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La verdadera historia del Crucificado No hay, en los Evangelios, una descripción minuciosa de los sufrimientos que pasó Jesús durante sus últimas horas de vida, porque entonces no era necesario describir algo que era tan del dominio público, como la Crucifixión. En base a documentos históricos, Semanario se ha propuesto describir el acontecimiento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el Mesías. Muchos se han preguntado si se puede conocer la manera detallada en la que murió Jesús, y si no se ha exagerado a la hora de describir los sufrimientos a los que eran sometidos los crucificados; de aquí la necesidad de recurrir a las fuentes históricas. El material de referencias, relativo a la muerte de Cristo, se compone de un cuerpo de literatura y no de un cuerpo físico o de sus restos. En este sentido, la credibilidad de cualquier discusión sobre la muerte de Jesús será determinada, básicamente, por la credibilidad de las fuentes. Las descripciones más extensas y detalladas de la vida y muerte de Jesús, han de ser encontradas en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los otros 23 libros del Nuevo Testamento apoyan, mas no abundan en los detalles registrados por los cuatro evangelistas. Algunos autores contemporáneos cristianos, judíos y romanos, proveen información adicional sobre los sistemas legales judíos y romanos del siglo primero, así como particularidades sobre flagelación y la crucifixión. Séneca, Livil, Plutarco y otros historiadores se refieren a las prácticas de la crucifixión en sus diversos escritos. Además, Jesús es mencionado por los historiadores romanos Cornelio, Tácito, Plinio «El Menor» y Suetonio; y por los historiadores no romanos, Thallus y Phlegon, por el escritor satírico Luciano de Samosata, por el Talmud Judío, y por el historiador judío Flavio Josefo. De aquí que todos estos escritos e historiadores se conviertan en fuentes necesarias para la reconstrucción de la crucifixión; más aún, no cabría dejar de lado, objetos como el Sudario de Turín y descubrimientos arqueológicos recientes (como el descubrimiento de los restos de un crucificado en Giv’at ha-Mitvar, en 1968) porque proveen información valiosa sobre esta práctica romana. Una práctica perfeccionada por los romanos La crucifixión surgió, probablemente, entre los persas. Alejandro El Grande introdujo la práctica en Egipto y Cártago. Parece ser que fue transmitida a los romanos por los cartagineses, y la perfeccionaron como forma de castigo y tortura para producir una muerte lenta, con máximo dolor y sufrimiento. Era considerada sumamente degradante, y aplicada sólo en esclavos, extranjeros, revolucionarios, y peligrosos criminales; nunca a un romano. En su forma inicial en Persia, la víctima era atada a un árbol o a un poste, usualmente para evitar que sus pies tocaran tierra santa. Luego se instrumentó una cruz común: Un poste (estípite) y un travesaño (patíbulum), y tenía algunas variaciones. A pesar de que las evidencias arqueológicas e históricas indican que la cruz tipo «Tau» (la letra «t» griega) era preferida por los romanos en Palestina. En el tiempo de Cristo, las prácticas de crucifixión variaban frecuentemente de una región particular a otra; también dependía de la imaginación de los verdugos. El flagelo y la tortura Los Evangelios atestiguan que el sufrimiento de Jesús comenzó desde el día jueves, en el Monte de los Olivos, a donde se había dirigido Cristo, acompañado de sus discípulos,

Dolor Fisico de Jesus 1

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  • La verdadera historia del Crucificado

    No hay, en los Evangelios, una descripcin minuciosa de los sufrimientos que pas Jess durante sus ltimas horas de vida, porque entonces no era necesario describir algo que era tan del dominio pblico, como la Crucifixin. En base a documentos histricos, Semanario se ha propuesto describir el acontecimiento de la Pasin, Muerte y Resurreccin de Jess, el Mesas. Muchos se han preguntado si se puede conocer la manera detallada en la que muri Jess, y si no se ha exagerado a la hora de describir los sufrimientos a los que eran sometidos los crucificados; de aqu la necesidad de recurrir a las fuentes histricas. El material de referencias, relativo a la muerte de Cristo, se compone de un cuerpo de literatura y no de un cuerpo fsico o de sus restos. En este sentido, la credibilidad de cualquier discusin sobre la muerte de Jess ser determinada, bsicamente, por la credibilidad de las fuentes.

    Las descripciones ms extensas y detalladas de la vida y muerte de Jess, han de ser encontradas en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los otros 23 libros del Nuevo Testamento apoyan, mas no abundan en los detalles registrados por los cuatro evangelistas. Algunos autores contemporneos cristianos, judos y romanos, proveen informacin adicional sobre los sistemas legales judos y romanos del siglo primero, as como particularidades sobre flagelacin y la crucifixin. Sneca, Livil, Plutarco y otros historiadores se refieren a las prcticas de la crucifixin en sus diversos escritos. Adems, Jess es mencionado por los historiadores romanos Cornelio, Tcito, Plinio El Menor y Suetonio; y por los historiadores no romanos, Thallus y Phlegon, por el escritor satrico Luciano de Samosata, por el Talmud Judo, y por el historiador judo Flavio Josefo.

    De aqu que todos estos escritos e historiadores se conviertan en fuentes necesarias para la reconstruccin de la crucifixin; ms an, no cabra dejar de lado, objetos como el Sudario de Turn y descubrimientos arqueolgicos recientes (como el descubrimiento de los restos de un crucificado en Givat ha-Mitvar, en 1968) porque proveen informacin valiosa sobre esta prctica romana.

    Una prctica perfeccionada por los romanos La crucifixin surgi, probablemente, entre los persas. Alejandro El Grande introdujo la prctica en Egipto y Crtago. Parece ser que fue transmitida a los romanos por los cartagineses, y la perfeccionaron como forma de castigo y tortura para producir una muerte lenta, con mximo dolor y sufrimiento. Era considerada sumamente degradante, y aplicada slo en esclavos, extranjeros, revolucionarios, y peligrosos criminales; nunca a un romano. En su forma inicial en Persia, la vctima era atada a un rbol o a un poste, usualmente para evitar que sus pies tocaran tierra santa. Luego se instrument una cruz comn: Un poste (estpite) y un travesao (patbulum), y tena algunas variaciones. A pesar de que las evidencias arqueolgicas e histricas indican que la cruz tipo Tau (la letra t griega) era preferida por los romanos en Palestina. En el tiempo de Cristo, las prcticas de crucifixin variaban frecuentemente de una regin particular a otra; tambin dependa de la imaginacin de los verdugos.

    El flagelo y la tortura

    Los Evangelios atestiguan que el sufrimiento de Jess comenz desde el da jueves, en el Monte de los Olivos, a donde se haba dirigido Cristo, acompaado de sus discpulos,

  • despus de celebrar la ltima Cena, hacia el Noroeste de la ciudad. Ah, San Lucas, el evangelista mdico, nos habla de que Jess sud sangre, que en trminos mdicos se denomina hematidrosis o hemodrosis: Agotamiento fsico, acompaado de un trastorno moral, consecuencia de una emocin profunda y de un miedo atroz, seala la obra francesa: Le supplice de la Croix (El suplicio de la Cruz). Sangre mezclada con sudor, fruto no exclusivo del padecimiento fsico, sino gracias a la realidad de una agona interna, profunda, indescriptible: El agobio del peso de todos los pecados del hombre.

    Y despus la tortura, continu: Ante los sumos sacerdotes, ante el Sanedrn. Los evangelistas nos hablan de cmo se mofaron, golpearon y escupieron al que se proclam su Rey. Algunos traducen a San Juan diciendo que Jess recibi una bofetada ante el insulto de contestarle al sumo sacerdote. Mas la palabra que usa San Juan no significada bofetada, sino bastonazo. El italiano Judica Cordiglia dice: Produca una lesin del cartlago de la nariz y la posible desviacin de la misma, debido a un golpe con un palo corto y cilndrico, de 4 a 5 cm. de dimetro.

    Ante la falta de evidencias para condenar a Jess, Pilato, el procurador romano, orden la flagelacin. Esta prctica consista en por lo menos 40 golpes con el flagellum taxillatum (una especie de ltigo compuesto bsicamente de un bastn con tiras de cuero. La punta de cada tira se encontraba rematada con fragmentos de hueso de cordero y de plomo). Los golpes eran propinados por dos fuertes verdugos, uno ms alto que el otro, diestros en el oficio, que se colocaban uno de cada lado del reo hasta cubrirle metdicamente toda la superficie del cuerpo. Y despus, vena la burla de los soldados, una prctica que se convirti en ritual para ellos, cuando flagelaban a los condenados. Y con la burla lleg la coronacin de espinas. Estas espinas, extradas de una planta local, se entreteja alrededor de la cabeza, horizontalmente de la frente a la nuca, pasando por encima de las orejas.

    La cruz y la muerte

    Ms all de los muros de la ciudad se encontraban colocadas las bases sobre las que se ponan las cruces de los condenados a muerte. Despus de que Jess hubo cargado el madero, con direccin al Monte Calvario, fue despojado de sus vestiduras que, indudablemente, se haban adherido a las heridas, lo que le ocasion un dolor tremendo en todo su Cuerpo. Puesto sobre la cruz, fue clavado de espaldas con pinchos de hierro en punta de aproximadamente 5 a 7 pulgadas. Primero, en las muecas (consideradas antiguamente parte de las manos), y luego, en los pies, donde se les colocaba una especie de soporte de madera, no con la intencin de minimizarles el dolor, sino de prolongar el sufrimiento.

    Segn las descripciones de los historiadores, la cruz, con el cuerpo del reo, era colocada boca abajo para asegurar los clavos y luego poder ser levantados para la exhibicin pblica. Clavado por completo, se le colocaba un letrero (titulus) que haca referencia al crimen, y con la intencin de propiciar burla y escarmiento. El de Jess, deca: Jess de Nazareth, Rey de los Judos. La agona duraba de tres a cinco horas, en las que era comn que algunos insectos se posaran y se introdujeran dentro de las heridas abiertas o los ojos, odos y nariz de la vctima, y que las aves de rapia despus desgarraran.

    Slo por amor

    No habr nunca espacio suficiente para describir el dolor de Jess, la crueldad con la que le fue arrancada la vida. Hay quienes tachan al cristianismo de masoquista al tratar de revivir y poner de relieve los momentos ltimos de la vida del Mesas. Lo cierto es que, ms all del

  • sufrimiento, la Pasin es el resumen de una vida de entrega completa y generosa a la voluntad del Padre. Es, en pocas palabras, el resumen de la vida de un hombre que vivi el amor hasta sus ltimas consecuencias: Dar la vida por los suyos y por los extraos, por amor, slo por amor.

    En la Cruz, no caba una herida ms

    Jess Carlos Chavira Crdenas

    Aquella sera la noche de la traicin. Jess lo saba, y mientras oraba en el Huerto de Getseman, una enorme angustia mental provoc que su sudor se volviera como gotas de sangre.

    Ser el evangelista San Lucas quien adems era mdico el que presentar esta hematidrosis padecida por Jess. Vctima de una ansiedad severa, la secrecin de qumicos rompi vasos capilares en sus glndulas sudorparas, provocando que el sudor emanara mezclado con sangre y su piel se sensibilizara. En tanto, el aire fro de la noche pudo causarle fuertes escalofros.

    De esta forma, la enorme tensin emocional, el desvelo y la caminata de ms de cuatro kilmetros entre los lugares donde se desarrollaran el juicio religioso y civil, luego de ser aprehendido, fueron debilitando a Jess antes de enfrentar la flagelacin romana.

    Ya no pareca un ser humano (Is 52, 14)

    Cinco siglos antes de Cristo, Isaas haba profetizado la Pasin del Dios hecho hombre, quien sera desfigurado.

    De acuerdo con la tradicin de las flagelaciones romanas, conocidas por su brutalidad, Jess fue desnudado y sus manos atadas a una pila pequea, con la espalda encorvada. Generalmente eran 39 latigazos, con varias tiras de cuero sencillas o entrelazadas, de diferente longitud, en las cuales se ataban pequeas bolas de hierro o trocitos de huesos de ovejas a varios intervalos.

    Tal vez fueron dos verdugos quienes lo azotaron repetidamente y con fuerza excesiva. As, las bolas de hierro comenzaron a causar profundas contusiones heridas internas, mientras las tiras de cuero y huesos desgarraban su piel y cortaban hasta los msculos. Segn estas prcticas, los latigazos iban desde los hombros, pasaban por la espalda, las nalgas y las piernas.

    La severidad de la flagelacin dependa de la disposicin de los verdugos y su objetivo era debilitar a la vctima a un estado prximo al colapso o la muerte. La orden de Pilato fue azotarlo. Mas en los casos ms extremos, estudios mdicos afirman que este tipo de desgarres en la espalda, en ocasiones dejaban expuesta la espina dorsal; adems, las venas de la vctima quedaban al descubierto, mientras los mismos msculos, tendones y las entraas eran abiertos y expuestos.

    Lo cierto es que Jess probablemente qued en un estado casi de shock. As se encontraba cuando, como era costumbre, los soldados comenzaron a burlarse, colocando una tnica sobre sus hombros, una corona de espinas sobre su cabeza y un palo como cetro en su

  • mano derecha, mientras lo escupan y golpeaban en la cabeza. Cuando le arrebataron la tnica, es posible que reabrieran las heridas, sobre las que soportara el peso de la Cruz.

    Al borde del colapso, carg la Cruz

    El condenado a muerte usualmente iba desnudo, y debido a que la cruz pesaba ms de 300 libras (136 kilos), slo se llevaba el travesao. ste, pesaba entre 75 y 125 libras (34 a 57 kilos), era colocada sobre la nuca de la vctima y se balanceaba sobre sus dos hombros.

    Cabe subrayar que Jess se encontraba en condicin hipovulmica mientras ascenda por el camino hacia el lugar de la ejecucin en El Calvario ms de medio kilmetro; es decir, debido a la gran prdida de sangre, su corazn se aceleraba para tratar de bombear aquella que no exista, pero al no conseguirlo, la presin sangunea fue disminuyendo, provocndole desmayos o colapsos.

    La Sagrada Escritura seala que finalmente Jess se desplom, y un soldado romano orden a Simn de Cirene que llevara el patbulo por l. Adems, es posible que por la condicin en la que Jess se encontraba, sus riones dejaron de producir orina para mantener el volumen restante, y comenz a sentirse sediento, porque el cuerpo ansiaba fluidos para reponer el volumen de sangre perdido.

    La Crucifixin, de la tortura a la asfixia

    Los clavos que los romanos usaban eran de trece a dieciocho centmetros de largo, afilados hasta terminar en una punta aguda. Se ha demostrado que los ligamentos y huesos de la mueca entre el radio y los metacarpianos pueden soportar el peso de un cuerpo colgando de ellos, pero no las palmas de las manos. As, el clavo atraves y tritur el nervio mediano de Jess, produciendo fuertes descargas de dolor en ambos brazos, resultando en fuertes contracciones de la mano y su parlisis parcial. Luego, al traspasar los pies, es probable que laceraran el nervio peroneo, y ramificaciones de los nervios medianos y laterales de la planta, causando un dolor similar.

    Al momento de estar en posicin vertical, sus brazos se estiraron intensamente, tal vez quince centmetros, y ambos hombros debieron haberse dislocado, lo que confirmaba lo escrito por el salmista: Dislocados estn todos mis huesos.

    Pero la consecuencia principal de la Crucifixin, era la asfixia. El peso del cuerpo, jalando hacia abajo por los brazos y hombros extendidos, tenda a fijar los msculos intercostales en un estado de inhalacin y por consiguiente afectaba la exhalacin. Para poder hacerlo, Jess deba empujar hacia arriba con los pies clavados al madero. Al hacerlo, el clavo desgarrara el pie y la flexin de los codos causara enorme dolor en las muecas. Ms an, con cada respiracin, las heridas de la espalda rozaran contra la tosca madera, continuando la prdida de sangre y calambres musculares.

    La Muerte de Jess

    A medida que la persona reduce el ritmo respiratorio, entra en lo que se denomina acidosis respiratoria: El dixido de carbono de la sangre se disuelve como cido carbnico, lo cual provoca un pulso irregular.

  • La Muerte de Jess se precipit debido a la severidad de la flagelacin, con su consecuente prdida de sangre, agotamiento y estado preshock. Algunos anlisis de su fallecimiento hablan de un agudo paro cardiaco, luego de la filtracin de trombos que posiblemente llegaron hasta el miocardio, originando un fuerte dolor que lo hizo gritar: Padre, en tus manos encomiendo mi espritu y, al decir estas palabras, expir.