El Rey Midas

En un lejano país vivía un rey que lo que más deseaba era ser rico, sumamente rico.

Aunque en su palacio tenía muchas riquezas, el rey Midas siempre se lamentaba de no tener más.

Cuando comía, miraba el plato y pensaba: “¡Me gustaría que fuera de oro!”

Cuando escribía una carta, decía:- Un rey como yo debería tener un lápiz de oro puro.

Tocaba los muebles con desprecio diciendo:- ¡Sólo son de madera!

Un día en que se estaba quejando como de costumbre, se apareció un hada que le dijo:- De ahora en adelante, todo lo que toques se convertirá en oro. Y desapareció.