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5/28/2018 Cuentos medievales en la tradicin oral de Asturias
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JESSSUREZLPEZ
Cuentos medievales
en la tradicion oral
de Asturias
RED DE MUSEOS ETNOGRFICOS DE ASTURIAS
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CUENTOS MEDIEVALES
EN LA
TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
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REDDEMUSEOSETNOGRFICOSDEASTURIASFUENTESPARAELESTUDIODELAANTROPOLOGAASTURIANA
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MUSEO DEL PUEBLO DE ASTURIAS
ARCHIVO DE LA TRADICIN ORAL
CUENTOS MEDIEVALES
EN LA
TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
por
JESSSUREZLPEZ
Con un prlogo de
MARAJESSLACARRA
RED DE MUSEOS ETNOGRFICOS DE ASTURIAS
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Esta obra est ba o una licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Espa a de reative ommons
Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/o envie una carta a reative ommons, 171 Second Street, Suite 300, San rancisco, alifornia 94105, SA.
ISBN 978-84-96906-05-01
Depsito legal: AS-3236-2008
2009, 2 edicin (soporte digital)
2008, 1 edicin (papel)
de la obra: es s Sure pe
del prlogo: Mara Jess Lacarra
Depsito legal: AS-06177-2009
Edita: Red de Museos Etnogrficos de Asturias
Produccin digital: Miramontes iencia ecnolog a ultura
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PRESENTACIN
ESTACOLECCINde Cuentosmedievales en la tradicin oral de Asturiasrecoge untotal de 60 cuentos populares que tienen antecedentes en diversas obras,
ejemplarios y compilaciones cuentsticas que van desde la Disciplina clericalisla-tina (siglo XII) y el Calila e Dimna castellano (siglo XIII) hasta el Decameronitalia-no (siglo XIV) o el Till Eulenspiegelalemn (siglo XVI). Cmo han llegado hastanosotros por transmisin oral no es en s un misterio, pero no por ellodeja de asombrarnos una y otra vez el hecho de recoger de boca de campesi-nos iletrados algunas de las narraciones ms seeras de la literatura universal.
Quiz estas versiones orales no sean tan renadas como aquellas que fueronpuestas por escrito a lo largo de la Edad Media; pero en su tosquedad y falta
de articio se encuentra uno de sus principales valores. En este sentido, po-dra decirse que los cuentos aqu reunidos representan la tradicin folclrica
secular, tanto por la exclusiva procedencia oral de las versiones como por ladedigna transcripcin de las mismas. Incluso se podra aventurar que algu-nas de estas versiones orales delatan, varios siglos despus, manipulacionesinteresadas por parte de amanuenses, compiladores y clrigos medievales que
trataron de dar un carcter ejemplar o moralizante a numerosos cuentos, fa-cecias y chistes que, ya en aquella poca, corran en boca del pueblo. A modode ejemplo, se puede comparar el texto de El prncipe y la tormenta que seinserta en el Libro del caballero Zifar (siglo XIV) con las tres versiones orales as-turianas rarsimas en la tradicin hispnica procedentes de los concejosde Casu, Quirs y Villayn que editamos bajo los nmeros 24.1, 24.2 y 24.3.O examinar los textos de El viento olvidado y Dios da ciento por una quese recogen en el Libro de los enxemplos(siglo XIV), a la luz de las versiones proce-
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dentes de Grao, Cangas del Narcea y Salas (nmeros 13.1, 13.2 y 13.3) y Boal,Cangas del Narcea y Mieres (nmeros 47.1, 47.2 y 47.3), respectivamente.Tambin es interesante comprobar cmo la tradicin oral asturiana conserva
versiones ntegras de cuentos medievales que, hasta ahora, slo se conocanpor alusiones o en versin fragmentaria, como muestra la comparacin del
texto editado en el Libro de los evangelios del adviento (siglo XV) con las ocho ver-siones asturianas que, bajo el ttulo de El engao del ilusionista, publicamosen este libro (nmeros 55.1 a 55.8); o nos revela el carcter folclrico de epi-sodios emblemticos de la literatura espaola, como el de lo que contesiadon Pitas Payas, pintor de Bretaa en el Libro de buen amor (siglo XIV), cuyatradicionalidad era objeto de discusin y ahora queda probada de factogracias
a la versin tinetense de Don Pitas Payas (n. 51). La serie de ejemplos enlos que la tradicin oral asturiana de los siglos XXy XXIarroja nueva luz sobrelos textos literarios medievales podra ampliarse a todos los cuentos que seincluyen en esta coleccin. Para facilitar esa tarea al lector no especializado,
hemos credo conveniente editar el correspondiente texto medieval al frente
de cada grupo de versiones de la tradicin oral asturiana, con la seguridad deque su cotejo resultar apasionante a cualquiera que se acerque a las pginasde este libro, tanto si es un lector novel como si se trata del ms avezado delos medievalistas.
JESSSUREZLPEZArchivo de la Tradicin OralMuseo del Pueblo de Asturias
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EL CUENTO FOLCLRICO MEDIEVAL, DE AYER A HOY
ELVOLUMENQUEAHORAse publica supone en cierto modo una continua-cin de los preciosos Cuentos del Siglo de oro en la tradicin oral de Asturias,
que el mismo autor dio a conocer en 1998. Al igual que entonces los relatosvan ordenados y clasicados segn el clsico Catlogo de tipos folclricosde Aarne-Thompson (AT), actualizado en el ao 2004 por Uther (ATU), pero el proce-dimiento ahora utilizado es algo diferente y mucho ms claro. El autor no se
limita a indicar en nota el paralelismo entre el cuento oral y el literario, sino quetranscribe ntegramente los textos medievales, mayoritariamente castellanos,
aunque tambin los hay en otras lenguas, seguidos de la versin, o versio-nes, recogidas de la tradicin oral asturiana. De esa manera el lector encuentratranscritos en pginas sucesivas unos relatos separados en el tiempo, por lo quepuede extraer sus propias conclusiones.
Estamos ante una prueba de la tradicionalidad de estos cuentos medieva-les? Para el profesor Maxime Chevalier los cuentecillos del Siglo de Oro que to-dava contaban con una extensa difusin actual en el rea de la lengua espaola
y portuguesa podran ser folclricos, criterio que en ciertas ocasiones sera v-
lido tambin para la Edad Media. Los predicadores elaboraban sus sermonesadaptados al pblico oyente, lo que les llevaba a ilustrarlos con exempla, que enmuchos casos no eran ms que cuentos tradicionales revestidos de un ropajemoralizante. Slo as se explica que el estudio del corpusejemplar lleve a des-cubrir numerosas versiones emparentadas con cuentos-tipo bien conocidostodava hoy por la tradicin folclrica. Las historias protagonizadas por mu-jeres testarudas que se empean en llamar piojoso al marido, pese a estar conel agua al cuello, o que insisten en que el prado ha sido cortado y no segado,
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haciendo con las manos el gesto de las tijeras, guraban en los sermonarios
de Jacques de Vitry o tienne de Bourbon, las podemos leer en el Arciprestede Talavera o Corbachoy siguen vivas, ya como chistes, en la tradicin espaola,
americana y sefard; las versiones de Jess Surez (n. 31 y n. 32) prueban supervivencia en la tradicin oral asturiana.
En otros casos la coincidencia se explicara por su procedencia litera-ria, favorecida por la difusin de algunas historias en pliegos de cordel hasta
poca moderna, como ocurra con el cuento-tipo 706 (12: La doncella delas manos cortadas), o por las lecturas escolares. El uso de fbulas para la
enseanza del latn explica la proliferacin de testimonios escritos medievales,
ya que Esopo perteneca a la categora de los auctores minores utilizadospara los ejercicios retricos y gramaticales, pero el uso escolar continu siglosdespus, aunque ya con nalidad edicante. No resulta extrao, pues, que
sigan viviendo en el folclore peninsular numerosas fbulas, como la nmero 3
(La raposa y la cigea se invitan), n. 4 (El nico truco del gato), n. 5(El ratn de aldea y el de campo), n. 8 (El festn fracasado del lobo), n. 9
(Malos llobos vos coman!) o n. 10 (La serpiente ingrata).
Ms enigmtica es la historia de La raposa y el alcaravn con la que se
abre este libro, de origen desconocido y que se ha difundido con importantescambios en el sentido ltimo. La historia constituye el captulo 18 del Calila eDimna castellano, pero no se halla en el Panchatantrani en el texto original de ibnal-Muqaffa, y ms bien parece una adicin tarda de algunos manuscritos rabes
y de sus traducciones hebreas.1La difusin actual de esta fbula, muy popular enel mbito hispnico,2permitira aventurar que se trata de un cuento tradicionalen Al-Andalus, incorporado por algn copista al manuscrito rabe del que deri-va la traduccin alfons. En este caso, las versiones recogidas hoy seran un eco
del folclore hispano-rabe, como parece atestiguarlo la presencia del trmino
1Vase el interesante trabajo de Franois de Blois, Burzoys Voyage to India and the Origin ofthe Book of Kalilah wa Dimnah, London, Royal Asiatic Society, 1990, esp. p. 12. Los dos captulosnales del Calila e Dimna son considerados espurios por los arabistas y se especula con suincorporacin en manuscritos de Al-Andalus.
2A las numerosas versiones orales recogidas, cabe aadir su aparicin en la obra de CamiloJos Cela,Judos, moros y cristianos, Barcelona, Destino, 1981, pp. 40-41.
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de etimologa semtica alcaravn, con el que se designa en el Calila e Dimna al avezancuda que aconseja a la paloma cmo defenderse de los ataques de la raposa,
aunque luego no sabe salvarse a s misma. Este trmino ha quedado en Espaa
prcticamente reservado a la bibliografa tcnica dedicada a temas de zoologao ecologa, aunque se recoge hasta el siglo XVIIy sobrevive en Hispanoamrica.3Su presencia hasta hoy en la tradicin oral slo puede explicarse por el arraigode este cuento y por su utilizacin en el nal rimado, cuando el zorro exclama
triunfal: Alcaravn com!, y ste aprovecha que su agresor ha abierto la
boca, para gritar mientras huye: A otro que no a m!.
El cuento medieval se sustentaba tambin sobre un refrn, pero de orien-tacin bien distinta. En el Calila e Dimnael alcaravn no poda librarse a tiem-po de la raposa, por lo que se converta en un buen ejemplo de quien daconsejos a otros pero no sabe aplicarlos a s mismo. Ya desde nales del siglo
XIIIaparece documentado en forma de proverbio en los Castigos de Sancho IV(cap. XVII) Por esso dize el proverbio en Castilla: Alcaravn fadiduro, quea todos da consejo e a s non ninguno, y fue retomado por el Marqus de
Santillana en sus Refranes (n. 287)4. La asociacin entre proverbio y cuento esevidente en la coleccin de Hernn Nez (c. 1549), donde el refrn Alcara-
vn ancudo, para otros consejo, para s no ninguno se explica a partir de lahistoria del Calila:
Una paloma tena su nido en un rbol, la vulpeja amenazola que la comera, si nola dava parte de sus hijos. La paloma de miedo dvasela. El alcaravn compades-cindose de la paloma, diole consejo que no le diesse nada; porque el rbol era tanalto que no podra subir la vulpeja. Y ass no le dio dende en adelante nada y dixo elporqu. Pregunt la vulpeja quin le ava dado aquel consejo. Respondi que el al-
3alcaravn: Ave caradriforme de cabeza redondeada, patas largas y amarillas, pico relati-vamente corto y grandes ojos amarillos. De costumbres crepusculares o nocturnas, habita enterrenos descubiertos, pedregosos o arenosos (DRAE). En la base de datos CORDE(rae.es) lavoz no es demasiado frecuente: se documenta en el Calila e Dimna, La Celestina, los refranes deHernn Nez (c. 1549), elEndeclogo contra Antoniana Margarita(1556) de Francisco de Sosa,el Libro de cetrera de caza de azor(1565) de Fadrique de Ziga y Sotomayor y elArte de Ballesteray Montera(1644) de Alonso Martnez de Espinar, junto a autores hispanomericanos contempo-rneos, como Miguel ngel Asturias, Rmulo Gallegos o Gabriel Garca Mrquez.
4Vase Hugo O. Bizzarri,El refranero castellano en la Edad Media,Madrid, Jcar, 2004, p. 147.
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caravn. Despus travando plticas la vulpeja con el alcaravn, alabole de sabio enla governacin de su vida y entre otras cosas preguntole qu haza quando queradormir. Respondi el alcaravn que meta la cabea debaxo de las alas, y diziendo
y haziendo metiola. Entonces arremeti la vulpeja contra el alcaravn y comisele.Y ass hizo la vulpeja verdadera la sentencia de Eurpides, poeta griego. Reniegodel sabio, que para s no es sabio.5
Por el contrario en el folclore actual el cuento enlaza con el motivo del
animal captor obligado a hablar (ATU 6), lo que implica el triunfo del conse-jero sobre su agresor.En la versin recogida por Jess Surez la informantedesconoce el sentido de la voz alcaravn y la sustituye por garabana, pero nopuede sustraerse al recuerdo del proverbio rimado con el que se cierra la
historia, por lo que la raposina cambia el Garabn com! por el ms tradi-cional Aljarabn com!.
Juntos a estos y otros cuentos bien conocidos por los amantes de la literatu-ra oral (como Los tres consejos, Las respuestas desconcertantes o El repar-to engaoso de la cosecha), Jess Surez ha recogido autnticas sorpresas queel estudioso del cuento medieval deber tener muy en cuenta a partir de ahora;en algunos casos por tratarse de versiones poco frecuentes o con motivos des-concertantes por su coincidencia con los textos antiguos (como ocurre con loscuentos 7, 17, 18, 37, 40, 41, 46 50), en otros por su condicin de testimoniosnicos, como la preciosa versin de don Pitas Payas (n. 51).
Entre los primeros La apuesta a ver el primer sol (ATU 120) recrea untema que ya apareca en la obra de Justino, Eptome de las historias flpicas deTrogo Pompeyo, XVIII, 3, 6-19, insertado en una historia ms extensa, de dondeprocede el ejemplo castellano medieval. A principios del XVIel franciscano Jo-hannes Pauli inclua otra versin en su clebre Schimpf und Ernst(1519), en la
que un juez aconseja a tres hermanos, aspirantes al trono del padre, que diri-man la cuestin con esta apuesta. En la tradicin oral, sin embargo, el motivoaparece habitualmente protagonizado por animales, como la zorra y el sapo oel lobo y la zorra, quienes resuelven algn problema con este procedimiento,
5Hernn Nez de Toledo y Guzmn, Refranes o proverbios en romance: con sus glosas y numerados segnel orden en que fueron escritos en la edicin prncipe, con indicacin del folio , edicin crtica de Louis Combet, JuliaSevilla Muoz, Germn Conde Tarro y Josep Guia i Marn, Madrid, Guillermo Blzquez, 2001.
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como quin se quedar con el queso encontrado; de ah que Aarne-Thomp-son-Uther lo cataloguen, bajo el item 120, entre los cuentos de animales. Laversin antropomorfa recogida por Jess Surez, en la que un rey dar en ma-
trimonio a su hija al primero que vea salir el sol, se distancia as de la mayorade las versiones peninsulares y se acerca a los textos medievales.6
Del cuento tipo 838 Camarena y Chevalier slo encontraron una versingallega, bastante alejada de los relatos antiguos.7Por el contrario, la interesan-te narracin recogida por Jess Surez (n. 17) se cierra con otro cuentecilloque la informante inserta, a modo de caja china, recordando las palabras de
su ta, que es un el reejo de un texto medieval:
Y siempre contaba de uno que se hiciera ladrn porque empezara por una ahuja, yala madre que se lo admita todo en casa, ya que allegara a ser un ladrn facineroso
siempre me contaba ese cuento ya que allegaran a llevalo preso como ladrn,ya que cuando lo llevaban...contbamelo ella, que dijera.
Quiero dar un abrazo a mi madre, que nunca ms la ver.
Pero, qu fuera el abrazo?, que le arrancara una oreja con los dientes!, por -que le consintiera lo que robaba. Siempre le contaba ese cuento, que fuera la madre
la que lo hiciera ladrn.
La historia del ladrn condenado que, al despedirse de uno de sus proge-nitores, le arranca una oreja o le muerde los labios por no haberle aconsejadobien durante su infancia, tiene una larga andadura en la literatura didctica
medieval, desde el De disciplina scholariumdel seudo Boecio al Speculum moralede Vicente de Beauvais o las colecciones espicas medievales, pasando pornumerosos ejemplarios o sermonarios como el de Jacques de Vitry. Comoseala J. M. Cacho Blecua8, entre los textos existentes se pueden distinguir dos
6J. Camarena Laucirica y M. Chevalier, Catlogo tipolgico del cuento folklrico espaol. Cuentos deanimales, Madrid, Gredos, 1997, pp. 194-195.
7J. Camarena Laucirica y M. Chevalier, Catlogo tipolgico del cuento folklrico espaol. Cuentosreligiosos,Alcal de Henares, Centro de Estudios Cervantinos,2003, pp. 324-325.
8Juan Manuel Cacho Blecua, La crueldad del castigo: el ajusticiamiento del traidor y laprtiga educadora en el Libro del caballero Zifar, enAragn en la Edad Media. Sesiones de trabajo(Violencia y conictividad en la sociedad de la Espaa bajomedieval). IV Seminario de Historia Medieval,Zaragoza, Universidad de Zaragoza - Departamento de Historia Medieval, 1995, pp. 59-89.
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grandes bloques en funcin del familiar a quien se le atribuya la mala educa -cin recibida. En la tradicin espica as como en el Libro del Caballero Zifar,
la culpabilidad recae sobre la madre viuda, mientras que en la gran mayora delos textos restantes, se inculpa al padre. La versin de Jess Surez, reducida asus trazos ms elementales, est muy prxima al texto delEsopete en el que elmozo, camino del patbulo, pidi licencia para hablar en secreto con su madre:e bolviendo para ella e llegando su boca a la oreja della como para le fablar
en secreto, cortole la oreja con los dientes.9
El Cuento del medio amigo, de probable origen oriental, tuvo una tem-prana difusin en Occidente gracias a su insercin en la Disciplina clericalis de
Pedro Alfonso y a que enalteca valores como la amistad y la prueba, tan impor-tantes en la tradicin didctica. Un joven alardea ante su padre de sus muchosamigos, hasta que ste decide una prueba que sirva de escarmiento a su hijo. Leaconseja que se acerque a sus casas con un saco sangrante en el que solo hayel cadver de un animal, pidindoles ayuda para enterrar a un hombre, a quiencasualmente acaba de matar. Tras el fracaso del hijo, el padre le recomienda que
acuda a su medio amigo, quien socorre al apurado muchacho sin indagar lascausas del suceso. Slo en la tradicin literaria hispnica contamos con doce
versiones con interesantes variantes que no pueden deberse nicamente a ladiversa interpretacin de sus autores, sino que hacen pensar que stos pudieranconocer tambin la misma historia por cauces orales. Para poder mostrar estahiptesis contamos con pocos recursos, aunque la armacin de Maxime Che-valier a pesar de haberse recogido en el rea catalana, el cuento no parecehaber arraigado rmemente en la tradicin espaola10, deba hoy matizarse.A las versiones catalanas, sefardes e hispanoamericanas ya conocidas, se han
sumado recientemente un interesante cuento guineano y un texto registradopor Julio Camarena, junto al que da ahora a conocer Jess Surez (n. 18).11
9Esopete ystoriado (Toulouse 1488), ed. Victoria A. Burrus y Harriet Goldberg, Madison,Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1990, pp. 112-113.
10Maxime Chevalier, El Libro de los exemplos y la tradicin oral,Dicenda,6 (1987), pp. 83-92 (p. 86).
11 Jos El,El joven que atrap al puercoespn blancoy otros cuentos de los fang de Guinea ecuatorial,ed. Jos Manuel Pedrosa y Antonio Ruiz, Vic, Ceiba, 2004, cuento 20; Camarena-Chevalier, ob.
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Ninguna versin oral coincide exactamente con las desviaciones observadasen las recreaciones medievales, aunque las conuencias parciales en algunos
elementos merecen ser destacadas. Especialmente curioso es el papel que des-empea en tres de ellas, la castellana, la asturiana y la guineana, la celebracin deuna comida. Este banquete nal, ajeno a la Disciplina clericalis, enlaza la versinincluida en los Castigos de Sancho IV con el cuento del Caballero Zifar. Induda-blemente estamos ante un colofn lgico para aprovechar el animal sacricado
o el pellejo de vino de la versin asturiana, sin que sea necesario establecer unadependencia textual, pero es muy probable que los autores medievales elabora-ran sus versiones combinando la tradicin oriental y ejemplar con los recuerdos
de cuentos folclricos no muy diferentes a los que ahora se van rescatando.La historia del crimen revelado gracias al testimonio de animales, plantas
u objetos inanimados (ATU 960 A) se remonta al siglo Ia. C. cuando se formla leyenda de Las grullas de bicus. Segn recogen ya tardamente diversosautores, bico, poeta griego del siglo VIa. C., antes de morir asesinado porunos ladrones puso a las grullas por testigo del crimen, y estas aves sirvierondas despus para descubrir a los culpables. La coincidencia entre el nom-bre del poeta, bicus, y de las aves, ibis, hace pensar que en su origen podatratarse de un relato etiolgico, pero en su amplsima difusin, a travs dela tradicin literaria y del folclore, se ha ido perdiendo esta identicacin.
Como seala Jos Manuel Pedrosa, la gran mayora de las versiones de latradicin oral estn protagonizadas por otros animales, plantas y hasta obje-tos inanimados y son muy escasas las versiones tradicionales modernas denuestra fbula que siguen estando protagonizadas por grullas.12La versinasturiana, recogida por Jess Surez (n. 25.1), se convierte as en un testimo-nio excepcional por su proximidad al arquetipo.
cit., 2003, pp. 208-211. Estudi el tema en El medio amigo (AT 893). La singularidad de las
versiones hispnicas medievales a la luz de la tradicin oral, en Juan Manuel Cacho Blecua y MaraJess Lacarra (eds.), Tipologa de las formas narrativas breves romnicas medievales (III),Universidad deZaragoza; Universidad de Granada, 2004, pp. 267-292.
12J. M. Pedrosa, Las grullas de bicus (AT 960A): de la tradicin clsica a la literaturacontempornea, en Juan Manuel Cacho Blecua y Mara Jess Lacarra (eds.), Tipologa de lasformas narrativas breves romnicas medievales (III), ob. cit., pp. 351-392 (368).
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En el ltimo apartado se incluyen cuentos no clasicados, que, pese a tener
un indudable tono folclrico, no estn catalogados como tipos, lo que no su-pone que deban ser considerados nuevos, como lo prueba la correspondencia
que se establece con textos medievales, sino que su difusin ha sido muy redu-cida o nula. Este es el caso de la inslita versin del cuento de Don Pitas Payas,uno de los relatos ms cmicos y mejor construidos del Libro de buen amor(estr. 474-484), del que no se conoca hasta ahora ningn paralelo folclrico ni
tampoco ningn modelo literario. Los estudiosos se han sorprendido siemprepor el hecho de que se conserven trece versiones escritas, tres de ellas del sigloXIVel Libro de buen amor, un annimo alemn y una novellade Sercambi,aparentemente independientes, ante lo que slo caba aventurar un texto ante-
rior perdido o una versin oral. Entre los partidarios de esta ltima hiptesis,destaca Jos Fradejas para quien la enumeracin de estas versiones es ms quesuciente para determinar que el cuento originario era una narracin folclrica
conocida en Espaa, Italia, Alemania y sin duda Francia13. Circulara oral-mente en la Espaa del XIV, y a su vez por Francia, Italia o Alemania, un relatosimilar al de don Pitas Payas? El enigma es de difcil solucin. Ian Michael, en
su clsico estudio sobre el cuento popular en el Libro de buen amor, no dud encatalogarlo como el tipo 1419 (The Returning Husband Hoodwinked)14, pero ladescripcin de este tipo y sus variantes permite ver que las coincidencias sonescasas, ya que siempre se trata del amante sorprendido por el regreso ines-perado del marido. Segn McGrady 15, Miletich lo habra escuchado en 1950,
13Jos Fradejas Lebrero,Novela corta del siglo XVI, Barcelona, Plaza Jans (Biblioteca crticade autores espaoles, 33 y 34), 1985, p. 35.
14Tanto Ian Michael, The Function of the Popular Tale in the Libro de buen amor, en LibrodeBuen Amor Studies, ed. de G. B. Gybbon-Monypenny, Londres, Tamesis Books, 1970, pp. 177-218 (203-204) como Rafael Beltrn, Cuentos populares del Libro de buen amoren la tradicinoral moderna, II: religiosos, novelescos, de matrimonios y de mentirosos, enActes del X CongrsInternacional de lAssociaci Hispnica de Literatura Medieval,Alacant, IIFV: Symposia Philologica, I, pp.385-401 (385-401), consideran que pertenece al grupo de cuentos de casados, que ocupan, dentrodel Catlogode Aarne- Thompson-Uther, los tipos 1350-1437, aunque tambin podra encuadrarseentre las historias de matrimonios que abarcan los tipos 1350-1439, donde encontramos relatosms prximos, como El cuento del papagayo (1352A) o El nio de nieve (1362).
15Donald McGrady, The Story of the Painter and his little Lamb, Thesaurus, 33 (1978),357-406 (359). Por su parte Louise Vasvari, Pitas Pajas: Popular Phonosymbolism, Revista de
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sustituyendo el cordero o el asno por un pato, que, tras el encuentro con elamante, haba cruzado a la otra orilla, aunque no proporciona el texto. Todoello hace que podamos considerar la versin de Jess Surez nica. El hallazgo
de un solo testimonio parece un dbil argumento para probar la tradicionali-dad de esta historia en el pasado; sin embargo, su grado de folclorizacin hace
difcil considerarlo como una mera adaptacin de un texto literario. En ella el
marido no se sorprende al descubrir cmo el petit corder se ha convertidoen un carner con todo su apero sino al ver cmo al caballo le han surgidounas espuelas que antes no estaban. El cambio de imagen recuerda a lo ocu-rrido en las versiones francesas, entre otras la clebre de La Fontaine, en las
que el marido pinta un asno en el vientre de la esposa, al que el amante, que
no recuerda bien el modelo, aade una albarda. La interpretacin resulta anms evidente, ya que el asno, animal siempre en celo, se asocia a la libido y laadicin de la albarda es una clara alusin a la cabalgada que el esposo colricocomprende de inmediato.
El repaso podra resultar inagotable, porque muchos de los etnotextosaqu presentados son versiones nicas o con variantes sumamente interesan-tes que conceden a esta coleccin un incalculable valor, no solo para el inte-
resado por los cuentos medievales, sino para cualquier amante de la tradicinoral. El que al principio del siglo XXIhayan podido ser recolectados nos indicaque la literatura oral no est extinta del todo, pero tambin dice mucho de lasabidura y habilidad con la que Jess Surez ha logrado salvar estos tesorospara disfrute de todos nosotros.
MARAJESSLACARRAUniversidad de Zaragoza
EstudiosHispnicos, 26 (1992),135-162(155), alude a una versin oral sin transmitirla, mientrasque Alan Deyermond, A Hidden Tradition?: The Greek and the Romans and Don Pitas Payasin North America, The Libro de Buen Amor in England. A Tribute to Gerald Gybbon-Monypenny,Manchester, University of Manchester (Department of Spanish and Portuguese Studies), 2004,
pp. 41-45, recuerda unos chistes anlogos a ambos cuentos recogidos a colegas en Nueva Yorky Toronto, que atribuye a lectura del Libro de Buen Amor.
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CUENTOS
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CRITERIOS DE EDICIN
La clasicacin de los cuentos se ha realizado siguiendo la numeracin
establecida en el catlogo universal de cuentos de Hans-Jrg Uther, TheTypes of International Folktales. A Classication and Bibliography, Based on the Systemof Antti Aarne and Stith Thompson(Helsinki Suomalainen Tiedeakatemia-Aca-demia Scientiarum Fennica, 2004), que citamos de forma abreviada (ATU) an-tes del nmero correspondiente. De manera complementaria, utilizamos tam-bin el Catlogo tipolgico del cuento folklrico espaolde Julio Camarena y MaximeChevalier, del que se han editado hasta ahora cuatro volmenes: Cuentos ma-ravillosos (Madrid: Gredos, 1995), Cuentos de animales (Madrid: Gredos, 1997),
Cuentos religiosos (Madrid: Centro de Estudios Cervantinos, 2003) y Cuentosnovela(Madrid: Centro de Estudios Cervantinos, 2003).
Todos los cuentos de esta coleccin han sido recogidos de viva voz me-diante grabacin magnetofnica. Al editar estos cuentos en forma impresa,
lo que ofrecemos al lector es la transcripcin literal de las grabaciones, sin
normalizar, depurar ni corregir el discurso hablado de los narradores.
El hecho de pertenecer a una zona lingsticamente tan compleja comoes Asturias, donde conviven diferentes lenguas y variedades dialectales (caste-llano, asturiano oriental, central, occidental y gallego-asturiano) diculta nota-blemente la transcripcin de los documentos orales, pero proporciona un es-timable valor aadido al corpus de textos resultante, que, adems de su valorliterario, se revela como un esplndido muestrario de fenmenos lingsticos,
giros y expresiones del habla viva de la regin.
Sin nimo de exhaustividad, y con la intencin de facilitar la comprensin
de los textos a lectores no familiarizados con las diferentes variedades dialec-
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tales de la lengua asturiana, reseamos a continuacin aquellas peculiaridadeslingsticas que consideramos ms relevantes:
Presencia de h aspirada (graada ) en versiones procedentes de la
zona oriental de Asturias: h.abes, habas; h.ame, hambre; h.aria, harina; h. iyos,hijos; h.ueyes, hojas; etc.; frente a conservacin de F- latina en el resto de laregin: facer, hacer;fame, hambre;farina, harina;farto, harto;ferraduras,herraduras; fyo, hijo;fo, hijo; etc.
Presencia de che vaqueira (africada, apical, palatal, sorda) procedente
de L y LL latinas en versiones procedentes de la zona centro-occidentalde Asturias: aquell..a,gall..ina,ll..abrar, ll..ariega, ll..obu, ll..ombu, ll..ugar,etc.; frente al em-
pleo de la ll comn (lquida, lateral, palatal, sonora) en el resto de la regin:aquella,gallina,llabrar, llariega, llobu, llombu, llugar,etc.
Resultado ch < PL, KL, FL latinos en palabras como: chen, lle-no, chegar, llegar; chamar, llamar; chevar, llevar; en el rea occidentalde la regin.
Resultado ch < LJ, KL, GL latinos en palabras como: mu-
cher, mujer; atachu, atajo; aparichar aparejar; viechu, viejo; en el areaoccidental; frente a resultado y generalizado en el resto de la regin:muyer,
atayu, apareyar, vieyu.
Presencia de la palatal fricativa sorda (graada x) en palabras como:
abaxu, abajo; baxar, bajar; coxu, cojo; dixu, dijo; feixo, hizo; xiste,
hiciste; virxen, virgen; xente, gente, etc.
Presencia de metafona (inexin producida por la -u nal sobre la
vocal tnica que le antecede en la misma palabra) en versiones procedentesde la zona central de Asturias: aceleru, acelerado; cincirru, cencerro; contintu,
contento; ucu, loco;pirru, perro; rapusu, raposo; rebu, rabo; quemu,quemado; etc.
Distincin grca de formas homfonas: ya para la conjuncin co-pulativa, y para el adverbio de tiempo, y ia para la 3. persona singulardel presente indicativo del verbo ser, en versiones procedentes de la zonaoccidental de Asturias.
Terminacin de formas verbales de 3. persona del plural en anon /
anun: casanon, casaron; cenanon, cenaron; desayunanon, desayunaron;fue-
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non, fueron, llevanon, llevaron,pasanon, pasaron, quisienon, quisieron, ter-minanon, terminaron / cuntanun, contaron; cheganun, llegaron; mandanun,mandaron;pasanun, pasaron;preparanun, prepararon; etc.
En cuanto al referente pronominal de implemento (lo, los / la, las), sepresenta generalmente en forma encltica: matulo, lo mat; matnonlo, lomataron; tirulo, lo tir; tirnonlo, lo tiraron; etc.
Respecto del referente pronominal de complemento (le, les), derivado
de ILLI latino, se ofrecen resultados en i / is: escribiron-ll..i, le escribie-ron; dixnun-ll..i, le dijeron; y en e / es: dxu-ll..e, le dijo; escribi-ll..es, lesescribi; contu-ll..elo, se lo cont en versiones de la zona zona occidental de
Asturias donde se emplea la che vaqueira; frente a resultados en -lle / -lles:dxo-lle,le dijo; mandu- e, le mand. pag- e, le pag; saliron- es, lessalieron; robron- es, les robaron; resultados en y / ys: conta-y, contar-le; hace-y, hacerle, hac-ylos, hacrselos; dba-y, le daba; que-y dieran, que ledieran;peg-y, le peg; cont-ylo, se lo cont, llenbase-y, se le llenaba; mo-vinse-y, se le movan, tena-yla, se la tena, haca-ylos, se los haca / dijno-ys,les dijeron;faltba-ys, les faltaba; o resultados en y / -yos:faltba-yos, lesfaltaba; sacban-yos, les sacaban; llamban-yos, les llamaban, en el resto de la
zona occidental (salvo la zona de habla gallego-asturiana), centro y oriente.
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CUENTOS DE ANIMALES
1
La raposa y el alcaravn
(ATU 56A)
De la gulpexa et de la paloma et del alcaravn (Calila e Dimna, siglo XIII).
Dizen que una paloma sacava palominos de un su nido que ava en una palma muy
alta. Et la paloma por mudar su nido all ava grant trabajo, tanto era de alta. Et quando
pona sus huevos, sacvalos; et desque los tena sacados, venase una gulpeja a ella que la
sola requerir a la sazn que salan et que andavan ya sus palominos. Parvase a la razde la palma et dava bozes amenazndola que subira a ella si le non echava los palominos.
Et ella echvagelos con grant miedo que ava por amor de bevir, ca le deza que, si non
gelos echase, que sobira et que comera a ellos et a ella. Et estando ella as un da et sus
palominos eguados, asom un alcaravn, et pos en la palma et vido la paloma estar muy
triste et muy cuitada. Et dxole:
Por qu ests demudada?
Dixo ella:
Hame deparado mi ventura una gulpeja, et sol que sabe que mis palominos son
criados, vineme amenazar et a dar bozes a la raz desta palma, et yo con miedo chogelos.
Et dixo el alcaravn:
Quando veniere a fazer lo que dizes, dile t: Non te echar mis jos sino que
subas por ellos et que los comas; et si non, yo non te echar ninguno.
Et desque le ovo aconsejado el alcaravn esta arte, bol et asent ribera de un ro. Et
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la gulpeja veno a la paloma commo sola fazer, et parse a raz de la palma, et dio bozes
et gritos, et amenazava commo sola fazer. Et la paloma respondile et dxole lo que el
alcaravn le enseara. Et dxole la gulpeja:
Quin fue el que te dixo esto?
Dixo la paloma:
El alcaravn me lo dixo, que est a la ribera del ro.
Et la raposa fue a buscarlo, et falllo parado en pies et dxole:
Dios te salve, amigo, qu fazes aqu? Sabes por qu te vine a buscar? Porque me
dixeron que sabes muchos bienes para se guardar omne de los aendentes de los aires del
ielo; et vine a ti por decoger algunt bien de ti.Et dixo el alcaravn:
Alo el un pie, et mtolo as a carona de mi vientre; et quando aquel es caliente, alo
el otro et quito aquel, et sfrome desta guisa.
Et dxole:
Quando el viento te da del diestro, qu fazes et dnde pones la cabea?
Dxo el alcaravn:
Pngola al siniestro.
Et quando te da del siniestro?
Dixo:
Pngola al diestro.
Dixo la gulpeja:
Quando te da el viento de todas partes, dnde la pones?
Dixo el alcaravn:Pngola so mi ala.
Dixo ella:
Et cmmo la puedes poner so tu ala, ca non me parese que se podr fazer?
Dixo l:
Por Dios, muy bien.
Dixo la gulpeja:
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Pues demustrame cmmo fazes, ca en verdat grant mejora avedes las aves sobre
ns, ca sabedes en una ora lo que ns non sabemos en un ao, et aun metedes vuestras ca-
beas sobre vuestras alas por viento et por fro; pues mustrame cmmo fazes.
Et meti el alcaravn su cabea so su ala, et dio salto en l la gulpeja, et matlo. Et
dxole:
Enemigo de Dios, mostraste carrera cmmo te matasen, et diste consejo a la paloma
para que estoriese de la cuita en que estava1.
1.1
La raposa y el alcaravn(ATU 56A+ 6)
Lugar: Roayer,ALLER / AYER.
Informante: Vitoria lvarez Bigotes, 76 aos, campesina (2001).
Era una tordina*que tena un nial*en una espinera, y llegaba la raposina:
Tordina, si nu[n] me das un tordn crtote la espinera con el rebu*!
Volva otru da:
Tordina, si nu[n] me das un tordn crtote la espinera con el rebu!
Claro, la tordina mui disgust porque coma-y los... pas por all la primagarabana...
Qu tienes, prima?, por qu lloras?
Porque vien la raposina y dizme que si nu[n]-y doi un tordn que me
corta la espinera con el rebu.Y diz e a:
1Calila e Dimna, XVIII, ed. J. M. Cacho Blecua y Mara Jess Lacarra (Madrid: ClsicosCastalia, 1984), pgs. 352-354.
*Tordina: hembra del tordo o mirlo.*Nial: nido.*Rebu: en asturiano central, con metafona, rabo.
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Ah, tontona!, dile quazaos con aceros que cortan maderos, y no raboslisonjeros.
A otru da pasa la raposina:
Tordina, si nu[n] me das un tordn crtote la espinera con el rebu!Azaos con aceros cortan maderos, y no rabos lisonjeros!
Enda, quin taprendi tanto, ho?
La mio prima garabana.
Fue pa la orie al ro, taba la garabana saltando de piedra en piedra, va laraposina y agrrala... fai la garabana:
N, tienes que decir garabn com, porque si no mios padres andan bus-
cndome tola nuechi y nu[n] mencuentran y... as y saben que me comiste...Ents va la raposina y...
Aljarabn com!
La garabana escapa y diz e a:
A otra, que non a mi!2
2
Corta, rabo, corta!
(ATU 56A)
De lo que contesi a un raposo con un gallo (El conde Lucanor, siglo XIV).
Un omne bueno ava una casa en la montaa, e entre las otras cosas que criava en
su casa, criava siempre muchas gallinas e muchos gallos. E acaesi que uno de aquellos
gallos andava un da allongado de la casa por un campo e andando l muy sin reelo, violo
el raposo e vino muy ascondidamente, cuidndolo tomar. E el gallo sintilo e subi en unrbol que estava ya quanto alongado de los otros. Quando el raposo entendi que el gallo
estava en salvo, pesol mucho porque nol pudiera tomar e pens en qul manera podra guisar
quel tomasse. E entone endere al rbol, e comenol a rogar e a falagar e assegurar que
descendiesse a andar por el campo commo sola, e el gallo non lo quiso fazer. E desque el
2Versin publicada en documento sonoro:Atlas Sonoru de la Llingua Asturiana, III (Gijn:Red de Museos Etnogrcos de Asturias, 2006), n. 12.
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raposo entendi que por ningn falago non le poda engaar, comenol a menaar dizindol
que, pues dl non ava, que l guisara cmmo se fallase ende mal. E el gallo, entendiendo
que estava en su salvo, non dava nada por sus amenazas nin por sus seguranas.
E desque el raposo entendi que por todas estas maneras non le poda engaar, ende-re al rbol e comen a roer en l con los dientes e dar en l muy grandes colpes con la cola.
E el cativo del gallo tom miedo sin razn, non parando mientes cmmo aquel miedo que
el raposo le pona non le poda enpeer, espantse de valde e quiso for a los otros rboles
en que cuidava estar ms seguro, que non pudo llegar al monte, mas lleg a otro rbol. E
de que el raposo entendi que tomava miedo sin razn, fue en pos l; e ass lo lev de rbol
en rbor fasta que lo sac del monte e lo tom, e lo comi3.
2.1
Corta, rabo, corta!
(ATU 56A)
Lugar: Las Paniciegas,TINEO.
Informante: Jos lvarez Fernndez, 84 aos, campesino (1997).
Era una raposa que fue a un gallinero, ya sali con una pita, pero la pita es-cap ya subise a un carbayo, a la punta un carbayo. Ya la raposa detrs, dice:
No, pues t tas ah, pero y te baxar you!
Ya quiso cortar el carbayo col rabo. Empez a pegar col rabo contra elcarbayo. Ya deca la pita:
Corta, rabo, corta, que el carbayo y esta a!
Ya, claro, tuvo dando hasta que rompu el rabo. Ya despus foi el miou
perro, ya llegu ah, ya sali la raposa disparada. Deca la raposa:Ay, patinas mas, dade las zancas, que en este mundo todo ia trampas!4
3Don Juan Manuel,El Conde Lucanor,XII, ed. de Alfonso I. Sotelo (Madrid: Ctedra, 1989),pgs. 125-126.
4Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo delPueblo de Asturias, 1997).
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2.2
El cazador charlatn + Corta, rabo, corta!
(ATU 6 + 56A)
Lugar: Trabazo,TINEO.
Informante: Jos Garca Menndez, 67 aos, campesino (1997).
La raposa fue y agarru un pito, ya iba con l al hombro. Ya los vecinos
Ladrona, ladrona, ladrona!
Pero qu va, el pito nu lo soltaba. Ya diz el pito:
Diz-ys t que el pito que es muy mo, que l mismo lo declara.Ya abri la boca y ents el pito volu. Hala, pa la cereizar! Ya subu pa
una cereizar, ya ella todo el da all cortando col rabo.
Corta, corta, rabo sierra,rabo sierra, rabo sierra!
Ya deca el pito:
Corta, corta, rabo sierra,rabo sierra, rabo sierra,que la cereizar y esta a!5
3
La raposa y la cigea se invitan
(ATU 60)
Sermones vulgares(siglo XII).
Dicitur quod vulpes invitavit ciconiam ut secum manducaret et liquidas sorbiunculas
preparavit quas ciconia rostro capere non potuit, et ita vulpes illudens cyconie totum comedit.
Ciconia vero illudere volens illusorem vulpem ad prandium invitavit et posuit cibum in vase
5Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 3.3.
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unum modicum et strictum foramen in superiori parte habente. Cumque ciconia rostro infxo
cibum caperet vulpes intrinsecus ad cibum pertingere non potuit, et totum cyconia manduca-
vit6.
3.1
La raposa y la cigea se invitan
(ATU 60)
Lugar: El Plantao,ALLANDE.
Informante: Anita, 66 aos, campesina, natural de Ponticiella,VILLAYN(1998).
Un da la raposa invit a la cigea a comer, a comer a casa della. Y hzo-
llepapas*muy blandas, as muy blandas, muy blandas, y ech-ylas as en unapiedra, y como corran, a raposa pues cogalas con a lengua, pero a cigeapicaba y picaba y no era capaz a comer as papas. Y despus, pues outro dainvitu la cigea a la raposa a comer en casa della. Y deca ella:
Pues cmo fairi pa fae-y as papas pa que nu las pueda comer?, por-que ella a m fxome la engatada ya you tengo que fae-y algo.
Y foi y echu-lle as papas nua botella. Y claro, a cigea col pico cuaas papas pol bocn da botella, pero a raposa nu las poda comer porque nu-yentraba a lengua all7.
3.2
La raposa y la cigea se invitan
(ATU 60)
Lugar: Vigaa, GRAO.Informante: Carmen Menndez, unos 60 aos, campesina (1998).
6 Jacques de Vitry, TheExempla or Illustrative Stories from the Sermones Vulgares of Jacques deVitry, CLXV, ed. Thomas Frederick Crane (Londres: Folk-Lore Society, 1890), pg. 71.
*Papas: masa blanda de harina de maz.7Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo del
Pueblo de Asturias, 1998).
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La rapiega invit al cuervo a hacer las papas, lo invitaba a una comida. Yel cuervo a ella dba-y gallinas, pero la rapiega al cuervo dba-y rabn*, quellamamos, hecho de harina de maz. Y claro, como era delgu [poco espeso] el
cuervo nun poda comer, pasaba hambre con la invitacin della. Quera decirque la rapiega saba ms que el cuervo8.
4
El nico truco del gato
(ATU 105)
Enxemplo de la gulpeja con el gato (Libro de los gatos, siglo XIV).La gulpeja una vegada iba por un camino encontr al gato djole:
Amigo, cuntas maestras sabes?
E respondi el gato:
Non s sinon una.
E dijo la gulpeja:
Cul?Dijo el gato:
Cuando los canes me van por alcanzar sbome en los rboles altos.
Et dijo el gato a la gulpeja:
E t cuntas sabes?
Dijo la gulpeja:
Diez y siete, aun tengo un saco lleno, e si quisieres ven conmigo mostrarte-he
todas mis maestras, que los canes non te puedan tomar.
Et al gato plgole mucho otorggelo furonse amos en uno. Ellos de que se fueron
oyeron los ladridos de los perros de los cazadores, dijo el gato:
*Rabn: masa blanda de harina de maz.8Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo del
Pueblo de Asturias, 1998).
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Amigo, oyo los perros he grand miedo que nos alcancen.
Et dijo la gulpeja:
Non quieras haber miedo, ca yo te amostrar muy bien cmmo puedas escapar de ellos.
E ellos fablando, banse acercando los canes cazadores.
Ciertamente, dijo el gato, non quiero ir ms contigo, mas quiero usar de mi arte.
Estonce el gato salt en un rbol, e los canes que vieron estar el gato en el rbol, de-
jronle e fueron en pos de la gulpeja, siguironla tanto fasta que la alcanzaron, el un
perro por las piernas, el otro por el espinazo, el otro por la cabeza, comenzronla de
despedazar. Estonce comenz dar voces el gato que estaba en el alto:
Gulpeja, abre tu saco de todas tus maestras, ca non te valdrn nada!9
4.1
El nico truco del gato
(ATU 105)
Lugar: Premou, LES REGUERES.
Informante: Manuel Surez Llana, 85 aos, campesino (1998).
Haba uno de la raposa, que madrug a cazar y se encontr con un gato.Y dice:
Buenos das, amigo.
Diz l:
Buenos das.
El raposo y crea que tena el gato seguro, y empez a toma-y el pelo.Dice l:
Cuntas zunas*sabes pa t ganarte la vida?
Diz el gato:
9Libro de los gatos, XL, ed. Pascual de Gayangos (Madrid: Biblioteca de Autores Espaoles,tomo LI, 1952), pg. 555.
*Zunas: habilidades, astucias.
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34 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Una sola. Y t?
Diz el raposo:
Doscientas.
Diz el gato:
A ver la primer tuya?
Y empez el raposo a andar alredor a coger la cola. Y mientras tanto elgato, plum!, peg un salto y subi al rbol. Y el otro, desque cans de dar lasvueltas, mir y dice:
Coo, dnde ests?
Diz el gato:
Oh, cien zunas! Vale ms una ma que tolas tuyas!10
4.2
El nico truco del gato
(ATU 105)
Lugar: El Picarn, LES REGUERES.
Informante: Manuel Valds Rodrguez, 87 aos, campesino (1998).
Era un gato, los gatos son bobos, son listos y son bobos eh? Y encon-trse en el monte con un raposo. Y entonces el raposo vio al gato, y dice elraposo al gato:
Cuntas maas sabes?
Diz l:
Yo, una sola.
Diz l:
Pues yo s ms de veinte.
Y el gato peg un salto y subise a un rbol. Pero el gato es bobo, porqueel raposo empieza andar alredor, alredor del rbol, y el gato empieza andar
10Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 9.1.
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alredor enriba del rbol, y amoria*y vien caer a la boca del raposo. Y entoncesvio el gato deriba venir dos perros de caza, el raposo nu los vio. Y entonces
vanse y garren el raposo, y taben desfacindolo los perros. Y entonces diz el
gato desde el rbol:Si tantas maas sabes, pa cundo asperastus habilidades?11
4.3
El nico truco del gato
(ATU 105)
Lugar: Xedr, CANGAS DEL NARCEA.Informante: Benjamn Collar Gmez, 95 aos, campesino (1998).
Resulta de que fue una raposa ya un sapo. Y estaban en un monte. Y en-tonces dijo la raposa que ella que saba mil maas. Dijo el sapo:
You nun sei ms que una.
Ya foron ya prendieron fuego al monte. Yal sapo metiuse debajo i tierra,
ya la raposa queimu. Ya luego cuando salu el sapo, diz l:
Ah, Marica!, t res o regaas?
Claro, ella queimara12.
5
El ratn de aldea y el de campo
(ATU 112)
Enxemplo de los mures (Libro de los gatos, siglo XIV).
*Amoria: se marea.11Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo del
Pueblo de Asturias, 1998), n. 9.2.12Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo del
Pueblo de Asturias, 1998).
CUENTOS DE ANIMALES 35
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36 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Un mur que viva en una casa, pregunt a otro mur que viva en los campos, que quera lo que coma. l respondi:
Como duras fabas secos granos de trigo de ordio.Et dijo el mur de casa:
Amigo, muchas son tus viandas duras; maravilla es cmmo non eres muerto defambre.
E pregunt el de fuera al de casa:
Pues t, qu comes?
Respondi el de casa:
Dgote que como buenas viandas, buenos bocados, bien gordos, a vegadas panblanco; por ende rugote que vengas a mi posada comers muy bien conmigo.
El mur de fuera plgole mucho, fuese con l para su casa, fallaron que estaban loshommes comiendo, e los que coman a la mesa echaban migas de pan e otros bocados fuerade la mesa. El mur de casa dijo al extrao:
Sal del forado, vers cuntos bienes caen de aquellos homes de la mesa.
Estonce sali el mur extrao del forado, tom un bocado, l tomando el bocado, fue
el gato en pos del mur, que mala vez pudo entrar el mur en el forado, dijo el mur de laposada:
Viste, viste qu buenos bocados? Muchas vegadas los como tales, rugote quefnques aqu conmigo algunos das.
Respondi el extrao:
Buenos bocados son, mas dime si has cada da tal compaa.
E dijo el mur de la posada:
Cul?Dijo el extrao:
Un gato me corri agora, onde tan grand fue el miedo que hube, que se me cay elbocado de la boca hbelo a dejar.
Estonce dijo el de la posada:
Aquel gato que t ves, aqul mat a mi padre, aun yo mesmo muchas veces heestado a peligro de muerte, que mala vez soy escapado de sus uas.
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E dijo el extrao:
Ciertamente non querra que todo el mundo fuese mo si siempre hobiese de vivir ental peligro; fncate con tus bocados, ca ms quiero vevir en paz con pan e agua que non haber
todas las riquezas del mundo con tal compaa como has13.
5.1
El ratn de aldea y el de campo
(ATU 112)
Lugar: Vilavedeye, CASTROPOL.
Informante: Lola Vijande, 80 aos, campesina (1996).
Eran dous ratos que se encontraron nel monte. n taba muy gordo y muyguapo, y el outro taba muy aco porque pasaba muita fame. Dxo-lle el aco:
Cmo tas as gordo y as guapo este ao que nun hay nada que comernel monte, que nun houbo nada de cosecha? Eu tou chen de pasar fame y nun
sei cmo t te podes encontrar as ben.
Dxo-lle el gordo:Mira, tou nun moln, al hay meiz*, hay trigo, hay farina, como todo
cuanto quero, nun paso falta de nada.
Y nun hay gato?
S, home, s, hay un gato que ta medio bobo, muy viejo y ta sempredurmindo. Vente conmigo, nun seas bobo, xa vers que ben lo vas a pasar.
Conque el rato aco veuse vindo tras del gordo, chegaron a porta del
moln y vu el gato, y dxo-lle:Y bueno, y t pasas por xunta dl y nun fai nada?
No, home, non, xa lo vers.
13Libro de los gatos, XI, ed. Pascual de Gayangos (Madrid: Biblioteca de Autores Espaoles,tomo LI, 1952), pgs. 545-546.
*Meiz: maz.
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38 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Pasu pra un lado, pasu pra loutro, pero al volver pasar, vaise el gato,
abre os ollos y vulo, cyelo coa pata y al buche!, comulo.
El outro, que taba observando na porta, dixo l:
Bueno, pos vlvome por unde vin, porque vale ms tar aco nel souto
que gordo na barriga doutro!14
6
El chacal y los testculos del caballo
(ATU 115)
El cuento del caballo y el chacal (Los cuentos del papagayo, siglo XIV).
Oh Zarir, tu historia es como la del caballo que se haba hecho tan viejo que su
dueo lo haba soltado. Estaba sumamente faco, y los rganos genitales le colgaban tanto,
que pareca que se iban a caer al suelo de un momento a otro.
Haba un chacal que estaba al acecho para atrapar un ratn. Cuando vio los testes
colgantes, dej su persecucin del ratn y se puso a seguir al caballo.
La hembra del chacal dijo:
Por el afn de obtener algo que es dudoso, no deberas dejar lo que tienes a mano.
Uno no debe renunciar al dinero contante por obtener un crdito. Nunca probars esa carne
y perders lo que ahora tienes.
El chacal replic:
Contentarse con poco es la ms vil de las aspiraciones, y seguir el camino ms fcil
indica la falta de ambicin. Cuando un len persigue a un conejo y ve a un ciervo, deja el
conejo y corre tras el ciervo.
El chacal persigui al caballo durante varios das. Ni los testculos cayeron al suelo ni
l consigui nada de comida. Se vio obligado a volver avergonzado junto a su mujer15.
14Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 10.1.
15Ziyaud-Din Nakhshabi, Los cuentos del papagayo (Tuti-Nama), ed. Muhammed A. Simsar(Palma de Mallorca: Jos J. de Olaeta Editor, 1988), pgs. 195-196.
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6.1
La raposa y los testculos del toro
(ATU 115)
Lugar: Premou, LES REGUERES.Informante: Manuel Surez Llana, 85 aos, campesino (1998).
Era una raposa que diba detrs del toro, porque se mova la bolsal toro y
iba a ver si caa. Diba la bolsa movindose y, claro, a ver si cai, pero nun caa16.
6.2La raposa y los testculos del toro
(ATU 115)
Lugar: Restiellu, GRAO.Informante: Amador, 87 aos, campesino (1997).
La raposa, que iba el buey corriendo, con las turmas*colgando, y que le
caan las turmas, y la rapiega detrs, y la rapiega detrs. Ya diz ella:Me cagen mi alma, doy la vuelta, que nu-y can!17
6.3
La raposa y los testculos del toro
(ATU 115)
Lugar: El Picarn, LES REGUERES.Informante: Manuel Valds Rodrguez, 87 aos, campesino (1998).
16Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 11.1.
*Turmas: testculos.17Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo del
Pueblo de Asturias, 1998), n. 11.2.
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40 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Es que taba paciendo el toro, y movanse-y [los testculos] pa un lao y pa otro,y claro, [la raposa] cans de andar tras dellos a ver si caan. Y nun caan, y dice:
Bah, as tan peludos nu los quiero!18
6.4
La raposa y los testculos del toro
(ATU 115)
Lugar: Antuana, MIRANDA.
Informante: Anglica Cuervo Gonzlez, unos 40 aos, campesina (1997).
Una vez era una raposa, ya taba a las cereizas nuna cereizal. Y resulta que
era una noche de muchos relmpagos, y cada vez que vena un relmpagopues ella va las cereizas. Ya deca ella:
Fai, fai!, fai, fai!
Fai, fai, que diera luz. Y, hala, coga las cereizas y a comer. Entonces, lue -go, desde que se fartuc bien, pues baj pal prao. Y cuando taba en prao, pues
haba vacas, pero entre las vacas haba un buey. Y dijo ella:Uhh, qu gordas las tien aquella!
Ya tirse a l, ya peg-y una patada. Diz ella:
Ay, nun quiero ms, que tn muy amargosinas!19
7
La apuesta a ver el primer sol
(ATU 120)
Servi non sempre sunt ingrati (Libro de los enxemplos, siglo XIV).
18Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 11.4.
19Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 10.5.
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Los siervos, aunque son oprimidos,
no siempre son desagradecidos
Los enxemplos de los antiguos muestran cmmo debe ser penada la maldat de lossiervos. De la grand maldat e malicia de los siervos que mataron a sus sennores e tomaronlas casas e las mujeres, cuenta Trogo Pompeyo en el libro XIV, onde es scripto, que uno de
aquellos siervos hobo piedat de su sennor en non lo mat: e stos siervos acordaron entre s
que feciesen rey al que en la mannana primero viese el sol; e aqueste siervo djolo al su sennor
que haba nombre Straton, e l le enform que todos acataran contra Oriente, e que l solo
que mirase contra Occidente, e cuando el sol saliese vera la claridat en lo ms alto de la cib-
dat, e fzolo as: e porque ellos entendieron que esta sotileza non era de siervo, demandronle
onde lo sopiera, e l confes cmmo lo sopiera del su sennor. Estonce entendieron cunto eramayor el seso del sennor que de los siervos, e perdonaron al viejo e a su jo, e fecieron rey a
Straton, e despus hobieron el reino sus jos e nietos20.
7.1
La apuesta a ver el primer sol
(ATU 120)
Lugar: Naraval,TINEO.
Informante: Jos Ramn Garca Alvarez, Jos Simn, 75 aos, campesino (1997).
Decan que el rey que daba en matrimonio la hija al primero que viera salirel sol pola maana. Y todos se pusieron a mirar pall [direccin este], menos
un pastor, que se puso a mirar pall [direccin oeste]. Y claro, fue el primero
que lo vio reejase en la montaa de enfrente. [Y se cas con la hija del rey] 21.
20Snchez de Vercial,El libro de los enxemplos, CCCXLVII, ed. Pascual de Gayangos (Madrid:Biblioteca de Autores Espaoles, tomo LI, 1952), pg. 531.
21Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 95.
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8
El festn fracasado del lobo
(ATU 122A + 122J + 122K)
Del lobo que avent torpemente (El Esopete, siglo XV).
El lobo, levantse de maana et extendindose, lan un sonido detrs et dize:
Esta buena seal es! Gracias fago a los dioses que oy este da ser farto et complido
de dignidades segund que me ha mostrado el rabo que me ha sonado.
E as se partiendo por sus aventuras, fall en un camino una enxundia de puerco que
cay a unos mulateros, et como la oli, bolvilo de una parte a otra et dixo:
Non comer oy de ti porque me sueles mover todo el mi vientre et ierto que soy que
oy he de ser farto de dignidades, segund que a la maana me gur mi trasero.
E yendo ms adelante, fall un toino salado et seco, el qual bolviendo dixo:
Non comer de ti, pues soy ierto que me denunci mi rabo.
E descendiendo en un valle, fall ende una yegua con un jo et dixo entre s: Deo
gracias! Ya saba que oy ava de ser farto de dignidades.
Et llegando a la yegua dxole:Hermana, yo yendo de camino et he fambre. Por ende, cumple que me des a tu jo
para que coma.
La yegua responde:
Como te plazer, ass se faga. Mas, mi seor, ayer caminando se me nc una
espina en este pie. Rugote que, pues eres mdico et cirujano afamado, que me la saques et
cures primero et despus todos estamos a tu mandar et comers este mi jo.
Creyendo esto, el lobo se lleg al pie de la yegua, querindole sacar la espina, et ella leda una grand coz en meitad de la fruente de manera que dio con l en el suelo. Et as fuy
ligeramente con su jo a las sierras et fue librada del peligro.
El lobo reasumiendo et tomando sus fueras dixo entre s: Non me curo desta
injuria, pues s que oy ser farto. Et fuese por su camino adelante, donde fall dos carneros
que rean en un prado et dize entre s: Agora es cosa ierta que he de ser farto. A
Dios graias!. E llegando a los carneros, l los saluda et dize:
Hermanos, aparejadvos que el uno de vosotros me ha de convidar a comer!
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Responde el un carnero:
Fgase como te plazer, mas rogamos que juzgues entre ns derechamente et da
una sentenia sobre este prado que fue de nuestros padres, sobre el qual, como non sabemos
ni avemos usado de pleitos et de juizios, reimos et contendemos. Por ende faz entre ns
partiin dl et despus manda a tu voluntad libre de nosotros.
Responde el lobo:
Yo far de buen grado eso, mas quera que me dixiesses en qu manera queris que
parta.
Entones dixo el otro carnero:
Seor, pues demandas el modo a m, parese que deves de partir desta manera: T
deves estar en medio del prado, et nosotros iremos cada uno a su cabo del prado et correremos
ambos para donde t estars, et aquel que primero llegare a ti aya el prado, et al otro, que
lo comas t.
Dixo el lobo:
Fgase ass, que es buen modo.
E ass se van los carneros cada uno a su cabo et corrieron con grand quexa et mpetu
para donde estava el lobo en medio del prado. Et juntamente llegando ferieron al lobo. El
golpe doblado fue tan grande que el lobo cay en el suelo quebrantadas las costillas et medio
muerto ensuzindose de su estircol. Mas dende a poco retornndose en s dixo: Ni aun
me curo por esta injuria, ca yo he de ser oy farto, segund esta maana me gur el rabo.
E partindose dende de l fall en una ribera una puerca con sus jos pasciendo en
un prado et dixo: Gloria tibi domine! Yo saba que yo haba de ser farto de buenas
viandas delicadas!.
E dixo a la puerca:
Hermana, comer de tus jos.
Responde ella:
Seor, como t mandars, mas non estn an lavados segund que manda nuestro
rito et secta. Por ende, te ruego que, pues la buenaventura te traxo aqu, que t mesmo seas
sacerdote et los laves segund nuestra ley et despues escoge dellos los que ms te agraden.
El lobo dixo que le mostrasse la fuente et ella le mostr una canal del molino, diziendo:
He aqu la fuente santicada.
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44 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
E estando en lo ms alto de la canal, el lobo, presumiendo de sacerdote, tom un lechn
de aquellos para meter en el agua et lavar segund aquella irimonia. La puerca se lleg a
l et diole un grand golpe con el oico, gruiendo con furia, et lanlo en la canal dentro.
Et la fuera del agua que era corriente rebatando lev al lobo fasta que cay en el rodeznodel molino, donde anduvo al derredor danando un poco, en que padesi asaz mal en su
cuerpo. E escapando de aquello con mucha cuita, esfurase deziendo que un el dolor non
era tan grande que podiesse a l de su buen propsito retraher et non era a l injuria nada
de ello, pues por engao le era cometido, et que todava entenda segund a la maana le ava
solveado el trasero que ava de ser farto en aquel da de viandas delicadas22.
8.1El lobo bautiza cerdos + La espina en el casco
(ATU 122A + 122J)
Lugar: Trones, CANGAS DEL NARCEA.Informante: Obdulia Alvarez Rubio, 73 aos, campesina (1992).
[Era] una gocha muy grande con doce gorinos, ya taba pol tiempo las
castaas, ya haba un muln en Xiln, ya con eso fueisi ya aque a gocha ibacon los gorinos camn de Las Cuevas, ya camn de por ah abaxu pa comercastaas con aquel rabao gorinos, ya tando a nas cuevas con los gorinosvieron el obu, ya con eso dixu el obu:
Oyes gocha, vou comete los gorinos!
Dixu e a:
Ay, ents cmo veis a comeme los gorinos!
Dixu l:S, s, vou comete los gorinos, porque, mira, tengo muita fame ya malrayu sin nun eso!
Diz e a:
Pues mira, sabes lo que veis a facer?
22El Esopete, Del lobo que avent torpemente, ed. M Jess Lacarra, Cuento y novela cortaen Espaa, I, Edad Media(Barcelona: Crtica, 1999), pgs. 367-370.
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Dixu l:
Qu?
Haba un mulnPonte nos rodeznos*del muln, asintate ah nos rodeznos del muln. Y
techari you los gorinos pola bota abaxu.
Ya con eso foisi ya dixu el obu:
Ay, ya tendrs razn!
Dixu e a:
As nun tienes que andar pesca aiqu nin pesca a !, nin corre paiqu
nin corre pa ! As chotelos you pola bota pabaxu, ya entoncias pues ahveis comindolos.
Ya con eso, hala, fuei el obu corre corre, ya fuei a al muln, y entonciaspxose nos rodeznos del muln, ya dixu e a:
Tas bien agarrao al rodezno?
Dixu el obu:
S, s, toi bien agarrao.
Pues ah te vei, ah te van uno por uno, empieza a comer!
Ya con eso, lo que feixo la gocha fuei echa-y laugua, ech-y laugua pal
muln, ya cuando l se abraz as al muln pues e a enverde echa-y los gorinosech-y laugua, ya ents taba el obu alredor, alredor, ya deca l:
Para veiln, para veiln, si desta me libro, outra nun vuelvo, non!
Para veiln, para veiln, si desta me libro, outra nun vuelvo, non!
Ya tuvo, tuvo, tuvo, hasta que por n cau del rodezno, ya laugua lo pu-siera ciego, ya y lo pusiera todo moyu ya ents cau pal suelo. Cau pal sueloya taba l pensando Dixu l:
Agora, agora e a bi ume laugua, la gocha marchu colos gorinos
*Rodezno: rueda giratoria de paletas que mueve el molino.
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46 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
pa casa a toda priesa antes que-y los-comiera. Y agora cmo faigo you si
agora marchu colos gorinos?
Fuei el obu, va pouco porque taba ciego con el augua, ya subu por ahparriba a pouco a pouco, a pouco a pouco, a pouco a pouco, y haba no Cas-tro un burro que taba coxu, taba muy coxu, ya dixu el obu:
Oi burro, vou comete!
Dixu l:
Coo!, por qu me veis a comer? Nun veis que tou delgu ya viejo?, qusacas?, los gesos nu los royers!, ya outramiente soy viejo, nun tengo carne
Dixu l:
Non, pues tengo que comete.
Oi, pues mira sabes lo que veis a facer? dixu el burro al obu
Qu vou facer?
Mira, scame un pincho que tengo nesta pata, que tengo aiqu un pincho
que nu me deja andar y estoy muy malsimo, y antes tienes que sacame el pinchopa espuis poder comeme, si non con este pincho lo mismo te pincho.
Ya el obu fue agarra-y la pata, pso-y bien la pata as pa que-y viera elpincho, garra, alza, ya plas! Dio-y al obu nos morros ya, hala!, tirulo pora pa baxu, ya deca l:
Para veiln, para veiln, si desta me libro, outra nun vuelvo, non!23
8.2
El lobo bautiza cerdos + La espina en el casco + El lobo juezen la particin de tierras
(ATU 122A + 122J + 122K*)
Lugar: Astierna, IBIAS.Informante: Basilisa, 90 aos, campesina (1991).
23Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 13.1.
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Ua vez yera a gocha, ya taba pa dar a luz, ya dixu e a:
Y agora, cmo vamos a faer?, porque tengo que dar a luz y aqu nun
hay unde.
Ya dxu- e el obu:
Anda, vamos, que ah hay un moln.
Ya dixu e a:
Pues si hay un moln, yo cholos por cima ya t tas debajo aparichn-dolos, ya espus quedan bautizaos.
Pola canalecha del molino echbalos pica abaxo. Ya, bueno, ponse ah, ya
va la raposa, diz e a:Anda, anda, que y sei you, y sei you! Anda, vamos a ver.
Chegaron ai y, claro, empezu. Ya l, el obu, tena muita fame, muitafame.
Ay, ay, que tengo fame!
Diz e a:
Pues espera, que te los vou a echar ah por ah pa baxo, ya espus van
bautizaos ya, hala, agrraslos t dabajo del molino, na monxega*
.Ah, onde vai a canalecha del moln, pos abaxu taba l, ya e a taba nu pico
echndolos pica abaxo, que parira un montn de cochos, parira muitos go-chos, muitos, muitos marranos. Ya, hala, vai ya echulos a todos na monxegadel moln, unde vai el augua, que taba molendo el molino, taba molendo. Yaagarraba, iba, ya bueno, el obu, hala, agarrbalos debaxu, comalos. Ya e aechndolos arriba:
Neno, pero termineste y?
Pues, claro, pues you nun vi ningn! Por nde los echeste?
Ay, neno, you que los tiri todos por ah! Tenas que comerlos todos,tar bien farto.
Bueno, hala, dixu l:
*Monxega: tolva o depsito donde se echa el grano a moler y que, a travs de un oricio
en su parte inferior, permite una salida graduada del grano hacia las muelas.
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Ya you que tengo tanta fame! Cmo me vou a arreglar?
Diz e a:
Mira, pues eso ta muy bueno de amaar. Mira, ahora, ah nu prao. .Llau, ah
en Tablu, que ia en ese pueblo de arriba, hay un prau muy grande, muy grande,y ah hay un burro viejo, muy grande, muy grande tamn. Pos ai y te fartarsbien. T anda, anda. T anda comigo, anda comigo, que ai y te fartars.
Bueno, vai a raposa y ams el obu, corri-corri-corri-corri, chegan ai . Ydixu el burro:
Bueno, pues you, si me quieres comer teis que arrincarme asferradurasprimeiro. Arrncame asferraduras.
Ya vai, ya claro, diou- e un couz, tirulo patrs, matulo dafecho. Diz l[el obu]:
Oi!, y agora yo cmo vou a hacer?, y agora que you nun puedo ser
nu puedo ser!
Bueno, vai ya dixu a raposa:
Mira, hay ah ms arriba, nu prau . .Llau darriba, ah nun campo, ah haycuatro carneiros partindo un prau, tan partindo un prau. Hay cuatro carnei-
ros, y ai ia verd que y te fartars, ai frtaste bien, cmeslos todos.Ya vai l, ya hala, van pai ande taban. Ya dxu- e a raposa:
Mira, t ponte ah nu medio, t ponte ah nu medio a ver si partimoseste prau. Ponte nu medio, nu marco*, a ver si lo partimos bien.
Hala, pnense os cuatro carneiros, en cada esquina pusinonse n. Cuan-do vien n, pum!, matu el obu.
Ay, ay, esto nun val!
Ven el outro, trun!, outra turneirada*. Hala, partu el obu, hala. El obu ynun poda ms. Hasta que veniron os cuatro carneiros ya matnonlo, dex-nonlo medio muerto. Deca l:
Oh, virxen santsima, virxen santsima! Ya you agora cmo vou faer?
*Marco: mojn de piedra que marca el lmite entre ncas.*Turneirada: golpe con la testuz.
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Dixu e a:
Pos espera, espera, que agora y te pondrs bien. Deso nun te apures,
que eso nada.
Ya hala, bueno. Dixu el obu:
T qu xiste, mujer? You yera pa partir praos, you yera pa bautizar
gochos, y agora nun soy pa nada!24
9
Malos llobos vos coman!
(ATU 154)Ejemplo del labrador y del lobo y del juicio de la zorra (Disciplina clericalis, siglo XII).
Se cuenta de un labrador que un da en que sus bueyes no queran andar haciendo un
surco derecho, les dijo:
Que os coman los lobos!
Oyndolo un lobo, aproblo de buen grado. Cuando ya declinaba el da y el rstico
desunca a los bueyes del arado, se present el lobo diciendo:Dame los bueyes que me prometiste.
Si lo dije respondi el rstico, no lo confrm con juramento.
Y el lobo, a su vez:
Tienes que drmelos porque me los otorgaste.
Llegaron por fn al acuerdo de que iran ante el juez. Mientras iban, encontraron una
zorra, que les dijo, la muy astuta:
A dnde vais?Ellos contaron a la zorra lo sucedido, y ella les dijo:
Ninguna falta os hace buscar otro juez, pues yo misma dictar sentencia en justicia.
Pero primero, dejadme hablar en secreto con uno de vosotros y despus con el otro, y si pudiera
concordaros sin pleito, la sentencia se mantendr en secreto y si no, trataremos en comn.
24Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 13.2.
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50 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
As lo acordaron. Y la zorra, hablando primero aparte con el labrador, le dice:
Dame una gallina y otra para mi consorte y conservars tus bueyes!
El labrador se las concedi. Y despus habl con el lobo diciendo:
Oye, amigo, dados tus mritos, si yo tengo alguna elocuencia, debe trabajar en tu
favor, y tanto he insistido con el rstico que, si le dejas quietos sus bueyes, te dar un queso
tan grande como un escudo.
El lobo estuvo de acuerdo. Al cual dice despus la raposa:
Deja que el labrador se lleve sus bueyes y luego te llevar al sitio donde tiene sus
quesos para que puedas elegir, entre muchos, el que quieras.
Y el lobo, engaado por las palabras de la astuta zorra, dej ir tranquilo al labrador.
Pero la zorra desvindose por un lado y por otro, entretuvo al lobo todo lo que pudo, y cuando
sobrevino la oscuridad de la noche, lo condujo junto a un profundo pozo. Y hacindole asomar-
se al pozo, le muestra la forma de la luna casi llena que se reejaba en el fondo, y le dice:
Este el es el queso que te promet. Baja, si quieres, y come.
A esto le respondi el lobo:
Baja t primero, y si no puedes bajar sola, yo har lo que me digas para ayudarte.
Diciendo esto, vieron que descenda colgando hasta el pozo una cuerda en uno de cuyos
cabos colgaba una cubeta, mientras que otra penda del otro extremo, y esto era de tal manera
que si bajaba la una, suba la otra. Lo que en cuanto la zorra vio ser as, como si accediera al
ruego del lobo, entr en una cuba y descendi al fondo. El lobo, contento ya con eso, le dice:
Por qu no me coges el queso?
La zorra contesta:
No puedo por lo grande que es, pero entra t en la otra cubeta, y ven como me
prometiste.
Al meterse en lobo en la cubeta, por su gran peso, cay sta rpida al fondo, mientras
que se elevaba la otra con la zorra que era de peso liviano. Y la raposilla, llegada al brocal
del pozo, salt fuera y dej al lobo en el fondo. Y as, por haber dejado lo presente por lo
futuro, perdi el lobo bueyes y queso25.
25Pedro Alfonso, Disciplina clericalis, XXIII, ed. Mara Jess Lacarra (Zaragoza: Diputacinde Aragn, 1991), pgs. 99-100.
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9.1
Malos llobos vos coman!
(ATU 154)
Lugar: Las Murias, GRAO.Informante: Pepa, unos 60 aos, campesina (1991).
Voy contate un cuentu, que aqu decan que taba mi buelo na Siella lla-brando la tierra, ya que tena una pareja bueis que nun sei se l era villano seeran los bueis que trabajaban mal, que cada poco taba: Malos llobus voscoman, malos llobos vos coman!, ya presentuse un llobu y diz el:
Buenu, tas diciendo malos llobus vos coman! A ver, dame los bueis.Diz l:
Coimi, siquiera voy acabar de llabrar la tierra! chate ah en carru encuanto acabu, en acabandu ditelos.
Yantoncis la rapiega taba escuchando, ya llamulo:
Ah, Inaciu, qu tienes ah en carru, ho?
Diz l:
Ia un troncu!Gei!, se fora un troncu plantbas-y el azu.
Ya diz l:
No, nea, nun puodu!
Ya diz el llobu:
Faite que me lo plantas!
Ya va as l, plant-yla en pescuezu ya quit-y la cabeza. Ya entoncis mat
el llobu. Yantoncis diz la rapiega:Bueno, Inaciu, y ahora cunto me das por salvate los bueis?
Diz l:
Mira, tengo all una pollarada pitus en casa, una pollarada bona, muy gran-de. Maana vienis, que dixotelus all en prau debaxu casa, debaxo unagoixa*. Yavienes que all los tienis, nun tienis nams que garrar los pitus ya la pita.
*Goixa: cesto de forma redondeada hecho de lminas de madera
CUENTOS DE ANIMALES 51
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52 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Yantoncis Inaciu metu una perra que tena muy valiente, que persegua
mucho la rapiega. Ya ella andaba alredor de la goixa ya lus pitus piaban, perodeca ella:
Paez que a perrizu me gel, a perrizu me gel!Ya ellos venga piar.
No, pitus son, pitus son! A perrizu me gel, a perrizu me gel!
Ella tena miedu, pero:
Pitus son, pitus son!
Yantonces levanta la goixa, ya, hala, la perra tras della que perda el culo
corriendo!, ya foi derecha a Sillucantu, ya ponase la rapiega:
Arriba mis zancas,que nesti mundo todo son trampas!
Ya la perra tras della, venga a correr, ya la rapiega que y iba que nun
poda respirar:
Arriba mis zancas,que nesti mundo todo son trampas!26
9.2
Malos llobos vos coman! + La raposa alaba sus patas
(ATU 154 + 77)
Lugar: Trones, CANGAS DEL NARCEA.
Informante: Obdulia Alvarez Rubio, 73 aos (1992).
Era un labrador que taba arando con una pareja bueis, ya entoncias decaaquel Xuan:
Ara, buey, ara!, malos obus te coman!
Hala, volva outra vuelta:
26Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo delPueblo de Asturias, 1998), n. 16.1.
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Ara, buey, ara!, malos obus te coman!
Ya con eso, nuna destas fueise ya cheguse a el obu, ya dixu l:
Ah Xuan!Dixu Xuan:
Qu?
Dixu l:
Y sabes que me ofreciste los bueis, eh?
Dixu l:
Ents, cundo te ofrec los bueis?
Coo!, nun tabas abrando ya diciendo: Ara, buey, ara!, malos obuste coman!?, pues ahora y sabes que me los ofreciste.
Ya con eso fueise ya dixu l:
Ia verd, ia verd. Bueno, pues tienes que esperar que abre la tierra.
Ya con eso, cuando taba abrando, que taba acabando de abrar la tierra,vien la raposa por ah parriba tin, tin, tin, tin!
Ah, Xuan!
Qu quieres, nea?, qu quieres?
Oye, qu bulto tienes ah nu pico la tierra?
Dixu el obu:
Di que soy un madero.
Dixu Xuan a la raposa:
Oye, ia un madero!
Dixu e a:Ah, Xuan!
Dixu Xuan:
Qui?
Garra ya ponlo nu carro!
Fueise, ya dixu el obu:
Nu me manques!
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54 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Garru Xuan al obu ya psolo nu carro, ya con eso fueisi ya dixu e a:
Xuan!
Qui?
talo con la ll..uria*!, talo bien con la uria!
Ya deca el obu:
Nu me aprietes, eh!, nu me aprietes!
Ya con eso, cuando tabaeso, apretulo bien, ya ents chamulo e a:
Ah, Xuan!
Apretstelo bien?
Dixu l:S!
Dixu e a:
Ahora da-y cola cueta la xada*!, da-y bien cola cueta la xada!
Ya con eso fuei Xuan, garru la xada, ya pum, pum, pum, pum!, ya matu
el obu. Ya ents vien la raposa a toda priesa delante Xuan:
Ah, Xuan! Salvite los bueis eh?, salvite los bueis!
Dixu Xuan:
S, ia verd.
Ents, qu me veis a dar?
Dixu e a:
Una pita con pitos ya una gata con gatos.
Ya con eso, dixu l:
Espera que acabe na tierra ya veis nu carro, ya vamos hasta casa.Ya con eso, hala, venan tola solana ac, por ah ac, por ah ac, ya
cheganun a casa Gregorio, esa casa que hay no picol pueblo, dxu-y Xuan a la
raposa:
Bxate aiqu, bxate aiqu, porque you tengo que ir tol ugar abaxu
*Lluria: soga larga y fuerte.*Xada: azada...
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pa mia casa, ya t bxate aiqu porque si te ven pol ugar los perros puesembstente, ents espera aiqu que y te subiri you la gata con gatos ya la pitacon pitos.
Ya con eso, hala, esperu a como una santa la raposa, a quietina, a quietina ya, hala, esperu a . Ya vieno [Xuan] a casa:
Ah, Mara!, ah Mara!
Dixu Mara:
Ay, este demonio!, pero qu quieres Xuan?
Diz l:
Oi!, preprame una gata con gatos ya una pita con pitos, que gei estomi pasu: you taba: Buey, buey, malos obos te coman!, vieno el obu ya sinun ia la raposa cmeme los bueis del todo, ya mandume atalo ya ponelo nucarro ya tu, ya ofrec-y una pita con pitos ya una gata con gatos.
Diz e a:
Mal rayo te joda! Pa qui, pa la raposa? Anda, chva-y la perra conperros! Mte-y la perra ya chva-yla.
Ya con eso, hala, foise Mara ya garru la perra colos perrinos ya meti-
yla nu saco, ya con eso, hala, fuei Xuan col sou saco al ombu ya chegu acasa Gregorio, ya taba e a a sentadina, ya sulta-y la perra la raposa acorrer, e a a correr!, la raposa a correr, e a a correr!, el perro a correr yala raposa a correr! Ya cuando chegu arriba a la serra a una sanja*que habametiuse a , diz e a:
Ay, mias patinas, cmo me salvasteis!
Ya dixu el rabo:
Ya you?Diz e a:
Anda cabrn, t tirabas patrs!27
*Sanja: zanja.27Versin publicada en Cuentos del Siglo de Oro en la tradicin oral de Asturias(Gijn: Museo del
Pueblo de Asturias, 1998), n. 16.2.
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56 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
9.3
Malos llobos vos coman!
(ATU 154)
Lugar: Colinas,TINEO.
Informante: Jos Rodrguez Prez, 84 aos, campesino (2000).
Haba un paisano labrando, ya un buey nun quera andar. Diz l:
Malos obos te coman!
Y taban los obos oyendo, ya venienon, dicen:
Bueno, vamos comer el buey.Y diz l:
Bueno, tengo que acabar, veni outro da.
Ya al otro da venienon, ya tena nun saco unos perros guardaos. Ya dij-no-ys que goliese all naquel saco, que all taba el buey guardao.
Ya deca l [el lobo]:
Para San Juan, para San Pedro, gel a focico de perro!
Para San Pedro y para San Juan, gel a focico de can!
Ya nesto que abre el saco, salen los perros tras dl, y deca l:
Avalime, patas, avalime zancas, que neste mundo
todas son trampas!28
28Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo delPueblo de Asturias, 2000).
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9.4
Malos llobos vos coman!
(ATU 154
)Lugar: Gradura,TEVERGA.
Informante: Feliciano Fernndez Fernndez, 75 aos, campesino (2000).
Contaban que taba uno abrando, y tena dos bueis, y dice:
Malos obos te coman!
Y que lo oyera un obu...
Buonu, vengo pol regalo que me ofreciste
Buonu, dixame acabar de abrar esto.
Ya ents taba disgustu, dice:
Vei pa ese cantu.
Vieno la raposa, ms astuta...
Qu te pasu?
Coo, dixe Malos obos coman a iste buey y ahora vien ah el obu...Buonu, arrglotelo you.
Entonces ella subi y asomuse a un cantu y llamu:
Hay algo caza preh, ho?
Non.
Ents que ia eso que ta nesi cantu?
Dizle el obu al amu:Dile que ia un madeiru.
Ia un madeiru!
Y l hubiera ofrecu a la rapiega una pita.
Dice [la rapiega]:
Buonu, pos mtelun carru y amrralu bien.
Dice [el obu]:
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58 CUENTOS MEDIEVALES EN LA TRADICIN ORAL DE ASTURIAS
Faite que me metes en carru, que si ye cazador me mata.
Buonu, metilu en carru.
Dice [la rapiega]:
Ahora amrralu bien!
Amarrulo bien.
Y ahora dale col azu!
Dice [el obu]:
Faite que me das col azu, pero nu me mates.
Y el amu bona la vu, dioule na cabeza hasta que lu desfeixu. Ya ents la
rapiega vieno pola pita. Y la pita llevbala as parriba en una cesta, ya dizle larapiega [al amu]:
Nun tars engandome?, aqu paez que agel a un perro.
Buonu, si la quies, bien, you trigote eso...
Anda, sultala.
Solt una perra mastina muy grande parriba. Ya fuei cuando dixu la ra-piega:
Arriba patas, arriba zancas, aqu no hay ms que trampas!29
9.5
Malos llobos vos coman! + La raposa alaba sus patas
(ATU 154 + 77)
Lugar: Zurea, LL. . ENA.Narradora: Teresa Gonzlez, 81 aos, campesina (2005).
Una vez yera un paisano, llambase Xuan, y tena dos vacas, una parejavacas, y fue a binar*pa la tierra, y cuando taba binando lleg el oso
29Versin indita grabada por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo delPueblo de Asturias, 2000).
*Binar: accin de labrar la tierra antes de proceder a la siembra.
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Y djo-y el oso:
Esas vacas tienes que me las dar, que tengo fame y tengo que las comer.
Diz l:
Home!, yo son las dos que tengo, cmo me las vas a aquel? si tengo
que binar la tierra.
Diz l:
Bueno, pues dejarte binar la tierra.
Ondo va l y sentse pa lo cimero la tierra. Y cuando taba abrando
l aceleru, porque si noacababa y nun poda acabar de arar la tierra.
Pas el rapusu, y diz:Xuan, qu fais?
Y diz l:
N, toi aqu abrando la tierra aceleru.
Diz l:
Entonces?
Ah!, ta loso aende que quier comeme las vacas.
Diz l:Bueno, pues si me das la ga ina con los pitos, slvotelas yo.
S, s, no hai pega!
Conque diz l: