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CESCIJUCCentro de Estudios Superiores en
Ciencias Jurídicas y Criminológicas
Plantel Niños Heroes
•Alumno:
Rubén Pérez Andrade
•Profesor:
Dr. Héctor Aparicio González
•Maestría:
Derecho Procesal Civil
•Grupo:
II, sábados 12:00 – 15:00 hrs.
•Materia:
Teoría del Acto Jurídico
Información Privada vs Información Privada vs Información Privada vs Información Privada vs Información PúblicaInformación PúblicaInformación PúblicaInformación Pública
02 de junio de 2012
1
Derecho sobre la Información Privada
versus
Derecho a la Información Pública
Indice
• Introducción ……………………………………. Pp. 2 - 3
• Palabras Clave …………………………………. Pp. 4
• Desarrollo …………………………….…………. Pp. 5 - 41
Derecho sobre la Información Privada …….… Pp. 5 - 8
Derecho a la Información Pública ………….… Pp. 9 - 12
Interpretación e Integración Jurídicas …….… Pp. 13 - 15
Información Privada vs Información Pública …Pp. 16 - 41
• Conclusiones ……………..…………………..… Pp. 42 - 43
• Bibliografías & Referencias ………………..... Pp. 44 -46
2
Introducción
Producto de nuestra vida en sociedad, a diario se manifiestan
situaciones donde se desarrolla un debate y se contraponen derechos, sea que
se viertan argumentos legos o doctos, nuestra condición humana nos hace
defender lo que consideramos “nuestro derecho”. Más allá de la técnica
legislativa poco eficaz con que se gesta el derecho vigente, los textos legales no
son ajenos a lagunas, contradicciones y ambigüedades o aún garantías
constitucionales que en el ejercicio de cada individuo se contraponen entre sí,
esto, debido a la complejidad de los procesos sociales que hacen casi imposible
que el legislador pueda dar solución a todas las situaciones diarias, menos
aún a las no previstas y que se derivan de una sociedad viva que se
transforma día con día y que por mucho rebasan la actividad legislativa.
Es evidente que, aún dentro de la sociedad más pequeña, existen
conflicto de intereses respecto a que derecho debe ser observable en un caso
en particular; situación que se complica cuando se trata de un conflicto de
intereses respecto normas de la misma jerarquía. Por ejemplo, a diario, vemos
como se hace un uso incorrecto y desmedido del derecho a la libre
manifestación ocasionando daños en la esfera jurídica de otros pues resulta
incuestionable que les asiste el derecho al libre tránsito o el derecho a la evitar
daños en sus propiedades; más allá, de las condiciones políticas que de forma
incorrecta en la realidad toleran (mejor dicho, permiten) el abuso de un
derecho, dentro de nuestra disciplina debemos determinar los causes que
establezcan que derecho es preferente ante un conflicto de intereses.
En el presente trabajo, se aborda el conflicto entre el derecho al acceso
a la información (DERECHO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA) y el derecho a la
privacidad (DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA) como garantías
constitucionales que aunque no son opuestas, sí se pueden contraponer en el
ejercicio particular que cada ciudadano haga de dichos derechos; tomando
como punto de partida que las definiciones que nos presenta la doctrina y
nuestro marco legal resultan imprecisas que generan ambigüedad en la
denotación que se debe tener para conceptualizar nuestro objeto de estudio.
3
Tras la delimitación de nuestro objeto de estudio, procedemos señalar groso
modo, los criterios o parámetros que se deben observar en un conflicto de
leyes y enunciamos la regulación que existe en nuestro derecho positivo, sin
dejar de observar que dada la amplitud de ambos temas éstos merecen un
estudio pormenorizado. Por último, tratamos de definir si el DERECHO A LA
INFORMACIÓN PRUBLICA o el DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN
PRIVADA resultan preferente, a saber que como toda cuestión jurídica no se
puede generalizar pues cada situación tienen sus características propias, se
presenta una opinión respecto a cual derecho debe ser preferente. �
4
Palabras Clave
Derecho, Garantía Individual, Derechos Humanos,
Información, Público, Privado, Interés Social, Interés Público,
Trascendencia Social, Trascendencia Pública, Principio de
Ponderación, Principio de Proporcionalidad, Principio de Jerarquía,
Principio de Especialidad, Principio de Cronología, Intimidad,
Privacidad, Vida Privada, Estado, Sector Público, Sector Privado,
Supremacía, Esfera Jurídica, Libertad, Divulgación, Daño Moral,
Información Reservada, Medios de Comunicación. �
5
Derecho sobre la Información Privada
En la doctrina encontramos diversas connotaciones para las
figuras jurídicas: derecho a la intimidad, derechos de la privacidad o a
la vida privada, asimismo, se enumeran un sin fin de derechos (vgr.
Derecho a la honra, a la propia imagen, al honor, integridad, etcétera)
que se aglomeran en éste concepto. En el mismo sentido, también se
denominan como derechos de la persona, pero, en el particular
encuentro dos imprecisiones: primero, todo derecho es propio de una
persona, física o moral, pues nuestro derecho positivo no contempla
titularidad de derechos para animales o cosas y, segundo, ¿acaso el
derecho a la información no es un derecho (mejor dicho garantía) que
toda persona, física o moral, tiene?
“Se habla mucho de la protección de la privacidad y se habla del
interés público como si estuviese muy claro lo que significan las dos
cosas. Como si fuese posible hacer una enumeración de las
materias, lugares, conductas, situaciones que corresponden a la
vida privada, como si se pudieran reconocer a simple vista y sólo
hiciera falta prestar atención. La verdad es que no: la delimitación
es contingente y cambia con relativa facilidad […] No hay nada en
las conductas o los lugares que los haga ser intrínsecamente
privados; no se trata de una propiedad objetiva, no es un rasgo que
corresponda a la naturaleza de las cosas, sino una definición
jurídica […] lo primero que conviene tener presente es que lo
privado es una creación del Estado, mediante la ley. Se configura
por un acto de autoridad. Eso implica que puede modificarse y que,
en cada caso, debe darse una justificación, debe explicarse por qué
razón esa materia no es objeto de interés público, de modo que los
particulares pueden decidir al respecto con entera libertad […] Por
otra parte, ninguna decisión, ningún espacio es absolutamente
privado en el sentido de estar por completo, en todo momento, bajo
todo punto de vista fuera del alcance de la autoridad pública. Lo
6
que hace la ley es restringir y delimitar las circunstancias en que
está justificada la intervención”1
En este contexto, resulta fundamental definir los conceptos que
delimiten nuestro campo de estudio.
“Los llamados derechos de la personalidad que también se
denominan derechos sobre la propia persona individuales o
personalísimos, constituyen un tipo singular de facultades
reconocidas a las persona físicas para el aprovechamiento legal de
diversos bienes derivados de su propia naturaleza somática, de sus
cualidades espirituales y, en general, de las proyecciones
integrantes de su categoría humana. Es aún motivo de debate en la
doctrina la correcta definición de los mencionados derechos […]
parece incuestionable la existencia de los derechos de la
personalidad a pesar de que su explicación resulte cuestionada,
porque en última instancia representan la máxima defensa de los
valores de la personalidad en el campo del derecho civil”2
De tal forma, la doctrina es conteste en la ambigüedad respecto al
concepto en estudio:
“La necesidad de intimidad podemos decir que es inherente a la
persona humana y que el respeto a su vida privada manteniendo
alejadas las injerencias no deseables e indiscreciones abusivas,
permitirá que la personalidad del hombre se desarrolle libremente
[…] El llamado derecho a la privacidad, a la vida privada o
simplemente derecho a la intimidad, como un derecho humano
fundamental por virtud del cual se tiene a la facultad de excluir o
niega a las demás personas del conocimiento de ciertos aspectos de
la vida de cada persona que sólo a ésta le incumben. Este derecho
que tiende a proteger la vida privada del ser humano, es un derecho
1 Escalante Gonzalbo, Fernando. “El derecho a la privacidad” Insitituto Federal de Acceso a la Información Pública www.transparencia.ugto.mx/Files/Publicaciones/Pub_02.pdf 2 Enciclopedia Jurídica Mexicana. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México. Tomo III D – E. Editorial Porrúa, México, 2000. Pp. 408 -410.
7
complejo que comprende y se vincula a su vez con varios derechos
específicos que tienen a evitar intromisiones extrañas o injerencias
externas en estas áreas reservadas del ser humano”3.
Fuera de la discusión doctrinal y atendiendo a la denotación del
término, encontramos:
“La privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida
personal de un individuo que se desarrolla en un espacio reservado
y debe mantenerse confidencial.
Aunque privacy deriva del latín privatus, privacidad se ha
incorporado a nuestra lengua en los últimos años a través del
inglés, por lo cual el término es rechazado por algunos como un
anglicismo, alegando que el término correcto es intimidad, y en
cambio es aceptado por otros como un préstamo lingüístico válido.
Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia
Española - DRAE, privacidad se define como ‘ámbito de la vida
privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión’ e
intimidad se define como ‘zona espiritual íntima y reservada de una
persona o de un grupo, especialmente de una familia’”4
En este contexto me parece fundamental conceptualizar como derechos
o garantías personales o individuales todos aquellos privilegios
iusnaturales que corresponden a todo ser humano por el hecho de su
condición humana y que son reconocidos por el derecho positivo; entre
estos derechos personales, ubicamos a los derechos personalísimos,
que son aquéllos que única y exclusivamente pueden ser reclamados
por el individuo en particular, a quien le afecta su exclusiva esfera
jurídica. Ante este panorama, ¿dónde ubicamos al derecho a la
privacidad o a la vida privada?
Es cuestionable, el concepto de derechos a la privacidad, a la vida
privada, al honor, etcétera; pues resultan denominaciones imprecisas,
3 de Dienheim Barriguete, Cuahtémoc. El derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen. www.tribunalmmm.gob.mx/conferencias/escjudver2001/txtConfeDerCuahutemoc.htm 4 Wikipedia – La enciclopedia libre http://es.wikipedia.org/
8
que se pierden en la ambigüedad, subjetivismo y contexto en que se
apliquen. Así, en la doctrina encontramos que el derecho a resguardar
la información privada se confunde con los términos indicados,
verbigracia, el derecho a la conducta o autodeterminación privada es un
derecho que atañe a la vida privada o particular del individuo pero de
ninguna forma corresponde al derecho de confidencialidad que una
persona tiene sobre el uso o divulgación de su información particular.
Por lo cual, considero que todo derecho que atañe a la vida particular
de un individuo colma lo que se puede denominar como derechos
privados o a la vida privada, esfera jurídica que es dinámica porque
encuentra límite en la esfera jurídica del otro. Bajo este esquema, el
derecho a reservar y no hacer pública la información de la vida
particular de un sujeto, se puede denominar como DERECHO SOBRE
LA INFORMACIÓN PRIVADA, concepto que me resulta por demás
preciso porque circunscribe la figura al tratamiento de la información
privada de un individuo, dejando de lado derechos personales o
privados que, aun cuando se relacionan, se encargan de otros aspectos
de la persona: derecho al honor, derecho a la propia imagen, derecho a
la intimidad, derecho a la libertad de creencia, derecho a la libertad de
expresión, derecho a la preferencia sexual, etcétera; todos éstos
especies del genero derechos personales, particulares o privados. �
9
Derecho a la Información Pública
El derecho a la información, no es una cuestión nueva, resulta
antiquísima como la propia concepción del Estado pues con el
nacimiento de éste se distingue lo público y lo privado.
“El Derecho a la información se torna en el proceso histórico como
parte esencial de la evolución social, del desarrollo de una
capacidad para autodeterminarse colectivamente”5
Sin embargo, la reglamentación y su escrutinio si es un tema en boga.
“En México, el reconocimiento a este derecho se está logrando por
un largo proceso histórico que viene desde la Constitución de Cádiz
-1812- a la Constitución de 1917.En este proceso, la función de la
información se ha interpretado como información en relación de los
ahora llamados medios de comunicación social; del poder político y
de la actividad electoral de los partidos políticos; y como función
para obtener datos de archivo de las instituciones públicas. En
1977 se estableció el Derecho a la Información como una garantía
constitucional de Estado.”6
“Desde el año de 1977 fue consagrada como una garantía individual
en nuestra Constitución, el derecho a la Información, el cual es un
derecho humano catalogado como de tercera generación de acuerdo
a la doctrina en la materia, sin embargo, hasta la década de los
noventa que este derecho empieza a ser reglamentado en nuestro
país”7
5 Vega Vera, David M. El derecho a la información en México: La perspectiva Federal http://www.juridicas.unam.mx/sisjur/informac/pdf/4-200s.pdf 6 Vega Vera, David M. El derecho a la información en México: La perspectiva Federal http://www.juridicas.unam.mx/sisjur/informac/pdf/4-200s.pdf 7 Chapa Leal. José. La normatividad informática y el acceso a al información en México. http://www.ordenjuridico.gob.mx/Congreso/pdf/7.pdf
10
Bajo la misma tesitura, resulta indispensable definir cuál es nuestro
objeto de estudio, no corriendo mejor suerte que con el DERECHO
SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA, el correlativo a la información
pública se diluye en la vorágine de los conceptos doctrinarios que
terminan sucumbiendo ante la amplitud del tema.
“El derecho a la información pública en México está directamente
relacionado con la transparencia, la rendición de cuentas y el acceso a la
información del sector público; lo que significa abrir el ejercicio del
gobierno a la ciudadanía, para que ésta sea capaz de evaluar a sus
representantes, de ejercer con mayor precisión sus opiniones respecto de
los asuntos que le conciernen directamente y de brindarle la posibilidad
de incidir en las decisiones de política pública que, en última instancia,
se diseñan para su beneficio.”8
En nuestro contexto, es recurrente identificar al DERECHO A LA
INFORMACIÓN PUBLICA con la información del sector público
(entendiendo esto como la actividad del Estado) sin embargo, disiento
con esta opinión porque la actividad del Estado, como persona moral, es
sólo un rubro que colma el concepto de Información Pública y no toda
la información que maneje el Estado a fortiori tiene la condición de
pública, en el mismo sentido, la información privada bajo un contexto
social determinado puede resultar pública.
“A este respecto, son especialmente importantes los artículos 13.1
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos9 y 19.2 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos10, pues estos
instrumentos contienen la formulación moderna de la libertad de
expresión. En efecto, estos artículos reformulan las libertades
8 Castellanos Mariano, Rosy Laura. El derecho a la información en México. Una perspectiva ciudadana. http://portal.sre.gob.mx/pcdh/libreria/libro9/20.pdf 9 Establece: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento a su elección. 10 Establece: Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar , recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento a su elección.
11
tradicionales de expresión e imprenta para adaptarlas a las nuevas
condiciones de la información a finales del siglo XX. Es justamente
este nuevo contenido el que, de acuerdo a la doctrina, constituye el
‘derecho de la información’ y que, siendo parte del derecho
mexicano, podemos expresar de la siguiente forma: El ‘derecho a la
información’ (o la libertad de expresión o la libertad de información)
comprende así tres facultades interrelacionadas: las de buscar,
recibir o difundir informaciones, opiniones o ideas, de manera oral o
escrita, en forma impresa, artística o por cualquier otro
procedimiento. En este sentido, tal derecho incluye las libertades
tradicionales de expresión e imprenta, pero es más amplio debido a
que extiende la protección no sólo a la búsqueda y difusión, sino
también a la recepción de informes, opiniones o ideas por cualquier
medio […] derecho a la información podemos enunciar que éste
consiste en que cualquier individuo puede, en relación con el
Estado, buscar, recibir o difundir –o no buscar, no recibir, ni
difundir- informaciones, opiniones e ideas por cualquier medio, y
que tal individuo tiene frente al Estado un derecho a que éste no le
impida buscar, recibir o difundir –o no lo obligue a buscar, recibir o
difundir- informaciones, opiniones e ideas por cualquier medio ”11
Nuevamente, el intento de definición redunda en el derecho a la
información respecto al Estado, pero qué hay respecto a los
particulares, por ejemplo, el Derecho Industrial regula la liberación de
patentes, claro ejemplo de la protección de un derecho privado y que
bajo ciertas circunstancias que entrañan una trascendencia social se
liberan para convertirse en información pública, situación que se
encuentra regulada y materializa el derecho a la información pero que
de ninguna forma compete a una actividad o información generada por
el Estado (aun cuando éste sí puede intervenir en algún proceso
relacionado con dicha información), de nueva cuenta habremos de
intentar partir de origen buscando denotar el término:
11 López-Ayllón, Sergio. El derecho a la información como derecho fundamental. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/7/5.pdf
12
“La libertad de información es una extensión de la libertad de
expresión, un derecho humano fundamental reconocido por el
derecho internacional, el cual actualmente se lo considera en una
acepción de carácter general comprendiendo la libertad de
expresión en todo tipo de medio, sea este oral, escrito, impreso, por
Internet o mediante formas artísticas. Esto significa que la
protección de la libertad de expresión es un derecho que no solo
comprende el contenido sino también los medios de expresión
utilizados. La libertad de información puede también referirse al
derecho a la privacidad en el contexto de Internet y la tecnología de
la información. Tal como sucede con la libertad de expresión, el
derecho a la privacidad es un derecho humano reconocido y la
libertad de información funciona como una extensión de dicho
derecho”12
Desde mi perspectiva considero que la denominación adecuada debe ser
DERECHO A LA INFORMACIÓN PUBLICA consistente en la garantía
que tiene toda persona para acceder a información de libre divulgación
o que no se encuentra catalogada como información privada, pues, no
entraña daño alguno a tercero, sea un particular o a la sociedad. �
12 Wikipedia – La enciclopedia libre http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
13
Interpretación e Integración Jurídicas
En virtud de que el DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN
PRIVADA y el DERECHO A LA INFORMACIÓN PUBLICA son dos
garantías que asisten a todo ciudadano, es importante enunciar
algunas herramientas que nos servirán para determinar cuál es derecho
se debe sobreponer ante un conflicto de intereses, sin pretender
abundar o dilucidar sobre el particular, sólo enunciamos estas
herramientas legales para la interpretación e integración de normas.
En este sentido, de forma tradicional13, se presentan tres criterios o
principios para la solución de antinomias:
1. Principio Jerárquico: lex superior derogat legi inferiori.
En caso de conflicto de leyes provenientes de fuentes jurídicamente
ordenadas, la norma jerárquicamente inferior debe considerarse
inválida.
2. Principio de Especialidad: lex specialis derogat legi generali.
La ley especial o particular debe observarse sobre la norma general, sin
embargo, hay que definir cuales son los presupuestos para la aplicación
de la norma “especial” porque de no colmar en su totalidad la situación
de facto, es posible que se deba observar el principio jerárquico.
3. Principio Cronológico: lex posterior derogat legi priori.
En caso de conflicto entre normas provenientes de fuentes
jerárquicamente similares y dentro de la misma esfera de competencia,
debe resultar válida la norma más reciente.
En la misma perspectiva encontramos al Juicio de Ponderación y al
Principio de Proporcionalidad como dos parámetros a observar:
“cuando dos principios entran en colisión, uno de ellos tiene que
ceder ante el otro, si bien el principio desplazado no queda
invalidado ni se introduce una cláusula de excepción en él. Una 13 Cfr. Garcia Maynez, Eduardo. Introducción al Estudio del Derecho, Porrúa, México, 2002. Rojina Villegas, Rafael. Compendio de Derecho Civil, Tomo I, Porrúa, México, 2002.
14
relación en tensión entre principios no puede solucionarse
estableciendo una prioridad absoluta de uno sobre otro, ya que –al
menos si se trata de principios constitucionales- ambos poseen
abstractamente el mismo rango y exigen ser realizados en la mayor
medida posible, dentro de las posibilidades fácticas y jurídicas. Más
bien, de lo que se trata entonces es de ponderar cuál de los
intereses opuesto posee un mayor peso en el caso concreto,
estableciendo entre los principios una relación de precedencia
condicionada. De este modo, bajo determinadas condiciones un
principio precede al otro; pero, bajo otras condiciones la
precedencia puede ser solucionada inversamente. La cuestión
decisiva, por tanto, consiste en establecer bajo qué condiciones qué
principio tiene precedencia y cuál tiene que ceder, esto es, cuándo
existen razones suficientes para que un principio preceda a otro
bajo las condiciones dadas en el caso concreto.
El resultado de la ponderación de principios es, así, un enunciado
de preferencia sobre una relación de precedencia condicionada, del
cual se sigue una regla que prescribe la consecuencia jurídica del
principio que tiene preferencia cuando se dan las condiciones de
preferencia. De este modo, las condiciones bajo las cuales un
principio procede a otro constituyen el supuesto de hecho de una
regla que expresa la consecuencia jurídica del principio precedente.
Esta formulación es denominada por Alexy como ley de colisión.[…]
el juicio de proporcionalidad stricto sensu es un juicio dirigido a
determinar el alcance estrictamente jurídico de los principios
concurrentes; ya que no se trata de un juicio de hecho, sino de un
juicio regido por un criterio jurídico-argumentativo, que Alexy
denomina la ley de ponderación, la cual viene a decir más o menos:
‘cuanto mayor es la restricción que se aplica a la realización de un
bien, derecho o principio, amor ha de ser el bien, derecho o
principio que se trata de obtener o preservar con dicha restricción’
[.,.] la ponderación debe entenderse como un modelo de
fundamentación de los enunciados de preferencia condicionada”14
14 Serna, Pedro. El juicio de ponderación: Reflexiones en torno a su naturaleza. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2560/19.pdf
15
En relación al principio de proporcionalidad encontramos:
“La formulación inicial del principio de proporcionalidad se
encuentra en el ámbito del Derecho Penal, en el que prontamente
adquirió relevancia, de forma particular en relación con la
determinación de la pena […] el sentido de proporcionalidad en su
sentido amplio, se compone de tres elementos o subprincipios: a) el
de la utilidad o adecuación; b) el de la necesidad o
indispensabilidad, y c) el de proporcionalidad strictu sensu”15
“Una norma será proporcional cuando exista: adecuación o
idoneidad del medio con respecto a su finalidad, necesidad del
medio y proporcionalidad (en sentido estricto) entre unos y otros”16
Estos últimos, tópicos de incorporación reciente dentro de nuestra
doctrina, la mayoría de la información es en relación a la experiencia y
aplicación en Europa, Estados Unidos o algunos países
latinoamericanos como Argentina; como se ha mencionado, en el
presente apartado únicamente los enunciamos pues precisa y es
materia de un estudio particular. �
15 Perello Domenech, Isabel. El principio de proporcionalidad y la jurisprudencia constitucional dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=174691 16 Sapag, Mariano. EL principio de proporcionalidad y de razonabilidad como límite constitucional al poder del Estado. Un estudio comparado http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/720/72011607008.pdf
16
Información Privada vs
Información Pública
¿Cuál es la línea divisoria entre lo público y lo privado? ¿En qué
momento algo privado deja de serlo y se convierte público o viceversa?
¿La condición de público o privado es permanente o se puede modificar
en cualquier momento, de qué depende esto?
“Con frecuencia sucede que las fronteras no sean del todo claras:
llega a hacer falta la sentencia de un tribunal para decidir sobre los
límites entre uno y otro ámbito. Por otra parte, privado no quiere
decir secreto, público no quiere decir abierto de modo inmediato e
indiscriminado, para cualquiera. Nuestro sentido común dice que lo
privado debe estar más o menos protegido, a salvo de cualquier
intromisión, mientras que lo público debe ser visible,
transparente”17
Ante este panorama, es evidente que resulta necesario se legisle para
regular de forma clara y objetiva los límites de estos derechos,
conceptualizando de forma precisa qué colma y como se regula lo que
conceptualizamos por vida pública y vida privada, estableciendo
sanciones adecuadas y los mecanismos para lograr la correcta
reparación del daño o las medidas necesarias para restituir al afectado,
en el misma dirección, los procedimientos para el ejercicio de dichos
derechos. Definitivamente, hacer el deslinde entre lo público y lo
privado, es una situación compleja porque toda sociedad debe respetar
la confidencialidad de la información estrictamente personal mientras,
por otro lado, garantizar la información sobre asuntos de interés
público.
17 Escalante Gonzalbo, Fernando. “El derecho a la privacidad” Insitituto Federal de Acceso a la Información Pública www.transparencia.ugto.mx/Files/Publicaciones/Pub_02.pdf
17
“El tema en cuestión ha suscitado -y suscita- innumerables
controversias tanto en el ámbito mediático y jurídico como en la
opinión pública. Son frecuentes las discusiones y debates acerca de
cuál es el límite de la libertad de expresión frente a la intimidad o de
si efectivamente existe esa línea divisoria: ¿Acaso la palabra
“límites” no podría traducirse como censura? O tal vez al esgrimir el
legítimo derecho a buscar, recibir y difundir información y
opiniones ¿no podría estar atentándose contra algo tan preciado e
inherente a la condición humana como es el derecho a la intimidad?
[…] Creemos necesario hacer una aproximación hacia los conceptos
de Derecho a la intimidad y Derecho a la Información.
DERECHO A LA INTIMIDAD
Según Santos Cifuentes el Derecho a la Intimidad es el “derecho
personalísimo que permite sustraer a la persona de la publicidad o
de otras turbaciones a la vida privada, el cual está limitado por las
necesidades sociales y los intereses públicos”. La intimidad no debe
reducirse a no ser molestado, a no ser conocidos en algunos
aspectos por los demás, sino que abarca el derecho a controlar el
uso que otros hagan de la información concerniente a un sujeto
determinado. La intimidad es la zona de reserva, libre de
intromisiones que rodea al individuo. Cabe preguntarse si todos los
individuos gozan en igual grado de esa zona de reserva. ¿Los
funcionarios públicos tienen el mismo derecho que un ciudadano
común? ¿Es un derecho absoluto o relativo? ¿Cuáles son sus
límites?
DERECHO A LA INFORMACIÓN
Al igual que la intimidad, el derecho a la información es esencial
para el desarrollo del ser humano. No sólo es el derecho pasivo a
recibir información, ni la posibilidad individual de expresar las
ideas por la prensa. Se trata de un fenómeno más amplio que
comprende a la sociedad en su conjunto, y es indispensable para el
sistema democrático. La posibilidad de investigar, buscar, recibir y
difundir informaciones y opiniones contribuye de manera vital al
desarrollo de cualquier sociedad que intenta acercarse a lo que
debería ser un sistema democrático. La Declaración Universal de los
18
Derechos del Hombre de 1948 establece en el artículo 19 que “Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este
derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el
de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas
sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Se
reconoce así el derecho humano a la información. De esta manera
“Derecho a la Información” amplía los limitados conceptos de
libertad de prensa -sólo gozaban de ese derecho quienes eran
propietarios de medios de comunicación- y libertad de expresión -
quienes tenían la posibilidad de trabajar en un medio de
comunicación estaban habilitados para ejercer esa libertad. […] A
menudo, con la excusa de salvaguardar la privacidad de algún
funcionario público se escatima información vital para una
democracia. Es por ello que el derecho a la intimidad no es de
carácter absoluto sino que cede ante las necesidades sociales y los
intereses públicos. Al respecto el juez Achaval opina que “el alcance
de la protección al derecho de intimidad, resulta inversamente
proporcional a la necesidad profesional de notoriedad; y esa
necesidad se maximiza en el hombre político, en tanto le resulta
imprescindible la aquiescencia del electorado para acceder a la
función pública. Esto es, a mayor exposición pública, menor
derecho a la intimidad. Por ello, el pensamiento y acción del hombre
político tienen trascendencia decisiva en la vida de la comunidad en
general, y de ahí que su derecho a la intimidad debe ser restringido
en aras de la información y formación de la opinión pública […] Pero
ello no significa invadir la intimidad de nadie, sino establecer una
posición clara en cuanto a quienes detentan las facultades de los
destinos de una comunidad deben tener una valla menos
infranqueable que un ciudadano común para el conocimiento de
sus actividades personales que repercutan en el ejercicio de su
cargo.” Es innegable que cuando la vida privada de funcionarios y
personas con notoriedad se relacione con asuntos de interés público
los ciudadanos tenemos derecho a conocer esos aspectos
personales.”18
18 Castelli, Sebastián. Vidas Privadas – Vidas Públicas. ¿Vidas paralelas? www.perio.unlp.edu.ar/catedras_libres/unesco/Artículos/vidas_publicas-vidas_privadas.doc
19
El derecho sobre la información privada y el derecho a la información
pública pueden parecer dos conceptos opuestos, sin embargo, resultan
correlativos porque éstos se encuentran estrechamente vinculados entre
sí pues el alcance de uno encuentra límite en donde empieza el otro y
viceversa.
“La separación de lo público y lo privado tal como la conocemos y la
institución de un Estado secular son dos caras de una misma
moneda. No puede haber lo uno sin lo otro.”19
¿Qué es bueno o qué es malo? Muchas veces lo intentamos contraponer
para tratarlos como opuesto, sin darnos cuenta que el contenido de uno
depende de lo que se excluya en el otro, a veces, ni Dios es tan bueno,
ni el Diablo tan malo depende de lo que queramos entender por bueno o
malo. Lo mismo resulta con lo público y lo privado, no podemos excluir
lo privado sin incluirlo en lo público o lo contrario, pues un derecho no
lo podemos dejar en el limbo jurídico, evitando que ingrese en alguna
esfera jurídica que tutele su ejercicio y que sea relevante para el
derecho, de tal forma, resulta evidente la importancia que debe tener el
equilibrio entre estos derechos, en tanto, ambos deben encontrarse
garantizados en cualquier derecho positivo, que debe observar la
salvaguarda de los intereses particulares que no sean trascendentes en
la vida pública, así como, los mecanismos para asegurarle a la sociedad
la información que a ésta le resulte relevante.
“la libertad de la información, en su carácter de garantía de interés
publico o general, puede entrar en una pugna con el derecho a la
vida privada de una persona concreta. […] Puede plantearse, por
consiguiente, y ello ocurre a menudo, verdaderos conflictos entre la
vida privada, por un lado, y una amplia información de verdad, por
otro. Este conflicto es de índole jurídica, y cuando se presenta,
19 Escalante Gonzalbo, Fernando. “El derecho a la privacidad” Insitituto Federal de Acceso a la Información Pública www.transparencia.ugto.mx/Files/Publicaciones/Pub_02.pdf
20
supone una colisión entre el derecho a la vida privada y los
derechos de dar y recibir información, a los últimos de los cuales
reunimos conjuntamente bajo el nombre común de libertad de
información en razón de que par e punto de vista desde el cual lo
vamos a enfocarlos, coinciden perfectamente”20
En lo personal, como ya lo he conceptualizado, considero que las
definiciones correctas deben de ser DERECHO SOBRE LA
INFORMACIÓN PRIVADA y DERECHO A LA INFORMACIÓN PUBLICA,
siendo dable aclara que:
1. Es por demás claro que sin importar se le califique como garantía,
prerrogativa, desde un punto de vista naturalista o positivista, se
catalogue como derecho privado, publico o social; ambos conceptos
se tratan de derechos.
2. El uso de nuestros recursos lingüísticos es importante porque estos
debern determinan el sentido de los conceptos que utilizamos. Así, la
preposición “sobre”21 en una de sus acepciones indica “con dominio
y superioridad”, situación que claramente denota la relación que
tiene el particular respecto a la información que se gesta en su
devenir social; por otro lado, la preposición “a”22 indica “ante, frente
a o en presencia de”, lo cual deja en claro la situación que
guardamos respecto a la información pública que no nos pertenece
pero sí tenemos acceso a ella.
3. En ambos casos, el concepto alude al término información porque
toda manifestación de la actividad humana que se materializa en el
mundo factico gesta información, esto resulta simple, si partimos del
principio que es necesario materializar las ideas para que sean
relevantes en el mundo jurídico (verbigracia, una persona puede
tener la solución a los problemas del mundo pero mientras se
mantenga en su psique es irrelevante para que el derecho tutele su
protección como información pública o privada) el simple hecho de 20 Novoa Monreal, Eduardo. “Derecho a la Vida Privada y Libertad de Información”. Editorial: Siglo Veintiuno Editores. México. 1979. págs. 179-182. 21 Real Academia Española http://www.rae.es/ 22 Real Academia Española http://www.rae.es/
21
exteriorizar la idea (sea de forma verbal, escrita o a través de un
construcción de un objeto) entraña un proceso informativo o
información que se devela y puede ser o no trascendente para los
demás.
4. Por último, la información que el ser humano genera, se debe añadir
un adjetivo calificativo (nuevamente la importancia lingüística que se
ha perdido y que, desafortunadamente, mucho del derecho positivo
deja de lado) para determinar la esfera jurídica bajo la cual se ha de
regular. Así, el criterio que determina la condición de público o
privado es la trascendencia (que no el interés) que tiene la
información dentro de la sociedad; en este punto es importante
precisar, que la doctrina dilucida sobre el “interés público o social”
pero se debe mantener la idea respecto a que éste es la intención de
la mayoría dentro de una sociedad determinada porque depende del
contexto social y dicho interés se va transformando conforme muta
éste, por ejemplo, actualmente el interés de la sociedad respecto a la
participación de la mujer, no es el mismo interés que existía el siglo
pasado; pero ambas perspectivas en su momento colmaban el
concepto de interés público, sin poder juzgar si era o es correcto o
malo pues caeríamos en cuestiones subjetivas y nuestra disciplina
nos obliga sólo a calificar si una conducta es válida o no, al amparo
del interés público en turno. En esta perspectiva, puede mediar
interés social en hacer pública cierta información pero la divulgación
no depende atender al interés sino a la repercusión social pues se
debe ponderar como primordial la seguridad social y el bienestar
colectivo.
Cabe hacer mención que en nuestro contexto, dentro del ámbito federal
es de reciente creación el Instituto Federal de Acceso a la Información,
organismo al que se le adicionó competencia y al nombre original se le
agrego “y Protección de Datos”, situación que resulta acorde a lo que se
ha venido exponiendo porque el DERECHO A LA INFORMACIÓN
PUBLICA y EL DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA, cada
uno no son sino un lado de la misma moneda; adecuación que en la
22
teoría resulta por demás adecuada para evitar incongruencias al
momento de calificar que es público o que es privado pues la misma
autoridad se encarga de velar, bajo el mismo criterio, estos conceptos.
Sin embargo, es importante, señalar que se trata de un órgano
administrativo que tiene una encomiable función pues se presenta
como un medio alterno de solución de controversias que aligeren la
carga innecesaria de trabajo de las instancias jurisdiccionales, pero, no
se deben confundir u homologar con las actividades propias del poder
judicial.
En nuestro marco legal encontramos como disposiciones aplicables
CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS
Artículo 6. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna
inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque
a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o
perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los
términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será
garantizado por el Estado.
Artículo 7o. Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos
sobre cualquiera materia. Ninguna ley ni autoridad puede
establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o
impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más
límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz
pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como
instrumento del delito.
Las leyes orgánicas dictarán cuantas disposiciones sean necesarias
para evitar que so pretexto de las denuncias por delito de prensa,
sean encarcelados los expendedores, "papeleros", operarios y demás
empleados del establecimiento donde haya salido el escrito
denunciado, a menos que se demuestre previamente la
responsabilidad de aquéllos.
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
23
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento.
Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales,
al acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a
manifestar su oposición, en los términos que fije la ley, la cual
establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el
tratamiento de datos, por razones de seguridad nacional,
disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para
proteger los derechos de terceros.
[…]
Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará
penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía
de las mismas, excepto cuando sean aportadas de forma voluntaria
por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez
valorará el alcance de éstas, siempre y cuando contengan
información relacionada con la comisión de un delito. En ningún
caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley.
Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la
autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio
Público de la entidad federativa correspondiente, podrá autorizar la
intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la
autoridad competente deberá fundar y motivar las causas legales de
la solicitud, expresando además, el tipo de intervención, los sujetos
de la misma y su duración.
La autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones
cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil,
civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones
del detenido con su defensor.
[…]
Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y
límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones
que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor probatorio.
La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias
únicamente para cerciorarse de que se han cumplido los
reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la exhibición de los
24
libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado
las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes
respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos.
La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas
estará libre de todo registro, y su violación será penada por la ley.
Asimismo, encontramos criterios jurisprudenciales (sin considerar las
tesis aisladas porque éstas conforme la Ley de Amparo no tienen
condición erga omnes) que dan luz sobre la interpretación de los
derechos en comento.
[J]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXXIII, Febrero de 2011;
Pág. 2027
DERECHO DE PETICIÓN. SU RELACIÓN DE SINERGIA CON EL
DERECHO A LA INFORMACIÓN.
El derecho de petición consagrado en el artículo 8o. constitucional
implica la obligación de las autoridades de dictar a una petición
hecha por escrito, esté bien o mal formulada, un acuerdo, también
por escrito que debe hacerse saber en breve término al peticionario.
Por su parte, el artículo 6o. de la propia Constitución Federal
establece que el derecho a la información será garantizado por el
Estado. Ambos derechos, reconocidos además en tratados
internacionales y leyes reglamentarias, se encuentran vinculados y
relacionados en la medida que garantizan a los gobernados el
derecho, no sólo a que se les dé respuesta a sus peticiones por
escrito y en breve término, sino que se haga con la información
completa, veraz y oportuna de que disponga o razonablemente deba
disponer la autoridad, lo que constituye un derecho fundamental
tanto de los individuos como de la sociedad.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo en revisión 795/2003. Director del Registro de los Planes y
Programas de Desarrollo Urbano del Gobierno del Distrito Federal.
21 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude
Tron Petit. Secretario: Alfredo A. Martínez Jiménez.
25
Amparo en revisión 210/2009. Hilario Blanco Saucedo. 1o. de julio
de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit.
Secretaria: Claudia Patricia Peraza Espinoza.
Amparo en revisión 281/2009. Director de Prestaciones
Económicas, Sociales y Culturales del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. 27 de agosto de
2009. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola
Pérez. Secretaria: Dulce María Nieto Roa.
Amparo en revisión 403/2009. Director de Prestaciones
Económicas, Sociales y Culturales del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. 5 de noviembre
de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola
Pérez. Secretaria: Dulce María Nieto Roa.
Amparo en revisión 360/2010. Director de Prestaciones
Económicas, Sociales y Culturales del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. 13 de enero de
2011. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola
Pérez. Secretaria: Dulce María Nieto Roa.
[J]; 9a. Época; 2a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; XXXII, Agosto de 2010;
Pág. 438
INFORMACIÓN PÚBLICA. EL MONTO ANUAL DE LAS CUOTAS
SINDICALES DE LOS TRABAJADORES DE PETRÓLEOS
MEXICANOS NO CONSTITUYE UN DATO QUE DEBA DARSE A
CONOCER A LOS TERCEROS QUE LO SOLICITEN.
Teniendo en cuenta que la información pública es el conjunto de
datos de autoridades o particulares en posesión de los poderes
constituidos del Estado, obtenidos en ejercicio de funciones de
derecho público y considerando que en este ámbito de actuación
rige la obligación de aquéllos de rendir cuentas y transparentar sus
acciones frente a la sociedad, en términos del artículo 6o., fracción
I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en
relación con los numerales 1, 2, 4 y 6 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, es
indudable que el monto total al que ascienden las cuotas sindicales
aportadas anualmente por los trabajadores de Petróleos Mexicanos
26
no constituye información pública que, sin la autorización del
sindicato, deba darse a conocer a los terceros que lo soliciten, ya
que constituye un haber patrimonial perteneciente a una persona
jurídica de derecho social (sindicato) y un dato que, si bien está en
posesión de una entidad gubernamental (Petróleos Mexicanos), se
obtiene por causa del ejercicio de funciones ajenas al derecho
público, ya que tal información está en poder de dicho organismo
descentralizado por virtud del carácter de patrón que tiene frente a
sus empleados, a través de la obligación de retener mensualmente
las cuotas sindicales aportadas para enterarlas al sindicato,
impuesta por el artículo 132, fracción XXII, de la Ley Federal del
Trabajo, siendo que en el ámbito laboral no rige esa obligación a
cargo del patrón de rendir cuentas y transparentar acciones frente a
la sociedad. Máxime que el monto de las cuotas sindicales forma
parte del patrimonio del sindicato y su divulgación importaría, por
un lado, una afectación injustificada a la vida privada de dicha
persona de derecho social, lo que está protegido por los artículos
6o., fracción II, y 16 constitucionales, por otro lado, una intromisión
arbitraria a la libertad sindical, por implicar una invasión a la
facultad que tiene el sindicato de decidir si da o no a conocer parte
de su patrimonio a terceros, lo que está protegido por los artículos
3o. y 8o. del Convenio número 87, relativo a la Libertad Sindical y a
la Protección al Derecho Sindical.
Contradicción de tesis 333/2009. Entre las sustentadas por el
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito y el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Primer Circuito. 11 de agosto de 2010. Cinco votos. Ponente:
Margarita Beatriz Luna Ramos. Secretario: Fernando Silva García.
Tesis de jurisprudencia 118/2010. Aprobada por la Segunda Sala
de este Alto Tribunal, en sesión privada del dieciocho de agosto de
dos mil diez.
[J]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXVII, Junio de 2008;
Pág. 743
ACCESO A LA INFORMACIÓN. SU NATURALEZA COMO
GARANTÍAS INDIVIDUAL Y SOCIAL.
27
El acceso a la información se distingue de otros derechos
intangibles por su doble carácter: como un derecho en sí mismo y
como un medio o instrumento para el ejercicio de otros derechos.
En efecto, además de un valor propio, la información tiene uno
instrumental que sirve como presupuesto del ejercicio de otros
derechos y como base para que los gobernados ejerzan un control
respecto del funcionamiento institucional de los poderes públicos,
por lo que se perfila como un límite a la exclusividad estatal en el
manejo de la información y, por ende, como una exigencia social de
todo Estado de Derecho. Así, el acceso a la información como
garantía individual tiene por objeto maximizar el campo de la
autonomía personal, posibilitando el ejercicio de la libertad de
expresión en un contexto de mayor diversidad de datos, voces y
opiniones; incluso algunos instrumentos internacionales lo asocian
a la libertad de pensamiento y expresión, a las cuales describen
como el derecho que comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole. Por otro lado, el
acceso a la información como derecho colectivo o garantía social
cobra un marcado carácter público en tanto que funcionalmente
tiende a revelar el empleo instrumental de la información no sólo
como factor de autorrealización personal, sino como mecanismo de
control institucional, pues se trata de un derecho fundado en una
de las características principales del gobierno republicano, que es el
de la publicidad de los actos de gobierno y la transparencia de la
administración. Por tanto, este derecho resulta ser una
consecuencia directa del principio administrativo de transparencia
de la información pública gubernamental y, a la vez, se vincula con
el derecho de participación de los ciudadanos en la vida pública,
protegido por la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Controversia constitucional 61/2005. Municipio de Torreón, Estado
de Coahuila. 24 de enero de 2008. Unanimidad de diez votos.
Ausente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: José de Jesús Gudiño
Pelayo. Secretaria: Carmina Cortés Rodríguez.
28
El Tribunal Pleno, el doce de mayo en curso, aprobó, con el número
54/2008, la tesis jurisprudencial que antecede. México, Distrito
Federal, a doce de mayo de dos mil ocho.
[J]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXVI, Diciembre de 2007;
Pág. 991
INFORMACIÓN RESERVADA. EXCEPCIÓN A LA PROHIBICIÓN
DE SU DIVULGACIÓN.
En términos de las fracciones IV y VI del artículo 14 de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, tanto los expedientes judiciales que no hayan
causado estado, como las opiniones, recomendaciones o puntos de
vista que formen parte del proceso deliberativo de los servidores
públicos, mientras no sea adoptada la decisión definitiva,
constituyen información reservada. No obstante la imposibilidad de
acceder a dicha información no puede considerarse como una regla
absoluta, porque en aquellos supuestos en los cuales su difusión
producirá mayores beneficios para la sociedad que los daños que
pudieran provocarse con su divulgación, debe hacerse una
excepción a la regla general, privilegiando la transparencia y
difusión de la información respectiva.
Acción de inconstitucionalidad 26/2006. Senadores integrantes de
la Quincuagésima Novena Legislatura del Congreso de la Unión. 7
de junio de 2007. Unanimidad de nueve votos. Ausente: José de
Jesús Gudiño Pelayo. Impedido: José Ramón Cossío Díaz. Ponente:
Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretarias: Andrea Zambrana
Castañeda, Lourdes Ferrer Mac-Gregor Poisot y María Estela Ferrer
Mac Gregor Poisot.
El Tribunal Pleno, el quince de octubre en curso, aprobó, con el
número 45/2007, la tesis jurisprudencial que antecede. México,
Distrito Federal, a quince de octubre de dos mil siete.
[J]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro IV, Enero de
2012, Tomo 5; Pág. 4036
DAÑO MORAL. ES LA ALTERACIÓN PROFUNDA QUE SUFRE
UNA PERSONA EN SUS SENTIMIENTOS, AFECTOS, CREENCIAS,
29
DECORO, HONOR, REPUTACIÓN, VIDA PRIVADA,
CONFIGURACIÓN Y ASPECTOS FÍSICOS, O BIEN, EN LA
CONSIDERACIÓN QUE DE SÍ MISMA TIENEN LOS DEMÁS,
PRODUCIDA POR HECHO ILÍCITO.
El derecho romano, durante sus últimas etapas, admitió la
necesidad de resarcir los daños morales, inspirado en un principio
de buena fe, y en la actitud que debe observar todo hombre de
respeto a la integridad moral de los demás; consagró este derecho el
principio de que junto a los bienes materiales de la vida, objeto de
protección jurídica, existen otros inherentes al individuo mismo,
que deben también ser tutelados y protegidos, aun cuando no sean
bienes materiales. En México, la finalidad del legislador, al reformar
los artículos 1916 y adicionar el 1916 Bis del Código Civil para el
Distrito Federal, mediante decreto publicado en el Diario Oficial de
la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos
ochenta y dos, y posteriormente modificar los párrafos primero y
segundo del artículo 1916, consistió en hacer responsable
civilmente a todo aquel que, incluso, ejerce su derecho de expresión
a través de un medio de información masivo, afecte a sus
semejantes, atacando la moral, la paz pública, el derecho de
terceros, o bien, provoque algún delito o perturbe el orden público,
que son precisamente los límites que claramente previenen los
artículos 6o. y 7o. de la Constitución General de la República. Así,
de acuerdo al texto positivo, por daño moral debe entenderse la
alteración profunda que una persona sufre en sus sentimientos,
afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada,
configuración y aspectos físicos, o bien, en la consideración que de
sí misma tienen los demás, producida por un hecho ilícito. Por
tanto, para que se produzca el daño moral se requiere: a) que exista
afectación en la persona, de cualesquiera de los bienes que tutela el
artículo 1916 del Código Civil; b) que esa afectación sea
consecuencia de un hecho ilícito; y, c) que haya una relación de
causa-efecto entre ambos acontecimientos.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
30
Amparo directo 8633/99. Marco Antonio Rascón Córdova. 8 de
marzo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López
Ramos. Secretario: Rómulo Amadeo Figueroa Salmorán.
Amparo directo 399/2008. Gloria Susana Nava Rodríguez. 11 de
septiembre de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López
Ramos. Secretario: Román Fierros Zárate.
Amparo directo 661/2008. Rodrigo Toca Austin. 19 de febrero de
2009. Mayoría de votos; unanimidad en relación con el tema
contenido en esta tesis. Disidente: Víctor Francisco Mota
Cienfuegos. Ponente: Benito Alva Zenteno. Secretario: Vidal Óscar
Martínez Mendoza.
Amparo directo 428/2009. Domingo Alejo López Cortés. 20 de
agosto de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Francisco
Mota Cienfuegos. Secretario: Erick Fernando Cano Figueroa.
Amparo directo 412/2009. 8 de octubre de 2009. Unanimidad de
votos. Ponente: Benito Alva Zenteno. Secretario: Vidal Óscar
Martínez Mendoza.
En correlación, atendiendo al artículo 133 de la Carta Magna, habremos
de observar instrumentos internacionales suscritos y ratificados por
nuestro país.
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
(1948)
En su artículo 12 establece que nadie será objeto de injerencias
arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia ni de ataques a su honra o a su reputación y que
toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas
injerencias o ataques.
PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
(1966)
En su artículo 17 establece las mismas disposiciones que el
artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
en su artículo 19 al hablar de la libertad de expresión señala que el
ejercicio de ese derecho entraña deberes y responsabilidades
31
especiales por lo que podrá estar sujeto a ciertas restricciones
fijadas por la ley y que sean necesarias para asegurar el respeto a
los derechos o a la reputación de los demás, así como para proteger
la seguridad nacional, el orden público, la salud o moral públicas.
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS -
PACTO DE SAN JOSÉ
(1969)
El artículo 11 se refiere a que toda persona tiene derecho al respeto
de su honra y al reconocimiento de su dignidad y que por tanto no
deberá ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida
privada, familia, domicilio, correspondencia, ni deberá sufrir
ataques ilegales a su honra o reputación. Y establece también el
derecho de la persona a ser protegida por la ley contra esas
injerencias o ataques.
El artículo 13 establece la libertad de pensamiento y expresión
determinando que no deberá existir previa censura, pero que el
ejercicio de esos derechos estará sujeto a responsabilidades
ulteriores, mismas que deberán estar expresamente fijadas por la
ley y que deberán tender a asegurar entre otras cuestiones, el
respeto a los derechos o a la reputación de los demás.
Dentro de la legislación secundaria y observando un principio de
jerarquía, me avoco a enunciar la regulación que a nuestro objeto de
estudio, presenta la legislación civil y concreta a la materia en el ámbito
federal.
CÓDIGO CIVIL FEDERAL
Artículo 1910.- “El que obrando ilícitamente o contra las buenas
costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo, a menos
que demuestre que el daño se produjo como consecuencia de culpa
o negligencia inexcusable de la víctima”.
Artículo 1916.- “Por daño moral se entiende la afectación que una
persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro,
honor, reputación, vida privada, configuración y aspecto físicos, o
bien en la consideración que de sí misma tienen los demás. Se
presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe
32
ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las
personas.
Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un daño moral, el
responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante
una indemnización en dinero, con independencia de que se haya
causado daño material, tanto en responsabilidad contractual como
extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral tendrá
quien incurra en responsabilidad objetiva conforme a los artículo
1913, así como el Estado y sus servidores públicos, conforme a los
artículos 1927 y 1928, todos ellos del presente Código.
La acción de reparación no es transmisible a terceros por acto entre
vivos y sólo pasa a los herederos de la víctima cuando ésta haya
intentado la acción en vida.
El monto de la indemnización lo determinará el juez tomando en
cuenta los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la
situación económica del responsable, y la de la víctima, así como las
demás circunstancias del caso”.
Artículo 1916 Bis.- “No estará obligado a la reparación del daño
moral quien ejerza sus derechos de opinión, crítica, expresión e
información, en los términos y con las limitaciones de los artículos
6o. y 7o. de la Constitución General de la República.
En todo caso, quien demande la reparación del daño moral por
responsabilidad contractual o extracontractual deberá acreditar
plenamente la ilicitud de la conducta del demandado y el daño que
directamente le hubiere causado tal conducta”.
LEY FEDERAL DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA GUBERNAMENTAL
Artículo 1. La presente Ley es de orden público. Tiene como
finalidad proveer lo necesario para garantizar el acceso de toda
persona a la información en posesión de los Poderes de la Unión, los
órganos constitucionales autónomos o con autonomía legal, y
cualquier otra entidad federal.
Artículo 2. Toda la información gubernamental a que se refiere esta
Ley es pública y los particulares tendrán acceso a la misma en los
términos que ésta señala.
33
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se entenderá por:
[…]
II. Datos personales: Cualquier información concerniente a una
persona física identificada o identificable;
III. Documentos: Los expedientes, reportes, estudios, actas,
resoluciones, oficios, correspondencia, acuerdos, directivas,
directrices, circulares, contratos, convenios, instructivos, notas,
memorandos, estadísticas o bien, cualquier otro registro que
documente el ejercicio de las facultades o la actividad de los sujetos
obligados y sus servidores públicos, sin importar su fuente o fecha
de elaboración. Los documentos podrán estar en cualquier medio,
sea escrito, impreso, sonoro, visual, electrónico, informático u
holográfico;
[…]
V. Información: La contenida en los documentos que los sujetos
obligados generen, obtengan, adquieran, transformen o conserven
por cualquier título;
VI. Información reservada: Aquella información que se encuentra
temporalmente sujeta a alguna de las excepciones previstas en los
Artículos 13 y 14 de esta Ley;
[…]
XII. Seguridad nacional: Acciones destinadas a proteger la
integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, la
gobernabilidad democrática, la defensa exterior y la seguridad
interior de la Federación, orientadas al bienestar general de la
sociedad que permitan el cumplimiento de los fines del Estado
constitucional;
XIII. Sistema de datos personales: El conjunto ordenado de datos
personales que estén en posesión de un sujeto obligado;
[…]
Artículo 4. Son objetivos de esta Ley:
I. Proveer lo necesario para que toda persona pueda tener acceso a
la información mediante procedimientos sencillos y expeditos;
II. Transparentar la gestión pública mediante la difusión de la
información que generan los sujetos obligados;
34
III. Garantizar la protección de los datos personales en posesión de
los sujetos obligados;
IV. Favorecer la rendición de cuentas a los ciudadanos, de manera
que puedan valorar el desempeño de los sujetos obligados;
V. Mejorar la organización, clasificación y manejo de los
documentos, y
VI. Contribuir a la democratización de la sociedad mexicana y la
plena vigencia del Estado de derecho.
Artículo 5. La presente Ley es de observancia obligatoria para los
servidores públicos federales.
Artículo 6. En la interpretación de esta Ley y de su Reglamento, así
como de las normas de carácter general a las que se refiere el
Artículo 61, se deberá favorecer el principio de máxima publicidad y
disponibilidad de la información en posesión de los sujetos
obligados.
El derecho de acceso a la información pública se interpretará
conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; la Declaración Universal de los Derechos Humanos; el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; la Convención Sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la
Mujer, y demás instrumentos internacionales suscritos y ratificados
por el Estado Mexicano y la interpretación que de los mismos hayan
realizado los órganos internacionales especializados.
Artículo 63. Serán causas de responsabilidad administrativa de los
servidores públicos por incumplimiento de las obligaciones
establecidas en esta Ley las siguientes:
I. Usar, sustraer, destruir, ocultar, inutilizar, divulgar o alterar,
total o parcialmente y de manera indebida información que se
encuentre bajo su custodia, a la cual tengan acceso o conocimiento
con motivo de su empleo, cargo o comisión;
II. Actuar con negligencia, dolo o mala fe en la sustanciación de las
solicitudes de acceso a la información o en la difusión de la
información a que están obligados conforme a esta Ley;
III. Denegar intencionalmente información no clasificada como
reservada o no considerada confidencial conforme a esta Ley;
35
IV. Clasificar como reservada, con dolo, información que no cumple
con las características señaladas en esta Ley. La sanción sólo
procederá cuando exista una resolución previa respecto del criterio
de clasificación de ese tipo de información del Comité, el Instituto, o
las instancias equivalentes previstas en el Artículo 61;
V. Entregar información considerada como reservada o confidencial
conforme a lo dispuesto por esta Ley;
VI. Entregar intencionalmente de manera incompleta información
requerida en una solicitud de acceso, y
VII. No proporcionar la información cuya entrega haya sido
ordenada por los órganos a que se refiere la fracción IV anterior o el
Poder Judicial de la Federación.
La responsabilidad a que se refiere este Artículo o cualquiera otra
derivada del incumplimiento de las obligaciones establecidas en
esta Ley, será sancionada en los términos de la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos.
La infracción prevista en la fracción VII o la reincidencia en las
conductas previstas en las fracciones I a VI de este Artículo, serán
consideradas como graves para efectos de su sanción
administrativa.
Artículo 64. Las responsabilidades administrativas que se generen
por el incumplimiento de las obligaciones a que se refiere el Artículo
anterior, son independientes de las del orden civil o penal que
procedan.
En este sentido, la legislación del Distrito Federal, Estado de México y
Puebla aunque tienen sus bemoles particulares, en general, presentan
un contexto similar; estudio comparativo que precisa de un análisis
pormenorizado, que escapa de los objetivos particulares de la presente
investigación.
Cabe hacer mención que dentro del marco legal de corte punitivo existe
regulación relativa a los derechos en comento, normatividad penal que
en el presente trabajo de investigación dejamos al margen por
enfocarnos a la óptica civil y, tratar en lo posible, definir cuál es el
criterio que determine un orden de prelación. En todo caso, según se
36
pueda determinar un derecho superior, el Derecho Penal deberá
adecuarse a sancionar según sea el bien jurídico tutelado ha
resguardar.
“Entre los juristas que se han ocupado del tema predomina la idea
que nosotros compartimos de que en caso de conflicto entre el
derecho a la vida privada y los derechos de informar y de ser
informado, debe reconocerse en principio la superioridad de estos
últimos.
Pero esto no significa entender, sin más que un ejercicio arbitrario
del derecho de información pueda hacerse prácticamente nugatorio
el derecho a la vida privada. Porque para que esa superioridad
pueda hacerse efectiva, será necesario que el derecho de
información sea ejercitado conforme a sus altos fines y dentro de las
exigencias que le impone su propia naturaleza. [...] Mantovani
declara que la intimidad del individuo puede ser sobre pasada por
razón de un interés público, directo o indirecto. Es
aproximadamente la opinión de G. Bovio, para el cual el derecho de
información debe prevalecer, cuando ella es veras y responde al
interés público, sobre el derecho del particular.”23
En el mismo sentido, para determinar la superposición de un derecho
sobre otro, se debe atender el interés que éste persigue:
“El derecho a la vida privada, aunque por finalidad la protección
jurídica de una manifestación de la personalidad del hombre, mira
solamente al ser humano en lo individual. Si la sociedad se interesa
en ese derecho a través de leyes y de compromisos formales de
carácter internacional, es únicamente por que la sociedad debe
procurar también lo que es bueno para cada uno de sus miembros.
En cambio, el derecho de información en sus dos aspectos, es algo
que interesas a la sociedad como tal como tal, en cuanto ese
derecho derivan beneficios que recaen sobre la sociedad misma,
23 Novoa Monreal, Eduardo. “Derecho a la Vida Privada y Libertad de Información”. Editorial: Siglo Veintiuno Editores. México. 1979. págs. 179-182.
37
aparte de los que alcanza, así mismo, a los miembros que la
componen.
En consecuencia, este último derecho es un derecho social. Como
tal derecho social, interesas toda la comunidad, puesto que toca el
interés de cada uno de los miembros en razón de su pertenencia a
ella, y comprometer el bien general. Toca a la comunidad, en
nombre del conjunto pues, velar por que sea respetado. […] Hoy se
tiene por una verdad inconcusa que le interés general de prevalecer
por sobre el interés particular. Pero si eso recibe aceptación
indiscutida, es por obra de una conciencia social ampliamente
difundida, que rechaza los excesos de un individualismo que hizo
crisis. En nombre de ella se tiende a alzaprimar, con toda razón, los
derechos de la sociedad por sobre los de sus miembros singulares
[…] se deduce que los dos derechos cuyo conflicto analizaremos: el
derecho a la vida privada y libertad de información, son derechos
humanos relativos; pero el primero tiene carácter individual, pues
interesa solamente al individuo, mientras el segundo tiene carácter
social y su subsistencia y ejercicio comprometen ciertamente el
interés general. Hemos argumentado también que el interés general
debe prevalecer por sobre el interés particular, por lo que la libertad
de información tiene preponderancia en el caso de que ambos
derechos se choquen en pugna.
Si se produce una `posición entre el derecho y la vida privada de un
individuo y el derecho social de dar y recibir información, será este
ultimo el que deba prevalecer y sobre poner al primero. En caso de
conflicto entre ellos adquiere mayor significación jurídica el derecho
de la comunidad a tener conocimiento a lo que sucede, aun cuando
haya algo que concierne a la vida privada de algún individuo.”24
Aun cuando la doctrina está encaminada en el mismo sentido,
catalogando al Derecho a la información como un derecho social,
disiento de este punto de vista porque no siempre un derecho social per
se debe estar sobre un derecho individual, en todo caso, siempre habrá
de atender las circunstancias del caso en particular, esto es, definir si 24 Novoa Monreal, Eduardo. “Derecho a la Vida Privada y Libertad de Información”. Editorial: Siglo Veintiuno Editores. México. 1979. págs. 188-195.
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la información es trascendente en la vida social para que pueda salir de
la esfera jurídica del particular y entre en la esfera social,
convirtiéndose en una información pública y, consecuentemente, objeto
del derecho a la información pública.
“Resta referirnos a dos cuestiones de enorme importancia […] La
primera de ellas es la relativa a las limitaciones de las libertades. La
segunda a los conflictos entre libertades.
Existe consenso en admitir que las libertades fundamentales no son
absolutas y que su ejercicio encuentra límites. Sin embargo, no
cualquier limitación es válida, pues existen condiciones para ello.
Una de ellas es que una norma sólo puede restringir derechos
fundamentales si tiene carácter constitucional, o si la restricción
está basada en una norma de rango constitucional. En otras
palabras, sólo una norma constitucional puede, directa o
indirectamente, restringir una libertad iusfundamental.
Una cuestión distinta a los límites, pero íntimamente relacionada
con ella, la constituye los conflictos entre libertades. En esta
hipótesis no se trata de una limitación en sentido estricto, sino de la
colisión de dos libertades. En esta hipótesis no se trata de una
limitación en sentido estricto, sino de la colisión de dos libertades.
Para resolver este tipo de conflicto es necesario ubicar el nivel en el
que se da el conflicto normativo. En el caso de conflicto entre
libertades fundamentales, la resolución del conflicto requiere
necesariamente una ponderación a tres niveles: jurídico, axiológico
y sociológico. En el caso de conflictos entre una libertad
fundamental y una norma ordinaria, debe prevalecer, en razón de
su jerarquía, la libertad fundamental. Por último, en los conflictos
entre normas ordinarias derivadas de libertades fundamentales se
atenderá a los criterios de jerarquía, especialidad y temporalidad.
De este modo, en vez que se plantea un conflicto específico en
materia de libertad de información, será necesario determinar la
situación especifica de éste para resolverlo”25
25 López-Ayllón, Sergio. El derecho a la información como derecho fundamental. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/7/5.pdf
39
Coincido con el autor en cita, en relación que el punto de partida para
poder determinar dentro de un conflicto de normas, cuál es la aplicable,
es necesario determinar el caso en particular, sin embargo, en términos
generales opino que hay que considerar algunos puntos de vista propios
de nuestro contexto, para eludir tentaciones o criterios subjetivos que
nos alejen de la visión jurídica que deber predominar para determinar
la procedencia de una norma.
En nuestra sociedad padecemos de “jueces de facto” que crean opinión
atendiendo a sus interés particular o enarbolando un criterio demagogo,
me explico, a diario vemos que en los medios de comunicación, van más
allá de la labor informativa que tienen encomendada y el derecho de
opinar que le asiste merced al derecho de libre manifestación de ideas;
pronunciándose como el mejor jurisconsulto pero sin tener la menor
noción jurídica pues la propia libertad entraña un limite que lo
establece el derecho conforme tutele la libertad de los otros, el límite
está en el derecho de los demás, no en sus sentimientos, apreciaciones
o conciencia moral.
Asimismo, aun cuando nuestra doctrina y legislación es deficiente para
definir que debemos entender por información pública y privada,
considero que el primer punto de partida es no identificar a la
información pública como propia o exclusiva de la actividad del Estado
o sus funcionarios, pues también, el devenir de un particular puede
generar información pública. En este sentido, considero que se debe
entender como información pública aquélla que es trascendente para la
sociedad, buen ejemplo es la jurisprudencia citada, en la cual se
establece que las cuotas sindicales no son de interés público pues
pertenecen a una persona moral aun cuando de principio pudiese
parecer que dicha información fuese de interés social, pero en el mismo
sentido, aun cuando, dicha información es propia de la esfera particular
de una moral un tercero (trabajador sindicalizado) que acredite su
interés podría ejercer su derecho a la información respecto a la
trascendencia que tenga dicha información para su persona y, en todo
caso, deberá hacer un correcto uso de la información para evitar causar
40
perjuicio alguno al titular de la información, no sería dable argüir el
derecho a la libre manifestación de ideas para hacer mal uso de
cualquier información; en este punto y sólo a manera de ejemplo, nos
encontramos aplicación al juicio de ponderación.
Por último, para definir si existe alguna supremacía entre el DERECHO
SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA y el DERECHO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA habremos de considerar que ambos derechos
son garantías constitucionales por lo cual una de ninguna forma
excluye a la otra por algún criterio de jerarquía o cronológico, de la
misma forma y atendiendo a nuestra marco normativo, el criterio de
especialidad es aplicable para los dos derechos pues como ya se ha
mencionado y consideramos adecuado existe un organismo que se
encarga de regular el acceso a la información como el buen resguardo y
respeto de nuestros datos. De tal forma, debemos acudir a los criterios
novedosos de ponderación o proporcionalidad para buscar un justo
equilibrio entre derechos constitucionales de jerarquía similar. A priori,
con la reserva de que cada caso en particular precisa de un análisis
concreto, considero que la regla general debe ser que el DERECHO
SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA debe estar sobre el DERECHO A
LA INFORMACIÓN PÚBLICA porque la información es una construcción
humana y en consecuencia se debe respetar el origen privado que tiene,
asimismo, la decisión de participar en una actividad pública o no, es
propia del individuo así éste está autodeterminando cuál es el destino
que le da a la información que ha generado. En el mismo sentido,
estableciendo que la excepción al derecho a mantener la información
como privada se encuentra en el concepto de trascendencia social que
puede tener dicha información dentro de una comunidad, se concluye
que de origen toda información es privada y sólo bajo las condiciones
que establezca la ley se puede considerar como pública.
En el mismo sentido y considerando un criterio histórico es evidente
que toda información como producto humano se gesta en el raciocinio
particular de un ser humano, considerar que la información que
produce un individuo se origen es pública sería tanto como aniquilar el
41
ingenio, situación que se encuentra reflejada en el Derecho de
Propiedad Industrial o Intelectual pues garantiza la explotación y/o
aprovechamiento de lo que crea el intelecto humano (información) y tras
reunir ciertas condiciones se regula el transito que debe tener la
información dentro de la esfera de los derechos públicos. �
42
Conclusiones
El derecho a la vida privada, a la privacidad, a la intimidad, a la
personalidad, etcétera, son conceptos que en la doctrina se encentran
enfocados a tutelar el derecho que se tiene respecto a la información personal
mantenerla como privada, lejos del escrutinio o cuestionamiento popular; sin
embargo, considero que las denominaciones resultan poco afortunadas porque
no delimitan el objeto de que se trata, por lo cual, opino que se debe
denominar DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA.
El derecho a la información, al conocimiento y hasta el derecho a la
libre manifestación, son conceptos que en la doctrina se encentran enfocados
a tutelar el derecho que se tiene respecto tener acceso a información;
considero que las denominaciones resultan poco afortunadas porque no
delimitan el objeto de que se trata, por lo cual, opino que se debe denominar
DERECHO A LA INFORMACIÓN PUBLICA.
Para gran parte de la doctrina, tanto el DERECHO SOBRE LA
INFORMACIÓN PRIVADA como el DERECHO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
están en función de la participación del Estado de quien considera emana la
información pública, sin embargo, la condición de pública no depende de la
participación estatal pues la información privada puede resultar pública
porque así lo determine el titular, o bien, se coloque en los supuestos que por
trascendencia social se convierta en información pública.
Tanto el DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA como el
DERECHO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA son garantías individuales
consagradas en las constituciones modernas, pero, de ninguna forma resultan
opuestas sino correlativas porque el límite de una indica el inicio de la otra.
Si bien, son garantías que no se oponen entre sí esto no implica que en la
tutela individual que hace cada ciudadano, sí pueden presentarse conflictos
respecto a cual derecho resulta predominante y aplicable al caso en particular.
43
En lo particular considero que el punto de partida para determinar el
manejo de la información debe ser la calificación de la misma, según sea
privada o pública. Ahora bien, el criterio para determinar dicha condición debe
ser la repercusión o trascendencia social que tiene dentro de una comunidad.
Los principios de jerarquía, de especialidad y cronológico son aplicables
para resolver antinomias, sin embargo, ante la contraposición de garantías
fundamentales resultan nugatorios para la resolución del conflicto, ante
derechos de la misma dimensión, debemos atender a la ponderación y
proporcionalidad como criterios rectores que nos permitan arribar a una justa
apreciación.
En nuestro contexto legal, resulta primordial un trabajo legislativo con
una técnica jurídica correcta para evitar que los conceptos sean ambiguos y
concreten la tutela de los derechos que se deben garantizar.
El interés público o social depende del contexto social, sin embargo,
considero que el punto de partida para calificar como público o privado es la
trascendencia que tiene la información respecto a la sociedad. En el mismo
sentido, es de observar la esfera jurídica a que se circunscribe y que, en su
caso, afecta el uso o manejo de la información.
A reserva que cada caso en particular debe ser analizado para
justipreciar de forma adecuada el criterio de ponderación o proporcionalidad,
en forma personal, considero que ante el conflicto de intereses entre el
DERECHO SOBRE LA INFORMACIÓN PRIVADA y el DERECHO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA, el primero es preponderante sobre el segundo
porque toda información es producto de una conducta humana que de origen
resulta privada y sólo bajo las excepciones o supuestos correspondientes que
la ley ampare se puede restringir dicha libertad para considerarla como
pública; resultaría una ponderación inequitativa o desproporcionada que de
origen una creación o información que nace en el raciocinio particular (sea
dentro de una esfera jurídica de una persona física o una moral) se quiera
coartar esta condición, sin que medie justificación legal alguna y sin que se
haya permitido a su creador sacar provecho sobre la información que en uso
de su libertad y raciocinio ha producido. �
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