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Pontificia Universidad Católica de ChileFacultad de Ciencias Sociales
Escuela de Trabajo SocialDelito, Justicia y Trabajo Social
Análisis Criminológico: “Mala Leche”.
Docente: Juan Tito MéndezAyudante: Claudia Bruna
Alumnos: Juan José FuentesClaudia MazoNatalia RossPaula Cerda
Junio, 2004
Índice.
Página
1. Introducción ……………………………………………………………………………… 3
2. Marco Teórico/Conceptual y Resumen Película ……………………………………... 5
El análisis criminológico, en el marco del estudio del delito....................... 5
Resumen de la película............................................................................... 6
Presentación de los personajes centrales en la película............................. 8
En busca de la explicación del Delito: Teorías Criminológicas................... 10
Elementos contextuales que favorecen la comisión del Delito……………. 24
3. Análisis Criminológico …………………………………………………………………… 32
Análisis en torno a las dinámicas individuales comprendidas en los eventos
delictivos observados………………………………………………………………………….. 32
Análisis en torno a los personajes y sus sistemas de relaciones más cercanos…….. 34
Análisis en torno a las dinámicas contextuales que facilitan el……………………….. 35
desencadenamiento de los eventos delictivos
4. Conclusiones ……………………………………………………………………………… 43
5. Bibliografía...……………………………………………………………………………….. 44
1.- Introducción.
2
“Frecuentemente se discute el problema de la pobreza y la delincuencia, en el marco del conocimiento vulgar como realidades no necesariamente asociadas ya que "no todos los pobres son delincuentes". Sin embargo,
basándonos en los resultados empíricos de nuestras investigaciones, podemos afirmar que el ser pobre, extremadamente pobre y vivir en una población marginal potencia estadísticamente la probabilidad de que
simplemente una mayor proporción de jóvenes lleguen a ser delincuentes comunes o pandilleros drogadictos, que una mayor proporción de niñas llegue a ejercer la prostitución, que la vagancia, el alcoholismo e incluso
las enfermedades mentales y físicas constituyan proporciones mayores que en otras clases sociales radicadas en áreas ecológicas correspondientes a barrios de clase media o alta”.
Doris Cooper. Delincuencia Común en Chile1.
La delincuencia se ha transformado en uno de las problemáticas de mayor relevancia en
este último tiempo, estando presente en la contingencia nacional. Ahora bien, analizar hechos
delictivos requiere, en primera instancia, de la comprensión respecto de la multidimensionalidad de
este fenómeno, lo que supone asumir que este, como otros fenómenos sociales, requiere de una
mirada que de cuenta de su complejidad, no utilizando criterios homogeneizantes, los que más bien
suponen prejuicios y aseveraciones infundadas. De este modo, se requiere delimitar claramente el
marco teórico/ conceptual respecto del cuál se ha de analizar este fenómeno, definiendo también las
dimensiones que el análisis pretende abarcar.
Al alero de esta aclaración, es posible puntualizar que el presente trabajo tiene como
objetivo presentar un ejercicio de análisis criminológico, en el marco del curso dictado por el docente
Juan Tito Méndez, en la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En
este sentido, resulta importante destacar que un análisis criminológico es una herramienta
metodológica que tiene como objetivo estudiar los hechos delictivos, para lo cuál se nutre de
distintas disciplinas que aportan teorías que buscan contribuir al estudio del comportamiento
humano2. En esta perspectiva, el presente trabajo, refiere a un hecho delictivo determinado, el que
es ficticio, relatado en la película chilena “Mala Leche”.
Así, se presenta en primera instancia, un marco teórico/ conceptual, en que se hace
referencia a las principales teorías que nos permitirán llevar a cabo el posterior desarrollo del análisis
criminológico que aquí se busca realizar, así como también se presenta un breve resumen respecto
del hecho delictivo presentado en la película “Mala Leche”, de tal manera de facilitar al lector la
comprensión del posterior análisis.
1 Cooper, Doris. Delincuencia Común en Chile. 1989.2 La teoría criminológica encuentra su sustento, entre otras, en ciencias tales como: biología, antropología, psiquiatría, psicología, derecho, sociología y filosofía. En: Méndez, Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Primer Semestre, 2004.
3
En una siguiente sección, se presenta el análisis criminológico realizado, conjugando en él
las distintas teorías presentadas en el marco conceptual, ello bajo el supuesto que, si bien existen
teorías que enfatizan la explicación del hecho delictivo en características de personalidad del sujeto,
y otras que apuntan al contexto social como causa fundamental de los eventos delictivos, no es
posible prescindir ni de una ni de otras, pues la realidad social es un todo articulado y complejo, lo
que supone comprender que analizar un fenómeno social, como lo es el Delito, va a demandar un
diagnóstico acabado que de cuenta de dicha complejidad. Cabe destacar a su vez, que se utilizarán
en el análisis, sólo aquellos elementos teóricos pertinentes con el hecho delictivo específico que aquí
se ha de analizar.
Finalmente, se presentan una serie de conclusiones que buscan delinear posibles
alternativas de intervención desde la disciplina del Trabajo Social, en este hecho delictivo específico,
en particular, y en general, en relación con el fenómeno de la delincuencia (remitido a las
características del tipo de delito aquí presentado).
2.- Marco Teórico/ Conceptual y Resumen de Película: “Mala Leche”.
I.- El análisis criminológico, en el marco del estudio del delito.
La criminología es una ciencia inclusiva que acoge bajo su alero expresiones de distintas
ciencias, de modo tal que, esta disciplina científica utiliza un cuerpo de conocimientos provenientes
de ciencias tales como la psicología, la psiquiatría, la física, la química, la biología, etc. Méndez,
4
destaca que en la criminología se pueden distinguir cuatro funciones básicas: a) carácter social (se
refiere al campo particular de interacciones entre las personas); b) conductual (estudia el
comportamiento de las personas); c) normativa (se refiere a normas) y d) terapéutica (tratamiento y
prevención de reincidencias)3.
En consideración de lo anterior se puede decir que, la criminología se dedica principalmente
al análisis del delito, del delincuente, de la víctima y del control social o reacción de la sociedad ante
el hecho delictivo4.
Respecto del delito, es posible decir que, “Es una construcción social, en el sentido que es la
sociedad la que define que es delito y que no, y en que circunstancias una determinada actitud va a
constituir un delito”5. En esta perspectiva, en el Código Penal chileno se expresa en al Artículo 1 “Es
delito toda acción u omisión voluntaria penada por la Ley”. Ello pues, las leyes una vez publicadas
en el Diario Oficial, se suponen conocidas por todos, y por lo tanto su infracción se asume voluntaria.
Esto supone que el delincuente es quién infringe las leyes definidas por el entramado social, y
estipuladas en el Código Penal.
Así también, la sanción va a representar el control social o la reacción de la sociedad ante
quién infringe las leyes que la misma ha establecido para su funcionamiento. Así la sanción se
presenta como una construcción social, y va a ser explicitada de forma escrita. La sanción se puede
materializar de distintas formas según la gravedad del delito cometido, pudiendo clasificarse en:
Crímenes: penas sobre 5 años de reclusión.
Simples delitos: penas de menos de 5 años.
Faltas: prisiones “menores” (60 días), multas, suspensión de permiso de conducir, etc.6.
Por último, en relación a las dimensiones de estudio del análisis criminológico cabe destacar
que la reacción de la sociedad ante el delito representa una medida ejemplicadora que busca evitar
3 Ideas contenidas en: Méndez, Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Primer semestre, 2004.4 Ideas contenidas en: Méndez, Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Primer semestre, 2004.5 Méndez, Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Primer semestre, 2004. 6 Méndez, Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Primer semestre, 2004.
5
futuras reincidencias, y también una medida compensadora que busca reparar el daño que sufrió la
víctima del delito.
En este marco general respecto del ámbito de competencia del análisis criminológico, y en
razón de los conceptos definidos para sus distintas dimensiones de análisis, se presenta a
continuación el hecho delictivo específico que ha de ser analizado en el presente trabajo.
II.- Resumen de la película.
“Mala Leche” encarna una realidad íntimamente relacionada con problemáticas de gran
envergadura que afectan a nuestra sociedad. En este sentido, representa una clara expresión de
que la marginalidad en la que vive una gran proporción de nuestra población se encuentra
determinada por condiciones de pobreza, exclusión y desigualdad.
En el marco de lo anterior, esta película cuenta la historia de dos jóvenes, Carlos (Negro
Chico) y Carita de Monckey (Pedro), quienes son dos pobladores de Puente Alto.
Carlos habita con su familia y mantiene una relación con Paula mientras que Pedro vive con
su abuela. Ambos no tienen empleo estable y dedican su tiempo libre a cometer pequeños actos
delictivos con el fin de conseguir dinero para cubrir las necesidades que les surgen.
El “Negro Chico” (Carlos) y Pedro, debutarán fallidamente en una transacción de drogas,
producto de una emboscada (Mexicana) que sufren en el lugar de la transacción. En ella pierden
tanto la mercancía como el dinero perteneciente al líder de una de las bandas de narcotraficantes
más poderosas de la población en la que viven, el Yao, el cual les había encomendado la venta de
droga que fue truncada. Luego y a riesgo de sus vidas tendrán que cumplir un plazo de dos días
para reponer el dinero perdido a Yao, lo que entre otras cosas los llevará a una desenfrenada
escalada de delitos.
De esta forma, la falta de dinero disponible para cubrir el que fue robado y la urgencia por
conseguirlo dentro de los plazos estipulados por Yao, lleva a los jóvenes a tomar la decisión de
efectuar un asalto con la utilización de un arma para así garantizar el posible éxito de la operación
planeada. Así, a través de los contactos establecidos dentro de la población entre los jóvenes y un
traficante de drogas y armas (Marmotita), se obtendrá el arma requerida para cometer el futuro
delito.
6
Carlos y Pedro establecerán que los medios utilizados para conseguir el dinero que les
permita pagar la obtención de un arma a través del tráfico de ésta, será una serie de delitos contra la
propiedad (robo de radios de automóviles) que tendrán como finalidad adquirir bienes que serán
vendidos en el mercado negro.
Una vez que Carlos y Pedro están en posesión del arma, todo es dispuesto para ejecutar el
asalto que les permitiría rembolsar la transacción de drogas perdida inicialmente. En la urgencia por
conseguir el monto adeudado de la manera más rápida posible, Carlos y Pedro van encadenando
una secuencia de asaltos a botillerías y bares abiertos durante la cual se obtiene un vehículo y la
suma de dinero necesaria para propiciar la paga al líder de la banda más respetada y poderosa de la
población, el Yao.
Es en uno de estos eventos delictivos, donde acontece lo inesperado para los jóvenes
involucrados. Pedro es herido en uno de los asaltos a causa de un arma de fuego utilizada como
defensa por parte de una de las víctimas asaltadas en una botillería. Dicha situación descoloca a
Carlos (“Negro Chico”), quien al no saber que hacer con su amigo mal herido recurre a “Marmotita”
para que éste contacte a algún sujeto que pueda dar auxilio y atención a Pedro.
Mientras Pedro es atendido por un conocido de “Marmotita”, Carlos decide ir a pagar la
suma de dinero adeudada a Yao, debido a que el plazo de tiempo estipulado por éste último se
había cumplido. Cuando Carlos llega al lugar donde habita Yao, se percata de que los autores de la
“Mexicana” donde él y Pedro fueron despojados de la mercancía y dinero eran conocidos de Yao, es
decir, la Mexicana había sido planificada por el mismo sujeto que les exigía el pago de la deuda por
la transacción de droga truncada.
De esta forma y ante la impresión que le produce tal descubrimiento, Carlos decide
abandonar la casa de Yao en busca de su polola, con el fin de partir ambos a Chañaral como
muchas veces había sido señalado por Carlos en sus conversaciones con Paula.
Sin embargo, al salir de la casa de Yao, Carlos es interceptado por éste recibiendo varias
puñaladas que finalmente le provocan la muerte. La situación de Pedro, Paula y Marmota se
presenta como incierta al término de la película.
7
Presentación de los personajes centrales en la película7.
Carlos (El Negro Chico): 24 años, ladrón común de radios. Es hijo de un matrimonio pobre, pero de
esfuerzo, con su madre desempeñándose como dueña de casa y su padre trabajando como obrero
de la construcción. Este último se presenta como un progenitor alcohólico y autoritario (a veces
violento).Por otra parte Carlos está marcado por la sombra de su hermano, “El Negro”, gran
delincuente de la zona, que murió años atrás. Su hermano es para él la figura paterna y su gran
ídolo. Su polola es Paula, liceana de la que está enamorado y con la cual se proyecta. Su mejor
amigo y compañero de andanzas es Pedro. Respecto de su personalidad es posible decir que, se
caracteriza por ser agresivo y arriesgado. Su principal anhelo es salir de la población en la que vive
con rumbo a Chañaral, donde él expresa que su vida cambiará, pues ya no estará en medio de “toda
esta mierda”.
Pedro (El Carita de Monckey): 24 años, ladrón común de radios, estuvo preso seis meses en el
centro de detención preventiva de Puente Alto no delatando a Carlos que había sido partícipe de la
acción delictiva cometida por Pedro. Su única familia es su abuela a quien llama “mamita”, que lo
crió después de que su madre lo abandonara cuando era un niño, para irse con un tipo más joven
que ella. Nunca supo quien fue su padre. Su mayor miedo en la vida es volver a la cárcel, donde se
dice que lo sodomizaron. Su mejor amigo es Carlos. Está enamorado de Anita, que es hija de una
conocida de su abuela.
Paula (La Perrita): 17 años, cursa cuarto año medio en el Liceo de Niñas A 16 de Puente Alto. Es
polola de Carlos, y está muy enamorada de él, aunque le reprocha mucho su vida, y le gustaría que
cambiara, a pesar de que a ella le atrae lo extremo y arriesgado de él. Ella vive con su madre que es
una mujer sola, y que trabaja como auxiliar por las noches en el Hospital de Puente Alto. Durante el
transcurso de la película describe que está embarazada, y le plantea la posibilidad de abortar a
Carlos, pues tiene miedo de tener un hijo en las condiciones en las que viven.
Marmota (Marmotita): 37 años, fue compañero y el mejor amigo del finado “El Negro” (hermano de
Carlos) por lo que quiere mucho a Carlos, y se siente como su Padrino. Estuvo 4 años preso por
robo con violencia, y tiene un vasto prontuario policial por robo, hurto y tráfico de drogas. Ahora
supuestamente reformado se dedica a pintar letreros, aunque todavía mantiene una cartera
exclusiva de clientes a los que les vende drogas. El “Marmotita” les facilita droga y un arma al “Negro 7 Información obtenida en sitio web: www.malaleche.cl
8
Chico” y al “Carita de Monckey”, y también les provee de droga, convirtiéndose en un personaje
determinante en el desenlace de los hechos.
Yao (El Yao): peligroso criminal nutrido de un amplio prontuario policial por robo con violencia,
asalto a mano armada, tráfico de drogas y violación. Estuvo tiempo atrás preso 4 años en el Centro
de Detención Preventiva de San Miguel, por un asalto a mano armada donde hirió al dueño de una
botillería y a una niña de 7 años que compraba una caja de vino para su padre. Fue un encarnecido
rival del “Negro” en la disputa por el control de la zona. En una ocasión fue duramente apaleado por
“El Negro”, lo que le costó la perdida del respeto de su banda en esa época. Yao es el líder de la
banda que encarga a Carlos y a Pedro realizar la transacción fallida, y es también quién les exige la
devolución del dinero perdido dentro de dos días.
III.- En busca de la explicación del Delito: Teorías Criminológicas.
Para posibilitar el levantamiento de un análisis criminológico complejo, es necesario
considerar que la realización del mismo supone abordar y trabajar con una realidad amplia,
integrada por una multiplicidad de facetas implicadas en la situación delictiva y en la conducta del
sujeto al momento de delinquir.
De esta manera, al intentar profundizar en los fundamentos del delito, es decir, en el por qué
de la comisión del mismo, debe indagarse en una multiplicidad de procesos imbricados e
interrelacionados entre sí, pues “existe una constelación de factores situacionales y psicológicos que
requiere un análisis multifactorial”8.
De este modo, puede afirmarse que el análisis criminológico puede enriquecerse mientras
no se pierda de vista un telón de fondo mayor donde confluyen diversas causas y motivos
(atribuibles tanto a factores individuales como sociales) que contribuyen a potenciar una imagen más
completa del evento delictivo y sus protagonistas principales (el así denominado delincuente y la
caracterizada como su víctima).
Así puede visualizarse y configurarse un diagnóstico criminológico integral y complejo que
se aproxime con responsabilidad a la realidad de los sucesos delictivos y las causas que los
8 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 27 de Mayo del 2004.
9
suscitaron. En este sentido, es posible evidenciar la presencia de distintas teorías que interpretan la
realidad del evento delictivo e intentan comprenderla y explicarla con el fin de contribuir a la
construcción de un diagnóstico criminológico.
Algunas de ellas enfatizan el análisis explicando el delito a través de las características del
sujeto que lo comete, mientras que otras acentúan el análisis y la explicación del delito desde
factores contextuales o situacionales asociados a fenómenos que se conforman al interior de un
ambiente de mayor envergadura y a condiciones estructurales persistentes en la sociedad que
aluden a situaciones de exclusión, pobreza, desigualdad social y marginalidad, entre otras.9
Esto último corresponde a una dimensión contextual mayor presente en estas teorías y que
concurre a la explicación de la ocurrencia del delito y del sujeto que lo comete de acuerdo a patrones
globales presentes en la sociedad en la que este último se encuentra inserto, pero las teorías
contextuales rescatan también los factores sociales vinculados a la situación específica que vive el
sujeto.
De esta manera, es posible identificar dos grandes tendencias teóricas generales que
abordan el delito: aquellas que podrían denominarse teorías individualistas y aquellas que pueden
ser conceptualizadas como teorías sociales. Mediando ambos polos, emergen múltiples teorías que
relevan en mayor medida la importancia de los aspectos individuales en la dinámica delictiva o bien,
la incidencia de los elementos contextuales en la conformación del delito, que enmarcan la situación
acontecida en fenómenos sociales mayores.
Entonces, es posible mencionar que a partir de esas mediaciones actualmente han tomado
forma distintos enfoques criminológicos donde es posible enmarcar las teorías generales aludidas.
Estos corresponden a los enfoques antropobiológico, antroposocial y biopsicosocial que serán
abordados más adelante.
Por el momento, han sido mencionados porque se estima que proporcionarán importantes
elementos que permitirán delimitar y situar de modo más específico las teorías criminológicas
existentes, posibilitándose así un análisis más exhaustivo y un diagnóstico más complejo de la
película “Mala Leche”. Debido a lo anterior, resulta preciso introducir algunos elementos
9 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 30 de Marzo del 2004.
1
conceptuales relativos a las teorías que enfatizan la predominancia de los aspectos individuales
pertenecientes al sujeto, que, desde esta perspectiva tendrían preponderancia a la hora de explicar
la ocurrencia del delito propiamente tal.
Al respecto, es necesario puntualizar que ya en el siglo XIX, el delito es vinculado con las
características particulares de los individuos. En relación con ello, Cesare Lombroso postula la
existencia de rasgos psicodinámicos singulares en los delincuentes que explicarían su conducta
delictiva10. Este autor posiciona desde una perspectiva positivista, la existencia de ciertos rasgos de
personalidad propios de las personas que delinquen, que constituirían regularidades y que les
inducirían inevitablemente a repetir el mismo patrón una y otra vez.
De esta concepción se desprenden así, diversas teorías centradas en los aspectos
individuales de la conducta del sujeto como posible explicación de los eventos delictivos. Entre estas
teorías una de las primeras en aparecer corresponde a la denominada Teoría del Criminal Nato,
propuesta por el ya mencionado Cesare Lombroso que postula que “el criminal es una “sub-especie”
humana, el “eslabón perdido” entre el homo sapiens y los vertebrados superiores. De sus orígenes
atávicos, conserva una serie de “estigmas deformantes”.La fiera y sus rasgos físicos”11 constituye en
este caso un paralelo con el delincuente. En este se configurarían determinados rasgos físicos que
explicarían su conducta delictiva. Así, un delincuente se caracterizaría por estar dotado de una frente
huidiza y baja, así como de un gran desarrollo de los arcos supraciliares entre otros elementos
relativos a la crueldad, el cinismo, la falta de sentido moral y de remordimiento, la impulsividad, el
afán vindicativo, etc.
Según esta teoría, a la base de una conducta delictiva se encontraría la presencia de
determinados rasgos físicos y psicológicos que se levantarían como la causa principal de la
reproducción de la delincuencia y de la aparición de personas dispuestas a cometer los actos
delictivos. Esta teoría posee el mérito de haber dado un primer paso en torno a la consideración del
delito y a la visibilización de aproximaciones al mismo y a sus protagonistas (los así llamados
delincuentes), pero se vuelve un tanto rígida para abordar la complejidad de las situaciones en que
se desenvuelve la dinámica delictiva actualmente, e insuficiente para generar aproximaciones a los
desencadenantes que posibilitan que un sujeto cometa un delito, pues se estima que levanta una
visión omnicomprensiva que estigmatiza a quienes cometen delito, etiquetándoles a priori.10 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 25 de Marzo del 2004.11 Información obtenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.
1
Otras teorías emergen con posterioridad para dar respuesta a la complejidad que surge de
los eventos delictivos, puesto que existen dos polos que pretenden dar cuenta del por qué del delito,
los que dicen relación con una tendencia que explica los mismos como desencadenados por
factores individuales y con la existencia de una conceptualización que potencia los factores sociales
como indispensables en la comisión de un delito. Entre ambos polos surgen modelos que se asocian
más a uno o a otro. Surgen así, distintos enfoques. Uno antroposocial que enfatiza la dimensión
social en la producción de los delitos y la corriente antropobiológica que levanta la dimensión
individual como trascendental en el desenvolvimiento de la dinámica delictiva.
Así el enfoque antropobiológico postula la existencia de factores psicosociales en los
sujetos, que se constituyen, si bien, no en los únicos factores que posibilitan la comisión del delito
por parte de éstos últimos, sí en un elemento indispensable a la hora de explicar el delito mismo. En
este enfoque se insertan perspectivas morales, biologistas y psicológicas que pretenden levantar
una explicación en torno al delito y su comisión por parte de los individuos 12. De esta manera, al
interior de este enfoque se encuentran diversas teorías. Las teorías socioestructurales y la teoría
psicosocial cuyo máximo exponente corresponde a Gabriel Tarde.
Respecto de las explicaciones psicoindividuales puede afirmarse que éstas buscan en el
interior del sujeto la explicación de su falta. Entre las corrientes que contempla y que intentan dar
cuenta del delito se encuentran los modelos biológico-conductuales, los modelos socio-
conductuales, las teorías del desarrollo moral y del proceso cognitivo y los modelos
factorialistas de rasgos.
Los modelos biológico conductuales, en términos generales enfatizan la explicación de por
qué algunas personas fracasan en la inhibición eficaz de las conductas prohibidas o socialmente
inaceptables, a diferencia de los “buenos ciudadanos”13. Las respuestas emergen por el lado del
condicionamiento asociado al proceso de socialización el que remite a la teoría del
condicionamiento diferencial de Eysenk, que propone la existencia de sujetos, que por ciertas
características biológicas son más socializables que otros siendo reactivos al dolor y al miedo, con lo
que las normas son internalizadas más rápidamente.14 Ello muestra que hay diferencias en las
etapas del aprendizaje ya sea temprano o tardío y ello es lo que se conoce como condicionamiento 12 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 1 de Abril del 2004.13 Idea contenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.
1
diferencial, determinado por el desarrollo bioquímico o neuronal de las personas, lo que incide en un
retardo en la maduración.
Los modelos socioconductuales, por su parte señalan que el comportamiento criminal se
aprende mediante la imitación y la observación. La conducta del sujeto es en este sentido,
influenciada en parte importante por la sociedad. Ello puede ser internalizado a través del
aprendizaje vicario, observando a los demás cuando se comportan de determinada manera.
En las teorías del desarrollo moral, entre tanto, se plantea que el comportamiento criminal
se produce a partir de ciertos rasgos propios de la personalidad originados en procesos cognitivos,
tales como la percepción singular del mundo que el sujeto tiene, su contexto subjetivo, el grado de
desarrollo y evolución moral del sujeto, sus valores y normas.15 Este comportamiento no es atribuible
unicausalmente a un proceso deficiente de socialización ni tampoco a procesos de aprendizaje.
Piaget y Kolberg, postulan al interior de esta teoría la diferenciación entre distintas etapas por las
que atraviesa el proceso de evolución moral del sujeto en cuestión. En un primer estadio premoral,
no existe un aprendizaje consistente que permita medir las consecuencias positivas y negativas de
una conducta determinada.16 Este estadio se presenta en los niños pequeños, por lo que no se
considera un comportamiento inmoral sino una falta de madurez del proceso de desarrollo. En el
estadio convencional el sujeto incorpora el conocimiento de la norma y es capaz de comprender que
su conducta influye en el medio externo. Acepta las normas porque los demás lo establecen así y
porque se tiene miedo a las consecuencias de no obrar como dictan las expectativas societales.17
Finalmente, el estadio vinculado a una fase superior, está dado por la autonomía que implica una
evaluación de las normas y de las conductas así como también una anticipación de las
consecuencias de ésta. Asimismo, ello implica el ejercicio del discernimiento que conlleva la toma de
una decisión autónoma. Si una persona toma una decisión en virtud de este tipo de moral las
probabilidades de cometer delito son menores.18
14 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 13 de abril del 2004.15 Información obtenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.16 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 20 de Abril del 2004.17 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social 20 de Abril del 200418 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social 20 de Abril del 2004.
1
Finalmente de los modelos factorialistas puede afirmarse que rechazan el pensamiento de
que existe una “personalidad criminal”, tratando de aprehender rasgos de la personalidad que se
caracterizan por su variabilidad, que se vinculan al comportamiento criminal. En este sentido se
alude a la presencia de excesos y déficit conductuales que llevan a la comisión de los delitos.19
Estos últimos aparecen entonces asociados a la personalidad particular del sujeto.
Respecto de las teorías socioestructurales, existen tres grandes teorías. La primera de ellas
es, la Teoría de la Asociación Diferencial propuesta por Sutherland que postula básicamente que
el delito es una conducta aprendida en la relación con el grupo de pares criminógeno con el cual la
persona se asocia. Si la vinculación se establece con quienes más delinquen se favorecen
conductas antisociales, mientras que si la asociación se produce con quienes delinquen menos o no
delinquen, se favorecen factores prosociales20. De modo que se postula que en los grupos de pares
se aprende a delinquir y la técnica para hacerlo de la mejor manera posible. Ello se potencia con las
“malas juntas” y con las deprivaciones que puedan estar viviendo quienes delinquen, generándose
así, una sinergia negativa, puesto que el efecto potenciador de los grupos disminuye el nivel de
discernimiento individual.
La Teoría de las Subculturas construida por A.K Cohen. Esta remite al estudio de grupos
de asociación diferencial constituidos por subculturas criminales planteándose que las conductas
aprendidas también se pueden desaprender y luego reaprender21. En este sentido, se postula que el
sujeto que ha delinquido puede rehabilitarse previo reconocimiento por parte de la sociedad de que
pueden reaprender a desenvolverse en la misma, con toda la aceptación de las normas y reglas que
el sistema implica. El estudio de las subculturas criminales permite visualizar que éstas poseen un
ethos, es decir, valores y conductas a su base que las mantienen cohesionadas y que levantan una
cultura particular, con ciertos rituales, ciertas formas de ver la vida y de posicionarse frente a la
misma.
Por otra parte la Teoría del Etiquetamiento refiere a una dimensión sociocultural del delito,
vinculada con el poder del discurso que genera sentidos y crea realidades, puesto que cuando un
sujeto comete delito es rotulado y etiquetado por la sociedad como delincuente. El yo individual
19 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social 22 de Abril del 2004.20 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 6 de Abril del 2004.21 Idea contenida en Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 6 de Abril del 2004
1
aparece entonces condicionado por el yo social, se diluye en el rótulo generalizado del
“delincuente”22, lo que niega la condición de sujetos a las personas que delinquen,
deshumanizándolos de alguna manera, al sumergirlos en un código generalizante que no permite
considerar las historias particulares que rodean a cada uno.
Estas últimas teorías mencionadas incorporan en alguna medida una comprensión
antroposocial del delito y de quien lo comete, es decir, sujetas al levantamiento del contexto como
principal agente potenciador del desencadenamiento de los delitos y que, por lo tanto, intenta
aprehenderlos y explicarlos desde un enfoque social. Dentro de las teorías inmersas en este tipo de
explicación se puede visualizar la Escuela Francesa de Lyon representada por Lacassagne como
una primera referencia obligada, pues proporciona evidencias de un panorama que se abre más
después de su aparición.
Esta teoría es guiada por una corriente biológica asociada al desarrollo de la microbiología,
planteando que existen factores predisponentes individuales en el sujeto que pueden desembocar
en la generación de un delito siempre y cuando los factores sociales se manifiesten y se constituyan
como elementos determinantes de la situación delictiva, sin embargo introduce los factores del
contexto como los que desencadenan la conducta delictiva. Así, se observa que, “Los factores
predisponentes (del sujeto) son activados por los determinantes externos (sociales), entre ellos,
principalmente, la desorganización social.”23
Confluyen, de este modo, factores personales y sociales que pueden transferirse a los otros
mediante los denominados transmisores del contagio24, es decir, que una conducta individual puede
contagiar a los demás a través de su influencia en éstos. En este sentido, se postula la existencia de
factores y medios de contagio, por lo que todas las personas potencialmente pueden llegar a ser
delincuentes. De tal manera, los transmisores de contagio pueden estar dados por la escuela, la
familia, etc.
Por otra parte, desde el enfoque antroposocial emerge otra teoría importante y de peso en la
configuración de los fenómenos sociales como elementos indispensables en la explicación de las
dinámicas delictivas. Esta remite a la Teoría Estructural Funcionalista que inserta al interior del
22 Información obtenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.23 Información obtenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.24 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 1 de Abril del 2004.
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enfoque antroposocial intenta explicar socialmente la conducta del sujeto. Esta perspectiva plantea
que la sociedad posee una estructura en cuya base se producen ciertas conductas desviadas de la
norma social imperante25. En este sentido, preocupa más la conducta individual que el sistema
mismo. Una rama importante de esta conceptualización responde a la Teoría de la Anomia
posicionada por Merton donde “el concepto de “desorganización social” cercano al de “anomia”
como ausencia o insuficiencia normativa (Durkheim) deriva en el de anomia (Merton) en que destaca
la incongruencia entre las metas de éxito social y la estructura diferencial de oportunidades”26 En
este sentido, se manifiesta que la sociedad establece metas de vida determinadas a ser alcanzadas,
como por ejemplo, el éxito económico. Para el logro de estos objetivos socialmente deseables, la
sociedad también establece los medios apropiados y socialmente aceptados para hacerlo, sin
considerar los medios efectivamente disponibles, los que no se encuentran para todos generándose
de esta forma, una estructura diferencial donde ciertos sujetos al no tener acceso a los medios
buscan caminos o medios alternativos y socialmente rechazados o no aceptados para alcanzar las
metas, razón por la cual, estos medios ilícitos son aprehendidos como conductas delictivas e
infracciones a la ley.
Para aclarar lo expuesto anteriormente es necesario explicitar que desde la perspectiva de
la anomia “…el hombre es un ser necesitado que debe satisfacer sus necesidades ajustándose a
las pautas señaladas por las relaciones sociales y por el sistema cultural. Entre las necesidades más
importantes están las de subsistencia, reproducción y prestigio social. La satisfacción de las
necesidades es lo que motiva la conducta del hombre y sus interacciones sociales. La sociedad y la
naturaleza proveen al hombre de los medios que él requiere para satisfacer sus necesidades. A su
vez, la misma sociedad a través de la cultura exige al individuo el logro de una serie de objetivos
para tener éxito y prestigio en la vida, lo que se transforma en una necesidad más del hombre. Sin
embargo, muchos individuos no logran satisfacer sus necesidades ni logran cumplir las exigencias
culturales. Estos son víctimas de una situación social de marginalidad y anomia que perturba (y
hasta puede desequilibrar) su situación psicosocial personal. Ante esta situación el hombre se ve en
la urgencia de mejorar su situación para resolver su conflicto.”27
25 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 1 de Abril del 2004.26 Información obtenida en el sitio Web del curso correspondiente a las diapositivas vistas a lo largo del ramo.27 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág.12
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Se produce una especie de dislocación entre lo que la sociedad impone a sus miembros y la
capacidad de respuesta real que éstos últimos poseen frente a esas demandas. En este sentido “…
la anomia es concebida como la quiebra de la estructura cultural, que tiene lugar en particular
cuando hay una disyunción aguda entre las normas y los objetivos culturales y las capacidades
socialmente estructuradas de los individuos del grupo para obrar de acuerdo con aquéllos”28
Lo anterior desembocaría en una estructura social caracterizada por la contradicción entre
las metas de éxito social, la normativa cultural prevista para darles alcance y los medios disponibles
por parte de cada miembro de la sociedad para lograr su consecución. En definitiva, lo que la teoría
de la anomia propone refiere al hecho de que “cuando la estructura cultural y la social están mal
unificadas, exigiendo la primera una conducta y una actividad que la segunda impide, hay una
tendencia al quebrantamiento de las normas. Este es un proceso favorable a la anomia. En esta
situación el individuo está anómico”29, pues como ya se mencionó, se da una situación en que la
sociedad establece medios determinados para alcanzar las metas que aparecen como “socialmente
deseables” repartiéndose desigualmente “los medios adecuados” para obtener las metas
pregonadas socialmente, no pudiendo acceder todos los individuos a esos medios, y por lo tanto a
las metas, es decir, la satisfacción de sus necesidades. “Cuando al rechazo de los medios para el
logro de las metas, sea que se rechacen o no éstas también, signifique la violación de las normas y
leyes institucionalmente en vigencia en Chile, la conducta desviada se caracterizará por ser una
conducta desviada de tipo delictiva”30
Entre los factores contextuales que, desde la Teoría de la Anomia, explicarían estas
conductas delictivas se encontraría, entre otras cosas, la marginalidad que “referida al contexto
social-sociedad, es la situación en que un cierto número importante de miembros de una sociedad
no participa de sus bienes ni influyen en el proceso de decisiones que afectan su marcha, es decir,
están fuera de la integración como proceso. Se caracteriza además por la existencia de barreras
estructurales a la integración”31.
28 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág. 19.29 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág.19.30 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág. 2231 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág. 17
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Básicamente, pues, la marginalidad remite desde esta perspectiva a una situación social,
estructural y funcional, que afecta a la sociedad y a las personas. Ello se constituiría en un factor
social asociado al delito si se considera que “…a pesar de la situación de marginalidad el hombre
debe satisfacer sus necesidades. ¿Qué hace si no cuenta con los medios que la sociedad
proporciona, o sea, aquellos considerados por la cultura como técnicamente eficientes además de
lícita y legalmente aceptados?. Hay que advertir que el estado de marginalidad limita al hombre del
uso de medios legítimos y lo priva de las posibilidades reales para satisfacer sus necesidades.
Hipotéticamente se postula que el delincuente usó ciertos medios para satisfacer sus necesidades
preocupándose sólo si eran técnicamente eficientes y eficaces sin considerar si esos medios son
aceptados o rechazados como lícitos o ilícitos. El individuo que tome esa decisión cometerá un
“delito” si el medio que usó es considerado por el Código Penal chileno vigente como delito
atentatorio contra las normas y leyes constitucionalmente establecidas”32
De tal manera, es posible concluir que desde esta teoría, una persona al decidirse “por el
uso de medios técnicamente eficientes y eficaces, pero rechazados por la cultura de la sociedad por
ilícitos, ilegales e ilegítimos se convierte, entonces, en un delincuente.”33
Es en este punto, donde la situación de marginalidad y de anomia se vinculan entre sí,
levantándose como factores asociados al delito puesto que “el individuo por su condición de
marginal se encuentra en una posición o status desfavorable en la estructura social que le impide
hacer uso de los medios lícitos para satisfacer sus necesidades. Por otro lado, la cultura de la
sociedad está enfatizando una serie de objetivos que el hombre debe alcanzar para tener éxito y
realizarse como persona; sin embargo, su posición de marginal le es desfavorable. Se convierte
pues en un anómico, que tratará de adaptarse de alguna manera a esta situación para solucionar el
conflicto”34. Así pues, desde esta teoría la anomia se configura como un factor asociado al delito,
pues éste último se considera como consecuencia de una urgente adaptación del individuo ante el
conflicto anómico que enfrenta.
32 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág.1833 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág.2434 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág. 24
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Se postula, además que “la anomia estará maximizada en aquellas personas donde las
aspiraciones son altas y las oportunidades para alcanzarlas (medios) sean escasos”.35 En este
sentido, la marginalidad de la que se hablaba anteriormente, así como la pobreza, aparecerían como
fenómenos contextuales que podrían eventualmente, desembocar en situaciones de anomia, en el
marco de la perspectiva funcional estructuralista, pues estos fenómenos se asociarían a la aparición
de casos de desarrollo en los menores de edad de conductas que escapan a lo socialmente
esperado para su etapa de desarrollo: entre otras, abandono de hogar, fracaso y abandono escolar
reiterado, consumo de alcohol, drogas, tráfico de las mismas, agrupación en pandillas, manipulación
y utilización de armas y de la violencia física como parte de sus modos cotidianos de relacionarse y,
también, la cada vez más prematura incursión en actos representativos de la llamada "delincuencia
juvenil"”.36
El Funcional Estructuralismo y la Teoría de la Anomia comprendida en él, abordan estas
situaciones y comportamientos como socialmente desviados de la norma. En estos términos,
quienes manifiestan estas conductas aparecen como “desadaptados” del todo funcional de la
sociedad. “De esta forma, todas estas conductas catalogadas como "desadaptadas" forman un
conjunto orgánico, dentro de la cual el fenómeno de la delincuencia o el consumo y tráfico de drogas
es sólo parte y, quizás, sólo su signo más visible hacia el mundo exterior, único momento en que
nos es posible echar un vistazo a lo que ocurre con gran parte de infantes y jóvenes de nuestro
país que viven en contextos pobres y marginales”37.
Desde la teoría de la anomia, es posible suponer que gran parte de la delincuencia juvenil
asociada a la pobreza y marginalidad está gatillada o por la necesidad de mantener un determinado
nivel de consumo, o también por la generación de expectativas de consumo en otras áreas –
vestuario, alimentación, entretención, etc.- que van más allá de las posibilidades reales de la
economía familiar o individual en los contextos pobres y socioeconómicamente limitados.
Este fenómeno dentro de las “conductas desadaptadas” se halla enmarcado en, y es un
producto de, un modelo de sociedad (excluyente) determinado: la sociedad articulada, en todos sus
35 Karadima Oscar. “Factores Sociales de la Delincuencia e Chile: Un Estudio Sociológico.” Memoria de Tesis presentada a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile, Septiembre de 1967. Pág. 2136 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc37 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc
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órdenes, no desde y por un centro visible, sino que por un fenómeno que, precisamente, tiene su
fortaleza e infranqueabilidad en el “descentramiento” que produce: el mercado.38
Ello posibilita articular desde algunos autores, una crítica al modelo de la anomia, al
observar cómo desde el Estado se procesan las conductas posicionadas como desadaptadas. “A
este respecto, para entender, explicar e intervenir sobre las “conductas desadaptadas” en la
sociedad existe una corriente teórica que ha gozado de hegemonía, y sobre la cual se han
construido todos los “correctivos institucionales” para tales conductas: se trata del Funcional -
estructuralismo; en particular, sobre su uso del concepto de Anomia”39.
De su conceptualización se desprende que en un estado anómico las “normas” existen, y
ellas son claras, y el problema surge en la lectura que el individuo, producto de su situación
individual, hace de ellas.
Lo destacable de la teoría de la anomia y de la propuesta en torno a ésta por parte de
Durkheim y de Merton refiere al reconocimiento de las particularidades históricas de cada sociedad
y, por lo tanto, del como se sitúa la anomia en cada una de ellas. Este acierto es atribuido a la teoría
de la anomia por parte de sus mismos críticos: “Lo que sí se debe destacar de estas primeras
conceptualizaciones es que ambos autores Durkheim y Merton señalaran, sintomáticamente, que
cada sociedad, cada estructura social en particular, genera sus diferentes tipos de anomia, y que
esta última no debía confundirse simplemente con la criminalidad o delincuencia, sino que debía
enmarcarse dentro del fenómeno mayor de la “desviación social”.”40
Sin embargo, la crítica remite al hecho de que al ser “este enfoque tributario de un
paradigma epistemológico mayor que puede denominarse como “teoría del equilibrio”, en él se ve a
la Sociedad –tal como existe en una sincronía- como un “todo armonioso”, que “funciona” (¿qué
sistema no funciona?) y, por extensión, a los sujetos que se salen de este funcionamiento “normal”,
como “amenazas”, elementos disfuncionales que hay que “cambiar” para el beneficio de la sociedad
general. Se sitúa, por tanto, el problema en ellos mismos, en su individualidad, antes que en el
38 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc39 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc
40 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc
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modelo societal en el que se originan.” El ápice de esta conceptualización del problema se alcanza
con la formulación y utilización del concepto de “Anomia”, visto como una “enfermedad social”. De
esta concepción se deriva la consideración de los individuos “desadaptados” como “enfermos”
(sociales), los que, como tales, requieren de un tratamiento para superar tal condición. Este es el
“código” desde el cual actualmente se “lee” el problema de los jóvenes infractores de ley o con
conductas antisociales.”41
Otras teorías que se posicionan desde lo social, es decir, desde las dinámicas contextuales
como las prevalecientes a la hora de explicar el delito, dicen relación con la Teoría Marxista y sus
derivadas concernientes a la criminología crítica, la teoría del conflicto y por último la
orientación abolicionista.
En relación con la Teoría Marxista puede decirse que ésta afirma que la raíz de todas las
problemáticas asociadas al delito se encuentra en la sociedad. La sociedad comprende dos
estructuras correspondientes a los modos de producción y al respaldo legal que cautela esas
relaciones de producción. Desde esta teoría, se critica al sistema jurídico como protector de los
intereses de una minoría. En esta corriente la teoría del conflicto critica el sistema jurídico en cuanto
establece bienes a proteger a través de una estructura de poder que impone sus intereses.
Finalmente, en cuanto a la corriente abolicionista puede decirse que esta interpela al
sistema jurídico como constructor de la conducta delictual y de sanciones que no han logrado su
objetivo. Esta teoría se interroga con respecto a la necesidad de contar con tanta regulación por
parte de los seres humanos y postula que con las regulaciones existentes actualmente no se
resuelve el problema de base y por lo mismo propone una desaparición del sistema punitivo.
De esta manera, puede aseverarse que “en la Criminología moderna no se habla de LA
CAUSA, sino de una constelación de factores situacionales y psicológicos que requieren un
análisis multifactorial. Al respecto, Miguel Ángelo Peláez afirma que una causa criminológica es una
condición de la conducta delictiva, pero una condición como multiplicidad de causas que son los
antecedentes de esa conducta delictiva”42 De tal manera, siempre es necesario tener en
41 Lagos Cristián. “Delincuencia, Tráfico y Consumo de Drogas en Menores de Edad: Análisis Desde una Perspectiva Sociocultural” En sitio Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc
42 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, 27 de Mayo del 2004.
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consideración la existencia de diversos factores que confluyen al momento de potenciar una posible
explicación al delito, ya que nadie es poseedor de una verdad omnipotente ni tampoco la realidad es
dada. Las teorías sólo pueden interpretarla, pero no pueden pretender dar cuenta de la realidad “tal
como ésta es”, ya que en ese proceso nosotros como sujetos nos vemos involucrados y no nos
constituimos como observadores ajenos, capaces de verlo todo y de saberlo todo, sino como actores
que vivencian y observan de modo distinto una realidad con diversos prismas.
En este sentido, puede evidenciarse que la construcción de un diagnóstico criminológico
acabado constituye un enorme desafío a los profesionales encargados de elaborarlo.
Específicamente, en el caso de los trabajadores sociales, porque emprender esta tarea implica
reconocer que en los eventos delictivos se entrecruzan diversas variables, explicaciones e
interpretaciones que no pueden ser ignoradas o reducidas.
En este sentido, confluyen diversas miradas y factores que pretenden dar cuenta del por qué
del delito y posibilitar una explicación que se aproxime al por qué de su comisión por parte de las
personas.
Elementos contextuales que favorecen la comisión del delito.
Por lo anteriormente expuesto, con la finalidad de ejercer una aproximación desde el punto de
vista de los elementos que en el presente trabajo se postulan como relevantes de considerar en un
diagnóstico criminológico, se levanta la necesidad de señalar algunos elementos conceptuales
pertinentes al mismo que permitan delimitar el marco de análisis de la película “Mala Leche”.
Uno de esos elementos dice relación con el contexto mayor en el que el evento delictivo se sitúa y
que remite a una observación de los aspectos sociales relacionados a la ocurrencia del delito.
En este sentido, la visualización del contexto remite a un primer acercamiento a la mirada
que intenta aprehender el delito desde los factores sociales que incidirían en su aparición.
De tal modo, puede señalarse que el contexto general y el entorno específico constituyen uno de los
factores que contribuirá a potenciar una comprensión más amplia respecto de porqué se cometieron
los delitos y del porqué de las conductas delictivas del “Negro Chico” y de Pedro, lo que a su vez
permitirá levantar un diagnóstico criminológico más complejo y potente, que aleje la amenaza de
ejercer una aproximación reduccionista a los sujetos involucrados en el delito y a este último
2
propiamente tal, sobretodo cuando en este diagnóstico se encuentra en juego la libertad de una
persona, lo que involucra la necesidad de levantar uno lo más profundo y completo posible, en vista
de los componentes éticos involucrados en la realización del mismo por parte de los trabajadores
sociales y en la decisión posterior que de él se deriva.
De este modo en un primer acercamiento es necesario explicitar que cuando se habla de
contexto se alude a dos interpretaciones generales. En primer lugar, se aprehende por contexto “al
conjunto de circunstancias que rodean o condicionan un hecho”43. Por otra parte, se entiende desde
una concepción ligada a la lingüística como el “entorno lingüístico, pragmático y social del que
depende el significado de una palabra o un enunciado”44, es decir, donde el sentido y el valor de una
palabra, frase o fragmento considerado adquiere una real dimensión y relevancia.
En este caso, las variables contextuales que inciden en los delitos cometidos por Carlos y
Pedro se abordarán desde la primera noción referida debido a la mayor visibilidad que caracteriza al
espacio donde el delito se desarrolla, lo que resulta de vital importancia para realizar un diagnóstico
criminológico más acabado puesto que en un ambiente mayor asociado a la película se observan
fenómenos vinculados a la exclusión social y a la pobreza que enmarcan o sitúan los eventos
delictivos desarrollados, lo que será analizado más adelante. Sin embargo, resulta pertinente
declarar que los sentidos que se atribuyen a situaciones determinadas por diferentes actores
también son importantes al momento de indagar el contexto. En este caso, podría decirse, por
ejemplo, que para Carlos el delito era el medio obligado que le posibilitaba subsistir y aspirar a una
mejor calidad de vida posterior, mientras que para Pedro representaba el peligro de caer preso por
segunda vez, a pesar de que constituía una manera de sobrevivencia y un modo de vida, en tanto
que para la sociedad circundante representada en cierta manera por las víctimas de los robos
cometidos y también por la familia del “Negro Chico” (su mamá) el delito implicaba una transgresión
severa a las normas y una desviación del comportamiento socialmente deseable, generándose una
presión de control social sobre Carlos y Pedro manifestada en la desesperación de Carlos por
escapar de la población, evadir su espacio circundante, la realidad que lo rodeaba y recomenzar
desde cero en Chañaral, elemento que será profundizado más adelante.
Por el momento, baste con señalar que en el presente trabajo, estos últimos elementos
vinculados a los sentidos, serán abordados tangencialmente, puesto que el análisis se extendería
43 Información obtenida del diccionario virtual contenido en el sitio Web http://tradu.scig.uniovi.es/busca.html44 Información obtenida del diccionario virtual contenido en el sitio Web http://tradu.scig.uniovi.es/busca.html
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demasiado, perdiéndose la pertinencia, coherencia y el horizonte a explorar relativo al evento del
delito y a quienes se ven involucrados en el mismo.
Así y de manera más específica, se entenderá por contexto en el presente análisis, el
“entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual
se considera un hecho”45, en este caso, los delitos vistos en la película.
En este sentido puede afirmarse que uno de los aspectos contenidos en el ambiente que
influye en las dinámicas delictuales producidas, remite a la presencia de exclusión social y a la
existencia de fenómenos de pobreza en el entorno en el que están inmersos Pedro y Carlos.
Estos últimos viven en una población santiaguina, no identificada con precisión en la película, pero
abordada con la intención de ejercer una aproximación genérica a la realidad de las poblaciones
capitalinas, según puede apreciarse en el intento por destacar ciertos aspectos del entorno durante
el transcurso de la película, como por ejemplo, las calles vacías, la ausencia de áreas verdes, la
presencia de niños que vivencian espontáneamente un hecho de violencia al comienzo de la película
(en un momento de la película Carlos es golpeado por micro traficantes y dos niños se acercan a
comprobar su estado) y la balacera producida en una instancia recreativa dada por un partido de
fútbol en una cancha presente en el barrio y que son tratados como “hechos normales” o habituales.
Lo anterior proporciona elementos para afirmar que Carlos y Pedro provenían de un entorno azotado
por procesos de exclusión social sumados a la configuración de fenómenos de pobreza.
La exclusión social “va más allá de los aspectos puramente económicos y ofrece una
perspectiva que abarca distintos ámbitos de la vida social (económica, jurídico-política y
sociocultural)”46 En este sentido, el enfoque de exclusión apunta tanto a los mecanismos y procesos
que conducen a una determinada condición social como a los actores sociales involucrados en tales
procesos”47
Lo anterior, especialmente en lo que dice relación con la esfera sociocultural de la exclusión,
adquiere sentido en la población donde viven Carlos y Pedro cuando a lo largo de la película se
aprecia en ella un entorno particular cruzado por la presencia de “una pobreza uniformizante”, es
decir, un entorno monótono, repetido, donde todos los que habitan allí se encuentran en las mismas
condiciones, en un espacio “igual”, relacionado con la relegación de los sectores más postergados a
45 Información obtenida del sitio Web del Diccionario de La Real Academia Española http://www.rae.es/ 46 CEPAL: “Vulnerabilidad Social en América Latina y El Caribe” Santiago de Chile, 1999. Pág. 20.47 CEPAL: “Vulnerabilidad Social en América Latina y El Caribe” Santiago de Chile, 1999. Pág. 20.
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la periferia de la capital, lo que redunda en dificultades de desplazamiento por la lejanía implicada,
dificultades en el acceso a los servicios por lo mismo, falta de recursos en el ámbito comunitario y
comunal y por lo tanto, menos posibilidades de acceder a una mejor calidad de vida, puesto que, a la
luz de estos antecedentes, los municipios allí constituidos también carecen de los medios suficientes
como para potenciarla.
En “Mala Leche” se tiene esa sensación relativa a la exclusión social vinculada a los
espacios donde la población se encuentra relegada socialmente, encerrada en sí misma. Ello se
relaciona con el hecho de que “la exclusión consiste en desconocer y negar dentro de una
comunidad —familia, barrio, lugar de trabajo, escuela, pueblo, ciudad, nación, Estado, comunidad
internacional— las necesidades sociales, los intereses económicos, los deseos culturales, los
derechos ciudadanos y las voluntades políticas de uno o más miembros o grupos de esas
comunidades”48.
En este sentido, puede afirmarse la exclusión genera desesperanza en los excluidos y temor
a ser excluidos en quienes no lo están, pero su impacto más considerable alude al hecho de que los
excluidos ven cuestionada y pueden perder su creencia y adhesión a los valores, normas e
instituciones que rigen y consagran las relaciones entre los miembros constitutivos de las
comunidades (el Estado), las cuales asumen, procesan y resuelven los conflictos que entre esas
partes y en esas relaciones pueden surgir (la justicia.)49
La exclusión instaura, de esta manera, formas organizativas y de representación de las necesidades
e intereses de los excluidos, donde emerge un rasgo particular que les es atribuible relativo al
desconocimiento del sistema institucional que los margina, y por lo tanto, de las normas y los valores
enunciados por el sistema institucional ya mencionado. “Si quienes han sido negados en su alteridad
no tienen por qué reconocer a los otros que los niegan como iguales a ellos, con mayor razón la
comunidad y sus instituciones que menosprecian sus derechos y privilegian los de los otros no
merece ni legitimidad ni respeto alguno para los excluidos y sus organizaciones sociales, políticas y
militares.”50
En ese momento, en la negación de lo común, surge la necesidad de la transgresión de la ley y del
empleo de la violencia sobre los otros para así imponer la resolución a los conflictos que han negado
48 De Rementería, Ibán. “Exclusión y Terrorismo” Revista Rocinante N° 68 Junio del 2004.49 Idea contenida en De Rementería, Ibán. “Exclusión y Terrorismo” Revista Rocinante N° 68 Junio del 2004.50 De Rementería, Ibán. “Exclusión y Terrorismo” Revista Rocinante N° 68 Junio del 2004.
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lo común. “La violencia intrafamiliar y juvenil, la delincuencia común y el crimen organizado son
formas sociales que expresan la negación de lo común. Esas formas de acción y expresión social
ponen de manifiesto que la solidaridad social y la tolerancia cultural como prácticas constitutivas de
lo común han sido negadas.”51
Por otra parte, se puede expresar, respecto a la exclusión social, que se está excluido de
algo cuya posesión implica un sentido de inclusión. Este algo puede significar una enorme diversidad
de situaciones o posesiones materiales y no materiales, como trabajo, familia, educación, vivienda,
pertenencia comunitaria, etc. No es un concepto dicotómico que divide a los individuos o grupos en
dos; existe una serie de situaciones intermedias entre ambos estados52.
Es así como se puede estar excluido del sistema de salud, y a la vez integrado laboralmente
a través de la posesión de un empleo.
Carlos, por ejemplo, posee una familia, pero la misma lo excluye por su condición de delincuente.
Por otra parte, Pedro se encuentra excluido de la esfera del trabajo debido a la existencia de su
anterior prontuario delictivo.
Un dato relevante que permite dimensionar las magnitudes de este fenómeno social de
envergadura inusitada y los aspectos en los que se manifiesta remite al hecho de que “el nivel
educacional de los Condenados de Santiago es bajo, ya que un 81% tiene sólo Educación Básica o
es analfabeto. La distribución social del conocimiento implica acceso o exclusión de la estructura de
oportunidades y queda claro que el estrato bajo se encuentra marginado”53.
Aquí es posible vislumbrar también elementos que permiten hablar de la presencia de
vulnerabilidad social. Ésta última emerge como un elemento trascendente en el intento por
comprender el comportamiento delictivo de Pedro y Carlos pues “…el desamparo económico, social
e ideológico en que se encuentran vastos grupos urbanos (…) convierte a la vulnerabilidad social en
un concepto interpretativo vigoroso para entender la persistencia de la pobreza y la ampliación de
las desigualdades.54
51 De Rementería, Ibán. “Exclusión y Terrorismo” Revista Rocinante N° 68 Junio del 2004.52 Idea contenida en www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.4.htm53 Información obtenida en el sitio Web csociales.uchile.cl54 CEPAL. Vulnerabilidad Social en América Latina y El Caribe, Santiago de Chile, 1999. Pág. 8
2
El concepto de vulnerabilidad social se hace pertinente en este contexto porque refiere a
“una condición social de riesgo, de dificultad, que inhabilita e invalida, de manera inmediata o en el
futuro, a los grupos afectados, en la satisfacción de su bienestar -en tanto subsistencia y calidad de
vida- en contextos socio históricos y culturalmente determinados”.55
En el caso de “Mala Leche” por ejemplo, podría decirse que un elemento de vulnerabilidad
social que posteriormente pasa a convertirse en una realidad concreta puede visualizarse en el
entorno familiar de Carlos, puesto que tenía un hermano que había sido delincuente y el cual había
sido asesinado cuando Carlos era un niño. Podría decirse que a nivel microsocial, ello constituía un
elemento de vulnerabilidad social presente en el contexto que podía incidir en la posterior conducta
delictiva de Carlos.
Relacionado a lo anterior, resulta pertinente manifestar que allí la pobreza adquiere
significación como un fenómeno vinculado a la vulnerabilidad social, pues en términos muy simples
“la pobreza se refiere a la condición socioeconómica vigente, mientras que la vulnerabilidad se
caracteriza por cambios en la situación socioeconómica”56.
Con mayor especificidad, puede decirse que la pobreza ha sido concebida como “una
situación que impide al individuo satisfacer una o más necesidades básicas y participar plenamente
de la vida social”57.
Esta condición de pobreza se encuentra presente en gran parte de la película y se
manifiesta en la ausencia de áreas verdes, la presencia de pandillas y otros factores mencionados
con anterioridad.
Al respecto, puede manifestarse que, asociado al contexto mayor en que se insertan los
eventos delictivos observados en “Mala Leche” “frecuentemente se discute el problema de la
pobreza y la delincuencia, en el marco del conocimiento vulgar como realidades no necesariamente
asociadas ya que "no todos los pobres son delincuentes"58. Sin embargo, existen investigaciones
cuyos resultados empíricos han evidenciado que “el ser pobre, extremadamente pobre y vivir en una
población marginal potencia estadísticamente la probabilidad de que simplemente una mayor 55 Información extraída de la página Web www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.4.htm56 CEPAL. Vulnerabilidad Social en América Latina y El Caribe, Santiago de Chile, 1999. Pág. 2257 Ibíd. Pág. 1858 Cooper, Doris. “Delincuencia Común en Chile. LOM Ediciones”. 1994.
2
proporción de jóvenes lleguen a ser delincuentes comunes que en otras clases sociales radicadas
en áreas ecológicas correspondientes a barrios de clase media o alta”59
Ello puede contribuir a potenciar una criminalización de la pobreza, puesto que si bien puede
ser un elemento presente en el contexto actual, asienta imaginarios en la sociedad que tienden a
enfatizar una relación naturalizada entre delincuencia y pobreza. En este sentido, es posible
observar que “el mismo término “población penal” remite al concepto de población con toda la
historia de estigma que conlleva. Por una parte va a referir a las características estructurales de los
sectores de vida de los presos: arquitectura concentracionaria, lugares vetustos y húmedos, piezas
pequeñas, hacinamiento, carencia de espacios verdes, lejanía de los centros de intercambio- entre
otras- y por la otra su sola pronunciación hará visible toda la subjetividad que encierra por la
funcionalidad de su significación: flojera, maldad, desconfianza, promiscuidad, desajuste familiar,
anarquía, ignorancia. La prisión tiene que ser miserable para acoger a miserables, y por ello a lo
mejor se asemeja tanto a sus lugares de vida. En este marco, la miseria del interior debe ser tan o
más miserable que la miseria exterior de sus barrios y sus viviendas.”60.
De ahí que “el encierro penal como modo de administrar la pobreza responde a los objetivos que
necesita el orden público, frente a la amenaza social en que la pobreza es percibida como
criminógena”.61
Al respecto, existen autores que plantean que “tanto el fenómeno de la pobreza –que nos
remite a una dimensión socioeconómica- como lo marginal – que remite a lo psicosocial y
sociocultural- corresponden a situaciones que encontraron un fértil campo de cultivo y se afianzaron
en nuestro país en el período en el que se le dio pase libre de acceso a un modelo económico - y de
sociedad- que actualmente sufrimos en su plenitud; un período aquel en el cual, paulatinamente, la
expresión de lo "popular" se fue transformando más bien en un "lúmpen" marginal, carente de
organización y autonomía interna y ente absolutamente dependiente de las políticas asistencialistas
de un Estado que cada vez más se desligaba de sus responsabilidades sociales, traspasándoselas a
los actores privados; un lúmpen al que, progresivamente, se le fue expulsando hacia, y encerrando
59 Cooper, Doris. “Delincuencia Común en Chile. LOM Ediciones”. 1994.60 Tijoux, María Emilia. “Cárceles Para la Tolerancia Cero: Clausura de Pobres y Seguridad de Ciudadanos”. Conferencia en la Universidad Bolivariana. Santiago, Octubre 2001.61 Durkheim, E. La división del trabajo social. Edit. Colofón, México, 1993.
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en, los extramuros de la sociedad, segregándoseles no sólo espacialmente sino que también
psicosocial y socioculturalmente”62
En el caso de los jóvenes y el contexto circundante puede decirse que dentro del universo
de efectos ligados de algún modo a la marginalidad y a la pobreza en la película “Mala Leche” es
posible evidenciar en los personajes principales (el “Negro Chico” y Pedro) “consumo de alcohol,
drogas, tráfico de las mismas, agrupación en pandillas, manipulación y utilización de armas y de la
violencia física como parte de sus modos cotidianos de relacionarse”63
Parte de estos elementos y del comportamiento delictivo del “Negro Chico” y de Carlos
remite a la conformación de un contexto más amplio, atravesado por dinámicas y procesos
diferentes que sitúan el evento delictivo y posibilitan su comprensión de un modo más profundo.
Así, los fenómenos de la exclusión, la pobreza, la desigualdad constituyen factores
contextuales que contribuyen a responder la interrogante del porqué del delito.
De esta manera y a modo de conclusión, es posible manifestar que una de las posturas que
levantan al contexto como componente esencial a la hora de analizar un evento delictivo y sus
consecuencias postula que “la delincuencia es el resultado natural de una sociedad como la chilena,
en donde la desigualdad es su principal característica, una realidad vergonzosa que nos ha
constituido en un país con pérdida de cohesión social y con niveles altos de rabia e impotencia entre
sus ciudadanos, lo que termina generando violencia. No podemos exigir un alto grado de seguridad
si hemos construido dos países en uno, con carencia de oportunidades, trabajo precario y exclusión
social. Si sólo nos concentramos en la represión y no enfrentamos la causa central de este flagelo,
no es de extrañar que en el largo plazo los índices delictuales y la violencia continúen en ascenso.”64
3.- Análisis Criminológico.
62 Lagos, Cristián: “Delincuencia, tráfico y consumo de drogas: Análisis desde una perspectiva sociocultural”. Artículo obtenido en la página Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc63 Lagos, Cristián: “Delincuencia, tráfico y consumo de drogas: Análisis desde una perspectiva sociocultural”. Artículo obtenido en la página Web www.subversion.uchile.cl/Docs/CristianLagos.doc64 Fundación Terram. “Análisis de Coyuntura Social: Delincuencia, Represión y Desigualdad. Publicaciones Terram Número 15, Abril del 2004.
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I- Análisis en torno a las dinámicas individuales comprendidas en los eventos delictivos
observados
Derivado de las teorías anteriormente expuestas y de los elementos conceptuales
vinculados al contexto, en este apartado analizaremos brevemente aquello que está relacionado
directamente con los personajes que se presentan en la película (principales), y sus sistemas de
relaciones más cercanos, comprendiendo que existen ciertos elementos en estos sistemas que van
a aportar al análisis que aquí se expone.
Respecto de lo mismo, en primera instancia es posible decir que, las teorías que enfatizan
en los factores biológicos asociados preferentemente a la configuración de rasgos de personalidad
exclusivos que moldearían “delincuentes” (Teoría del Criminal Nato, de Cesare Lombrosso)
explicando así el delito, serán dejadas fuera del presente trabajo, pues su orientación determinista
vinculada al estudio de la conducta del ser humano, no permite dar cuenta de la complejidad que
nos ofrece el contexto en el que se desarrolla la película, el que se presenta como la piedra angular
del análisis, sin por ello atribuirle de manera causalista la explicación de la comisión del delito.
Es así como en relación con los factores que permiten el desarrollo de los actos delictivos
visualizados en la película relativos a rasgos contenidos en el individuo y a su comportamiento
particular, puede señalarse que desde la primera escena de “Mala Leche” se aprecia en Carlos una
desesperación por huir de la población en que vivía para recomenzar desde cero, sin antecedentes
penales y dejando atrás una vida vinculada al delito , lo que puede ser analizado desde las
perspectivas asociadas a una cosmovisión individual en la explicación del delito, específicamente,
desde la perspectiva del desarrollo moral concerniente a un enfoque antropobiológico de la conducta
delictiva, pues es posible observar que Carlos no asume la responsabilidad por el acto que comete,
atribuyéndolo únicamente al factor externo relativo al espacio circundante que lo rodea, lo que
evidencia en él un estadio de desarrollo que podría ser categorizado como operacional concreto
desde la perspectiva de Piaget, es decir, donde a Carlos le es difícil ponerse en el lugar de los
demás, empatizando con los mismos y atribuyendo sentido a las acciones que lleva a cabo65. En
este sentido se encuentra en un estadio premoral, donde no existe un aprendizaje consistente que
permita medir completamente las consecuencias positivas y negativas de una conducta
determinada. Ello también se aprecia en la conducta de Pedro, quien tiende a querer obedecer la
65 Méndez Juan Tito. Apuntes curso “Delito, Justicia y Trabajo Social”. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social 20 de Abril del 2004
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norma por miedo, por temor de ser nuevamente encarcelado y no por una internalización racional y
voluntaria de la misma.
Por otra parte, en el comportamiento de Carlos es posible dilucidar la presencia de
características asociadas a la teoría del condicionamiento diferencial propuesta por Eysenk, puesto
que presenta una conducta agresiva y arriesgada que podría remitir a una cierta ausencia de miedo
hacia las normas culturalmente determinadas por la sociedad. En este sentido, Carlos es una
persona menos condicionable a las normas, lo que contribuiría a explicar su conducta delictiva.
Relacionado con lo anterior, es posible afirmar que a lo largo de la película Carlos se
presenta como una persona poseedora de una conducta explosiva, impulsiva y agresiva cuando se
sale de sus casillas o se encuentra altamente excitado por las situaciones delictivas en la que se ve
involucrado, lo que podría vincularse a la teoría de los modelos factorialistas de rasgos inserta en
una comprensión antropobiológica del delito, pues esta última postula que ciertos individuos
constantemente se pueden ver obnubilados o pueden ver estrechada su conciencia al ser inundados
por emociones o sentimientos fuertes que obstaculizan la utilización de la razón durante el
transcurso del evento delictivo. En este caso, sería algo similar a lo que le ocurre al “Chacal de
Nahueltoro” cuando lleva a cabo los crímenes ya conocidos.
En este sentido, en reiteradas ocasiones durante el desarrollo de la película, Carlos pierde
los estribos, surgiendo en él una gran agresividad lo que se observa con nitidez en la escena en que
golpea a quienes intentaban defender sus automóviles de un eventual robo de radios por parte de
Carlos y de Pedro.
Ello, y los elementos anteriormente configurados son los que en definitiva contribuyen a
potenciar una explicación del delito en torno a las dinámicas individuales contenidas en los eventos
delictivos observados.
II- Análisis en torno a los personajes y sus sistemas de relaciones más cercanos.
Uno de los factores más relevantes que giran en torno a los personajes centrales de la
película (Carlos y Pedro) corresponde a sus sistemas de relaciones más cercanas, las que se
postulan como factores fundamentales en la cadena de hechos delictivos que se desarrolla a lo largo
de la película.
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Estos factores remiten en primera instancia, a la familia, como sistema de relaciones en el
que se produce la socialización primaria de los sujetos, lo que va a incidir en la comisión de los
delitos apreciados. Así, se observa que Carlos tiene una situación familiar marcada por la violencia,
aprendiendo desde pequeño que ésta es la forma en la que consiguen las cosas. Ello, pues su padre
imponía su voluntad por medio de la fuerza, por lo que Carlos tiene grandes conflictos con él a lo
que se suma la admiración que Carlos sentía por su hermano “el Negro”, avezado delincuente, el
que es su modelo a seguir. En este sentido es posible aproximarse a los patrones familiares
identificados utilizando los modelos socioconductuales estructurados desde una perspectiva
antropobiológica, pues se podría afirmar que Carlos aprendió en cierta medida por imitación las
conductas delictivas que posteriormente lo marcaron como sujeto.
En lo que respecta a la situación de Pedro, presenta una historia de abandono, de mucha
soledad, y se apoya en Carlos, con el que aprende conductas “pro- criminógenas”, que acentúan su
disposición a delinquir. Incluso Pedro estando preso no lo delata, pues él es su amigo, su apoyo.
Este aprendizaje de conductas delictivas presentes en la vida de Carlos y Pedro, se enmarca en lo
que conocemos como aprendizaje por imitación y observación o aprendizaje vicario comprendidas
en los modelos socioconductuales ya abordados.
Asimismo aquí adquiere sentido la Teoría de la Asociación Diferencial, ya que la misma
alude a los procesos de aprendizaje de las conductas delictivas en el grupo de pares criminógenos
con los que comparte el sujeto. Pedro, en este caso, aprende a comportarse de una manera pro-
delictiva asumiéndola como la única que da resultados concretos, debido a la interacción constante
que existe entre él y Carlos quien constituye un referente a seguir para Pedro.
Así también, en Carlos y Pedro se puede inferir que ellos han fracasado (hasta ese
momento) en la “inhibición de conductas delictivas”, ello pues, si bien sus historias de vida
relacionadas con aprendizajes en torno a la comisión de delitos como forma de sobrevivir explican
en parte su actuar, no se puede ignorar el hecho de que en la misma película aparecen personas
que, viviendo en la misma población no han seguido el camino delictivo.
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III- Análisis en torno a las dinámicas contextuales que facilitan el desencadenamiento de los
eventos delictivos
A lo largo de la película es posible visualizar que Carlos y Pedro tienen una historia de vida
asociada a la delincuencia, lo que los predispone a la comisión de delitos. Ello se relaciona con la
teoría de la anomia, respecto de lo cual se puede decir que, Carlos y Pedro, tal como lo identifica
Doris Cooper, en su obra “Delincuencia Común en Chile”, a través de la comisión de delitos, más
que buscar el éxito económico, van a buscar “sobrevivir” en un ambiente en que la pobreza y la
marginación los ha dejado “fuera” del desarrollo social. En este caso, podría decirse, por ejemplo,
que para Carlos el delito era el medio obligado que le posibilitaba subsistir y aspirar a una mejor
calidad de vida posterior, mientras que para Pedro representaba el peligro de caer preso por
segunda vez, a pesar de que constituía una manera de sobrevivencia y un modo de vida, en tanto
que para la sociedad circundante representada en cierta manera por las víctimas de los robos
cometidos y también por la familia del “Negro Chico” (su mamá) el delito implicaba una transgresión
severa a las normas y una desviación del comportamiento socialmente deseable, generándose una
presión de control social sobre Carlos y Pedro manifestada en la desesperación de Carlos por
escapar de la población, evadir su espacio circundante, la realidad que lo rodeaba y recomenzar
desde cero en Chañaral, “limpio”, “sin deudas”, como si alejarse del lugar donde vivía le permitiera
dejar atrás su vida delictiva.
Todo esto acontece en un ambiente mayor asociado a la película, donde se observan
fenómenos vinculados a la exclusión social y a la pobreza que enmarcan o sitúan los eventos
delictivos desarrollados.
Al respecto, es posible mencionar que Pedro y Carlos viven en una población santiaguina, que
no es especificada en la película, pero de la que se puede deducir que pertenece a los sectores
categorizados como los más marginados de la capital por el tratamiento dado en la película al sector:
un territorio desolado, sin áreas verdes ni mucha presencia de árboles, azotado por dinámicas
violentas que parecen ser “comunes” y no producir demasiada “sorpresa” entre quienes las
vivencian. En este sentido, puede decirse que al comienzo de la película, en una escena Carlos se
dirige a su hogar, vigilando la presencia de posibles personas que “le pasen la cuenta”. En ese
momento se encuentra con unos niños que jugaban en el sector y los saluda. Ahí es
intempestivamente abordado y objeto de una paliza mientras los niños observan la situación y
posteriormente, sin mayor conmoción, se acercan y le increpan “te sacaron la miércale”.
3
Se evidencia en esa situación un ambiente duro, donde la violencia aparece como un elemento
más de la cotidianeidad, como un aspecto más de la sobrevivencia. Por ejemplo, cuando en una
cancha de fútbol destinada a la recreación, el “Yao” mata a un hombre por haberse burlado de él, sin
mayores miramientos y sin que nadie haga nada.
Lo anterior da cuenta del contexto como un elemento que propicia las conductas delictivas,
puesto que en un medio como el evidenciado en la película, donde los conflictos se resuelven de
manera violenta y son vistos como dinámicas comunes al interior de la población, es innegable
helecho de que esa situación va a influir en la comisión de los delitos posteriormente acaecida.
Ello permite afirmar que la población en la que viven Pedro y Carlos se encuentra al centro de
los procesos de exclusión.
Una exclusión global relativa a aspectos económicos, como la pobreza que es posible visualizar en
cada uno de los espacios de la población, como por ejemplo, sus calles polvorientas, la ausencia de
árboles ya mencionada, las casas de material ligero y la ausencia de recursos que se desprende de
los habitantes de la población ligeramente abordados por “Mala Leche”.
También es posible palpar esta exclusión social desde el punto de vista económico en el no
acceso de Carlos y Pedro a bienes materiales determinados, como por ejemplo, los autos.
En una parte de la película, se arriesgan y roban un auto, sin la intención original de hacerlo, ya
que se encontraban hurtando las radios de los vehículos, pero el auto les llama poderosamente la
atención por su llamativo modelo antiguo y colorido singular. Representa para ellos la ilusión de
poseer uno propio, una especie de sueño que se vislumbra imposible de cumplir sin recurrir al delito.
Los habitantes de la misma población manifiestan también aspectos socioculturales de la
exclusión, como lo es la adopción de estrategias violentas de vida, que se constituyen de alguna
manera en facilitadores que les permiten sobrellevar la vida cotidiana. Aquí es necesario precisar
que aunque no todos sean partícipes de esas estrategias, se desenvuelven en un medio atravesado
por ellas, lo que produce una especie de “normalidad” de estas conductas, lo que en la película, se
aprecia en la escena de los niños antes relatada.
Asimismo al constituirse algunos aspectos de la exclusión por oposición a los procesos que
involucran una inclusión, es posible afirmar que Carlos es excluido por parte de la sociedad por “ser”
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un delincuente, empezando por su misma familia. En cuanto a Pedro, éste se ve imposibilitado de
ejercer una actividad formal estable debido a la estigmatización que le conlleva el hecho de haber
permanecido en la cárcel.
Por otra parte, ambos vivencian un contexto en el que subsisten pandillas, lo que podría
enmarcarse en la teoría de las subculturas levantada por Cohen. Están inmersos en un medio donde
existen estructuras de poder sostenidas por determinadas bandas rivales, como es el caso del “Yao”
y del hermano del “Negro Chico” que había sido asesinado por razones de incumbencia en los
dominios de la banda del “Yao” y asisten a rasgos presentes en estas bandas, como el tráfico de
drogas, el consumo de alcohol y la venta ilegal de armas. De hecho, a lo largo de la película Carlos y
Pedro participan de estas actividades, consiguiéndose un arma con el “Marmotita”, consumiendo y
traficando drogas y festejando las oportunidades delictivas propicias con alcohol, así como también
evadiendo aspectos de sus historias personales a través de él.
Así, estos sujetos viven en un contexto atravesado por estas dinámicas específicas ya
abordadas, así como por elementos de vulnerabilidad social que contribuyen a situar los eventos
delictivos como es el caso del entorno familiar específico así como de la realidad mayor circundante
en la población. Aclarando lo recientemente expuesto, es necesario explicitar que el hecho de que el
hermano de Carlos sea abordado en la película como un delincuente avezado se posiciona como un
aspecto a nivel microsocial, de vulnerabilidad social contextual que potencia una explicación de los
posteriores delitos cometidos por Carlos. Asimismo, la presencia de pandillas en la población en la
que vive Carlos, así como de un mercado negro dispuesto a recibir los productos obtenidos por los
categorizados socialmente como delincuentes se levantan como otras esferas en las que se
manifiesta un componente de vulnerabilidad social vinculada al contexto en el que los eventos
delictivos se producen.
Por último podría decirse que el delito aparece en la película como una cierta forma de
sobrevivir en un medio hostil, una estrategia para enfrentarse a condiciones extremas, pero más que
eso, “Mala Leche” hace emerger los eventos delictivos como una manera de obtener y de acceder a
bienes y estándares de vida que de otra manera, sería imposible alcanzar por los personajes
visualizados. En este punto, la teoría de la anomia hace sentido, puesto que como ya se vio, postula
que se produce un desencaje estructural entre las imposiciones culturalmente establecidas y
exigidas por la sociedad a sus miembros y los medios que éstos efectivamente poseen para
alcanzar esas aspiraciones socialmente estructuradas.
3
Esto último es evidenciado en “Mala Leche” en el no acceso de Carlos y Pedro a bienes
materiales determinados, como por ejemplo, los autos.
En una parte de la película, éstos se arriesgan y roban un auto, sin la intención original de hacerlo,
ya que se encontraban hurtando las radios de los vehículos, pero el auto les llama poderosamente la
atención por su llamativo modelo antiguo y colorido singular. Representa para ellos la ilusión de
poseer uno propio, una especie de sueño que se vislumbra imposible de cumplir sin recurrir al delito.
Allí adquiere notoriedad la teoría de la anomia en la aprehensión del delito, pero la película
también hace sentir una crítica a esta teoría de la anomia, al insinuar con cierto dejo de ironía que la
responsabilidad del “desencaje estructural” entre medios y fiines no concierne a Pedro y a Carlos
exclusivamente, siendo imposible culpabilizar por completo a estos personajes de las acciones que
llegan a cometer.
Lo anterior alude a la crítica realizada por ciertos autores a la teoría de la anomia relativa al
hecho de que ésta al final traspasa la responsabilidad de los delitos a los individuos, constituyéndose
estos en “desadaptados” en la sociedad. Estos últimos son los enfermos, a ellos se les atribuye el no
acostumbrarse a la “armonía societal” y aquí la película denuncia de alguna manera que esto no es
así y que la sociedad también construye delincuentes con la desigualdad patente y vergonzosa que
muestra con descaro a cada segundo, en las propagandas, en el fomento de ciertos bienes de
consumo, entre otras cosas.
Análisis Situacional: el acto delictivo.
Finalmente, es necesario puntualizar que en esta sección se analizarán brevemente
aquellos factores que permitieron llevar a cabo la comisión de cada uno de los delitos apreciados en
la película.
De esta manera, es preciso mencionar que en un primer acto delictivo se configura un delito
vinculado al micro tráfico de drogas. Carlos y Pedro se dirigen a un lugar solitario donde se erige una
edificación a medio construir y que presenta evidentes signos de abandono. Llevan $500.000 en
efectivo para comprar cocaína con el aparente propósito de venderla después a los pequeños
consumidores. Pero Carlos y Pedro no poseen mucha experiencia en estas lides, no van armados y
3
son víctimas de un robo por parte de los sujetos a quienes tenían la intención de comprar la droga.
Son víctimas de una “mexicana”.
Posteriormente arrancan y Carlos es atrapado, arrebatándosele el dinero. Éste en cuestión
pertenecía a un narcotraficante (El Yao) que se los había facilitado como préstamo para que le
abastecieran de mercadería. Al no cumplirse su expectativa, Carlos es amenazado por este sujeto
que quiere de vuelta su dinero, es golpeado por el mismo y sus colaboradores quienes irrumpen
sorpresivamente desde un auto en movimiento.
Esta es una primera dinámica delictiva que puede ser catalogada como:
1.- Transacción de drogas frustrada: Carlos y Pedro cometen este acto.
Móvil del delito: Conseguir dinero.
Predisponentes: Conductas delictivas aprendidas por socialización.
Desencadenantes: oportunidad de conseguir dinero fácil, realizando la transacción para un
narcotraficante.
Un segundo hecho delictivo se produce cuando Carlos y Pedro hurtan las radios de diversos
vehículos. El lugar donde llevan a cabo este delito es previamente planificado y se caracteriza por
una escasa luminosidad, así como por una soledad privilegiada para cometer este tipo de actos,
además de una nula vigilancia. Este segundo delito puede ser identificado como asaltos a autos
particulares y es cometido por la necesidad de contar con un arma que les ppermita entrar a las lides
mayores del delito, de modo de no ser dañados y afectados nuevamente por un evento similar a “La
Mexicana” que habían vivenciado con anterioridad
2.- Asaltos de autos (robo de radios): quienes cometen este acto son Carlos y Pedro
Móvil del delito: Conseguir dinero para comprar un arma que facilite la comisión de posteriores
robos.
Predisponentes: Conductas delictivas aprendidas por socialización, experticia en la comisión de este
tipo de delitos.
Desencadenantes: Ausenta de vigilancia, escasa luminosidad, lugar solitario, oportunidad de
cometer el delito.
Un tercer evento delictivo se desarrolla en el desempeño del mismo tipo de robo de radios de autos
por parte de Carlos y de Pedro, pero aquí se produce además una golpiza a unas personas que
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fortuitamente aparecieron y que, percibiendo la naturaleza de la actividad realizada por Carlos y
Pedro, intentaban impedir el atraco a sus propios automóviles estacionados en el lugar.
3.- Asalto de autos con agresión a particulares: Llevado a cabo por Carlos y Pedro
Móvil del delito: Conseguir dinero para la obtención de la suma de dinero necesaria a pagar al Yao.
En cuanto a la agresión a particulares el móvil es evitar que se arruine la situación oportuna para
delinquir.
Predisponentes: Conductas delictivas aprendidas por socialización, experticia en la comisión de este
tipo de delitos. En relación con la agresión aludida, los predisponentes se relacionan con la
presencia de víctimas propiciatorias, es decir, que incentivan la comisión del delito, situación que se
evidencia en la insistencia de estas personas para que no se realizaran los asaltos
Desencadenantes: Ausenta de vigilancia, escasa luminosidad, lugar solitario, oportunidad de
cometer el delito.
4.- Asalto de una botillería: Carlos realiza el acto delictivo.
Móvil del delito: Conseguir dinero para pagar la deuda anteriormente mencionada y conseguir
alcohol
Predisponentes: Conductas delictivas aprendidas por socialización. Ello que promueve la realización
de sus metas con un acometer violento. Carlos, antes de iniciar el asalto, había ingerido una
cantidad considerable de drogas lo que fomentó su accionar violento.
Desencadenantes: El lugar donde se encuentra el local comercial es poco iluminado y no se ve una
gran concurrencia de personas, lo que motiva a los delincuentes a iniciar el acto criminal. A esto se
le llama “oportunidad” de cometer el delito.
Preparantes: El dueño del local, un sujeto de edad avanzada que no logra contener la violencia con
que arremete Carlos.
Tras someter al dueño del local y robar mercancía (alcohol), se dio a la fuga junto con su amigo
Pedro.
4.- Asalto a bar: Carlos y Pedro se dirigen local.
Móvil del delito: Obtener una alta cantidad de dinero para pagar la deuda que mantienen con un
peligroso traficante.
Predisponentes: Conductas delictivas aprendidas por socialización. Alta ingesta de alcohol y drogas.
3
Desencadenantes: El lugar presentaba mucha concurrencia de personas de estrato social alto.
Facilidad que presentaba el lugar para consumar el delito. Asaltaban un local que es frecuentado por
“cuicos”, teniendo la seguridad de conseguir la suma de dinero que necesitaban.
Preparantes: El local no contaba con la seguridad necesaria, como para enfrentar este tipo de
situación.
Los asaltantes ingresan al sitio, y no tienen problema en conseguir lo que desean. Luego salen y
paran un auto particular, del cual a punta de pistola obligan a sus ocupantes abandonarlo.
5.- Asalto botillería 2: Perpetuado por Pedro.
Móvil del delito: conseguir dinero y alcohol.
Predisponentes: Haber asaltado una botillería, y haber tenido éxito haciéndolo. Tener un arma de
fuego a su disposición. Confianza de haber tenido éxito en los asaltos perpetuados.
Desencadenantes: El lugar donde se encuentra el local era muy sombrío, poco iluminado, sin mayor
concurrencia de personas.
Preparantes: El dueño del local, era un sujeto más joven que el anterior, pero parecía no tener
mayor posibilidad de defenderse.
El problema se presenta cuando el dueño se niega a entregar dinero, y se defiende sacando de
debajo del mostrador una arma de grueso calibre. Se puede observar como la victima interactúa con
el asaltante, generando un total cambio en la dinámica delictiva, esto causa en Pedro una gran
impresión, lo que le impide mantener el control de la situación. El dueño comienza a disparar a
Pedro, hiriéndolo. Carlos al ver lo que estaba sucediendo, baja del auto en el cual venían, y se dirige
hacia Pedro, al verlo en el piso, sangrando, la reacción de Carlos ante tal situación de estrés es,
disparar en contra del dueño. Se arma un leve tiroteo, finalmente Carlos logra sacar a Pedro del
lugar, y se van en el auto.
Conclusiones.
De las dinámicas delictivas analizadas con anterioridad, se desprende que la construcción
de un diagnóstico criminológico que permita analizar exhaustivamente las dimensiones del delito y
del protagonista involucrado en la comisión del mismo, constituye un desafío altamente complejo y
una tarea ardua que requiere todo el empeño posible en su realización, puesto que en él confluyen
una multiplicidad de constelaciones explicativas del delito, que dependen en parte importante de la
interpretación particular de quien lleva a cabo el diagnóstico.
3
Desde esta aproximación al fenómeno del delito y de quien lo comete, Trabajo Social
emerge como una disciplina capaz de levantar diagnósticos criminológicos complejos dado que
incorpora diversas miradas en la aprehensión tanto de los sujetos que cometen el delito, como de la
situación delictiva propiamente tal, miradas que no es posible ignorar, ya que en el levantamiento de
un diagnóstico criminológico se encuentra involucrada la libertad de una persona y a la vez ésta
permanece atada a la opinión que el profesional finalmente emita a las autoridades penales.
En este sentido es necesario tener presente que el diagnóstico criminológico se insinúa como una
interpretación de la realidad del evento delictivo, pero no puede afirmarse omnicomprensivamente
que el diagnóstico corresponda a la realidad tal cual ésta es.
Es necesario reconocer con humildad el hecho de que el ser humano se encuentra
atravesado por una comprensión parcelada en su intento por conocer el mundo y con ello carece de
un mapa que pueda dar cuenta de los fenómenos tal como éstos se desenvuelven en la realidad
misma, accediendo más bien a ámbitos concretos de la realidad, mientras que otros quedan
oscurecidos en la atención de la mirada que se establece.
Desde aquí Trabajo Social aparece como una de las profesiones capaz de situarse desde
una mirada compleja en lo que dice relación con el diagnóstico antes mencionado, ya que su “objeto”
de estudio son las personas, con todas las riquezas, debilidades y contradicciones que éstas
presentan.
Constantemente, Trabajo Social se ha encontrado entre la espada y la pared en el empeño por
posibilitar que los sujetos de su intervención accedan a mejores horizontes y a una mejor calidad de
vida, es decir, ha visto involucrada y cuestionada en múltiples ocasiones una dimensión ética en la
construcción de los diagnósticos criminológicos, dimensión que puede abordarse con mayor certeza
y propiedad en la medida en que se propicie el levantamiento de diagnósticos complejos cruzados
por miradas distintas.
Por otra parte, en cuanto a posibles alternativas de intervención, al posibilitar una mirada
compleja al fenómeno de la delincuencia, Trabajo Social puede aportar a la transformación de los
imaginarios sociales existentes y predominantes con respecto a los categorizados por la sociedad
como delincuentes, posibilitando de esta manera la creación de instancias que propendan a la
inserción social de los mismos y no a la reclusión como única manera de enfrentar el delito.
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Bibliografía
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