Embed Size (px)
Citation preview
Crónicas del bosque 7. Serie: árboles nativos.
EL HERMOSO GUINDO SANTO.
Hace poco, recibí de regalo un ejemplar de guindo santo, era una de
las especies que añorábamos en el Parque Botánico Pablo Neruda,
ansiamos ver en el futuro sus bellísimas flores, engalanando el paisaje,
para el gozo de los visitantes.
El guindo santo, es un árbol interesante que posee hermosas flores,
que los ingleses lo han llevado para adornar sus
jardines, pero, acá en su origen, es
prácticamente ignorado.
En su contra, juega el hecho que su
distribución es reducida, solo en la
precordillera de los Andes, en sectores
húmedos, cercanos a cursos de agua con baja
altitud, a mayores altitudes ocupa sitios más
secos, hasta los 1400 m.s.n.m.
El guindo santo es un árbol endémico de Chile, junto
al ulmo, son los únicos representantes del género
eucryphia, que en el mundo alcanzan a solo 7
especies.
Lo más interesante, es que es la única eucrypia
caduca, cabe mencionar que las otras cinco se
encuentran en los bosques templados de Australia.
Su nombre científico: Eucryphia
glutinosa (Poepp. Et Endl.) Baillon.
El nombre específico "glutinosa" se
debe a la naturaleza pegajosa de las
yemas, hojas y ramitas nuevas.
Para identificarlo debemos
considerar los siguientes
atributos.
El Guindo santo, es un árbol de mediano
tamaño con alturas no superiores a los 7
metros.
Su gran característica, son sus atractivas y
grandes flores blancas presentes entre diciembre
y febrero de cada año.
Sus hojas son compuestas y su follaje es
caducifolio, tornándose rojizo o
anaranjado en otoño, para luego
desprenderse de él.
Esto lo hace destacar dentro de la
flora chilena, pues no son muchas las
especies caducifolias nativas.
En el parque botánico “Pablo
Neruda”, esta temporada
nuestro
ejemplar de guindo
santo, ha desplegado
sus nuevas hojas con
gran vigor.
Su floración es muy hermosa, de un intenso color blanco, sus
numerosos estambres son
llamativos,
proporcionan
abundante polen
que, sumado al
rico néctar, lo hacen
tremendamente atractivo
para las abejas, por la
entrega de insumos para
la producción de su
afamada miel.
Finalmente, las flores dan origen a un fruto seco
con semillas aladas.
Lo encontraremos junto a las formaciones de
bosques caducifolios andino, desde Linares a
Malleco, donde las especies dominantes son Roble
(Nothofagus obliqua) y Raulí (Nothofagus
alpina), como se desarrolla a orillas de esteros
y ríos, se asociará también con otros árboles
de ambientes húmedos cómo lo son, el
canelo, el olivillo, el laurel y el corcolén entre
otros.
La belleza de sus flores y
el rojo follaje de otoño, lo
hacen muy apto para fines
ornamentales, aun cuando
debe tomarse en cuenta
su lento crecimiento.
Ejemplar con
abundante floración.
Está considerado como una especie que
cumple con los umbrales de
criterio A para categoría
vulnerable (VU), situación que nos debe
llevar a favorecer su protección cómo
también
realizar
todos los
esfuerzos
para favorecer
su multiplicación
en condiciones
controladas en un vivero.
Esta especie es afectada por
las altas temperaturas del
verano, especialmente en
sectores que no le son propios.
En medicina natural sus hojas y ramitas se utilizan como digestivo.
Son un
espectáculo
imponente, especialmente
cuando sus flores blancas
contrastan con hojas
oscuras, de color verde
brillante.
Ejemplar con botones florales, flores
desplegadas y semillas de la temporada anterior.
Entonces a tenerlo en nuestros jardines y plazas.
Publicado por: Ricardo Saavedra Rojas.
Marzo 2020.
