Cumpleaños y clientes

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  • 7/28/2019 Cumpleaos y clientes

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    Cumpleaos y clientes

    Carlos Melndez

    Los onomsticos de los potenciales candidatos presidenciales se convierten con

    facilidad en una demostracin de festividad clientelar. Sus invitados, movilizadosespecialmente desde zonas perifricas de Lima, llegan esperanzados en algn

    regalito y la fe puesta en el sorteo de electrodomsticos. Durante el show artstico,

    secan sus gargantas de tanto repetir el nombre del poltico en cuestin. Es este tipo

    de estrategia adecuada para conquistar las simpatas de los peruanos?

    Nuestros polticos no saben cmo acercarse al electorado. Sus instintos extraviados

    los conducen por dos caminos. El manido clientelismo y la sobrevalorada exposicin

    en las redes sociales virtuales. Parecera que no existiese otra salida a la debilidad

    organizacional de la poltica peruana actual.

    Los clientelistas de hoy deberan saber que su estrategia es inefectiva sin partidosorganizados. En contextos de colapso partidario como el nuestro, dicha treta

    presenta una utilidad secundaria para los intereses de sus promotores. El aparato

    poltico no se limita a la distribucin de bienes, tambin asegura la disposicin de

    informacin sobre los beneficiarios (identificar los targets ms leales) y, sobre todo,

    el cumplimiento del contrato (quiz mediante intimidacin).

    Los modelos de partidos clientelares en Amrica Latina (el peronismo en Argentina;

    el PRI en Mxico; las maquinarias tradicionales en Colombia) se asientan en

    estructuras consolidadas, eficientes fuera del Estado o dentro de l. Sus mulos

    peruanos juegan con la posibilidad de reproducir tales niveles de eficiencia, pero

    carecen de la condicin esencial: una organizacin afianzada. De ah su inmensadependencia del acceso a los recursos estatales (por ejemplo, gobiernos sub

    nacionales), lo que convierte la perversa prctica clientelar en delito.

    Un estudio desarrollado por la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) sobre

    las elecciones regionales peruanas del 2010 arroj que, en regiones como

    Cajamarca, Apurmac, Lambayeque, Junn, Cusco y Ayacucho, ms del 40% de los

    encuestados en zonas urbanas estuvo involucrado en un acto de compra de votos;

    modalidad clientelar ms extendida en nuestro medio. Sin embargo, esta estrategia

    no se tradujo necesariamente- en rditos para sus impulsores.

    El clientelismo sin aparato aceitado es una estrategia ciega que dispara a todo loque se mueve (pobres y clases medias, seguidores y opositores) y que solo desgasta

    la poltica. A diferencia de los casos latinoamericanos mencionados, en el Per es

    una muestra de debilidad; un reflejo primario producto de la ignorancia e

    incapacidad de nuestras lites para acercarse a las mayoras.

    Nuestro electorado es ms sofisticado de lo que se supone. Su evaluacin racional no

    radica en entregar el voto a cambio de un kilo de fideos, sino en la evaluacin

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    permanente del mal menor. Al ser minoritarias las identidades polticas, el elector

    pone en la balanza costos y beneficios de las posibles gestiones en el mediano

    plazo. As, el intercambio clientelar termina siendo, como decisin individualizada,

    una ancdota. Seguir insistiendo en esta prctica como laclave para reconstruir la

    poltica partidaria en el pas es un disparo a los pies.

    Publicado en El Comercio, el 4 de junio del 2013.