua del colonizador, lo que

necesariamente ocurría en las escuelas misionales. La participación más

definida en el proceso de adquisición del español por parte de los

mapuches la tuvieron los misioneros a través de la introducción de las

escuelas, bajo la concepción de que la misión debía constituir un centro

cultural civilizador. Así, por ejemplo, los jesuitas crearon ‘escuelas para

naturales’, donde pretendían enseñar a los hijos de caciques o lonkos

(autoridades tradicionales de cada comunidad) lecto- escritura en español.

Una vez establecida la frontera de ocupación (cuyo límite era el río

Bío - Bío), y hasta la ‘Pacificación de la Araucanía” (iniciada en 1861), las

interacciones en esa zona generaron la emergencia de nuevos actores

sociales (‘comisarios de naciones’, ‘capitanes de amigos de la Araucanía’,

entre otros) y de un lenguaje llamado ‘fronterizo’ (Durán, 1987), en tanto

medio de comunicación surgido por la necesidad comunicativa entre

mapuches y hispanoparlantes, caracterizado por formulas fijas que eran

traducciones de expresiones típicas de la lengua nativa, básicamente en el

plano de la lengua escrita. Estas interacciones en las zonas de frontera

obligaban a los caciques o lonkos a manejarse en español, al menos en

Page 63: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

62

un nivel escrito (Villalobos, 1992). Con ello, la posibilidad de interacción se

redujo sólo a aquellos mapuches bilingües alfabetizados, quienes pasaron

a adquirir, por tanto, un nuevo estatus y jerarquía dentro de sus pares.

Ello imponía al mapudungún y sus hablantes un desafío, al tratarse de

una lengua ágrafa, tal como aparece en la siguiente descripción:

… no pueden comprender el arte de escribir: es considerado por ellos

como una especie de magia. Especialmente se asombraron cuando vieron

el diccionario …. Y supieron que al consultarlo pueden saber palabras de

su idioma … Quedó incrédulo y asomándose, miraba el libro para ver si

podía encontrar alguna semejanza entre el objeto y la palabra impresa

(Durán, 1987: 186).

Sin embargo, los caciques insistieron en el uso del mapudungún

aún en presencia de huincas (modo de denominar a los extranjeros que

invadían su territorio, originado en la forma de referirse al primer invasor

de sus tierras: el inca o ‘huinca’) y usando la lengua de estos en forma

parcial e imperfecta, lo que redundaba en problemas comunicativos, sobre

todo al momento de negociar el traspaso de sus tierras hacia los

hispanoparlantes. El ejemplo más gráfico que puede darse al respecto es lo

que ocurría con el concepto de ‘propiedad privada’, inexistente hasta

entonces en su lengua y cultura.

Siguiendo lo planteado por Durán (1987), los acontecimientos y

dinámicas sociales ocurridas en el siglo XIX, en que se lleva a cabo la

Page 64: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

63

llamada eufemísticamente “Pacificación de la Araucanía” (Villalobos et al.

1974, Bengoa 1991), permiten la consolidación del proceso de

incorporación del castellano por parte de los mapuches, en tanto la

ocupación del territorio por el gobierno chileno establece las condiciones

socioculturales decisivas para la adquisición masiva del castellano por

parte de los indígenas. De esta forma, la ocupación de la Araucanía por el

Estado chileno determinará tanto la posición social que en el futuro

tendrá la sociedad mapuche en la nación, como su actitud hacia la lengua

del ocupante y hacia la propia.

Desde antes de esta ocupación definitiva (ocurrida en 1885) ya

existía la tendencia de algunos mapuches de transar su identidad

incorporando elementos culturales extranjeros para destacarse y ocupar

puestos de importancia, aún frente a sus congéneres, demostrando

indiferencia con respecto a la conservación de la cultura del pueblo. Se

comienzan a considerar a los demás y a sí mismos como ‘civilizados’ si

hablaban castellano, lo que lleva rápidamente a considerar el

conocimiento de la lengua extranjera como elemento de prestigio social y

viceversa. Así, bajo la presión sostenida de la sociedad global, el

castellano deja de ser lengua extranjera, perdiendo el carácter de opcional

que había logrado mantener hasta mediados de siglo, en un proceso

descrito de la siguiente manera:

Page 65: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

64

Ahora comienza a imponerse su aprendizaje (del castellano) a través

del territorio araucano y una comunidad, hasta el momento monolingüe,

se ve enfrentada a la necesidad de seguir la senda del bilingüismo. Esto

ocurre junto a la transformación de su identidad sociopolítica ya que, para

el Estado de chile, los mapuches pasan a ser oficialmente chilenos (Durán,

1987: 192).

Desde ese instante, 1885, al menos ya de un modo sistemático y

que logra explicar las dinámicas sociolingüísticas que se perpetúan hasta

la actualidad, las relaciones entre mapudungún y castellano alcanzan un

carácter que explica la situación social y lingüística de la primera: la

cultura y la lengua de la sociedad dominada bélicamente se ve relegada a

la categoría de forma de vida arcaica y, por tanto, desprestigiada,

iniciando una situación de bilingüismo, en los lugares en los que

precariamente así pudo realizarse, en condiciones muy desventajosas

para la lengua vernácula del dominado (el mapudungún). De esta manera,

se establecen tres áreas de desarrollo de este bilingüismo, claramente

diferenciadas:

a) El área mapuche, en donde los habitantes se ven impulsados a

continuar aprendiendo el castellano o a aprenderlo por primera vez. En

esta zona encontramos la presencia de los siguientes sujetos sociales y

lingüísticos característicos:

Page 66: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

65

- Las mujeres chilenas cautivas en territorio mapuche, las que, junto a

jóvenes y adultos que han regresado del cautiverio en territorio huinca,

dominaban bastante bien el castellano.

- Los comerciantes, los que, aún valiéndose de intérpretes, contribuían a

la introducción del castellano.

- Además, emergieron actores sociales, como misioneros, capitanes de

amigos y preceptores mapuches, que comienzan a actuar como

profesores de lecto - escritura en español, formados para este propósito

en Santiago.

b) El área fronteriza, en donde se apreciaba con nitidez, hasta antes

de la ocupación definitiva, el fenómeno de la integración cultural por

parte del mapuche, toda vez que las interacciones oficiales eran en

castellano. Sin embargo, dado que aún los mapuches no lo dominaban,

aparecían préstamos entre ambas lenguas, y la necesidad del

aprendizaje de mapudungún por parte de los chilenos misioneros,

comerciantes o funcionarios. Así, la situación podía caracterizarse como

simétrica. No obstante esto, el panorama cambió hacia fines del siglo

XIX, declinando la simetría y la integración, situación motivada por el

cambio del mapuche como sujeto histórico y social: obligados por el

avance de los medios de comunicación, la parcelación de su territorio,

el funcionamiento de las haciendas, por una parte, y por el estado de

pobreza al que llegan finalmente, por otra, los indígenas cambian su

Page 67: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

66

status de propietarios o habitantes originarios de su territorio: se

transforman en inquilinos, obreros y, en el mejor de los casos,

servidores públicos, esferas en las que podrán comunicarse

exclusivamente en castellano (Durán, 1987).

En palabras de la teoría planteada por Bonfil Batalla (1989) para

procesos étnicos en general, desde ese momento en adelante, se

constituye la pérdida del control cultural por parte de los mapuches,

tanto sobre su cultura como su lengua. De esta manera, solo los

mapuches que se establecieron más hacia el interior y aceptaron el

incorporarse al sistema de ‘reducciones’ como nuevo sistema de vida,

continuaron usando su lengua efectuando adaptaciones selectivas a la

cultura mayoritaria.

c) Finalmente, una tercera área la constituye la sociedad nacional, en

donde los mapuches que se mantienen en contacto con los chilenos

difícilmente podrán tomar posturas reivindicativas de su cultura y

lengua. Así, los nativos, ante la presión mayoritaria, van a tener que

aprender a actuar como chilenos, principalmente, procurando hablar

como ellos. Situación vivida por la gran mayoría de los mapuches que

migraron – por opción u obligación – hacia la capital del país.

Page 68: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

67

De este modo, encontramos que el contexto socio y etnolingüístico

en el que se enmarca el estudio que aquí presentamos se caracteriza por

la presencia del mapudungún como una lengua minorizada frente al

castellano. Por tanto, se trata de un grupo que ha perdido el control

cultural sobre un bien simbólico tan consustancial como el lenguaje, tal

vez no tanto en el ámbito de su producción lingüística (pues aún se

conservan, en la zona cordillerana de la VIII Región, hablantes bastante

competentes y que controlan en qué variedad, a quién y cómo se habla),

pero sí ciertamente a nivel de su reproducción, en tanto los mapuches –

hablantes o no – en muy pocos espacios culturales pueden optar por su

uso (Lagos 2004, Gissi 2004 a, 2004b; Wittig 2010; Gunderman 2009a).

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68

CAPÍTULO IV

ASPECTOS SOCIOCULTURALES Y LINGÜÍSTICOS DEL

CONTACTO MAPUCHE - CHILENO

IV.1. La migración desde el territorio originario al medio urbano.

Causas y consecuencias socioculturales

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69

Tras la anexión definitiva de los territorios mapuches históricos al

naciente Estado chileno en el siglo XIX, la migración de esta etnia a las

ciudades arranca en los 30’ y 40’ del siglo XX, empujada por un conjunto

de factores estructurales que han determinado que en la actualidad entre

un 70% u 80% de la población del país que se adscribe a este grupo

indígena se encuentre residiendo en áreas urbanas, principalmente

Santiago, y en las ciudades intermedias de las regiones de poblamiento

histórico, como Concepción, Temuco, Imperial y Carahue, entre otras.

Entre los factores que explicarían este masivo movimiento socio

demográfico, siguiendo lo señalado por Gissi (2004a; 2004b), podemos

señalar:

a) El fenómeno general y mundial de éxodo del campo y la ruralidad a las

grandes urbes. En tal sentido (Aravena, 2003), el proceso demográfico

migratorio que ha afectado a los mapuches no es más que otro caso de

la migración de las poblaciones indígenas a los centros urbanos que

ha caracterizado a América Latina, en general, en las últimas cinco

décadas. Fenómeno motivado por las expectativas de “oportunidades”

de promoción social que se asocian al medio urbano.

b) Las diferencias interregionales existentes en el país, y en particular por

las condiciones de pobreza de la Región de la Araucanía (zona histórica

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70

y tradicional mapuche), en donde la extrema pobreza alcanza el doble

del promedio del país, la mortalidad infantil es el triple de la nacional y

se concentran los establecimientos escolares de más baja calidad, entre

otras cifras reveladoras.

De hecho, según cifras del INE, hacia fines de la década de los 90’ (INE,

1997) del siglo pasado el 14.6% de los pobres del país se concentraba en

la Región de la Araucanía, y de ese total más de un 80% correspondía a

población mapuche. Además, en esta Región dos de sus comunas

(Saavedra, con un 59.9%) y Ercilla (con un 52.9%) se encuentran dentro

de las 5 comunas con mayor porcentaje de pobreza del país. La

explicación de esto se encontraría, precisamente, en el proceso de

usurpación de tierras que significó la “pacificación” de la Araucanía en el

siglo antepasado (Bello, 2002), a raíz de la cual se generó una

disminución y degradación de las tierras, principal medio de sustento en la

economía agraria de auto subsistencia indígena tradicional. Se instauró

entonces un sistema de tenencia de la tierra impuesto por el Estado

chileno entre 1883 y 1929, a partir del cual la tierra, por diversas causas

(expropiaciones, usurpaciones, ventas irregulares) fue disminuyendo en

forma regular en contraposición al crecimiento sostenido de la población.

Tal sistema se basó en la entrega de títulos de Merced a través de los

cuales el Estado reconoció una porción de tierras de propiedad familiar,

proceso que se hizo sin considerar los territorios ocupados originalmente

Page 72: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

71

por los mapuches. Así, sólo se entregaron un total de 500.000 hectáreas,

lo que representaba solo el 5% de territorio que históricamente había

estado en posesión del pueblo mapuche.

c) Finalmente, la relación que hay en Chile entre ruralidad, etnicidad y

pobreza, obligando a esos grupos en la búsqueda de nuevos horizontes

no sólo económicos sino que sociales (Gissi, 2004a).

Las cifras de la más reciente encuesta socioeconómica de Chile

reafirman esto (MIDEPLAN, 2010):

- La pobreza indígena sigue siendo más alta que la de la población no

indígena (19,9% frente a un 13,3%).

- El 4,7% de la población indígena es indigente frente al 3,1% de la

población no indígena.

- La incidencia de la pobreza entre los hogares es más alta cuando el jefe

de hogar pertenece a la población indígena: un 14,6% de los hogares

cuyo jefe pertenece a la población indígena se encuentran en situación

de pobreza, cifra que disminuye a un 11,1% en el caso de los jefes de

hogar no indígenas.

- Finalmente, los datos desagregados a nivel de región dan cuenta de esta

misma situación: la Región de la Araucanía (Región en que

históricamente se ha concentrado la población mapuche del país)

muestra los peores indicadores de pobreza (más del 27%), seguida de la

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72

Región del Bío - Bío, también zona histórica de asentamiento de

población mapuche (más del 20%).

Esta imagen actual es una proyección del pasado, situación que explica

que desde entonces y hasta hoy se instaurara una migración forzada desde

los territorios originales, la que fue selectiva, pues quienes la llevaron a

cabo fueron principalmente los jóvenes, en especial las mujeres, que

tenían una inserción laboral más rápida y estable en el trabajo doméstico,

dado que “está vinculado a la reproducción de las prácticas y roles de

género socialmente aprendidas en la familia y en la comunidad” (Bello,

2002: 42). Además, esta población indígena migrante resultó

heterogénea, compuesta por diversas generaciones y sus descendientes,

diferentes grupos de edades, auto reconocidos con diferentes experiencias,

conocimientos y discursos sobre su identidad étnica.

Sin embargo, a su llegada al medio urbano, el mapuche migrante se

encontró con una realidad distinta a la que estaba en su marco de

expectativas: debido a una serie de desventajas y carencias derivadas de la

situación de dominación y exclusión en la que se vieron inmersos, gran

parte de los que llegaron a las ciudades terminaron viviendo en

condiciones de pobreza y precariedad material, sufriendo la discriminación

y la marginación social, no sólo de parte de los “chilenos” o huincas, sino

que de sus mismos pares que optaron por quedarse en la comunidad

originaria (en la zona sur del país). Una vez establecidos en la ciudad, una

Page 74: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

73

forma, precisamente, de mantener el contacto con aquella comunidad

originaria perdida fue el integrarse a organizaciones mapuches urbanas

(clubes deportivos, cooperativas, asociaciones gremiales, agrupaciones

juveniles, de mujeres o de ancianos), las que, desde los años 60’ del siglo

XX (Munizaga, 1961) comenzaron a actuar como “estructuras

transicionales”, cuya función latente fue, y sigue siendo, morigerar los

efectos del choque cultural que implica el encuentro entre dos

subculturas – la mapuche rural y la urbana occidental - para el sujeto

llegado a la capital. De esta manera, han actuado como mecanismos de

integración o estabilización social, constructoras de identidad, de

comunidad, en el ambiente citadino, sobre todo cuando quienes

pertenecen a esta etnia indígena llegan a la ciudad y pasan a constituir

barrios periféricos como espacios de marginalidad y segregación socio

étnica.

Toda vez que el carácter centralista de Chile constituyó a la ciudad de

Santiago en el gran polo de atracción socioeconómico del país, la migración

mapuche a la ciudad tendió a concentrase en la capital como destino,

sobre todo desde la década de los 90’ del siglo XX (Gissi 2004b). De hecho,

hoy en día (Bello, 2002), el aumento de la población indígena en la ciudad

de Santiago se estima que es resultado ya del crecimiento natural de la

población migrante y no de la migración propiamente tal, aspecto

interesante cuando nos encontramos con generaciones que han nacido y

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74

se han criado aquí en la capital. En Santiago de Chile las mayores

concentraciones de mapuches se encuentran en las comunas de Lo Prado,

Cerro Navia, Pudahuel, Peñalolén, La Pintana, San Ramón, Renca y Pedro

Aguirre Cerda; todas comunas relacionadas con la marginalidad, pobreza y

estigmatización social por tal motivo.

Sin embargo, además de la consolidación de la capital como un núcleo

que absorbió a la población mapuche inmigrante, los años 90’ del siglo

XX, de la mano también del retorno a la vida democrática y a las libertades

civiles abolidas en los años previos de Dictadura militar, hubo un cambio

positivo (Bello, 2002) en la situación de los inmigrantes indígenas (y en

particular con los mapuches, en tanto mayoritarios). El desarrollo de un

activo movimiento indígena que reivindica derechos como la identidad, el

territorio y la autonomía; y la acción del Estado a través de organismos

como CONADI, con políticas y programas ‘diferenciados’ para indígenas

urbanos han ayudado a crear y dar respuesta a necesidades y demandas

específicas de parte de este sector, del mismo modo que la población

mapuche urbana se ha perfilado con creciente nitidez, creando procesos

asociativos formales e informales de tipo gremial, étnico, productivo,

político y social, alcanzando en la actualidad más de 70 organizaciones en

el área Metropolitana de Santiago. Entre las organizaciones más antiguas

se encuentran las de ‘panificadores’, de la construcción y de trabajadoras

de casa particular, entre otras. Entre las organizaciones más recientes

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75

están las de tipo étnico – cultural, de jóvenes, mujeres, microempresarios y

pobladores.

Este cambio positivo de la situación de los migrantes mapuches, en

cuanto al reconocimiento y mayor valoración de su ascendencia indígena,

está atestiguado por la presencia de sus manifestaciones culturales

tradicionales en el espacio urbano, realizándose rogativas colectivas

(nguillatún), celebraciones masivas del año nuevo mapuche (we tripantu) y

juegos tradicionales como el palín (o chueca), programas de promoción y

atención a la población indígena (jardines infantiles con inspiración

étnica, bibliotecas y centros culturales). Sin embargo, esta presencia no es

homogénea, ni en todos los sectores, ni en toda la población mapuche

urbana. Conviven, en el mismo espacio social, la aceptación y la

revalorización con el afán de integración y adaptación, rasgo al parecer

contradictorio, signo inequívoco de que se está en presencia de una fase de

transición hacia la definición de nuevas formas de vivir “lo mapuche” en

los espacios urbanos. Existen, así, diversas manifestaciones identitarias

“… unas hacia el cierre de la sociedad y la cultura mapuche en su

tradicionalidad, y otras de mayor integración cambio e innovación. Unas

de revitalización étnica, otras de negación de su identidad indígena.”

(Gissi, 2004a).

Esta dinámica de revalorización y de re significación de lo que se

considera “mapuche” ha hecho aparecer un nuevo sujeto social, el llamado

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76

“mapuche urbano”: hijos y nietos de migrantes que han perdido el vinculo

inmediato con la “tierra”, pero que, en mayor o menor medida, comparten

– ya sea por medio de la aceptación o la negación - el universo simbólico

que une a la comunidad mapuche. Esta continuidad valórica es la que

permite ampliar la noción de comunidad indígena al entorno urbano, más

allá del rural tradicional.

Como hemos señalado antes, este traslado a la ciudad implica la

necesidad de replantearse su identidad como mapuches para las

poblaciones que han migrado, así como también para sus descendientes.

Ello va a tener dos importantes implicancias, desde el punto de vista

antropológico y lingüístico:

a) El proceso de construcción de identidad – esto es, lo que significa “ser

mapuche” – ya no va a poder ser más planteado por poco más del 80%

de la población mapuche del país (es decir, quienes viven en el medio

urbano) desde el concepto de comunidad, de lof (nombre nativo para

ella). Más aún, la tierra (mapuche significa “gente de la tierra”) ya no los

va a definir, pues ni su forma de subsistencia se basa principalmente

en su explotación, ni mucho menos la poseen.

b) Por tanto, la lengua – un bien simbólico esencial en la generación de las

identidades étnicas - puede resultar en una clave en estas nuevas

dinámicas culturales. Eso justifica la necesidad de revisar el rol y

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77

comportamiento de la lengua mapuche en la generación y

afianzamiento de esta migración hacia el espacio urbano.

IV.2. Aspectos lingüísticos, sociales y culturales del contacto y la

migración forzada

Page 79: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

78

En este apartado, describiremos los distintos estudios que, a partir

de los 60’ del siglo pasado, se han abocado a analizar el contacto mapuche

– chileno y sus consecuencias.

Según señala Gunderman (2009a), si bien tras la anexión de la

Araucanía por parte del Estado de Chile (fines del siglo XIX) y la

consolidación de un bilingüismo español – mapuche en la zona (periodo en

el que la existencia de la lengua mapuche no estuvo en peligro), a partir

de los años 60’ del siglo XX ocurrió un punto de inflexión que marca el

retroceso funcional y estructural del mapudungún. Factores como la

migración forzada reseñada antes y el ingreso de los medios de

comunicación masiva a zonas geográficas antes aisladas, hacen que el

castellano se constituya en “lengua exclusiva o principal de estos nuevos

flujos de relaciones y comunicación” (Gunderman, 2009a: 54). Se transitó

entonces de un monolingüismo extendido a un bilingüismo subordinado,

hasta llegar a un carácter casi universal del castellano.

Una prueba de esta evolución, y las consecuencias lingüísticas del

contacto a partir del tercer cuarto del siglo XX, se encuentra en algunos

trabajos desarrollados en zonas rurales aledañas a áreas en que

históricamente se han asentado los mapuches, tales como Temuco u

Osorno. R. Croese (1983) investigó en prácticamente la totalidad de la

zona mapuche (histórica) en Chile (Regiones VIII a X), a fines de la década

de los 70’ del siglo pasado, aspectos tales como la vigencia del

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79

mapudungún, el posible bilingüismo existente, las actitudes que los

hablantes tenían frente a la preservación de la lengua nativa versus el

cambio a la lengua oficial chilena, y la importancia de la lengua materna

en la cultura autóctona. De sus resultados emergen algunas claves que

persistirán luego en las dinámicas socioculturales y lingüísticas propias

del espacio urbano, aspectos tales como:

• La relación asimétrica entre las dos lenguas en contacto (en este caso,

castellano y mapudungún) y su reflejo en los sujetos. De esta forma,

señala categóricamente que “... una gran cantidad de los mapuche (sic)

ya no hablan su lengua nativa y que todos desean un cambio rápido y

completo hacia la lengua de prestigio: el español.” (Croese, 1983: 23).

• Un posicionamiento generacional y de género diferente respecto de la

lengua: tercera edad, niños y mujeres tendían a mantener el uso del

mapudungún; mientras que adultos, jóvenes y hombres tienden al uso

del castellano.

• En cuanto a las actitudes hacia la lengua, existe una ‘tensión’, que

termina por resolverse a favor del castellano, pues:

….. para muchos el español es la lengua del colegio y del

‘progreso’ y, por lo tanto, desean que sus hijos tengan más éxito que la

generación adulta en lograr algo más de lo que el mundo ofrece. Por eso,

todos los padres mapuches manifestaron un fuerte deseo de que sus

hijos fueran educados en español (Ibid.: 27).

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80

• Finalmente, Croese explica las actitudes de los mapuches respecto de

su lengua en función de un esquema que considera dos estratos: uno

interno, más resistente al cambio cultural, donde la lengua originaria

sigue ligada a los ámbitos más cotidianos de su cultura, y uno externo,

que corresponde al sistema de valores nuevos compartidos con la

cultura mayor en la que se encuentran, donde, ciertamente, el

castellano es la herramienta social que cuenta con más valoración. Así,

nos muestra a un mapuche que es capaz de manejar ambos códigos

lingüísticos y diferenciar funcionalmente sus usos.

También, en relación con los problemas en la enseñanza del

castellano a niños mapuches de áreas rurales de la provincia de Cautín,

Novena Región, encontramos en las investigaciones de A. Hernández y N.

Ramos un aporte en la temática de las consecuencias del contacto

(asimétrico, hay que recalcar) entre la sociedad chilena y la mapuche,

sobre la lengua de este último grupo. En un primer trabajo, realizado

independientemente por A. Hernández (1983), se buscó caracterizar el

comportamiento lingüístico de una familia indígena bilingüe,

determinando los entornos en que usan una y otra lengua. La familia

seleccionada como unidad de observación se cataloga como una “típica

familia mapuche de reducción” (algo metodológicamente discutible, pero

entendible para la época), determinándose entre sus integrantes una clara

diferenciación funcional entre el uso del castellano y mapudungún:

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81

• Dependiendo de contextos tales como las situaciones de alegría

manifiesta y, en general, toda aquella relativa al quehacer cotidiano,

se usa el mapudungún,

• Utilizándose en los casos inversos (esto es, más alejados del quehacer

cotidiano) el castellano.

Además de este aspecto, la investigación mostró un rasgo propio de

familias cuyos hijos aprenden castellano en la escuela: se presenta el

uso de un “castellano (sic) mapuchizado”, como lo definen, con claras

muestras de interferencia en los planos fonológico, morfosintáctico y

léxico.

Luego, en conjunto con N. Ramos, el mismo autor presenta dos

investigaciones enfocadas a describir la enseñanza del castellano en

cursos de primer año básico de una escuela rural mapuche en las

proximidades de Temuco, centrándose en cómo se desarrolla el proceso

de enseñanza aprendizaje, a través de una aproximación etnográfica en el

aula (Hernández y Ramos, 1978; 1979). En su descripción se reafirma la

presencia de claros rasgos de transferencia lingüística en el caso de los

niños bilingües (el 56% del total del curso), la que se ve acrecentada y no

corregida por claros problemas en la enseñanza del castellano, derivados

de considerar el factor lingüístico y cultural: la dedicación de un tiempo

insuficiente a tal tarea en clases, escasa participación, debido a que no

dominan el castellano y se les exige participar en esa lengua, y la

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82

confusión de los profesores de problemas de retardo o dislexia con los

problemas derivados del aprendizaje de una segunda lengua –en la

mayoría de los casos. En suma, los fracasos, deserciones y bajos

rendimientos observados en las escuelas rurales mapuches en la

asignatura de Castellano1 se explicaban por una carencia de una

perspectiva etnolingüística implicada en el aprendizaje de una lengua

propia de una cultura diferente e impuesta, precisamente, a través de

agentes que son representantes de esa cultura, aspecto en el que los

autores coinciden con los planteamientos de S. Romaine (1996) en su

estudio de la realidad plurilingüe de Canadá. En este sentido, el estudio

resulta importante pues, sin dejar de lado la perspectiva sociolingüística

necesaria para abordar la temática de las ‘lenguas en contacto’, incorpora

la perspectiva etnolingüística en el tema, considerando que existe una

‘visión del mundo’ relacionada con la lengua vernácula de los individuos

y que, en consecuencia, todo cambio lingüístico implica, necesariamente,

un cambio cultural. Por otro lado, resulta destacable la incorporación de

un enfoque etnográfico para estudiar estos fenómenos.

Otro aporte a la temática, pero nuevamente remitido solo a la

realidad mapuche rural (Regiones IX y X) lo encontramos en el trabajo de

I. Fernández y A. Hernández (1981) sobre actitudes que los mapuches

bilingües asumen frente al mapudungún. Este estudio destaca el hecho de

1 En este caso nos referimos al nombre tradicional de la asignatura, no a la lengua en sí.

Page 84: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

83

que las posibles actitudes por describir no ‘existen en el aire’, sino que

son el resultado de un proceso histórico, esto es, son un reflejo de este,

donde el contexto macrosocial y cultural no resulta indiferente. Este

contexto mayor presenta a la citada comunidad indígena sin el control

cultural respecto de su lengua, en tanto

... Aquellos mapuche (sic) que deseen o tengan que participar en la

vida cívica general del país deben, por lo menos, aprender a hablar

castellano y regirse por algunas pautas sociales tácitamente establecidas

que les permitan interactuar con los individuos y, a través de ellos,

participar en algunas instituciones no mapuche que aparecen como

fundamentales (hospitales, comercio, escuelas, juzgados, etc.) (Fernández

y Hernández, 1981: 35).

En sus resultados, además de destacar lo presentado por los

autores anteriores en cuanto al uso de una lengua u otra (en el caso de los

bilingües) dependiendo del tópico que se comente o la situación social en

que se haga, Fernández y Hernández (1981) indican que la actitud general

que se encuentra entre los mapuches de las zonas estudiadas es más bien

intermedia: hay presencia de lealtad hacia su lengua vernácula, pero

reconociendo la necesidad de aprender castellano como una opción que les

permita desenvolverse sin problemas dentro de la sociedad mayoritaria.

En este sentido, frente a la lengua castellana se aprecia, según la

catalogan, una actitud positiva, en tanto los sujetos la sienten como una

Page 85: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

84

lengua ‘superior’, porque los educa y les permite la participación en la

sociedad mayoritaria.

En un ámbito más propiamente antropológico y lingüístico, sólo

encontramos un trabajo relativo al tema del contacto y sus consecuencias.

Es el estudio de A. Salas (1985), quien, al igual que otros investigadores,

enmarca y conecta el proceso sociocultural y lingüístico experimentado por

los mapuches en relación con su lengua, con el proceso socio histórico y

sociopolítico mayor vivido por este grupo: el haber sido dominados y

obligados a asimilarse a la sociedad chilena. El autor señala que la

sociedad mapuche se encuentra en un estado intermedio entre la

asimilación total a la sociedad dominante y la conservación de sus

costumbres, lo que se ve reflejado en la lengua, la cual "... se habla

solamente entre individuos mapuche (sic), en el ambiente de las

reducciones y en vinculación a temas de la cultura tradicional" (Op. cit.:

28). Sin embargo, cuando plantea el escenario de la disolución de las

reducciones y el paso de los mapuches a la vida urbana, su juicio

respecto de la mantención y reproducción de su cultura tradicional se

torna categórico en cuanto a su segura desaparición dada la imposición

de la cultura de la sociedad chilena mayoritaria. Ello se ve expresado

claramente en el plano lingüístico, donde las razones para que los

mapuches fueran dejando de lado el mapudungún serían, según el citado

autor:

Page 86: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

85

(a) El bajo grado de prestigio social de la identidad mapuche en el

ambiente urbano.

(b) Que los emigrados no se radiquen en las ciudades formando guetos

indígenas.

(c) Que se integren a los niveles socioeconómicos urbanos más bajos, que

suelen ser los más intolerantes frente a la diversidad cultural.

(d) Finalmente, según el modo de ver del autor, la razón más crucial se

encontraría en la irreductibilidad – al modo que lo planteaba la

“hipótesis Sapir Whorf” (Schaff, 1967) – de las visiones de mundo

encerradas en lenguas distintas como el castellano y el mapudungún.

De esta manera señala que:

... La lengua mapuche es altamente específica de la cultura

mapuche, lo que la hace disfuncional e inadecuada para toda otra

cultura, por ejemplo, para la civilización hispánica. En otras palabras, no

se puede hablar mapuche sino en interacciones ancladas en el universo

indígena. O dicho de otra manera, no se puede hablar mapuche viviendo

como hispano. Lo inverso también es cierto: la especificidad de la relación

entre lengua y cultura mapuche no permite la competencia de otra

lengua en este contexto: no se puede vivir - o entender - la cultura

mapuche tradicional hablando castellano. (Salas, 1985: 32)

Lo anterior apunta a la existencia de visiones de mundo

relacionadas estrechamente con la lengua hablada en cada cultura. De

Page 87: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

86

acuerdo con esto, entrega ejemplos de la irreductibilidad, entre

cosmovisiones distintas, a que conduce este planteamiento, en el plano de

la cultura material, la organización social, la expresión del pensamiento y

las concepciones religiosas. Finalmente, a partir de lo anterior, Salas

proyecta un negativo futuro para el mapudungún, al tener que estar sus

hablantes condenados a vivir inmersos en otra cultura que, dentro del

modelo teórico que maneja, exige de otra lengua para expresarse y vivir en

ella, haciendo por tanto innecesaria la propia.

Con el correr de los años los investigadores en el tema fueron

prestando atención también a lo que estaba ocurriendo con la lengua

mapuche en los contextos urbanos, espacios sociales en los que se

radicalizan las tendencias identificadas por los anteriores autores. Los

trabajos desarrollados por Gunderman (2009a y 2009b), Wittig (2009),

CEP (2006), Lagos (2004, 2006), Molina (2009) y Oyarzo (2010), centrados

en realidad urbana de las regiones Metropolitana, VIII y IX, han

incorporado una mirada más sociolingüística, abarcando mayor cantidad

de población muestral y una base lingüística más rigurosa. Gunderman

identifica un carácter “recesivo” de la lengua mapuche, en términos del

progresivo desplazamiento funcional que ha sufrido desde la instauración

de la Pacificación de la Araucanía en el siglo XIX y acrecentado con el

fenómeno migratorio hacia la ciudad. Tal característica “recesiva” del

mapudungún, impresión que es compartida con la evaluación que hace

Page 88: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

87

Zúñiga de los resultados de le encuesta CEP de 2006 (Zúñiga, 2007), se

vincula muy estrechamente con el carácter

… mayoritariamente urbano de la sociedad mapuche y sus implicancias

para la vitalidad de la lengua, la orientación interna o externa de las redes

sociales y de comunicación, las consecuencias para la comunicación

derivadas de que los mapuches representan minorías demográficas

socialmente dominadas, la posición socioeconómica mapuche en las

regiones de origen o en las áreas de destino, etc. (Gunderman et al, 2009a:

57).

Wittig, por su parte, comparte está imagen respecto de la situación

de “desplazamiento lingüístico” de la lengua mapuche en tanto existe una

“redistribución sostenida y unidireccional de las funciones sociales

asignadas al mapudungún” (Wittig, 2009: 138). Por esta razón, cataloga a

la situación de la lengua mapuche como una “diglosia inestable”, en tanto

desequilibrio funcional generalizado entre las lenguas en contacto, que

perfectamente se podría encaminar a la sustitución de la lengua de bajo

prestigio (el mapudungún) por la lengua dominante (el castellano). El autor

aporta, además, la perspectiva cualitativa necesaria para interpretar este

fenómeno. Y es cuando se escucha la palabra de los mapuches que,

sumada a esta visión de desplazamiento, aparece la imagen de la

“resistencia” que, de todos modos, están llevando a cabo los mapuches

urbanos: la lengua aparece como elemento central en la construcción de la

Page 89: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

88

identidad del mapuche en la ciudad. En este aspecto coincide la

información aportada en la encuesta CEP (CEP, 2006) y en nuestra

investigación previa (Lagos 2004, 2006). Esto, pues

… las formas de identificación que los mapuches urbanos establecen

con el mapudungún trascienden la dimensión aparentemente objetiva del

dato sociolingüístico convencional, instalándose en el plano de las

relaciones simbólicas e ideológicas en que se funda la noción de

comunidad (Wittig, 2009: 150).

Lo anterior, por un lado, justifica la necesidad de un enfoque

antropológico y lingüístico - al momento de intentar describir y explicar

las dinámicas de una lengua indígena en el contexto social mayor chileno;

por otro lado, constituye una muestra de la existencia de procesos

sociales y culturales capaces de revertir la situación de desplazamiento y

subordinación que caracteriza al mapudungún en su relación con el

español.

Como otro importante antecedente encontramos los resultados de

una encuesta a nivel nacional realizada en 2006 por el Centro de Estudios

Públicos de Chile, orientada a sondear la realidad de los mapuches rurales

y urbanos (CEP, 2006). Si bien es cierto su énfasis principal no era el

lingüístico, algunas de sus preguntas dieron algunas claves respecto de

tal ámbito. Un primer punto que sobresale es que para los mapuches – no

Page 90: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

89

necesariamente participantes de alguna organización que se dedique a la

promoción de la lengua nativa – no es un tema de una relevancia

principal: sólo un 17% de los encuestados ubicaba a la “protección y

fomento de la lengua mapuche” como uno de los problemas a los que el

gobierno debía dedicar un mayor esfuerzo por solucionar, por debajo de

otros, tales como la delincuencia, la pobreza, la educación, el empleo, etc.

Lo más interesante es que, cuando se desagregaba este dato según la

composición rural y urbana de la población, quienes se manifestaban más

proclives a esta opción eran los encuestados del medio urbano, lo que

reafirma lo planteado antes respecto de la emergencia del tema indígena

en los nuevos sujetos mapuches urbanos (Gissi 2004a, 2004b; Bello

2002).

Por otra parte, cuando se les preguntaba por el rasgo que definía a

un mapuche como tal, la mayoría señalaba que era “hablar la lengua

mapuche”, por sobre incluso de “vivir en tierras mapuches”. En este

punto, la tendencia anterior se invierte, al ser predominantemente la

población del ámbito rural aquella que apoya esto. También una mayoría

identifica a la lengua como una de las vías más importantes para

mantener la cultura mapuche, habiendo similitud entre los urbanos y los

rurales en su preferencia.

En el apartado sobre “Conocimiento y uso de la lengua” encontramos

datos relevantes:

Page 91: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

90

a) Al preguntar, de modo indirecto, por su competencia idiomática, la gran

mayoría, se declara incompetente, con un predominio de la población

urbana sobre la rural y del segmento de población más joven en esta

característica. Así se aprecia en el gráfico 5:

Gráfico 5: Competencia en mapudungún (CEP 2006)

Page 92: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

91

b) En cuanto a la frecuencia de uso de la lengua, domina ampliamente la

baja carga funcional, con las categorías “nunca/ casi nunca” y “solo en

ocasiones especiales”, lo que se replica al preguntarles por la lengua

más usada al hablar con niños, un aspecto crítico al momento de

analizar la reproducción de la lengua como artefacto cultural. Lo

observamos en el gráfico 6 y 7:

Gráfico 6: Frecuencia de uso del mapudungún (CEP 2006)

Page 93: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

92

Gráfico 7: Uso del mapudungún con niños (CEP 2006)

Page 94: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

93

Esta imagen de retroceso funcional se encuentra evidenciada en el

estudio que realizó CONADI (CONADI, 2008) al realizar un catastro del

nivel de competencia de los participantes de asociaciones indígenas en la

Región Metropolitana, sujetos sociales que en principio se supone deberían

ser los representantes más fieles de su cultura ancestral, pero que

mostraban un bajo nivel de uso y de competencia en su lengua nativa. La

misma imagen es la que pudimos verificar en nuestro un estudio previo

(Lagos, 2006) en las comunas de Cerro Navia, Pudahuel, Renca, en sujetos

participantes de organizaciones mapuche urbanas (Liga cultural Kolo Kolo

y Sindicato de panaderos de Chile – CONAPAN). Si bien se trató de un

Page 95: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

94

estudio de un menor alcance, y con un enfoque etnográfico y cualitativo,

se focalizó en las comunas de mayor densidad de población mapuche, en

él pudimos constatar la baja vitalidad que la correspondía a la lengua

mapuche, quedando relegada solo al ámbito ritual. Además de esto,

permitió evidenciar que las organizaciones mapuches urbanas actuaban

como una instancia de producción y reproducción de la lengua; además,

constatamos que, a pesar de declarar una baja competencia en la lengua,

la gran mayoría de sus integrantes demostraba lealtad hacia su lengua y

una orientación positiva para que sus hijos la aprendieran (aspecto que

resulta consistente con los hallazgos de Wittig en 2009).

En otro resultado relevante de nuestra primera aproximación al

tema en 2004 (Lagos 2004, 2006) fue constatar que la situación descrita

para el mapudungún obedecía a un problema estructural, en el que

actuaban y confluían una serie de factores o variables condicionantes del

proceso, ya sea en un sentido positivo o negativo, haciendo aún más difícil

plantear un diagnóstico definitivo del problema. Tales factores pueden

identificarse con claridad en los discursos que los mismos sujetos tienen al

respecto, a partir de los cuales tanto el tema de la vitalidad lingüística

como el de las actitudes hacia la lengua adquieren determinados valores.

Estos posibles valores y sus condicionantes los esquematizamos de la

siguiente manera, definiendo ejes discursivos, sus valores

Page 96: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

95

correspondientes a nivel de actitudes lingüísticas y su correlato en

términos de la vitalidad de la lengua mapuche:

Tabla 2: Ejes discursivos de los mapuches urbanos sobre su lengua

nativa

Variable/ Factor

condicionante

Vitalidad de la lengua Actitud lingüística

"Antes"

(Eje temporal)

Mayor (en el sur) Negativa/ ligada a

sentimiento de

"vergüenza", tanto en el

sur como en Santiago,

sobre todo en las

nuevas generaciones.

"Después"

(Eje temporal)

Menor Positiva, en

generaciones adultas,

de la mano de un

mayor acceso a

educación.

"Sur"

(Eje socio - territorial)

Mayor (en un antes) Positiva

Page 97: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

96

Santiago

(Eje socio - territorial)

Menor Negativa/ antes;

positiva/ después.

"Viejos"

(Eje socio - etario)

Mayor (en el sur) Positiva

"Nuevas generaciones"

(Eje socio - etario)

Menor (en el sur y

Santiago)

Negativa/ indiferente

Acceso a educación

(Eje valórico - cultural)

Mayor, pero en la

medida en que se

relaciona con un

conocimiento de la

lengua mapuche. Y si

no la hay, resulta un

rasgo indiferente.

Positiva/ marca de

identidad

Participación en

organizaciones

mapuches

(Eje socio - estructural)

Mayor Positiva

Page 98: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

97

De esta manera, constatamos que para dar cuenta de las

características sociolingüísticas y etnolingüísticas del mapudungún en la

ciudad, a través de los discursos de los sujetos mapuches, debíamos

hacerlo situándonos en las distintas coordenadas o ejes que les imprimían

una u otra dirección; ejes que, a su vez, se combinaban entre sí. Así, la

lengua no resultaba más o menos vital en sí misma, sino que lo era

dependiendo del espacio social (el campo, la ciudad; el sur, la capital) en

que nos ubicáramos, o de la historia vital del sujeto en cuestión (si es

joven o adulto, si ha llegado recién o hace mucho tiempo a Santiago, si ha

recibido educación formal o no), o de la participación en las estructuras o

mecanismos de estabilización cultural propios del grupo en cuestión ( si

forma parte o no de alguna organización mapuche). De acuerdo a este

modelo, la relación entre el espacio social "sur" y condiciones

sociolingüísticas positivas para la lengua habría ido disminuyendo en su

poder con el paso del tiempo y, paradójicamente, tal identidad se habría

trasladado al espacio social "Santiago de Chile", junto a la adquisición de

mayores niveles educacionales por parte de la población mapuche,

considerándose ellos como un foco de resistencia cultural (Wittig, 2009),

desde donde se les hace entrar en consciencia a los del sur, incluso, acerca

de la importancia de conservar y cultivar la cultura mapuche, incluida la

lengua.

Page 99: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

98

Finalmente, desde un punto de vista más bien teórico, debemos

destacar el aporte realizado por Chiodi y Loncón (1995), Loncón (2002) y

Sichra (2003), quienes se hicieron cargo de profundizar en los procesos

que subyacen a las dinámicas lingüístico – culturales reseñadas para el

caso de la lengua mapuche, en el contexto rural y, sobre todo, urbano.

Para estos autores, los problemas que enfrenta el mapudungún (y que se

ven incrementados en la ciudad, ciertamente) son causados por la relación

asimétrica con el castellano, toda vez que la exclusión social del grupo

indígena se traduce en un creciente deterioro funcional y estructural de su

lengua. Ello pone en riesgo su condición de lengua viva, no sólo por su

falta de poder frente a la lengua oficial, sino que por sus escasos recursos

lingüísticos para poder insertarse en el marco de la sociedad actual,

chilena y mundial. En otras palabras, es una lengua que ocupa cada vez

menos espacios funcionales y que, por lo mismo, carece de una

elaboración funcional actualizada a los nuevos contextos. Por otra parte, el

consenso para llegar a un alfabeto único para expresar en términos

gráficos esta lengua tradicionalmente ágrafa, ha sido la gran rémora que

han tenido que enfrentar quienes intentan promoverla socialmente,

fundamentalmente debido a que esto los ha llevado a reducir la

problemática de la lengua a este punto, no desarrollando las demás

aristas en juego (las sociales y culturales, sobre todo).

Page 100: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

99

Además, destacan que el mapudungún es una lengua que debe luchar

contra la falta de prestigio y estatus en la percepción de los mapuches

mismos, entre los cuales predominan representaciones sociales (Jodelet,

1984) respecto de la lengua tales como (Loncón, 1995):

• Le lengua mapuche es un obstáculo para el ascenso social.

• La lengua mapuche es sinónimo de atraso y marginación.

• La educación bilingüe dificulta el aprendizaje de la lengua nacional.

Son estas representaciones sociales, además de los determinantes

estructurales existentes en una relación de contacto lingüístico

caracterizado por la asimetría, las que hacen que los nativos sean más

resistentes a aprender, usar y transmitir su lengua originaria.

En síntesis, los estudios pasados y actuales evidencian la situación de

retroceso y desplazamiento funcional del mapudungún en pro del

castellano, en un proceso que no solo tiene razones lingüísticas, sino que

eminentemente sociales y culturales, y es en este último plano, sin

embargo, donde se puede encontrar la llave para la solución de esta

tendencia que parece dirigida al ocaso.

Page 101: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

100

CAPÍTULO V

MARCO TEÓRICO

Page 102: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

101

V.1. Lenguas en contacto: bilingüismo

Antes de revisar la conceptualización atingente a la vitalidad lingüística

y las representaciones sociales hacia la lengua, debemos entender algunos

conceptos claves relativos al proceso mayor en el cual cabe preguntarse

por la vitalidad de una lengua: el de las “lenguas en contacto”. Fenómeno

que debiera considerarse como la situación normal de la realidad

lingüística en el mundo, antes que como una excepción o un problema,

pues la mayor parte de las comunidades del mundo viven una situación

en la que conviven varias lenguas. Tal convivencia genera efectos tanto

sobre las lenguas como en los grupos que las hablan.

Se considera que dos lenguas están en contacto cuando “conviven en

el mismo espacio geográfico y son usadas por los mismos individuos, es

decir, cuando existe bilingüismo (o multilingüismo), situación en la que los

hablantes bilingües constituyen el locus del contacto.” (Silva-Corvalán,

2001: 269). Vemos así que el concepto de bi o multilingüismo es inherente

al fenómeno de lenguas en contacto.

Entre los factores históricos que generan una situación de contacto

entre lenguas y, como consecuencia posibles bilingüismos, encontramos

(Moreno Fernández, 2005), precisamente, un listado que explica la

dinámica de contacto que ha existido entre lengua mapuche y castellano

en Chile:

Page 103: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

102

• Procesos de expansión de un pueblo por los territorios en los que se

habla otra lengua. Algo aplicable al caso del mapudungún: el Imperio

español se expandió hacia tierras americanas, llegando a la zona centro

sur de Chile, en donde se hablaba otra lengua, el mapudungún.

Ocurrió también antes con la expansión del imperio Inca hasta el río

Bío Bío, donde fue detenido su avance por los propios nativos. Sin

embargo, quedó registro de ese contacto entre lenguas en algunas

denominaciones de lugares de la Región Metropolitana (Buin, Champa,

Chimba, por ejemplo).

• Procesos de unificación política para la creación de grandes Estados,

guiados por un grupo que instala no sólo su hegemonía política sino

que también lingüística por sobre otros grupos. También aplicable al

caso mapuche, pues fue el surgimiento del Estado Chileno y su

expansión hacia los territorios no sometidos (proceso de “Pacificación

de la Araucanía”) lo que terminó por consolidar el contacto.

• Situaciones post coloniales en territorios independizados con población

lingüísticamente diversa. También corresponde a la dinámica

mapudungún – castellano.

Page 104: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

103

• Procesos de inmigración, en donde territorios reciben grandes

contingentes de inmigrantes que hablan una lengua distinta. Este

factor histórico es el que explicaría las dinámicas más contemporáneas

de las relaciones entre ambas lenguas (mapuche – castellano) y que,

como vimos antes (cf. Capítulo IV), da cuenta de la dramática regresión

que ha experimentado la lengua en cuanto a su funcionalidad.

Desde un punto de vista teórico, los estudios de lenguas en contacto y

sus implicancias culturales tienen, ciertamente, su origen en gran parte

de las monografías que hicieron etnógrafos visionarios, como B.

Malinowski (1946), en la Antropología británica, y F. Boas (1911) y sus

seguidores, en la Antropología de Estados Unidos. Pioneros estos que, sin

embargo, no fueron más allá de destacar la necesidad de conocer la

lengua de los pueblos con los cuales entraban en contacto, ya sea en su

rol de etnógrafos o como administradores de poder colonial, al ser la

puerta de acceso a su cultura. Estos estudios adquieren mayor

sistematicidad en incorporar las consecuencias del contacto, para uno u

otro lado, al institucionalizarse la Sociolingüística. Dentro de ésta,

destacamos el desarrollo del concepto de “bilingüismo” como resultado de

una situación de contacto lingüístico; un concepto que, de acuerdo con Y.

Lastra (1992), habría sido introducido a la Lingüística de Estados Unidos

Page 105: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

104

por L. Bloomfield (1933). A su obra debe agregarse también el pionero

aporte de Haugen y Weinreich (1968) sobre el concepto de “bilingüismo”.

Rescatamos, para ilustrar este constructo, la definición de G. Mounin

(1979), según la cual el bilingüismo es tanto una capacidad individual,

para hablar dos lenguas, como una situación social que “... designa la

coexistencia de dos lenguas en la misma comunidad, siempre que la

mayoría de los hablantes sea afectivamente bilingüe” (Mounin, 1979: 28).

Según U. Weinreich, esta situación de bilingüismo es "... la práctica de

usar dos lenguas alternativamente" (En Lastra, 1992: 172), pudiendo

resultar de ella tres tipos de hablantes:

• Bilingüe coordinado: aquel que mantiene los signos o subsistemas

separados.

• Bilingüe compuesto: aquel que equipara los dos signos o dos

subsistemas.

• Bilingüe subordinado: aquel que subordina un sistema al otro, algo

típico en el inicio del aprendizaje de una lengua.

Según E. Haugen (Lastra, 1992), la situación de bilingüismo implica

siempre un cierto conflicto en el hablante, esto es, presupone la

superposición de dos sistemas lingüísticos – que, como tales, son

culturales – que no son compatibles. En este sentido, se considera al

bilingüismo como un factor del cambio lingüístico:

Page 106: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

105

El problema para el bilingüe es mantener las lenguas separadas y

su éxito depende de factores psicológicos y sociales. La mayoría de los

bilingües no tiene éxito, por eso el bilingüismo en cierto modo es un

problema. Así surgen las interferencias, que pueden ser inconscientes o

deliberadas, individuales o características de toda un área (Ibid.: 186).

Moreno Fernández (2005), por su parte, distingue dos tipos de

bilingüismo:

a) Bilingüismo individual, que afecta a los individuos como tales. En este

nivel, es bilingüe aquel que “… además de su primera lengua, tiene una

competencia parecida en otra lengua y que es capaz de usar una u otra

en cualquier circunstancia con parecida eficacia.” (Moreno Fernández,

2005: 208)

Caracterizarían al bilingüismo la independencia de los códigos, su

alternancia y la traducción, pudiendo estar presente, no obstante, los

posibles fenómenos de interferencia lingüística.

b) Bilingüismo social, en tanto fenómeno que, además de afectar al

individuo, afecta a las comunidades de hablantes. Así, una comunidad

bilingüe sería “… aquella en la que se hablan dos lenguas o en la que

todos sus componentes o una parte de ellos son bilingües” (Ibid.:209).

Lo que los estudios previos (Croese, 1983; Hernández y Ramos, 1978,

1979; Fernández y Hernández, 1981; Hernández, 1983; Salas, 1985;

Aravena 2003; CEP, 2006; Lagos 2004, 2006; Zúñiga, 2007; Gunderman

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106

et al., 2009a y b; Wittig, 2009), muestran que la realidad de la lengua

mapuche, sobre todo en el área fronteriza con la colonia y en la época

previa e inmediatamente posterior a la Pacificación de la Araucanía en el

siglo XIX, fue la de una comunidad bilingüe, pero que a partir del siglo XX,

en especial desde la década del 60’, pasó a ser una comunidad con

individuos (al parecer, cada vez menos) bilingües o tal vez a una de

“bilingüismo de grupo o elite” (Silva- Corvalán, 2001).

Debemos agregar que, al momento de describir con fines científicos las

dinámicas que ocurren entre las lenguas en contacto, es importante no

olvidar que de la mano del contacto siempre existe un conflicto lingüístico,

dado que el contacto entre las lenguas genera

“… una situación conflictiva en la que dos – o más- sistemas

lingüísticos compiten entre sí, provocando el desplazamiento total o

parcial de uno de ellos en diversos ámbitos de uso (Blas Arroyo, 2005:

414).

Esta noción nos remite necesariamente a la lectura en clave política del

fenómeno, en la que hay grupos con grados de poder diferente, en

relaciones que generalmente no son simétricas (tal como se aprecia en el

listado de factores históricos que llevan al contacto entre lenguas, más

arriba revisado). Por tanto, también se enfrentan diferentes valores y

actitudes que los individuos, consciente o inconscientemente, asocian a

Page 108: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

107

cada lengua, lo que va a influir fuertemente en la propia imagen que el

grupo forjará de sí mismo. Como se ha visto, en las circunstancias socio

históricas que han definido la fisionomía de las relaciones mapuche –

españoles – chilenos a lo largo de la historia, es notable no olvidar este

trasfondo político de la relación de contacto lingüístico para interpretar y

explicar la imagen del mapudungún que pudimos obtener en nuestro

estudio.

Un concepto estrechamente ligado al bi y multilingüismo, y que ha

llenado muchas páginas de discusión respecto a sus límites en textos de

Sociolingüística, es el de “diglosia”. Según diversos autores, como Ch.

Ferguson (1959), J. Fishman (1988) y Blas Arroyo (2005), entre otros, el tal

constructo debe diferenciarse del de bilingüismo, y considerarse como

proceso lingüístico, social y cultural que se desarrolla con este como

trasfondo. El que primero introdujo el concepto fue Ferguson, en un

trabajo de 1959 (En Garvin y Lastra, 1984), donde se define el concepto de

diglosia como “una clase particular de estandarización donde dos

variedades de una lengua existen juntas en la comunidad, cada una

teniendo un rol definido que cumplir.” (Malmkjaer, 1991). De esta forma,

una situación diglósica alude a una diferenciación funcional que tienen

las variedades de una lengua en los usos de sus hablantes, es decir, refiere

“... al fenómeno de que algunos hablantes usen dos o más variedades de la

misma lengua de acuerdo a diferentes circunstancias.” (Garvin y Lastra,

Page 109: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

108

1984: 247). Este autor ilustra el concepto a partir de la diferenciación

funcional que hacen los hablantes de árabe en Bagdad, donde se refleja la

existencia de una lengua estándar y un dialecto regional, correspondiendo

a cada forma cumplir funciones específicas y excluyentes (Ibid.: 248). De

este modo, en Bagdad:

- Los árabes cristianos hablan el dialecto ‘árabe cristiano’ cuando hablan

entre sí, pero

- Emplean el dialecto general de Bagdad o árabe musulmán cuando se

dirigen a un grupo mixto.

Blas Arroyo (2005) aporta ejemplos para el caso del Imperio Inca Antes

de la llegada de los europeos a América. Entonces se realizaba la distinción

entre el runa simi (la lengua quechua, idioma oficial del imperio) y el

wawa simi, que era la forma en que se denominaban las lenguas de los

pueblos sometidos. Agrega también la distinción funcional que se hacía

por parte del imperio azteca entre el náhuatl, en tanto lengua de prestigio,

y el resto de las lenguas mesoamericanas.

Luego de la primera definición entregada por Ferguson, Fishman

(1988), si bien desarrolla el mismo concepto manteniendo la noción de

diferenciación funcional en el uso de variedades lingüísticas según

determinados contextos, se aleja de la conceptualización original de

Ferguson al aplicar la situación diglósica al uso de variedades

lingüísticas no necesariamente emparentadas genéticamente (es decir, no

Page 110: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

109

necesariamente dentro de la misma lengua). En este sentido, afirma que

una comunidad lingüística compleja puede contener varios niveles

superpuestos, los que, en algunos casos, pueden ser varias lenguas, y, en

otros, varios niveles de la misma lengua. Esto le permite definir la diglosia

como “la existencia de niveles complementarios para fines internos”

(Fishman, 1988: 75). En este sentido, Fishman destaca y apoya sus

argumentos en el aporte de Gumperz, quien señaló que:

... la diglosia no sólo existe en variedades multilingües que

oficialmente reconocen varias lenguas’ y no sólo en las sociedades que

utilizan niveles clásicos y vernaculares, sino también en las que emplean

dialectos, registros diferenciados o niveles lingüísticos funcionalmente

diferenciados de la clase que sean (Ibid.: 120).

Considera al fenómeno de diglosia como una consecuencia de una

situación de contacto lingüístico (posibilidad que no admitía la

definición de Ferguson). Además, lo diferencia claramente del concepto

de bilingüismo, en tanto la diglosia es la “normalización social” de la

diversificación inicial – a nivel individual, solamente –, que corresponde

al bilingüismo; es decir, el bilingüismo sería esencialmente una

caracterización de la versatilidad lingüística individual, mientras que la

diglosia sería una caracterización de la ubicación social de las funciones

para diferentes situaciones.

Page 111: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

110

Una tercera postura frente a este concepto la representa Y. Lastra

(1992), quien prefiere reservar el término de “diglosia” para situaciones

como las que había descrito Ferguson, esto es, la existencia de “variedades

divergentes pero genéticamente relacionadas, es decir, casos especiales de

estandarización” (Lastra, 1992: 221). A su vez, a situaciones de

bilingüismo en las que existen funciones bien delimitadas – especializadas

- para una u otra lengua, no genéticamente relacionadas, que coexisten en

el seno de una misma comunidad (como ocurre con el guaraní y español

en Paraguay, por ejemplo), les asigna el rótulo de “bilingüismo funcional”.

Apreciamos una concepción que es aún más amplia, llegando incluso a

confundir diglosia con bilingüismo, en la definición de R. Fasold, quien

extiende el concepto a muchas más posibilidades, señalando que:

... La diglosia no solo existe en sociedades plurilingües con varias

"lenguas" oficialmente reconocidas y tampoco solo en sociedades que

utilizan la variedad vernácula y la variedad clásica de una lengua, sino

también en sociedades en las que se usan diferentes dialectos, registros o

variedades lingüísticas de cualquier tipo con diferentes funciones ....

(diglosia) ... puede referirse a cualquier grado de diferencia lingüística,

desde las más sutiles diferencias estilísticas de una sola lengua hasta el

uso de dos lenguas sin ningún tipo de relación .... (Fasold, 1996: 80).

Finalmente, Moreno Fernández nos entrega una definición más

simplificada del concepto, al definirlo como una situación de “…

Page 112: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

111

desigualdad funcional de las lenguas” (Moreno Fernández, 2005: 213).

Situación generada por variados factores de diversa índole:

• Culturales, tales como la relación entre cultura dominante y

dominada, y las valoraciones sobre los grupos y sus lenguas que se

derivan de ella.

• Lingüísticos, tales como la distancia entre las lenguas, su

inteligibilidad mutua, su número de hablantes, su nivel de difusión,

etc.

• Políticos.

Escapa a los objetivos que nos planteamos en nuestra investigación – lo

que se confirma a la luz de los resultados obtenidos - introducir nuevos

elementos a la discusión del concepto de diglosia. Ello porque, desde un

comienzo, sería difícil definir la situación de los mapuches que viven en la

ciudad como de "bilingüismo"2. De esta manera, lo que rescatamos de aquí

es que, toda vez que nos ubiquemos en comunidades en las que "circule"

más de una lengua (sin la necesidad de que todos las manejen

perfectamente), cada una de ellas va a ocupar determinados ámbitos,

cumplirá determinadas funciones definidas y sancionadas socialmente.

Atendiendo a esto, si la realidad descrita es o no diglósica, según los

2 Tanto desde el punto de vista de las competencias de los hablantes como desde el punto de vista de las funciones de cada lengua en contacto.

Page 113: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

112

criterios de uno u otro autor3, no va a formar parte de nuestro análisis;

pero sí lo va a ser una temática que recoge toda la riqueza de esta

discusión: evaluar y explicar en qué medida y por qué razón, o razones,

cada una de las variedades en contacto, en este caso el mapudungún en

particular, se conserva como funcional o no. Tal cuestionamiento nos lleva

al tema central de esta sección: la vitalidad lingüística de la lengua

mapuche.

3 Por ejemplo, si tomáramos la noción clásica de W. Stewart (1984), ciertamente esto no resistiría mayor análisis: mapudungún y español no son variedades genéticamente emparentadas, por lo que un análisis desde el punto de vista de la diglosia no tendría razón de ser. Sin embargo, existe una diferenciación funcional marcada y socialmente establecida entre castellano y mapudungún.

Page 114: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

113

V.2. Vitalidad lingüística

El concepto de vitalidad lingüística se refiere al "... uso real de la

variedad por parte de una comunidad de hablantes nativos" (Fasold, 1996:

89). Da cuenta de dinámicas generadas en el marco de situaciones de

contacto y una de sus consecuencias: la elección, mantenimiento y

sustitución de lenguas.

La comprensión de todas las variables que intervienen en tales

fenómenos implica aceptar como el estado natural de la mayoría de las

situaciones lingüísticas del mundo al multilingüismo, situación en la que

los individuos se ven ante la necesidad de elegir entre el uso de una u otra

lengua que coexisten en el territorio que habitan. Los factores que

mediarán en tal elección serán, entre otros, las circunstancias y el entorno

en los cuales se verifique la comunicación, y dos aspectos - estrechamente

vinculados - que desarrollaremos en lo que sigue: las actitudes que se

tengan ante la lengua y, en lo que es la manifestación de una actitud en

particular, la lealtad lingüística.

Si bien no hay parámetros cuantitativos que definan cuándo una

lengua posee mayor o menor vitalidad", es su uso efectivo como

instrumento de comunicación el indicio de tal condición. Además, resulta

importante en dicha definición que tales usos remitan a áreas

Page 115: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

114

significativas de la vida sociocultural de las comunidades. Sin embargo,

tales parámetros siempre suponen una o varias lenguas que compiten

con la lengua en cuestión. Por este motivo, la vitalidad o no vitalidad

implica siempre una elección de parte de los hablantes, una elección que

puede suponer un desplazamiento parcial o total de una lengua en

beneficio del avance de otra. Una lengua que no goce de vitalidad entre sus

hablantes sufrirá desplazamientos parciales o totales en beneficio de otras

lenguas en contacto dentro de la comunidad lingüística mayor, lo que

podría traer como consecuencia la sustitución de ella como instrumento

comunicativo, en parte o en todos los contextos comunicativos. El

abandono total llevará al deterioro, olvido o, incluso, la desaparición de la

lengua "menos vital".

En primer lugar, si nos fijamos en el desplazamiento parcial de una

lengua en beneficio de otras, podemos encontrar diferentes situaciones

asociadas, entre las cuales destacamos (Moreno Fernández, 2005: 242):

a) Cambio de código: este fenómeno constituye uno de los tipos más

frecuentes de elección lingüística. Se refiere a la alternancia de dos

lenguas dentro del discurso de un hablante.

b) Mezcla de códigos: cuando aparecen elementos de una lengua mientras

se está usando básicamente una lengua diferente. Algunos autores

denominan a esta situación como interferencia, la cual, según Mounin,

Page 116: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

115

debe entenderse como “.... los cambios o las identificaciones que se

producen en una lengua por los contactos con otra, por efecto del

bilingüismo o del plurilingüismo de los hablantes....” (Mounin, 1979:

102). Dos fenómenos lingüísticos muy ligados a la interferencia – como

sus resultados en el plano o nivel de la lengua en el cual es más

frecuente que ella ocurra, el léxico – son el préstamo y el calco.

c) Préstamo: Los hay momentáneos y permanentes. De acuerdo con

Lázaro Carreter, se debe entender como un

... Elemento lingüístico (léxico, de ordinario) que una lengua toma

de otra, bien adoptándolo en su forma primitiva, bien imitándolo y

transformándolo más o menos (...) puede realizarse también dentro de la

misma lengua, cuando algún término de una jerga especializada se

incorpora a la lengua general, o viceversa (Lázaro Carreter, 1990: 333).

d) Calco: muy ligado al préstamo, siendo un caso particular de éste, pues

es un “... préstamo (que) imita el esquema o la significación de una

palabra o locución extranjera, y no su entidad fonética” (Loc. cit.), como

es el caso de “fin de semana” en relación con la expresión del inglés

“weekend”, o el alemán “Wochenende”.

Page 117: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

116

e) Los cambios de estilo que se producen en la comunicación diaria serían

también una forma de elección lingüística.

Según Fasold, no habría límites exactos entre estas distintas formas de

elección - es decir, de cuándo se pasa de una a otra -, por lo que plantea

la imagen de un continuo para dar cuenta de tal situación:

... Que sirva para ordenar todos los tipos de elección lingüística, que no

serían más que puntos distintos en una línea que va desde las elecciones

a gran escala (elección de una lengua propiamente dicha) a los de menor

escala (variación estilística dentro de una misma lengua) (Moreno

Fernández, 2005: 242).

En esta mirada al desplazamiento parcial de una lengua por otra (en

algo que, paulatinamente, haría retroceder a una como instrumento

comunicativo hasta su desaparición), evidencia que la vitalidad de una

lengua es una situación que sobrepasa con creces lo intrínsecamente

lingüístico, dependiendo de factores psicológicos, sociológicos y

antropológicos. Una lengua que goce de vitalidad frente a otras con las que

está en contacto va a ser mantenida por su grupo, mantención que va a

radicar, fundamentalmente, en el hecho de que ella siga siendo

considerada como instrumento de comunicación efectiva en ciertos

contextos. Esto, debido a factores tales como:

Page 118: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

117

a) Su exclusividad como instrumento de comunicación en determinados

ámbitos. El concepto de ámbito o dominio, propuesto por Fishman

(1988), define la vitalidad y, por tanto, la elección lingüística, toda vez

que identifica a contextos institucionales en los cuales el uso de una

variedad lingüística es reconocido por los hablantes como más

apropiado que el uso de otra variedad. Así, la vitalidad de una lengua

se verifica en cada uno de los ámbitos o funciones sociolingüísticas

que ocupa, por lo que puede ser aún vital en algunos mientras que en

otros no.

Del mismo modo, en virtud de que los ámbitos corresponden a

contextos situacionales, variables como el género, la edad, la educación,

etc., de los hablantes también van a estar determinando el grado de

vitalidad de una lengua en dichos espacios sociales. Esto, sin duda,

entrega una imagen mucho más compleja de la vitalidad de una lengua,

pues no se define en términos absolutos, sino que siempre en términos

relacionales, excepto cuando ya se habla de la extinción de una lengua

(algo que, ciertamente, corresponde a una situación extrema).

En este plano, un estudio de la elección español - inglés en Albany

(N.Y.) resulta ilustrativo, pues el español, aún en un contexto de

subordinación sociopolítica de los grupos latinos a la sociedad

norteamericana global, sigue conservando algún grado de vitalidad,

dependiendo de los ámbitos en los que se utilice:

Page 119: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

118

.... La lengua que se utiliza para una actividad determinada es la

misma que el individuo ha utilizado para esa actividad en su etapa

formativa. Así, narrar leyendas y cuentos, rezar, escribir, decir palabras

groseras y leer el periódico son actividades que en la época adulta son

realizadas en una lengua determinada de forma casi automática, según la

lengua en que fueron realizadas en un primer momento. El español, es

elegido por los hispanos de Albany, ante todo, para hablar con los padres,

para rezar, para enfadarse, para decir frases cariñosas o expresar

emociones, y bastante menos para escribir cartas, por ejemplo (Moreno

Fernández, 2005: 247).

Lo anterior nos aporta un elemento de juicio adicional respecto a la

vitalidad de una lengua: en la medida en que esta vaya abandonando (o

sea abandonada por sus hablantes) los ámbitos que tradicionalmente ha

ocupado, dicha distribución será un indicio de que tal variedad está en

retirada, en beneficio del avance de otra u otras con las que ella está en

contacto; es decir, será un indicio de pérdida de su vitalidad. Eso puede

apreciarse en el proceso de cambio que experimenta la misma comunidad

aludida, donde "... el español se pierde y (...) los hispanos de Albany están

experimentando una asimilación lingüística y cultural que culminará en

el momento en que los miembros de una generación dejen de rezar con

sus padres en español" (Loc. cit.).

Page 120: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

119

b) Las necesidades personales de los hablantes definirán la mayor o

menor vitalidad de su lengua nativa frente a las otras con las que está

en contacto en su territorio. Esto significa que, si las necesidades de los

hablantes varían - por contacto y asimilación cultural, por

industrialización progresiva de las sociedades en las que se hablan, etc.

- a tal punto que su lengua natural y originaria no es apta para

cumplirlas, y en la comunidad se dispone de otras lenguas que sí

pueden hacerlo, ciertamente cada uno de los hablantes se verá obligado

a elegir las otras lenguas, mientras que la variedad vernácula irá

dejando esos espacios, irá perdiendo su vitalidad.

c) La gente - el público - con la que se desarrolla la interacción

comunicativa en un momento dado también influirá en el

mantenimiento o no de la vitalidad de determinada variedad lingüística.

Si la situación de contacto cultural (en cuyo seno ocurre el contacto

lingüístico) implica la cotidianeidad de las relaciones entre grupos

dominados y dominantes, ello implicará un uso cada vez más obligado

de la variedad del grupo dominante, en detrimento de la del dominado,

definiendo la elección forzada de la lengua oficial de este último. Esto se

conecta directamente con el próximo factor.

d) Otros factores mediando el grado de vitalidad de una lengua en un

territorio plurilingüe remiten a las características sociopolíticas de la

Page 121: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

120

relación entre los grupos dominantes y dominados - y sus

consecuencias psicosociales en estos últimos, sobre todo - cuyas

lenguas están en contacto. Tales posibilidades de relación, y sus

consecuencias sociolingüísticas en la vitalidad lingüística permiten

explicar cuándo un hablante va a ser convergente con sus

interlocutores (utilizará la misma lengua de ellos) o divergente (utilizará

la lengua propia, diferente a la del otro). Esta elección depende de si el

hablante pertenece a un grupo sociocultural dominante o subordinado

y de si existe la posibilidad de que un cambio social provoque realmente

un mejoramiento de la posición del grupo subordinado. La combinación

de tales factores incide en la elección de una u otra lengua y, por ende,

en su vitalidad, según se aprecia en la siguiente tabla:

Page 122: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

121

Tabla 3: Factores incidentes en la convergencia lingüística

Respuesta

Percepción de cambio Grupo dominante Grupo dominado

1) No se percibe

posibilidad de cambio

No convergencia Convergencia

2) Se percibe

favorablemente

Convergencia Divergencia

3) Se percibe

desfavorablemente

Divergencia

• Situación 1: Cuando no se percibe la posibilidad de un cambio social

dentro de una comunidad, el grupo dominante tiende a reafirmarse en

sus marcas sociolingüísticas, y no siente la necesidad de aproximarse

al grupo subordinado (hacer uso de su lengua, su variedad o sus

características) e, incluso, admite la posibilidad de la convergencia por

parte de este; convergencia que, por otro lado, es natural, dado que los

usos más correctos y prestigiosos reciben habitualmente las actitudes

favorables de toda la comunidad.

Page 123: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

122

• Situación 2: Si se percibe la posibilidad de un cambio social y este se

valora favorablemente, es posible pensar en una convergencia hacia la

lengua o los usos del grupo subordinado por parte del dominante, en

un deseo de favorecer el propio cambio, o de reacomodarse en

posiciones más propicias. En tal caso, también es posible que el grupo

subordinado se reafirme en sus caracteres lingüísticos, procurando

muchas veces apartarse de los rasgos que se consideran propios del

grupo dominante (divergencia).

• Situación 3: Cuando la posibilidad del cambio se valora negativamente

la actitud del grupo dominante puede ser de resistencia y, por lo

tanto, de alejamiento o divergencia de los usos del grupo subordinado.

e) Otro factor incidente en la mantención o no de la vitalidad es el status

del grupo, y la lengua que habla, en el marco de la sociedad global.

f) Muy ligado a lo anterior, la importancia demográfica del grupo que

habla la lengua dentro de la sociedad mayor también será relevante en

la vitalidad de la variedad en cuestión.

Page 124: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

123

g) Finalmente, también influye el apoyo institucional, ya sea propio o

externo, con el que cuenta la lengua para efectos de su reproducción y

desarrollo.

En síntesis, sumando la actuación de los factores e), f) y g), su

consecuencia lógica es que cuanto mejor sea el status de una lengua,

cuantos más hablantes tenga y cuanto mayor sea el apoyo institucional

recibido, más posibilidades habrá de que se mantenga.

h) Un factor importante que contribuye al mantenimiento mayor o menor

en la vitalidad de una lengua, frente a la competencia de otras, es su

grado de estandarización, es decir, el nivel de codificación y aceptación,

dentro de una comunidad de hablantes, de un conjunto de normas que

definan los usos concretos.

Precisamente, este ha sido uno de los grandes problemas de la lengua

mapuche a través de la historia (Chiodi y Loncón, 1995), una vez

“integrado” el territorio de la Araucanía al Estado de Chile. El primer gran

obstáculo al que se han enfrentado las agrupaciones mapuches

interesadas en la lengua y su desarrollo ha sido lograr un sistema escrito

unificado para toda la comunidad mapuche. Como veremos más adelante

(cf. Capítulo VI) existen actualmente 4 alfabetos o grafemarios distintos en

los cuales se puede escribir en mapudungún, cada uno propuesto como la

única solución al tema (Mariano, 2009). Estos alfabetos son:

Page 125: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

124

a) Alfabeto mapuche unificado o académico

b) Grafemario de Anselmo Raguileo

Ambos fueron oficializados en el “Encuentro para la Unificación del

Alfabeto Mapuche”, celebrado en el mes de mayo de 1986 en la

Universidad Católica de Temuco.

c) Grafemario Azümchefe, oficializado por la Corporación Nacional de

Desarrollo Indígena (CONADI) en el año 2003 y es actualmente el

sistema de escritura oficial para el estado y sus organismos (Ministerio

de Educación, Registro Civil, Ministerio de Salud, etc.).

d) Y últimamente se agregó el alfabeto de la Comisión Lingüística

Mapuche Metropolitana, entidad que desde 2007 está interesada en

instalar una Academia de la Lengua Mapuche en Chile.

e) También debemos consignar que el recientemente editado Atlas

Sociolingüístico de Pueblos Indígenas en América Latina (Albó, et al.

2009) agrega a la lista el wirildunguwe, producido por profesores y

alumnos de la carrera de educación Básica intercultural Bilingüe.

Las principales características y diferencias de estos sistemas

gráficos se esquematizan en la tabla 4 (Mariano, 2009):

Page 126: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

125

Tabla 4: Alfabetos para escribir en mapudungún

Fonema (AFI) Unificado Azümchefe Raguileo Comisión

Lingüística

/ï/

ü

üñüm

ülkantun

ü

üñüm

ülkantun

v

vñvm

vlkantun

ü

üñüm

ülkantun

/d/

d

domo

dewman

z

zomo

zewman

z

zomo

zewman

d

domo

dewman

/g/

g

rag

nag

q

raq

nag

q

raq

naq

g

rag

rag

/Į/

l

lawen

laku

lh

lhawen

lhaku

b

bawen

baku

l

lawen

laku

/ņ/ n nh h n

Page 127: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

126

namun

naifu

nhamunh

nhaifu

hamun

haifu

namun

naifu

/ţ/

t

tol

-- -- t

tol

/ŋ/

ng

nge

ngoyman

g

ge

goyman

g

ge

goyman

ng

ngoyman

ngoyman

/λ/

ll

llallin

llufke

ll

llallin

llufke

j

jajin

jufke

ll

llallin

llufke

/č/

ch

challa

ch

challa

c

caja

ch

challa

tr

trewa

tregül

tromü

tx

txewa

txeqül

txomü

x

xewa

xeqvl

xomv

tr

trewa

tregül

tromü

Page 128: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

127

Por otra parte, los esfuerzos por intelectualizar la lengua, generando

neologismos en lengua mapuche que le permitan hacer referencia a

situaciones y realidades propias de la vida urbana moderna (ampolleta,

correo electrónico, farmacia, etc.), provienen de grupos que actúan de

manera independiente, no coordinada, lo que asegura una proliferación de

vocablos distintos para hacer referencia a un mismo término. No existe,

además, una gramática unificada, a partir de la cual se aprenda la lengua:

la fuente para la enseñanza del mapudungún son las distintas gramáticas

generadas por los misioneros en el pasado (cf. III.3.), diversos manuales y

libros de enseñanza en talleres de lengua independientes (Mariano et. al,

2009).

i) Otro factor que determina la sustitución es la emigración, ya que los

grupos que llegan a comunidades en las que su lengua no es útil o

donde existen grandes grupos de hablantes de otra lengua y si, más

aún, es este gran grupo el que ejerce el control político y cultural, la

lengua de los recién llegados forzosamente se ve desplazada por la

lengua de su nueva comunidad, perdiendo su vitalidad.

j) Finalmente, también podemos señalar como otra variable que interviene

en la sustitución son los procesos de industrialización y los cambios

económicos, que favorecen el desplazamiento hacia la lengua más

prestigiosa, la lengua de las nuevas realidades, de los nuevos tiempos.

Page 129: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

128

Si en una situación de contacto lingüístico una de las lenguas pierde su

vitalidad, en el largo plazo puede sufrir diferentes consecuencias, tales

como (Moreno Fernández, 2005).

• La sustitución de una lengua por otra, lo cual supone, de modo

indefectible, que la lengua abandonada - no mantenida - se deteriore,

se olvide o extinga.

• Una paulatina restricción de sus funciones sociolingüísticas; cuando

una lengua se deteriora se produce un empobrecimiento de sus

componentes.

• En la estructura misma de la lengua afectada, como consecuencia de

su progresivo abandono, se puede producir:

- Simplificación: algunos rasgos se pierden.

- Pérdida de recursos en el uso de léxico.

- Intensificación del proceso de relexificación o reemplazo por palabras

de la lengua hacia la que se produce el desplazamiento.

- Muerte o extinción.

Page 130: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

129

V.3. Actitud Lingüística

Cada vez que se hace referencia a la actitud hacia una lengua se está,

en primer término, hablando de un tipo particular de actitud. Por esta

razón, debemos iniciar nuestro acercamiento al tema desde una

perspectiva más general, es decir, dando cuenta del concepto de actitud,

tal como se la ha concebido en la teoría social. El concepto de “actitud

social” emerge en el marco de la Psicología Social como un mediador

entre sociedad e individuo. Desde esta disciplina, se concibe como un

estado mental y neural de la disposición a responder, organizado a través

de la experiencia y que ejerce una influencia directiva y/o dinámica de la

conducta. Su característica es ser una realidad aprendida, no innata, y, al

mismo tiempo, ser bastante persistente, quedándose con los sujetos

durante un largo período (Davidoff, 1993).

Las actitudes sociales, en la tradición de la teoría social, suelen

concebirse en el marco de dos grandes perspectivas (Davidoff, 1993; Blas

Arroyo, 2005):

(a) Una concepción conductista, según la cual: "... las actitudes se hallan

sin más en las respuestas de la gente a situaciones sociales ...

simplemente como un tipo de respuesta a un estímulo" (Fasold, 1993:

Page 131: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

130

30). Es decir, la actitud se interpreta como una conducta, como una

reacción o respuesta a un estímulo.

(b) Una concepción mentalista, la cual concibe a la actitud social como

una disposición para hacer algo, para reaccionar de una forma u otra

ante un estímulo dado, correspondiendo a un estado interno y no una

respuesta observable. De esta manera, desde esta óptica, la actitud

".... sería, pues, una variable que opera entre un estímulo que afecta a

una persona y la respuesta de ésta" (Ibid.: 229).

Dentro de esta concepción mentalista, a la cual nos adscribimos al

momento de realizar nuestra investigación y análisis, la actitud social se

encuentra estructurada a partir de tres componentes:

• Afectivo: Responsable de las evaluaciones y sentimientos que se

presentan ante un objeto determinado. Constituye lo que se siente

frente al objeto.

• Cognitivo: Incluye la información de que se dispone acerca del objeto.

Constituye lo que se piensa acerca del objeto.

• Conativo: Remite a la tendencia a la acción frente al objeto.

Page 132: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

131

La relación entre estos tres componentes no es necesariamente lineal

o unívoca. En Davidoff (1993) encontramos un ejemplo al respecto:

.... usted tiene probablemente una actitud sobre las relaciones

extramatrimoniales. A nivel cognitivo puede que piense que es perjudicial

para el matrimonio; emocionalmente puede que usted se sienta celoso ante

la idea de que su esposa haya tenido relaciones sexuales con algún otro y

respecto a la conducta puede que continúe siendo monógamo (Davidoff,

1993: 630).

Toda esta conceptualización puede trasladarse al estudio de las

lenguas y la percepción que tienen sus hablantes de ellas, incorporando

una mirada psicosocial al lenguaje, basándonos en el supuesto de que las

lenguas son mucho más que meros códigos para compartir información, es

decir,

... las lenguas no son solo portadoras de unas formas y unos

atributos lingüísticos determinados, sino que también son capaces de

transmitir significados o connotaciones sociales, además de valores

sentimentales. Las normas y marcas culturales de un grupo se transmiten

o enfatizan por medio de la lengua (Moreno Fernández, 2005:180).

Por tanto, así como los sujetos pueden tener actitudes hacia gran parte

de las experiencias que procesan en su vida cotidiana, también poseen un

conjunto de actitudes, aprendido y transmitido intergeneracionalmente,

Page 133: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

132

en torno a los códigos lingüísticos que han aprendido para comunicarse en

sus comunidades: sus lenguas. Es decir, poseen actitudes lingüísticas.

Una actitud lingüística, de este modo, puede entenderse como una "...

manifestación de la actitud social de los individuos, distinguida por

centrarse y referirse específicamente tanto a la lengua como al uso que de

ella se hace en sociedad" (Moreno Fernández, 2005:179). Otro destacado

sociolingüista, Blas Arroyo, las define como “… las posturas críticas y

valorativas que los hablantes realizan sobre fenómenos específicos de

una lengua o, incluso, sobre variedades y lenguas concebidas como un

todo” (Blas Arroyo, 2005: 322).

Estas actitudes se distinguen del resto porque tratan de las actitudes

hacia la lengua, refiriéndose tanto a ésta como hacia los hablantes de

ella, y también incluyendo todos los tipos de conducta relacionados con la

lengua: su conservación, los proyectos de planificación lingüística, etc., y,

además, a aspectos como si es bonita, rica, pobre, prestigiosa, suena bien,

oscura, etc. Se pueden observar (o aprehender) a partir de (a) lo que las

personas hablan; (b) cómo las personas hablan; (c) cuándo las personas

hablan; y (d) hacia quién se dirigen.

El concepto de actitud lingüística ha sido muy prolífico para dar cuenta

de la situación de las lenguas en contacto por parte de diversos estudios

sociolingüísticos (Trudgill y Tzavaras, 1977; Blas Arroyo, 1999; Ladegarrd,

2000; Álvarez, Martínez y Urdaneta, 2001). Lo que demuestra lo propuesto

Page 134: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

133

por Fishman (1988), al asignar relevancia a los estudios de actitudes

lingüísticas, en tanto eficaz medio para arrojar luz sobre aspectos tales

como la elección de una lengua en sociedades multilingües, en particular,

en la medida que las actitudes hacia la lengua influyen decisivamente en

los procesos de variación y cambio lingüístico producidos en las

comunidades. Así, por ejemplo, una actitud positiva hacia la lengua

tendría injerencia en cómo se desarrolla un cambio lingüístico, en virtud

de que pueden:

• Hacer que un cambio lingüístico se cumpla más rápidamente.

• Hacer que en ciertos contextos predomine el uso de una lengua en

detrimento de otra.

• Permitir que la enseñanza - aprendizaje de una lengua extranjera sea

más eficaz.

• Ser causantes de que ciertas variantes lingüísticas se confinen a los

contextos menos formales y otras predominen en los estilos cuidados.

El caso contrario, el de una actitud desfavorable o negativa, "....

puede llevar al abandono y al olvido de una lengua o impedir la difusión

de una variante o un cambio lingüístico"(Moreno Fernández, 2005:180).

Blas Arroyo (2005) completa el listado de las posibles implicancias

de las actitudes lingüísticas, señalando que estas no sólo se refieren a

fenómenos microlingüísticos, sino que también a:

Page 135: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

134

• Los procesos de elección y aprendizaje de segundas lenguas.

• El fenómeno de discriminación lingüística.

• La delimitación del concepto de comunidad de habla. Este último

punto lo lleva a recalcar una función de la lengua que es

particularmente relevante al momento de analizar la situación de la

lengua mapuche en el medio urbano, la referida a su papel “… como un

marcador de identidad etnolingüística…” (Blas Arroyo, 2005:321).

A partir de esta lectura psicosocial de la conducta lingüística de los

hablantes, la actitud lingüística determina, para quien la porta, que las

lenguas tengan un significado o connotación social (esto es, que sean

apreciadas o valoradas) en directa relación con el estatus o las

características sociales de sus usuarios, resultando difícil delimitar dónde

comienza la actitud hacia la variedad lingüística y donde termina la

actitud hacia el grupo social o el usuario de ella. De esta manera, más

que basarse en propiedades objetivas de las lenguas, las actitudes hacia

ella son "guiadas" por las actitudes que se tienen hacia los grupos, el

propio o el externo:

... si bien las lenguas son entidades objetivamente comparables,

lo que a menudo provoca diferencias de actitud es la posición de los

grupos sociales o etnolingüísticos (Moreno Fernández, 2005: 181).

Page 136: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

135

Así, observamos la relación entre la actitud hacia la lengua (propia o

ajena) y el prestigio del grupo que la habla, resultando que una variedad

lingüística pueda ser valorada, por sí misma, como mejor o más atractiva

que otra si es hablada por un grupo con mayor prestigio. De acuerdo con

este principio, una misma variedad puede ser objeto de actitudes positivas

o negativas, dependiendo de la valoración que se haga del grupo en que se

habla.

Esta relación entre actitud hacia la lengua y el estatus y prestigio de los

grupos debe llevar el análisis, necesariamente, a una dimensión política,

en torno al eje discursivo "dominados/ dominantes":

.... lo habitual es que sean los grupos sociales más prestigiosos,

más poderosos socioeconómicamente, los que dicen la pauta de las

actitudes lingüísticas de las comunidades de habla; por eso, las actitudes

lingüísticas suelen ser positivas hacia la lengua, los usos y las

características de los hablantes con mayor prestigio y de posición social

más alta (Moreno Fernández, 2005: 181).

Lo anterior no nos debe conducir a conceptualizar las actitudes como

un fenómeno mecánico. Puede haber distintas posibilidades más allá de

no prestigio - actitud negativa. Así, es posible que se tenga una actitud

negativa hacia una variedad y que esa variedad, al mismo tiempo, sea

objeto de cierta consideración. Esto, en virtud de que puede haber una

Page 137: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

136

multiplicidad de valoraciones: como instrumento de comunicación eficaz,

como marca de su identidad, como algo lúdico, etc., en tanto las actitudes

hacia la lengua no son unidimensionales, no hay una sola esfera

actitudinal, sino que la lengua, en tanto fenómeno social, puede ser

apreciada y valorada desde diferentes perspectivas.

Entre los factores "decisivos" en la constitución de las actitudes

lingüísticas en los hablantes, encontramos:

a) El nivel de estandarización de una lengua (codificación y aceptación).

b) Su grado de vitalidad.

c) La "conciencia sociolingüística", en tanto una de las bases sobre las

que se asienta la actitud lingüística, y que permite a los hablantes

saber que su comunidad prefiere unos usos lingüísticos por sobre

otros, que ciertos usos son propios de unos grupos y no de otros y,

por lo tanto, tener la posibilidad de elegir aquellos que consideran

más adecuados a las circunstancias o a sus intereses.

Precisamente, en relación con este concepto de "conciencia

sociolingüística" encontramos un estado psicosocial que influye en la

actuación lingüística efectiva de los hablantes y, por extensión, en su

intención o no de usar constantemente su lengua vernácula como

instrumento de comunicación (de hecho, es una fuerte razón para que

esta sea dejada a un lado). Nos referimos a la seguridad o inseguridad

Page 138: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

137

lingüística de los hablantes, entendida como la relación que existe entre lo

que el hablante considera correcto, adecuado o prestigioso y su propio uso

lingüístico. En sentido, la seguridad lingüística existiría cuando lo que el

hablante considera como correcto o adecuado coincide con los usos

espontáneos del mismo hablante; mientras que la inseguridad lingüística

se generaría cuando tal coincidencia disminuye o desaparece.

Finalmente, debemos señalar que intentar aproximarse a las

actitudes lingüísticas implica indagar, al menos, en dos dimensiones, a

saber (Blas Arroyo, 2005):

• Qué piensan los hablantes sobre las lenguas o sobre algunas de sus

variedades dialectales o sociolectales (son expresivas, ricas, pobres,

feas, etc.).

• Cuáles son las principales actitudes hacia el futuro de las lenguas.

Estas dimensiones vinculan este plano actitudinal con el concepto de

lealtad lingüística. Esta corresponde a un tipo particular de actitud ante la

lengua, en el marco de una situación de contacto lingüístico, que surge

como respuesta ante la posible sustitución de la lengua vernácula,

principalmente a través de convertirla en una suerte de "símbolo de la

comunidad", siendo, por tanto, la base para su mantenimiento. Por este

motivo, la lealtad lingüística "... hace que los individuos se resistan de

modo consciente y activo a los cambios de funciones de su lengua y a las

Page 139: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

138

modificaciones de sus caracteres lingüísticos por influencia de otra lengua”

(Moreno Fernández, 2005: 252).

La lealtad lingüística es el germen del mantenimiento de toda lengua,

por lo que la presencia de esta actitud, entonces, sería una señal que

contrarrestaría la creciente pérdida de vitalidad por parte de una lengua

minorizada, como el mapudungún, según hemos apreciado en nuestra

aproximación previa al tema (Lagos 2004, 2006). Mas, en este caso, dicha

lealtad no va acompañada de un contexto societal mayor que la haga

permanecer como un instrumento comunicativo efectivo, sino que

solamente como una marca social (de identidad), por lo que dicha

"mantención" no aseguraría que no ocurriera su deterioro y posible

extinción, en el largo plazo.

Page 140: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

139

V.4. Representaciones sociales:

Durante el desarrollo de nuestra investigación constatamos la

necesidad de ir más allá de dar cuenta solamente de las dimensiones

antes reseñadas y de caracterizar la lengua mapuche desde el punto de

vista de las actitudes de sus hablantes, lo que ya habíamos hecho en

nuestro estudio previo del tema (Lagos 2004, 2006). Para eso

incorporamos una matriz conceptual adicional para describir e interpretar

la situación del mapudungún: el concepto de representación social, más

adecuado para dar cuenta de un fenómeno propio de la cognición social

como lo es la construcción de saberes, juicios y actitudes que realiza la

comunidad mapuche respecto de su lengua nativa. A continuación lo

revisaremos y definiremos.

Este concepto se ha aplicado en la investigación social contemporánea

de manera profusa, por ejemplo, en el campo científico, productivo, cultura

y religión, el área biológica y médica, la psicología, la educación, relaciones

intergrupales, entre otros. La noción de “representación” proviene de la

Psicología cognitiva, y alude al procesamiento de información y a la

metáfora del computador, constituyéndose en piedra angular de la

validación y consideración de la “mente” como objeto de estudio. Una vez

agregado el concepto al campo de la Psicología social (Moñivas, 1994), su

Page 141: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

140

acepción se abre hacia considerarlo como mecanismo de cognición y un

instrumento de socialización y de comunicación a lo largo del desarrollo

humano.

La teoría de las representaciones sociales es una teoría del llamado

“conocimiento ingenuo” (Páez y Blanco, 2006), “saber del sentido común” o

“pensamiento natural”, en tanto busca describir cómo los individuos y los

grupos construyen un mundo estable y predecible, incluyendo procesos

de pensamiento consciente (reflexivo) y no consciente (habitual,

automatizado).

Esta conceptualización proviene del campo de la Psicología social

europea, gracias a la reformulación que realizara Serge Moscovici del

concepto de “representaciones colectivas” de E. Durkheim (Moñivas, 1994),

y de sus antecesores conceptuales, como Mead y Wundt, logrando un

constructo analítico que representaba la relación entre lo individual y lo

social, en el contexto de una visión constructivista de lo que la realidad

social es, y como una respuesta a los modelos de cognición social derivada

de la Psicología cognitiva del procesamiento de la información.

De esta manera, este concepto, en un intento por dar cuenta de cómo

ocurre el proceso de cognición social, se define como una “modalidad

particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los

comportamientos y la comunicación entre los individuos” (Mora, 2002: 7).

Page 142: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

141

A partir de ella, el sujeto selecciona partes de información que se le

proporciona en función de lo que él considera más expresivo, para

después transformarlas en imágenes productivas aplicadas a la

comprensión y la intercomprensión (Tuts, 2007), adaptando los

conocimientos nuevos a categorías que le son familiares y cuyos

conocimientos funcionales ya posee.

Se constituye así en un modelo cognitivo, socialmente construido y

compartido, que permite hacer consistente y entendible la realidad física y

social (recogiendo la noción de la ambigüedad característica de la realidad

social, presentadas desde diversas corrientes, como los son el

interaccionismo simbólico, la etnometodología y la teoría sistémica en su

versión lumanhiana). Esto permite, a su vez, que los sujetos se integren

grupalmente, siendo un factor central para la cohesión social. Jodelet

(1984) resume en tres funciones al papel que cumplen las

representaciones sociales en las comunidades y sus integrantes:

• Posibilitar a los individuos dominar y dar sentido al mundo

• Facilitar la comunicación

• Transformar el conocimiento científico en sentido común

Las representaciones sociales, en tanto una cognición social que tiene

su locus en cada individuo, se forman a partir de dos procesos (Moñivas,

Page 143: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

142

1994), provocados por el efecto conjugado del funcionamiento cognitivo y

social:

a) El anclaje, que se entiende como hacer posible que algo no familiar,

contingente, que despierte nuestra curiosidad, sea incorporado dentro

de nuestra propia red de categorías, permitiéndonos compararlo con

aquello que nosotros consideramos como miembro típico de esas

categorías.

b) La objetivación, que se entiende como descubrir los aspectos icónicos

de una idea, objeto o ser. En otras palabras, unir el concepto con la

imagen. Luego, el concepto es naturalizado, reemplazando lo percibido

a lo concebido, pasando a ser su extensión lógica.

Estos modelos cognitivos colectivos que son las representaciones

sociales existen gracias al lenguaje (lo que lo que sitúa al concepto en un

lugar central de toda investigación y reflexión etnolingüística, por tanto),

pues es gracias a él que los sujetos estructuran su experiencia, o, su

entorno social simbólico, el que “…se re – construye a través de las

actividades de los individuos, sobre todo por medio del lenguaje” (Páez y

Blanco, 2006: 163). Por lo tanto, es un constructo que sitúa al lenguaje en

tanto producto y práctica cultural (Duranti, 2000) De hecho, la definición

inicial que hizo Moscovici del concepto (Moñivas, 1997) ponía en el centro

esta dimensión, al plantear que corresponde a la elaboración de un objeto

Page 144: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

143

social por la comunidad con el propósito de conducirse y comunicarse.

Jodelet (1984) también considera que son modalidades de pensamiento

práctico, orientados hacia la comunicación. Así, toda representación social

es lenguaje, lo implica, pero también el lenguaje mismo puede ser objeto

de representaciones sociales.

Una vez creadas las representaciones sociales llevan una vida propia,

pues los sujetos, al nacer en una comunidad o entorno social simbólico,

lo dan por supuesto (por ello hablamos de un conocimiento ingenuo) de

manera semejante a como lo hacen con su entorno natural y físico, es

decir, como algo que no se somete a cuestión. Es así, una actualización de

lo que los pioneros en el área, Berger y Luckman (1999), denominaban el

“mundo de la vida cotidiana”

Así, la representación social, en términos operacionales, se

caracterizaría, además de lo señalado antes, por (Mora, 2002):

• Ser un mecanismo para elaborar y dar sentido a los comportamientos

de los individuos

• Constituir un sistema de valores, ideas y prácticas culturales

• Poner a disposición de los sujetos una herramienta de orientación en

el mundo social

• Servir como un código para el intercambio social.

Page 145: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

144

De esta manera, el concepto muestra una gran pertinencia para

observar y explicar el modo como los sujetos se posicionan frente a los

objetos culturales que les son significativos. Evidentemente esto se aplica

a la lengua y, sobre todo, a una lengua minorizada como la mapuche, en

donde serán las representaciones sociales que en torno a ella generen los

individuos - mapuches y no mapuches - las que determinarán su mayor o

menor vitalidad, mayor o menor fomento, etc.

Page 146: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

145

CAPÍTULO VI

PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

Page 147: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

146

Los resultados obtenidos en nuestro estudio serán expuestos en dos

secciones. En primer lugar, se presentarán los datos relativos a la vitalidad

lingüística del mapudungún, correspondientes fundamentalmente a la

dimensión cuantitativa del estudio (aplicación de la encuesta

sociolingüística). Luego, en una segunda parte, se expondrá el análisis de

las representaciones sociales que los hablantes tienen de su lengua,

aspecto en el que se integrará tanto información de índole cuantitativa

como cualitativa.

Page 148: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

147

VI.I. La vitalidad en su dimensión cuantitativa

A continuación se presentarán los resultados relativos a la

evaluación de la competencia en mapudungún de los mapuches urbanos

encuestados, tanto en términos declarados (cuánto creen dominar su

lengua) como en términos efectivos, en términos de producir un discurso

breve en su lengua y de conocer parte de su léxico fundamental. Además,

se entregan cifras que permiten observar el estado de difusión y uso de los

distintos sistemas de escritura para una lengua originalmente ágrafa como

el mapudungún. Por otra parte, se entregan datos relativos a los grados

de uso del mapudungún en distintos contextos de la vida social en la

ciudad. Finalmente, se entregan las impresiones de los mapuches urbanos

que permiten ponderar sus representaciones sociales en torno a su lengua

originaria. Todos estos datos permiten obtener una radiografía de la

vitalidad del mapudungún, y sus fundamentos, en los contextos urbanos

actuales en la capital de Chile. Aspectos que posteriormente, en el análisis

de la información cualitativa, contrastaremos con los discursos que estos

sujetos sociales tienen en torno a la cultura mapuche y su lengua en la

ciudad.

Page 149: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

148

VI.I.1. Competencia lingüística:

Nuestra primera línea de base, para evaluar la competencia

lingüística de los mapuches urbanos en su lengua originaria, surgió a

partir de indagar en su percepción de cuánto creían dominar de ella. De

esta manera, como observamos en el gráfico 1, los niveles declarados de

competencia por ellos resultaron ser bastante bajos. En una escala de 1 a

5, donde 1 corresponde ningún conocimiento y 5 el máximo, la mayoría de

los encuestados, casi un 70%, se autocalifican en un nivel 1 o 2 de

competencia. Como contrapartida, sólo poco más de un 17% se ubicaron

en los tramos más altos de competencia, quedando el nivel máximo sólo

para un 6,5%. Estos resultados se expresan en el gráfico 8:

Page 150: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

149

Gráfico 8:

Nivel declarado de competencia en mapudungún

6.5%

11.1%

14.1%

34.2%

34.2%

5

4

3

2

1

Ahora bien, cuando se les pidió poner en práctica aquella

competencia declarada en una producción discursiva simple (descripción

de la secuencia de tres imágenes, cf. I.2.) la impresión obtenida

anteriormente se vio confirmada y amplificada. Ello, pues el 86% de los

entrevistados fue incapaz de describir algún componente básico de

aquella, como lo expresa el gráfico 9:

Page 151: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

150

Gráfico 9:

Nivel de competencia efectiva al describir secuencia de imágenes

Luego, si nos centramos solamente en aquellos encuestados que

lograron la descripción total o parcial de la secuencia, según nos muestra

el gráfico 10, sólo un tercio de ellos logra un nivel de competencia

calificado como alto (basándonos en Hasler et al 2009 y Gunderman et al.,

2009 a y 2009b).

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151

Gráfico 10:

Grado de comptencia efectiva

al describir secuencia

31,8%

31,8%

36,4%

Alta competencia

Competencia media

Baja competencia

En síntesis, observamos la mermada condición en la que se

encuentra uno de los dos componentes básicos para asegurar la vitalidad

de la lengua – siendo el otro la existencia, generación y validación de

espacios funcionales –: la competencia en la lengua. Aspecto que, como

veremos más adelante, adquirirá importancia al analizar los discursos de

los mapuches sobre su lengua y cultura (cf. VI.II). Si comparamos esto con

los estudios previos (Lagos, 2006, CEP 2006, Gunderman et al 2009 a y b)

se confirma esta radiografía respecto de la baja competencia declarada y/o

Page 153: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

152

efectiva en mapudungún, una tendencia que se ya venía proyectando

desde las primeras investigaciones en el tema (Salas, 1985).

Profundizando en las variables que pueden estar incidiendo en este

panorama, una que resultaba determinante en la relación campo –

ciudad, como lo era la edad (Hernández, 1983; Lagos, 2006; Gunderman et

al, 2009 a y b), presentando una relación proporcional directa con el nivel

de competencia, aquí en la ciudad parece comportarse de modo diferente,

según vemos en el gráfico11:

Gráfico 11:

Relación entre grado de competencia efectiva y edad de encuestado

n

Page 154: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

153

Según esto, la relación proporcional directa entre competencia y

edad no aparece tan evidente. Vemos que en el tramo más alto de edad (65

o más años) no hay nadie, de los que declaró ser competente, que alcance

un nivel de competencia alta. De hecho, es en los tramos de 18 a 24 y de

45 a 54 años donde encontramos la mayor proporción de los que se

pueden calificar como de alta competencia. Lo anterior, creemos, se puede

explicar a la luz de dos fenómenos:

a) Por un lado, como lo señalaron algunos de los entrevistados, la

inexistencia de espacios funcionales en la ciudad en los que practicar la

lengua – a diferencia de lo que puede ocurrir en el ámbito rural, en donde

en la vida familiar o local sí los hay – ha hecho que mucho hayan olvidado

lo que habían aprendido antes de migrar hacia la ciudad. Aspecto que se

verá verificado al momento de analizar los discursos de los entrevistados

(cf VI.II), en donde se señala a la distancia entre generaciones como una

de las razones de la pérdida de los circuitos tradicionales de producción y

reproducción de la lengua: las generaciones mayores no suelen hablar con

las menores (abuelos – nietos) en mapuche en el hogar. El hogar se ha

perdido como escenario de reproducción del mapudungún, por tanto. Así,

los sujetos de mayor edad pierden la continuidad en su uso de la lengua.

b) Por otro, es el acceso a valores propios de la racionalidad occidental, la

educación y el orgullo por la propia condición étnica, lo que puede hacer

entender que muchos jóvenes hayan optado por aprender lengua ya sea de

Page 155: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

154

forma autodidacta o a través de canales semiformales, como lo son los

talleres de lengua que se imparten en algunas comunas de la ciudad con

alta proporción indígena (citamos, por ejemplo, el caso del taller de lengua

mapuche Komche kimmapuduguay waria mew - “toda la gente aprende a

hablar mapudungún en la ciudad”-, una iniciativa popular que imparte

clases gratuitas de mapudungún de modo itinerante en distintas comunas

de la ciudad de Santiago de Chile, financiado por el Consejo Nacional de

las Artes del Gobierno de Chile; o el taller de lengua mapuche realizado en

la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, abierto

a toda la comunidad). Lo que también emerge en los discursos de los

entrevistados (cf. VI.II), al posicionar a la escuela y a los talleres como

instancia nueva en la que se reproduce la lengua, agencias que son

accesibles a las nuevas generaciones, predominantemente.

La idea anterior se refuerza cuando correlacionamos la competencia en

la lengua y el nivel de instrucción de los encuestados: encontramos que

aquellos con competencia baja o media se concentran en los tramos con

menos estudios (no asistió al colegio o enseñanza básica incompleta, lo

que coincide, a su vez, con los segmentos que corresponden a una

primera generación de llegados a la ciudad desde el ámbito rural del sur

del país). A su vez, es en quienes han completado su instrucción en la

escuela (cuarto medio completo) en donde encontramos el segmento que

predomina en la posesión de una alta competencia en la lengua. Ello

Page 156: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

155

reafirma el papel positivo que representa la instrucción para la protección

de este aspecto de la cultura (esto resalta el papel de una agencia de

socialización occidental, como la escuela, en la supervivencia y promoción

social de la lengua mapuche). Lo anterior se observa en el gráfico 12.

Gráfico 12:

Relación entre grado de competencia efectiva y nivel de instrucción

del encuestado

n

Page 157: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

156

En segundo lugar pasaremos a revisar algunos aspectos de la

competencia que tienen los mapuches urbanos encuestados en el nivel

léxico. Este ítem se ponderó a través de la administración de una lista de

léxico fundamental en la que debían responder “¿cómo se dice en

mapuche…?, aspecto que también nos permitió profundizar en la

dimensión gráfica de esta lengua (que representa el caso de una lengua

ágrafa que aún no logra una forma gráfica consensuada por todas las

comunidades que la hablan). La aplicación de esta lista nos permitió

obtener información de tres áreas:

• Conocimiento léxico básico

• Conocimiento de competencias culturales comunicativas asociadas al

léxico. Ello, en tanto se incluyeron palabras que sólo pueden ser usadas

por hombres o por mujeres, por el padre o la madre, o que implican un

mayor o menor grado de respeto hacia el interlocutor.

• Conocimiento de los sistemas gráficos que se han propuesto para el

mapudungún y su real pertinencia para los mapuches urbanos

comunes y corrientes.

Los ítems léxicos, y su equivalencia al mapudungún, que se inquirían

correspondían a:

1. Número 1 = kiñe

Page 158: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

157

2. Hijo/hija = Este es un términos que nos permite indagar en aspectos de

la competencia comunicativa (Hymes, 1971), pues las posibles

equivalencias son:

- fotüm/ ñawe (dicho por el padre)

- wentru püñen/ domo püñen (dicho por la madre);

3. Luna = kuyen

4. Mar = lafken

5. Número 2 = epu

6. Papá = chaw (también se acepta chachay, que es como le dicen con

respeto las mujeres a los hombres)

7. Hermano/ hermana = Aquí encontramos las siguientes posibilidades:

- Peñi (hermano)/ lamngen (hermana), dicho por hombre

- lamngen (tanto hermano como hermana), dicho por mujer

- Tierra = mapu

- Cabeza = longko

- Río = leüfu

- Mujer = domo

Page 159: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

158

- Mamá = ñuke (también se acepta papay, para tratar a una señora de

edad con respeto).

- Sol = antü

- Montaña = mawida

- Perro = trewa

- Carne = ilo

- Niño = pichi wentru

Tras la aplicación de la encuesta, en general, se observó un muy pobre

conocimiento de vocabulario fundamental de la lengua mapuche por parte

de los encuestados. Los ítems léxicos que se inquirían correspondían a:

Podríamos entregar los gráficos correspondientes a cada palabra para

corroborar nuestra evaluación acerca de lo deficitario del conocimiento de

palabras tan fundamentales, pero dos son muestra fehaciente de esto. Es

el caso de los términos para hermano/hermana, muy comunes e

identificatorios del modo de tratamiento de los mapuches. El gráfico 13

muestra que más del 60 % o desconoce o responde incorrectamente la

equivalencia al mapudungún del término.

Page 160: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

159

Gráfico 13:

Hermano/a

4.0%

57.3%

38.7%

Incorrecto

Desconoce

Conoce

Lo mismo ocurre con una de las palabras mapuches más

recurrentes, tierra. De hecho, la propia identificación de este pueblo,

mapuche, la incluye: significa gente de la tierra.

Page 161: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

160

Gráfico 14:

Tierra

2.0%

48.7%49.2%

Incorrecto

DesconoceConoce

Además, en un dato que da cuenta de los niveles de competencia

comunicativa (Hymes, 1971) de los encuestados, la mayoría eran

incapaces de distinguir el tratamiento según la variable de género que se

debe dar al término hermana/ hermano (sólo los hombres pueden tratar al

hermano de peñi, mientras las mujeres deben usar solo el término

lamngen tanto para hermano como hermana). Sólo de aquellos que fueron

capaces de traducir el ítem al mapudungún, casi el 80% no reconocía su

uso diferencial según género. Otro indicador más de su baja competencia,

ya no sólo idiomática, sino que comunicativa y cultural. Así se evidencia

en el gráfico 15:

Page 162: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

161

Gráfico 15:

Competencia comunicativa en el uso de peñi/ lamngen

Indicador de competencia comunicativa

Indicador de competencia comunicativa

No es capaz de distiDistingue según géne

Porc

enta

je

100

80

60

40

20

0

La tercera dimensión a través de la cual abordamos la competencia

en la lengua mapuche se refiere al empleo de un sistema gráfico para

expresarse. Recordemos que el mapudungún es una lengua ágrafa, que,

como resultado de su relación con la lengua oficial de chile – el castellano

–, ha debido adaptarse a este modo de expresión también. Como veíamos

previamente (cf. V.3) distintas comunidades y grupos mapuches han

propuesto su modelo de grafemario como el más adecuado, sin aún llegar

a un acuerdo.

Page 163: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

162

En base a las características de cada grafemario (Tabla 4, cf. V.3) se

discriminó en el corpus obtenido cuál era el alfabeto predominante. Los

resultados son más que esclarecedores, según se observa en el gráfico 16

(que considera sólo a aquellos que escribieron el nombre en mapuche para

la palabra en español):

Gráfico 16

Alfabeto mapuche que predomina

Alfabeto mapuche que predomina

No escribeRaguileo

Alfabeto unif icadoNo se reconoce

Porc

enta

je

60

50

40

30

20

10

0

Observamos entonces que lo que predomina es que la gran mayoría,

casi un 75%, no utiliza ningún grafemario conocido, predominando más

bien la anarquía en la escritura. Dentro de los que sí utilizan un

Page 164: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

163

grafemario el que predomina es el alfabeto unificado, aunque nunca en

estricto rigor (nadie utiliza, por ejemplo, los diacríticos en “t” o “l”). El dato

resulta relevante toda vez que las grandes discusiones que las elites

intelectuales del mundo mapuche han generado en torno a su lengua y su

futuro se han consumido en buscar un alfabeto unitario para ella,

asumiendo esto como su principal problema (confirmado también en

nuestro análisis cualitativo más adelante). Lo que los datos demuestran es

que tal vez lo sea para las elites, pero no es el principal problema para los

hablantes: para ellos el problema es no conocer su lengua, ni contar con

espacios sociales legitimados para utilizarla. En otras palabras, ningún

sentido ha tenido proponer “x” número de alfabetos y defender cada uno

como la mejor opción, cuando en realidad los hechos demuestran que lo

que urge es la promoción social de la lengua y su difusión como

instrumento de comunicación legítimo en una sociedad poco receptiva a la

realidad indígena. Así, al menos en este caso, parece claro que hace falta

poner el énfasis en una planificación de estatus antes que de corpus

(Chiodi y Loncón, 1995), es decir, desarrollar acciones tendientes a dotar

de prestigio y utilidad social al mapudungún.

Page 165: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

164

VI.I.2. Vitalidad Lingüística

VI.I.2.1. Vitalidad:

En general se observa un marcado retroceso funcional, tendencia que

todos los estudios previos ya habían previsto y ratificado (Lagos, 2006;

Salas, 1985; Hernández y Ramos, 1978, 1979; Gunderman et al, 2009 a y

b). Tales estudios señalaban que uno de los espacios que se mantenían

más firmemente como agencias de producción y reproducción de la lengua

era el de las ceremonias religiosas y tradicionales mapuche, junto con el de

la interacción familiar. Los primeros estudios sobre el tema (Hernández y

ramos 1978, 1979; Hernández 1983) los mostraban como uno de los

bastiones en los que se generaba reproducción de la lengua. Los datos

obtenidos por nosotros muestran que esa tendencia ha cambiado en la

ciudad hoy.

En primer término, el gráfico 17 muestra que en el hogar, en la vida

cotidiana, el uso del español se reconoce casi universalmente, con

exclusión del uso de la lengua mapuche, la que es reconocida como

principal solo por una mínima proporción de encuestados:

Page 166: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

165

Gráfico 17:

¿Cuál es la lengua que se usa más a

diario en su casa?

5.0%

95.0%

Mapuche

Español

Lo mismo se verifica también en ámbitos cotidianos, como el uso de

la lengua mapuche en la interacción con la pareja o familia cercana, el que

fue calificado en una escala de 1 a 5, siendo 1 un grado nulo y 5 el

máximo grado de uso. Las proporciones de uso están en el gráfico 18:

Page 167: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

166

Gráfico 18:

Grado de uso de lengua mapuche con pareja

Grado de uso de lengua mapuche con pareja

54321

Porc

enta

je

80

60

40

20

0

Este retroceso funcional en los espacios familiares se corresponde

con otra situación, en el plano de las agencias en las que se reproduce

socialmente la lengua y la cultura. Tradicionalmente, y como toda lengua

oral, la agencia de socialización por excelencia donde el niño la aprendía

era en la casa, en las interacciones cotidianas de su familia. Sin embargo,

ahora y en la ciudad, esa característica ha comenzado un proceso de

retroceso, y es en otros espacios en donde, de aquellos pocos que han

aprendido la lengua, la casa y la familia ya no aparecen como la principal

fuente de aprendizaje. Por ejemplo, si atendemos al gráfico 19, apreciamos

Page 168: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

167

que la mayoría (60%) sigue reconociendo a la familia – y el hogar – como el

principal espacio en el que se reproduce el saber lingüístico.

Gráfico 19:

¿Dónde aprendió a hablar lengua mapuche?

30.6%

63.1%

6.3%

Sólo/a

Co mis padres/ abuel

En la escuela

Esto pareciera contradecir lo que venimos planteando respecto del

retroceso de la familia como espacio de aprendizaje de la lengua. Sin

embargo, cuando cruzamos este dato con la generación a la que pertenece

el encuestado queda claridad en el punto que planteamos: la familia

retrocede en pos de otras agencias, como la escuela. Así lo muestra el

gráfico 20:

Page 169: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

168

Gráfico 20:

Retroceso de la familia frente a otras agencias en su rol reproductor

de la lengua

¿A qué generación de mapuches llegados a Santiago pertenece?

4a generación3a generación

2a generación1a generación

n

50

40

30

20

10

0

¿Dónde aprendió?

En la escuela

Con padres/ abuelos

Sólo/a

Vemos cómo a medida que los sujetos han nacido en la ciudad

o son hijos de mapuches nacidos en la ciudad, el rol de la familia como

agente de transmisión de la lengua va disminuyendo, hasta llegar a una

cuarta generación, en donde el aprendizaje independiente casi se iguala al

obtenido en la familia.

El otro espacio tradicional de uso de la lengua mapuche destacado

por estudios previos lo constituía el contexto de ceremonias religiosas y

Page 170: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

169

tradicionales. Como era de esperarse, si bien mantiene niveles importantes

de uso, también se observa mermado, siendo minoritario cuando lo

comparamos con el uso del castellano en tales instancias, tal como lo

muestra el gráfico 21:

Gráfico 21:

¿Usa el mapudungún en fiestas y

ceremonias mapuches?

58.4%

41.6%

No

En este ámbito social, si bien la merma no parece tan significativa,

resulta de todas maneras relevante en tanto era un espacio de uso

exclusivo del mapudungún, y lo es aún en el sur de país, en donde

ceremonias como el we tripantu (año nuevo mapuche, celebrado en junio) o

Page 171: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

170

el nguillatún (ceremonia de rogativa a ngenechén, deidad mapuche) son

exclusivamente desarrolladas en la lengua nativa.

Ahora, ¿qué ocurre cuando observamos el uso del mapudungún en

espacios que son exclusivos de la lengua oficial, el español, como ocurre en

la interacción con autoridades gubernamentales o locales y servicios

públicos? Como era de esperar, y no obstante existen numerosas

iniciativas para visibilizar la lengua mapuche, sobre todo en las comunas

de mayor población de este origen, el mapudungún aparece desplazado a

favor del castellano. Como lo demuestra el gráfico 22, en donde el marginal

porcentaje que señala usar el mapudungún en servicios públicos se refiere

al uso de señalética mapuche en muchos servicios estatales y comunales,

mas no a la existencia de interlocutores que les hablen en su lengua nativa

ni a la existencia de formularios impresos en ambas lenguas.

Page 172: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

171

Gráfico 22

¿Usa el mapudungún con autoridades y servicios públicos?

Esta asimetría en los espacios sociales exclusivos para el castellano se

ve reflejada también, por ejemplo, al momento de buscar empleo. Se les

preguntó a los encuestados respecto de cuánto creían que les servía

conocer su lengua para encontrar un empleo, y, como se expresa en el

gráfico 23, es claro que el mapudungún no puede competir con el

castellano, pues poco más del 15% presenta niveles de acuerdo de 4 o 5

(en una escala de 1 a 5, donde 1 es “completamente en desacuerdo” y 5

“completamente de acuerdo”):

Page 173: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

172

Gráfico 23:

Saber mapudungún me puede permitir encontrar

trabajo más fácilmente

10.4%

8.7%

17.3%

20.8%

42.8%

5

4

3

2

1

En síntesis, apreciamos que el mapudungún ve cada vez más

limitados sus espacios de vitalidad en la ciudad, lo que es perfectamente

funcional - ¿causa o efecto, o ambas cosas a la vez en una relación

sinérgica? – con los bajos niveles de competencia declarada y efectiva de

los mapuches urbanos de Santiago de Chile, tanto a nivel discursivo como

a nivel léxico.

Page 174: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

173

VI.I.2.2. Espacios de vitalidad del mapudungún en la ciudad

Paralelo a la recolección de información a partir de las encuestas,

iniciamos un catastro de espacios de vitalidad del mapudungún – lugares

públicos y privados, medios de comunicación, etc. en los que se esté

usando la lengua – en Santiago de Chile, a través de un registro fotográfico

o de la web. Encontramos que existen espacios de vitalidad, por lo que no

podríamos hablar de una lengua en extinción; sin embargo, en todos ellos,

la finalidad comunicativa de la lengua no existe y, más bien, se

constituyen en nichos en los que se está rescatando su función como

marca de identidad por parte de la comunidad mapuche y no mapuche.

Estos espacios de vitalidad los agrupamos como sigue.

VI.I.2.2.1. Espacios públicos

En nuestro catastro encontramos una serie de espacios públicos,

generalmente periféricos y asociados a estratos socioeconómicos bajos y

medios – bajos (nunca en los espacios en donde se supone transita o vive

la clase acomodada del país): este solo dato muestra que en chile (así como

en buena parte de Latinoamérica) se verifica la asociación entre ser

Page 175: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

174

indígena y ser pobre o marginado socialmente. Uno de los espacios más

frecuentes lo constituyen los centros de salud. La lengua se usa en

hospitales y consultorios en donde se atiende población de origen indígena

o en donde trabaja un contingente importante de tal origen. Sin embargo,

el uso se restringe a traducir la señalética del lugar (sus distintos sectores

arquitectónicos y servicios) al mapudungún. Por ejemplo, en el Hospital

San Borja Arriarán, que atiende a población del sector sur y centro de la

ciudad:

Figura 4: Señalética en mapudungún en Hospital San Borja Arriarán,

Santiago de Chile

Más allá del rol social que está cumpliendo la lengua, resulta muy

interesante la labor de quienes se han encargado de realizar estas

indicaciones, pues han creado una serie de neologismos que

Page 176: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

175

intelectualizan al mapudungún y lo hacen viable para su existencia en la

ciudad, refiriéndose a realidades que no están presentes en la vida

tradicional mapuche rural. De esta manera, más allá del grado de

competencia efectiva y de su uso en contextos sociales relevantes en la

ciudad, hay grupos de mapuches que están preparando a la lengua para

cumplir nuevas funciones, aspecto central para proyectarla hacia el

futuro. Aspecto que entrega un dato relevante al momento de discutir con

planteamientos apocalípticos que predecían o predicen que la lengua

mapuche va a desaparecer (Salas, 1985). Con esto, el mapudungún está

haciendo algo que otras lenguas jamás hicieron (el casi extinto yámana, el

selknam, diaguita, kawashkar, likanantai y otras más extintas) y que solo

se iguala a la labor productiva que una lengua indígena de otro estatus

(dada su clave como recurso turístico) como el rapa nui ha realizado. Así,

podemos encontrar nombres en mapudungún para:

- Ascensor: Purapeyum che

- Farmacia: Wülwe lawen

- Neonatología: We pichi ke che

- Casino: Yipeyum

- Baños públicos: Kom che ñi chipachipatuwe

- Urgencia maternal: Rume doy kutran püñenwe

Page 177: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

176

- Informaciones: Wül zunguwe

- Urgencia infantil: Lei kut anchi pichi che

- Departamento de abastecimiento: Eltukawe

- Pensionado (sector pagado de hospital público, con mayores

comodidades, por tanto): Amukon ni mülepeyüm

- Registro civil: Wirrintukupeyümche

- Ecografía: Traltrientukelu kalül

- Toma de muestras: Nentumollfünwe kawilleñ

Otro espacio es el ferrocarril metropolitano, el medio de transporte

público más importante de la ciudad, en donde encontramos en una de

sus estaciones los “Derechos del Niño” traducidos al castellano y al

mapuche, constituyendo otra fuente de intelectualización del

mapudungún. Allí encontramos lo siguiente:

Page 178: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

177

Figura 5: Traducción al mapudungún de los “Derechos del niño” en

ferrocarril metropolitano, Santiago de Chile

También encontramos un céntrico café con el nombre de Eñum domo,

literalmente “la mujer caliente” (en rigor, üñum domo, una muestra más de

la anarquía gráfica que describíamos para la lengua mapuche), apelativo

en la línea del local, que busca atraer al público masculino con señoritas

que atienden sirviendo jugos y café vistiendo escasa ropa (a estos cafés se

les denomina en Chile “cafés con piernas”, aludiendo a que parte

Page 179: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

178

importante del servicio estriba en estar con mujeres bellas y

semidesnudas). Aparte del nombre, nada más en el local evocaba a la

cultura mapuche. No había ningún sentido cultural en el nombre, más allá

de llamar la atención por lo exótico.

Figura 6: Letrero de local de café con nombre en mapudungún,

Santiago de Chile

Page 180: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

179

VI. I.2.2.2. Medios de comunicación masiva e Internet

Existen diversos periódicos en Internet que se autoproclaman

preocupados de divulgar la temática mapuche, pero, y he ahí lo

interesante, lo hacen en castellano, lo que reafirma nuestra idea fuerza de

la ecuación perfecta entre falta de vitalidad = falta de competencia = falta

de espacios funcionales. Destacamos el caso del periódico electrónico

Azkintuwe:

Figura 7:

Página web de diario electrónico mapuche

Page 181: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

180

También en Facebook encontramos circulando la lengua mapuche,

tal vez con algo más de énfasis en la función comunicativa, pero

predominando finalmente la identitaria en el uso de la lengua. Así

encontramos, por ejemplo:

Figura 8:

Página de Facebook con conversaciones escritas en mapudungún

Page 182: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

181

Finalmente, podemos también encontrar en You Tube circulando la

lengua mapuche, en el mensaje presidencial de un candidato a la primera

magistratura (para las elecciones de 2009) que es emitido íntegramente en

la lengua nativa, en un intento de captar su voto, y sin ningún significado

cultural más de fondo.

Mención aparte debe hacerse al espacio de vitalidad que hoy por hoy

constituyen los talleres de lengua mapuche en la ciudad. Estas nuevas

agencias, algunas con más o menos base académica, conforman espacios

en los que circula el mapudungún. Una experiencia de estas, en

particular, ha logrado generar un libro de enseñanza de la lengua (Mariano

et al. 2009), materialidad donde no sólo se plasma una forma vital de la

lengua en los espacios urbanos actuales, sino que también es otra área de

innovación y de creación de neologismos que tienden a intelectualizar al

mapudungún y adaptarlo a los nuevos contextos en los que se

desenvuelve.

Page 183: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

182

Figura 9: Libro de enseñanza de mapudungún (2009)

En esta nueva forma de existencia social de la lengua encontramos

nuevos esfuerzos por adaptar al mapudungún a los usos urbanos,

apareciendo nuevos ítems léxicos relativos a aspectos simples de nuestra

vida pero no habituales para el mundo mapuche tradicional. Así,

encontramos:

- Microondas: eñumiyaelwe

- Cocina (artefacto para cocinar a gas o electricidad): dewmaiyalwe

- Ventana: kompelonwe

Page 184: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

183

- Automóvil: latra

- Teléfono celular: mütrümwe

- Ampolleta (bombilla) de luz: pelonwe

- Calculadora: rakiwe

- Mesa: yaftüwe

- Lápiz: wiriwe

- Futbolista: pelotatufe

- Bebida: kochü ko

- Departamento (piso): waria ruka

- Avenida: waria rüpü

- Cantante: üllkatufe

- Estudiante: chillkatufe

- Veterinario: datukulliñfe

- Doctor: wingka datuchefe

- Escuela: kimelwe ruka

- Universidad: fütra kimelwe ruka

- Correo electrónico: elektroniko werküwe

Page 185: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

184

VI.I.3. Rol de las estructuras de transición

En nuestro anterior estudio (Lagos 2004, 2006), y siguiendo lo señalado

por Munizaga (1961), encontramos que las estructuras – conceptualizadas

como “estructuras transicionales” - que permiten morigerar el impacto

cultural que implica llegar a una cultura dominante al momento de migrar

desde el campo a la ciudad, para el caso de la población mapuche,

cumplen una función protectora en lo que se refiere a la conservación y

uso de la lengua. Tal fenómeno se mantuvo como una constante en el

estudio actual, pudiendo precisar algo más en sus características como

factor de protección para el mapudungún.

De los encuestados encontramos que la participación en

organizaciones mapuches urbanas no era algo general, característica

entendible en el contexto urbano, en el que las obligaciones del trabajo y

estudio hacen postergar estos aspectos más simbólicos a lugares más bien

marginales. Así lo evidencia el gráfico 24:

Page 186: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

185

Gráfico 24:

¿Participa en una organización

mapuche urbana?

¿Participa en una organización mapuche urbana?

NoSí

Porc

enta

je

80

60

40

20

0

Ahora, si correlacionamos la participación en agrupaciones

mapuches urbanas con el grado de competencia de los encuestados vemos

que hay una relación estrecha (ver gráfico 25) entre ambas situaciones, en

la medida que en las agrupaciones, ya sea con un fin meramente

identitario o comunicativo, la lengua circula y se refuerza la importancia

de ella en la esencia de ser mapuche en la ciudad (pues mapuche significa

‘gente de la tierra’, y en la ciudad la gente no tiene tierras, sino que pasa a

ser un obrero más. Lo que hace entendible la valoración de la lengua como

aquel símbolo). De esta manera encontramos que aquellos que señalan

Page 187: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

186

tener el nivel máximo de competencia en la lengua, todos participan en

agrupaciones mapuches urbanas.

Gráfico 25:

Relación entre participación en agrupación mapuche y competencia

en mapudungún

Nivel declarado de competencia en mapudungún

54321

n

70

60

50

40

30

20

10

0

¿Participa?

No

Adicionalmente, podemos ir más allá de estos datos para entender

cuáles son los nuevos roles que pueden estar cumpliendo las estructuras

de transición, sobre todo en relación con la lengua mapuche. Recordemos

que la definición clásica de Munizaga (1961) de estas entidades, en tanto

Page 188: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

187

puente cultural entre dos visiones de mundo, se refería a ellas en como

mecanismos de inserción de la cultura mapuche rural en el entorno

urbano. Eso, en un contexto societal local y global propio de la década de

los 60’ del siglo pasado. Actualmente, sin embargo, siguiendo lo señalado

por Molina (2009) y Oyarzo (2010), el concepto no se observa de la misma

forma, pues el problema ya no se origina en el choque de culturas

producido por el abandono físico del lugar de origen (cabe recordar que la

mayoría de nuestros encuestados pertenecen a una tercera generación de

mapuches llegados a Santiago, es decir, han nacido aquí). El asunto

radica, más bien, en que el sujeto se reconoce y siente pertenencia a un

grupo, lo que conlleva la búsqueda de un contexto que propicie tal

reconocimiento. Allí entran las estructuras de transición. Corresponden a

estructuras de este tipo, en primera instancia la familia, núcleo de

trasmisión de valores tradicionales, además de las agrupaciones

mapuches. En este sentido, los encuestados que participan activamente de

una asociación voluntaria corresponden al 22% de la muestra. Frente a

esta cifra cabe considerar la relación que se establece entre edad y

participación: mientras los más jóvenes no tienden a participar

activamente en agrupaciones, las personas de edad más avanzada sí lo

hacen. Resulta interesante que, sin embargo, al observar el nivel de

competencia efectiva de los encuestados, no se de la misma relación: existe

un alto porcentaje de hablantes competentes entre los 18 y 24 años que

no participan de agrupación alguna, lo que mostraría una tendencia a que

Page 189: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

188

las agrupaciones estarían debilitándose como lugar – exclusivo,

preponderante - de aprendizaje, promoción y reproducción de la lengua

(contrastando con la situación que Munizaga constataba en la década de

los 60’). Entre los posibles factores que explicarían esto podemos distinguir

los siguientes:

- La función latente misma de las estructuras ha cambiado en el contexto

social local y global actual

- Las exigencias de este mismo contexto actual ocupan la vida diaria del

sujeto con actividades productivas, relegando las actividades no

productivas, como la participación social, a un nivel prescindible

- Finalmente, la posible asociación de estos grupos con reivindicaciones

políticas, lo que generaría un cierto rechazo por parte de quienes no se

identifican con ellas.

Entonces, esto no se contradice con lo mostrado en el gráfico 25:

efectivamente, de entre los que tiene una competencia alta (valoración 4 y

5) hay un alto porcentaje que sí participan en agrupaciones, pero el

participar no es el único factor que explica que tengan una alta

competencia: ahí aparecen otras agencias, como la educación, las

escuelas, los talleres (cf. VI.II). Eso explica que haya encuestados que

declaran ser competentes sin participar en agrupaciones.

Page 190: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

189

VI.II. Representaciones sociales acerca del mapudungún

VI.II.1. La información cuantitativa:

Complementar el estudio de actitudes lingüísticas con el de las

representaciones sociales que tienen los mapuches urbanos respecto de su

lengua nativa tiene la intención de poner en escena cómo tal construcción

cultural se constituye en un mecanismo que elabora los comportamientos

de los sujetos, no sólo hacia su lengua sino que hacia sus pares y hacia sí

mismos. Además, da sentido y permite orientarse en el entorno. Así lo

comprobamos cuando se le pidió a los encuestados señalar su opinión, en

una escala de menor a mayor acuerdo (de 1 a 5 en orden creciente), frente

a la afirmación “Para ser un verdadero mapuche hay que hablar lengua

mapuche”. Los resultados muestran que la representación social dentro

del imaginario urbano mapuche es que la lengua sí define el ser mapuche.

Se aprecia esto en el gráfico 26:

Page 191: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

190

Gráfico 26:

Para ser un verdadero mapuche hay

que hablar mapudungún

Para ser un verdadero mapuche hay que hablar mapudungún

54321

Porc

enta

je

50

40

30

20

10

0

Y esto tiene bastante sentido en relación a la realidad mapuche

urbana. Mientras en los sectores rurales tradicionales se señala que lo que

define al mapuche es su tierra, al llegar a la ciudad, en tanto todos pasan

a ser parte de una gran masa de asalariados, sin tierra, el elemento central

del que echan mano entonces para sentirse “mapuches” debe ser la lengua

Aunque, como veremos en el análisis de la información cualitativa, en sus

discursos aparecen otros elementos identificatorios, como la sangre o los

sueños (cf. VI.II.2).

También los datos muestran que esta construcción de lo mapuche

en torno a la lengua nativa no tiene ningún anclaje en el conocimiento que

Page 192: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

191

tengan de ella o el uso real que hagan en su cotidiano. El gráfico 27 nos

muestra eso:

Gráfico 27

Del mismo modo, el gráfico 28 nos muestra que aún dentro del

grupo que señala ocupar menos la lengua nativa encontramos una

importante proporción que se manifiesta muy en acuerdo con la

afirmación planteada.

Page 193: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

192

Gráfico 28:

Relación entre grado de uso del mapudungún y creencia en que la

lengua define la identidad mapuche

Esto es un elemento nuclear que podría hacer entender por qué la

supervivencia de la lengua puede estar en cierta medida asegurada, aún

cuando, tal como lo veíamos antes, su vitalidad sea baja. Constituyendo

una semilla que sembrar para futuras iniciativas de revitalización y

promoción social del mapudungún.

Grado de uso de la lengua

Para ser un verdadero mapuche hay que hablar mapudungún

n

Page 194: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

193

Adicionalmente, este rol de la lengua en la definición de la “esencia”

mapuche en la urbe se ve reafirmado cuando se pregunta a los

encuestados respecto de si sus dirigentes deben conocer y hablar la lengua

(“Los dirigentes mapuches deben hablar mapuche”). La gran mayoría está

totalmente de acuerdo con esto, como lo muestra el gráfico 29:

Gráfico 29:

Los dirigentes mapuches deben hablar

mapuche

Los dirigentes mapuches deben hablar mapuche

54321

Porc

enta

je

80

60

40

20

0

Los elementos anteriormente señalados muestran, a su vez, cómo la

representación social sobre el mapudungún sirve como un código para el

intercambio social, toda vez que, según observamos en nuestra interacción

Page 195: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

194

en algunas agrupaciones mapuches urbanas (Comisión Lingüística

Mapuche Metropolitana, Liga Cultural Kolo Kolo, entre otras), la lengua

resulta en un “filtro” que permite ubicar a los sujetos participantes dentro

de redes de roles y status en la agrupación, al modo de desestimar el

aporte u opinión de algún integrante sólo porque “no es hablante de

lengua” o categorizar como “importantes” o “personas que dicen cosas

interesantes” a aquellos que sí son hablantes. A su vez, quienes no son

hablantes en la agrupación encuentran en esta herramienta de movilidad

social dentro del grupo un acicate para aprender más y mejor la lengua.

Esto se ve refrendado en los datos de la encuesta también:

• Poco más del 70% muestra una orientación positiva hacia la idea de

que “saber la lengua permite que lo acepten más sus pares”.

• Más del 73% se orienta positivamente hacia la afirmación de que “ser

hablante de mapudungún ha sido una ventaja para el/ ella”.

Respecto del papel que juega la lengua mapuche en las problemáticas

políticas que son parte del discurso de las distintas comunidades a nivel

del país, las reivindicaciones sobre la lengua versus otras que se dan en

las zonas rurales tradicionales aparecen en un lugar de importancia. Ello

se deduce del hecho de que para una mayoría (52%) la lengua mapuche

(su promoción, su uso, reconocimiento y posibilidades para aprenderla) es

la necesidad más importante su pueblo. Sólo un 20% no lo cree así,

Page 196: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

195

mientras los restantes asumen una postura neutra frente a la afirmación.

Por su parte, para un 42% es el Estado el que aparece como el principal

responsable de estas reivindicaciones, lo que es bastante consistente con

el rol que le otorga la abrumadora mayoría a la escuela como la agencia

en la cual se aprenda la lengua. Así los muestra el gráfico 30:

Gráfico 30:

¿Está de acuerdo con que se les enseñe

mapudungún en la escuela?

1.5%

98.5%

No

Recordemos que ya antes habíamos dado cuenta del creciente retroceso

que otras agencias tradicionales demostraban tener en cuanto a

reproductoras del saber lingüístico tradicional (nos referimos a la familia y

a las estructuras de transición como las agrupaciones indígenas urbanas).

Esto nos muestra una población mapuche urbana, con un nivel de

Page 197: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

196

instrucción formal adecuada, que ha incorporado las pautas de la

racionalidad occidental y que las aplica a la representación social de su

lengua nativa y sobre ella proyecta las posibles soluciones tanto a su falta

de vitalidad como a los déficits en su aprendizaje.

Page 198: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

197

VI.II.2. La información cualitativa

Para aproximarnos cualitativamente a las representaciones sociales

que, sobre su lengua nativa, han generado los mapuches urbanos,

recurrimos a dos tipos de fuentes, construyendo un corpus final de 49

textos, cuya composición pasamos a señalar:

a) Fuentes de información primaria, constituidas por 16 entrevistas

realizadas en 2010 a mapuches urbanos (8 mujeres, 8 hombres)

residentes en Santiago de Chile (ver pauta en anexo), a las que

añadimos para efectos del complementar nuestra análisis con nuestro

abordaje previo al tema (Lagos, 2004, 2006) 7 entrevistas realizadas en

2006 a mapuches urbanos la misma ciudad.

b) Fuentes secundarias de información, que dan cuenta de dos tipos de

discursos (que denominamos “oficial” y de las “élites mapuches”) que

circulan actualmente en nuestra sociedad respecto de la cultura y

lengua mapuche, conformadas por los siguientes textos:

b.1) Un grupo de 16 textos (publicados desde el 2005 en diarios y páginas

oficiales) que reflejan lo que hemos denominado el “discurso oficial”,

incorporando textos ya sea de autores u organizaciones que forman parte

de la ideología que sustenta el abordaje actual que se realiza desde el

Page 199: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

198

Estado chileno sobre los mapuches, su cultura y su lengua. Corresponden

a los siguientes textos:

- Larroulet, C. “Conflicto mapuche y Políticas públicas” (Diario El

Mercurio, 10 de enero de 2005).

- Von Baer, E. “La cuestión mapuche: raíces, situación actual y desafíos

futuros” (Serie Informe Político ILD, no. 77, 15 de julio de 2002.

www.lyd.com).

- ILD. “Mitos y realidades en el tema indígena” (Temas Públicos no. 854,

11 de enero de 2008. www.lyd.com).

- ILD. “Cultura y pobreza indígena: antecedentes para una nueva

política” (Temas Públicos no. 859, 7 de marzo de 2008. www.lyd.com).

- ILD. “Convenio 169: ¿Un paso hacia adelante?” (Temas Públicos no.

860, 14 de marzo de 2008. www.lyd.com).

- ILD. “Política indígena: ¿hacia dónde vamos?” (Temas Públicos no. 878,

18 de julio de 2008. www.lyd.com).

- ILD. “Violencia en la Araucanía: causas e impacto económico” (Temas

Públicos no. 884, 29 de agosto 2008. www.lyd.com).

- ILD. “Política indígena de entrega de tierras: crónica de una muerte

anunciada” (Temas Públicos no. 897, 28 de Noviembre de 2008.

www.lyd.com).

Page 200: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

199

- ILD. “Violencia en la Araucanía: ¿Por qué se produce?” (Temas Públicos

no. 905, 23 de enero de 2009. En, www.lyd.com).

- ILD. “Convenio 169: ¿hacia dónde deben ir los cambios?” (Temas

Públicos ILD, 19 de junio 2009. www.lyd.com).

- ILD. “Política indígena: código de conducta (Ir)responsable” (Temas

Públicos no. 920, 5 de junio 2009. www.lyd.com).

- ILD. “Araucanía: violencia y entrega de tierras” (Temas Públicos no.

931, 21 de agosto de 2009. www.lyd.com).

- ILD. “Política indígena de la concertación: nuevamente un rumbo

equivocado” (Temas Públicos no. 939, 16 de octubre de 2009.

www.lyd.com).

- ILD. “Cuestión indígena: interpretaciones judiciales del convenio 169”

(Temas Públicos no. 947, 11 de noviembre de 2009. www.lyd.com).

- “Política indígena: es urgente un cambio en su institucionalidad”

(Temas Públicos no. 968, 4 de junio de 2010. www.lyd.com).

- “Un giro en la política indígena: cambios en la entrega de tierras”

(Temas Públicos no. 967, 6 de agosto de 2010. www.lyd.com).

b.2) 12 textos, publicados desde 2005, en medios escritos electrónicos

mapuches (Mapu – express y Azkintuwe) o de la Corporación Nacional de

Desarrollo Indígena (CONADI), relativos al tema mapuche, y documentos

Page 201: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

200

de trabajo de la en los que dirigentes o integrantes de la “elite” intelectual

mapuche vierten sus expresiones sobre la situación del mapudungún y su

necesidad de revitalización. El detalle de estos textos es el siguiente:

- “Recuperación y revitalización de las lenguas indígenas”. (Lefíán et al,

2006).

- “Primer Coloquio sobre enseñanza del mapudungún: observaciones

preliminares”. H. Painequeo (CONADI, 2005).

- “Contexto sociolingüístico mapuche”. N. Painemal (CONADI, 2005).

- “Hacia una política de revitalización y desarrollo de las lenguas

indígenas de Chile”. J. Calfuqueo (CONADI, 2005).

- “Acerca de las lenguas indígenas en el país”. (Painemal, 2007).

- “Artículo zungun dungun?” (“Zalpikán” no. 2, noviembre de 2009.

www.azkintuwe.org).

- “Opinión de Elisa Loncón: La otra violencia” (“Zalpikán” no. 2,

noviembre de 2009. www.azkintuwe.org).

- “Primer congreso de las lenguas indígenas de Chile” (“Zalpikán”, no. 6,

junio 2010. www.azkintuwe.org).

- Entrevista a Elisa Loncón: “La lengua, un derecho humano

fundamental” (“Zalpikán” no. 6, junio 2010. www.azkintuwe.org).

Page 202: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

201

- “Más de mil personas se reúnen en Primer Congreso de Lenguas

Indígenas” (Periódico electrónico “MapuExpress”, 16 de julio 2010.

www.mapuexpress.net).

- “PRIMER CONGRESO DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS: una reacción a

la exclusión” (Periódico electrónico “MapuExpress”, 9 de julio 2010.

www.mapuexpress.net).

- Página Web de La RED (Red de Derechos Lingüísticos indígenas de

Chile, http://redeibchile.blogspot.com/).

Page 203: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

202

VI.II.2.1. La visión desde la matriz oficialista:

Basándonos en el análisis de una serie de documentos que reflejan

la conceptualización de la situación de los mapuches y su lengua desde la

óptica del discurso conservador, representativo de la manera de afrontar el

tema por parte de las actuales autoridades del país, hallamos una serie de

claves que permiten entender por qué para el discurso oficial temas como

la lengua nativa y su retroceso funcional no son un problema prioritario a

resolver. Más aún, ello no aparece como un problema.

La no visibilización de la lengua mapuche – y su promoción social -

como un tema importante guarda una estrecha relación con la tendencia

general a des - etnificar la problemática mapuche(esto es, dejar de ver a

esta comunidad y sus problemáticas, incluida la lingüística, como

derivadas de su condición de indígenas, a raíz de un proceso histórico

particular y relaciones sociales asimétricas con la sociedad chilena), al

centrar sus problemas en solo uno, y que corresponde a uno propio de la

población general, no necesariamente indígena: la marginalidad, pobreza e

indigencia, y falta de oportunidades laborales y educacionales,

fundamentalmente. Con esto no pretendemos señalar que tales problemas

no existan para las comunidades mapuches del país y de Santiago de

Chile, sino que destacar la necesidad de que sólo situándolos en la

Page 204: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

203

perspectiva de sus procesos históricos particulares es que es posible verlos

como el resultado de su condición indígena, clave para su real solución.

Toda vez que las autoridades les conceptualiza fuera de su condición de

etnia originaria, la solución a sus problemas pareciera emerger con

claridad: hacerlos sujetos de mercado (la verdadera carta de ciudadanía

actual), a través de la capacitación, implementación de mejores tecnologías

para la explotación de sus tierras y el acceso al crédito. Así lo señala uno

de los actuales Ministros de gobierno:

La publicación de la Ley Indígena contribuyó muy poco a mejorar la

calidad de vida de estas comunidades, por las limitaciones al derecho de

propiedad impuestas sobre los indígenas y el surgimiento de minifundios,

que dificultan la implementación de mejores tecnologías e impiden

aprovechar las ventajas de los sistemas de créditos… las políticas públicas

debieran enfocarse primeramente a aumentar la cobertura y calidad de la

educación en las comunidades. Asimismo, se requiere invertir en

infraestructura a través de la construcción de caminos y escuelas; además

eliminar las trabas al derecho de propiedad, facilitando el acceso a las

redes de integración comercial; entregar capacitación en materia agrícola y

uso de suelos, etcétera (Larroulet, 2009).

Vemos, por tanto, que desde la lectura que representa el perfil

ideológico del actual gobierno de Chile (centro- derecha,), la base étnica del

Page 205: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

204

problema mapuche y de sus distintas dimensiones (incluyendo, claro, su

lengua) es algo ausente, imposible de ver.

El Instituto Libertad y Desarrollo (ILD), considerado el sustento

ideológico del gobierno actual, sigue por la misma senda, des - etnificar el

tema, al señalar que

“… tanto la inversión en capital humano como el empleo, son factores

preponderantes en el combate de la pobreza, y en esa dirección deben ir

los esfuerzos por procurar el mayor bienestar de la población indígena …”

(ILD, 11 de enero de 2008: 1)

En la misma línea está el aporte de otra actual Ministra de gobierno, E.

von Baer, quien remarca que “… se insiste en la necesidad de focalizar los

subsidios del estado a la Educación, vivienda e infraestructura para

ayudar a las comunidades a salir de la extrema pobreza” (Von Baer, 2002:

2). Más adelante, en su artículo, observamos cómo su discurso se acerca

al ideario evolucionista del siglo XIX y comienzos del XX, al señalar que la

solución al problema mapuche pasa por “civilizarlos”: “… es fundamental

familiarizar a los mapuches con la democracia y propiciar su participación

en ella …” (Ibid.: 21). Además, señala, que dar la oportunidad de salir de la

pobreza a los indígenas pasa por integrarlos al mercado, destacando su

ventaja: “… no tiene que significar necesariamente la pérdida de su

Page 206: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

205

cultura, sino más bien su evolución. Los mapuches tendrán que integrar

… el progreso a su cultura” (Ibid.: 22).

Su apuesta, y la de la ideología oficialista, apunta a dar la libertad a

los mapuches de elegir el modo de vida que desean tener y no

imponérselos desde un punto del “deber ser”, que, como veremos adelante,

es lo que argumentan muchos intelectuales mapuches respecto del

derecho y obligación de los indígenas urbanos para recuperar su lengua.

Aquí se mezcla, claro, la ideología neoliberal con una clara conciencia de

que el mapuche urbano, permeado por tales estructuras de pensamiento,

ciertamente ha asumido esa racionalidad.

Se puede destacar, en todo caso, de este discurso, la crítica que

realizan al énfasis de las políticas previas hacia lo indígena y lo mapuche,

y que cobra relevancia al pensar en una posible revitalización de la lengua

en el espacio urbano, por su excesivo énfasis en el carácter rural del

indígena, aún cuando los datos socio demográficos muestran que la

mayoría de los mapuches viven en ciudades. También resulta interesante

su enfoque en cuanto a que la tierra ya no puede considerarse el elemento

que por excelencia defina a lo mapuche: “…. una amplia mayoría …. (88%)

está preocupado por la pérdida de su cultura. Sin embargo, su

conservación no la ven necesariamente ligada a la tierra, sino a su lengua

(52%), y al conocimiento de la historia del pueblo mapuche (34%).” (LID, 7

de marzo de 2008: 3)

Page 207: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

206

En síntesis, el análisis de este tipo de discursos se resume en dos

aspectos:

• Por un lado la criminalización del tema, donde el énfasis está puesto en

tematizar a los mapuches como “problema”, asociado fuertemente a los

hechos de violencia que se observan en la Araucanía vinculados a la

reivindicación territorial histórica de este grupo.

• Por otra parte, la tendencia a la des – etnificación de su problemática

y de su solución por medio de la maximización de la relación costo

efectividad (en la entrega de tierras, la transferencia tecnológica, la

lucha contra la pobreza, etc.).

De esta manera, los mapuches existen de tres modos en este

discurso:

• Como terroristas (de hecho, se les aplica una ley “antiterrorista”, la

número 18.314).

• Como indigentes/ pobres.

• Como sujetos de mercado (situación esta que define la solución a sus

problemas).

En ninguna de estas categorías aparecen como indígenas, parte de un

grupo étnico con una historia, lengua y cultura particulares. Eso pareciera

ser invisible. Sin embargo, debe reconocerse que los pasados gobiernos de

Page 208: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

207

centro izquierda tienen, en parte, responsabilidad de que el debate se

haya situado allí: su lógica, con ciertos matices, apuntaba hacia una

dirección similar: una política indígena centrada en el reparto de tierras y

subsidios. Aunque, debe reconocerse, que eso constituyó un enorme

avance respecto de lo que había ocurrido en los años previos de dictadura

militar en el país, tiempos en que ni siquiera existía una institucionalidad

especial o leyes que se hicieran cargo del tema indígena. También, muchos

de los avances en cuanto a reconocer los derechos de estos pueblos

nativos (incluidos los lingüísticos), se gestaron – aunque de modo

insuficiente – durante los 20 años en que la “Concertación” (la aludida

colación de centro izquierda) gobernó democráticamente Chile.

Page 209: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

208

VI.II.2.2. La visión de las élites intelectuales mapuches

En nuestra primera aproximación al tema, el estudio que

actualmente exponemos, y los distintos cursos y capacitaciones que hemos

realizado a Comisiones Lingüísticas Mapuches en Santiago (situaciones en

que nos ha correspondido interactuar con dirigentes de agrupaciones

mapuches), hemos constatando que no siempre el discurso que tienen las

elites intelectuales coincide con el discurso que los mapuches comunes y

corrientes (hablantes y no hablantes del mapudungún) tienen respecto de

su lengua nativa. Es más, a veces, como resulta ser en el caso de la

excesiva importancia que se le da al problema de la expresión gráfica de la

lengua, emergen diferencias abismantes.

Para efectos de la descripción de su discurso, consideraremos elites

intelectuales mapuches tanto a aquellos que han alcanzado niveles de

instrucción en universidades o se dedican, como dirigentes de

organizaciones urbanas, a tratar el tema.

Page 210: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

209

VI.II.2.2.1. La expresión escrita y su necesidad

Nuestra experiencia participando en organizaciones indígenas

dedicadas a la lengua, en sus eventos y reuniones periódicas, además de

la revisión de la producción escrita respecto del mapudungún desde la

intelectualidad mapuche, pone en evidencia que uno de los tópicos más

recurrentes en su discurso ha sido y es cómo dar el paso de la oralidad a

la escritura (CONADI, 2005) y dotar de un grafemario unificado a la lengua

(Zalpikan, no. 6, junio 2010). La anarquía encontrada en la producción

escrita de los sujetos que encuestamos muestra la total irrelevancia de las

discusiones en torno al tema generadas por las elites, juicio que no es una

negación de la necesidad de estandarizar la expresión escrita de una

lengua originariamente ágrafa, sino que busca ser un llamado de atención

a esta intelectualidad mapuche a no estancarse en aspectos de

planificación de corpus (solo enfatizar la estandarización e

intelectualización de la lengua) que no son los que resultan más relevantes

para la situación actual de esta lengua: como se ha venido demostrando

en el desarrollo del estudio, su problema antes que lingüístico, es social y

cultural.

En el discurso de Painemal (2007), uno de los lingüistas de origen

mapuche con más impacto en la esfera de las políticas lingüísticas, se

Page 211: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

210

evidencia que esta preocupación por la escritura trasunta una idea matriz:

contar con un alfabeto es lo que falta para entrar a las “grandes ligas” de

las lenguas, de las “verdaderas” lenguas, con un marcado sesgo

evolucionista tras de sí: “Un evento importante para la cultura mapuche es

la oficialización de un alfabeto o también llamado grafemario” (Painemal,

2007: 6), señala. En sus palabras se describe el derrotero que ha seguido

el problema, al emerger distintas propuestas, con argumentos propios para

imponerse como la más adecuada:

Las que lograron imponerse fueron; en el ámbito académico la

propuesta llamada “alfabeto Unificado”, y la alternativa que promueven

las organizaciones mapuches, defendida y promovida por el hecho de ser

propuesta por un mapuche es el “alfabeto Raguileo” con sus

argumentaciones que analizaremos en algún otro documento. Y por otro

lado las organizaciones sociales mapuche (sic) solicitaron a CONADI

lograr consenso en una propuesta oficializada que es conocida como

grafemario “Azümchefe”, realizada el año 2002, y que están refrendadas

en Resolución Exenta Nº 1092 del 22 de octubre de 2003, y el Acta del 17

de octubre de 2003, que es la que actualmente promueve la entidad

estatal (Ibid.: 5).

Page 212: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

211

VI.II.2.2.2. El rol de la escuela y la EIB

Otro fenómeno que es destacado en el discurso de la

intelectualidad mapuche sobre su lengua corresponde al rol que ha

jugado la educación, y la escuela como su manifestación física y social,

en el pasado, presente y futuro de la lengua nativa.

Hay coincidencia entre estos actores que la situación del

mapudungún se define como de un desplazamiento lingüístico

acelerado a favor del castellano, el que se ha impuesto como lengua

dominadora, al ser la lengua de prestigio social. En tal desplazamiento

se identifica a la escuela como uno de los sus principales causantes,

entre otras razones, al haber inculcado “actitudes de rechazo” hacia

las lenguas indígenas:

El aumento de la presencia de establecimientos educacionales

básicos en las comunidades y localidades indígenas probablemente ha

incrementado la tasa de pérdida neta de la lealtad a la lengua entre las

nuevas generaciones indígenas… (Lefián et al., 2006: 23).

Elisa Loncón, otra lingüista mapuche, identifica a la escuela como

un instrumento del Estado chileno para menguar la resistencia mapuche:

Page 213: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

212

… la pérdida de las lenguas no ha sido un acto voluntario de los

pueblos, sino surgido por la imposición del castellano en la escuela y la

prohibición ejercida por los profesores de entonces a hablar la lengua

indígena (Zalpikan, no. 6, junio 2006).

Sin embargo, hay coincidencia en estos discursos (CONADI 2005,

Lefián et al. 2006) en algo aparentemente contradictorio: a la vez que se

reconoce a la escuela como uno de los factores destructores de los

circuitos tradicionales de producción y reproducción de la lengua, se le

reconoce también como una de las principales herramientas para

recuperarlos y dar vitalidad a la lengua mapuche. Aspecto que se vio

reflejado tanto en los resultados de la encuesta aplicada como en las

entrevistas realizadas a los mapuches urbanos, más adelante analizadas

(Cf. VI.II.2.3). Lo plantea así M. Painemal:

… si pensamos ahora en la fuerte disminución de esta

competencia, dado la no existencia de programas de enseñanza de lenguas

indígenas en las escuelas públicas como privadas, y los diversos factores

socio culturales que impiden la promoción y revitalización de las lenguas,

el panorama es realmente grave, y que los esfuerzos de las Academias

como de los aportes del Estado deberían aumentar para evitar la pérdida

de más lenguas (CONADI 2005: 26).

Page 214: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

213

Esta misma doble representación de la escuela como enemigo y

agencia de rescate la encontramos en la visión de J. Calfuqeo, otro

intelectual mapuche:

Consciente de esta situación y en el marco del proceso de

reafirmación étnica (reetnificación), padres de familia y organizaciones

indígenas demandan apoyo para revitalizar sus lenguas ancestrales, y han

puesto sus esperanza en la educación intercultural bilingüe (EIB), como

una nueva opción de una educación de endoculturación… En algunos

casos la dirigencia indígena considera que debe ser la escuela –sindicada

como la responsable de la pérdida cultural y lingüística- la responsable de

la recuperación de la lengua … (Ibid.: 66 - 67).

El avance de la cobertura escolar, sumado a otros factores (aspecto

coincidente con el discurso que llamaremos “nativo”, esto es, de los

mapuches urbanos comunes y corrientes), como la creciente pérdida del

rol central que jugaba la mujer en la transmisión de la lengua en la

familia, trae como consecuencia la pérdida de los circuitos tradicionales de

reproducción de la lengua: ni la familia ni la comunidad la enseñan, y la

escuela aún no suple tal rol. De aquí se deriva que la casi totalidad de los

programas que CONADI implementa para revitalizar la lengua mapuche

tengan que ver con su enseñanza a las nuevas generaciones y que el

discurso de las elites giren en torno a este tópico, dejando de lado la

reflexión e intervención en torno a la llamada planificación de estatus de

Page 215: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

214

su lengua nativa (es decir, su promoción y legitimación social). En la

misma línea temática encontramos el planteamiento de Loncón (Zalpikan,

no. 2, noviembre de 2009), señalando que a partir de este diagnóstico

emerge clara la solución: multiplicar cursos de lengua, formar educadores

de lengua, dotar de más herramientas para la instrucción y aumentar la

oferta de enseñanza de lengua. En otras palabras, se insiste en poner al

centro del debate el tema de la enseñanza de la lengua. De hecho, es una

de las cosas que se destaca del convenio 169 y de otros cuerpos legales

que han aparecido recientemente sobre el tema. Pareciera ser que cuando

se habla de “derechos lingüísticos” no se llega más allá de esto. Nadie

puede dudar que sea un tema trascendente y estratégico. Sin embargo, en

el marco de un grupo de discusión que realizamos en 2010 con 30

alumnos (de entre 15 y 18 años) de origen mapuche del Liceo Erasmo

Escala, en la población La Faena de Peñalolén (población deprivada

socioeconómicamente de la zona oriente de la capital), además de quedar

claro que lo único que vinculaba a estos adolescentes, fieles

representantes de la masa indígena urbana joven, con su condición de

mapuche era la beca indígena (beneficio económico por tal calidad), se

evidenció que uno de los problemas existentes para que se interesaran en

seguir un taller de lengua mapuche era que les implicaba parte de la

jornada que era para descansar. Es decir, era muy difícil el éxito de una

iniciativa como esa (y la baja asistencia a las sesiones del “taller” de

mapudungún así lo atestiguaba) porque no estaba incorporada en el

Page 216: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

215

currículum. Máxime en una jornada escolar completa donde esos

contenidos no son considerados como relevantes. Esta situación concreta

pone de manifiesto algo que creemos es relevante: que el tema central

respecto de la recuperación de la lengua no se puede circunscribir

solamente al número de talleres, de profesores o de metodologías de

enseñanza, sino que debe abrirse también a incluir la necesidad de

espacios, políticos y sociales, para que los primeros puedan adquirir

sentido para los mapuches urbanos.

Page 217: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

216

VI.II.2.2.3. La imagen idealizada del “sur”

A su vez, en estos discursos de las “elites” se reconoce la variable

generacional y socioespacial que define la vitalidad y competencia del

mapudungún: mayor vitalidad y lealtad en los ancianos y menor en los

jóvenes; de la misma manera ocurre con el eje “campo”/ grandes centros

urbanos, aspecto coincidente con nuestro planteamiento previo (Lagos

2004, 2006). No obstante esto, Paínequeo (CONADI, 2005) intenta mostrar

que la situación en el sur del país (zona tradicionalmente mapuche) no

parece del todo propicia para la lengua, como se pensaría, sobre todo en lo

que se refiere a la enseñanza de ella en las escuelas. Reseñando, a partir

de las experiencias de diversos profesores mapuches, la oposición de

muchos establecimientos a la enseñanza, y la permanencia de la

percepción de que el aprendizaje de la lengua nativa constituye un factor

de retraso. Incluso entre los mismos mapuches, que no ven una real

utilidad a aprender su lengua, toda vez que en la sociedad mayor no les va

a reportar ninguna ventaja comparativa. Parafrasea a un profesor

mapuche de Nueva Imperial (IX Región, en el sur del país, zona tradicional

mapuche), quien señalaba que:

… Vi los alumnos poco entusiasmados. No era novedad, porque la

realidad de adentro y fuera era la misma cosa. Como queriendo decir,

¿para qué vamos a aprender mapudungún? ¿De qué me sirve, cuando

Page 218: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

217

afuera voy a hablar puro castellano? ¿Cuándo ande con mi polola (novia),

si es chiñura (mujer no mapuche, del castellano ‘señora’), no le voy a

hablar en mapuche? (CONADI, 2005: 15. Los paréntesis son nuestros).

Esta situación muestra el carácter de construcción de la imagen que

proyectan los mapuches urbanos de Santiago de Chile respecto del sur del

país – presente en las encuestas aplicadas y en las entrevistas realizadas -

como una región más “pura”, de preservación de las formas originarias,

para la lengua y cultura, aspecto más adelante es reafirmado en el

discurso de los hablantes nativos. A esto se agrega, la experiencia de otro

profesor de la zona, quien señalaba que “… en todas las escuelas que he

trabajado, los niños me preguntan ¿para qué vamos a aprender

mapudungún? Si esto ya es para abuelitos, nosotros no somos abuelitos,

somos niños” (Loc. Cit.). Inclusive, la actitud extremadamente positiva que

hemos encontrado, tanto en nuestra primera aproximación (Lagos 2004,

2006) como en la que presentamos aquí, hacia la enseñanza de la lengua a

los hijos, aparece en un sentido inverso en ese sur idealizado como espacio

simbólico de permanencia de la comunidad originaria. Así lo señala un

padre a un profesor:

Profesor, usted muy profesor será, pero nosotros queremos que

nuestros hijos se civilicen, necesitamos civilización para nuestros

chiquillos. No queremos que les estén enseñando el mapudungún, eso

Page 219: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

218

significa volver, retroceder ¡Cómo le va a estar hablando, enseñando

mapudungún a los niños! (Ibid.: 16).

VI.II.2.2.4. Las claves para la revitalización de la lengua

Este discurso nativo que aparece en el medio rural y urbano, más allá

de las representaciones idealizadas que realizan los hablantes/no

hablantes e intelectuales mapuches, va a contrastar con otra de las

representaciones expuestas en estos discursos: la idea de que la lengua

encierra aspectos esenciales del “ser mapuche”, a tal punto que su pérdida

llevaría a (CONADI, 2005; Zalpikan, no. 6, junio 2010):

- Un “subdesarrollo cultural”.

- Pérdida en la autoestima.

- Pérdida del respeto a sí mismo.

- Pérdida de cohesión social.

Otro aspecto relevante del discurso de las elites sobre la lengua

corresponde a las coordenadas en torno a las cuales definen, ya sea el

problema de la vitalidad de la lengua así como su solución. Tales ejes

emergieron en el reciente “Primer Congreso de lenguas indígenas”,

iniciativa que organizó la RED de derechos lingüísticos indígenas en Chile,

Page 220: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

219

realizada el mes de julio de 2010 en la Universidad de Santiago de Chile,

en la capital. En tal encuentro se dieron cita diversos representantes de

todas las lenguas aborígenes que existen y han existido en Chile,

incluyendo algunos invitados de comunidades quechua y náhuatl, entre

otras. El encuentro fue un espacio privilegiado para conocer los discursos

que generan las elites respecto de sus lenguas. Tales coordenadas se

resumen en el siguiente esquema que hemos elaborado (Lagos, Beroiza y

Slaughter, 2009):

Figura 10:

Ejes conceptuales que definen la revitalización lingüística

Revitalización lingüística Cuantitativa

ética

Volitiva

Individual

Universal

Judicial

Racionalidad distinta

“… lenguas hacen de los seres humanos, seres sociables, creadores, y sostenedores de un progreso continuo y sostenido hacia lo que se conoce como

civilización en términos amplios.”

Page 221: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

220

En la figura 10 se identifican los distintos ejes conceptuales que definen

la expectativa de estas elites intelectuales en torno a la recuperación de la

vitalidad de su lengua nativa:

a) Se conceptualiza el tema desde una perspectiva cuantitativa: “la

vitalidad de las lenguas depende del aumento del número de

hablantes” (Zalpikan, no. 6, junio de 2010).

b) Además, su solución (vía el aprendizaje de las lenguas) se sitúa en el

ámbito de la volición, lo ético y lo aleja de la perspectiva y

tratamiento social: “… es una decisión y deber individual” (Zalpikan,

no. 6, junio de 2010). Este carácter ético del llamado a los mapuches

urbanos a recuperar su lengua es lo que contrasta con la visión

oficial que apuesta a la libre elección del mapuche en cuanto a

definir su rol en la sociedad: integrarse o seguir anclado en su

condición, la que iguala a pobreza.

c) El carácter individual de la recuperación y su motivación se

retroalimenta con asociarse a la racionalidad con arreglo a fines

propio del mundo occidental. Esto, a juicio de algunos de los

asistentes al congreso, porque conocer sus lenguas nativas “… les

proporciona horizontes culturales más amplios, mayor capacidad

comunicativa y agilidad mental, entre otras ventajas”. Vemos así que

hay una legitimización externa – dependiente del criterio de “costo

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221

efectividad” – para la decisión de ser o no bilingües. (MapuExpress,

16 de julio 2010).

d) Elisa Loncón, una de las principales gestoras del encuentro, defiende

la recuperación de la lengua afirmando que es un “derecho humano

fundamental” (Zalpikan, no. 2, noviembre 2009), con lo plantea la

posibilidad de observar el tema desde una perspectiva universal,

ética, judicial, pero recurriendo a una legitimidad ajena (una especie

de ad mapu – palabra para referir al ordenamiento tradicional, las

tradiciones - de otra racionalidad). Hay aquí, al parecer, una

contradicción entre un discurso “particularista” (que rescata la

necesidad de reconocerse desde su carácter único y original,

transversal a todo discurso indigenista) y este enfoque “universalista”

de la reivindicación lingüística mapuche. Lo mismo apreciamos en el

discurso de Painemal:

La existencia de criterios unificadores que sostienen que la

humanidad es una sola y los destinos del ser humano están cada vez

mas entrelazado entre sus diversos pueblos (sic), crean una red de

interdependencias cada vez más indisolubles. Aparte de las

consideraciones valóricas, de si es bueno o malo lo que está ocurriendo

en el mundo humano, también existe en este proceso una consideración,-

que grafica el método dialéctico- que todo proceso lleva en si mismo su

propia contradicción, es decir, al movimiento de unificación o

universalización de la civilización, se produce también una contra

Page 223: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

222

corriente en la que las diferencias y singularidades culturales, y también

las lingüísticas se manifiestan con fuerza y sacuden al mundo con

resistencias a la globalización. Este fenómeno, que consideramos como el

resultado de la crisis hegemónica, no es simplemente una resistencia al

modelo socio-político imperante, es más bien una expresión de

conservación de la identidad, una especie de reacción innata a la

conservación y preservación de la singularidad, un instinto de

conservación de la especie (Painemal, 2007: 2).

Así, observamos un discurso que pugna entre una visión más

particularista y ética – colectiva de la reivindicación de la lengua a otro

que se construye desde las coordenadas propias de la racionalidad

occidental ajena: individualista, volitiva y justificado desde el

universalismo y el derecho.

Page 224: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

223

VI.II.2.3. La representación de los hablantes

Si nos guiáramos por el universo conceptual en torno a la relación

entre lengua y cultura propuesto por Salas (1985) para el mapudungún,

que señalaba que ‘hablar en mapuche es vivir en mapuche’, la mayor parte

de nuestros encuestados y entrevistados habrían dejado de ser

socioculturalmente mapuches, al castellanizarse en la ciudad y asumir

modos de vida que se asimilan al resto de la población chilena (Wittig,

2009). Lo mismo ocurre si consideramos las nefastas consecuencias que, a

nivel individual, identificaban algunos intelectuales mapuches fruto de la

pérdida de la lengua nativa (Cf. VI.II.2.2.4) Sin embargo, los discursos

nativos que recogimos nos muestran algo distinto: sujetos que están

estructurando su identidad mapuche urbana desde otras coordenadas,

donde si bien la lengua no es un elemento actualizado como instrumento

para la comunicación efectiva, sí está presente como una herramienta

simbólica para construir un horizonte de sentido respecto de lo que es ser

“mapuche” en la ciudad, hoy. No hablar mapudungún, por tanto, no los

excluye de su condición étnica. Aunque, vale la pena un breve comentario

a este respecto: lo anterior, el carácter no excluyente de la carencia de

competencia en mapudungún para “ser mapuche”, tiene una validez

general, sobre todo para su relación como mapuches con la sociedad

chilena. Sin embargo, como veremos más adelante (cf. VI.II.2.3.2), ser

Page 225: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

224

capaz de hablar su lengua nativa o hablarla mejor que otros es algo que

sí tiene importancia al momento de definirse dentro de las propias

comunidades mapuches urbanas, como “mejor” o “más” mapuche que

otros (Cf. VI.II.2.3.2).

La columna vertebral de los discursos nativos de los mapuches

urbanos sobre su lengua se estructura a partir de:

• Los ejes relativos a las razones de la pérdida de la vitalidad del

mapudungún (elemento clave al momento de pensar en intervenir sobre

la situación, desde el punto de vista de la planificación lingüística).

• La solución que ellos vislumbran para la situación de desplazamiento

funcional de su lengua en la ciudad.

• Finalmente, las representaciones sociales que han generado en torno a

su lengua nativa.

Page 226: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

225

VI.II.2.3.1. Las representaciones sociales sobre la lengua

Los mapuches urbanos han generado una serie de representaciones

sociales en torno a su lengua, en las que, a pesar de que su nivel de

competencia sea nulo o muy bajo (tal como lo hemos mostrado en la fase

cuantitativa de este estudio), el mapudungún sigue jugando un rol central

en su identidad como comunidad, razón por la cual hablar sobre su lengua

es también hablar sobre su condición de mapuches urbanos, un nuevo

mapuche que tal vez no tenga la apariencia externa de uno tradicional (ni

en sus rasgos físicos ni en su vestimenta), pero que manifiesta su

resistencia hacia los procesos de creciente des - etnificación (aludidos en el

análisis del discurso oficial) a través de la valoración y rescate de su

lengua.

“Mapuche” significa ‘gente de la tierra’, tierra que se perdió al momento

de migrar a la ciudad y convertirse en obreros, productores de materia

prima o trabajadores de casas (aseo, jardinería, cocina, etc.). Esta

situación, sumada al resurgimiento de la valoración de su condición

étnica, ha generado la necesidad de recurrir a diversos aspectos simbólicos

desde los cuales generar su identidad. En tal sentido, resulta interesante

constatar como sigue apareciendo en sus relatos la tierra como un

elemento nuclear en el discurso de la identidad, aunque sea urbana (lo

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226

que contradice la tesis desetnificadora del tema mapuche del discurso

oficial), señalando: “… nosotros creemos en la madre tierra y por eso

nosotros sin tierra no somos nada, por eso mismo se justifica la

reivindicación mapuche …” (M.P.) (Para guardar la confidencialidad del de

la fuente, sólo se entregan las iniciales de los entrevistados). Algo similar

plantea otro nativo, cuando señala que

… para mí ser mapuche es, es adorar la tierra, porque yo adoro la

tierra; mi lugarcito lo tengo lleno de vida … yo digo vida porque son mis

plantas, hasta los gusanos que les entierro las hojitas y se las comen …

eso para mí es ser mapuche, tener un lugarcito donde hay vida, en donde

yo tiro el agua y sale ese olorcito húmedo, eso es ser mapuche (L.L.)

Otro recurso simbólico que emerge es la sangre mapuche, un elemento

no visible, pero que define profundamente su condición, aún cuando no

haya lengua, incluso apellido. Así se desprende de la opinión de una mujer

mapuche:

… todo tiene una mezcla, aunque sea un gramo de sangre, ya es

mezcla, porque muchas veces no tenemos el apellido, pero la sangre es la

que vale, lo que está dentro…porque mucho … ‘yo me llamo González

González, González Pérez, pero la sangre, puede ser hijo de mapuche que

fue reconocido por otra persona y empieza a hacer averiguaciones….

(V.G.).

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227

El tópico de la sangre puede llegar incluso a reemplazar a la lengua,

como aparece en palabras de esta mujer, cuando se le pregunta por si, a

pesar de que su hija no habla mapuche, de todas maneras podría ser

considerada como tal, a lo que responde: “Igual va a ser mapuche … Por la

sangre, como dice mi mami” (F.H.) Eso permite que reconozca a su hijos

como tales, aunque no hablen la lengua ni lleven las vestimentas típicas.

Precisamente, otro aspecto generador de identidad lo encuentran en la

vestimenta. La misma nativa anterior señala que se siente participando

más de la cultura mapuche cuando “… me pongo chamal … Cuando voy al

campo y pal 12 de octubre me lo pongo aquí” (F.H.). Y, más adelante,

suma a la lengua como elemento identificatorio, al relatar la importancia

de mantener la lengua para mantener la cultura: “… así sería mapuche y

hablaría su idioma, y si tiene su ropa, mejor” (M.P.). De hecho, cuando a

otra mujer mapuche se le pregunta sobre cómo hacer para mantener su

cultura, señala: “… poniéndoles chamales a las chiquillas para que se

sientan mapuches, ponerle trarilonko, y a los hombres igual manta, que

tengan su cintillo, su moño, todas esas cosas, que toquen instrumento”

(F.H.).

Finalmente, es la lengua el elemento nuclear reconocido por los

mapuches urbanos para reconocerse a sí mismos y ante sus pares como

representante fiel de su comunidad originaria. Aparece la lengua en este

rol:

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228

… si uno no prefiere hablar en mapuche yo creo que ya no nos

sentiríamos mapuches ... los mapuches estamos en todas partes … y si no

lo habláramos, o sea, uno ve siquiera con la vestimenta se siente

hermano … y con mayor razón si hablamos la lengua (L.M.).

La experiencia de una entrevistada en un grupo de mujeres mapuches

en la comuna de La Pintana reafirma esta percepción:

… porque allá en la ruka cuando hablo en español no más … dicen las

tradiciones y yo no me siento en ese lugar … cuando hablan en mapuche

yo me siento como que estoy en una reunión de mapuches y siento que si

no se habla no es igual (F.J.).

Es en su participación en el espacio donde la lengua refuerza su rol

identitario, acicate para conocerla, por tanto, en palabras de otro nativo:

… los nguillatunes, que son la ceremonia religiosa más importante …

todo se habla en ese idioma, tú te comunicas con las fuerzas que hay en

el mundo con ese idioma … entonces es algo súper importante, si tú

quieres pedirle … a Ngenechén, que es el dios, y tú no se lo puedes hacer

en español …. Tienes que hablarlo en el idioma nuestro … (M.P.).

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229

En el contexto ritual, entonces, la carencia de la lengua emerge como

algo que trasciende lo comunicativo, según se infiere de los discursos

registrados:

… siento que cuando estoy ahí me falta algo … cuando la machi habla en

mapudungún, y la gente empieza a hablar en mapudungún, y tú no entiendes lo

que te están pidiendo, no entiendes lo que te están hablando, entonces yo siento

que algo me falta, como para poder ser lo que soy… (M.R.).

Las propiedades de la lengua en su función identitaria van más allá:

“… todo se hace en ese idioma, en el fondo tú te puedes comunicar con la

tierra, con las fuerzas, con el aire, con todo … pedirle al agua … y si no …

como que igual no tiene … mucha validez…” (M.P.).

Así, aparece la lengua como un elemento conformador de la

identidad mapuche, sumándose como recurso simbólico a otros

elementos, como la tierra, la sangre o las vestimentas, pero con un

carácter fundamental.

Además, el mapudungún, y su recuperación por parte de los

mapuches urbanos, es concebido como la posibilidad de volver a

comunicarse con su comunidad origen, el “sur”; ese ‘sur’ construido

simbólicamente como un espacio de preservación de lo mapuche en sus

manifestaciones más originales y ‘puras’ (lo que también se constató en las

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230

respuestas a la encuesta antes presentada). Así se evidencia en el discurso

de esta mujer:

… para mi papá es rememorar todo lo que fue su infancia, porque, en el

fondo, a él le enseñó a hablar su abuelo, y él habla mapudungún con la gente

cuando está en el sur, o sea, para él es hacer un retroceso en la vida y llegar a

lo que fue su infancia … (C.S.).

También este espacio simbólico original se recuerda y construye como

espacio de su socialización como mapuche, en otras palabras, un lugar

donde se aprende a ser mapuche:

… en esos viajes que nos hacían al sur, en el que compartíamos con mi

abuela, nos empapábamos de todo eso, de esas vivencias del sur, las

costumbres de la tortilla, del mudai, del catuto, del estar comiendo todas esas

comidas típicas del mapuche, fue algo demasiado natural… (M.P.).

Además, el “sur” aparece como un espacio de reproducción de la

lengua, un lugar donde inclusive siempre se puede volver a aprender:

… (allí) el que no sabe hablar bien, uno le dice, no po’, y volví’

para atrás, así se dice, ah, ya, dice uno ….. cuando estamos ahí es

como que nosotros volvimos a ser mapuches y como que estamos allá

en la tierra natal … (F.H.).

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231

De hecho, otro entrevistado describe como, ya pasados varios años aquí

en Santiago, experimenta una sensación de extrañamiento al enfrentarse a

esa comunidad originaria:

… mi vida no se ha basado, si bien yo he ido para el sur, cuando era

chica po’, cuando uno viaja con los papás y todo, pero después ya mi

destino no siguió …. Es parte mi papá y mi mamá de esa comunidad, yo

no me siento parte, porque en el fondo nunca he convivido nada más que

cuando era chica allá po’, yo llegar allá me siento como una extraña po’

(C.V.).

Podemos resumir este rol de la lengua en el siguiente esquema de la

figura 11:

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232

Figura 11:

Rol sociocultural del mapudungún en los mapuches urbanos

En el esquema se nos muestra al nuevo mapuche urbano (el que

perdió el contacto con el sur originario). Nacido en la ciudad y educado en

las matrices culturales propias del mundo occidental (de hecho, son los

estudiantes de educación superior de origen mapuche los que con más

fuerza reflejan esta situación), es capaz de revertir los procesos de des -

etnificación hacia los cuales fuerza la dinámica societal actual (integrarse

plenamente), a través de descubrir y reconstruir su origen, su calidad de

indígena mapuche. Y en esa tarea de reconstrucción, habiéndose perdido

Page 234: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

233

la tierra, son otros los elementos, como hemos visto, que comienzan a ser

utilizados: está el recurso al apellido (aunque no siempre está, como es el

caso del informante citado, cuyo apellido es González González), a la

sangre, a los sueños o peumas (en donde algún pariente les informa sobre

su origen), o, finalmente, a su lengua. Así, aprender mapudungún emerge

como una, entre otras, forma de resistencia frente a las condicionantes

que le impone la sociedad chilena (con una tendencia fuerte a la búsqueda

de la homogeneización social). Y es este sincretismo entre inquietud

lingüística, cultural y política, el que asegura, por lo menos en una escala

temporal amplia, la superveniencia de la lengua mapuche, aunque en la

actualidad la competencia declarada y efectiva sea tan baja como la

mostrada. Vemos así, que es el plano de las representaciones sociales el

que permite que la lengua sea revalorizada por las nuevas generaciones,

asegurando su continuidad (por el momento).

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234

VI.II.2.3.2. Las causas de la pérdida de la vitalidad

Las razones de la situación de desplazamiento funcional del

mapudungún están nítidamente expresadas en la representación social de

los mapuches urbanos. Dicha representación se esquemátiza en la figura

12:

Figura 12:

Factores incidentes en la pérdida de vitalidad del mapudungún

De acuerdo a esta configuración esquemática, todos los relatos sobre

la pérdida de la vitalidad del mapudungún apuntan a la convergencia de

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235

múltiples factores en torno a un fenómeno central y articulador: la pérdida

y ruptura de los circuitos tradicionales de producción y reproducción de la

lengua mapuche. Este fenómeno se habría provocado en virtud de tres

determinantes:

• La pérdida de la comunidad y, con ello, de redes sociales efectivas en

las que la lengua se produzca y reproduzca

• La pérdida de la familia como espacio para aquella función

• La pérdida del control cultural sobre la lengua como bien simbólico.

La pérdida de la familia como espacio de reproducción de la lengua

puede ser reflejado en un caso que resulta paradigmático: ella, una machi

(personaje central de la vida ritual y espiritual de la cosmovisión

mapuche), y su marido eran monolingües en mapudungún desde su

comunidad de origen. Llegan a Santiago, mantienen la lengua entre

ambos, sin embargo ninguno de sus hijos la habla, debido a que la familia

– su familia - deja de ser espacio de reproducción:

… conversábamos porque igual era indígena el finado de mi marido,

porque falleció después, falleció aquí. Y hablábamos los dos, menos los

hijos, no saben, porque los hijos no, no saben hablar el idioma como hablo

yo, porque ellos nacieron aquí también, los demás (que) traje de allá

chicos, tampoco (hablan), olvidaron … ahora hablan puro chilenazo

(castellano) … cuando nacen aquí no saben hablar. Igual sabían hablar y

perdieron todo (V.G., paréntesis nuestros).

Page 237: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

236

Los factores que han llevado a esto son estructurales y

microestructurales. En el primer tipo encontramos a la experiencia de

discriminación que se ha sufrido y se sufre en la ciudad. El circuito de

reproducción – en la familia y en la comunidad - se vio truncado por la

discriminación o la expectativa de ella en la ciudad. Para los mapuches

nacidos en el sur del país, la lengua mapuche era el código que tenía

presencia en las interacciones en su familia, pero que siempre estaba

truncado por la expectativa de la discriminación:

Sí, mi mama (hablaba en lengua mapuche) más sí, mi papá no mucho,

porque decía que nosotros no teníamos que hablar mucho mapuche,

porque decía que los huincas nos iban a marginar, nos iban a tratar mal

(F.H.).

La escuela, para aquellos nacidos en el sur constituyó un espacio de

discriminación por excelencia, emergiendo como el principal obstáculo

para la reproducción de la lengua, teniendo en cuenta la experiencia de los

hermanos de la anterior entrevistada, quienes “… después empezaron a

estar en el colegio y los trataban mal, entonces ellos no querían saber

nada con la cultura después po’.” (F.H.). Lo afirma también otra

entrevistada:

… viera lo que sufrí cuando llegué acá … lo que hablaban acá no

entendía … (en el colegio) tampoco entendíamos, porque como hablaban

Page 238: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

237

puro mapuche en la casa … y en el colegio hablaban español no más, no

entendía (F.J.).

Para F.H., que también proviene del sur, su casa era cuando era niña

era un espacio en el que se reproducía la lengua en el cotidiano. Pero la

experiencia del colegio comenzó a cambiar un tanto el panorama: “…

después cuando empezamos el colegio, dice mi mami que se habló más el

puro español… (F.H.).

Otro entrevistado nos entrega la imagen de la escuela rompiendo los

circuitos de reproducción de la lengua:

… viera lo que sufrí cuando llegué acá … lo que hablaban acá no

entendía … (en el colegio) tampoco entendíamos, porque como hablaban

puro mapuche en la casa … y en el colegio hablaban español no más, no

entendía (M.M.).

O la experiencia de este otro nativo, demostrando cómo el colegio, para

los que nacieron en el sur, fue un obstáculo:

Mi papá aprendió mapuche primero que español, después cuando

entró en al colegio tuvo que aprender español … y le costaba, porque no

entendía …. mi papá tenía que aprender primero español y luego los

contenidos (M.R.).

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238

Esta discriminación era con todo aspecto representativo de su cultura:

… mi mamá dice que todos teníamos un chamal, puro chamal, y

después cuando íbamos a la escuela, teníamos que sacarnos el chamal

para ir a la escuela, no nos admitían ir con chamal tampoco po’ …

teníamos que usar otra ropa, vestidos, no sé, pantalones teníamos que

ponernos después para ir a la escuela (F.H.).

Otra mujer, integrante de una primera generación de llegados a

Santiago, confirma lo anterior, al rememorar que:

… ellos (sus padres) eran felices de ser mapuches. No, si antes la

gente se sentía mejor, pero ahora no. Ahora los mapuches ya no se

sienten bien, no quieren ser mapuches. Por ejemplo, mis sobrinos se

quejan de que no quieren (M.M.).

Una mujer, representativa de una segunda generación de llegados a la

capital, demuestra que el papel negativo de la discriminación continúa, al

punto de considerar una ‘desventaja’ el saber la lengua: “… la

discriminación no más po’, claro, porque si uno habla, uno ya es la india”

(D.H.).

Sin embargo, la percepción de la experiencia de la discriminación – y su

impacto en la lengua – no es percibida de igual modo por todos los

mapuches urbanos, dependiendo de factores tales como el nivel

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239

educacional alcanzado o la generación a la que se pertenece. Es el caso de

una mujer, perteneciente a una segunda generación de llegados a la

capital, para quien su experiencia en el colegio nos habla que el tema de la

discriminación por ser mapuche ya no es algo tan marcado como en la

primera generación de llegados a Santiago. Al menos, lo ve como algo

menos dependiente exclusivamente de su condición de mapuche. Y parece

ser que la revalorización de la lengua tenga que ver con esto:

… mi mamá siempre nos dio como esa fortaleza, y esa como, no

sé po’… el ser como bien parada, de que tú nunca te tienes que poner

en menos que el otro … yo no soy tan morena, pero en otros casos,

porque llega alguien que es más blanco que tú, te vas a estar humillando,

entonces, como que yo nunca he dado pié, ni instancia para que alguien,

que alguien pueda venir a discriminarme … (M.P.).

Aunque, más adelante, señala que en la micro historia – más allá de

los discursos actuales de tolerancia – el fenómeno, de todas maneras,

sigue estando presente:

… sigue existiendo acá en Santiago como en el sur …. Bueno, a los

niños en las escuelas, la típica discriminación de que tratan de tirar para

abajo, porque tú eres un poco más moreno, porque tu pelo es un poco

más oscuro o más parado …. bueno …. creen que eres como el perdedor,

el moreno, el mechas paradas, el que le sale todo mal… (R.A.).

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240

En otra mujer joven (perteneciente a una segunda generación de

llegados a la ciudad) la experiencia de la discriminación por su origen

étnico pasa a un segundo plano, no obstante seguir existiendo como dato

duro, pero hay una mayor capacidad de afrontarla, tal vez eso a la luz del

nuevo momento del tema indígena y del discurso de la inclusión y

diversidad:

… yo nunca me achiqué de ser mapuche po’, siempre recalqué que era

mapuche, y si alguien me decía india, era como que yo era prepotente en

realidad, porque aquí me dijeron que ser mapuche no es ser malo.

Entonces, cuando me insultaban, yo respondía po’. Pero para mí no fue así

como un rechazo, no me sentí como rechazada, ni en la escuela ni en

ninguna parte (D.H.).

Entonces, parece ser que no es que el fenómeno de la discriminación

hubiera desaparecido, sino que hay un cambio en su percepción desde el

ambiente interno (los propios mapuches) antes que una variación en el

medio externo (la sociedad chilena en general). Y queda claro en sus

palabras al relatar su experiencia: “… los huincas no entienden eso po’, es

como que ellos son los dueños de todo po’, así lo veo yo ahora. En el

colegio igual se notaba, porque ellos siempre quieren poner el pie encima”

(A.M.).

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241

Esta discriminación se encuentra muy asociada a la pérdida de redes

sociales, factor que extiende los problemas de reproducción de la lengua a

nivel de la comunidad, al impedirle tener espacios donde reproducir su

lengua, algo que no sucedía en la comunidad de origen – ya sea como

realidad o como construcción discursiva. La discriminación hace que

muchos mapuches urbanos se aíslen, pierdan contactos, ya sea con

huincas (chilenos) o con sus pares mapuches en la medida que van

perdiendo la lengua. Así lo describe un nativo: “Sí po’, si yo lo recupero

rápido [el mapudungún] y lo hablo también, una vez mi hermano me dijo:

‘oye, tú sabís bien hablar’ ‘Sí, po’, pero aquí no hablo, no hallo con quien

hablar” (H.M.).

Al momento de llegar a Santiago es la familia nuclear la que puede

cumplir ese rol de reproductor cultural. Sin embargo, en la medida que en

la ciudad se ven obligados a extender sus redes más allá del hogar, ahí es

donde se pierde tal función, tal como lo comenta otro entrevistado, quien

comenta que al llegar a Santiago, en los años 60’, el único espacio de

reproducción era la casa de familia que hablaba la lengua: “…, casi nada

(podía hablar mapuche), cuando yo salía acá, cuando iba a la casa de mi

hermano, ahí se hablaba, se podía hablar mapuche” (F.J).

La idea de que hacen falta espacios de uso, y que no basta con las

instancias de aprendizaje, se evidencia en sus palabras: “… mi mamá nos

llevó a los tres a hacer un curso de mapudungún … y yo aprendí lo

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242

básico, después de eso, pasaron los años y se me olvidó po, y si tú no

practicas una lengua se te olvida po” (M.P.).

A este respecto, cabe mencionar que la discriminación entre los propios

mapuches es de una magnitud que pasa desapercibida. Nuestra

experiencia de trabajo en 2008 y 2009 con agrupaciones mapuches

urbanas preocupadas de la revitalización del mapudungún (un Diploma de

estudios realizado a la Comisión Lingüística Metropolitana Mapuche y el

desarrollo en conjunto de una planificación para el desarrollo de una

proyectada Academia de la lengua mapuche) nos permitió constatar el

aislamiento en que quedaban aquellos que no dimanaban la lengua,

siendo relegados a roles y estatus marginales dentro de sus propios pares

al no poder interactuar en su lengua (o al menos conocer un nivel básico

de ella).

Lo anterior, a su vez, se asocia con una pérdida de las rutinas

tradicionales en las que sí era posible la reproducción de la lengua;

actividades, tiempos, distancias que no se prestaban a otra cosa que a

conversar con sus pares, tal como recuerda una entrevistada:

Sí y después también, porque yo tenía unas primas que íbamos a

buscar frutas al cerro, dihueñes, todas esas cosas y ahí hablamos todo el

camino, todo el cerro y nos veníamos conversando y a veces ellas sabían

más que mí, sí. Sí, entonces yo le enseñaba a ella o ella me enseñaba a mí,

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243

hablábamos fuerte, fuerte… antes de entrar al colegio era puro

mapudungún … dice mi mami (F.H.).

Otra actividad tradicional que se ve truncada por las dinámicas de

la vida actual en la ciudad, en donde el tiempo no abunda y la lógica

apunta a la maximización del tiempo, con largas jornadas laborales y

tiempos de viaje hacia y desde los trabajos, es el “tomar mate”,

instancia fundamental para el intercambio de experiencias y

circulación de la lengua. Sólo recuperado, en términos masivos, en el

seno de agrupaciones indígenas, pero no siempre en la familia.

Por otro lado, y en cierta medida como consecuencia de lo

anterior, la pérdida del control cultural que tienen los mapuches

sobre un bien cultural como su lengua. Al estar insertos en una

sociedad dominadora, sus prácticas no son capaces de reproducirse

de modo autónomo. Es así que los trámites no se hacen en su lengua

y los medios masivos de comunicación no son en mapuche; las

transacciones económicas tampoco lo son, etc.

En este punto se debe recalcar el rol que juegan las estructuras

de transición – organizaciones sociales mapuches de diversa índole –

en la recuperación de estas redes sociales (aspecto que en la

dimensión cuantitativa del estudio, ya desarrollada, y en nuestra

primera aproximación al tema (Lagos, 2006), ya había emergido). Lo

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244

señala una mujer, en cuanto a su participación en una agrupación

mapuche de mujeres en la comuna de La Pintana: “… claro, aquí casi

no trabajó, aquí en Santiago. Hasta que se integró con Taiñ Adkimun,

a la organización, ahí empezó a trabajar” (E.Ch.). Es en el marco de

esta agrupación que las mujeres reproducen actividades tan

tradicionales como el telar, instancia en la aprovechan de realizar

intercambios en lengua mapuche. Además, el hecho de participar en

agrupaciones les refuerza la importancia de rescatar su identidad

mapuche perdida e intentar aprender su lengua nativa. Lo mismo se

evidenciaba en nuestro primer estudio en el tema (Lagos 2004, 2006),

en donde los entrevistados identificaban la importancia del sindicato

de panaderos en tanto agencia de reproducción de la lengua:

Entonces, bueno, yo harán como unos 15 años que estoy hablando en

mapuche nuevamente, como costumbre, porque hablo mapuche en mi

casa, hablo mapuche aquí (en el sindicato), en las reuniones; me

encuentro con un mapuche ahí y hablo en mapuche (J. L.).

Después de allá me vine para acá. Aquí llegué a trabajar a una

panadería y me encontré con puros mapuches, que trabajaban en

panadería, y ahí también se hablaba un poco, porque, claro, los garabatos

mapuches andaban pa' allá y pa' acá (J. T.).

Y, finalmente, otro entrevistado agrega que:

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245

Sí, se usa bastante (el mapudungún). Sobre todo pa' travesear

(hacer travesuras) e así, pa' andar leseando adentro, se usan mucho las

palabras mapuche ... y ellos igual de repente sacan una palabra que ...

también ... es pa' puro reírse. .... los garabatos mapuches andaban pa'

allá y pa' acá. Pero nunca nadien dijo 'pucha, sabís qué, conversemos en

mapuche, hablemos en mapuche, la lengua nuestra (J. T.) (Paréntesis

son nuestros).

En un segundo término, entrando en la esfera de factores micro

estructurales, aunque ciertamente estrechamente relacionados con los

anteriores, encontramos asociada a esta falta de prestigio de ser mapuche

la carencia de funcionalidad de la lengua en la sociedad, lo que incide en

un estimulo para su aprendizaje y su enseñanza, tal como lo afirma otra

entrevistada: “… ¿a una persona común y corriente, de qué le sirve saber

mapudungún?, no le sirve de nada, si tú un idioma lo sabes y no lo

practicas, se pierde…” (D.H.). Por un lado es eso, y por otro lado está el

hecho de que el medio ambiente externo no lo hace necesario:

… aún cuando yo lo haya aprendido cuando chica, no sé po, si el

mundo me está pidiendo saber inglés, y no tengo con quien practicar el

idioma, porque no sé po, mi hermano no lo sabe, y … te casas y tu

marido no lo sabe… tus compañeros de trabajo tampoco lo saben…

(M.P.).

Page 247: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

246

Y agrega respecto de la condicionante del medio ambiente externo, al

decir, respecto de su actual intención de aprender mapuche: “… no es

como una prioridad que tenga ahora, quizás mi prioridad sería aprender

inglés, porque el medio te lo pide, el trabajo te lo pide…” (M.P.). Es decir,

es capaz de identificar que si no se avanza en la promoción social, no se

saca nada con centrarse en sofisticar las estrategias y espacios de

aprendizaje (que es la tendencia desde el discurso de la elite intelectual

mapuche).

De esta manera, la falta de contexto también fue un factor que cortó los

circuitos de transmisión tradicional en las familias. El hombre de segunda

generación de llegados al narrar por qué sus padres, sabiendo la lengua,

no se la enseñaron, señala que fue

… porque estábamos en Santiago, y en Santiago el mapuche igual es

una limitante, entonces mis papás tienen que saber hablar en sus

respectivos trabajos, no les sirve de nada el mapuche, y también yo creo

que sienten una especie de desvalorización por su propio lenguaje, porque

no es productivo, no es una lengua que te genere ingresos, o una lengua

con la cual tú puedas moverte en otros países … En Santiago … el español

es el lenguaje económicamente productivo (M.R.).

Otro aspecto microestructural, efecto de los de un nivel macro, es cómo

en la misma familia, aun existiendo hablantes competentes, no resulta

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247

posible que se utilice cotidianamente la lengua nativa con fines prácticos,

situación que ocurre en la comunicación entre las nuevas y antiguas

generaciones, constituyendo un motivo de desincentivo de uso para las

segundas y carencia de estimulo de aprendizaje para las primeras. Se

instaura así el bloqueo de la circulación de la lengua en su medio

ambiente natural por excelencia: la familia. Así lo señalan los

entrevistados:

… cuando mi mamá sabía hablaba harto, pero con el tiempo se le

ha ido olvidando, donde va perdiendo la práctica … Sí po’, lo van perdiendo

po’, hasta mi abuela po’, como nadie le entiende de los nietos (D.H.).

El hecho de que en la familia nuclear o extendida no todos sean

hablantes es un elemento más que hace que se vaya perdiendo su espacio

no solo de enseñanza, sino que de reproducción y de práctica, como lo

relatado con su madre o abuela:

… ya no quedan señora de la edad de ella casi po, algunas son más

jóvenes que ella, pero mi abuela ni sale po’, por su enfermedad, pero mi

abuela cuando trata de hablar, habla po’, igual pronuncia cosas, pero uno

no le entiende, y ahí uno tiene que estar preguntándole a la mamá lo que

dijo (D.H.).

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248

Se interrumpe así la reproducción en la ciudad al no haber espacios

de uso: O sea, Eso es un acicate para que también en la familia sea el

castellano la lengua franca y caiga en desuso el mapudungún, porque la

abuelita también habla castellano, lengua en la que “… se entiende más”

(D.H.) Existe entonces un efecto paradójico de que la baja competencia de

las nuevas generaciones hace que las antiguas aprendan castellano y

tengan menos incentivo para usar mapuche en sus casas, generándose un

círculo vicioso: Y también como esto comenzó a pasar en la familia, a

cortarse como circuito de reproducción, incluso como un desincentivo en

aquellos que lo dominaban y usaban desde antes, así lo narra un hombre

joven, segunda generación de llegados a Santiago, respecto de cómo su

abuelo, anteriormente monolingüe en mapudungún, se ha visto obligado

poco a poco a dejar su lengua en pos del castellano por constricciones

dentro de su propio grupo familiar:

Mi abuelo sí, sabe un poco de español … habla en español ahora

último, porque empezaron a tener nietos, tenían que venir a Santiago, o

en el mismo pueblo tienen que hablar en español… o sea, cuando me

hablan en mapuche igual entiendo, pero cuestiones igual básicas, así

como elementales … además de palabras sueltas … pero mantener una

conversación en mapuche, por lo menos yo no puedo, mantener una

conversación con mi abuelo sí, hablando todo en español y lento,

calmado, igual se entiende (C.S.).

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249

En último término, otro factor de nivel micro termina bloqueando los

circuitos tradicionales de reproducción: las pautas de conducta propias de

la construcción de género tradicional mapuche se han visto afectadas por

las dinámicas de funcionamiento de la mujer en la sociedad compleja

actual, en particular, en un contexto urbano, pauperizado, característico

de los grupos mapuches en la urbe, afectando también el papel que la

mujer tiene en la socialización lingüística de sus hijos. En la sociedad

tradicional mapuche le correspondía a la mujer un rol central en la

reproducción de la cultura, y en particular de la lengua, en la familia

nuclear. En el fogón, en la cocina, espacio central de socialización de las

familias mapuches, la mujer exponía a los hijos a la lengua. En la ciudad,

en la medida que ella se incorpora a la sociedad actual, las estructuras de

expectativas que orientan su rol de género la obligan a salir del hogar para

incorporarse al mercado laboral, impidiéndole ejercer a cabalidad como

figura catalizadora de la lengua y la cultura en la casa. Estos factores

hacen que la familia deje ser un espacio de reproducción, dada la baja

competencia que logran sus integrantes, por lo que no se habla

mapudungún en su seno: la mujer, inserta en las dinámicas del mundo

laboral, es expulsada del hogar y pierde en muchos casos su rol central en

la transmisión de la lengua.

Page 251: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

250

VI.II.2.3.3. Claves de la revitalización según los hablantes

Al igual como quedaba en evidencia en los resultados de la encuesta

aplicada y en los discursos de las ‘élites’ mapuches sobre su lengua, junto

con el reconocimiento del rol negativo de la escuela en el desplazamiento

funcional del mapudungún, y su consecuente pérdida de vitalidad, los

discursos de los mapuches – hablantes y no hablantes de mapudungún-

proyectan la escuela como un espacio de socialización en la lengua, tal vez

el espacio por excelencia tras la retirada de la familia con tal función. Es

decir, la enseñanza – aprendizaje del mapudungún deja su contexto

natural de ocurrencia – la familia, la comunidad – para desarrollarse en un

contexto más “artificial”, propio de una lógica cultural – occidental – que le

es ajena.

Esta identificación es clara cuando se le pregunta por el rol del

Estado para preservar la lengua, señalando que la estrategia sería “…

asumirlo más en los colegios” (F.H.) En la misma línea otra mujer

identifica que el rol del Estado, en cuanto a la revitalización de la lengua,

se debe centrar en promover la enseñanza, no considerando la necesaria

legitimación social de ella: “… era demasiado poco lo que pasaban (de

lengua mapuche en la escuela), no sé en qué curso le pasan un poco de …

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251

hablar de mapuche … pero no enseñan a hablar mapuche en ningún

colegio” (F.J.).

Y no solamente es la escuela el espacio social reconocido como la clave

para el aprendizaje de su lengua nativa. Toman fuerza también otras

agencias, igualmente artificiales, como los son los “talleres”, en

universidades o en barrios, que se han abierto de forma explosiva en el

último tiempo como instancia de reproducción de la lengua. Vemos

entonces cómo la enseñanza del mapudungún se traslada a espacios no

tradicionales y “artificiales” (entiéndase, no naturales) de reproducción:

Sin embargo, estos tienen la desventaja (frente a la familia y la comunidad)

de que si su actividad no se acompaña con la generación de espacios de

uso (los que eran connaturales a los espacios tradicionales de aprendizaje

previos, tradicionales), también artificiales, condenan a esa reproducción y

producción al fracaso, a la ineficacia.

Por otra parte, en los discursos de los entrevistados se evidencia una

actitud positiva hacia su lengua, tanto para aprenderla como para que lo

hagan sus hijos, de la mano de la variación en la condición de

discriminación respecto del pasado, sea esta objetiva (que efectivamente

haya menor discriminación o que el discurso políticamente correcto en la

actualidad apunte a resaltar la diversidad y la tolerancia) o subjetiva (que,

como se señaló más arriba, en virtud del acceso a mayores niveles de

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252

educación o a través de la participación en agrupaciones indígenas

urbanas). Así lo expresan:

… si bien yo no tengo el idioma, porque he tratado de aprenderlo

pero no he podido, porque …. Porque no he podido … es algo que yo quiero

traspasárselo, porque es una cultura demasiado linda que, que en el fondo

si tú no la vas trasmitiendo se va a ir perdiendo con los años… (M.P.).

Sin embargo, también manifiestan sus dudas respecto de si enseñarles

o no su lengua a sus hijos:

… no sé si me interesaría que aprendieran a hablar mapudungún, lo

que si me interesaría es que tuvieran ese respeto frente a la naturaleza,

frente a la tierra … el respeto a toda la cosmovisión, más que quizá el

aprender el idioma … yo no los obligaría a aprenderlo (M.P.).

En este punto se aleja un poco del argumento ético que se hace desde

las elites y lo reemplaza por una mirada más desde lo racional y la libertad

de elegir: “… al obligar a una persona a tener que ser mapuche porque él

tiene un apellido, yo no lo encuentro válido, en estos tiempos por lo

menos, … porque al final no sería una cosa de sentimiento sino que de

obligación…” (M.R.).

Por otra parte, contrario a la imagen pesimista manifestada por varios,

hay una visión positiva del futuro de la lengua, al reconocer todo un

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253

movimiento de resurgimiento de lo mapuche en la ciudad (nuevamente, se

evidencia claramente otra matriz):

… como de aquí a diez años yo creo que la lengua se va a fortalecer,

por la gente nueva que está empezando a entrar a todo el mundo, que se

está empezando a identificar con el mundo mapuche … son ellos los que

quieren como entrar, aprender, fortalecer, que no se pierda, y eso es

como un trabajo súper lento … es a largo plazo (M.P.).

Esta mirada, de un miembro de la segunda generación de mapuches

llegados a Santiago de Chile, contrasta con la de otra mujer, representante

de mapuches que son primera generación migrantes a la ciudad (Cf.

I.2.Consideraciones metodológicas. Descripción de la muestra) y, por

tanto, socializada en el sur, lo que revela, claramente, otra percepción del

destino de la lengua:

… la otra vez escuchaba a una chiquilla que decía que entre 10 años,

una hermana era la que decía parece, que entre 10 años no más iba a

existir la lengua y después se iba a acabar, porque nadie estaba hablando

po’ (J.Ch).

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254

CONCLUSIONES

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255

Tras la exposición de los resultados el panorama resulta ser claro: el

mapudungún se encuentra, así como lo afirmaban los estudios previos,

rurales y urbanos, en un franco retroceso funcional. Podemos concluir

esto considerando los siguientes elementos de juicio y sus implicaciones

lingüísticas, sociales y culturales.

1. Los niveles de competencia

En general, los mapuches encuestados presentaron bajos niveles de

competencia en mapudungún, en los siguientes aspectos:

a) Los niveles declarados de competencia resultaron ser bastante bajos,

con solo un 6.5% calificándose como altamente competente.

b) El 86% de los encuestados no pudo demostrar competencia efectiva en

mapudungún. El mismo nivel deficitario se demostró en el

conocimiento del vocabulario fundamental de la lengua

c) Y de aquellos que lograron una descripción, sólo un tercio de ellos logró

un nivel de competencia calificado como alto

d) Los niveles de competencia dejaron de concentrarse en los tramos de

población de mayor edad, emergiendo tramos más jóvenes exhibiendo

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256

niveles de competencia importante, lo que se logró correlacionar con el

nivel de instrucción de los encuestados. Esto es una evidencia indirecta

del ingreso de otras agencias socializadoras a la reproducción de la

lengua: la escuela.

e) También se hicieron patentes problemas en el nivel de competencias

comunicativas que implica hablar en mapudugún (el uso no

diferenciado de las palabras peñi y lamngen según la variable de

género).

f) Finalmente, los encuestados exhibieron un amplio desconocimiento de

los sistemas gráficos del mapundugún (casi un 75%, no utiliza ningún

grafemario conocido).

Estos niveles de competencia son prueba de que las condiciones

necesarias para la revitalización no estarán dadas sin una pronta

intervención.

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257

2. Los espacios de vitalidad

En cuanto a los espacios sociales que ocupa actualmente la lengua

mapuche encontramos elementos que nos hablan de una evolución y

cambio respecto de su situación:

a) Los espacios tradicionales de vitalidad para el mapudungún, como la

vida en familia o las ceremonias tradicionales, no están presentes o se

han visto mermados de modo importante. Esto está íntimamente

relacionado con el retroceso de la familia, también, como principal

agencia socializadora en lengua y cultura: ahora es la escuela, el

estudio personal o en talleres lo que prima. Destacamos que estos

espacios tienen la desventaja de ser ‘artificiales’, descontextualizadores

de la lengua y su uso, lo que pone en riesgo su capacidad y eficacia en

la reproducción de este bien simbólico. Claramente, un tema que solo

con el tiempo se observará en sus reales implicancias para el

mapudungún.

b) El uso en espacios y funciones públicas resulta mínimo y vinculado a

los servicios y estratos sociales en los que están insertos los mapuches

urbanos: aquellos de niveles sociales más bajos y marginales

(hospitales públicos saturados de demanda, consultorios de comunas

periféricas y marginales), lo que reproduce las relaciones estructurales

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258

de fuerza en las que se insertan no solo los indígenas en Chile, sino que

la generalidad de las poblaciones indígenas del continente. Los

determinantes estructurales que definen a los hablantes en este

ámbito no hacen más que confirmar nuestros primeros hallazgos

(Lagos, 2006). Vemos así que se confirma una máxima que tiene un

trasfondo antropológico, sociológico y lingüístico: referirse a la lengua

de los pueblos indígenas es una posibilidad también de descubrir y

presentar la realidad social y política de tales pueblos.

c) Emergen, de todos modos, espacios nuevos que aseguran la presencia

social del mapudungún, aunque no siempre como medio de

comunicación solamente: distintos medios digitales usan la lengua y

también la encontramos en comunidades virtuales, como Facebook.

Elementos que en el pasado no existían y que pueden representar

nuevos nichos de desarrollo y vitalidad para una lengua indígena como

la mapuche.

Existe una relación de retroalimentación negativa entre los elementos

reseñados en los puntos 1 y 2, como se aprecia en el siguiente esquema

(insertamos, entre comillas, opiniones de de algunos de los mapuches

urbanos entrevistados para ilustrar los respectivos conceptos):

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259

Figura 13:

Relaciones entre vitalidad, competencia y carácter instrumental del

mapudungún

En la figura apreciamos como, por un lado, los datos han evidenciado

una clara falta en la competencia lingüística – y comunicativa también –

en los mapuches urbanos que participaron del estudio. Y tal carencia está

en clara correlación con la ausencia de incentivos instrumentales para

aprenderla – con lo que se aprecia una evaluación de la lengua desde una

matriz claramente racional, con arreglo a fines, ajena al imaginario

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260

tradicional mapuche y, por tanto, propia de las nuevas generaciones de

mapuches que están naciendo y se están educando en la ciudad,

precisamente, en esas matrices. Pero, a su vez, eso ocurre porque es una

lengua cada vez menos vital, y los espacios en los que se usa son cada vez

menos relevantes, en el contexto de la vida en la ciudad. Debemos sumar a

lo anterior la retirada de la familia como el espacio por excelencia en

donde aquella reproducción podía ocurrir y de la comunidad como otro

espacio en donde existían prácticas, circuitos y rutinas que permitían que

la lengua circulara. De esta manera, nos encontramos ante un círculo

vicioso, en donde los factores se influencian mutuamente, sin ya existir

una causa absoluta que los explique.

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261

3. El alfabeto mapuche y su pertinencia

Como señalábamos en el punto 1, los datos respecto del conocimiento y

validación por parte de los mapuches de los distintos alfabetos existentes

fueron contundentes: en la conciencia sociolingüística del mapuche ellos

no tienen mayor relevancia. Esta realidad del uso y conocimiento de los

grafemarios es una evidencia de que el camino trazado por las elites

culturales y lingüísticas del mundo mapuche a fin de concentrar toda la

problemática de la lengua en esta área ha sido, por lo menos, equivocado,

y que sus ingentes esfuerzos han sido pérdida de tiempo. Centrar los

esfuerzos solo en una planificación de corpus (Loncón y Chiodi, 1995),

tendiente a la estandarización y la intelectualización, ha sido inefectivo.

Si asumimos, tal como lo demuestra este estudio, que la problemática

del mapudungún no puede ser reducida a la búsqueda consensuada de un

grafemario, debe avanzarse sobre todo en el ámbito de la planificación de

estatus de la lengua mapuche, es decir, de su posición social, legitimando

socialmente sus usos de manera estratégica. Además, tal planificación de

corpus (consistente en plantear distintas versiones de alfabetos para

expresar gráficamente al mapudungún) ha sido hecha desde las élites

intelectuales, un trabajo muy distinto al que han desarrollado otros, sin

mayores fundamentos lingüísticos ni teóricos, que han generado

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262

neologismos en mapudungún para referirse a realidades sociales urbanas

y modernas (tal como la agrupación que nombró las distintas secciones de

un hospital, o el taller de lengua mapuche que dio nombre a objetos tales

como teléfonos celulares, por ejemplo). Esfuerzos por intelectualizar la

lengua que, con el tiempo, se van a enfrentar con la misma dificultad que

ha tocado a quienes se preocupan por la escritura: la dispersión, la falta

de acuerdo, al no existir ninguna estructura hegemónica – al modo de una

academia de la lengua – que sancione la versión correcta. Un aspecto en el

cual las agrupaciones mapuches y sus bases aún no ponen énfasis,

ciertamente.

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263

4. El recurso al sur como espacio simbólico de recuperación

Otro elemento importante con el que nos encontramos fue la imagen

reificada del “sur” del país como un espacio simbólico de preservación y de

pureza, que sigue estando presente en los discursos y respuestas de los

entrevistados y encuestados. Sin embargo, aquello no necesariamente

guarda relación con la realidad que en esos espacios geográficos y sociales

se observa. En mayo de 2010 estuvimos en lo que se conoce como la

“capital” de la cultura mapuche, la comuna de Galvarino, en la IX Región

del país, y el panorama no fue tan distinto: si bien es cierto existía una

mayor competencia, la lengua nativa no estaba presente en las

interacciones cotidianas en la familia. Tampoco se encontraba presente en

las escuelas locales y menos en los profesores y sus dinámicas. Ello abre

interrogantes para nuevas investigaciones que se aboquen, ahora, a

observar la vitalidad de la lengua en estos espacios que el sentido común

mapuche supone de preservación.

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264

5. Nuevos horizontes

Sin embargo, este escenario y su diagnóstico muestran nuevos

derroteros a seguir, y que tienen que ver con la representación social que

en torno a su lengua han construido los mapuches urbanos.

a) Primero, si bien no se considera que existan incentivos instrumentales

para aprenderla, se la sigue considerando un elemento nuclear en la

definición de lo que significa ser mapuche en la actualidad. Se reconoce

así su valor simbólico, identitario, antes que lingüístico, en tanto

instrumento para comunicarse. Lo que nos remite a lo que planteáramos

antes en nuestro marco teórico (cf. V.3): la actitud positiva que exhiben

ante el mapudungún tiene que ver con su valoración de una de las

dimensiones de la lengua en tanto objeto actitudinal: ya no como

instrumento de comunicación eficaz, en donde carece de prestigio, sino

que más bien como marca de identidad, en donde sí lo posee, y cada día

con mayor fuerza en el marco de los procesos de reetnificación en la

ciudad.

b) En segundo término, si bien se han bloqueado los circuitos tradicionales

de uso y reproducción de la lengua (la familia, la comunidad), se empiezan

a legitimar nuevos espacios – como son los talleres urbanos para

aprender la lengua – y espacios más formales – como la escuela (y sus

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265

programas de EIB, que deberían adquirir mayor relevancia). Ello, como

una respuesta también ante el debilitamiento de las agrupaciones

mapuches

El nuevo rol de agencias de socialización en la lengua como la escuela o

talleres informales es también fuente de un cambio en las dinámicas

sociales de la lengua mapuche en el espacio urbano, lo que se traduce en

una inversión del eje socioetario (Lagos, 2006) como factor explicativo del

posicionamiento de los mapuches frente a su lengua y cultura.

Tradicionalmente, se asociaba mayores niveles de competencia a una edad

mayor. Sin embargo, en la medida que el aprendizaje y reproducción de la

lengua salen del hogar y la familia para concentrarse en otras agencias

secundarias, “artificiales”, son las nuevas generaciones, en la medida en

que acceden a estas agencias y sus lógicas racional iluministas – no

mapuches, por tanto – quienes poco a poco van a lograr exhibir niveles de

competencia más acabados. De esta forma, el sujeto que se haya expuesto

más a ellas, va a conocer y valorar más su lengua. Se da entonces la

aparente paradoja de que es la racionalidad del conquistador (o invasor,

según sea la óptica) la que parecería entregar la clave para rescatar un

elemento cultural como la lengua sobre el cual los mapuches perdieron el

control cultural.

c) Finalmente, esta posible revitalización aparece como utópica toda vez

que nos centramos sólo en los aspectos de la producción (es decir, que se

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266

vuelva a aprender a hablar mapuche). La teoría y los datos obtenidos

demuestran que es necesario que, desde afuera, se le otorgue espacios

de funcionalidad que legitimen el conocimiento de la lengua, en lo que se

refiere a sus condiciones de reproducción. Es así que una posible

respuesta para la promoción social del mapudungún tiene que ver tanto

con generar espacios para el aprendizaje de ella como para su uso. Y eso

es una tarea que le corresponde no sólo a los mapuches, sino que requiere

generar interfases y diálogos con la sociedad chilena en su generalidad.

Requiere, por tanto, que, así como Lautaro supo utilizar un elemento

cultural que les era ajeno – el caballo – para elaborar algún grado de

resistencia frente al conquistador/ invasor peninsular, los mapuches

actuales, aglutinados en sus diversas agrupaciones interesadas en

revitalizar la lengua, sepan utilizar las estrategias de planificación y

promoción social de la lengua que la sociedad no mapuche le presenta y

las que deben adaptarse de modo obligado. Sin embargo, a la vez, esa

sociedad no mapuche debe hacerse más receptiva a una integración

intercultural, y no solo multicultural (Aguinis, 2006), con el mundo

mapuche, capaz de dialogar y aceptar la diferencia. Algo que

históricamente no ha hecho.

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Page 285: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

284

ANEXOS

Page 286: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

285

I. ENCUESTA:

Universidad de Chile

Facultad de Filosofía y Humanidades

Departamento de Lingüística

Encuesta sobre la lengua mapuche

Sexo: 1. Masc. 2. Fem Actividad (laboral):

__________________

1. ¿Qué edad tiene?_____

2. 2. ¿En qué comuna y región vive actualmente? ___________________

3. Si no nació en la Región Metropolitana, ¿hace cuántos años que

llegó a vivir aquí? --------

4. Usted, ¿a qué generación de mapuches llegados a Santiago

pertenece?

a) 1ª. generación (soy el primero en llegar a Santiago) b) 2ª. generación

(mis padres fueron los primeros)

c) 3ª. generación (mis abuelos fueron los primeros) d) 4ª. generación o

más (mis bisabuelos u otros)

5. Sus estudios son:

Page 287: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

286

a) Universitarios o en Instituto técnico b) Cuarto medio completo

c) Algún curso de enseñanza media d) Algún curso de enseñanza básica e)

No asistí al colegio

6. ¿Conoce y habla usted lengua mapuche?

1 2 3 4 5

7. ¿Dónde aprendió a hablar lengua mapuche?

a) En la escuela b) Con mis padres/ abuelos c) Solo.

8. Con su cónyuge/ pareja (si no tiene hoy, la que ha tenido), ¿en qué

grado usa la lengua mapuche?

1 2 3 4 5

9. Con su (s) hijo (s) y parientes cercanos, ¿en qué grado usa la lengua

mapuche?

1 2 3 4 5

10. Cuando usted tiene una gran alegría, espontáneamente, ¿en qué

lengua la manifiesta?

a) En español siempre b) En mapuche siempre c)

Dependen de con quién esté

11. ¿Usa usted lengua mapuche en las siguientes situaciones?

Su grado de conocimiento puede ir de 1= Nada a 5 =

Page 288: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

287

1.

2.

No

En fiestas y ceremonias mapuches

En asambleas, reuniones y

actividades culturales

Con vecinos

En el trabajo

En la ciudad con autoridades y

servicios públicos

Cuando voy en la locomoción

colectiva

12. En su casa, ¿cuál es la lengua que más se usa diariamente?

a) Español b) Mapuche

13. ¿Participa usted en una organización mapuche urbana?

a) Sí b) No

14. Cuando se encuentra con otro mapuche conocido, ¿en qué lengua

conversan?

Page 289: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

288

a) Todo en español

b) Todo en mapuche

c) Nos saludamos y despedimos en mapuche, pero conversamos el

resto en español

15. Cuando usted iba (o va) a la escuela, ¿le prohibían (prohíben)

hablar en lengua mapuche?

a) Sí b) No.

16. ¿Está de acuerdo con que su (s) hijo (s) aprenda (n) lengua

mapuche? (si no tiene hijos, responda lo que le gustaría hacer si los

tuviera)

a) Sí b) No.

17. ¿Está de acuerdo con que se enseñe lengua mapuche a su (s) hijo

(s) en la escuela a que va (n)? (si no tiene hijos, responda lo que

pensaría si los tuviera).

a) Sí b) No.

18. Si su respuesta es sí, ¿en qué cantidad le gustaría que se enseñara

lengua mapuche en la escuela?

a) Menos que español. b) Lo mismo que español. c) Más

que español

Page 290: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

289

19. ¿Está de acuerdo con que

1 2 3 4 5

Para ser un verdadero mapuche se debe hablar la lengua

mapuche

Los dirigentes mapuches deben hablar mapuche

Los temas relacionados con la lengua mapuche son la

necesidad más importante del pueblo mapuche hoy

Fomentar y promover la lengua es una tarea del Estado y

no del pueblo mapuche

Saber hablar mapuche hace que me acepten más mis

pares

Ser hablante de lengua mapuche es un ventaja para mí

Saber hablar mapuche me puede permitir encontrar

trabajo más fácilmente

Saber hablar mapuche me hace parecer más inteligente

ante el resto

Se puede ser mapuche sin necesariamente saber hablar

lengua mapuche

1 = Muy en desacuerdo 5 = Muy de acuerdo

Page 291: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

290

20. ¿A dónde cree usted que se puede escuchar hablar bien la lengua

mapuche?

a) En Santiago b) En el sur en la ciudad c) En el sur en el

campo d) No sabe/ no responde

21. Cómo se dice en lengua mapuche

1 = Papá = Mamá=

Hijo/a = Hermano/a = Sol =

Luna = Tierra = Montaña =

Mar = Cabeza = Perro =

2 = Río = Carne =

Hombre = Mujer = Niño =

22. Uso la lengua mapuche cuando me comunico con otros mapuches

a través de inter net

a) Sí b) No c) Sólo ocasionalmente d) No uso inter net

Page 292: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

291

23. Describa en lengua mapuche qué ocurre en la imagen

Page 293: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

292

II. Pauta de entrevista semiestructurada

• Acerca del cambio de ciudad, características de su vida antes y

después del cambio a Santiago.

• Circunstancias y proceso de acomodación y su relación con su

lengua nativa.

• Percepciones y experiencias de discriminación respecto de ser

indígena en el pasado v/s presente, zona originaria v/s Santiago.

• Acerca de su apreciación de su lengua nativa en la realidad de la

capital.

• ¿Dónde se encuentra (lee, habla y/o escucha) su lengua en la

ciudad? ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de esta

instancia?

• Acerca de su identidad étnica.

- Cuál es su representación de su identidad étnica.

- Cuál es su idea (representación) de esta identidad en su forma más

pura (formal)

- Cómo se vive esta identidad en la sociedad, comunidades o familias.

- Cómo es, en qué consiste o se manifiesta su participación personal,

familiar, comunitaria o nacional de las manifestaciones culturales de

esa identidad.

Page 294: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

293

• Acerca del rol de su lengua nativa en la Identidad étnica respectiva

- Que rol juega la Lengua en la Identidad étnica, su importancia,

trascendencia

- ¿Considera central su lengua originaria en la definición de su

Identidad étnica?

- ¿Puede preservarse su Cultura sin la

vitalidad/vigencia/actualización de su Lengua?

- Proyecciones a futuro respecto del aprendizaje y uso de su lengua

nativa.

• Acerca de la enseñanza de esta lengua a sus hijos: en que

instancias podrían aprenderla, dificultades, ventajas, desventajas.

• Cómo es y debiera ser Rol del Estado y la Escuela respecto de la

enseñanza y preservación de su Lengua nativa. Sentimientos,

percepciones y temores acerca de este tema.

Page 295: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

294

III. Transcripciones

A continuación entregamos transcripciones de las respuestas de los

encuestados a la pregunta 23 de la encuesta aplicada. Esta pregunta nos

permitió indagar en el grado de su competencia en el mapudungún. Lo

transcrito corresponde a aquellos que fueron capaces de describir, aunque

sea mínimamente, la secuencia de imágenes planteada.

Entre paréntesis entregamos acotaciones en español que los

hablantes hicieron mientras generaban los textos.

REC010

1 tañi pewma ngelay ko pichiwentru

2 tami foro fachiantü

3 iñche fachiantü tami ruka

REC0012

1 tüfachi pichiwentru kuchantuy pu chi foro

2 femley baño mew

Page 296: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

295

3 fewla tüfachi pichiwentru kuchantuy pu chi foro

4 müley kiñe pichi (cómo se dice pajarito, se me olvidó)

5 piti üñüm, piti üñüm

6 fewla tüfa pichiwentru (me pillaste, me pillaste, no, no, no cacho como

decirte que se terminó de lavar los dientes)

7 fewla pichi üñúm müley ventana mew

REC013

1 kiñe pichiwentru petu tukuy pasta de diente

2 wangka pasta de diente pingekelu cepillo mew

3 fey liftuaelkelu feypin ñi foro

4 ka antü amuleyei ka femmekey liftungekelu ñi foro

5 akurumey kiñe pichi üñüm

6 ka amulelu antü fey püwlu ñi liftulu ñi foro

7 fey kiñe baño mew liftuley ñi wün

8 feymew fey konpuy kiñe pichi üñümlelu

9 fey ka antü

Page 297: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

296

180409

1 kiñe adentu

2 tüfachi ngüpun mew pengengerkey ta kiñe pichiwentru

3 pepikawmekey may tañi kuchaforomeael tañi kuchaforoael

4 niey ta kiñe liftuwe tañi küwü mew liftuam ñi foro nielu ta wün mu

5 niey ta kurü kal longko ka müley tüfachi ruka mew kiñe konpapelonwe

6 müley ta kiñe llave nielu ta ko wingka llemay ta llave pipikey

7 chi pu mapuche ta amukefuy ta rüngal ko mew

8 tüfachi llave mew ta witruley ko

9 epuchi ngüpun mew pengengey ta kiñe wechewentru may ta petu

kuchaforolu

10 kompapelonwe mew ta pengengey ta kiñe üñüm müpülelu ka ngelay

llafe

11 külachi ngüpun mew ta pengengey ta kiñe tüfachi pichiwentru

12 petu piwümüwlu tañi ke wün tañi wün dew kuchaforoy

13 ka tüfachi üñüm müpülelu ta konpapelonwe mew dew tungumuwi

14 müpüwelay

Page 298: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

297

G002

1 tüfachi pichiwentru kuchatualu ta foro

2 müley ka, kiñe, mülelay ta üñüm

3 tüfachi epu, mülealu cepillatuy ta foro

4 müna ayeley

5 müley kiñe üñum

6 tüfachi petu secalay ta nge,

7 feley

G003

1 tüfachi ruka mew, pichiruka

2 mülewe ka, müley kiñe pichiwentru

3 tüfachi pichiwentru niey ñi pasta de diente

4 ka tukuy tüfachi pasta liftuwe foro mew

5 ka liftumekey ñi foro

Page 299: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

298

6 welu, weku, weku mew kiñe pichi üñum müpümekey

7 welu, tüfachi pichiche, pichiwentru adkintulay feychi üñum

8 feymew, hablo ñi lutun foro ngümangelay ñi nge

9 ka feychi pichi üñüm akuy, akuy akuy ñi ruka mew

10 feley

004

1 Petu küchaforolu ti pichiche [titubeo] küchaforoalu

2 Petu küchaforoalu [Se va a lavar, todavía no se está lavando]

3 Tüfa mew, dew küchay ñi foro, kiñe pichi üñüm müpüyawi [Silencio

prolongado, aprox 3 segundos]

4 Ka chem?, ka chem po? [Explicación de la encuestadora]

5 Ta kiñe pichi üñüm müpuley, ta tüfa, tüfa dew

6 Petu liftuy tañi ange, petu liftuy, fey tati pichi dew anuy, anupay.

7 Fey müten

Page 300: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

299

VN32004

1 Müley küla pichikeche

2 Kiñe, kiñe petü llitui ñi küchaforoal

3 Niey kuchaforowe man Küü mew

4 Ka petü tukuy pasta pingnechi

5 Doy lifal … doy liftulealchi foro

6 Ka müley inafül kiñe feichi chew ñi nagqün ko … wichuley ko

7 Ka müley kiñe ventana

8 Chew ñi ….. mew?

9 Fey ta kiñe

10 Epu

11 Müley chi pichi wentru

12 Kuchaforomekey

13 Petü kuchay ñi foro ñi man Küü mew

14 Ñi welw küü nagküley furi püle

15 Ka müley chew ñi entuken ko welu pi …….?

16 Kiñe pichi üñum müley kiñe ventana mew

17 Müpükompay welu nielay ruka ….? Mew

18 Küla

19 Dew küchalu ñi foro petu piwüy ñi wün

20 Adkintuley ñi ……..? … kiñe paño mew

21 Muley kiñe pichi üñüm ventana mew adkintumeyew

Page 301: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

300

22 Ka müley iafel ko chi llave mew

23 Fei müten

VN2002

1 Küchaley ñi wün

2 Petuy …. ¿??? tañi foro …. el peñin

3 Müpuy tachi üñüm

4 Petu ankün tañi wün … este niño

5 Müpüyawy chi ünum

6 Wichapay ventana mew

Page 302: Cristián Lagos Fernández EL MAPUDUNGÚN EN SANTIAGO DE CHILE

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