Dimision Del P Ceriani

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    19881988: : OOPERACINPERACIN--SUPERVIVENCIASUPERVIVENCIA DEDELALA TTRADICINRADICIN 2004-20092004-2009: I: INFRUCTUOSANFRUCTUOSAOPOSICINOPOSICINAALALA OOPERACINPERACIN--SUICIDIOSUICIDIO OOLASLASRAZONESRAZONESDEDELALADIMISINDIMISINDELDEL PPADREADRE JJUANUAN CCARLOSARLOS CCERIANIERIANI

    Estimado lector:

    Despus de agradecerle que haya comenzado a leer esta carta, quiero advertirle sobre elcontenido de la misma, para que no se desanime si la encuentra desmesuradamente larga (44

    pginas).

    En realidad, la carta en s consta de las primeras 10 pginas, suficientemente descomprimidascomo para facilitar la lectura.

    Desde la pgina 11 hasta el final encontrar diez Anexos, necesarios para probar lo que avanzoen el texto y no ser acusado de afirmar gratuitamente sin demostrar. Dichos Anexos pueden

    descartarse, pero constituyen, en muchos casos, un verdadero material de estudio y de reflexin.Usted puede leer, eventualmente, slo el Anexo XI, mi carta de dimisin, que resume misrazones. Yo dira que los puntos 7), 15), 16), 17) y 18) de esta carta contienen lo esencial del

    problema.

    Sin embargo, si para comprender el conjunto de mi resolucin, quiere acompaarmepacientemente en la lectura, comencemos:

    En Buenos Aires, Argentina, pertenec desde los ocho aos hasta mi ingreso al Seminario deParan, a lo que se puede llamar una Parroquia reaccionaria; en la cual fui formado por los

    libros y conferencias de los Padres Leonardo Castellani, Julio Meinvielle, David Nez, y de losProfesores Jordn Bruno Genta y Carlos Sacheri, entre otros.

    Agradezco a la divina Providencia de que en 1965, cuando tena solamente once aos, hayahecho llegar a mi Parroquia al Padre Carlos Morani, quien hasta su prematura muerte, en juniode 1970, fue el gua y el sostn del Centro de Estudios de Ortodoxia Catlica, fuente de miformacin intelectual.

    En 1976, luego de un ao de intensa lucha contra un nuevo Prroco, nombrado en 1975 paradestruir material y espiritualmente nuestra Parroquia, lleg el momento de ingresar al Seminario.Tena bien claro y definido que no poda ni deba hacerlo en el Arquidiocesano de Buenos Aires.

    Como tantos otros jvenes en los aos setenta, me orient hacia el de la dicesis de Paran,donde tuve la ocasin de conocer por los diarios la suspensin a divinis de Monseor MarcelLefebvre, sus motivos y sus consecuencias, as como las convicciones y la enseanza del ilustre

    prelado. Hasta ese momento no se haba planteado en m la cuestin del Novus Ordo Miss.

    Permanec tres aos en una atmsfera de ms en ms enrarecida, preguntndome siempre quMisa voy a rezar una vez ordenado?, qu hago con toda esta doctrina conciliar que se

    mezcla en la filosofa, la teologa, el catecismo, la piedad, la liturgia, el derecho cannico?

    Quienes me conocen, comprendern que todo eso fue materia de discusiones con ciertosprofesores y condiscpulos.

    Era claro que no poda continuar de ese modo. Enero y febrero de 1979 fueron para m meses dereflexin y de oracin para llegar a la resolucin de que deba abandonar la Iglesia Conciliar

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    para asociarme al combate de Monseor Lefebvreporla Iglesia Catlica y su Tradicin contra la Nueva Iglesia; que deba adherir a la Roma Eterna y rechazar la Roma neoprotestante yneomodernista. Al igual que tres aos antes, esta nueva decisin, me vali otra ruptura con elambiente eclesial y con mis amistades

    Durante mi Seminario y mis primeros cinco aos de sacerdocio en la Fraternidad Sacerdotal SanPo X, si bien se presentaron situaciones doctrinales complejas (el Indulto de octubre de 1984,por ejemplo), la presencia de Monseor Marcel Lefebvre, sus intervenciones, y luego la lejana yla falta de informacin desde mi puesto en Argentina, impidieron que las cosas llegaran ainquietarme demasiado.

    La primera alarma seria fue el ambiente inquietante en el cual tuvimos que vivir desdenoviembre de 1987 hasta mayo de 1988. Despus del anuncio en junio de 1987 de prximasconsagraciones episcopales, ahora no sabamos cmo iban a terminar las famosasconversaciones romanas.

    En junio de 1988, por intermedio deLOsservatore Romano, tuve conocimiento del Protocolo deacuerdo firmado el 5 de mayo. Mi primera reaccin fue decir: Roma miente! Y Dios me estestigo de que yo no hubiese seguido a Monseor, si l hubiese continuado con ese Protocolo,cuyo contenido completo es realmente el proporcionado por el diario del Vaticano y que, sinembargo, muchos de los sacerdotes de la Fraternidad y el conjunto de los fieles desconocen. Peroen junio, ya estaban decididas las consagraciones para el da 30, y consider que el tristedocumento estaba verdaderamente relegado al olvido. Para comprender de qu se trata, ver en elAnexo X: carta del padre Ceriani a Monseor Fellay del 29 de mayo 2009.

    Lamento mucho no haber solicitado en aquel entonces a Monseor Lefebvre una clara y tajanteretractacin de la firma de ese documento que, incluso hoy en da, es tema de discusin en laFraternidad y un arma peligrosa en las manos de laRoma conciliar.

    Durante 12 aos, ms o menos, gracias a la posicin obtenida por las consagraciones episcopalesde 1988, vivimos tranquilamente el desarrollo de todas las Instituciones de la Gran Obra de laTradicin Catlica, que no es un movimiento ms en la Iglesia Oficialcomo lo pretendeBenedicto XVI (y como parece haber sido aceptado por Monseor Fellay, puesto que leemos enla Carta a los Amigos y Benefactores N 74: Habamos pedido esto, desde el ao 2001, como

    signo de benevolencia de la parte del Vaticano hacia el movimiento tradicional () Se temeun acercamiento entre la cabeza de la Iglesia y nuestro movimiento).

    A partir del ao 2000 se entabla la cuestin de retomar contacto con la Roma ocupada por elmodernismo; y en 2001 aparecen los famosos pralables, prerrequisitos, condiciones previas.Dios y algunos miembros de la Fraternidad son testigos de que, desde el principio, la cosa me

    pareci muy equvoca; pero mis aprehensiones no pasaron de comentarios privados.

    Fue en julio de 2004 que decid intervenir ante mis Superiores. En efecto, como puedecomprobarse en miApelacin (ver Anexo I), cuando Monseor Bernard Fellay anunci en juniode 2004 que haba pedido a Roma oficialmente el retiro del Decreto de Declaracin de lasexcomuniones envi la misma carta a siete de mis Superiores (los cuatro Obispos, el PrimerAsistente, el Ecnomo General y el Secretario General) para sealarles que ese pedido implicabala aceptacin de las excomuniones y de que, tarde o temprano, bamos a terminar por aceptar lo

    inaceptable: el levantamiento de las mismas.

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    Monseor Fellay y Monseor Tissier de Mallarais se contentaron con responder que slo setrataba de una imprecisin de lenguaje.

    Tres cartas importantes a dichos Obispos, incluyendo un trabajo cannico sobre la cuestin (verresumen en el Anexo II), ni siquiera merecieron respuesta. Cmo entender que se quiera

    disputar doctrinalmente con laRoma Conciliary no se otorgue una respuesta a un miembro de laFraternidad?

    Sobre el otro prerrequisito, el pedido de la liberacin de la Misa de siempre, la posibilidadde celebrar la misa tridentina, no intervine hasta la publicacin del Motu proprio del 7 de juliode 2007.Por qu? Porque el argumento de autoridadbasado en Monseor Lefebvre era demasiado fuertecomo para intentar, por un argumento de razn, oponerme al pedido de una igualdad litrgicadel rito catlico con el rito bastardo. Monseor Lefebvre, en efecto, en diversas oportunidadeshaba hecho el mismo pedido, pensando que esta situacin sera slo temporaria y que la Misa desiempre rpidamente desplazara el rito montiniano.

    Sealo, sin embargo, que no hice cantar el Te Deum a mis feligreses guadalupanos y queprediqu en dos oportunidades, en Guadalupe y en Martinica, para explicar la nocividad de estedocumento.

    No obstante haber realizado varios trabajos desde la publicacin del Motu proprio parademostrar su nocividad y su oposicin a la obra de la restauracin de la Santa Misa, no pude

    publicar sino uno solo, y esto despus de haber superado numerosas dificultades para vencer lasreticencias de mi Superior de Distrito. La conclusin de ese artculo dice:

    a) Debido a su causa material este Motu proprio manifiesta que la Roma de tendencianeomodernista y neoprotestante contina alejndose de la teologa catlica de la SantaMisa, tal como se formul en la XXa sesin del Concilio de Trento.b) Debido a su intencin, este Motu proprio es simple como la paloma y prudente comola serpiente; pero, es necesario decirlo, su benedicta simplicidad es una astucia ms de laserpiente, capaz de inducir al engao incluso a los mismos elegidos.Sin embargo, tnganlo por cierto, queridos fieles, su cabeza ser aplastada por laInmaculada

    No me tom la molestia de enviar los otros estudios porque saba que no seran aceptados, por noajustarse a la opinin del Superior General en lo que se refiere a la interpretacin de este

    documento (ver resmenes en el Anexo III).Pido perdn a la Iglesia, a la Obra de la Tradicin, a la Fraternidad y a todos los fieles por nohaber reaccionado antes. Perdn por mi mal ejemplo!

    El 30 de diciembre de 2008 habl personalmente con mi Superior de Distrito respecto delsegundo prerrequisito (el retiro del decreto de declaracin de las excomuniones) y sobre uneditorial que l pensaba publicar el 1 de enero. Le entregu en propias manos el trabajo delAnexo II.

    Una vez publicado su editorial De un prerrequisito al otro, le envi una carta el 6 de enero de

    2009 y nuevamente el 20 de enero, sin obtener respuesta. (Ver lo correspondiente a este tema enel Anexo IV).

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    Publicado el Decreto del 21 de enero, contrariamente a lo sucedido en casi todos los Prioratos, ennuestras capillas de las Antillas no se ley la carta del Superior General a los fieles, puescontena imprecisiones, contradicciones y una grave ambigedad respecto a la aceptacin delConcilio Vaticano II (esto fue reconocido y el texto se modific, pero no el resto). Tampococantamos el Magnificat. El levantamiento de las excomuniones no nos inspiraba festejar

    Por intermedio de mi Prior, que asisti el lunes 26 de enero a una reunin de Priores convocadapor Monseor Fellay en Pars, recurr de viva voz a mis Superiores y ped la revisin de laaceptacin del Decreto del Vaticano en el plazo de una semana, sin que esto constituyese unultimtum.

    En dicha reunin, Monseor Fellay dijo que en su carta del 15 de diciembre de 2008 l no habapedido el levantamiento de las excomuniones, sino el retiro del decreto de declaracin de lasexcomuniones,pero que no pedira a Roma una retractacin.

    Tuve una larga conversacin telefnica con mi Superior de Distrito el jueves 29 de enero,

    durante la cual le dije, entre otras cosas, que, si es cierto que el Decreto del Vaticano es falso, hayque denunciarlo como tal y rechazarlo.Me pidi un mes para ver cmo evolucionaban las cosas; y me dijo que l iba a hacer lo posible

    para cambiar la situacin.

    Teniendo en cuenta la urgencia y la gravedad de tal contexto, le respond que un mes me parecademasiado tiempo y que, por lo tanto, mantena el plazo de una semana.

    Pero como me dijo que iba a hacer lo posible para cambiar la situacin, pens que habacomprendido el problema; y entonces le ped que suprimiera del sitio oficial del Distrito deFrancia,La Porte Latine, tres informaciones que no correspondan a la realidad:

    a)El legajo completo del retiro del decreto de las excomuniones de 1988. Dando aentender a los lectores que Roma concedi el retiro del decreto de las excomuniones yno el levantamiento de las excomuniones.

    b) Dos videos en los que se habla de la rehabilitacin de Monseor Lefebvre. Con locual los lectores interpretan que Roma ha reivindicado y desagraviado la persona deMonseor Lefebvre.

    c) En uno de esos videos aparece una frase pretendidamente extrada del Decreto y que le

    hace decir:Declaro privado de efectos jurdicos la censura de excomunin lat sententi.

    En realidad el texto original dice: Remito () la censura de excomunin latsententi() y declaro privado de efectos jurdicos a partir del dade hoy el Decreto entonces publicado.La diferencia es grande. Qu se pretende hacernos creer? Pensando tranquilizarme, el Superiordel Distrito me dijo que el texto del video haba sido preparado antes de conocer el texto delDecreto Hubo, pues, diversos textos? Hubo intercambio de ellos entre Roma y laFraternidad? Se lleg a un consenso? Porque las palabras son casi idnticas, pero no su

    disposicin en el texto

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    El sbado 31 de enero, desgraciadamente, nada haba cambiado en La Porte Latine, sino que, alcontrario, fueron publicadas dos entrevistas a Monseor Fellay que contribuyen a aumentar laconfusin.

    En la del semanario Monde et Vie, Olivier Figueras pregunta Esperaba usted, Monseor, estelevantamiento de la excomunin? Y Monseor Fellay responde Lo esperaba desde 2005,despus de la primera carta de pedido del levantamiento de la excomunin que haba dirigido

    a pedido mismo de Roma. Porque era claro que Roma no peda esta carta para rechazar

    levantar la excomunin.

    Comenc entonces por enviar mi Apelacin a los cuatro Obispos y a los Superiores Mayores dela Fraternidad con la esperanza de que, como les suplico al final del texto, reconsiderarandelante de Dios la situacin actual y de que, a ejemplo de Monseor Lefebvre en momentos delProtocolo, volveran sobre sus pasos. Tena la intencin de extender el envo a sacerdotes yfeligreses.

    En eso estaba cuando llegaron, con una hora de intervalo, dos mensajes:un llamado del Secretario General diciendo que detuviese el envo porque en una hora saldraun Comunicado oficial de Monseor Fellay aclarando las cosas.

    un mensaje electrnico del Superior del Distrito diciendo que en la semana siguiente saldradicho Comunicado, pero que la Casa General no haba aceptado que se corrigiesen lasinexactitudes que figuraban enLa Porte Latine. Es el da de hoy que all figuran an!

    Sin haber recibido ningn Comunicado oficial, complet el envo a los Superiores Mayores y nosegu adelante, renunciando a extender el envo a ciertos sacerdotes y feligreses como haba

    pensado hacer.

    El lunes 2 de febrero recib el Comunicado oficial, confidencial, reservado solamente a lossacerdotes, en el cual se confirma la decisin de aceptartal cual y sin censurarlo el Decreto delVaticano.

    Para explicar porqu no se exiga a Roma una retractacin, Monseor Fellay se pregunta si,dadas las circunstancias y la situacin de la Iglesia, podamos esperar mucho ms; y luego diceque Roma no se retracta nunca, que sera ilusorio e incluso peligroso pedirlo, y que nosotrosdebemos salvar el principio de autoridad.

    Me pregunto, qu ha cambiado de la situacin de la Iglesia entre el 15 de diciembre de 2008 yel 21 de enero de 2009? Adems, Roma no se retracta nunca?Es errneo! Tanto a MonseorFellay como a Monseor Tissier de Mallerais les hice llegar unas referencias histricas sobre este

    punto (verAnexo V).

    No poda avalar con mi silencio esta situacin, que se tornaba de ms en ms ambigua: eraobligacin ma hacer pblica miApelacin. Lo hice el martes 3 de febrero.

    Si miramos hacia atrs, nos damos cuenta que desde hace veinte aos, en efecto, la Fraternidadha pasado por varias etapas bien diferentes, sin que nada justifique, aparentemente, este

    deslizamiento progresivo:

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    Satisfaccin y gozo por el hecho de ser declarada excomulgada por ese sistema que secalifica a s mismo de Iglesia Conciliar, iglesia falsificada, evolutiva, pentecostal y sincretista,que se auto-excomulga por el mismo hecho (ver Carta Abierta de los Superiores en julio de 1988;Anexo I). Declarar y tratar de demostrar que la excomunin no es vlida, sin insistir en que laexcomulgada es la Roma modernista.En septiembre-noviembre de 2005, satisfaccin, gozo y utilizacin de las declaraciones delCardenal Castrilln Hoyos: Ellos estn al interior de la Iglesia. Existe solamente este hecho deque falta una plena, una ms perfecta como esto ha sido dicho durante el encuentro conMonseor Fellay una ms plena comunin, porque la comunin existe.

    Reiteradas manifestaciones para sealar que el hecho de la declaracin de la excomunin porparte de Roma constituye un obstculo para el apostolado, y que, por lo tanto, hay que pedir elretiro de dicha declaracin. En fin, aceptacin, satisfaccin, gozo y agradecimiento del decreto que levanta laexcomunin y remite la censura.

    El lunes 9 de febrero fui invitado por el Superior de Distrito a participar en una reunin desacerdotes en el Seminario de Flavigny, Francia, para exponer mi posicin y para aprovechar laocasin para entrevistarme en privado con Monseor Fellay y con l mismo.

    Las cosas cambiaron durante la semana y el lunes 16 me encontr con una situacin muydistinta. Como era previsible, me impusieron silencio y recib la Primera Admonicin Cannicaen vas de expulsin, si persista en apelar pblicamente.

    Por lo tanto, cuando el contexto respecto de Roma es de ms en ms ambiguo, suplicar pblicamente a los cuatro Obispos de la Fraternidad que reconsideren delante de Dios la

    situacin actual y que, a ejemplo de Monseor Lefebvre, vuelvan sobre sus pasos, pedirles queconfirmen nuevamente a sacerdotes y a feligreses en el buen combate por la Roma Eternacontra laIglesia conciliar, todo esto es considerado como un delito por las actuales autoridadesde la Fraternidad Sacerdotal San Po X!

    A laAdmonicin Cannica respond, por carta del 24 de febrero, diciendo:

    Afirmo que intervine pblicamente porque la confusin de los trminos que existe y la situacinde humillacin de la operacin supervivencia de la Obra de la Tradicin, que compromete sumisma existencia, me pusieron frente a un verdadero estado de necesidad.Doy testimonio de que actu de buena fe, con buena voluntad y con rectitud de

    conciencia, sabiendo que desde 2004 haba intentado, por la va privada, evitar de llegar a lasituacin actual, pero sin resultados.

    El martes 17 de febrero haba entregado en mano a Monseor Fellay y al Superior de Distrito untrabajo en que desarrollo 4 puntos:1) los dos preliminares no han cumplido su objetivo y se han mostrado ineficaces.2) no se obtuvo lo que se pidi en ninguno de los dos casos.3) en ambos casos se ha dicho que se obtuvo una cosa muy distinta de la realidad.4) los dos actos legislativos de Roma han humillado la Santa Misa y la Operacin Supervivenciade la Obra de la Tradicin. (VerAnexo VI).

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    Llamo la atencin del lector sobre el hecho que la reunin de estos cuatro puntos constituye unautilizacin indebida de la Mediacin de la Santsima Virgen Mara y un ultraje a la Madre deDios.

    Adems, arrojarse voluntariamente en esta operacin suicida implica tentar a Dios, que ya

    salv la Obra de Tradicin en 1988 T no tentars al Seor, tu Dios

    Tambin formul en mi carta del 24 de febrero el pedido de que en la Carta a los Amigos yBienhechores n 74 fuese por fin aclarada la situacin, tanto respecto de los fieles como respectode la Roma anticristo y modernista:

    1) por lo que se refiere a nuestros fieles:

    Que la Fraternidad reconozca las ambigedades publicadas y las clarifique.

    2) Por lo que se refiere a la Roma anticristo y modernista:

    A) Permanecer en la posicin actual, sin buscar nuevos contactos.B) Si la Roma anticristo y modernista intenta tener nuevos contactos, especialmente debatesteolgicos, exigir como preliminares a todo debate, y no como materia de debate:a)La supresin de la distincin entre forma ordinaria y forma extraordinaria de un mismorito.b)La rehabilitacin sin ambigedades ni condiciones de Monseor Lefebvre y de Monseor deCastro Mayer.c) La declaracin formal y pblica de que la FSSPX no pidi el levantamiento de lasexcomuniones, como dice el Decreto del 21 de enero de 2009.

    Entretanto, aquellas conferencias de Monseor Fellay en febrero reservaban dos sorpresas.

    El primer sobresalto se produjo cuando Monseor Fellay expres con toda simplicidad: Estoycansado de discutir sobre las palabras.

    Algunos das ms tarde, en la ya citada carta del 24 de febrero, destaco la molestia del SuperiorGeneral y expreso:

    Compruebo que la confusin no ha sido creada ni por Roma, ni por los sacerdotes de laFraternidad, ni por los fieles, sino por el Superior General y los Superiores de Distritos.

    En efecto, Roma siempre ha utilizado el mismo lenguaje, errneo, pero claro y preciso.La Fraternidad, al contrario, a lo largo de los ltimos ocho aos, ha cado en la equivocidad enlos trminos, la cual ha engendrado confusin en los espritus de los sacerdotes y de los fieles.La consecuencia de esta equivocidad en los trminos y de esta confusin en los espritus es laambigedad y la imprecisin en los comunicados oficiales y en los artculos aparecidos en la

    prensa. (VerAnexo VII).

    El segundo desconcierto fue provocado cuando Monseor Fellay manifest que Algunos, parafacilitar las cosas, hacen una identificacin entre la Iglesia Oficial y la Iglesia Modernista.

    Pero es un error, porque hablamos de una realidad concreta.

    Cuando llegaron las preguntas, simplemente hice referencia a una conferencia y a una entrevistade Monseor Lefebvre, leyendo algunos pasajes.

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    Adems, en la carta del 24 de febrero, pregunto si esta realidad concretaes la iglesia visiblede Dom Grard. Y digo que no quisiera que comience una nueva confusin sobre las palabrasque conduzca al Superior General al cansancio por una nueva discusin; porque, en efecto:Roma ha siempre utilizado un lenguaje claro y preciso. Monseor Marcel Lefebvre y las

    autoridades de la Fraternidad, tambin. Hoy, por el contrario, el Superior General expresa unaidea inslita y desconcertante, desconocida en el lenguaje de nuestro Fundador; l debe utilizarfrmulas claras y precisas para evitar una nueva confusin, esta vez respecto a la identificacinentre la iglesia oficial y la iglesia modernista o iglesia conciliar; l no puede cambiar lanaturaleza de nuestro combate; si no quiere cumplir esta misin, l debe renunciar. (VerAnexoVIII).

    Como no obtuve ni siquiera acuso de recibo de esta carta, envi otra el 10 de marzo. El 9 demarzo, el Superior de Distrito me escribe diciendo responder a mis cartas del 24 de febrero y del10 de marzo (sic). En realidad, solamente contesta a mi descargo sobre la Admonicin Cannicacontenido en mi carta del 24 de febrero. En sustancia, me dice:

    La Fraternidad no ha abdicado su voluntad de combatir los grandes errores y herejastransmitidos por la Roma conciliar. En consecuencia, las aproximaciones o contradicciones queusted deplora permanecen accidentales. Ellas no justifican una reaccin pblica como la queusted ha realizado. Slo una verdadera capitulacin de la Fraternidad en el combate de la fehabra podido legitimar esta protesta pblica.

    El 17 de marzo respondo a esta carta planteando el problema en su realidad concreta: Es accidental que el rito romano de la Santa Misa (que nunca haba perdido su derecho)haya perdido, de jure, su condicin de nica forma ordinaria y oficial?Es accidental que la Roma anticristo y modernista, por medio del Motu proprio, lo hayahumillado, relegndolo al rango de forma extraordinaria y unindolo al rito bastardo, quesera la forma ordinaria del nico rito romano? No haber reaccionado ante semejante innovacin, no constituye ya una verdaderacapitulacin de la Fraternidad en el combate por la fe? La Roma anticristo y modernista, por el Decreto del 21 de enero de 2009, humill laoperacin supervivencia de las consagraciones episcopales, presentndola no slo como ilcita,sino tambin como digna de castigo y censurable. Es accidental no haber exigido que se lave elhonor de los obispos consagrados, de los dos obispos consagrantes, de la Fraternidad, de toda laObra de la Tradicin, y sobre todo el honor de la Iglesia?Es accidental no haber reaccionado ante semejante difamacin, que pone en entredicho lacontinuidad de nuestra misin?

    Si eso no constituye an una capitulacin probada de la Fraternidad en el combate por la fe, a esoconduce seguramente.Parece que el Superior General, para facilitar las cosas, no quiere hacer ms la identificacinentre la Iglesia oficial y la Iglesia modernista. Es esto accidental?No! No es accidental a nuestra lucha; se trata de una verdadera desnaturalizacin del combatede la Obra de la Tradicin por la Iglesia Catlica contra la Iglesia conciliar.

    El 21 de abril recibo un correo electrnico del Superior del Distrito, fechado el 18. All leo:El combate de la Fraternidad es guardar, transmitir, propagar y confesar la Fe. Combatir, enconsecuencia, todos los errores y los herejas profesados por la iglesia conciliar que la

    debilitan y la corrompen. Mantener su protesta contra estos errores y estas herejas, al mismotiempo que se le haran algunas concesiones, mientras no se desactivasen los principios de la

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    revolucin conciliar. Por fin, en las circunstancias actuales, y de acuerdo con la declaracin delCaptulo General de 2006 as como a la estrategia sin cesar repetida por nuestro SuperiorGeneral, de no aceptar celebrar acuerdos cannicos antes de haber obtenido la certeza moral queRoma haya renunciado a los principios mortferos del Concilio. He aqu lo que constituye la

    parte fundamental de nuestro combate. Ninguna de las cuestiones que usted plantea afecta a lo

    nico que es esencial.

    Confieso que semejantes afirmaciones me desorientaron an ms. Segn el Superior del Distrito:es accidental que el rito romano de la Santa Misa haya perdido su condicin de nica formaordinaria y oficial;es accidental que laRoma anticristo y modernista lo haya humillado, relegndolo al rango deforma extraordinaria y unindolo al rito bastardo; es accidental que no se lave el honor de los obispos consagrados, de los dos obisposconsagrantes, de la Fraternidad, de toda la Obra de la Tradicin, y sobre todo el honor de laIglesia;es accidental no hacer ms la identificacin entre la Iglesia oficial y la Iglesia modernista

    Mientras reflexiono sobre la respuesta, llega la Carta a los Amigos y Benefactores n 74, queconfirma las ambigedades y las contra-verdades ya denunciadas, al mismo tiempo que laintencin de disputar con laRoma anticristo y modernista sin exigirle aclaraciones ni desmentirsu falsedad. Toda esta estrategia, bien clara en s misma, se encubre debajo de la cortina dehumo de los 12.000.000 de Rosarios. Esta Carta motiv los comentarios del Anexo IX.

    ESENESEMOMENTOQUEDECIDOPARTIRDELA FRATERNIDAD

    En efecto, como dice el Padre Leonardo Castellani: Vivir "protestando" no es un idealreligioso. Se protesta una vez contra un abuso; y despus se comienza a vivircontra el abuso oafuera del abuso.

    Despus de intentar "vivir contra el abuso" durante estos ltimos meses, presentando mis"protestas" en forma privada, he llegado a una situacin tal que comprend:

    o que el abuso iba a expulsarme (ponerme afuera), si continuaba viviendo contra l, o que deba tomar la decisin de vivir afuera del abuso.

    Del mismo modo que luch en nuestra querida parroquia reaccionaria de la adolescencia; ascomo eleg el seminario al que deba ingresar afuera de Buenos Aires; as como un da decidabandonarlo; treinta aos ms tarde asumo la responsabilidad de partir de la FraternidadSacerdotal San Po X, para defender cabalmente mi fe y mi sacerdocio, atacados por la Romaanticristo y modernista, inspiradora y difusora de la hereja conciliar.

    Mi resolucin de partir ya contrada, el 29 de abril respondo brevemente la carta del Superior delDistrito: Ninguna de sus cartas me aporta una respuesta precisa a mis preguntas. Por lo tanto,

    puede estar tranquilo, puesto que no volver sobre estos temas; veo que es intil

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    Quedaba an una gran sorpresa. El 7 de mayo recibo una carta del Superior General, MonseorFellay, fechada el 11 de abril. Primer correo despus del 3 de junio de 2005! Es triste comprobarque no tiene otra finalidad que manifestar su enojo, desplegar amenazas y proferir insultos.La autoridad invocada, que no dejo de reconocer, le viene de Dios, ciertamente; pero no le hasido conferida para insultar a sus sbditos. Obrando de este modo, demuestra, una vez ms, que

    no tiene otro argumento que el voluntarismo: sic volo, sic iubeo, sit pro ratione voluntas.

    A esta altura de los acontecimientos, mi respuesta tiene simplemente por finalidad dar unaleccin al abuso de autoridad. Otras dos correspondencias vern la luz (Ver en Anexo X estascuatro cartas).

    Soy perfectamente consciente de la trascendencia de la responsabilidad que asumo y de que, deahora en ms, se me considerar como clericus vagus, sin reconocimiento alguno, ni de partede laIglesia oficial(hace 30 aos que he renunciado a l), ni de parte de la Obra de la Tradicinque adhiere al nominalismo y al voluntarismo de las actuales autoridades de la FraternidadSacerdotal San Po X, que les impiden continuar el combate por la Iglesia Catlica contra la

    Iglesia Oficial, conquistada por el Conciliarismo.

    Este motivo, sumado al ultraje a la Santsima Virgen y a la tentacin contra Dios, constituye larazn ltima de mi partida. VerAnexo XI, 7), 15), 16), 17) y 18).

    Si es necesario, repito una vez ms que contesto y tengo por nulos y sin valor, tanto de derechocomo de hecho:

    el Motu proprio Summorum pontificum, del 7 de julio de 2007, que pretende asimilar elSacrosanto Rito Romano de la Santa Misa al rito bastardo montiniano,

    las pretendidas excomuniones de 1988, el Decreto que procura declararlas y el Decretodel 21 de enero de 2009 que intenta levantarlas, dejando creer que eran vlidas.

    Dicha impugnacin y sus consecuencias las considero una distincin de honor y un signo deortodoxia delante de los fieles. Estos, en efecto, tienen absoluto derecho de saber que elsacerdote al cual se dirigen no est en comunin con una iglesia falsificada, evolutiva,

    pentecostal y sincretista.

    La Providencia divina ha querido que Monseor Lefebvre, 21 das antes de fallecer, escribieseestas palabras tan consoladoras como profticas, a ellas apelo:

    El restaurador de la cristiandad es el sacerdote por la ofrenda del verdadero sacrificio, por la

    distribucin de los verdaderos sacramentos, por la enseanza del verdadero catecismo, por supapel de Pastor vigilante para la salvacin de las almas.

    Es alrededor de estos verdaderos sacerdotes fieles que los cristianos deben agruparse y

    organizar toda la vida cristiana.

    Todo espritu de desconfianza hacia los sacerdotes que merecen la confianza disminuye la

    solidez y la firmeza de la resistencia contra los destructores de la Fe. (Prefacio al N 1 de laDocumentacin sobre la Revolucin en la Iglesia, Ecne, 4 de marzo de 1991).

    Padre Juan Carlos CerianiFort de France, 4 de agosto de 2009

    [email protected]

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    ANEXO I

    AAPELACINPELACINDELDEL PPADREADRE JJUANUAN CCARLOSARLOS CCERIANIERIANI

    Visto que el Decreto del 21 de enero de 2009, firmado por el Cardenal Giovanni Battista

    Re, Prefecto de la Congregacin para los Obispos, dice:

    Por medio de la carta del 15 de diciembre de 2008 enviada a Su Eminencia el Cardenal DaroCastrilln Hoyos, Presidente de la Pontificia Comisin Ecclesia Dei, Mons. Bernard Fellay, ensu nombre y en el de los otros Obispos consagrados el 30 de junio de 1988, volva a solicitar ellevantamiento de la excomunin latae sententiae formalmente declarada por Decreto delPrefecto de esta misma Sagrada Congregacin para los Obispos con fecha del 1 de julio de 1988() Conforme a las facultades que me han sido expresamente concedidas por el Santo Padre,Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay, BernardTissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunin latae

    sententiae declarada por esta Congregacin el 1 de julio de 1988 y declaro privado de efectos

    jurdicos a partir del da de hoy el Decreto entonces publicado.

    Visto que el Comunicado del Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Po Xdice:

    La excomunin de los obispos consagrados por su Excelencia Mons. Marcel Lefebvre el 30 dejunio de 1988, que haba sido declarada por la Congregacin para los Obispos por un decreto del1 de julio de 1988 y que nosotros siempre hemos rechazado, ha sido retirada por otro decreto dela misma Congregacin con fecha del 21 de enero de 2009, por mandato del papa BenedictoXVI.

    Visto que Monseor Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San PoX ha declarado:

    Despus de estos largos debates [de noviembre de 2005] el Cardenal [Daro Castrilln Hoyos]dijo: Compruebo que todo lo que exponen no les pone fuera de la Iglesia, por lo tanto estn enla Iglesia. Y sigui diciendo: Le pido que escriba al Papa para pedirle que retire lasexcomuniones. Desde entonces, permanecimos en este punto, ya que obviamente no vamos a

    pedir que se retire algo que no reconocemos. Siempre nos hemos negado a reconocer la validezde estas excomuniones, no podemos pues pedir que se retire algo que no existe. (Sermn en elseminario de Flavigny, 2 de febrero de 2006. Fuente, DICI N 130).

    Visto que, cuando expuse a mis Superiores mis observaciones respecto al vnculo existenteentre la Declaracin de una pena y la pena en si misma, y por lo tanto que pedirel retirodel Decreto de declaracin de la excomunin implica reconocer la validez de la censura,recib las siguientes respuestas:

    Usted confunde retirar un decreto de excomunin con levantar una excomunin () En tododocumento oficial o de importancia tengo mucho cuidado de no mencionar o decir levantar laexcomunin (Carta de Mons. Bernard Fellay al padre Ceriani, 3 de agosto de 2004).

    Usted puede comprobar que efectivamente el Padre Sommerville no ley como lo hacen los

    sacerdotes de la Fraternidad el retiro del decreto de excomunin, sino que habla delevantamiento de la excomunin. No est informado simplemente de nuestra distincin y de la

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    insistencia que debemos tener en hacerla. Es necesario simplemente tomarlo como una maneracorriente de hablar (Carta de Mons. Bernard Fellay al padre Ceriani, el 26 de febrero de 2005).

    Pienso y mantengo que se trata de una simple cuestin de imprecisin de lenguaje en el textoincriminado. Nada ms! No pienso que eso valga la pena para hacer un drama. (Carta de Mons.

    Bernard Fellay al padre Ceriani, el 3 de junio de 2005).

    Monseor Fellay pidi oficialmente el retiro del decreto de excomunin. No pidi ellevantamiento o el retiro de la excomunin en si misma, que no reconocemos; pide precisamenteel levantamiento del decreto, es bien diferente. Pero entiende usted la diferencia? Quierereflexionar sobre esto? (Carta de Mons. Tissier de Mallerais al padre Ceriani, el 31 de agostode 2004).

    No comparto sus inquietudes en lo referente a los debates con Roma. Le dije en la ltima cartaque es su carcter inquieto quien le juega malas pasadas, ya que objetivamente no hay materia

    para inquietud. En efecto, Monseor Fellay mantiene bien firmemente los dos preliminares que

    ha planteado al cardenal Castrilln Hoyos hace cuatro aos, a saber el reconocimiento delderecho imprescriptible de la misa tradicional y el levantamiento no de las censuras sino deldecreto de excomunin de los obispos. Le expliqu que no es la misma cosa. El protocolo de1988 prevea el levantamiento de las irregularidades y de la suspensin, Mons. Fellay pide ellevantamiento del decreto: no reconoce, pues, la validez de las censuras. (Carta de Mons. Tissierde Mallerais al padre Ceriani, el 18 de septiembre de 2004).

    Visto que el Padre de Cacqueray, Superior del Distrito de Francia, en su editorial de LaPorte Latine, del 1 de enero de 2009, De un Preliminar al Otro, expres:

    En cuanto a las consagraciones del 30 de junio de 1988, se encontraron, ipso facto, sancionadaspor la excomunin prevista en el nuevo Cdigo de derecho cannico. Ahora bien la Fraternidadse niega con todo a pedir un levantamiento de las sanciones. Pretende obtener el retiro deldecreto de las excomuniones; y no escapa a nadie que los trminos que emple para traducir su

    pedido han sido elegidos intencionalmente () Si se tratase realmente del retiro del decreto yno de un levantamiento de las excomuniones sera entonces el principio de la reparacin de lainjusticia inaudita conocida, y podramos alegrarnos () Si, en cambio, se tratase de un, las cosas seran de muy otra manera. No correspondera alevantamiento de las excomunionesnuestro segundo preliminar y no lavara de ninguna manera a nuestros obispos de los malos

    pleitos que se les hizo. Dejando creer que las penas pronunciadas no eran nulas y que incluso semerecan, no resultara, en cierto sentido al menos, un nuevo mal ms profundo? Roma

    entonces habra retirado, con una apariencia compasiva, sanciones que se encontraran, por elmismo acto, confirmadas como vlidas, e incluso impuestas legtimamente.

    Yo, padre Juan Carlos Ceriani, APELO al Fundador de la Fraternidad Sacerdotal San PoX, Monseor Marcel Lefebvre, y a las autoridades de dicha Fraternidad, quienes declararon en elmomento de las consagraciones episcopales:

    Estando ocupados por anticristos la Ctedra de Pedro y los puestos de autoridad de Roma,contina rpidamente la destruccin del Reino de Nuestro Seor al interior mismo de su CuerpoMstico en la tierra () Es lo que nos vali la persecucin de la Roma anticristo () Me veoobligado por la Providencia divina a transmitir la gracia del episcopado catlico que recib, para

    que la Iglesia y el sacerdocio catlico sigan subsistiendo para la gloria de Dios y la salvacin delas almas () Es por esto, convencido de cumplir la santa voluntad de Nuestro Seor, que les

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    pido por la presente carta acepten recibir la gracia del episcopado catlico (Carta demonseor Lefebvre a los futuros obispos. FideliterNumro hors srie, Juin 1988, page 61).

    Dado que despus del Concilio Vaticano II hasta hoy da, las autoridades de la Iglesia Romanaestn animadas de un espritu modernista, obrando contra la Santa Tradicin ()estimamos que

    todas las penas y censuras aplicadas por estas autoridades no tienen ningn peso (Mandato ledoen la ceremonia de consagracin episcopal. FideliterN 65. Septembre-Octobre 1988, page 11).

    Eminencia, reunidos en torno a su Superior general, los Superiores de los distritos, seminarios ycasas autnomas de la Fraternidad Sacerdotal San Po X, piensan conveniente expresarlerespetuosamente las reflexiones siguientes. Usted crey deber suyo, por su carta del 1 de julioltimo, hacer saber su excomunin latae sententiae a Su Excelencia Monseor Marcel Lefebvre,a Su Excelencia Monseor Antonio de Castro Mayer y a los cuatro obispos que ellos consagraronel 30 de junio ltimo en Ecne. Quiera usted mismo juzgar sobre el valor de tal declaracin queviene de una autoridad que, en su ejercicio, rompe con la de todos sus antecesores hasta el papa

    Po XII, en el culto, enseanzas y el Gobierno de la Iglesia.En cuanto a nosotros, estamos en plena comunin con todos los Papas y todos los Obispos quehan precedido el Concilio Vaticano II, celebrando exactamente la Misa que ellos codificaron ycelebraron, enseando al Catecismo que ellos compusieron, oponindonos contra los errores queellos condenaron muchas veces en sus encclicas y cartas pastorales. Quiera usted entonces

    juzgar de qu lado se encuentra la ruptura. Estamos extremadamente apenados por la ceguera deespritu y el endurecimiento de corazn de las autoridades romanas.En cambio, nosotros jams quisimos pertenecer a ese sistema que se califica a s mismo deIglesia Conciliar y se define por el Novus Ordo Miss, el ecumenismo indiferentista y lalaicizacin de toda la sociedad. S, nosotros no tenemos ninguna parte, nullam partem habemus,con el panten de las religiones de Ass; nuestra propia excomunin por un decreto de VuestraEminencia o de otro dicasterio no sera ms que la prueba irrefutable. No pedimos nada mejorque el ser declarados ex communione del espritu adltero que sopla en la Iglesia desde haceveinticinco aos; excluidos de la comunin impa con los infieles.Creemos en un solo Dios, Nuestro Seor Jesucristo, con el Padre y el Espritu Santo, y seremossiempre fieles a su nica Esposa, la Iglesia Una, Santa, Catlica, Apostlica y Romana. El serasociados pblicamente a la sancin que fulmina a los seis obispos catlicos, defensores de la feen su integridad y en su totalidad, sera para nosotros una distincin de honor y un signo deortodoxia delante de los fieles. Estos, en efecto, tienen absoluto derecho de saber que lossacerdotes a los cuales se dirigen no estn en comunin con una iglesia falsificada, evolutiva,

    pentecostal y sincretista (). (Carta abierta a su Eminencia el cardenal Gantin, Prefecto de la

    Congregacin de los Obispos. Ecne, 6 de julio de 1988. Fideliter N 64. Juillet-Aot 1988,pages 11-12).

    Siguen las firmas del Superior General, de todos los Superiores de Distritos, de Seminarios, deCasas Autnomas de la Fraternidad Sacerdotal San Po X: padres Schmidberger, Paul Aulagnier,Franz-Josep Maessen, Edward Black, Anthony Esposito, Franois Laisney, Jacques Emily, Jean-Michel Faure, Grard Hogan, Alain Lorans, Jean-Paul Andr, Paul Natterer, Andrs Morello,William Welsh, Michel Simoulin, Patrice Laroche, Philippe Franois, Roland de Mrode, GeorgPfluger, Guillaume Devillers, Philippe Pazat, Daniel Costura, Patrick Groche, Franck Peek. (Los

    padres cuyos nombres estn sealados por una barra no pertenecen ms a la Fraternidad).

    Dejo constancia de que hago mas todas las declaraciones de Monseor Lefebvre y de lasautoridades de la Fraternidad en el momento de las consagraciones episcopales, y que lassuscribo.

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    Invito a las autoridades de la Fraternidad actualmente en vigencia a que las hagan suyas y lassuscriban pblicamente.

    Contesto y tengo por nulos y sin valor, tanto de derecho como de hecho, las pretendidasexcomuniones, el decreto que procura declararlas y el decreto que intenta levantarlas, dejando

    creer que no eran nulas.

    Y suplico a los cuatro Obispos de la Fraternidad que reconsideren delante de Dios lasituacin actual y, a ejemplo de Monseor Lefebvre, vuelvan sobre sus pasos. En circunstanciastan ambiguas, los sacerdotes y los fieles necesitan ser confirmados en el buen combate por laRoma Eterna contra laIglesia conciliar.

    Nota: En la noche del 5 al 6 de mayo de 1988, Monseor Marcel Lefebvre volvi sobre suspasos y no sigui adelante con el Protocolo que haba firmado en la vspera: Si usted supierala noche que pas el da de mi firma sobre los famosos acuerdos! Oh! como me tardaba que

    llegase la maana para poder remitir la carta de revocacin que haba preparado durante lanoche.

    ANEXO II

    Se insiste en la distincin entre excomunin y decreto de declaracin de la excomunin.Parecera que no hay problema alguno si se pide el retiro del decreto de declaracin de lasexcomuniones, y no el levantamiento de las excomuniones.

    Ahora bien, cul es la nocin de la declaracin de la pena?

    El canon 2223, 4 dice: declarar una pena latae sententiae se deja generalmente a laprudencia del superior; pero una sentencia declaratoria se impone sea a pedido del interesado,

    sea si el bien comn lo exige.

    Naz explica que para producir todos sus efectos, las penas latae sententiae necesitan a menudo

    una sentencia declaratoria (Tratado, L. V, Ttulo IV, 958, 3).Adems, la declaracin obliga al culpable a observar siempre su pena, incluso en el fuero externo(canon 2332).

    La declaracin tiene dos formas: desentencia judicialo deprecepto particular, y la diferencia esmuy importante. En efecto, se hace tal declaracin en forma de sentencia judicial o, incluso,siel delito es absolutamente cierto, de precepto particular (Naz, L. V, Ttulo V, 969).Ahora bien, en nuestro caso, la declaracin se hizo en forma de precepto particular, y no enforma de sentencia judicial. Por lo tanto, si aceptamos la Declaracin, reconocemos que eldelito es absolutamente cierto!

    En su Diccionario, Naz precisa: el juicio declaratorio tiene simplemente por objeto poner enconocimiento del interesado o de terceros una consecuencia que resulta automticamente de la

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    autoridad de la ley. Por ello una sentencia declaratoria, sententia declaratoria, debe a veces

    dictarse en el caso de una pena latae sententiae. Se incurre en la pena en cuanto se comete lainfraccin de la ley. La sentencia del juez no tiene por objeto infligirla al culpable. Su objetivo

    es solamente establecer con certeza que el delito castigado se cometi , y de poner en

    conocimiento de terceros que se incurri en tal penalizacin () El juicio declaratorio tiene

    finalmente por resultado obligar al culpable a someterse a la pena () La va del precepto seimpone cuando, el delito siendo cierto , no hay razones para establecer la materialidad por

    prueba judicial (Naz, Diccionario de Derecho Cannico: DECLARACIN, pgina 1059).

    En consecuencia, aceptar la validez del decreto de excomunin equivale a aceptar haberviolado la ley e, incluso, haber incurrido en la pena de la excomunin, que el decretosimplemente declara.

    Considero que queda bien claro que no se puede acepar la validez del decreto de declaracin dela excomunin.

    La distincin que se quiere establecer entre la pena de excomunin (nula) y el decreto deexcomunin o declaracin de la misma (vlido y a retirar) no tiene fundamento en el DerechoCannico, no agrega nada, salvo mayor confusin.

    Por lo tanto, lo que corresponde es exigir a la Roma neoprotestante y neomodernista quereconozca que los dos Obispos consagrantes y los cuatro Obispos consagrados:

    no incurrieron en ningn delito; no incurrieron en ninguna pena; y, por lo mismo, que se reconozca y declare la nulidad de la excomunin y la inconsistencia

    de la pretendida declaracin de la misma.Pero, precisamente, el problema est en que no se quiere exigir a Roma, y en que ya no setrata ms de la Roma neoprotestante y neomodernista Y todo esto porque se quieredialogar con Roma

    ANEXO III

    A) El Artculo 1 del Motu proprio y sus consecuencias

    El Rito Romano de la Santa Misanunca haba perdido su derecho, a pesar de la promulgacindel Novus Ordo en 1969. Pero, con el Motu Proprio del 7 de julio de 2007 perdi, de jure, sucondicin de nica forma ordinaria y oficial.

    La Roma anticristo y modernista, por medio del Motu proprio, humill el Rito Romano de laSanta Misa, relegndolo a la condicin de forma extraordinaria y unindolo al ritobastardo, que sera la forma ordinaria del nico rito romano.

    La Fraternidad ha declarado:

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    La Misa Tradicional no se abrog nunca como forma extraordinaria.La Misa Tradicional se abrog como forma ordinaria.Est permitido celebrar la Misa Tradicional como forma extraordinaria.Est prohibido celebrar la Misa Tradicional como forma ordinaria.

    Aqu declaro que fue solamente con el tiempo que pude comprobar que los Superiores de laFraternidad conocan desde octubre de 2006 esta distincin impa entre forma ordinaria yformaextraordinaria de un mismo rito, es decir, por lo menos 9 meses antes de la publicacin delMotu proprio!...

    Y, sin embargo, hicieron rezar a los feligreses pidiendo la liberacin de la Misa

    Es el da de hoy que no existe ningn documento oficial de la Fraternidad que condene esteconcubinato litrgico

    B) Ahora bien, segn el Derecho, la Misa Tradicional es la Misa oficialy ordinaria del RitoLatino Romano de la Iglesia?:

    a) Hasta 1969 = S.

    Por la Bula Quo primum tempore la Misa tradicional es la nica Misa oficialy ordinaria del RitoLatino Romano de la Iglesia.

    b) Desde 1969 hasta el 7 de julio de 2007:

    1) En la realidad y la verdad del Derecho = S.

    Legal y legtimamente, la Misa Tradicional siempre ha seguido siendo obligatoria (y enconsecuencia autorizada) como la nica Misa oficial y ordinaria del Rito Latino Romano de laIglesia, puesto que no se derog nunca la Bula Quo primun tempore que la haca obligatoria y laautorizaba a perpetuidad.

    El Misal de Pablo VI, que se podra pensar que integra o suprime todo lo que le precedi, dejaplanear incertidumbres sobre lo que se prescribe, se autoriza o se prohbe en referencia tanto a laantigua como a la nueva Misa.

    Adems, no se abroga el privilegio perpetuo concedido por San Po V para decir la Misa segnel rito promulgado por l.

    2) Segn los indultos de 1984 y 1988 = Las medidas tomadas en 1984 y 1988contribuyen, de hecho, no al mantenimiento de esta Misa, sino a su ahogo por asfixia debido alas condiciones que exigen.

    3) Segn el Motu Proprio y la Carta a los Obispos de julio de 2007 = No.

    El Misal romano promulgado por Pablo VI es la expresin ordinaria de lex orandi de la

    Iglesia Catlica de rito latino, y el Misal romano promulgado por S. Po V y reeditado por el B.

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    Juan XXIII debe ser considerado como la expresin extraordinaria de la misma lex orandi dela Iglesia y debe ser honrado debido a su uso digno y antiguo.

    Es necesario decir ante todo que el Misal publicado por Pablo VI y reeditado a continuacin endos ocasiones por Juan-Pablo II, es y permanece obviamente la Forma normal - la Forma

    ordinaria - de la liturgia Eucarstica.

    Obviamente, para vivir la plena comunin, los sacerdotes de las comunidades que adhieren aluso antiguo no pueden tampoco, por principio, excluir la celebracin segn los nuevos libros. Laexclusin total del nuevo rito no sera coherente con el reconocimiento de su valor y susantidad.

    Por lo tanto, el estado de Derecho de la Misa Tradicional, como Misa oficial y ordinaria delRito Latino Romano de la Iglesia, es el siguiente:

    1) Hasta 1969, por la Bula Quo primum tempore, la Misa tradicional era la nica Misaoficialy ordinaria del Rito Latino Romano de la Iglesia.

    2) Desde 1969 hasta el 7 de julio de 2007, en la realidad y en la verdad del Derecho, laMisa tradicional era la nica Misa oficial y ordinaria del Rito Latino Romano de laIglesia.

    3) Segn el Motu Proprio y la Carta a los Obispos de julio de 2007, la Misa tradicional yano es la Misa oficial y ordinaria del Rito Latino Romano de la Iglesia. Es la formaextraordinaria

    He aqu la triste realidad ante la cual los Superiores de la Fraternidad adoptan simultneamentecuatro actitudes:

    Intentan ocultarla. No la denuncian ni la condenan. Persiguen las inteligencias que la ven y la denuncian. Rechazando reconocer que se trata de una monstruosidad, atribuyen el mrito a la

    interseccin de la Santsima Madre de Dios

    ANEXO IV

    CCONONRESPECTORESPECTOALALSEGUNDOSEGUNDOPRELIMINARPRELIMINAR(carta al Padre de Cacqueray)

    Usted escribe: La Fraternidad se niega con todo a pedir un levantamiento de las sanciones.

    Pretende obtener el retiro del decreto de las excomuniones; y no escapa a nadie que lostrminos que emple para traducir su pedido han sido elegidos intencionalmente. Ella quiere que

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    sea bien manifestada su conviccin de la nulidad de las sanciones y, si Roma se decide a obrar,que lo haga dejando al menos la puerta abierta a esta hiptesis cannica.

    Durante nuestra conversacin, creo al menos haber sembrado una duda en su espritu sobre estepunto. En efecto, afirmo, apoyndome en el Derecho Cannico y en sus intrpretes, que aceptar

    la validez del decreto de excomunin implica aceptar haber violado la ley, y, por all mismo, deincurrir en la pena de la excomunin que el decreto declara simplemente.

    Usted escribe: Si, en cambio, se tratase de un levantamiento de las excomuniones, las cosasseran de muy otra manera. No correspondera a nuestro segundo preliminar y no lavara deninguna manera a nuestros obispos de los malos pleitos que se les hizo. Dejando creer que las

    penas pronunciadas no eran nulas y que incluso se merecan, no resultara, en cierto sentido almenos, un nuevo mal ms profundo? Roma entonces habra retirado, con una aparienciacompasiva, sanciones que se encontraran, por el mismo acto, confirmadas como vlidas, eincluso impuestas legtimamente.

    Es sorprendente, puesto que es precisamente lo que se puede encontrar un poco por todas partesen las publicaciones de la Fraternidad, en el sitio oficial la Puerta Latina y en lo que Mons.Fellay sugiri oficialmente:

    Habl entonces del acuerdo de Brest-Litovsk, como posible modelo de una solucin. Brest-Litovsk es el acuerdo que hizo reintegrar a los Ucranianos en la Iglesia Catlica a principios delsiglo XVII. Los Ucranianos dijeron: De acuerdo, estamos listos para volver a Roma si puedentomarnos tal como somos, con nuestra propia liturgia, nuestra lengua, nuestro propio calendario,nuestra propia disciplina, etc. Y se les concedi eso. Esta es la razn por la que haba hechomencin de Brest-Litovsk. (Conferencia. Kansas City, el 5 de marzo de 2002. Nouvelles deChrtient N 75, mayo-junio de 2002).

    Lo que se hizo por los ortodoxos podra a fortiori aplicarse a nosotros. Roma levant laexcomunin que les afectaba sin que de ningn modo hayan cambiado su actitud hacia elVaticano. No se podra tomar la misma medida respecto de nosotros, quienes no nos separamosnunca de Roma y siempre reconocimos la autoridad del Soberano Pontfice, tal como la definiel concilio Vaticano I? (Nouvelles de Chrtient N 87, mayo-junio de 2004).

    No vemos cmo podramos llegar a un reconocimiento sin pasar por una serie de etapas. Entreestas etapas, la primera nos parece ser el retiro del decreto de excomunin. La excomunin queafectaba los ortodoxos pudo levantarse sin que stos de ningn modo hayan cambiado su actitudhacia la Santa Sede; no sera posible hacer una cosa similar respecto de nosotros, quienes nuncanos separamos y siempre hemos reconocido la autoridad del Soberano Pontfice, tal como ladefini el concilio Vaticano I (Carta al cardenal Castrilln Hoyos, 6 de junio de 2004).

    De un preliminar al otro:

    Usted escribe: Si se atrevi a conceder el primero, dar tambin el segundo de los dospreliminares () En cualquier caso, querramos invitar a cada uno a reflexionar bien sobre la luzque proporciona la obtencin del primer preliminar. La Fraternidad lo pidi y lo obtuvo.

    Para usted, por lo tanto, es un hecho realizado. Slo queda por esperar la obtencin del segundopreliminar.

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    Por mi parte, me pregunto: si la obtencin del primer preliminar se hizo en talescircunstancias qu podemos esperar del segundo?... otro Protocolo?Y me digo: hay abogados muy hbiles que hacen una muy buena defensa de una mala causa.Para nosotros, no hay razn para hacer una mala defensa de una buena causa

    ANEXO V

    Dos puntos atrajeron particularmente mi atencin:

    Por una parte: de qu Roma se trata? Conviene aqu hacer una distincin entre la RomaEterna y laRoma anticristo modernista.

    La Roma anticristo y modernista no pierde la oportunidad de humillar a la Roma Eterna. Enefecto, del seno de la Iglesia conciliar y hasta los ms altos niveles, numerosas voces se hanelevado para que la Iglesia haga un honesto examen de conciencia, una autocrtica sinmaquillaje, y para que ella pida pblicamente perdn por sus faltas del pasado.

    Se conocen, como mnimo, noventa y cuatro textos de Juan Pablo II en los cuales ha reconocidoculpas histricas de la Iglesia o ha pedido perdn. En veinticinco de ellos, Juan Pablo IIutiliza la expresin yo pido perdn o un equivalente, golpendose siempre en pecho ajeno

    Respecto a las consagraciones de 1988, precisamente porque se trata de salvaguardar el honor dela Roma Eterna, el Superior General debe exigir a la Roma anticristo y modernista quereconozca su falsedad y que restituya la reputacin de la operacin supervivencia.

    Si la expresin Roma nunca se retracta significa que laRoma anticristo y modernista puededecir o decidir cualquier cosa y que la Fraternidad debe aceptarlo, hay que temer que un da la

    Roma anticristo y modernista declare que la Fraternidad acept la laicidad positiva y abierta,y en ese caso, el Superior General se ver obligado a estar de acuerdo para no contradecir aRoma

    Por otra parte, incluso si se trata de la Roma Eterna, tenemos, en la historia de la Iglesia,ejemplos que contradicen la afirmacin del Superior General: Juan XXII, Pascual II, Po VII

    Carta de Po VII a Napolen, 24 de marzo de 1813:

    Por doloroso que resulte a nuestro corazn la confesion que vamos a hacer a su majestad, porms que esta confesin pueda causarle algn dolor a ella misma, el temor de los juicios de Dios,del que nuestra gran edad y el deterioro de nuestra salud nos acercan todos los das an ms,debe volvernos superior a toda consideracin humana, y hacernos despreciar las terriblesangustias que nos invaden en este momento. Obligados por nuestros deberes, con esta sinceridad,esta franqueza que conviene a nuestra dignidad y a nuestro carcter, declaramos a su majestadque, desde el veinticinco de enero, da en que firmamos los artculos que deban servir de base alTratado definitivo del que se hace all mencin, los mayores remordimientos y el ms vivo

    arrepentimiento no dej de rasgar nuestra alma, que no puede encontrar ms ni paz ni descanso.Reconocimos inmediatamente, y la continua y profunda meditacin nos hace sentir cada da an

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    ms el error en el cual nos dejamos implicar, o por la esperanza de terminar los desacuerdosocurridos en los asuntos de la Iglesia, o tambin por el deseo de complacer a su majestad.Un nico pensamiento moderaba un poco nuestra afliccin: era la esperanza de remediar, por elacto del compromiso definitivo, el mal que acabbamos de hacer a la Iglesia suscribiendo estosartculos. Pero cul no fue nuestro profundo dolor, cuando, con gran sorpresa y a pesar de lo que

    habamos convenido con su majestad, vimos publicar, bajo el ttulo de concordato, estos mismosartculos que no era ms que la base de un acuerdo futuro!Gimiendo amargamente y del fondo de nuestro corazn por la ocasin de escndalo otorgada a laIglesia por la publicacin de dichos artculos; plenamente convencidos de la necesidad derepararlo, si pudimos abstenernos por el momento de manifestar nuestros sentimientos y haceror nuestras reclamaciones, fue solamente por prudencia, para evitar toda precipitacin en unasunto tan capital.Sabiendo que, dentro de pocos das, tendramos la consolacin de ver el sagrado rganocolegiado, nuestro consejo natural, reunido ante nosotros, quisimos esperarlo para ayudarnos desus luces, y tomar a continuacin una determinacin, no sobre lo que nos reconocamosobligados hacer en reparacin de lo que habamos hecho, ya que Dios nos es testigo de la

    resolucin que habamos tomado a partir del primer momento, pero por s sobre la eleccin delmejor mtodo que deba adoptarse para la ejecucin de esta misma resolucin.

    No cremos poder encontrar la ms conciliable con el respeto que debemos a su majestad, que elde dirigirnos a su majestad ella misma y escribirle esta carta. Es en presencia de Dios, al cual nosveremos obligados pronto a dar cuenta del uso de la potestad a nosotros confiada, como vicariode Jesucristo para el Gobierno de la Iglesia, que declaramos, con toda la sinceridad apostlica,que nuestra conciencia se opone invenciblemente a la ejecucin de los distintos artculoscontenidos en el escrito del veinticinco de enero. Reconocemos con dolor y confusin que nosera para construir, sino para destruir que haramos uso de nuestra autoridad, si tuvisemos ladesdicha de realizar lo que prometimos imprudentemente, no por ninguna mala intencin, comoDios es testigo, sino por pura debilidad y como ceniza y polvo.Dirigimos a su majestad, con relacin a este escrito firmado de nuestra mano, las mismas

    palabras que nuestro antecesor Pascual II dirigi, en un breve a Enrique V, en favor quien habahecho tambin una concesin que excitaba con mucha razn los remordimientos de suconciencia; le diremos con l: Nuestra conciencia, reconociendo malo nuestro escrito, loconfesamos malo, y, con la ayuda del Seor, deseamos que sea roto completamente, para que noresulte ningn dao para la Iglesia, ni ningn perjuicio para nuestra alma.

    ANEXO VI

    1) Los dos preliminares no alcanzaron su objetivo. Se mostraron ineficaces.

    Por qu se los pidi?

    Vistas las contradicciones romanas, era necesario pedir a Roma un acto concreto por el cualpondra de manifiesto a todos que hace un gesto verdadero en favor de la tradicin.

    Se nos haba engaado tantas veces que necesitbamos algo que nos probase claramente queRoma quera de verdad la Tradicin.

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    La necesidad de recuperar la confianza.

    Para nosotros, antes de lanzarnos, queremos la certeza de la voluntad de Roma de apoyar laTradicin, las muestras de una conversin.

    Por lo tanto, era para recuperar la confianza en Roma. Ahora bien, si lo que afirma la Romaanticristo y modernista es contrario a la verdad, con mayor razn si es una adulteracinfraudulenta de la verdad de los dos prerrequisitos, es imposible discutir con aqul que, nosolamente niega los principios, sino que adems corrompe la verdad de una manera deshonesta

    2) No se recibi lo que se pidi.

    a) Qu se pidi?

    Dar a los sacerdotes del mundo entero la posibilidad de celebrar la misa tridentina declarando

    que esta misa no se abrog nunca y que es legtima.

    Que se retire el decreto de excomunin.

    b) Qu se ha obtenido?

    El Misal romano promulgado por Pablo VI es la expresin ordinaria de la Lex orandi de la

    Iglesia Catlica de rito latino. El Misal romano promulgado por S. Po V y publicado por el B.

    Juan XXIII debe ser considerado como la expresin extraordinaria de la misma Lex orandi de

    la Iglesia. Estas dos expresiones de la Lex orandi de la Iglesia no inducen a ninguna divisinde la lex credendi de la Iglesia; son en efecto dos aplicaciones del nico rito romano.Est pues permitido celebrar el Sacrificio de la Misa segn la edicin modelo del Misal romano

    promulgada por el B. Juan XXIII en 1962 y nunca abrogada, como forma extraordinaria de la

    Liturgia de la Iglesia.

    Por la carta del 15 de diciembre de 2008 dirigida a Su Eminencia, el Cardenal Daro

    Castrilln Hoyos, el Presidente de la Comisin Pontifical Eclesia Dei, Mgr Bernard Fellay, en

    su nombre as como en nombre de los tres Obispos restantes consagrados el 30 de junio de1988, solicitaba de nuevo el levantamiento de la excomunin latae sententiae formalmente

    declarada por Decreto del Prefecto de esta misma Congregacin para los Obispos con fecha del1 de julio de 1988 () Segn las facultades que me han sido concedidas expresamente por el

    Santo Padre Benito XVI, en virtud del presente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay,

    Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura deexcomunin latae sententiae declarada por esta Congregacin el 1 de julio de 1988, as como

    declaro privado de efectos jurdicos, a partir de la fecha de hoy, el Decreto publicado en estapoca.

    3) Lo que se dice haber obtenido no corresponde a la realidad.

    Qu se dice haber obtenido?

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    La Misa de San Po V nunca fue abrogada; est pues permitido celebrar el Sacrificio de la

    Misa segn el Misal Tradicional.

    Como lo anuncio en el comunicado adjunto, la excomunin de los obispos consagrados por S.

    Exc. Mons. Marcel Lefebvre el 30 de junio de 1988, que haba sido declarada por la

    Congregacin para los Obispos por un decreto del 1 de julio de 1988 y que siempreimpugnamos, fue retirada por otro decreto de la misma Congregacin con fecha del 21 de enerode 2009, por mandato del papa Benito XVI ". Era la intencin de oracin que les haba confiado

    en Lourdes, el da de la fiesta del Cristo Rey 2008.

    4) La publicacin de los dos documentos romanos tuvo por consecuencia un mal an mayor.

    En efecto, los actos legislativos romanos humillaron la Obra de la Tradicin:

    A) Respecto de la Santa Misa.

    El Rito romano de la Santa Misanunca haba perdido su derecho. Pero, con el Motu Proprio del7 de julio de 2007 perdi, de jure, su condicin de nica forma ordinaria y oficial.

    La Roma anticristo y modernista, por medio del Motu proprio, humill el Rito Romano de laSanta Misa, relegndolo a la condicin de forma extraordinaria y unindolo al ritobastardo, que sera la forma ordinaria del nico rito romano.

    Por lo tanto, el Misal romano promulgado por S. Po Vya no es la expresin ordinaria; y, demanera implcita,debe ser considerado abrogado como expresin ordinariade la Liturgia de la

    Iglesia.

    B) Respecto de la Operacin Supervivencia.

    (Monseor Lefebvre, homila del 30 de junio de 1988: Pienso que es mi deber dar los medios para hacer lo quellamar esta operacin supervivencia de la tradicin. Hoy es el da de la operacin supervivencia, y sihubiera proseguido con Roma, al seguir los acuerdos que firmamos y prosiguiendo la puesta en la prcticade estos acuerdos, hubiese hecho la operacin suicidio).

    Desde las consagraciones del 30 de junio de 1988, da de la Operacin Supervivencia de laTradicin, la Roma anticristo y modernista jams haba obtenido de parte de la FSSPX una

    confesin que reconociese la validez de la excomunin.

    Pero, gracias al Decreto del 21 de enero de 2009 se reconoce la validez de la pena y, por lo tanto,la realidad de delito y la ausencia del estado de necesidad que justific las consagraciones.

    LaRoma anticristo y modernista, por el Decreto, humill la Operacin Supervivencia de lasconsagraciones episcopales, presentndola no slo como ilcita, sino tambin como digna decastigo y censurable.

    Se afirma que la FSSPX, lejos de confesar o reconocer la validez de la excomunin, la ha

    negado, antes y despus del Decreto.

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    Antes, s; despus, no! Los comunicados oficiales y las entrevistas concedidas a los mediosde informacin (incluso publicadas en sitios oficiales de la Fraternidad), dicen lo contrario.

    Por lo tantoestos dos preliminares no constituyen un medio de recuperar la confianza de Roma,y se transformaron en un arma de ataque de la Roma anticristo y modernista en materia de

    debate doctrinal.

    Reitero que la reunin de todos esos puntos constituye una utilizacin indebida de la mediacinde la Santsima Virgen Mara y un ultraje a la Madre de Dios.

    Adems, arrojarse voluntariamente en esta operacin suicida implica tentar a Dios, que yasalv la Obra de Tradicin en 1988 T no tentars al Seor, tu Dios

    ANEXO VII (resumido)

    RRESPECTOESPECTOALAL SSEGUNDOEGUNDO PPRELIMINARRELIMINAR

    Monseor Fellay dijo el lunes 16 de febrero en Flavigny: Estoy harto de discutir sobre laspalabras.

    Hago constar que la confusin no fue creada ni por Roma, ni por los sacerdotes de laFraternidad, ni por los fieles, sino por el Superior General y los Superiores de Distritos.

    I) Roma siempre ha utilizado el mismo lenguaje, errneo, pero claro y preciso:

    Carta del cardenal Castrilln Hoyos, 7 de mayo de 2001: Las dos condiciones que presentapara el retorno se consideraron atentamente: el permiso otorgado a todos los sacerdotes de podercelebrar libremente la misa de San Po V y el levantamiento de la excomunin que pesa sobreustedes. La Iglesia, como Madre, querra favorecersu vuelta a la plena comunin y, con estefin, el Vaticano tom la iniciativa de este nuevo proceso. Como se lo dije varias veces, de vivavoz y por escrito, el Papa tiene los brazos abiertos para acogerles.

    Sermn de Mgr Fellay en Flavigny, 2 de febrero de 2006: Despus de estos largos debates elCardenal dijo: Constato que todo lo que expone no les pone fuera de la Iglesia, por lo tantoestn en la Iglesia. Y sigui diciendo: Les pido escribir al Papa para pedirle que retire lasexcomuniones.

    Otro texto de Monseor Fellay: El 15 de noviembre, me entrevisto con el cardenal Castrillonen sus apartamentos. Lo acompaaban dos secretarios. El Padre Nly se me uni. El debate duralrededor de dos horas y media y fue seguido de una comida, como es su prctica, alrededor de lamisma duracin () A raz de este largo debate, el cardenal declar: Todos estos puntos quedescriben no hacen que estn fuera de la Iglesia, por lo tanto estn bien en la Iglesia. Lo invitoa que escriba una carta al Soberano Pontfice en la cual pida el levantamiento de las

    excomuniones. No es necesario de manifestar un sentimiento de culpabilidad, pero un acto dehumildad sera bienvenido.

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    Decreto del 21 de enero de 2009:

    Por medio de la carta del 15 de diciembre de 2008 enviada a Su Eminenciael Cardenal Daro Castrilln Hoyos, Presidente de la Pontificia ComisinEcclesia Dei, Mons. Bernard Fellay, en su nombre y en el de los otros Obispos

    consagrados el 30 de junio de 1988, volva a solicitar el levantamientode la excomunin latae sententiae formalmente declarada por Decretodel Prefecto de esta misma Sagrada Congregacin para los Obispos confecha del 1 de julio de 1988 () Conforme a las facultades que me han sidoexpresamente concedidas por el Santo Padre, Benedicto XVI, en virtud delpresente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier deMallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura deexcomunin latae sententiae declarada por esta Congregacin el 1 dejulio de 1988 y declaro privado de efectos jurdicos a partir del da de hoy elDecreto entonces publicado.

    Nota de la Secretara de Estado del 4 de febrero de 2009:

    La gravsima pena de la excomunin latae sententiae, en la que dichos obispos habanincurrido el 30 de junio de 1988, declarada despus formalmente el 1 de julio del mismo ao,era una consecuencia de su ordenacin ilegtima por parte de monseor Marcel Lefebvre.El levantamiento de la excomunin ha liberado a los cuatro obispos de una pena cannicagravsima, pero no ha cambiado la situacin jurdica de la Fraternidad San Po X, que por elmomento no goza de reconocimiento alguno en la Iglesia catlica. Tampoco los cuatro obispos,aunque liberados de la excomunin, tienen una funcin cannica en la Iglesia y no ejercenlcitamente un ministerio en ella.

    II) la Fraternidad, por el contrario, a lo largo de los ltimos ocho aos cay en laequivocidad en los trminos, que gener una gran confusin en el espritu de los sacerdotesy de los fieles.

    Texto oficial de Monseor Fellay: Pero antes de entrar realmente en debate, pedimos alVaticano dos preliminares: se trataba de dar a los sacerdotes del mundo entero la posibilidad decelebrar la misa tridentina, declarando que esta misa no se derog nunca y que es legtima.Pedimos que se retire el decreto de excomunin.

    Conferencia de Mons. Fellay, Kansas City, 5 de marzo de 2002: El 13 de enero, organic unareunin de los cuatro obispos de la Fraternidad. () Se nos haba engaado tanto antes quenecesitbamos algo que nos probase claramente que Roma quera de verdad la Tradicin () Ensegundo lugar, habindose arreglado el Vaticano para marginalizarnos con esta excomunin queda miedo a la gente, pedamos que retractara el decreto de excomunin.

    Carta a los Amigos y Benefactores N 62: Pedamos en consecuencia y en preliminar un gestoconcreto por parte de las autoridades romanas: el reconocimiento de no derogacin del ritotridentino y la anulacin del decreto de excomunin. El cardenal Castrilln nos comunic ()en cuanto al levantamiento de la excomunin, se nos promete en el acuerdo

    Carta de Mons. Fellay al cardenal Castrilln Hoyos, 6 de junio de 2004: No vemos cmopodamos llegar a un reconocimiento sin pasar por una serie de etapas. Entre estas etapas, la

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    primera nos parece ser el retiro del decreto de excomunin. La excomunin que afectaba a losortodoxos pudo levantarse sin que stos de ningn modo hayan cambiado su actitud hacia laSanta Sede; no sera posible hacer una cosa similar respecto a nosotros , quienes nunca noshemos separado y siempre hemos reconocido la autoridad del Soberano Pontfice, tal como ladefini el concilio Vaticano I?.

    Carta a los Amigos y Benefactores N 66: Recientemente pedimos oficialmente el retiro deldecreto de excomunin como un primer paso concreto por parte de Roma. Eso cambiara elclima y podramos ver mejor cmo se desarrollan las cosas.

    Conferencia de Mons. Fellay. Nouvelles de Chrtient N 97, de enero-febrero de 2006: Lohabamos propuesto desde el principio, no s si se acuerdan, desde el principio en 2000.Habamos dicho a Roma: Antes de discutir, antes de ir ms lejos, es necesario preliminares. Estos

    preliminares, habamos dado dos: era la libertad de la misa, la libertad para todos los sacerdotes,ya lo tenemos nosotros, no es para nosotros. Y, puesto que se utiliza siempre esta excomunincomo un espantajo para dar miedo a la gente, que se retire este espantajo

    Sermn de Mons. Fellay en Flavigny 2 de febrero de 2006: Despus de estos largos debatesel Cardenal dijo: Constato que todo lo que exponen no les pone fuera de la Iglesia, por lo tantoestn en la Iglesia. Y sigui diciendo: Le pido escribir al Papa para pedirle que retire lasexcomuniones. Desde entonces, permanecimos all, ya que obviamente no vamos a pedir que seretire algo que no reconocemos. Siempre nos hemos negado a reconocer la validez de estasexcomuniones, no podemos pues pedir que se retire algo que no existe. Y antes incluso derealizar este acto, pedimos por supuesto el retiro del decreto de excomunin, su anulacin;pero decir anular ya quiere decir que se reconoce algo . Lo habamos pedido desde el

    principio; era uno de los preliminares que habamos puesto. Y, por primera vez, Roma parecetomar este camino que les haba propuesto en el ao 2000.

    Entrevista a Mons. Fellay. Nouvelles de Chrtient N 102, de noviembre-diciembre de2006: Y por lo que se refiere a la excomunin, desde hace alrededor un ao, Roma parece yano ver obstculos - segn uno u otro comentario y segn lo que se nos dice - Roma no tiene yade verdad objecin para retirar esta excomunin.

    Como ejemplos de confusin en los fieles, basta con considerar las intenciones invlidas quese publicaron como vlidas en el sitioLa Puerta Latina:El levantamiento efectivo de las excomuniones

    Para este retiro de la excomuninRevenir sobre esta excomuninQue la excomunin que pesa sobre la Fraternidad San Po X sea levantadaEl levantamiento de las sancionesPara la reunin en la comunin de todos estos hermanos que nos son tan cercanosPor el levantamiento de la excomunin de Monseor LefebvreQue levanten la excomuninSoy catlico normal, y por eso ruego mucho por la reconciliacin entre la Iglesia y laorganizacin Po X. Tal reconciliacin sera un enriquecimiento enorme para la IglesiaUniversal.

    El Seminario de La Reja: Rosarios ofrecidos por los Sacerdotes, Seminaristas, Hermanos,Hermanas, y fieles del Seminario Nuestra Seora Corredentora por la intencin pedida por

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    Mons. Fellay en Lourdes: el retiro del decreto (de excomunin?) que pesa sobre Mons.Lefebvre, Mons. de Castro Mayer y los cuatro obispos de la Fraternidad.El parntesis es del original y original, por cierto!

    El sitio oficial del Distrito de Sudamrica public: LA INTENCIN DE ESTA CAMPAA

    LANZADA POR MONSEOR FELLAY ES: QUE POR LA INTERCESIN DE NUESTRASEORA SEA DEROGADO EL DECRETO DE EXCOMUNIN DEL AO 1988.

    Conocer el Superior del Distrito lo que significa derogar, es decir, abrogar en parte?

    La consecuencia de esta equivocidad en los trminos y de esta confusin en los espritus es laambigedad y la imprecisin en los comunicados oficiales y en los artculos aparecidos en la

    prensa:

    Carta a los fieles, 24 de enero de 2009: Como lo anuncio en el comunicado adjunto, laexcomunin de los obispos consagrados por S. Exc. Mgr Marcel Lefebvre el 30 de junio de

    1988, que haba sido declarada por la Congregacin para los Obispos por un decreto del 1 de julio de 1988 y que siempre impugnamos, fue retirada por otro decreto de la mismaCongregacin con fecha del 21 de enero de 2009, por mandato del papa Benito XVI. Era laintencin de oracin que les haba confiado en Lourdes, el da de la fiesta de Cristo Rey2008.

    Entrevista a Mons. Fellay. El Tiempo, 26 de enero de 2009 (publicada enLa Puerta Latina):No temo nada. Puede haber una voz discordante aqu o all. Pero el celo que los fieles pusieron

    para rezar los Rosarios para pedir el levantamiento de las excomuniones dice largo sobrenuestra unin; 1.700.000 Rosarios se dijeron en dos meses y medio.

    Entrevista a Mons. Fellay. Mundo y Vida, 31 de enero de 2009 (publicado en La PuertaLatina): Me esperaba este levantamiento de la excomunin desde 2005, desde la primeracarta de solicitud de levantamiento de la excomunin que haba dirigido a pedido de Romamisma. Porque queda claro que Roma no peda esta carta para negarse a levantar laexcomunin () Lo asigno en primer lugar a la Virgen. He aqu la seal manifiesta, con unarespuesta casi inmediata. Acababa exactamente de decidir ir a Roma para llevar el resultado delramillete de Rosarios que habamos lanzado en Lourdes con esta intencin explcita, cuandorecibo una llamada de Roma que me invitaba a pasar.

    ANEXO VIII (resumido)

    RESPECTORESPECTOAALALAIDENTIFICACINIDENTIFICACINENTREENTREIIGLESIAGLESIA OOFICIALFICIAL EE IIGLESIAGLESIA MMOODERNISTADERNISTA OO IIGLESIAGLESIA CCONCILIARONCILIAR

    Monseor Fellay dijo en Flavigny, el lunes 16 de febrero: Algunos, para facilitar las cosas,hacen una identificacin entre la Iglesia Oficial y la Iglesia Modernista. Pero es un error,

    porque hablamos de una realidad concreta.

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    Yo me pregunto si esta realidad concreta es la Iglesia visible de Dom Grard. Ahora bien:

    I) Roma siempre ha utilizado un lenguaje claro y preciso:

    Discurso de Pablo VI al Consistorio del 24 de mayo de 1976: Por una parte, estn los que,bajo pretexto de una mayor fidelidad a la Iglesia y al Magisterio, rechazan sistemticamente lasenseanzas del propio Concilio, su aplicacin y las reformas que derivan, su aplicacin gradualaplicada por la sede apostlica y las conferencias episcopales, bajo nuestra autoridad, querida porCristo () De hecho, estas personas se colocan fuera de la obediencia al sucesor de Pedro y dela comunin con l, y en consecuencia fuera de la Iglesia.

    Carta de Mons. Benelli a Mgr Lefebvre, 25 de junio de 1976: El santo Padre me encarga hoymismo que confirme la medida que se le intim en su nombre, de mandato speciali: usted debeabstenerse actualmente de conferir toda ordenacin. No tome como pretexto el desasosiego delos seminaristas: es precisamente la ocasin para ellos de explicarles, as como a sus familias,

    que no puede ordenarlos para el servicio de la Iglesia contra la voluntad del Pastor supremo de laIglesia. No hay nada de desesperante en su caso: si tienen buena voluntad y se preparanseriamente para un Ministerio sacerdotal en la fidelidad verdadera a la Iglesia conciliar, nosencargaremos de encontrar a continuacin la mejor solucin para ellos; pero que comiencen en

    primer lugar, ellos tambin, por este acto de obediencia a la Iglesia.

    Constitucin Apostlica de Juan-Pablo IISacr Disciplin Leges, del 25 de enero de 1983:Este instrumento que es el Cdigo corresponde plenamente a la naturaleza de la Iglesia,especialmente como la describe el magisterio del Concilio Vaticano II en general, y en

    particular en su enseanza eclesiolgica. En un cierto sentido, hasta se podra ver en esteCdigo un gran esfuerzo para traducir al lenguaje cannico esta doctrina de la eclesiologaconciliar () Se desprende que lo que constituye la novedad esencial del Concilio Vaticano II,en la continuidad con la tradicin legislativa de la Iglesia, sobre todo por lo que se refiere a laeclesiologa, constituye tambin la novedad del nuevo Cdigo.

    II) Monseor Marcel Lefebvre y las autoridades de la Fraternidad siempre han utilizadoun lenguaje claro y preciso:

    Declaracin del 21 de noviembre de 1974: Nos adherimos de todo corazn, con toda nuestraalma a la Roma catlica, guardiana de la fe catlica y de las tradiciones necesarias para el

    mantenimiento de esta fe, a la Roma eterna, maestra de sabidura y de verdad. Nos negamos porel contrario, y siempre nos hemos negado, a seguir la Roma de tendencia neomodernista yneoprotestante que se manifest claramente en el concilio Vaticano II y despus del concilio entodas las reformas resultantes.

    Carta a los Amigos y Benefactores N 9, octubre de 1975: El acontecimiento ms importantees seguramente esa carta firmada por el Santo Padre que, bajo una nueva forma, reanuda losargumentos o ms bien las afirmaciones de la carta de los cardenales. La recib el 10 de julioltimo. Me pide un acto pblico de sumisin al concilio, a las reformas postconciliares y a lasorientaciones que comprometen al propio Papa.() El problema de Ecne es el de millares y millones de conciencias cristianas rasgadas,

    divididas, trastornadas desde hace diez aos por este dilema martirizante: u obedecer a riesgo deperder la fe, o desobedecer y guardar su fe intacta; u obedecer y colaborar en la destruccin de la

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    Iglesia, o desobedecer y trabajar en la conservacin y la continuacin de la Iglesia; o aceptar laIglesia reformada y liberal, o mantener la pertenencia a la Iglesia Catlica.Es porque Ecne est en el centro de este problema crucial, que raramente se plante a lasconciencias catlicas con esta amplitud y con esta gravedad, que se vuelven tanto las miradashacia esta casa que eligi con determinacin la opcin de pertenencia a la Iglesia de siempre y

    rechaza la pertenencia a la Iglesia reformada y liberal.Y hete aqu que la Iglesia, por sus representantes oficiales, se pronuncia contra esta opcin deEcne, condenando as pblicamente la formacin tradicional del sacerdote, en nombre delConcilio Vaticano II, en nombre de las reformas postconciliares y en nombre de las orientaciones

    postconciliares que comprometen al Papa.Cmo explicar esta oposicin a la Tradicin en nombre del Concilio y su aplicacin? Se puederazonablemente y se debe oponerse realmente a un Concilio y a sus reformas? Se puede, por lodems, y se debe oponerse a las rdenes de la jerarqua que obligan seguir el Concilio y todaslas orientaciones postconciliares oficiales?() Se equivocan excesivamente, pues, los que hablan de una mala interpretacin delConcilio, como si el Concilio en s mismo fuera perfecto y no podra ser interpretado segn las

    reformas y orientaciones.Las reformas y orientaciones oficiales postconciliares manifiestan con ms evidencia quecualquier escrito la interpretacin oficial y querida del Concilio.Ahora bien, aqu no tenemos que extendernos, los hechos hablan por s mismos y son elocuentes,desgraciadamente, bien tristemente.Qu permanece intacto de la Iglesia preconciliar? Dnde no pas la autodemolicin?:Catequesis, Seminarios, Congregaciones religiosas, Liturgia de la Misa y de los sacramentos,Constitucin de la Iglesia, Concepcin del Sacerdocio

    Sermn de Mons. Lefebvre. 29 de junio de 1976: He aqu lo que me dijeron los enviadosoficiales del Vaticano. Nosotros no somos de esta religin. Pertenecemos a la religin catlica,no somos de esta religin universal, como la llaman hoy. Ya no es la religin catlica. No

    pertenecemos es esta religin liberal, modernista, que tiene su culto, sus sacerdotes, su fe, suscatecismos, su biblia, su biblia ecumnica. No los aceptamos.

    Nota preliminar de Mons. Lefebvre. 12 de julio de 1976: De este modo, parece imposibleabordar el problema de fondo, que es el acuerdo de la Iglesia conciliar, como la llama Mons.Benelli en su ltima carta, y la Iglesia Catlica. Que no se equivoquen, no se trata de undesacuerdo entre Mons. Lefebvre y el Papa Pablo VI. Se trata de la incompatibilidad radicalentre la Iglesia Catlica y la Iglesia conciliar, representando la misa de Pablo VI el smbolo yel programa de la Iglesia conciliar.

    Reflexiones de Mons. Lefebvre sobre la suspensin a divinis. 29 de julio de 1976: Qu dems claro! En adelante es a la Iglesia conciliar que es necesario obedecer y ser fiel, y no a laIglesia Catlica. Es todo nuestro problema precisamente. Somos suspendidos a divinis por laIglesia conciliar y para la Iglesia conciliar, de la cual no queremos formar parte. Esta Iglesiaconciliar es una Iglesia cismtica, porque rompe con la Iglesia Catlica de siempre. Tiene susnuevos dogmas, su nuevo sacerdocio, sus nuevas instituciones, su nuevo culto, ya condenados

    por la Iglesia en muchos documentos oficiales y definitivos (...) Por eso los fundadores de laIglesia conciliar hacen tanto hincapi en la obediencia a la Iglesia de hoy, haciendo abstraccinde la Iglesia de ayer, como si sta no existiese ya () Esta Iglesia conciliar es cismtica porquetom como base de su actualizacin los principios opuestos a los de la Iglesia Catlica () La

    Iglesia que afirma semejantes errores es a la vez cismtica y hertica. Esta Iglesia conciliar noes, pues, catlica. En la medida en que el papa, los obispos, sacerdotes o fieles adhieren a esta

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    nueva Iglesia, se separan de la Iglesia Catlica. La Iglesia de hoy slo es la verdadera Iglesia enla medida en que sigue y hace cuerpo con la Iglesia de ayer y de siempre. La norma de la fecatlica es la Tradicin () El pedido de Mons. Benelli es, pues, luminoso: sumisin a laIglesia conciliar, a la Iglesia de Vaticano II, a la Iglesia cismtica . Nosotros proseguimos en laIglesia Catlica.

    Declaracin de Mons. Lefebvre, el 4 de agosto de 1976: Este concilio representa, tanto a losojos de las autoridades romanas como a los nuestros, una nueva Iglesia, que llaman por otra

    parte la Iglesia conciliar () Entran en el cisma todos los que cooperan a la aplicacin de estaconvulsin, aceptan y adhieren a esta nueva Iglesia conciliar (como la designa Mons. Benelli enla carta que me enva en nombre del Papa, el 25 de junio ltimo).

    Prlogo del libroAcuso al Concilio. Mons. Lefebvre, Pars, 27 de agosto de 1976: Se pideny se imponen todas las reformas y orientaciones oficiales de Roma en nombre del Concilio.Ahora bien estas reformas y orientaciones son de tendencia francamente protestantes y liberales.Es a partir del Concilio que la Iglesia, o al menos los eclesisticos ocupando los puestos clave,

    tomaron una orientacin claramente opuesta a la Tradicin, al Magisterio oficial de la Iglesia.Pretenden pasar por la Iglesia viva y maestros de la verdad, libres de imponer a los clrigos y alos fieles nuevos dogmas: el progreso, la evolucin, el cambio, y una obediencia ciega eincondicional.Volvieron la espalda a la verdadera Iglesia de siempre, le han dado nuevas instituciones, unnuevo sacerdocio, un nuevo culto, una nueva enseanza siempre en la bsqueda, y esto ennombre del Concilio.Es fcil pensar que cualquiera que se oponga al Concilio, su nuevo evangelio, ser consideradocomo fuera de la comunin de la Iglesia. Se les puede preguntar de qu Iglesia? Respondernde la Iglesia conciliar.() Este descubrimiento obliga a preguntarse: cul ha sido en toda esta obra el papel del Papa?Su responsabilidad? En verdad, ella parece tremenda, a pesar del deseo de absolverlo de estaterrible traicin a la Iglesia.

    Carta de Mgr Lefebvre al cardenal Ratzinger, 24 de mayo de 1988: Eminencia, me parecenecesario precisarle lo que le escriba el 6 de mayo. Reflexionando, nos resulta claro que elobjetivo de los coloquios y de la reconciliacin es integrarnos en la Iglesia Conciliar, la nicaIglesia a la cual haca usted alusin en las conversaciones.

    Conferencia de Prensa, 15 de junio de 1988: El Cardenal Ratzinger lo repiti varias veces:Monseor slo hay una Iglesia, no puede haber una Iglesia paralela. Le dije: Eminencia,no somos nosotros quienes hacemos una Iglesia paralela, puesto que seguimos la Iglesia desiempre; son ustedes quienes hicieron la Iglesia paralela habiendo inventado la Iglesia delConcilio, la que el cardenal Benelli llam la Iglesia conciliar; son ustedes quienes inventaronuna iglesia nueva, quienes se hicieron nuevos catecismos, nuevos sacramentos, una nueva misa,nueva liturgia, esto no viene de nosotros. Nosotros, seguimos lo que se hizo antes. No somosnos