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De Miguel- Antropología Médica

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Introducción al campo de la Antropología Médica

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Page 1: De Miguel- Antropología  Médica

5/14/2018 De Miguel- Antropología Médica - slidepdf.com

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C 0

JESUS M. DE MIGUEL

l;NTRODUCCION AL CAMPO DE LA ANTROPOLOGIA MEDICA

,

En las paginas que siguen se presenta una breve historia de las rela.

clones entre las ciencias sociales y la medicina, as} como el origen y desa-

r rollo de la Antropologia Medica, fundamentalmente en el' mundo anglo-

saj6n. Posteriormente se describen los contenidos de las cinco areas en

que se puede dividir operativamente esta nueva disciplina (epidemlologla,

sistemas sanitarios, etnomedicina, fen6menos bio-culturales, y cambio y

planificacion). El lector nota ra que el presente libro sigue aproxirnada-

mente la misma division, poniendo atencion en los temas mas importantes

y/0 menos cubiertos por otras c iencias. Finalrnente se presentan unas

ideas, y referencias bibliograficas, basicas para entender la antropologia

'medica de los paises 1atinoamericanos y de Espana.

La eniermedad es uno de los [enomenos socio-cul turales mas ant iguos

de 1ahumanidad. Tanto, que se tiende a analizar iaen£ermedad como una

expresi6n de la vida, es decir de la adaptaci6n del ser humane a un medio

-agresivo e inc1emente. -Cada cultura ha 'tendido a crista1izar ese enfrenta-

miento en formas de organizaci6n social peculiares. -E n las-~ociedades con-

' temporaneas encontramos un amplio sector sani tario, con fuerte par tici -

pacion publica, que en muchos casos es el primer ernpleador del pals. Tales

sectores sanitarios, asi como 1amedicina conternporanea aplicada y el CODO-

cirniento medico, no son mas que artefactos sociales con los que la po-

b1aci6n actual logra adaptarse a la enfennedad. Algunos cri ticos notables

han denunciado e 1 hecho de que esas mismas inst ituciones sociales -aligual que 1a industria y tecnologia contemporaneas-c- pueden ser yatro-

genicas.'

1. Do s eiemplos distintos son la cread6n de enfermedad por la profesion m e -dica: Ivan Illicit, Medical Nemesis: The Expropiat ion of Health [Londresr Calder &Boyards, 1975); y la distorsi6n ideologica (<<metaf6rica ») de la enfermedad: Susan

_.Sontag, Illness as Metaphor (Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 1978).

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rEs llamativo el olvido por parte de los cientificos sociales (inc1uso

mas los antropologos que los sociologos) por el tema de la medicina,

5610 en parte explicable por el ciesarrollo previo de los estudios sobre

1J1agia y religion. Ambos, sistemas cognitivos' de entender la enferrnedad'

-el Uamado medico-cientff ico y el magico-religioso-c- todavia no existen

en la mayoria delospiises.Parad6jicamente, e l considerable avance tecno-

logico y cientifico de la medicina en el siglo xx hizo olvidar durante al-

gunos afios sus aspectos mas sociales y comunitarios, a los que se estavolviendo ultimamente.

La consideracion de la medicina como una ciencia social es par 1 0

menos tan antigua como Virchow , qUlenen- 'T849acuiioIaTiase (tan cele-

bre como incomprendidardeqiie «fa m edicina -e s un a cie nc ia social, y la

pol itics no es mas que medicina a gran escala»? Casi todos los estudios

antropo16gicos parten asi de diversos criterios comunes: que la enfermedad

es universal; que todos los gtupos humanos desarrollan algun sistema para

luchar contra la enfermedad; y que dentro de SL1 marco cultural crean

'teorias mas 0 menos elaboradas para explicar , diagnosticar , ya veces jus-

tificar la enfermedad. Resalta as! T n importancia que tiene E cultura en)a

et iologia de la enfermedad, e incluso en las formas de crganizar el sector

sanitario. En un sent ido general el termino de antropologia «medica» es

parcial, ya que se refiere tanto al sector sanitario, como a la salud, 0 almenos a la sanidad. Sin embargo, los terminos de Antropologia Medica

como de Sociologia de la Medicina se han patentado, y va a ser dificil

cambiarlos; a lgo similar sucedi6 antes con la Epidemiologic?

-Breve bistoria de la Antropologia Medica

Un precedente import ante en el siglo XIX es el informe de Engels

sobre La condicion de la clase obrera en Inglaterra, publicado en 1845.4

En los capitulos sexto (<<Resultados de la industr ia lizacion») y septimo

(<<Elproletariado») se presenta una de las mejores descripciones del esta-

do de salud y de las actitudes de la poblaci6n frente a la industr ia lizaci6n,

hacia 1844. La obra es coetanea -no por casualidad- de la de Virchow.

Ambas tradiciones llegan hasta nuest ros dias gracias a la labor de Sige-

rist y su escuela, en el siglo xx. Un precedents mas practice fue la publi-

. 2 . Para un desarrollo historico mas completo sobre la concepcion de «medicine

social», vease: George Rosen, «The evolution of social medicine», pp. 17-61, en

H. E. Freeman, S. Levine, y L. G. Reeder (cornps.), Handbook of Medical Sociology

(Englewood Cl if fs , NJ: Pren ti ce-Ha ll , 1963).

3. Una buena introduccion a la Antropologia Medica, en castellano, puede

verse en Rodney M. Coe, Sociologia de la medicina (Madrid: Al ianza , 1973) , pp, 145-

194 y 252-268, La prirncra edicion en los Estados Unidos es de 1970,

4 Recomendamos la excelente edicion en Ingles: Friedrich Engels, The Con-ditions of the Working Class in England (Stanford : Stanford Unive rsi ty Pres s, 1958) ,

386 pp.

12

caci6n, en 1.210, del famoso Injorme Flexner sobre 150 facultades de me-

dicina en Norteamerica," Dos afiosde-spues-publico tarnbien un segundo

estudio sobre Europa, centrandose en Francia, Gran Bretafia , Alemania vAustria (sin mencionar a Espafia)." -

En su origen, laSociologia deJa Medicina sedeserrollo antes que

[a Antropologia Medica, por 10 que los primeros analisis rnezclaban am-

bos tipos de estudios bajo una categorfa iinica, como puede observarse en

el trabajo de Caudil! en 1952.7 A partir de esa fecha se tendio a di -ferenciar arnbas, tanto desde el campo de la antropologia (con el traba-

jo de Foste!) 8 como desde 1a sociologia.? e incluso se ernpezaron a recu-

perar los clasicos de la Antropologia Medica." La aparicion de las ciencias

sociales en la medicina, coincidiendo con los primeros problemas de la

industr ia lizaci6n, mantiene una causalidad clara de estructura social ver-

su s conocimiento. Sin embargo, en la concrecion de esta nueva disciplina

se puede notar la influencia de (al menos) cinco lineas intelectuales espe-ci£ icas: ' '- - ._ . .--

a Un interes etnografico, que cristaliza a partir de 192_4, sobre

,"agia y bruieria, y que incluye 3 la medicina prirnitiva dentro de esas

dos nociones. La etpomedicina es en 1aactualidad la heredera mas directade esta linea intelectual. . '-_-

b) Durante la decada de los veinte y los treinta se produce un interes

por los temas de cultura y personanaaJ;- q u e - a partir de 1934 redefinen la

contribucion freudiana desde una perspectiva mas antropo16gica.

c La E\scu.elade Chicago centro la atencion, a partir de los estudios

de 1939, en e f analisis de problemas psiquiatricos sobre comunidades con-

cretas, y sus interrelaciones con Iavariable urbanizacion,

d .A partir de 1942 se desarrollan en el mundo una serie de estu-

dios internacionales desalud publica, apoyados por la OMS, la PAHO,y algunas fundaciones como la Russell Sage,

e : A finales de la decada de los cuarenta se produce un reenfoque

5, Abraham Flexner, Medical Education in the United States and Canada (NuevaYork: The Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching, 1910), 346 pp,

6_ ~braharn Flexner, Medical Education in Europe (Nueva York: The Carnegie

Foundation for the Advancement of Teaching, 1912), 357 pp. Este volumen esbastante menos conocido.

7, William Caudill, «Applied anthr opology in medicine», pp, 771-806, en AI,

fre~ L. .Kroeber ~comp.), Anthropology Today: An Encyclopedic Inventory (Chicago:

Universiry of Chicago Press, 1953); eran los afios en que todavia se podfan haceresfuerzos encic1opedicos.

8. George M. Foster, «Medical anthropology: Some contrast with medical socio-logy», Medical Anthropology Newsletter, vol, 5 n,· 1 (1974): 1-6,

9" Virginia L. Olesen, «Convergences and divergences: Anthropology and socio-

logy In health care», .Medical ktthropology Newsletter, vol, 6, n.· 3 (197'): 7-10.

.10. Edward Wellm, «Theoretical orientations in medical anthropology: Conti-

nutty and ~hange over the ,past half-century», pp. 47-58, en David Landy (comp.),Culture, Disease, and Healing (Nueva York: Macmillan, 1977).

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, .. ',.,,r •

cualitativo de la Historia de la Medicina, acercandose a la concepcton

de las ciencias social~s. EI influjo personal de Sigerit se hace sentir sobre

todo a' partir de 1951.

Todas estas corrientes explican el nacimiento de una fructifera re1a-

cion entre ciencias sociales y medicina a partir de los afios cincuenta. En

un principio (afios veinte y treinta), 10.' que parecia importar eran las

relaciones-'intl'e cultura y personalidad..lI. Esto supuso ademas no reali-

zar una clara distincion entre medicina, religion, y magia, considerandolas

mas bien como un conjunto." En esta linea, la primera gran obra pio-

nera es la del antropologo britanico Rivers (fallecido en 1922), t itulada

Medicine, Magic and Religion,13 y editada postumamente en 1924. En

ella aboga por la existencia en todos los pueblos primitivos de un sistema

cognitivo medico, es decir de una teoria (ideas definidas) sobre la causa-

Cion de la enfermedad. Le interesaban las formas en que los pueblos pri-

mitivos combatian la enfermedad, que segun Rivers dependia de las creen-

cias acerca de la enfermedad, y estasva su vez, de la concepcion global

del mundo, Distingue tres ureltanscbauungen: «magica», «religiosa», y «na-

turalista». Es, pues, un modelo idealisra, que hace depender la accion de

las creencias y de las ideologfas. Con la excepci6n d e este libro, hasta los

afios sesenta no existen apenas libros de Antropologia Medica con unaambid6n teorica sistematica.

Una segunda contribuci6n -a veces olvidada- y que arranca de

1927 son los estudios de Stern." Parte de un analisis de las reacciones

sociales ante la vacunacion, para medir (ya en 1941) las interrelaciones

entre medicina y sociedad en su obra clasica Society and. Medical J)ro-

gressY Stern mantiene una perspective mas sociologies y a la vez mas

crttica (arnbas t ipicas de la epoca). Se anunciaba un cambio'social l iberal

-ysocialista- que luego no iba a producirse en los Estados Unidos."

La tercera gran contribucion es la 1I!o.I_l~~rafla.e,!"()rrest E. Clements

11. Alios mas tarde se publica un clasico. Ralph Linton, The Cultural Back-ground of Personality (Nueva York: Appleton-Century Crofts, 1945}, y una coetanca:Clyde Kluckhohn, y Henry A. Murray ;eomps,), Personality in Nature, Society, and-Culture (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1948); la segunda edici6n ampliada es de

1971 (701 pp). ,12, Estudios acruales en Espana todavia conservan una estructura similar: Car-

rnelo Lis6n Tolosana, Brujeria, estructura social y slmbolismo en Galicia (Madrid:

Akal, 1979), 461 pp.13. William H. R. Rivers, Medicine, Magic, and Religion (Londres: Kegan Paul,

Thench, and Trubner, 1924).14. Berbard ]. Stern, Soci4l FllCtors in Medical Progress (Nueva York: Co -

lumbia University Press, 1927).15. Bernhard]. Stern, Society and Medical Progress (College Park, Maryland:

Me Grath, 1941) , 264 pp,16, La tereera gran obra de Stem es: American Medical Practice in the Perspec-

tives of a Century (Nueva York: The Commonwealth Fund, 1945 ), 156 pp.

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" .:" ..

sobre Primitive Concepts of Disease, publicada en 1932Y Clasif icaba las

causas de las enferrnedades en cinco tipos: brui~;i~, violaci6n de un

~abu, intrusion. de un objeto, intrusion de un espiritu, y perdida del alma.

Las cinco no tienen por que estar presentes en todas las culturas ni en

ig~alda~ de .im?~rtancia. Por. esas mis~as fechas, y con una pers~~ctivamas epidemiologies, Sydensrricke- publicaba Health and Environment. IS

EI interes de la ant ropologia por los ternas de individuo y persona-

lidad, y sobre todo por la conducta humana <<IIloderna», supuso un enfo-que nuevo de las cuestiones conternporaneas de la civilizaci6n occidental.

Desde 1934 (y hasta 1941 por 10 menos) se va analizando la cultura

como, d~finidora de los niveles eticos de la humanidad; desde Mind, Sell

and Society de George H. Mead, y Patterns of Culture de Ruth Benedict

(ambos publicados en 1934), hasta el Escape from Freedom de Erich

Fromm (en 1941), pasando por Individual and His Society de A. Kar-

diner y R. Linton (en 1939). Este movimiento supuso redefinir El Yo )'

el Ello d~ Freud, publicado en 1923, con una vision mas antropologica.

La Historia de Ia Medicina se habra mantenidoz_c:;n.su mayorfa .v inmu-

ne a estas influencias, "C"onservandouna "vision romantizada cronicando

las victorias de medicos prominentes de la medicina «cosmopolira» (occi-

dental y cientif ica) contra las diversas enfermedades. Sigerist da un paso

de gigante 31incluir en el analisis de la medicina las diversas fuerzas so-ciales, culturales, tecnologicas y cconomicas. Con 5US contribuciones, y las

de sus colaboradores y discipulos, se empieza a realizar una Historia de la

Medicina mucho mas social, crlti ca, e incluso de izquierdas. En 1937 Si-

geris t publica un libro tiulado Socialized Medicine in the Soviet Union 19

que ~~visa y arnplia una decada despues con el titulo mas apropiado de

Medtctne and, Health in the Soviet Union.20 EI tono era progresivo, in-

duso para la epoca: «La medicina tiene infinitamente mas que dar que

10 que el pueblo realmente recibe. [ ... ] Es obvio que si la asistencia sa-

nitaria tiene que llegar a toda la poblacion, no puede ser vendida en el

mercado libre , s iendo 5610 accesible a los que pueden cornprarla.» 21 0

cuando en. ei, epilogo afirma: «La medicina sovietica ha dernostrado ya

que e 1 socialisrno funciona en medicina. [ . .. ] Un nuevo periodo de Ia

historia de la medicina se ha inagurado en la Union Sovietica.» 22 EI cita-

do libro aparece dedicado a The American-Soviet Medical Society, y a la

17. Forrest E. Clements, «Primitive concepts of disease» University of Califor-nia Publications in American Archeology and Ethnology 32 (i932}: 185-252"

18, Edgar Sydenstricker, Health and Environment (Nueva York: Me Graw-Hill1933). '

. 19. Henry E, Sigerist, Socialized Medicine in the, Soviet Union (Nueva York:1937}, Ha s ido impos ib le localizar la editorial.

. 20, Henry E. Sigerist, Medicine and Health in the Soviet Union (Nueva York: TheCitadel Press, 1947), 364 pp. Se publie6 una edici6n en espafiol en Cuba que nohernos podido localizar. '

21. Ibidem, p. ix,

22, Ibidem, pp. 299-300.

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«cooperacion de los medicos norteamericanos y sovieticos». A pesar del

exito posterior de Sigerist, estos . dos libros suyos son silenciados." El

tono -que no el tema- continua, sin embargo, afios despues: «Inmu-

nizar a la poblacion de las colonias contra las enfermedades con una mano,

y explotar a esas personas hasta la inanicion con la otra, es un chiste

cruel.» 24 Ahora bien, la obra de Sigerist que mayor impacto iba a tener

en el desarrollo de las ciencias s~c'ia!es en relacion con la medicina fue

el primer tomo de su HistQrif!.,de la Medicina en ocho volumenes.f Desa-

fortunadamente, s610n~g~ron ;'pub1icirs~ dos voliirnenes, y el segundo

postumamente.

Otro precedente importante del impacto de las ciencias sociales en lamedicina son los estudios de la Escuela de, Chicago, en los afios veinte

y treinta, sobre sa Iud mental y dl~t~ibuc-r;;:;~~ecologicas de la poblaci6n.

El estudio mas representative fue el de 'Faris y Dunham sobre Mental

Disorders in Urban Areas, publicado en 1'~39?~ EI tern a de estudio eran

los aspectos sociales de los trastornos mentales, y en particular la in-

fluencia del arnbiente social y cultural en ladistribucion de la enfermedad

mental. Se llega :l definir la enfermedad mental como «una fase de desor-

ganizaci6n de In persona que proviene de un desajuste en las relaciones

sociales de la persona»." Se concluye as! reconociendo una relacion estre-

cha entre la vida de la comunidad y la vida mental. EI estudio no era,

23, Por ejemplo, no aparecen citados en las bibliograffas estandar sabre el

area: Wil li am Caudi ll (1953); Marion Pearsall (1963); Ozzie G. Simmons (1963);David Mechanic (1968); David Landy (1977); Michael H. Logan y Edward E, Hunt(1978), Es l lamativo, par ejemplo, que una decada despues (en 1957) Mark G, Fieldmencione solo dos veces a Sigerist en su tesis doctoral Doctor and Patient inSoviet Russia (Cambridge: Harvard University Press, 1957). Posteriormente estemismo autor, en Soviet Socialized Medicine: An Introduction (Nueva York: FreePress , 1967) realiza una crit ica de la generacion de escri tores l iberales que mostra-ban entusiasrno por el principio de la medicina socializada, que segiin Field produ-jeron una imagen «distorsionada, incompleta, y a menudo inexacta» (I'. x), La. edici6n del l ibra de Siger ist de 1937 no se cita tampoco en Vicente Navarro , SocialSecurity and Medic ine in the URSS (Lexington, Massachusetts: Lexington Books,

1977).24 . Henry E. Sigeris t, Civilization and Disease (Chicago: The University of Chi-

cago Press , 1943) , p . 236,2 5 . Henry E. Sigerist, A History of Medicine: Vol . I Primitive and Archaic Me-

dicine (Nueva York: Oxford Universi ty Press, 1951) . Sigeri st muri6 en 1957, y elsegundo volumen inacabado se publico tres afios despues : Vol. 2: Early GreekHindu, and Persian Medicine (Nueva York: Oxford University Press, 1961), 352 pp.

26, Robert E. 1. Faris, y H. Warren Dunham, Mental Disorders in Urban

Areas: An Ecological Study of Schizophrenia and Other Psychoses (Chicago: Uni·versity of Chicago Press, 1939) , 260 PI' . Una continuacion del estudio puede verseen Dunham, Community and Schizophrenia: An Epidemiological Analysis (Detroit:

Wayne State University Press, 1965), 312 pp. Para un amilisis del intlujo de la«Escuela de Chicago» puede verse Robert E. 1. Faris, Chicago Sociology 1920-1932

(Chicago: The University of Chicago Press, 1967), 173 pp.27. R. E. L. Faris , y H. W. Dunham, Mental Disorders in Urban Areas, op. cit.,

p . x ii i.

16

n," ,i","i<'.pues,ntroporogico, pero sus concrusiones ravorecieron un oesarrouo ae

la Antropologia Medica. .

Una de las figuras mas importantes dentro de la Antropologfa Medica

es la de otro historiador de la medicina: Erwin H. Ac~erknecl;u, especial-

mente POt SllS publicaciones entre 1942 y 1971. Bi6gf'iiFo- d~ 'Virchow(no por casualidad), Ackerknecht defiende la existencia de numerosas me-

dicinas primitivas, todas ellas basadas fundamentalmente en un esquema

magico-religioso, Y POt 10tanto diferentes de la rnedicina racional cientifica.

Luego pudo demostrarse que esta vision era inexact a , aun cuando el

. i nflujo de Ackerknechr es todavfa importante ,en otros temas."

Desde s iempre la Salud_publica y la Antropologfa Medica han mante-nido estrechas relaciones, especial mente por'-su cornun 'interes en la 4J.-

_munidad. Esto se vio favorecido POt la creacion, a partir de 1916, de'Facultades de Salud Publica en ]05 Estados Unidos (Schools oj Public

Health) hente a la tradicion europea de crear escuelas de cuerpos de

funcionarios, al estilo napoleonico." EI interes inicial por las enferrneda-

des infecciosas dio paso al estudio de los problemas concretes de la cornu-

nidauposteriormente al analisis. de las enfermedades cr6nicas. A partir

de ~.' ! ..1~se establecieron una sene de programas de salud publica (de

iactllHL.um.teameri(anaj pa-ra··seraplicado~'e:n r:atinoamerica·.Posteri~r:

mente se cnncaron estos programas tachandolos de espionaje encubierto

(como luego sucederia en mayor escala con el «Proyecto Camelot»}; de

infiltracion ideologica; e incluso de utilizar a la poblacion indigena como

\ coneji llos de indias. Tras laSegunda Guerra Mundial, tanto la OMS como

~a PAHOmantuvieron,elobjetivo -relativamente ingenuo para la epoca-s-

~e que habra que exportar la tecnclogia y el conocimienro medico occi-

~entaI . a los pueb!os primit ives (sic). EI proyecto Ir a casd, pero de rechazo

,produJo un considerable desar rollo de la Antropologia Medica, ya que

los antropologos fueron los unicos capaces de explicar al gobierno esta-

dounidense (y a los organismos internacionales) POt que hablan fallado la

mayoria de los programas de salud publica en esos palses subdesarrollados .

, Los informes no fueron muy criticos, pues partieron de una posici6n ses-

28, Uno de los primeros ar ticulos es Erwin H. Ackerknecht, «Primitive medi-cine and culture pattern», Bullet in of the History of Medicine 12 (1942): 545-574.Ademas de los que citamos en estas paginas conviene consultar: «Primitive surgery»

.Am_ertc~nAnth10.polog~st 49 (1947): 25-45; y sus libros Rudolf Vircbow (Madison:University of WisconsIn Press, 1953); A Short History of Medicine (Nueva York:The Ronald Press, 1955); History and Geography of the Most Impor tant Diseases(Nueva York: Hafner, 1965); y Medicine and Ethnology; Selected Essays (Baltimore:The Johns Hopkins Press, 1971) .

29, Asf, por ejemplo, se crea en Espana la Eseuela de Sanidad Nacional en Ma-drid, que durante eI franquismo no 5 6 1 0 sirvio como escuela de Iuncionarios sinoincluso como verdadera «escuela de mandos» . El modelo es copiado incluso por laoposicion, en Barcelona, con el diseiio del curso de medicina comunitaria del GAPS,Wase Cecil G. Sheps (comp.), Higher Education for Public Heal tb: A Report o f tb«Milbank Mem01ial Fund Commission (Nueva York: Prodis t, 1976) , 218 pp.

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"-I

gada: que los pafses tercermundistas no deberfan haberse resistido a la

introducci6n del conocimiento y de las practices medicas occidentales,

R~es ello era por su propio bien,J(J

Hay que seiialar la influencia concreta de la Fundaci6n Russell Sage

(de Nueva York), empefiada eriIaapllcacion de la medicina «cosmopoli-

ta» a los pueblos primitivos. Dentro de sus publicaciones esta la coetanea

de Benjamin D. Paul, Health, Culture and Communit», publicada en 1955,

que se centraba sabre los problemas que los equipos de salud publica

-habian tenido al introducir programas sanitarios en el tercer rnundo:Peru, China, Tailandia, Puerto Rico, India, Chile , Brasil , Mexico. Guate-

mala." El libro se introduce can el motto de «si quieres ayudar a una

comunidad a mejorar su sanidad, debes aprendera pens~r como las per"

sonas de esa comunidads-r" Recoge 16 casos deprogramas sanitarios a

nivel de comunidad, y no solo los que tuvieron exito sino tambien los

que fracasaron: desde carnpafias para convencer a las amas de casa del

Peru de que hirvieran el agua antes de beberla, 0 a los habitantes de

Seattle para aceptar la fluoridizacion del agua, La conclusion del estudio

es que las comunidades. no pueden ser dasificadas en un continuum de

progreso (de estadios bajos a altos de civilizacion), ya que «los hilos de .1a

.salud y la enfermedad estan tejidos en _la urdimbre socio"cu!tural ,. y " s o 1 6lalcanzan un signif icado total cuando son percibidos c()mo partes..de, un

!. ! \diseiio total»." El conocimiento medico no era facilmente exportable , en I

( ~arte por estar engarzado en un marco cultural mas amplio. Este fue uno jI de los primeros grandes hallazgos de la Antropologia Medica.

. La Anrropologla Medica es todavia una discipl ina joven. En la cro-

nica realizada par Caudill en 1952, se pone de manifiesto que por esa

fecha todavia no existfa un corpus propiarnente de Antropologia Medica,

sino mas bien algunos antropologos y (mas) sociologos trabajando can da-

tos sanitarios.f El anali si s de Caudill es de importancia par el testimonio

de 1 0 que en esos afios se estaba produciendo, y que en cierta manera

puede considerarse (con el mismo) como la primera generaci6n deantro-

pologos medicos. En esos rnismos afios son varias las contribuciones irn-

portantes: ellibro de.SimIoo.n:Ly_~olf sobre S()cifJISc#P1f;,g.i~M.e4iq_i~e,y

el de Saunders sobre Cultural Difference and Medical Ca!e, ambos pu-, '--,,-- ..-. ,-~-

30. Durante esos afios se pusieron de moda los estudios de comunidades; queaparece asl en muchos subt itulos de libros: A Community Study. Dos de los mas

famosos son el de Hollingshead y Redlich, realizado entre 1948 y 1957, Social Classand Mental Illness; y e 1 de Srole y colaboradores entre 1950 y 1962, Mental Health

in the Metropolis.31. Benjamin D. Paul, Health, Culture and Community: Case Studies o f Public

Reaction to Health Programs (Nueva York: Russell Sage Foundation, 1955), 493 pp.

32. Ibidem, p. 1.33.' Ibidem, p. 447.34. William Caudill , ..Applied anthropology in medicine», op. cit,

18

blicados en 1954.35 El de Opler sobre Culture, Psychiatry, and Human

Values en 1956, por uno de los investigadores del proyecto de Midtown

Manhattan,36 propone precisamente unificar las ciencias humanas y socia-

les en relacion can la medicina; un proyecto que nunca se consigui6 salvo

en los efimeros departamentos de behavioral sciences en algunas facul-

tades de medicina norteamericanas. La siruacion es pear en las facultades -

espaiiolas, en donde no s610 no se ensefia ninguna ciencia social ni hurna-

na (salvo una psicologfa medica en el segundo curso, a cargo del cate-

dratico de Psiquiat ria), sino que la medicina prevent iva que se impartees del estilo del siglo XIX (higiene y enfermedades infecto-contagiosas).

No existen tampoco estudios serios de salud publica. Por fin, en 1958, se

publica en los Estados Unidos un primer manual sobre salud _ysQc;l~gad:

Patiens, Physicians and Illness, compiladoporJaco.~que tuvo un exito

. considerable ." Es la epoca, tambien, en que algunas universidades (como

Yale) tienen un influjo directo en el desarrollo de investigaciones sobre las

.relaciones entre sociedad, cultura y rnediclna."

lJno de los primeros intereses de la Antropologia Medica fueron los

temas psicologicos .y psiquiatr icos. Un estudio clasico sobre 'la salud de

los pueblos primitivos (y el caso concreto de los biateritas) es el estudio

de Eatony_Weil publicado en 1955, .en donde se corrobora la hip6tesis de

que fa-' enfermedad mental era-lin"fenomenq ,universal, v no solo de la

civilizacion contemporanea." Contribuia as! a deshacer ~Imito del «sal"

vaje sano» (y feliz), tan ingenuo como el del «buen salvaje»." Mas de ocho

35. Le o W. Simmons y Harold G. Wolf, Social Science in Medicine (NuevaYork: Russel l Sage Foundation, 1954), 254 pp. Simmons era profesor de sociologiaen la Universidsd de Yale. En Is obra se plantean algunos de los temas sobre el

estres. Lyle Saunders, Cultural Difference and Medical Care: The Case of the Spanish-Speaking People of the Southwest (Nueva York: Russell Sage Foundation, 1954).Un resumen aparece en «Heal ing ways in the Spanish southwest» en E. Gartley Jaco ,Patient, Physicians and Illness (Nueva York: Free Press, 1958); no aparece en lasegunda edicion de l libro de Jaco publicado en 1972.

36. Marwin K. Opler, Culture, Psychia try , and Human Values (Springfield,Ill inois: Charles C. Thomas, 1956). Una versi6n revisada y ampliada es: Culture andSocial Psychiatry (Nueva York: Atherton Press , 1967), 434 pp.

37. E. Gartley Jaco, Patimr, Physiciens and Illness: A Sourcebook in BehavioralScience and Health (Nueva York: Free Press, 1958). Se publico una segunda edicionen 1972 (con 413 pp.). Jaco personaImente mantuvo cierta influencia en el d isei iode la Encuesta sobre la profesionalidad medica en Erpana de 1%0 (que nunca Ilegoa aplicarseJ.

38. E I influjo de la Universidad de Yale en los temas de ciencias sociales ymedicina ha s ido considerable: S iger is t y Rosen en his tor ia de la medicine; Caudil len antropologfa; Hollingshead en sociologfa de la medidna (quien organize el primerprograma graduado del mundo, y promociono una seccion de la ASA en 1959);Redlich en psiquiatria social.

39. Joseph W. Eaton y Robert J. Weil, Culture and Mental Disorders: A Com-parative Study of the Hutterites and Other Populations (Glencoe, Ill inois: FreePress, 1955), 254 pp. .

40. En castellano se dice casrlzamente que eel hombre feliz DO tenfB camUa...

19

 

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anos at: mvestrgaciones lat:SGt: .17JV nasta .170~) uevaron a ia pUOHl:a-

ci6n de Midtwon Manhattan Study sobre las relaciones entre enfermedad

mental y urbanizaci6n, tema muy de la epOCa.41 Posteriormente, el desa-

rrollo de la psiquiatria comunitaria durante los afios sesenta, e incluso la

anti-psiquiatria de losanos setenra.tfiivieron una inf luencia medible en

i3 Antropologia Medica.

Hasta los aiios sesenta no. se consideraba desde Tasji iencias sociales

(sobre todo desdeIaanrropologia) que la medicina mantuviese una autono-

mla como objeto de estudio. Mas bien era considerada como un tema in -

separable de los estudios de religion 0 de los de cultura ypersonalidad, am-

bos ya con una tradici6n considerable. EI terrnino de «Antropologia Me-

dica» no ernpezo a utilizarse con soltura hasta principio de los afios se-

senta, conteniendo entonces nq. solo aspectos aplicados (antropologia en

la medicinal sino contribuciones'ie6ticas'\antropo]ogia de la medicinal . Se

evi t6 asi una tediosa divisi6n que se habra producido en la Sociologia Me·

dica unos afios antes. Hacia ; t 9 ' 6 6 i se crea una Society for Medical' Antbro-p . _ o j g g y , afiliada _a1a AAA. --._J--- ~ __

Por esos afios, las primeras crit icas serias ernpezaron allover sobre la

Antropologia Medica. Se Ie ataco-dequerer impoll.t!x-d._IUQ<l.c::loi(!l1tific.o

«cosmopolita» a los pueblos del tercer mundo;'de alienar aIos.pobladores

de su cultura propia: de etimascarar'et-vetdadero problema de la mala

distribucion de la propiedad y la desigualdad social: de querer aumentar

la dependencia respecto de Occidente, y sobre todo de los Estados Uni-

dos: de hacer desaparecer los sistemas cognitivos medicos primitivos; deservi r de cort ina de humo para una invasion comercial Y'poli tica; etc. En

esa misma decada (los roaring sixties) se desarrolla la antropologia bio-

logica 0 «ecologica», pretendiendo que la evoluci6n humana habra que

explicarla en terrninos de cornbinacion de procesos biologicos y cultura-

les dentro de unas condiciones medio-arnbientales determinadas. La salud,

dentro de este nuevo enfoque, se reduce entonces a la eficacia con que los

seres humanos combinan los recursos cuiturales y biol6gicos para adap-

tarse al medio-ambiente . EI Handbook of Medical Sociology." publicado

en 1963, significo tambien un esiuerzo considerable par sisternatizar los

avances realizados en las relaciones entre.ciencias sociales y medicina.

La Antropologia Medica de los ~fi~s setenta -y sobre todo de los

ochenta- ha reflexionado sobre la cri sis de la disciplina, su exito actual,

'~Jacrisis del mundo «cosrnooolita». Parte~-pues: d~ unos principios mashumiides, menos invasores, y 'sobre todo de la aceptacion deJQLsis.tell1'!,s

l cognitivos populates. En cierta forma la medicina contemporanea esta en

q cntredicho: cura cada vez menos y enferrna cada vez mas. Un l ibra tipico

41. El primer volumen (y el mas importante) fue el de Leo Srole et al., MentalHeal th in the Metropoli s (Nueva York: McGraw·Hill. 1962), 428 pp.

42. Howard E. Freeman, Sol Levine y Leo G. Reeder (comps.), Handbook ofMedical Sociology (Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1963), 6()2 pp. Hay una

segunda edicion en 1972.

20

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4

, ; i ~5 .

I'•1

~ . ~6.

I

1!

t

de esta nueva epoca es el manual Donae no hay doctor, de David Werner,

con cuatro ediciones entre 1973 Y 1980."3 Los seis criterios del libro nos

ofrecen una idea del cambio de rumbo de las ciencias sociales en su rela-ci6n con la medi~.a..:...·"--- " '.----.~--., _.-- .....

«1. E1 cuidado de la salud no es solo un derecho de todos,

sino la responsabilidad de todos.

2. E1capacitar mas a cada persona para que cuide su propia

salud debe ser 1a meta principal de cualquier actividad 0

programa de salud.

3. Si recibe informacion clara y sencilla, la gente puedeevitar y tratar en casa sus problemas mas frecuentes de

salud: mas pronto, mas barato, y muchas veces mejor

que 1 0 hacen los doctores.

Los. conocimientos medicos no deben ser un secreta

guardado entre pocas personas, sino que se deben com-

partir entre todos.

Las personas con pocos estudios son tan responsables e

inteligentes como las personas con estudios superiores .

EI cuidado basi co de la salud no debe ser entregado

desde afuera, sino ser promovido dentro de la cornu-

nidad.»

Se ha pasado, pues, a aceptar una convivencia de diversas tradiciones

medicas. v a interesarsepor lossistemas .(supllc::stalIlelJ.t~J_n?-cientificos

* - 'gue' p~i-d·~ra~.ceitt<:l.s ~:ili~!2.~s_e.~.la. '~~uaHcjad.El pun t o - e r e vlsi'aactual es que la enfermedad no puede estu.9_~~_~ei~_9~1~,<:1:l!!urf l deuna poblacion, ~ q - u e T : i A n t r o p O I O g [ a 'Medica -aun como disciplina auto-

noma- no puede desligarse totalmente de la antropologia,. y ni siquiera

'.de ]a sociologia. Se mantiene a la larga una p~rspe~.tiY.!l.bolisti~,!,can ana-

lis is globales de la sociedad, Si hubiese que dividir art if ic ia lmenre la An -

tropologia Medica en diversas areas cle_J!lvestig;1ciqu.,se podrian enurne-

rar las siguientes:"

a) Epidemiologia y estudios ecologicos

b) Analisis de las actitudes de la poblaci6n sobre la sanidad y los

sistemas sanitariosc) Etnomedicina 0 «medicina popular»

43. David Werner, Donde no hay doctor; Una guia para los campesinos queuiuen leios de los centros medicos, 4. ' ed, (Palo Alto, Cal ifornia: La Fundacion Hes-perian, 1980), 429 pp. ScI pueden adquirir ejernplares en .Ia Fundacion Hesperian,

P. O. Box 1692, Palo Alto, California 94302, USA. Este libro es tan valioso como

el de la Colectiva del Libra de Salud de las Mujeres de Boston, Nuestros cuerpos,nuestras oidas: Un libra par y para las mujeres (Boston Women's Health Book Collec-

tive, 1976); de este se pueden conseguir ejemplares en Spanish Edition, Box 192,

W . Somerville, Mass. , 02144 , USA.

21

 

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F,:O·.::

d) Estudio de los fenomenos bio-culturales

e) Cambio socio-cultural, y planificacion de recursos sanitarios.

Tanto la primera (epidemiologia) como la cuarta (procesos bio-culturales)

aparecen mas cubiertas por otras disciplinas afines, por 1 0 que les dedica-

mos aqui una menor atencion, aunque no creemos que sean necesaria-

mente las menos importantes."

Epidemiologia

La humanidad ha tendido a carnbiar sus recursos biologicos, cultu-

rales y social ,es, para ir se adaptando al medio. Una de las formas mas i rn-

portantes ha sido la aplicacion de esos recursos para combatir la enfer-

medad. Se paste del principio de que tanto las enjermedades, como las

beridas, los accidentes y la muerte han side constantes en todas las civi-

lizaciones y grupos humanos. El ser humano no se ha visto nunea libEe

. de esas plagas, y todo sugiere que seguiran existiendo siempre. La civi-

l izaei6n contemporanea ha Iogrado una reduccion sensible en la tasa de

mortalidad, pero s6Ioa costa de un incremento en la morinlidad. La An-

tropologia Medica existe porque ninguna de esas cuatro plagas anteriores

se producen al azar, sino que dependen fuertemente de factoressocio-

culturales. --" ,- '. "J, Si bien Ia:enfermedad es un fenomeno universal que ha existido siem-,

7pre, tambien 1 0 son los medias que la poblaci6n ha inventado _p,ar<'il diag-'

. nostico, control y tratamiento de las enfermedades." La salud de una po-'

blaci6n puede llegar a ser un buenIndicador no s610 de la adaptaci6n al

medio de un grupo, sino incluso de su nivel de cohesi6n social. Segun

44. Para un estudio bibliografico en mayor profundidad -ademas del ya citado

esrudio de Caudill de 1953- es irnprescindible consultar: Georg Rosen y E, Wellin

«A bookshelf on the social sciences and public health», American Journal 0 / PublicHealth, 50 (1959): 441-454; Steven Polgar, «Health and human behavior: Areas of

interest common to the social and medi cal sciences», Current Anthropology, 3 (1962):

-159-205; Marion Pearsall, Medica! Behavioral Science: A Selected Bibliography 0 /

Cultural Anthropology, Social Psycology, and Sociology 0/ Medicine (Lexington: Uni-

versity of Kentucky Press, 1963) ; Ozzie G. Simmons, "Social research i n health andmedicine: A bibliography», pp. 493-581, en H. E. Freeman, S. Levine y L. G. Reeder(cornps.), Handbook of Medical Socio logy (Englewood Cl if fs, NJ: Pren ti ce-Ha ll ,

1963); Norman Seoth «Medical ant hr opology», en B . ]. Siegel [cornp.), Biennial Re-view 0/ Anthropology (Stanf or d: St anfor d Univer sity Press, 1963); David Mechanic,

Medical Sociology: A Selective View (Nueva York: Free Press, 1968), pp. 455-484;

Horacio Fabrega, Jr., «Medical anthropology» en B. J. Siegel (cornp.), Biennial Re-view 0/ Antboropology (Stanford: Stanford University Press, 1972); y David Landy

(cornp.), Culture, Disease, and Healing: Studies in Medical Anthropology (Nueva

York: Macmi llan, 1977), pp. 519- 559.

45, Estes medias llegaron a ser incluso responsabilidad real, como la escro-

fula durante In Edad Media (el l lamado mal du roi 0 King's evil) que era curada

par los reyes franceses e ingleses toeando a sus vasallos. La Ultima vez que se

realize ptiblicamenre esta ceremonia. fue por Carlos X, en 1825.

22

una teorla funeionalista en boga, los grupos humanos no soportan una

tasa muy al ta de enfermedad, y tanto la cultura como la estructura social

del grupo sufren considerablemente en situaciones epidemicas 0de gran-

des catastrofes. Sin embargo, as! como la cultura y la sociedad influencian

considerablemente la enferrnedad, el irnpacto de la enfermedad en Ia socie-'

,dad es mucho menor. Hay pocas enfermedades que hay an cambiado el

curso de la historia, e incluso las estructuras demograficas. ~Quien se

acuerda ya de 1918?,

El fervor por la salud publica internacional de los a D O S cuarenta de-most ro que las enfermedades eran no s610 un fen6meno biol6gico, sino

cultural y social . Asi 10 recogio Ackerknecht en 1965, en su libro History

and Geography of the Most Important Diseases." EI estudio de las causas,

el origen y Ia distribuci6n de las enfermedades (parte de Ia actual Epide-

miologia) se enfoca normalmente a traves del analisis de grupos humanos

V comunidades, precisamente el mismo enfoque empleado por Ia Antro-

pologia Medica. Se constata que factores como edad, sexo, clase social,

educacion, raza, residencia, e tc . explican en una alta proporcion Ia distr i-

buci6n de enfermedades, Una primera tarea de Ia Antrcpologia Medica

es ayudar a 'determinar las tasas especificas de enfermedad, y sobre todo

, sus componentes culturales y sociales, Se parte de la observaci6n de que

algunos grupos sociales mantienen tasas especificas de morbilidad -y

hasta de mortalidad- que Ie son peculiares. EI objetivo final es demostrar

no solo la relaci6n entre facrores culturales y pautas de enfermedad, sino

la causacion exacta. Se estudia, pues, Ia euolucion y la ecologia de la en-

fermedad.

Las enfermedades tipicamente contemporaneas -las cronicas=-- man-

tienen dos caracteristicas basicas: son erifermedades de origen rnulticausal,

., y de muchas de ellas se ignora su etiologla exacta. Esto supone una mayor

influencia de factores sociales y culturales, pero a la vez una cierta dif i-

cul tad para medir Ia importancia real de esos factores, Al susti tui r Ia mor-

talidad por la morbil idad, el acento se pone sobre la prevalencia y la etio-

logia de las enfermedades cronicas, y no tanto sobre las infecciosas. Con

este nuevo enfoque empiezan a proliferar los estudios que relacionan clase

social con enfermedad, desde el clasico de Hollingshead y Redlich en1958.47

S istemas san itar ios

Pero no s610 las enfermedades dependen de factores socio-culturales,

sino tambien de la organizacion sani taria de una region, Cuanto mas de-

46. Erwin H. Ackerknecht, History and Geography of the Most ImportantDiseases (Nueva York: Hafner, 1%5), 210 pp.

47. August B. Hol lingshead y Fredrick C . Red li ch , Social Class and MentalIllness: A Community Study (Nueva York: Wiley, 1958), 442 pp.

23

 

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sarrollado es un pais, mas importante es esta relacion.'" La expucacion de

la etiologfa de la enfermedad no solo se encuadra en -sino que explica-s-

la cultura determinada de un grupo. La medicina (como 1a enfermedad)

es un ejemplo excelente para analizar las caracteristicas de la cultura do-

mi nant e en un grupo social determinado.

La moderna Antropologfa Medica estudia pues, tarnbien, las formas

'! los problemas de la estructura del sector sanitario en las sociedades con-

temporaneas. Historicarnente, el control de la enfermedad dependia sobrc

todo de vari abl es cult ural es (acti tudes y conduc tas soc ia les, no necesar ia -

. m9nte medicas). Tan solo en los siglos XIX y xx estc control empieza a

depender en mayor medida de Iteorias medicas cientificas y Ide terapias ra-

ci onal es. Si n embargo, has ta pri nci pio s del pres ente si gl o l as posi bil idades

de sanar por intervencion de un medico no eran mayores que las del azar.

Por ello , las reacciones de la pob1aci6n ref1ejaban sus valores culturales

dorninanres: resignacion ((de algo hay que rnorir»), sufrimiento (<<10

que pica, cura»), fatalismo ; pero en ocasiones tarnbicn racionalidad y

pragrnatisrno.

i~ En Antropologfa Medica se parte de la tesis de que no 5610 existe una

,t t endenci a un ivers al a curar Ia enfermedad sino a entenderla. Cad a sis tema

se apoya en proporciones difercntes en un aparato rnagico 0 religiose, in-

cluyendo la meqicina «cosmo~olita~> (cientifica.occidental,clontemporanea).

La mayor parte de las tradiciones medicas primitivas estan basadas en un

esquema interpretative humoral. que 5 < : ' invento hace ya varios miles de

afios. En 1a tradicion rnediterninea (rnedicina griega l, los humores eran \

cuatro: bil is amari lla, bil is negra, f lema,)y sangre. Los humores repre- \

sent an cualidades opuestas, como la de [rio-caliente, y la salud se basa en Iel equi librio de es as cual idades, L :I en ferrnedad es, pues, un desequilibrio t t

que hay que rehacer: teorfu que gusto mucho [I los sociologos f,~uncional iS'-f '

tas de los afios sesenta. Es irnportante notar que todavia se observan

rastros de la teoria humoral en 1 3 medicina «cosrnopolira».

Muchas de las medici.~a~.p.rimitivas .Q_Q~plll ;1res, .s()n"autonomas, aun

cuando coinciden en. una, serie _ C f c . - p u ~ . * - h a o . experirrJentado, durante

los ult imossjglos .una e~~El~i~ '!.~~im_i. l.at . En la int roducc ion de~"Ch3r1~s '.Leslie a la obra Asian Medical Systems." sefiala la existencia de tres

grandes sistemas medicos: los de la India, China y e1 Med iterraneo , as!

como la existencia de una serie de pequefias tradiciones medicas, Las tres

grandes tradiciones medicas conservan su autonomia , aun cuando hayan

intercarnbiado algunos conceptos y prac ti cas. Las t res se profes iona li za ron

y entraron a formar parte del conocimiento cientifico en el milenio com·

ptendido entre eI siglo v a.e. y el siglo v de nuestra era. EI proceso de

48. JesUs M. de Miguel, Health in the Medit er rane an Region: A Comparat iveAnalysis 0/ t he Healt h Systems o f Por tugal . Spa in , Ita ly, andi Yugoslavia (Ahn

Arbor , Michigan: University Microfilms, 1976), 758 pp.

49. Cha rles Leslie (comp.), Asian Medical Systems: A Comparative Study (Ber-

keley: University of California Press, 1976), 419 pp., pp. 1.12.

24

·";""j'W"""racionaIizaci6n y burocratizacion tiene lugar pnmeroen el modeloctuno y

no en el mediterraneo, como algunos suponen."

En las ciencias sociales ha prevalecido un sesgo occidental en el estu-

dio de la medicina 'y los sistemas sanitarios, que consiste por un lado en

creer que el conocimientc medico occidental .r~presenta:1 culmen del

progreso del conocimiento racionalaplididoa)~ medicina, y ademas .9 1ultimo eslab6n en una cadena de moderriizacicn lineal. A su vez se sosne-

ne que el conocimiento primitive G)().~lIla:r_~~_no.~cciden~~l)___~J~rac~()n;t_l__y_

equi vocado, POi-esOll li-s orpt end iclo tant o el renaci rri ien to de la medic ina

popular y el curanderisrno, incluso en los centres de la medic ina «cos-rnopolita». Los antropologos medicos han pasado a estudiar la figura del

curandero urbano. En un estudio realizado en Barcelona a principios de

los afios setenta, se observ6 que los curanderos urbanos se agrupaban en

torno a los grandes hospitales, mezclando asi sus consultas con las de los

mandari nes de l a prol es ion medi ca es tabl eci da."

E1 analisis cultural explica tarnbien la forma en que la gente interpret a

y reacciona ante 1a medicina conternporanea. La eleccion de un medico en

culturas latinas es tan irracional como la eleccion de un curandero; las

personas se basan en un sistema referendal de arnigos, y no en indicadores

obj eti vos (racionales y empiri cosj de exi to , : g_~_ciert o s ent ido , l a ~edi cina

.EP...Eular.c::una~ ,ip.t~gtf1Ly"sgF~n,i!!!J~ __qy~•J~_E-ropi.~'~?lediC-imi·"l:ient/{ic3u

A esta ultima se Ie achaca tratar la enferrnedad pero ITO los enfermos,

mi en tras que l a medici na_erimi ti va se hali a in teg rada con o tras in st .i~1:!ci o·

In,~!Lsociales: magia,·-~lIgion-,-morar; control sodal ,-etc: "L a Ja!,macopea

-actuaL se basa' eripar'~~n l a s ' plantas me~~utilizadas por_l~_~.~Qi-

icinapopular, que a su~ez-ha5ra-IIegado"il elias tras extensos periodos de

exper imentacion, La acupuntura es otro ejeroplo de modelo cientifico den-

tro de la medici na primi ti va,

La creencia de que la enfermedad es un c~tl_go-s.QQr~natural 0 divino

es ta exiendida'en muchas cul tu ras . En la j ude. 9:, cri st iana,q ti ;--es l a actual -

ment e dominant e, la enfermedad es una consec:_uel'(~ i~del ..pecado , como

queda claro enj la parabola de Job. L;er;f~fmedad es ta?'jbien una ~.t_i~~a

forma de control social, atribuyendose la responsabilidad no solo a los pe·

CadOs "y'CaSt ig'6s1 iRfiv iduaks , s ino t ambien a toda 1a famil ia '! miembros

del clan; vision que tiende a reforzar la estructura del grupo. Estas ideo-

logias vienen acornpafiadas de 1a creencia en que l~ norma1ida~,. y . _ 1 _ a _moralidadv estjin.asociadas.a la . salud. Es te s esgo es ta presente todavia en la

-medid~~ ~;;;-osmopolita» conternporanea.

A menudo, en la medicina popular el diagn6sticC l,_se real iza no solo

para encontrar l a tera~-~i :l ca ffi 1s aprapiada-; -5l riOparn s a. ::~Lonar l a rel a-

cion moral, el castigo, 0 definir el ataque par parte de otras"··personas.

I I I

50. Es curioso observar que las tres son ademas visiones netamente masculines,

y producen una especia lizacion que excluye a la s mujeres.

51. La exper ien ci a ru e realizada por el psicoanalista Juan Campos.

25

,

UNIVERSID;'\D DE ,C!llLi

lACULTAD DE FILOSOFIA

H ! JMANIDADES Y EDUCACID.

BISUOTECA. .

 

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El curandero mantiene asiun rol importante dentro del sis tema de control

social a nivel local. Algunos autores han sugerido una mayor importancia

de 10 magico y 10 religioso precisamente en culturas en donde no existen

otros medios de control social.P Incluso en la sociedad espanola actual la

enfermedad se considera a menudo como rnuestra de la transgresion de una

norma social. Se sostiene, por ejemplo, que los ricos tienen la desgracia de

padecer mas cases de subnormalidad y poliomelitis.f

La vision de la enfermedad como forma de desuiacion social ha sido

~siffoliadamicialmente,j)or Parsons a-partir de 1951:~-S'cpaffede que~

la enfermedaJ es disruncional tanto para el individuo como para elgrupo,

por 1 0 que la sociedad mantiene mecanismos para reducir la prevalencia

de enfe:m:cJades. Elroldel.enfermo incluye, segiin Parsons, las siguientes

caracterisncas:

a No se le puede considerar responsable, ya que su situ a-

ci6n es involuntaria,

b Su enfermedad es una causa legftima para que no tenga

que cumplir sus obligaciones habituales.

c Debe reconocer que el estar enfermo es una situaci6n in-

deseable, y tiene obligaci6n de restablecerse.

d El paciente (y/o las personas a su cuidado) tienen laobligaci6n de buscar ayuda tecnica competente (funda-

mentalmente de un medico) y cooperar en elproceso de

recuperaci6n.

Se parte, pues, de la consideraci6n de la enfermedad como un estado

anormal, temporal, y en el que el paciente no puede ayudarse a si mismo

52. Un ejemplo de las relaciones entre enfermedad y control social aparece en:Margaret Clark, Health in the Mex ican-American Culture: A Community Study(Berkeley: University of California Press, 1959), 253 pp.

53, En cas tellano malo significa algo que «carece de bondad», «que se oponea la razon 0 l a ley», que es «desagradable 0 molesto», y «dafioso 0 nocivo a la

salud», Estar malo significa coloquialmente estar enfermo, padecer una enfermedad.Integra pues las connotaciones biologicas y socio-culturales. Incluso «el malo» ell

figurado por el demonio.54. Para un analisis de la obra medica de Talcott Parsons conviene leer sus

obras : el «Capi tulo 10» de The Social System (Nueva York: Free Press, 1951), delque hay traduccicn por Reoista de Gccidente; «Il lness and the role of the phys iciansen C. Kluckhohn y H. A. Murray (comps .) , Personality in Natzlre, Society and Cul-ture, 2." ed. (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1953); «Definitions of health andillness in the light of American values and social struc ture» en E. G. Jaco (cornp.),

Patient. Physicians, and Illness (Nueva York: Free Press, 1958); «Social changeand medical organization in the United States: A sociological perspective», Annals ofthe American Academy of Pol it ical and Socia l Science 346 (1963): 21-34; SocialStructure and Personality (Londres: Free Press, 1964); y el art iculo de T. Parsonsy Renee Fox, «Illness, therapy, and the American family» en la citada edicion dejaco (195&).

26

(no puede escoger, ni decidir). No es este el momento de escribir un ca-

pitulo sobre el rol del paciente. Nuestras criticas al modelo de Parsons

ademas de ser demasiado etnocentrico ( inspirado en los Estados Unidos);

son: a} Se parte de un rol pasivo del enfermo que en estos moment os

esta siendo sust ituido por el inverso: la recuperaci6n por parte de la po-

blacion del control sobre su propio cuerpo, y la toma de decision a todos

los niveles; b) El modelo es aplicable a un sistema privado, pero no

tanto a un sistema de medicina social izada, ni'a un paciente pr ivado con

escasos recursos; c) Plantea una relacion muy individual paciente-medico,en vez de una reIaci6n comunitaria u hospitalaria, mas tipicas en la actua-

lidad. El enfoque es individual y medicalizado, y no grupal; d) EI modelo

no puedeaplicarse: a enfermos incurables; a enfermedades que no se con-

sideran suficientemente serias como para i r al medico; a enfermedades

socialmente aceptadas (sobre todo en culturas primitivas): ni a mentales;

ni referentes a infantes. .

En general, es u.E_modelo aplicable a_1 1n.t ipo de pais capitalis ta , que

por diversos motlVos es cada - v e z menos comttn~-A'pesar- a~-eilo;eresque-

rna de Parsons contr ibuy6 a pensar sobre el terna desde una perspectiva

socio-culturalP

Etnomedicina

EI termino «emomedicina» se uti liza intercambiablemente con «rnedi-

dna popular», «;;TMa'~ '~~it;ria populan>, y «folkmedicina». A veces se

distingue entre medicina popular Lq,y.rcmdetia, asimiland()aLprimer con-

.cepto la.cultura y practices populares de grupos humanos y considerando

a1 segundoEomo una cultura sanitaria mas especializada y profesionaliza-

.~a.56A su vez, la expresi6n «curandero» incluye en sentido amplio toda

una gama de profesionales de la curanderia, de la que esta llena la pica-

resca espanola: sacamuelas, herbolisras, sabias, charlatanes, saludadores,

rnedicineros, hierbateros, ensalmadores, saltabancos, etc."

~ ~'..qu.e~e;.~~~.m ~ : : .r::.~~.o~.::n.~::o. !£r~rc~.g:r ..~.·~.r.e.e~.

~ _ ~ . ; ~ : . U . · ~ . t lprimitivos sino incluso en sociedades actuales---yzonas urbanas. La medi-

'",ina de los sslvajeacontempordneos, i su'vez;-no--e-s 16-mi.smo que la de

la historia primitiva de la humanidad," De acuerdo con Foster, el interes

55. . Para un desarrollo de estas ideas vease JesUs M. de Miguel , Sociologia de laMedicina: Una introducci6n critica (Barcelona: Vicens Vives, 1978), 318 pp.

56, Otros estudios dis tinguen entre cultures sanitarias projesionales y culturassanitarias populates. Las ptimeras inc1ui rian tanto los profesionales medicos comolos curanderos.

?7 '. Jesus_M. de Mi~el, La sociedad enferma: Las baser socia ies de la pol lti casanttarta espanola (Madrid: Akal, 1979), 25& pp., «Glosario» (pp. 223·252).

58. Por eso Ackerknecht d is tingue ent re paleomedicina (0 medicina del ser hu-mano antiguo) y medicine primitiva (medicina de los salvajes en la acrualidad}, Por

27

 

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por Ia Etnomecncma no na 5100 ei que na OrlgIn300 ei ciesarrom» ·0<:ra <.:w-

tura medica contemporanea, sino precisamente 10 contrario. La rnoderna

.! Antropologfa Medica ha sido la que ha desempolvado los viejos estudios

'1 \ etnornedicos y los ha considerado como parte de la especialidad. Esa es la

f, razon para colocar nosotros el interes por la etnomedicina despues de los

j estudios sobre la cultura y los si stemas sanitarios contemporaneos. Por

otro lado, considerar a toda la Antropologia Medica como Etnomedicina

es una equivocacion, ya que la primera trata de analizar todo el sis tema

medico subyacente en una cultura.

Esegll.iYa<:aclo tambien creer que [a medicina popular no es con/em-

por/iitea~ no es cientifica, no innova, y noctlmbia. Al contrario: ) < : > ~ ~~t~~

d.!oss~i!1I1angllela lDedicina popular existe en todos ~?~p~is_t;~ incluso losmas desarrollados; que mantiene a veces un sistema racional, ciendflco;

16gico-y empirico de conocimiento y..j:>r3~ticll.f.Tl~~i~~.i.q l i e - m u c ' h o s - ' c u r a n : : -deros son enormemente innovadores apesar de conservar formas tradi-

cionales; y que las medicinas populares han evolucionado a 10 largo de los

siglos. Por otra parte, en la rnedicina «-~osmopoma»Tsupuestamente cien-

tifica, contemporanea, y occidental) se observan rasgos que no son raeiona-

les ni cientificos. En Asia (excluyendo Jap6n), y'sobre todo en China; se

puede observarIa continuidad de practices medicas primitivas pero basa-

das en un modelo cientffico en coexistencia con la rnedicina «cosrnopolita»

contemporanea.

Partiamos antes del principio de que la especie humana existe gracias

al exito en superar los problemas medicos y de alimentacion. Indirecta-mente esto sugiere que las rnedicinas primitivas no son tan ilogicas, al

azar, y no-cientfficas coml? a veces se supone. Una cosa es que el trata-

miento -muchas veces magico-religioso-e- sea irracional, y otro que algun

componente de ese proceso sea cientificamente valido.i El menospreciopor

la medicina prirnitiva es en el fondo un mecanismo de autodefensa de la

medicina ecosmopolitas . Algunas tradiciones primitivasmantuvieron siste-

.mas de aprendizaje iducaci6n muy organizados, similares a los de la

medicina «cosmopolita», aunque no tan unificados. Erancientificas ademas

en el sentido de que aplicaban teorias racionales para organizar sisternati-

camente, e interpretar, datos empiricos.

~asta los afios ses~~!~.s~_mantuvo ..~lI._~~_:;i.L'le_)~,ckerk.~ech~:_'lll~J~--~-·medicina "prImitl v'a'~a fundamen talinen te magico-religwsa~·~Iterior.~en: _

te;-seempieza aceptando- la-existenci:rde-'-iiiia farmacopea ..primitiva par-cialrnente efectiva, y unastecnicasoperatorias raciomiles:-':Algui'toS-;;;iores-

sefialan que entre e l ~ . ~~_~_y ._l?1_,-~.!~.~:.laJ~rmacopea primitiva es ~-

paleopatologia se entiende el estudio de Ia enfermedad en los primeros hominidos.

Un estudio irnportante de paleopatologia es e l de Calvin Wells, Bones, Bodies, and

Disease: Evidence 01 Disease and Abnormality in Early Man (Londres: Thames and

Hudson, 1%4).

28

•....•• f ......... ' .. ! . . o i . .. . . . . . . . . . . . _ _ ~ .: _ ~ ~ . . " . . • . • .

.e__U'l\.CIIIl~lC .. t:lu;az,' y que: ~VJJ~UlUyC ra Ui:1::;:e;:c J.~ _.l'::U.J.lJ~\,;u~ca uII;;;!J_ULn.j:l

contemponinea.lftros defienden que la metodologla inductiva-priiiituv-a-

e s similar a la de Ia medicina contemporanea, y que la iinica diferencia es

que esta ult ima busca la generalizacion y mantiene un nivel relativamente

alto de exito en sus predicciones." Por el otro lado, como sugerimos antes,

no toda.Ia. imedicina .primitive-es-magica. Sigerist c ita que ya el PapiroEdwin Smith (del siglo XVI a.Ci) presenta un sistema racional de medicina

para la sociedad egipcia." Tambien los griegos (a partir del siglo VI a.Ci)

desarrollaron una medicina liberada de la rnagia y la religion. Hay que

tener en cuenta que la medicina prirnitiva es mas extensa que la «cosmo-

polita»J. pues no sol~-~cupa-ai e n r e r m e a a o e i , 's i n o tambien de brure=

r l . a ; - .or~_(:llIos,0 de . . como , conseguir IJJ!yj~~'-cib'teneruna victoria, etc. En

resumen, _que un detenido estudio de las medicinas primitivas sefiala que

no son tan irracionales como se nos quiere hacer creer, y que contienen

vesHgios-aetradidones cientificas inexploradas.

La medicinaactual todavia esun «artei>,"y a menudo un «sacerdocio».

El modelo de medicina «cosmopolita» (la medicina del «hombre blanco»)

tarnpoco es cientif icarnente puro. La medicina «cosmopolita» actual des-

ciende de la Hamada medicina griega, sis tematizada por Galeno en el si-

glo II. Sin embargo, algunos de sus diagnosticos y tratamientos actuales

se basan mas en intuicion 0 arte que en conocimiento empirico y razona-

miento logico. Se utilizan grandes dosis de sugestion (sobre todo a traves de

la receta de placebos) 61 y de curaciones por la palabra, sistemas, ambos,

mas pr6ximos a la medicina primitiva. Los estudios recientes tienden a dife-renciar el conocimiento medico del conocimiento de Lamedicina aplicoda.63

EI medico (0 la medica) moderno debe actuar aun cuando cient ificamente \

hablando Ie falten datos 0 variables para tornar una decision. Esto es :

10 que hace que la rnedicina contemporanea, incluso la aparentemente I.cientffica, este llena de errores e ideologias."

Los sistemas medicos racionales de la antigiiedad se desarrollaron

poco, debido al poder de la religion. En la medicina pri rni tiva . la jnagia

es parte import ante de la etiologia de las enfermedades, y por 10 tanto

59. Charles C. Hugues, «Medical care: Ethnomedicine» International Encyclo-

pedia of the Social Sciences (1968). Existe una versi6n en castellano

60. C. J. Erasmus, «Changing folk beliefs and the relativity of empirical knowled-ge», Southwestern Journal 01 Antbopology 8 (1952): 411-428.

61. Henry Sigerist, Civilization and Disease (Chicago: The University of ChicagoPress, 1943), pp. 131·134.

62. Los l ibros de Henri Pradel son bdsicos para e sta h ipotes is: Les grands m e ·dicaments (Pans: Du Seull , 1975), 315 pp. ; y Is Noveau guide des medicaments(Pans: Du Seuil, 1980), 225 pp.

63. La hip6tesis aparece mejor desarrollacla en Eliot Freidson, La prolesion m e -dica: Un estudio de sociologia del conocimiento aplicado (Barcelona: Peninsula, 1978);la primers edit ion en ingles es de 1970.

64. Las ideologies de la pro£esi6n ginecol6gica espanola puede verse en JesUsM. de Miguel, EI mito de Lainmaculada cOIICepd6n (Barcelona: Anagrams, 1979),159 pp.

29

• - _ J _ : _ • . _ _~ '_ _ ._ _ , ' , _ t . . . . : . _ . • . .

 

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rammen ee.a tI1ItllDlle.aIO. J.M !;IlUIiIf gC ,II ancnuc:::<.IiIU Cli llUl1UOiU. lUOHC C~PJ-

ritual 0 sobrenatural; y s610 secundariamente debida a elementos fisicos.Por eso la medicina primitiva no se basa en 1aprueba de la efectividad em-

pirica, sino del poder magico. No sigue necesariamente 1a16gica cientffica,

pero llega a veces Q curar.La importancia de la medicina en el cristianismo es grande. E1 propio

Jesucristo fue un gran curandero de 1a historia; trataba a ciegos, 1eprosos,

paralft icos, cojos, e incluso lleg6 a resucitar muertos. Ademas, es dpico

de muchos santos el haber curado, 0 curar, entermedades incluso despues

de muertos. En el poder curative de los santos 10 mas interesante es su

especial izacion: san Sebastian para 1a peste, san Lazaro para 1a lepra,san Vito para 1a epilepsia, santa Luda para los ojos, etc. En e1 cristianis-

mo primitivo 1a medicina cientff ica griega es considerada como un arte

pagano, y por 10 tanto proscrita. En el siglo II los disdpulos de Galeno

eran exeomulgados por la Iglesia. Este ataque frontal a 1amedicina desa-

pareci6 luego c~m 1a institucipnalizaci6n del cristianismo, conservandose

eri forma paralela los santuarios de curacion como Lourdes 0 Fatima. La

creacion de la secta Christian Science (por Mary Baker Eddy) en Es-

tados Unidos, a finales del siglo pasado, supuso la unificacion de las

dos tendencies curativas cris tianas.f Sin embargo, muchas practices reli-

giosas actuales encubren principios de medicina preventiva: no comer car-

ne de cerdo, circuncisi6n, lavados, r ituales, hervir el agua, etc.

La medicina primitiva no s610 explica como .se ha producido una en-

fermedad, sino tambien por que, y quien es el responsable. La enfermedadrio se analiza en forma aislada de la sociedad, sino que se pone en rela=-

ci6n con otros factCitessOciah:s y culnirales.' Paradojicamente, este plan-

teamiento tedrico coincide conIa ultimajeridencia de la medicina «cos-

mopolita», en aplicaci6n de los consejos de la propia OMS. La medicina

primitiva no distingue tampoco entreenferme.dades so.rp~t~casy ~T~les:

Et'ejeinpfo tlpico 'es el de la muerte por vudu analizado por Cannon en

1942 ,66 uno de los clasicos de la Antropologia Medica, que demuestra

como la culture puede Ilegar a ser pat6gena. El cont ravenir una norma

puede llegar a .producir 1a misma muerte, Otros estudios han demostrado

como unas enfermedades (para nuestros estandares actua1es) no son consi-

deradas como tales por pueblos primitives. El tipico ejemplo es el de

la «pinta» (espiroquetosis discromica), que es tan comun entre la pobla-

6'. Para un desarrollo de su team puede verse Science and Health With Keyto the Scriptures (Bos ton: The First Chmch of Chris t Scientis t, 18n), 700 pp.

66. Walter B. Cannon, «Voodoo death», American Anthropologist 44 (1942) :

169·181; que continuaba CO D su investigaci6n sobre Bodily Changes in Pain, Hunger,Fear and Rage (Nueva York: Apple ton-Century-Crofts , 1929). Revisiones poste riores

aparecieron en David Lester, «Voodoo death: Some new thoughts on an old pheno-

menon". Americm Anthropologist 74 (1972 ): 386-390; y Barbara W. Le x «Voodoo

death: New thougths on an old explanation., American Anthropologist 76 (1974):

818-823.

3( \

......::.. L .·.r··..·

' ' ' ' ' 'cion m<ugena cer norte cer Amazonas que a aquenos pOCOSque no surrenla enfermedad no se les permite luego contraer matrimonio." Este ejemplono demuestra que las culturas primitivas sean menos sensib1es a la rnor-bil idad; a veces al contrario, pues les preocupan muchos otros procesos,

como el ma l de 0;0, el susto, empacbo, ma l puesto, etc.

) . ~s im.p_r~~_inEi~le.la_.e~~t~!lc~~de ..~fl.especialist~_t:~ _rn.~4i~in~.p~_< pular. La enfermedad puede ignorarse, negarse, o-s~iiii'iIe·~nte_tr.!'.t~!~~_on\remedlos-caseroS:-Los'profesionales-ae-ra-'cli"iinderfa -<:uando existen=-"

.variorl'coiisiaef'iilllemente en atribuciones, clientela, formacion, etc. En al-

gunas cul turas es necesaria una larga formacion (normal mente como

aprendiz], 10 que tiende a parecerse al sistema «cosmopolita» de la carreramedica. En Espana, hasta rnuy recientemente no existia una profesi6n me-

dica unificada, conviviendo hasta 1828 diversas «clases- medicas: medicos

puros, medicos-cirujanos, barberos, sangradores., cirujanos-sangradores, pro-

tomedicos, etc." El medico espaiio! del siglo XIX no estaba demasiado

Jejos del curandero. Todavia el juramento medico de 1827 incluia «defen-

der el Misterio de la Purisirna Concepcion de. la siernpre Virgen Marla

nuestra Sefiora», y «no reconocer el absurdo principio de que el pueblo

es arbitro de cambiar la forma de gobierno esrablecida».

Fen6menos bio-culturales

Se ha vlsto en In Antropologia Medica un punto de uni6n de la ant ro-pologia fis iea con la cultural , part icularmente en temas de evoluci6n bio-

16giea.69 Las relaciones entre variables culjurales y biologicas es un nuevo

campo de moda en la antropologia. Es par ello que los ternas de nutri-

cion, lactancia y formas de cocinar se consideran importantes por sus

influencias bio-culturales y psicol6gicas.

Un enfoque biologico estricto considera que In enfermedad es uno de

los agentes de la seleccion natural; seguramente uno de los I factores selec-

t ivos mas importantes entre los mamiferos. Este principio parece cada vez

mas cierto desde el descubrimiento del hombre de Neandertabl en 1856.

Son la cultura y la sociedad, sin embargo, los rnaximos definidores de la

enfermedad, y no el nivel de normalidad biol6gica. En elpeor de los

67. El ejemplo, junto con otros, es citado por Erwin H. Ackerknec:ht en ..Na-tura l diseas e and r ationa l trea tment in primitive mediciae», Bul letin of the Historyof Medicine 19 (1946) : 467497.

68. JesUs M. de Miguel, «Para un estudio hist6rico y socia l de la profesi6n

medica espafiola», Sexto Congreso Espanol de Historia de II I Medicina (Barcelona:

sep ti embre, 1979) , mimeo , 45 pp . Publ icado parcia1ment e en Profesi6n Medica (18 -24

octubre 1979): 6-8; y (25·31 oerebre ): 23-24. De a lU 10 de «ciase !medica» que se

malinterpreta acrualmente,

69. Una de las contribuciones mu unportantes es la de Alexander AlIand, Jr.,

«Medica l a nthropology and the study of biological an d cultural adaptation», Ameri-can Anthoropologist 68 (1966 ): 40 -' 1.

31

. . . . . . ;. .

 

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\ ,;a:sv :s :st : a . .. t:J: l'L(I l c:J t .t ;; ;V.1U1 U'IO:: lU. l .1 .J l.uLlPl'1O:: """,,u.,auuau \ V ","'-.l.v.l.v5.1.aI u"," ~a

enfermedad, incluyendo factores biologicos, culturales y sociales. Incluso

en arnbientes urban os las creencias y practicas en torno a sexo, ernbarazo,

parto, menstruaci6n, etc. estan muy influenciadas por factores cultura-

les." «La enferrnedad y su tratarniento son procesos biol6gicos solo en

abstracto. [ . .. ] EI hecho de que una persona enferme, la clase de enfer-

medad que tiene, y el t ipo de tratamiento que recibe depende fundamen-

talmente de factores sociales.» 71 El analis is de los procesos Aol6gicos por

la Antropologia Medica tiene, pues, su justificaci6n.

Cambia y planijicacion

Una hipotesi s que rnantiene Sigerist es que la medicina ha sufrido un

proceso Jl1storic~- en cuatro etapas: . .m a g t C ! . ~ _ _r _ e j ( g jQ ' ! ~ jiLo!ojia, y fil_l~I,~<:n~

• : . t : ; - I e _ e _ n c i ~ . Lan;o~pecna-es que-n~,:~~~!~D_!iE_9,LPI.m~sy que en la actualidad

todavia nos encontramos con. componentes de las cuatro etapas. Esa es

una razon de que los temas relat lvosa salud 'y enfe-rmedad-riiaI:tt'enganuna

riqueza ideologica y conceptual elevada.. Sirven no s610para ser analizados

y comprender mejor larnedici ria:s'fn~ para entender parte de la cul tura

y la sociedad de la que se trate. El desarrollo, sin precedentes, de la An-

tropologia Medica en estos ult imos lustros supone tarnbien que las varia-

bles rnedicas y el factor salud juegan un papel importante en la sociedad

actual.En la mayoria de los pafses el sector sanitaria esta dominado por la

meclicina' «cosrnopolita», que es definida como el unico modelo medico

legal. La profesi6n medica establecida suele ser ademas uno de 10s~rllP()s

sociales con mas poder. El avanee cienti fico occidental ha supuesto asi

' u; 'm o de lo m e ai co -- Ui ii co , f fi oi io [J ol iS li c6 ;- co nl nu ch 6 p od er , r ii id ic al iz ad o;

iuniuersitario, unijorme, burocratizado . poco democrdtico, e internacional.

Se ha rechazado un modelo pluralisti£q que hubiese estado mas acorde

con las limitaciones actualesdefconacimiento medico (tanto del «cosmo-

polita» como del popular), y con la mul tiple division del trabajo dent ro

del sector sanitario.

En otro lugar hemos definido ya la pauta de subdesarrollo sanitaria

t ip ica de paises como Espana en la actualidad." Los sistemas sanitarios tra-

dicionales suelen basar su exi to de la reduccion de la mortalidad simple-mente en un desarrollo socio-economico global, con mejor urbanizacion,

vivienda moderna, y nutrici6n mas abundante . Cuando las enfermedades

infecciosas se reducen por debajo de una tasa determinada, entonces el

70. Pueden verse muchas de las citas apor tadas en Jesus M. de Miguel, EI mito

de la inmaculad« concepcion, op. cit .71. Erwin H. Ackerknecht, «The role of the medica l history in medica l educa-

tion», :Bulletin of History of Medicine 21 (1947} 135-145.72. Je sus M. de Miguel, Health in the MediteTTanean Region, op. cit .

32

pequeno progreso posime en ia reduccion de morraucad no depende ya

del desarrollo global, sino de la mejor distribucion, y por 1 0 tanto de una

mejor organizacion sanitaria. Sin embargo, entre la primers y la segunda

etapa se produce un cierto retroceso, que se puede considerar como un

estadio de subdesarrol lo (sanitario) f rente a otros sectores sociales. AIdefinir esta teorla haee afios, no se nos ocurrio que ese perfodo pudiera

llevar incluso a una involucion, y a un creciente deterioro del sector publi-

co sanitario, como esta sucediendo en Espana. .

La Antropologia Medica ha demostrado que es mas faci! lograr cam-

bios en la practica sanitaria que en las creencias,y actitudes sobre la et io-

logia y elcontrol de la enfermedad. Se recomiendan siempre cambios que

no se enfrenten con el sistema de ereencias popular dominante. Lo que

mas ha sorprendido alos cientfficos sociales f:_:;.C1uelamedicina priiiiliIvao--

-popular no ha cambiado sustancialrnente con los proeesos de industria-

l izacion y el desarrollo econornico de Ia sociedad, Quizas cambien las for-

mas, pero las concepciones profundas de la enfer~eda~r-y-Ta saiJ.ie:rperdu=.' r a n , coexistiendo .con .la s nuevas formas y..i~()rias_,73-' ... ,._

La medicina «cosmopol ita» es supuestamente racional, pero el pa-

ciente muchas veces no participa de esa racional idad, ni tiene capacidad

de escoger ni decidir (entre diversas terapias, rnedicamentos distintos, etc.).

Se conserva el secreto de 13 medicina," y solo muy recientemente se

empiezan a publicar textos con informacion farrnaceutica 0 ginecologica

accesibles al publico. Se olvida asi que tel desarrollo de la rnedicina (la

ciencia) no se ha debido solo al conocimiento cientifico-racional, sino a1 8 dudosa aplicacion real de ese eonocimiento Iimitado a numerosas per-

sonas dentro de una comunidad, asf como a la relaci6n de esa ciencia me-

dica con otras diseiplinas y con e 1 equipamiento tecnico. EI desarrollo

de b medicina conternporanea se debe mas a Ia irrupcion del hospital tee-

nif icado que al mero avance del eonocimiento. Todo pareee indicar el final

de la medicina «cosmopoli ta» actual (realmente las i iltimas influencias

del siglo XIX), 0 la aparicion en el siglo XXI de una medicina sin medi-

cos." Frente a esas visiones mas 0 menos apocalipticas se observa una

cierta tendeneia a haeer la medicina mas comunitaria, preventiva, social

y primaria. Se ha puesto de moda en todo el mundo una medicina mas de

base, mas democratica ejncluso «popuhn>,mas cercaria a veces ala in-

.73. De aqui que cada vez mas la profesi6n medica tenga menos poder relativodentro del sector sanitario, y el nuevo patron sea el complejo industrial bio-medico,hospitalario, y farmaceutico Robert R. Alford, Health Care Polit ics: Ideological andInterest Group Barr iers to Reform (Chicago: Universi ty of Chicago Press, 1975) ,294 pp., y Elliot A. Krause, Power and Illness: The Pol iti ca l Sociology of Healthand Medical Care (Nueva York: Elsevier , 1977), 383 pp.

74. En castel lano «medicine» se ref iere indist intaroente a la ciencia 0 al medi-camento.

75. Rick J. Carlson, The End of Medicine (Nueva York: Wiley, 1975}, 290pp. ; y Jerro ld S. Maxmen, The Post Pysician Era: Medicine in the Twenty-First Cen-

tury (Nueva York: Wiley, 1976) , 300 pp.

33

 

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trusa medicina popular primitiva. Es difici l saber cual de las dos tenden-

.cias (la tecnificacion 0 la 'p'QJ2!!ll.!t!z3..Cion)era a1 final la dominante," Se

admitenapuest;~. ,.... . .

Se ha def inido tambien eli'T eorema de Watson, 77 que consiste en que

dentro del sistema sanitario de'u n " p a 1 s e I sector i)~blico~sta de hecho mas

al servicio aer-sector-privado;'"9 .sus-lntereses, que de )~poblaci6n. En

int;ch;;;---paises en-los que l a clase baja no puede pagar la asistencia priva-

da, solo accede a la _<!s~tenciaplMLca, de muy baja calidad. No debe extra-

fiar, pues, que a menudo cambie a sIStemas 'demedlcin« popular y curan-de ria que ofrecen un tratamiento mas humano y culturalmente mas cer-

cano, y que ademas culpan a terceras personas de sus problemas de en-

fermedad,"

En la actualidad los sistemas sanitarios de los paises industr ial ieados

giran en torno al modelo de una elevada profesionalizacion del «arte» de

curar (del medico) y una alta tecnificacion de la practice sanitaria (el

hospital). La profesion medica burocratizada domina el sector, hace de

juez, dicta normas para toda la poblac ion, y mantiene el monopolio de la

definicion de 1 0 que sea la enfermedad y su t ratamiento, La educacion de

los medicos en el mundo es cada vez mas similar y uniforme, con planes de

e~tudio estandarizados, Los Estados mantienen la responsabilidad de la

salud publ ica y la polltica sani taria, y en general los servicios sanitarios

(contratados 0 no con el sector privado) para las clases bajas. Este modelo

burocratico-racional (al estilo de la definicion de Max Weber) reglamenta

.no ;6l~'10;- aspectos ' de nacimiento, enfermedad, y muerte, s ino tambien

conducta sexual, familiar, forrnas de alirnentacion y nutricion, higiene per-

sonal, moral, etc. No solo muchas (falsas) creencias sobre la salud y la

higiene son transmitidas de padres a hi jos, sino que incluso rnuchos me-

dicos (ecosmopclitas») admiten y difunden esas mismas creencias. Diver-

sosestudios han mostrado las diferencias de lenguaje y cultura entre los

medicos y los pacientes en la sociedad actual, que convierte a veces la

consulta en una conversacion sin sentido. Los curanderos suelen estar mas

cerca de la comunidad' que accede a ellos;'yen los problemas de tipo

mentar pueden incluso realizar una tarea mas posit iva.

10 unico que la medicina «cosrnopolita» puede demostrar es una mejoreficacia (tampoco una eficacia total) en la prevencion ytrararniento de las

enfermedades. EI aspecto prev~!ItiY.Q.~_st~._e_fl._g<aI~E_al.~llscr.!teJt!.laIDe.tJ.iciW1

~~I : / 'rimitive (salvoTos-aiTIi11eto~), que tiende a ser erninentemente curativs.

76. Intenros mas 0 menos interesados, son como los de Philip Selby, Healtbin 1980·1990: A' Predictive Study Based on an International Inquiry (Basilea: S. Kar-

ger, 1974), 87 pp.. .. .77. Jesus M. de Miguel, «E1 Teorema de Watson del sector S8D1tarlO: Hacia

una reorfa sociolog ie s de la Segur idad Soc ia l e spanola» , Papers: Reoista de Sociologia10 (1979): 115·145' y en La sociedad en/erma, op, cit.

78. Feder ico Bravo et al., Sociologla de los ambulatorios: ·Analisis de la ashtell 'cia sanitaria primaria en la Seguridad Social (Barcelona: Ariel, 1979), 196 pp.

34

Numerosos autores han observado que la poblaci6n distingue entre enfer-

. medades q u e pueden sercuradas'poru!i.'medicoy las que solo llueden

;f-ser atendidas por uncurafl~~~9.; Es, pue~, .el propio paciente '::""'0 sus.,fami-liares- quien decide que sistema utilizar en cada caso. Tambien se

ha visto que una vez agotadas las posibilidades en un..sistema. s~.tiende

a acudir al otr;-L~enrerrriOs'1;;cura5Ies segun f a - m e m c i n a " «cosmopolita;)

a c u a e n a l curandero 0 a remedios populares; y ,viceversa, cuando la cu-

randera falla, y el paciente empeora, se termina acudiendo al hospita l. Son

pues q()s sist:emas medicQS r.~acjQnadosl.y en cierta manera _~lem~~_rios. Algunos pacientes utilizan ambos sistemas a la ve_z(0 QUiZ3Suno para

-diagn6stico y otro para tratamiento). .

Exis te una influencia notable de JAm~dic ina . - , (cosmQP.QJil l : '» en la m~9}:..dna p_rj!llit!v~(~lgu~~~'-~~-~a'nde~;-'receran anribioticos), pero 'tambl~-~'-una

creciente i nf luenc ia. de.lg. . ll1egic:!n.ponular.eo ..J 9 . S L 1 . . l~._:; .ocied~. ~?I1.t_em~"_ranea. Hasta el punto de que la medicina multinacional y de alta tecnclogia

e n t r a en temas antes olvidados: hierbas, acupuntura, meditacion transcen-

dental, homeopatia, tranquilizantes, placebos, laxantes, etc . .lit_:;J:!~ma cog-

nitivo sobre la enfermedaden las culturas. primitivas. sirv~.£~r~ algci-in~~.

que para recuperar la salud del pacieri te; . c ' s t a ' implicado"col1 los sistemas

religiosos y magicosv ambos dificiles de cambiar., Esta union permite una

. \ mejor expl icaci6n de las posibilidades (y razones) de enfermar; Iacili ta

.ademas la resignaci6n frente a la enfermedad; y llega a ver en ella una

. ';forma de perfeccionamiento espiritual e integracion con el grupo. No es

.posible demostrar que la mcdicina primitiva haya cstorbado el desarrollo

ide la medicina «cosmopol ita», aun cuando este proscrita .

.~ A excepcion del fugaz interes por los programas de salud publica in·

ternacional, la Antropologia Medica no se ha interesado mucho por la pla-

nificacion de polit icas sanitarias, dejando ese tema en manos de los socio-

logos de 1a medicina, Ideas que hoy nos parecen modernas, Iueron ya

forrnuladas por Sigerist en los afios cuarenta: la pobreza es la causa funda-

mental de la enfermedad; hay que superar 1adivision entre medicina cura-

tiva y medicina preventiva; la medicina es basicarnente una ciencia social;

la necesidad de crear centros de salud en la comunidad; la socializacion del

sector sanitario, etc. Es preciso, pues, volver a las rakes de la AntropologiaMedica para ocuparse de nuevo de la politica sanitaria. Ademas, el estudio

de las formas de luchar contra la enfermedad interesa para el analisis

global de la sociedad y su cul tura. A la post re,' l a Antropologia Medica

ayuda a desentrafiar el viejo acerti jo de como distr ibuir mejor los recursos

sanitarios de tal manera que toda la poblacion sea atcndida con la maxima

cal idad y al coste minima, recuperando a la vez el control sobre su propio

cuerpo.

35

2. - AN'I IlOPOt .OClA. MED ICA

 

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Dos areas de invest igacion complementarias son: a) el analisis de his

relaciones entre la tradici6n conceptual popular de enfermedad con cl

conocimiento medico «cosrnopolita»: y b) el estudio de las influencias

mutuas entre dos tradiciones medicas populares. Para ambos objetivos,

la observacion de la medicina popular 1atinoamericana y 1a espanola es

especia1mente importante.

--4 El interes de la Antr<2P.9logf~~e.1i~~ internacional por el analis is de·1as culturas «latinas» (es decir espanofa, lat inoarnericana , y minorfas de

origen'laiino-en--Norteamerica) cristaliza hacia J 953, -con el estudio de

foster}9 y a1afio siguiente con el famoso libra de'·:5minders sobre Cultural

Differences and Medical Care." En la decada sigulenie-aparecen estudios

valiosos como los de Clark, Rubel, y Kiev sobre chicanes, el de Rogler

y Hollingshead sobre puertorriquefios (en San juan)," y e1 de Eerle sobre

puertorriquefios en Nueva York." Yaen !2_62 1a bibliografia de Antropo-

Iogta Medica sobre grupos latinoamericanos -en los Estados Unidos era

considerahle F' y continu6 en los af ios siguientes." Por fin, en 1978 se pu-

blica una obra conjunta con algunos de los mejores estudios sobre medicina

popular «latina».85

Uno de los temas que mas ha interesado en la investigaci6n de esta

medicina PQPY.illr,ha sido su cornponente humoral, y concretamente sobre

79. George M. Foster , «Relationships between Spanish and Spanish-Americanfolk medicine», Journal o f Amer ican Folk lore 66 (1953): 201-217; reeditado luego nu-

merosas veces.80. Lyle Saunders, Cul tura l Dif fe rences and Medical Care (Nueva York: Russell

Sage Foundation, 1954).81. Margaret Clark, Health in the Mexican·American Culture: A Community

Study (Berkeley: Universi ty of Cali forn ia Press , 1959) , 253 pp. , sobre San Jose,Ca lifornia. Lloyd H. Rogle r, y August B. Hollingshead, Trapped: Famili es and

Schizophrenia (Nueva York: Wiley, 1965), 436 pp. Arthur J. Rubel, Across the

Tracks: Mexican Americans in a Texas City (Austin: Univers ity of Texas Press ,1966), especialmente las pp. 155-200. Ari Kiev, Curanderismo: Mexican-American

Folk Psychiatry (Nueva York: Free Press, 1968) , 207 pp., en San Antonio, Texas.82. Beatr ice B. Berle , Eighty Puerto Rican Families in New York City: Health

and Disease Studied in Context (Nueva York: Columbia Univers ity Press, 1958) .Vease adernas Jul ian Samora, «Conceptions of health and disease among Spanish-Americans», Sociological Analysis 22 (1%1): 314-323.

83. Pueden verse las paginas 69 a 74 en Marion Pearsall, Medical Behavioral

Science: A Selected Bi bl iography of Cultural Anthropology, Social Psychology, andSociology of Medicine (Lenxington: University of Kentucky Press, 1963), 134 pp.

84. William R. Holland, «Mexican-American medical beliefs: Science or magic»,

Arizona Medicine 20 (1963): 89·102; Josephine E. Baca, «Some health beliefs atthe Spanish speaking» American Journal o f Nursing , vol. 69, n," 10 (1969): 2172-2176; Robert B. Edgerton et al., «Curanderismo in the metropolis: The diminishedrole of folk psychiat ry among Lo s Angeles Mexican-Americans», American Journalof Psychiatry 24 (1970): U4-134.

85. Ricardo Arqui jo (comp.) , Hispanic Culture and Heal th Care: Fact, Fi ction,

Folklore (San Luis: Mosby. 1978), 264 pp.

36

--~-

1 0 irtos. lo_c'!liente,86 asi como el analisis _cI(!spJarmacopea tradiciona:I,s7

Otros esrudios ~han centrado sobre las enfermeda.des:mastiplCas: malde' o ; ~ , - sUSto, ' e m p i z c h o ; - li ta ! p u e s t o , - ~ a i d a d e - mol/era, ;tC.88 Q D . manual

excelente que cataloga las enfermedadeapopulares (sobre todo mexicanas)

es el de David Werner, Donde no hay doctor (1973-1980), seguramente

el mejor libra sobresalud en paises latinos, con un enfoque l iberal y no-

dominante."

Por alguna raz6n poco clara, Espana es pais de refranes, y desde hace

siglos. Esto ha posibilitado la recopilaci6n y analisi s de cientos de refra-

nes relativos a 1a salud, enfermedad, rnedicina y medicos, incluyendo los

que mutuamente se recomendaban ya Sancho Panza y Don Quijote. Un

clasico es el famoso estudio de Juan Sorapan de Rieros, de 1616, t itulado:

Medicina espanola contenida en prouerbios vulgares de nuestro lengua

muy prooecbosa para todo genera de estados, para philosoph os y medicos,

para tbeologos y ;uristas, para el regimiento de la salad, y mas lflT'ga

vida.9IJEsta rradicion es recogida luego por otros muchos folkloris tas, en-

tre los que destaca la copiosa obra de Antonio Castillo de Lucas llevada

a cabo entre 1940 y 1971.~1

. El acontecimiento del siglo fue la invest igacion promovida por 1a sec-

cion de Ciencias Morales y Politicas, del Ateneo de Madrid (Ateneo Cien-

tij ico, Literario y Artis tico de Madrid) en 1901 y 1902, Yq ue se conoce

como: Encuesta promovida par la seccion deCiencias Morales y Politicas

del Ateneo de Madrid, en el campo de las costumbres populares y en los

tres becbos mas caracterist icos de la vida: El nacimiento, el matrimonioy la mucrte" El reanal isis de esta famosa encuesta ha producido nume-

86. Richard L. Currier . «The hot -cold syndrome and symbolic balance in Me-xican and Spanish-American folk medicine», Ethnology 3 (1966): 251·263: MichaelH. Logan, «Humoral medicine in Guatemala and peasant acceptance of modern me-dicine» Human Organization 32 (1973): 385-395.

87. Michael H. Logan, «Diges tive disorders and plant medicinal s in highland

Guatemala», Antbropos 68 (1973): 538·547.88. Sobre el susto, por ejemplo, puede verse: John Gillin, «Magical Fright», Psy-

chiatry 11 (1948): 387-400; Arthur J. Rubel, «The epidemiology of a folk i llness:Susto in Hispanic America», Ethnology 3 (1964): 26~283; y Douglas Uzzell, «Susto

revisited: Illness as strategic role», American Ethnologist 1 (1974): 369·378.89. Exis te una edicion en espaf iol : David Werner, Donde no hay doctor: Una

g~fa para los campesinos que r; iven. l eios de los centros medicos, 4." ed. (Palo Alto,California: La Fundacion Hesperian, 1980), 429 pp.

90. La tercera edici6n es de 1876 (Madrid: A. G6mez Fuentenebro), y existeuna nueva en 1975 (Madrid: Real Academia Nacional de Medicina) .

91. Ent re sus obras principales pueden verse: Folklore medico-religioso: Hagio-

grafias para-medica: (Madrid: Avis Aurea y Morata, 1943), 157 pp.; Rejranes de apli-

caci6n medica (Madrid: Graficas Adrninistrativas, 1944); Folkmedicina (Madrid: Dos-sat , 1958); EI folklore espahol (Madrid: Insti tuto Espafiol de Antropologia Apicada,1968). Uno de los trabaios mas recientes en esta linea es el de Fernando ZubiriVidal, y Ramon Zubir i de Sal inas , Refranes medicos oidos en Aragon (Zaragoza:

Catedra de His toria de la Medicina, 1978) , 101 pp.92. Para una descr ipcion, vease Carmelo Lisen Tolosana, «Una gran encuesta de

1901·1902», Reoista Espanola de la OpiniOn Publica 12 (1968): 83-151.

37

 

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rosos estudios, desde el de Salill as en 1905,93 'I el de Foster en 1960,94

hasta estudios criticos mas recientes."

Los primeros estudios serios sobre Antropologfa Medica, en Espana,

se producen en la dec ada de los cuarenta (con los trabajos de Luis de

Hoyos Sainz, y Victor Lis Quiben) pero tuvieron poca resonancia." Ma-

yor importancia tienen los estudios realizados por extranjeros. En Espana

existe una larga tradicion de estudios socio-antropologicos, que empezaron

en el siglo XIX con los relatos de viajes de George Borrow y Richard Ford,

y con los estudios mas novelados de Washington Irving y, despues, elpropio Hemingway. La primera obra mas anali tica fue The Spanish Laby-

rinth de Gerald Brenan en 1943. Los estudios de los anos cincuenta cum-

plieron un papel esencial al desarrollar una preocupacicn sobre la cultura

espanola , incluyendo a veces temas de salud y enfermedad. Entre los mas

conocidos hay que situar a: The Spanish Temper de Pritchett, The People

of the Sierra de Pitt-Rivers, y The Face of Spain y South from Granada

de Brenan.? ' En .general representaban la fascinacion de los extranjeros

por el sur de Espana, especialmente Andaluda. En contraste, los estu-

dios extranjeros de los afios sesenta y setenta se centraban mas en Cas-

tilla, y el norte de Espana, iniciados por A Spanish Tapestry de Kenny

en 19619R Este mismo autor es quien, ya en 1962, publica un primer

93. Rafael Salill as, La fasc inac i6n en Espana: Brujas, bruier las, amule tos (Ma-drid: Imprenta Eduardo Arias, 1905). 107 pp. Salillas fue el principal pr omotor de

la encuesta del Ar eneo.

94. George M. Foster, Cul ture and Conquest : America 's Spani sh Her itage (Nue-

va York: Wenner -Gren Foundation f or Anthropological Research, 1960).

95. Antonio Limon Delgado, «Avarice de Ia edicion critics sobre la informaci6n

que en el campo de l as costumbres de nacimiento, matrimonio, y muer te , en Espana ,

promovi6 la seccion de Ciencias Morales y Politicas del Areneo de Madrid, en

1901-1902», Publicaciones del Institute de Etnografla y Folklore Hoyos Sainz 8

(1976): 302-403.

96. Luis de Hoyos Sainz, «F1oklore del embarazo en Espana», Anales de la

Asociacion Espanola para el Progreso de las Ciencias 7 (1942); 821-827 (basado

tambien en datos de la encuesta del Ateneo de Madrid). Victor Lis Quiben, La me-

dicina popul ar en Galicia (Pontevedra : Graf ica s Torre s, 1949) .

97. Victor S. Pritchett, The Spanish Temper (Westport , Connecticut: Greenwood

Pres s, 1934) , 270 pp. ; Ju li an Pi tt -R ivers, The People of the Sierra (Londres: Weiden-feld and Nicolson, 1954), 231 pp., incluye una introduccion de E. E, Evans-Prit-

chard. Existe una traducci6n tal parecer de dudosa calidad): Los hombres de la

Sierra: Ensayo sociologico sobre un pueblo andaluz (Ba rcelona : Gri ja lbo, 1971) .

Gerald Brenan, The Face of Spain (Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 1956),

310 pp. , y Gerald Brenan, South f rom Granada .

98. Michael Kenny, A Spanish Tapestry: Town and Country in Castile (Londres:

Cohen and West, 1961). Entre los estudios mas interesantes estan: William A. Dou-

glass, Death in Murelaga: Funerary Ritual in a Spanish Basque Village (Seattle:

University of Washington Press, 1969), 240 pp.: Susan Tax Freeman, Neighbors:

The Social Contract in a Castilian Hamlet (Chicago; The University of Chicago

Press, 1970), 233 pp.; Dennison Nash, A Community in Limbo (Blooming ton: In-

diana University Press, 1970), 230 pp.; William A. Christian, Jr., Person and God

in a Spanish Valley (Nueva York: Seminar Press, 1972), 203 pp,

38

estudio sobre valores sociales y salud en Espafia," siguiendo con el terna

ya esbozado par George M. Foster en su magna obra Culture and Con-

quest (de 1960).La produccion antropologica propiamenre espanola no florece basta

los afios sesenta, con las obras de (entre otros) Julio Caro Baroja, Claudio

Esteva Fabregat, y Carmela Lisen Tolosana. EI primero, con una produc-

cion considerable.l'" no trata especificamente el terna de Antropologia Me-

dica, aun cuando dedica su in teres a temas de brujeria.'?' En 1966 Lisen

Tolosana publica su estudio sobre Belmonte de Los Caballeros, que iniciauna nueva epoca en la produccion antropologica locaJ.102

A partir de 1971 aparecieron una serie de libros (de bolsillo) sobre

medicina popular -mas divulgadores que investigadores- como los de

Osuna, Caballero, y Guerra; 103 as! como el inicio de algunos breves es-

tudios mas antropologicos.'?' Sin embargo, estos trabajos no provienen

de los estudios etnograficos y etnornedicos de decades anteriores, s ino del

influjo de las publicaciones de los extranjeros de los alios cincuenta y

sesenta, as! como del desarrollo de la Sociologia de la Medicina durante

los afios setenta. La distincion simplista entre Antropologia Medica (como

la perspectiva del paciente y la poblacion) y Sociologia de la Medicina

(como el punto de vista de la profesion medica establecida) no se aplica

facilmente a Espafia. Algunos de los estudios mas import antes de Sociolo-

sia de la Medicina conservan, sin embargo, el punto de vista del usuario,aun cuando no pueden considerarse estrictamente antropologicos. l" Una

vision global de la Sociologia de la Medicina en Espana no se publico

99. Michael Kenny, «Social values and health in Spain", Human Organization,

vol . 21 , n, " 4 (1962-63) : 280-285.

lOO. Antonio Carreira, «Julio Caro Baroja: Bibliografia», pp. 15-41 en Home-

naie a Julia Caro Baroia (Madr id : Cen tro de Invest igac iones Sociolog ica s, 1978) , 1089

pp. Los prirneros estudios ant ropologicos de Caro Baroja aparecen ya en 1929.

101. Julio Caro Baroja, Las bruias y su mundo (Madr id : Revi st a de Occidente,

1961), 381 pp.; Vidas magicas e lnqui si cion (Madrid: Taurus, 1967), 2 vols., 426

y 354 pp.: Inquisicion, bruierla y criptoiadaismo (Barcelona: Ariel, 1970), 319 pp.; y

Bru;eria uasca (San Sebastian: Txertoa, 1980).102. Carmelo Lis6n-Tolosana, Belmonte de los Caballeros: A Sociological Study

of a Spanish Town (Oxford: Clarendon Press, 1966).

103. Jose M_ Osuna, Los curanderos (Barcelona: Aula de Ediciones, 1971),

163 pp.: Oscar Caballero, Las medicinas marginadas (Madrid; Guadar rama, 1975) ,

244 pp.: y Fr ancisco Guerra, Las medicines marginales: Los sistemas de curar probi-

bides a los medicos (Madrid: Alianza, 1976), 155 pp.

104. Josep M. Comelles, Magia y curanderismo en la medicina popular (Bar-

celona: A. Redondo, 1973), 81 pp.; publicado antes en Ethnica 4 (1972).

105. Isidoro Alonso Hinojal, Sociologic de la medicina: Aspectos teoricos y

empiricos (Madrid: Tecnos, 1977), 201 pp.; Esteban Pinilla de las Heras y Ramon

Vidal Teixidor, Enjermos, medicos y bospitales: Una investigacion sociologica sobre

medicina bospitalaria (Barcelona: Ciba-Geigy, 1977), 128 pp_; y Jesus M. de Mi-

guel, EI mito de la inmaculada concepcion (Barcelona: AnagIam:l, 1979), 159 pp.

39

 

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hasta 1978.106 EI desarrollo de las pautas de contacto entre antropologla

y psiquiatria no se ha producido en Espana, en parte por el estado de

atraso de ambas disciplines. Es di ficil,' pues, que sirva (como en' otros

paises) de elernento dinamizador para el desarrollo de Ia Antropologia

Medica, siendo probable que ese efecto provenga de otras ciencias afines

(Sociologfa de la Medicina, Psicologla, e incluso Sociolinguistica), 0 del pro-

pia desarrollo y revalorizaci6n de la Etnornedicina.

Ya a finales de la decada de los setenta han aparecido algunos estu-dios serios sobre medicina popular, en el Pais Vasco."? y en particular

'parte del estudio de Lisen Tolosana sobre Brujeria, estructura social y

simbolismo en Galicia,108 que parece van a iniciar la institucionalizacion

definitiva en Espana de la Antropologia Medica. Todavia, s in embargo, la

Antropologfa Medica no forma parte de un prograrpa de estudios de

I antropologia, y mucho menos de una Facultad de Medicina. Todo son

promesas.

I

106. JesUs M. de Miguel, Soc io logia de 1 0 Medici1llJ: U na introducci6n critica(Barcelona: Vicens Vives, 1978), 318 pp. E1 primer curso de «Sociologia de la Me-

dicina» se impartio en la Universidad Autonoma de Barcelona, en 1977 (con la

c ol abo racion de l a Academia de Ciencies Mediques de Catolunya i de Balearsi, por

el -ps ico ana li st a Juan Campos y el soci61ogo J esus M. de Miguel; y el primero de

«Psiquiatria Socia l» en la Universidad de Santander, por Jose L. Vazquez, e n 1980.

107. Igna cio M. Barriola, La medicin« popular en el Pais V<zsco (San Sebastian:

Ediciones Vas cas , 199) , 16 pp.

108. Carmelo Lis en Tolosana, Ant ropolog ia cu lt ura; de Gal ici a (Madr id: S ig lo

XXI, 1971) , 327 pp.; y Bruieria, estructura soc ia l y simbolismo en Galic ia: Antropo-

logia cultural de Galicia, ;Z (Madrid: Akal, 1979), 4il1 pp., especialmente la s

pp. 83-147. --'

4{)