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DEL LABOREO TRADICIONAL A LA ESCARDA QUIMICA II. SIEMBRA DIRECTA Y ESCARDA QUIMICA Hay dos puntos esencialmente relaciona- dos con el equipo mecánico que hace po- sible este procedimiento de cultivo que, y aunque sea solamente de forma esque- mática, se incluyen a continuación. El primero de ellos se refiere a las caracte- rísticas específicas de la bota de siembra capaz de realizar la implantación; el otro a la maquinaria necesaria para la distribución de los herbicidas, la que hace posible sustituir, mediante escarda química, la escarda mecá- nica tradicional. La «bota» para la siembra directa Si se cumple el principio básico que per- mite la siembra directa: el suelo sólo tiene compactación en la capa superficial, esta capa dura debe ser atravesada por una bota suficientemente robusta, que deje pasar el grano hasta el lugar en el que se realizará la germinación, o bien, se ha realizado una pre- paración que exclusivamente afecta a 5 ó 10 cm. de profundidad con lo que puede utilizarse una bota normal. El diseño de una bota capaz de atravesar el suelo endurecido no resulta sencillo. La cali- dad de materiales es básica. También el estudio de la forma, o perfil, que facilite la penetra- ción, con independencia de los residuos de rastrojo y vegetación superficial, lleva a dos formas constructivas esencialmente diferen- tes: La de órganos surcadores con movi- miento propio (discos) y los que carecen de él (rejas y azadones). Contando con un estado esencialmente desfavorable del suelo, la bota de siembra debe impedir que la acumulación de residuos de cosecha afecte a la calidad de la labor, a la vez, que su penetración es suficiente para que se alcance la profundidad de colocación del grano. Asimismo, debe proporcionar suficiente cantidad de tierra fina para facilitar la rápida germinación y recubrir la semilla sin obstáculos para la nascencia (terrones, costra superficial), ni alisado de la pared del surco. En condiciones medias o húmedas son los discos los que mejor realizan la función. El disco: Corta los residuos de cosecha en la superficie, para lo cual la profundidad de tra- bajo no debe impedir que el eje de giro del disco quede por encima del nivel de residuos sobre el suelo (ataque a más de 900). Será necesario dotarlo de raspadores si tiende a adherirse la tierra húmeda, aunque esto pueda favorecer la retención de la vege- tación superficial. Debe cargarse convenientemente median- te resortes que mantengan una presión cons- tante, próxima a los 200 kg, lo que supone un lastre complementario en la sembradora. En suelos compactos y limpios, traba- jando sobre 10 km/h, pulveriza el suelo y proporciona tierra fina para cubrir el grano. En condiciones de humedad la dificultad de enterrado es superior. Los sistemas disponibles en el mercado, atienden a dos soluciones constructivas. a) Disco/patín El disco viene colocado con el eje de rota- ción ligeramente inclinado respecto a la hori- zontal. Lo complenta un pequeño patín ado- sado al disco que recibe el tubo de caída. Todo el conjunto se monta con un sistema de palancas cargadas mediante resortes, inclu- yendo en algún caso una rueda posterior compactadora que actúa como control de la profundidad. Se adapta a suelos con pocos residuos de cosecha. b) Disco triple En este caso existen dos discos de gran diámetro (40 cm), entre los cuales descarga la semilla, provistos de rascadores y monta- dos sobre un sistema de palanca con resortes y un disco de apertura de mayor diáme- tro (48 cm) que colocado por delante, y en línea, corta los residuos, y que con su perfil acanalado ayuda a la pulverización de la tierra extraída del surco. 53 J

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Page 1: DEL LABOREO TRADICIONAL A LA ESCARDA QUIMICA · El diseño de una bota capaz de atravesar el suelo endurecido no resulta sencillo. La cali- ... sino elementos de lastre adicional

DEL LABOREO TRADICIONAL A LAESCARDA QUIMICA

II. SIEMBRA DIRECTA Y ESCARDA QUIMICAHay dos puntos esencialmente relaciona-

dos con el equipo mecánico que hace po-sible este procedimiento de cultivo que,y aunque sea solamente de forma esque-mática, se incluyen a continuación.

El primero de ellos se refiere a las caracte-rísticas específicas de la bota de siembracapaz de realizar la implantación; el otro a lamaquinaria necesaria para la distribución delos herbicidas, la que hace posible sustituir,mediante escarda química, la escarda mecá-nica tradicional.

La «bota» para la siembra directa

Si se cumple el principio básico que per-mite la siembra directa: el suelo sólo tienecompactación en la capa superficial, estacapa dura debe ser atravesada por una botasuficientemente robusta, que deje pasar elgrano hasta el lugar en el que se realizará lagerminación, o bien, se ha realizado una pre-paración que exclusivamente afecta a 5 ó 10 cm.de profundidad con lo que puede utilizarseuna bota normal.

El diseño de una bota capaz de atravesar elsuelo endurecido no resulta sencillo. La cali-dad de materiales es básica. También el estudiode la forma, o perfil, que facilite la penetra-ción, con independencia de los residuos derastrojo y vegetación superficial, lleva a dosformas constructivas esencialmente diferen-tes: La de órganos surcadores con movi-miento propio (discos) y los que carecen deél (rejas y azadones).

Contando con un estado esencialmentedesfavorable del suelo, la bota de siembradebe impedir que la acumulación de residuosde cosecha afecte a la calidad de la labor, ala vez, que su penetración es suficiente paraque se alcance la profundidad de colocacióndel grano. Asimismo, debe proporcionarsuficiente cantidad de tierra fina para facilitarla rápida germinación y recubrir la semilla sinobstáculos para la nascencia (terrones, costrasuperficial), ni alisado de la pared del surco.

En condiciones medias o húmedas son losdiscos los que mejor realizan la función. Eldisco:

— Corta los residuos de cosecha en lasuperficie, para lo cual la profundidad de tra-bajo no debe impedir que el eje de giro deldisco quede por encima del nivel de residuossobre el suelo (ataque a más de 900).

— Será necesario dotarlo de raspadores sitiende a adherirse la tierra húmeda, aunqueesto pueda favorecer la retención de la vege-tación superficial.

— Debe cargarse convenientemente median-te resortes que mantengan una presión cons-tante, próxima a los 200 kg, lo que suponeun lastre complementario en la sembradora.

— En suelos compactos y limpios, traba-jando sobre 10 km/h, pulveriza el suelo yproporciona tierra fina para cubrir el grano.En condiciones de humedad la dificultad deenterrado es superior.

Los sistemas disponibles en el mercado,atienden a dos soluciones constructivas.

a) Disco/patín

El disco viene colocado con el eje de rota-ción ligeramente inclinado respecto a la hori-zontal. Lo complenta un pequeño patín ado-sado al disco que recibe el tubo de caída.Todo el conjunto se monta con un sistema depalancas cargadas mediante resortes, inclu-yendo en algún caso una rueda posteriorcompactadora que actúa como control de laprofundidad. Se adapta a suelos con pocosresiduos de cosecha.

b) Disco triple

En este caso existen dos discos de grandiámetro (40 cm), entre los cuales descargala semilla, provistos de rascadores y monta-dos sobre un sistema de palanca con resortesy un disco de apertura de mayor diáme-tro (48 cm) que colocado por delante, yen línea, corta los residuos, y que con superfil acanalado ayuda a la pulverización dela tierra extraída del surco.

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Otras máquinas, diseñadas para condicio-nes de suelo seco y menor contenido deresiduo superficial, ofrecen la opción de bota/-reja con variaciones (punta doble, punta deflecha simple, envolvente de punta simple, deazadón, etc.) que se adaptan a la siembrasegún la profundidad, humedad del suelo,pedregosidad, etc., pero el aspecto superficialdel suelo siempre es menos parejo quecuando se utilizan elementos de giro libre enel surcador.

En cualquier caso, es característico detodas las sembradoras para siembra directa,su elevada robustez que se logra con materia-les de calidad puesto que su estructura debesoportar, no sólo el peso de la semilla conte-nida en el cajón, sino elementos de lastreadicional que hace posible la penetración.

El equipo de pulverización

Por lo que respecta a la máquina quepuede realizar la escarda química, en sustitu-ción de la escarda mecánica tradicional, nohay que olvidar la importancia que debecobrar en el conjunto de máquinas de laexplotación, y, sin embargo, sigue sin recibirla adecuada atención. Habitualmente se damucha importancia al producto químico y seconsidera el carro herbicida tradicional concategoría suficiente para encomendarle todolo que arados y gradas debían realizar.

El equipo de pulverización, con el laboreoreducido y la labranza «cero», pasa a teneruna importancia capital y hay que extremarlos cuidados en su selección y utilización,teniendo en cuenta que no sólo los herbici-das sino los insecticidas, fungicidas, e inclusoabonos (líquidos, se aplicarán mediante latécnica de pulverización.

La elección de un equipo de tratamientoadaptado a lo que precisa el cultivo del cerealde invierno, debe hacerse de manera juiciosa,puesto que la calidad del equipo afecta a launiformidad de distribución y ésta resultabásica especialmente para la aplicación dedeterminados herbicidas que no poseen ladeseable selectividad.

Aparte de unos criterios que se puedenconsiderar unidos a la tierra, como la superfi-cie tratada por año, tamaños de las parcelas,configuración del terreno y textura y estruc-tura del suelo, será fundamental en la deci-sión los criterios fundados en los cultivos,que, además del cereal, van a requerir el usodel pulverizador y las dosis y productos quese deben distribuir.

En cuanto al tamaño, es más interesanteconsiderar lo que se denomina el períodopunta que el total de superficie anual. La lon-gitud de la parcela debe estar en relación conel tamaño del depósito, de tamaño suficientepara realizar el recorrido de ida y vuelta enlas pasadas más largas, lo cual está en fun-ción de la dosis de aplicación.

Las tendencias a reducir la dosis haceaumentar la capacidad de trabajo para lamisma máquina, pero obliga a mejorar lascaracterísticas que afectan a la uniformidadcomo: boquillas, barras y sistemas de sus-pensión y dosificador/distribuidor, incorporan-do incluso un sistema de los conocidos comoCPA.

Es muy importante utilizar barras de trata-miento que sean múltiplo impar de la anchurade siembra (sembradora 2 m; pulverizador: 6,10 ó 14 m), para poder establecer así lo quese denomina «tráfico controlado» sobre elcereal. Con la anchura de trabajo y la dosisprevista puede realizarse el cálculo de lacapacidad de depósito. La bomba deberá darcaudal suficiente para las boquillas, más unretorno, que se puede calcular del 5 por 100de la capacidad de depósito (en l/min), o del20 por 100 del caudal de pulverización, ensistemas con regulador de presión (CC). Noes necesaria una bomba de alta presión (másde 10-12 bar) puesto que resulta más cara ysujeta a desgastes. Con bombas de mem-brana, o pistón-membrana, se cubren todaslas necesidades de pulverización en el cereal.

Las nuevas técnicas en el diseño de losdispositivos de regulación, en los que la elec-trónica toma una importancia cada vez mayor,permiten reducir la dosis de tratamiento entrea 75 y 150 1/ha con productos de usotradicional.

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Es sumamente importante cambiar las bo-quillas en función del tratamiento, así comocuando por desgaste aumente el caudal delíquido entre el 5 y el 20 por 100 del nominal.

Se recomiendan las boquillas de hendidurapara herbicidas y abonos líquidos claros porsu mayor uniformidad de distribución. Paralos herbicidas de acción por contacto se deberealizar una pulverización relativamente fina ycon buena cobertura, ya que hay que alcan-zar todas las adventicias y en especial suyema terminal. Trabajar entre 3 y 5 bar depresión resulta suficiente en esta aplicación.

Para aplicar herbicidas de acción sistémicase debe evitar la producción de gota muy finaque aumenta el riesgo para los cultivos pró-ximos. Trabajando a 2 bar de presión se con-sigue una pulverización media-fina aunque elrecubrimiento sea algo menor.

Con los de acción radicular se debe procu-rar un buen reparto en el suelo, manteniendola dosis prevista. La presión de trabajo algomenor de 2 bar proporciona una pulveriza-ción más gruesa que las anteriores, adecuadapara esta aplicación.

En el caso de utilizar el pulverizador confungicidas e insecticidas, se recomiendan con La operación de siembra mecánica debepreferencia boquillas de chorro cónico, y para considerarse, en lo que respecta a su efectola distribución de abonos se recomiendan las sobre el suelo, como la parte final del laboreode espejo (abonos en suspensión) y las de _ secundario. Una buena preparación deja deorificios, que evita la formación de 9ot111 serio si la colocación de la semilla no sepequeña sobre la vegetación. iff"./* realiza de acuerdo con el perfil. La combina-

f Sé" Gr "¿,ciOn de operaciones de labranza secundariaEn cualquier caso la «calidad» de la máqh Won el equipo de siembra pueden reducir el

es imprescindible, pero no suficiente. El usut- número de pasadas por el campo, y con ello,rio que no la utiliza de manera adecuada, S JS costes de producción.arriesga a producir daños en el cultivo y tarre7:1<z>bién en el medio natural sobre el que debé- -. La siembra directa, esperanza para algunas

regiones, no debe entenderse como una téc-nica generalizada de utilización. En cualquiercaso, no hay que olvidar que tiene algunaslimitaciones, y que hace imprescindible elempleo de productos herbicidas. El uso deequipos de pulverización adecuados para dis-tribuir, de manera uniforme, los herbicidastoma una importancia fundamental.

Esperemos que, el esfuerzo que supone eltrabajo continuado de muchos, aunque conmedios que no podemos considerar abundan-tes, y la organización de actividades sobre eltema, ayuden a conocer mejor el suelo, queaunque es la base de la agricultura, todavíasabemos muy poco de él.

L. MárquezDpto. Motores y Máquinas Agrícolas

Escuela T. S. de Ingenieros Agrónomos

ticas y edáficas que se pueden encontrar.Pero la sucesión de labores que se realice,debe estar siempre en función de la forma deevolución del perfil y también de otros objeti-vos, como el control del agua, de la erosión,de los parásitos vegetales, etc., que tambiénson necesarios para favorecer la producción.

Las condiciones necesarias para la germi-nación y nascencia del cereal obligan a lapreparación de un perfil diferencial, con ape-ros muy distintos, y trabajando unos sobretodo el perfil, y otros sólo en la capa super-ficial, aunque dichas herramientas, en algúncaso, se puedan combinar y realicen en unasola pasada la preparación total.

En la preparación primaria del suelo, parala evaluación de la opción labranza verticalfrente a labranza con volteo, se necesita unaexperiencia continuada, que por el momentoestá por hacer para la mayoría de las regio-nes agrícolas de nuestro país. Este puede seruno de los objetivos prioritarios de investiga-ción aplicada en el secano español, inclu-yendo la evaluación de los equipos, quecomercializados con la misma denominación,ejecutan labores con una clara diferenciación.

de vivir.

Resumen y conclusiones

De lo anteriormente expuesto se deduceque, a pesar de la investigación que durantelos últimos 50 años se ha realizado en elmundo, las técnicas agrícolas de preparaciónde suelo son las que mantienen un grado deempirismo mayor. La diversidad de situacio-nes y la lentitud en la respuesta del suelo,hace difícil la evaluación de una sucesión delabores y la de un apero en particular.

En cualquier caso, la preparación del perfilde suelo, adecuado para el desarrollo de loscereales de invierno, admite una gran diversi-dad, entre límites tan extremos como lalabraza tradicional y la siembra directa sinlabor, debido en parte a las diferencias climá-

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