Desafio Para Educacionddhh 8

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I I I J ORNA DA S

DE COOPERACIN IBEROAMERICANA SOBRE

Educacin para la paz,la convivencia democrtica y los derechos humanosSAN JOS DE COSTA RICA :::: 24 AL 28 DE NOVIEMBRE, 2008

CON LA COLABORACIN DE

Proyecto auspiciado por el Ministerio de Educacin de Espaa Organizado por la Ocina Regional de Educacin de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO - Santiago) Con la colaboracin del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Ral Pardo Hernndez, Enrique Rodrgez y Carlos Mayordomo (Ministerio de Educacin de Espaa), Ana Mara Rodino y Randall Brenes (Instituto Interamericano de Derechos Humanos) Se puede reproducir y traducir total y parcialmente el texto publicado siempre que se indique la fuente. Los autores y las autoras son responsables por la seleccin y presentacin de los hechos contenidos en esta publicacin, as como de las opiniones expresadas en ella, las que no son, necesariamente, las de la UNESCO y no comprometen a la Organizacin. Las denominaciones empleadas en esta publicacin y la presentacin de los datos que en ella guran no implican, de parte de la UNESCO, ninguna toma de posicin respecto al estatuto jurdico de los pases, ciudades, territorios o zonas, o de sus autoridades, ni respecto al trazado de sus fronteras o lmites. Publicado por la Ocina Regional de Educacin de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago). Diseo y diagramacin Ximena Milosevic y Ana Mara Baraona ISBN: 978-956-322-011-7 Impreso por Salesianos Impresores S.A. Santiago de Chile, julio de 2009

III JORNADAS DE COOPERACIN IBEROAMERICANA SOBRE

Educacin para la paz, la convivencia democrtica y los derechos humanosSANTA JOS DE COSTA RICA :::: 24 AL 28 DE NOVIEMBRE, 2008

CON LA COLABORACIN DE

NDICE

PRESENTACIN INTRODUCCIN PONENCIAS Y PRESENTACIONESCONFERENCIA INAUGURAL Educar para la vida y la convivencia ::: LEONARDO GARNIER EDUCACIN EN DERECHOS HUMANOS / PONENCIAS El derecho a la educacin ::: TERESITA ESCOTTO El derecho a ser educado en derechos. Fundamento, sentido y promocin ::: ANA MARA RODINO EDUCACIN PARA LA PAZ Y LA CONVIVENCIA DEMOCRTICA / PRESENTACIONES Matriz de indicadores sobre convivencia democrtica y cultura de paz en la escuela ::: CAROLINA HIRMAS Educacin para la ciudadana: valores y competencias bsicas ::: FLORENCIO LUENGO Gestin tica de la escuela desde y para la convivencia escolar ::: MARA CECILIA FIERRO La construccin de normas de convivencia y disciplina desde una pedagoga de la conanza ::: RICARDO HEVIA

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EXPERIENCIA PRCTICAProyecto El Cole en nuestras manos, Costa Rica 193

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONESSNTESIS DE LOS TRABAJOS EN GRUPO Con relacin al tema de Educacin en derechos humanos Con relacin al tema de Educacin para la paz y la convivencia democrtica Cuadro resumen de recomendaciones y estrategias a seguir 209 210 213 219

ANEXOSAnexo 1 : Lista de participantes Anexo 2 : Programa y acto de inauguracin 224 225

PRESENTACIN7 : : : : : PR ESENTACIN

Desde su fundacin la UNESCO ha tenido como principio orientador de todas sus actividades fundar en la mente de las personas los baluartes de la paz. Esta es tambin la aspiracin de muchas de las reformas educativas en el mundo: educar a todas las personas en y para el ejercicio de los derechos humanos. De igual manera el Ministerio de Educacin de Espaa han establecido como una de sus prioridades favorecer el desarrollo de una cultura de paz. En el ao 2005 se aprob la Ley de Fomento de la Educacin y Cultura de Paz, en funcin de la cual el ministerio ha desplegado mltiples iniciativas para que los pases iberoamericanos fortalezcan sus polticas educativas orientadas al desarrollo de competencias para la paz, la convivencia democrtica y el respeto de los derechos humanos. Entre ellas, en los ltimos aos ha implementado tres Jornadas de Cooperacin con Iberoamrica en Educacin para la Paz: la primera en Cartagena de Indias, Colombia (2006); la segunda en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (2007); y la tercera en San Jos de Costa Rica (2008). Para llevar a cabo estas jornadas, el Ministerio de Educacin de Espaa ha establecido una alianza de cooperacin con la Ocina Regional de Educacin de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe, OREALC / UNESCO Santiago, y la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID) y en la ltima jornada con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) de Costa Rica. A estas jornadas han asistido representantes de los ministerios de Educacin de la regin que atienden o son responsables de los programas y/o proyectos de educacin para la paz, la convivencia democrtica y de educacin en derechos humanos. El propsito de estas jornadas ha sido iniciar la elaboracin de un Plan Iberoamericano de Educacin para la Paz que permita programar actividades conjuntas entre los pases, enriquecerse con las experiencias evaluadas como exitosas, apoyarse mutuamente, intercambiar conocimientos y, a futuro, crear redes de conocimiento, colaboracin e intercambio entre los funcionarios de los ministerios. Toda esta accin apunta a reforzar el sentido ltimo de las reformas educativas, cual es el de mejorar la convivencia entre las personas y los pueblos, fortalecer las democracias y asegurar el respeto de todos los derechos humanos, polticos, sociales, econmicos y

III JORNADAS DE COOPE R ACIN IBER OAM ER ICANA

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culturales. Es necesario mejorar la ecacia de los aprendizajes y la eciencia de los sistemas, pero todo se reducira a una accin muy limitada si no se tuviera como resultado de las reformas el mejoramiento de indicadores que muestren progreso en la convivencia democrtica y el aanzamiento de la paz, que es donde descansa el principio y n de la educacin que queremos para nuestros nios, nias y jvenes. En esta tarea estamos comprometidos y empeados tanto el Ministerio de Educacin de Espaa como la UNESCO.

INTRODUCCINRICARDO HEVIA :: OREALC/UNESCO SANTIAGO

9 : : : : : INT R ODUCCIN

En esta introduccin a las III Jornadas de Cooperacin con Iberoamrica en Educacin para la Paz, la Convivencia Democrtica y los Derechos Humanos quiero partir, en primer lugar, situando los desafos que las polticas educativas enfrentan en Amrica Latina de cara a los principales problemas econmicos, sociales, polticos y culturales de la regin. Luego describir en forma breve el trabajo que en esta materia hemos venido haciendo como UNESCO en Amrica Latina, desde la perspectiva de la demanda por una educacin de calidad para todos. Para terminar, explicar lo realizado en las dos anteriores Jornadas, los objetivos, el programa y la metodologa que se utilizaron en esta oportunidad, as como un resumen de las intervenciones en el acto inaugural (1).

LA SITUACIN DE AMRICA LATINA Y LOS DESAFOS PARA UNA EDUCACIN ORIENTADA A LA PAZ, LA CONVIVENCIA Y LOS DERECHOS HUMANOSLa misin fundamental de la UNESCO es trabajar por construir y consolidar la paz en el mundo a travs de la educacin, la ciencia y la cultura. En el artculo 1 de la Constitucin de la UNESCO paz. Ms que por la guerra, hoy la paz se ve amenazada en nuestro continente por la pobreza, la desigualdad, la corrupcin y la debilidad democrtica de nuestras instituciones (3).(2)

, parafraseando una frase de Gabriela Mistral, se lee: si las guerras nacen en la

mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la

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La programacin completa se puede consultar en el Anexo 2. Constitucin de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. Documento de discusin sobre polticas educativas en el marco de la II Reunin Intergubernamental del Proyecto Regional de Educacin para Amrica Latina y el Caribe (EPT/PRELAC), Buenos Aires, Argentina, Educacin de Calidad para Todos, 2007.

En efecto, prcticamente la mitad de los 500 millones de personas que viven en nuestro continente lo hacen en situacin de pobreza o pobreza extrema, lo que sin duda se agravar10

por la crisis nanciera que azota a gran parte del mundo, y de la que nuestros pases no escaparn. A pesar de que como regin en los ltimos cuatro aos estbamos mostrando ndices de mejoramiento econmico, ahora comenzamos como Ssifo a rodar pendiente abajo. Si la pobreza es grande, la desigualdad es an mayor. En nuestra regin el 10% ms rico supera en 20 veces o ms el ingreso del 40% ms pobre. Amrica Latina es el continente ms desigual del mundo. En l se da una concentracin brutal de la riqueza, una vergonzosa distribucin de los ingresos y una abismante desigualdad de oportunidades. La situacin de pobreza y desigualdad constituye una violacin a la dignidad humana, porque bajo esas condiciones se vive en el temor, en la inseguridad, se es discriminado y excluido de los benecios sociales. Es muy difcil que las personas en esas condiciones puedan ejercer el derecho a ser libres. Son estas desigualdades las que atentan contra la posibilidad de muchos de alcanzar una calidad de vida decente y ejercer sus legtimos derechos. La pobreza y la desigualdad han llevado a los pobres a vivir en una situacin de exclusin social, que se expresa en altos grados de marginalidad y violencia. Cada da ms se agranda la brecha entre ricos y pobres, indgenas y no indgenas, afrodescendientes y blancos, situacin que se convierte en un caldo de cultivo para la fragmentacin social y el incremento de la violencia. Amrica Latina tiene ndices que la hacen aparecer como una de las regiones ms violentas del mundo. Esta situacin social se expresa tambin en una frustracin de la gente respecto a la ecacia de los gobiernos democrticos en mejorar las condiciones de vida de la poblacin. En Amrica Latina la valoracin de la democracia es frgil y la satisfaccin por la democracia es an menor. Encuestas regionales sostienen que mientras el 72% de la poblacin opina que la democracia es el nico camino para llegar al desarrollo, slo el 29% se siente satisfecho con su funcionamiento. Un factor explicativo de este descontento es la percepcin que la poblacin tiene de la corrupcin. Ella es un factor de inestabilidad poltica y econmica. La corrupcin va de la mano de la pobreza, dado que por su causa no llegan los ujos de capitales que se necesitan para incrementar la produccin y generar ms riqueza. Ante esta situacin, la pregunta que tenemos que hacernos los educadores es cmo las polticas educativas pueden contribuir a generar mayor riqueza, aumentar la cohesin social, combatir la corrupcin, prevenir la violencia, promover una mayor inclusin social, consolidar la democracia y fomentar la paz. Estas preguntas se resumen en cmo incorporar en las polticas educativas un enfoque de la educacin como derecho humano, que posibilite el ejercicio de los dems derechos humanos, ample las capacidades de las personas para el ejercicio de su libertad, consolide comunidades pluralistas basadas en la justicia, y contribuya a construir en la mente de hombres y mujeres los baluartes de la paz. Este desafo que se le presenta hoy al sector educacin en nuestro continente es relevante y pertinente, puesto que la paz se funda en el respeto a la dignidad de las personas y en el

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ejercicio de la democracia, y la educacin tiene mucho que aportar a la formacin integral del individuo y a la construccin de una sociedad democrtica basada en el respeto a la dignidad de todos los seres humanos. En efecto, la escuela es el primer lugar de la convivencia ciudadana. Es en ella donde aprendemos a ser buenos o malos ciudadanos, porque en la escuela nos enfrentamos por primera vez con personas de nuestra edad, con quienes tenemos que aprender a llegar a acuerdos para organizar nuestras vidas. La escuela es un escenario clave donde a los alumnos se le presentan las confrontaciones de la sociedad, con sus amenazas de exclusin, marginacin y agresin, por un lado, y con las oportunidades de aprender maneras de enfrentarlas, por otro. Algunas escuelas pueden haberse convertido o llegar a convertirse en escuelas de violencia. Del mismo modo que se puede aprender en ellas la solidaridad, el respeto a la diversidad o la honradez, puede aprenderse en ellas tambin la violencia, la intolerancia, el chantaje y la corrupcin. Las competencias para ser ciudadanos se aprenden. Y la mejor manera de hacerlo es consolidar una cultura democrtica en el sistema escolar. Es decir, en la escuela se aprende a ser ciudadano mediante el ejercicio prctico de la democracia. Desarrollar en los escolares las competencias intelectuales, afectivas y sociales para la relacin con los otros es materia de naturaleza emocional y afectiva; moral y tica; ciudadana y democrtica. Una cultura democrtica descansa: En la disposicin y en las competencias para participar en la vida de la comunidad que desarrolle la poblacin; En la valoracin de la libertad propia y la de los dems; En la valoracin de la justicia; En el conocimiento de los derechos y obligaciones de las personas.11 : : : : : INT R ODUCCIN

EL TRABAJO DE LA UNESCO EN EDUCACIN CIUDADANA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA EDUCACIN DE CALIDAD PARA TODOSAhora bien, en la UNESCO hemos hecho un anlisis de polticas educativas sobre convivencia escolar en el contexto ms amplio de las polticas sobre calidad de la educacin. Hemos denido la calidad de la educacin sobre la base de cinco dimensiones estrechamente relacionadas entre s, interdependientes y todas componentes esenciales del concepto, al punto que no se podra hablar de calidad si alguna de ellas fuera decitaria. Ellas son: la relevancia, la pertinencia, la equidad, la ecacia y la eciencia (UNESCO, 2007). Para el tema que nos ocupa, de todas estas dimensiones nos interesa destacar aqu la relevancia. Ella tiene que ver con la importancia de lo que se ensea, tanto para el sujeto que aprende como para la sociedad en su conjunto. Es relevante una educacin en que los estudiantes

aprenden lo que el Informe Delors llama los cuatro pilares del aprendizaje para el siglo XXI: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser (UNESCO, 1996).12

En la Ocina Regional de Educacin de la UNESCO hemos analizado los contenidos de las polticas educativas de los pases a travs de las leyes generales de educacin y de los currculos ociales desde la perspectiva de estos componentes de la calidad de la educacin. De este anlisis deducimos que los pilares menos considerados en los planes y programas de estudio son dos: el aprender a hacer y el aprender a ser. Tambin encontramos que en los currculos se le da mucha importancia a la dimensin del aprender a vivir juntos, en particular a la formacin ciudadana, al conocimiento y ejercicio de los derechos humanos y al respeto a la diversidad. Sin embargo, dentro del concepto de convivir se enfatiza muy poco la dimensin tica del vivir juntos, por ejemplo, el valorar y actuar con justicia, basndose en la transparencia y en la honestidad. Llama la atencin que en un continente con las elevadas tasas de corrupcin que detenta, los currculos no tengan como objetivo que nuestros alumnos y alumnos aprendan a ser honestos y actuar con transparencia. Por otra parte, el aprender a vivir juntos aparece ms en los ejes transversales del currculo, que como materia disciplinar. Y cuando ello ocurre, no se explicita bien cmo trabajar estos contenidos en los programas de estudio. Son pocos los pases en que se han integrado los contenidos curriculares transversales en los sectores de aprendizajes. Es ms, los contenidos curriculares sobre democracia y ciudadana debieran ampliarse a todos los niveles y espacios educativos, y reejarse en el clima de aula y en toda la gestin institucional de la escuela. La enseanza de la democracia se debiera repensar en forma integral y sistmica, y desarrollarla como asignatura y, al mismo tiempo, como eje transversal del currculo. Aunque las constituciones de nuestros pases y las leyes generales de educacin declaran la igualdad de las personas en dignidad y derechos y la eliminacin de toda prctica discriminatoria, las normativas no precisan regulaciones y sanciones a quienes quebrantan estas disposiciones. Tampoco se establecen instancias de vigilancia y de garanta sobre estos derechos. Adems, pocos pases tienen normativas para eliminar los estereotipos y discriminaciones en los textos de estudio. Finalmente, nuestras investigaciones concluyen que en las universidades pedaggicas e institutos de formacin de maestros tampoco se le presta mayor atencin a estos temas ni se contemplan ramos especcos para preparar a los futuros docentes en esta materia. A qu se debe, entonces, esta distancia entre las buenas intenciones de las polticas educativas a nivel del discurso y los escasos instrumentos o mecanismos de control y vigilancia que debilitan el ejercicio prctico de estas orientaciones educativas? La investigadora Isidora Mena (4), de la Universidad Catlica de Chile, busca explicarse esta contradiccin y se pregunta por qu en la vida cotidiana de las escuelas se hace tan difcil abordar los temas de la educacin para la paz, la convivencia y los derechos humanos. Ella ofrece tres hiptesis para explicar este fenmeno:

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I. Mena, Intervencin en un panel en el seminario sobre Educacin, Derechos Humanos y Convivencia Democrtica, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, noviembre de 2008.

En primer lugar, hay un conicto entre el xito que esperan los muchachos y las familias tener en la escuela y el xito que fomenta este otro enfoque de convivencia y de paz. Para muchos el xito hoy no pasa por el respeto y ejercicio de los derechos humanos, sino por el individualismo. Hay un conicto de intereses entre lo que muchos padres y estudiantes desean y lo que la escuela se propone ensear en este dominio.13 : : : : : INT R ODUCCIN

En segundo lugar, la cultura escolar es autoritaria y, por tanto, antittica al discurso de los derechos humanos, de la responsabilidad y de la participacin del sujeto en la construccin de su autonoma moral. Nuevamente se enfrentan aqu valores sociales en pugna con los mtodos de enseanza y aprendizaje que prevalecen en la vida escolar.

En tercer lugar, el tipo de discurso que predomina en la escuela es terico y academicista. En cambio la educacin para los DDHH se funda en la accin y en la convivencia prctica. El discurso academicista de la escuela tradicional entra en confrontacin con este otro de carcter ms bien experiencial.

No obstante estas dicultades, las recomendaciones para incorporar en las polticas educativas de nuestra regin la perspectiva de la educacin para la paz, los derechos humanos y la convivencia democrtica son absolutamente claras, y la UNESCO se hace cargo de ellas. Es as como en la ltima reunin de ministros de educacin del Proyecto Regional de Educacin para Amrica Latina y el Caribe-PRELAC- realizada en Buenos Aires, el 2007, los ministros recomendaron, entre otros aspectos: Enfatizar las polticas de equidad. Preparar a los estudiantes para el ejercicio de la ciudadana. Promover la inclusin, la diversidad y la cohesin social. Reforzar la regulacin de los estados para evitar y combatir la discriminacin.

Del mismo modo es importante destacar algunas de las caractersticas que una poltica de educacin para la paz, los derechos humanos y la convivencia democrtica debieran tener. Entre ellas, que esta educacin sea: Integral: Debe incidir en todo el desarrollo del estudiante: en el nivel cognitivo, social, emocional, y en la construccin de sus valores y actitudes. Sistmica: Debe entrar en relacin y ser interdependiente con todos los procesos. formativos, y desarrollar sinergias con todos ellos. Acumulativa: Los nuevos aprendizajes deben descansar sobre los aprendizajes anteriores. Mientras ms temprano stos se inicien, tanto mejor. Basarse en la cotidianidad: Se debe prestar mucha atencin al currculo oculto y a los valores que se juegan en las relaciones cotidianas, no ociales. Un sistema integrado de oportunidades a partir de los intereses de los estudiantes. Tanto el clima pedaggico como los estndares acadmicos son cruciales para la formacin en este mbito. El aprendizaje de la democracia se juega a travs de un modelo de conducta.

Esto ltimo es importante dado que, en gran medida, los nios aprenden imitando para bien y para mal la conducta de sus mayores, entre ellos, la de sus profesores. Y algunas inves14

tigaciones sobre docentes han demostrado que ellos tienen actitudes y conductas no siempre dignas de imitar. Por ejemplo, la propia intolerancia de los maestros ayuda a reproducir la intolerancia en sus estudiantes. De acuerdo a un estudio del IIPE de Buenos Aires, el 20% de los maestros en Uruguay, el 35% en Argentina y el 55% en Per, no aceptaran tener un homosexual como vecino. En esa misma proporcin los docentes discriminan a los extranjeros y a los pobres. Tambin en la cultura institucional de la escuela hay mucha corrupcin y es difcil que, en este contexto, los estudiantes aprendan a ser honestos. De acuerdo a estudios de percepcin de la corrupcin, en un pas centroamericano los pagos ilegales y el soborno en la escuela son dos veces mayores que en los centros de salud y tres veces ms que en la polica. Se trata de que la educacin para la paz, la convivencia democrtica y los derechos humanos no deba ser slo terica, sino que estar basada en la propia conducta de los maestros y dems actores de la comunidad educativa. Para avanzar entonces en la formacin de una ciudadana democrtica en la escuela se deben: Denir las competencias que constituyen una ciudadana democrtica efectiva. Identicar las brechas entre esa ciudadana y los conocimientos, habilidades y actitudes de los jvenes. Promover foros democrticos con las familias y todos los actores de la vida escolar. Identicar experiencias exitosas. Profundizar el estudio de la historia y recuperar la memoria. Desarrollar y evaluar programas de formacin de profesores. Crear redes de apoyo para los docentes y los estudiantes con mayores dicultades.

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PROGRAMA, OBJETIVOS Y METODOLOGA DE LAS III JORNADAS.Ahora bien, sobre la base de los principios mencionados, hemos desarrollado en los dos ltimos aos dos Jornadas de Cooperacin con Iberoamrica nanciadas por el Ministerio de Educacin de Espaa. La I Jornada la tuvimos en Cartagena de Indias en noviembre de 2006 y la II Jornada en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en noviembre de 2007. Los objetivos de estas Jornadas fueron la reexin y el intercambio de experiencias entre los pases participantes; el anlisis de algunas polticas educativas sobre cultura de paz, convivencia y derechos humanos; y el sentar las bases para hacer un seguimiento de las experiencias de los pases. Los temas tratados en las Jornadas de Colombia y Bolivia se pueden sintetizar de la siguiente manera: Por el pluralismo y contra la discriminacin.

Por la convivencia democrtica y contra la violencia. Por los derechos humanos y contra la exclusin.15 : : : : : INT R ODUCCIN

En estas III Jornadas, llevadas a cabo entre los das 24 y 28 de noviembre de 2008 en San Jos de Costa Rica, organizadas por el Ministerio de Educacin, Poltica Social y Deporte del Gobierno de Espaa, la Ocina Regional de Educacin de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos de Costa Rica y con la participacin de 14 representantes de los ministerios de Educacin de 12 pases, adems de ocho invitados de cuatro pases (5), se plantearon los siguientes objetivos: Acordar un marco conceptual comn para abordar el diseo de polticas educativas que fomenten una cultura de paz, de convivencia democrtica y de respeto a los derechos humanos. Disear un plan conjunto de trabajo para el corto y mediano plazo, lo que implica identicar y priorizar algunas recomendaciones de polticas en estos temas. Aprobar un modelo de acompaamiento y seguimiento de los acuerdos alcanzados, que involucra establecer una coordinacin del trabajo durante el ao. Para alcanzar estos objetivos se trabaj con una metodologa de talleres, en que ms que exposiciones de los pases se construy colectivamente el plan de trabajo a corto y mediano plazo, decidiendo sobre las actividades a desarrollar, sus etapas, los mecanismos de comunicacin y seguimiento, de formacin y coordinacin. Para ello tambin sirvi de insumo conceptual la discusin de una matriz de indicadores para la evaluacin de la formacin en convivencia democrtica y cultura de paz. Esta matriz est construida sobre la base de un cruce de tres dimensiones de anlisis y tres niveles de observacin. Las dimensiones de anlisis son: a) el ejercicio del liderazgo, la participacin y la organizacin escolar; b) los procesos de enseanza y aprendizaje y c) el clima de relaciones, las normas de convivencia y la disciplina. Por su parte los niveles de observacin son: a) el espacio del aula; b) el espacio de la escuela o comunidad escolar y c) y el espacio de la relacin de la escuela con su entorno social. El programa de trabajo se compuso de dos bloques: el primero contena la reexin sobre el derecho humano a la educacin y la educacin en derechos humanos y se discuti sobre cmo llevar a la prctica el programa de Naciones Unidas sobre Educacin en Derechos Humanos. En el segundo bloque se discuti cmo llevar adelante polticas sobre educacin para la paz y la convivencia democrtica a partir del anlisis de la matriz de indicadores que recin se explic. Estos dos bloques estn estrechamente relacionados entre s. No olvidemos que no hay educacin para la paz sin derechos humanos; y que no hay paz sin convivencia democrtica. La metodologa de trabajo que se us fue la misma para ambos bloques. Se presentaron exposiciones sobre estos temas y luego se reexion en grupos a partir de las experiencias de los proyectos existentes en cada ministerio, siempre con la idea de ir construyendo un5 Ver listado en Anexo 1.

programa comn de trabajo a corto y mediano plazo. Se destac la importancia de aportar a la construccin colectiva desde las propias experiencias.16

En el primer bloque las presentaciones las realizaron Teresita Escotto, de UNESCO San Jos y Ana Mara Rodino, del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. En el segundo tema las presentaciones se hicieron sobre la base de la matriz conceptual para construir indicadores de convivencia democrtica. Las presentaciones fueron hechas por Carolina Hirmas, de la OREALC/UNESCO Santiago, Florencio Luengo, del proyecto Atlntida de Espaa, Cecilia Fierro de la Universidad Iberoamericana de Len, Mxico y Ricardo Hevia de la OREALC/UNESCO Santiago. En la ltima sesin de la tarde del da jueves 27 de noviembre se present una experiencia que el Ministerio de Educacin de Costa Rica lleva a cabo: El Cole en tus manos (6).

III JORNADAS DE COOPERACIN IBER OAM ER ICANA

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ACTO INAUGURALDr. Roberto Cullar/IIDH La discusin sobre seguridad nacional, pobreza y regreso de autoritarismos son elementos comunes a varios pases de Amrica Latina. El proceso educativo formal es un instrumento que acorta distancias entre esta situacin y la sociedad a la que aspiramos. Revisar el currculo y la prctica escolar desde una perspectiva de los derechos humanos constituye una obligacin ineludible de los pases que han rmado tratados y convenciones sobre derechos humanos. El Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) tiene el encargo de hacer un recordatorio cotidiano y ofrecer algunas herramientas para que los derechos humanos se practiquen. Por eso el IIDH ha desarrollado una propuesta curricular y metodolgica para estudiantes de 10 a 14 aos, la que fue presentada en el 2007 a los ministerios de Educacin. Los pendientes son muchos y su atencin, urgente. Sin embargo, la educacin no lo puede todo. Decir que la educacin es precondicin del ejercicio de otros derechos es desaante. En la educacin se juega el compromiso de la ciudadana con los derechos humanos. En esta funcin, el compromiso del magisterio juega un papel primordial. Dr. Leonardo Garnier/Ministro Educacin Costa Rica Todo lo relativo a la Educacin Para los Derechos Humanos (EPDH) parece fcil de declarar, pero es siempre muy difcil de llevar a cabo. La EPDH implica un reconocimiento del otro, una apertura a la diferencia. Educar para la convivencia democrtica es particularmente difcil. Se trata de crear sistemas de reglas adecuadas y que tengan sentido para todos. La educacin, ms que sermones, debe ser un ejercicio prctico de convivencia donde se aprenda el respeto irrestricto al otro diferente.

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Todas estas ponencias, presentaciones y experiencias se exponen como apartados en la presente publicacin.

Dr. Arturo Reig Tapia/Embajador de Espaa en Costa Rica Hay que educar no para la paz, sino desde la paz. Los valores cvicos de una convivencia respetuosa tendrn que ser comprendidos y aprendidos a travs de vivencias concretas en las escuelas. Dr. Ral Pardo Hernndez/Ministerio de Educacin de Espaa Para Espaa es un motivo de satisfaccin que el IIDH, lder en educacin en derechos humanos, sea quien acoja la realizacin de las III Jornadas de Cultura de Paz. El Ministerio de Educacin de Espaa expresa su compromiso con los pases iberoamericanos en la construccin de una cultura de paz. sta siempre empieza por el rechazo de la violencia como va de solucin a los conictos. La paz se debe interiorizar culturalmente. Es un proceso lento, supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. Es necesario reexionar sobre cmo construirla desde distintos mbitos: medios de comunicacin, asociaciones, empresas, etc. Las II Jornadas en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, generaron la necesidad de un diagnstico previo a la elaboracin de un Plan de Educacin en Derechos Humanos, Convivencia Democrtica y Paz. En estas IIII Jornadas esperamos dar los primeros pasos para realizar un diagnstico y construir una red que d continuidad a los trabajos ya realizados. Dr. Ricardo Hevia/OREALC/UNESCO Santiago Transmite el saludo del Director Regional de la UNESCO en Santiago de Chile y su beneplcito por contar, una vez ms, con la colaboracin del IIDH en el desarrollo de estos temas. Plantea la importancia de las III Jornadas como continuacin y profundizacin de las anteriores realizadas en Cartagena de Indias y en Santa Cruz de la Sierra, y los desafos que ello implica para un trabajo futuro de mediano y largo plazo. Conferencia inaugural/Dr. Leonardo Garnier, ministro de Educacin de Costa Rica (7) Desafos de la educacin para la paz, los derechos humanos y la convivencia democrtica. Hay temas como la EPDH que pasan a un segundo plano a la hora de asignar los recursos de los ministerios educativos: falta dinero para las artes, as como para la formacin ciudadana. Cuando vemos la consecuencia de esta desatencin, con la no muy afortunada expresin de prdida de valores de los jvenes, nos sorprendemos. Vivir y convivir tienen muchas aristas. Pareciera que la educacin tiene que ser en parte para el trabajo y en parte para la convivencia econmica, que nos permita sacar partido de nuestro ingenio y recursos. Pero qu pasa con los afectos y la relacin con los dems? Qu queremos en Costa Rica? Que los estudiantes aprendan lo relevante y lo hagan bien; competencias cientcas, lgicas, matemticas, histricas, de comunicacin. Pero en un mundo en el que casi todo se vale, en que prevalecen el miedo y la inseguridad, educar17 : : : : : INT R ODUCCIN

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La ponencia completa se encuentra como apartado en esta publicacin.

para la convivencia tiene un signicado especial y una importancia determinante. Necesitamos convivir en paz.18

Frente a la incertidumbre, la humanidad debe echar mano de las fuerzas que le han ayudado a lo largo de su historia: la tica y la esttica, como niveles nunca acabados de la convivencia humana. Educamos para enfrentar la injusticia y las dos fuentes de la pobreza: la ineciencia y el privilegio. Para vivir sin miedo, estamos en contra de la supersticin y de la tirana. Slo as trascendemos como individuos y sobrevivimos como especie. tica, esttica y ciudadana son los temas de inters nuestro. Educacin desde y para la tica signica que los jvenes sepan cmo conducirse. No podemos educar ni en los valores conservadores ni en la cmoda ambigedad de los relativistas. Cmo ensear tica? La tica no se aprende como mera informacin y conocimiento. Slo se aprende como vivencia, como creencia, como conviccin. Por tanto, tiene que trabajarse a partir de los dilemas ticos histricos que viven los jvenes. Hay dilemas ticos en el mundo artstico y su resolucin implica tomar partido. En este proceso es importante la conformacin de distintos criterios, valorar las distintas posiciones y proponer soluciones, no necesariamente nicas. Queremos una educacin ciudadana y para la ciudadana. sta no puede ser slo una asignatura. Su enseanza la trasciende. Debe implicar al centro educativo en su conjunto y a la comunidad. Para los jvenes es muy fuerte la incongruencia en estos tpicos. Necesitamos tomar en serio la educacin para la convivencia. Queremos una educacin esttica y para la esttica. Este es un campo muy menospreciado. Con enormes consecuencias. Quisiramos que los jvenes disfrutaran la belleza natural y artstica, distinguieran gneros y entendieran las manifestaciones artsticas en un sentido tcnico y tambin histrico. Y, por supuesto, aprender a expresarse artsticamente. Lo mismo puede decirse de la educacin fsica. Educacin para el juego y la sana competencia. Disfrutar, apreciar, comprender y expresar el arte y las manifestaciones fsicas son fundamentales para transformar los colegios. Que sea una educacin contextualizada, relevante, crtica, rigurosa tambin. Una educacin contextualizada signica que est en capacidad de apropiarse del mundo. El contexto de los jvenes de hoy no se detiene en su barrio o pas. Forman parte cada vez ms de una comunidad diversa y de jvenes del planeta. Finalmente, queremos una educacin que trascienda. Que la enseanza de la tica, esttica, de los derechos humanos debe marcar y trascender el currculo. Debemos encontrar la manera de integrar estos temas. No slo integrar desde las distintas asignaturas, sino envolver al colegio en su conjunto, como un espacio de convivencia que se disfruta y se siente propio. La tica, esttica y ciudadana tiene que trascender la escuela. Slo al salir de la escuela, sta puede transformar a la sociedad.

III JORNADAS DE COOPERACIN IBER OAM ER ICANA

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BIBLIOGRAFAConstitucin de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. UNESCO, La educacin encierra un tesoro, Informe de la UNESCO de la Comisin Internacional sobre Educacin para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, Pars, Ediciones de la UNESCO, 1996. UNESCO, Documento de discusin sobre polticas educativas en el marco de la II Reunin Intergubernamental del Proyecto Regional de Educacin para Amrica Latina y el Caribe (EPT/ PRELAC), Buenos Aires, Argentina, Educacin de Calidad para Todos, 2007. 19 : : : : : INT R ODUCCIN

PONENCIAS Y PRESENTACIONES

CONFERENCIA INAUGURAL

EDUCAR PARA LA VIDA Y LA CONVIVENCIALEONARDO GARNIER :: MINISTRO DE EDUCACIN PBLICA :: COSTA RICA

23 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

De acuerdo con la Ley Fundamental de Educacin (1), los nes de la educacin costarricense son: La formacin de ciudadanos amantes de su patria, conscientes de sus derechos y de sus libertades fundamentales, con profundo sentido de responsabilidad y de respeto a la dignidad humana, Contribuir al desenvolvimiento pleno de la personalidad humana, Formar ciudadanos para una democracia en que se concilien los intereses del individuo con los de la comunidad, Estimular el desarrollo de la solidaridad y de la comprensin humana, Conservar y ampliar la herencia cultural, impartiendo conocimientos sobre la historia del hombre, las grandes obras de literatura y los conceptos loscos fundamentales. De acuerdo con esos principios, la educacin debe formar para la vida en un sentido integral. Sin embargo, vivimos en un mundo o un momento en el que la educacin ha tendido a encogerse hacia aquellos aspectos que, por razones no muy bien establecidas, se consideraron ms tiles, ms prcticos y, por tanto, ms importantes que otros, que pasaron a la categora de mero adorno o lujo al que se puede aspirar si hay recursos o tiempo extra, pero nunca a costa del aprendizaje de aquello que se nos presenta como realmente importante, aunque no se sepa muy bien por qu o para qu. As, lo que tuvimos claro al redactar la Ley Fundamental de Educacin lo olvidamos en los hechos cuando asignamos los recursos de nuestro sistema educativo, y recordemos que es en la asignacin de los recursos ms que en los discursos donde se reejan las verdaderas prioridades.

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Ley Fundamental de Educacin No 2160 de 1957, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009.

No hubo recursos, ni tiempo, ni espacio para las artes, como tampoco hubo mayor preocupacin por la formacin para la ciudadana, que junto con la educacin fsica, las artes24

industriales y la educacin para el hogar pasaron a formar parte de ese peculiar conjunto de asignaturas a las que bautizamos en un gesto de macabra irona como materias especiales cuando lo nico que tenan de especiales era la poca importancia que les dimos. Se convirtieron en nuestras asignaturas corrongas. Hoy, cuando tanto nos quejamos, sorprendidos, de la ausencia de una educacin integral, y de la falta de formacin ciudadana, de la supuesta prdida de valores que tan errneamente achacamos a la juventud, qu poco lo asociamos con esa decisin de menospreciar el espacio y los recursos que dedicamos para que nuestras y nuestros jvenes tengan cmo y dnde formar su identidad en ese sentido pleno e integral. De qu nos sorprendemos?

III JORNADAS DE COOPERACIN IBER OAM ER ICANA

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UNA EDUCACIN PARA LA VIDA EN TODOS SUS SENTIDOSVivir y convivir tienen muchas aristas: debemos entender que en nuestra relacin con los otros y con el entorno natural del que formamos parte se nos va la vida; ya sea que hablemos del amor o de la guerra; del trabajo o del juego; de las pasiones o los intereses, del ocio o del negocio. Para todo eso, educamos, y para eso, debemos educar a todos. No basta que unos pocos tengan acceso a una educacin integral y de calidad: no buscamos una sociedad con alguna gente muy educada, buscamos una sociedad con educacin integral y de calidad para todos: una sociedad educada en todo sentido. Es evidente que la educacin debe ser, en parte, una educacin para el trabajo, para la produccin y el intercambio, una educacin para la convivencia econmica, una convivencia eciente y justa que nos permita sacar partido individual y colectivo a nuestro ingenio, a nuestro esfuerzo y a los recursos con que contamos. Pero no slo nos interesa el intercambio y la convivencia econmica con los dems. Como bien sealaba Adam Smith (2004) en su Teora de los Sentimientos Morales, ms que ninguna otra cosa nos interesa el afecto o la simpata de los dems, su aprecio, su respeto, su reconocimiento; nos importa qu piensan y sienten los dems sobre nosotros. En pocas palabras, nos importan los dems y nos importa importarle a los dems: slo ah encontramos el sentido trascendente a nuestra vida. Por eso, as como educamos para la convivencia eciente, til y prctica del mundo del trabajo, del comercio o del consumo; debemos tambin educar para la vida plena y trascendente que surge de la convivencia solidaria, del afecto desinteresado y de la responsabilidad con el medio. sta no es una paradoja simple y, mucho menos, una paradoja fcil de traducir en recetas educativas.

QU QUEREMOS?Queremos que los estudiantes aprendan lo que es relevante y que lo aprendan bien: que nuestros jvenes adquieran y desarrollen el conocimiento, la sensibilidad y las competencias cientcas; lgicas y matemticas; histricas y sociales; de comunicacin y lenguaje que la vida en sociedad exige. Todo esto es clave, pero no basta. En un mundo incierto en el que a veces pareciera que todo se vale; y en el que se vuelve casi indistinguible lo que vale ms de lo que vale menos; en un mundo en el que prevalece la inseguridad y el miedo y consecuentemente la agresin y la guerra, educar para la vida, educar para la convivencia, adquiere un signicado adicional y angustiante. Si bien es claro que al educar para la vida y la convivencia debemos educar para la eciencia, el trabajo, el intercambio y el consumo... es igualmente claro que, al educar, no podemos quedarnos con las necesidades prcticas del egosmo: necesitamos de la simpata, de la identicacin con el otro y con el entorno, como condicin indispensable para la supervivencia de una sociedad libre que convive en paz en un planeta frgil. Frente a la incertidumbre, como bien seala Savater (2003), la humanidad debe echar mano de esas grandes fuerzas que la han guiado a lo largo de su historia: la tica y la esttica, la bsqueda de qu es lo bueno, qu es lo correcto; y la bsqueda de qu es lo bello. En palabras de Gardner (2005), diramos que a la educacin que prepara para la bsqueda pragmtica y dinmica de lo verdadero debe agregarse la educacin que forma para la bsqueda trascendente de lo bueno y lo bello: una educacin en la tica y la esttica, como criterios fundamentales y nunca acabados de la convivencia humana. Educamos para cultivar esa parte de nuestra naturaleza humana que no viene inscrita en el cdigo gentico, sino en nuestra historia. Educamos para la cultura, para los derechos humanos, para la paz y para eso hemos llamado un desarrollo sostenible. Educamos para el ejercicio crtico, pero sensato o sensato pero crtico de la ciudadana democrtica. Educamos para identicar y enfrentar la injusticia; y para cerrar esas brechas que nos separan. Educamos para asimilar las nociones ms abstractas y complejas del pensamiento y las formas ms sublimes y no siempre asequibles del arte, como para manejarnos en los aspectos ms indispensables de la vida cotidiana: cambiar un fusible, abrir una cuenta bancaria, reparar una silla rota, hacer un ruedo, sacar de la caja e instalar la computadora nueva, pegar un botn. Educamos y esto nunca debiramos olvidarlo para erradicar las dos causas bsicas de la pobreza: la ineciencia y el privilegio. Educamos para que prevalezcan el afecto y la razn, de manera que no se repitan los errores del pasado: educamos contra la supersticin y la tirana, que suelen alimentarse mutuamente mientras atropellan a la razn y al respeto por el otro. Educamos, en n, para vivir sin miedo en el afecto y la memoria de los dems y cobijados por el mismo ecosistema: slo as trascendemos como individuos; slo as sobrevivimos como especie. Es por todo ello que la alfabetizacin del siglo XXI signica algo ms que leer, escribir y operar la aritmtica bsica; signica poder entender el mundo en que vivimos y expresarnos en25 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

los smbolos de nuestro tiempo y de nuestra juventud, y esos son los smbolos de la ciencia, de la tecnologa, de la poltica, del arte, del deporte y la cultura a todo nivel. De eso trata la26

iniciativa que impulsamos y que hemos llamado tica, esttica y ciudadana.

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QUEREMOS UNA EDUCACIN TICA Y PARA LA TICA Nuestros jvenes no pueden crecer sin criterios propios en un mundo en el que se diluye el imperativo moral de luchar por aquello que es humanamente correcto o bueno. No podemos educar ni en los valores inmutables de los conservadores ni en la cmoda ambigedad de los relativistas, sino en la bsqueda de qu es lo que nos permite vivir juntos, con respeto, con simpata, con solidaridad, con afecto; reconocindonos y aceptndonos en nuestra diversidad y entendiendo nuestra responsabilidad para la preservacin de ste, nuestro nico entorno natural, al que estamos indisolublemente ligados. La tica no es algo que se pueda aprender como mera informacin, ni siquiera como conocimiento, sino como vivencia, como creencia, como conviccin y que, por tanto, debe aprenderse mediante una metodologa que enfrente a los muchachos con dilemas ticos de distintos tipos: cotidianos, histricos, artsticos y hasta imaginarios o cticios. Pero la resolucin de estos dilemas no puede ser antojadiza o casual, sino que debe incorporar la adquisicin de conocimientos mediante procesos sistemticos de identicacin, investigacin, deliberacin y resolucin de los distintos dilemas. En este proceso es particularmente importante la confrontacin de diversas posiciones mediante procesos respetuosos y tolerantes que permitan elaborar los criterios propios mediante los cuales valorar estos dilemas, desarrollar posiciones frente a ellos, y proponer soluciones no necesariamente nicas considerando los criterios y soluciones de los dems. Finalmente, debe haber un elemento clave de conceptualizacin y de explicitacin de los argumentos, que es indispensable para que las experiencias y vivencias constituyan un aprendizaje en el sentido pleno del trmino y no una mera acumulacin de ancdotas, pues este aprendizaje debe servir a los estudiantes a enfrentar dos tipos distintos de riesgos: por un lado, el riesgo lamentablemente frecuente de las respuestas maniqueas a los diversos dilemas: las salidas fciles, las recetas, las verdades absolutas e inmutables con que tanto nos gusta superar nuestras dudas y enfrentar nuestras opciones; en el otro extremo, est el riesgo de diluir los dilemas en un mero relativismo para el que todo da igual, todo vale igual, todo importa lo mismo, que es como decir nada vale, nada importa porta a m!

QUEREMOS UNA EDUCACIN CIUDADANA Y PARA LA CIUDADANA En el campo de la ciudadana, las diversas experiencias muestran algo que tambin es cierto en los campos de la tica y la esttica, pero que aqu adquieren particular importancia; y es que no basta que la ciudadana sea parte de una asignatura propiamente

dicha. Ms an, no basta que permee el currculo, sino que debe marcar toda la vida del centro educativo e ir ms all: a la relacin entre el centro educativo y la comunidad. Si algo es evidente para los estudiantes es la falta de congruencia entre el discurso y la prctica: un discurso cargado de tica y valores ciudadanos acompaado de una prctica autoritaria simplemente no funciona con los jvenes. La responsabilidad y los derechos slo se aprenden cuando su conceptualizacin va acompaada de la prctica y la prctica se conceptualiza. De aqu la importancia de redenir la relacin adulto-adolescente, docente-alumno, escuela-comunidad y, por supuesto, la necesidad de tomarse en serio la educacin para el hogar: esa preparacin para la vida ms prxima, para la convivencia en su sentido ms ntimo, ms intenso y sin duda ms difcil, pues incluye desde los detalles ms prcticos hasta los sentimientos ms profundos. En el campo de la ciudadana adquieren especial relevancia las competencias, destrezas, las y los jvenes para convivir en sociedad dentro de un marco democrtico de Estado de Derecho y de respeto a los derechos en su sentido ms pleno. Hay prcticas que deben aprenderse y, valga la redundancia, practicarse, hasta que se vuelvan no slo entendidas y practicadas, sino casi intuitivas: el sentir democrtico. Tambin hay un conjunto de valores que son fundamentales en la formacin tica y ciudadana: valores como la justicia y la equidad; la autonoma, entendida como anttesis del autoritarismo o el mero tutelaje; la tolerancia, el respeto, el aprecio y el disfrute de la diversidad; la expansin de la libertad en su sentido amplio de capacidad: soy libre cuando tengo la libertad real de ejercer mis capacidades y mi potencial; la dignidad como derecho a una vida buena y, en especial, como derecho a no ser humillado, a no ser tratado como menos que nadie ni sentirse menos que nadie. La solidaridad y la simpata: la identicacin con el otro. La responsabilidad con nosotros, con los otros y con el entorno. En n, el derecho a los sentimientos: el regreso a una educacin sentimental.27 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

QUEREMOS UNA EDUCACIN ESTTICA Y PARA LA ESTTICA De la misma forma, debemos educar en la esttica, para que nuestros jvenes aprendan a gozar de la belleza natural y artstica; para que sean capaces de apreciarla y valorarla; de entenderla conocer y respetar sus races y experimentar sus derivaciones y combinaciones para poder as comunicarse y expresarse, ellos mismos, artsticamente. Debemos recuperar la educacin fsica en su sentido ms integral: tanto como la educacin para una vida saludable, para el ejercicio y movimiento de nuestros cuerpos, para elevar la disciplina y sosticacin con que somos capaces de utilizarlo; como una educacin para el juego y la sana competencia, una educacin que utiliza el juego como situacin e instrumento de convivencia, de aprendizaje de reglas, de respeto al otro, de estmulo a la excelencia, de comprensin de las diversas capacidades y gustos; y, en especial, de disfrute del compaerismo. Disfrutar, apreciar, comprender y expresar. Cuatro retos de la educacin artstica que, de lograr incorporarse con ms sentido y fuerza en nuestros colegios, transformaran sin duda la

enseanza en esos centros y la vida de nuestra gente joven. Hemos pedido ms, pero pidamos an ms a nuestros equipos de trabajo.28

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QUEREMOS UNA EDUCACIN DE CALIDAD, RELEVANTE Y CONTEXTUALIZADA Queremos que nuestras y nuestros colegiales se apropien del arte, lo mismo que del conocimiento cientco o de su concepcin ciudadana, pero que lo hagan con rigor y con una mente abierta y crtica, no con una mentalidad aldeana, complaciente o snob. Cuando hablamos de una educacin contextualizada no nos referimos solamente a que cada estudiante debe conocer a fondo sus races, su comunidad local, las vivencias de su barrio o su pas y las formas artsticas, culturales y cvicas que le son propias y que, por supuesto, debe conocer; sino que estn en capacidad de apropiarse del mundo. Claro que es importante tener muy claras nuestras races y vivirlas intensamente, pero no para volvernos y volverlas endogmicamente estriles, sino para crecer con ellas y a partir de ellas. El contexto de los jvenes de hoy no se detiene en el pueblo o barrio, ni en el cantn o la provincia en que viven. No se detiene siquiera en las fronteras nacionales: son jvenes que forman parte, cada vez ms, de una comunidad enormemente diversa, pero con algo muy peculiar que tambin los identica: una comunidad de jvenes; jvenes que comparten angustias y gustos a lo largo y ancho del planeta como ocurri, aun sin internet, en los aos sesenta, cuando Pars, Tlatelolco y Pekn parecan fundirse en un solo instante al ritmo de alguna tonada de Los Beatles. Hoy es mucho, pero mucho ms intenso ese sentido de pertenencia a un conglomerado global que, paradjicamente, necesita y potencia las identidades y pertenencias locales. Por eso, disfrutemos, entendamos y apreciemos nuestro arte, hagamos nuestro arte; pero sepamos tambin ser dueos del arte del mundo, un arte construido a lo largo de la historia y que est hoy aqu, disponible para lo que queramos hacer con l. Arte del mundo, arte de todas las pocas y de todos los gneros cultos y populares: a eso debemos exponer a nuestras y nuestros jvenes si realmente queremos verles crecer y crear. Lo mismo debe ocurrir con la ciencia, con el deporte, con la poltica, con la losofa, con la propia vida en familia y con nuestra propia concepcin de ser humanos y de los derechos y responsabilidades que esto implica, concepciones que si bien tienen siempre una base y un origen histrico especcos, son tambin conceptos, visiones y creencias que adquieren una connotacin cada vez ms universal.

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QUEREMOS UNA EDUCACIN QUE TRASCIENDA Es importante entender, para tener el impacto al que aspiramos, que la enseanza de la tica, la esttica y la ciudadana deben marcar y alterar el currculo completo: los movimientos artsticos deben marcar los cursos de Estudios Sociales tanto o ms que las batallas y las conquistas; la formacin de los colores debe aparecer en la clase de qumica;

las ondas deben sonar en la clase de fsica y las ecuaciones de matemtica deben ilustrar la trayectoria de las pelotas hacia el marco o la interaccin de las notas en el pentagrama o, mejor, su vibracin en las cuerdas de la guitarra y en nuestro propio cuerpo, en el que hasta los sentimientos vibran de distintas formas con la msica. Ms an, la enseanza de las artes, de la tica o de la ciudadana tienen que salir del aula y llenar el colegio entero, volverlo un espacio agradable, retador, apasionante; un espacio de convivencia, un espacio que se disfruta y se siente propio, un espacio y un tiempo en los que la juventud construye su identidad de cara a s misma y al mundo en que se encuentra. La tica, la esttica y la ciudadana tienen incluso que salirse del colegio y empapar a la comunidad, hasta que la comunidad entienda que slo cuando la escuela es mejor que la sociedad es capaz de transformar esa sociedad.29 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

BIBLIOGRAFAGARDNER HOWARD, Inteligencias mltiples: La teora en la prctica, Barcelona, Paids Ibrica, 2005. LEY FUNDAMENTAL DE EDUCACIN No 2160 de 1957, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. SAVATER FERNANDO, El valor de elegir, Barcelona, Editorial Ariel, 2003. SMITH ADAM, Teora de los sentimientos morales, Madrid, Alianza Editorial, 2004. 30 III JORNADAS DE COOPERACIN IBER OAM ER ICANA

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PONENCIA

EL DERECHO A LA EDUCACINTERESITA ESCOTTO-QUESADA :: UNESCO SAN JOS

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El derecho a la educacin es uno de los llamados derechos econmicos, sociales y culturales (DESC). Otros DESC incluyen: el derecho a la salud y a la asistencia mdica, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho al trabajo, el derecho a la seguridad social. Estos derechos no son mencionados como tales en la Carta de las Naciones Unidas (1), sin embargo, sta hace referencia a la necesidad de promover un nivel de vida adecuado (Artculo 55 a), lo que constituye la esencia de los mismos. Por su parte, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos (DUDH ) (2), cuyo dcimo sexto aniversario estamos celebrando actualmente, reconoce a los DESC como una categora especial y los enumera (Artigas, Franco, et. al., 2001). Dicha Declaracin repite en su prembulo la mencin al compromiso por promover el progreso social y elevar el nivel de vida, al cual considera un derecho (Artculo 25), para asegurar a toda persona (sea o no trabajador), as como a su familia, la salud y el bienestar y, en especial, la alimentacin, el vestido, la vivienda, la asistencia mdica y los servicios sociales necesarios. Adicionalmente, el Artculo 26 de la Declaracin Universal nos recuerda que: 1. Toda persona tiene derecho a la educacin. La educacin debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instruccin elemental y fundamental. La instruccin elemental ser obligatoria. La instruccin tcnica y profesional habr de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores ser igual para todos, en funcin de los mritos respectivos. 2. La educacin tendr por objeto el pleno desarrollo de la persona humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y los grupos tnicos o religiosos; y promover el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Por su parte, la Convencin (Pacto) Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (3), adoptada por la Asamblea General en 1966, es el instrumento jurdico internacional

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Carta de las Naciones Unidas, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009. Declaracin Universal de los Derechos Humanos, versin electrnica, http://www2.ohchr.org/English/events/ UDHR60/docs/DECLARATIONSP.pdf, consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009. Pacto Internacional de los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009.

ms importante, dado el respaldo de raticaciones que ha recibido. Este Pacto dedica dos artculos al derecho a la educacin, los artculos 13 y 14. El Artculo 13, la disposicin ms32

extensa del Pacto, es, segn el Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (CESCR rgano de expertos independientes que supervisa la aplicacin del Pacto por sus Estados Partes), el artculo de alcance ms amplio y exhaustivo sobre el derecho a la educacin de toda la litigacin internacional sobre los derechos humanos (4). Otros instrumentos jurdicos internacionales que hacen referencia al derecho a la educacin y que vale la pena mencionar son: El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, en su Artculo 18; La Convencin sobre los Derechos del Nio, en sus artculos 28 y 29; La Convencin contra la Discriminacin en la esfera de la educacin, en sus artculos 3, 4 y 5; La Convencin contra la Eliminacin de todas las formas de discriminacin contra la mujer, en su Artculo 10. Y en Amrica Latina: La Convencin Americana sobre los Derechos Humanos (Pacto de San Jos, artculo 26); El Protocolo Adicional a la Convencin Americana en materia de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador, Artculo 13). El Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales ha desarrollado el contenido normativo del derecho a la educacin a travs del concepto de un contenido central. El contenido central es la parte fundamental de un derecho sin el cual el mismo perdera su signicado esencial. Algunos elementos del contenido central del derecho a la educacin son, por ejemplo, el derecho a tener acceso a la educacin en todos sus niveles y en una base de no discriminacin; la educacin primaria obligatoria y gratuita; facilidades especiales para grupos vulnerables; una educacin de calidad ja; la libertad de escoger la educacin que uno desee; el derecho de las minoras y de los grupos indgenas a aprender en su lengua materna (Coomans, 2004). El prrafo 1 del Artculo 13 del Pacto ampla lo establecido en el Artculo 26 de la DUDH desde tres puntos de vista: la educacin debe orientarse al desarrollo del sentido de la dignidad de la personalidad humana, debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre y debe favorecer la comprensin entre todos los grupos tnicos y entre las naciones y los grupos raciales y religiosos. El CESCR, en sus Observaciones

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Asamblea General de Naciones Unidas, contribucin del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales al proceso preparatorio de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, A/CONF.189/PC.1/14, 29 de febrero de 2000, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009.

Generales 13 (5) nos dice que posiblemente el objetivo fundamental de la educacin sea el que arma que la educacin debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la capacidad humana. Entre otras cosas, esto implica que el derecho a la educacin es un derecho que empodera; es decir, da poder a la gente para desarrollarse como persona y para contribuir al desarrollo de la sociedad. El derecho a la educacin tambin es un derecho clave, pues desbloquea la capacidad para disfrutar de otros derechos humanos, por ejemplo, del derecho al trabajo, el derecho a la salud, el derecho a la informacin, el derecho a participar en la vida cultural del pas, etc. En este sentido, el derecho a la educacin representa los principios de indivisibilidad y de interdependencia de todos los derechos humanos. El prrafo 2 del Artculo 13 del Pacto, que trata sobre el derecho a recibir educacin, nos dice que la educacin, en todas sus formas y en todos los niveles, debe tener las siguientes cuatro caractersticas interrelacionadas (6): a. Disponibilidad (o asequibilidad). Debe haber instituciones y programas de enseanza en cantidad suciente en el mbito del Estado Parte. Entre otras condiciones debe haber: edicios que protejan contra los elementos, instalaciones sanitarias para ambos sexos, agua potable, materiales de enseanza, docentes calicados con salarios competitivos, bibliotecas, servicios de informtica, tecnologa de la informacin, etc. Tambin debe haber programas de formacin de adultos y su alfabetizacin. b. Accesibilidad. Las instituciones y los programas de enseanza han de ser accesibles a todos, sin discriminacin, en el mbito del Estado Parte. La accesibilidad consta de tres dimensiones que coinciden parcialmente: 1. No discriminacin. La educacin debe ser accesible a todos, especialmente a los grupos vulnerables de hecho y de derecho, sin discriminacin por ninguno de los motivos prohibidos. 2. Accesibilidad material. La educacin ha de ser asequible materialmente, ya sea por su localizacin geogrca o por medio de la tecnologa moderna. 3. Accesibilidad econmica. La educacin ha de estar al alcance de todos. Mientras que la enseanza primaria ha de ser gratuita para todos, se pide a los Estados Parte que implanten gradualmente la enseanza secundaria y superior gratuita. c. Aceptabilidad. La forma y el fondo de la educacin, comprendidos los programas de estudio y los mtodos pedaggicos, han de ser aceptables (por ejemplo, pertinentes, adecuados culturalmente y de buena calidad) para los estudiantes, y cuando proceda, los padres.33 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

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Consejo Econmico y Social de Naciones Unidas, Observaciones Generales 13 del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, perodo de sesiones de 1999, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. Pacto Internacional de los Derechos Econmicos op. cit.

d. Adaptabilidad. La educacin ha de tener la exibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de sociedades y comunidades en transformacin y responder a las necesidades34

de los alumnos en contextos culturales y sociales variados. Las obligaciones que comporta el asegurar la titularidad individual de los beneciarios del derecho o los derechos de que se trata suelen referirse a respetar, proteger y hacer efectivo el derecho en cuestin. Estas responsabilidades jurdicas pueden entraar obligaciones ms especcas que tengan con ver con la conducta (accin o inaccin) y con los resultados esperados. Por ejemplo, nos dice el Comit de DESC que la obligacin del Estado de respetar la disponibilidad de la educacin se demuestra no cerrando escuelas privadas; la de proteger la accesibilidad de la educacin, velando porque terceros, incluidos padres y empleadores, no impidan que las nias asistan a la escuela; la de llevar a efecto (facilitar) la aceptabilidad de la educacin, adoptando medidas positivas para que la educacin sea culturalmente aceptable para las minoras y las poblaciones indgenas, y de buena calidad para todos; la obligacin de llevar a efecto la adaptabilidad de la educacin, formulando planes de estudio y dotndolos de recursos que reejen las necesidades contemporneas de los estudiantes en un mundo en transformacin. Como indicaba Katerina Tomasevski (2003), antigua Relatora Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Educacin, los derechos humanos conllevan una serie de obligaciones por parte de los Estados Miembros. Las obligaciones que emanan del derecho a la educacin son entonces las siguientes, de acuerdo al esquema de las 4-As planteado anteriormente (documento presentado en la reunin de Quito): Asequibilidad. Esto conlleva dos obligaciones gubernamentales diferentes. Como un derecho civil y poltico, el derecho a la educacin requiere que el estado permita el establecimiento de escuelas que respeten la libertad de la educacin y en la educacin. El derecho a la educacin como un derecho econmico y social requiere que el gobierno asegure una educacin gratuita y obligatoria parar todos. Como un derecho cultural, requiere el respeto a la diversidad. Existe una obligacin para respetar la decisin de los padres/madres de familia para escoger la educacin de sus hijos. Accesibilidad. El derecho a la educacin debe ser alcanzado de manera progresiva, asegurando una educacin gratuita y obligatoria tan pronto como sea posible, y facilitando el acceso a una educacin post-obligatoria segn lo permitan las circunstancias. Existe la obligacin de eliminar la exclusin de la educacin basada en la discriminacin (raza, color, gnero, lengua, religin, opinin poltica, origen tnico o social, estatus econmico, nacimiento, estatus social, discapacidad, etc.). Existe la obligacin de identicar los obstculos que impiden el cumplimiento del derecho a la educacin. Aceptabilidad. Incluye garantas mnimas para la calidad de la educacin, tales como la salud y la seguridad en las escuelas o los aspectos profesionales de los maestros. Se

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tienen que desarrollar estndares de calidad, que sean monitoreados y aplicados por el gobierno a travs de todo el sistema educativo, tanto pblico como privado. La dimensin de aceptabilidad ha sido ampliada mucho a travs de la legislacin internacional de los derechos humanos. Por ejemplo, los derechos de los pueblos indgenas y de las minoras ha priorizado el tema de idioma o lengua de instruccin. La prohibicin del castigo corporal ha transformado los mtodos de instruccin y la disciplina escolar. Existe la obligacin de asegurarse que la educacin cumple con estndares de calidad basados en derechos. Adaptabilidad. Requiere que las escuelas se adapten a los nios, y no al contrario. Existe la obligacin de asegurar la educacin para todos los nios que estn fuera del sistema formal. (Programas educativos extraescolares, por ejemplo). En el Protocolo de San Salvador (7), adicional a la Convencin Americana sobre Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, se establece la obligacin de los estados de dar una educacin cuyos rasgos de calidad son: 1) que se oriente hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y el sentido de su dignidad; 2) que se dirija a fortalecer el respeto por los derechos humanos, el pluralismo ideolgico, las libertades fundamentales, la justicia y la paz; 3) que ofrezca capacitacin a todas las personas para que participen efectivamente en una sociedad democrtica y pluralista; 4) que favorezca la comprensin, la tolerancia y la amistan entre todas las naciones y todos los grupos raciales, tnicos o religiosos; 5) que promueva las actividades a favor del mantenimiento de la paz. El mismo Protocolo de San Salvador conviene algunos aspectos a ser tenidos en cuenta, para alcanzar cada una de las dimensiones (Tomasevski, 2003): Asequibilidad, haciendo disponible a la educacin Ajustes nacionales de acuerdo a la legislacin internacional de derechos humanos (e.g. brechas entre los requisitos internacionales y las prcticas nacionales, o entre las disposiciones constitucionales y las legislaciones regionales y/o locales). Desmontar obstculos nancieros. Es necesario identicar los obstculos nancieros para que todos los nios puedan asistir a la escuela. La ley no puede obligar ni a los padres ni a los gobiernos a dar una educacin si sta se encuentra ms all de sus medios nancieros. Mientras las familias no puedan afrontar los costos de la educacin, la obligatoriedad no puede ser exigida. Asegurar un balance entre derechos y libertades: por ejemplo, el respeto a la libertad de los padres para educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones loscas, morales o religiosas est asegurado en la mayor parte de la legislacin internacional35 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

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Protocolo de San Salvador, adicional a la Convencin Americana sobre Derechos en materia de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, Departamento de Derecho Internacional, Organizacin de los Estados Americanos, Washington D.C., versin electrnica, http://www.oas.org/juridico/spanish/Tratados/a-52.html, consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009.

de derechos humanos. Otro ejemplo se reere al balance entre la salvaguarda de caractersticas particulares de una identidad colectiva y la nocin de construccin36

de la nacin, que es un eterno problema en todos los pases. Y an otro ejemplo: el hecho de que la existencia paralela de escuelas pblicas y privadas puedan replicar (o agravar) las desigualdades educacionales existentes en la sociedad, las cuales frecuentemente coinciden con suras raciales, ticas, religiosas o lingsticas. Accesibilidad, asegurando el acceso a la educacin Documentar los patrones de exclusin. Se hace necesario identicar los patrones que conllevan a la exclusin de ciertos grupos. Es muy importante identicar y remover los obstculos que impiden que los nios empiecen la escuela, vayan a la escuela y aprendan, y terminen cuando menos el nivel educativo que ha sido denido como obligatorio. Es necesario que se identiquen los patrones discriminatorios existentes (no slo los tradicionales sino tambin los ms recientes, como es la discriminacin hacia las personas seropositivas o la discriminacin hacia nios que nacieron fuera del matrimonio). Otro tema que es importante aqu es la eliminacin del trabajo infantil y el tema del matrimonio infantil (la edad en la cual casan a las nias en ciertas sociedades). (Tambin se debe tratar el tema de la discriminacin hacia nios migrantes, refugiados y desplazados internamente, los nios afectados por conictos armados y los nios privados de libertad, entre otros). Aceptabilidad de la educacin Derechos y libertados de los docentes. Se nota que en las estrategias globales de educacin hay poca mencin a los docentes y menos a sus derechos. Los medios para instruir. Se reere a la lengua que se usa para impartir la instruccin. Si un nio o nia no entiende la lengua en que se est impartiendo la instruccin, no puede haber aprendizaje. Esto no signica que el gobierno tenga la obligacin de asegurar la enseanza y el aprendizaje en todas las lenguas de un pas, pues esto sera imposible. Signica que el gobierno debe facilitar el uso de la lengua materna, especialmente en los primeros aos de la educacin. El contenido de la educacin. La legislacin internacional en derechos humanos trata a la educacin como un n en s mismo y como un medio para alcanzar otros derechos humanos. Aqu estamos hablando de que la educacin debe promover todos los derechos humanos. La idea no es tratar la educacin en derechos humanos como un agregado, sino integrar los derechos humanos transversalmente en la enseanza y el aprendizaje. Mtodos de enseanza y disciplina escolar. Se reere al hecho de que los nios sean tratados como sujetos de derechos. Adaptabilidad Adaptando la escuela a los nios, en lugar de forzar a los stos a que se adapten a la escuela. Tambin incluye identicar las habilidades de aprendizaje de los nios.

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Se deben identicar todos los obstculos que un nio puede enfrentar en el acceso a la escuela y en el aprendizaje en la misma. Las estrategias educativas y los datos cuantitativos que las apoyan deben incluir salvaguardas de derechos humanos para reconocer formalmente la diversidad, protegiendo a aquellos que son identicados como diferentes, como ellos que son diferentes de nosotros, para evitar la discriminacin y la victimizacin. Principios de derechos humanos para un monitoreo cros-sectorial. Datos indican que muchos nios terminan la escuela a los 10 aos, pero no se les permite trabajar sino hasta los 14. qu se supone que hacen en este tiempo? Esta pregunta requiere una estrategia cros-sectorial. La falta de educacin conlleva a una exclusin del mercado de trabajo, la cual perpeta y aumenta el empobrecimiento. Esta relacin circular requiere de una transversalizacin de los derechos humanos que complemente el nfasis en la educacin como un medio, especcamente la prioridad de que los nios empiecen y terminen su educacin, plantendose la siguiente pregunta: educacin para qu? Teniendo en cuenta el escenario internacional en el que se sita actualmente el derecho a la educacin y circunscribindolo a nuestra regin, cito a continuacin, siguiendo a Humberto Salazar, los principales cinco desafos que afronta consecucin de una educacin de calidad en Amrica Latina (Salazar, 2007): 1. Insuciente conciencia de la condicin de derecho humano de la educacin por parte tanto de las autoridades como de la sociedad en general; 2. Existe por lo tanto una visin reducida del derecho a la educacin, como derecho de acceso, que debe ser garantizado para todos y todas sin discriminacin de ningn tipo; 3. Se hace evidente la necesidad de acompasar las polticas pblicas existentes con la vigencia del derecho a la educacin en el plano internacional, con el paso obligado de terminar con tendencia a mercantilizar la educacin; 4. No obstante, la inconsistencia entre los textos constitucionales y la normativa internacional diculta la adecuacin de las polticas pblicas; 5. Sumado todo a un insuciente desarrollo de los mecanismos legales de exigibilidad. Para terminar, se propone el reforzamiento de algunas estrategias de exigibilidad que estn siendo utilizadas en Amrica Latina: a. Presentacin de informes alternativos ante Naciones Unidas y seguimiento a sus recomendaciones; b. Actividades de difusin y movilizacin; c. Incidencia en polticas pblicas a travs de cabildeo; d. Monitoreo de la situacin del derecho a la educacin mediante informes; e. Presentacin de recursos judiciales.37 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

BIBLIOGRAFAARTIGAS CARMEN, FRANCO ROLANDO, et al, Derechos econmicos, sociales y culturales en Amrica Latina: su situacin actual, Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL) Naciones Unidas, Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, 2001, versin electrnica, , consultado por ltima vez el 23 de abril de 2009. Asamblea General de Naciones Unidas, contribucin del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales al proceso preparatorio de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, A/CONF.189/PC.1/14, 29 de febrero de 2000, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. Carta de las Naciones Unidas, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009. Consejo Econmico y Social de Naciones Unidas, Observaciones Generales 13 del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, perodo de sesiones de 1999, versin electrnica en espaol, , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. COOMANS FONS, en el Informe Latin American research network of ombudspersons ofces (larno) on economic, social and cultural rights, working in cooperation with UNESCO workshop on the right to education Quito, Ecuador, 2004, versin electrnica , consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. Declaracin Universal de los Derechos Humanos, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009. HUMBERTO SALAZAR, Legislacin educativa: lmites y formas como se congura el derecho a la educacin, CEFRAL, Ctedra Andrs Bello de la Universidad Iberoamericana, versin electrnica,, consultado por ltima vez el 23 de abril de 2009. Pacto Internacional de los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, versin electrnica, , consultada por ltima vez el 22 de abril de 2009. Protocolo de San Salvador, adicional a la Convencin Americana sobre Derechos en materia de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, Departamento de Derecho Internacional, Organizacin de los Estados Americanos, Washington D.C., versin electrnica, http://www.oas.org/juridico/spanish/Tratados/a52.html, consultada por ltima vez el 23 de abril de 2009. TOMASEVSKI KATARINA, Contenido y vigencia del Derecho a la Educacin, en Cuadernos Pedaggicos, San Jos, Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2003. 38 III JORNADAS DE COOPERACIN IBER OAM ER ICANA

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PONENCIA

EL DERECHO A SER EDUCADO EN DERECHOS. FUNDAMENTO, SENTIDO Y PROMOCINANA MARA RODINO :: INSTITUTO INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS :: COSTA RICA

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DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIN: VASOS COMUNICANTESEl 10 de diciembre de 2008 se cumplieron sesenta aos de un evento al que hoy le reconocemos envergadura histrica: la promulgacin de la Declaracin Universal de Derechos Humanos (DUDH, Naciones Unidas, 1948). En sincrona y celebracin, la Asamblea General de las Naciones Unidas acaba de declarar al ao que comenz ese da y que se extender durante 2009 como Ao Internacional del Aprendizaje sobre los Derechos Humanos, dedicado a realizar actividades para ampliar y profundizar el aprendizaje sobre los derechos humanos como forma de vida, basndose en los principios de universalidad, imparcialidad, objetividad y no selectividad, y de dilogo y cooperacin constructivos. Simultneamente se viene cumpliendo el Programa Mundial para la Educacin en Derechos Humanos, acordado por la misma Asamblea General en 2005, el cual cuenta con un intenso plan de accin que se extender hasta 2009 inclusive, orientado a promover la incorporacin de la enseanza de los derechos humanos en los niveles escolares primario y secundario. Esta iniciativa dio continuidad a las acciones del Decenio de la Educacin en la esfera de los Derechos Humanos que Naciones Unidas haba adoptado entre 1995 y 2004. Tales propuestas de alcance mundial incluyen una gran cantidad y diversidad de proyectos y acciones educativas especcas en todo el mundo. La tenaz insistencia de la mxima organizacin internacional porque no se pierda de vista ni se diluya el compromiso que tienen los Estados de educar en derechos a sus poblaciones responde con delidad al sentir de la Declaracin Universal (DUDH). Ella comienza, precisamente, instando tanto a individuos como a instituciones a promover el respeto a los derechos y libertades que a rengln seguido se proclaman mediante la enseanza y la educacin (1). Los redactores de la Declaracin Universal, igual que los representantes de los pases que la aprobaron, tenan muy claro que la enunciacin de derechos no los hace realidad. Su vigencia debe ser construida progresivamente por cada sociedad, pero tal construccin slo es posible si

1

DUDH, 1948, Prembulo.

todos sus miembros mandatarios y mandantes, sin excepcin los conocen, los asumen como parte de su condicin de ciudadanos, los ejercen y los deenden para s y para el conjunto social.40

Estas conductas, que vuelven concreto el respeto a los derechos humanos en la cotidianeidad, son inalcanzables sin procesos educativos que las desarrollen deliberada y sistemticamente. Esto es educar en derechos humanos. Es en s mismo un derecho y, adems, de enorme efecto multiplicador, pues abre la puerta al conocimiento y la prctica de los dems derechos humanos. Pero es tambin una responsabilidad, porque obliga a distribuir ese conocimiento a las dems personas por todos los medios a nuestro alcance, como individuos y como actores dentro de instituciones sociales. En especial a los educadores este compromiso nos interpela con enorme fuerza. Cualquiera sea nuestro campo disciplinario o el nivel en que enseamos, no puede dejar de ser parte de nuestro trabajo formativo diario. Las nociones de educacin y derechos humanos se vinculan entre s en varios sentidos, como verdaderos vasos comunicantes por los que uyen propsitos compartidos, espacios de accin comunes y conexiones axiolgicas y epistemolgicas. Podemos analizar estas relaciones por lo menos desde tres puntos de vista: 1. Entender la educacin como un derecho humano: el derecho a la educacin, tal como est consagrado en la Declaracin Universal (Art. 26) y reiterado en muchos otros instrumentos de derechos humanos posteriores. 2. Incorporar los derechos humanos como un contenido de la educacin, es decir, como parte del currculo que se ensea en distintos niveles y programas educativos (lo que la teora pedaggica denomina currculo explcito). 3. Hacer realidad el respeto a los derechos humanos dentro del sistema educativo, es decir, en la gestin educativa y en la prctica diaria dentro de los establecimientos educativos (lo que la teora pedaggica llama currculo oculto). Sin desconocer las intersecciones entre estos tres puntos de vista, que constantemente se entrecruzan en la teora y la prctica educativa, el presente trabajo se concentra en el segundo de ellos, lo que la UNESCO ha llamado los derechos humanos a travs de la educacin y que hoy se est constituyendo en un campo especializado, reconocido bajo la denominacin de educacin en derechos humanos (EDH). Qu es la EDH? Enunciando algunas ideas-fuerza, que confo ir profundizando en el transcurso de este texto, la EDH es: Un acuerdo internacional y, por tanto, un compromiso de los Estados, Una prctica mediadora entre el reconocimiento losco y legal de los derechos humanos y su aplicacin en la realidad social, Una formacin sustentada en la dignidad de las personas y los derechos que de ella se derivan, Una formacin integral cognitiva, emocional y para la accin orientada a que las personas se reconozcan y se conduzcan como verdaderos sujetos de derechos Una formacin para el ejercicio activo de la ciudadana, la convivencia democrtica y una cultura de inclusin y paz.

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LA EDH COMO PRCTICA MEDIADORA Y TRANSFORMADORADesde una perspectiva jurdico-poltica podemos representarnos metafricamente a la EDH como un puente de trnsito obligado entre las normas de derechos humanos y la realidad social (2). Hacer realidad los derechos humanos exige traducir las normas que consagran derechos en polticas que puedan cambiar la vida de la gente para mejorarla y le permitan a todas las personas, sin exclusiones, vivir ms libres y ms seguras humanamente seguras esto es: protegidas del hambre y las enfermedades, de las inclemencias naturales y sociopolticas, de la arbitrariedad de los poderosos, de la indiferencia de los semejantes, de la ignorancia, de la impotencia frente las injusticias En ltima instancia: ms felices en su vida y con su condicin humana. Contar con normas de derechos humanos que los reconozcan, los denan y los caractericen es absolutamente esencial, porque eso es lo que otorga entidad jurdica a los principios y valores de derechos humanos, lo que los hace exigibles. Tambin es importantsimo que tales normas se hayan consagrado en distintos rdenes de la comunidad humana: en el orden internacional, el regional o continental y el nacional o interno de cada pas. Las normas o leyes son la expresin de un consenso poltico entre un gran nmero y variedad de actores de una comunidad en un momento histrico determinado. Alcanzar consenso poltico sobre los derechos humanos y ms an, alcanzarlo tanto universal como localmente es la condicin de posibilidad para su vigencia. Pero, por s solas, las normas de derechos humanos no los instauran en la vida cotidiana de las personas. Para ello las comunidades, todas y cada una, tienen que recorrer el trayecto que va desde (i) que sus representantes alcancen acuerdos hasta (ii) que empeen su voluntad poltica de ponerlos en prctica y de aqu a (iii) que realicen los cambios sociales que hacen realidad los acuerdos. La experiencia histrica muestra que este recorrido generalmente es largo, sinuoso y accidentado, enfrenta muchos obstculos y no est libre de desviaciones ni de retrocesos. Para abrir ese camino y avanzar por l, la EDH es una herramienta muy poderosa. Me atrevo a decir que es la ms poderosa, sin por esto desconocer que existen otras por ejemplo la aplicacin de la ley por el sistema de justicia, la jurisprudencia acumulada, la abogaca de casos concretos y el cabildeo o diplomacia ciudadana. Pero la educativa es la herramienta ms poderosa porque todas las otras tuvieron que ser precedidas por alguna educacin en derechos que formara agentes multiplicadores para usarlas por primera vez (ya sean agentes pblicos, como los operadores de justicia, o activistas civiles) y fueron tambin seguidas por procesos formativos dirigidos a extender su uso a nuevos agentes y a41 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

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Esta seccin retoma y desarrolla conceptos vertidos en A. M. Rodino, La educacin en derechos humanos: Una propuesta para polticas sociales, Revista editada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Vol. 44, 2006.

ampliar su impacto. De una u otra manera las transformaciones sociales que activan normas de derechos humanos siempre tienen en su origen un disparador educativo y se reproducen42

a travs de multiplicadores educativos. En este sentido, el educar en derechos humanos se puede concebir como una prctica de interpretar y traducir los principios, las normas y la doctrina de derechos humanos en polticas de accin y en conductas. En otras palabras, la EDH hace la mediacin entre el reconocimiento legal de los derechos humanos y su aplicacin en la cotidianeidad. Tngase presente que las polticas de accin y conductas que la EDH promueve son tanto las pblicas como las privadas. Son las pblicas en cuanto la EDH busca poner en prctica las normas de derechos humanos en los espacios colectivos de la vida de una comunidad nacional, los que tienen que ver con administracin de los intereses comunes de los ciudadanos (la administracin de la justicia, el orden pblico, la salud, la vivienda, el trabajo, la seguridad socia, la educacin masiva, etc.). Pero tambin afecta el mbito de lo privado, porque persigue que las normas de derechos humanos rijan las conductas y relaciones ms ntimas de la convivencia entre personas, por ejemplo las familiares, de pareja y de amistad. La EDH interpreta y traduce principios, normas y doctrina de derechos humanos en polticas y en conductas de varias maneras, por ejemplo: Al hacer conocer y comprender las normas de derechos humanos y mostrar cmo son relevantes para diversas poblaciones: los diferentes colectivos que hacen parte de una sociedad: nios, adultos y ancianos, hombres y mujeres, miembros de diferentes razas, etnias, culturas, religiones, etc. Al ensear a situar los principios abstractos y las normas generales de derechos humanos en contextos concretos: en el tiempo y los sucesos histricos; en los diferentes espacios del mundo atendiendo a sus particularidades (regiones, pases, localidades); en la situacin especca de poblaciones especcas (discapacitados, migrantes o privados de libertad, por citar unos pocos ejemplos), y en la vida de todos los das en la casa, el barrio y el lugar de trabajo. Al formar en las competencias que necesitan las personas para movilizarse en defensa de derechos ignorados, amenazados o vulnerados (sean los propios o los de otros); para lograr la sancin de los responsables, y para prevenir nuevas amenazas. La EDH es la nica propuesta educativa en la historia surgida de un acuerdo internacional, convenido por las naciones del mundo a travs de sus representantes gubernamentales y previamente consultado con organizaciones civiles representativas. Este acuerdo le da base losca y marca sus metas de transformacin social y personal, como veremos en la seccin siguiente. La obra de los intelectuales y polticos, los pedagogos y los administradores educativos vino despus para dotar a ese acuerdo originario e inspirador de un cuerpo terico congruente, con rigor epistemolgico y cientco, y de metodologa. Ellos y ellas van paulatinamente elaborando teora, polticas educativas, contenidos, estrategias, tcnicas, recursos, materiales, experiencias de accin Pero el germen de esta poderosa corriente educativa est en un mandato

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indito en la historia de la humanidad, que respondi a un diagnstico de los tiempos y a una apuesta colectiva para el futuro de la especie humana.43 : : : : : PONENCIAS Y PR ESENTACIO NES

PLATAFORMA FUNDANTE: EL CONSENSO INTERNACIONALLa educacin en derechos naci al mismo tiempo y de la mano del reconocimiento de los derechos. As, la DUDH es el primer gran consenso internacional que fundamenta la necesidad y el sentido de la EDH y le da la partida de nacimiento, entendiendo que sta es condicin necesaria para que los derechos se hagan efectivos en la vida social. A la vez, establece los primeros grandes lineamientos que deben guiarla. PREMBULO La Asamblea General Proclama la presente Declaracin Universal de Derechos Humanos como ideal comn por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a n de que tanto los individuos como las instituciones, inspirndose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseanza y la educacin, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carcter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicacin universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdiccin. Art. 26, inciso 2 La educacin tendr por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos tnicos o religiosos, y promover el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. La primera referencia educativa que hace la DUDH, t