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Madrid 5 de Movlemére de 19ÍQ.Año primera.Múmero 3G. fearxlío I liiifrifstreifcf!: Mmi%, 2. Míkm fiéigre l i l ifiptftaáGk Uzmu, Mí M.-I.1Í;.I .................... 3'üiiug.ü... . . . , . j'¿ ))Us. año. 15 Mewie-strOj 3;50tebíiosíti-e,JÜ5 mes, lij » í • ;j » 4,50 » » 2.> » » 13 > H » » »í » » 20 » 10 » » fjO » » 30 » 10 * » 'ARA TAEIPA DE AKÜÍíCIOS, VÉASE CÜABÍ'A PJ,J^A NO SE DEVUELVEN LOS GRiGiNALEÍJ Jíkimm^^ 'S'íí r B *' • .ríi'-\-ú'.' •.".•.•i -- . DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E IA-DEPEND: )1EN" ¿4 LEY DEL *CANDADO^ Lo que es á pariir de ayer, el hambre de- bió Fiaber salido despavorida del estóraago de los españoies. La Cámara senatorial aprobó la llamada ley del «candado», ¡Ya se salvó España! EH el puchero de ios po- bres acertó á caer ¡iiedio kilo de carne. Y el buen Canalejas abrió orondo el re- gisífo de sus épicas efusiones. A creerlo, dirlasc que la vida de España estaba pen- diente de la aprobación de ese absurdo-con vistas á un jacobinismo cursi hasta dejarlo de sobra. Lo peor para él es que en vez de aplaudir- le los radicaieSf. á quiene apuntaba-con el engendro, se ¡e revuelven airados pidiéíldo- !e más carnaza. Y es que cuando se trepa embravecido por latitudes donde se forja el rayo, a! descender á la llanura, donde está Íusia;r>cníe el nicdio que tan bien sienta so- bic la cabeza de ios gobernantes, se.tjún cio- ciíentc frase del propio Sr. Canalejas, córre- se ti albur de llevar á la decepción á los ía- ir,¡ljari-;ad03 con aquel ambiente trágico. Se t.rccn estafados. Es el co'.nio. Porque nuestro ínclito prcsi- •Icntc, con esa ley de excepción metida á la í aíria á roso y velloso, no dejó las cuiv.bres iltl ladicalisnío de sus amores. Lo que pasa tí qtíe antes andaba por las nubes. De ailí supo sacarlo, haciendo un vcrda- lU ro derroclie de talento y de extraordinaria t.abiiidad, esa gloria del Episcopado que para pre?, de la Iglesia ocupa la silla de Ma- (•rid-Aical.l Sin el arpón que le lanzó el se- óor Salvador y Barrera, las sacudidas de la primera figura de la democracia española se i'i;bier<;n convertido en violentos coletazos, los demás prelados qus tienen asiento en el Senado secundaron á maravilla !a obra de MI ;-,crinano de Madrid. Hubo momentos de ti(¡ci!líos en que nuestros insignes arzobls- JMJS y obispos elevaron el débale á las allu- sas donde el vigor de la dialéctica y ¡as íer- üiiías de la elociicncia se abrazan, que por ¡a a:ía Cá'nara cru.có recio, prendiéndose en '<:s cerebro?, el triunfo de la razón y de la \:\- ;icia. Rosoiió en todos los lados el aplau- M;. Parecían agolparse las páginas de! glo- líoío Episcopado español para hacer revi- vir los dorados días délos Concilios fols- danos, ornato del hispano pensar y ííbro grandioso de sabia política. Masts el emi- neníisinio cardenal que gobierna la Primada qriso cerrar con brocl-iC de oro la discusión, sin reparar en el sacrificio que esto supuso d su ancianidad venerable. Y la paz hizo su aparición en el hemiciCiO, y vientos de concordia soplaron dulcemente en iodos los espíritus. La ley aprobada no señalaría un rumbo. Abriría m\ paréntesis de dos años en el establecimiento de nuevas Congregaciones religiosas. Pasada esa íecha, y de acuerdo con ia Sania Sede, ya se íija- íía el definitivo derrotero de esta cuestión que se deja en litigio. Ello equivale á inia ¡suspensión temporal mientras se está í¡.-fe íadke. Algo conseguiínos los católicos. Bien poco fué. La ley brutal de las mayorías dejóse sen- tir, si bien con la protesta de 45 senadores. Canalejas sonrió satisfecho. Esta jomad?, que marca un paso atávico en la marciia de la propia democracia que tanto le enloquece, quiere sefclarla con piedra blanca. Y Hosxatfos nos echamos á pensar en el número de pobres que se verán redimidos con el término que el jefe del Gobierno qui- BO dar á esta ley de excepción inconcebible. jCanaiejas dirá que se salvó la Patria! Telegramas M extrasijercí Msfticiá dcssMcssíiílsa. París 4.—Z\ corresponsal del Matul en T.'m- jer desmiente que ua ¡iicideiite se haya prodii- cido entre las aduanas de Tetuán y el cónsul de fraiicia en dicha pübiación. Asegura que se ti%¡a de una cainpnfsa hostil íeiitra ei representante de Fraiiciw. f^a Israelga de MaysscISa. Pads 4.—Según coniu;iiCiti> desde Marseüa fsl París Journal, se coníiü en que íerminaríí i!oy la huelga de carreteros del puerío. Meaefi'íe «I® Ma-el-AHaiísi. fánger •^.—Comunican desde Mogador que Ma-el-Ámin iia muerto e) día 28 de! pasado mes en 'Yiimu. do a! jefe superior de policía impidiera la cek- feración de todas las temiiones y manifestacio- nes que tieise prehibidas. Añadió que se ha puesto de acuerdo con el general VVcy'er para que, en caso necesario, en- tre éste en fiiisciones. El gobernador y el capitán general han eoiife- renciado esta nrañana cwfi €i. Gobierno, del que han recibido atitorizacióa para «brar segúa io acen.seiei! las ctrcunst.-íncias. Ha marchado á SabadaÜ.para continuar sus diligencias, el juez especia! encargado del suma- rio abierto con motivo de !as anseiíazas que diri- gieron ios eraderes en-€l úitinio mitin. * ^-^ -mSBS^sns FmECIiíENTOJEL_ E MmKW Gibraltar 4.—Ha fallecido en esta plaza el padre jesuíta portugués D. Joaquín Macha- do, de setenta años de edad, director espiri- tual que fué de! Seminario de Saníarén, y muy conocido en su país por El Apóstol. Llegó aquí ha poco con otros jesuítas ex- pulsados de Portugal. Elentierro se verificará mañana. Dicharachos. Por uih: vrc voy á scntimic Mañüno de Cavia, salvando iodos lo--; rtspcios. Voy ú intentar (a rectificación al empico de unas paiabro'^ francesas, emplaidds con marca- da sívnisiúrt ú Parts al enunciar las veiadas frivolas que la otra tarde inairginó Cri-dóbal de Castro en el (cairo de ia Comedia. En primer icnnino, t'aniarles ni.-'tidées, es un absurdo de los más ierminaníes. ¡Aíaílnees por la tarde, desp-jcs de tas cuatro!¡Cuanio mus es- pañol, más hidalgo, y, sobre todo, más iogico seria ¡iamaries veladas! Pero hay una segunda cacsíiún más intere- sante. Se dice que en tales veladas se leerán cause- ries por algunos acreditados causeurs... Mo están mu! les vocablos, pero rccrcsenlan tina maniíiesta pobretería en nuestro lenguaje. ¿No tendrá el ¡sabia cer\>aniiim, algunas aunque miseras palabrejas que den, si no la misma, una sensación senicjanie, cqui¡>a!er,te á las de causcrics y causeur? Creo haberlas tropezado y las envió ú la con- sideración, no de los malévolos, sino á la de quienes, por un orgullo de raza, sienten jasiidio, •por no decir sonrojo, al tener que pronunciar, hablando en espaiioí, esos y oíros vocablos ¡¡a- bachos. Yo creo que causeri es un dicliaracho, y un causeur un dicharachero. Dicharachcar es hablar donosar.ieníe, exac- tamente lo mismo, tal vez con más rejinamlenío que lo representado por el verbo fraices. ¡Dicharacho! Hasta tiene eufonía y resulta maja la palabrita. ¿Vamos á ella, cofrades? Me placería,y conmigo á los f.-nVfn's/a? del idioma, que la próxima velada en iá Comedia no viese mcuí^.iacia su gloria con un programa á lo galo, iittmihicmenie. Seria más lucido decir: —El Sr. Btllo Iceiü unos dichcrachos sobre "la moral del cine.» BOY TEmPMS M€&MMTELñm^S Temores de! Oobiermí ' l®¥fiireíitci, innsltai lo en los 01 an tropas .rteies . Barcelona? Tesaa©r©s de Itsaetga eiaarla. r«v©Sfficl«- u ^atssiaaSBtS^gS^ « ^ «- -4 lít ,Ml KI dÉc^nísiieEB a|tB."tósj'iad[<r. TraisaíSáiiíic©. Barcelona 4.—Procedente de escalas y Miíniia; ha llegado á este puerto el vapor Claudio López •, y López, de la Coiupañia Trasatlántica. Il.eglstr©si |B®licíac®s. Baicclona -í.—La policía ha practicado un re- íi,islro en el local de ia Solidaridad obrera, in- cautándose de varios revólvers. Ijáfer© d© l a Mblioíeca íle Fes'B.'ei'«, Barcelona -í.—Ei concejal radical Sr. Lluch, m\ non-ibie da D. Alíredo Raqueí, ha visitado al jefe de Estado i^Aayor para pedirle original de luia obra en francés titulada Química mineral y general, de que es autor D. Alfredo Raquet y que íisQ embargada con les demás libros de la biblioteca Ferrer. Barcelona 4.—Dasde Sabadell comunican que lian reanudado e! trabajo un centenar más de obreros. Sigue en igual'estado el coniíicío. Hablando de los propósitos de ios huelguistas de Sabadell de bajar aquí mañana con sus íaml- jks, manifestó @1 gobernado; qm habí^ ofdcna- Aycr ta;dc terDiinó en ei Senado la discusión de! proyecto de ley cel *eandado». Se aceptó irisa en.r.ionda presentada per e! ba- rón de Sacro Lirio, que pasó á ser dictamen. Quedó csíe ledacíado en ¡os sij^Uieiiles tcr- minos: «.Articulo único. No se estabieccr/uj nuevas Asociaciones pertenecientes á Ürderics ó Congic- gacion-is relif^iosaj, caiicnicameiiíe icconocio'as, SH) ia auíoíiiaciúu dci ministerio de üracia y jissiicia, coüíiipiada tn i?eji decreto que se pu- blicar j en la Gaceta de ¡MadriJ, micntsas no se renu'e definitivasneriíe ¡a coíiaición jurídica de ias mi:;¡nas. JNO se concederá dicha aiííoriZaciún Ciando rnás de la tcic.era parte de ics iüdivjduos que hayan de !or;nar !o nueva Asociació» sean e.x- tranicr<)s. Si en el pU/io de das «r.os no se publica la nueva ley de Asociaciüucs, quedará sin eJ'ecSo ia presente iey. Reiiaclcr de EL DEBATE Con este mismo titulo publica e! Bokiin Oficial de la Diócesis el suelto siguiente, que agradecenios y reproduciinos con gusto para satisfacción de noestros lectores. Al mismo tiempo rogamos á nuestros co- legas, que cuniplicnda un deber de informa- ción dieron noticia del lance, pero que, sin duda por olvido, no hicieron ¡o niisnio con la de la absolución que tan generosamente concedió ei sabio y virtuoso prelado que rige nuestra Diócesis, lo hagan hoy, á los efectos (Se reparar el escándalo causado. «He confesado mi culpa y he pedido perdóns, dice Luis Antón de! Olniet en su ariícuio-tetrac- tación publicado en El DEBATE el 29 de los co- rrientes. Efectivamente, el ¡oven escritor, llevado ptr un ímpetu irreflexivo de sus nervios, y una mal entendida caballerosidad, acudió á io que se ha dado en llamar el campo del honor; cruzó su es- pada cotí otro redactor de un diario radical de esta corte. Se batió, y advirtiéndole después sia conciencia, educada en el seno de la Iglesia ca-' fólica, de la censura que pesaba sobre su alma, pidió ¡humilde, perdón á nuestro reverendisirao prelado, el cual, abriendo sus brazos paternales al hijo pródigo que en un nwinento de ofusca- cacíón abandonara la casa solariega de sus ma- yores, le absolvió en el foro interno y externo de ia censura contraída y le reconcilió con Dios, de cuya doctrina divina se había separado por su pecado. Autorizados p'ara hacer pública la absolución dada a! duelista arrepentido y su retractación hecha ante ia autoridad episcopal, insertamos en estas columnas tan fausta noticia, áfin de ba- rrar el escándalo que el hecho haya producido en las almas cristianas, y como estimulo para que los que se han hecho reos da idéntico peca- do acudan á quien puede perdonarles su culpa. Antón de! Olmet ha vuelto á ía Redacción de EL DEBATEJ de ia que se hafeía sepaíad* antes de bathse.» El presidente de! Consejo de ministros conferenció ayer mañana por telégrafo con el gobernador y ei capitán general de Bar- cel(«ia, enterándose detenidamente del esta- do del espíritu público ante ios anuncios de estallar ia huelga genetal con carácter revo- lucionario en aquella capital. También se anunciaban desórdenes gra- ves en Sabadell, desde cuya poblaGión pen- saban ir los huelguistas á Barcelona en ma- níFcstacíón, y este acto, lo ceiebrarian con permiso ó sin él. El Sr. Canalejas hi.^o presente que estas transgresiones de la iey, que atenían contra e! orden social, tiene que castigarlos seve- ramente. Yo no creo--dijo—que tales actos lleguen á realizarse; csíinio que la persuasión se im- pondrá necesariamente, y si no iiegara á prevalecer el buen sentido, entonces tendre- mos un día desagradable, porque el Gobier- no está resuelto á imponer el orden con los medios de fuerza que posee. En ia conferencia celebrada con ¡as auto- ridades de Barcelona, el Sr. Canalejas les ofreció enviar ú aquella población fuerzas del Ejército, de ias que puede disponer de momento hasta de 15.000 hombres; pero el Cíípifán (Oenera! ha rehusado, expresando que posee elementos suficientes para ei mante- nimiento de! orden. También han manifestado las autoridades de Barcelona que los anarquistas de aquella 1 región estaban organizando una manifesta- I ción para ir al encuentro de los nianifcsían- Ites que virieran de Sabadeil, ¡o que han ini- : pedido desde luego, ordenando la encarce- lación de los elementos organizadores. El movimiento revolucionario pensaban extenderlo á Tarrasa, pero en esta localidad no han querido secundarles. El Sr. Cimalejas decía que es inio'crabie que se predique ia revolución social conti- nuamente, y que para impedir este movi- miento se !;aliaba firmemente resuelto á cas- tigar á aquellos que intenten en cualquier forma alterar el orden. llenos frente á un cuarto! qiic iieva por divisa el sonoro titulo de aquel cortesano, no muy de- recho de cucipo y menos recto de espíritu, de cuyas manos se desprendió la piedi-a «¡¿s valio- sa de !a corona de Castilla. Ante ei cuartel detiénese un canuaie do la Cían Fcña, dtíl que descieiide un oficia!. Viste traje de caníp-ü'.j. Liegí despnís tm alq;iiión, iuego otro... L)e todos cüos desaienden üiiciales, d« idóníica guisa vestidos. Grande 6S nnestia soípresa de iíailar á tal hoia y en tal lugar estos hombres en arreos de pucrra. ¿Qué ocujre en Madrid? ¿Acaso se ha dcscu'r'ierto una terrible conspiración, ó es que iuVolará mañana en la Cá- njara cS Sr. Alucino//? Y, cantelosanicüíe, nos acercamos á uno de los ventamüos de ias puerta de! cuarto', desde don- de vimo» aiúnsadibirao el cuarto de banderas. Allí estaban los oíiciajes en (raje de marcha, y con eiios e! médico y el capellán. 1'raiábase, induda- blcmer.tc, de aigo grave. Y decididos a conocer el per qué de tanto apa- rato y previsión tanta, asaHainos u;i aíquilóUp gri- tsKilo; «¡Ai Gobierno uisütar!» En el Gobierne militar preguntamos por el ofi- cia! de piuaruia y un ordenanza nos cor.diicc á uu presencia. El oüciai de guardia es un hcmbre pcqüeñin, de blanco bigotíllo recortado ybaiba picuda. Al vertios, iüuesírase sorprendido. El que dos pe- riodistas puedan sospechar siquicta lo que él, después de sabida iia procurado* olvidar, cosa es que con dificultad se te alcanza, ¿Quilín pudo ser e! indiscreto que así nos advirtió de la probabíe salida de las tropas? ¿Quién osó violar et secreto invulnerable? Y ia mirada de sus ojillos escruta- dores clavase en nosotros ansiosa de discifrar el enignja. El capitán no sabe nada. ¡Nos han infor- íuado ína). Ni Covadoni^a, ni Asiurias, ni los Jan- ceros <1e la Reina, ni ef Príncipe están acuarte- lados. Todo es pura invención de nuestros exal- tados cerebros. Y el capitán se ríe con una son- nía enií'.mátiea, jCcmo ha de faltar al cumplimiento de su de- ber! De decirnos que por su mano habían pasa- do ias laisteriosas órdenes de! ministro, perderla su prestigio de hombre serio; y nosotros, ante !a fortaleza áeí silencio, decidimos encaminar nues- tros pasas eir busca dé un indiscreto araig© que al tanto nos ponga de ia yerdad de ios sucesss, que nws diga, eencretameute, adonde han de encaminarse las tropas y ia hora señalada para su salida de Alauria. : r +•-!• En tapitatifa g&ierál tampoco s'ábtn nada. Ei ordenanza duerme como un bendito, arropado en ias mantas, sobre un jergórj que está en on ex- tremo de ia antesala. Asoma Ja cabeza, temeroso del frío, y a! preguntaric por ei oficial, nos dice: —Ahcra no se ie pnede ver. Está durmiendo. —Oys-le iníetioíiiiOies—íú sabes S: ios regi- imientos acuartelados saldrán de .Wadrid esta niadriigada. —Si, señor: vino esta t¿rde y yo !a áije que pedia ir á la bombi, porqje no me dejaba mi co- rone!. —Pero ¿qné estás diciendo? —Lo que tiigo, que no X^ngopo'sia ni r.tcrniso. Ei ordciíaitza da media vuelta solire e> jergón, volviéimose tSe cara a ia pared. En la anlesaia d* la Capitüiiia retumban unus ronquidos untrciales. Y, eoiiio ias paredes no dicen nada, damos me- dia vuelía i ia derecha y salimos de alii, sin te- ner !a fortuna de luber liaüado al nsistericso amigo confidencia!. Subimos de nueve al coche para ir al ministe- rio de ia üubfeínación. Allí nos dirían algo. Y, en eíeció, supunos que salían tropas para Barcelo- na, no solo de Madrid, sino también media bri- gada de Andalucía y otra m«dia de Valencia. f-3a- bíamos encontrado al amigo géneros® y parlan- cliír» que nos ponía al tanto de! movimiento sos- pechado; pere el amigo no sabía ia hora de ia partida de las trepas, ni podíi asegurar tampoco la noticia sensacional que acababa de darnos. Y asomaba la nariz roja y helada por cima del em- bozo de la capiía, plegada con gracia chulesca. Duda ne podía quedarnos ya del acuartela- miento de ias tropas, ni de que algo gravísimo ocurre ó se teme en Barcelona. Pero no püdimer C!.(erarnos del motivo acasionai del movimiento de ia íuerza, que, para nosotros, envuelto está tcdavsa en el ni:is callado misterio. (Jira vez a! coche, cansino ya de la Redacción, Había que trazar unas lineas informativas de cuanio sabiaiuos. Acaso la madre Casualidad iicgase en nuestra ayuda para decirnos oído, nujy q.iedo, a'fto IJ^ÚS interesante. Y, al pasar freiiís a un tupi, suponiendo qua con tal noclie de agua y de ventisca estaría "ia mamá resguar- dada de la intemperie, dcscetidimos del coche para beber una taza de cafe. ' tochíro nos iiabió entonces: --Dií/aa ustedes, señoritos, ¿p.ísa alRO? Lo digo, porque antes de íc-ji:ar:i;e ustedes he lleva- do ai cuartel á un capitán y su asistente <iue de- cían se VJiJ esta inüdiugada, ü ias ties, a'Barce- lona. ¡Esta madrugada á las tres? ¿Será verdad que nos dice este cochero de enorme narizota, parlanchin y curioso? 331 €ííí^sRer»^© síssíc Es?, aritsos.'íz'a «SÍÍ la SE samuga a-cvcÍEseSíSBaB-lri. Anoche pennanecieron hasta !a madrugada en el miiíistcrio de la Oobernació)5 ios SÍCS, Cana- lejas, Me¡ii:o y genera! Aznar. A las üuce enspezaron ias ccníerenclas teie- ñráficas con las autoridades civiles y militares ds Zaragoza, Fiarcclona, Valencia y Sabadail. Ei í-obcniador de Zaiágoza dio cuenta a! seíior Merino que iusbU) recibido en su despacho á ios reprcso;;íantcs de la casa constructora de tran- vías, á les que dio cuenta de las preíensiones de los obreros, que liabían expuesto con anteriodad, e;<presando que, á pesar de ¡as diferencias entre lo que pidfcU los obreros y las concesiones que ios patronos hacen, se encuentre térmi¡:o hábil de concordia. El capitán general y el gobernador de Barce- lona manifestaroír su creencia de que en aque- lla capital nada ocurriría. El jefe de la íueiza de Sabadell comnnicó que había ordenado la suspensión de un mitin que iban á celebrar ios obreros, añadiendo que eí juez especial tenia encarcelados á los oradores que en el mitin últiniamente celebrado habían hecho excitaciones á la huelga revelucionaria. La citada autoridad uiiiitar expuso la creencia de que los obreros no irán en manifestación á Barcelona. También coíiiuni-caron las autoridades de Ta- rrasa que de esta población no hadan causa co- mún ¡os elementes obreros cc-n los de Barce- lona. El Sr. jV.erino, que nos dio las anteriores refe- rencias, nos manifestó que de Aladrid no,se ha- bían movilizado tropas, si bien estaban acuarfe-' iadas y en disposición de marchar al primer; aviso. Ya de madrugada hablamos al Sr. Canalejas, quien nos manifestó que ante ios anuncios dC: graves desórdenes en Barcelona y Sabadell pon el Gobierno, se habíatí adoptado las oportunas! precauciones pafa garantir el orden en e! caso de' que elementos reveitesos intentasen alterarlo. A este efecto, y por la fuerza pública que hay: actualmente en Barcelona, se ban establecido; las medidas necesarias para proteger las comunica-; clones telegráficas y telefónicas, así como las vías férreas, añadiendo el Sr. Carralejas que res- ponde de las coinunicacienes con Barcelona. Para el case óñ que los sucesos que puedan desarrollarse necesite el Gobierno enviar más; fuerzas á Cataluña, ya estáíY dispuestos y con; las calderas encendidas tres váperes en el puer-; ío de Valencia que conducirán al primer avis» á Barcelona á la mitad de la guaruición de Va-; lencia. Para el envío de trepas se dará preferencia á; las de Caballería y Artítleria. Por su parte, el general Weyler dísporidrá que se tome militarmente por fuerzas áe Artillería ia carretera de Barc-elona á Sabadeil. Zaragoza 5.—-Esta noche m.archan á Barcelo- na ios regimientos de Inían'.cria de Gerona y de Caballería de lanceros. Espóranse aqui otras fuerzas. La huelga de tranvieros se planteará el ¡unes próximo,— .". A. Zaragoza .^.--Desde las primeras horas de la tarde se ebservó gran actividad en ios centros militares, creyéndose que se trataría de la org.i- nización de nuevos paseos nnürares. Informes postenores suponen que se trata del envío de fuerzas á Barcelona, pues el capitán ge- neral y el gobernador militar han celebrado una entrevista én la que se debió tr;itar de la pregun- ta hecha, según parece, por !cs Sres Canalejas y Aznar, acerca de ¡as fuerzas do que dispone la quinta región, en caso de que las necesitase eS capitán genetüi de Cataluña. Los coroneles de los regimientos de Lanceros del Rey y de Gerona han sido iiamados á Capi- tanía para recibir órdenes. La oficialidad de estos regimientos pernocta en ios cuarteles, vistiendo traje de marcha. En la estación del Sepulcro se halla preparado un tren militar para marchar á Barcelona al pri- mer aviso. Corre el rumor de que el regimiento de Gero- na saldrá esta nmdrugada. Zarnuoza S.—A consecuencia de las noticias tranquiíizadofas del ministro de la Gobernación recibidas por el gobernador, se suspende el mo- vimiento de tropas iniciade. LO QUE NOS DJCEN DESDE FRANCÍA lisimiitei eaosa. París 4.-—\-la comunicado !a Embajada de Es paña una Nota diciendo que carece de ¡uiida- ¡ncntoi ei rumor de que iioy ter!¡:iiiarí¿in ias ne- gociaciones entre El Mokri y el Gobierno espa- ñol, y que también es inexacío que el Eiü'ieradot xerilians ofrezca 60 iiiülones de indeiunizacióti y pida ¡05 el luinistro de Estado, Sr. García Priet-o. La verdad, dice al terminar, es qua el repre- sentante d€l Sultán y el Gobierno de Madrid han Begado á un completo y amistost? acuerdo respecto á lacuaiitia de'iá üidesmitáación.— Fübra. Sabemos de fuente autorizada que e! rumor t^legragado al extranjero de que el Gobierno re- clame ai Maghzen 105 millones de pesetas en coa eepto ele iadcranización por ios gastos ¡rsiütaies de! Rif, no corresponde á la realidad. La cifra que el Gabinete de Madrid, inspirán- dose en los sentimientos máscoiscinadores y te- niendo en cuenta como le ha sido posible ¡as cir- cunstancias financieras del Imperio, ha fijado á esa iüdciui'ización ss ía de Cj nulitói'Cj. De otra Pioccdencia, nos coust.i (); esa cifra ds I',') uiiliones hül, en prmci;': >, da por El Moíiri, éste aiiruia aiiura <\M dios econó;nicos de Mairuecüs no ie :, llegar hasta cila, sieo liasía otra a!¿o i;, Eabra. ;;',i;',que .;. i:pi..!- iii.; Uic- í:r:;'iieu ,i-j ¡wja. ES Z3i SLa £^ 1? Si, er c::> :2^.í m> l*el¿ií<t:a» B^ro?;í'so r.;ii¡Mar. ;l,;s.'4 e esta rgai'/i- Zfl/(7£0i'«-í.—Los eieujentos libonlcs han cciebrado una reuiiiou, acordando i zar el partido. A! efecto, se ha uombrauD '.ii re- presentante en cada dJsíriío. Por su parte, los republicanos se rcur.:.-:;! esl,' noche para dt:-oiver la junta del partido, por cuan- to so dividen los unionistas y radlCJ!e•.^, lortuaH- do organizaciones diferentes. El Juzgado militar instruye procoso co;-,'.'a d.>fi;i Teresa Clarannrnt y los eoreros Tou^ y !>o;mii- go poi las frases injuriosas p.-ra el lii'':.c;;o u;ie pronunciaron en el mitíp. del do:i!ÍnLV) u!:'in •. Se dice que iia sido el juzgado civil íru:.!! m solicitado la intervención de la auíorid.'ti niiiiar. Se ha solucionado la huelga de Iríiiin-jio;.. Continúa en pie la de los ír;!:ivii;:(i;:, celebraron una reunión con la S-Jcled-i i gar á una fórmula de avenencia. •;:-.;neí r:\il iie- EL Um EM EL ñ¥¡l?ITMilSEílT© rt.^^-^*^.^i,-»V''•V^,e ll ¥ r.-.,vr¡ -ygfysí. JlvlíPOS,T'. .2vT X^TOTA, C^OIVCXC^V íic^-Oi^ ^S3r^<3¡»'5í*aiO, ©^^ ®a. S^©l®saigB!iísS, Bajo la presidencia del Sr. Trancos Rodríguez se abrió ia sesión á ias diez y media. Leida el acta de la anterior, el alcalde dedicó sentidas frases á la iiiemori,» del duque de Vera- gua, acordándose por unanimidad hacer constar ei sentimiento de !a Corporación. Sin debate se aprobaron varíes dictámenes. El Sr. Barrio, en un voto particular, se Ü])USO á ¡a creación do diez plazas de iüspectorcs do ser- vicios sanitarios relacionados con los cemente- rios. s.a impugtiaron taírbién los señores Catalina y iJccda, y ia Comisión retiró el dictamen. Se aprobó un dictamen para solicitar del Go- bierno ¡a cesión a! Ayuntamiento del cana! de Isabel li. Se retira la reorganización del Cuerpo de ase- soría pitra que enti-enda en ella la Comisión de ensanche. Queds sobre la mesa el dicíamcn para apro- bar la cuenta de gastos é ingresos por ios feste- jos celebrados en jVlayo y junio. Después e! Sr. García .Vioíina presentó una proposición para que, con motivo de la dísciisión de los próximos presupuestos en el Ayuntamien- to y junta de Asociados, no se discuta níngutia prepuesta de aumentos de personal, sin el tratni- te previo del informe de ia Comisión respectiva. Así S8 acordó. A las Comisiones respectivas pasaronj á con- tinuación, las siguientes proposiciones: Una del Sr. Dorado para que se designe cottm cmpfazamiento para a! manumento á América, que proyecta ¡a Asociación pafriótic» Española de Buesíos Aires erigir en Madrid, la plaza de España. üírd del mismo concejal pidiendo que se ador- ne el patio central del Ayuníaniisuto en forma de, salón. ' Otra del Sr. González Rojas inieresando la concesión de un crédiio de í.938,50 pesetas para las atenciones de la Casa de Socorro del distrito-" de !a Universidad, Y otra del Sr. Valdivieso para que se haga una revisión de cuantos individuos constituyen la junta municipal da Asociados, ratificando sus condiciones con arreglo a! art. b'ó de la ley mu- nicipal. Acerca de las peticiones, reco:nendacioties y empleos del persoua! se suscitó un largo debate, hasta que el Sr. Francos Rudrrguez puntualizó el alcance de la propusición, agregatsdo que la Se- crefaría adoptará tas oportunas medidas para' que los concejales rto se vean asediados á peticionas. El concejal D. Bernardo Martín dio cueríta de los agasajos y atenciones de que ha sido objeto en ei Congreso de turismo da Toutouse, adonde fué representando al Ayuntamients, y pida se ha- ga constar en acta la satisfacción del JVlunícipío. Por unanimidad fué aprobado. No habiendo otros asuntos que tratar, se le- vantó la sesión á las doce y cuarto. Mo laa pasad© iia«la. Esta frase estaba en ia baca de todos. La expectación enorme que había por cenocer el resultado de la sesión se transformó en des- sncanto. El numeroso' público, amigo de las grandes sensaciones, ds las borrascas y de los tumultos, se fué retirando paulatinaineüte_, poseído de des- ilusión. ¿Que piensan estos hombres que ni gritan, ni protestan, ni hacen nada? ¡Oh, írists desencanto del pueblo bullanguero, que tenía puestas sus ansias bélicas en la sesión de hoy! '< I f d,® l a s €©aas«sii©S5 ¿fl|iié? Pues de los Consumos, ná. Ayer se habló poco, poquísimo en el Ayunta- miento de este asuntó. Parece que ya todo va eníranda en orden. Se ponen las cosas en su punía y se prevé cí fin de !6ii<esttóu tan manoseada. En la próxima sesión, en la otra ó en una ex- feísjrdinaria el M-uiireips© habrá de tomar acuer- do, Lo ni;is probable *.•* q'je éslc; sea ¡ modar al presupuesto ias cifras de ii!¿i impliquen el dd Consumos en su cu.ii;: por io menos. Habrá, pucí, que consignar I.", cifra d mosen el preSLípucsio, y a las ;;líur,u; c. q:jo estamos habrá qu'j \i con todi 1. prC'jísa pai'a mociiiiccir el pHcjo de Cf- que sirve de base al Eit^eiido, para s; Poder legislativa, como es indiípeii.-'.cib lo, la correspondiente ñuíori/.jCiijn uu del contrato, o p;ua el amuicio da ¡r.ícv :¡ CJ aC(.' ;,-./:> q';í; ;.i aclu.ii í (loii.íu- .-', .••fio 011 ; r!í)i..!cz :<::ÍIJI:OS ;^:;;:r d^i i'j ÍKicer- r.rório<',,í ) 1 -lí'irur- snzar el año cou;-;,i' con el £0, que permita al cotuí ingreso consiguienie. Porque si lio se hace este, lisiará ci día 1 de Enero y se ancontraiá si Ayuntamiento-coa sa- tisfacción de muchos que "lo desean, «•• •,im de público se dice—ante ia necesidad aí'jr:a,:_-:;;a d* acoidar ¡a administraciün directa...» Quizá á este fazonamioiua ¿ss ázhi es m'sqs- mo de ios concejales. ¡S^ara eosía© finia <?.« lííripvi...' Los puntos que se surtes) üc IJS VL.JV.-, C„-.'>- ilaiiay Alto Abroüigal, se quedará.i si'i a;, i.! du- rante ocho días. La causa es los ingcrtcs que han de r;;;u;/.arse en las tuberías y las niitalacunei de il.ivaó, ne- cesarias para ei funcionamiento do ia crí.acioii estcriiizadora de ¡a pUzj de Sarda i2,-i.-b ir.u Para como sale de Jimpia, no hace grai! falta ei agua de los viajes Casíciiana y Aito Abioñiga!. Kes, todo faiasoso. Se dice, se habla y se cemenia so!)ríí el si- guiente hecho. Allá por los csmieuzas del presen!.? n'-.s. íiíen- do alcalde da! Ayuntamiento de Alad;id ei seíjcr -Aguilera, ¡os republicanos presentaron una pro- posición encaminada í-<eünseguir que ei nombra- miento de! personal encargado de pres';!: los ser- vicios municiíjales, qué antes liacía ci n:,i)pio al- caide, io hicieran, en «delante, Comisiüii.:;s «spe- cialcs designadas a! ef.jcí8. Así se acordó, y el Sr. Aguilera dejó c: c.irgo. Fue su úitimo disgusío de alcaide. Los repubii- canos se habían salido con la suya, y las famosas Comisiones, sin pérdida de tiempo, c;u-jdaron nombradas y en condiciones de reaiizai su co- metido. Quienes tienen mayoría de votos ej; cí.'ns Co- misiones, ya se comprenderá, sabiendo quiénes eran ios interesados. Los servicios municipales los vienen prestan- do, pues, empleados nombrados por Coniisienes dedicadas á este menester. El mal resultado, C5ue es palpable, se lia pues- to de raaniíiesfo en varias ciases de servicios; pero donde más se ¡iota es en los iViataderas. Todos saben que el Ayuntainie.TÍo maníiena empleados inútiles, señores que apenas trabajan y mucho cobran. Pues bien; ¡os destinados al sacrificio de re ses se han de ensuciar ias manos en io más prosaico y vulgar délos animales, en ia sangre, y no es muy halagfieño que digatiios. Aconteció qae los primeros días los Matade- ros'se llenaron de gente y, cou la natural torpe- za, se efectuaron todos los servicios. Pasó algún tiempo y pasaron también los e.m- pleadüs. Las naves de ios Mataderos :-.e vieron casi solitarias. Un día llegó en qu3 ci insp.sctor genera! tuvo que salir á ia calle y buscar mozos de cuerda y oíjreros sin trabajo para qisc ¡a ma- tanza no se interrumpiera. En los primeros días d<! año, cuando trabaja- ban e n e ! íViatadsro ios empleados oficiales se mataban 748 cerdos. Después no han pasado de 650, y éstos con tropiezos y diíicuitadtís que está muy esiíeradc el inspector general. Todo lo cua! se señala como fruto de aquella iproposición que moíívó la salida del alcalde ^Aguilera y de la discreciór! como deieiüpeñan su .cometido las Comisiones de personal. Com» no es baladí el asunto y pueda traes cala y rabo, nos ínfürmarsmos.

DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E

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Page 1: DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E

Madrid 5 de Movlemére de 19ÍQ.—Año primera.—Múmero 3G.

fearxlío I liiifrifstreifcf!: Mmi%, 2. Míkm fiéigre l i l i fiptftaáG k Uzmu, Mí

M.-I.1Í; . I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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j'¿ ))Us. año. 15 Mewie-strOj 3;50 tebíiosíti-e, JÜ5 mes, lij » í • ;j » 4,50 » » 2.> » » 13 > H » » » í » » 20 » 10 » » fjO » » 30 » 10 * »

'ARA TAEIPA DE AKÜÍíCIOS, VÉASE CÜABÍ'A P J , J ^ A NO SE DEVUELVEN LOS GRiGiNALEÍJ

Jíkimm^^ 'S'íí

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• .ríi '-\-ú'. ' •.".•.•i -- .

DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E IA-DEPEND: )1EN"

¿4 LEY DEL *CANDADO^

Lo que es á pariir de ayer, el hambre de­bió Fiaber salido despavorida del estóraago de los españoies. La Cámara senatorial aprobó la llamada ley del «candado», ¡Ya se salvó España! EH el puchero de ios po­bres acertó á caer ¡iiedio kilo de carne.

Y el buen Canalejas abrió orondo el re-gisífo de sus épicas efusiones. A creerlo, dirlasc que la vida de España estaba pen­diente de la aprobación de ese absurdo-con vistas á un jacobinismo cursi hasta dejarlo de sobra.

Lo peor para él es que en vez de aplaudir­le los radicaieSf. á quiene apuntaba-con el engendro, se ¡e revuelven airados pidiéíldo-!e más carnaza. Y es que cuando se trepa embravecido por latitudes donde se forja el rayo, a! descender á la llanura, donde está Íusia;r>cníe el nicdio que tan bien sienta so-bic la cabeza de ios gobernantes, se.tjún cio-ciíentc frase del propio Sr. Canalejas, córre­se ti albur de llevar á la decepción á los ía-ir,¡ljari-;ad03 con aquel ambiente trágico. Se t.rccn estafados.

Es el co'.nio. Porque nuestro ínclito prcsi-•Icntc, con esa ley de excepción metida á la í aíria á roso y velloso, no dejó las cuiv.bres iltl ladicalisnío de sus amores. Lo que pasa tí qtíe antes andaba por las nubes.

De ailí supo sacarlo, haciendo un vcrda-lU ro derroclie de talento y de extraordinaria t.abiiidad, esa gloria del Episcopado que para pre?, de la Iglesia ocupa la silla de Ma-(•rid-Aical.l Sin el arpón que le lanzó el se-óor Salvador y Barrera, las sacudidas de la primera figura de la democracia española se i'i;bier<;n convertido en violentos coletazos, los demás prelados qus tienen asiento en el Senado secundaron á maravilla !a obra de MI ;-,crinano de Madrid. Hubo momentos de ti(¡ci!líos en que nuestros insignes arzobls-JMJS y obispos elevaron el débale á las allu-sas donde el vigor de la dialéctica y ¡as íer-üiiías de la elociicncia se abrazan, que por ¡a a:ía Cá'nara cru.có recio, prendiéndose en '<:s cerebro?, el triunfo de la razón y de la \:\- ;icia. Rosoiió en todos los lados el aplau-M;. Parecían agolparse las páginas de! glo-líoío Episcopado español para hacer revi­vir los dorados días délos Concilios fols-danos, ornato del hispano pensar y ííbro grandioso de sabia política. Masts el emi-neníisinio cardenal que gobierna la Primada qriso cerrar con brocl-iC de oro la discusión, sin reparar en el sacrificio que esto supuso d su ancianidad venerable.

Y la paz hizo su aparición en el hemiciCiO, y vientos de concordia soplaron dulcemente en iodos los espíritus. La ley aprobada no señalaría un rumbo. Abriría m\ paréntesis de dos años en el establecimiento de nuevas Congregaciones religiosas. Pasada esa íecha, y de acuerdo con ia Sania Sede, ya se íija-íía el definitivo derrotero de esta cuestión que se deja en litigio. Ello equivale á inia ¡suspensión temporal mientras se está í¡.-fe íadke. Algo conseguiínos los católicos. Bien poco fué.

La ley brutal de las mayorías dejóse sen­tir, si bien con la protesta de 45 senadores.

Canalejas sonrió satisfecho. Esta jomad?, que marca un paso atávico en la marciia de la propia democracia que tanto le enloquece, quiere sefclarla con piedra blanca.

Y Hosxatfos nos echamos á pensar en el número de pobres que se verán redimidos con el término que el jefe del Gobierno qui-BO dar á esta ley de excepción inconcebible. jCanaiejas dirá que se salvó la Patria!

Telegramas M extrasijercí Msfticiá dcssMcssíiílsa.

París 4.—Z\ corresponsal del Matul en T.'m-jer desmiente que ua ¡iicideiite se haya prodii-cido entre las aduanas de Tetuán y el cónsul de fraiicia en dicha pübiación.

Asegura que se ti%¡a de una cainpnfsa hostil íeiitra ei representante de Fraiiciw.

f^a Israelga de MaysscISa. Pads 4.—Según coniu;iiCiti> desde Marseüa

fsl París Journal, se coníiü en que íerminaríí i!oy la huelga de carreteros del puerío.

Meaefi'íe «I® Ma-el-AHaiísi. fánger •^.—Comunican desde Mogador que

Ma-el-Ámin iia muerto e) día 28 de! pasado mes en 'Yiimu.

do a! jefe superior de policía impidiera la cek-feración de todas las temiiones y manifestacio­nes que tieise prehibidas.

Añadió que se ha puesto de acuerdo con el general VVcy'er para que, en caso necesario, en­tre éste en fiiisciones.

El gobernador y el capitán general han eoiife-renciado esta nrañana cwfi €i. Gobierno, del que han recibido atitorizacióa para «brar segúa io acen.seiei! las ctrcunst.-íncias.

Ha marchado á SabadaÜ.para continuar sus diligencias, el juez especia! encargado del suma­rio abierto con motivo de !as anseiíazas que diri­gieron ios eraderes en-€l úitinio mitin.

* ^-^ -mSBS^sns

FmECIiíENTOJEL_ E MmKW Gibraltar 4.—Ha fallecido en esta plaza

el padre jesuíta portugués D. Joaquín Macha­do, de setenta años de edad, director espiri­tual que fué de! Seminario de Saníarén, y muy conocido en su país por El Apóstol.

Llegó aquí ha poco con otros jesuítas ex­pulsados de Portugal.

Elentierro se verificará mañana.

Dicharachos. Por uih: vrc voy á scntimic Mañüno de Cavia,

salvando iodos lo--; rtspcios. Voy ú intentar (a rectificación al empico de

unas paiabro'^ francesas, emplaidds con marca­da sívnisiúrt ú Parts al enunciar las veiadas frivolas que la otra tarde inairginó Cri-dóbal de Castro en el (cairo de ia Comedia.

En primer icnnino, t'aniarles ni.-'tidées, es un absurdo de los más ierminaníes. ¡Aíaílnees por la tarde, desp-jcs de tas cuatro!¡Cuanio mus es­pañol, más hidalgo, y, sobre todo, más iogico seria ¡iamaries veladas!

Pero hay una segunda cacsíiún más intere­sante.

Se dice que en tales veladas se leerán cause-ries por algunos acreditados causeurs...

Mo están mu! les vocablos, pero rccrcsenlan tina maniíiesta pobretería en nuestro lenguaje. ¿No tendrá el ¡sabia cer\>aniiim, algunas aunque miseras palabrejas que den, si no la misma, una sensación senicjanie, cqui¡>a!er,te á las de causcrics y causeur?

Creo haberlas tropezado y las envió ú la con­sideración, no de los malévolos, sino á la de quienes, por un orgullo de raza, sienten jasiidio, •por no decir sonrojo, al tener que pronunciar, hablando en espaiioí, esos y oíros vocablos ¡¡a-bachos.

Yo creo que causeri es un dicliaracho, y un causeur un dicharachero.

Dicharachcar es hablar donosar.ieníe, exac­tamente lo mismo, tal vez con más rejinamlenío que lo representado por el verbo fraices.

¡Dicharacho! Hasta tiene eufonía y resulta maja la palabrita.

¿Vamos á ella, cofrades? Me placería,y conmigo á los f.-nVfn's/a? del

idioma, que la próxima velada en iá Comedia no viese mcuí^.iacia su gloria con un programa á lo galo, iittmihicmenie.

Seria más lucido decir: —El Sr. Btllo Iceiü unos dichcrachos sobre

"la moral del cine.» B O Y

TEmPMS M€&MMTELñm^S

Temores de! Oobiermí ' l®¥fiireíitci, innsltai lo en los 01

an tropas .rteies . Barcelona?

Tesaa©r©s d e Itsaetga eiaarla.

r«v©Sf f i c l« -

u ^atssiaaSBtS^gS^ « ^ «- -4

lít ,Ml

KI dÉc^nísiieEB a|tB."tósj'iad[<r.

TraisaíSáiiíic©. Barcelona 4.—Procedente de escalas y Miíniia;

ha llegado á este puerto el vapor Claudio López •, y López, de la Coiupañia Trasatlántica.

Il.eglstr©si |B®licíac®s. Baicclona -í.—La policía ha practicado un re-

íi,islro en el local de ia Solidaridad obrera, in­cautándose de varios revólvers.

Ijáfer© d© l a M b l i o í e c a í l e Fes'B.'ei'«, Barcelona -í.—Ei concejal radical Sr. Lluch,

m\ non-ibie da D. Alíredo Raqueí, ha visitado al jefe de Estado i Aayor para pedirle e¡ original de luia obra en francés titulada Química mineral y general, de que es autor D. Alfredo Raquet y que íisQ embargada con les demás libros de la biblioteca Ferrer.

Barcelona 4.—Dasde Sabadell comunican que lian reanudado e! trabajo un centenar más de obreros. Sigue en igual'estado el coniíicío.

Hablando de los propósitos de ios huelguistas de Sabadell de bajar aquí mañana con sus íaml-jks, manifestó @1 gobernado; qm habí^ ofdcna-

Aycr ta;dc terDiinó en ei Senado la discusión de! proyecto de ley cel *eandado».

Se aceptó irisa en.r.ionda presentada per e! ba­rón de Sacro Lirio, que pasó á ser dictamen.

Quedó csíe ledacíado en ¡os sij^Uieiiles tcr-minos:

«.Articulo único. No se estabieccr/uj nuevas Asociaciones pertenecientes á Ürderics ó Congic-gacion-is relif^iosaj, caiicnicameiiíe icconocio'as, SH) ia auíoíiiaciúu dci ministerio de üracia y jissiicia, coüíiipiada tn i?eji decreto que se pu­blicar j en la Gaceta de ¡MadriJ, micntsas no se renu'e definitivasneriíe ¡a coíiaición jurídica de ias mi:;¡nas.

JNO se concederá dicha aiííoriZaciún Ciando rnás de la tcic.era parte de ics iüdivjduos que hayan de !or;nar !o nueva Asociació» sean e.x-tranicr<)s.

Si en el pU/io de das «r.os no se publica la nueva ley de Asociaciüucs, quedará sin eJ'ecSo ia presente iey.

Reiiaclcr de EL DEBATE Con este mismo titulo publica e! Bokiin

Oficial de la Diócesis el suelto siguiente, que agradecenios y reproduciinos con gusto para satisfacción de noestros lectores.

Al mismo tiempo rogamos á nuestros co­legas, que cuniplicnda un deber de informa­ción dieron noticia del lance, pero que, sin duda por olvido, no hicieron ¡o niisnio con la de la absolución que tan generosamente concedió ei sabio y virtuoso prelado que rige nuestra Diócesis, lo hagan hoy, á los efectos (Se reparar el escándalo causado.

«He confesado mi culpa y he pedido perdóns, dice Luis Antón de! Olniet en su ariícuio-tetrac-tación publicado en El DEBATE el 29 de los co­rrientes.

Efectivamente, el ¡oven escritor, llevado ptr un ímpetu irreflexivo de sus nervios, y una mal entendida caballerosidad, acudió á io que se ha dado en llamar el campo del honor; cruzó su es­pada cotí otro redactor de un diario radical de esta corte. Se batió, y advirtiéndole después sia conciencia, educada en el seno de la Iglesia ca-' fólica, de la censura que pesaba sobre su alma, pidió ¡humilde, perdón á nuestro reverendisirao prelado, el cual, abriendo sus brazos paternales al hijo pródigo que en un nwinento de ofusca-cacíón abandonara la casa solariega de sus ma­yores, le absolvió en el foro interno y externo de ia censura contraída y le reconcilió con Dios, de cuya doctrina divina se había separado por su pecado.

Autorizados p'ara hacer pública la absolución dada a! duelista arrepentido y su retractación hecha ante ia autoridad episcopal, insertamos en estas columnas tan fausta noticia, áfin de ba­rrar el escándalo que el hecho haya producido en las almas cristianas, y como estimulo para que los que se han hecho reos da idéntico peca­do acudan á quien puede perdonarles su culpa.

Antón de! Olmet ha vuelto á ía Redacción de EL DEBATEJ de ia que se hafeía sepaíad* antes de bathse.»

El presidente de! Consejo de ministros conferenció ayer mañana por telégrafo con el gobernador y ei capitán general de Bar-cel(«ia, enterándose detenidamente del es ta­do del espíritu público ante ios anuncios de estallar ia huelga genetal con carácter revo­lucionario en aquella capital.

También se anunciaban desórdenes gra­ves en Sabadell, desde cuya poblaGión pen­saban ir los huelguistas á Barcelona en ma-níFcstacíón, y este acto, lo ceiebrarian con permiso ó sin él.

El Sr. Canalejas hi.^o presente que estas transgresiones de la iey, que atenían contra e! orden social, tiene que castigarlos seve­ramente.

Yo no creo--dijo—que tales actos lleguen á realizarse; csíinio que la persuasión se im­pondrá necesariamente, y si no iiegara á prevalecer el buen sentido, entonces tendre­mos un día desagradable, porque el Gobier­no está resuelto á imponer el orden con los medios de fuerza que posee.

En ia conferencia celebrada con ¡as auto­ridades de Barcelona, el Sr. Canalejas les ofreció enviar ú aquella población fuerzas del Ejército, de ias que puede disponer de momento hasta de 15.000 hombres; pero el Cíípifán (Oenera! ha rehusado, expresando que posee elementos suficientes para ei mante­nimiento de! orden.

También han manifestado las autoridades de Barcelona que los anarquistas de aquella

1 región estaban organizando una manifesta-I ción para ir al encuentro de los nianifcsían-Ites que virieran de Sabadeil, ¡o que han ini-: pedido desde luego, ordenando la encarce­lación de los elementos organizadores.

El movimiento revolucionario pensaban extenderlo á Tarrasa, pero en esta localidad no han querido secundarles.

El Sr. Cimalejas decía que es inio'crabie que se predique ia revolución social conti­nuamente, y que para impedir este movi­miento se !;aliaba firmemente resuelto á cas­tigar á aquellos que intenten en cualquier forma alterar el orden.

llenos frente á un cuarto! qiic iieva por divisa el sonoro titulo de aquel cortesano, no muy de­recho de cucipo y menos recto de espíritu, de cuyas manos se desprendió la piedi-a «¡¿s valio­sa de !a corona de Castilla.

Ante ei cuartel detiénese un canuaie do la Cían Fcña, dtíl que descieiide un oficia!. Viste traje de caníp-ü'.j. Liegí despnís tm alq;iiión, iuego otro... L)e todos cüos desaienden üiiciales, d« idóníica guisa vestidos. Grande 6S nnestia soípresa de iíailar á tal hoia y en tal lugar estos hombres en arreos de pucrra. ¿Qué ocujre en Madrid? ¿Acaso se ha dcscu'r'ierto una terrible conspiración, ó es que iuVolará mañana en la Cá-njara cS Sr. Alucino//?

Y, cantelosanicüíe, nos acercamos á uno de los ventamüos de ias puerta de! cuarto', desde don­de vimo» aiúnsadibirao el cuarto de banderas. Allí estaban los oíiciajes en (raje de marcha, y con eiios e! médico y el capellán. 1'raiábase, induda-blcmer.tc, de aigo grave.

Y decididos a conocer el per qué de tanto apa­rato y previsión tanta, asaHainos u;i aíquilóUp gri-tsKilo; «¡Ai Gobierno uisütar!»

En el Gobierne militar preguntamos por el ofi­cia! de piuaruia y un ordenanza nos cor.diicc á uu presencia.

El oüciai de guardia es un hcmbre pcqüeñin, de blanco bigotíllo recortado ybaiba picuda. Al vertios, iüuesírase sorprendido. El que dos pe­riodistas puedan sospechar siquicta lo que él, después de sabida iia procurado* olvidar, cosa es que con dificultad se te alcanza, ¿Quilín pudo ser e! indiscreto que así nos advirtió de la probabíe salida de las tropas? ¿Quién osó violar et secreto invulnerable? Y ia mirada de sus ojillos escruta­dores clavase en nosotros ansiosa de discifrar el enignja. El capitán no sabe nada. ¡Nos han infor-íuado ína). Ni Covadoni^a, ni Asiurias, ni los Jan-ceros <1e la Reina, ni ef Príncipe están acuarte­lados. Todo es pura invención de nuestros exal­tados cerebros. Y el capitán se ríe con una son-nía enií'.mátiea,

jCcmo ha de faltar al cumplimiento de su de­

ber! De decirnos que por su mano habían pasa­do ias laisteriosas órdenes de! ministro, perderla su prestigio de hombre serio; y nosotros, ante !a fortaleza áeí silencio, decidimos encaminar nues­tros pasas eir busca dé un indiscreto araig© que al tanto nos ponga de ia yerdad de ios sucesss, que nws diga, eencretameute, adonde han de encaminarse las tropas y ia hora señalada para su salida de Alauria.

: r +•-!• En tapitatifa g&ierál tampoco s'ábtn nada. Ei

ordenanza duerme como un bendito, arropado en ias mantas, sobre un jergórj que está en on ex-tremo de ia antesala. Asoma Ja cabeza, temeroso del frío, y a! preguntaric por ei oficial, nos dice:

—Ahcra no se ie pnede ver. Está durmiendo. —Oys-le iníetioíiiiOies—íú sabes S: ios regi-

imientos acuartelados saldrán de .Wadrid esta niadriigada.

—Si, señor: vino esta t¿rde y yo !a áije que n« pedia ir á la bombi, porqje no me dejaba mi co­rone!.

—Pero ¿qné estás diciendo? —Lo que tiigo, que no X^ngopo'sia ni r.tcrniso. Ei ordciíaitza da media vuelta solire e> jergón,

volviéimose tSe cara a ia pared. En la anlesaia d* la Capitüiiia retumban unus ronquidos untrciales. Y, eoiiio ias paredes no dicen nada, damos me­dia vuelía i ia derecha y salimos de alii, sin te­ner !a fortuna de luber liaüado al nsistericso amigo confidencia!.

Subimos de nueve al coche para ir al ministe­rio de ia üubfeínación. Allí nos dirían algo. Y, en eíeció, supunos que salían tropas para Barcelo­na, no solo de Madrid, sino también media bri­gada de Andalucía y otra m«dia de Valencia. f-3a-bíamos encontrado al amigo géneros® y parlan-cliír» que nos ponía al tanto de! movimiento sos­pechado; pere el amigo no sabía ia hora de ia partida de las trepas, ni podíi asegurar tampoco la noticia sensacional que acababa de darnos. Y asomaba la nariz roja y helada por cima del em­bozo de la capiía, plegada con gracia chulesca.

Duda ne podía quedarnos ya del acuartela­miento de ias tropas, ni de que algo gravísimo ocurre ó se teme en Barcelona. Pero no püdimer C!.(erarnos del motivo acasionai del movimiento de ia íuerza, que, para nosotros, envuelto está tcdavsa en el ni:is callado misterio.

(Jira vez a! coche, cansino ya de la Redacción, Había que trazar unas lineas informativas de cuanio sabiaiuos. Acaso la madre Casualidad iicgase en nuestra ayuda para decirnos a¡ oído, nujy q.iedo, a'fto IJ ÚS interesante. Y, al pasar freiiís a un tupi, suponiendo qua con tal noclie de agua y de ventisca estaría "ia mamá resguar­dada de la intemperie, dcscetidimos del coche para beber una taza de cafe. ' Eí tochíro nos iiabió entonces:

--Dií/aa ustedes, señoritos, ¿p.ísa alRO? Lo digo, porque antes de íc-ji:ar:i;e ustedes he lleva­do ai cuartel á un capitán y su asistente <iue de­cían se VJiJ esta inüdiugada, ü ias ties, a'Barce­lona.

¡Esta madrugada á las tres? ¿Será verdad 1© que nos dice este cochero de enorme narizota, parlanchin y curioso? 331 €ííí^sRer»^© síssíc Es?, aritsos. ' íz 'a «SÍÍ

l a SE samuga a-cvcÍEseSíSBaB-lri. Anoche pennanecieron hasta !a madrugada en

el miiíistcrio de la Oobernació)5 ios SÍCS, Cana­lejas, Me¡ii:o y genera! Aznar.

A las üuce enspezaron ias ccníerenclas teie-ñráficas con las autoridades civiles y militares ds Zaragoza, Fiarcclona, Valencia y Sabadail.

Ei í-obcniador de Zaiágoza dio cuenta a! seíior Merino que iusbU) recibido en su despacho á ios reprcso;;íantcs de la casa constructora de tran­vías, á les que dio cuenta de las preíensiones de los obreros, que liabían expuesto con anteriodad, e;<presando que, á pesar de ¡as diferencias entre lo que pidfcU los obreros y las concesiones que ios patronos hacen, se encuentre térmi¡:o hábil de concordia.

El capitán general y el gobernador de Barce­lona manifestaroír su creencia de que en aque­lla capital nada ocurriría.

El jefe de la íueiza de Sabadell comnnicó que había ordenado la suspensión de un mitin que iban á celebrar ios obreros, añadiendo que eí juez especial tenia encarcelados á los oradores que en el mitin últiniamente celebrado habían hecho excitaciones á la huelga revelucionaria.

La citada autoridad uiiiitar expuso la creencia de que los obreros no irán en manifestación á Barcelona.

También coíiiuni-caron las autoridades de Ta-rrasa que de esta población no hadan causa co­mún ¡os elementes obreros cc-n los de Barce­lona.

El Sr. jV.erino, que nos dio las anteriores refe­rencias, nos manifestó que de Aladrid no,se ha­bían movilizado tropas, si bien estaban acuarfe-' iadas y en disposición de marchar al primer; aviso.

Ya de madrugada hablamos al Sr. Canalejas, quien nos manifestó que ante ios anuncios dC: graves desórdenes en Barcelona y Sabadell pon el Gobierno, se habíatí adoptado las oportunas! precauciones pafa garantir el orden en e! caso de' que elementos reveitesos intentasen alterarlo.

A este efecto, y por la fuerza pública que hay: actualmente en Barcelona, se ban establecido; las medidas necesarias para proteger las comunica-; clones telegráficas y telefónicas, así como las vías férreas, añadiendo el Sr. Carralejas que res­ponde de las coinunicacienes con Barcelona.

Para el case óñ que los sucesos que puedan desarrollarse necesite el Gobierno enviar más; fuerzas á Cataluña, ya estáíY dispuestos y con; las calderas encendidas tres váperes en el puer-; ío de Valencia que conducirán al primer avis» á Barcelona á la mitad de la guaruición de Va-; lencia.

Para el envío de trepas se dará preferencia á; las de Caballería y Artítleria.

Por su parte, el general Weyler dísporidrá que se tome militarmente por fuerzas áe Artillería ia carretera de Barc-elona á Sabadeil.

Zaragoza 5.—-Esta noche m.archan á Barcelo­na ios regimientos de Inían'.cria de Gerona y de Caballería de lanceros. Espóranse aqui otras fuerzas. La huelga de tranvieros se planteará el ¡unes próximo,— .". A.

Zaragoza .^.--Desde las primeras horas de la tarde se ebservó gran actividad en ios centros militares, creyéndose que se trataría de la org.i-nización de nuevos paseos nnürares.

Informes postenores suponen que se trata del envío de fuerzas á Barcelona, pues el capitán ge­neral y el gobernador militar han celebrado una entrevista én la que se debió tr;itar de la pregun­ta hecha, según parece, por !cs Sres Canalejas y Aznar, acerca de ¡as fuerzas do que dispone la quinta región, en caso de que las necesitase eS capitán genetüi de Cataluña.

Los coroneles de los regimientos de Lanceros del Rey y de Gerona han sido iiamados á Capi­tanía para recibir órdenes.

La oficialidad de estos regimientos pernocta en ios cuarteles, vistiendo traje de marcha.

En la estación del Sepulcro se halla preparado un tren militar para marchar á Barcelona al pri­mer aviso.

Corre el rumor de que el regimiento de Gero­na saldrá esta nmdrugada.

Zarnuoza S.—A consecuencia de las noticias tranquiíizadofas del ministro de la Gobernación recibidas por el gobernador, se suspende el mo­vimiento de tropas iniciade.

LO QUE NOS DJCEN DESDE FRANCÍA

lisimiitei eaosa.

París 4.-—\-la comunicado !a Embajada de Es paña una Nota diciendo que carece de ¡uiida-¡ncntoi ei rumor de que iioy ter!¡:iiiarí¿in ias ne­gociaciones entre El Mokri y el Gobierno espa­ñol, y que también es inexacío que el Eiü'ieradot xerilians ofrezca 60 iiiülones de indeiunizacióti y pida ¡05 el luinistro de Estado, Sr. García Priet-o.

La verdad, dice al terminar, es qua el repre­sentante d€l Sultán y el Gobierno de Madrid han Begado á un completo y amistost? acuerdo respecto á lacuaiitia de ' iá üidesmitáación.— Fübra.

Sabemos de fuente autorizada que e! rumor t^legragado al extranjero de que el Gobierno re­clame ai Maghzen 105 millones de pesetas en coa eepto ele iadcranización por ios gastos ¡rsiütaies de! Rif, no corresponde á la realidad.

La cifra que el Gabinete de Madrid, inspirán­dose en los sentimientos máscoiscinadores y te­niendo en cuenta como le ha sido posible ¡as cir­cunstancias financieras del Imperio, ha fijado á esa iüdciui'ización ss ía de Cj nulitói'Cj.

De otra Pioccdencia, nos coust.i (); esa cifra ds I',') uiiliones hül, en prmci;': >, da por El Moíiri, éste aiiruia aiiura <\M dios econó;nicos de Mairuecüs no ie :, llegar hasta cila, sieo liasía otra a!¿o i;, Eabra.

;;',i;',que .;. i:pi..!-

iii.; Uic-í:r:;'iieu ,i-j ¡wja.

ES Z3i SLa £^ 1? Si, er c::> :2 .í m>

l*el¿ií<t:a» B^ro?;í 'so r . ; i i ¡Mar . ;l,;s.'4

e esta rgai'/i-

Zfl/(7£0i'«-í.—Los eieujentos libonlcs han cciebrado una reuiiiou, acordando i zar el partido. A! efecto, se ha uombrauD '.ii re­presentante en cada dJsíriío.

Por su parte, los republicanos se rcur.:.-:;! esl,' noche para dt:-oiver la junta del partido, por cuan­to so dividen los unionistas y radlCJ!e•. , lortuaH-do organizaciones diferentes.

El Juzgado militar instruye procoso co;-,'.'a d.>fi;i Teresa Clarannrnt y los eoreros Tou^ y !>o;mii-go poi las frases injuriosas p.-ra el lii'':.c;;o u;ie pronunciaron en el mitíp. del do:i!ÍnLV) u!:'in •.

Se dice que iia sido el juzgado civil íru:.!! m solicitado la intervención de la auíorid.'ti niiiiar.

Se ha solucionado la huelga de Iríiiin-jio;.. Continúa en pie la de los ír;!:ivii;:(i;:,

celebraron una reunión con la S-Jcled-i i gar á una fórmula de avenencia.

•;:-.;neí r:\il iie-

EL Um EM EL ñ¥¡l?ITMilSEílT© rt.^^-^*^.^i,-»V''•V^,e

l l ¥ r.-.,vr¡ -ygfysí.

J l v l í P O S , T ' . .2vT

X ^ T O T A , C ^ O I V C X C ^ V

íic^-Oi^ ^S3r^<3¡»'5í*aiO, ©^^ ®a. S^©l®saigB!iísS,

Bajo la presidencia del Sr. Trancos Rodríguez se abrió ia sesión á ias diez y media.

Leida el acta de la anterior, el alcalde dedicó sentidas frases á la iiiemori,» del duque de Vera­gua, acordándose por unanimidad hacer constar ei sentimiento de !a Corporación.

Sin debate se aprobaron varíes dictámenes. El Sr. Barrio, en un voto particular, se Ü])USO á

¡a creación do diez plazas de iüspectorcs do ser­vicios sanitarios relacionados con los cemente­rios.

s.a impugtiaron taírbién los señores Catalina y iJccda, y ia Comisión retiró el dictamen.

Se aprobó un dictamen para solicitar del Go­bierno ¡a cesión a! Ayuntamiento del cana! de Isabel li.

Se retira la reorganización del Cuerpo de ase­soría pitra que enti-enda en ella la Comisión de ensanche.

Queds sobre la mesa el dicíamcn para apro­bar la cuenta de gastos é ingresos por ios feste­jos celebrados en jVlayo y junio.

Después e! Sr. García .Vioíina presentó una proposición para que, con motivo de la dísciisión de los próximos presupuestos en el Ayuntamien­to y junta de Asociados, no se discuta níngutia prepuesta de aumentos de personal, sin el tratni-te previo del informe de ia Comisión respectiva.

Así S8 acordó. A las Comisiones respectivas pasaronj á con­

tinuación, las siguientes proposiciones: Una del Sr. Dorado para que se designe cottm

cmpfazamiento para a! manumento á América, que proyecta ¡a Asociación pafriótic» Española de Buesíos Aires erigir en Madrid, la plaza de España.

üírd del mismo concejal pidiendo que se ador­ne el patio central del Ayuníaniisuto en forma de, salón. '

Otra del Sr. González Rojas inieresando la concesión de un crédiio de í.938,50 pesetas para las atenciones de la Casa de Socorro del distrito-" de !a Universidad,

Y otra del Sr. Valdivieso para que se haga una revisión de cuantos individuos constituyen la junta municipal da Asociados, ratificando sus condiciones con arreglo a! art. b'ó de la ley mu­nicipal.

Acerca de las peticiones, reco:nendacioties y empleos del persoua! se suscitó un largo debate, hasta que el Sr. Francos Rudrrguez puntualizó el alcance de la propusición, agregatsdo que la Se-crefaría adoptará tas oportunas medidas para' que los concejales rto se vean asediados á peticionas.

El concejal D. Bernardo Martín dio cueríta de los agasajos y atenciones de que ha sido objeto en ei Congreso de turismo da Toutouse, adonde fué representando al Ayuntamients, y pida se ha­ga constar en acta la satisfacción del JVlunícipío.

Por unanimidad fué aprobado. No habiendo otros asuntos que tratar, se le­

vantó la sesión á las doce y cuarto.

Mo l aa p a s a d © i i a « l a .

Esta frase estaba en ia baca de todos. La expectación enorme que había por cenocer

el resultado de la sesión se transformó en des-sncanto.

El numeroso' público, amigo de las grandes sensaciones, ds las borrascas y de los tumultos, se fué retirando paulatinaineüte_, poseído de des­ilusión.

¿Que piensan estos hombres que ni gritan, ni protestan, ni hacen nada?

¡Oh, írists desencanto del pueblo bullanguero, que tenía puestas sus ansias bélicas en la sesión de hoy!

'< I f d,® l a s €©aas«si i©S5 ¿ f l | i i é? Pues de los Consumos, ná. Ayer se habló poco, poquísimo en el Ayunta­

miento de este asuntó. Parece que ya todo va eníranda en orden. Se

ponen las cosas en su punía y se prevé cí fin de !6ii<esttóu tan manoseada.

En la próxima sesión, en la otra ó en una ex-feísjrdinaria el M-uiireips© habrá de tomar acuer­

do, Lo ni;is probable *.•* q'je éslc; sea ¡ modar al presupuesto ias cifras de ii!¿i impliquen el dd Consumos en su cu.ii;: por io menos.

Habrá, pucí, que consignar I.", cifra d mosen el preSLípucsio, y a las ;;líur,u; c. q:jo estamos habrá qu'j \i con todi 1. prC'jísa pai'a mociiiiccir el pHcjo de Cf-que sirve de base al Eit^eiido, para s ; Poder legislativa, como es indiípeii.-'.cib lo, la correspondiente ñuíori/.jCiijn uu del contrato, o p;ua el amuicio da ¡r.ícv

:¡ CJ aC(.'

;,-./:> q';í; ;.i aclu. i i

í ( loii . íu-.-', .••fio 011 ; r!í)i..!cz : < : : Í I J I : O S

;^:;;:r d^i i'j ÍKicer-r.rório<',,í ) 1 -lí'irur-

snzar el año cou;-;,i' con el £0, que permita al cotuí ingreso consiguienie.

Porque si lio se hace este, lisiará ci día 1 de Enero y se ancontraiá si Ayuntamiento-coa sa­tisfacción de muchos que "lo desean, «•• •,im de público se dice—ante ia necesidad aí'jr:a,:_-:;;a d* acoidar ¡a administraciün directa...»

Quizá á este fazonamioiua ¿ss ázhi es m'sqs-mo de ios concejales.

¡S^ara eosía© finia <?.« lííripvi...' Los puntos que se surtes) üc IJS VL.JV.-, C„-. '>-

ilaiiay Alto Abroüigal, se quedará.i si'i a;, i.! du­rante ocho días.

La causa es los ingcrtcs que han de r;;;u;/.arse en las tuberías y las niitalacunei de il.ivaó, ne­cesarias para ei funcionamiento do ia crí.acioii estcriiizadora de ¡a pUzj de Sarda i2,-i.-b ir.u

Para como sale de Jimpia, no hace grai! falta ei agua de los viajes Casíciiana y Aito Abioñiga!.

K e s , t o d o fa iasoso . Se dice, se habla y se cemenia so!)ríí el si­

guiente hecho. Allá por los csmieuzas del presen!.? n'-.s. íiíen-

do alcalde da! Ayuntamiento de Alad;id ei seíjcr -Aguilera, ¡os republicanos presentaron una pro­posición encaminada í-<eünseguir que ei nombra­miento de! personal encargado de pres';!: los ser­vicios municiíjales, qué antes liacía ci n:,i)pio al­caide, io hicieran, en «delante, Comisiüii.:;s «spe-cialcs designadas a! ef.jcí8.

Así se acordó, y el Sr. Aguilera dejó c: c.irgo. Fue su úitimo disgusío de alcaide. Los repubii-canos se habían salido con la suya, y las famosas Comisiones, sin pérdida de tiempo, c;u-jdaron nombradas y en condiciones de reaiizai su co­metido.

Quienes tienen mayoría de votos ej; cí.'ns Co­misiones, ya se comprenderá, sabiendo quiénes eran ios interesados.

Los servicios municipales los vienen prestan­do, pues, empleados nombrados por Coniisienes dedicadas á este menester.

El mal resultado, C5ue es palpable, se lia pues­to de raaniíiesfo en varias ciases de servicios; pero donde más se ¡iota es en los iViataderas.

Todos saben que el Ayuntainie.TÍo maníiena empleados inútiles, señores que apenas trabajan y mucho cobran.

Pues bien; ¡os destinados al sacrificio de re ses se han de ensuciar ias manos en io más prosaico y vulgar délos animales, en ia sangre, y no es muy halagfieño que digatiios.

Aconteció qae los primeros días los Matade-ros'se llenaron de gente y, cou la natural torpe­za, se efectuaron todos los servicios.

Pasó algún tiempo y pasaron también los e.m-pleadüs. Las naves de ios Mataderos :-.e vieron casi solitarias. Un día llegó en qu3 ci insp.sctor genera! tuvo que salir á ia calle y buscar mozos de cuerda y oíjreros sin trabajo para qisc ¡a ma­tanza no se interrumpiera.

En los primeros días d<! año, cuando trabaja­ban ene! íViatadsro ios empleados oficiales se mataban 748 cerdos.

Después no han pasado de 650, y éstos con tropiezos y diíicuitadtís que está muy esiíeradc el inspector general.

Todo lo cua! se señala como fruto de aquella iproposición que moíívó la salida del alcalde ^Aguilera y de la discreciór! como deieiüpeñan su .cometido las Comisiones de personal.

Com» no es baladí el asunto y pueda traes cala y rabo, nos ínfürmarsmos.

Page 2: DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E

Sábabo 5 Noviembre 1910. B.L. 1E.&ATEL Año L—Hüm. 36.

A TU NEO DE MADRID

IJSÍ ¡sesiesa d e l a e í a o r .

Oló ptiíjciiüio á las cuairo y media eti el salón áe actos.

Él estrado estaba adornado con estrofas y ta­pices que ¡a casa de antigüedades de doña Pere­grina Pérez de Lalíi] ha cedido galaníenieiife.

•Ha presidido la infanta duna Paz, quien (enia á «u derecha á duna Isabel -de Borbóii, yá la iz-quiera á la luíaiiía María Teresa, estando el lo­cal lleno de invitados.

Entre-el público se veían muchas y distingui­das señoras.

Concedida la palabra a! secretario de! Ateneo, D. Mariano Migue! de Va!, á este hombre pere­grino que tan snüsíecho se mostraba hoy por su éxito como organizador de ¡a fiesta, nos enlera-mos del alcance y finahdad dei Congreso.

Los peeías quieren fomentar el atnor á la poe­sía española antea que !a eníigración se la lleve; editar buenos libros, excluyendo del mercado l«s

, mediocres y les pésijiios; exíeuder la jjuiuencia <JeJa Poesía á todos ios rincones por n'iedio de' propaganda y conferencias, y facilitará Jos jóve-i lies inéditos Jos medios de íriunío. De aquí la ue-«esidad de la Acadeni-ia de la Poesía.

Los dos primeros libros que verán la ka pú-: iWiea son: El Libro de oro, en_ ei que figuran. coHipoi'iciones tie los mejores poetas y una mo­nografía de las poesías regionales.

Las-veladas con que inaugurarán ¡a serie de conferencias estarán dedicadas á Espronceda y ú Bccquer.

Cantó Viüaespera una belia canción á la Poe­sía de la raza.

Francisco Vil'arspera no parecía ciertamente, con su nuevo traje de académico, un señor dei «iglo XVIII, pero era tal la gallardía da su es­tampa, la fiera acometida de su gesto, la altivez y arrogancia de su voz, que leyendo las estrofas magistrales imaginamos muchaí, veces que bajo la levita se guardaban el jubón con cuchillos y •bullones y ios gregüescos y las cabras.

Manuel Machado, después, en brillantes ver-sm, dijo la Poesía del pueblo,- del pueblo que tobaja y cauta y va á misa á las ermitas y sale al campo en busca de! Sol, su novia.

A coutiuuaciún, doña Blanca de los Ríos leyó u« discurso sobre la Poesía de la Historia y iitíbo muchos y unánimes aplausos, que esta dama contó cosas «atables, tanto en elogio de Valencia, !a madre del Congreso, como en re--cuerdo de ¡os gloriosos heclws de aquellas eda­des venturosas en que todo era poesía.

El descubrimiento dei Nuevo iViundo fué una , página hermosa, la más her¡no»a quizá de, la í'oesía española.

Burique de Mesa, con su Psesia serrana, pare­ce que oreó el Aleueo de frescos efluvios que-venían del monte, de las majadas, de Jas fuentes «batidonadas en los valles, de las copias de los

•pastores y las esquilas dé las ovejas. Asirnisnio eran de galanos y deliciosos sus versos.

H*aqui algo de ¡o,nU!Cho,y bueiio que leyó en,su discurso: «Un recuerdo á Becquer'», Scra-íífl Alvarez Quintero.

Y perdónesenos no publicar íntegro el traba-¡(jf como seria del agrado nuestra y del lector^

sólo me liga ese confuso recuerdo. Pero yo la he esperado y la espero aún, tráumio de emoción y de iBipacie«t;ia.

Asi pasan los afios, y me encuentran y uie de­jan sentado a! borde del camino de la vida... isiompre esperando!

Tal vez viejo, á la orilla de! sepulcro, veré con turbios ojos cruzar aquella ¡uujer tan deseada, para morir como he vivido... ¡esperando y deses­perado!»

INo viejo, sino joven aún y herido por el des­encanto y el dolor, le inspiró el último amor de su vida, más ideal que ninguno de todos, una mujer de piedra.

• * » • • • * • « . • * • • . • • » « * • • ¿Las manos sobre el pecho

y en las manos un libro, una mujer hermosa reposaba sobre la urna, del Cincel prodigio.

De la postrer sonrisa e! resplandor divino

-, 'guardaba el rostro, como e! cicio guarda del so! que muere ei rayo fugitivo.•>

Y atraído por la mística expresión de la luuer-íe, dice;

«Me acerqué de la nave al ángulo sombrío,

como quien llega con'caüada planta juula á la cuna donde duerme un niño.

La contemplé un momento", yüque! resplandor tibio,

- - aquel lecho.de piedra que ofrecía próximo al muro «tro lugar vacio,

• en ej- aliua avivaron la sed de lo infinito,

el ansia de esa vida de la muerte para la que un instante sen los siglos.»

«En Seviiia, por nuestra modesta iniciativa y j>f>f •nuestra firme voluntad, va á eligirse esta iprimavera un monumento en niem.oria de Bec-fjfiist. Este nionutnent» significa das c»sás: amor y admiración al poeta, y anSielo de ideal y de cultisra.

Honrando asi á los grandes artistas, á ios es-' pkitus elegidos, sobre reafízar una obra de jus­ticia eSevsmos el corazón del pueblo hacia todo, aquello que.mejor puede ennoblecerlo y purifi­carlo.

Sembremos, pues, sembremos continuadamen­te esta semilla de ideal, cuyas flores y cuyosiru-tos nos son tan necesarios para !a vida del cspi-•riti!. V esperemos confiados en que la seimila arraigue y germine, poique la tierra, sedienta de iiores tai vez, no pre^irnta jamás si la mano que CGhó en ei snrco la simiente fué señoril ó humil­de, prestigiosa ú oscura,' sino que la r-ícoge en sus eníraüas cen autor, y luego ilorece.

(Jti (Malogrado ingenio ,'espaiT3l, original pen­sador y filósofo, hondo yfuette poeta, Augel Cia-íiivet. nos cuenta en «na <ie sus libros, üeno,' c«mi) lodos ios suyos, de savia vigorosa, cómo a lina-SH-criada, mujer del todo ignorante, le expli­có H» dia el origen del inundo y la mecánica ce-

. -í«ste por'uH sistenía ideado por él. La bueoatflin-(©r no entendió an» palabra, pero al dia siguiente buscó Junas flores y fué á ofrecérselas al poeta.

-'•¥ (janivet se dijo, mít-e aqtiel in-?sperado pre­sente: 'Las ideas de ayer han ech.ido estas flores.»

Efl «na íiesín de la Poesía, y al consagrarle urt recuerdo a un deterrainadis poeta, se va, natural-

Y sigue la vida tormentosa del poeia; pero, cansado al fin del combate, exclama, cois supre­ma elocuencia y hondo sendmiento:

«... alguna vez recuerdo, con envidia, aquel rincón oscuro y escón(iido.|

De aquella muda y pálida 'Vz^ mujer, me acuerdo y digo:

¡Oh, qué amor tan callado el de la muerte! ¡Qué sueño el del sepulcro tan tranquilo!» En el libro de amor de las dnias, ésta es la úl­

tima: . La mujer de piedra, emblema de la eternidad,

fué su último amor. Años hace ya que descansa, y hora es de que los vivos tengamos para tan grande y'desventurado^oeta las flores del re­cuerdo.

Bien pronta, como dijimos al principio, en Se-villa^ y no.lejos délas márgenes del Guadalqui-,vir, h.íbrá higar apropiado donde llevarlas.

Antonio de Zayas declamó con una altisonancia de íuai gusto «La Poesía de la leyenda», versos llenos de aíectación y sin estro alguno.

Doña Syfia Casauova puso una nota sentimen­tal en su Poesía de! desfierro. La nostalgia de la Patria, él amor á la luna que alumbra la castella­na tierra y la tierra nevada moscovita, por donde ,se puede recibir yua caricia de España estando éñ Rusia, la cantó con énfasis algo intempestivo.

Por ú!íi¡i!f». Auge! Aviles, en versos dignos de los Juegos floraieij de Astudillo, ensalzó la Poe­sía de la Patria.

Puso término á la sesión la Infanta doña Paz, leyeíido «II trabajo sobre «La poesía del hogar».

Sus (liíimas y aplaudidas palabras quedaron como un símbolo de esta fiesta:

«L9S que mucho bien reciberon, pueden ha­cer mucho bien.»

HAMLET

PASANDO EL HATO

Una de nios visto

II©,í?asnos á ¡a i t es t^os s í t s c r i p t o -r e s s« |í-»aigais a l c o r r i e n t e cojii csSa Admia isá t rac iosa asste.? «!<'• í i n «le fliB«.^, p a r a i j u e n& iaiaja e i a t o r -

París 4.~VA Journal Offickl publica esta ínanana los decretos nombrando á los nue­vos íninistros.

M-o t l ac taada e l p r a g r a s n © .

Parí5'4.~~En las entrevistas que antes de cons-íikiir e¡ Gabinete celebró M. Briand con tos prohombres en que confiaba para íortnar Ministerio, tíxamino el presidente del Conse­jo todas las-cuesíiones planteadas por los úüifflos acontecimientos.

En las conferencias se puso de manifiesto ía perfecta unidad de criterio de todos los ahora miembros del Gobierno, acerca del progratua político que será sometido á las Cámaras.

Queda todavía por fijar alguna cuestión Atente, á pensar cu lo que él pensaba de la poo-, .secundaria antes de proceder á la redacción

m RASGO DE MORÓTE las cosas más definitivas que he-esta temporada parlamentaria es

¡a decapilación de Moróte. Sí, señores; Moróte se ha qisitado la bar­

ba y CKÍiibe solo mostaclio. Con él son cinco las personalidades polí­

ticas que en aras de lu pretensión juvenil-lian lieclio el sacrificio piloso.

El Sr. Nido y Segaierva pretendió formar parte de una Sociedad titulada La /oven Gtiadalajara, y se vio en la dura necesidad de depilarse.

Canalejas y Méndez, vló un día en una caja de cerillas, la efigie de Briand y pensó afeitarse, pero lo que le decidió fué-una fra­se que un demócrata de Albacete le dedicó al saludarle. Quiso tributarle un elogio, un, piropo, y al pobre señor no se ie ocurrió otra flor que ésta:

«¡Qué tiermosa barba, D. José!» «Eso se ¡lama una barba de Capuchino».

Y el Sr. Canalejas, mandó llamar á su barbero para que inmediatamente le afeitase. Y ahora tenemos un presidente con bigote...

Manolo Uría ha querido imitar á su jefe y por esos pasillos del Congreso anda dando grifos con mostactto sólo.

Pero lo de Mrote obedece á otras.causas. Moróte tiene ciertas pretensiones. El otro

día le lanzó una flof á una joven modista, y ésta, sin andarse en chiquitas, le contestó:

—¡Miren ustedes que humor tiene el viejo! La decepción de Moróte fué enorme. Ha­

bía que sacrificarse. Aquello era una revela­ción. Se fué á la peluquería. Se repantigó en un sillón, lanzó un tremendo suspiro, y diri­giéndose al Fígaro, que brocha y navaja en mano esperaba la orden, exclamó:

—¡Rejuvenézcame, amigo! Y cayó la barba, y revuelta con la esptí-

ma del jabón, un mar de ilusiones... Aquellos despojos eran la juventud que se iba...

—¿Cómo quiere usted el bigote, á lo Kai­ser ó á lo Avelino Montero?—díjple mimoso el artisia del peine...

—A lo D.José Canalejas y Méndez—con­testó Moróte lacrimosamente.

Terminado el holocausto salió á la calle, un poco corrido. Se figuraba que todos los transeúntes se sonreían al mirarle. En el Congreso andaba con la mano taimándose la cara. Moróte lu perdido su característica; parece que ha sufrido una diminución su personalidad.

Lo que más le ha molestado ha sido que, al pasar por su lado D. Alodesto Sánchez Ortiz le dijese, con cierto abandono:

—¡Adiós, conde! —¿Cómo conde?—repuso alarmado Mo­

róte. —¡Ay, perdone!-contestó nuestro Cham-

berlain.—No le conocía. ¡Caramba, le había confundido á usted con el conde de Pino-fiel!...

Pero lo peor fué lo que le aconteció con el joven marqués de Villanueva y Geltrú, se-i~ior Sama, diputado por Tortosa...

Este adolescente demócrata se le acercó algo distraído, y, poniéndole la mano en el hombro, le dijo, familiarmente...

—¡Oye, papá!... Lo había confundido con su señor padre,

el marqués de Marianao... Moróte tiene admiradores en todos los

ámbitos de la Cámara... en todos los parti­dos políticos...

Es hombre simpático, amable y servicial... Así no tiene nada de particular que hasta

el propio Nougués sienta vehementes tenta­ciones de quilal^se la barba, y el mismísimo Doctor Ezquerdo piense en su completa y definitiva decalvación antes de revolucio­narse.

D. Baldomcro Argente que en el arte de escribir es el continuador-de Moróte, su más aprovechado discípulo, ya le ha preguntado hacia donde cae su peluquería. Quizá pien­se en transformar la fisonomía.

Un risueño y jovial miembro de la mayo­ría, hijo de no sé de qué conspicuo, barbi-lantpiño en absoluto, y que cree en Moróte, se ha contagiado también...

nones, abuelos de l.i neófita, han recibido OoH«li, dres, recibidos ayer.en Madrid, lo dan como pro-fausto acsntecimiento numerosas enijorabtienas.

— Han llegado á esta corte los distiugiiidos médicos gallegos D. Andrés Vázquez Verea y D. Modesto Rodríguez Marcos.

— l-,a recepción efectuada ayer tarde en el hotel de los barones del Castiuo de Cíiirél ha estado concarridísinia.

Los amables aristócratas ob.'sequiaron esplén­didamente y sus numerosas relaciones.

— En ei presente mes se verificará el enlace dé la señarita Ange!,» Sancho Coiitrsra», lija-de los señores de Sancho Mata, con D. Ignacio Pi­da! y Bernaldo de Quírós, hijo del director de la Academia de la Lengua.

— Se encuentran en París los duques de So-toraayor. .

— Hállase restablecido de su dolencia el dis­tinguido joven D. Antonio Pascual Mira.

— La condesa de Castañeda, recientemente fallecida, ha legado uu collar de 'perlas de gran valor á su sobrina ¡a condesa viuda de Crescen-te, á qijieu la profesaba singular afecto.

— Saaesperadas ea. Madrid ios duques de Zaragoza.

FLORISEL

Mi

• Esta noche, á las ocho y media, se cele­brará en Tournié el anunciado banquete en honor del insigne periodista.

Se calcula que pasarán de 203 los distin­guidos' comensales que acudirán á rendir tributo de simpatía y admiración al agasa­jado.' •

La fiesta, por su cartlcter \ie intimidad y por su absoluta carencia de significación-política, resultará, sin duda,sumantente agra­dable.

Las tarjetas para asistir a! acto pueden recogerse en la Administración de La Co­rrespondencia de España, hasta las ocho de la noche, media hora antes de comenzar el banquete.

Sirvan estas líneas de cordial y sincerísi-ma adhesión al justo homenaje que bien ganó con.la perseverancia, la buena volun­tad y el trabajo inteligente, nuestro ilustre j[ querido corapailero.

lÜCAL^iÚilCIPALES -La Sala de gobierno da la Audiencia ha np.m-

brado ayer á los señores siguientes: . Hospital.—D. Ángel García Retortillo. Suplente, D. José María de Lallave. /nctea.—D.José Aragonés Champíii. Suplente, D. Miguel Gay. Latina.—D. Juan de Hinojosa. Suplente, D. Alfonso García Pérez. Palacio.—D. Isidro Suárez. Suplente, D. Serafín Cerveílera. Universidad.—D. Francisco González Mar­

tínez. Suplente, D. Silverio Moreno de Tejada.

álable para una fecha próxima. (•Ignoramos el fundaftieríto de estas noticias,

acerca dé las cuales nada tía dicho hasta ahora el Qobiern».» <. .

Si la noticia sé; confíijnase, la visita del Emperador Guillermo constituiría uná.fecha histórica.

Para nosotros tiene la noticia inusitada importancia, y excusamos decir á nuestros lectores que todos los católicos debemos, si el caso llega, manifestar hacia el Kaiser, de la manera más ostensible, la simpatía que nos merece él y su pueblo.

l í j s a e c i d e í a t e . Cádiz 4.—Se sabe que en Espera, á coiise-

cuencia del temporal, ha ocurrido uu desprendi­miento, de! que han resultado varias víctimas.

Por falta de comunicaciones, se carece de detalles.

I J » e s n i g r a s i o s i . Tenerife 4.—Hoy han embarcado 450 emi­

grantes de esta isla con destino a la Habana á bordo del vapor alemán Spreew'flW.

Estos últimos días han salido para el mismo punto-1.200 más..

En menor escala emigran también habitantes cauariys para el Brasil y la Argentina.

í í s í s a y c s COSÍ ©1 ra í l ia j j rasa ia . , Cádiz ^.--Conninica porradiograma el capitátr

del vapor León X/lí que el jueves al medio día se hallaba á 270 millas al Nordeste de la punta Este de Montevideo, sin novedad.

l ' a s e o m i l i t a r . , . Valencia 4.—Al níando del capitán general sa­

lieron esta mañana de paseo militar hacia el pue­blo de Tórrenle las tropas de esta guarnición.

Acamparon y comieron en Torrente. IliiíjjKeis c x t r a a a j e r o s .

Tenerife 4.—I^rocedente de Southanipton ha llegado el crucero dinamarqués ¡ngotf.

Sigue fondeado el buque de guerra holandés Friedland,

Ha hecho escala en este puerto el correo por­tugués Loanda, que se dirige á Lisboa, cendu-ciendo fuerzas de iufanteiía de la guariución de Cabo Verde. X i o s © t o r e r o s c e s a m e s i s s a a c t l t s a d .

Bilbao 4.—Ha cesado el boycott qu& habían de­clarado las Sociedades de obreros del muelle al patrono D. Ignacio Errasti, por haber enviado el presidente de los patronos m\ escrito al gober­nador efreciciidu ocupar á dos obreros asociados despedidos por aqué!.

'«oraos.

sía. Y pensaba asi: «¿Qué es poesi:!? dices mienlras clavaa '

en Uii pitptia tu pupila azul; ' ¿Qué es poesía'. ¿Y tú me lo preguntas?

Po€i.í.>.,. eres tú.» : La Poesía para Becquer, en aquel punto de su

vida á lo menos, era una niuier. Las más intere­santes paginas de Soda su oi-iia io dsmucslran„

A continuación leyó algunas composiciones de! ínoividuble poeta, dedicadas á la mujer nio-«ena, a ía mujer rubia y á la mujer imposible.

«.Eslías tres mujeres—añ.tdió el Sr. Alvarez Qtiin mo—que se ie aceican al poeta en ios albo­res de|su^vida,como sínbolo de la mujer, de todas tas mujeres acaso, las hallaréis, según decimos, «fl Jas mas bellas páaíiias que nos dejó.»

Al hablar de la mujer motena y del poderoso imán de sus ojos, recordó el episodio del conde de Aicudie! obligado por su dima á ir cu ía no­che dt difuntos ai medroso juonte de las ánimas en busca de la banda azul que en él perdiera y que 'ella quería como preuda de amor. ,

De ia u ujer lubia dijo. «La muier de'icada, tesoro de ternura, capaz,

del ma» gr.nide sacruicio por el hombre á quien »ma, ía tema en ¡a poética Rosa de Pasión, bár­baramente saciiíicdda por la judeiía de'i'oledo. l,a (enéi-, t.iUiij'.cn, aunque de otra manera, en íiqaella pobre u.sia cuya despedida del «mudo oían i.'i.í hojt.s secas caídas de los árboles en el ©tono...»

sin embargo, todo Ministerio en fun-

EL VIAJE DEL. ZAR Darmsfadt 4.—El Zar Nicolás ha salido

para WJIdpark. Wíldpark 4.—El Zar de Rusia llegó esta

mañana á las diez, recibiéndolo el Empera­dor con sus hijos y el canciller del Imperio.

Ambos Monarcas se abrazaron varias veces.

En medio de las aclamaciones de !a mu­chedumbre se di.ñgieron acto seguido al Nuevo Palacio, en donde se celebró poco después un almuerzo íntimo.

R a t e r í a . En un tranvía de la línea del Pacífico le roba­

ron un magnífico alfiler de corbata al estudiante D. Eugenio Abril Torres.

. L o s t r a n v í a s . A Brígida Carlos Aragón la atropello ayer en

la calle de Carretas al tranvía número 183, cau-

COMSAGRACION DEL GARROTE

iQué desmañada, qué anodina, qué insig­nificante la sesión, al principio! ¡Qué vigo­rosa, qué sugestiva, qué culminante, al final!

Cuando llego á !a tribuna, el Sr. Pi Arsua-ga está .musitando un largo discurso contra los Consumos. Yo creo, al oirle, que^stá metiendo elocuencia de matute. Tal es la opacidad y cautela de su voz. Ei más avizor de los consumeros no lograría darle eí quien vive. •

Entretanto, aparece Pórtela Valladares con su andar rápido y su inquieto, y. nervioso re­volver de cabeza. Al ver á Pi, se planta, er­guido, audaz, "üominador'coiriO un gallo, delante del orador pusilánime, coloca uiípie en puntillas, cruzando una pierna con otraf alza u sfamosp , bastón de óseo piulo,- y-Stí, queda mirando al tímido parlanchín, fijo, ¿s- ,, crulantCj retador contó Artagnan.

.Valdeiglesias, calvísitno, con una cahía procer que parece un desierto de ideas, ha subido á la niesa presidencial y ha, comen­zado á interrumpir la digestión de Roraáno-nes, sometiéndolo á torniento con su char­la vivaz, llena de pensamientos fugitivos..."

Enmudecido Pi, habla el joven liberal se­ñor Ramos, un adolescente que semeja, di­cho sea con perdón, e! más simbólico'de los comerciantes en percalina, Después da'unos grititos febles, pero iracundos, tni opulento amigo D. Arcadio Albarrcin,.uno de los hom­bres tnás ricos de Extremadura y.más sim­páticos de España.

Gómez de la. Serna, orondo, inteligente, í españolísimo, encantadora persona á quien adoro y á quién me une la gratitud de los esclavos redimidos, brilla ante mis ojos como un sol de bondad, libertador de cova­chuelas.

j Pero todo esto no constituiría una crónica importante. Sería una tenue rapsodia sin in­terés verdaderamente nacional'

¡ Lo emocionante, lo estupendo, lo que ha llenado tni alma de alegría yrisi corazón da entusiasmo, ha venido despt'iés.

i ¡El garrote, el célico, el espléndido, e! glo-\ rioso garrote, ha sido consagrado! i El Sr. Noiigués, este hombre inmarcesible, /alzó su mole en el escaño y empezó.á deeií ' cosas. . I El Sr. Nougués habla con tina voz .ventru­da, intestinal, sonoramente cavernosa. Siis palabras parecen, emerger de las:'an!ruetuó-

I sidades de un estómago ahito. Esto const.-1 tuye para mí lo más interesante en la perso­nalidad del Sr. Nougués. Cuando habla me parece escuchar la voz de un hombre que acaba de comer copiosamente, que ha libado

j ia vigésima copa de vino, y que se ha id» adormeciendo sobre la mesa, derrumbado.

, en una actitud de glotonería satisfeclia. El Sr. Nougués, hablando, níe transporta á las

sándola la fractura del fémur izquierdo y otras

'" DTsplérJe'<;urada de primera intención en la ! !*?5il^A"!5'^? ' , l '«^.'.°"?"J.' ' .?^ ¥ ^'^'^^^'' Casa de Socorro pasó en grave estado al Hospi­tal Provincial.

lÍM isseitle-at©. Se comentó ayer tarde-en el Congreso el

incidente ocurrido entre los señores que in­tegran la-Comisión de presupuestos y el subsecretario de Instrucción pública.

Don Eugenio Montero .y Villegas había formulado un voto particular ai capitu­lo IV del presupuesto de dicho departa-! mentó, y rompiendo con la costumbre esta­blecida, é introduclendo.un hábito de puro sabor ruralesco, lo defendió desde los ban­cos de la Comisión.

Nuestro querido amigo y compañero en lá Prensa D. Emilio Qabás pasa por el duro.trauce de haber viito «lerir á su hijo Alberto. '

De todo corazón acompañamos á Emilio Ca­bás en su dolor. . •

Ha fallecido repentinamente en su domicilio el Sr. D. Juan Rózpide, yerno de D. Segismundo Moret.

Cuando sobra e! pecho inclinas la melancólica frente, una íi'í'.uccua troncháida -

nie pnieces. -Pciquc o\ darte !a pureza

de que es símbolo celeste, corno Á ella íc híxo Dios :

de oro y nieve... Pul último, !a mujer imposible, la mujer eusue-

-lo, el v igo fantasma de luz, la que no puede «msr al poeta, esa... esa va por doquiera, y. por íoquiera la encontramos en el libro de Becquer, iomo ii'cbla de oro que se desvanece al huma­no ncwitacíD;

•«Cenda! flotante de leve bruma, lizada cinta de' blanca espuma,

rumor sonoro de arpa de oro,

foeso dfci aura, onda de luz, eso eres tú;

íú, fewnibra aérea; que cuantas veces voy á tocarte te desvaneces,

c©[rio la llama, como el sonido, couio la niebla, como el gemido

del lago azul.» If'eso le aceutecía á Manrique, perseguidor de

,fn rayo de Juna, creyendo que era ia mujer ideal, é idéiuico amor sintió Fernando de Argensola, que halló la muerte en'ias tranquilas aguas de la hechizada fuente de ios Alamos, en cuyo fondo cristalira \\i brillar unos ojos verdes llenos dé preratsííS imposibles.

El pceti, qu. pasó la vida esperando en vano ü'.K riiuje. qjc no llegaba nunca, hubo de pregun­tarse ui! tí" y de decirse nieJancólicaraeiiíe: ;Dónde me ha dado esa cita liiísícriosa? No io sé.

del mens.aje ministerial 1.1» ^t^^ €iií;e 1% P r ^ M s a .

París 4.—Los periódicos republicanos re-.«¡ervan generalmente buena acogida al nue­vo Oabmeíe de M. Briand, cuya composi­ción les parece garantizar una política de cordura democrática.

La Latííerne reserva, juicio antes de ver ai ciones.

Por su parte, la Hninanité y el Rappel, preven una política de reacción que derro­cará rápidarneníe al nuevo Gobierno.

Los órganos moderados y conservadores sienten solarnentc la presencia entre los con­sejeros, de M. Lafferre, fundándose en el pa­pel que el mismo desempeñó como gran maestro de la masonería, y en el asunto de las fichas cuando era ¡ttinistro de la Guerra ei generat André.

París 4.—Esta tarde ha habido Consejo de ministros, manifestándose la perfecta unidad de miras y criterio entre ei presiden­te y sus compañeros de Gobierno.

La declaiación ministerial que se leerá en el Parlamento, y cuyos térniinos los discuti­rán en .sucesivos Consejos los nuevos mi­nistros, tratará de las reformas electorales, administrativas y judiciales, defensa de la escuela laica y medios adecuados para ase­gurar la continuidad de los servicios pitblí-

: eos que tengan carácter vital para la activi­dad del país y poner á salvo los intereses de los trabajadores empleados en los mismos.

Mantendrá y hará suyos el nuevo Gobier­no ¡os proyectos presentados por el ante­rior, referentes á los estatutos de los funcio­narios, la reforma electoral, la capacidad ci­vil de los Sindicatos, el contrato colectivo y la facultad legal de las sociedades formadas por patronos y obreros al objeto de dar par­ticipación á éstos en los beneficios.

, , , . . . . , , , , , El encargado de contestarle fué D. Eduar-Ha düigido sus pasos desde el salón de j ¿o Vincenti, su cuñado, vicepresidente de

la Comisión, y como era cosa convenida ya en la familia, se aprestiró á aceptar el voto del subsecretario.-

Pero el presidente, Sr. Suárez Inclán, que gasta malas pulgas y no se casa con nadie y suele tener genialidades, se indignó ante ei familiar arreglo, y en pleno salón descu­brió el matute que si

sesiones al del peluquero, y se ha hecho pa­sar la navaja por los carrillos...

Al terminar preguntó: ¿Cuánto le debo? —Por lavar la cara no llevamos n á d a ­

le contestaron... De tal manera ha entrado en el Parlamen­

to, sobre todo entre los demócratas, la mo­da del bigote y da la perilla, que la mayoría demócrata, más que mayoría, parece el Cuerpo de Alabarderos...

AQUILINO

m\ m iílO en i ÓJil Plaza del Progreso, 5, principal.

Hoy sábado, á las cinco y seis de la tarde, da­rán sus lecciones de Derecdo internacional pú- buco y Legislación social española, respectiva­mente, el Sr. Márquez de Oiívart y Ü.Carlos Martín Alvarez.

A las nueve, diez y mediay doce de la maña­na, de Lengua y literatura española, Lógica fun­damenta! é Historia de España, respectivamente,' D. David Marina, D. Juan Zaragüeta y D. Félix Durango. '

Estas clases del curso preparatorio de ¡a Fa­cultad de Derecho servirán para examinarse en la Universidad Centra!, porque se ajustarán, en cuanto sea posible, á los programas oficiales.

Coíi8e€iía.--Hoy sábado, reprise de la co­media en cinco actos Juventud de Principe.

En la próxima semana estreno de ia comedia en tres actos La miel de la vida.

Laí»a.—En la ssraana próxima estreno de la coníedia en dos actos, original de Antonio M. Viérgoí, titulada ¿os vencidos.

HlápILa.—En este concurrido teatro se Ha re-prisado el precioso saínete de los hermanos Cuev&sAqui fiase faría un hombre. '

El taumeraso público que asistía á la represen­tación premió con calurosos aplausos la labor de ia compañía, y muy especialmente ¡a de las seño

KcáSL en fe! cielo, en eíra vida ?.;!tcrior á la que|ras.L«za y Fernández y ios Sres, Muro y Mora'.

GRAN MUNDO DE SOCIEDAD

— De regreso de sit magnífica posesión de la dehesa de Loranque el Grande, instaláronse de nuevo en el suntuoso palacio de la calle de Qón-gora la respetable y virtuosa condesa viuda de Armíldez de Toledo y sus hijos ios ilustres con­des de Florfdablanca.

Reciban nuestro cordial saludo de bienvenida tan distinguidos proceres.

—Ayer, con motivo de haber celebrado su fies­ta onomástica, han recibido muchas felicitaciones las duquesas viudas de Is'ájera y Montellano.

— En los círculos aristocráticos se viene ha­blando estos días mucho de dos bodas próximas á realizarse.

Una de ellas es la de un joven diputado con­servador, grande de España y poseedor de pin­güe patrimenio, con la mayor de las bellas hijas de una señora, también grande de España, dama de la Reina, y cuyo nombre figura en las primeras letras del abecedario.

La otra es la de la menor de las lindas hijas de un senador independiente, título de Castilla y es­critor, que goza grandes simpatías, con un joven de linajuda familia aragonesa, y que cuenta entre sus deudos á un eje ministro y diputado indepen­diente.

— Los condes de Vilana, que se encuentran en París, regresarán á Madrid á principiss de año. En su hotel de la calle de Santa Engracia se están llevando á cabo importantes reformas.

Es probable que lo inauguren en la primavera próxima, obsequiand» á sus amigas con una fiesta.

— La bella duquesa de Pastrana ha dado á luz una robusta niña.

Tanto sus padres com? los s«nd«s de Roma-iitlsistencia en elextranier®, y telegramas d

quería hacer pasar, rechazando el voto del subsecretario.

Inmediatamente el Sr. Suárez inclán aban­donó malhumorado e! salón, y tuvieron que irle á buscar para que se restituyese á su puesto.

Entretanto el Sr. Burell, haciendo equili­brios, acabó por desautorizar al subsecre­tario de su ministerio, dando la razón al se­ñor Suárez Inclán.

A pesar de. lo sucedidOj nada se decía de la dimisión de D. Eugenio Montero Villegas, aunque los comentaristasla juzgaban un he­cho descontado...

Un diputado de la mayoría, refiriéndose al incidente, manifestaüa él aso.mbro.que ie causaba ja audacia de algunos .politicos que como tales no tienen otro mérito que el ser hijos de sus padres... '

No se han h.echo cargo qiie personajes como el presidente del Senado han pasado ya, y nada ó muy poco pesan en la balanza-de los partidos. Si alguna importancia se Íes concede es sólo efecto de la delicada con­sideración que sé les guarda.

Por eso resultan insufribles ciertas impo­siciones y enírometimieníos.

l í a a s -frase.*. En otro lugar de este mtmero encontrarán

nuestros lectores noticias alarmantes de la provincia de Barcelona,

En el Congreso, durante toda ía tarde, corrieron rumores 3e subido pesimisino.

Un diputado republicano, de la izquierda catalana, á quien interrogamos, nos respon­dió, señalando al Sr. Lerroux, que se encon­traba sólo, cabizbajo, como agobiado de reflexiones, sentado á una de las mesas del cafetín:

—Sí, verdaderamente, lo da Barcelona presenta un aspecto deplorable. La situación es crítica. Esas son tnis noticias, que las confirma plenamente la presencia de ese se­ñor en Madrid. Estando el Sr. Lerroux en Barcelona, casi se puede asegurar que no pasará nada; pero su ausencia de allí, es muy significativa...

¿ l í l l í .a ise . r á U s p a S í t ? Cortamos de un periódico. «En los centros políticos se hablaba anoche de

la posibilidad de que muy en breve venga á Ma­drid el Emperador de Alemania.

»Aun cuando la naticia ne tiene origen eficial, se decía que entre el Gobierno alemán y el espa­ñol se hacen actualmente los preparativos nece­sarios para e! rnencionado viaje, estando ya á punto de señalarse definitivamente ia fecha en que el Emperador Guillermo .visitará á P. Al­fonso.

»De este viaje viene hablándose con alguna

SANTOS Y CULTOS DE HOY ' San Zacarías, profeta, y Santa Isabel, padres del Bautista; Santos Félix, Ensebio, l'eóíimo, Pi­loteo y Silvano, mártires; Santos Leto, Fibicio y. Beato Martin de Porres, confesores; Santa Epistema, mártir, y ta Beata Francisca de Ani-boise, viuda.

+*+ Se gana el jubileo de Cuarenta Horas en la

parroquia de Santa María, y continúa la Novena á Nuestra Señora de la Almudena, predicando en la misa, á las d'is'i, D. Mariano Aparicio, y por la la tarde, á las cinco, el padre Pedro deVillaría.

Sufragios por ¡os difuntos. En San Jerónimo, por ia tarde, á las cuatro y

media, sigue la Novena de Animas, y será ora­dor D. Ángel Rúan.

En la parroquia de Nuesira Señora del Pilar sigue, y predicará á las cinco el señor cura.

En el Perpetuo Socorro, ídem el padre Angeí Páramo.

En San Ginés, ídem á las cinco y inedia, don Emilio.Muñoz.

En San Martín, ídem D. Ramóiv de Gara-mendi.

En el Buen Suceso, ídem D. Cipriano Nievas. En la parroquia ds Santa Teresa, ídem don

Francisco Alenso. -" En ia parroquia de Nuestra Señara de Cova-;

dotiga, ídem el señor cura. En San Andrés, id. id. D. Mariano IJenedicto.; En Santiago, ídetu ei señor cura. En San Marcos, á las seis, O. José Casañas. En San Luis, id. id. D. Pedro Esteban Díaz. En e! Salvador, id. id. D. Mariano del Oro. En los Flamencos, ideiu D. Manuel López

A naya. En la iglesia .Pontificia, ídem,el padre M'atjuel

Canció. En San Pedro (calle del Nuncio), D. Joaquín

Carvajal. En San Lorenzo, al anochecer, el señor cura

párroco. Eíi los Donados, ídem D. Francisco Fernández. En la parroquia de San Miguel, al anochecer,

continúan los sufragios á los difuntos, siendo orador D. Pedro García Cuenca.

En San José, á las cinco, el raes de Animas, siendo orador el padre Navarro.

La Misa y oficio divino san de la liifraoctava, con rito semidoble y color blanco.

Visita de la Corte de María.—Nuestra Señora de los Peligros en las Monjas Vallecas y 'í'ríuí-tarias, ó de la Asistencia en los Flaniencos,

Espíritu Santo. Adoración nocíurna. -Turno: San Juan de Sahagúu.

(Este peíiüdico se publica con censura).

Se han registrad» ilaviasea tod> el litoral can­tábrico.

Lns prcííionesa.an rnáíi baj.is quo ayer, Blondo la temperatura an general agradab'e.

Durante iodo ol día o! ciólo ostuvv-) cublorio do nubes, ompoííando á lIoYor á la caída de la tarde. La lluvia continuaba á últimas líoraa do la madru-, gada.

La temporaííira rnáxirna, iaé ¿a. 19" y la míni» ma da-6.

Sis reeiPi-ívii emivieJa.a imíSTtssít-

Eia, & pre.emH c eos í a sa l ea s , esa Ea

á la modorra, al botijo, al embrutecimiento de las tardes calurosas bajo el so! ígneo y aplastante.

Pues'bien; el Sr. Nougués va lefiriendo en este tono de sobremesa unos lances acaecidos en Calatayud, y glosados de tal manera, que ellos-solos bastarían á llenar la primera plana de un periódico ateo, gracias á Dios. . Dice que un sacerdote la emprendió á bo­fetadas con un radical con motivo de una procesión celebrada en la referida villa ara­gonesa. Esto tiene irritado al orador, y ie hace fulminar rayos contra la clerecía. Des­pués, casi en jarras, y como si rematase una p.etenera, pide al jocundo Sr. Merino cruel venganza contra el contundente sacerdote.

Y en esto oigo una voz desconocida que pide la palabra. Ei conde de Rqrnanones, in­clinándose, servil, hacía los escaños conser­vadores, exclama: '

—D. Gabriel- Maura la tiene. ' ' Me incorporo con avidez para otear más

á mi gusío el hemiciclo. La figura del joven taumaturgo atrae mi curiosidad..

Es un hombre fuerte, con aire de inteli­gencia rotunda y persuasiva. En su faz, las facciones enérgicas de altivez denotan su gloriosa progenia.

El orador dice, en tono sincero, y •gallar­do, cosas muy simpáticas.

—He observado un hecho de siemore. Cuando los hombres de la izquierda hacen de sus ideas pública ostentación, -los liom-

I bres de la derecha, cultós.'cbnsclentes de ; sus deberes y de sus derechos ciudadanos. suelen quedarse en casa prudeníemeníe. En

, cambio, cuando éstos se manifiestan ó se constituyen en fervorosa procesión, aquéllos

I acostumbran á revelar su barbarie con gn-íos, con groserías y hasta con la violencia.

I Esto produce en la Cámara una sensacióa unánime de convencimiento. Hasta el más

I acérrimo canalejista ha sonreído á la ver-' dad. Hasta eí más obcecado demagogo ha , tenido que correr un velo á sa ¡ntelie-ciicia • para negarse á sí mismo que., el Sr. Maura decía una cosa cierta.

Después,, el conde de ¡a Moriera ha se« gtiido hablando. '

En Calaíayud ocurrió lo de siempre. Se celebraba una procesión. Esta pasó ante el Circulo republicano. Los tremendos de­mócratas que se hallaban allí hicieron de ias suyas con toda suerte de soecismos. Huoo hasta quien llegó á emplear la coacción contra los fieles...

El orador hace una leve pausa. Luego, có<i un gesto airado, de convicción proíunci;!, con un gesto, que tuvo mucho de viril arro­gancia, terminó sentándose:,; * .

— Dicen que un católico alzó su 'mano contra quien la había alzado primero bru­talmente. Me huelgo de ello. Va siendo hora de que los católicos no dejen engreírse á sus adversarios con una tolerancia humilde que toman por cobardía.

Hubo una salva de aplausos. Yo, en es­píritu, aplaudí también.

No fué un sacerdote quien vapuleó al bár­baro, comodijo Nougués graíuiíameníe, sino un seglar, un ciudadano cualquiera, sin ves­tiduras talares, pero lleno de fe y de justa cólera, quien castigó al insolente. Al señor Maura le pareció bien su conducía. A mi me pareció admirable. Agredir sin razón es ani­malidad. Defenderse con ella es luunano, y es no!.j'e y es decoroso.

Ei garfotc, el alorioso ga do coii agredo V-Ü eota 3 . que pa.-u.'-á á w m-íiuria.

Acabó el incidente con tinas regocijadas palabras del inü.ortal Sr. Meri¡;o.

¿Cuáles fueron? Lo ignoro. Sé únicamente que fueron ingenua,?, can-

doiii:;a3, adorables, que trajeron sobre el Pa.-lamento una explosión de risa infantil, sanias ptjlabras de concordia, que liicicron olvidar la impresión un poco fuerte, im poco cáustica, que había dejado en iodos e! di;i-lo;>;o sostenido entre D. Gabiiei Maura y D. Julián-Nougué-s,

\ÁR7EMI0 -

rote, ha queda-ióa memorable,

Page 3: DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E

Año I.—Núm. 36. E:I- DHIBATE: Sábado & Noviembre 19Í0*

'V'XJDJk. ^ » J L K , X J J L 1 ^ E 2 ^ T . A . : R , X U ^

^SENADO ; (SESIÓN DEL DÍA 4 DE NOVIEAISRE DE 1910)3

A las tres y media se declara abierta la sesión, bajo la presicleiicia del Sr. iVioiitero Ríos; en el banco azul, el prcáidcnte dsl Consejo y los ini-iiístros de Marina y l-'oaieuto; las escaños y tri­bunas bastante aniii'.ados.

Se lee y aprueba el acta anterior.

ORDEN DEL DÍA

' ^ I señor RODRÍGUEZ CEPEDA: Señores s e - j madores: Extreinadameats desfavorables s o n paransí las circunstancias en q u e m e levanto á hablar, después que habéis oído ¡as elocuentes voces de los oradores que han intervenido en «ste debate.

Antes de proceder á la exposición de las indi­caciones que me propongo someter á vuestra consideración, lie de hacer dos oíaniíestacioncs. Refiérese la priiüora á mi cualidad de hijo sumi­so ía Iglesia, y, claro es que cuando aquí está tan dignamente representada por-los reverendísimos prelados que se hallan'presentes, he de declarar que he de seguir en todo sus iusírucciones, y asi como sus tonos han sido de paz y de concordia, los mios serán igualmente de paz y de con­cordia.

' La otra manifestación que he de ha hacer, casi creo que huelga como la anterior, pero me cora-

' plazco eu repetirla; es la que, cuanto diga en esta tarde se dirige únicamente á las ideas, y, por tanto, sí se me escapase alguna palabra que pu­diera molestar á cualquiera de los dignos seno-res senadores de la mayoría, la retiro desde lue­go, pues sólo me propongo combatir las ideas que juzgo iio son verdaderas; de ningún modo las personas.

Hechas estas dos manifestaciones, paso a ex­poner algunas reflexiones sobre las tazonss filo-sóíico-politicas que h.a inspirado, no tan solo esta ley del «candado», sino también la política d«l Gobierno en el orden religioso.

Se ha repetido diferentes veces par el ilustre sefior presidente del Consejo de ministros y por los oradores de la Comisión que iiají interven.idí» «n el debate, que uno de los iiiolivos prineipa-Í8S eii que se basaba esta ley era la. necesidad d< ponerse de acuerdo cor. el espíritu moderno, con la civilización moderna. Yo desearía iiacer algunas cünsidcracioncs respecto á este particu-íar, qua creo no son perdidas, porque aquí veni­mos á exponer honrada .y lealiuente nuestras ideas, á exponer cada uno su opinión, para ver si puede eonveucer á aquéllos que las profesan distintas.

O yo estoy muy equivocado, ó la topinión ge­neral que se da al concepto de civilización mo­derna, de espíritu moderno, es el de espíritu de secularización de !a sociedad. Ahora bien, este espíritu de secularización de la sociedad viene á parar lógicamente en el ateísmo, en la negación de Dios.

Ciertamente que no todos los que defienden la secularización se preponen esto; paro la lógica inflexible de las ideas les lleva, sino á ellos, por

- lo menos la mayor parte de los que sostienen las sHÍsmas ideas ,á esta conclusión. De esta suerte hemos visto con el desarrollo de esta idea de la secularización en la enseñanzay con la exclusión sucesiva dé las religiones y de Dios, llegar á la. idea del anarquismo. .

No m?,pr9póhgo dilucidar este tema profun­damente porque sí, que no debo abusar de la bondad de los señores,senadores, y que urge el que esta tarde se termine la ' discusión, pero como ejemplo de adonde llegan estas ideas anarquistas (más ó menos vagamente, todos lo, sabemos, porque ¿quién no ha leído algún texto' anarquista?). Yo me permitiré indicar, que esta iátü de la secularización, y sobre todo su conse­cuencia lógica, que es el ateísmo, conduce á la «golatria, al egoísmo absoluto y brutal, expresa­do perfectamente en una cita que suplico á los señores senadores que me permitan lesr,, ex ­puesta en toda su crudeza por un escritor ale­mán anarquista Max Stimers en 5U obra Der Enlrigc undvein Eigenfum. • • :.

En esta obra habla de la sigujsnt'e manera, y puesta perfectamente adonde gauda-ce .esta idea: «Soy, dice, e! único, soy e l .másal to , el absoluto: propietario y creador de raí derecho; no reconoz­c o otra fuente de Derecho más que á mí mismo, ni Dios, ni Estado, ni tampoco las inismos hom­bres con sus eternos derechos humanos. Lo que Slamo mi derecho es mi poder. Soy mí propio se­ñor. Ninguno tiene que mandarme. Puedo hacer yo lo que quiera con tal que tanga fuerza para «lio. Es derecho lo que para mi es derecho, Fue-•ra, pues, aquellas cosas que no sean enteras y completamente mis cosas. Vosotros opinaréis que mis cosas deben ser,*por lo manos, las búe-«as cosas. ¿Qué es eso de bueno y malo? Yo «oy yo mismo, mis cosas y yo soy ni bueno ni malo. Arabas cosas no tienen sentido para mí. Lo divino es C9sa de Dios, io humano de los Siombres. Mí cosa no es io divino, ni lo humano; «so es lo verdadero, bueno, justo, libre sino lo mío, y no es ninguna común, sino que es úaica-tomo yo soy único. Nada hay sobre mí».

Estás frases crudas son reaimente la conclU' «ion lógica de esa secularización de la sociedadi" que va por esa pendiente, por ese declive á pa­rar á esta consecuencia, y, ciertamente que es­tas doctrinas, que son las de Niezche, por ejemplo, tienen su relacionen el orden práctico de las ideas. Decía Hegel que todo lo ideal es real, y que todo lo real es ideal, y sin aceptar esta doctrina hay, sin embargo, que confeisar que cuando se sientan premisas falsas, las conclusio­nes no solomente aparecen en el orden de las

• ideas, s ino .qne palatinamente se difunden en la sociedady aparecen también en el orden de los hechos. Y pueden presentarse ejemplos de esto, y uno dé, los ejemplos, quizá ei único que sxiste y que se halla completa y profundaraen-íe inspirado en l,a civilización moderna, es el de auestra vecina República, es Francia.

Allí ya se ha excluido el crucifijo de las escue-aas y de ios Tribunales; allí tiene exquisito cui­dado el jefe de Gobierm» de na poner jamás en sus labios la palabra Dios, y puede decirse qtíe Francia es el modelo niás acabado del espíritu moderno, en cuanto tiene da secularización y de impiedad. ¿Y qué espectáculo nos ofrece Fran­cia? Pues en el orden del matrimonio su disolu­ción por te l divorcio, habiéndose modificado, como sabéis, de fa'lmodo las leyes y siendo tal la laxitud de los Tribunales, que casi no hay li­nea divisoria entre el matrimonio y el concubí-iiate, suscitándose, además, los terribles proble­mas en orden á la familia, que tan bien pinta el célebre novelista Paul Bouigetea Le Dii/oice. Sigamos adelante. ¿Qué otra cosa encontramos? El agotamiento d é l a s energías de la vitalidad y íreciinimicnío de la raza por las infames prácti­c a s Maltharianas hasta ai punto de que todos ios hombres pensadores están alarmados al ver que se pierde la fuerza de la nación, que depen­de del número de sus hijos para formar el Ejér­cito. Es más, en el misnio comercio y en la in­dustria se ve un flujo de extranjeros que van á llenar los vacíos que produce la falta de pobla­ción.

¿Qué encontramos en el orden social? La te-frible lucha de clases con todos sus excesos que llegan á ios extremos de ¡a huelga del lockoul del boycottage y del sabotage, y muy reciente­mente hemos presenciado la terrible huelga! de los cheininots, que ha llegado á suponer una cuestión de orden público, porque se trataba de los encargados de establecer comunicación en­tre las regiones y de llevar la vida nacional de un ¿xtremo á otro. Ved ahí, pues, otra consecuencia del espíritu secularizador en Francia.

Por último, lógica también de estas ideas ha ,sido el gran dssarrollo de los partidos socialistas ^ anarquistas, organizados para !a gutsxa v oara

la disolución social, y constituyendo, por tanto, un gravísimo, peligro. Todo esto, qua no hago más que indicar y que no desarrollo por falta da tiempo, es hijo de la secularización, de la iniqui­dad, pudiendo aducir el testimonio de un hom­bre de ciencia que ha aplicado á las sociales el espíritu de observación, propio ds las ciencias naturales.

Me refiero al célebre positivista Taine, ei cual, poco antes de morir, según refieje la revista Le Reforme Sociale (número 16 de Marzo de 1893), hablando con un prelado francés, le dijo^ «Si la Iglesia, con las milagros de su celo, no llega á reconquistar estas masas paganas para conver­tirlas en un pueblo de cristianos prácticos, pere­ce la civilización francesa». Otros testimonios podría aducir de hombres científicos que basan también sus doctrinas en el mismo método de observación, pero me contentaré con citar á La Play, que dice que el espíritu de las sociedades niodernas le había demostrado que el vigor de las naciones europeas, el desarrollo industrial y mercantil, en una palabra, la verdadera civiliza­ción iba íntimamente unida »1 desaaolio de! sen­timiento religioso.

Pero antes de pasar á otro punto he de mani­festar :que ese espírittt secularizador moderno no influye ni doiiiina en los demás países que van al frente de la civilización. Yo puedo presentar ante la consideración ilustrada d e los señores senadores el ejemplo de Bélgica, donde hace veintiséis años existe un Gobierno católico. Igualmente puedo citar el caso de ia misma Ale-maníaj que sí bien declaró la guerra á los católi­cos, sin embargo, ha tenido hombres de Estado con la suficiente abnegación y patriotismo para retroceder en la lucha del Kullurkampf, y asi como en Francia el jefe del Estado no mienta el nombre de Dios, en Alemania el Emperador aprovecha cuantas ocasiones se le presentan para incnlcar en sus subditos las ideas religiosas, y el día de la'jura de la bandera los soldados ca­tólicos confiesan y comulgan, y el Emperador fo­menta estas prácticas.

De Aleniania paso á Holanda, ei país de la in­transigencia protestante, aquel país de Qijiüer-nio el Taciturno, donde impera un Oobiecuo cristiano con ministros católicos, y donde el ca­tolicismo se desarrolla y prospera. Voy ií Austria, y si bien eb verdad que allí siempre han domi­nado, á lo menos oficialmente, las ideas católicas, en estos niouieiitos, iiace pocos meses, se cele­braron exequias suntuosísimas á las que se cre­yó obligado el Emperador á enviar un Principe representándole. ¿Y quien era el fáíiecido? Pues se trataba de un insigne burgomaestre Lueqiier, jefe del partido católico de los cristianos socia­les, qua aplicó la idea de la municipalización ficoiíómica al Aytuitamieutó de Vieáa, idea difí­cil y que no siempre sale bien, pero que merced á sus condiciones de gran administrador dio tales resultados, que le permitió emprender grandes reformas y mejorar los servicios de Víena hasta el punto da llegar á ser el ídolo de los vie-neses. . Pues si en estos países no domina ese espíri­

tu secularizador, si todavía se cree allí indispen­sable que la Reiigióri s e a l a que inspire los senti­mientos más hondos, y esos países van á la ca­beza de la civilización, justo es que cuando se hable de espíritu moderno miremos esos países y no los oíros que se inspiran en Ta secularización y laintpiedad. Intimamente relacioiíada con este concepto del espíritu moderno, se halla otra idea. Habló e r elocuentísimo jefe del Gobierno de ía Universidad como opuesta al espíritu estrecho religioso. Reconozco que en las Universidades han dominado, y sí no dominan hoy ejercen bas­tante influencia, ciertas ideas; pero hay que con­fesar que en la Universidad española existea también ideas opuestas y tendencias profunda­mente católicas, sustentadas por sabios profeso­res, algunos de ellos más conocidos en el extran­jero que en España,

Volviendo á Bélgica, me encuentro en la Uni­versidad católica da LoVíñna, que va á la cabeza de todas las Universidades en cuanto á enseñan­zas de las ciencias novísinias, como, por ejemplo, la Fisiopsicología. En Lieja, Universidad del Es­tado, ha sido catedrático hasta hace pocos años, en que se jubilé, nombrándole entonces el Go­bierno director del Instituto, histórico belga de Roma, un ferviente católico, el gran historiador Qodofredo Kurth, y en Gante, para citar la otra Universidad oficial, hay otro catedrático, honra de las ciencias matemáticas de Europa, que tam­bién es profundamente católico. No digo nada de Suiza, y me abstengo de hablar de su Universi­dad católica de Friburgo, de otras Universidades católicas de Europa y aun deí Norte de América, como la existente en Wasliiiiaíon.

Creo, pues, que cot) la Universidad y la ciencia no es iricompatíble la^Religión, que ha sido siem­pre amante de la ciei>cia; la Religión lo que com­bate es la falsedad, el error.']}

Terminado este punto, voy á pasar á hacer al­guna indicación respecto á la supremacía del Poder civil. Es indudable, y yo estoy conforme, como lo estamos todos en esto, que la soberanía de la iglesia ha existido siempre, y que la sobe­ranía del Poder civil también ha existido siempre; pero existeii cuestiones espirituales y cuestiones inixtas, y claro está que el Poder civil no puede iitmiscuirse en las cuestiones espirituales, n i obrar por cuenta propia en las mixtas sin tener una inteligencia con la Iglesia.

•La siipremacía del Poder civil en el sentido de introinisión en los asuntos espirituales y mixtos, que algunos califican como una teoría nueva y que quieren ligarla con eí espírítii nuevo, no sólo no es nueva, s inomuy antigua. •

Esta doctrina que intenta supeditar ¡a iglesia al Estado, dand,o á éste facultades omnímodas y despóticas no es más que la del Estado pagano, y está peifecíamente expresada en aquella má-xiitui del Derecho rom.auó que dice quod Piinci-piplacuii, legis paiet vigorem; y ase-predomi­nio, ese absolutismo del Poder civil, avasallando al orden religioso, se ve en la historia religiosa

-de Francia, en las luchas de Felipe el Hermoso con Bonifacio Viíl, ¿a Alemania, en las luchas de las Investiduras, y renace y florece y se desarro­lla y adquiere un gran predominio eu virtud de ia reforma protestante, hasta el punto d e q u e todos los príncipes protestantes son absolutistas, des­póticos y subordinan absolutamente todos ios intereses religiosos,á los intereses civiles.

Así, pues, si liemos de ir á la conclusión exac­ta y justa, hemos de decir que el predominio del Poder civil es el que mata la verdadera libertad, la verdadera libertad de! hombre, cuyo más sóli­do íundamento se encuentra en el Cristianismo. Esto lo expresa muy bien Balmes, cuando dice: «El Cristianismo fué quien grabó fuertemente en el corazón del hombre que el individuo tiene sus deberes que cumplir, aun cuando s e levante contra él,el mundo entero; que el individuo tiene un destino inmenso que llenar y que es para él un negocio propio, enteramente propio, y cuya responsabilidad pesa sobre.su libre albedrío».

Y esto ya io dijo San Pablo con aquellas her­mosas palabras: «Hay que obedecer á Dios antes que á los hombres».

£pof último, otra de las razones que ha indica­do el señor presidente del Consejo respecto á ia necesidad do esta política en el orden religio­so, ha sido ¡a de que había necesidad de dar so-hsción al problema religioso en España. Yo pre­gunto: pero ¿hay problema religioso en España?

Todo problema nace de hechos. Y ¿qué hechos encontramos en España? Pues el hecho siguien­te: Hoy profesan ia religión únicamente los cató­licos; entre los espaftoles podrá haber un número reducido, siempre con relación al número total, un número reducido de extranjeros que profesen el protestantismo; los demás que no profesan el catolicismo, ó son Indiferentes ó enemigos de la Iglesia, es decir, librepensadores, y conio tales no '-".isa. ,r"'f« «i necesitan templo; P S Í fonsi^

giiienfe, no existe aquí una necesidaa que poder llamar de conciencia, de que se les deje llenar le que consideren su deber religioso.

Por otra parte, en España no se ha negado ni se niega á esos librepensadores, que se encuen­tran aislados, los derechos civiles, ni los dere­chos políticos, porque tienen los mismos dere­chos que todos los ciudadanos españoles; luego dssde ese punto de vista, no existe tampoco pro-b.enia que resolver.

En cuanto al problema que pudiera llamarse de libertad de cultos, con relación á los extran­jeros, he de hacer «na advertencia y una indica­ción, y es la de que los extranjeros residentes habitualmetite en España no acuden á las capi­llas evangélicas abiertas en las distintas pobla­ciones ds míestra Nación; es más, puedo ascgu-gar, porque io he visto á una persona protestan­te en Valencia, y lo sé también por propia expe­riencia, qtie los protestantes no sólo no acuden á esas capillas evangélicas, sino que cuando han d2seado llevar á cabo sus ejercicios religiosos han ido á un Consulado, al inglés ó al alemán, principalmente al inglés, y aiií han practicado sus oíicios.

¿Por qué? Pues por «na consideración muy elemental, y es que las capillas protestantes abiertas en España ya sabemos cómo reclutaii á sus adeptos, y los extranjeros que tienen al­guna ilustración no se avieuen á mezclarse con gentes que van á las capillas evangélicas paga­dos, y no por verdadera convicción.

Dejando á un lado otra serie de consideracio­nes, desde este punto de vista, entienda que no constiluye una necesidad esta apertura de esos templos, y he de añadir que el pueblo espatlol no se ha pasado nunca al protestantismo, y éste es un fenómeno que no solamente se observa en España, sino en Francia, pues en Francia única­mente existen ¡os protestantes que proceden de ios hugonotes, no de fecha reciente, y esta mis­ma observación la confirma- ei célebre- hist-oria-dor inglés y protestante lord Macauley eu un estudio critico sobre la historia de los papas de Rauke, en el que dice que todo lo que había per­dido el catolicismo cu el siglo anterior (él escri­be en 184IJ) había sido perdido per al cristianis- ¡ nio, y que todo lo (jue el cristianismo liabía ga­nado lo había ganado el caío!icisn¡o, es decir, que viene á confirmar lo que pueden ver los que | estudien la historia de ia Religión: que el protes­tantismo ha sido una especie de puente para ir del libre examen al libre pensamiento, y todo aquel que conozca el estado religioso actual, sabe cuál es el del protestantismo en Alemania é Inglaterra, y que la nia'jor parte de los ministros protestantes na creen eíila divinidad de Nue.stro Señor Jesucrisí9. ;',

En una obra moderna nluy' interesante del e s ­critor católico francés Goyan, titulada La Alema­nia leli^iosa, La Alemania piotesiante hay da­tos muy curiosos respecto á este punto.

Formando parte del problema religioso está el hecho que aquí adujo el señor presidente del Consejo de ministros: el odio al fraile.

En este punto yo no puedo hacer otra cosa más que insistir en la idea que con tanta oportu­nidad y elocuencia expuso el ilustre señor obispo de Madrid-Alcalá, y es que ei edio al fraile ha sido introducido con el odio á la Religión y á Je­sucristo; en apoyo de esto he de aducir dos he­chos: En SI! Historia de los heterodoxos espa­ñoles, el Sr. Msnéndez Pelayo refiere, que la vís­pera de ser asesinados las frailes en Madrid iba un ciego por la calUicantando una copia, cuyas primeras palabras eran: «Muera Cristo y viva Luzbel». En esta primavera, en la manifestación á favor d é l a política anticlerical que llevaron á cabo los republicanos de Valencia, al disolverse la maiiifesfaclón, uno de sus grupos apedreó el palacio arzobispal, repitiendo el mismo grito de :«imuera Jesucristo!»

Pero en reíacióriá este odio a! fraile, yo veo que aquellos liberales que son personas sensa­tas y sesudas, como muy oportunamente decía el señor presidente del Consejo de ministros, veo no participan de ese odio al fraile; y diga que no participan deé l , porque muchos de ellos que tienen hijos, confian su edncaeióíi a l fraile, y cuando t íenejiun hijo díscolo é incorregible ¡o llevan á los amarillos, y á las hijas á ¡os conven­tos y Colegios de religiosas. En una importante población de España, hay un intimo amigo de Lerroux, que es hombre rico y pudiente, y ese amigo de Lerroux ha llevado á su hijo á un Co­legio del Sagrado Corazón. Este hecho, que es muy frecuente, no sólo ocurre entre los liberales, sino, como acabo de manifestar, aun entre los re-publícanos.

F'or otro lado, hay un hecho que yo he pre­senciado en Valencia que prueba que ese odio no es tan profundo, sino que está expoleado y aguijoneado por elementos extraños que levan­tan al pueblo y le alientan para manifestarse contra los frailes. Hace tres años, en Valencia, cuando salían los frailes por las calles, eran per­seguidos por las gentes, les insultaban, les ape­dreaban, pero vii;o ia situación conservadora, vinieron hombres de Gobierno como el señor Maura y el Sr. La Cierva, y tuvimos un gober­nador inmejorable (no rae causaré nunca de de­cir que el Sr, Pérez Mozo hizo al frente del Go­bierno civil en aquella provincia cosas inraejora-bies) que sin ningún acto de fuerza impuso tal orden en Valencia que podían ir los frailes, com­pletamente tranquilos por las calles de aquella capital, imcluso por las niás.solitarias de barrios obreros, sin que nadie les molestase ni profiriera palabra alguna ofensiva. Pero Si ese odio, fuese tan profundo, si fuese una convicción arraigada, á pesar de las medidas de ese gobernador, no se hubiera conseguido variación tan profunda.

Por úiíímo, pues veo que va pasjnüo el tiem­po, he do hacer una indicación respecto á iapi,>-lítica anticlerical que el Gobierno sigue ó preten­de seguir. Decía el señor pre.siíler.te del Conssjo de miiñslros que la ley del «candado» era una medida de gobieriio, y yo no dudo de que ha adoptado esa política en el orden religioso, esa política que vulgarmente se llama aaticierical, como una necesidad también de gobierno, y quiero hacer alguna indicación respecto a este asunto.

¿Cuál es el fin de un Gobierno? El fin de todo Gobierno (lo decía muy oportunamente el señor Dávila, me complazco en reconocerlo), el fia de todo Gobierno es mantener la paz pública, la paz social, la paz entre todos. g iPues bien; esa política que el Gobierno anun­cia y que yo creo que ei señor presidente del Consejo de ministros con su gran taiento varia­rá ó atenuará ó dulciíicará, encierra un gran pe­ligro: el de perturbar la paz social, ei de traer la lucha social por dos razones: en primer lugar porque la extrema izquierda, á la cual ha aludi­do muy oportunamente el señor presidente del Consejo no se ha de contentar con ninguna me­dida que en ese orden se dé, pues esa extrema izquierda aspira sencillamente á la persecución de ios católicos, á la destrucción de ios catóii-cos, por otro lado la extrema derecha, los cató­licos temen ver lesionados los derechos, temen verse reducidos á la misma situación precaria que se encuentran en Francia, y por consiguien­te, es natural que dentro de la legalidad procu­ren utilizar todos los medios posibles para combatir es ta política del Gobierno.

De suerte, que lo que yo entiendo en esta cuestión del problerria religioso, es que si que existe probleaja religioso, pero a! revés, y que el único problema religioso que hay en España es la necesidad que tenemos los católicos de justi­cia. No pedimos nada excepcional, sino que se apliquen ¡as leyes y se nos ampare, porque cuan­do vamos en manifestación las turbas nos silban, nos instiltan, nos apedrean, y á nuestras esposas, á nuestras hijas, á nuestras hermanas, las eseu-Den V las ínsultau. seiuo gucedió en Santaader el

día 2 de Octubre último, y en Valencia en repe­tidas ocasiones, en actos de cuito con procaáio-nes. De manera que lo que nosotros pretende­mos es qua se nos ampare y se nos proteja en nuestros derechos, creyendo que el verdadero problema religioso es el de la defensa de nues­tros derechos como católicos, derechos declara­dos y sancionados por las leyes. , ,

Yo esparo, y no quiero molestar más á la Cá­mara y á los señores senadores,«spero de las re­conocidas dotes que adornan al señor presiden­te del Consejo de ministros, lo mismo de que la ilustración de todos ¡os seiíores, senadores que forman la mayoría, que s e atenúe, ese aspecto de su política en el orden religioso, haciéndose car-go»,de estas razones, y tengan, la seguridad de: que si así lo hacen, de que sí la política anticleri­cal no significa ir contra los católicos y se man-, tiene el stata qiio, i ss católicos no pondrán a! Gobierno ningún obstáculo y serán siempre los ciudadanos más sumisos. Nó tengo más que de­cir. (Muy bien, muy bien), j '^^^' eminentísimo señor cardenal arzobispo de V E !

bendecido por la mano consagrada del sacerdo-1 y Málaga , que le hic ieron en t r ega de v a r i o s te; el que ama á Dios, de quien toda paternidad da to s p a r a q.ite tórme ÍHÍCÍQ ace rca de las se deriva y que dirige todas las cosas según los pretensio.nes ob je to de- su viaje á la cor te .

TOLEDO: Señores senadores: Me parece haber oído que él muy respetable y muy digno señor presidente del Consejo de ministros, á quien yo considero como el rey de los oradores parlamen­tarios, dijo que contestarla cuando hubieran ha­blado todas los prelados, y esto explica que me atreva á levantar mi huntüde y oscura voz ante, tan respetable asamblea. Grande es, señores se­nadores, el honor que me dispensáis escuchán­dome y la satisfacción que me proporciona ha­llarme entre personas tan dignas por más de un concepto, paro mayor es la justa idea que tengo formada de mi abssiuta falta de dotes oratorias y el respeto que no puede menos de merecerme es te lugar, palenque de gloria y de cortesía, en el que cruzan las aceradas armas de su vigo­rosa dialéctica, arrancando de ellas fniguracio-ues hermosas de adeslumbradores pensamientos polemistas consumados y habiiísiraos.^

No, jamás los estinmlos del propio deseo ni móvil personal alguno hubiera sido bastante para hacerme terciar en esta discusión, puesto que estoy acostumbrado á usar de la palabra, no cu la forma que debe dirigirse á personas de tanto respeto y tan exquisita cultura, sino como un padre habla á sus hijos, con el corazón en la mano, en el tono famiiar y estilo sencillo, propio para hacer visible la verdad á las menos perspicaces inteligencias y repartir el pan de la saludable doctrina á los menos favorecidos con los bienes y los dones de ia sabiduría. fCier to que mi presencia aquí no era necesaria,

pxies dignísimos seglares, prontos siempre á de­fender los sagrados fueros de la verdad y ios in­tereses supremos: de la justicia, no habían de permanecer indiferentes y callados cuando de cuestiones tan importantes se tratasen, y buena prueba es el elocuente discurso del Sr. Polo y Peyrolón. Todos hemos admirado el oportuno, sabio, elocuente y razonado discurso del señor marqués de Pida!, y en este momento acabáis de oír la erudita palabra del Sr, Rodríguez de Ce­peda.

Mis queridos hermanos en el Episcopado, que tienen asiento en esta Cámara, también han dado á entender el gran interés que les anima respec­to de la cuestión que se ventila. El señor obispo' de Jaca, con su fácil y brillante palabra, y con su clara y poderosa inteligencia, ha presentado aqui •argumentos que no tienen fácil contestación, y ios demás mis queridos hermanos, aunqtie en­contraron el campo espigado, han hallado el me­dio de improvisar reflexiones de la más alta im-por t anc ia j

Debido a mi inexperiencia, yo suponía qua des­pués de las polabras de concordia y de paz del señor obispa de Madrid se hubiera suspendido toda diácusión, presentando aqui una fórmula ra­zonable que hubiera podido ser aceptada por todos. ...,• ^ L a s causas de esta discusión, ¡as circunstan­

cias que la han acompañado, las consecuencias que puede traer,, la fesonancia que ha tenido en la Prensa, la expectación que ha tenido en todas partes, aun en aquellas poblaciones, donde rae-nos eco suelen tener las disputas parlamentarias, le dan un relieve particular que atrae todas las miradas, conmueve todos los corazones, agita todas las conciencias y no puede tnenos de pres' tarle atención preferente todo el que en su alma abrigue ios santos amores de la Religión y de la Patria. ,

Se trata, señores senadores, de cosas que toca no poco á la religión en que murieron nuestros padres, y cuyos consuelos esperamos recibir en la hora de nuestra muerte. Se ventilan materias derechamente relacionadas con los derechos y prestigios de la Iglesia, nuestra madre, á cuya defensa, como cristiano y como ministro, aunque indigno, he de ofrecer por poco que valgan todas las ideas de mí inteligencia y todas los esfuer­zos de mi actividad y todos ios latidos de mi co­razón, y aun cuando á primera vista pudiera pa­recer que la prosperidad y el bienestar de la Pa ­tria no entra para nada aqui, quienquiera que, como nosotros, señores senadores, conse'rve sana la inteligencia y libre el ánimo de apasiona­mientos y de prejuicios, habrá de convenir en que la realidad es de distinta manera, pues ap,arte de oirás consideraciones que entran por los ojos, se revela con fulgores de la evidencia, como ver­dad indiscutible, el hecho de que cuanto á la Ra-ligión perjudica recae á la postre en daño para la Patria.

Y cuanto más aquélla se honra,,se pstima y enaltece, inayor es la paz y prosperidad de ésta, como lo venios confirmado en las págüías de nuestra historia, donde los hechos más hermosos da nuestros triunfos políticos, de nuestras con­quistas en la tierra, de nuestros descubrimientos en los mares, nuestra hegemonía en Europa, coinciden precisamente can los más vivos res­plandores de ia fe y de la doctrina cristiana, y que al aminorar su brillo marcaron la decadencia de nuestro pueblo en todos los órdenes de la vida, haciéndonos bajar del alto puesto en que por la fe nos habíamos colocado en el concierte de las naciones.

Verdadera suicida debe considerarse á aque­lla sociedad q;;e, por ieinor á ios motes d e cleri­cal y de i-.'accionaria, aparte lejos de sí toda hi-íiiic;;cia ¡eügiosa y mire con prevención cuanto pueda influir en prestigio y en decoro de la igle­sia. Nunca fué tan preciso como hoy que el altar y el trono, la cruz y la espada, los dos poderes espiritual y temporal, caminen unidos, sin recelo ni suspicacia, sin antagonismos ni rivalidades, auxiliándose mutuamente, y apoyándose el uno en el otro para alcanzar el mismo fin á que ambos aspiran, ó sea á ia felicidad y ai bien del hombre, asi temporal como eterno.

Los enemigos rio'i actual orden de cosas, los enemigos de teda jerarquía y. de toda propiedad, dirigen todos sus tiros y asestan todos sus gol­pes contra la columna inconmovible de la Reli­gión, porque saben que sí realizaran su temera­rio y loco intento de derribarla arrastsaria en sus ruinas el edificio de la sociedad, que por todas partes se agrieta, desmorona y am«naz<í des­truirse.

El patriotismo se ostenta más puro, desintere­sado y sublime cuando se halla santificado, ele­vado y robustecido por el sentimienío religioso.

El cristiano tiene para amar á su Patria estí­mulos y razones que faltan a! incrédulo. Las es­pigas de su campo dan la materia que se con­vierte eu pan de los ángeles, que es e! manjar de su espíritu; el agua de sus fuentes regenera al cristiano, abriéndele las puertas del cielo por medio del santo bautismo; las cenizas de sus antepasados reposan bajo la sombra de la cruz que extiende sobre ellas sus amantes brazos, y en el regazo de su madre aprendió á .pronunciar el nombre del Ser Supforno.

El santuario de sü hogar, el sagrado vínculo da la familia, el ¡azo santo da sus aasofes s a h a i i -

designios de su sublime providencia, no deja de amar á la Patria cuando la ve como, á Ja nuestra, abatida, objeto de desdén por los extraños, como no se deja de amar á la madre,cuando se la ve pobre, afligida y>enferraa.

Antes bien, acostumbrado á las mortificaciones, al desprendimiento y a! sacrificio, siente enton­ces como su amidir se aviva y se agranda, dis­puesta á todo, capaz- de todo, pronto á darle, si no la abundancia y la gloria, toda la sangre de sus venas y .hasta el último suspiro de su vida.

Por eso yo, religioso y prelado, aunque el me- ' ñor ds todos, convencido de que esta cuestión afecta io mismo ;á la religión que á ia Patria,-á pesar'de couocer iui insuficiencia é inutilidad, á pesar del temor de molestar á los señores sena­dores con mi tosca y mi ruda frase, á pesar,de no ignorar que otros señores senadoreá emplea­rían,mejor el tiempo, sin embargo, comprendien­do la indulgencia de ia Cámara, especialmente para quien es ajeno á las disputas parlamenta­rias y á las cuestiones políticas, que habla sólo en cumplimiento de un deber y obedeciendo al mandato de su conciencia, me he permitido mo­lestar al Senado con est.is reflexiones, y puesto que hay prisa para proceder á ¡a votación termi­naré consignando dos cosas.

Primera, que las Conrunidades religiosas ,Sc componen de individuos que se dedican á ía ob­servancia de la ley de Dios y de, la -iglesia y que aspiran á ia perfección por m.edio de la observan­cia de los consejos evangélicos; ellos consuelan al afligido, asisten al moribundo, proporcionan asilo al huérfano, al desvalido, al aiiciano desam­parado, instruyen al ignorante,, elevan al cielo preces por los vivos y difuntos,, hacen muchas obras buenas,, ¿por cuál de ellas se los quiere perseguir.?; segtuida, que no hay paridad en las comparaciones que se están, hacieudo respecto-de España y otras ¡naciones,, porque muchas de ellas son protestantes y tienen un Gobierno pro­testante; pero en España somos eminentemente católicos la inmensa mayoría, y nuestro Estado, nuestro Gubieruo, es católico.

Termina haciendo un ruego á ¡a mayoría antes de proceder á la votación, declarando: «Si la ma­yoría del Senado no está con nosotros, estamos aquí de más. Sí la mayoría vota con nosotros, entonces tenemos ¡a confiauza para continuar nuestra obra». (Aplausos.)

S e da por terminada la totalidad y se pasa á ia discusión del artículo único. • Al mismo se presenta una enmienda deí señor barón del Sacro Lirio, en la cual se halla óonsig-nada la fórmula de concordia, con la adición de que .«sí á los dos años no se halla vigente la nue­va ley de Asociaciones, este proyecto quedará derogado».

El señor DAVILA, eiv nombra de la CoinísióH, acepta la enmienda, que pasa á sustituir al dic­tamen. 1

Los Señores CEPEDA» SOLER y MARCH y TORMO que tenían pedida la palabra eu contra, renuncian á ella.

álguitos

í EXPLíC.\C!O.M DEL V'OTO

Ei señor arzobispo de ZARAGOZA explica su voto, diciendo que votarán en contra, primero, porque lo consideran una odiosa excepción en contra las respetabilísimas Ordenes religiosas y segundo, por juzgar que con sii presentación se cometió un acto de desconsideración para la Santa Sede.

Termino pidiendo á los señores senadores que me perdonen la molestias que les he causado. (Muv bien, nuiy bien.)

El" señor RODRÍGUEZ S A N - P E D R O habla igualm.eníe para alusiones, explicando su gestión eu las negociaciones con Roma hasta la firma de! modas vivendi.

El señor SOLER Y MARCH anuncia que vo­tará en contra del proyecto, de acuerdo con su opinión, manifestada en la información abierta por la Comisión.

Se extraña de que un Gobierno católico haya presentado un proyecto semejante, y de que im Senado católico también pueda llegar á votarlo.

El señor LABRA declara que no puede prestar su voto al proyecto, por haber defendido siempre la libertad piena y absoluta del derecho de aso­ciación.

El señor presidente del CONSEJO-DE MI­NISTROS recoge algunas de las observaciones hechas en la tarde de hoy. . Afirma que el Gobierno está cada día más de­cidido á mantener el derecho de todos los ciuda­danos, ya sean de la derecha como de la izquier­da. Hay, en efecto, cierta propensión en Esp m á impedir que,los católicos, por el hecho de ser católicos, ejerzan libremente sus derechos.

Contra esto está él y está el Gobierno entero, y mantendrá á todos los ciudadanos en el ejer».!-cio de sus derechos.

Mi intento es hacer una obra nacional, y para ello reclama el concurso de todos.

Sobra Jos proyectos aiumcíados, la opinión clara y definida del Gobierno es la siguiente Aqui, la ley de Aseciacíones. En ia otra Cám ua la ley de enseñanza.

El señor presidente del CONSEJO DE Mí NISTROS insiste en que, tanto el Nuncio como la Sarfta Sede, tuvieron conocimiento previo de | OTI tgio los proyectoo de Gobierno. Lo que no hizo ni é lo L podía hacer era someter á su asentimiento i i presentación del citado proyecto.

El señor marqués de CORBERA explica t^ni bien su voto en contra.

El señor PELEYRON pide votación nom i.a , se procede á esta.

Hecho el escrutinio, resulta aprobado por 14^ votos contra 8-5. El Sr. Labra ha votado en contra.

El número de señores,i;eHadores admitidos es el de 347. Mitad, más uno, de ¡os niismos, í " ' Habiendo tomado parte en la votación 234 seno res senadores, queda cumplido el precepto cons titucional.

Se declara urgente la votación definiiiva, y es aprobado también . j

Se señala el ordisn de! día para mañana, v se levanta la sesión á las siete menos veinte.

T a i n b i é n rec ib ió UHa Comisi.ón d e -TeruM a c o m p a ñ a d a d e los s e n a d o r e s y d i p u t a d o s por aquel la provincia , in te resando de! s eño r Cob ián ia favorable resoh ic ióa de , a sun tos de interés pa ra la provinc ia

. í i a CJoEi i i s loM e l e p r c s i a p í a e s t a s .

.En su reunión de aye r se limitaron á c a m ­biar impres iones los ind iv iduos de la c i t a d a iCoíTiisión acerca : del p r e s u p u e s t o de G r a c i a y jirsticia, no t r a t ando dei de Gobe rnac ió i i por no habe r env iado el Sr. Mer ino ia M e -iTioria que ha q u e d a d o en lemifir.

P r o y e e t o s <Ie M a í - l e a d a .

H o y ó m a ñ a n a leerá en el C o n a r e ^ o e^ señor ministro de H a ^ i e i d a ci p . c y e c t o a e ley d e e x a c c i o n e s 1 )c< les.

En ia seniaria p róx ima p resen ta rá á, l a s C o r t e s e! Sr. C o b i á n el re la t ivo á las s u b s i s -t enc ias .

En una reunión ceieb.rada por ¡os r e p r e ­sen tan te s d e las C á m a r a s de 'Coinerc ic ) a « Bilbao, Santander, , Cádjz y Barcelona.^ y lo s s e n a d o r e s y d i p u t a d a s por Vizcaya y v a r i o s r ep resen tan tes de Asoc i ac iones nav i e r a s , r e ­d a c t a r o n un escr i to so l i c i í anda de! min i s t ro de F o m e n t o a lgunas modif icac iones ai prcj-y e c t o de reforma de! de comunicac ione ; ; mar í t imas , q u e en t r ega ron aye-r al Sr . C a . -b e t ó n . ,; •

El ministro p romet ió es tud ia r e! a sun to y . transigir en todo aquel lo q u e sea r a z o n a b l e . .

Los c o m i s i o n a d o s vis i taron por la t a r d e , en la Aita C á m a r a , al jeíe del Gobierno ,* quien t ambién les promet iú in te resa r se i a -v o r a b l e m e n t c en sus a sp i r ac iones . I j a s n e g © e J a c i © í i e s « o í s 131 jUTelíS'I»-,

En !a conferencia c e l e b r a d a a y e r po r e l ' mlnis i ro de E s t a d o con ei en iba jador m a r r o ­quí se s iguieron t r a t a n d o los extre i i ios r e i e - , r en tes á la indemnizac ión .

FONDOS PÚBLICOS

4 por loo 5>«riíet»:o liiíej-io». Pin c.-rrionto. Fin próximo

Al coiaíaíSo, Seria P d-e BftOOa o-ísetas aominalos;

. S'de 2.3.030 ' . » • D do 13.500 . > í., . C-d:o 6.Ü00 . » -» Í5 da 2.500 » » 'i% • A do 500 » > . * » G y HdelO3y20-0nc>minaies.

En difersntea soriaj .

Da 3

4 p o i - 1 0 0 f í í ísos- i isabSí- .

Serie E de 25.033 pesafcrg no.Tiiiíaleg. » D d i l ' i f.')3 » •« . C í o o UOO >

» A d<í í/ !1 » » E n d i í o r e i í c ST r-á . . . . . .

5 p o r SdO-»sís->i i ^a í í ' f?

Serie F í o r j 000 p .,© s, l u i i ^ » E ('o 2o 0 ' ' j » » » D d <2 J ) . C (.0 r- ií) » B c e 2 ) 10 . , > » A de f ) • »

Eu difei'dites aei Bar-jc«.« y SoeSedarie.í.

Cé(lula:< hipotecarias a! 4 por 100. . . Aasiones del líanoo ds Jígnaña. . . Id. de la Coii!p:tn,;a A, ds Tab -os . Id. de! Banco ÍUpotaoario. . . . . Id. dol do Casíüla Id, del ,ii¡,5p;!riO A'.rsor.i-can:). . . . . Id. del Egpiifiol de Crédito. . . . . Id. del R{o-d;i la Plata. Id. do! 0-enira! Hsjio:!Bo.. . . . ! ! Azuciroraa preforenioa. . . ; . . . Id. ordlnarhisí Id. obligjcioaa»

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A la recepción diplomática que ayer se celebró en el ministerio de Estado, concu­rrieron e! nuncio de Su Santidad y todos los jefes de Misión residentes ea esta corte.

E l ©Msp® d© M a d r i d . Ayer por la mañana visitó ei excefentisi-

mo señor obispo de Madrid-Alcalá ai minis­tro de Estado, con el que conferenció largo rato.

•••• E l t rs l>aJo i i s l ae r© .

Anfe la Comisión parlamentaria que en­tiende en el proyecto de ley regulando !as condiciones del trabajo en las minas, infor­mó ayer en el Congreso el Sr. Contreras, en ei sentido de que debe oírse al Consejo mi­nero antes de dar dictamen acerca del pro­yecto de ley.

Eí ministro de Hacienda recibió ayer tar­de en el Congreso una Comisión de produc­tores de caña de las provincias de Granada

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^liiiid de priíjcipea

DaHIa (do--):e),--A laa

ES'A ! L -

COiVlEDíA. (replise).

L A R A . - A l a s 6 y !í2.--^Sansón » b l e ) . ~ A ; l a s O.-Pepi ia Reyes (do

.10 y li2.—Los iíilerescs creados (dobla).

A P 0 L 0 . - ~ - A l a s 7 . - E ! húsar de ¡a g»ardi ; i . -A las 8 y 3¡4.—i'.orenciii 6 ei caiu-q-ero de! e-r" - - A l a s ÍO y i|4..~.Ei Club de las so l t e rás . -A las u y l[4.—¡Qloria in exceisis!

C O M Í C O . - A las G y ]i2. ~ür',¡^'''7-muías (dos actos, d a b l e ) . - A las 9 y |r4 . - ¡ ivi i , ; usted s eño ra s ! -A las 10 y I ¡ 4 . - L o s ' p e r r o r d ^ presa (cuatro actos, doble).

AÍARTÍN.-A las 6.-Ali! ia de Dios (reprise) — A las 7.—Ei decir de la gen íe .~A las O y I14' - E . C o e o . - A las 10 y l¡4 . - ¡Aquí liase farta m? hoinbre! -A las U y í [ 4 . - J u a n S i n Nombre.

N O V E D A D E S . - A las 6 . - L a s bandolera'í -A las 7 y Ii4.--La señora Barba Azul.—A las 9 El lobato (r8prise).~A las l O . - L a s i c i l i a n a . - / las U y Íi2,-Ei dereciio de asilo.

SALÓN N A C I O N A L . - A las 6.—Azucena -El edil (reestreno).—A las 9 y !|2 (especial)."-Donjuán Tenorio.

COLISEO IMPERIAL (ConceDcíón lerórima 8 ) . - A las 4 y ¡¡4 y 8 y 1¡2, secciones e'speciales de peiicíilas.—De balcón á balcón y El chalán — La-bola de nieve (especial).—Ei veníani l io . -Las de Cairt.

IMPRENTA Y ESTEREOTlf'lA DE E t l a í l H a S .•iv: 2, PASAJE DE LA AySAM3P,A, 2.

Page 4: DIARIO DE LA MANAMA, CATÓLICO E

h¿haáo 5 l^Dvkrvke 191 ti Año I — iNP»i :6,

LIEBEnlA RELIGIOSA DE EUimUl HERSIñritEIf

jía(,í(i( 1 —Vji li 1"" s j r n 'o < 1 ' i \ t fi><n n lot (1(~>std< r l pjf (310 u l í i'n tíos- o !*j3 1 (¡ i • «^j t 3í"^r i)s, p-1 1} c ' ht't f", a» (•!"»"!< "Cs tío 5 IO'CJ ' ^ í ' - ^ b i t i i s . n rs-t'eh'^ f."i Í > > y ge .j c "*— THiHÍijU. ( J t ífif <*!' < ^ t ^ i s t v 'J<K •.! í-a, iiM iPíj! s á , f , . i f o j a i j i •"-e.i !iiKj<rs t. a o , < >i j je j idp i 1 si^-e <ji>, üs 1 <!(» en 1 f i > C>ÍÍ < )m. en n i í j^i n a o t í i t i c i '•p « , 1 f r r t t ^u ú Í f> •tóiiie 1 n i. i tií •• ' >MJ" 'f 8 fi > i ib 1 > pu oí o <i 1 <• >

T"rii if 1 1 >'iN i ir 1 ; ' (•> ! f » > ) ^ d 1 1 1 i 1 „ (So us . ' ; ! 1 1 '< i " i' e -

I P a r i nogof 10 s e n o y p rod i i f t i r ¡YO u e t o j l t o soc>io con 5 (KIO p t j , |¿i>-ta <ic Cviií^o», c é d a l a l i l i

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u ' ( n I lil ii 1 ! ' J ' - id I i

Paseo de Recoletos. 10, IViadri ,«?-- E'Dcca^Jrd ' n < ^t'^(•^-c ¿2 ncc"d,os E^íB'^tc'i apro'^ados y a d i u r d c s p o !

Lá PREriSA i

^^Cy:^ ^ í 1 oo ('e i3i I berí^ bd.ico de 1 ^ics > 'ni 'xo del i raac, Ari2 voncrno, "eciUj ' í /*''íl5•% F'-^^*^ ''' '' "'"-'' ' ''"^ ^^•" " *-ín'"iUO, rd'cic'(> d; U li uita foabv.!, Hoiel Ku/, s te. 1^ OuSfüín, í3. TS'sJcia I2S,

1 ;< I .A .X)S ,Z I5 T u n i b m e onoa GOOB 5

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&" nofOJiirioj aaivoisar o.

Bou Ic" m^ i';r*.s y Jos "Ü-ÍJ b< o ñiSBtrsfijfa g-upcírfsai^^ íJ Bfc~ Via a

Oí], mil-, do L ^ GIILEUní i M A G D A L E N A , 1, e i i l r e - j / í o

ÜB s i e Mlute f^uo ¡11 f 1 bñOo OTi ol f onsoí / i t o i I 7 pAi ti (•arto H o i i ' e i n n / a , pe o i ioco pl pubUeo p r a d x i e ' J H P d e s o ' -teo, c i ñ o , pulido y a r i n i n u líi m t i li t i l i i II ¡acción (iol Jr'chJ < , P en b , e^sí , Í8 , (5 on la m l io Dokí^nií) o, 1'), 1

r j e o i i O í ' ^ p i n F-^d i id , fiiO v i n e i 18 o 0^ i Bj íno, abc>

gado ( e o n t i b ü i d d, í i iiccs), j - a r n n m i»u r idor, 'í^r-í 'otii lO pint ioulcir , . u r o g o b b l i o e"> soat tt\vo,olc ,0 o ríi'ícicnciií í n i formp?, H P . &'!pfi ,or C

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' E f t ó w w í ' i s , d e ocas ión ÍO g , n f „ „ . ,o« , KOVPnai-K<i, fa 21 1. P r tteil- ye ¡ a - « e r a g > g , i ^ <, s-11 oy, v^ 11 > B to K . l c l i , P a i u m r . d o L n l i o , 1 ' ^ ¡ r^ je . y en t o d i c lase «o

E T-B- T * TT T-i ft -B^ /Ti iT* '^ I^^'t) l e i d i d AfTPneiad'

f i t s ciP "cci D H (' ' I /< i i í J i i ? i< '' ' " n 1 ' i P í i i P i s d " ¡P P i p i ÍOO COI 1 q i <i c ón i> endi i i l —Boob^v! ! fií»%3S'% — «".ARA'ííl "i b'- jS • ' " ' * *- ' '^'' * ' "^ ' ^ " \ í e i ' ' ' ! < \t« "O P'" 5 p « . "DiMio i i i i i i l i n i y < . ^ -o na 11 bou <> i i d j ^ —Cerai i ! y -ve i t i : I - ^ P H i t M n - l B í . í S s í * * v p y p i í j --< 'cd j i f i *dp ) p p , o t ^b< n o c i»ei » i . e i P U eob 5 u^ í o .i is e m f i n a - r í j ^ i i l d c i o n do totl,.| í*A<«® í- J 8 i i E í K D

f kis í t i , . i í a s \ , i í ^ ^us 'f b b uep-vpen m i l j { 1 oí i í i i i« del L3i- .dj o e 1 . . O Í J o . l ó doi MursiC p í o f s'ra íssit. s w s o «le JM-CCÍ» .

b lp j , de 11 l u c r d d e ! ^ püS P P d i d t i l i f i s •'''^ & l o trti*ií& íiEí5e ee®w<í-

69>i<°<& tSe M a d r i d .

í'mzs e'-@ Fíí. ^ Trc r Yí" f 1 • )!i 1 p^ r ' j c i do c o 1 voi i o 1 í. r 11 u 3 ' a s P Í P - J ÍI do Coi i ?n 'V f i l ^ ¿ í

T. i^bo-i C ' < i! le ^p 1 , V ct a píii 1 E 1 t! d > ! i 1 < 1 f da í a ' rP P íb o i o fp i í ÍJL© ifi^ r o , . l'i I o i . V ) ,>> 2 y 3;*'^íil . " ^ S i / i / i ' H O O , . S , i iho i ) . tgPMo 1. f» p t o i .b io , TG!8-\S < (t . i i j » !„ K \ iP nb i y j i ' "Ju P u i l i P diiv^ri 'optiti p t oi ' k i v i i'i i S T I, ! • ! « / , Ci " i 1^ í < , b ¡ L ^ ! © y ' ^ i i n i í i t b - ' d o M-^Pi! 1 < »< 1 c o ' ' i o 11 l o o P J ¿ I UP o .¡2 I ebJ-Pio '„2ií^~tó i»ÍU/o, í '„ i b r ,17 M'-yi 11 J i ' 3 o V J a n !) Aíí í o . t - i p í i e a j h i p , >,' O o t u o u < y ^9 l í o 1 ^ J S Vi< nifi"!. y _7 J1 < ¡ 1 ' r ( í ' i 10 "i> (i ) 1 j p jc i t o ) ' e »S la is i X 4f i I m r r ^ o 11 j , \'P' ) g i n í í . a i p¡ % a^e lUS? t m , I - n . feínfiiis i / >, e p o ' l^e v P i p c i t aoBi I ¿ P ¡ .i i y?,í( Jj ^ d< lo Pl r t 'i < o I i e ' t i ' ! i i m < o A^ i i e i d e a > nd j i, J. -v i S i i a i r i , C¡ c^.,<! if OH y l W a ^ Am ¡""aba. { - ' ' ?n

fsrr^ " T )p!if i' Mí cijd d< < < '•i v i ot í ' , o 1 ipi el i ' , df , a ? p r ' o i " i ?" dt Tía | Í ' ' "^ í ^ i i i ^ ' v 'o ( / e ) . . ' i , d p lO"! i( p n I iO i i ' , 1» Oí iv i , ' " 11 p 1/ y P ' r ( i,ie^ •'O f ' l ' í ' i I T - i i l , ' / ] P o o l o O ' "V ! „ / ( 1 . . f i r í o t J i í 3! .< l ! (' e i i l )I -1, 11 l C -51 !< 1 I< ) 1 t & / Ct L - ' ^"l^ <-í'^ ' •'^^ t i d i ; b.>i; ' 1 i i y ( .ei)"",! '-o d T í i í o p i a o j o y t í ,' ! " ' l i<r o" d e l r».i fccOjH n . j st < i K ' í ' i ' a P F U V I ' Í ' do > 11 1 uci lO xíi- el «lis c í 1 l a J iiip 1 , e.<n e e i a f >. vei c i i i¿ i ' - - - Í ^

SP»'^ t i l r I ',«! i i d j fi-í i l e o ' p i I (130 , o! j t < o "^'i ei.c ^ p ' J > «i-» ll-l i v O i '^' ' ^ r<1d. o l S j d i I P3 d < < 1 1 l i i t© p i 1 L I i b 1 o i , i j i 1 ,», j ? «1 . t ip i i d lí j i i i j / ' ' - ^ d i la 1 i h P J '{ í 1 ' ' b •" 1 i^ lo T 1 n y O j n u d i ' o ' " u P j " ) , - i ^< ' J <ie < d i ( i n > c ~ l o t i j J i, < ! l o J or-io O r i I \ { í i n y ¡ a, CiC " -P p"^ I I y P I ' Ü , f> 1 r í ' • V <" i y 11 1 o i,, r 1 ' - 1 d I ) i 1 I J t> 1 "i í lil j i i p < i 1 1 i < 1 1 1 «i P s , , J 11 1 11 1 11 ¡ i C o 1 p 1 ( 1 / > !vj { 1 1 P l I ' J , p 1 I J í ' "* ' 11 < '" i ' e j < I , J ^ ¡ 11 jj b ! i p ' f y 1 1 I e>i 'e l i i í í( H l a i b < » I i g ]> r ?1 r 1 4 í >y < > J í ri t „ T ~ ^

S( "it » . ^ Pl 1 í- Cl l o IC ' T ' bT ^^J^(^ <¡o i ( 3 / 1 o) t , d'> P 1 (O i 1 C"' r d ( ' 5 ! l e] ' / d ' 1.' 7 d <_ 1 en p I r X *- 1 i Ci p iJJ i f i i í H ^ ' i v iji > 1 ei'' is v i piiij l u i i i i o f l ^ j p - i i ' e i i i d ! , ' i^ i t i - i i e s i i i l y ^ o . . ! f t p e l . d i

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ASÍ ronden \i,i]n'^ ti qnicn ¡V" /)7Í?Í¿, li toa co' ¡bh>tí< lone'i rL' la / ¿Oo' pf"'«.'/ eos |' tCDííidbS, <i pitf tos tui'íj e^onónvL ^'.

WaSTESA, 19, pral. Telsfmo 517

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< Ol i í Sft DiJí'^ul

12 pt.is, 8ño, 6 so'ii-stíe, r,50 íriiiipriío, 1,?5 ine-í. K^í 16 > > O ^ 4,50

I , O e j i í j C o i i u . d i "

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ito ( e.ioYa O' ^u 11 < ou p.». iM j ' - p f >

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BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN

S)!<5an 8.«|tT9^^etB¿^P*0£al«s

Pasco de Jos, Marínesf, 50.-/II IC 1 : ; T I Í

"FOR U N A P B ' Í B T A A ~ Í 7 T A ^ O ' FlObrcro 1 l(<ol<i(í 3 noo- af d„aci „N „ t C --pe

Hl 4 Irle ae vf" p l ae s i j occu i a on m s tíc 1 o c aács> N 1 tí t I í 1 g¡ a f a y 6 c ) 4 I

lo r 1 Ho ^xr neis 1 ^[ i p^ i L r <-<., I ra íOf i icon y t n r t i . Se CCT 11 e n , I "í •"> 1 I I d c I Ij,? 1 , s i, i

y lUflroi tura s s c al r. re I s v r i^ c i (c , „ ' s e i , f U . r r i l ir « < t l ' d , o 1 ,1 cío r , f

li' SIsXi'í' 7,; Ta """' * """ * "" ° ""• '•'"' " » - ' ! -

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' o a s i ' P .< I '> j ' s 1 '< j j » e l V I n f' " o3 ' ^ o pl I V Ca» 1 ' í, d II ( )lp p ) 1 " J 1 < ! 1 !i> , ;,.> '• ' i , ij t S 1 11 'i, ' > a C t ü i u i ^ e ; liCi lu ' F O i ( p "i I í ' lá Y p p i ¡ 1 oc 11 o ^l i p " ' I t t o * i i n

í < I ( 31 ijii) d j l o o Ol / , b , e e» 1 o it fcjoi .>H do va ' i . •' j d*» i i 1 CJ n I ' I S J _.ie diü! eu el 1 . o i" i 11

r 1 V p-ii ? 1 ' M p'i íS if, p 1 ' 1 ^11 d e i o u e i 11 s I v< F P y 1 I « T J " TI T q I n A , i J. T I II I 1 i d i 1 ¡ ' ) 1 i j C 1 dví / >• lo 3 ii id 1 10 .1 b ! < l o 1 ii I e a «u dii i ppí V c I» P o ü ' i 1 í i . '1 D P f ' j (1 o ;< j_ i"!] i i p j p i i o ! d'^ j ' í 5 1 • nt 1 a a fidi ) K ^ I , 1 y áo P o dv. ) p i^ijí j ) 1 1 to< o3 JOÍ P O t e j le'^ < i b<ii í id o P " r i i r e^ il i i f ' j-íi Pii )¡ '»3i s u f d j i- e u i a t b u l U i i o i J. , ijU '•3 0 i ipK 1 e n o lo I u< ' »

AViSOH 1 'I í"" ' i^i I fe -' '"•jha ~<í c . i l ' . i « leu 4 tai o ,'< S ' t i i 1 .j — .. l O o ^ i p i i i b i ^ T e i i ) ' ' J do Hv ! i 1 O 1 i £ ' I 1 - ' I ofprin s d r 3 ai i c i j , e>. . " i i i i ei*- ^ j t 3 j al Re 1 o i ) 1 i 1 1 E 61* o c o .ig- loul n 1, I i u i »ia / í e i , e o y Ok.i j p u e iCa« d,. J" d e Á o i i l d3 ^301 p i i c i H p n U f r d d^ ¿2 d i l la •-no i f

feir.evivl« »..«>•! «••< . 5 ^ J ! 1 *-- 1 " Oíl ((H3 d o e j OJ ' - ^ .. OS t 3 " ^ ' O O l l l C l l ' n ' ti 1 B8 P' 1 Ji ' 3 1 '• 1 1 Pii U 1 11 -i) 'o 1!. 3 , „ r 31 1 > 1 ' d^T y do 11 e o d CíiCie»! do »ob le lv> ei i i v c i ' j j e iio „ í i i j o do OV.JIUI < „ a > i d^^le3 I

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r a J i e i t P k " ! jp o 1 í- 11 l e o 1 s P i p o p . i b j pjj p-'s ijeJ de d i y »i i na y .«i^b en p ' e P o-i X ^ ' ^ i l ioj ic .oj j i 'es p i l a P i i i > i o t e j u i lu¡o L^~ ' í í

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f-á de r uonc-j, s o i <u 1 ' ^'^^ ^

I\ j uTc íi y «< O.u 1 oa pLi. ¿>. Ini -«a. 4 pe ' eí.i •.

E H U Gaa..„a i^ii..iü, i ' . i ia . . . . O iO s » » > plana e n k i a 7^3 ¿

^ Ij" 1¿ Z^ S G I S ^ B En f uii ta plana, modla plana. . . 400 ppsctas,

» » cuaíio ídí im. . . 2C0 »

» » octavo ídem. . . 125 »

P S S C I O S K B A > Ü C I D Í ; S E N L A S E Í 5 0 Ü £ L A S mOMTÜOMIAS .swa quip. luapiusí/.en ^ í% Refecci^n y AcíiTíifissíractoi: ¥alver¿e, 2, t!acl-iil. Tele

< t u l i ¡ ^ ^ « . í j d i o p o ] r á i pn PÍ t i a t a i j i >i(o de o r n c i u i e d i d e " do H Vi Jj.<^Ay D R E f H A ha (oiiia ' a o l d a d ü o l ' i < i n ivt i 'e , i> n i tP-3go a lguno Pi< <-o pii t u i j e m e e n v í e n e n «leUoi ó a o b i o j ' ^ ' , ^ a o».< dcK j f i MJU3 y m a u J a r a n u m o i ]a de sei» d e i s i.i 3 deiii , i t a i c j H"*^ . < % ^ ^ v 1 í ' ^ ? * P - • i S t ^ > - Ñ T < ^ í " ? - ' ^ ' ^ i > l - l ; ^ ' ^ ' 5 r J Í i <

' Efc,¿*ai'*áí&«--:fe»í í ¡'•^s.^ií^^

AGEHCí'i GZ:¿EílAL DE PÜDU: . 1,D ' ' lUníca Aasncla abierta Iia?t¡i hs OUQS (h la r.oc s/

i,r^"pir©€fers Sefcssfíán Borreguero SccrisSéf?

eíciüii3 2JI0.—Aparladi d Coiraos 4C6 St4p®*«« <»' -- ' a«'''»« -Ar4i«i a«H- luMa&grsffiE.v -Fm ^ crfiq . . ^ ^ ^ ^ . - ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ . ^ ^ . - ^ _ , ^ ^ „ , _ ^ t í y P Í D A N S E T J i t l F l S GF.A"-'S ^

" ^ a S & á S l i O A L L E DE l-ÜEMCAEñAL, 39, 1/

Folle t ín de KL DBS A T E (2^^

S* CÜAulZ BEA¥0

El ca'jo d jo, d'íig índose á Lbia: —De orden del Coronel, síganos usted. CLcdcíK) Lüw coa ¡pqjiCti'd no e-ceri*-?.

él car osidad. L>c-i3i.'és de atravesar áoz ó ticb conedoreo, balieron al ¿d'¿cdn de ia c?-s y entraron en üba s J a grande, situada pila de'f'Lha de ia pwi 'a ae catrad?, bi'a (lüo en t.enipos d a natíos debía servr ae íjrauero^ y Jioia be naliahí convertida en t acrpo de guauu. üaa iii^sa tooca de pino, Ve a ae hiaac! as, y al^uao^ banco:? coiiipo-nwn todo el nibeb^jC.

De \ ¡e, e 1 ( e r o d^ 'a ha\r "a lór, ectaba II1 iioibuie de i led a^a e a^uio y en/uo de < "nec. Ve--*a ai i e-^pct e ¡ e do á i pegio, ya n y d^B lo por e' P'ei p?nta!ó i do ¡vi o didl hibia la lodiilasyd' cae,o de ij 'oJi-'a p IV uba,o, V b^b a ea ". ^aaa en 'a to­

zas tu v.eían Signos mequivocos no podría du iarse, al completar ia bcveía eorreccidn de su peiiíl, que este mistemio personaje pestenccia a la raza anstocra iCi.

Rodeaban ah partidario algunos de sus ohciale?, aunq eá distancia reope'tnoa El «miímie de estos d a bastante'anárquico^ salvo la boina, prenda geneuca cielle/t i-ban todo*', azul ó encarnada.

El Payo !ii si "juiera 3 Jvntió la üegadi do! prisioieio, ooiqde estdoa escacbando con suma aí« ación las quedas de una campesina. Poi lo que entendióLu % la p ibie ITIJC» ve­nia á deaiincior el irbodo u n oallma á" sa propiedad, incidente delat i í i i .a inc!¿ i i i-cancia e'i aqne'ia S3;ói, p s n qi e al Kayo no debió parecerlc del Dbsnio pioc o.

— Tu conoces al so ' i i d í que I robJhlt.iO'^ gallm d jO a lalabiadoia-y ueaas Saber j —

Y sacando una moneda de plata del bol­sillo se ia d ó á la a''deaia, dicicndola:

—Toma, ahí tenes el invorie de la ga­llina. Vére con Dos, y en lo oucesivo, cjan­do yo e^te aqaí con mi gente, paedes de^ar ida gi 'pias s! 1 cuidado en meaio ds la calle, q je yo te aseguro que no te faltara mnguna.

La mujer saiió y ct Payo prOiSgmo vol­viéndose al ohcai:

—EopcrOj '^elor témeme, qt e el soldado q.e ha cor.e'ido ese robo hab'á sido scve-rair.enle castigado

i c\ 'iste !, mi Coronel—balbuceó i npez-^n lo a

•ib.bto no era de bro na. I \ icea pe o d< ^pii^s

-Le db'' ouv,ial. com;aeidei qae el

—Esa fue raí piiiae-al ves que el mu-

c-'ac'io lo iiaoia atclio coi buena míen-

hf'/X Le bii cb bi JT C' a olmo coi^ iLi ar ^Lle de caballería. No Lc^^ba >aUiii o ni

d) tíP .vo biii^diio que niuicase s i ou- j j La luoíioipa y ei po!*e do Cotebj Vj-e a-

rr3i dc< de ei ¡n d„r ¡no neato !a auMi a i ( c L 1 , é ¡Pb'b uva'ienie adivno e o se i illaba en pie oic i d e v! P ¡jo. A mq e *e-íua la barba ca^i Dlapca, el faB- o ele sus o^os y el a co íolav'a c( i.ec*o y picniínciuo d" 3U3 cejas ne^ia^mobtiabín q^e no pa^a-5 a de lo» c «are lia y cinco aio^ Bi.i íado-£3 Lia la e'^besión de su ro iro, pero 'r.bia (n el .'oído do su mnada algo pn^Ci í ja lis nubecüLs lejanas, que en tíia b^r no^o y í/e»pp\?do TiSS ic'an laiewccstad. hi ÍÍ>3 i».-

á que coiipania pen^ ¡epe. ¿. or q le n^ las d^do parte al oncial? Haito sab^H que yo no tolero q'ie mi j,ente coTiíta n ngun evte-so en los pueblos ni se apodere cont,a la voi> itdJ de sus due lOo ni siqu era de un alhiei.

La inujei calló y se q .edi ,TI <3 ido al sue­lo, como bi tu\ c a niie lo de hablar

—"/a^ios, no aie 1 apacientes ^'lasdado p?it2 al Oi.cian-ns si'o el F^y^.

Ü'io tío los o iCitt 3b presen e^ se adelaittó dob pa 03. Su "oriO o-ainano / s i bi ton.ie ai^o mas deac^i lido que el de h aiiyorii ae j.'s co ap?"eios, da jm a ente d»,r i ae ro eia oiic al de cairoia, s lo uno de a' /ieHos voiUitai o'j salí ioo de la clase po^i lar, que ai cu..on d moy •! cdío.

— "líCo'-edel—Gi^o,—el so'c^lJ q^e ha lobado la gnijina es'de aii C3 npad'a.

—¿Y cj no no oe le ha devuelto ¿ esta pobie niu^er lo q e ess'tyo?

—Lsqíe .—coiite^-ió el oficial con una sonusí q ¡e qao ,a ser nnacnsa—ya no podía 801.. pjique la jaihm . vanos, la ga.lida

—Coiip endo—repuse landole bídscaft^ents*

el p^itiJariOs £>ía-

—( C lé es CíO de robor con bu^n i laten-ciód'' Lxp'iJbe^e ¡uted—eícianio el Ra}0 c .n dcento imperioso.

—.-'ues Si, n¡¡ Coronel—piosiguió el oíi-c ai cada ve^ mis confuso—co'iio esta tie-i i aes taa pobie, y usted se ve obii¿aaja comer el rauvuo de la tropa, el chico crey3 aaccíle a uoted un obsequie... La galhna esta en poder del aaiotcnte de UoceJ.

Al o'r tan desuicnada respues'a, una nube de colera pa o porel rostió del Co!"onpl,y sin poicrse coniener se aaelanío en actitud de aai un pdbtapié al ot cial. Hi¿ose este atrás, con vive_a para cvitai la afienía y el oonro-]o, y silio innediitanente después de ia habitac"on, con la cabe/ a baja, entre despe­chad 3 y corrido.

El Rayo se quedó inmóvil al veslo alejar­se, y en su semblan'e se redejó el arrepenti-mí'^it)y la veijuen/a de habeise dejado

i a 'ajfiar poi la ha. De pues de pasarse la I mano poi la fíente, como para diociplinar I sus sensaciones, exclamó con vehemencia:

—Que venga ininediataraente e^e oíiciaf rio tai Jó este en entrai, con la actitud

uorct'icada que el caso requería. —Cjisoí ol i lal—dijO el guenillero con

tv i íode dí¿iidaüque eoaiBOvió á todos

los prcseníe§:—he cometido con usted unai ?i osería, y le pido perdón déla ite de todos sus comp-'íkro-.. • '

—¡Mi Coionel'—balbuceó el oficial, con­fuso y cíitc! nocido.

—Lo dicho. I !e sido un grosero y un arre-baiado. Mo es di¿no de Hiandaí hombres el que no sabe manJ irse á bi propio. ¿Me per­dona usted?

Soíooado por la emoción, el teme ite es­trecho entre las sü;>aola ¡Píanoste le ten­día s"i jefe.

-No se hable mas del asunto—dijo este. AI30 falta, sin emb ir¿o. MaaJe Ub ed dar veinte palos, al f'eite ae la compalia, ai ootdado qu2 rooo h gal'na, paia que no vuelva á can en ia tei dCion de laco' rega­los á su Corjne!.

Én este mome ito s i ops tropezaron con el pn i jnero, y se quedo coníe Ú^,Á ¡üole si-lepciojo.

Uno de los oficid e , el mi^mo que mr •-daba el ¡eaucido desfaja nebto que hab'a fspturado a Luib, so ucerco y le dip al ju­nas palabras en voz ba^a. ,

—^ Se han seguido mis laaruccoiies'?— preguntó el Ra>o. 1

—A! pie de ia letra—con'es^ó-"! oficia!, —Joven -düo e! Corops!, üiu.ioadose al

piibionero y exami.iind ile con ane que que­rva ser fno y dioimiiiaba nni la copipasión— ¿uae usted su pai^aporte mi'itai? j

—Aquí está—contestó Alvafado, sacán­dole d" su cartera y entregándosete.

—¿Tiene usted alguna queja de PUS sol­dados? ¿Se le ha tratado A usted con las consideraciones que se deben á un prisio­nero de gueira?

—Se me han guaidado toda clase ée mi­ramientos—di^o Luis.—De lo que me quCjO y me admiro, es d& que un si nple alférez del ejército de la Reina, que todavía no ha desnudado la espada para defender ia causa que acaba de abrazar, sea detenido con el .exees© de precauciones que usted sabe, se te considere c©rao pfisiofljr<y de gueua sm

haber llevado á cabo acto do hostilidad de ninguna clase.

—Usted es un título de Castilla que ha abrazado voluntariamente la causa liberal para hacer armas contra su legitimo Rey— a.jo el guen silero, cuyo rostro se iba inda-mando a medida que hablaba.—Disculpa y compasvón mciecen los infelices soldados Á quienes obliga el gobierno usurpador á co n-batunos^ pero ¿que disculpa encontrar a ios que, haciendo tiaic.ón á los deberes de su nacimiento se alistan de propia voluntad bajo la bandera que se ha levantado, no solo coiitia la Religión y la Monaiquia, sino tam­bién contra ejloo mismos"? Lstoj no merecen codipioión, poique son ios mas culpables de iodos.

—Wo ps justo ni generoso—exclamó Luis, cuya natu.dl aitivci: despertó el tono agresi­vo y vehenente del Coionel -que usteJ quicra sostener una discusión política con un pusionero que tiene á su mciced Yo no vengo aquí Á discutir, smo á sufrir la ley del v£iv ido Apliqucla usted al menos, sin oien-dei nc.

—señor oficial -contestó il Rayo, morü-licado poí las palabras del pJsiunero. -No sabe Uotcd lo que se dice. Proi.ío ha de ver que su misma prisión obedece a un peii"a-miento humamíano Va que la cantidad no hace me'b en lOb í^eoeraic^ y en el goLiemo d'» Cristina paia q le so respete ia'vida de los pribionoroo, veie nos a ver si ICJ mne/e á mejurea s^níiibientos la calidad. C J Í O digo, u^ted es íitalo de Castilla, aunque ig­noro toJavia su nombre..

—No üene uufed necesidad de muar mi pasaporte—dijo el prisionero, al ver que ei Rayo se disponía á e/aminar aquel docu­mento —Me iiamo Luis TeLez de Alvarado, Conde del Bu.to.

El efecto que causó este nombre en el Rayo fue de tal naturaleza, que Luis cieyó verle vacilar sobré sus p"es. Los oficiales y soldados que píescnciaban esta escena, máír atentos á mirar al orisionero aue á su ¡efe,

no advirt.eion nada, pero Alvaí ido notó ia pa'idez de su ros.'o y ia ejpie b> oe cn-guoí.a y de Copanto con que c!a < j en el los OJOS, no nienos que ei temb'wr q ¡o ai, tabd, ei pe peí qae tema abierto en las i )_IK>

Pdia ocu'iar, s n duda, sa i dbucion v darse tiempo a volver sobie si a^uel • i -'guiar peibonaje abuo el pasa.j^! o a la c -tura dp su rostió, fm:? endo que n k n A pesar de la fogos dcJ de su ícb.b adíe i o, debía habci adqu.ndo en las v.^^rifucs ce su v'da íeirpesíuosa el habuo oe UOÍT ¡.d se, porque, p.isadob breves ui-.ij. íes, dt ' de hacer que leí 1 mootrando a Li> ^ su sci i blaníe ca'"! erero

- Deploio iCiiur Conde—di o r gciamenté tembloiOba—q le la M . df iido y c. cun>tabc as ajouas do ei ua"ioc& hayan coijcaao c ti'1.1 n tan piai o AO aobo oc 1 deber Pi' rLiliga a ei.viar á u3t"o Clon ael gei cal ¿ ibiciacarrcqi j para usrad cup. ion oe vida o m dci. aa Rodb remeció a la p¡o, Ccinjc de OH-iouoios que se le vá ; vamcpie Sn cmoa gu, lo pa^ud ^ rb a d ai oii iCjai a u ^eJ que 1:0 ( pcivi^i! 1 Poio c¡ nombie do su f:, yoo an^cifcí'ed'e^ conozco, me a bospecliar que qibza usiea no L i <ha rcit-a 1 g^Dicn) uirrujo a , Piodio segaio (/ ho sena el eie i mer casa) de l!eí,' r sm t oiue puerto en la, b 1. üe! Cj.ic t o ' u

Qu/a ma cb^ceotiOilidac ca que co npic.ido oin apiobana, lo verse phsioneio, a oculin Co'a c i '!n3..n-cia pOi íeaiOi de que se atnbuys i ourer-chef'3 inventada por el deseo 00 C'ÍI.'PI la Vida bn ac+o que uJeá dcocab? n. l i /ai sin

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iib'e y sombia que ei ipcr.ase su cara^í-eopoptabco 'lable usted, j0\cr /o estoy dibpuccto a e .au mas los hechos ao soio sin prevención, smo coa k simoatia é que 1©

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