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Trabajo de grado
Los músicos del Titanic
Por: Felipe Torres Medina
Dirigida por: Ricardo Camacho
Bogotá, 2013
Universidad de los Andes Facultad de Artes y Humanidades
Departamento de Literatura
Agradecimientos
A Ricardo Camacho por su constante apoyo, su sinceridad y por Chéjov y Brecht. A Mario
Barrero por su paciencia y persistencia en entregar el mejor producto posible. A Amalia Iriarte,
por dejarme leer a los maestros. A mi madre por Londres, Nueva York y Boston.
Contenido
I. Los músicos del Titanic.......................................................................................................... 1
A. Reparto de personajes ................................................................................................... 1 B. Obra ................................................................................................................................. 2
II. Conversando con Chéjov ............................................................................................. 68
III. Bibliografía .................................................................................................................... 80
Los músicos del Titanic
de
Felipe Torres Medina
Cast of Characters
Tomás: Profesor universitario.
Diana: Su esposa.
Hilda: Presidente de la junta de
vecinos.
Alfonso: Su esposo.
Natalia: Estudiante.
Martínez: Vecino.
La obra se desarrolla en un salón comunal o una sala de
reuniones de un edificio pequeño. La luz debería ser básica.
No se debe buscar realismo en la representación del cuarto.
Sólo con poner unas cuantas sillas bastará.
Los apartes quedan a la discresión del director. Se puede
hacer un cambio de luz para marcarlos. Las últimas líneas de
Natalia, Tomás, Diana y Alfonso pueden ser marcadas como
apartes. La ambigüedad está ahí para que el director juegue
con ellas.
Las descripciones de los personajes se han reducido a un
mínimo para permitir que los actores se apropien de ellos.
2.
ACTO I
Escena 1
Pequeño cuarto de reuniones. Noche. Hay algunas
sillas puestas en círculo y una mesa al lado con
una cafetera y algunos vasos.
Tomás y Diana entran, están bien vestidos. Tomás
tiene 43 años, es alto y delgado, y le están
saliendo algunas canas. Diana tiene 39 años, y
está empezando a envejecer, como lo denotan unas
cuantas arrugas rebeldes en su cara.
Al entrar se asombran. Definitivamente esperaban
no ser los primeros.
DIANA
¿Buenas noches?
No hay respuesta Tomás se ve preocupado.
DIANA
¿Buenas noches?
TOMÁS
Acá no hay nadie, vámonos.
Cruza el cuarto con dirección a la puerta del
baño. Toca a la puerta.
DIANA
¿Hilda?
No hay respuesta.
DIANA
(aún tocando a la puerta)
¿Hilda, estás ahí?
TOMÁS
¿Qué estás haciendo?
DIANA
Estaba viendo si-
TOMÁS
¡No toques ahí! ¡Nunca!
DIANA
¿Qué? ¿Por qué?
(CONTINUED)
CONTINUED: 3.
TOMÁS
Pues, porque no, porque no está bien.
DIANA
¿Qué? ¿De qué estás hablando, Tomás?
TOMÁS
Pues, si no hay nadie en el baño y tocas, nadie te va a
responder, ¿cierto?
DIANA
Ajá.
TOMÁS
Y si sí hay alguien en el baño, pues... ¡Es una falta
de respeto!
DIANA
¿Qué?
TOMÁS
Es algo muy íntimo.
DIANA
Bueno, bueno, amor.
TOMÁS
Ya empezaste otra vez.
DIANA
¿Ya empecé qué?
TOMÁS
Con el "bueno, bueno".
DIANA
¿No puedo decir "bueno, bueno"?
TOMÁS
No sé, es todo... condescendiente.
DIANA
Bueno, bueno, igual, acá no hay nadie.
TOMÁS
Pues, no creo que hubiera nadie en el baño si las luces
de todo el cuarto estaban apagadas.
DIANA
Tú sabes cómo es Hilda, apagaría las luces para
ahorrarse esos minutos en la cuenta de luz.
(CONTINUED)
CONTINUED: 4.
TOMÁS
Diana, acá no hay nadie, vámonos por favor. Si nos
vamos ya alcanzamos a irnos antes de que el tráfico se
ponga imposible, y podemos ir a ese restaurante indio
que Daniel-
DIANA
No son ni las siete, esperemos un rato.
TOMÁS
La obra empieza a las nueve, no vamos a llegar si no
nos vamos ya.
DIANA
Estoy segura de que esto no se va a demorar. Acuérdate
de la última vez.
TOMÁS
¿La vez que nos hizo reunirnos para decidir si poníamos
bombillos blancos en la recepción?
DIANA
Sí, esa vez no nos demoramos nada.
TOMÁS
¡Porque a nadie le importa el color de los bombillos de
la recepción!
DIANA
Bueno, pues esta vez va a ser igual, estoy segura.
TOMÁS
Claro.
DIANA
Además, no te afanes-
TOMÁS
Pero es que empieza a las nueve.
DIANA
Sí, pero sólo es la obra de Fernando.
TOMÁS
¿Cómo así?
DIANA
¿Cómo así qué?
TOMÁS
¿Cómo así que es "sólo la obra de Fernando"?
(CONTINUED)
CONTINUED: 5.
DIANA
Ay, nada, nada.
TOMÁS
¿Qué estás insinuando sobre la obra de mi hermano?
DIANA
Nada, amor, quise decir que tu hermano, siendo tu
hermano, entendería si llegáramos un poco tarde-
TOMÁS
¡Ajá! ¡Entonces, sí crees que vamos a llegar tarde!
DIANA
(empezando en "crees")
-¡Pero eso no va a pasar! Iba a decir eso, no me
dejaste terminar.
TOMÁS
Eso pasa.
DIANA
¿Ah?
TOMÁS
Sí, Ah.
Pausa.
TOMÁS
Bueno, y supongo que esto fue idea de-
DIANA
De Hilda.
TOMÁS
Me estás dando más motivos para no quedarnos.
DIANA
¡Yo sé, yo sé, pero tenemos que venir a estas cosas-
TOMÁS
(No dejándola terminar una vez más)
¿Por qué?
DIANA
-o sería la dueña del edificio!
TOMÁS
No exageres, amor.
(CONTINUED)
CONTINUED: 6.
DIANA
Ríete todo lo que quieras, pero si no fuera por mí,
Mersault estaría en la calle.
TOMÁS
Yo sé, yo sé. Le salvaste la vida al gato.
DIANA
A tú gato.
TOMÁS
Nuestro gato, ¿no?
DIANA
Lo que digas.
TOMÁS
Tú sabes que me encanta vivir acá. Es perfecto para
nosotros. Amo nuestro nido de amor, ¿tú no?
DIANA
Nuestro "nido de amor"...
TOMÁS
Es todo lo que necesitamos, ¿no?
DIANA
Ajá. Eso significa que si no venimos a estas reuniones,
Hilda va a llegar con su carpeta blanca y va a
convertir nuestro "nido de amor" en una "jaula de
lobos", si vamos a seguir hablando en clichés.
TOMÁS
Además, está tan bien situado. Queda tan cerca de la
universidad.
DIANA
Tal vez demasiado.
TOMÁS
Está tan bien situado que si nos vamos ya podríamos
alcanzar a comprar unos sánduches para meter a la obra.
DIANA
¡No! Si nos vamos quién sabe que decide hacer y
terminamos viviendo en el cuarto de las lavadoras.
TOMÁS
No seas tan fatalista-
DIANA
Tú sabes que está loca. El mes pasado quería ponerle
rejas al apartamento del segundo piso para que no fuera
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 7.
DIANA (cont’d)un "punto de entrada potencial para los "rufianes" que
habitan esta ciudad".
TOMÁS
"Rufianes". Vieja loca.
DIANA
¡Tenía recortes de cada caso de apartamentos robados en
un año entero!
TOMÁS
(riéndose)
Los tenía organizados por mes y luego por cercanía.
DIANA
Sí, ríete, pero a mí me tocó analizar cada robo que
hubiera ocurrido a, máximo, diez cuadras de distancia.
TOMÁS
¿Te puso a qué? ¿Cuándo pasó eso?
DIANA
Cuando estabas con Alfonso hablando de tu vida de club
social.
TOMÁS
Pues, esa era mi infancia, perdón.
DIANA
Ahora te volviste un nostálgico.
TOMÁS
Yo no me burlo de ti cuando te acuerdas de tus
vacaciones en la Costa Azul.
DIANA
Pero es que yo no era un esnob insoportable.
TOMÁS
No seas así. Yo no soy el que iba a la Costa Azul.
DIANA
Y ya no. Deberías apoyarme más, entonces.
Pausa.
TOMÁS
Pero es que ese es el problema.
DIANA
¿Cuál?
(CONTINUED)
CONTINUED: 8.
TOMÁS
Nos estamos dejando intimidar por esta señora. Nos está
poniendo a pelear entre nosotros. Me niego a dejar que
esto siga pasando, esto no es un jardín infantil, ¿o
sí?
DIANA
No es matoneo, a ella le interesa mucho el edificio.
Sólo tú te sentirías matoneado por una anciana de
setenta años.
TOMÁS
¡Pero da miedo! Se ve toda frágil e inocente, pero esa
mujer es la maldad pura. Es como... como en ese libro
de Dickens...
DIANA
Ya empezaste...
TOMÁS
En el de la ancianita y el niño...
DIANA
(dubitativamente)
¿Oliver Twist?
TOMÁS
(no la escucha)
...El del niño, que está enamorado de la niña. Que hay
un ladrón que se escapó de Australia...
DIANA
No sé, la verdad-
TOMÁS
¡Grandes esperanzas! Es como la señora esa de Grandes
esperanzas.
DIANA
No tengo ni idea de lo que estás hablando. Acuérdate de
que el mundo no es como los libros.
TOMÁS
Claro, en los libros la gente sí va al teatro...
DIANA
¿Tienes que ser tan idi-
TOMÁS
El caso es que estamos dejando que esta mujer nos
domine. No nos deberíamos sentir intimidados por ella.
Deberíamos juntarnos contra ella.
(CONTINUED)
CONTINUED: 9.
DIANA
Se supone que eso es lo que hacemos.
TOMÁS
Pero, hay que hacerlo en serio.
DIANA
Tenemos que tener algo en su contra.
TOMÁS
Alfonso no volvió al club después de que se lanzó a la
Alcaldía.
DIANA
¿Alfonso se lanzó a la Alcaldía?
TOMÁS
Cuando yo era niño. Tendría como doce o trece.
DIANA
¿Y qué pasó?
TOMÁS
Nada, se lanzó y después de eso no volvió. Yo creo que
se gastó toda la plata en la campaña.
DIANA
Eso explica por qué vive en este moridero.
TOMÁS
Si odias nuestra casa, dímelo.
DIANA
No, a la casa no la odio-
TOMÁS
Acabas de decir que es un moridero.
DIANA
Ay, tú me entiendes.
TOMÁS
No, no entiendo. Y creo que tú tampoco.
DIANA
¿Yo tampoco qué?
TOMÁS
Tú tampoco entiendes que esto es lo que podemos pagar.
DIANA
Ay, Tomás, tú sabes que-
(CONTINUED)
CONTINUED: 10.
TOMÁS
¿Tú crees que no me gustaría poder vivir en un
apartamento que de verdad tuviera dos baños? ¿Tú crees
que no me gustaría poder volver al club? ¿Poder hablar
con mi mamá sin que me compare con los hijos de sus
amigas?
DIANA
¡No debería preocuparte tanto lo que piense tu mamá!
TOMÁS
No me preocupa, pero es mi mamá.
DIANA
¿Cuándo vas a ser más independiente, Tomás?
TOMÁS
Ay, no me vengas con eso, ¿Quién es el que trabaja para
que tú puedas estar haciendo una pasantía en una
galería?
DIANA
¡Tomás! ¡Otra vez!
TOMÁS
¿Otra vez qué?
DIANA
Otra vez nos puso a pelear entre nosotros.
TOMÁS
¿Qué?
DIANA
¡Hilda! Mira, perdón por decir que el edificio es un
moridero, hablé mal. Lo que quería decir es que el tipo
tenía mucha plata y ya no.
TOMÁS
Es cierto.
Pausa.
TOMÁS
Maldita Hilda. ¿Quién le da derecho a ponernos a
pelear?
DIANA
Es la presidente de la junta de vecinos.
TOMÁS
¿Y quién en su sano juicio la dejó llegar tan lejos?
(CONTINUED)
CONTINUED: 11.
DIANA
Tú.
TOMÁS
¿Qué? ¿Cómo?
DIANA
Por no venir a las reuniones. Nunca viniste de soltero,
yo empecé a venir cuando nos casamos.
TOMÁS
¿O sea que llevas diez años viniendo a estas cosas?
DIANA
Sí.
Pausa.
TOMÁS
Pues, deberían tratar de hacerlas más entretenidas.
Porque de verdad creo que a nadie le importa a qué
altura van a instalar una cámara de seguridad. De
verdad, es, fácilmente, lo menos importante en mi vida-
DIANA
No empieces-
TOMÁS
¿1.80 metros? ¿Dos metros? Si es de 1.80 puede ser muy
bajo y alguien se la puede robar, pero si es de dos
metros puede que no detecte todo lo que sucede a nivel
del piso, y ahora hay de esas cámaras microscópicas que
ruedan por el piso. Nos pueden estar espiando, y nos
van a robar a todos. ¿A robar qué? Nadie en este
edificio tiene un peso.
(Pausa)
Perdón, pero yo tengo una vida que vivir y no me podría
importar qué tan alta está una cámara de seguridad.
Hilda ha entrado cargando una gran carpeta blanca.
HILDA
Pues te cuento que ese es un tema muy serio que tuve
que resolver por mi cuenta.
DIANA
¡Hilda!
TOMÁS
¡Dios Mío!
HILDA
(preocupada)
Hola, Diana, mija. Me alegra que hayan podido venir. Te
ves muy bien.
(CONTINUED)
CONTINUED: 12.
DIANA
Hola, Hilda, gracias. ¿Estás bien? Te veo tensa.
HILDA
Todo bien, todo muy bien, estaba bajando el fólder.
DIANA
Ah, claro.
HILDA
Tú sabes que acá toca tener todo ordenado.
DIANA
Claro, claro.
Pausa.
HILDA
(rompiendo la tensión)
Te ves muy bien hoy, Diana. El típico vestidito negro,
¿no?
DIANA
(tímida)
Sí...
HILDA
Eso que dicen sobre el negro; es perfecto. Se ve
perfecto siempre. Te debe encantar.
DIANA
¿Ah, sí?
HILDA
¡Te hace ver tan delgada!
DIANA
Jajaja, ay, Hilda, eres...
Tomás ha estado mirando su reloj mientras su
esposa lo busca con la mirada por apoyo.
TOMÁS
Hilda, ¿dónde está Alfonso?
HILDA
Ah, ya viene. Está viendo ese concurso de música.
TOMÁS
¿De verdad? Porque debería-
(CONTINUED)
CONTINUED: 13.
DIANA
(en "Porque")
Porque siempre está acá contigo.
HILDA
Sí, pero este programa lo tiene muy emocionado,. Por
todos los niños todos afeminados. Y la negrita. Tan
lejos que ha llegado, ¡y es negrita! Aunque uno todavía
no sabe si confiar en ella. Es lógico, ¿no? Con esta
inseguridad... Y ahora están en todo lado, ¿no? Dice
que es material para el programa de radio. Yo creo que
se distrae, se pone tan tenso...
Pausa.
DIANA
Claro.
TOMÁS
(sospechosamente locuaz)
Nosotros también tenemos distracciones, Hilda. Tenemos
actividades, hobbies, vidas...
DIANA
Amor-
HILDA
¿Qué estás intentando decir, Tomás?
DIANA
Pues, Hilda, tú sabes cómo nos interesa todo lo que
pasa con el edificio...
HILDA
Sí...
TOMÁS
¡Buenísimo! Ya sabes que sí nos interesa.
DIANA
...Porque no queremos hacer pensar que no nos importa.
Este es nuestro hogar y-
TOMÁS
Nos estábamos preguntando...
HILDA
¿Sí?
TOMÁS
(claramente nervioso al encontrarse cara
a cara con Hilda)
Pues, queríamos saber cuánto se iba a demorar todo este
cuento-
(CONTINUED)
CONTINUED: 14.
HILDA
¿"Este cuento"?
DIANA
¡Tomás!
TOMÁS
Es que mi hermano,
Fernando, ¿te
acuerdas?
DIANA
Tomás, no empieces,
por favor.
TOMÁS
Sólo le estoy diciendo a Hilda que estamos un poco
apurados-
HILDA
(seria)
Tomás, si te quieres ir, vete; la verdad, no es como si
importara mucho que te quedaras. Lo que tenemos que
hablar acá es muy serio y la verdad no necesitamos a
nadie que no esté interesado. Esto lo debería resolver
yo sola.
DIANA
¿Muy serio? ¿Qué pasó?
TOMÁS
¿Perdón? ¿Cómo así que
no importa si yo no
estoy?
HILDA
Pues, en realidad, Diana y yo somos las que en verdad
hacemos algo. Las únicas a las que de verdad les
interesa esto. Alfonso y tú sólo se quedan sentados
hablando de yates y burros.
TOMÁS
¡Razas raras de caballos!
HILDA
Lo que sea. Si te quieres ir, vete.
TOMÁS
Pero-
DIANA
La verdad, amor, tiene razón.
TOMÁS
¿Qué?
DIANA
Pues, tiene razón. Hilda y yo somos las que nos
clavamos frente al folder mirando todos los detalles,
todas las posibilidades, mientras, para ser sincera,
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 15.
DIANA (cont’d)Alfonso y tú se quedan haciendo apuestas de fútbol
español.
HILDA
(mientras se ríe de manera desagradable)
¡Sí, sí! ¡Eso hacen!
TOMÁS
Entonces, ¿te quedas tú?
DIANA
... Sí...
TOMÁS
Pero es la obra de Fernando.
DIANA
Yo sé, pero tú sabes que esto es muy importante. Hay
que quedarnos acá. Vigilar lo que pase acá.
TOMÁS
Pero, amor, tienes que venir conmigo.
DIANA
¿Sí?
TOMÁS
Pues, sí. Eres mi esposa. Mi familia va a estar alla.
¿Qué va a pensar mi mamá cuando me vea llegar al teatro
sin ti? Tú sabes cómo es mi mamá, está loca.
Hilda se escandaliza un poco.
TOMÁS
Pues, no loca, pero la pobre ya esta vieja, y siempre
ha sido paranoica. Pobrecita.
HILDA
Siempre ignorando el problema que tienes en frente.
Desde niño, Tomás. ¿No estarás proyectando?
TOMÁS
¿Qué?
HILDA
Hace poco leí un artículo en "Mujeres en línea" que
muchas personas de tu edad le tienen terror a sus
inseguridades. Le tienen más miedo a eso que a las
amenazas del mundo real. Que muchos están desesperados
por estar solos. Alfonso y yo nunca tuvimos esos
problemas, pero el artículo decía que proyectan sus
propios temores en otros-
(CONTINUED)
CONTINUED: 16.
DIANA
Hilda, no creo que-
TOMÁS
¿De mi edad? ¿Qué quieres decir?
HILDA
Pues, el tiempo pasa, Tomás. ¿Cuántos años tienes? ¿50?
¿51?
TOMÁS
¡43!
HILDA
Bueno, bueno, yo qué voy a saber. Ya estás muy
grandecito como-
TOMÁS
Hilda, yo no estoy proyectando o lo que sea, y...
(consiguiendo algo de coraje)
La verdad no veo cómo esto es tu problema.
HILDA
Pero sí es mi problema, Tomás. Mi problema es cuando la
gente no se interesa por el edificio. Cuando no les
importa que esto se convierta en un caño. Cuando no les
importa nada aún cuando su vida esté en peligro.
ALFONSO
Y tú, queridita, evitas que eso pase de manera
excepcional.
Alfonso ha entrado al cuarto. Es un hombre que sin
duda fue extremadamente atractivo en su juventud.
Con el tiempo este magnetismo se ha convertido en
una elegancia imponente. Sin embargo Diana parece
ser inmune a su personalidad y esto le sorprende
y, tal vez, lo excita. Es más joven que Hilda.
HILDA
¿Se acabó el programa?
ALFONSO
Sí, por fin, pero sí conseguí mucho material para
mañana.
HILDA
Me alegra.
ALFONSO
Sí, yo creo que mañana voy a hablar de algo así como
"La degeneración de nuestros valores en la juventud
está basada en la defensa de principios poco éticos
promovidos por la televisión".
(CONTINUED)
CONTINUED: 17.
TOMÁS
¡Alfonso, hola!
ALFONSO
Tomás, Tomasito, pobrecito Tomasito ¿cómo estás?
TOMÁS
¡Bien, bien, todo muy bien! ¿Cómo así que pobrecito?
ALFONSO
¿Y esa pinta?
(mirando a Diana)
¿Se vistieron así de bien para esto?
TOMÁS
Pues-
ALFONSO
Ah, Diana, siempre tan linda.
DIANA
Buenas noches, Alfonso.
ALFONSO
Definitivamente buenas. Qué placer es verlos.
Diana sólo sonríe.
ALFONSO
Bueno, ya estamos los cuatro. ¿No va a venir nadie más
o sí?
HILDA
No creo. Empecemos. Esto es urgente.
TOMÁS
¡Mucho!
ALFONSO
Entonces, los cuatro de siempre.
DIANA
(aparte)
Los cuatro de siempre.
ALFONSO
Vieja, cuéntanos los detalles mientras voy y traigo las
copitas.
DIANA
¿Copitas? Hoy no.
(CONTINUED)
CONTINUED: 18.
TOMÁS
No, Alfonso, gracias, pero de verdad-
ALFONSO
(Quien ha caminado a la mesita de café)
¿Y el whiskey?
HILDA
Hoy no, Alfonso.
ALFONSO
¿Cómo?
HILDA
Hoy no. Lo de hoy es muy serio. Hay que poner atención-
TOMÁS
Entonces, empecemos de una vez, ¿no?
HILDA
Gracias por el interés...
(Pausa.)
ALFONSO
Había traído una botellita, Tomás. A tu papá le habría
encantado.
DIANA
Tomás no toma.
TOMÁS
No, pues, tampoco es que no tome, lo que pasa es que lo
mío no son los tragos oscuros.
ALFONSO
¿Ah, sí? ¿Qué te gusta, entonces?
TOMÁS
No, no sé, ¿una piña
colada?
DIANA
¿Tomás, la gaseosa es
un trago oscuro?
ALFONSO
(Dando una gran carcajada)
Por eso me caes bien, Diana.
DIANA
Qué honor.
ALFONSO
(a Hilda)
Entonces, ¿empezamos?
(CONTINUED)
CONTINUED: 19.
HILDA
Empecemos...
TOMÁS
(con falsa emoción)
¡Hagámosle!
Pausa.
HILDA
(Abriendo la carpeta de manera casi
ritualística)
Listo, entonces... Este es el reporte que yo escribí
sobre lo que pasó la noche del veintiseis.
ALFONSO
¡Ay, Tomás! ¿Supiste que Luis Orozco se murió?
TOMÁS
¿De verdad? Él no era tan viejo, ¿o sí?
Tocan a la puerta.
NATALIA
(desde afuera)
¿Buenas?
ALFONSO
Tenía setenta,
¿setenta y uno?
Siguen tocando.
ALFONSO
(a Hilda)
¿Cuántos años tenía Luis?
HILDA
(claramente molesta)
¿Te molestaría, Alfonso?
ALFONSO
¿Qué?
Tocan de nuevo.
NATALIA
¿Buenas?
ALFONSO
Ah, claro.
NATALIA
Había un aviso en el ascensor.
(CONTINUED)
CONTINUED: 20.
Alfonso abre la puerta y revela a Natalia. Es una
veintiañera no muy alta y más o menos
atractiva. No es extremadamente linda, pero es
joven. Todo sobre ella tiene gracia por esto. Es
claro que acaba de llegar al edificio. Está un
poco agitada. Alfonso no sabe qué hacer con ella.
HILDA
¿Qué pasó?
ALFONSO
Mija, hay una niña-
NATALIA
Buenas, ¿puedo pasar?
ALFONSO
Claro, claro, mijita.
HILDA
¡Natalia!
NATALIA
Buenas, doña Hilda.
HILDA
(aparte)
Ahora sí decidieron venir todos.
TOMÁS
(alegre)
Natalia.
NATALIA
(alegre también)
Tomás.
Natalia se le acerca. Se abrazan de forma
incómoda.
DIANA
(interrumpiendo el momento)
Hola.
TOMÁS
Amor, esta es Natalia. Es una estudiante mía. Bueno,
era, hace ya años.
NATALIA
¿Años? Me hace sentir muy vieja.
(CONTINUED)
CONTINUED: 21.
TOMÁS
(Tratando de ser galán)
Eso sería imposible. Que fueras muy vieja.
DIANA
Mucho gusto.
TOMÁS
Natalia era mi mejor estudiante en la clase de
Boccaccio.
NATALIA
Claro que no.
TOMÁS
Por lo menos estabas entre los cinco mejores.
NATALIA
El mejor era Daniel Gómez.
TOMÁS
Claro que no. Además, Daniel se tiró un semestre muy
bueno con el final. Lo iba a escribir de la influencia
de los relatos enmarcados y los cuentos populares en
Boccaccio, y luego decidió hacer una comparación entre
El decamerón y las películas de Woody Allen. Y pues, no
estaba mal, pero el primero era mucho más interesante.
Es claro que sólo Natalia le ha puesto atención.
DIANA
¿Boccaccio? Difícil, ¿no?
TOMÁS
Diana intentó leer El decamerón una vez, pero no pudo
acabar el primer día.
DIANA
Claro que sí, alcancé a leer hasta-
NATALIA
(a Diana)
Es difícil, no creo que yo lo hubiera terminado si no
fuera por Tomás. Es que tiene un método tan bueno. Hace
que todo sea como tan, como tan increíble, tan lindo.
TOMÁS
Pero si El decamerón en sí es increíble. Y es muy
lindo.
HILDA
¿Y si dejamos la discusión literaria para otro día?
(CONTINUED)
CONTINUED: 22.
DIANA
¡Por favor!
TOMÁS
Yo creo que tienen razón, Natalia. Luego seguimos
discutiendo.
ALFONSO
¿Y esta hippie qué?
HILDA
Está arrendando el 201.
DIANA
Y, perdón ser tan directa, pero ¿qué haces acá?
NATALIA
Me mudé hace dos semanas.
TOMÁS
Me llamó porque se acordó de que yo vivía por acá.
DIANA
¿Y cómo sabía eso?
TOMÁS
Ella me traía en su carro a veces.
HILDA
Natalia, ¿viniste para la reunión?
NATALIA
Pues, vi un aviso en el ascensor y pensé que debería
venir. Pues, ya me gradué y ya estoy trabajando, y pues
ya vivo sola, y no sé quería ya ser... Estoy
tratando de como de verdad ser como... ¿adulta? Y pues
eso implica tener que hacer cosas completamente
detestables, ¿no?
Silencio.
HILDA
Entonces, ya que estamos todos juntos-
ALFONSO
Entonces, Tomás, Luis estaba en la costa con su esposa
nueva-
HILDA
¡Alfonso!
(CONTINUED)
CONTINUED: 23.
ALFONSO
Ay, perdón, perdón, mija.
HILDA
Entonces, ya que estamos todos juntos, voy a seguir con
mi reporte de la noche del 26.
TOMÁS
¡Ya son las ocho y cuarto!
Dándose cuenta de que habló en voz alta.
TOMÁS
Perdón, perdón.
HILDA
(Tomando un tono serio y un poco
pedante, lee)
"En la noche del 26 del mes presente, alrededor de las
11:45 p.m., Vicente Pinzón, el portero de turno...
La puerta se abre súbitamente para mostrar al Sr.
Martínez. Es muy alto, muy flaco y su pelo es
completamente cano. Está encorvado, y tiene un
tono de voz bajo, sombrío y monótono.
MARTÍNEZ
Perdón. Estaba hablando por teléfono con mi hija. No
quería llegar tarde, pero me estaba contando de-
ALFONSO
(relajado)
Tranquilo, tranquilo, Martínez, estábamos empezando.
HILDA
Qué milagro verlo por acá.
MARTÍNEZ
De viejo le da a uno por hacer bobadas.
TOMÁS
(aparte)
¿Y la momia por qué vino?
Diana lo ignora. Natalia se ríe con él en
complicidad.
HILDA
Sí, eso lo sabemos todos acá.
TOMÁS
(aún aparte)
Está tardísimo.
(CONTINUED)
CONTINUED: 24.
HILDA
Casi todos.
Pausa.
MARTÍNEZ
¿Y esta niña?
HILDA
Se llama Natalia Wasserman, ahora vive en el 201.
NATALIA
Mucho gusto.
MARTÍNEZ
Sí, sí.
(voltea a ver a Diana y a Tomás)
Diana.
DIANA
Hola, Aurelio.
MARTÍNEZ
Ah, Tomás.
TOMÁS
Buenas, don Aurelio.
Martínez no le responde.
HILDA
Entonces, el reporte:
"En la noche del 26 del mes presente, alrededor de las
11:45 p.m., Vicente Pinzón, el portero de turno, quien
ha trabajado en el edificio durante los últimos quince
años, oyó unos golpes fuertes y acelerados en la puerta
del edificio. El portero estaba bastante alerta y, al
escuchar el alboroto, revisó la cámara de seguridad
recientemente instalada, siguiendo el protocolo
establecido. La cámara mostraba a un jovencito jadeante
y claramente exasperado. Es importante recordar que el
muchacho era un extraño para el señor Pinzón. El
portero, siguiendo protocolo, utilizó el timbre para
comunicarse con el joven, quien gritó pidiendo ayuda,
pues, según su testimonio, estaba siendo seguido y
declaró, claramente exasperado que lo "querían matar".
DIANA
¿Qué?
(CONTINUED)
CONTINUED: 25.
TOMÁS
¿Cuándo fue veintiseis?
MARTÍNEZ
El jueves pasado.
HILDA
¿Puedo?
Todos se callan.
HILDA
Gracias.
"Inicialmente, el portero ignoró las declaraciones del
joven, pero, según su testimonio, al ver que el joven
reaccionó a lo que parecía la aparición de algo o
alguien en la esquina de la calle al tornarse mucho más
tenso y empezar a llorar y llorar por su vida, el
portero, ignorando cualquier consideración del
protocolo establecido, procedió a abrirle la puerta al
muchacho, que entró a la portería de nuestro edificio.
De acuerdo con el señor Pinzón, el muchacho le
agradeció al portero y llamó a su padre desde su
teléfono celular. El portero afirma que no pudo oir la
conversación entre el joven y su padre, y no quería
involucrarse, pues, en su opinión, y sus palabras, "el
muchacho tenía mucho en la cabeza". El padre del
muchacho llegó alrededor de quince minutos después y,
después de que ambos agradecieron al portero, el joven
y su padre se fueron.
Silencio largo y pesado.
NATALIA
Wow.
ALFONSO
Y por eso es que estamos acá.
HILDA
Espero que entiendan lo que esto significa.
NATALIA
(aparte o a Tomás)
Con razón el arriendo es tan barato.
Tomás ríe con ella de nuevo.
DIANA
No, claro. Esto es terrible. ¡Cómo-
(CONTINUED)
CONTINUED: 26.
HILDA
¿Alguna opinión, Tomás?
TOMÁS
No, no, pues, yo sabía que el barrio ya no es lo que
era antes, pero nunca pensé que-
MARTÍNEZ
¿Y el muchacho está bien?
HILDA
Claramente ustedes están muy sorprendidos.
TOMÁS
Vamos a hacer algo al respecto, ¿no?
DIANA
Pobre niño, debía estar muerto del susto. ¿Cuántos años
tenía?
HILDA
Sí, Tomás, vamos a hacer algo. Y creo que todos estamos
de acuerdo en que tenemos que hacer algo, ¿no?
Todos menos Martínez asienten.
HILDA
Entonces, no nos demoramos nada.
NATALIA
¿Ya le dijeron a la policía?
MARTÍNEZ
¿El muchacho está bien?
TOMÁS
¡Hay que decirle a la policía!
HILDA
Sí, claro, a las autoridades se les va a notificar en
su debido momento.
DIANA
¿Y qué vamos a hacer? Vamos a instalar un sistema de
seguridad, ¿o qué?
HILDA
Sí, claro, también, a su debido momento. Pero yo creo
que tenemos que tomar acción inmediata.
ALFONSO
Completamente de acuerdo. Acción inmediata.
(CONTINUED)
CONTINUED: 27.
MARTÍNEZ
¿El muchacho está bien?
TOMÁS
¿Cómo así acción inmediata?
ALFONSO
A ver, esto puede que-
HILDA
Echamos al celador.
DIANA
¡¿Qué?!
TOMÁS
Hilda, pero-
DIANA
¡¿Van a echar a Vicente?!
HILDA
El señor Pinzón no obedeció el protocolo.
TOMÁS
Pero-
DIANA
Sí, Hilda, lo que hizo no estuvo bien, pero lo hizo
para ayudar a alguien.
ALFONSO
Yo sé que esto les parece apresurado, pero-
DIANA
¿Apresurado? ¡Pero si Vicente lleva quince años
trabajando acá!
ALFONSO
Bueno, es cierto, pero no nos pongamos sentimentales.
El tipo ya es un inutil.
HILDA
Completamente. Ya ni oye.
DIANA
Pero oyó lo suficientemente bien al muchacho. Hilda, le
salvó la vida a un niño.
HILDA
Obviamente, el barrio está hecho una Gomorra moderna.
(CONTINUED)
CONTINUED: 28.
DIANA
¿Qué? ¿Gomorra moderna?
HILDA
Y por eso, si el muchachito estaba acá, es porque algo
malo andaba haciendo.
DIANA
¿"Algo malo andaba haciendo"? ¿No se pudo haber
perdido? ¿De dónde carajos estás sacando que el niño es
malo?
TOMÁS
Amor, contrólate.
DIANA
Cállate.
HILDA
Lo estoy sacando de los índices de criminalidad de la
policía. Los delincuentes en nuestro barrio tienen
edades que oscilan entre los quince y los veinte años.
La edad del muchachito.
Aparte.
TOMÁS
Bueno, el portero no es tan malo. Sí, seguro que se
equivocó e hizo algo que no es estrictamente bueno.
Pero, al final, es un tipo que nos conoce. Es un tipo
que nos aprecia. Hace ocho días nada más me ayudó a
arreglar el carro que se me había quedado sin batería.
NATALIA
¿Y dónde está don Vicente?
HILDA
¿Cómo?
NATALIA
Pues, la única persona que sabe lo que pasó es él...
¿No?
HILDA
¿Eso significa que a mí no me creen?
NATALIA
No, no, para nada, sólo que, pues... sería bueno saber
qué tiene que decir al respecto, ¿no?
TOMÁS
Yo creo que Natalia tiene razón-
(CONTINUED)
CONTINUED: 29.
DIANA
Sin duda.
TOMÁS
¿Qué?
MARTÍNEZ
¿Y el muchacho está bien?
DIANA
(furiosa)
¡El portero le salvó la vida a un niño!
HILDA
Perdóname, Diana, pero con ese tono no podemos hablar.
DIANA
Pero si es que-
TOMÁS
¿No hay nada más que podamos hacer?
ALFONSO
Tomás, Tomasito, no hay de otra. Así es la vida. El
viejo ya no da una más. Y la verdad nos puso a todos en
peligro.
TOMÁS
Pues...
DIANA
No nos puso en peligro, le salvó la vida a un niño.
MARTÍNEZ
¿El muchacho está bien?
HILDA
(hastiada)
Sí, sí, el muchacho está bien. O eso creemos.
MARTÍNEZ
¿Pero no sabe?
HILDA
Se fue con su papá esa noche. Eso es todo lo que
sabemos.
MARTÍNEZ
¿No sabemos ni cómo se llama?
HILDA
¡No! ¡Claro que no! ¡Y ese es todo el problema!
(CONTINUED)
CONTINUED: 30.
DIANA
¿Cómo así?
HILDA
Pues, el señor Pinzón dejó entrar a un extraño al
edificio. Al hacer eso puso todas nuestras vidas en
peligro.
TOMÁS
Pero de pronto estamos exagerando, era sólo un niño,
¿no?
NATALIA
Pero es que no sabemos. No sabemos su edad, no hemos
visto el video, no hemos hablado con el portero...
DIANA
¿Estarías diciendo que echáramos al portero si ese niño
fuera tu hijo, Hilda?
HILDA
Gracias a Dios, Alfonso y yo sólo tuvimos a un niño que
nunca se metería en ese tipo de situaciones. Y
perdóname si te lo pongo así, Diana, pero ¿quién te
crees para hablar de hijos?
DIANA
Yo...
TOMÁS
Hilda, usted no-
HILDA
Porque se te está haciendo como tarde, ¿no?
TOMÁS
Perdóneme, Hilda, pero usted no le habla así a mi
esposa-
ALFONSO
Tomás, Tomasito, fresco. Así como están ustedes es
mejor. Eso es una trampa, tener hijos. Lo tienen a uno
esclavizado dieciocho años y luego a agradecer si lo
llaman a uno en Navidad.
HILDA
¿Sabían que este "niño" era por lo menos 30 centímetros
más alto que el celador?
DIANA
¿Y cómo vamos a saber eso si usted es la única que ha
visto el video?
(CONTINUED)
CONTINUED: 31.
HILDA
¿Te molestaste, Diana?
DIANA
Yo creo que todos deberíamos ver el video.
HILDA
Yo soy la presidente de la junta de vecinos.
NATALIA
Pero todos deberíamos poder ver el video, ¿no? Antes de
tomar cualquer decisión-
DIANA
Es que no hay decisión que tomar. ¡No vamos a echar a
Vicente porque le salvó la vida a un niño!
TOMÁS
Yo creo que deberíamos votar. Seamos democráticos como
los griegos nos enseñaron.
HILDA
¡Por fin alguien más o menos razonable!
TOMÁS
Bueno, yo no estoy de acuerdo con que echemos a
Vicente, pero sí creo que el barrio se volvió más
peligroso.
ALFONSO
Bueno, obviamente tú y Diana votan que no, y la vieja y
yo decimos que sí.
HILDA
(a Natalia y Martínez)
Eso quiere decir que ustedes dos deciden.
NATALIA
¿Qué? Yo no puedo tomar esa decisión. Yo tengo
veinticuatro años, yo estudié antropología, ¡yo no
puedo tomar decisiones reales! Esta mañana me demoré
media hora escogiendo qué marca de jabón de ropa
comprar, ¡yo no puedo tomar una decisión sobre la vida
de alguien más!
HILDA
Entonces, un voto en blanco.
(a Martínez)
Eso significa que decide usted.
MARTÍNEZ
Yo no soy la persona apropiada para eso.
(CONTINUED)
CONTINUED: 32.
HILDA
¿Y como por qué?
MARTÍNEZ
Porque no tengo ningún tipo de autoridad moral para
hacerlo.
HILDA
¿Cómo así?
MARTÍNEZ
La única forma en la que yo podría tomar una decisión
sobre la vida de otro hombre sería que yo tuviera un
cierto tipo de autoridad moral que estableciera que soy
"mejor", por decirlo así, que él. Y sencillamente no-
TOMÁS
Bueno, pero si nos toca elegir a alguno de nosotros
para que sea una autoridad moral sería a usted.
HILDA
(molesta)
¿Y por qué es tan obvio?
TOMÁS
Sin ofender, Martínez, pero usted se la pasa en la
casa.
MARTÍNEZ
Bueno, yo-
TOMÁS
Si no está en el casino en el centro comercial, está
acá. Y yo creo que ir al casino no es tan grave. Es tan
inactivo que lo creo incapaz de hacer algo malo.
DIANA
Bueno, creo que nos estamos alejando del punto-
HILDA
De acuerdo.
DIANA
Yo estoy completamente en contra de echar a un viejo de
sesenta años a la calle. ¿Ustedes creen que va a
conseguir un trabajo ahora? El tipo nos quiere-
NATALIA
Sí, yo estoy de acuerdo.
HILDA
Pero, niña, tú llevas dos semanas acá.
(CONTINUED)
CONTINUED: 33.
NATALIA
Yo sé, pero igual lo he sentido. Don Vicente es bueno
conmigo. Me abre la puerta siempre. Me saluda con
ánimo. Le importa su trabajo.
DIANA
¡Sí! Le importa su trabajo, y le importan los niños. O
le importó ese niño. ¡Le importa la vida humana! ¡Pero
ustedes no ven eso!
MARTÍNEZ
(calmado)
Diana-
DIANA
(con lágrimas en los ojos)
¡Esto es completamente ridículo! El viejo hizo lo que
estaba bien y ahora lo van a tirar a las patadas!
MARTÍNEZ
Tomás, dile algo.
TOMÁS
Cuando se pone así es mejor quedarse calladito.
DIANA
¡Cobarde! ¡Cobarde y cobardes todos ustedes! ¡El tipo
no hizo nada malo! ¡Lo único que hizo fue respetar la
vida humana!
HILDA
¡Diana, cálmate!
DIANA
¿Qué?
MARTÍNEZ
Estás gritando.
TOMÁS
Amor-
HILDA
Y el señor Martínez estaba hablando.
DIANA
Ay, perdón, Aurelio,-
MARTÍNEZ
Tranquila, tranquila, sólo iba a-
(CONTINUED)
CONTINUED: 34.
HILDA
Dianita, yo creo que deberías salir un rato. Sal, date
un respiro. Léete una revista, una novelita. Mírate un
porgrama de televisión. Y cuando te calmes, vuelves a
bajar.
TOMÁS
(mirando su reloj)
Yo estoy de acuerdo. Vamos a hacer algo que te
distraiga. Algo que te calme.
DIANA
Estoy calmada.
MARTÍNEZ
Iba a-
TOMÁS
No lo estás.
DIANA
Pues, perdón, perdón por mostrar el más mínimo interés
por la vida humana.
MARTÍNEZ
Iba a-
TOMÁS
Ay, no. No seas así, de verdad.
MARTÍNEZ
¡Estoy hablando!
Un silencio escalofriante se apodera del recinto.
MARTÍNEZ
Gracias. Lo que iba a decir era que aprecio tu apoyo,
Diana, pero eso no significa que esté de acuerdo con tu
punto de vista-
TOMÁS
Y como no vamos a llegar a nada hoy, mejor vámonos y
hablamos otro día. Vámonos, Diana.
HILDA
Nadie se va hasta que no arreglemos esto.
DIANA
Yo estoy de acuerdo con Hilda.
TOMÁS
No vamos a llegar. Ya no pudimos comer nada. Vámonos y
por lo menos llegamos a la obra a tiempo.
(CONTINUED)
CONTINUED: 35.
NATALIA
Si quieres-
MARTÍNEZ
¡Dejen hablar!
Silencio de nuevo.
HILDA
Perdón, Martínez, perdón. Por favor siga.
MARTÍNEZ
Gracias. Como dije, no creo que debamos despedir al
viejo, pero tampoco creo que el tipo esté haciendo bien
su trabajo-
DIANA
¡¿Qué?! ¡Eso es injusto!
MARTÍNEZ
¡Diana! Estoy hablando. Y la verdad sí te ves un poco
tensa-
NATALIA
(aparte)
Está hecha una loca.
Tomás se ríe. Martínez los calla con la mirada.
NATALIA
Perdón, perdón.
MARTÍNEZ
También creo que el barrio se está volviendo más
peligroso cada día que pasa. Ya he visto por lo menos
un atraco a la semana a dos calles-
NATALIA
¿Y por qué no hace nada?
MARTÍNEZ
Señorita, yo ya soy un viejo y creo que eso es
evidente. ¿Usted espera que yo me ponga a pelear con
unos jovencitos musculosos y con cara de peligrosos?
NATALIA
¿Y qué es "con cara de peligrosos"?
TOMÁS
Natalia, no.
(CONTINUED)
CONTINUED: 36.
NATALIA
No, es que yo sé cómo son algunos "viejitos".
MARTÍNEZ
¿Cómo así?
NATALIA
¿Los jovenes son "bronceaditos"?
MARTÍNEZ
Ay, no me vengan con esas pendejadas. Claro que no.
Sólo quiero decir que se visten de una cierta manera y
eso implica que son-
NATALIA
¿Eso significa que son qué? ¿Pobres?
TOMÁS
Natalia, no sigas.
ALFONSO
Bueno, pero es que lo más probable es que sean negritos
y pobres, ¿no?
NATALIA
Pues-
ALFONSO
Pues, eso se puede comprobar.
DIANA
(de la nada)
¡Viejo rancio!
TOMÁS
¡Diana!
DIANA
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué pasó, amor? ¿Dije algo que no debía?
Porque de verdad, estoy segura que la mitad de lo que
él dice es algo que no debería decir. ¡Estoy segura de
que todo lo que dice en ese programa de radio tampoco
lo debería decir!
ALFONSO
Dianita, corazón-
DIANA
Ni se atreva, viejo verde.
ALFONSO
¿Cómo?
(CONTINUED)
CONTINUED: 37.
TOMÁS
Diana, no más.
DIANA
¿Qué? Dime qué pasa. ¿Te molesta que no me derrita por
tu ídolo? Pues, perdóname pero yo no soy la única que
cree que es un viejo verde.
NATALIA
¿Y usted por qué me mira?
DIANA
No joda, niña. ¿Quiere crecer? ¿Quiere "empezar a ser
una adulta"? Entonces, deje de insinuársele a cualquier
hombre que sea mayor que usted.
NATALIA
¿!Qué!?
TOMÁS
¡Diana, no más! ¡No más!
DIANA
¿No más qué? ¿No más qué? ¿Quieres que deje de decir lo
que pienso? ¿Quieres que deje de pensar, amor? ¿Quieres
que sea tu niñita sumisa que cree que todo lo que sale
de tu boca es sabiduría pura? Porque la verdad, no lo
es. Y estoy cansada de que todo el mundo en este cuarto
esté contra mí. Y a la mayoría de ustedes los entiendo.
Pero-
MARTÍNEZ
¡Suficiente!
Una vez más, silencio sepulcral.
MARTÍNEZ
Mire, niña, yo no soy racista. Y no tengo por qué darle
explicaciones, pero si le molesta tanto que no me meta
cuando vea un atraco le voy a decir la verdad. No me
meto porque si me meto, terminan atracándome a mí
también. Así que lo que hago es hacer que no pasa nada
y venirme rápido a mi casa.
NATALIA
¿Y por qué no llama a la policía?
MARTÍNEZ
¿Para que metan a un par de muchachos un par de horas a
la cárcel? Dígame, ¿qué va a cambiar si llamo a la
policía?
(CONTINUED)
CONTINUED: 38.
NATALIA
Tal vez, nada, pero es lo que se debe hacer.
MARTÍNEZ
Yo no debo hacer nada.
NATALIA
Cobarde.
HILDA
Pero míralo, ya está muy viejo, Natalia.
MARTÍNEZ
Estoy más lúcido de lo que cree, Hilda.
HILDA
Yo también estoy muy lúcida, Martínez. Por eso soy la
presidente de la junta de vecinos, y por eso es que sé
todo lo que pasa en este edificio.
TOMÁS
¡Lo está amenazando, esto se puso bueno!
Natalia se ríe.
HILDA
Ustedes volvieron este espacio democrático y lo
volvieron un manicomio. De verdad, esto está hecho un
desastre. ¿Por qué no volvemos a lo que nos compete?
ALFONSO
A mí me parece que aquí hace falta algo que nos ponga
contentos. Parecemos una marcha fúnebre.
HILDA
¡Alfonso, te quedas!
Alfonso, antes de salir, un aparte.
ALFONSO
Bueno, una hora hablando del portero. Una hora y no
llegamos a ningún avance. No puedo decir que no me lo
esperara. Mi esposa es una mujer práctica. Una mujer
que sabe lo que necesita y cuándo lo necesita. Los
otros, los otros son demasiado emocionales. Hay mucho
amor entre ellos. Eso se siente. Y eso hace daño. Eso
les hace daño. Tampoco digo que ser tan práctico como
mi esposa no sea dañino, pero la vieja ya lo sabe
manejar. Es una genio, de verdad.
Para mí no hay nada más provocativo que una mujer con
convicción. Esas mujeres que creen que saben lo que
dicen. Claro que mi mujer sí que sabe. Pero verlas tan
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 39.
ALFONSO (cont’d)convencidas de algo, verlas sufrir por algo. Eso sí que
es bueno. Así es como son Dianita, y la niña nueva. Ay,
la niña nueva. Mi esposa me deja tener mis escapadas.
Todas son imaginarias, ¿no? Yo no andaría traicionando
a una mujer de tal magnitud. Es más práctico, dice
ella, que ponerse a aparentar que es más joven de lo
que es.
¿Yo? Yo no soy un tipo práctico. O de pronto sí lo soy.
Yo lo que soy es un tipo cómodo, y eso es lo que me
importa. ¿El portero? A mí no me importa quién sea, lo
que me importa es que haya uno. Que haya un tipo que me
abra la puerta y me cuide la casa. Para no tener que
hacerlo yo.
Sale.
TOMÁS
(muy bajo, a Diana)
Si votamos ya, ganamos. ¡Dale y nos vamos!
DIANA
(muy alto)
¿Qué? ¿Quieres traicionar a tu ídolo?
TOMÁS
(bajo)
¿Qué?
DIANA
(muy alto)
No podemos traicionar a Alfonso y votar ya.
HILDA
Eso no se puede, Tomás. Aunque no me sorprende que
propongas algo así.
TOMÁS
¿Cómo?
DIANA
Quiere decir que eres un rastrero.
HILDA
Jaja. Algo así. Toda la asamblea tiene que votar. Así
no quieran. Natalia y Martínez tienen que votar.
MARTÍNEZ
Ah, buenísimo.
(CONTINUED)
CONTINUED: 40.
NATALIA
No, pero yo-
DIANA
Otro de tus brillantes planes que, como siempre,
fracasa, amor.
NATALIA
No debería dejar que le hablara así.
MARTÍNEZ
Niña, esto no tiene nada que ver con nosotros.
NATALIA
(desafiante, a Diana)
No debería hablarle así a su esposo.
DIANA
Ponga eso en Facebook.
TOMÁS
Diana, no seas así.
MARTÍNEZ
Tomás, no la presiones.
TOMÁS
Esto no tiene nada que ver con usted.
HILDA
Nada que ver.
TOMÁS
¿Disculpe?
HILDA
Te disculpo.
TOMÁS
Bueno, bueno. ¿Alguien me va a explicar por qué todos
están en contra mía?
NATALIA
Yo-
TOMÁS
Yo no he hecho nada malo acá. Yo no soy el malo del
paseo. Acá hay muchos que podrían serlo, pero estoy
seguro de que ninguno de esos soy yo.
DIANA
Entonces dinos quién.
(CONTINUED)
CONTINUED: 41.
TOMÁS
¿Qué?
HILDA
Sí, Tomás, si estás tan seguro de que hay un "villano"
de la historia, dinos quién es.
TOMÁS
Yo no soy así.
HILDA
Obviamente.
DIANA
Eres un adalid de la valentía. ¿O de la cobardía?
NATALIA
¿Se supone que eso es un chiste? Porque es pésimo.
DIANA
Haga una reseña de mis chistes en su blog, entonces,
niña.
Hilda se rie desaforadamente.
TOMÁS
Diana...
HILDA
¡Que lo ponga en Twitter!
Diana se rie con ella.
NATALIA
¿Por qué son tan malas?
HILDA
Ay, dele tiempo, mijita.
NATALIA
Ah, no, yo no voy a ser como ustedes. Eso sí, ténganlo
muy claro.
HILDA
No, no, claro que no.
NATALIA
Ustedes dos son un par de perras es porque están
frustradas.
TOMÁS
Gracias.
(CONTINUED)
CONTINUED: 42.
NATALIA
Ay, no, yo no-
TOMÁS
Tranquila. Es verdad.
DIANA
La pura verdad.
HILDA
Será para ustedes.
DIANA
Vete a la mierda, Hilda.
HILDA
Gracias.
Alfonso regresa. Obviamente ha bebido.
HILDA
¿Dónde andabas?
ALFONSO
Arriba.
DIANA
En lo mismo de siempre, ¿no?
(señala que ha estado bebiendo)
ALFONSO
Pues, sí, corazón.
MARTÍNEZ
Sigue con el "corazón".
ALFONSO
Sí, sigo. Porque funciona.
HILDA
Alfonso, cállate y siéntate.
Alfonso se sienta de manera exagerada, pero antes
se pavonea frente a Diana y Natalia.
ALFONSO
Bueno, ya, mi vieja, ya me senté. ¿De qué me perdí?
TOMÁS
Trataron de crucificarme, y cuando vieron que no tenían
cómo, me emascularon.
(CONTINUED)
CONTINUED: 43.
ALFONSO
Ah, bueno, nada nuevo. Bueno, ¿qué vamos a hacer con
todo este cuentico? Tomás está de afán para ir a... a
la cosa esa... al-
TOMÁS
A la obra de mi hermano.
ALFONSO
¡Al show del muchachito!
DIANA
¡Eso es lo que le gusta!
NATALIA
Qué asco.
TOMÁS
Qué madura, Diana.
Pausa.
DIANA
La verdad es que puede que Tomás sea un cobarde sin
personalidad ni carácter, pero tiene razón.
HILDA
¿Sobre qué?
DIANA
Tú eres la mala de acá.
HILDA
¿Ah, sí?
DIANA
Tú eres la que quiere mandar a un pobre viejito a la
calle.
HILDA
Ay, tú y los viejitos...
MARTÍNEZ
Diana, no.
DIANA
Pero es cierto. Hilda, seamos sinceros, siempre odiaste
a Vicente.
HILDA
Yo amo a este edificio y todo lo que significa. Hasta a
su portero.
(CONTINUED)
CONTINUED: 44.
DIANA
(a Tomás, que la ignora)
El año pasado lo intentó echar también, ¿te acuerdas?
MARTÍNEZ
Yo me acuerdo.
HILDA
El tipo no estaba haciendo su trabajo.
DIANA
¡No tenía sombrilla!
NATALIA
¿Me explican de qué es lo que están hablando?
TOMÁS
Hace más de un año estaba cayendo un aguacero durísimo
y Hilda había llamado un taxi. Vicente le ofreció su
chaqueta para que no se mojara mientras caminaba de la
portería al carro.
HILDA
El tipo me quería manosear.
DIANA
Te quería ayudar.
ALFONSO
Vieja, nadie te quiere manosear.
HILDA
Bueno, pero igual, no tenía sombrilla. Todos los
proteros tienen sombrilla.
DIANA
No tenía sombrilla porque tú, la presidente de la junta
de vecinos, y la que se encarga de los gastos, nunca
quiso darle una.
HILDA
Bueno, pero con esos aguaceros que estaban cayendo, era
obvio que tenía que traer una.
NATALIA
Pero no era obligatorio.
DIANA
Exacto. Y tú lo querías echar.
HILDA
Es un incompetente.
(CONTINUED)
CONTINUED: 45.
DIANA
¡Te estaba ayudando!
NATALIA
(a Hilda)
Usted es mala.
DIANA
Lo es. Lo es, es una mala. ¡Una maldita! ¡Una bruja!
MARTÍNEZ
¡Diana!
DIANA
Maldita.
MARTÍNEZ
¡Tomás, dígale algo!
TOMÁS
Como si yo pudiera hacer algo.
DIANA
¡Maldita!
HILDA
Ay, no me vengas con pendejadas.
DIANA
¿Pendejadas? ¿Qué pendejadas? ¿Es una pendejada estar
obsesionada con el poder? ¿Odiar a la gente que intenta
hacer algo bueno por los demás?
MARTÍNEZ
No más, Diana.
DIANA
Esta vieja es una resentida. Una resentida con la vida.
Porque su esposo es un cerdo que ni la puede mirar
porque es desagradable.
ALFONSO
(brindando con una bebida imaginaria)
¿Y yo soy el que ha estado tomando? ¡Salud!
TOMÁS
(de la nada)
¿Por qué todo tiene que terminar con sexo?
MARTÍNEZ
¡Paren, no más!
(CONTINUED)
CONTINUED: 46.
HILDA
Diana, Dianita. Honestamente, tu opinión a mí ni me va
ni me viene. Y la verdad, si hay algún "villano" en
esta historia eres tú.
DIANA
¡¿Yo?! ¡Yo respeto a la gente! ¡A mí me importa el
resto de la humanidad!
TOMÁS
Diana, no sigas.
DIANA
No, sí voy a seguir. Estoy mamada de esto. Hasta Tomás
lo dijo: ¡Yo no me voy a dejar matonear de una vieja de
setenta años!
HILDA
¡65!
DIANA
Eso.
TOMÁS
Yo no quise decir-
ALFONSO
Claro que sí, Tomás. Ya, sea hombre.
NATALIA
(gritando)
¡No más!
Pausa.
NATALIA
¡No más! ¿¡Qué les pasa!? ¡Dejen de torturar a este
pobre hombre! ¡No ha hecho nada malo, dejen de
arrastrarlo a sus peleas! ¡Es brillante! ¡Es brillante
y ustedes sólo lo hacen-
DIANA
Ay, vete al carajo, intelectualoide de mierda.
NATALIA
A mí nadie me habla así.
HILDA
(burlándose)
"A mí nadie me habla así".
(CONTINUED)
CONTINUED: 47.
DIANA
Cállate, chiquita, y déjanos hablar a los adultos.
MARTÍNEZ
Pero, Diana, ella no ha hecho nada.
NATALIA
Y nada de intelectualoide, señora. Por si le interesa,
me gradué summa cum laude.
DIANA
Claro, ¿pero revolcándose con los profesores cómo no?
TOMÁS
(furioso)
¡DIANA!
DIANA
Ay, no me vengas a decir que todo ese cuento de "ella
era la mejor de la clase" era platónico.
TOMÁS
Pues sí, lo era.
NATALIA
Lastimosamente.
TOMÁS
Pero de pronto en tu imaginación no era imaginario,
Diana. No se me hace raro.
DIANA
¿Y entonces por qué te siguió hasta acá? ¿Por qué está
viviendo acá?
NATALIA
¡Porque vi un anuncio! ¡Vi un anuncio! ¡De verdad!
HILDA
Eso es verdad, Diana. El dueño del 201 puso un aviso en
el periódico el día después de que se murió Doña Aura.
NATALIA
¿Alguien se murió en mi apartamento?
TOMÁS
Diana, yo he sido el esposo perfecto. Todo lo he hecho
por ti, ¿y ahora me vienes con que me estaba acostando
con una estudiante? ¡Con una estudiante! ¿Qué carajos?
¿De dónde sacaste todo eso?
(CONTINUED)
CONTINUED: 48.
HILDA
¿De dónde?
Pausa.
DIANA
No, yo-
MARTÍNEZ
Esto ya dejó de ser una junta de vecinos hace rato. Me
voy.
Se para.
TOMÁS
¡Y sí, Natalia me gusta! ¡Me encanta! ¡Pero nunca hice
nada con ella! ¡Porque me casé contigo!
DIANA
Yo-
ALFONSO
Ay, Martínez, quédese que esto está bueno.
Martínez ya está llegando a la puerta.
MARTÍNEZ
No, Alfonso, suélteme.
DIANA
A ver, controlémonos.
TOMÁS
¿Cómo puedes pedirme que me controle? ¡Mira de lo que
me estás acusando! ¡A mí! ¡Lo único que hago es ir a la
universidad, trabajar todo el día y luego volver a
estar contigo, a apoyarte en todo.
NATALIA
¡Yo se lo propuse y me dijo que no!
TOMÁS
(ignorándola)
En tus clases de pintura al óleo, de fotografía, de
repostería, en tus viajes a pueblos del demonio para
escribir reportajes sobre la "injusticia social".
Reportajes que nunca hiciste. En lo que sea que sea lo
que "siempre quisiste hacer" ese día. ¿Cómo pudiste
creer que te estaba poniendo los cachos?
DIANA
¡No sé! Porque mírala, es bonita, es joven, es
inteligente, habla de Boccaccio-
(CONTINUED)
CONTINUED: 49.
HILDA
Diana, de pronto sólo estabas-
MARTÍNEZ
¡No más!
TOMÁS
¿Estaba qué? ¿Estaba qué?
HILDA
Proyectando.
NATALIA
¡Yo sabía!
TOMÁS
¿Cómo así?
HILDA
Pues, ¿qué crees?
MARTÍNEZ
(furioso)
¡CÁLLESE!
HILDA
(a Alfonso)
¿Quién diría, cierto Alfonso?
Alfonso asiente agarrando a Martínez.
HILDA
El viejo tiene con qué.
TOMÁS
No. No, no, no, no, no, no.
DIANA
Es mentira, Tomás, es mentira. Sólo quiere que nos
peleemos entre nosotros, acuérdate.
ALFONSO
Es mala, pero no tanto.
TOMÁS
(señalando a Martínez)
¿Con él?
MARTÍNEZ
Tomás-
(CONTINUED)
CONTINUED: 50.
TOMÁS
¡Es una momia!
NATALIA
(adquiriendo confianza)
Tomás-
DIANA
Mierda. Mierda. Tomás, mierda. Perdón, amor-
TOMÁS
No, nada de "amor". Nada de "amor"... Ni te atrevas,
maldita puta. ¿"Perdón"? ¿Perdón? ¿Eso es todo? ¿¡Me
mato todos los putos días para ser el esposo perfecto y
tú vas y te acuestas con Matusalén!?
DIANA
Tiene 63.
TOMÁS
¡No me importa! ¡No me importa! ¡No me importa que
tenga 63 o 23! ¿Cómo te atreves? Nunca te he hecho nada
malo. Nunca te he tratado mal... ¡Yo no soy el hombre
perefcto pero estoy muy putamente cerca de ser el
esposo perfecto! -¿Te aburriste de las clases de
carpintería? No importa. ¿Qué vamos a hacer con todo lo
del taller? No importa, lo regalamos. ¿Que necesitas
que te recoja del otro puto lado de la ciudad? Claro,
amor.- Y todo por nada. Todo por nada. Todo por nada
porque lo único que haces es ir como una puta
cualquiera por todo el edificio.
ALFONSO
Ojalá por todo el edificio.
TOMÁS
¡Cállese!
DIANA
Tomás, perdón, yo-
TOMÁS
¿De verdad eso es lo único que se te ocurre? ¿"Perdón"?
¿De verdad?
DIANA
¡Pues sí! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón por no
graduarme summa cum laude de literatura y hablar
español perfecto!
NATALIA
Perfectamente.
(CONTINUED)
CONTINUED: 51.
DIANA
¡Cállese!
ALFONSO
Bueno, Tomás, pero tampoco es como si no sospecharas.
TOMÁS
Yo no sospechaba, yo no sospechaba nada.
MARTÍNEZ
Tomás, por favor-
TOMÁS
¡Aléjese de mí!
MARTÍNEZ
Diana-
ALFONSO
(a Martínez)
Usted es un zorro.
Le da un cigarro que saca del bolsillo de su
chaqueta. Martínez lo toma, pero no lo prende.
ALFONSO
(a Tomás, que está sentado en su silla
completamente derrotado)
Mira, Tomasito, esto te mejora.
Le da una pequeña botella de metal. Tomás bebe y
se queda con la botella. Luego, le da otro cigarro
y se lo prende. Tomás fuma, tose y deja que el
cigarro se caiga al piso.
ALFONSO
¡Ciudado! ¡Son Cohibas, Tomás!
TOMÁS
Perdón.
ALFONSO
(bajo)
Maricón.
MARTÍNEZ
Tomás, yo sé que probablemente no me va a escuchar,
pero por favor, seamos razonables.
TOMÁS
¿Y por qué? ¿Por qué tenemos que ser razonables? ¿Por
qué tenemos que pretender ser razonables? Todo el mundo
en este cuarto está loco. Una vieja que está loca de
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 52.
TOMÁS (cont’d)poder, un viejo verde asqueroso, un cachoneado que no
se da cuenta de nada, un viejo inútil e indiferente,
una perra que se acuesta con el viejo inútil. Todos
están locos. Excepto, de pronto, Natalia, porque el
mundo no la ha vuelto loca. ¡Pero ahí va! ¡Ahí va! Se
quiere acostar con su profesor. ¡Ahí va!
DIANA
Tomás-
TOMÁS
¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate tú y sólo tú! ¡Tú no
tienes derecho a decir nada!
MARTÍNEZ
Tomás, yo entiendo que esto duele-
TOMÁS
No, es que ni siquiera duele... Es que... Es que todo
me salió una mierda otra vez. Como siempre. ¡Es mi
propia culpa!
NATALIA
No, no, Tomás, esto no es tu culpa.
Tomás se cubre la cara entre los brazos. Natalia
va a abrazarlo.
HILDA
¿Tomás?
ALFONSO
¡Maricón!
Tomás no responde.
DIANA
(suave)
¿Tomás?
ALFONSO
Deja la maricada que el actor es tu hermano.
Nada.
ALFONSO
(a Diana)
Lo volviste mierda, corazón.
Pausa.
(CONTINUED)
CONTINUED: 53.
NATALIA
(a Diana)
¿Por qué?
DIANA
¿Qué?
NATALIA
¿Por qué le hizo esto? ¡Mírelo!
HILDA
Eso fue muy bajo, Dianita.
NATALIA
¿Muy bajo? ¡Fue una porquería!
DIANA
¡Usted no me viene a sermonear, muchachita!
MARTÍNEZ
¿Se callan? Este pobre diablo está completamente
destruído y no creo que le ayude tener a cuatro
histéricas gritando al lado.
ALFONSO
Pero hablar con el que le robó a la mujer sí.
MARTÍNEZ
Pues sí, pero Tomás es nuestro vecino. Es nuestro amigo
y-
HILDA
(en "amigo")
Ese es el problema.
MARTÍNEZ
Hilda-
HILDA
¿Quién se inventó que los vecinos tienen que ser
amigos? Es muy bonito, muy romántico y todo, pero es
completamente antinatural. ¿Por qué tengo que ser amiga
de un grupo de extraños que coincidencialmente
comparten un espacio que ya era mío en un principio? Ni
siquiera vivimos bajo el mismo techo. No compartimos
nada, ni nuestras vidas, ni nuestra comida, ni nuestra
cama. ¿Qué importa que vivamos al lado? ¿Por qué
tenemos que ser amigos?
MARTÍNEZ
Porque es natural. Porque crea un sentido de comunidad,
de pertenecer a algo más grande que nosotros. Eso es lo
que nos hace humanos.
(CONTINUED)
CONTINUED: 54.
HILDA
¿La vida en comunidad nos hace humanos?
DIANA
¡Sí! La vida en comunidad nos hace lo que somos. Nos
hace sentir por los demás, y ¿qué más humano que eso?
¿Qué más humano que la compasión? Miren a Natalia.
Natalia está abrazando y acariciando a Tomás.
NATALIA
No me metan en esto.
DIANA
Miren, le tiene lástima a Tomás.
TOMÁS
No quiero que nadie me tenga lástima.
NATALIA
(soltándolo)
Perdón.
TOMÁS
No, quédate.
DIANA
Natalia está siendo completamente humana. Y yo y Tomás
también lo estamos siendo cuando decimos que no
queremos que echen a Vicente.
NATALIA
Tomás y yo.
DIANA
Lo que sea.
HILDA
¿Tú crees, Dianita, que lo más humano del mundo es
sentir lástima por todo el mundo? ¿Que deberíamos
sufrir con y por cada persona que vive en este planeta?
Que caritativa quieres que creamos que eres. Que alma
de Dios.
ALFONSO
Sor Corazón de Calcuta
DIANA
Ese no es el punto.
HILDA
El punto, Dianita, es que todo el mundo es egoísta y
que la vida en comunidad es algo que nos inventamos
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 55.
HILDA (cont’d)para tener una excusa para que un grupo de gente coma
caviar y otro le limpie los inodoros a ese primer
grupo. El egoismo es lo más humano.
NATALIA
Eso... Eso es verdad.
DIANA
¿Qué? ¿Cómo puede decir eso? Mírese. ¡Usted es la única
medianamente humana en este cuarto!
HILDA
La estabas acusando de acostarse con tu esposo hace
unos minutos.
DIANA
Pues sí, pero ya no. La perra acá soy yo.
MARTÍNEZ
No, no, eres una mujer adulta con necesidades-
NATALIA
Necesidades que su esposo podía satisfacer
perfectamente.
ALFONSO
Claramente no, mijita.
HILDA
Bueno, bueno, bueno. No más. Esto no es un psiquiatra
para que anden ustedes desfogando sus problemas. Acá
venimos a hablar de un portero incompetente. Natalia,
mijita, de verdad, no debería importarte tanto la
relación de Tomás y Diana. Y Diana, ya no más. No has
hecho sino hacer el ridículo todo el día. Gritando y
atacándonos personalmente a Tomás, a Natalia, a Alfonso
y a mí.
DIANA
Yo no quería... Yo no debí haber venido.
ALFONSO
Ah, no, eso sí es obvio.
NATALIA
(abrazando a Tomás)
¿Por qué?
HILDA
Ay, Natalia, ni siquiera a Tomás le importa tanto como
a ti.
(CONTINUED)
CONTINUED: 56.
DIANA
Porque es un niño, porque es el niño más dulce del
mundo, pero es un niño y no puede hacer nada por su
propia cuenta.
NATALIA
¿Cómo puede decir eso? ¡Tiene un Ph. D. en literatura
comparada!
DIANA
¡¿Y qué?!
ALFONSO
Mijita, un día te vas a dar cuenta de que todos esos
diplomas son pedacitos de cartón. Muy bonitos, pero
pedacitos de cartón, a fin de cuentas.
NATALIA
Me niego a creer eso.
TOMÁS
Pero es verdad.
NATALIA
¿Qué?
TOMÁS
Que es verdad, que es verdad. Todo es una mentira.
NATALIA
No, sólo lo dices porque esa gorda te puso los cachos.
TOMÁS
Ella no es gorda.
HILDA
Es un poquito gorda.
TOMÁS
Es un poquito gorda.
HILDA
Listo, y ahora que la vida y el peso de Diana han
quedado claros, ¿será que podemos volver al asunto del
portero?
DIANA
Es su culpa. Él me hizo hacerlo.
MARTÍNEZ
Diana, no es culpa de nadie.
(CONTINUED)
CONTINUED: 57.
NATALIA
¡Es culpa de ustedes dos!
MARTÍNEZ
Diana me buscó a mí.
Aparte, Martínez.
MARTÍNEZ
Pero es verdad. Yo estaba bajando a comprar leche de
soya. Mi hija me dice que tengo que bajarle a las
grasas y comer más sano. Ella estaba subiendo el
mercado. El portero no le había ayudado y yo traté de
hacerme el que no la veía. Pero ella me dijo:
-Martínez, ¿me ayuda?- y qué podía hacer. Le ayudé, me
invitó a pasar. Charlamos casi toda la tarde. Así
empezamos. Charlando. Era perfectamente inocente. Y
habría seguido así si no fuera porque ella me sedujo. Y
claro, uno viejo y ver a una mujer joven. Pues, más
joven que uno.
Ya ni sé para qué vine hoy. De pronto, si me hubiera
quedado en el apartamento, no habría pasado nada de
esto. El portero. El portero. ¿Será que está de turno
hoy? ¿Será que nos está oyendo a todos?
DIANA
Ah, típico. La mujer tiene la culpa.
MARTÍNEZ
Es verdad.
DIANA
Así, son, Natalia. Desde el primero. Cuando Dios le
preguntó a Adán que por qué se comió la manzana el
cobarde le dijo: Eva me la dio. Así son.
MARTÍNEZ
Estás molesta.
DIANA
Pues claro que estoy molesta. ¡Mi matrimonio se acabó!
Toma la botella de las manos de Tomás y bebe.
DIANA
¡Salud!
NATALIA
Pero usted se lo buscó.
(CONTINUED)
CONTINUED: 58.
DIANA
¡No, claro que no! ¡Yo le di una oportunidad! ¡Una
oportunidad de no ponerle los cachos!
HILDA
Y todos queremos oir esa historia.
DIANA
Le dije que nos mudáramos, que buscáramos un
apartamento nuevo. Le dije que este barrio se estaba
volviendo peligroso, que deberíamos irnos.
MARTÍNEZ
¿Te querías ir?
DIANA
Me estabas gustando y no quería hacerlo. ¿Y sabes qué
dijo? Dijo: ¿Por qué quieres irte? Acá vivimos bien,
está cerca de la universidad. Toda mi vida está por
acá. Además, ¿qué más necesitamos? Este es nuestro
nidito de amor. No es como si fuéramos a tener hijos.
NATALIA
¿Y cómo carajos iba él a saber que eso era una prueba?
TOMÁS
No más, Natalia. Esto lo tengo que arreglar yo.
DIANA
Mírenlo, es un niño. Habla como un galán de telenovela.
TOMÁS
Siempre tuvimos claro que no queriamos niños.
DIANA
Pues yo sí.
De nuevo, un aparte.
HILDA
Dos horas y media de debate sobre todo menos el
portero. Ese es el verdadero problema. Acá nos importa
todo menos lo que tenemos en frente. El tipo sí actuó
mal, y entonces, sólo porque es viejo no lo echamos.
A todos.
HILDA
Bueno, bueno, bueno. Suficiente. De verdad, Dianita,
hablar de toda tu vida personal así, sin tapujos, sin
filtro, eso no es muy educado.
(CONTINUED)
CONTINUED: 59.
MARTÍNEZ
Hilda, por favor, este no es el momento...
HILDA
¿No es el momento de qué? ¿De interrumpir los problemas
personales de Diana? ¿Es que estamos en una junta para
discutir su vida amorosa?
MARTÍNEZ
Pues, a decir verdad, por su actitud, Hilda, eso
parece.
ALFONSO
Yo estoy de acuerdo con Hilda, todas estas cosas se
deberían tratar en privado. Hacernos perder tanto
tiempo, ya llevamos como dos horas en estas, es muy
egoista de tu parte, "corazón".
DIANA
No, no, no, no, no. Ustedes a mí no me vienen a
intimidar. A llamarme egoista. Egoista, como si yo
fuera... como ustedes. Pero yo no soy egoista, yo soy
buena, yo soy buena.
NATALIA
Uy, sí, eso se le nota.
DIANA
A ver, niña, si fuera egoísta habría estado de acuerdo
con que echaran al pobre anciano y Tomás y yo nos
podríamos haber largado de aquí hace rato.
MARTÍNEZ
¿Quién está de turno esta noche?
DIANA
Ay, Aurelio, ¿de verdad?
NATALIA
¡Mire! ¡Mire lo egoísta que es usted! El viejo tiene
razón, qué tal nosotros acá gritando que vamos a echar
al portero, y el pobre aquí afuera oyéndonos.
HILDA
Pues que nos oiga el que nos tenga que oir.
ALFONSO
No es como si el viejo no supiera ya todo lo que pasa
en este edificio.
MARTÍNEZ
¿Como ustedes?
(CONTINUED)
CONTINUED: 60.
HILDA
Pues, ¿cómo cree que sabemos nosotros?
DIANA
O sea que-
ALFONSO
Sí, Dianita, que el que nos contó de tu revolcón con
Matusalén fue el portero.
HILDA
A ver si así se le pasa la benevolencia.
NATALIA
Tomás, ¿todavía
podemos ir a tu obra?
DIANA
(desesperada)
Pues...
TOMÁS
¿Podemos?
MARTÍNEZ
(a Diana)
A ver, calmémonos.
NATALIA
Pues, como Diana no-
DIANA
Pues...
TOMÁS
Pero cómo voy a
aparecerme yo con-
DIANA
Pues no, no se me pasa
la benevolencia. No
es mi culpa no es mi
culpa que Don Vicente
no sea tan bueno como
creíamos. Igual, es
nuestro amigo y no
podemos tirarlo a las
patadas. Además, si
tanto sabe y tanto
le ayuda, ¿por qué lo
quiere echar?
NATALIA
Ah...
HILDA
Pues porque no hizo las cosas bien.
DIANA
Quién sabe qué les descubrió a ustedes.
(CONTINUED)
CONTINUED: 61.
ALFONSO
El viejo está senil, pobrecito. Cuántas veces no lo
hemos cojido durmiendo en la portería. ¡En plena luz
del día!
DIANA
¿No querrías que consiga un trabajo en el club, o sí,
Alfonso?
ALFONSO
En el club no contratan personas tan viejas.
DIANA
Claro, pero como él lo sabe todo, quién sabe qué podría
decirle y a quién.
HILDA
Dianita, no nos creas tan básicos. Alfonso y yo no
tenemos nada qué esconder. Y vivir sin portero no es
tan difícil.
ALFONSO
No es muy agradable.
HILDA
Cómodo.
ALFONSO
Pero así me amas.
Va y busca la botella que Diana dejó sobre la
silla o la mesita.
ALFONSO
Se lo acabó.
TOMÁS
Ya empezó la obra.
Natalia empieza a llorar en una esquina.
HILDA
¿Y a esta qué?
DIANA
Nada, seguro se le descargó el celular.
Alfonso ríe con fuerza.
TOMÁS
(a Natalia)
Natalia, no puedes esperar que yo me aparezca media
hora tarde con una niñita.
(CONTINUED)
CONTINUED: 62.
NATALIA
¡Yo no quiero ser una niñita!
Aparte, Tomás
TOMÁS
Una mujer llorando. Una mujer bonita llorando. Como si
esto no pudiera ser peor.
TOMÁS
Pues no, no lo eres, pero tampoco eres-
HILDA
Ay, tranquila, mijita, con los años ya vas a ser igual
a nosotras.
Natalia llora más fuerte.
NATALIA
¡Yo no voy a ser como ustedes! ¡Yo no puedo ser como
ustedes!¡Ustedes son unas desquiciadas!
HILDA
¡Ay, niña, ya!
TOMÁS
No le hable así.
HILDA
Pero es que tampoco. Ya es hora de que sepa lo que le
va a pasar. A ver, Natalia, eres una mujer joven,
fuerte, independiente, apasionada por lo que sea que
haces. Sea, ser la voz de la razón en este edificio,
ser una buena persona, o ser la mejor de tu clase. A
ver, mijita, ¿a cuánta gente desechaste para poder ser
la mejor? ¿A cuánta gente destruíste para ser la mejor?
¿Quién le propuso a Daniel Gómez hacer el ensayo del
Decatlón y Woody Allen? ¿Cuántas veces te dejaste de
abotonar un botón de la camisa en la clase de Tomás?
Natalia llora con pasión.
MARTÍNEZ
Alguien que controle a la niña.
TOMÁS
No, no, no llores.
NATALIA
Pero es verdad. Es verdad, es verdad.
(CONTINUED)
CONTINUED: 63.
HILDA
Les presento a la loca reinante, a la loca titular, y
la loca que será.
DIANA
Esto es un chiste. Esto es una locura digna de este
manicomio. Lo único que quiero en la vida es irme de
este edificio.
Diana se sienta y empieza a llorar.
Tomás la ve y deja a Natalia. La abraza y llora
con ella.
Martínez se acerca a abrazar a Diana, pero se
detiene.
NATALIA
¿De verdad? ¿De verdad te vas con ella? ¿Qué tengo que
hacer? ¿Me visto de colegiala y te digo que te necesito
que me he portado muy mal?
ALFONSO
Cómo te quedaría eso de bien.
Natalia va hacia Tomás y lo agarra.
Martínez aprovecha para abrazar a Diana, quien no
lo abraza de vuelta.
NATALIA
¡Mírame! ¡Mírame! ¡Soy joven! ¡Soy pura! Casi. ¡Yo sí
te quiero! ¡Ella no! ¡Mírame!
TOMÁS
¡Pero yo la amo! Esto se tiene que poder arreglar.
DIANA
(soltándose de Martínez)
¡Ay, no más! ¡De verdad, no más! Esto no es una novela
ni un cuentico de hadas en el que todo se arregla al
final, Tomás. Esto no es una comedia. Esto es la vida,
y es un asco, y es triste y duele y al final nos
morimos solos.
TOMÁS
Pero eso suena a una película de Michael Haneke.
DIANA
¡Esto no es una película! ¡Esta es la vida real!
(CONTINUED)
CONTINUED: 64.
NATALIA
¡Yo puedo darte lo que quieres!
TOMÁS
¿Y qué es lo que quiero?
ALFONSO
Un poquito de dignidad.
Natalia empieza a besar a Tomás de manera burda.
Lo manosea.
ALFONSO
Y ella tampoco la tiene.
DIANA
¡Pare! ¡Sólo le gusta porque cree que es inteligente!
NATALIA
¿Y qué?
DIANA
¡Que no lo es! ¡Y lo sé por experiencia!
Natalia sigue besando a Tomás, que llora en
silencio. Martínez agarra a Natalia y la aleja de
Tomás.
MARTÍNEZ
Por favor, ¿podemos parar eso ya? Todo esto empezó por
un portero al que probablemente ni le importa lo que
nos pase.
TOMÁS
¡Vicente es un santo!
MARTÍNEZ
¡Es un chismoso!
DIANA
Pero salvó una vida.
ALFONSO
Hay que admirar su persistencia.
MARTÍNEZ
Paremos esto ya. Echemos al portero. O no. No me
importa.
HILDA
Estoy completamente de acuerdo con Martínez. Salgamos
de esta pesadilla ya. Entonces, ¿todos a favor de echar
al celador?
(CONTINUED)
CONTINUED: 65.
DIANA
¡NO!
HILDA
Diana, vamos a echar al portero.
DIANA
¡No!
HILDA
¡Ay, Diana, no más! Mira lo que hizo tu deseo de ser
buena con todo el mundo. Mira a esa pobre niñita. Ya,
deja de pretender que te importan los demás.
DIANA
¡Pero sí me importan! ¡Sí me importan!
HILDA
¡Mira a tu marido! ¿Te importa tu marido?
DIANA
Tomás no vale, Tomás no vale. Él está mal de la cabeza.
NATALIA
¡Porque usted se la jodió!
DIANA
No, no, no, yo no hice nada. Él ya estaba mal de la
cabeza. ¡Estaba así desde que lo conocí! A mí me
importan todos los demás.
HILDA
Diana, si te importaran los demás no te habrías ido con
Martínez. Si te importaran los demás no habrías atacado
a Natalia desde que entró al cuarto. Y si te importaran
los demás no habrías planeado irte del edificio sin
decirle al viejo. Admítelo, no te importa nada sino tu
propio beneficio.
MARTÍNEZ
Diana, tú sabes que eso no es verdad. Ella sólo quiere
echar al portero.
DIANA
Pero...
MARTÍNEZ
No se te ocurra pensar que no eres una mujer buena.
DIANA
(aparte)
¿Y si tiene razón? ¿Y si soy una persona mala? No puede
ser. Yo he donado a caridad. Yo desconecto el cargador
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 66.
DIANA (cont’d)del celular cuando no lo estoy usando. ¡Uso bombillos
ahorradores!
MARTÍNEZ
Hilda, a mí no me importa lo que hagan con el portero,
pero no hay nadie con menos autoridad que usted para
decidirlo.
HILDA
¿Y como por qué?
MARTÍNEZ
Porque usted es malvada. Es mala. Es pura maldad.
Destruye matrimonios, se ríe de la gente que intenta
hacer el bien.
ALFONSO
Nos va a lanzar un conjuro.
MARTÍNEZ
Y usted sí que es un viejo patético. Un viejo
escurridizo que vive a la sombra de su mujer.
ALFONSO
¿Pero qué espera? Con el tamaño de la sombra que
proyecta mi mujer.
Hilda lo abraza.
MARTÍNEZ
Ustedes son lo peor.
ALFONSO
¡Salud!
Pausa.
DIANA
A la mierda el portero, Aurelio. A la mierda el
portero. Tú mismo lo dijiste hoy, ¿quién soy yo para
determinar el futuro de un hombre? Yo no soy ninguna
muestra de virtud. Le puse los cachos a mi esposo.
Insulté a una niñita dulce por puro odio visceral.
Humillé a mi esposo para poder competir con Hilda. Ella
tiene razón. Somos iguales. Yo no soy mejor que ella.
Ni soy mejor que el viejo verde de su marido. Ni mejor
que tú, que vives en apatía y esperas que todos te
oigan a pesar de eso. Ni mejor que Tomás que ni
siquiera puede pensar por sí mismo, que sólo quiere
caerle bien a todo el mundo. Como si eso fuera posible.
Es más, soy peor que todos ustedes. Soy la loca
titular. Yo no soy uno de los músicos del Titanic,
(MORE)
(CONTINUED)
CONTINUED: 67.
DIANA (cont’d)llenos de virtud y valentía. De esos que siguieron
tocando, siendo perfectos hasta que el agua les llenó
los pulmones. Yo no soy nada. Soy una loca. Una loca
egoista. Yo no tengo ningún tipo de opinión sobre la
vida del portero. Que le pase lo que le tenga que
pasar. ¿Yo qué sé si hizo bien su trabajo? Su futuro no
puede estar en mis manos.
MARTÍNEZ
¿Y por qué en las de Hilda sí? ¿Alguien me podría
explicar por qué Hilda, el ser más despreciable que
conozco, debería tener el futuro del viejo en sus
manos?
NATALIA
Porque es la presidente de la junta de vecinos.
MARTÍNEZ
¿Ah?
TOMÁS
Porque es la presidente de la junta de vecinos.
MARTÍNEZ
¡A ver!
DIANA
Porque es la presidente de la junta de vecinos.
Martínez mira por todo el cuarto. Está
desesperado. Termina mirando a Alfonso.
ALFONSO
Porque es la presidente de la junta de vecinos.
Telón.
68
Conversando con Chéjov
Análisis del proceso creativo detrás de Los músicos del Titanic
La ciencia de la ficción
Contar historias es una parte esencial de lo que nos hace humanos. Es por medio de las
historias que podemos, como sociedad, crear situaciones que buscan dar razón del mundo
en el que vivimos. El problema al crear historias, no obstante, es que idealmente deben
ser obras con las que todo el mundo pueda relacionarse, pues esto es lo que hace que una
historia no sea coyuntural y se convierta en algo que tiene un valor universal. Al referirse
al teatro francés de al segunda mitad del siglo XX, Jean Paul Sartre afirma que el teatro
es, ante todo, la creación de mitos (Sartre 120). Esto es de vital importancia para
comprender que la narración, aunque ha evolucionado, sigue siendo la misma: seguimos
contando historias que nos explican el mundo en el que vivimos. Si se miran las grandes
obras narrativas de la literatura, el teatro y el cine es innegable que todas tienen un valor
universal, pues la audiencia1, sea la que sea, puede relacionarse con ella. A fin de cuentas,
lo que se está narrando en una buena historia es una situación que le sucede a un grupo de
personas como nosotros.
En marzo de 2007, en su ponencia “The Mystery Box” para TEDxCalifornia, el
escritor y director de cine J. J. Abrams habla de cómo uno de los intereses principales de
la narrativa debe ser la posibilidad de relacionarse con las situaciones que viven los
personajes. Sin embargo, afirma Abrams, esto no significa que la historia que se cuenta
tenga que ser una historia centrada en un mundo igual, o por lo menos similar, al nuestro.
Es decir, esto no significa que las buenas historias sólo pueden ser “realistas”. Para tratar
1 A lo largo del texto utilizaré los términos espectador y audiencia, pues son más acertados para el lenguaje del teatro y el cine, sin embargo, también incluyo dentro de estos términos al lector de una novela, un poema o un cuento.
69
el tema, Abrams se refiere a dos películas que tienen elementos fantásticos y, para
algunos, hasta inverosímiles: E.T. y Die Hard2. Sin duda estas dos películas son, dentro
de sus géneros, hitos narrativos, además de ser grandes películas taquilleras. Abrams
propone que el éxito, tanto crítico como comercial, de estas películas se debe a que no
son sobre lo que parecen ser:
And when you look at E.T., for example – E.T. is this, you know, unbelievable
movie about what? It’s about an alien who meets a kid, right? Well, it’s not. E.T.
is about divorce. E.T. is about a heartbroken, divorce-crippled family, and
ultimately, this kid who can’t find his way. Die Hard, right? Crazy, great, fun,
action-adventure movie in a building. It’s about a guy on the verge of divorce.
He’s showing up to L.A., tail between his legs. There are great scenes – maybe
not the most amazing dramatic scenes in the history of time, but pretty great
scenes. There’s a half an hour of investment in character before you get to the
stuff that you’re […] expecting. (Abrams)
Lo que Abrams implica con esta cita es que, si la historia que se está narrando es una que
trata la condición humana, es probable que genere una reacción más evidente y duradera
en el espectador.
El primer paso a la hora de sentarse a escribir una historia es, ante todo, saber qué
se quiere contar. Habiendo visto la ponencia de Abrams era llamativo sentarse a escribir
alguna historia que no se limitara al realismo y que, al pertenecer a un contexto un poco
más distante del de la realidad, añadiera un grado de dramatismo a la obra. Teniendo en
cuenta que tengo una serie de antecedentes fuertes en la ciencia ficción y el cómic, me
sentí tentado a intentarlo. Sin embargo, a la hora de escribir teatro, es necesario tener en
cuenta que la obra debe ser escrita para que pueda ser representada y, aunque existen
obras de teatro de fantasía y ciencia ficción, es mucho más asequible para cualquier
2 Duro de matar
70
grupo de teatro del mundo montar una obra que no requiera de muchos efectos o de un
reparto demasiado grande. Los músicos del Titanic es una obra de teatro sobre un grupo
de personas que se reúne una noche en una junta de vecinos. En cualquier creación
literaria (y aquí incluyo al teatro y al cine, obviamente) la pregunta que más se le hará al
escritor es: ¿de qué se trata? Responder a esta pregunta puede ser más difícil de lo que
parece. Abrams habla del tema en la ponencia ya mencionada después de hablar de Jaws
de Steven Spielberg y de cómo esta película no es sobre un tiburón que ataca una bahía,
sino más bien sobre un hombre que busca reafrimar su rol como padre. Abrams muestra
una escena en la que el personaje principal de la película, el padre, le dice a su hijo que le
de un beso porque lo necesita. A continuación Abrams afirma:
So you think of Jaws so that’s the […] investment of character, which is the stuff
that really is inside of the box, you know? It’s why when people do sequels, or rip
off movies, you know, of a genre, they’re ripping off the wrong thing. You’re not
supposed to rip off the shark or the monster. You gotta rip off –you know, if you
rip something off – rip off the character. Rip off the stuff that matters. (Abrams)
Entonces, habiendo entendido que el contexto en el que se desarrolla la historia no es lo
importante, fue posible comenzar el proceso de elaboración de una obra de teatro que
fuese fácil de montar.
Cotidianidad
La idea de Los músicos del Titanic es que la obra transcurre durante una junta de vecinos
una noche cualquiera. En esta, los vecinos se reunen para discutir qué es lo que harán con
un portero que no ha hecho su trabajo bien. La obra, entonces, es, en realidad, una
conversación larga que sostienen seis personajes en la que se intenta llegar a un acuerdo
sobre si se debe despedir al portero o no. Esto es lo que sucede en la obra. Sin duda, lo
que sucede en Los músicos del Titanic es algo cotidiano. Las acciones del portero, que
71
nunca aparece en escena, pueden ser menos cotidianas que el resto de la obra, pero lo que
se muestra a la audiencia, es decir, la reunión de los vecinos, es algo que sucede casi
diariamente.
¿Por qué, entonces, hacer una obra de teatro sobre algo qué se tan extremadamente
cotidiano? Parecería que se siguió el consejo de Abrams de enfocarse en los personajes
hasta un extremo donde la realidad aborda toda la obra y la audiencia se enfrentará a poco
más de una hora de un tedio inmesurable. Después de todo, hay pocas cosas más
aburridas que una reunión de copropietarios. El dramaturgo y cineasta estadounidense
David Mamet abre su libro Three Uses of the Knife con una frase certera: “It is in our
nature to dramatize” (Mamet 3). Esto es absolutamente cierto. Mamet afirma en ese
mismo capítulo que el hecho de referirse al clima durante el día ya es una dramatización,
pues tomamos algo completamente impersonal y lo convertimos en algo que hace parte
de una historia (Mamet 3). La historia, indudablemente, es la nuestra; la historia de
nuestras vidas, en la que nosotros somos el personaje principal. Mientras lo que sucede en
Los músicos del Titanic es algo completamente cotidiano en un aspecto superficial, lo que
la obra intenta hacer es tomar esta cotidianidad y dramatizarla para convertirla en una
historia que nos diga algo un poco más trascendental. Mamet se refiere a esto
explícitamente en el libro al decir:
We live in an extraordinarily debauched, interesting, savage world, where things
don’t come out even. The purpose of true drama is to remind us of that. Perhaps
this has an accidental, a cumulative social effect – to remind us to be a little bit
more humble, or a little bit more helpful, or little more ruminative. (Mamet 21)
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Así obras como Le dieu du carnage de Yasmina Reza, Who’s Afraid of Virginia Woolf?
de Edward Albee pueden centrarse en la cotidianidad y, a la vez, ser grandes obras de
teatro.
El caso de Los músicos del Titanic es particular porque la historia que inspiró la
situación inicial es verdadera. Esto sólo refuerza la idea que Mamet expone en la cita ya
mencionada. El mundo real está lleno de situaciones cotidianas que pueden ser
dramatizadas. Mamet propone que un partido de béisbol puede ser uno de los eventos
más dramáticos de la cotidianidad (si obviamos el aspecto performativo de cualquier
deporte y nos enfocamos en la mecánica de juego; en los puntos y la victoria). En este
ejemplo, el partido puede ser “The Perfect Ball Game” si se dan una serie de condiciones
que lo hacen dramático:
What do we wish for in the perfect game?
Do we wish for OurTeam(sic) to take the field and thrash the opposition from
the First Moment, rolling up a walkover score at the final gun?
No. We wish for a closely fought match that contains many satisfying
reversals, but which can be seen, retroactively, to have always tended toward a
satisfying and inevitable conclusion. (Mamet 9)
Esta cita, además de mostrar la capacidad de dramatización que tenemos, muestra nuestra
necesidad de dramatización. Necesitamos historias y no nos importa en realidad su
génesis, sea traído de la realidad, como el partido de Mamet o Los músicos del Titanic, o
completamente imaginado, como Star Wars de George Lucas o Lost de Abrams.
Establecer el mundo cotidiano como el escenario en el que transcurrirá una obra es
un arma de doble filo. Por un lado, la audiencia podrá acercarse a los personajes más
rápidamente, pues sus vidas parecen ser similares a las de ellos. Sin embargo, esto
también significa que la obra corre el riesgo de que, al final, resulte que en la obra no
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pasó nada que provocara una reacción en el espectador. Es posible que la obra se
convierta en un relato que, aunque verosímil y posible en el mundo de la audiencia, no
tiene ninguna repercusión en la mente de la misma. Es necesario, entonces, que el
dramaturgo entienda que la cotidianidad no es excusa para crear un texto en el que no
pasa nada.3 Si se intenta hacer una obra realista enmarcada en una realidad similar a la
del espectador, tiene que haber un conflicto que genere una reacción.
Diálogo
El diálogo es el medio principal por el que transcurre la acción en Los músicos del
Titanic. Dado que el contexto de la obra es una reunión de vecinos, no hay mucha acción
posible más allá de la de ir a la reunión a hablar. Evidentemente, a lo largo de la obra hay
acciones que llevan a un desarrollo de la trama. Sin embargo, es claro que el catalizador
principal de la acción y de la trama es lo que dicen los personajes y cómo es la reacción
de los demás a lo que se dice.
En su texto Arte y oficio del teatro, Alan Ayckbourn se refiere al diálogo como la
herramienta fundamental para: Establecer y desarrollar el personaje, mantener en marcha
la trama y para incluir suficiente información para que los puntos uno y dos sean posibles
(Ayckbourn 63). El problema es que es necesario hacer estas tres cosas sin caer en el
error de convertir el diálogo en una conversación extremadamente expositiva, y por ende
inverosímil, entre los personajes. Sobre esto Ayckbourn dice: “No hay nada menos
convincente que unos personajes que están los primeros quince minutos diciéndose unos
a otras cosas que ya saben” (Ayckbourn 63). El diálogo expositivo debe ser introducido
con sutileza y una vez los personajes no sean extraños para el espectador. Así, en vez de
3 Esto no significa que haya obras de teatro en las que no pasa nada que no sean grandes obras(véase el teatro de Beckett).
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arremeter contra el espectador con una serie de datos sobre los personajes en los primeros
quince minutos, es mejor que los personajes tengan algo que hacer o qué decir que nos
explique mejor quiénes son y luego sí introducir datos que nos aclaren eso que podemos
percibir por su manera de actuar.
Esto es precisamente lo que se ha intentado llevar a cabo en Los músicos del
Titanic. Al levantarse el telón, lo primero que se ve es a Tomás y a Diana llegando a la
sala de reuniones y buscando a alguien para empezar la reunión. En vez de empezar la
escena dejando claro que Tomás y Diana están casados y a qué es a lo que vienen, la obra
abre con una reacción natural a encontrar vacío el espacio donde quedaron de reunirse
con otras personas: buscar a los demás. La obra, entonces, establece una tensión desde el
principio, y una incógnita que la audiencia busca sea respondida: ¿por qué están ahí?. La
respuesta a esta pregunta llega pronto, sin embargo, para entonces, la incógnita se ha
reemplazado por una nueva, pues los personajes llevan unos cuantos minutos hablando de
un personaje al que la audiencia no conoce. Así, por medio de esta serie de incógnitas que
son solucionadas a corto plazo, que además de mantener la atención de la audiencia, se
busca crear un vínculo entre los espectadores y los personajes en la obra. Al buscar lo
mismo que ellos están buscando o buscar saber más sobre ellos, la audiencia se está
involucrando con los personajes y así, al momento de llegar la acción más adelante en la
obra, habrá una reacción verdadera a lo que les suceda. La audiencia ya no está viendo las
cosas que le pasan a unos extraños, sino a unas personas que conocen.
El diálogo no está limitado, sin embargo, a la construcción de personaje. Como se
ve en esos primeros minutos de Los músicos del Titanic, el diálogo se usa para establecer
la situación inicial en la que se desarrolla la obra y para dar acotaciones que no tienen que
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ser explícitas. Esto es particularmente importante a la hora de pensar en la obra no como
un texto sino como en una parte de un todo que es la obra montada. Las indicaciones
actorales explícitas pueden ser problemáticas a la hora del montaje, pues los actores
pueden interpretarlas como una manera de reducir el rango del personaje. Sobre esto
Ayckbourn dice:
[L]a mayoría de los actores […] se irrita si estas indicaciones aparecen antes de
muchas de sus réplicas. Algunos se ponen tan tercos que incluso actúan
deliberadamente en contra de ellas, por ejemplo, practicamente bostezando en
algo que está marcado <<(con suavidad)>>. Hay una diferencia entre el autor que
ayuda y el que intenta hacer la función en lugar del actor. (Ayckbourn 78-79)
En Los músicos del Titanic hay algunas acotaciones e indicaciones actorales directas; en
los primeros borradores había muchas más. El interés al reducir el número de estas a lo
que considero es el mínimo necesario se debe a lo que Ayckbourn menciona en su texto y
a tener consciencia de que el guion es sólo una parte del proceso creativo de la obra. El
texto de la obra debe existir de manera independiente. Sin embargo, el fin principal del
texto, más allá de ser una buena obra de teatro debe ser generar en el lector un deseo de
ver la obra montada.
¿Propuesta de montaje?
¿Es necesario, entonces, hacer una propuesta de montaje de Los músicos del Titanic?
Después de todo, esto permitiría calmar, de cierta manera, el deseo de ver la obra. Sin
embargo, considero que hacer una propuesta de montaje, aunque sería un ejercicio
interesante, limitaría los acercamientos a la obra por el mero argumento de que “así lo
haría el autor”. Más que una propuesta en la que busque apropiarme de todos los aspectos
del montaje, propongo a continuación una serie de indicaciones que siento pueden
reforzar mi visión original de la obra pero que de ninguna manera está limitando las
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interpretaciones creativas en términos de dirección, montaje escénico y casting que se
pueden hacer con la obra. A fin de cuentas, uno de los valores más grandes del teatro es
el hecho de que es el producto de una creación colectiva. Es necesario recordar una vez
más que esta propuesta no busca imponerse por encima de cualquier propuesta de un
diseñador escénico o un director que busque montar la obra y que esto es, más bien, una
posible interpretación para un montaje.
El escenario es probablemente en lo que más me gustaría enfocarme. La indicación
del comienzo de la obra dice:
La obra se desarrolla en un salón comunal o una sala reuniones de un edificio
pequeño. La luz debería ser básica. No se debe buscar realismo en la
representación del cuarto. Sólo con poner unas cuantas sillas bastará. (Torres)
Mi manejo del escenario buscaría ante todo resaltar el hecho de que lo que la audiencia
está viendo es una dramatización (para usar los términos de Mamet) de la realidad. Así,
propongo organizar las sillas para que los actores parecieran estar en un espacio neutro,
casi tan austero como se vería el teatro a la hora de un ensayo. Es por esto que indico que
no se debe buscar realismo en la representación. Esto permite que la audiencia se
concentre en la acción en escena y no en la escenografía que pueda tener la obra. Para
aproximarse a la escenografía de la obra propongo algo similar a los diseños de Ahmet
Ferhati para el montaje de la compañía francesa Théât’Reis de Le dieu du carnage de
Yasmina Reza (imagen 1). Como es posible ver en la fotografía de Pascal Victor, el
montaje usa apenas lo estrictamente necesario para la obra. Se puede resaltar la pared de
piedra con la grieta en el fondo que se puede interpretar como una alegoría a las
relaciones que están fracturándose a lo largo de la obra. Con Los músicos del Titanic es
posible hacer algo similar. Sin embargo, lo más resaltable de la propuesta de Ferhati es
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que no hay nada supérfluo en escena. Así, en Los músicos del Titanic, la propuesta para
escenografía debería reducirse a lo que necesite la obra que puede resumirse en las seis
sillas de los personajes y una mesa no utilizada en el fondo.
La utilería como la botella y los cigarros de Alfonso no tienen que ser de una
marca o un momento histórico específico. Así como en Vanya on 42nd Street, donde se
monta Tío Vanya de Anton Chéjov sin recurrir a escenografía elaborada, vestuario o
utilería (imagen 2), la idea es que Los músicos del Titanic sea una obra que esté
constantemente recordándole a la audiencia que lo que está viendo, aunque cercano a su
mundo, es una dramatización, y así se transmita la idea de Mamet de la posibilidad de
dramatización en todo lo que vivimos o experimentamos.
Conclusiones
Dar razón del proceso creativo de Los músicos del Titanic es muy complicado, pues
es muy difícil dar cuenta de algo que desde la Antigüedad ha sido considerado como
inspiración divina (véase: Homero, Hesíodo). Sin embargo, lo que busqué hacer con este
breve apéndice fue mostrar cómo Los músicos del Titanic es una obra que, como
cualquier tesis académica teórica, es el resultado de la reunión de una serie de
antecedentes y referentes a los que he estado expuesto. La obra, que considero un primer
acercamiento al teatro y a la escritura dramática, es un paso hacia descubrir un verdadero
patrón y una verdadera voz en mi escritura que me dé un poco más de autoridad a la hora
de hablar del proceso creativo. Sin embargo, puedo decir con seguridad que Los músicos
del Titanic es una obra que busca suplir con una necesidad de hacer un teatro menos
coyuntural en Colombia y más centrado en problemas que pueden ser vistos como
banales por algunos. Los músicos del Titanic no aborda los problemas nacionales, no
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obstante, la obra es más cercana a una audiencia global. El teatro coyuntural, así como
toda la producción creativa de ese estilo, está condenada a una vida corta y a un alcance
limitado. Por decirlo de una manera muy aristotélica, mi interés principal es crear
historias con temas universales que se tratan desde situaciones particulares. Así, una
comedia negra sobre una junta de vecinos tal vez tenga algo más que decir que una
novela más sobre el secuestro.
Los músicos del Titanic es una obra producto de referentes que van desde Eurípides
y Esquilo, pasando por Shakespeare y Molière, y llegan no sólo a Edward Albee, David
Mamet y Yasmina Reza, sino también a Tina Fey, Woody Allen, Stan Lee y George
Lucas. La obra es el resultado de mi crecimiento como lector y espectador de la buena
narrativa. En su carta a Máximo Gorky fechada el 8 de septiembre de 1900, Anton
Chéjov escribe:
I have just been reading in the papers that you are writing a play. Write, write,
write! It is necessary. Even should the play fail, don’t let it discourage you. A
failure will be soon forgotten, but a success, however slight, may be of vast
service to the theatre. (Chéjov 43)
De cierta manera, al igual que este ensayo, lo que resulta haciendo Los músicos del
Titanic es poner en evidencia mis influencias y mi formación y añadiendo algo a la mesa
en la que estos ya han discutido. Si con esta obra pudiera aportar por lo menos una idea a
mi conversación con Chéjov, la consideraría un éxito.
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Imagen 1. Escenografía para Le dieu de Carnage. Fotografía de Pascal Victor
Imagen 2. Vanya on 42nd Street de Louis Malle. Nótese el vestuario de los actores y
el vaso con la inscripción I love NY usados en el montaje de una obra rusa de finales
del siglo XIX.
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BIBLIOGRAFÍA
Abrams, J. J. . The Mystery Box. TEDxCalifornia. Consultado en Febrero 11 de 2013.
<http://www.ted.com/talks/j_j_abrams_mystery_box.html>
Ayckbourn, Alan. Arte y oficio del teatro. Trad. Mercè Sarrias. Barcelona: Ma Non
Troppo, 2004
Brook, Peter. The Empty Space. Nueva York: Touchstone Books, 1996
Chéjov, Anton. “Letter to Maxim Gorky, September 8, 1900” Trad. Louis Freidland en
Playwrights on Playwriting ed. Toby Cole. New York: Hill and Wang, 1994 pp.
23 - 29
Sartre, Jean-Paul. “Forgers of Myths” Trad. Rosalind Gilder en Playwrights on
Playwriting ed. Toby Cole. Nueva York: Hill and Wang, 1994 pp. 116 - 124
Mamet, David. Three Uses of the Knife. Nueva York: Vintage Books, 2000
Vanya on 42nd Street. Dir. Louis Malle. Perf. Phoebe Brand, Lynn Cohen, George
Gaynes, James Mayer, Julianne Moore, Larry Pine, Brooke Smith, Wallace Shaw.
Sony Pictures Classics, 1994. Película
Victor, Pascal. de la serie Le dieu du carnage. París, Francia, 2011. Del archivo de:
<http://www.artcomart.fr/index.php> Consultado en: Mayo 3 de 2013