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i ^ i ^ii^i N." 11-12 - 71 H ESCARDA OUIMICA DEL IIRROZIIL JUAN ANTONIO BATALLA PEREZ Ingeniero Técnico Agrícola ^INI8TE8I0 DE AGRI^úLTORA

N. 11-12 - 71 H ESCARDA OUIMICA DEL IIRROZIIL

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N." 11-12 - 71 H ESCARDA OUIMICADEL IIRROZIIL

JUAN ANTONIO BATALLA PEREZIngeniero Técnico Agrícola

^INI8TE8I0 DE AGRI^úLTORA

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Escarda química del arrozal

La lucha contra las malas hierbas que invaden los terrenos,

tanto los cultivados como los incultos (márgenes, senderos, ca-

ceras, desagiies, etc.), constituye una preocupación cada vez

mayor para los agricultores, ante la continua reducción de la

mano de obra en el campo y el consecuente aumento de los

jornales.Desde que el hombre practica la agricultura ha luchado,

infatigablemente, contra la vegetación espontánea por mediode las labores de cultivo: araduras, gradeos, binas, etc. y, con-cretamente, escardas, a mano o con herramientas (rastrillos,almocafres, azadas, etc.); tan solo, desde hace escasamentemedio siglo, con la aparición del tractor y ciertos aperos apropósito, se ha facilitado esta labor, haciéndola más opor-tuna, menos fatigosa y relativamente más económica.

En el cultivo del arroz, la mecanización de la labor de es-carda es, generalmente, difícil y de resultados parciales, por loque la aplicación de los herbicidas selectivos se va imponien-cada día más sobre el procedimiento tradicional de la escar-da a mano.

En la actualidad, ya no existen agricultores que ignoren el

significado de la escarda quí^níca, sin embargo, antes de es-

tudiar las posibilidades de su aplicación al cultivo del arroz,

creemos conveniente recordar, una vez más, algunos conceptos.

CLASES DE HERBICIDAS

Herbicida ŝelectivo quiere decir que su actividad es dife-rente según las características de las plantas sobre las queactúa, o sea, que a determinadas dosis hace perecer unas plan-tas y no afecta a otras. Esta selectividad explica el que pul-

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Fig.l.-Escardaquímica selectiva.--Rendimiento de tra-bajo en ocho horas:0.5 - 0,6 hectáreas.Consumo de caldo(agua -}- herbicida):45d-SO^d litros/hec-tárea (Foto J. A.

Batalla).

verizando por igual un campo de cereales (arroz, trigo, etc.),

invadido de malas hierbas, dichos herbicidas no perjudiquen

a las plantas cultivadas y destruyan, en cambio, la mayoría

de las malas hierbas; pero esta selectividad es limitada, puesto

que no se comportan así si se emplean a mayores dosis que

las recomendadas, o durante las fases críticas de desarrollo

de la planta cultivada, o en condiciones ambientales desfa-

vorables.

Del mismo modo existen herbicidas no selectivos, llama-dos también totales o absolutos porque afectan a todas lasplantas que alcanzan, sin discriminación alguna; pero muchosde estos herbicidas totales se pueden comportar como selec-tivos si se reduce la dosis de empleo.

Según su forma de actuar, se distinguen en herbicidas decontacto, si destruyen solamente la planta o partes de plan-tas sobre las que son aplicados; de translocación, llamadostambién sistémicos, si son absorbidos por la planta y trasla-dados por medio de la savia a otras partes que no se habíansometido a la acción directa del hcrbicida, y hormonales ofitorreguladores, si son absorbidos igualmente por la planta y,a través del sistema vascular, son trasladados por la savia has-ta el extremo de los órganos vegetativos de la raíz y del ta-llo, originando una serie de cambios bioquímicos que activan

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F i g. 2.- Echinocloacn^s - gálli (Panicvm)^,a la izquierda; a laderecha, un dibujo dela Scirpus mucroria-tus (Fotos J. A. Ba-

talla).

las funciones vitales (respiración, transpiración, asimilación,etcétera), más de lo normal, manifestándose exteriormente porun estado teratógeno que, de una manera lenta y gradual,acaban por ocasionar la muerte de la planta.

Aparte de estos herbicidas de aplicación foliar, hay otros

también selectivos o no, que se aplican al suelo para que sean

absorbidos por las raíces o destruyan las semillas en germi-

nación

Además, según el momento de aplicación se distinguen enherbicidas de pre-emergencia, si se aplican antes de la salidade las malas hierbas y de post-emergencia, si se aplican des-pués de nacidas; a veces esta denominación se refiere tambiéna la ausencia o presencia sobre el terreno de la planta culti-vada.

PRINCIPALES MALAS HIERBAS DEL ARROZAL

Las malas hierbas más comunes de los arrozales, que el

agricultor trata de extirpar porque roban elementos nutriti-

vos del suelo a la planta cultivada, le restan luz solar, obsta-

culizan la circulación del aire, retrasan su desarrollo, redu-

cen y ensucian la cosecha, etc., figuran en el cuadro adjunto y,

coma puede verse, para un mejor planteamiento de nuestro

estudio las hemos reunido en dos grandes grupos: gramíneasy no gramíneas.

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Evidentemente, se trata de plantas adaptadas para viviren terrenos pantanosos o de elevada humedad.

En el primer grupo, las especies del género Echznocloa,

son plantas específicas del arrozal y terrenos húmedos, muy

difundidas en todos los países arroceros del mundo; poseen

una elevada facultad de ahijamiento, cuyos tallos producen

una panícula con una considerable cantidad de frutos o se-

millas. Generalmente constituyen las adventicias que más preo-

cupa eliminar al agricultor arrocero.

La otra gramínea invasora del arrozal, que le sigue ^nimportancia, es la grama (Paspalum distichaim), normalmentemenos abundante en el interior del terreno cultivado, peromás difícil de eliminar con los herbicidas conocidos hastaahora, debido a su multiplicación vegetativa (fragmentos dEtallo).

En el segundo grupo se incluyen las restantes monocoti-ledóneas y las plantas denominadas de "hoja áncha", que com-prende las dicotiledóneas y alguna criptógama.

Por lo general, las plantas denominadas de "hoja estre-

cha" (la mayoría de las monocotiledóneas), como las gramí-neas y las ciperáceas -sobre todo las especies vivaces- sonmás difíciles de combatir, con los herbicidas, que las plan-

tas de "hoja ancha" (dicotiledóneas, en general), sin embar-

go, se producen algunas excepciones que oportunamente in-

dicaremos.

PRINCIPALES HERBICIDAS Y TRATAMIENTOS PARADESTRUIR LAS PLANTAS DEL GENERO ECHINOCHLOA

(«serreig») ,^

Tratamiento de pre-emergencia.-Este tratamiento tiene porfinalidad destruir las semillas de Echznochloa, en germina-

ción y durantc los primeros días de su desarrollo (hasta el

estado de 2 hojas verdaderas).

Hasta hace pocos años no se conocía ningún herbicida se-

lectivo para el arroz de aplicación pre-emergente, pero en el

año 1961, la firma norteamericana Stauffer, dio a conocer un

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Fig. 3.---Labor de "fangueo", que se realiza pocos días u horas antes de lasiembra o de la plantación (Foto J. A. Batalla).

producto, comercializado con el nombre de "Ordram", cuya

materia activa se denomina molinato. Ocho años más tarde,

la firma Monsanto, también descubrió un producto de análo-

gas aptitudes, el butacloro, comercializado en algunos países

con el nombre de "Machete". En España está en fase de en-

sayo.

El rnolinato.-Es un compuesto de la serie de los carba-

matos, muy volátil, poco tóxico para el hombre y menos aún

para los peces, dotado de una gran selectividad para el arroz

y de una eficacia muy notable sobre las semillas de Echino-

chloa y de algunas otras malas hierbas del arrozal, a las que

destruye en el momento de la germinación, pero no afecta a

las que ya han germinado y superado los 3-4 centímetros de

altura y^nenos aím, a las establecidas o arraigadas como lasespecies ^waces (juncia, grama, etc.), desarrolladas a partir

de raíces, tuberculillos o estolones.

Su acción se prolonga durante varias semanas, generalmen-

te de 3 a 5, según sea el terreno menos o más compacto, por

lo que en ese tiempo puede controlar gran parte de las su-

cesivas nascencias de Echinochloa que naturalmente tienenlugar.

Sc presenta comercialmente en formulaciones dc líquidoemulsionable y granulada.

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Si se aplica en forma de líquido emulsionable se proce-derá del modo siguiente:

Unos días antes de la siembra (por lo que se puede apli-

car también en planteles) o de la plantación, con el terreno

todavía no inundado, pero bien trabajado, cuanto más des-

menuzado mejor, se procederá a pulverizar en las horas más

frescas del día, toda la superficie cultivable a razón de 6 li-

tros por hectárea (si el producto comercial contiene el 75 por

100 de m. a.), disueltos en suficiente volumen de agua para

conseguir una buena y uniforme rociadura, e inmediatamen-

te después se dará un pase de grada rotativa, con el fin de

enterrarlo y mezclarlo bien con la capa superficial del terre-

no (entre los 7-10 centímetros primeros) y evitar así su eva-poración, ralizando la inundación en las 24-48 horas siguien-

tes, con lo que queda listo para la siembra o plantación.

Se comprende que la operación previa al tratamiento, porla cual el terreno tiene que quedar bien desmenuzado, para

después incorporar fácilmente el producto a la tierra, median-

un gradeo, es muy difícil de lograr en las de textura arcillo-sa -como ocurre en la mayoría de las zonas arroceras espa-

ñolas-, pero puede sustituirse por la inundación rápida (en

un tiempo no superior a las seis horas) de la parcela trata-

da, la cual se habrá preparado anticipadamente con el arado,

como es tradicional, o mejor aún, con varios pases de culti-

vadora hasta conseguir terrones pequeños.

La forma granulada, prácticamente más ventajosa, con-

tiene el 5 por 100 de materia activa, y se puede aplicar es-

parcida sobre el terreno, en las mismas condiciones anterio-

res o con el terreno inundado, pocos días después de ^ siembra

o de la plantación, y antes de que las plántulas de Echinochloa

alcancen los 5 centímetros.

La dosis recomendada es de unos 80-100 kilogramos porhectárea del producto comercial, procurando quede repartidolo más uniformemente posible. Durante la aplicación y por lomenos cuarenta y ocho horas después se procurará mantencrestancada el agua para favorecer la fijación de la materia ac-tiva al terreno, cuidando al mismo tiempo que el nivel cubra

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Fig. 4. -Arriba, Ammannia coccinea, rodeada de

,Alisma. A la derecha, fuerte invasión de Alisnnr

plantago-aq^eatica (Fotos Dr. Wittmann).

perfectamente a todas las plántulas deEchinochloa si ya no hubieran apare-

cido.Para que se prolongue la acción fitotóxica del herbicida

sobre las semillas de la maleza, especialmente las de Echino-

chloa, y perdure su efecto durante el mayor tiempo posible,

se tendrá en cuenta la fecha del tratamiento para compagi-

narla con la época tradicional o convencional de la enjugada,

ya que no se debe retirar por completo el agua en treintadías, por lo menos, después de la aplicación.

EI ba^tacloro.-Se trata de otro producto que ha mostradoen las primeras experiencias realizadas en nuestro país, efec-tos prometedores como herbicida de pre-emergencia de lasmalas hierbas; pero, por lo visto, su aplicación sólo es acon-sejable, 'por 'ahora, en el arroz trasplantado.

Actúa, igualmente, sobre las semillas en germinación degramíneas, ciperáceas y muchas adventicias de "hoja ancha"y de sus plántulas hasta el estado de 2 hojas verdaderas.

Existen también dos tipos de formulados: líquido emul-

sionable y granular, conteniendo, respcctivamente, 60 por 100

y 5 por 100 de materia activa (peso/volumen). Dosis: 2 a 3 ki-

los de materia activa por hectárea.

Su aplicación puede realizarse como el anterior herbicida,

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sin la necesidad urgente de incorporarlo al terreno medianteuna labor o la inundación rápida, ya que su volatilidad es, prác-ticamente, nula; sin embargo, es conveniente mezclarlo, si elloes factible, con la capa superficial del terreno, en un espesorno superior a los 5-6 centímetros.

También se puede aplicar, especialmente el preparado gra-

nular, con el terreno inundado, a los 10-15 días después del

transplante, antes de que las adventicias superen el estadio

de la segunda hoja vegetativa.

Tratamiento de post-emergencia.-Para esta clase de tra-tamientos, o sea, cuando el arroz y las malas hierbas apare-cen conjuntamente sobre el terreno, se pueden emplear losformulados comerciales, que contienen una riqueza variabl^,entre el 24 y 48 por 100 de la materia activa, denominada pro-panil.

Se trata de un herbicida que actúa principalmente por con-

tacto y posee una notable selectividad respecto al arroz. Suaplicación va destinada a eliminar, preferentemente, las espe-

cies de Echinochloa, siempre que las plántulas no hayan su-

perado la fase de la cuarta hoja. Además, afecta también a

otras malas hierbas anuales del arrozal (Ammannia, Bergia,

Alisma y algunas ciperáceas), tanto mejor cuanto más jóve-

nes sean.El tratamiento con este producto se efectuará, por tanto,

cuando el mayor número de plántulas de Echinochloa hayanalcanzado un desarrollo máximo de tres hojas verdaderas (me-nos de 15 centímetros de altura), lo cual coincide normalmen-te a las dos o tres semanas después de la plantación o de lasiembra del arroz. A este joven estado de las plantas de Echi-

nochloa corresponde una fase de gran sensibilidad, ptles cuan-do aparece la cuarta hoja, empiezan a ahijar y se hacen re-sistentes a las dosis usuales de 3,5-4,5 kilogramos de m. a.por hectárea.

Previamente a su aplicación, uno o dos días antes, se pro-cederá a dejar el arrozal casi en seco o con muy poca canti-dad de agua, para que las malas hierbas queden expuestasal contacto directo del caldo herbicida pulverizado y se in-troducirá nuevamente el agua a las 24-48 horas después de

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Fig. 5. --Vehículo automotriz para aplicar herbicidas. Rendimiento: 0,75-1 hec-tárea/hora. Consumo de caldn: 200-300 litros/hectárea (Foto. Dr. Wittmann).

haber efectuado el tratamiento, procurando mantener el ni-vel lo más elevado posible (20-25 centímetros) durante los10-12 días siguientes, con el fin de sofocar las malas hierbasdebilitadas por el efecto del herbicida.

La acción de este herbicida es bastante rápida cuando cl

tratamiento se efectúa en días cuyas temperaturas medias sean

superiores a los 20° centígrados, notándose sus efectos a los

2 ó 3 días; en cambio, si las temperaturas son inferiores alos 15° centígrados, para obtener buenos resultados hay quc

aumentar la dosis hasta 5 ó 5,5 kiIogramos dc m. a. por hec-

tárea.

No debe emplearse mezclado con insecticidas, fungicidas,otros herbicidas de desconocida compatibilidad, o coadyuvan-tes, ni aplicarse dentro de los 6-7 días (treinta días para loscarbamatos: carbaryl, etc.), antes o después de usar tal pro-ducto, pues le hacen perder su carácter selectivo y, en con-secuencia, desarrollar efectos fitotóxicos para el arroz. Conel butacloro es compatible, pero su mezcla con los Leormo-nales puede resultar peligrosa en tratamientos selectivos.

Como es fácil observar, el método de aplicación del pro-panil requiere proveer a la parcela que se vaya a tratar de

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unos márgenes suficientemente elevados para contener unacapa de agua conveniente al complemento de la acción del her-bicida y, sobre todo, un manejo libre y oportuno del aguade inundación que no siempre es factible en la mayoría delos arrozales españoles, por estar sujetas las aguas de riegoa ordenanzas y usos comunitarios.

Tratamiento de pre-siembra o de pre-plantación.-Los tra-

tamientos que pueden efectuarse antes de la siembra o de la

plantación, tienen como fin principal eliminar las especies

de EchinocLcloa aprovechando su elevada sensibilidad a los her-

bicidas desde la germinación de las semillas hasta la apari-

ción de las 2 ó 3 primeras hojas vegetativas.

Como los herbicidas hormonales empleados en post-emer-gencia, a las dosis normales, no afectan definitivamente a las

gramíneas, se idearon algunas técnicas particulares de inter-

vención con otros tipos de compuestos que también son tó-

xicos para el arroz en la misma medida.

Para ello, evidentemente, es necesario provocar la germi-nación de las semillas de Echinochloa, mediante la inunda-ción de las parcelas del arrozal, de dos a cuatro semanas an-tes de la fecha prevista para la siembra o la plantación y efec-tuar el tratamiento observando las instrucciones prescritaspara el producto que se haya elegido.

Entre los productos que se recomendaron durante algu-

nos años, para esta clase de tratamientos, recordamos una

mezcla de tricloroacetato sódico 62 por 100 y aminotriazol

8 por 100, y el 2,4-diclorofenoxietanol. (2,4-ETN), comercializado

en gránulos con una riqueza del 5 por 100 de materia activa.

La aplicación de estos productos requiere posteriormente,y antes de efectuar la siembra o la plantación, lavar el terre-no, mediante la circulación continua del agua durante 24-48horas. Aun así, la persistencia de los residuos de estos produc-tos puede tener muchas veces consecuencias negativas para elarroz, sobre todo en el caso de suelos compactos y cultivo d^siembra directa. Su desuso los confirma como poco recomen-dables.

Actualmente, este inconveniente puede eludirse empleandoel paraquat, que, como se sabe, actúa sobre las partes verdes de

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Fig. 6.-Grupo de mujeres (squadra de "mondine") efectuando la "monda"o escarda manual de un arrozal en Italia. Durante siglos, su intervenciónen el transplante y en la escarda de este cultivo fue imprescindible. Ahora,desde hace años, ya no es posible obtener una foto como ésta. La mano dela "mondina" se ha desplazado a la industria, y el agricultor italiano se havisto obligado a sustituir el transolante por la siembra directa (a mano o amáquina) y la escarda manual por los productos químicos. Rendimiento detrabajo :] 5-20 horas por escarda y hectárea (normalmente se dan de 2 a 4

escardas durante el cultivo) (Foto, J. A. Batalla).

las plantas y se inactiva al contacto con la tierra, pudiendo, portanto, sembrar o plantar el arroz, poco después de su aplica-ción, sin riesgo alguno.

Esta téenica particular de intervención inicial, no ha lle-gado a propagarse entre los agricultores arroceros por la ne-cesidad de hacer germinar con anticipación las semillas deEchinochloa, lo cual no se produce normalmente, hasta quelas temperaturas sean propicias, y las operaciones inherentesa este tratamiento especial, todo lo cual lleva consigo un re-traso del transplante y, aún más, de la siembra.

Por otra parte, su eficacia es muy limitada, puesto que só-

lo se consigue exterminar las semillas que germinan en los

2 ó 3 centímetros más superficiales del terreno, sin alcanzar los

de las capas más profundas que, posteriormente, originan nas-

cencias escalonadas.

No obstante, el paraquat es el producto más idóneo, porahora, para aplicar en esta clase de tratamientos y, particu-larmente, para destruir las malezas desarrolladas en ciertosarrozales durante el barbecho de invierno y principios de pri-

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mavera, que pueden dificultar, algunas veces, la ejecuciónde las labores preparatorias para la siembra o la plantación.

PRINCIPALES HERBICIDAS PARA DESTRUIR LAS MALASHIERBAS NO GRAMINEAS

Para los tratamientos selectivos de post-emergencía los her-bicidas que más se han generalizado son los hormonales, por-que se muestran muy activos contra la mayor parte de las ma-las hierbas no gramíneas, que se encuentran en los cultivos de

cereales. Es decir, el arroz, como todas las gramíneas o cerea-

les, es resistente a dicho tipo de herbicidas, pero, no hay queolvidar, que el grado de resistencia varía, sobre todo, con la

dosis aplicada, con la edad y robustez de la planta y, también,con las condiciones ambientales.

De todos los productos experimentados, que han sido mu-

chos y muy variados, los que han dado un resultado satisfacto^

rio, en general, en el cultivo que nos interesa, son los perte-necientes a los grupos de los ácidos f enoxiacético o f enoxíe-tanoíco (MCPA) y fenoxipropiónico (MCPP y 2,4,5-TP).

El momento más oportuno para la aplicación de estos her-

bicidas es durante el período comprendido entre el ahijamiento

completo de la planta de arroz y antes de que esta presenteel abultamiento de la espiga (fase de la espiga en zurrón). Es-te momento sobreviene normalmente, en nuestro clima, a los40-45 días después del transplante o los 65-75 días después de

la siembra directa, es decir, durante los diez días de la enju-

gada o quita de agua que se realiza tradicionalmente en el mes

de junio. Entonces, con el campo casi en seco o con una te-

nue capa de agua, se aprovechará el que las malas hierbasnacidas quedan al descubierto y se procederá a efectuar el

tratamiento con un mínimo de cuarenta y ocho horas antes

de inundar nuevamente el arrozal, o sea, al séptimo-octavodía de la enjugada.

Los derivados del ácido fenoxiacético, fueron los prime-ros productos que se utilizaron en la escarda química de los

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Fig. ^. Cargando eldepásito de la avionetacon herbicidas hormn-n a I e s. Rendimiento:35 - 50 hectáreas/hora.Consumo de caldo: 25-30 litros/hectárea (Fo-

to, J. A. Batalla).

cereales -hace ahora unos treinta años- y, evidentemente,encontraron al principio muchas dificultades para su acepta-ción y difusión entre los agricultores.

El ácido 2,4-D.-Los formulados a base del ácido 2,4-diclo-

rofenoxiacético, se presentan en forma de ésteres, sales amírtí-

cas y sales alcalinas, mostrándose, en las tres formulaciones,

suficientemente eficaces contra las plantas dicotiledóneas y al-

gunas monocotiledóneas de hoja ancha (Alísma plantago-aqua-

tíca, Lemna spp.) y de hoja estrecha Scirpus mucronatus y

Cyperus dífformís), siendo sus efectos muy deficientes sobre

las restantes malas hierbas. La dosis recomendada varía -se-

gún la riqueza del producto en equivalente ácido--, en los pre-

parados comerciales más corrientes, de 1 a 2 litros por hectá-

rea, repartidos uniformemente con el volumen de agua que

precise el aparato pulverizador que se emplee.

La selectividad de estos productos herbicidas para el arroz,ya hemos dicho que siempre no es perfecta, debido a la in-fluencia de causas muy variadas: su composición, sistema decultivo, estado de la vegetación, variedad, momento del trata-miento, dosis aplicada, temperatura, humedad, etc., motivan-do a veces daños más o menos graves; incluso en los trata-mientos bien ejecutados aparentemente, se aprecian sobre todoen las hojas y en los tallos síntomas de endurecimiento y uncambio de coloración al verde intenso o, por el contrario de-coloración, y también un paro de la vegetación que, al parecer,no influye significativamente en el rendimiento normal a lahora de la cosecha.

De los tres grupos de derivados del ácido 2,4-D, los é.steres

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y las sales alcali^2as son, respectivamente, los más y meno5

activos, pero los primeros son también los más fitotóxicos pa-

ra el arroz. De cualquier manera, son productos peligrosos, no

autorizados, que no deben aconsejarse.

EI ácido MCPA.-El ácido 2-metil-4-clorofenoxiacético, tienz

una eficacia herbicida ligeramente superior a los anteriores,

más selectivo, de más rápida penetración en las malas hierbas,

pero con una acción más lenta y atenuada, lo cual hace que

su uso sea, todavía más recomendable que las sales amínicas

del ácido 2,4-D. Los formulados comerciales más corrientes,en forma de sal sódica, se suelen aplicar a la dosis de 1,5 a 3

litros por hectárea (equivalente a 0,7-1,2 kilogramos de áci-

do/hectárea}, distribuidos del mismo modo que el anterior.

El ácido NICPP.-Por el año 1955, se descubrieron las pro-

piedades herbicidas del ácido oc (4-cloro-2-metil-fenoxi) propió-nico (mecropop), cuyos formulados comerciales a base de sa-les amínicas o potásicas mostraron una mejor selectividad

para el arroz en una mayor amplitud a lo largo de su ciclo

vegetativo, y una notable fitoxicidad para las más impor^tan-tes malas hierbas no gramíneas del arrozal, especialmente ha-cia las resistentes a los tradicionales fenoxiacéticos, como elScirpus maritimus y S. palustris; sobre Potomogeton natansy Marsilia quadrifolia tiene una acción fitotcíxica muy limitada,

pues solamente les produce uná depresión temporal.

Las formulaciones comerciales más corrientes se aplican a

la dosis de 2 a 6 litros por hectárea (1,2 a 2,3 kilogramos deácido equivalente por hectárea).

EI ácido 2,4,5-TP.-En el año 1961 hizo su aparición en el

mercado de productos agroquímicos un derivado del anterior,

el ácido 2(2,4,5-triclorofenoxi) propiónico (fenoprop o Silvex),

del que existen en el comercio varias formulaciones a base deésteres pesados. Este producto presenta buena selectividad

para el arroz -pero menos que el precedente-, y, sobre lasmalas hierbas, una fitotoxicidad más rápida y enérgica.

Las formulaciones comerciales más corrientes se empleana las dosis de 2,5 a 3,5 litros por hectárea (d,75 a 1,5 kilogra-mos de ácido equivalente por hectárea), y puede aplicarse, a

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- 19 -

diferencia del anterior, incluso sobre vegetación mojada y entiempo inestable, pues al penetrar muy rápidamente en el inte-

rior de las malas hierbas sensibles evita el peligro de ser lava-

do por la lluvia, si ésta se produjese, poco después de haber

efectuado el tratamiento.

OTROS HERBICIDAS

En esta Hoja Divulgadora nos hemos referido solamente a

los productos más conocidos y utilizados en la escarda quími-

ca del arrozal y la técnica más eficaz para obtener resultados

positivos y económicamente convenientes.El no figurar en esta relación reseñada otros productos her-

bicidas, como el f luorodi f én, nitro f én, etc., no excluye su po-

sible utilización en el cultivo del arroz. Su omisión se deb:

únicamente a nuestra escasa experiencia con ellos, motivada,

muchas veces, porque su adecuada aplicación requiere manejar

el agua de inundación del terreno, independientemente de otros

usuarios.

CONSIDERACIONES SOBRE LA ESCARDA OUIMICA

El poder combatir las malas hierbas del arrozal con losherbicidas y tratamientos expuestos, constituye una soluciónmuy interesante frente al problema de la creciente escasez ycarestía de la mano de, obra en el campo y a la mayor prolife-ración de las malezas, como consecuencia del uso de la cos^-chadora y la evolución del sistema de cultivo hacia la siembradirecta.

La escarda química es en la actualidad una práctica habi-

tual entre los agricultores progresivos, por ofrecer muchas po-

sibilidades de reducir los gastos de producción y convertir las

penosas escardas manuales -efectuadas durante la canícula-

en sencillas operaciones; también aventaja a este método tradi-

cional porque muchas veces las malas hierbas no son bien ex-tirpadas, sino rotas o mal cortadas, quedando parte de ellas en

el terreno, que vuelven a reproducir la planta, mientras que con

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-zo-

los herbicidas se destruyen, generalmente, hasta los órganossubterráneos.

Además, cuando se aplican racionalmente los herbici-das durante varios años seguidos, sobre un mismo terreno,se aprecia una continua disminución de la vegetación espon-tánea, hasta llegar, posiblemente, a reducir o prescindir algúnaño de las siempre costosas escardas.

TOLERANCIA ADOUIRIDA POR LAS MALAS HIERBAS FRENTE

A LOS HERBICIDAS

Durante los primeros años de la utilización de los herbici-das en sustitución de las labores culturales, surgían evidente-mente algunas dificultades que originaron desaciertos irrepa-rables. Por fortuna, en el transcurso del tiempo la mayoría deestos inconvenientes fueron superados, si bien, contemporá-neamente, se iban presentando otros problemas a medida quese descubrían nuevos productos herbicidas.

Hasta el momento presente se han descubierto innumera-bles y variados productos herbicidas y, continuamente, apare-cen nuevos, muchos de ellos recomendados para lograr losmismos fines, pero, al competir entre sí en el campo, sólo vanprevaleciendo en el mercado aquellos que la práctica confir-ma como más eficaces.

Con el tiempo, otro problema perturba el empleo de losherbicidas, sobre todo de los hormonales: con el uso re-petido de un determinado grupo de estos ácidos y sus distintasformulaciones, se observa el aumento de las malas hierbas re-sistentes al herbicida, lo cual es un problema superior al ini-cial. Parece que ocurre lo mismo que con los insecticidas orgá-nicos respecto a los insectos, es decir, se produce una disminu-ción gradual de la eficacia del herbicida frente a ciertos indi-viduos pertenecientes a especies de malas hierbas que al prin-cipio eran, habitualmente, sensibles.

Esta supervivencia se produce, probablemente, por una ha-

bituación o una selección natural que hace perdurar las estir-pes más resistentes, cuya resistencia, al parecer, se transmite

por herencia y aumenta, año tras año, si continúan las aplica-

ciones del mismo herbicida y dosis normales. Por el contrario,

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Fig. 8. - lnflores-cencia umbeliformede Butomus umbel-latr^s (Foto de^ G.Bernardi y G. Diani;

al cesar los tratamientos con tales formulados o cambiar degrupo ácido, la tolerancia adquirida disminuye paulatinamentey se llega en pocos años a poblaciones que vuelven a ser sen-sibles.

De ello tenemos conocimiento que ha ocurrido en algunos

países, entre ellos Italia, que desde hace muchos años ha em-

pleado las diversas formulaciones del ácido fenoxiacético

(2,4-D; MCPA y 2,4,5-T) en el cultivo del arroz, llegando a origi-

nar estirpes resistentes de Alisma plantagoaquatica y algunas

ciperáceas, que al principio eran totalmente vulnerables a las

dosis selectivas para el arroz. •

Esto obligó a su sustitución por otros productos de distin-

ta composición química y acción más enérgica, como los for-mulados derivados del ácido fenoxipropiónico, en primer lugar

con las sales potásicas y amínicas del ácido MCPP, que supe-

raron la resistencia adquirida por las estirpes anteriores, peromás tarde se presentó de nuevo el fenómeno de la tolerancia al

efecto de estos últimos formulados en las especies de Scirpus

maritimzas, y, sobre todo, de Btltomus umbellatus (1), que ac-

tualmente se controlan bastante bien con los derivados del

ácido 2,4,5-TP (2).

(1^ P'lanta vivaz monocotiledónea, de la familia Butomáceas, frecuente enlos arrozales italianos y que todavía no ha sido ]ocalizada en los arrnzales es-pañoles.

(2) Recientemente, el agricultor arrocero italiano encuentra dificultadespara destruir la esoecie B:^tomus umbe[Iqtus, por medio de los herbicidas, yaque la legislación fitnsanitaria de aquel país ha prohibido la comercializacióny el empleo de los compuestos a base del ácido 2, 4, S^TP, por atribuirle uncomportamiento toxicológico semejante a1 de su homólogo 2. 4, 5-T. Este pro-

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22 -

i^or tanto, el agricultor que emplee los herbicidas para es-

cardar sus campos, debe permanecer atento a la evolución de

las malas hierbas y vigilar la eventual aparición de estirpes re-

sistentes, lo que podrá superar, en consecuencia, cambiando de

principio activo cada dos o tres años o recurriendo a mezclas

compatibles entre ellos, sin abandonar por completo las la-

bores prácticas para eliminar aquéllas y evitar su propaga-

ción, cuando sean compatibles con la actuación del herbicida.

LUCHA QUIMICA CONTRA LAS MALEZAS DE LOS MARGENES,ALMORRONES, CANALES DE RIEGO Y DE DESAGIIES Y DE

OTRAS AREAS INCULTAS

Los márgenes que rodean los arrozales constituyen unafuente natural de infestación de malas hierbas para el cultivo,por la elevada cantidad de semillas que producen y que caen,tanto sobre el mismo margen como en los bordes, dentro delterreno cultivado. Posteriormente, cuando el agua inunda elcampo y el agricultor realiza las labores preparatorias de lasiembra o plantación, son diseminadas por todo el arrozal.

De todas las especies de malas hierbas que crecen sobre los

márgenes de contención del agua y en las paredes de las con-

ducciones del agua de riego y de desagii: s, se debe tratar de

eliminar principalmente aquellas que pertenecen a la flora in-

vasora de los arrozales, como Paspalum d'istichum, F_chino-

cloa spp. y Phragmites communis, entre las gramíneas, y algu-

nas ciperáceas.

ducto herbicida empleado como defoliante de grandes asociaciones arbóreasy arbustivas, a dosis masivas y reiteradamente, ha llegado a producir, alparecer, en personas y animales graves lesiones cutáneas y ciertos efectosteratógenos. Este hecho tan funesto se achaca a la elevada proporción dedioxina, que contiene camo impureza procedente, probablemente, de unadeficiente fabricación. Sin embargo, los formulados comerciales de ambosácidos, 2, 4, 5-T y 2, 4, 5-TP, empleados en la escarda química del arroz,y otros cereales a las dosis normales de 1,5-2,5 y 0,75-1,5 kilos de equi-valente ácido por hectárea, respectivamente, nunca han ocasionado casosde toxicidad cutánea o por inhalación y, mucho menos, fenómenos terató-genos en personas, siendo, además, inocuo para los peces y animales desangre caliente.

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Fig. 9. Tratamientode márgenes c o nherbicidas (Foto, J.

A. Batalla).

La primera delas gramíneas cí-tadas, además deproducir semillaque propaga y perpetua su especie, se introduce en el terre-

no cultivado rastreando sus estolones, ocasionando graves

daños al arroz y sirviendo de refugio y alimento a insectos

perjudiciales (chinehe del arroz, cicádulas, rosquillas, etc.).

La grama y el "serreig" hastan para justificar la necesidad

de mantener limpios los márgenes y otros servicios que circun-

dan el terreno de cultivo.

La lucha contra esta vcgetación cspontánea se ha realizadosiempre mediante siega con hoz o guadaña, procedimiento len-to y costoso, siendo necesario efectuar, en los arrozales espa-ñoles, unas tres siegas de las orillas de Jos márgenes duranteel período de cultivo -en el terreno de asiento- desde mayoa septiembre.

La lucha química contra estas malas hierbas precisa de un

producto de acción total, o simplemente antigramíneo, y que

sus efectos persistan durante algunos meses para poder ser

aplicados al principio del cultivo, antes de inundar el arrozal,

o después, y, si se efectúa en presencia del arroz, tomando las

debidas precauciones, tales como no pulverizar dircctamcnte

el arroz y cuidar que no deriven las gotas ni se contamine el

agua. Dcben tratarse sólo las partes infectadas.

Actualmente se consiguen resultados muy positivos em-pleando el dalaporr, cuyos productos comercialcs, en forma depolvo soluble, contienen el 85 por 100 del producto activo, que

es el 2,2-dicloropropionato sódico. Se trata de un herbicida sis-

témico y selectivo, pues sólo afecta a las gramíneas. Su absor-

ción por las hojas se rcaliza en menos de 24 horas, pero su

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translocación hasta los órganos subterráneos, a los que des-truye, tarda de 2 a 3 semanas. Se aplica a la dosis de 75-200gramos en 100 metros cuadrados, según sean especies anualeso perennes y su menor o mayor desarrollo, siendo suficiente,generalmente, de 150 a 200 gramos por mochila de 12-15 litros,si sólo se pretende destruir las gramíneas, y mezclado con al-gún herbicida hormonal, sólo en las fases en que el cultivolas soporta, si se quiere, además, la eliminación de las cipe-ráceas y especies de hoja ancha.

Otro producto recomendable en esta clase de tratamiento

es el aminotriazol (amitrol o ATA), que se presenta también

en forma de polvo soluble en agua, cuyos preparados comer-

ciales suelen contener una riqueza del 50 por 100 de materiaactiva (3-amino, 1,2,4-triazol), y se emplean a la dosis de 8

a 15 kilogramos por hectárea, o sea de 80 a 150 gramos en 100

metros cuadrados, según especies de malezas, sensibilidad y

estado vegetativo. Es un herbicida también sistémico, pero no

selectivo, pues afecta a la mayoría de las hierbas anuales, gra-

míneas, ciperáceas y de hoja ancha, incluso perennes de raíz

profunda. En la actualidad se prepara mezclado, a partes igua-les, con el tiocianato amónico (amitrol T), que sinergiza su

acción herbicida y permite rebajar un 30 por 100 la dosis de

ATA por unidad de superficie, logrando los mismos o mejores

resultados; de esta mezcla existen en el comercio formulados

en polvo y en líquido.En algunos países se emplea con buen resultado una mezcla

de ATA con simazina, 36 y 18 por 100, respectivamente, o al 25

por 100 de cada uno, a la dosis de 150-200 gramos en 100 me-

tros cuadrados. El ATA destruye las malas hierbas visibles enel momento del tratamiento, y la simazina, herbicida selectivo

de preemergencia, ejerce su efecto fitotóxico sobre las semillas

(inclusive las de grama y"serreig") a medida que germinan

y cuya acción residual perdura varios meses.Otra mezcla interesante con las mismas características que

la anterior es la formada por el 35 por 100 de ATA y el 25 por

100 de diuron o Karmex, que se aplica a la dosis de 60-80 gra-

mos en 100 metros cuadrados. El diuron, como la simazina, eli-

mina las semillas presentes en el terreno y las que puedan

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Fig. 10. -Reparaciónde los márgenes du-rante el invierno (Fo-

to J. A. Batalla).

s e r transporta-

das después de

la ejecución del

tratamiento, du-

rante todo el pe-

ríodo del cultivo

del arroz.

Todos los pro-

d u c tos citados

antes para tratarmárgenes son fi-totóxicos para el cultivo. Normalmente se usan a dosis bajasporque no se pretende terrninar con las hierbas, sino sujetarlas.

También se puede emplear el paraquat, sal hidrosoluble delgrupo de los bipiridilos, que destruye la clorofila; por tanto,sólo afecta a los órganos vegetales aéreos (tallos y hojas). Setrata de un desecante sistémico de acción rápida, pues al seraplicado sobre las partes verdes de las plantas se produce unaabsorción en muy poco tiemf.o (30-45 minutos), y, trasladadopor el interior de la planta, ocasiona finalmente la muerte dela parte aérea en pocas horas.

Es esencialmente un herbicida antigramíneo, pero, en gene-ral, se comporta como un herbicida total, pues presenta, ade-más, una notable actividad sobre las ciperáceas y la mayoríade las hierbas de hoja ancha. Las plantas herbáceas anualesson destruidas normalmente con una sola aplicación, pero enlas vivaces, como la grama, sólo se consigue desecar la parteaérea, permaneciendo inalterable la parte subterránea (raícesy rizomas), que rebrota nuevamente a los pocos días; este efec-to parcial puede ser muchas veces conveniente, ya que al des-truir sólo la parte aérea, que es la que se introduce en el terre-no de cultivo, y respetar los órganos subterráneos, éstos con-tinúan trabando la tierra de los márgenes que está en contac-

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Fig. 11.- Semillero de arroz en los regadíos de Badajoz. En primer términopuede apreciarse la invasión de malas hierbas en los márgenes. (Foto SEA.)

to con el agua, atenuando así su erosión y desmoronamiento, ycon ello el que casi todos los años haya necesidad de rehacer-

los. Si interesa la supresión definitiva de estas malezas peren-

nes con el paraquat hay que repetir asiduamente el trata-

miento.Se aplica a las dosis de 6-10 litros por hectárea (60-100 cen-

tímetros cúbicos por 100 metros cuadrados), según especies,

frondosidad y desarrollo vegetativo. Cuando la aplicación tienelugar en días soleados, a las horas de mayor claridad, los re-

sultados son extremadamente rápidos y espectaculares, pero alfinal menos completos que los efectuados a la caída de la tarde

o con tiempo nublado.Puede mezclarse también con los herbicidas de acción resi-

dual, como el diuron y las s-triazinas (atrazina y simazina),

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Fig. 12. Siembra dearroz a máquina. (Foto

SEA.)

siendo posible en-

tonces reducir las

dosis de paraguat

en un 25 ó 30

por 100.En esta lucha contra las malas hierbas, especialmente las

gramíneas, de las áreas incultas, que circundan el arrozal, se

pueden emplear también otros herbicidas sistémicos, como el

tricloroacetato sódico (Na. Ta y A.C.P.) y de contacto, como las

soluciones oleosas emulsionables, reforzadas con los colorarz-

tes nitrados (DNOC y DNBP) o con el PCP (pentaclorofenol o

su sal sódica).Estos herbicidas de contacto desarrollan una acción rápida,

pero poco duradera y de escaso efecto sobre las hierbas pe-

rennes, consiguiendo, al final, un resultado, como el paraquat,

comparable, prácticamente, a una siega.En este tipo de tratamiento, cualquiera que sea el herbicida

elegido, se procurará mojar abundantemente, consumiendo por

lo menos 10 litros de caldo en 100 metros cuadrados, pues la

elevada densidad de la vegetación en estas áreas así lo exige;además, como el objetivo esencial es eliminar o afectar la gra-

ma y esta planta tiene las hojas muy estrechas, erectas y de

superficie cerosa, las gotas de la pulverización resbalan sin

mojar suficientemente, lo cual puede remediarse añadiendo al

caldo herbicida un mojante comercial o un detergente cual-

quiera, en polvo (0,20-0,25 por 100) o líquido (1-2 por 1.000), o

bien aceites minerales (10 por 100), con algún producto emul-

gente.

PUBLICACIONES DE CAPACITACION AGRARIABravo Murillo, 101. Madrid-20

Se autoriza la reproducción íntegra de estapublicación mencionando su origen: ^<Hojas Divul- ne^,. L., ^,i. 13.^s.^_ly;igadoras del Ministerio de Agricultura^^. cTsr. n^.^^^,o, s. n.-ntaa^^^^

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EL TALLERDEL AGRICULTOR

En toda explotación agrí-cola, aunque no sea muygrande, es necesario dispo-ner de un taller, para poderreparar rápidamente las pe-queñas averías de las má-quinas que se emplean enel campo.

Para instalar el taller pue-de servir alguna cuadra yaen desuso o cualquier otrolocal de la explotación quecumpla las siguientes con-diciones indispensables:

• Espacio suficiente.

• Buena iluminación.

• Y que no sea húme-do.

Aunque tenga ventanasamplias, conviene instalarluz eléctrica y poner bom-billas de suficiente poten-cia para que iluminen todoel local y sobre todo aque-Ilos puntos en los que selimpian o reparan las pie-zas. Si no se dispone defluido eléctrico puede ha-cerse una instalación aco-plable a la batería del trac-tor.

Para poder trabajar concomodidad y rapidez es ne-cesario tener a mano todaslas herramientas. Esto últi-mo se consigue si están de-bidamente ordenadas.

Las puertas de entrada allocal deben ser amplias y,a ser posible, correderas.

EI piso del taller debe serde hormigón.