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Había llegado al pueblo hacía ya varios meses. Se instaló solo en un campo dispuesto a sembrar. Nadie lo conocía demasiado y no porque el hombre no quisiera, sino porque muchas veces la gente no se toma el tiempo para conocer al otro. A todos les parecía un ser extraño. Había llegado en la peor época. La sequía se había instalado y parecía no querer irse. Todos se preguntaban por qué y para qué sembraba ese desconocido si ya nada crecía. Al hombre no le importaba, día a día y a pesar de la falta de lluvia, él sembraba. El resto del pueblo no. Esperaban a que el clima mejorase para hacerlo. Todos se quejaban, se preocupaban por ese presente adverso y un futuro incierto. Sin embargo, el hombre parecía no temerle al presente, ni al futuro: sembraba y mientras lo hacía entonaba dulces melodías. Todos llegaron a creer que estaba loco, que no tenía sentido alguno de la realidad y mientras los comentarios sobre “el loco de la sequía” inundaban el pueblo el hombre cantaba y sembraba. Cierto día, un niño cansado de escuchar a sus padres criticar al forastero, decidió ir a hablar con él. -Todos dicen que estás loco ¿sabes?-le dijo el niño con la sinceridad e inocencia que solo la niñez permite. El hombre lo miró y si bien sabía perfectamente el porqué de su mote, le preguntó: -¿Tú sabes por qué? -Porque siembras y siembras a pesar de la sequía. Nadie entiende por qué o para qué lo haces si nada crecerá- respondió el pequeño. El

Cuento Loco

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Haba llegado al pueblo haca ya varios meses. Se instal solo en un campo dispuesto a sembrar.El loco de la sequa

Nadie lo conoca demasiado y no porque el hombre no quisiera, sino porque muchas veces la gente no se toma el tiempo para conocer al otro.A todos les pareca un ser extrao. Haba llegado en la peor poca. La sequa se haba instalado y pareca no querer irse.Todos se preguntaban por qu y para qu sembraba ese desconocido si ya nada creca.Al hombre no le importaba, da a da y a pesar de la falta de lluvia, l sembraba. El resto del pueblo no. Esperaban a que el clima mejorase para hacerlo.Todos se quejaban, se preocupaban por ese presente adverso y un futuro incierto.Sin embargo, el hombre pareca no temerle al presente, ni al futuro: sembraba y mientras lo haca entonaba dulces melodas.Todos llegaron a creer que estaba loco, que no tena sentido alguno de la realidad y mientras los comentarios sobre el loco de la sequa inundaban el pueblo el hombre cantaba y sembraba.Cierto da, un nio cansado de escuchar a sus padres criticar al forastero, decidi ir a hablar con l.-Todos dicen que ests loco sabes?-le dijo el nio con la sinceridad e inocencia que solo la niez permite.El hombre lo mir y si bien saba perfectamente el porqu de su mote, le pregunt:-T sabes por qu?-Porque siembras y siembras a pesar de la sequa. Nadie entiende por qu o para qu lo haces si nada crecer-respondi el pequeo.-Yo amo sembrar, es lo que s hacer, he nacido para eso. Si solo siembro cuando el clima es favorable qu mrito tiene?-Que seguro crecer lo que has sembrado y no perders tiempo y semillas-respondi el nio con la misma sinceridad que antes.-Mira pequeo-dijo el hombre-Yo siempre siembro pues para eso he nacido y si no sembrase no sera yo. An sin lluvia yo necesito sembrar porque s que, a pesar de la falta de agua, algo luego crecer. Creme, quienes siembran siempre ms all del clima, ms all de todo son los que hacen la diferencia en este mundo. Yo siembro mis semillas, las del trabajo honrado, las de la esperanza, las del esfuerzo y s que ms all de todo, algn da ese esfuerzo dar sus frutos.Y el nio, en la sabidura propia de la infancia, entendi que ese hombre de loco no tena nada O que, en todo caso, era mejor contagiarse de esa locura que vivir con la cordura que vea en todos los dems.Lleg a su casa, tom unas cuantas semillas y comenz a sembrar.Fin