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5/21/2018 DelAnimalTopoAlAnimalSerpiente-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/del-animal-topo-al-animal-serpiente 1/14 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Filosofía y Letras, Programa de Maestría Seminario: Cuerpo, sentido y crítica a la modernidad en la filosofía de Deleuze. Prof. Dr. José Ezcurdia Corona. Ensayo: Del animal topo al animal serpiente: elementos para pensar “el caso mexicano” a partir del planteamiento de Gilles Deleuze en torno a las sociedades de con trol Octavio Patiño García [email protected]

Del Animal Topo Al Animal Serpiente

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

Facultad de Filosofa y Letras, Programa de Maestra

Seminario:Cuerpo, sentido y crtica a la modernidad en la filosofa de Deleuze.Prof. Dr. Jos Ezcurdia Corona.

Ensayo:Del animal topo al animal serpiente: elementos para pensar el caso mexicano a partir del planteamiento de Gilles Deleuze en torno a las sociedades de control

Octavio Patio [email protected]

Del animal topo al animal serpiente: elementos para pensar el caso mexicano a partir del planteamiento de Gilles Deleuze en torno a las sociedades de controlOctavio Patio Garca

El departamento de ventas se ha convertido en el centro, en el alma, lo que supone una de las noticias ms terribles del mundo. Ahora, el instrumento de control social es el marketing, y en l se forma la raza descarada de nuestros dueos. Deleuze

En el ao 1990 Gilles Deleuze public un texto con el nombre de Post-scriptum sobre las sociedades de control[footnoteRef:2], donde hace un recorrido, a partir de algunos elementos de la obra de Michel Foucault, sobre lo que considera el pasaje del modelo disciplinario a las sociedades de control. Tratar, partiendo de este planteamiento, hacer una posible lectura de lo que considero fue la mutacin del modelo disciplinario a las sociedades de control en el caso mexicano. Deleuze nos advierte que la filosofa es una lucha de guerrillas y se encoleriza contra el poder. De ah la posibilidad de derivar a un devenir otro, para pensar sucesos, aconteceres, episodios lejos de la lgica de la Historia y la representacin, y ms como una nomadologa. [2: Deleuze Gilles Post-scriptum sobre las sociedades de control. LAutre Journal, n. 1, Mayo de 1990]

Comienzo por intentar mostrar como el rgimen emanado de la Revolucin fue un rgimen subsumido en el modelo disciplinario y cmo a medida que Mxico fue ingresado en la economa de mercado, en el periodo de Miguel de la Madrid y sobre todo con Carlos Salinas de Gortari, se efectu el paso del hombre-animal- topo, al hombre-animal-serpiente.Nos dice Deleuze que Foucault situ las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX; estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del siglo XX. Operan mediante la organizacin de grandes centros de encierro. El individuo pasa sucesivamente de un crculo cerrado a otro, cada uno con sus leyes: primero la familia, despus la escuela (ya no ests en tu casa), despus el cuartel (ya no ests en la escuela), a continuacin la fbrica, cada cierto tiempo el hospital y a veces la crcel, el centro de encierro por excelencia.[footnoteRef:3] [3: dem p. 150]

Propongo que en Mxico, otro modo de encierro fue el corporativismo, un modelo de asociacin creado por el partido oficial en los aos 20, heredero del tiempo revolucionario, en estos modos de encierro tambin podemos rastrear el rgimen disciplinario, una cierta muerte de los cuerpos que no lograron su devenir otro, y siguieron la estratificacin efectuada, disciplinariamente, por los dictados del presidente como Rostro desptico. Primer corteA Mxico el progreso lleg en ferrocarril, un enorme territorio con ncleos locales de poder no poda ser controlado por Un Otro Gran Poder, el Juicio de Dios asentado a muchos kilmetros de distancia, el Centro. El periodo de anarqua anterior a Porfirio Daz, periodo a contrapelo del asiento oficial, se vera re-colonizado por las largas lneas de acero que comenzaban a surcar las tierras como agujas que iban hilvanando retazos. El tren, gran aguja de vapor, coca con hilos de acero el territorio para hacerlo un cuerpo, hilvanar el territorio an fragmentado, para hacerlo un Pas-Nacin. El ferrocarril constituira ese proceso de cocimiento de los miembros fragmentados de un Frankestein territorial que intentaba hacerse cuerpo poltico, comandado por un gran Rostro ordenador, el fuerte peso dspota del presidente. La electricidad, corra tambin ahora por los cables que alumbraban la larga noche de las convulsiones sociales, de las revueltas en los lejanos sitios, de la mirada de poderes autoritarios locales, que cmo pedazos de un cuerpo que vendra a ser, se agitaban en la oscuridad, a las afueras del progreso. Ya antes el Rostro haba llegado transmutado en la cruz, el Gran Rostro de Cristo haba ya antes reterritorializado las almas y los cuerpos, firmado y delimitado con la gracia de Dios y la culpa del pecado los senderos del deseo, sus flujos, sus intensidades; la trascendencia vena por decreto desde Espaa. Pero los cuerpos rostrificados por el Rostro de Cristo tambin haban devenido insurgentes, no se conformaban con la redencin. La educacin cristiana ejerce a la vez el control espiritual de la rostridad y de la paisajidad: componed tanto unos como otros, coloreadlos, completadlos, ordenadlos en una complementariedad que refleja paisajes y rostros. Los manuales de rostro y de paisaje forman una pedagoga, severa disciplina, que inspira a las artes en la misma medida en que ellas le inspiran a ella.[footnoteRef:4] [4: Deleuze Gilles y Guattari Flix, Mil mesetas, Valencia, Pre-Textos, 2010. p. 178]

El cariz disciplinario de la educacin cristiana tendra un correlato, o quiz una transmutacin, el Estado Revolucionario hara la transformacin y absorbera para s, a pesar de la posicin laicista de Jurez las intensidades de los cuerpos primero capturados por la lgica pecadora, ahora convertidos en revolucionarios.

La Revolucin iba a traer consigo el ideal de la modernidad, del progreso, sostendra ilustradamente un nuevo Rostro que dejaba escurrir el sudor de las industrias. Habra que trabajar por l, la electricidad ahuyentaba a las brujas, el ferrocarril era ms rpido que es espritu santo pero para ello faltaran algunos aos. En el pasaje del cuerpo indcil retorcido en los resabios de la inquisicin, al cuerpo annimo y masificado de la post-Revolucin se fraguaran los dispositivos del poder poltico y disciplinario mexicano. De Jurez a Daz se fue afianzando lo que culminara en un trabuco territorial, los cacicazgos locales, tendran como contrapeso a un personaje con una fuerza desmedida para apaciguarlos, pero ello no se efectuara sino hasta el triunfo de la Revolucin. El ferrocarril recorra las venas palpitantes de la tierra, los altiplanos, las sierras, los lagos, capturando el paisaje, reterritorializando los lugares inhspitos, para coserlos, tirando fuerte de los hilos de acero; el Frankestein pre-revolucionario dejaba en su camino algunos residuos, todos aquellos cuerpos del tiempo de la anarqua que continuaran su agitacin, pero que aos despus seran chupados, por la bondadosa boca del padre esplendido, que tendra en una mano las ddivas, las reformas, y en la otra mano, tras la espalda, la fuerza militar lista por si alguno no supiera entrarle al progreso por la puerta grande, por la boca de ese gran Rostro llamado presidente.Segundo corteAos 30, El Mxico post-revolucionario haba procreado nuevos cuerpos, hasta ahora no hemos hablado del sujeto en su devenir otro encarnado en la trifulca de los das, este sujeto se efectuaba en los grupos hostiles e irreverentes al Estado en ciernes, eran esa parte a extirpar para lograr la Unificacin Nacional. La Revolucin fue la gran zopilotera donde los cadveres quedaban esparcidos, como cadveres residuos de la guerra interna, de las epidemias, de la hambruna, algunos de esos cuerpos eran sepultados por sus compaeros y miles de cruces podan verse en las extendidas parcelas y altiplanos del territorio en otros casos los cuerpos quedaban al aire libre, como sumatoria al hedor de la plvora. Mxico comenz a abrir las grandes letrinas, para depositar los deshechos de la Revolucin, cadveres residuos que la lucha revolucionaria producira para la posterior avanzada del progreso que se haba visto interrumpido por las convulsiones, las insurrecciones, los movimientos campesinos y sociales. El modelo disciplinario ira tomando otra modalidad, la creacin de instituciones como muestra del progreso que haba usado a la Revolucin como una mquina de guerra. Los cuerpos otros sobrevivientes a la Revolucin, encontraron poco a poco su acomodo en las corporaciones que el mismo sistema triunfador, el partido del presidente, haba creado para ello. Con el fin de apaciguar los torrentes de inconformidad, agrup, masific los cuerpos de la insurreccin en organismos, que eliminaban toda singularidad de los cuerpos, convirtindolos en masas annimas que slo respondan bajo nombres impersonales, CROC, CROM, etc., en las calles solo se vean multitudes, cabezas de rostro annimo, sombreros, cascos, que perdan toda su condicin deseante, sus intensidades, su devenir otro en su individuacin para asimilarse, mimetizarse con la masa estratificada con el Amo. Las asociaciones, corporativizadas, reterritorializadas en el Gran Cuerpo del triunfo de la Revolucin fungan como apndice al que correspondan fluidos, plpitos. El cuerpo Mayor a su vez tena un rostro visible y controlador. Los cuerpos annimos, sin singularidad insuflaban de las venas calientes que el presidente bombeaba para calmar sus posibles fuerzas beligerantes, sus intensidades, los cuerpos annimos del encierro corporativo alimentaban la maquina del corporativismo, para mantener andando el Frankestein Nacional, para que sus miembros no efectuaran distonas. El territorio-Nacin, se transform con la Revolucin, de la gran letrina momentnea que succion los cuerpos del deshecho revolucionario a una especie de fosa sptica, los residuos eran separados, los que podan ser reutilizados, y los que seran eliminados, estamos hablando de cuerpos. Algunos cuerpos de la divergencia eran reincorporados en organizaciones. El hombre es absorbido por el aparato de captura corporativo deviniendo en animal topo. El juicio del Presidente daba a esas cabezas de la muchedumbre amasada en desfiles y manifestaciones los insumos para continuar su estratificacin, careciendo cada cuerpo del carcter propio de su deseo, el hombre annimo se estratific en animal topo.El presidente poda tener control exclusivo del territorio, era una gran cabeza que mova sus miembros a placer, los miembros se llamaban Confederacin, Asociacin, Organismo, Sociedad, Frente, etc., se puede encontrar hoy en da, an un directorio de organismos adherentes. Con el triunfo de la Revolucin llegaron las industrias, ese tiempo reconocido como el milagro mexicano, trajo consigo el encierro, no slo en la casa, la escuela, la familia, delineando as las rutas de pasaje de encierro en encierro del animal topo, sino tambin de las asociaciones; encerrado el hombre-animal-topo era controlado por los manuales disciplinarios. Pero ese tiempo de las instituciones del encierro se vera trastocado por los cambios a nivel econmico, el modelo disciplinario entrara en crisis. Todos los centros de encierro atraviesan una crisis generalizada: crcel, hospital, fbrica, escuela, familia. La familia es un interior en crisis, como lo son los dems interiores (el escolar, el profesional, etc.). Los ministros competentes anuncian constantemente las supuestamente necesarias reformas. Reformar la escuela, reformar la industria, reformar el hospital, el ejrcito, la crcel; pero todos saben que, a un plazo ms o menos largo, estas instituciones estn acabadas[footnoteRef:5]. [5: Deleuze, 1990 p. 150]

Los cuerpos del corporativismo vivieron la muerte de su singularidad en el anonimato mismo, las manos se alzaban todas por igual. El corporativismo inund todo espacio de vida, se incrust en las familias, en las colonias, escuelas. Era un modo de vivir la disciplina. Los cuerpos del anonimato reflejaban la igualacin, la uniformidad que se quera para La Unificacin Nacional, El que se mova, no sala en la foto. La irrupcin del complejo industrial e institucional trajo consigo en la lgica del progreso un sofisticado complejo de tratamiento de residuos humanos. Los residuos o desechos industriales tambin trajeron su correlato en relacin a los cuerpos humanos, tambin se transformaban en desechos los que no se sometan al dispositivo disciplinario. La separacin de residuos solo dio resultados a medias, las insurrecciones continuaron, para ellos la fuerza militar era antdoto, un largo periodo de consolidacin estatal con la creacin paulatina de desages subterrneos, caeras, que serviran para la expulsin de lo abyecto, de pronto los residuos del Estado desparecan misteriosamente bajo tierra, bajo los edificios, haba otro programa de tratamiento de residuos de corte disciplinario, dirase tortura. Sin embargo con los cambios a nivel econmico las prcticas cambiaran. Tercer corteLa economa de mercado entr a Mxico de la mano de Salinas de Gortari, ya antes De la Madrid haba intentado articular los lineamientos que para menguar los efectos de la crisis econmica, solicitando crditos al extranjero. Pero fue hasta 1992 que con la entrada en el TLC que se produce una reterritorializacion econmica del capitalismo, denominado libre comercio donde la empresa va a tomar el papel fundamental, se crea la OMC, y se comienzan a suceder las privatizaciones, el Estado comienza a optar por privilegiar la empresa. La inmensa desterritorializacin relativa del capitalismo mundial necesita reterritorializarse en el Estado nacional moderno, que encuentra una resolucin en la democracia, nueva sociedad de hermanos, versin capitalista de la sociedad de los amigos. Como pone de manifiesto Braudel, el capitalismo parti de las urbes-ciudades, pero stas llevaban hasta tal extremo la desterritorializacin, que se hizo necesaria que los Estados modernos inmanentes moderaran su insensatez, les dieran alcance y las tomaran para efectuar las reterritorializaciones ineludibles en tanto que nuevos lmites internos.[footnoteRef:6] [6: Deleuze, Gilles Qu es la filosofa?, Barcelona, Anagrama, 2009. pp. 98. Sobre la relacin entre libre mercado, o economa de mercado y democracia en un artculo publicado por el departamento de Estado de los Estados Unidos se lee lo siguiente: El libre mercado fomenta la democracia de cuatro maneras diferentes. La primera responde al hecho quela institucin de la propiedad privada es medular en las economas de libre mercado y sta es de por s una forma de libertad. Por consiguiente, un pas con un libre mercado en funcionamiento ya posee un importante componente de la democracia poltica; los libres mercados generan riqueza y muchos estudios revelan que cuanto ms rico sea el pas, mayor es la probabilidad de que tenga un gobierno democrtico. Los ricos disponen del tiempo para la participacin poltica que requiere la democracia y que no tiene la poblacin pobre; Las organizaciones de la sociedad civil dependen de la economa de libre mercado para conseguir los fondos que las mantienen. No existe democracia sin sociedad civil y no puede haber sociedad civil sin una economa de libre mercado; los mercados libres cultivan dos hbitos que son esenciales para la poltica democrtica. Uno es la confianza. Los ciudadanos de una democracia tienen que confiar en que el gobierno no coartar sus derechos y las minoras tienen que poner su fe en que la mayora no los perseguir o acosar; Otro hbito que el mercado fomenta y que es indispensable en una democracia es el del compromiso. De hecho, se puede definir la democracia como un sistema apoltico en el que las soluciones conciliatorias, y no la violencia ni la coercin, zanjan las inevitables diferencias que surgen en cualquier sociedad. (Mandelbaum Michael, Las races de la democracia moderna, Artculo publicado en eJournal USA Departamento De Estado De Estados Unidos,Oficina de Programas de Informacin Internacional, Junio De 2008Volumen 13 / Nmero 6) La lista de los beneficios es larga, aqu quisiera realizar una puntuacin. Ntese que la poltica econmica del libre mercado est siendo justificada para posibilitar los regmenes democrticos, esto trae como asunto medular que el sujeto de la democracia contara con la autonoma jurdica que le permite constituirse como un sujeto que elige libremente lo que el mercado le ofrece, asunto que pasa por una emergencia necesaria, si es que se quiere instaurar una sociedad prspera y rica.]

Deleuze advierte que con la economa de mercado se transforma la modalidad en la que el hombre es capturado por la maquinaria capitalista, la industria era el paradigma donde el hombre topo era reterritorializado, la industria corresponda al modelo disciplinario, en contraparte, la empresa al modelo de las sociedades de control. Esto nos lleva a ubicar la mutacin, el paso del encierro, donde el hombre se transforma de animal topo a animal serpiente. Decamos que el corporativismo era otro modo de encierro, en que el modelo disciplinario era evidente. Este modelo tendra su declive. Los diferentes internados o centros de encierro por los que va pasando el individuo son variables independientes: se sobreentiende en cada ocasin un comienzo desde cero y, aunque existe un lenguaje comn a todos los centros de encierro, es un lenguaje analgico. En cambio, los diferentes controlatorios son variantes inseparables que constituyen un sistema de geometra variable cuyo lenguaje es numrico (lo que no siempre significa que sea binario). Los encierros son moldes o moldeados diferentes, mientras que los controles constituyen una modulacin, como una suerte de moldeado autodeformante que cambia constantemente y a cada instante, como un tamiz cuya malla vara en cada punto.[footnoteRef:7] [7: Deleuze 1990 pp. 151]

Con los cambios a nivel econmico el Estado, Rostro disciplinario dejara de insuflar fluidos a sus rganos de cuerpos annimos, se dedicara ms a intentar facilitar las maniobras que los grandes grupos financieros creaban para consolidar la economa de mercado. La fosa annima, los encierros de los animales topo comenzaron a tener fugas, los residuos volvieron a las calles, los canales de desage, la infraestructura de las caeras, los rellenos sanitarios comenzaron a saturarse. Se sabe que la economa de mercado ha producido una gran cantidad de residuos, de los que no sabe qu hacer con ellos, tambin ha producido excedentes sociales, otra especie de residuos humanos, que al salirse del gueto estatal, quedan esparcidos en franjas de miseria. Las industrias cedieron su paso a las empresas, que se tornaron etreas, el encierro se transmut al aire libre. El moldeamiento se trasmut a modulacin, el pasaje por los centros de encierro implicaba un dispositivo de troquelamiento, la informacin es deformacin que tiende a la abolicin del individuo, la cifra circunscribe un territorio de firma donde el hombre topo no puede hallarse pues la cifra rompe los muros, no es un signo, no es un enunciado. La fbrica haca de los individuos un cuerpo, con la doble ventaja de que, de este modo, el patrono poda vigilar cada uno de los elementos que formaban la masa y los sindicatos podan movilizar a toda una masa de resistentes. La empresa, en cambio, instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competicin, como una motivacin excelente que contrapone unos individuos a otros y atraviesa a cada uno de ellos, dividindole interiormente.[footnoteRef:8] [8: dem.]

La economa de mercado[footnoteRef:9] produce excedentes humanos, subjetividades cifradas, estratificadas, que luchan entre s en una rivalidad constante, expuestos siempre a quedar fuera del programa empresarial, habiendo ya estado fuera de un Estado que no opera. Se puede pensar el caso de migrantes, jvenes sin empleo, discapacitados, refugiados, como cuerpos intiles para el sistema de economa de mercado, como el flujo de desperdicios que no lograrn entrar a las zonas de confort tan alejadas de la vida comn y diaria. Como liquidez del sistema, lquidos as, fluyen estratificados serpientemente llevando sus lenguas del veneno de la competencia para picar al otro, no producen haecceidades, buscan la trascendencia, sus rostros estn modulados en sus reproducciones gestuales y responden en consonancia con los movimientos del flujo mercantil. Serpentean y cuando intempestivamente tratan de devenir otro y buscan desterritorializarse terminan reterritorializndose en otro plano de rostridad que los capturar o los desechar nuevamente. Los migrantes, fluyen lquidamente en trenes que se desplazan sobre las mismas vas que un da sirvieron al progreso revolucionario. [9: Dir Deleuze: el capitalismo del siglo XIX es un capitalismo de concentracin, tanto en cuanto a la produccin como en cuanto a la propiedad. Erige, pues, la fbrica como centro de encierro, ya que el capitalista no es slo el propietario de los medios de produccin sino tambin, en algunos casos, el propietario de otros centros concebidos analgicamente (las casas donde viven los obreros, las escuelas). En cuanto al mercado, su conquista procede tanto por especializacin como por colonizacin, o bien mediante el abaratamiento de los costes de produccin. Pero, en la actual situacin, el capitalismo ya no se concentra en la produccin, a menudo relegada a la periferia tercermundista, incluso en la compleja forma de la produccin textil, metalrgica o petrolfera. Es un capitalismo de superproduccin. Ya no compra materias primas ni vende productos terminados o procede al montaje de piezas sueltas. Lo que intenta vender son servicios, lo que quiere comprar son acciones. No es un capitalismo de produccin sino de productos, es decir, de ventas o de mercados. Por eso es especialmente disperso, por eso la empresa ha ocupado el lugar de la fbrica. dem p. 153]

El terreno social ya no remite, como en los imperios, a una linde exterior que lo limita por arriba, sino a unas lindes interiores inmanentes que se desplazan sin cesar agrandando el sistema, y que se reconstituyen desplazndose. Los obstculos externos ya tan slo son tecnolgicos, y nicamente sobreviven las rivalidades internas. Mercado mundial que se extiende hasta los confines de la tierra, antes de pasar a la galaxia: hasta los cielos se vuelven horizontales.[footnoteRef:10] [10: Deleuze, 2009, p. 98.]

La poblacin excedente, es la poblacin del hombre-animal-serpiente, residuo del sistema capitalista, que ya ni trata de agenciarse para encontrar un devenir que sera, contra-efectuacin al mismo mundo de la modernidad que a pesar de su sutil encanto, no lleg a encantar vastas zonas de marginacin y miseria que ella misma haba creado. Al interior de los grupos humanos residuales que son la resulta de la segregacin econmica, se comienzan a vivir encarnizadas batallas por ganarse un nombre, un signo, un brillo que ilumine las penumbras de la vida diaria, cotidianeidad oscura en la que tanto cuerpo serpiente sobrevive en su espacio de saturacin, a la par de las tuberas, de los desages que han superado su funcionalidad.En las sociedades disciplinarias siempre haba que volver a empezar (terminada la escuela, empieza el cuartel, despus de ste viene la fbrica), mientras que en las sociedades de control nunca se termina nada: la empresa, la formacin o el servicio son los estados metaestables y coexistentes de una misma modulacin, una especie de deformador universal.[footnoteRef:11] [11: Deleuze 1990 pp. 151]

En Mxico el imperio de las empresas, los llamados poderes fcticos, encuentran un lugar propicio, paraso fiscal donde el Estado se ha convertido en facilitador. El llamado servicio profesional de carrera implica una continuidad, las competencias siempre estarn obsoletas, apenas se comienza una capacitacin ya se est pensando la siguiente, como continuidad para reterritorializarse en las vanguardias competitivas. Los cambios son evidentes, las sociedades disciplinarias del encierro tenan matriculados, estratificados en relacin a ciertas jerarquas dentro de la masa a los cuerpos, el corporativismo saba a quin pedirle ciertos trabajos, quin segua para ocupar el lugar de lder, quin era ms a fin y leal al lder sindical, al dirigente del gremio; en las escuelas se indicaba quin se sentaba adelante, en la capilla quin deba rezar 10 padres nuestros y un ave mara, se articulaba mediante un dispositivo que funga como el tribunal del Juicio de Dios. Las sociedades disciplinarias presentan dos polos: la marca que identifica al individuo y el nmero o la matrcula que indica su posicin en la masa. Para las disciplinas, nunca hubo incompatibilidad entre ambos, el poder es al mismo tiempo masificador e individuante, es decir, forma un cuerpo con aquellos sobre quienes se ejerce al mismo tiempo que moldea la individualidad de cada uno de los miembros (Foucault encontraba el origen de este doble objetivo en el poder pastoral del sacerdote el rebao y cada una de las ovejas, si bien el poder civil se habra convertido, por su parte y con otros medios, en un pastor laico).[footnoteRef:12] [12: dem p. 152]

La transformacin que trae consigo la economa de mercado conduce a otras maneras de conduccin social, ya no es necesario el fuete, ni el rosario en la mano, la tecnologizacin de la vida, el tiempo financiero, reclaman un cuerpo estratificado en subjetividades de cifra, la contrasea decide si accedes o no, las competencias deciden si eres propicio o no, la modulacin es ondulacin de serpiente, siempre buscando la actualidad para trascender. en las sociedades de control, lo esencial ya no es una marca ni un nmero, sino una cifra: la cifra es una contrasea [mot de passe], en tanto que las sociedades disciplinarias estn reguladas mediante consignas [mots dordrei] (tanto desde el punto de vista de la integracin como desde el punto de vista de la resistencia a la integracin). El lenguaje numrico de control se compone de cifras que marcan o prohben el acceso a la informacin. Ya no estamos ante el par individuo-masa. Los individuos han devenido dividuales y las masas se han convertido en indicadores, datos, mercados o bancos.[footnoteRef:13] [13: dem]

La masa se transforma en audiencia, es a partir del programa del servicio que se pueden controlar, la venta de servicios de la empresa cuya alma responde en el departamento de ventas reterritorializa los deseos del hombre jerarquizando sus necesidades. La economa de mercado reduce, chupa las intensidades del plano de expresin, introduce el porcentaje del cero, donde no hay gravitacin. El animal serpiente es producido, no hay devenir otro, es la reproduccin de la liquidez. El Estado mexicano, como muchos otros Estados del mundo, que deba su poder soberano al corporativismo, colapsa, puesto que le es ms urgente el solventar las presiones de las grandes empresas transnacionales mediante negociaciones, concesiones. El viejo topo monetario es el animal de los centros de encierro, mientras que la serpiente monetaria es el de las sociedades de control. Hemos pasado de un animal a otro, del topo a la serpiente, tanto en el rgimen en el que vivimos como en nuestra manera de vivir y en nuestras relaciones con los dems. El hombre de la disciplina era un productor discontinuo de energa, pero el hombre del control es ms bien ondulatorio, permanece en rbita, suspendido sobre una onda continua.[footnoteRef:14] [14: dem]

Deleuze nos invita a crear conceptos, pero sobre todo a experimentar intensidades de escritura fuera del Centro, una escritura errante que pueda merodear, transfugar, des-astrar,[footnoteRef:15] como otro modo de romper con el juicio de Dios. Que la filosofa declare la guerra de guerrillas al capitalismo, en su modalidad de economa de mercado, implica pensar que el capitalismo es una mquina de guerra que como nos dice Deleuze no slo tiene la guerra por objeto, y prefiere eliminar a su propios servidores antes que parar la destruccin. El paso del encierro al adeudo, el paso del animal topo heredado en Mxico por el tiempo revolucionario, al animal serpiente de las empresas de servicios mltiples, no cambia en el fondo, es decir contina produciendo cuerpos residuales, miseria extrema, que a pesar de su pobreza siguen endeudndose, franjas de miseria, colonialismos de barrio, dictaduras de callejn, donde las serpientes van y vienen ondulndose en el tiempo ingravitacional del mercado. Dnde se ha olvidado el plano de inmanencia? Dnde las singularidades o haecceidades? Dnde el devenir otro? Dnde una contra-efectuacin, una desterritorializacin que no devenga en aniquilamiento? Habra que escuchar al inconsciente en la quietud de la noche estrellada de un cosmos carnal, en el arrullo de las aves devenidas danza, en el murmullo ertico del agua de los sueos, ah donde el inconsciente es el relmpago que produce deseo, contra la mquina de guerra del tiempo de serpientes. [15: A la manera en que Blanchot nos invita a romper con el Astro. ]

BibliografaDeleuze, Gilles Qu es la filosofa?, Barcelona, Anagrama, 2009.Deleuze Gilles y Guattari Flix, Mil mesetas, Valencia, Pre-Textos, 2010.

Deleuze Gilles Post-scriptum sobre las sociedades de control. LAutre Journal, n. 1, Mayo de 1990

Mandelbaum Michael, Las races de la democracia moderna, Artculo publicado en eJournal USA Departamento De Estado De Estados Unidos, Oficina de Programas de Informacin Internacional, Junio De 2008 Volumen 13 / Nmero 6