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CUADRO
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UNIDAD IV: ANGELES SÁNCHEZ BLANCA IVONNE - GARCÍA VICTORIA MARÍA DE LA LUZ
MENDOZA OTERO MARICELA - TERÁN PINEDA FABIOLA IVETTE
LA EDUACIÓN HISTÓRICA EN LOS ARCHIVOS DE HOY.
SIDDHARTA CAMARGO
LA HISTORIA SITUADA EN LAS AULAS NORMALISTAS: INTERACCIÓN CON LAS
FUENTES PRIMARIAS.ROSALVA LEMUS VERA.
Al hablar de la necesidad de que los
niños y jóvenes aprendan sobre la forma
en la que los historiadores proceden para
construir el conocimiento histórico se
habla del trabajo con fuentes históricas y
del desarrollo de conceptos complejos
como los de tiempo y espacio histórico
Los archivos históricos, son estas
instituciones las responsables de
resguardar, preservar, organizar y difundir
el patrimonio histórico documental que
permite a las sociedades contemporáneas
conocer su propia historia de forma
científica y generar la educación histórica
de los ciudadanos en las sociedades
democráticas.
En todos estos archivos existen
oportunidades educativas especializadas
para estudiantes de historia, archivística y
profesores en servicio.
En la mayoría de los Archivos que
cuentan con centros educativos se permite
a los usuarios, aún a los menores de edad
(niños a partir de los 7 años) interactuar
Para corroborar que la historia es más
que las distintas narrativas, sobre todo las
oficiales, y que maestros y alumnos en las
escuelas normales, tienen posibilidades de
aproximarse a la lógica de la historia como
disciplina científica.
La educación histórica es un campo que
está expuesto a dudas, debates, críticas y
propuestas, se explica a partir de las prácticas,
conceptos, códigos, reflexiones, objetos de
estudio, etc. científica, o bien, como el conjunto
de referentes teóricos que dan sustento a la
aplicación de métodos didácticos para la
enseñanza de la historia escolar, para
identificar sus dificultades, conflictos y
contradicciones en la formación del
pensamiento histórico.
Pensar históricamente es más que
transmitir y acumular información sobre los
hechos plasmados en los contenidos
programáticos, dice Mario carretero (2010) que
también es necesaria la habilidad de valorar
críticamente las propias fuentes de información,
primarias o secundarias, y las interpretaciones
con los documentos originales, lo que
produce una experiencia inolvidable y
digna de ser recordada por los niños que
están aprendiendo a valorar y conservar
los documentos históricos, además de
desarrollar habilidades intelectuales que
les permitan comprender los procesos
históricos y desarrollar el pensamiento
histórico.
La función educativa de los archivos
se ha ido extendiendo a un público cada
vez más diverso, englobándose en un
proyecto general de acción cultural y
llegando a la década de los 80 a
imponerse plenamente su uso en la
enseñanza.
Fuera de Iberoamérica la presencia
de centros educativos y materiales
didácticos para la educación histórica es
una constante en dichas ventanas a
internet.
Si se quiere formar ciudadanos que
valoren su patrimonio y por ende tiendan a
conservarlo, hay que proveerles de
oportunidades de educación en este
sentido.
La interacción que se produce entre
la sociedad, particularmente, los niños y
jóvenes en edades escolares y esos
grandes difusores de las causas culturales
que son los maestros, permite a los
archivos históricos abrirse de par en par a
la frescura y la creatividad de la sociedad
ideológicas que incluso involuntariamente
realizamos de los acontecimientos históricos.
La conciencia histórica: “consiste
precisamente en la temporalidad del ser
humano en la conjunción del pasado y el futuro
en una simbiosis que permite integrar el
presente, como realización y como acción
orientadas siempre hacia la construcción del
ámbito humano que adviene: el mundo que
sigue o seguirá”
Uno de los propósitos de la educación
histórica consiste en analizar las tendencias en
las prácticas vigentes en la enseñanza de la
historia para mejorar los procesos y
consecuentemente los resultados, porque es
necesario estrechar los vínculos entre la
historia y la vida, se trata de estructurar un
proyecto de enseñanza crítica en los contextos
escolares.
Otro propósito tiene que ver con
replantear la visión de la enseñanza de la
historia escolar en relación a los contenidos
programáticos.
Se trata de enfocar la enseñanza de la
historia escolar con una visión crítica, a partir
de otras disciplinas y con otros elementos que
nos permitan desarrollar herramientas
intelectuales para buscar nuevas formas de
identidad razonada.
Enseñar una historia crítica “consiste en
romper el primado de las disciplinas
académicas en beneficio de la relevancia social
de los asuntos seleccionados como objetos de
que puede arroparlos y preservarlos.
El acceso a los documentos
primarios que se atesoran en los Archivos
Históricos se ha ido consolidando en la
literatura especializada como una de las
claves para que los sujetos, en particular
los jóvenes y los niños, aprendan historia,
es decir aprendan a pensar
históricamente.
Para Peter Lee: “Es absurdo decir
que los niños saben historia si no han
entendido cómo se produce el
conocimiento histórico, sus relaciones con
la evidencia, y la forma en la que los
historiadores interactúan con versiones
diferentes e incluso contradictorias de un
mismo suceso.
La habilidad de repetir narraciones
sin la capacidad de entender los
problemas inmersos en su construcción o
de evaluar su validez, no tiene nada de
histórico.
El acercamiento a los archivos
beneficia a la sociedad al permitirle
conocer el patrimonio histórico que las
generaciones precedentes han creado y
legado a las presentes.
Los archivos que cuentan con
servicios educativos, atienden visitas de
usuarios de diferentes edades.
Esto implica que cuentan con
instalaciones adecuadas para
proporcionar estos servicios, algunos de
aprendizaje”.
La construcción del conocimiento en las
aulas debe superar los resultados actuales,
empezando por cuestionar y problematizar el
presente, esto incluye problematizar el propio
saber histórico oficial, las representaciones
ideológicas, los imaginarios colectivos, etc.,
cuyo significado, la ciencia histórica y la historia
escolar han estado ocultando, consciente e
inconscientemente.
El tipo de problema, es decir su
naturaleza, es el que debe abrir las opciones en
métodos, procedimientos, y paradigmas, y no
estos elementos los que determinen los
problemas.
sentido la historia problema, intenta
alejarse del viejo camino, que, por una parte,
separaba la teoría del método, y a éste del
problema, y que, por otra, señalaba una
jerarquización que privilegiaba la teoría por
sobre los sujetos y los procesos a investigar,
mutilando así posibles interrogantes, que tenían
que ver con la educación, el trabajo, los
sentimientos. (Arteaga; 2006; p. 338)
Una historia problema implica una
historia global, esto quiere decir que los relatos
historiográficos tendrán que ser recuperados
bajo distintos criterios, lenguajes, ritmos,
métodos, etc., sobre objetos complejos, con
múltiples interconexiones, en contextos de
diversidad cultural y en una sociedad con
tecnologías de comunicación cada día más
ellos son salas tipo aula escolar y en otros
casos se adaptan espacios diversos.
En todos los casos se menciona y
se presentan fotos de salas de
exposiciones y auditorios o foros para
reuniones y exhibiciones.
Es clara la intervención de grupos
interdisciplinarios de archivísticas expertos
en los fondos que se resguardan en los
recintos: archivistas, historiadores,
pedagogos o docentes y diseñadores
Web.
Esta interacción entre especialistas
permite un trabajo que se enfoca a las
necesidades de aprendizaje de los
usuarios.
Ello produce que los usuarios
tengan una experiencia memorable y plena
y que el archivo cumpla cabalmente con su
función de difundir sus acervos, educar y
formar a la sociedad sobre la importancia
de preservar para el futuro el patrimonio
histórico.
eficientes y poderosas.
Dalongeville (2003) nos propone la
investigación didáctica, a través de las
situaciones – problemas para construir otras
representaciones que propicien explicaciones e
interpretaciones de los hechos históricos, a
través del desarrollo de las habilidades
cognitivas que realmente propicien enseñantes
de la asignatura con una conciencia histórica.
Para reconstruir el pasado se necesita
recopilar información que permita tener una
visión más menos clara de los hechos que se
pretenden estudiar, esta información se
obtienen a partir de los datos que proporcionan
las fuentes primarias, que pueden ser escritas,
orales y no escritas.
La fuente es todo vestigio o huella del
pasado y no solo los documentos que sirven de
prueba a la historiografía positivista, centrada
en la mayoría de los libros escolares. Las
fuentes proporcionan información general y
particular de cada época, éstas se someten a
un proceso de crítica a través de distintas
técnicas.
Se pueden localizar en diferentes tipos
de archivos, desde los parroquiales hasta los
grandes acervos especializados y
resguardados en los archivos nacionales.
Wineburg afirma ( 1999 ) que el trabajo
con fuentes es importante porque permite el
desarrollo de las habilidades cognitivas
específicas de la ciencia histórica, utiliza los
conceptos y procedimientos que permiten
aprehender el pasado, estos pueden ser
heurísticos para analizar el origen de la fuente,
su corroboración y su contextualización, así
como los conceptos de segundo orden que
sugiere Seixas, Peck ( 2011 ) Lee y Ashby
( 2011 ) relevancia histórica, evidencia,
empatía, dimensión ética, causalidad, entre
otros.
Los conceptos históricos de segundo
orden se explican como las nociones que
propician las herramientas de comprensión de
la historia como una disciplina o forma de
conocimiento específica, estos conceptos,
sirven para aproximarse a su lógica de
construcción
La Comunidad Normalista de Educación
Histórica (CONEHI) actualmente propone tres
conceptos de segundo orden para abordar en
las aulas: la multicausalidad, el tiempo y
espacio histórico, y el manejo de información
histórica.