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DE LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE. Las crónicas de la existencia y vida humanas, con ambiciones, deseos, miedos y utopías, que nos narra José Saramago, aunque sean un intento, o mezcla de cruda realidad y romántica ficción; No se pueden distanciar de las historias vividas en el accionar cotidiano del ser humano. Saramago pone a un lado de la balanza aspectos básicos e indispensables que hemos creado para “justificar” nuestra existencia y poner un rumbo a la vida; del otro lado la narrativa mítica propia de él. Creando esta confrontación entre lo que es y lo que no es, o supuestos que podrían ser. La existencia humana siempre requiere de un sistema, profundamente arraigados en la “mente colectiva” de toda sociedad; justamente ahí es donde se hace sentir la obra literaria de José Saramago. El hecho inexplicablemente misterioso de que la muerte decidiera dejar de operar en un país sin nombre, es desde el comienzo de la novela, la forma directa en que Saramago decide comenzar esta narración fantasiosa. Junto a la siempre anhelada inmortalidad del ser humano, en general; y más puntualmente hablando, de los habitantes de este país monárquico, se extiende sentimientos contradictorios pero siempre inseparables de los más diversas naturalezas. Veo como nuestras vidas reposan sobre ideas, estilos y paradigmas, que se verían gravemente afectados con cualquier cambio, y la ausencia de la muerte es en este caso esa grave alteración del curso natural de las cosas. Realmente no podría describir el resultado de esta situación con la palabra “vida”, cuando le falta una parte de ella misma, eros y thanatos no son más que las dos caras de una misma moneda. Una alegría viral se extiende por todo este país sin nombre, que por ahora optare por llamar el país “bendecido”; Se generan estados colectivos de prepotencia, súper-ego (alejándome de los conceptos de las tesis freudianas de psicoanálisis), ferviente

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DE LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE.

Las crnicas de la existencia y vida humanas, con ambiciones, deseos, miedos y utopas, que nos narra Jos Saramago, aunque sean un intento, o mezcla de cruda realidad y romntica ficcin; No se pueden distanciar de las historias vividas en el accionar cotidiano del ser humano. Saramago pone a un lado de la balanza aspectos bsicos e indispensables que hemos creado para justificar nuestra existencia y poner un rumbo a la vida; del otro lado la narrativa mtica propia de l. Creando esta confrontacin entre lo que es y lo que no es, o supuestos que podran ser. La existencia humana siempre requiere de un sistema, profundamente arraigados en la mente colectiva de toda sociedad; justamente ah es donde se hace sentir la obra literaria de Jos Saramago.El hecho inexplicablemente misterioso de que la muerte decidiera dejar de operar en un pas sin nombre, es desde el comienzo de la novela, la forma directa en que Saramago decide comenzar esta narracin fantasiosa. Junto a la siempre anhelada inmortalidad del ser humano, en general; y ms puntualmente hablando, de los habitantes de este pas monrquico, se extiende sentimientos contradictorios pero siempre inseparables de los ms diversas naturalezas.Veo como nuestras vidas reposan sobre ideas, estilos y paradigmas, que se veran gravemente afectados con cualquier cambio, y la ausencia de la muerte es en este caso esa grave alteracin del curso natural de las cosas. Realmente no podra describir el resultado de esta situacin con la palabra vida, cuando le falta una parte de ella misma, eros y thanatos no son ms que las dos caras de una misma moneda. Una alegra viral se extiende por todo este pas sin nombre, que por ahora optare por llamar el pas bendecido; Se generan estados colectivos de prepotencia, sper-ego (alejndome de los conceptos de las tesis freudianas de psicoanlisis), ferviente patriotismo, segregacin, incertidumbre. Y no se hacen esperar las reacciones de distintos campos sociales, el oportunismo poltico, el desazn de la iglesia, al caer en cuenta de que sin muerte no hay resurreccin y sin esta no hay fe religiosa; el pueblo que se divide en tantas opiniones como habitantes hay. Se incluyen tambin las reacciones de distintos gremios. Las funerarias se ven obligadas a ofrecer servicios para mascotas, aprovechando que la muerte sigue actuando sobre ellas (porque al parecer no tena ninguna leccin para el reino animal); los hospitales se enfrentan a problemas logsticos por la acumulacin de enfermos que no estn ni vivos, ni muertos, los hogares del feliz ocaso se preguntan qu hacer cuando la poblacin de tercera y cuarta edad sobrepase en nmero a las nuevas generaciones, y empiecen a acumularse como plaga, incluso piensan en la solucin de enviarlos a un pueblo abandonado donde no representen ninguna molestia y donde su destino dependa de la voluntad de Dios. Las compaas de seguros, establecen una edad de muerte obligatoria de 80 aos, en la que sus beneficiarios podran cobra o renovar por otros 80 aos. Las personas empiezan a llevar a los moribundos al otro lado de la frontera para que la muerte los alcance. Esto genera un conflicto con los pases limtrofes, se militarizan las fronteras, y aparece un grupo ilegal que hace este trabajo sucio por las personas que solo quieren ver a sus familiares descansar en paz, o simplemente deshacerse de despojos intiles. Grupo que se hace llamar la maphia y logra llegar secretamente, a un acuerdo con el gobierno, situacin que se les saldra de la mano al ministro, mximo representante del rey