Curso 3 Kojève

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  • 7/26/2019 Curso 3 Kojve

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    De Kojve a Agamben:posthistoria, biopoltica, inoperocidad

    Por lo tanto, el pensamiento queviene deber tomar en serio eltema hegelo!ojeviano "#mar$iano% del &in de la historia'()*+

    Apenas &inali-ada la .egunda /uerra mundial, asistimos en 0rancia a un renovadointer1s por 2egel # en particular por la Fenomenologa del espritu* Aunque hablar derenovado inter1s es, &inalmente, s3lo un eu&emismo* .eg4n las palabras de 5ean

    2#ppolite, autor de la primera traducci3n completa de esta obra al &ranc1s, para lageneraci3n de intelectuales que ocuparon la escena en la inmediata postguerra, 2egel eralo que &ue Arist3teles en la 6dad 7edia+*8 Por ello, aunque este nuevo perodo deestudios hegelianos se inscriba en el conte$to de la Hegel-Renaissance"que tuvo lugaren varios pases europeos a partir de la publicaci3n del libro de Dilthe#, DieJugendgeschichte Hegels, de 9;%, esta inscripci3n no es su&iciente para e$plicar ellugar predominante que ocup3 2egel en 0rancia* 2egel impregn3 tan &uertemente a la&iloso&a &rancesa del siglo iet-sche, intenta escapar de2egel+*?

    Por supuesto, no es nuestra intenci3n llevar a cabo una reconstrucci3n pormenori-adade la recepci3n de 2egel en 0rancia en el siglo ueva Lor!, 999, pg* MEEE%* 6l artculo de =* 7alabou, por suparte, se ocupa de la otra gran clave de acceso a la obra de 2egel: de la cuesti3n de latemporalidad* 7alabou muestra c3mo los hegelianos &ranceses han interpretado el problema del

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    e$puso A* Kojve en su c1lebre seminario de la @cole Pratique des 2autes @tudes, cu#ottulo o&icial era a &iloso&a religiosa de 2egel+*

    7s precisamente, nos interesan sus tesis acerca del inicio de la historia, cu#o n4cleoes la noci3n de deseo antrop3geno, # acerca del fin de la historia, de la animali-aci3n delhombre* 6s sobre todo a causa de esta 4ltima, en lo que se podran denominar las

    lecturas biopolticas de Kojve, las que vinculan su posici3n acerca fin de la historiaconla biopoltica de 7* 0oucault, que la interpretaci3n !ojeviana de 2egel ha recobradoactualidad* >os re&erimos, en particular, a los trabajos de /iorgio Agamben*

    a vinculaci3n, entreposthistoria# "iopoltica, constitu#en el tema de nuestro artculo*Primero, nos ocuparemos de la relaci3n entre Ko#r1 # Kojve, es decir, de la lecturaheideggeriana de la temporalidad en 2egel que est a la base de los conceptos de deseoantrop3geno# de animalizaci3n del hom"re* uego, abordaremos estos dos conceptos,en sus lneas generales # desde la perspectiva que nos interesaN #, por 4ltimo, la relaci3nentre posthistoria # biopoltica a la lu- de los trabajos de Agamben*

    7s all de sus implicancias te3ricas, de las que nos ocuparemos en este artculo, larelaci3n entre Kojve # 0oucault plantea una interesante cuesti3n historiogr&ica que

    queremos al menos seOalar*6n e&ecto, no encontramos en 0oucault, en ninguno de sus te$tos publicados hasta el

    momento, ni una sola re&erencia e$plcita a Kojve* 6sta ausencia llama particularmente laatenci3n por varias ra-ones* 6n primer lugar, porque el hegelianismo que 0oucault critica,del que toda su 1poca quiere escapar, tiene mucho ms que ver con la interpretaci3n deKojve que con la de 2#ppolite "a quien s atribu#e un rol &undamental a la hora dee$plicar el hegelianismo &ranc1s del siglo

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    un caso, uno de los que le permitieron liberarse de 2egel, seg4n su propio testimonio, &ue/* Hataille,Cel alumnocolega de Kojve, con quien, adems de mantener una asiduarelaci3n personal, discuti3 el sentido de su tesis sobre el &in de la historia* L, por 4ltimo,porque 0oucault # Kojve se cru-an en numerosos puntos: la muerte del hombre # el &inde la historia, sostenidas por ambos, sus concepciones de la racionalidad moderna, el

    diagn3stico acerca de la reducci3n de la poltica moderna a la gesti3n de la vida biol3gicadel hombre, etc*>o debe e$traOarnos, por ello, que un &il3so&o que conoce mu# bien el pensamiento de

    0oucault, Pierre 7achere#, no dude en situarlo, junto con Hataille # Althusser, en esacorriente &ilos3&ica mu# particular+ que deriva de Kojve*G L tampoco, que unaespecialista en la &iloso&a poltica de Kojve, .hadia Drur#, pueda a&irmar: mi tesis es quela sociedad disciplinaria de 0oucault es una versi3n del &in de la historia # de laanimali-aci3n del hombre de Kojve+*

    .ituada en este conte$to, aunque sea anterior, ha# una a&irmaci3n de Kojve quesuena como una respuesta a la c1lebre &rase de 0oucault en su lecci3n inaugural: 6ncuanto a quienes quisieron Rsuperar a 2egelS, hasta ho#, s3lo lograron de hecho aislar

    algunos aspectos o &ragmentos del hegelianismo, haci1ndolos pasar equivocadamentepor algo RcompletamenteS nuevo*+9

    .$ 6ntre Hegel ( Heidegger la deuda con )o(r

    =ualquier trabajo sobre la recepci3n del pensamiento de Kojve debe a&rontar, enprimer lugar, las particulares circunstancias en que sus escritos han visto la lu-,especialmente en cuanto concierne a su seminario*

    6l aOo siguiente a la publicaci3n de la obra de 5ean 2#ppolite sobre laFenomenologa del espritu, apareci3 la 5ntroduction 7 la lectura de Hegel de Ale$andre

    Kojve*

    6l subttulo e$plica: Lecciones so"re la 0enomenologa del esprituprofesadasde .899 a .898 en la 6scuela de *ltos 6studios4 reunidas ( pu"licadas por Ra(mond

    lugar del tema hegeliano propio de lo inmediato, plante3 el del &undamento del discurso &ilos3&ico #de su estructura &ormal* ;% 6n lugar de comen-ar por el discurso absoluto, plante3 el problema delo que comien-a con un individuo singular, en la sociedad, en medio de las luchas* Aunque nuncase lo mencione, es claro que la contra&igura de esta descripci3n del trabajo de 2#ppolite es A*Kojve* Adems de que Kojve no public3 ninguna traducci3n del te$to hegeliano "e$cepto algunosprra&os contenidos en la 5ntroduction%, las tesis a partir de las cuales 2#ppolite se despla-a "la&iloso&a como totalidad, como movimiento del concepto que alcan-a su acabamiento en la &ormade la autoconciencia, como tarea que llega a su t1rmino convirti1ndose # se convierte en sabidura%son las su#as*6>iet-sche, Hlanchot # Hataille son los autores que me permitieron liberarme de aqu1llos que

    dominaron mi &ormaci3n universitaria al inicio de los aOos cincuenta: 2egel # la &enomenologa*7ichel 0oucault, Dits et crits, /allimard, Paris, 99, t* EM, pg* *7Pierre 7achere#, Kojve lSinitiateur+, en Magazine littraire, >ovembre 99, nU 89?, pg* ;8*8.h* Drur#,*le:andre )o#+,e$ %he Roots of 1ostmodern 1olitics , .t* 7artinSs Press, >ueva Lor!,99, pg* ?9*9Ale$andre Kojve, Le 'oncept4 le %emps et le Discours$ 5ntroduction au !(st+me du !a,oir, Paris,/allimard, 99, pg* ?*10a obra de 2#ppolite, ;en+se et structure de la 1hnomnologie de lesprit, apareci3 en 9C"Aubier, Paris%* 2#ppolite haba publicado poco antes su traducci3n completa en dos tomos de laobra de 2egel, el primero en 9?9 # el segundo en 9*

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    ota del editor+, situada al inicio, pide e$cusas por la composici3n unpoco dispar+ 'un peu disparate) de la obra # aclara que se trata de apuntes+ tomadosdurante las lecciones # que las ocupaciones actuales de A* Kojve no le han permitidoescribir la 5ntroducci3n a la lectura de Hegel que esperbamos de 1l+* 6n el mismosentido se e$presa el propio Kojve en una carta a eo .trauss &echada el 88 de junio de

    9C: 6l libro es mu# malo* >o tuve tiempo de trabajar en 1l* Pero contiene algunascosas interesantes*+8 Bodos estos elementos han inducido a pensar que se trata,&inalmente, de un te$to ap3cri&o compuesto por Vueneau, e$cepto algunas notas* 6lpropio Agamben ha sostenido esta opini3n*?

    Dominique Pirotte se ha encargado de disipar el malentendido # de mostrar que loesencial ha sido redactado por Kojve* De las C pginas que componen la 5ntroduction'sostiene), un tercio est constituido por el te$to integral de las con&erencias, publicado enel*nnuaire de l2cole des Hautes 2tudes, de acuerdo con una versi3n estenogr&ica queKojve con&i3 a Vueneau* Wtro tercio reproduce en ap1ndice el te$to integral de cuatrocon&erencias de los cursos de los aOos 9??9?;, cu#os ttulos son: a dial1ctica de losreal # el m1todo &enomenol3gico+ "9?9?;% # a idea de la muerte en la &iloso&a de

    2egel+ "9??9?%* 6l resto se distribu#e en tres tipos di&erentes de te$tos* 6n primerlugar, los apuntes de Vueneau, ubicados al comien-o de la obra* Fnas cien pginas* 6nsegundo lugar, un n4mero considerable de notas a pi1 de pgina, donde se despliegan losaspectos propiamente R!ojevianosS de la lectura del maestro, particularmente una larganota sobre la 6ternidad4 el %iempo ( el 'oncepto "pgs* ??C?%* 0inalmente, latraducci3n comentada de la secci3n A del captulo EM de la Fenomenologa del espritu*+

    Banto las notas como el te$to titulado A modo de introducci3n+, que #a haba sidopublicado en la revista Mesuresdel de enero de 9?9, provienen de la mano deKojve*

    >o menos curiosas que las circunstancias de la publicaci3n del curso son las que lo

    llevaron a dictarlo* 6l modo en que se inici3 la amistad entre A* Ko#r1 # A* Kojve, ene&ecto, reviste un carcter novelesco* Dominique Au&&ret, hasta hace poco el 4nicobi3gra&o relevante de Kojve, se ha ocupado de reconstruirlo*;6sta amistad se remonta alos aOos en que ambos rusos estudiaban en Alemania # continu3 luego, cuando emigran aPars* 6n 9??, &ue precisamente Ko#r1 quien sugiri3 al ministerio &ranc1s de la educaci3nque Kojve lo reemplace al &rente del curso sobre los escritos juveniles de 2egel* adeuda de Kojve respecto de Ko#r1, sin embargo, va mucho ms lejos, toca el n4cleo desu interpretaci3n de 2egel # del tema que aqu nos ocupa*

    11Ale$andre Kojve, 5ntroduction 7 la lecture de Hegel, /allimard, Paris, 9G9, pg* *12

    eo .trauss, n %(rann(, Bhe Fniversit# o& =hicago Press, =hicago and ondon, 8, pg* 8?*13'() las notas son la 4nica parte del libro seguramente de mano de Kojve+ "Laperto, HollatiHoringhieri, Borino, 8?, pg* C%*14=&* Dominique Pirotte,*le:andre )o#+,e$ =n s(st+me anthropologique, PF0, Paris, 8;, pg*88*15 =&* : Dominique Au&&ret, *le:andre )o#+,e$ La philosophie4 l2tat4 la fin de lHistoire, /rasset,Paris, 99, pgs* 88* a obra de Au&&ret constitu#3 hasta hace poco, en e&ecto, la biogra&ams completa de A* Kojve* A este trabajo es necesario agregar la reciente publicaci3n, en muchosaspectos superior, de 7arco 0iloni: 5l filosofo della domenica$ La ,ita e il pensiero di *le:andre)o#+,e, Hollati Horinghieri, Borino, 8*

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    6n la octava con&erencia del 4ltimo aOo del seminario, titulada >ote sur lS1ternit1, letemps et le concept+, Kojve a&irma: =uriosamente, el te$to decisivo sobre el Biempo 'en2egel) se encuentra en la Filosofa de la >aturalezade la Jenenser Realphilosophie* 6stete$to ha sido traducido # comentado por Ko#r1 en un artculo surgido de su =urso sobrelos escritos juveniles de 2egel* .e trata de un artculo decisivo que es la &uente # la base

    de mi interpretaci3n de la Fenomenologa del espritu*+C

    Marios aOos ms tarde, la opini3nde Kojve sigue siendo la misma* 0ue entonces que mi amigo Ale$andre Ko#r1 comen-3su interpretaci3n de la Fenomenologaen la 6scuela Prctica de Altos 6studios "en la.orbona%* 2abl3 del tiempo hegeliano* 0ue para m una revelaci3n '()*+G

    6l artculo en cuesti3n, del que debemos ocuparnos ahora, se titula 2egel en5ena+* Dos escritos de 2egel son objeto del anlisis de Ko#r1: la L3gica de Jena"Jenenser Logi?4 Metapph(si? und >aturphilosophie, eip-ig, 98;%, editada por /*asson, # la Filosofa real"Jenenser Realphilosophie$ @orlesungsmanuscripte ,on .A09BCund .A0/B, eip-ig, 9?8%, editada por 5* 2o&&meister*

    a publicaci3n de estos trabajos, hace notar Ko#r1, no tuvo la misma repercusi3nque la de los 6scritos teol3gicos de #u,entud"%heologische Jugendschriften, Herlin, 9G%*

    6ntre las ra-ones que lo e$plican, la principal sera que el 2egel de los 'ursosde 5enaes #a demasiado RhegelianoS+, a di&erencia de lo que sucede con los escritos teol3gicos* 9

    6n este sentido, ms all del m1rito de Dilthe# # de sus discpulos, el de haberdescubierto un 2egel humano, vibrante, su&riente+,8Ko#r1 les reprocha el crimen dehaber desestimado # desconocido el 2egel de la L3gica # de la 6nciclopedia,estableciendo entre ambos una ruptura* 6n las lecciones de la 1poca de 5ena, en cambio,se combinan ambos aspectos* Por un lado, nos encontramos con el 2egel hegeliano #,por otro, con el laboratorio del &il3so&o+, con el es&uer-o para poner en orden supensamiento # &orjar sus conceptos*86s lo que ocurre precisamente, seg4n nuestro autor,con el concepto de tiempo*

    =omo sabemos, el te$to ms relevante del 2egel hegelianoacerca del tiempo seencuentra en los XX 8; # 8;9 de la 6nciclopedia, dentro de la &iloso&a de la naturale-a*88

    16Ale$andre Kojve, 5ntroduction 7 la lecture de Hegel, /allimard, Paris, 9G9, pg* ?CG*17 Ale$andre Kojve, Le 'oncept4 le %emps et le Discours$ 5ntroduction au !(st+me du !a,oir,Paris, /allimard, 99, pg* ?8*186ste artculo, 2egel Y E1na+, &ue publicado originariamente en 9? en la Re,ue dhistoire et de

    philosophie religieuses, actualmente se encuentra en la recopilaci3n de sus trabajos: 2tudesdhistoire de la pens philosophique, =olin, Paris, 9C, pgs* ?;G?* 6n relaci3n con .artre, atrav1s de la mediaci3n de Kojve, #a nos hemos ocupado e$tensamente de este trabajo de Ko#r1en De 2egel a .artre: las aventuras de la negatividad+, 'uadernos filos3ficos, .egunda 1poca,EEEZ8C, 2omo sapiens, Iosario, 8C, pgs* ;89* Ietomaremos aqu las lneas&undamentales del anlisis* Por otro lado, este artculo tambi1n ha sido objeto de anlisis

    minuciosos* 6n particular, c&*: 7atteo Megetti, La fine della !toria$ !aggio sul pensiero di *le:andre)o#+,e, 5aca Hoo!, 7ilano, 99, pgs* ;G # ss*19A* Ko#r1, 2egel Y E1na+ en 2tudes de la pense philosophique, Paris, 9C, pg* *20=&*: ibid*, Paris, 9C, pg* ?G*21=&*: ibid*, pg* ?9*22 6l tiempo como unidad negativa de la e$terioridad 'ser e$terior a s) es algo per&ectamenteabstracto e ideal* @l es el ser que, en tanto que es4 no es#, en tanto que no es4 es '***)*+ asdimensiones del tiempo, el presente, el por,enir 'a,enir) # el pasado son el de,enir de lae$terioridad como tal # su disoluci3n en las di&erencias del ser como paso a la nada # de la nadacomo paso al ser+ "ibid* pgs* ;;%* as cursivas son de Ko#r1* Por ra-ones obvias seguimos

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    .eg4n Ko#r1, en los trabajos de la 1poca de 5ena, es posible encontrar la subestructura&enomenol3gica+ de estos pargra&os*8? 6l sentido que Ko#r1 le con&iere a estaapreciaci3n merece ser subra#ado: empleamos este t1rmino con el signi&icado que le dio2usserl+8#, ms adelante en relaci3n espec&icamente con la cuesti3n del tiempo # enre&erencia a 2eidegger, sostiene que el *ussersich-sein+ "contenido en el X 8; de la

    6nciclopedia% s3lo por su &orma alemana di&iere del t1rmino R1$tasisS, devenido c1lebrepor una reciente teora+*8;a matri- heideggeriana de la interpretaci3n aparece con toda evidencia #a en los

    prra&os que introducen la traducci3n # el anlisis de los te$tos de 5ena* Aqu, como haca2eidegger respecto de su propia consideraci3n de la temporalidad, Ko#r1 busca mostrarla originalidad # originariedad de la concepci3n hegeliana* 6n e&ecto, el tiempo del que seocupa 2egel no es, para Ko#r1, ni la medida del movimiento, el tiempo aristot1lico, ni elorden !antiano de los &en3menos, ni la cronologa que miden los relojes, sino el tiempoque se constitu#e en la realidad viviente del espritu+* 8Ca dial1ctica del instante "aunque2egel no use este t1rmino, precisa Ko#r1%, reproduciendo o anunciando la dial1ctica &initoin&inito, describe esta constituci3n*8G6lla nos muestra sobre todo, seg4n nuestro autor, la

    primaca del &uturo, delpor-,enir*uego de traducir un e$tenso prra&o de la L3gica de Jena"pgina 88 de la edici3n

    de asson%, Ko#r1 lo comenta en estos t1rminos:

    6ste RahoraS 'el presente) no est nunca* .e trans&orma inmediatamente enotra cosa* @l se niega a s mismo # se suprime* Pero, # 1ste es el puntocentral, no se trans&orma # se niega reca#endo de alguna manera en elpasado, abismndose en lo que no es mEsahora* 6l ahora hegeliano, a pesarde que sea instantneo # no implique ning4n espesor, es un instante dirigido*Pero no es hacia el pasado que est dirigido* Al contrario, est dirigido hacia el

    porvenir* '***) 6sta insistencia en el porvenir, la primaca concedida al porvenirsobre el pasado, es lo que constitu#e, a nuestro modo de ver, la ma#ororiginalidad de 2egel* L ello nos hace comprender por qu1, en las adicionesde la 6nciclopedia, 2egel habla de la espera, de la esperan-a* L tambi1n de laaOoran-a* 6s que el tiempo hegeliano es, ante todo, un tiempo humano, eltiempo del hombre+*8

    a primaca del &uturo e$plica el movimiento dial1ctico constitutivo de latemporalidad* 6ste tiempo de la primaca del &uturo, cu#a constituci3n est anali-ando

    la traducci3n de Ko#r1*23

    Ebid*, pg* ;*24Ebid*, pg* , nota 8*25Ebid*, pg* ;, nota 8* Iespecto de 2eidegger, c&* !ein und eit, X C;26Ale$andre Ko#r1, 2egel Y E1na+ en 2tudes de la pense philosophique, Paris, 9C, pg* ;9*Molveremos luego sobre esta cuesti3n, pero resulta necesario subra#ar que el propio 2eideggeropina e$actamente lo contrario: las consideraciones de 2egel se inscriben de lleno en la tradici3naristot1lica, c&* !er ( tiempoX 8*27=&*: Ale$andre Ko#r1, 2egel Y E1na+ en 2tudes de la pense philosophique, Paris, 9C, pg*C*28Ebid*, pg* C8* =ursiva del autor*

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    2egel, subra#a en&ticamente Ko#r1, es el tiempo humano, el tiempo de la actividad, de lanegaci3n, #, por ello, la Fenomenologa del espritu es una antropologa+*89 .i estadial1ctica del instante se detiene, el tiempo se acaba, cae en el pasadoN entonces, #a nonos encontramos con el tiempo humano, sino con el de las cosas, de la naturale-a*

    2acia el &inal de su artculo, Ko#r1 e$trae otra conclusi3n acerca de la primaca del

    &uturo en la temporalidad hegeliana: si el tiempo es dial1ctico # se constru#e a partir delporvenir, a pesar de lo que diga 2egel, es eternamente inacabado* '***) As, el carcter deltiempo hace posible una &iloso&a de la historia, pero, al mismo tiempo, el carctertemporal de la dial1ctica la vuelve imposible+* =on un tiempo inacabado, argumentaKo#r1, la sntesis de la &iloso&a de la historia es imposible, e$cepto que no ha#a msporvenir+, que el tiempo se hubiese detenido+, que la historia estuviese e&ectivamenteacabada+*?

    Ahora bien, dos observaciones crticas resultan necesarias:

    29 Ebid*, pg* C, nota ?* A esta lectura antropol3gica se le puede oponer, siempre dentro del

    panorama &ranc1s, por un lado, la lectura teol3gico mstica de 5ean Tahl " Le malheur de laconscience dans la philosophie de Hegel, Paris, 989% #, por otro, la lectura que se podra llamarantihumanista [ o, al menos, que tiende a serlo [ de 5ean 2#ppolite* =uriosamente, tambi1n estalectura se ha inspirado en 2eidegger, pero en los trabajos posteriores a !er ( tiempo* a relaci3nentre humanismo # hegelianismo es el tema de una de las intervenciones de 2#ppolite en el=ongreso internacional de estudios humanistas, titulada precisamente 2umanisme eth1g1lianisme+* Aqu, 2#ppolite aclara que toma el t1rmino humanismo+ con el sentido que tiene enla &iloso&a actual, esto es, una &iloso&a de la inmanencia por oposici3n a una &iloso&a de latrascendencia, una &iloso&a del hombre # de la humanidad, por oposici3n tanto a una &iloso&a s3lode la naturale-a, que devora al hombre, tanto respecto de una &iloso&a religiosa, que re&iere la vidahumana a un ms all, por la e$periencia del pecado, # la condena como vida s3lohumana+ "5ean2#ppolite, 2umanisme et h1g1lianisme+, en Figures de la pense philosophique, vol* E, Paris,9G, pg* %* 6n la segunda intervenci3n de 2#ppolite en el mismo congreso, Iuse de la raisonet histoire che- 2egel+, #a no se trata de la oposici3n entre una interpretaci3n religiosa # otrahumanista de 2egel, sino entre 1sta # una &iloso&a del saber absoluto* 6n este 4ltimo caso,2#ppolite #a no dirige la mirada hacia atrs, hacia los 6scritos #u,enilesque haba sido el punto departida de la lectura mstica de 5ean Tahl, sino hacia adelante, hacia la 'iencia de la l3gica: haciael Logos intemporal es el saber absoluto+ "5ean 2#ppolite, Iuse de la raison et histoire che-2egel+, en Figures de la pense philosophique, vol* E, Paris, 9G, pg* ;%* a Fenomenologa,argumenta 2#ppolite, contiene tanto una antropologa, una &iloso&a del devenir del hombre, comouna &iloso&a del saber absoluto en la que el hombre juega un rol, puesto que lo absoluto deviene tala trav1s de la historia del hombre* Pero la Edea o la Ia-3n que se reali-a en la historia, observa2#ppolite, no es la ra-3n de los individuos o sus opiniones* @stos s3lo son momentos de la Edea*a historia, como la naturale-a, no est &uera de lo Absoluto, ella es tambi1n su revelaci3n, pero lahistoria es todava espritu &inito "espritu objetivo% # sera un error creer que porque la ideaabsoluta se mani&iesta en la historia, lo absoluto es hist3rico, un &in de la historia* >o me pareceque 2egel ha#a verdaderamente cometido este error+ "5ean 2#ppolite, Iuse de la raison et

    histoire che- 2egel+, en Figures de la pense philosophique, vol* E, Paris, 9G, pg* ;G%* A partirde aqu, vemos c3mo 2#ppolite ha podido resolver la ambig\edad hegeliana sirvi1ndose de2eidegger o, para e$presarlo con otros t1rminos, c3mo ha podido sustituir, dentro delhegelianismo, las &iloso&as de la historia inspiradas en 2egel por una ontologa de matri-heideggeriana* 6n e&ecto, si lo Absoluto no es hist3rico, s3lo lo es su mani&estaci3n, entonces, sepuede a&irmar que no es el hombre el que interpreta el .er, es el ser que se dice en el hombre, #este develamiento del .er, esta l3gica absoluta, que substitu#e a una meta&sica "que sera ms omenos teologa%, pasa por el hombre+ "5ean 2#ppolite, Iuse de la raison et histoire che- 2egel+,en Figures de la pense philosophique, vol* E, Paris, 9G, pg* ;G%*30Ebid*, pg* G?*

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    a primera, la a&ronta el propio Ko#r1* A di&erencia de la L3gica de Jena, a partir delas pginas de la Filosofa realdedicadas al tiempo "vol* EE, pg* de la edici3n de2o&&meister% no es posible hablar de una primaca del &uturo sobre el presente* De todosmodos, para nuestro autor, 2egel sigue sosteniendo la primaca del &uturo sobre elpasado*?

    a segunda observaci3n crtica concierne a la posici3n de 2eidegger respecto delconcepto de tiempo en 2egel* 6n el X 8 de !er ( tiempo, 7* 2eidegger aborda lacuesti3n en estos t1rminos: =on&rontaci3n de la cone$i3n ontol3gicoe$istencial de latemporalidad, del Dasein# del tiempo del mundo con la concepci3n de la relaci3n entretiempo # espritu en 2egel+*?8 Hasta leer con atenci3n estas pginas, para llegar a dosconclusiones opuestas* Por un lado, es notable la pro$imidad entre el anlisis de2eidegger de la cuesti3n del tiempo en 2egel # el tratamiento del tema en los hegelianos&ranceses* 6sto es particularmente cierto respecto de Ko#r1, de su 2egel Y E1na+, #tambi1n lo es respecto de Kojve # de .artre* Pero, por otro lado # a pesar de ello, loshegelianos &ranceses llegan a la conclusi3n inversa a la que llega 2eidegger* 7ientras loslectores de 2egel en 0rancia se es&uer-an en mostrar c3mo se puede interpretar la

    cuesti3n del tiempo en 2egel sirvi1ndose del anlisis heideggeriano de la temporalidadN2eidegger, por su parte, se preocupa ms bien de distanciarse respecto de 2egel* 2egel,para 2eidegger, no va ms all de esa comprensi3n vulgar del tiempo a la que ha tratadode oponerse a lo largo de todo !er ( tiempo*??

    Algunos aOos ms tarde de la publicaci3n de !er ( tiempo, en el semestre deinvierno de 9?9?, 2eidegger dedic3 un curso a la Fenomenologa del espritu*?

    Bambi1n en las pginas &inales de la versi3n publicada, vuelve a ocuparse de laconcepci3n hegeliana del tiempo* De nuevo, 2eidegger insiste en la ubicaci3n delproblema del tiempo dentro de la &iloso&a de la naturale-a, ligando as la esencia deltiempo con la del espacio* A4n cuando 2egel trata de la problemtica de la historia,

    sostiene 2eidegger, se limita a trasponer el concepto natural del tiempo*?;

    .in darma#ores precisiones al respecto, en este curso, 2eidegger hace re&erencia a loses&uer-os actuales+ por vincular su concepci3n de la relaci3n entre el ser # el tiempo conla concepci3n hegeliana* 6s&uer-os que llegaron a a&irmar que la problemtica de !er (tiempo#a se encontraba en 2egel* Ac la respuesta es no* Porque si e$iste un autor aquien sea aberrante atribuirle la problemtica de !er ( tiempo, ]es ciertamente 2egel^ 6ne&ecto, la tesis: la esencia del ser es el tiempose opone diametralmente a lo que 2egeltrat3 de mostrar en toda su &iloso&a*+?C

    31=&*: ibid*, pg* C9*32

    7* 2eidegger, !er ( tiempo, trad* esp* de 5orge 6duardo Iivera =*, .antiago de =hile, 99G,pg* *33>o es necesario entablar una prolija discusi3n para demostrar que, en su interpretaci3n deltiempo, 2egel se mueve plenamente en la direcci3n de la comprensi3n vulgar del tiempo+ "ibid*,pg* %*34 6ste curso &ue publicado por primera ve- en 9 con el ttulo de La GFenomenologa delespritu de Hegel, tomo

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    Molviendo a !er ( tiempo, al X 8, a modo de conclusi3n, 2eidegger opone suconcepci3n de la temporalidad a la hegeliana seOalando que, para 1ste, el espritusimplemente caeen el tiempo, pero no es tiempo* Para la analtica e$istencial, en cambio,el ResprituS propiamente no cae dentro del tiempo, sino que e$iste como tempori-aci3noriginaria de la temporeidad*+?G

    =uriosamente, Ko#r1, una ve- concluido el e$amen de los te$tos de la L3gica deJena, a&irma: 2ubiese sido interesante poder continuar, paso a paso, el anlisishegeliano* Desgraciadamente tenemos que detenernos* 6n e&ecto, el cuaderno quecomprenda los cursos de ?Z est incompleto* 0alta toda la primera parte quecontena el anlisis del tiempo* .3lo se conserva una &rase, escrita al margen de unanlisis del ser espacial: el espritu es tiempo, ;eist ist eit*+? Boda la lecturaantropol3gica de 2egel reposa, en de&initiva, sobre esta &rase*

    8* 6l comienzo ( el fin de la historia:

    a 4ltima con&erencia del curso de Kojve, la duod1cima del aOo acad1mico

    9?Z?9, estuvo dedicada a la traducci3n oral # al anlisis de las pginas &inales de laFenomenologa* a e$posici3n tiene como eje una a&irmaci3n de 2egel acerca de ladualidad del espritu: 2egel dice que 'seOala Kojve), en su devenir el 6spritu "es decir,la Botalidad revelada del .er% es necesariamente doble: por un lado, es Lopersonal"!el"st% o Biempo #, por otro, .eresttico "!ein% o 6spacio* L esto es mu# importante+* ?9

    A causa de este dualismo, 2egel es, para Kojve, un &il3so&o realista* Ahora bien, a&irma,toda la cuesti3n consiste en c3mo concebir la relaci3n o, mejor, la oposici3n entre lost1rminos de esta dualidad, entre el Biempo # el 6spacio* Dada la equivalencia entretiempo # espritu, podra pensarse que la dualidad hegeliana es s3lo una repetici3n de laoposici3n cartesiana entre pensamiento # e$tensi3n* 6sta equiparaci3n, sin embargo, no

    es posible* 6l tiempo, opuesto al espacio "!ein%, no es pensamiento, para Kojve, sinolucha # trabajo, esto es, negatividad "nicht-sein%*

    >o ha# ninguna duda 'sostiene) que el Biempo debe ser entendido comoaniquilaci3ndel .er o del espacio* Pero si el 2ombre esBiempo, 1l es >ada oaniquilaci3n del .er espacial* L nosotros sabemos que, para 2egel, en estaaniquilaci3n del .er consiste la >egatividad que es el 2ombre, que es la

    Acci3n de la ucha # del Brabajo por la cual el hombre se mantiene en el .erespacial destru#1ndolo, es decir, trans&ormndolo '()* 6s esta >egatividad, la>ada que aniquila en cuanto Biempo al 6spacio, la que constitu#e el &ondo dela e$istencia espec&icamente humana, es decir, verdaderamente activa o

    creadora, esto es, hist3rica, individual # libre* 6s tambi1n esta nada la quehace que el 2ombre sea conducido'passag) hacia el 7undo espacial* 6n 1l

    377* 2eidegger, !er ( tiempo, trad* esp* de 5orge 6duardo Iivera =*, .antiago de =hile, 99G,pg* *38Ale$andre Ko#r1, 2egel Y E1na+ en 2tudes de la pense philosophique, Paris, 9C, pg* C*39Ale$andre Kojve, 5ntroduction 7 la lecture de Hegel, /allimard, Paris, 9G9, pg* ?*

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    naci3 # en el muere en cuanto 2ombre* 2a#, entonces, una >aturale-a sin2ombre, antes del 2ombre # despu1s del 2ombre '()*+

    Desde esta perspectiva, la Fenomenologa puede ser vista como el relato deldevenir del 2ombre desde su aparici3n, el inicio de la historia, hasta su desaparici3n, el

    &inal de la historia*6l comien-o de la historia, es el tema de la traducci3n # del comentario del captulode la Fenomenologatitulado Autonoma # dependencia de la =onciencia de s: seOora #servidumbre+,que aparece en la edici3n del curso como A modo de introducci3n+* 6saqu donde Kojve desarrolla su teora del deseo antrop3geno*

    Kojve parte de la oposici3n entre el hombre al animal, entre la conciencia de salsimple sentimiento de s*8a conciencia de sse distingue del sentimiento de sporquepuede decir #o+* Por ello, comprender el origen del hombre es comprender el origen del#o+ que nos revela la palabra*

    Ahora bien, aunque la di&erencia entre el hombre # el animal pase por la distinci3nentre conciencia de s # sentimiento de s, esto no quiere decir que sea el elemento

    cognitivo el verdadero motor de la antropog1nesis* Kojve se aparta, en este sentido, dela c1lebre de&ici3n aristot1lica del hombre como animal racional* 6n e&ecto, en elcomportamiento cognitivo, el sujeto, seg4n la e$presi3n literal de Kojve, est absorbido+"a"sor"% por el objeto* 6l sujeto se pierde en el objeto conocido #, por esta ra-3n, no esesencialmente di&erente del sentimiento de s* .3lo el Deseo "con ma#4scula en el te$tode Kojve% puede re&erir el sujeto que se contempla a s mismo, puede impulsarlo a decir#o+ "Moi%* 6l Lo "humano% es el Lo de un o del Deseo*+?Pero este Deseo que loimpulsa a decir #o Q no es todava, por s s3lo, un deseo propiamente humano* 6s s3lola condici3n necesaria de la antropog1nesis* Aunque d1 lugar, a di&erencia delcomportamiento cognitivo, a una acci3n negadora # trans&ormadoraN origina simplemente

    un #o+ cosista "chosiste%, todava animal* .eg4n el ejemplo que nos o&rece el autor, elhambre, como deseo, nos lleva a destruirtrans&ormar "mediante una acci3n negadora% lacomida, para alcan-ar la satis&acci3n* 6l deseo se colma, en este caso, con el contenidode aquello que lo satis&ace* Para que se pase del sentimiento de sa la conciencia de ses necesario que el deseo sea deseo de una realidad nonatural, es decir, de una realidadque supere el ser dado de la naturale-a, #, dado lo 4nico que supera la realidad natural delo dado es el propio Deseo, s3lo un Deseo que sea Deseo de otro Deseo puede dar lugara la conciencia de s*7ientras el animal se nutre de cosasN el hombre, en cambio, dedeseos* Para que ha#a hombre, entonces, es necesaria una pluralidad de deseosanimales "6l hombre s3lo puede aparecer dentro de una manada*+%;

    .eg4n Kojve, en el caso del deseo que desea un deseo, en realidad no es el

    deseo mismo, sino el valor deseado por este deseo el verdadero objeto de deseo*40Ebid*, pg* ??8*41Braducimos la versi3n &rancesa que Kojve da del ttulo alemn: Autonomie et d1pendance de la=onsciencedesoi: 7a_trise et .ervitude+* =omo aclara el autor, las palabras reunidas con un gui3ncorresponden a un 4nico t1rmino en alemn* =&*: ibid*, pg* 9*42=&* ibid*, pg* *43Ebid*: pg* *44=&*: ibid*, pg* 8*45Ebid*, pg* ?*

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    Desear el Deseo de otro es, en de&initiva, desear que el valor que #o so# o que #oRrepresentoS sea el valor deseado por este otro* Lo quiero que 1l me Rrecono-caS comovalor aut3nomo*+C 6l deseo antrop3geno es, en de&initiva, el deseo de reconocimiento*.3lo 1l asegura el paso del sentimiento de sa la conciencia de sa trav1s de la lucha porel reconocimiento*G

    Pero la determinaci3n del deseo antropog1nico todava no ha tocado su punto&inal* 6n e&ecto, si cada uno de quienes se en&rentan en la lucha por el reconocimientollevasen esta lucha igualmente hasta el e$tremo, es decir, arriesgasen sus vidas hasta lamuerte, entonces, no habra reconocimiento, o porque uno de ellos muere o porque losdos mueren* 6l deseo antropog1nico no s3lo supone una multiplicidad de deseos, sinotambi1n comportamientos esencialmente di&erentes* Fno de los adversarios deberabandonar su deseo de reconocimiento # satis&acer el deseo del otroN reconocer al otrocomo amo+ # se har reconocer como esclavo+* >o ha# humanidad, entonces, sindominio+ # servidumbre+* a acci3n esencialmente humana del primer hombre, la acci3nantropog1nica, comen-ar, entonces, por el acto de imponerse al otro* 6l hombreemprende de este modo el camino que lo lleva de la certe-a "subjetiva% de s a la

    conciencia de s*a aparici3n de las &iguras del Amo # del 6sclavo dan origen a lo humano mediante

    la lucha por el reconocimientoN sin embargo, en ellas el hombre s3lo e$iste por elmomento en potencia* >i el Amo es plenamente hombre, pues es reconocido s3lo por un6sclavo # no por un igual, ni el 6sclavo lo es, pues ha decido obedecer para no poner enriesgo su vida* Por ello, en una obra escrita en 9? "pero publicada por primera ve-reci1n en 9%, 6squisse dune phnomnologie du droit, cuando Kojve retoma suteora del deseo antrop3geno en relaci3n con la teora jurdica # nos o&rece una versi3nms poltica de ella, habla del Amo # del 6sclavo o, seg4n la terminologa &recuentementeutili-ada en esta obra, del /uerrero # del Brabajador como de principios l3gicos+de lo

    humano, que nunca e$isten en estado puro* Merdaderamente humano es s3lo la sntesisque se da de ellos en la &igura del =iudadano:

    6n consecuencia, si el hombre nace s3lo de la anttesis del Amo # del6sclavo, s3lo se reali-a plenamente en la sntesis del =iudadano, que es Amoen la medida en que es reconocido por los otros # 6sclavo en la medida enque 1l los reconoce*+9

    6ste deseo antrop3geno, a&irma Kojve, no es ms que la pro#ecci3n&enomenol3gica # antropol3gica del anlisis meta&sico del tiempo de Ko#r1*

    46Ebid*, pg* *47 os t1rminos alemanes que se traducen por reconocer Q # reconocimiento Q son aner?ennenQ # *ner?ennungQ* *ner?ennen+, vale la pena subra#arlo, es un t1rmino acuOadoen el siglo

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    6l movimiento engendrado por el porvenir es el movimiento engendrado porel Deseo* .e entiende: del Deseo espec&icamente humano, es decir, delDeseo creador, es decir, del Deseo que se dirige hacia una entidad que noe$iste en el 7undo natural # real, # que tampoco ha e$istido all* .3loentonces se puede decir que el movimiento es engendrado por el Porvenir:

    porque el Porvenir es precisamente lo que "todava% no es # lo que "#a% no hasido*+;

    Ahora bien, como #a haba sido seOalado por Ko#r1 al &inal del artculo queanali-amos, si la historia se engendra a partir del por,enir, del &uturo, o bien ella estinacabada, # en este caso una &iloso&a de la historia sera imposible, o bien, si 1sta esposible, la historia est terminada* Pero lo que para Ko#r1 es s3lo una consecuenciate3rica de la concepci3n hegeliana del tiempo, para Kojve, en cambio, es una realidadque pro#ectada en t1rminos &enomenol3gicos # antropol3gicos implica la desaparici3n delhombre "'() el hombre que esBiempo desaparecetambi1n en la >aturale-a espacial+%;

    # que, en t1rminos cronol3gicos, #a ha tenido lugar con >apole3n*

    2egel lo dijo* 2e e$plicado que 2egel lo dijo 'sostiene Kojve en la 4ltimaentrevista que le reali-aron), # nadie quiere admitirlo* >adie soporta que la2istoria est1 cerrada* A decir verdad, #o mismo pens1 al principio que setrataba de una tontera, pero re&le$ion1 # vi que era una idea genial*+;8

    6l fin de la historia conlleva, para Kojve, tres consecuencias ma#ores: latrans&ormaci3n de la &iloso&a en sabidura, el advenimiento del 6stado universal #homog1neo "donde el amo # el esclavo se han vuelto ciudadanos% #, &inalmente, laanimali-aci3n del hombre* De las primeras dos consecuencias se ocupa simultneamente

    en la segunda con&erencia del 4ltimo aOo del seminario "pgs* 8?89 de la 5ntroduction%*a e$istencia de un 6stado uni,ersal ( homogneoes una condici3n para la e$istencia del.abio* De la tercera, en la nota de la pgina ?, que en la segunda edici3n de la obra&ue corregida+ # ampliada* 6l concepto de 6stado uni,ersal ( homogneo ha sidoe$tensamente abordado en el artculo de 7atteo Megetti que &orma parte del presentedossierde Deus Mortalisdedicado a Kojve* >os limitamos, por ello, a remitir a su lectura# a abordar la cuesti3n de la animali-aci3n del hombre*

    as consideraciones acerca del carcter realista del pensamiento de 2egel, quemencionamos anteriormente, conclu#en, como dijimos, con la desaparici3n del hombre,con su regreso a la naturale-a* 6n la citada nota de la pg* ?, Kojve e$plicita lascondiciones antropol3gicas de este &inal de la historia, del redevenir animal del hombre*

    >o se trata, en primer lugar, ni de una catstro&e natural ni de una catstro&ebiol3gicaN el hombre como animal que est en acuerdo con la >aturale-a permanecebiol3gicamente vivo* o que desaparece es el hombre propiamente dicho+, el hombre delerror # de la acci3n negadora* os hombres se convierten, seg4n una e$presi3n de

    50Ale$andre Kojve, 5ntroduction 7 la lecture de Hegel, op* cit*, pg* ?CG*51Ebid*, pg* ?*52 A* Kojve, os &il3so&os no me interesan, busco a los sabios+, en A* Kojve, 6l emperadorJuliano ( el arte de escri"ir, /ramma, Huenos Aires, 8?, pg* ;G*

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    Kojve, en monos sa"ios* 6n t1rminos prcticos, se trata de la desaparici3n de lasguerras # de las revoluciones sangrientas, # tambi1n de la desaparici3n de la &iloso&a* 6larte, el amor o el juego tambi1n deben volverse animales*

    .e podra objetar, desde un punto de vista intuitivo o &ctico, que siguen habiendoguerras # revoluciones* Pero no es de esto de lo que se trata en la tesis de Kojve*

    Aunque e$istan guerras # revoluciones ninguna de ellas va ms all de >apole3n, de lainstauraci3n de un 6stado universal # homog1neo* .3lo son nuevas revoluciones #guerras en el espacio, pero no en el tiempo*;?

    Devenido animal, el hombre #a no ser &eli- "hereu:%, se limitar a estar satis&echo"a se content%* os animales de la especie homo sapiens reaccionarn por re&lejoscondicionados a las seOales sonoras o mmicas # sus llamados RdiscursosS sernsemejantes al pretendido RlenguajeS de las abejas* o que desaparecer, entonces, no essolamente la 0iloso&a o la b4squeda de la sabidura discursiva, sino tambi1n la sabiduramisma* Porque no habr ms, en los animales posthist3ricos, Rconocimiento 'discursivo)del 7undo # de s*+;

    6n un primer momento, Kojve identi&ica el modo de vida del hombre en la

    posthistoria con el *merican &a( of life "no una vida &eli-, sino satis&echa%N pero, unreciente viaje a 5ap3n "9;9%+, a&irma, lo hi-o cambiar de parecer*;; a situaci3n delhombre posthist3rico estara representada por el esnobismo japon1s: comportamientoscompletamente &ormali-ados, pero desprovistos de contenido hist3rico "dial1ctico%* 6l4ltimo prra&o de esta &amosa nota nos aclara el sentido de sus a&irmaciones* 6n e&ecto,para ser humano el hombre, aunque desapare-ca toda actividad negadora, debe poderoponer, de alg4n modo, el .ujeto al objeto* 6n el esnobismo, el hombre puede separar la&orma de sus contenidos, no para trans&ormar estos contenidos "lo que dara lugar a unatarea hist3rica%, sino para oponer esta &orma pura a s mismo # a los otros*

    *nimalizaci3n# esno"ismono son, como veremos ms adelante, las dos 4nicascategoras con las que Kojve ha descrito el &in del hombre al &inal de la historia* Por elmomento, sin embargo, vamos a detenernos aqu, citando un breve te$to, de una obrapublicada tambi1n p3stumamente, La notion dautorit, donde encontramos algunasindicaciones acerca de la posthistoria, presentada aqu como un presente sin por,enirnipasado:

    Pero un Presente sin Porvenir ni Pasado es s3lo un presente RnaturalS, nohumano, no hist3rico, no poltico* a dominaci3n de la Hurguesa no es msque la progresiva desaparici3n de la Autoridad del 6stado: la vida estdominada por su aspecto animal, por las cuestiones de la alimentaci3n # de la

    se$ualidad*+;C

    53=&*: ibid*, pgs* ;G;*54Kojve, Ale$andre, 5ntroduction 7 la lecture de Hegel, /allimard, Paris, 9G, pg* ?C*55A decir verdad, este cambio de opini3n respecto de la sociedad posthist3rica no se debe s3lo asu viaje a 5ap3n* a cuesti3n de la negatividad posthist3rica haba sido objeto de discusi3n entreKojve # su amigodiscpulo /* Hataille* Acerca de la posici3n de Hataille, c&* ettre Y

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    Ahora bien, como han observado varios autores, entre ellos eo .trauss,;G unacierta paradoja domina el &in de la historia descrito por Kojve: la aparici3n del 6stadouniversal # homog1neo, la versi3n poltica del &inal de la historia, donde #a no ha# ni amosni esclavos sino s3lo ciudadanos, coincide con la desaparici3n del hombre, con su

    animali-aci3n, la versi3n antropol3gica de este &in*

    9$ iopoltica ( so"erana

    Aunque no ha#a sido su creador, &ue sin duda 7ichel 0oucault quien pusonuevamente en circulaci3n el concepto de biopoltica # su problemtica* Por cuantosabemos, el t1rmino biopoltica+ &ue utili-ado por primera ve- por Iudol& Kj1llen "quientambi1n acuO3 el t1rmino geopoltica+%, en 9;* Pocos aOos despu1s, 7* Ioberts loutili-3 en Englaterra # 5a!ob von Fe$!\ll en Alemania* ;6n estos autores, el t1rmino hacere&erencia a una concepci3n de la sociedad # del 6stado en t1rminos biol3gicos #, msprecisamente, patol3gicos: el 6stado es una realidad biol3gica, un organismo, #, puesto

    que este organismo vive en un continuo desorden, la poltica tiene que basarse en lapatologa # convertirse en una inmunologa* =on 7* 0oucault, el t1rmino adquiere unasigni&icaci3n, en cierto sentido inversa, es utili-ado para dar cuentas del modo en que enel 6stado moderno, la poltica se hace cargo, en sus clculos # mecanismos, de la vidabiol3gica del hombre*;9

    57Cf.: eo .trauss, n %(rann(, Bhe Fniversit# o& =hicago Press, =hicago and ondon, 8,

    pgs* 88*58Acerca de la historia semntica del t1rmino, c&*: Antonella =utro, iopolitica$ !toria e attualit7 diun concetto, ombre corte, Merona, 8;*59 a noci3n de biopoltica+ aparece en 0oucault a partir de 9G, por primera ve- en anaissance de la m1decine sociale+, con&erencia pronunciada en Io de 5aneiro "Actualmentepublicada en 7* 0oucault, Dits et crits, vol* EEE*, Paris, 99, pgs* 8G888%* encuentran una&ormulaci3n ms articulada en la parte &inal de La ,olont de sa,oir# un anlisis e$tenso en suscursos en el =ollge de 0rance "G5l faut dfendre la socit4 G!ecurit4 territoire et population #>aissance de la "iopolitique+%*

    6n La ,olont de sa,oir"Paris, 9GC, pgs* GG8%, la cuesti3n del biopoder apareceluego de la descripci3n de la &ormaci3n del dispositivo de se$ualidad # acaba en la cuesti3n delracismo moderno, un racismo biol3gico # de 6stado* .eg4n 0oucault, a partir de la 1poca clsica,asistimos en occidente a una pro&unda trans&ormaci3n de los mecanismos de poder* 5unto alantiguo derecho del soberano de hacer morir o dejar vivir surge un poder de hacer vivir oabandonar a la muerte* A partir del siglo iet-sche+ a la hip3tesis 2obbes+* 6n esta oposici3n, buscadejar de lado la noci3n de soberana "a 2obbes% # servirse, en cambio, de las nociones de guerra #

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    a lectura biopoltica de Kojve surge a partir del momento en que /iorgioAgamben, en Homo sacer$ 5l potere so,rano e la nuda ,ita"99;%, vuelve a entrela-ar laproblemtica de la biopoltica con la cuesti3n de la soberana, que 0oucault haba dejadometodol3gicamente de lado*

    =omo es habitual en sus trabajos, tambi1n en Homo sacer, para introducir #plantear el problema que abordar, Agamben parte del griego clsico* 6n este caso, delos dos t1rminos que suelen traducirse a las lenguas modernas por vida+: zo# "os* 6lprimero es utili-ado para hablar del simple hecho de vivir, com4n a todos los seresvivientes+N el segundo, en cambio, para re&erirse a la &orma o manera de vivir propia deun individuo o de un grupo+, esto es, al estilo de vida, a la vida 1tica # polticamentecali&icada*CAgamben subra#a, como #a lo haba hecho 2annah Arendt, que los griegosno s3lo distinguan la zodel "os, tambi1n los mantenan separados* 6l lugar propio de lazoes la oi?a, la casa, # el del "os, lap3lis, la ciudad* Por el contrario, seOala Agamben,lo que han puesto de mani&iesto los anlisis de 7ichel 0oucault # de 2annah Arendt esque, con la modernidad, el objeto propio de la poltica #a no es el "os, sino la zo*

    =uriosamente, observa nuestro autor, por un lado, 2* Arendt no ha vinculado lasre&le$iones contenidas en %he Human 'onditioncon sus anlisis del totalitarismo del siglo

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    tecnologas del #o de la 7odernidad*C a tarea que se propone Homo sacer es,precisamente, a&rontar lo que ha quedado sin respuesta en los trabajos de ambos*

    6n el caso de 0oucault, seOala Agamben, se debe a que se ha llevado a cabo unanlisis de las &ormas modernas de ejercicio del poder dejando de lado los conceptos

    jurdicoinstitucionalesN abandonando, sobre todo, el concepto de soberana*C8Desde su

    punto de vista, en cambio:

    !e pude decir4 mEs "ien4 que la producci3n de un cuerpo "iopoltico es laprestaci3n original del poder so"erano* a biopoltica es, en este sentido, tanantigua como la e$cepci3n soberana*+C?

    Por ello, retomar las investigaciones de 0oucault # Arendt, a&rontando el n4cleocom4n en el que se cru-an las t1cnicas polticas # la &ormas de subjetivaci3n, implicaanali-ar la relaci3n entre biopoltica # soberana, el modo en que la vida desnuda estinscripta en los dispositivos del poder soberano* =omo consecuencia de ello, lapoliti-aci3n de la zodeja de ser una novedad de la 7odernidad # su cronologa coincide

    con la e$istencia de la soberana*

    a tesis &oucaulteana deber, entonces, ser corregida o al menos integradaNen el sentido que lo que caracteri-a a la poltica moderna no es tanto lainclusi3n de la zoen la p3lis, en s misma antiqusima, ni simplemente elhecho de que la vida como tal se convierta en un objeto eminente de losclculos # de las previsiones del poder estatal* o decisivo es, ms bien, quesimultneamente al proceso por el cual la e$cepci3n se convierte por todoslados en la regla, el espacio de la vida desnuda, situado en el origen almargen del ordenamiento, coincide progresivamente con el espacio poltico, #

    e$clusi3n e inclusi3n, e$terno e interno, "os# zo, derecho # hecho entran enuna -ona de irreductible indistinci3n*+C

    6l homo sacer, esa enigmtica &igura del derecho romano arcaico+,C;es el nombreque recibe la vida que, por su correlaci3n con el poder soberano, ha ingresado en esta-ona de indistinci3n*

    .osteniendo que la e$cepci3n es el dispositivo # la &orma de la relaci3n entre elderecho # la vida, Agamben retoma la de&inici3n schmittiana del soberano como aquel quedecide acerca del estado de e$cepci3n, es decir, de la aplicabilidad o no de la le#* Dadoque, seg4n sostiene .chmitt, el derecho no es aplicable al caos, sino s3lo al caso normal,la decisi3n acerca de la aplicabilidad o no de la le# es, en de&initiva, una decisi3n acerca

    del caso normal o, mejor, el soberano, a trav1s de la e$cepci3n, Rcrea # garanti-a la

    61=&*: ibid*, pg* C*626s necesario tener en cuenta que, en el momento de la publicaci3n de Homo sacer, todava nohaban aparecido los dos cursos del =ollge de 0rance que 0oucault haba dedicado a labiopoltica, !curit4 territoire et population# >aissance de la "iopolitique, aparecidos en el 8*63/* Agamben, Homo sacer$ 5l potere so,rano e la nuda ,ita, 6inaudi, Borino, 99;, pg* 9*64Ebid*, pg* 8*65Ebid, pg* *

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    situaci3nS de la que tiene necesidad el derecho para la propia vigencia+*CC7ediante estadecisi3n, el derecho mantiene con la vida una relaci3n que es, al mismo tiempo, dee$clusi3n e inclusi3n* 6n la e$cepci3n, en e&ecto, un determinado caso es e$cluido delordenamiento jurdico, se ubica &uera de 1l* Pero est e$cluido s3lo en la medida en quesigue en relaci3n con la norma jurdica* Por ello, en de&initiva, se puede decir que, en este

    caso, la norma se aplica desaplicndose*

    >o es la e$cepci3n la que substrae a la regla, sino la regla que,suspendi1ndose, da lugar a la e$cepci3n # s3lo de este modo se constitu#ecomo regla, manteni1ndose en relaci3n con ella* 6l particular RvigorS de la le#consiste en esta capacidad de mantenerse en relaci3n con una e$terioridad*lamamos relaci3n de e:cepci3na esta &orma e$trema de relaci3n que inclu#ealgo s3lo a trav1s de su e$clusi3n*+CG

    A decir verdad, aunque la de&inici3n schmittiana de la soberana constitu#a elpunto de partida de la re&le$i3n de Agamben, su tesis va ms all de .chmitt, hasta

    distinguirse de 1l* Para nuestro autor, la soberana &inalmente no es, como para .chmitt,una potencia e$terna al orden jurdico, sino la estructura originaria por la que el derechose re&iere a la vida # la inclu#e en s mismo a trav1s de su propia suspensi3n+* CPor ello,siguiendo una indicaci3n de 5eanuc >anc#, propone llamar "ando a la relaci3n desoberana* 6l t1rmino "ando, en e&ecto, sirve para re&erirse tanto a la vida e$cluida de lacomunidad como a la insignia del soberano*C9

    6l campo es el espacio que se abre cuando el estado de e$cepci3n comien-aa convertirse en regla*+G

    C$ *gam"en lector de )o#+,e inoperocidad

    Ahora bien, casi hacia el &inal de la primera parte de Homo sacer, a partir de lainterpretaci3n de la e$presi3n Ante la le#+ en el relato de Ka&!a "donde un campesino,situado delante de una puerta abierta, custodiada por un guardin, no es capa- deatravesarla%, Agamben aborda la relaci3n entre "ando so"erano# mesianismo,*

    '() la historia !a&!iana 'sostiene Agamben) e$pone la &orma pura de la le#,donde ella se a&irma con ms &uer-a en el punto en el que no prescribe nada,es decir, como bando* 6l campesino est consignado a la potencia de la le#,

    porque 1sta no e$ige nada de 1l, s3lo le impone la propia apertura* .eg4n elesquema de la e$cepci3n soberana, la le# se le aplica desaplicndose, lo tiene

    66Ebid*, pg* 8*67Ebid* pg* 88*68Ebid*, pg* ?*69Ebid*, pg* ?*70Ebid*, pg* *

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    en su bando abandonndolo &uera de s* a puerta abierta, que est destinadas3lo a 1l, lo inclu#e e$clu#1ndolo # lo e$clu#e inclu#1ndolo*+G

    Agamben discute dos interpretaciones posibles del relato de Ka&!a* 6n primerlugar, la de .cholem, de una le# vigente, pero sin signi&icado: una pura &orma de le# que

    obliga sin prescribir ning4n contenido determinado* L luego la de Henjamin, de unmesianismo entendido como un estado de e$cepci3n e&ectivo* 7ientras una le# sinsigni&icado tiende a coincidir con la vida, en el estado de e$cepci3n e&ectivo, el queproclama el 7esas, la vida se trans&orma enteramente en le#*G8

    6s en este conte$to que Agamben hace re&erencia a la tesis de Kojve sobre el6stado universal # homog1neo, # acompaOa esta re&erencia con algunas observacionescrticas:

    a tesis !ojeviana sobre el &in de la historia # la consiguiente instauraci3n deun 6stado universal # homog1neo presentan muchas analogas con la

    situaci3n epocal que hemos descrito como vigencia sin signi&icado "lo quee$plica los modernos intentos de reactuali-ar Kojve en clave liberalcapitalista%* Vu1 es, en e&ecto, un 6stado que sobrevive a la historia, unasoberana estatal que se mantiene ms all de haber alcan-ado su tloshist3rico, si no una le# que rige sin signi&icar Pensar un acabamiento de lahistoria en el que permane-ca la &orma vaca de la soberana es tan imposiblecomo pensar la e$tinci3n del 6stado sin el acabamiento de sus &igurashist3ricas, porque la &orma vaca del 6stado tiende a generar contenidosepocales # estos, a su ve-, buscan una &orma estatual que se ha vueltoimposible "es lo que est sucediendo en la e$ Fni3n .ovi1tica # en la e$

    Lugoslavia%*+G?

    a misma re&erencia # observaci3n crtica, aunque ms desarrollada, laencontramos en Mezzi senza fine"99C%, libro que re4ne los apuntes preparatorios deHomo sacer:

    Por lo tanto, el pensamiento que viene deber tomar en serio el tema hegelo!ojeviano "# mar$iano% del &in de la historia # el tema heideggeriano de ingresoen la 6reigniscomo &in de la historia del ser* Iespecto de este problema, ho#el campo est dividido entre quienes piensan el &in de la historia sin el &in del6stado "los te3ricos post!ojevianos o postmodernos del acabamiento del

    proceso hist3rico de la humanidad en un 6stado universal # homog1neo% #quienes piensan el &in del 6stado sin el &in de la historia "los progresismos dedi&erente matri-%* Ambas posiciones se quedan cortasN porque pensar lae$tinci3n del 6stado sin el acabamiento del tloshist3rico es tan imposiblecomo pensar un acabamiento de la historia en el que permane-ca la &orma

    71Ebid* pgs* ;G;*72=&*: ibid*, pg* C%*73Ebid*, pg* G*

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    vaca de la soberana estatal* '() .3lo est a la altura un pensamiento quesea capa- de pensar con#untamenteel &in del 6stado # el &in de la historia, #de movili-ar uno contra otro*+G

    6stas observaciones crticas no se inscriben en el marco de las que, como #a

    hemos mencionado, haban sido seOaladas a prop3sito del parad3jico escenarioposthist3rico !ojeviano, donde la aparici3n del 6stado universal # homog1neo terminacoincidiendo con la desaparici3n del hombre* 6llas e$presan, ciertamente, una posici3ncrtica respecto de las lecturas li"erales"de los te3ricos post!ojevianos # postmodernos% #

    progresistas de Kojve, pero, a su ve-, como lo muestra el te$to que citaremos acontinuaci3n, Agamben encuentra, en la relaci3n que se establece entre soberana # vidaen el fin de la historia, un diagn3stico del devenir de la poltica en el siglo

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    0recuentemente Agamben ha retomado la distinci3n aristot1lica entrephon"vo-% #l3gos"lenguaje%, para marcar la di&erencia entre el hombre # el animal* 6n este trabajo,sin embargo, con el t1rmino Mo-+ "escrito en ma#4scula%, Agamben no hace re&erencia ala phon aristot1lica "vo-+ con min4scula%, sino, ms bien, a lo que la ling\sticacontempornea llama la parole, en oposici3n a la langue, es decir, a la instancia del

    discurso*GG

    6n e&ecto, uno de los temas centrales de este trabajo sern los pronombres #,entre ellos, el pronombre personal #o+, sujeto de la elocuci3n*=omo vimos, tambi1n para Kojve comprender el origen del hombre es comprender

    el origen del #o+ que se nos revela en la palabra* 6l #o+ marca, en e&ecto, el paso delsentimiento de s a la conciencia de s* L, tambi1n para Kojve, el paso del animal alhombre #, por lo tanto, la posibilidad de decir #o+ tiene lugar a causa de la presencia de lanegatividad, ms precisamente, a partir del arriesgar la vida, del en&rentarse a la muerte*

    Ahora bien, la relaci3n entre la aparici3n de la Mo-, del discurso # la negatividad de lamuerte no ha sido interrogada por Kojve, #, seOala Agamben, parece haber desaparecidoen 2egel luego de los escritos jenenses*G.in embargo, a&irma, entre la dial1ctica de lavo-lenguaje, que reconstruimos en las lecciones jenenses, # la dial1ctica entre el deseo #

    el trabajo, entre el amo # el esclavo "que las lecciones de ;C desarrollan eninmediata continuidad%, un anlisis atento revela una estrecha correspondencia+*G9 6n1sta, el gozo del amo aparece como el punto en que se muestra4 por un instante4 laarticulaci3n originaria de aquella Kfacultad de la muerte "0hig!eit des Bodes% quecaracteriza la conciencia humana+*

    6n un e:cursus, situado entre la quinta # la se$ta jornada del seminario, Agambenretoma la discusi3n entre Hataille # Kojve acerca del go-o del amo+ # del &in de lahistoria* Para ello, re&iere una carta in1dita, del de abril de 9;8, donde Kojve opone ala negati,idad sin empleo, con la que Hataille describe el go-o del amo en la posthistoria,la soberana del sabio*

    7s adelante en el te$to, en el 4ltimo e:cursus, Agamben vuelve sobre la cuesti3ndel fin de la historia* 6sta ve-, lo hace en un conte$to que nos interesa particularmente, la

    77a Mo- abre, en e&ecto, el lugar del lenguaje, pero lo abre de modo que est1 siempre asido enuna negatividad #, sobre todo, que est1 siempre remitido a una temporalidad* 6n cuanto tiene lugaren la @oz en el no-lugar de la ,oz4 en su ha"er-sido4 el lengua#e tiene lugar en el tiempo$Mostrando la instancia del discurso4 la @oz a"re4 con#untamente4 el ser ( el tiempo$ 6lla escronottica+ "/* Agamben, 5l linguaggio e la morte, 6inaudi, Borino, 98, pg* 9%*78 .i se considera el central carcter Rantropogen1ticoS que el contacto con la muerte tiene en elsistema hegeliano "Kojve 8, pp* ;9;;%, no se descuidar la importancia de la situaci3n dellenguaje humano, en las lecciones jenenses, como articulaci3n de una vo- animal que es, enverdad, ,oz de la muerte* Por qu1, entonces, este contacto ntimo del lenguaje con la muerte enla vo- parece desaparecer "o, al menos, ocultarse% en el desarrollo sucesivo del pensamiento

    hegeliano Fn indicio de respuesta nos suministra, precisamente, el pasaje citado de las leccionesde ?, donde la vo- aparece e$plcitamente en relaci3n con el deseo "ella es Rs mismo negativo,deseoS%* '6n la Fenomenologa) la e$periencia antropogen1tica de la muerte " die e&Nhrung durchden %od% no tiene lugar en una !timme, sino en una !timmung, la angustia # el miedo ante lamuerte*+ "7, C%* 2emos dejado la re&erencia a Kojve entre par1ntesis tal como se encuentra enla edici3n original italiana* 6l te$to de ? al que se hace re&erencia es: Jenenser Realphilosophie5, 9?8, pg* 888*79/* Agamben, 5l linguaggio e la morte, 6inaudi,Borino, 98, pg* C*80Ebid*, pg* C8, =ursivas del autor*81Ebid*, pg* CC*

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    relaci3n entre 2egel # 2eidegger, tarea ineludible del pensamiento que viene+* 6n estee:cursus, con el que conclu#e el trabajo, Agamben se interroga sobre la posibilidad de unpensamiento de la Mo- en s misma, de un tiempo absoluto, de una Mo- # de un tiempo sinnegatividad* 6n la perspectiva abierta por el seminario, la respuesta pasa por lacomparaci3n, la pro$imidad # la divergencia, entre el concepto de *"solutoen 2egel # de

    la 6reignisen 2eidegger*8

    6n primer lugar, seOala Agamben, tanto el Absoluto hegeliano como la 6reignisheideggeriana son un pensamiento del ha"er-sido, estn orientados hacia el pasado*2egel, en e&ecto, piensa el Absoluto como el 6spritu que puede recogerse en s mismos3lo al &inal del tiempo* @l es el tiempo cumplido que, como memoria, retorna a s mismo*2eidegger, por su parte, presenta la 6reigniscomo el acontecimiento del habersido* 6nsegundo lugar, a pesar de la intenci3n de pensar un tiempo sin negatividad, es necesariosubra#ar que ni la 6reignis "que, &inalmente, no es ni se da% ni el Absoluto "que esnegaci3n consumada% parecen estar integralmente liberados de toda negatividad* 6ntercer lugar, el sentido, tanto en el pensamiento del Absoluto como en el pensamiento dela 6reignis, es inseparable de la cuesti3n del &in de la historia "la posthistoria% # de la

    tradici3n*?

    1ara Hegel4 la Kconclusi3n de las figuras del espritu en el sa"er a"soluto OPQ4significa ,erdaderamente el fin de la historiaS 6n este sentido4 la lecturahegeliana de )o#+,e4 segTn la cual el sa"er a"soluto coincidira con un li"roque recapitula en s mismo todas las figuras hist3ricas de la humanidad ( queno sera otro que a ciencia de la l3gica4 sigue siendo una hip3tesis$ 1ero es

    pro"a"le que4 en el *"soluto4 el tra"a#o de la negati,idad humana ha(a,erdaderamente aca"ado ( que la humanidad4 que regresa a s misma4 de#ede tener una figura humana para presentarse como la alcanzada animalidad

    de la specie homo sapiens4 en una dimensi3n en la que naturaleza ( culturanecesariamente se confundan$+

    82=&*: ibid*, pg* 8*83=&*: ibid*, pgs* 8G89*84Ebid*, pgs* 89?* a relaci3n entre lo humano # lo animal es el tema de Laperto, la obra del88* Agamben comien-a este trabajo describiendo una miniatura perteneciente a una Hibliahebraica del siglo

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    =omo vimos, a partir del artculo de Ko#r1, del que surge la tesis !ojeviana del finde la historia, la relaci3n entre el pensamiento de 2egel # el de 2eidegger pasa por laprimaca otorgada al &uturo en la estructura dial1ctica de la temporalidad* Para Agamben,en la perspectiva introducida por 5l linguaggio e la morte, la relaci3n entre el Absoluto

    hegeliano # la 6reignisheideggeriana no pasa por la primaca del &uturo, sino del pasado*Ambos pensamientos, el de 2egel # el de 2eidegger, son pensamientos del haber sido+*Beniendo en cuenta esta di&erencia, se podra llamar escatol3gica a la primerainterpretaci3n # mesiEnicaa la segunda* Al respecto, seOala Agamben en 5l tempo cheresta:

    os int1rpretes &ranceses de 2egel "en realidad se trata de int1rpretes rusos,lo que no sorprende, si se considera la importancia de la apocalptica en lacultura rusa del siglo

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    Agamben, para a&rontar la tarea del pensamiento que viene+, haciendo de ella la clave deotra lectura posible del pensamiento poltico occidental* Fna 4ltima re&erencia a sustrabajos, bastar para mostrarlo*

    Sopera dellSuomo+ se titula uno de los te$tos contenidos en La potenza delpensiero"8;%* @ste comien-a con una nueva re&erencia a Arist3teles, a un pasaje de la

    2tica a >ic3maco"9G b 88%, donde el &il3so&o se pregunta si e$iste, como sucede en elcaso del escultor o del artesano, una obra que sea propia del hombre en cuanto hombre osi, al contrario, el hombre ha nacido sin obra "Ergos%* 7s adelante "9 a G%,

    Arist3teles de&inir la obra del hombre como una determinada ,ida, la que es en actoseg4n el l3gos* Arist3teles llega a esta de&inici3n, porque ha distinguido en la vida, la vidasensitiva, la animal # la racional* .3lo esta 4ltima, la vida seg4n el l3goses propia delhombreN la segunda es com4n con los animales, # la primera con 1stos # con las plantas*Por otro lado, esta obra del hombre de&ine su bien supremo, la &elicidad, que es el objetode la poltica* @sta es, seg4n Agamben, la herencia que ha dejado Arist3teles a la polticaoccidental: % la poltica es poltica de la operocidad, no de la inoperocidad, del acto # node la potenciaN 8% esta obra, esta determinada vida, se de&ine a trav1s de la e$clusi3n del

    simple hecho de vivir, de la vida desnuda*G

    Dos lecturas, sin embargo, seOala Agamben, son posibles del te$to aristot1lico* aque ha dominado la poltica occidental: la asunci3n colectiva de una tarea hist3rica porparte de un pueblo o de una naci3n* A partir del &inal de la Primera /uerra 7undial,parecera que no ha# ms tareas asignables que la vida biol3gica* a obraQ del vivienteseg4n el l3goses la asunci3n # la cura de aquella vida nutritiva # sensitiva, sobre cu#ae$clusi3n la poltica aristot1lica haba de&inido el rgon toU anthr3pou 'la obra delhombre)*+ a otra lectura, la que podemos encontrar, seg4n nuestro autor, en elcomentario de Averroes a la RepT"lica de Plat3n o en La monarqua de Dante, ellasubra#a, a di&erencia de la anterior, el momento de la potencia* As, Dante, teniendo

    presente que la actividad racional por s sola no basta para de&inir la obra del hombre,puesto que la comparte, para 1l, con los brutos # las criaturas celestes, completa lade&inici3n aristot1lica de la o"ra del hom"re* .u especi&icidad consiste en que elpensamiento humano est constitutivamente e$puesto a su propia ausencia einoperocidad, es decir, en los t1rminos de la tradici3n aristot1lica, es noUs dVnatos,intellectus possi"ilis+*9Por esta ra-3n, porque el entendimiento humano est siempre en

    potencia, para no estar en actos3lo accidentalmente requiere de una multitud* 6n e&ecto,la per&ecci3n de la potencia humana, seOala Agamben, en la tradici3n averrosta en la quese mueve aqu Dante, est esencialmente ligada a la especie humana, s3loaccidentalmente al individuo* a multitud es la &orma gen1rica de la e$istencia de lapotencia, una e$istencia su" actu, pr3$ima al acto, que no es simplemente ociosa ni s3lo

    operosa*

    Por ahora 'a&irma) deben quedar en suspenso qu1 otras consecuenciaspodra e$traer el pensamiento de la conciencia de su propia esencialinoperocidad # si, en general, sea posible ho# una poltica que est1 a la altura

    87=&*: /* Agamben, La potenza del pensiero, >eri Po--a, Micen-a, 8;, pg* ?G*88Ebid*, pgs* ?G?G8*89Ebid*, pg* ?G;*

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    de la ausencia de obra del hombre, sin caer simplemente en la asunci3n deuna tarea biopoltica* Pero, ciertamente, ser necesario dejar de lado el1n&asis en el trabajo # la producci3n o tratar de pensar la multitud como &igura,si no de la inacci3n, al menos de un obrar que, en todo acto, realice su propiosha""at# en toda obra sea capa- de e$poner la propia inoperocidad # la

    propia potencia*+9

    6dgardo 'astroFnsam Z =onicet

    6dgardo =astro es doctor en &iloso&a "Fniversidad de 0riburgo, .ui-a%, pro&esor titular de2istoria de la &iloso&a contempornea en la Fniversidad >acional de .an 7artn einvestigador del =onicet*

    90Ebid*, pg* ?GC*

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