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Viernes 26 de agosto de 2016 EL UNIVERSAL E14 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Fernando Guzmán Aguilar [email protected] Curso sobre obras de Luis de Góngora El Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al curso “L as obras mayores de Luis de Góngora y la polémica de la oscuridad”, que im- partirá Martha Lilia Tenorio todos los miércoles del 31 de agosto al 23 de noviembre, de 10:00 a 13:00 horas, en el Aula 9 del citado instituto, en Ciudad Universitaria. Informes e inscripciones en los teléfonos 56-22-66-66 y 56-22-18-88, extensión 49448. ESPECIAL Potabilizan agua de lluvia para escuelas Edali Murillo Gómez, egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, perfecciona un sis- tema para colectar agua de llu- via, potabilizarla y distribuirla en escuelas rurales e indígenas de Chiapas, muchas de las cua- les no tienen acceso a una red hidráulica. Para demostrar la viabilidad de su iniciativa, la universitaria y un equipo de em- prendedores de la Fundación Cántaro Azul instalaron un kios- co de tratamiento en la primaria Josefa Ortiz de Domínguez, en San Cristóbal, que ya es aprove- chado por sus 714 alumnos. Medidas para enfrentar el cambio climático Durante la XXXII Reunión Nacio- nal Estudiantil de la Sección Estu- diantil del Instituto Mexicano de In- genieros Químicos, celebrada en el Auditorio Alfonso Caso de CU, Ma- rio Molina, egresado de la Facultad de Química de la UNAM y Premio Nobel de Química 1995, aseveró que el problema del cambio climático —el reto más grande que enfrenta la humanidad— puede resolverse só- lo con la implementación de varias medidas simultáneas, como la uti- lización de energías renovables (eó- lica, solar y nuclear) y la sustitución del parque vehicular y el carbón por gas natural. Descubren en Oaxaca fósiles de tortugas del Jurásico Tardío Uno de ellos es un caparazón conferido al género Notoemys ; se trata del más antiguo de México. De esta manera se incrementa, a nivel mundial, la diversidad de la familia Platychelyidae E n México, el material fósil de tortugas usualmente resulta ser fragmentario y estar mal conservado. No obstante, con este rompecabezas al que le faltan pie- zas, parece que los paleontólogos hacen magia. En 2009, bajo la supervisión del doctor Jesús Alvarado Ortega, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, se iniciaron los trabajos paleontológicos en el área de Tlaxiaco, Oaxaca, donde se han recolectado fósiles de peces y reptiles marinos, principalmente. Entre 2011 y 2013 se obtuvieron, además, fósiles de tortugas que corresponden a elementos óseos de tres ejem- plares, uno de ellos con 80% de su caparazón con- ser vado. Con ese material fósil, el biólogo Oliver Ariel Ló- pez Conde realizó, en el Posgrado de Ciencias Bio- lógicas de la UNAM, su tesis de maestría, que lleva por título “Determinación taxonómica de las tor- tugas fósiles del Kimmeridgiano de la formación Sabinal, Tlaxiaco, Oaxaca, México”. “Estas tortugas habitaron dicha área de México durante el Jurásico Tardío (Kimmeridgiano), que se ubica dentro de la era Mesozoica. Esta era se divide en tres periodos: Triásico, Jurásico y Cre- t á c i c o”, señala López Conde. Ahora, esos fósiles de tortugas son los más an- tiguos de México; antes lo eran los que se obtu- vieron en las canteras de Tlayúa, Puebla, y que corresponden al Cretácico Temprano (Albiano) “Sí, los fósiles de tortugas descubiertos en Tla- xiaco, Oaxaca, datan de unos 155 millones de años, mientras que los hallados en las canteras de Tlayúa, Puebla, datan de unos 110 millones de años.” JBL 46 Para este estudio taxonómico primero se evalua- ron los diferentes grupos de fósiles de tortugas co- rrespondientes al Jurásico Tardío, entre los cuales destacan las familias Pleurosternidae, con ejem- plares recolectados en Norteamérica y Europa; Plesio chelyidae, con ejemplares únicamente de origen europeo; y P l a t y ch el y i d a e. Con base en el análisis de caracteres resultó que los ejemplares de México eran más afines y com- partían caracteres con la familia P l a t y ch el y i d a e, por lo que López Conde los asignó a ésta. La familia Platychelyidae tiene representantes en América del Norte (Cuba), América del Sur (Ar- gentina y Colombia) y Europa (Alemania y Suiza, p r i n c i p a l m e n te ) . El fósil de tortuga designado JBL 46 (forma par- te de la Colección Nacional de Paleontología, bajo resguardo de la UNAM) es el ejemplar de mayor dimensión de los encontrados en Oaxaca. Es un caparazón de entre 30 y 35 centímetros de largo, por 25 y 30 centímetros de ancho. Los ejemplares de Argentina y Europa son más pequeños. “El mayor tamaño de la tortuga mexicana pudo haberse debido a que durante el Jurásico Tardío hubo un cambio climático. La Tierra se dividía entonces en varías franjas climáticas y el área don- de se distribuían los ejemplares de México estaba ubicada en la parte más cálida, dentro del Corre- dor Hispánico, lo cual favorecía la abundancia de alimento. Cabe decir que este corredor, además, era importante para el intercambio faunístico en- tre el Mar de Tethis y el Proto-Pacífico”, indica. Las tortugas de la familia P l a t y ch el y i d a e te n í a n el caparazón aplanado y sin ornamentaciones, para facilitar su desplazamiento por el agua; pero carecían de aletas, por lo que no eran totalmente marinas: se desplazaban en mares poco profun- dos, bordeando principalmente la zona de lito- rales. Así fue como se pudieron distribuir a lo largo del Corredor Hispánico y en los litorales de Lau- rasia y Gondwana. “El caparazón de una tortuga está formado por escudos córneos y placas óseas. Cada uno de estos elementos córneos y óseos puede presentar di- ferentes formas, tamaños y contactos entre sí que son de mucha ayuda para hacer el estudio taxo- nómico correspondiente”. Autapomorfías El ejemplar mexicano posee una serie de carac- teres que lo hacen afín al género Noto emys, como un caparazón liso (ausencia de protuberancias), forma cordiforme, placas neurales anchas (que son de origen dérmico y van por arriba de cada vértebra dorsal) y suprapigial 1 largo. En su estudio, López Conde propone ciertas au- tapomorfías (rasgos evolutivamente novedosos) que hacen diferente a este ejemplar de los demás miembros de la familia P l a t y ch el y i d a e. Entre ellas se pueden mencionar una cresta en los escudos cervicales, una diferente forma de las placas neu- rales, una serie de contactos entre distintos ele- mentos óseos y córneos, y un mesoplastrón de proporciones diferentes de las observadas en los otros representantes de la citada familia. “Por ejemplo, en el ejemplar mexicano, la neu- ral 4 es pentagonal y redondeada en la parte an- terior. En las demás tortugas de la familia Platy- ch el y i d a e es rectangular o hexagonal”, dice. Distintas teorías proponían que las tortugas de esta familia tuvieron su origen en la parte europea de Laurasia y se distribuyeron por el Corredor His- pánico hacia América. Esta postura se fundamen- taba en el hecho de que hasta ese momento el registro fósil más antiguo para este grupo de tor- tugas era originario de Europa. “Sin embargo, ahora el ejemplar más antiguo es Notoemys oxfordensis, descubierto en Cuba; des- pués seguiría el mexicano, junto con los ejempla- res europeos; y posteriormente vendrían los fó- siles de Argentina y Colombia”. Además de incluir una biogeografía o distribu- ción de los fósiles de esta familia durante el Ju- rásico Tardío, López Conde propone en su tesis que la familia P l a t y ch el y i d a e se originó en Amé- rica durante el Jurásico Medio. “No sé si fue en la parte de Laurasia o Gondwa- na, pero todo parece indicar que esta familia tuvo su origen aquí, al menos que el registro fósil nos diga otra cosa más adelante”. Artículo científico López Conde prepara un artículo científico sobre el tema, con la doctora Juliana Sterli, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, de Argentina, y el doctor Alvarado Ortega. En el manuscrito se in- cluye un análisis filogenético mediante el cual se corroboró que el ejemplar mexicano es un taxón que pertenece a la familia P l a t y ch el y i d a e. La versión en inglés ya está terminada. Luego de hacer las ilustraciones y ultimar detalles filo- genéticos, López Conde espera publicarlo en la revista Paleontology o en el Journal of Vertebrate Paleontology. En su doctorado continuará trabajando con los fósiles de tortugas para complementar su trabajo taxonómico por medio de un estudio de relacio- nes entre los diferentes grupos, basado en carac- teres que pueden o no compartir. “En México nadie se dedica exclusivamente a la paleontología de tortugas. La mayoría de los pa- leontólogos mexicanos trabaja con otros grupos, como dinosaurios, otros reptiles marinos y me- gafauna, principalmente. El material fósil de tor- tugas puede llegar a ser escaso y fragmentario. De ahí la relevancia de los trabajos efectuados con materiales de este grupo. Se puede pensar que uno hace magia, pero en realidad los resultados se obtienen después de un arduo trabajo”, finaliza López Conde. b “En México nadie se dedica exclusivamente a la paleontología de tortugas. La mayoría de los paleontólogos mexicanos trabaja con otros grupos, como dinosaurios, otros reptiles marinos y megafauna, principalmente” OLIVER ARIEL LÓPEZ CONDE Maestro en Ciencias de la UNAM CORTESÍA OLIVER ARIEL LÓPEX CONDE El maestro en ciencias universitario durante los trabajos paleontológicos en Tlaxiaco, Oaxaca. El caparazón recontruido del fósil de tortuga JBL 46. CORTESÍA UNAM

Descubren en Oaxaca fÒsiles de tortugas del JurÀsico TardÌo · Oaxaca, donde se han recolectado fÒsiles de peces y reptiles marinos, principalmente. Entre 2011 y ... tugas puede

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Viernes 26 de agosto de 2016 EL UNIVERSALE14 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Fernando Guzmán Aguilar alazul10 @hotmail.com

Curso sobre obras de Luis de GóngoraEl Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al curso “L asobras mayores de Luis de Góngora y la polémica de la oscuridad”, que im-partirá Martha Lilia Tenorio todos los miércoles del 31 de agosto al 23 denoviembre, de 10:00 a 13:00 horas, en el Aula 9 del citado instituto, en CiudadUniversitaria. Informes e inscripciones en los teléfonos 56-22-66-66 y56-22-18-88, extensión 49448.

E S P E

C I A L Potabilizan agua

de lluvia paraesc u e l a sEdali Murillo Gómez, egresadade la Facultad de Arquitecturade la UNAM, perfecciona un sis-tema para colectar agua de llu-via, potabilizarla y distribuirlaen escuelas rurales e indígenasde Chiapas, muchas de las cua-les no tienen acceso a una redhidráulica. Para demostrar laviabilidad de su iniciativa, launiversitaria y un equipo de em-prendedores de la FundaciónCántaro Azul instalaron un kios-co de tratamiento en la primariaJosefa Ortiz de Domínguez, enSan Cristóbal, que ya es aprove-chado por sus 714 alumnos.

Medidas paraenfrentar elcambio climáticoDurante la XXXII Reunión Nacio-nal Estudiantil de la Sección Estu-diantil del Instituto Mexicano de In-genieros Químicos, celebrada en elAuditorio Alfonso Caso de CU, Ma-rio Molina, egresado de la Facultadde Química de la UNAM y PremioNobel de Química 1995, aseveró queel problema del cambio climático—el reto más grande que enfrenta lahumanidad— puede resolverse só-lo con la implementación de variasmedidas simultáneas, como la uti-lización de energías renovables (eó-lica, solar y nuclear) y la sustitucióndel parque vehicular y el carbón porgas natural.

Descubren en Oaxaca fósilesde tortugas del Jurásico TardíoUno de ellos es uncaparazón conferido algénero Noto e my s ; setrata del más antiguo deMéxico. De esta manerase incrementa, a nivelmundial, la diversidad dela familia Pl atychely id ae

En México, el material fósil de tortugasusualmente resulta ser fragmentario yestar mal conservado. No obstante, coneste rompecabezas al que le faltan pie-zas, parece que los paleontólogos hacenmagia.En 2009, bajo la supervisión del doctorJesús Alvarado Ortega, investigador del

Instituto de Geología de la UNAM, se iniciaron lostrabajos paleontológicos en el área de Tlaxiaco,Oaxaca, donde se han recolectado fósiles de pecesy reptiles marinos, principalmente. Entre 2011 y2013 se obtuvieron, además, fósiles de tortugasque corresponden a elementos óseos de tres ejem-plares, uno de ellos con 80% de su caparazón con-ser vado.

Con ese material fósil, el biólogo Oliver Ariel Ló-pez Conde realizó, en el Posgrado de Ciencias Bio-lógicas de la UNAM, su tesis de maestría, que llevapor título “Determinación taxonómica de las tor-tugas fósiles del Kimmeridgiano de la formaciónSabinal, Tlaxiaco, Oaxaca, México”.

“Estas tortugas habitaron dicha área de Méxicodurante el Jurásico Tardío (Kimmeridgiano), quese ubica dentro de la era Mesozoica. Esta era sedivide en tres periodos: Triásico, Jurásico y Cre-t á c i c o”, señala López Conde.

Ahora, esos fósiles de tortugas son los más an-tiguos de México; antes lo eran los que se obtu-vieron en las canteras de Tlayúa, Puebla, y quecorresponden al Cretácico Temprano (Albiano)

“Sí, los fósiles de tortugas descubiertos en Tla-xiaco, Oaxaca, datan de unos 155 millones de años,mientras que los hallados en las canteras de Tlayúa,Puebla, datan de unos 110 millones de años.”

JBL 46Para este estudio taxonómico primero se evalua-ron los diferentes grupos de fósiles de tortugas co-rrespondientes al Jurásico Tardío, entre los cualesdestacan las familias Pleurosternidae, con ejem-plares recolectados en Norteamérica y Europa;Plesio chelyidae, con ejemplares únicamente deorigen europeo; y P l a t y ch el y i d a e.

Con base en el análisis de caracteres resultó quelos ejemplares de México eran más afines y com-partían caracteres con la familia P l a t y ch el y i d a e,por lo que López Conde los asignó a ésta.

La familia Platychelyidae tiene representantesen América del Norte (Cuba), América del Sur (Ar-gentina y Colombia) y Europa (Alemania y Suiza,p r i n c i p a l m e n te ) .

El fósil de tortuga designado JBL 46 (forma par-te de la Colección Nacional de Paleontología, bajoresguardo de la UNAM) es el ejemplar de mayordimensión de los encontrados en Oaxaca. Es uncaparazón de entre 30 y 35 centímetros de largo,por 25 y 30 centímetros de ancho. Los ejemplaresde Argentina y Europa son más pequeños.

“El mayor tamaño de la tortuga mexicana pudohaberse debido a que durante el Jurásico Tardíohubo un cambio climático. La Tierra se dividíaentonces en varías franjas climáticas y el área don-de se distribuían los ejemplares de México estabaubicada en la parte más cálida, dentro del Corre-dor Hispánico, lo cual favorecía la abundancia dealimento. Cabe decir que este corredor, además,era importante para el intercambio faunístico en-tre el Mar de Tethis y el Proto-Pacífico”, indica.

Las tortugas de la familia P l a t y ch el y i d a e te n í a nel caparazón aplanado y sin ornamentaciones,para facilitar su desplazamiento por el agua; perocarecían de aletas, por lo que no eran totalmentemarinas: se desplazaban en mares poco profun-dos, bordeando principalmente la zona de lito-rales. Así fue como se pudieron distribuir a lo largodel Corredor Hispánico y en los litorales de Lau-rasia y Gondwana.

“El caparazón de una tortuga está formado porescudos córneos y placas óseas. Cada uno de estoselementos córneos y óseos puede presentar di-ferentes formas, tamaños y contactos entre sí queson de mucha ayuda para hacer el estudio taxo-nómico correspondiente”.

Au ta p o m o r f í a sEl ejemplar mexicano posee una serie de carac-teres que lo hacen afín al género Noto emys, comoun caparazón liso (ausencia de protuberancias),forma cordiforme, placas neurales anchas (queson de origen dérmico y van por arriba de cadavértebra dorsal) y suprapigial 1 largo.

En su estudio, López Conde propone ciertas au-tapomorfías (rasgos evolutivamente novedosos)que hacen diferente a este ejemplar de los demásmiembros de la familia P l a t y ch el y i d a e. Entre ellasse pueden mencionar una cresta en los escudoscervicales, una diferente forma de las placas neu-rales, una serie de contactos entre distintos ele-mentos óseos y córneos, y un mesoplastrón deproporciones diferentes de las observadas en los

otros representantes de la citada familia.“Por ejemplo, en el ejemplar mexicano, la neu-

ral 4 es pentagonal y redondeada en la parte an-terior. En las demás tortugas de la familia Platy -ch el y i d a e es rectangular o hexagonal”, dice.

Distintas teorías proponían que las tortugas deesta familia tuvieron su origen en la parte europeade Laurasia y se distribuyeron por el Corredor His-pánico hacia América. Esta postura se fundamen-

taba en el hecho de que hasta ese momento elregistro fósil más antiguo para este grupo de tor-tugas era originario de Europa.

“Sin embargo, ahora el ejemplar más antiguo esNotoemys oxfordensis, descubierto en Cuba; des-pués seguiría el mexicano, junto con los ejempla-res europeos; y posteriormente vendrían los fó-siles de Argentina y Colombia”.

Además de incluir una biogeografía o distribu-ción de los fósiles de esta familia durante el Ju-rásico Tardío, López Conde propone en su tesisque la familia P l a t y ch el y i d a e se originó en Amé-rica durante el Jurásico Medio.

“No sé si fue en la parte de Laurasia o Gondwa-na, pero todo parece indicar que esta familia tuvosu origen aquí, al menos que el registro fósil nosdiga otra cosa más adelante”.

Artículo científicoLópez Conde prepara un artículo científico sobreel tema, con la doctora Juliana Sterli, del MuseoPaleontológico Egidio Feruglio, de Argentina, y eldoctor Alvarado Ortega. En el manuscrito se in-cluye un análisis filogenético mediante el cual secorroboró que el ejemplar mexicano es un taxónque pertenece a la familia P l a t y ch el y i d a e.

La versión en inglés ya está terminada. Luegode hacer las ilustraciones y ultimar detalles filo-genéticos, López Conde espera publicarlo en larevista Paleontology o en el Journal of VertebratePaleontolog y.

En su doctorado continuará trabajando con losfósiles de tortugas para complementar su trabajotaxonómico por medio de un estudio de relacio-nes entre los diferentes grupos, basado en carac-teres que pueden o no compartir.

“En México nadie se dedica exclusivamente ala paleontología de tortugas. La mayoría de los pa-leontólogos mexicanos trabaja con otros grupos,como dinosaurios, otros reptiles marinos y me-gafauna, principalmente. El material fósil de tor-tugas puede llegar a ser escaso y fragmentario. Deahí la relevancia de los trabajos efectuados conmateriales de este grupo. Se puede pensar queuno hace magia, pero en realidad los resultadosse obtienen después de un arduo trabajo”, finalizaLópez Conde. b

“En México nadie se dedicaexclusivamente a la paleontologíade tortugas. La mayoría de lospaleontólogos mexicanos trabajacon otros grupos, comodinosaurios, otros reptilesmarinos y megafauna,pr inc ipalmente”OLIVER ARIEL LÓPEZ CONDEMaestro en Ciencias de la UNAM

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El maestro en ciencias universitario durante los trabajos paleontológicos en Tlaxiaco, Oaxaca.

El caparazón recontruido del fósil de tortuga JBL 46.

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