Cuntos minutos vale tu vida?: El precio del maana ABR 23, 2012BY MARIANNE DAZ HERNNDEZIN OPINOLOGA

He ledo algunos comentarios sobre la pelcula El precio del maana (In

Time: 2010, Justin Timberlake y Amanda Seyfried), y por lo visto, el

consenso general es considerarla una pelcula cotufera, sin demasiadas

pretensiones. A Jos Luis y a m, por otra parte, nos dio al menos un rato

de conversacin. La historia ocurre en un mundo distpico (y a m me

encantan las historias distpicas) donde el tiempo es dinero, de la manera

ms literal. Cada persona lleva consigo un reloj que indica el saldo de su

cuenta bancaria: el tiempo de vida que le queda. Una persona pobre vive

al da: trabaja un da y gana uno o dos das ms de vida, con las que tiene

que pagar la comida, el alquiler, el autobs. Este reloj comienza a andar a

los veinticinco aos, momento a partir del cual cada persona tiene un ao

ms de vida: puedes ganar tiempo, o llegar al final de la cuenta

regresiva y morir de un ataque cardiaco. Los ricos, por otra parte, pueden

vivir para siempre.

(Uno de los afiches de "In Time")

Como odio los spoilers, no les contar el argumento de la pelcula:

pueden leerlo en Wikipedia. Pero, partiendo nicamente de la premisa

que les acabo de contar, no creo que el mundo distpico de Andrew

Niccol se diferencie demasiado del mundo real. Nuestra forma de ganar

dinero es hipotecar nuestro tiempo de vida (nuestro recurso ms escaso)

para poder suplir nuestras necesidades bsicas. El dinero es apenas un

smbolo para ese intercambio.

Al salir del cine fuimos a comer, y llegamos a una conclusin sencilla,

que es muy personal, pero que a nosotros nos sirve para (medio) entender

el mundo: una forma de pensar en la pobreza es comparar el tiempo que

nos toma ganar el dinero versus el tiempo que nos toma hacer algo que

nos agrada con ese dinero. Hay, por supuesto, cosas maravillosas en la

vida que son gratis. Pero, por ejemplo, si un libro me cuesta 200 bs., leer

ese libro me toma dos horas, y ganar los doscientos bolvares me toma

seis, siempre voy a pasar la mayor parte de mi tiempo en el trabajo.

Estoy consciente de que esto es simplificar demasiado. Aguanten

conmigo un par de prrafos ms, para que vean a dnde quiero llegar.

Los japoneses y la burbuja rota

Cuando las grandes empresas en Tokio debieron reducir su personal a

raz de la crisis econmica, ocasionando la prdida del empleo para miles

de japoneses, todos vimos, al da siguiente, las escenas de los parques en

Japn llenas de personas que lo haban perdido todo de un da para el

otro, la gente viviendo en cibercafs porque no podan pagar un alquiler.

Qu ocurra? Estas personas vivan al da. Algunos ganaban buenos

sueldos y mantenan un tren de vida relativamente alto, otros

sobrellevaban con tranquilidad su clase media, pero sus autos, sus casas

y hasta sus muebles eran alquilados, y por eso, al perder sus trabajos lo

perdieron todo. No tenan ahorros, y dependan por completo de sus

salarios. Su nivel de egreso y su nivel de ingreso daban como resultado

un balance de cero. En consecuencia, eran como hmsters corriendo en

una ruedita de plstico: si vives al da, slo trabajas para poder pagar lo

indispensable para poder ir a trabajar de nuevo al da siguiente, y ests

(estamos?) atrapado en un ciclo vicioso del que es muy difcil escapar.

Cuntas horas vale ese par de

zapatos?

Cuando voy a casa, suelo ver Discovery Home&Health con mi mam.

(Nos gusta ver No te lo pongas, Diez aos menos y ese tipo de

programas). En H&H hay un show llamado Nias consentidas, que se

trata de mujeres que tienen problemas porque gastan mucho ms de lo

que ganan. Uno de los principios ms bsicos que les ensean (y que,

sorprendentemente, parece resultarles un shock) es calcular cuntas horas

de trabajo (con su sueldo actual) necesitaran para comprar esa cartera,

ese par de zapatos o esos jeans. Si nunca han hecho el ejercicio, les

invito: dividan su sueldo actual entre veintids das, y luego entre el

nmero de horas que trabajan al da. (sa no es la forma de calcular el

sueldo por hora en la Ley del Trabajo, pero nos va a servir para obtener

una cifra lo ms realista posible). Luego, calculen cuntas horas de su

vida les cost el ltimo par de zapatos que se compraron, o la laptop, o

su celular. Para alguien con problemas de compra compulsiva, puede

tener mucho sentido sopesar si desea tanto ese par de zapatos como para

trabajar cuatro das por ellos.

Un concepto interesante que suelo ligar con esto, es el de costo por uso.

Muchas personas que conozco (la mayora mujeres, supongo que por el

bombardeo publicitario) tenemos problemas de acumulacin de objetos:

somos hoarders en potencia, hoarders de ropa, zapatos y productos de

higiene y belleza. De modo que hagan esto: la prxima vez que quieran

comprar un objeto cualquiera, calculen cuntas veces podrn usarlo

(teniendo en cuenta su calidad, su utilidad, si les sirve para la vida diaria

o si es de lujo) y dividan su costo entre ese nmero de veces. La cifra

resultante, es el costo que tiene ese objeto cada vez que lo usan.

Siguiendo este principio, por ejemplo, un refrigerador, que cuesta un

montn de dinero, no es algo caro, porque lo usarn todos los das por

muchos aos y ese costo se distribuir a lo largo de ese tiempo. Un

abrigo de diseador, por otra parte, es caro; pero es mucho ms caro si

viven en un clima de verano y lo van a usar dos veces al ao.

Una vez habiendo comprendido el valor en horas de un objeto, y su costo

por uso, podemos apreciar en perspectiva el hecho de que cada objeto

que compramos ocupa un espacio en nuestras vidas (el tiempo que

ocupamos lavando, planchando, doblando y guardando una prenda de

ropa, por ejemplo) y llega el momento en que slo querremos tener en

nuestras vidas aquellos objetos cuyo valor intrnseco lo amerite (cuya

utilidad o belleza haga mejores nuestras vidas de algn modo).

Cmo se mide el valor de nuestro

trabajo

Aqu voy con un concepto de libro de autoayuda: la retribucin

econmica que nos otorgue nuestro trabajo no debera ser el nico valor

o beneficio que obtengamos de l. Pero voy a soportar esta conclusin

con el argumento ms prosaico que existe: si la ganancia econmica de

nuestras horas de trabajo es tan baja, por ejemplo, que nos tomara

doscientas horas comprarnos un iPad, nuestras vidas deberan mejorar si

aumentamos el valor de esas horas. Pero este aumento no tiene que ser en

dinero.

A pesar de que mi sueldo es decente, cubre mis necesidades y no debera

ser motivo de queja, lo cierto es que con la inflacin que hay, no me

alcanza para hacer otras cosas que quisiera, como viajar, o tener una casa

propia, o comprar ropa nueva con frecuencia (s, soy jevita). Sin

embargo, la percepcin en mi mente me dice que mi sueldo es ms alto

de lo que realmente es, y esto tiene sentido porque mi trabajo me gusta,

mi equipo est compuesto de personas agradables, mi jefe es

comprensivo y voy a trabajar con alegra, con la percepcin

(incorrecta?) de que la remuneracin que obtengo es mayor que el

quince y ltimo que me pagan.

Supongo que no todos tenemos esa suerte. Sin embargo, al menos a m,

que sola ser una amargada prematura y una malcriada insoportable,

adquirir la perspectiva de esta filosofa barata de la vida me ha ayudado a

ser una persona ms centrada y con mayor sensacin de control sobre mi

vida, sobre el uso de mis horas y tambin sobre mi actitud ante las

compras compulsivas y la acumulacin de objetos.