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41 Buenas Prácticas para el Análisis Delictual en América Latina 2015. DIVISIÓN DEL TERRITORIO EN ÁREAS DE ANÁLISIS PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UN PATRULLAJE PREVENTIVO INTELIGENTE Tobias Schleider 1 , Cynthia Repoli 2 , Adriano Perticone 3 Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito de General Pueyrredon (CeMAED). Mar del Plata, Argentina ¬- mardelplata.gob.ar/cemaed El Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CeMAED) integra la Secretaría de Seguridad y Justicia Municipal del Municipio de General Pueyrredon (Mar del Plata – Batán), en la Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Es un organismo técnico y multidisciplinario, que recibe el aporte de profesionales de disciplinas diversas y ha sido uno de los Proyectos Insignia en el Plan Estratégico Mar del Plata 2013-2030. El CeMAED tiene como objetivo general la construcción de un sistema dinámico de gestión de la información, apto para la toma de decisiones en materia de seguridad ciudadana. De este modo, busca dar fundamento a políticas y acciones estatales más racionales y eficientes, orientadas hacia la inclusión y la promoción de una sociedad más pacífica. 1. Introducción La implementación de una nueva modalidad de actuación policial plantea interrogantes y desafíos por partes iguales. La policía, como herramienta tradicional en el abordaje fáctico de la seguridad, genera expectativas referidas a su efectividad. Más allá de las impresiones o sensaciones de quienes son sus destinatarios, las acciones estatales requieren de control, evaluación y análisis. Durante junio de 2014, el Partido de General Pueyrredon se transformó en el escenario de actuación de un cuerpo policial nuevo: el Comando de Prevención Comunitaria (CPC). La fuerza, parte de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, nació con la pretensión de tener una presencia territorial que posibilitara el cumplimiento de una doble misión: prevenir el delito por disuasión y responder con la mayor inmediatez posible a las emergencias de seguridad. De este modo, se buscó dar un paso adelante, dotando a la fuerza pública de recursos humanos y materiales que permitieran la instalación de un escenario nuevo, con un despliegue territorial que posibilitara la baja de los índices de los delitos, principalmente de los prevenibles. 1 Director general del Centro Municipal de Análisis del Delito (CeMAED), Municipalidad de General Pueyrredon (MGP). [email protected] 2 Analista senior del CeMAED, MGP. [email protected] 3 Analista senior del CeMAED, MGP. [email protected]

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41Buenas Prácticas para el Análisis Delictual en América Latina 2015.

DIVISIÓN DEL TERRITORIO EN ÁREAS DE ANÁLISIS PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UN PATRULLAJE PREVENTIVO INTELIGENTETobias Schleider1, Cynthia Repoli2, Adriano Perticone3

Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito de General Pueyrredon (CeMAED).Mar del Plata, Argentina ¬- mardelplata.gob.ar/cemaed

El Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CeMAED) integra la Secretaría de Seguridad y Justicia Municipal del Municipio de General Pueyrredon (Mar del Plata – Batán), en la Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Es un organismo técnico y multidisciplinario, que recibe el aporte de profesionales de disciplinas diversas y ha sido uno de los Proyectos Insignia en el Plan Estratégico Mar del Plata 2013-2030. El CeMAED tiene como objetivo general la construcción de un sistema dinámico de gestión de la información, apto para la toma de decisiones en materia de seguridad ciudadana. De este modo, busca dar fundamento a políticas y acciones estatales más racionales y eficientes, orientadas hacia la inclusión y la promoción de una sociedad más pacífica.

1. IntroducciónLa implementación de una nueva modalidad de actuación policial plantea interrogantes y desafíos por partes iguales. La policía, como herramienta tradicional en el abordaje fáctico de la seguridad, genera expectativas referidas a su efectividad. Más allá de las impresiones o sensaciones de quienes son sus destinatarios, las acciones estatales requieren de control, evaluación y análisis. Durante junio de 2014, el Partido de General Pueyrredon se transformó en el escenario de actuación de un cuerpo policial nuevo: el Comando de Prevención Comunitaria (CPC). La fuerza, parte de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, nació con la pretensión de tener una presencia territorial que posibilitara el cumplimiento de una doble misión: prevenir el delito por disuasión y responder con la mayor inmediatez posible a las emergencias de seguridad. De este modo, se buscó dar un paso adelante, dotando a la fuerza pública de recursos humanos y materiales que permitieran la instalación de un escenario nuevo, con un despliegue territorial que posibilitara la baja de los índices de los delitos, principalmente de los prevenibles.

1Director general del Centro Municipal de Análisis del Delito (CeMAED), Municipalidad de General Pueyrredon (MGP). [email protected] senior del CeMAED, MGP. [email protected] 3Analista senior del CeMAED, MGP. [email protected]

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4Proyección 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).5La urbanización se refiere a los cambios en la proporción de residentes urbanos con respecto a los residentes rurales. En la República Argentina existe la convención de considerar que una localidad es urbana cuando supera los 2.000 habitantes. El crecimiento urbano es el incremento en el número de residentes en localidades clasificadas como urbanas (Lucero, 2008).6Datos del Ente Municipal de Turismo, Municipalidad de General Pueyrredon.

Uno de los saltos cualitativos que se dio a partir de la puesta en marcha de este nuevo cuerpo policial fue la actualización diaria de datos sobre su actuación, accesible —gracias a los convenios suscritos oportunamente— para la Secretaría de Seguridad Municipal. El flujo informativo detallado de los procedimientos, sus orígenes, los horarios de mayores concentraciones y otros elementos importantes permitieron una evaluación constante mucho más precisa. El análisis de los datos habilitó la generación de información orientada a reforzar o corregir errores en el despliegue o el planteo del abordaje de la seguridad.

Este trabajo expone una síntesis de los puntos salientes del análisis y la evaluación de políticas públicas como herramienta para la corrección de las intervenciones del Estado. También pone en valor la importancia de la información como herramienta en la era digital. Finalmente, ejemplifica cómo su correcto uso puede generar conocimiento útil para la toma de decisiones.

2. Contexto físico y demográficoEl Partido de General Pueyrredón es uno de los 135 municipios que forman la Provincia de Buenos Aires, en el centro del territorio de la República Argentina. Dentro de sus límites alberga a 640.855 habitantes4. La ciudad cabecera del Partido es Mar del Plata, el principal destino turístico de la Argentina.

Mar del Plata es una de las aglomeraciones más pobladas de la República Argentina, que asumió las características de un aglomerado de tamaño intermedio mayor (más de 500.000 habitantes permanentes) en la década de los años noventa. El proceso de urbanización del Partido ha sido tan importante que en 1991 comprendía el 94 % de la población total5. Esta ciudad posee el puerto pesquero más grande del país, una extensión amplia de balnearios sobre la costa marítima y establecimientos industriales numerosos. También ofrece una oferta educativa amplia, merced a las diversas instituciones terciarias y universitarias emplazadas en el sector.

La condición de ciudad turística, que se acentúa durante la temporada de verano y los períodos vacacionales y fines de semana extendidos en el resto del año, y el hecho de ser destino de estudiantes, definen al área urbana con particularidades determinadas. Las variaciones en los comportamientos de la población estable y estacional de los ámbitos turísticos son especiales, condición que se ve reforzada por el hecho de que el turismo es, en lo principal, una actividad de ocio. Los visitantes de este tipo de lugares tienen preferencias psicocéntricas, orientadas a las actividades de recreación relajantes, con ambiente familiar y actividades desarrolladas en común (Beni, 1997).

La provisión de condiciones de seguridad para lugares con grandes variaciones ocupacionales es un desafío de dimensiones importantes. Mar del Plata recibió en 2012 más de 8.600.000 turistas6. Esto hace que al momento de la planificación del abordaje del delito, se deban tener en cuenta muchos más factores que los datos referidos a la cantidad de habitantes o al espacio físico. Los índices delictuales, la densidad de la ocupación turística, las zonas y horarios con mayor cantidad de visitantes, los dispositivos u operativos policiales especialmente organizados, son todos elementos que complejizan la tarea de diseñar el despliegue de las fuerzas de seguridad.

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3. Contexto históricoArgentina tiene una historia reciente de estabilidad democrática, pero inserta en un contexto de inestabilidad institucional y económica. A partir de los años noventa, aumentaron los delitos contra la propiedad y los homicidios, con un pico marcado derivado de la crisis económica y política del año 2002. Con posterioridad hubo una caída importante, pero los niveles nunca regresaron a los valores anteriores.

Este aumento del delito provocó que la demanda social por mayor seguridad se elevara de un modo considerable. Posiblemente haya un sobredimensionamiento del tema, con base en la especial atención que dedican los medios de comunicación argentinos a las noticias vinculadas con delitos. Estudios comparados indican esta tendencia de comportamientos sensacionalistas de los medios de comunicación, que contribuyen a modelar la percepción de seguridad (Fleitas, 2010). Esas demandas de mayor seguridad no sólo se centran en quienes tradicionalmente fueron sus efectores, sino que alcanza a nuevos destinatarios.

Tradicionalmente, se ha concebido al Estado como el único titular del uso lícito de la fuerza y, así, el garante de la convivencia. Incluso los Estados municipales, la instancia más cercana a los vecinos, han sido objeto de demandas de seguridad. Esto ha puesto en juego a nuevas instancias participativas y ha generado sinergias edificantes en la relación entre los Estados nacional, provincial y municipal. El ejercicio del poder político a partir de la acción articulada con la sociedad civil, es parte de la acción de rendir cuentas que tienen los gobernantes, y asegura la legitimidad y la confianza en su actuar. El fomento de la participación de todas las instancias del Estado y el aprendizaje institucional se retroalimentan desde el punto en el que todos los actores son parte de la interpretación de los problemas y la búsqueda de soluciones.

En este contexto, en diciembre de 2013 fue creada en la Municipalidad de General Pueyrredon la Secretaría de Seguridad y Justicia Municipal7. En febrero de 2014, junto con otras direcciones que conformaron su estructura, fue implementado el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CeMAED). Esta fue la respuesta desde el gobierno municipal para formular “análisis estratégicos focalizados en las tendencias, los problemas y sus causas”. Como paradigma, se incluyó el análisis sobre la base de que “las tendencias delictivas son, básicamente, incrementos o decrementos a largo plazo en los volúmenes delictivos, o cambios en las características de un determinado delito en un largo período de tiempo” (Pezzuchi, 2012). El sentido último de esta contribución, a través de los informes generados por el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito y la Violencia, fue poner en juego al conocimiento científico como una herramienta para la toma de decisiones en materia de seguridad. Su influencia en la evaluación de la actuación del Comando de Prevención Comunitaria fue crucial desde el primer momento.

4. AntecedentesEl antecedente directo del Comando de Prevención Comunitaria fue el Plan Director de Seguridad. Implementado a fines de 2003, tenía como paradigma la mayor presencia policial en la calle y se llevó adelante del modo siguiente.

Las jurisdicciones policiales estaban divididas por cuadriculas o sectores, que tenían en cuenta la incidencia poblacional, comercial y límites de jurisdicciones lindantes a otra comisarías. Cada cuadricula o sector debía

7Originalmente, la Secretaría comprendía también el área de Control (Tránsito, Movilidad urbana, Inspección general, Pesca), de la que fue independizada en abril de 2015.

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contener una numero igualitario de manzanas. En ellas se destacaba un móvil policial con dos policías, con la tarea de recorrer solo la cuadricula asignada durante las veinticuatro horas. Los policías contarían con teléfonos celulares para que los vecinos llamaran directamente a los móviles policiales que recorrieran el sector.

Al trabajo de cada uno de los patrulleros en su sector predefinido, se le sumaba el apoyo de la PRI (Patrulla de Reacción Inmediata), una unidad de trabajo conjunta conformada por oficiales de policía, que se movilizan en varios móviles distribuidos en lugares estratégicos de las ciudades. Estos móviles tenían como misión principal la resolución de conflictos, y el énfasis estaba puesto en la inmediatez de respuesta a los llamados de los móviles de cada cuadricula, para dar apoyo ante situaciones de gravedad, sin que las cuadrículas dejaran de patrullarse. Además, en tanto no fuese requerido, la PRI tenía como tarea la realización de operativos ágiles y dinámicos dentro del casco urbano y en las zonas periféricas de las ciudades.

Por último, la nueva planificación establecía la creación del denominado GPU (Grupo de Prevención Urbana), una suerte de “cuerpo especial” entrenado específicamente para la prevención de los conflictos típicos que se generan en las zonas urbanas, en las áreas más pobladas de las grandes ciudades de la región. Esto incluía desde la neutralización de delitos de gravedad, hasta la seguridad de las personas intervinientes en protestas sociales y manifestaciones espontáneas.

También se realizó un convenio entre la administración provincial y los municipios, para que estos pudieran controlar la efectividad y la presencia de los móviles en la calle. De esta manera, el plan generaría una mayor presencia policial, obligando a la policía a estar en la calle. Así, al ser siempre los mismos policías quienes se encontrarían a cargo de la cuadricula o sector asignado, los vecinos comenzarían a conocer más de cerca a los policías que le brindarían seguridad.

Otro elemento destacable en los antecedentes del CPC fue la puesta en marcha del Sistema de Atención Telefónica de Emergencias 911. Este sistema funcionaba a través de un número gratuito cuya función es centralizar las denuncias o solicitudes de presencia policial a requerimiento del ciudadano, o bien los llamados por emergencias prehospitalarias. El sistema funcionaba ya en otros países con relativo éxito, pues posibilitaba el llamado a una única central de emergentología con atención permanente.

La puesta en marcha de este sistema se hizo mediante el decreto del Poder Ejecutivo Bonaerense Nº 747/2005, publicado en el boletín oficial Nº 25176 el 1 de abril de 2005. Además de lo novedoso del sistema, fue fundamental la centralización de llamadas de emergencias. Las llamadas a las comisarías solicitando la presencia policial fueron disminuyendo con la implementación de este servicio, hasta casi desaparecer.

Con la implementación del 911 mejoraron notablemente los tiempos de respuesta policial, porque el pedido de emergencia genera, con este sistema, un despacho directo a la jurisdicción donde se produce el evento. De esta manera, el móvil policial que se encuentra en la zona o sector del pedido de emergencia es el que acude al lugar. Una vez que el móvil se hace presente en el pedido de auxilio, informa a la base policial sobre el tipo de procedimiento y su resultado. Así, se ejerce un control del servicio policial mucho más efectivo; cuando el móvil policial llega al lugar de la emergencia debe avisar a la base policial, que a su vez registra el horario de presentación y finalización de la intervención en el lugar.

La evolución organizativa se dio en un contexto particular. El politólogo Marcelo Saín lo describía del modo siguiente.

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“(L)a modernización policial debe inscribirse inevitablemente en una reforma político-institucional tendiente a revertir las dos tendencias en cuyo marco se produjeron los desajustes y las deficiencias que pesan sobre nuestras policías, esto es, el desgobierno político de la seguridad pública y su consecuente policialización. Los mayores obstáculos para ello derivan, por un lado, de la tradicional desaprensión, desinterés y desconocimiento que primó en la clase política y, particularmente, en las autoridades gubernamentales de nuestros países a la hora de abordar los asuntos de la seguridad pública.” (Saín, 2005)

5. El comando de prevención comunitaria: metodología y análisisEl 25 de abril de 2014, en la búsqueda por modernizar a la policía, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de General Pueyrredon firmaron el Convenio Marco de Cooperación para la implementación, mantenimiento y supervisión del Comando de Prevención Comunitaria (629/14). Se propuso un cambio de paradigma: la Policía de proximidad. A partir del viernes 6 de junio de 2014, se ordenó el despliegue de un patrullaje que sería “permanente (24 horas, 7 días) en 82 zonas de prevención, divididas según la densidad poblacional y delictual”. Al CPC le fueron atribuidas las funciones de prevención y mantenimiento de la seguridad pública, por medio de la disuasión o cese de delitos y contravenciones, la protección de personas y bienes, el control y el uso racional de la fuerza pública.

Desde la creación de este cuerpo policial, la Municipalidad de General Pueyrredon asumió un rol diferente, más comprometido aún, realizando aportes para su profesionalización. Esos aportes fueron materiales (infraestructura, vehículos –unidades, mantenimiento, combustible-, tecnología, condiciones laborales), pero también estratégicos y metodológicos, a través la creación del GOSYP: Grupo Operativo de Seguimiento y Planificación.

El grupo estaba integrado por el Intendente municipal, el Secretario de Seguridad, el Director General del CPC, el Jefe del CPC, el segundo Jefe del CPC y el Jefe Departamental de Policía. La modalidad de actuación consistía en reuniones semanales en las que se analizaba lo actuado por el CPC, con los aportes del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito y el Centro de Operaciones y Monitoreo municipal. El objetivo fue contribuir a la planificación de un sistema de patrullaje dinámico, que reevaluara de manera constante las estrategias orientadas hacia la prevención, adecuadas en tiempo y en espacio.

Entre los objetivos particulares del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito está la realización, en forma regular y periódica, de estudios sobre la información que recibe. El resultado puede verse en la elaboración de reportes que dan cuenta de los incidentes y problemáticas vinculados con la violencia y el delito en el territorio del Partido. Como corolario de las acciones de análisis, también se encuentra dentro de las misiones del CeMAED la presentación de sugerencias de políticas públicas en materia de seguridad.

Uno de los estudios que se llevan adelante es el análisis estratégico de la actuación del CPC. La aplicación de las herramientas metodológicas apropiadas sobre la información permite identificar problemas, plantear hipótesis sobre sus causas y sugerir soluciones fundamentadas y sustentables.

La metodología de trabajo tuvo como premisa el celo para cumplir con los procedimientos interpretativos y la aplicación del protocolo de análisis cuantitativo. La actuación de un equipo de trabajo relativamente numeroso y multidisciplinario, requería reglas muy claras para que la subjetividad del analista no empañe la objetividad pretendida por los informes técnicos. Las directrices generales que orientaron la acción fueron a) el diseño

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participativo del instrumento de registro y la adecuación de la clasificación de los datos fuente a los fines que perseguía el CeMAED, y b) la capacitación del personal informático, orientado centralmente al análisis cuantitativo, en las cuestiones cualitativas relevantes, para apuntar a una coherencia fundada en la comprensión del proceso completo y sus resultados.

La codificación de un mismo hecho tiene variaciones de una a otra fuente. La combinación y el confronte de esas fuentes, para completarlas y mitigar sus falencias, requiere de instrucciones precisas para la normalización del dato. La diversidad de formatos en que se reciben los datos fuente comprende desde planillas que son completadas a mano, hasta hechos relatados en texto, pasando por planillas de cálculo con diversos campos y clasificaciones. Aquí es donde cobra especial importancia el ceñirse a la herramienta metodológica que no deje lugar a dudas en el momento o de la selección de un dato que va a ser analizado.

La construcción del protocolo, enmarcada en un proceso participativo y multidisciplinario, garantizó la cobertura de las aristas diversas de los hechos registrables. Especialmente, se centra en la descripción detallada de:

i) El objeto de análisis, su descripción y el fin de utilizarlo como unidad de análisis.ii) El modo particular de cumplimentar el llenado de las fichas de relevamiento en el caso de la generación

de contenidos propios.iii) El modo de suplir la información faltante o los protocolos de actuación frente a la falta de datos en

campos obligatorios.iv) La identificación basada en criterios concretos y unívocos de la validez de una fuente anclados en la

temporalidad, la completitud y la representatividad de los datos.

La búsqueda tiene como horizonte que los resultados obtenidos sean los mismos sin depender del operador que los ingrese o el analista que los evalúe. Por eso, se los somete a pruebas estadísticas que refuercen su validez. En este sentido, Krippendorff sostiene que

“Hay que especificar por adelantado el tipo de pruebas necesarias para validar sus resultados con la suficiente claridad como para que la validación resulte concebible. Si bien la razón de ser del análisis es justamente la falta de pruebas directas sobre los fenómenos en juego, los cuales deben por ello ser objeto de inferencia, al menos debe contarse con criterios claros para una validación de los resultados, con el fin de que otros individuos puedan recoger las pruebas adecuadas y comprobar si las inferencias son exactas.” (Krippendorff, 1990: 39)

En la cuestión concreta que desarrolla este trabajo, la división territorial del patrullaje a cargo del CPC respondía al criterio tradicional de las “cuadrículas” o “zonas de patrullaje”, ya referido. El Partido de General Pueyrredon fue dividido inicialmente por el Ministerio de Seguridad provincial en 82 zonas, a partir de dos parámetros generales. El primero, las jurisdicciones geográficas de las comisarías, que eran cubiertas por el conjunto de las zonas en las que fueron fragmentadas. El segundo, la densidad poblacional y, en ciertos casos, delictual, pero con criterios vacilantes, cuya solidez ha sido cuestionada.

A cada zona le fue asignado un número fijo de recursos para su recorrida (hoy, un vehículo con los agentes policiales correspondientes), que si bien pueden sumarse para la asistencia en los casos concretos, por defecto están circunscritos a su sector. Esta modalidad no difería del Plan Director de Seguridad, presentado diez años antes. La supuesta modernización y cambio de paradigma se reducían, en la práctica, a la aplicación de equipamiento y a la reorganización de los recursos humanos con una nueva distribución.

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A estos parámetros pueden adjudicárseles, cuanto menos, dos obsolescencias. El primero de los parámetros se convirtió en obsoleto con el advenimiento del CPC. Esta división de la Policía Bonaerense respondía a un único mando también a nivel local, y su jurisdicción era la de todo el territorio del Partido. Por eso, no tenía sentido que las zonas respetasen los límites de las jurisdicciones territoriales de las comisarías.

El segundo también resulta obsoleto, pero por razones más complejas. No tiene sentido la idea de “la inseguridad” o “el delito” de manera genérica, porque no es útil, pero además porque no existe. Por ende, tampoco es posible su prevención. No existe un único problema de seguridad en el territorio del Partido de General Pueyredon, sino cuestiones específicas en sectores determinados. Asumir este punto de partida permite desplegar estrategias de prevención eficientes en cuanto a sus resultados y a los recursos empleados para perseguirlos.

En definitiva, hay determinados problemas vinculados con la seguridad en sectores determinados del territorio. Por eso, la sectorización de la región para la prevención de delitos realizada con anterioridad e independencia al análisis de las particularidades de esos delitos resultaba irracional y, en última instancia, infructuosa desde su nacimiento.

Las 82 zonas en las que fue dividido el partido responden a criterios poco claros. En algunos casos, hasta presentan obstáculos físicos para su recorrida (vías sin paso a nivel, cursos de agua, calles cerradas al tránsito por otros motivos). Su falta de flexibilidad atenta contra el desarrollo de un sistema de patrullaje dinámico, orientado a objetivos y especializado material y territorialmente.

Desde un punto de vista técnico, es razonable orientar el patrullaje preventivo a partir de análisis previos. Si se trata de cobertura territorial, el estudio del lugar físico aparece como fundamental. Sobre todo, desde que ese despliegue no es un mero recorrido cuantitativo, sino que tiene como propósito la prevención de violencias, conflictos y delitos.

Una herramienta útil para conocer la distribución y la densidad de los delitos en el territorio fue la realización de análisis espaciales del delito, que permitieron confeccionar mapas que mostraban las zonas calientes, puntos calientes, densidades, riesgo, entre otras alternativas de análisis. Esto fue uno de los insumos indispensables para la identificación de patrones delictuales, y permitió desarrollar estrategias de prevención a través de un patrullaje dinámico.

La pretensión de una distribución dinámica e inteligente de recursos requería tener claro el escenario espacial de concentración de hechos, sus características desplazamientos y evolución. Para arribar a este escenario de conocimiento, se utilizaron algunas herramientas de software de SIG (Sistemas de Información Geográfica) genéricas, como ARCGIS y QGIS, y otras específicas de análisis criminológico, como Crimestat. El proceso constó de cinco pasos: normalización de las fuentes de datos, geocodificación de los eventos, análisis estadístico espacial de los eventos, confección de mapas y su análisis.

• Normalizacióndelasfuentesdedatos:consisteenajustarlasfuentesaunformatoadecuadopararealizar las consultas y cortes de información necesarios para la elaboración de análisis específicos, con el fin de facilitarlo y evitar inconsistencias.

• Geocodificacióndeloseventosreportadosporlasfuentes:importatraducirladireccióncompuestapor calle, numeral o intersección de calles en coordenadas geográficas planas, adecuadas para medir distancias entre eventos y analizarlos. Este proceso genera una capa e puntos en formato shape (privativo de la compañía de software ESRI). Para realizar un análisis confiable, es necesario ubicar al menos el

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95% de los eventos. A partir de esta capa de eventos se pueden efectuar cortes de datos respecto de diferentes campos para realizar análisis específicos, por delito, rangos de tiempo, modalidades, etc.

• Análisisestadísticoespacial:deintensidad,dedeteccióndezonascalientesydepuntoscalientes.Serealiza mediante el software Crimestat, que arriba a resultados estadísticos con base en mediciones de concentración y distancia entre eventos. Para esto tiene en cuenta factores como el índice de proximidad al vecino más cercano y estadística K (de Ripley), mediante simulaciones que comparan la distribución actual con la esperada en una situación de azar. En los casos de delitos contra las personas, este análisis también fue ponderado por población, mediante la interpolación con una capa de radios censales, para la obtención de resultados de riesgo delictivo. Todo este análisis se refleja gráficamente en capas de zonas calientes, mapas de calor o intensidad y puntos calientes, que permiten observar frecuencia, concentración y densidad de hechos.

• Confeccióndemapas:setratadelasuperposicióndelascapasdeanálisisconlacartografíadelterritorio. Cumple con la premisa fundamental de ser clara para poder visualizar los análisis y sus límites. La búsqueda de cartografía precisa, completa y actualizada tuvo una importancia destacable.

• Análisisdelosmapas:apartirdelconocimientodedóndeseproducenlasconcentracionesdeeventos,fue posible identificar sobre el territorio los fenómenos que la podrían estar originando, y vincularla con las características territoriales u otros eventos específicos que pudieran estar afectando sus condiciones.

Para no convertirse en un catálogo de hechos distribuidos en un plano, con escasa utilidad práctica, el mapa del delito se complementó con información sociodemográfica de cada sector a abordar. Es así que se establecieron también las zonas vulnerables, donde problemas no vinculados sino oblicuamente con el delito y la violencia (las características estructurales y humanas de los sectores) marcaban la necesidad de tratamientos diferentes.

La geolocalización de los principales delitos contra la propiedad y de los hechos de violencia con presencia de armas de fuego permitía observar concentraciones en sectores determinados del territorio. Con fuente en datos del Centro de Procesamiento y Análisis de la Información Delictual (CePAID), organismo policial que releva la actividad de la Policía distrital y del CPC, se elaboraron mapas de intensidad, que mostraban cantidades inusuales de puntos concentrados según el tipo de delito que se analizara. Los hechos con menor carga de violencia, ya fuera sobre las personas o sobre las cosas, se mostraban más numerosos en zonas del microcentro y macrocentro, especialmente en los lugares de mayor concentración de personas. Los hechos de gravedad intermedia, particularmente robos sin arma de fuego, tenían una distribución que también se extendía hacia la zona de barrios populares que circundaban a la zona comercial y residencial. Finalmente, los hechos más violentos, homicidios y aquellos en los que estaban presentes armas de fuego, se ubicaban en los sectores externos del área urbana, en los barrios más vulnerables.

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Para el análisis se tuvieron en cuenta también los abordajes particulares de otras divisiones de la policía y los operativos de las fuerzas públicas como el Operativo Sol, que refuerza la cantidad de efectivos durante las temporadas de verano en las localidades turísticas de la provincia de Buenos Aires. Esta observación motivó la decisión de iniciar un seguimiento profundo de varias fuentes, entre ellas el Servicio de Atención Telefónica de Emergencias 911. La observación de la cantidad de demandas de seguridad y sus orígenes fueron definiendo coincidencias territoriales, que permitieron identificar patrones en sectores determinados. Estas características detectadas tenían correspondencia con las que se habían observado en los mapas de delitos georreferenciados. Las demandas de seguridad por hechos más violentos surgían de los sectores más externos y las originadas en delitos de menor gravedad, en las áreas céntricas y lindantes con la costa. No obstante, estos sectores, si bien podían definir grandes áreas territoriales con coincidencias, no eran concluyentes para permitir definiciones absolutas. Como el CeMAED sostenía, existían problemas de seguridad particulares que se daban en locaciones particulares. Idealmente, entonces, un sistema de patrullaje dinámico no debería tener más límites territoriales que los que, para cada clase de situaciones y en cada uno de los lapsos pertinentes, fuesen requeridos. Es decir, que las superficies a patrullar debían ser flexibles, modificables tanto en sus límites como en la cantidad de recursos afectados a ellas, para cada fin que se persiguiera.

Ahora bien, desde el CeMAED se consideró prudente organizar una transición gradual y realizable hacia ese objetivo. Esto, por concebir que un cambio tan radical en la forma de trabajo que los funcionarios policiales adquirieron y practican desde hace décadas difícilmente evite un fracaso anticipado. Como en todo grupo humano inserto en un sistema con tendencia hacia la estabilidad, las variaciones bruscas suelen ser resistidas.

Gráfico N°1: Delitos urbanos contra la propiedad en el Partido de General Pueyrredon: primer semestre de 2014.

FUENTE: Centro de Procesamiento y Análisis de la Información Delictual

(CEPAID) y CPC (datos), CeMAED (análisis).

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Por estas y otras razones, es que se sugirió un paso intermedio, cual es la instauración de tres grandes áreas de prevención que abarcan el casco urbano de la ciudad de Mar del Plata. Ellas, a la vez que respetan en un sentido los límites prefijados de las cuadrículas en las que tradicionalmente se encuentra dividido el territorio a los fines policiales, permitieron planificaciones generales diferenciadas para cada una, amén de estrategias particulares para sectores localizados en su interior.

Sobre la base de criterios del Banco Interamericano de Desarrollo para la zonificación del Partido en el Plan Estratégico Mar del Plata 2013–2030 (población, escolaridad, tipos de viviendas, índices de pobreza, hacinamiento, comercios, industrias, servicios, entre otros) y el establecimiento de sus zonas críticas, e información georreferenciada de hechos violentos con intervención policial durante el primer semestre de 2014 (en especial, delitos urbanos contra la propiedad) y la actuación del propio CPC, es que fueron trazadas tres áreas bien diferenciadas, dispuestas de manera semiconcéntrica (CeMAED, 2014a; 2014b).

Las zonas fueron denominadas Alfonsina, Peralta Ramos y Camet. El área Alfonsina es la más cercana al centro y macrocentro de la ciudad. Peralta Ramos abarca sectores intermedios y más alejados. El área Camet comprende, principalmente, el anillo más externo de la zona urbana de la ciudad de Mar del Plata.

Gráfico N°2: División del territorio de la ciudad de Mar del Plata en áreas de prevención.

FUENTE: CeMAED.

Apoyado en las observaciones que consistentemente configuraban patrones de comportamiento delictual, se comenzó a mostrar a partir del 15 de agosto la división territorial propuesta por el CeMAED en los análisis semanales presentados en el Grupo Operativo de Seguimiento y Planificación.

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El área Alfonsina concentraba el mayor porcentaje de robos sin arma de fuego y hurtos, y un número elevado de robo y hurto de automotores. El área Peralta Ramos presentaba hechos de mayor violencia, en los que estaban presentes armas de fuego y un número elevado de homicidios. El anillo más exterior presentaba robos con índices altos de violencia, presencia de armas de fuego en conflictos interpersonales y una cantidad alta de homicidios.

Según los despachos del Servicio de Emergencias 911, se evidenció también que la mayoría de las intervenciones del CPC por delitos contra la propiedad presentaba algunas particularidades según cada área. El área Alfonsina mostró el porcentaje más bajo de robos en vivienda, pero el más alto de robos en comercio. Lo contrario sucedió en las áreas Peralta Ramos y Camet, donde el robo en vivienda ocupó casi la mitad de los despachos por delitos contra la propiedad, mientras que el robo en comercio significó porcentajes menores.

Gráfico N°3: Despachos del 911 con intervención del CPC por delito contra la propiedad por áreas. Del 6 de junio al 9 de octubre de 2014.

FUENTE: CeMAED.

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Gráfico N°4: Despachos del 911 con intervención del CPC por delitos prevenibles. Zonas calientes por robo en comercio y vía pública. Del 6 de junio al 9 de octubre de 2014.

Gráfico N°5: Despachos del 911 con intervención del CPC por delitos prevenibles. Zonas calientes de robo en viviendas. Del 6 de junio al 9 de octubre de 2014

FUENTE: CeMAED.

FUENTE: CeMAED.

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Otro dato de interés lo constituye el gran porcentaje de recursos del CPC destinados a casos de alarmas domiciliarias o comerciales. De los 46.636 despachos del 911 registrados entre el 6 de junio y el 9 de octubre de 2014 con intervención del CPC, el 24 % fueron llamados por alarmas particulares administradas por agencias de seguridad privada. Al analizar este dato de manera pormenorizada por áreas, se observó que Alfonsina registraba el mayor porcentaje en comparación con Peralta Ramos y Camet. De esta manera se evidenció una demanda excepcionalmente alta de recursos policiales para atender a requerimientos que, en su enorme mayoría, carecieron de trascendencia: en un porcentaje superior al 90% resultaron ser “falsas alarmas”.

FUENTE: CeMAED.

Esta porción tan importante de la actividad del CPC responde a razones técnicas (la señal de la alarma se recibe de manera inmediata, o por canales de llamado privilegiados, lo que permite mayor premura en su captación), jurídicas (existen convenios suscritos entre el Ministerio de Seguridad provincial y las agencias de seguridad privada para que se brinde este servicio a sus abonados) y de otras clases que, desde el CeMAED, se propuso que deberían ser investigadas y revisadas.

Este tipo de demanda configuraba una clara desviación de los objetivos del patrullaje del CPC hacia la atención de casos que no ameritaban tal acción. Así, el CPC se alejaba aún más de su tarea preventiva, para convertirla en mera reactividad, abandonando las intervenciones conformes a las necesidades y de forma oportuna en cada sector. A partir de esta situación, las autoridades de la Municipalidad de General Pueyrredon propusieron la confección de una ordenanza municipal que contemplara la regulación y registro tanto de usuarios como de prestadores, para que los mismos se hicieran cargo de la atención de este tipo de demandas, utilizando el recurso policial solo en los casos en los que se constate una emergencia real. Esta ordenanza permitiría no desatender el previo diseño del despliegue, que debiera contener la planificación de los sectores, horarios, objetivos, cantidad de móviles y personal policial especializado destinados a patrullar de manera preventiva e inteligente.

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En concreto, el objeto primero de la división propuesta fue contar un análisis que permitiera poner el conocimiento de las autoridades sobre la necesidad de distribución de la fuerza policial de acuerdo con la concentración geográfica y la calidad conflictual de los hechos cometidos.

El 10 de octubre, menos de dos meses después de haber presentado el proyecto de división del territorio con el objetivo de corregir el Sistema de Patrullaje Dinámico, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires implementó la escisión del Comando de Prevención Comunitaria siguiendo estos lineamientos. Se crearon tres jefaturas con jurisdicciones que coincidían territorialmente con las divisiones propuestas por el CeMAED, y una jefatura superior de coordinación. Además, se decidió aumentar el número de cuadrículas y la cantidad total de patrulleros.

El reagrupamiento de las zonas de patrullaje en las tres áreas establecidas permitió realizar mediciones más provechosas que las que se efectuaban respecto de las zonas. Eso hizo posible una planificación más racional y efectiva.

6. Resultados y dificultadesComo resultados positivos, se deben destacar inicialmente dos cuestiones. En primer lugar, la aceptación por parte del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires de las sugerencias de un órgano municipal. Especialmente en las cuestiones vinculadas con las fuerzas de seguridad, las administraciones gubernamentales en general han sido reticentes para aceptar la participación de agencias externas en el diseño de sus políticas. Este caso dejó en evidencia la valoración, por parte de la repartición provincial, de los resultados obtenidos en los análisis de un equipo especializado en el componente local, aplicador de las políticas de seguridad

Gráfico N°6: Despachos del 911 con intervención del CPC por delitos prevenibles. Zonas calientes de robo en viviendas. Del 6 de junio al 9 de octubre de 2014.

FUENTE: CeMAED.

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democráctica delineadas por la gestión municipal. La segunda cuestión destacable es la predisposición a la modificación mostrada por la fuerza policial en su conjunto y por cada integrante de ella en particular. Más allá de las reservas habituales en la relación entre analistas y policías, muchas veces conflictivas por la naturaleza divergente de sus labores, la nueva modalidad de funcionamiento se implementó sin resistencias internas graves.

En cuanto a los resultados puntuales de la actuación bajo la nueva modalidad, se advirtieron algunas particularidades. Procedimientos por “averiguación de identidad” o “averiguación de ilícito” (demora de una persona sin fundamento en la comisión de un delito sino por un estado de sospecha más o menos determinado) y por encubrimiento (tenencia de bienes, generalmente automotores o motocicletas, sin poder acreditar su titularidad) tuvieron lugar, fundamentalmente, en las áreas Peralta Ramos y Camet. Los procedimientos por robo y hurto estuvieron distribuidos de forma más pareja en las tres áreas.

El análisis mostraba que en las áreas más alejadas de la centralidad urbana prevalecía la aprehensión de jóvenes residentes de barrios apartados del centro de la ciudad. Comparando la cantidad de llamados al 911 totales por robo y hurto con la cantidad de despachos atendidos por el CPC, y los registros que el mismo comando informa como exitosos, se advertía una inconsistencia: mientras las áreas Peralta Ramos y Camet concentraban más llamados por este motivo, la mayor cantidad de intervenciones exitosas, según el CPC, se producían en el área Alfonsina.

Si la atención se posaba en la distribución horaria, se observaba que la mayor concentración de llamados del 911 comenzaba a las 15:00 y se extendía hasta las 2:00. En el área Peralta Ramos comenzaba, incluso, más temprano: a partir de las 13:00. Pero la mayor intervención del CPC en esos despachos, en todas las áreas, se elevaba a partir de las 17:00.

Si la comparación es por semana, se advertía que la cantidad de llamados al 911 con intervención del CPC tenía fluctuaciones de una semana a otra. Al evaluar cada zona por semana, también se veían diferencias interesantes. Mientras que en Alfonsina había cierta dispersión, en Peralta Ramos y Camet los despachos del 911 se encontraban más concentrados entre las 18:00 y las 2:00. Estos análisis por hora y por zona se utilizaron para reforzar el patrullaje dinámico con móviles adicionales en los horarios y las áreas de mayor concentración de hechos.

El análisis comparativo zona por zona de los llamados del 911 y los procedimientos exitosos del CPC (denominados así por la propia fuerza policial, que consideran tales a aquellos que culminan con la aprehensión de una persona o el secuestro de un bien) mostraba divergencias profundas. Ejemplos extremos de esto se advertían en algunas zonas, con 1.000 llamados al 911 y menos de 10 intervenciones positivas del CPC. En cuanto a los aprehendidos al momento de la publicación del Informe Análisis Estratégico de las 18 Primeras Semanas de Funcionamiento del CPC (CeMAED, 2014b), el 10 % se encontraba detenido por orden judicial; el 25 %, no tenían definida su situación procesal por haber transcurrido poco tiempo desde su aprehensión, o porque no se obtuvo información sobre su estado; y el 65 %, se encontraba en libertad. De estos últimos, el 17 % fue liberado inmediatamente por no haber sido avalada su aprehensión por el Poder Judicial, el 35 %, por facultades del fiscal, por no considerar necesario solicitar prisión preventiva (aunque el proceso judicial siguiera en curso). Finalmente, el 13 % fue excarcelado por el juez de garantías, al no considerar necesaria la conversión de la aprehensión en detención.

A simple vista, pudiera parecer que la fuerza policial, en este caso el CPC, detiene a una vasta cantidad de personas, presuntos autores de delitos, que luego son liberados por un sistema judicial incompetente. Sin embargo, lejos de esta lógica, la realidad es muy distinta. La mayoría de las personas aprehendidas lo han sido producto de persecuciones a delitos considerados por el Código Penal y otras normas penales o administrativo-penales

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como de menor gravedad. También, sobre hechos o situaciones particulares, como la averiguación de identidad o ilícito y el encubrimiento, casos en lo que ni siquiera debió haberse llevado a cabo la aprehensión.

Los cambios introducidos a partir de la sectorización en Áreas tiene incidencia en la detección de particularidades, pero no ha podido demostrar avances vinculados a modificaciones en la realidad delictiva. Hay factores diversos entre los cuales se puede explicar esta falta de resultados definitivos. Uno de ellos es el alto dispendio de recursos policiales del CPC destinados a actividades que se encuentran fuera de su competencia específica.

Más allá de su origen como policía de proximidad y de prevención, en la práctica y ante la inexistencia de otro dispositivo de pronta asistencia a las emergencias, el Comando de Prevención Comunitaria se consolida como el ejecutor de un modelo reactivo y no preventivo; como una suerte de “delivery del 911” (CeMAED, 2014a). El modelo de abordaje policial reactivo consiste, principalmente, en acudir a los llamados de emergencia despachados por el 911, e intervenir en cada hecho de manera aislada. En la mayoría de los casos, el CPC actúa cuando el hecho delictivo ya se cometió. Este trabajo es importante pero insuficiente. Además, diluye la capacidad de visualizar que los incidentes individuales pueden responder a un patrón sistemático de hechos que debe analizarse y abordarse de forma conjunta y relacional. La resolución de hechos delictivos aislados no impide que continúen ocurriendo.

Asimismo, da cuenta de la dificultad para interpretar ciertas situaciones delictivas o de violencia de manera integrada, como un problema de seguridad específico. Estaba claro que un abordaje preventivo, que parta de una visión integradora y respetuosa de la complejidad del fenómeno de la violencia y el delito, tendría una mayor incidencia en la disminución del delito que la simple respuesta reactiva al llamado del 911. La cuestión es que frente a esta modalidad declarada de responder con la fuerza policial a la emergencia, sea o no con origen en un delito, merma o anula la posibilidad del policiamiento preventivo que vaya más allá de la prevención por simple disuasión por presencia.

7. Policía de prevención localAnte los datos derivados del análisis de las actuaciones de la policía que reflejaban la falta de resultados sustanciales, se evidenció la necesidad de un refuerzo de fuerzas de seguridad que cumplieran fácticamente con la función de policía de proximidad. El Comando de Prevención Comunitaria tuvo origen en cumplir con esa tarea, pero en los hechos, la cantidad de despachos por emergencias que le refiere el 911 lo han distraído de su función primaria.

Otra de las dificultades para las autoridades municipales, las que primero reciben las demandas de mayor seguridad, es la inexistencia de un cuerpo de seguridad en el que tuviera injerencia directa. Más allá de la predisposición positiva a darles participación a los gobiernos locales, el comando de las fuerzas policiales sigue estando en manos de los gobiernos federal y provincial.

Frente a esta situación conocida por las autoridades provinciales y en la búsqueda de descentralización y desconcentración operativa, se inició en el segundo semestre de 2014 la implementación del Régimen de Policía de Prevención Local. El 31 de octubre de 2014, el Honorable Concejo Deliberante aprobó una ordenanza municipal mediante la cual el Municipio de General Pueyrredon adhirió a éste régimen.

Desde su prehistoria, la organización y capacitación de la nueva fuerza muestra elementos distintivos y plusvalías añadidas a la formación tradicional policial. Paralelamente a la adhesión al nuevo régimen, se creó la Escuela

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Municipal de Seguridad Local y se otorgó grado de Dirección general al Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito. En un sentido muy explícito, se presentó un esquema de formación en el que la profesionalización basada en la investigación, desarrollo e innovación del conocimiento sobre seguridad ocupa un lugar preponderante.

El proceso de formación intensivo instruye a los aspirantes sobre geografía e historia local, resolución de conflictos suscitados en el territorio municipal y realidades del Partido desde otros ángulos, en un intento por brindar herramientas cognitivas que contribuyan a una cosmovisión sobre el espacio en el que van a desarrollar su actividad. Su jefe fue designado por el intendente con acuerdo del Honorable Concejo Deliberante, luego de superar una audiencia pública en la que todos los vecinos podían presentar impugnaciones (que no fueron instadas, sino al contrario: la postulación recibió adhesiones de relevancia por parte de personalidades y asociaciones intermedias de la sociedad civil y organismos de derechos humanos).

La nueva fuerza, formada en ámbitos policiales y universitarios, estará en la calle en septiembre de 2015. El desafío más importante es ser lo que su denominación versa: una policía con funciones eminentemente preventivas y con un componente local muy fuerte presente tanto en la formación de sus miembros, como en la dirección de su comando.

8. PerspectivasEl tránsito de un modelo policial a otro implica una multiplicidad de condiciones que exceden la adopción de nuevas técnicas y la incorporación de tecnología o equipamiento. Las modificaciones “implican a su vez un cambio cultural y un desafío a la tradición jerárquica y militarizada de las organizaciones policiales, pues se espera que estos cambios posibiliten la flexibilidad en los procedimientos, mayor adaptabilidad al escenario dinámico, y por lo tanto, soluciones más rápidas y atingentes a las necesidades más próximas” (Varela Jorquera, 2007).

Frente a un planteo profundo de cambio se señalan también una serie de cuestiones fundamentales. En primer lugar, el uso de la información, no ya como elemento a tener en cuenta, sino con el valor de conocimiento fehaciente sobre un tema determinado; y en segundo lugar, el uso de mecanismos de control por fuera de la fuerza, poseedores de la necesaria independencia para un análisis objetivo de efectividad y desempeño.

Aparecen como deseables la adopción de sistemas como el POP (Policiamiento Originado en Problemas), que promueven un enfoque con tintes del acervo cultural local y en donde la información y la gestión de la información transformada en conocimiento están más allá de las instituciones. La búsqueda en este tipo de estructuras está centrada en la incorporación de las unidades de análisis a la organización, haciéndoles perder su carácter anónimo tradicional. A pesar de esta búsqueda, las características particulares de la actividad de las fuerzas de seguridad son un escollo para implementar esta visión integral de la realidad. Como menciona Matthew White (2008), el trabajo policial es una de las pocas profesiones que todavía subestima la labor de los analistas, sus logros no son realzados y se les asocia a la ejecución de tareas administrativas secundarias. Este desafío por integrar al análisis como fuente de diagramación y despliegue es la mayor prueba para la Policía de Prevención Local.

El tipo de Policiamiento Originado en Problemas busca la participación comunitaria como insumo sobre el origen de los problemas y sobre la evaluación de su actuación. El trabajo metodológico organizado en etapas bien diferenciadas de búsqueda, análisis, solución y evaluación, permite a la policía como institución y al policía como individuo, ser más consiente de las cuestiones de seguridad en las que deberá intervenir. La búsqueda, más allá de tender a la eliminación de factores problemáticos declarados, se centra en intentar anular o reducir su repetición y consecuencias.

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9. ConclusiónEl Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito tiene múltiples funciones derivadas de abordaje analítico de la realidad delictual. La premisa fundacional de su trabajo es la comprensión de la realidad como un todo integral en el que la solución policial es sólo un componente. Este componente debería estar contextualizado en un enfoque más amplio vinculado a la resolución de los problemas desde su origen y no a partir de las manifestaciones de sus consecuencias. Lo aquí expuesto es, puntualmente, el abordaje de la problemática que se originó con la implementación de un sistema de patrullaje y no abunda en cuestiones preventivas vinculadas a ese enfoque amplio.

El objetivo final de este trabajo del CeMAED debe centrarse en orientar la distribución y la especialización policial con el objetivo puesto en los resultados . Atendiendo a un patrullaje inteligente con base en información sobre la intensidad de delitos y las particularidades de cada sector. Existe en los autores de este trabajo el convencimiento profundo de que el abordaje de la seguridad debe ser integral. De ningún modo es solución la sola atención policial de la demanda social por más seguridad. La simplificación originada en “la tendencia de los poderes públicos a formular respuestas inmediatas a episodios de crisis en la seguridad pública, en vez de optar por un abordaje planificado en función de indicadores y datos globales” (Cano, 2006), debe estar inserta en planes estatales de acción social y educación. Lo novedoso será no solo dar asistencia a los más vulnerables, sino darla con el acento puesto en la seguridad y la paz social.

Bibliografía• Beni, M. C. (2001). Análise estrutural do turismo. 2ª edición. San Pablo, Senac Sao Paulo

• Cano, I. (2006). “Políticas de seguridad pública en Brasil: tentativas de modernización y democratización versus la guerra contra el crimen”. Sur, Revista Internacional de Derechos Humanos. San Pablo

• CeMAED (2014a). Análisis Estratégico de las Primeras 18 Semanas de Funcionamiento del Comando de Prevención Comunitaria del Partido de General Pueyrredon. Disponible en: http://www.mardelplata.gob.ar/documentos/proteccion_ciudadana/caed-cpc18sem.info.pdf

• CeMAED (2014b). Análisis Estratégico de los Primeros 56 Días de Funcionamiento del Comando de Prevención Comunitaria del Partido de General Pueyrredon. Disponible en: http://www.mardelplata.gob.ar/documentos/proteccion_ciudadana/caed56dcpcv3.info.pdf

• Dirección General de Política Criminal y Prevención del Delito, Subsecretaría de Prevención de Guanajuato. (2014). Modelo Estatal de Policía de Proximidad con enfoque Comunitario

• Fleitas, D., Otamendi, A. (2007). “Homicidios, suicidios y uso de armas de fuego en las provincias argentinas”. En Ghogassian, E., comp. Las armas y las víctimas, Buenos Aires, Universidad de San Andrés

8El análisis de actuaciones policiales es una de las tareas del CeMAED, que además realiza informes sobre problemáticas determinadas de violencias y delito en el Partido de General Pueyrredon (homicidios dolosos, sustracción de automotores, violencia de género, violencia institucional, estupefacientes, etc.) y participa en iniciativas tendientes al conocimiento más profundo de la realidad de los conflictos locales (como la Encuesta de victimización 2014, realizada en conjunto con el Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia, ILSED, y el grupo de investigación Crítica Penal de la Universidad Nacional de Mar del Plata). Sus informes son públicos y pueden consultarse en www.mardelplata.gob.ar/cemaed.

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• Lucero, P. (2008). “Dinámica demográfica y configuración territorial de Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon en la segunda mitad del siglo XX”, Mar del Plata, Universidad Nacional de Mar del Plata

• Municipalidad de General Pueyrredon (2013). Plan estratégico Mar del Plata 2013-2030. Disponible en: http://www.mardelplata.gob.ar/PlanEstrategico

• Pezzuchi, G. (2012). “Análisis criminal, confusiones varias y experiencias en la Provincia de Buenos Aires, Argentina”. En Tudela Poblete, P., ed. Buenas Prácticas Para el Análisis Delictual en América Latina, Santiago de Chile, pp. 23-39. Disponible en: http://www.pazciudadana.cl/wp-content/uploads/2012/06/buenas-practicas-para-el-analisis-delictual.pdf

• Sain, M. (2005). “Gobierno y policía, una relación intrincada”. En Álvarez, C., Garré, N., eds. Políticas de Seguridad y Justicia Penal en Argentina. Buenos Aires, Yunque

• Varela Jorquera, F. (2007). Modelos internacionales de policía de orientación comunitaria, Santiago de Chile, Subsecretaría de Carabineros, pp. 35 y ss.

• White, M. (2008). Enhancing the Problem-Solving Capacity of Crime Análisis Units, Washington, U.S. Department of Justice, Office of Community Oriented Policing Services.

• Krippendorff, K. (1990). Metodología de análisis de contenido. Teoría y práctica. Buenos Aires, Paidós.