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® 8 de febrero de 2015 Cultural Una historia intervenida por el espionaje. PÁGINAS 8 A 13 Julio Scherer

Domingo Cultural 2015/02/08

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8 de febrero de 2015

Cultural

Una historia intervenida por el espionaje. Páginas 8 a 13

Julio Scherer

Domingo es un magazine semanal. Impreso en los talleres de Editora DEMAR, S.A. de C.V., ubicados en la calle Matías Canales No. 504, Código Postal No. 88620, Col. Ribereña, Apartado Postal No. 14, Cd. Reynosa, Tam. [email protected]

DIRECTOR gEnERal orlanDo tomás DeánDar martínez

[email protected] Adrián Altamirano Jaime

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DISEÑo Mariela olvera

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Nos interesa saber sus comentarios, por lo que lo invitamos a que nos envíe sus correos electrónicos con sus opiniones de lo ya publicado y sugerencias de temas que le interesen.

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2Domingo \ el mañana \ 8 de febrero de 2015 PsicologíA

Por Patricia ramírez

“Tengo una terrible angustia que me lleva a comer de forma compulsiva. Me siento nerviosa, estoy frustrada en mi trabajo, llego a casa y todo son problemas: los niños y sus deberes, mi marido llega tarde porque está hasta arriba, no consigo seguir una dieta y estar motivada para perder peso, y me siento culpable cada vez que me salto el régimen. La ansiedad la calmo atracando el refrigerador. Pico sin ganas y me acabo las sobras de los niños de la cena. Me encantaría poder comer en paz, disfrutar de la comida en lugar de engullirla y saber parar cuando no tengo apetito. Quiero perder peso, pero estoy metida en una espiral que no me deja vivir”.Comer de forma compulsiva puede ser un comportamiento sustitutivo. No siempre se realiza por el propio placer de comer, sino que se lleva a cabo para enmascarar emociones

Comer sin sufrir- Ingerir alimentos de forma compulsiva puede enmascarar frustración, rabia o tristeza

- Si es de las personas angustiadas con la comida y las dietas, siga algunos consejos para volver a disfrutar de la comida de forma relajada y en armonía

como la frustración, la rabia, la tris-teza o la ansiedad provocadas por el estilo de vida, las circunstancias de cada uno o la forma de interpretar el entorno que está viviendo.Comer puede ser, además de una con-ducta vital para la supervivencia, un placer. No solo el acto en sí, sino toda la parafernalia que conlleva: el arte de cocinar, compartir una velada con alguien, la sobremesa y sus temas de debate. Pero también puede conver-tirse en el enemigo; la nevera, el rival al que hay que derrotar; un cálculo matemático contando calorías, el desencadenante del sentimiento de culpabilidad por tomar lo prohibido y una verdadera lucha contra usted mismo.¿Por qué la ansiedad o la tristeza llevan a comer alimentos calóricos, ricos en grasas e hidratos de carbono? Son muchos los estudios que demues-tran que alimentos como el chocolate reducen el hambre, elevan el estado de ánimo y provocan un aumento de

“No hay amor más sincero que el amor a la comida”. GeorGe Bernard Shaw

38 de febrero de 2015 / el mañana / DomingoPsicologíA

Para saber más

libro

‘wComer sin miedo’J. M. Mulet(Destino)

PelícUlAs

wPara disfrutar de la conducta de comer‘Deliciosa Marta’Sandra Nettelbeck.

‘wJulie y Julia’Nora Ephron

“Dios ha hecho los alimentos,

y el diablo, la sal y las salsas”. JameS Joyce

la activación. El consumo de carbohi-dratos lleva a estados de bienestar y tranquilidad, y el azúcar influye en la liberación de serotonina y de endor-finas. Pero no es oro todo lo que relu-ce, porque un artículo de la British Journal of Clinical Psychology afirmó que aunque el chocolate proporciona placer, este es de corta duración y va acompañado de sentimientos de culpa para aquellos que consideran que no lo deben tomar.Serotonina y endorfinas desempeñan un papel fundamental en la regula-ción del bienestar. Las personas a las que su trabajo no les llena, que se sienten solas, que se atan a die-tas imposibles de seguir o que viven otras situaciones frustrantes termi-nan por buscar consuelo en la comida en lugar de soluciones al problema de origen. Ahogar las penas abriendo la puerta de la nevera, mantener una lucha interna entre “quiero comerlo, pero no debo”, solo le lleva a parchear las emociones. Si realmente fuera eficaz, recuperaría su sonrisa y su tranquilidad. Pero lo cierto es que al rato se vuelve a estar tan triste y ansioso como antes de comer lo que no era una elección, sino un impulso por saciar su ansiedad.La relación entre emociones y ali-mentación es bidireccional. Lo que se ingiere provoca cambios en la conducta: la cafeína del café excita y despierta, el azúcar y la glucosa dan energía y el consumo de alco-hol desinhibe. Los estados de humor afectan también a los hábitos de ali-mentación. Una vida equilibrada favorece conductas saludables. Si alguien practica deporte, descansa de forma apropiada, disfruta con su trabajo, aprovecha su tiempo libre, dispone de tiempo para comer de forma pausada y cocinar sano, tende-rá a alimentarse mejor. Una persona que se esfuerza por hacer ejercicio también se esforzará eligiendo ali-mentos saludables.Otra de las variables que llevan a angustiarse con la comida es la necesidad absurda de responder a un canon de belleza que se rela-ciona con lo perfecto. Perder peso de forma sana, como aconsejan los nutricionistas y dietistas, es más de sentido común que de experimen-tos privativos que luego generan un

efecto rebote y modifican su humor.Vivir en paz para comer con tranquili-dad. Si es de las personas angustiadas con las dietas y el peso y desea dis-frutar de comer y hacerlo de forma relajada y con armonía, puede seguir los siguientes consejos:Tenga paciencia y consiga un ritmo en el que todo fluya. Perder peso no es algo de hoy para mañana. Cuanto más exigente sea con su objetivo, mayor será la presión. Sea sensato, es mejor un objetivo a largo plazo, que le permita compaginar su vida con las relaciones personales y el trabajo.No se trata de todo o nada. Lo que se quiere conseguir de forma inmediata puede generar un efecto rebote. No haga tonterías con la dieta. Consulte con un profesional que le aconseje. No hay milagros en la pérdida de peso.No abuse del autocontrol. La inves-tigación sobre la fuerza de voluntad y el autocontrol asegura que tener capacidad para decir no y decidir lo correcto es un factor de éxito. Pero si tensa la cuerda y no se permite de vez en cuando un margen de error, igual le llevará a un fracaso mayor.Planifíquese. Si no quiere comer lo que no está en sus planes, tenga la despensa llena de lo que sí está en ellos. Póngaselo fácil. Es muy difícil tener hambre y no saber qué comer porque le falten los alimentos permi-tidos. No compre en el supermercado cuando tenga hambre.Visualice dónde quiere llegar y cómo será su vida cuando consiga el objetivo. Imagine el tipo de ropa que se podrá poner o lo cómodo que se sentirá al caminar. Podrá empe-zar a practicar deportes que ahora le cuestan o dejará de tener dolores en articulaciones y complicaciones debidas al sobrepeso.Sea flexible con usted mismo. No tiene que ser perfecto, exigirse mucho y no permitirse un margen de error elevará su nivel de ansiedad e insatisfacción. De vez en cuando, y de forma planificada, decida en qué va a transgredir la dieta: una comida con amigos, un tapeo el viernes por la noche o una celebración. Eso sí, no utilice el “capricho” para comer sin control tirando de la mítica frase “mañana empiezo otra vez”.Busque argumentos. Las personas no

tienden a empatizar con quien está siendo capaz de controlar una situa-ción a base de sacrificio y renuncias. En muchos casos, su éxito es el fra-caso de otros. Habrá mucha gente que le incite a romperlo, porque fracasar en la dieta y caer en lo que no debe le convierte en “uno de los nuestros”. Utilice la técnica del disco rayado. Consiste en repetir una y otra vez, con el mismo tono de voz, la misma frase: “Gracias, prefiero seguir la dieta”. No entre en justificarse, ni trate de convencerles. Cuando se den cuenta de que tiene las ideas claras y que no es débil, aban-donarán la provocación.Disfrute de la comida. Busque tiem-po para comer tranquilo, aunque sea media hora. Prepare una ensalada atractiva. La comida nos atrae no solo por el gusto, sino también por la vista.Retrase, no prohíba. Cuando sienta la necesidad imperiosa de lanzarse al dulce, no se martirice con un debate interno entre “venga, hombre, si no es nada” y “dónde vas con lo que llevas ya conseguido, ¡ni se te ocurra!”. Trate solo de retrasar el deseo en lugar de prohibirse el capricho. Lo prohibido es muy atractivo, mientras que retra-sar el impulso hará que coja distancia con él y decida más tarde si de verdad le sigue apeteciendo o solo fue un deseo momentáneo. Calme durante esta espera su ansiedad con un té, una fruta y realice alguna conducta que le relaje.Practique el buen humor y haga cosas que le plazcan. Disfrute de la vida. No todo es perder peso. Haga deporte, salga con amigos, lea y busque el pla-cer en nuevos hobbies. Si su estado de ánimo es positivo, no necesitará acu-dir a la comida para sentirse mejor.A veces no son los kilos los que pesan, sino la mochila llena de frustraciones, obligaciones, estar sometido al qué dirán o ser un actor de reparto en la película de la vida de cada uno. Antes de empezar a tachar alimentos de la lista, elimine lo que le aprieta en su vida.

4Domingo \ el mañana \ 8 de febrero de 2015 cienciA

Por Juan José Millás

Daniel Ramón es un señor alto y flaco, de 55 años, que tiene en la frente, sobre la ceja izquierda, una cicatriz casi imper-ceptible que parece un ojo cerrado. Si pasas muchas horas con él, ese ojo te acaba obsesionando. Crees que se abre cuando le das la espalda, que se abre y te estudia y te evalúa como si fueras una bacteria, un virus, una levadura. Este señor te cuenta lo suyo sonrien-do, con un entusiasmo aminorado por el pudor, mientras sus brazos van de delante hacia detrás, o de abajo arriba, un poco con los movimientos mecáni-cos de una biela, como los manejaría un adolescente en un examen oral, pon-gamos que de química. Él se examina a sí mismo todo el día con un ojo inte-rior que no se cierra nunca. Quizá la vigilancia permanente de ese ojo es la responsable de un currículo de vértigo que empieza con una licenciatura en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia, donde se doctoró y ejer-ció de catedrático de Tecnología de los Alimentos; continúa en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y sigue fluyendo hasta la actua-lidad, donde se desempeña como con-sejero delgado de una empresa cuyo nombre –Biópolis– parece sacado de Blade Runner.Lo cierto es que Biópolis lleva a cabo actividades que la mayoría de la gente juzgaría como de ciencia-ficción cuan-do son ya de puro costumbrismo cien-tífico. Lo hacen todo ahí mismo, a la vuelta de la esquina, como el que dice. No en EU, no en Suiza, Dinamarca o Japón, nada de eso, a dos patadas de cualquier sitio de nuestra geografía, en Valencia, en el Parque Científico de su Universidad, para ser más precisos, donde Biópolis ha rentado un edificio de dos plantas más sótano, en el que Daniel Ramón y su equipo conviven a diario con miles de millones de bacte-

Biografía de un gusanose llama ‘elegans’, mide un milímetro, vive menos de un mes y es un gran aliado para estudiar

enfermedades como la diabetes o el alzHéimer

rias, de levaduras, y con un gusano mara-villoso, el Elegans, que es simple y com-plejo a la vez y por las mismas razones, como un buen poema. El Elegans fue descubierto para la ciencia por Sydney Brenner, premio Nobel de Medicina en 2002. En su cuerpo se puede estudiar, como en la imagen del espejo, nuestro alzhéimer, nuestra obesidad, nuestro envejecimiento, nuestra diabetes… Mide un milímetro, es transparente y hermafrodita y no sufre con el estrés al que lo someten en el laboratorio porque carece de cerebro o lo tiene desperdiga-do a lo largo del cuerpo (unas neuronas por aquí, otras por allá…).Además de compartir el 40% de nues-

tros genes con el Elegans, nuestras rutas metabólicas son las mismas. Una ruta metabólica es el itinerario químico por el que un producto equis inicial se convierte en un producto equis final (la que transforma el azúcar en alcohol, por ejemplo). Llamamos “ruta metabólica conservada” a la que procede de épocas remotas. El Elegans y nosotros compar-timos, desde la noche de los tiempos, las que intervienen en la asimilación de nutrientes esenciales como la glucosa.Todo esto era para decir que Daniel Ramón se dedica a la biotecnología. – ¿Y qué es la biotecnología? –digo yo. – El uso de organismos vivos con fines industriales –dice él. Como las palabras

vida e industria, colocadas así, tan cerca la una de la otra, producen cierta desa-zón en el oyente, añade:– fleming, eso es un perfecto ejemplo de biotecnología. Tomas un bicho, un hongo en ese caso, que es un organismo vivo, lo haces crecer en un fermenta-dor y produce una sustancia que puri-ficas, que vendes en la farmacia y que se llama penicilina. Eso es un ejemplo de biotecnología. La insulina, que ahora se produce en una bacteria transgénica, otro. Es biotecnología también la enzi-ma con la que se lavan los pantalones que conocemos como “lavados a la pie-dra”, y que no se lavan con una piedra, sino que se tratan con una enzima que

EjEmPlar transgénico del minúsculo gusano elegans. muestra una proteína fluorescente en esta imagen tomada en microscopio.

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Placa dE cultivo en la que Han crecido microorganismos de relevancia industrial.

“El ‘Elegans’ tiene 18.700 genes, frente a los 23.000 de los humanos”.

se llama lacasa y que los decolora.Daniel Ramón tiene un temperamento práctico. Necesita dar una utilidad a los descubrimientos científicos. En el primer informe que hizo para el CSIC, cuando en 1997 le tocó coordinar el área de ciencia y tecnología de los alimentos, dijo que había algo que no le cuadraba, ya que no había relación alguna entre la excelencia científica que habían alcanzado y la capacidad para transferirla al sector industrial. No eran capaces de comercializar sus hallazgos. Y eso, como había comprobado en su estancia de posdoctorado en Holanda, no sucedía en el entorno europeo.– No llegábamos a la industria –dice– porque no teníamos una entrada directa al cliente y porque cuando podíamos llegar no éramos capaces de producir lo que les vendíamos. Yo trabajé mucho tiempo en levaduras para vino durante mi época del CSIC. Cuando íbamos a las bodegas, les contaba que teníamos una levadura que daba aroma afrutado, y me decían: “Dame un kilo para hacer una fermentación de prueba”. Y no lo tenía, no lo tenía, no lo teníamos porque carecíamos de una instalación de fer-mentación. Ahí empezó lo que desem-bocaría en la creación de Biópolis, cuya originalidad consiste en que el centro de investigación y el de producción se hallan en el mismo lugar.Tras diversas vicisitudes, cuya porme-norización daría material para crear un género novelístico nuevo (el científico-empresarial), Daniel Ramón se vio al frente de una compañía cuyo acciona-riado estaba compuesto por el CSIC, Natraceutical, Central Lechera y un fondo de inversión llamado TALDE.– Nos disponíamos a vender bacterias y levaduras, pero no teníamos nada. Ahora, viéndolo desde lejos, nos damos cuenta de nuestra ingenuidad. Después de dos meses de patear empresas, el gerente me dijo: “Mira, este no puede ser nuestro negocio. Y si tiene que ser este, bajamos la persiana y ya está. ¿Tú qué sabes hacer?”. Cuando le confesé que lo único que sabía era investigar, me dijo: “¿Y por qué no vendemos eso?, ¿por qué no vendemos que sabemos investigar? ¿Qué asuntos te parecen interesantes?”.– A mí me parecían interesantes la alimentación y la salud, además de la utilización de microorganismos para revalorizar residuos, aunque eran cosas en las que no tenía mucha experiencia.

El gerente me dijo: “Vamos a vender eso”. Me pareció una locura, pero la verdad es que a los tres meses tenía-mos tres clientes. – ¿Quién fue el prime-ro? – Ordesa, una compañía muy fuerte en alimentación infantil. La directora científica de Ordesa, Montse Rivero, es una mujer increíble, a la que conocía de antes porque nos habíamos visto en algún congreso. Cuando llegamos, el primer día, ella había convocado a su departamento de I+D, unas seis o siete personas. Se produjo una especie de diá-logo para besugos. Nosotros les dijimos que sabíamos investigar y les debimos inspirar tal ternura que Montse nos dijo: “Mira, tenemos tres asuntos que nos pueden interesar. Vuelvan a Valencia, piénsalo y dentro de 15 días me decien si se les ocurrió algo sobre alguno de ellos”. Respecto a uno de ellos se nos ocurrió algo que podría ser muy intere-sante: un probiótico frente a rotavirus.– ¿Qué es un probiótico, qué es un rota-virus? – Un probiótico es una bacteria extraída del tracto digestivo que tiene un efecto positivo sobre nuestra salud. Si tú pesas 70 kilos, un kilo de tus 70 son las bacterias que viven en el tracto digestivo. Las hay muy malas, patóge-nas, pero las hay muy buenas. Estas, las buenas, lo que hacen es regular el equilibrio intestinal. Lo que teníamos

que hacer era aislar una bacteria que tuviera un efecto inhibitorio del creci-miento del rotavirus, que es el virus que produce diarreas infantiles en niños de corta edad. – ¿Y era complicado aislar esa bacteria? – Esas bacterias se extraen de las heces de niños de hasta tres meses que están bajo lactancia materna y son sanos. En esas heces hay millones de bacterias. Lo complicado es aislar la que es capaz de inhibir el virus. Tienes que buscar aquella específica que lo hace y empezar el estudio. Había que ver por qué actuaba in vitro y luego experimen-tar con un animal al que se le hubiera infectado de rotavirus. Si funcionaba, se llevaría a ensayos clínicos con niños.– ¿Y funcionó? – funcionó. Aislamos la bacteria, la cultivamos, la liofili-zamos… – ¿Qué es liofilizar? – Es un modo especial de deshidratación. – ¿Y luego? – La redujimos a unos polvitos que son los que se añaden a las leches maternizadas o a los cereales. – ¿Pero la bacteria no muere al secarla? – No, entra en una especie de hibernación y se activa al entrar en contacto de nuevo con un medio húmedo. – Y eso es un probiótico. – Sí. – ¿Tiene fecha de caducidad? – Dos años. – Por cierto, ¿qué es una bacteria? – Un organismo vivo de una sola célula que mide muy poco, micras, y que tiene la capacidad

de reproducirse y crecer.– ¿No es un animal? – No. – ¿No es un vegetal? – Tampoco. Hay un reino dis-tinto, el de los procariotas. – En defi-nitiva, que triunfaste con ese primer proyecto. –Sí, volvimos, les dijimos lo que teníamos y ahora ya está comercia-lizado. A los 15 días surgió el segundo proyecto con una empresa del mundo farmacéutico. No te lo puedo contar porque es confidencial y es un traba-jo de I+D interno de ellos. – Crecías rápido. – A los dos años estábamos ya con ganancias. Los socios empezaron a ver que aquello tenía sentido. Todo lo habíamos hecho en un laboratorio de 40 metros cuadrados, cerca de aquí, donde el CSIC nos había cedido un terreno. Así fue el arranque. A partir de ahí se abre otra fase que duró dos años más en la que nos metieron algo más de dinero y nos compraron un fermentador de 20 litros.– ¿Qué es un fermentador? – Es el reci-piente en el que se crean las condicio-nes necesarias para que las bacterias se reproduzcan. Introducimos en él un caldo de cultivo del que se alimentan. Ese caldo se va espesando a medida que crece la biomasa. Al final forma una especie de puré. Los hay desde los 20 litros hasta los de 1.500 o 3.000, que son los que tenemos abajo, en la planta de producción. Pero todos son necesa-rios para el proceso de escalado. – ¿Y qué es el escalado? – El proceso por el que vamos optimizando el crecimiento de un microorganismo, desde el labo-ratorio hasta la planta de producción. Cuando encontramos en el laboratorio un microorganismo que hace algo inte-resante, solo sabemos hacerlo crecer en una escala muy pequeña, en matrices de 100 o 200 mililitros. Para producirlo industrialmente, vamos optimizando poco a poco su crecimiento. Primero aprendemos a reproducirlo en fermen-tadores pequeños, de un litro. Cuando crece ahí de forma óptima, pasamos a uno de 20 litros, donde de nuevo hay que retocar algunos de los parámetros de crecimiento.– ¿Por ejemplo? – Variar un poco los tiempos o la acidez del medio. – En resumen, que vas dando saltos, y mejorando en calidad y cantidad la biomasa, hasta que llegas a la produc-ción industrial. – Eso es. – Decías que les compraron un fermentador de 20 litros. – Y nos lanzaron el reto para ver

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“a través del ‘Elegans’ podemos ver efectos de un alimento a nivel genético”.

hasta dónde éramos capaces de llegar. Empezamos a generar más clientes, unos doce más o menos, la mitad de la industria agroalimentaria y la mitad del sector químico-farmacéutico. También empezamos a tener clientes fuera de España y a establecer relaciones con el centro de I+D de Danone, que es el centro mundial de I+D.A medida que Daniel Ramón entra en detalles, la novela científico-empre-sarial se llena de tramas secundarias. De repente hacen falta más fermenta-doras, y más grandes. Se hace impres-cindible también un secuenciador de ADN, lo que implica cambiar de instalaciones, contratar personal… Y todo ello sin parar de trabajar, de investigar, de producir. Ahí aparece en la conversación una bacteria que fabrica, a partir de ciertos residuos, un plástico orgánico con las mismas características que los sintéticos, pero capaz de biodegradarse.– Sobre esta bacteria –dice– ya había desarrollos descritos, de hecho lo que hicimos fue licenciar una patente del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC y ponernos a trabajar sobre ella para dar el salto a la industria. Luego nos metimos en un proyecto de alimentación para la tercera edad. Buscamos el probiótico frente a la celiaquía porque, al contrario de lo que mucha gente piensa, la mayoría de los diagnosticados son gente mayor que era celiaca y no lo sabía. A partir de los sesenta, se va perdiendo parte de esa microbiota de la que hablába-mos antes, ese kilo de bacterias que viven en el tracto intestinal. Se pierden selectivamente y suelen ser bacterias con mucha capacidad antiinflamatoria. Y también queríamos trabajar con el Elegans, ese gusano que ahora es uno de los activos más importantes de Biópolis porque fuimos los primeros en ofertarlo como modelo de evalua-ción. Y fue rompedor. De hecho, acaba de aparecer una segunda compañía en Cambridge, pero no somos más que dos ofertándolo, lo que ha provocado que muchas compañías grandes se hayan interesado por el tema y hayan venido.– ¿Qué es lo que hace tan particular a este gusano? – Tiene 18.700 genes frente a los 23.000 nuestros, así que no estamos tan alejados. Y compartimos el 40% de esos genes. Lo utilizamos para estudiar la obesidad, el envejeci-

miento, el alzhéimer… Te voy a poner un ejemplo: el cacao guarda una relación con la salud que viene de la época de Moctezuma, lo llamaban el oro de los dioses porque los aztecas pensaban que tenía propiedades saludables. De hecho, tiene muchas y sabemos que están liga-das a un tipo de moléculas que llamamos polifenoles. De cada kilo de polvo de cacao, un 3% son estos polifenoles. Nos preguntamos cuánto costaría hacer con este producto un ensayo de efecto anti-oxidante en un ratón o una rata. Costaba seis meses y unos 40.000 dólares. Era caro. Ahí nació la discusión sobre la bús-queda de modelos más sencillos. Y el gusano era perfecto. Se le puede hacer reproducirse en plaquitas de cultivo, es sencillísimo de manipular, no es pató-geno, no requiere ninguna autorización especial… Vive 21 días y pone huevos. Durante los cinco primeros días, el huevo eclosiona y el gusanito empieza a crecer hasta alcanzar un milímetro. Ahí es donde le damos a comer o no los polifenoles del cacao. Y lo que vemos es que los que comen este ingrediente están más activos durante su vejez que los que no. Como te decía, seis meses y 40.000 dólares con un ratón; con un Elegans tienes los resultados en cinco días y sin apenas costo. En cuanto a los polifenoles del cacao, está claro que son un ingrediente excepcional para las per-sonas de la tercera edad.– ¿Cuánta gente trabaja ahora en Biópolis? – Cuarenta y nueve, y empe-zamos tres. Nuestro problema es que tenemos que trabajar con las empre-sas y las empresas quieren las cosas en tiempo y en dinero. No quieren una publicación, sino que se resuelva el pro-blema. Si el hallazgo es patentable, se patenta y luego a lo mejor lo publican. Es el cambio a una mentalidad total-mente distinta a la de la investigación por la investigación. Por eso decidimos apostar por gente joven y acabar de for-marla en la compañía a todos los niveles. Apostamos por recién licenciados o con la tesis acabada o que tuvieran uno o dos posdoctorales, pero que estuviera dispuesta al cambio. La edad media es de treinta y pocos, el 70% mujeres y el 30% hombres, lo que ha dado lugar al

nacimiento de 21 niños desde la crea-ción de Biópolis. Y tenemos otros tres en camino.Marta Tortajada tiene 34 años y es ingeniera química, responsable del departamento de biotecnología micro-biana, que consiste en la aplicación de microorganismos a la industria química y farmacéutica. – Trabajamos –dice– para empresas que quieren un producto. Utilizamos los microorganismos como si fueran pequeñas fábricas. La idea es conseguir una bacteria o una levadu-ra capaz de fabricar el compuesto que busca nuestro cliente.Nos encontramos en uno de los labo-ratorios de Biópolis, adonde Tortajada me ha conducido para que vea el plás-tico biodegradable producido por la bacteria de la que hemos hablado con Daniel. Tomo un trozo de ese plástico en la mano y resulta que tiene un tacto seductor, te lo imaginas perfectamente para la confección de un impermeable tras el que los contornos del cuerpo se perciban como a través de la mampa-ra de una ducha. Luego me enseña la fotografía de una de las bacterias res-ponsables. Y no es que haya fabricado el plástico, es que se ha convertido, casi literalmente, en plástico. El 90% de ella es plástico ya que, sometida a una situa-ción de estrés, lo ha acumulado en su organismo para hacer frente a tiempos de escasez; el 10% restante es ella, su cuerpo, que ha devenido así en un mero excipiente. No habría más que sacudirla un poco para liberar ese bioplástico que se degrada fácilmente en el aire o en el mar, por lo que la gestión de su residuo no supone ningún problema.– ¿Es competitivo este plástico? – Todavía no, aunque estamos cerca. Los derivados del petróleo cuestan uno o dos dólares por kilo; estos están rondan-do los tres o cuatro. Pero en escalado están casi a la par. De momento se está utilizando para productos de un solo uso como el envasado de cubertería. – ¿Y cuál es la materia prima? ¿A partir de qué fabrica la bacteria este plásti-co? – La idea es que lo haga a partir de residuos industriales. – ¿Sería un modo de reciclar la basura? – Claro. – ¿Y de dónde han sacado la bacteria? – Muchas

son aisladas de suelos ricos en el sus-trato que nos interesa porque ya se han adaptado a él. Imagina, por ejemplo, que queremos utilizar un lactosuero, que es un subproducto de la producción de quesos. Iríamos a la fábrica y la aisla-ríamos de donde está ese lactosuero. – En resumen, aíslas una bacteria, creas una colonia y haces que esa colonia se reproduzca a millones en el caldo de cultivo que introduces en los fermen-tadores… – Sí, el aspecto es como de un caldo, están en un líquido muy denso, como un puré. – ¿Qué basuras son sus-ceptibles de convertirse en plástico? – Muchas. Las bacterias, como seres vivos que son, necesitan hidratos de carbono y proteínas, que son los componentes de la fuente de la vida. En la industria de la leche y el queso hay mucha lactosa residual que se puede utilizar. La indus-tria cervecera produce también mucho bagazo rico en azúcar. En las industrias agrarias hay restos de paja, tronco o ramas que contienen celulosa. Todo se puede degradar y con ello obtenemos comida para que crezcan las bacterias.– Supongamos que una fábrica de que-sos ha producido una cantidad equis de residuos que tienen en la basura… – Y normalmente están pagando para que se los lleven porque no se pueden tirar a la red. Idealmente, igual que las fábricas tienen depuradoras, podrían tener una instalación anexa con un tanque como los que tenemos aquí y la bacteria se alimentaría de ese residuo, que sería el caldo de cultivo. – ¿Contiene el plástico en el interior de su cuerpo porque al metabolizar el residuo lo ha convertido en plástico? – Eso es. Marta abre una de las neveras del laboratorio y saca un bote de residuos. El aspecto es el de una basura cualquiera del cubo de restos orgánicos de una casa cualquiera. Pero no huele mal porque está fría. – Esta es la materia prima tal cual –dice–, este es alimento de las bacterias. La acondicio-naríamos un poco y quedaría con un aspecto similar, pero algo más denso.– Y sobre él soltarías una colonia de bac-terias. ¿Cómo les provocas el estrés para que produzcan más? – Haciendo que les falte algo en el medio de cultivo. Por ejemplo, pueden tener mucha comida, pero que les falte un poco de oxígeno o nitrógeno. Ante esa escasez se disparan mecanismos para acumular comida. Esa comida es el plástico que ellas mismas han producido. Lo que acabamos de ver

7cienciA 8 de febrero de 2015 / el mañana / Domingo

instalacionEs de biópolis, empresa de biotecnología pionera en el uso del gusano ‘elegans’ para la investigación de males como la diabetes, el alzHéimer o el envejecimiento.

es un ejemplo del trabajo del departa-mento de Marta para la industria quími-ca. También trabajan para la farmacéuti-ca, en la búsqueda de principios activos que curen una u otra enfermedad. – Pero no te puedo dar ejemplos concretos –dice–, porque tenemos premisas muy estrictas de confidencialidad. Muy rara vez nos dejan hablar del producto final, casi nunca del proceso y muchas veces ni siquiera dar el nombre de la empresa.Me asomé al microscopio y lo vi: allí estaba el gusano del que tanto y tan bien había oído hablar. Ahí estábamos los dos, él con sus 18.700 genes, y yo con mis 23.000, no tan alejados el uno del otro, en efecto, sobre todo si tenía-mos en cuenta que compartíamos casi la mitad. Pensé que Dios jugaba a los dados con los genes: los metía en un cubilete, los agitaba y salía un Elegans. Volvía a meterlos y a agitarlos y salía un tipo como yo. El Elegans, mi seme-jante, mi hermano, se deslizaba sobre la superficie plana de una porción de gelatina, de nombre agar, en la que esta-ban contenidos todos los nutrientes que necesitaba para completar su ciclo, y quizá el mío. La gelatina se encontraba a su vez en una de las llamadas plaqui-tas de cultivo, que son unos recipientes redondos, de plástico, con las paredes muy bajas. A la luz del microscopio, el agar había adquirido un color dorado, de modo que daba la impresión de que el nematodo, que así es como se dice formalmente gusano, se deslizaba sobre un medallón de oro blando sobre el que iba dejando la huella de su cuerpo. Y no es gratuito que lo llamen Elegans, pues sus movimientos son de una dis-tinción notable. No sé cuántos había en la plaquita de cultivo a la que yo me había asomado, no muchos, quizá veinte o treinta, cada uno alejado de los otros, porque no son gregarios, y cada uno dedicado a la escritura de un texto, pues sus ondulaciones dibujaban sobre la gelatina de oro las palabras de un alfa-beto muy parecido al nuestro, aunque con un número exagerado de vocales. Tales surcos resultan muy útiles para estudiar su grado de movilidad, que disminuye a medida que envejece. Una curiosidad triste, por cierto, o ale-gre, no lo sé: al envejecer, se agrupan.Cerca de mí se encuentran Salvador Genovés, tecnólogo de alimentos, de 37 años, y Patricia Martorell, doctora en biología, de 38. Ambos trabajan en

el departamento de biotecnología ali-mentaria. Significa que cuando usted se toma, pongamos por caso, un yogur con bifidus activo, no se está tomando solo un yogur, sino unos conocimientos de carácter científico, una sabiduría indus-trial que se desarrolla fuera de su vista, en lugares como Biópolis de los que a lo mejor nunca había oído hablar. En el departamento de Salvador y Patricia, dirigido al estudio de alimentos funcio-nales, es decir, con efectos saludables para el cuerpo, se trabaja con el Elegans.Salvador y Patricia me explican que la industria alimentaria moderna y los consumidores demandan al mercado, cada vez más, alimentos beneficiosos para la salud. Estos alimentos, al igual que los fármacos, están regulados y llevan un control legal. Pero así como pueden pasar varios años desde que un fármaco empieza a experimentarse hasta que llega al consumo humano, en

la alimentación todo deber ser más ágil. Los estudios de seguridad y efectividad de los alimentos, me dicen, deben llevar un proceso más rápido porque la rota-ción es mucho mayor.– Las industrias alimentarias –añade Patricia– necesitan sistemas de eva-luación rápidos, por lo que tenemos que utilizar modelos animales que nos proporcionen resultados inmediatos. El hecho de que el ADN del Elegans y el nuestro sea tan parecido constituye una ventaja enorme. Podemos estudiar qué les pasa cuando les damos a comer determinado ingrediente o molécula. Podemos ver qué efecto tiene sobre el cuerpo del gusano y comprobar qué está haciendo ese alimento a nivel genético, cómo está modulando nuestro genoma. Así es como averiguamos por qué un ingrediente reduce la grasa o un alimen-to actúa como un antioxidante. Ahora mismo, me explican, están centrados en

patologías como la obesidad, el enve-jecimiento (muy relacionado con el estrés oxidativo) y las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéi-mer. Trabajan con un Elegans que mimetiza el alzhéimer. – ¿Cómo? –digo yo. Con paciencia infinita, Salvador y Patricia tratan de explicar en térmi-nos inteligibles para un profano que el Elegans sintetiza la proteína que se acumula en las placas neuronales del cerebro humano y que es la responsa-ble del deterioro cognitivo provocado por esa enfermedad. Esta proteína es un gen humano que se implanta en el nematodo, con perdón, de modo que cuando se le proporcionan unas deter-minadas condiciones en la plaquita de cultivo, el gusano expresa esa proteína paralizándose: tal es su forma de decir que padece alzhéimer. Eso nos permite observar qué ingredientes retrasan esa paralización, que es tanto como retrasar la enfermedad. – Supongo –apunto yo– que la investigación sobre el alzhéimer estará más dirigida a la industria farma-céutica que a la alimentaria.– No necesariamente –dice Salvador–, hay multinacionales de la alimentación que están trabajando en este campo. Para algunas hemos trabajado con ali-mentos que tienen compuestos anti-oxidantes y que retrasan la enferme-dad. Aunque lo que más interesa ahora mismo en alimentación es la obesidad y la salud cardiovascular. – ¿En qué clase de alimentos se ha innovado más por lo que se refiere a esto que llamas funcio-nalidad, es decir, que además de nutrir aporten beneficios para la salud? – En los lácteos –asegura Patricia–. En la parte cárnica se ha investigado poco. – En la naturaleza, ¿dónde vive el Elegans? – Es muy abundante en el suelo del campo. No es patógeno. Se alimenta de las bacterias del suelo, lo que para nosotros es una ventaja.El Elegans, en el laboratorio, vive en las placas de cultivo ya mencionadas antes y en estufas, a 20 grados. Cuanta mayor es la temperatura, más se acelera su metabolismo, más rápido crece y más se reduce su esperanza de vida. A menos temperatura, resiste más. Sustituye el cerebro del que carece con células neu-ronales repartidas longitudinalmente a lo largo de su cuerpo y que son las que producen la parálisis cuando se le implanta la proteína productora del alzhéimer.

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Por Jacinto rodríguez Munguía

Recibió el “programa completo” de los apa-ratos de seguridad del Estado mexicano: lo perseguían sin pausa y con todos los recursos

humanos y tecnológicos disponibles para verlo, escucharlo, atestiguar con quién se reunía, dónde iba, qué auto usaba, qué decía, lo que conversaba por teléfono y hasta de qué se reía.Su vida, la de un periodista de enorme

Vigilado, seguido, acechado

el tiempo le llegó a julio scHerer garcía, una referencia indispensable en el periodismo y en el méxico de los últimos 50 años. excepcional periodista con claroscuros, como todo ser Humano,

el director fundador de proceso falleció el pasado 7 de enero. su vida concluyó, pero de él, un Hombre íntegro, un profesional con dudas, aciertos y fallas, se seguirá Hablando.

como lo Hacen los documentos que reposan en el arcHivo general de la nación y dan cuenta de que durante décadas julio scHerer garcía fue vigilado, seguido, acecHado.

estatura, era una historia intervenida por el espionaje. De eso quedaron las siguientes huellas.Julio Scherer García murió al filo de las 4:30 de la madrugada del 7 de enero.Dos horas después, hacia las 06:30, un viejo se levantaba para cumplir con una de las rutinas que mantiene desde hace décadas: ver y leer las noticias, una de las obsesiones que no ha podido dejar: informarse, enterarse de mucho. Saber de todo.Leer las noticias en papel es algo que no deja de hacer a sus casi 93 años. Y

esa mañana del 7 de enero fue uno de los primeros en saber que había muerto Julio Scherer.Y ya no fueron los aparatos de inteligen-cia los que lo informaron. Nadie corrió a dejarle las tarjetas informativas, ni las fichas, ni recibió una llamada. Lo supo por las noticias de la radio.No dijo una palabra. No hizo un comen-tario.Ese hombre se llama Luis Echeverría Álvarez. Y, como dice su hijo Benito Echeverría, la muerte de Julio Scherer no lo inmutó. Ni una frase. Ha llegado a

un momento en que “dedica más tiempo a la reflexión que a las palabras, es más lo que piensa que lo que dice”.Es muy posible que sea así, que a estas alturas ya ni siquiera pasen, como fan-tasmas por su memoria, las historias de confrontación con Julio Scherer, una relación del choque de dos pode-res: el de Echeverría, el de la política, el del presidente de la República; el de Scherer, el de la prensa, el del periodista más querido y temido por los políticos, comenzando por los presidentes, el del periodista mexicano más importante en

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imÁgEnEs clandEstinas. los agentes de la dfs se las ingeniaban para captar imágenes sin que julio sHcerer se diera cuenta.

los últimos 50 años.Uno ha muerto, el periodista; el otro, el expresidente, habrá cumplido ya 94 años cuando esto se haya publicado.

***La siguiente intervención telefóni-

ca ocurre en noviembre de 1962.Parecen tiempos felices para

un Julio Scherer que casi llegaba a sus 40 años de vida. Es la tarde del 28 de noviembre, días de otoño en que la noche llega temprano. Son las 18:44. Una llamada entra a la redacción de Excélsior:

Mujer: A sus órdenes. Dolores: Por favor, ¿la redacción de Excélsior?Mujer: Momento. Dolores: Y por favor con Julio Scherer… bueno… Julio?Julio: Oiga cómo es usted paseadora… caray… oiga, la estuve llamando ayer y la estuve llamando hoy. Dolores: ja..ja..ja.Julio: De qué se ríe? Dolores: Pues que andaba acompañando a unas gentes (…) Los estuve llevando a algunas par-tes, ayer fuimos a ver al gobernador de Jalisco con mi primo Pelón de la Mora, y en principio aprobó el proyecto del mer-cado… así es que se me ha ido en eso, pero yo anoche le hablé y usted ya había salido… oiga, que dice de nuevo?Julio: No, pues me fue demasiado bien, oiga… demasiado bien. Dolores: Ay, qué bueno, no sabe lo feliz que soy.Julio: Demasiado, demasiado, fue una entrevista de cinco minutos, pero le dije rápidamente lo que quería y me dijo… bueno, pero para eso tiene usted que ver al mero mero.Dolores: Y lo va a llevar con el mero mero. Julio: Me dice… bueno, usted es mi cuate, la semana que entra…Dolores: Ay por Dios Julio, que ilu-sión. Julio: Cómo la ve?Dolores: No… bueno, estoy feliz, me hace muy feliz usted diciéndome eso. Julio: Cómo la ve?Dolores: Pues… eh?… Yo le dije que le tenía que ir bien. Julio: Fíjese, yo le eché esta introducción, le dije: Mire licenciado, “nadie tiene porque limitar su ambición, mientras la ambición sea justa y razo-nable”.Dolores: Ay, qué buena está esa cosa. Julio: Eh?Dolores: Esa cosa es preciosa. Julio: Digo es obvio, verdad?Dolores: Sí claro, pero es muy bello.

Julio: Y este… él echó diez parrafazos a todo dar, oye… y me dijo: bueno, cuáles son sus cuitas? Pues mis cuitas son éstas… Me dijo, bueno pues eso lo podemos arre-glar por relaciones.Dolores: Ay, Julio… que… Julio: Yo creo que si… pero usted cómo la ve?… No, no, me dijo: Usted tiene que ver al mero mero, entonces llamó a González Álvarez y le dijo: “Pepe, acuérdame que a principios de semana Julio vea al… señor”.Dolores: Ay… que suave Julio. Julio: Eso indica que ya está hecho, ver-dad? Dolores: Ay, pues ya… Julio: Usted cómo la ve? Dolores: No, pues tendré que ponerme a asaltar caminos para juntar para ir a África.Los agentes dejaron los datos preci-sos de la intervención: Dolores Mora Cepeda con Julio Scherer Conferencia Num. 08840. Turno de las 17 a las 22.00 horas. A las 18.44 horas. Dolores Mora Cepeda. Río Atoyac #68-3. (14-63-91)

Este fragmento de la conversación interceptada es uno de los muchos documentos que habitan en las más de 3 mil cajas de la Galería 2 del Archivo General de la Nación, documentos que no pasaron por los filtros y el olfato de los analistas de la Dirección federal de

Seguridad. folios que no forman parte de su expediente público.

* * *Desde sus años de reportero, Julio

Scherer era espiado, como lo eran muchos de los periodistas

y la mayoría de los directivos de medios de comunicación. Tener bajo control a este grupo implicaba saber de ellos: lo que pensaban, decían, sus gustos, filias, fobias, sueños… Todo.Es difícil creer que en ese 1962 el poder supiera que seis años después Scherer García sería el director de Excélsior, el periódico con mayor influencia en los círculos de la política, el mundo acadé-mico y el intelectual.Pero si esta conversación intervenida era parte de la rutina de los aparatos del espionaje, una más de la pesca diaria, cambiaría totalmente en 1968. La pesca de información de los sospechosos del sistema se volvió una cacería.En el libro La otra guerra secreta (Debate, 2007) escribíamos esto:“Pero 1968 habrá de marcar para siempre el destino de Excélsior y de un grupo de periodistas encabezados por Julio Scherer García. Las grietas con el poder habrían de profundizarse a partir de ese año. Cuenta Scherer en Los presidentes:

‘Todo cambió a raíz de octubre de 1968. El país se endurecía, también el diario’.“Antes de ese año, los documentos de Gobernación registraron las fisuras que llevaron a la separación definitiva de las partes; pero, vale decirlo también, que-daron otros momentos en que esa rela-ción, al menos en esos documentos, no existía tal distancia, no tan marcada. Por ejemplo, existe una carta de 1963, en la que, al igual que el resto de los medios, Excélsior reportaba a Gobernación (en ese momento el titular era Gustavo Díaz Ordaz) la información que difundía en sus espacios informativos.“En este caso le informaban del con-tenido de la emisión del noticiero de Excélsior del 18 de agosto, que se trasmitió por Telesistema Mexicano (ahora Televisa). La información se refería a la represión contra un grupo de izquierdistas, entre ellos Jorge Carreón, Angélica Arenal de Siqueiros, Víctor Rico Galán, Manuel Marcué Pardiñas y Manuel Terrazas, quienes protestaban por las sentencias dictadas al dirigente ferrocarrilero Demetrio Vallejo”.Muchas de estas conversaciones no pasaron por los filtros de la DfS. No se encuentran en ninguno de los expe-dientes de la DfS ni tampoco en versión pública alguna.En alguna de esas esporádicas y espon-táneas conversaciones que llegaban a darse con Vicente Capello, el más odiado que querido guardián de los expedientes de la DfS (la Galería 1 del AGN), éste confesó a este reportero su molestia porque en la Galería 2 había documentos que nunca llegaron a la DfS. “Se los quedaban los funcionarios, eran como sus tesoros”.Uno de esos “tesoros” es la siguien-te conversación, interceptada el 2 de septiembre de 1966, entre Julio Scherer García y francisco Galindo Ochoa, últi-mo vocero de Díaz Ordaz, a propósito de la cobertura del segundo informe presidencial.Se grabó a las 10:51. En ella, Galindo Ochoa felicita y agradece a Julio Scherer por la cobertura que había hecho Excélsior sobre el informe de gobierno.

FGO –Salió extraordinario; lo dedican todo con inteligencia y cariño hacia el señor Presidente; lo han hecho como nunca. Comprendo que no podían ignorar esto y que a güevo lo tenían que

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presentar, pero podían haberlo presen-tado en una forma o en otra, y lo han presentado en una forma extraordina-riamente bien. JS –Estoy muy contento de oír esto, pues creo que comparado con los otros periódicos, nos los comimos, pero ello se debió a que nos envió el informe con oportunidad.FGO –Lo hice contrariando normas, pero sabía lo que hacía y con quién lo hacía. Entonces le recomiendo que, como que-damos, le siga así unos días. JS –De acuerdo.

La historia individual de estos dos per-sonajes los llevaría después por rutas totalmente opuestas. En 1982, ahora como director de Comunicación Social del presidente José López Portillo, Galindo Ochoa se encargó de organizar el complot publicitario contra la revista Proceso.En Los presidentes, Scherer escribe de aquel momento:–Cerrarán a güevo –comentaba Francisco Galindo Ochoa–, a güevo. Guardián de honras ajenas sin prestigio propio, suce-sor de Luis Javier Solana como vocero del presidente de la República, puso fin a todo trato con Proceso.Desde siempre mantuvo relaciones cena-gosas con la prensa. Tesorero del PRI en 1960, un tiempo jefe de prensa de Díaz Ordaz, por su cuenta correría que no se anunciara el Estado en Proceso. Hasta las inserciones de la iniciativa privada desaparecerían de las páginas de la revista. Poder le sobraba. López Portillo había delegado en él las facultades más amplias.

El 7 de junio de 1982, el Día de la Libertad de Prensa, José López Portillo acuñó una de las frases más famosas de un presidente sobre la incomodidad que le causaba la prensa. En alusión al con-flicto con Proceso, dejó en claro y para la historia sus palabras: “No pago para que me peguen”.Una de las huellas más tangibles que quedaron en el Archivo General de la Nación sobre los usos y las costumbres de la relación prensa y poder fueron las series de transcripciones de llamadas intervenidas.La obsesión del gobierno mexicano por saber y conocer cada uno de los movimientos y palabras de sus adver-sarios, del signo que fuesen, era de tal magnitud que los aparatos de espionaje

terminaron espiándose entre sí y no se respetó a ningún nivel de mando, fuese de la Presidencia de la República o de la Secretaría de Gobernación.El presidente Gustavo Díaz Ordaz orde-nó a sus funcionarios de más confian-za que vigilaran y registraran la labor de Luis Echeverría y su gente en la Secretaría de Gobernación, mientras el encargado de la política interna man-daba hacer lo mismo con los funcio-narios del presidente de la República. Esta desatada lucha no terminó en la década de 1960.En ese momento no solamente Scherer era espiado. Todos, casi todos, los ami-gos y los enemigos. Por ejemplo, está el caso de Jacobo Zabludowski, periodista amigo del sistema, uno de “los solda-dos del PRI”, como alguna vez definió el mismo Azcárraga a Televisa y a sus trabajadores.En las redes de la pesca de llamadas quedaron conversaciones como éstas. Un fragmento, sólo como ejemplo:Viernes 2 de septiembre de 1966.Jacobo felicita, y muy en serio, a Galindo Ochoa. Por su parte, también muy en serio, agradece la colaboración de todos y en particular la de Jacobo. Éste dice estar muy satisfecho de colaborar con Galindo. Éste lo agradece y comenta que todo salió muy bien.Jacobo dice que “fue estupendo y ade-más lo mejor que hemos hecho en nuestra vida, además eso de haber hecho la cosa por escrito para todos los locutores ha sido la solución”.Galindo comenta que no obstante, Fournier dijo un montón de pendejadas.Jacobo dice que entonces a éste hay que eliminarlo de plano, y agrega que en cambio Ferriz y él estuvieron muy bien en la Cámara, pues eliminaron todo lo superfluo y fueron directamente a la pre-gunta. Galindo comenta que eso ahorró tiempo…Jacobo dice que el Lic. Miguel Alemán Velasco y él saldrán ahora a la calle para hacer una serie de entrevistas a perso-nas desconocidas y a dos muy conocidas, Cantinflas y Espinoza Iglesias.Galindo de acuerdo y agradece nueva-mente la colaboración de Jacobo.

* * *Pocas veces los espías mexicanos

acertaron tan bien y en tan pocas palabras a la hora de definir a sus

espiados, como ocurrió el 9 de marzo de 1977 en el caso de Julio Scherer García: “Profesión, periodista”.“De profesión, periodista”. La primera frase completa que se alcanza a leer luego de tres titubeantes surcos negros que eliminan la información inicial ela-borada para consumo de las cabezas del servicio de inteligencia del gobierno de Luis Echeverría.La historia del periodista que los inte-grantes del aparato archivaron de Scherer García es como su vida misma: fragmentada y huidiza.Dispersa entre cajas y expedientes, entre mitos y versiones que no termi-nan de juntarse.Estos son los apuntes curriculares que la Dirección federal de Seguridad (DfS) fue acumulando durante años de Julio Scherer. En el elaborado el 8 de diciem-bre de 1975, se enlistan datos como éstos:Que en mayo de 1959 era periodista del diario Últimas Noticias de Excélsior.Que en septiembre de 1965 era subdirec-tor del periódico Excélsior, ubicándole dentro de la tendencia… (los censores de esta época consideraron que su incli-nación política no debía ser pública y le deslizaron por encima el marcador negro, aunque, malos censores, folios más adelante ubican a Scherer y al jesuita Enrique Maza como de izquierda mesurada y manejada, lo que eso haya significado para la DfS).Sigue el curriculum elaborado por la DfS:Que en enero de 1967 Scherer había sido invitado por Adolfo Christlieb Ibarrola, dirigente panista, a un viaje de descanso en la República de Guatemala, acompa-ñados de sus respectivas… (los censores eliminaron la palabra “esposas”).Que en febrero de 1968 fue acusado por un grupo de reporteros del diario Excélsior Libre (sic), de ser uno de los que estaban destruyendo el periódico Excélsior.Que en junio de 1969 fue señalado como elemento comunista por el movimiento Defensores de la Cooperativa Excélsior.Que el 6 de enero de 1970 asistió al desayuno que ofreció el presidente de México, licenciado Luis Echeverría, a los directivos de revistas, periódicos, radio y televisión, en el restaurante El Lago Mayor, del nuevo Bosque de Chapultepec.Que el 24 de noviembre de 1971 dictó una conferencia intitulada “La Prensa

en México” en la facultad de Ciencias de la UNAM.Que en octubre de 1972 viajó en comi-sión periodística a la feria de Ultrecht, visitando los países de Holanda, francia, EU y Bélgica.Que el 23 de enero de 1973 se había reunido con Víctor Manuel Villaseñor, director de los ferrocarriles Nacionales de México, en el restaurante Normandie del Df, para mostrarle un artículo del periódico Excélsior intitulado “Golpe a la industria empacadora. Se va el consor-cio Heinz y deja destruidos los campos que lo abastecían”.Que el 2 de diciembre de 1975 salió a Washington, DC, siendo el objeto prin-cipal de este viaje el entrevistarse con el doctor Orlando Letelier, exsecretario de la Defensa de la República de Chile, quien le proporcionaría material no determinado para analizarlo y dicta-minar si era publicable o no.Que el día 10 de diciembre hizo su arribo a esta capital habiéndose entrevistado con el Sr. Regino Díez, quien le comentó haber tenido una grata experiencia con el sr. Presidente de la República, ya que durante la entrega de premios a perio-distas, el 9 de este mes, fue el primero en recibirlo.Que fausto Zapata Loredo, subsecreta-rio de la Presidencia, le comentó el 12 de diciembre de 1975, desde Nueva York, EU, que en la ONU “se pugnaba por rea-firmar que la Carta de los Deberes y Derechos Económicos de los Estados es uno de los fundamentos esenciales de un nuevo orden económico”.Apenas unos folios más adelante, con fecha del 17 de febrero de 1976, se acepta con todas sus letras el espionaje sobre Scherer y cómo el seguimiento se vuelve más puntual, casi por hora:El investigado acostumbra salir de su domicilio entre las 7.30 y las 8.00 horas para dirigirse al Deportivo Chapultepec, ubicado en las calles de Mariano Escobedo de esta ciudad, donde per-manece hasta las 11.00 a 11.30, para trasladarse posteriormente a sus ofi-cinas del Periódico Excélsior, saliendo de éstas alrededor de las 15.00 hs. en donde en ocasiones acude a su domicilio y permanece entre las 17.30 y 18.00 para posteriormente atender sus reuniones de trabajo y sociales, no teniendo una rutina fija.A esas alturas la vida pública y muchos aspectos de la vida privada de Julio

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Scherer ya eran parte de la rutina de los espías y los reportes llegaban a los escritorios de los directores de la DfS, ya fuera Luis de la Barreda o Miguel Nazar Haro.Nazar Haro, cabeza del grupo especial de la DfS, el C-047, se encargaría en su momento de atender personalmente el caso Scherer. Pero de lo que no llegó a este expediente, sabemos también que había funcionarios que se encargaban de “trabajar” la información de manera directa con los directivos de medios.Cuando Luis Echeverría labraba su camino a la Presidencia, mandó a rea-lizar una encuesta directa para saber cuáles eran los directivos y medios que estaban en su favor y cuáles apostaban por otro candidato.De esa encuesta personalizada, se enteró de que no era el favorito de Julio Scherer. Que el director de Excélsior se inclinaba por Emilio Martínez Manatou.Dice el documento, que tiene la leyenda “Información Confidencial”:Directores de periódicos (Conversaciones tenidas conmigo en privado) Julio Scherer. Excélsior… EMM. Familia Lanz Duret. Universal… AOM (Don Nazario Ortiz Garza los está trabajando para LE) Santaella. La Prensa… LE. Martín Luis Guzmán. Tiempo… LE. José Pagés Llergo. Siempre… EMM. Tímidamente incluso creo juega varias cartas.

* * *Julio Scherer alimentó, con su silen-

cio, las historias, falsas o reales, sobre su historia. Su negativa total

a conceder entrevistas, su obsesiva actitud de no hablar de él, resultaba un contrasentido si se considera que desde los años sesenta se convirtió en el periodista más querido y, también, más temido del país.A Scherer los políticos le abrían las puertas de sus oficinas, le concedían información privilegiada. Sus libros dan cuenta de su acceso a los primeros círculos del poder, a los más relevantes.La influencia que desde entonces ejer-ció, y creció conforme pasaba el tiem-po, lo convirtió inevitablemente en un blanco del espionaje del gobierno en turno. Los encargados de seguirlo y escucharlo se metieron en sus encuen-tros, citas, reuniones, e incluso en su vida privada. Le aplicaron el “progra-ma completo”, como se decía en la jerga

de los aparatos del espionaje cuando se perseguía a alguien sin pausa y con todos los recursos humanos y tecnoló-gicos disponibles.Así que por más que Scherer se negara a abrir sus relaciones sociales y per-sonales, éstas eran cuidadosamente observadas por la Dirección federal de Seguridad. Él lo sabía. Lo sabía porque conocía el poder desde dentro, porque vio, escuchó, supo de primera mano, cómo operaban los aparatos del espio-naje mexicano. Conoció de primera mano y como resultado de las inves-tigaciones periodísticas que él mismo hizo o encargó a sus reporteros el modus operandi de los agentes de la DfS.En una ficha (con fecha 14 de enero de 1973) se cita una conversación de Scherer con el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, en la que el tema del espionaje aparece como trivia-lidad: “En una parte de la conversación Scherer dijo que Miguel Ángel Asturias le comentó que no existe la vida privada, puesto que hasta en la regadera de baño le podían instalar una grabadora, al igual que en su propio automóvil”.No había manera de que Scherer no imaginara que era foco de atracción de los aparatos del espionaje. Las citas con políticos, funcionarios, embajado-res, las realizaba en lugares discretos (no secretos), y era una de las formas en que buscaba evadir los “ojos” y las “orejas” de los espías. Pero, de acuerdo con la información que sobrevivió, no lo logró del todo. Conocían sus itine-rarios, revisaban su correspondencia e intervenían sus llamadas telefónicas. Colocaron micrófonos en su casa y ofici-nas, en los restaurantes que frecuentaba. Desplegaron fotógrafos tras los árboles, en automóviles o detrás las ventanas, capturando con sus telefotos los pasos de Scherer, gestos, miradas, bromas, palabras al vuelo, frases completas.Un ejemplo del nivel de intromisión en su vida pública es el reporte del encuen-tro que tuvo el 9 de febrero de 1973 con el entonces embajador de Estados Unidos en México, Joseph John Jova. El reporte se elaboró la tarde de ese mismo día. No era cualquier reunión. La cita tuvo lugar en el restaurante Chateau de La Palma, en la colonia Del Valle. Scherer llegó a las 13:45. El embajador, un cuarto de hora después. Scherer acudió solo. Jova, acompañado de dos consejeros de la embajada.

Ocuparon una mesa. Tomaron unas copas, “departiendo entre bromas y chistes entre sí, para posteriormente ocupar otra mesa en el jardín, donde se logró captar que comentaban al parecer algunos chistes, ya que constantemente se reían a carcajadas, no lográndose en el momento captar nada en relación a la plática mencionada”.Da risa la redacción de los agentes, los vericuetos para salvar el reporte sin reconocer que lo más importante del encuentro no lo habían grabado, que seguramente los micrófonos habían sido instalados en las mesas del interior del restaurante sin tomar en cuenta que a Scherer y Jova se les ocurriría conver-sar en el jardín y ahí no habían colocado sus aparatos. Y sus oídos no registraban nada. De lo que se habló en ese espacio, sólo deducían que eran chistes por las risas, pero ni siquiera el contenido de las bromas. Una media hora de angustia y sin información precisa.Las cosas cambiaron cuando regresaron a la mesa de la terraza, “donde toma-ron sus alimentos, lográndose captar las siguientes conversaciones”:“Scherer García, dirigiéndose al emba-jador, le manifestó lo siguiente: ‘John, me sobran muchas fotografías a colores, cuando tú quieras te puedo proporcio-nar algunas’; el embajador le contestó: ‘Muchas gracias’, agregando ‘como embajador es un problema para mí declarar sobre la situación de un país’.“Uno de los consejeros manifestó a los concurrentes ‘están pasando cosas muy raras’. El otro manifestó dirigiéndose a los presentes, algo relacionado con los miembros de Acción Católica, agregan-do que el Sr. ford atacaba fuertemen-te a los obispos, arzobispos y demás miembros del clero, a pesar de que por otra parte él asistía con invitaciones a convivios y demás por parte de éstos.“Con esto dio inicio una plática sobre la política que prevalece actualmente en los Estados Unidos de Norte América, con la actual sucesión presidencial; hicieron mención de Wallace, en donde el sr. Scherer García manifestó que como persona era su hombre, a lo que uno de los consejeros le dijo: ‘Que bueno, nomás que Wallace únicamen-te le faltan… (palabra tachada por los censores). Posteriormente se refirieron a Humprey, ford y Jofrey Hacker, expre-sando el embajador que era un magní-fico orador y tuteando al embajador le

dijo: ‘John, yo quiero que me prometas una cosa, si sale como candidato y electo presidente Jofrey, me llevas contigo’, a lo que el embajador contestó: ‘bueno sí, pero todavía no sabemos si él esté’.“Scherer García inquirió ‘bueno, pero tú eres muy buen amigo de Jofrey, puesto que los has entrevistado un centenar de veces’, a lo que el embajador con-testó: ‘bueno no tantas, pero si bastantes y no por eso puedo decir que sea un amigo’. Scherer García volvió a repetir ‘bueno, yo sé que es muy buen amigo tuyo’, agregando el embajador ‘bueno, sí’, entonces Scherer García repitió nue-vamente ‘entonces prométeme que me llevas contigo’. Uno de los consejeros dirigiéndose a Scherer García le dijo: ‘pues no que estás con Wallace’ a lo que Scherer García soltó una carcajada”.“El otro consejero, dirigiéndose a Scherer García le dijo: ‘tú ya nos has hecho hablar mucho de nuestro hombre, ahora te toca a ti hablar de tu hombre’, a lo que Scherer García contestó: ‘ya está puesto, ahora lo ‘único que nos queda es estar prestos con él’.“El embajador dirigiéndose a Scherer García le dijo en plan de broma, ‘tú eres un hombre muy malo’, respondiendo Scherer García ‘sí, pero no muy malo’, soltando carcajadas.”.“Entonces Scherer García le dijo ‘por que traes dos relojes’, a lo que uno de los consejeros, rápidamente contestó, ‘es que uno es como embajador y el otro es personal’, contestando Scherer García riéndose expresó ‘por tres veces conse-cutivas John entendiste mi sarcasmo’, tanto el embajador como consejeros no contestaron; agregando de inme-diato Scherer García ‘tú me invitaste y yo pago, el único inconveniente es que tienes que retirarte por lo de la cita que tienes a las cuatro’, agregando uno de los consejeros ‘es la embajada’”.En este caso es seguro que ni el espía ni los directores de la DfS lograron entender de qué se estaba hablando. Eran los riesgos de que las grabadoras no registraran bien los diálogos y los agentes terminaran interpretando y aco-modando las ideas a su muy particular entender. Unos párrafos más dedicó el agente a su encomienda.“Por último Scherer García dirigiéndo-se a los presentes, dijo ‘el desprecio de Kissinger como lo hemos pagado noso-tros’ respondiendo el embajador ‘no lo creo sí, no lo hizo con intención’.

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Scherer García dijo ‘ojalá que el próximo Presidente de Estados Unidos quiera a Latinoamérica, ya que estamos sufrien-do mucho’.“A las 15:50 hrs. procedieron a retirarse del restaurante citado, despidiéndose y quedando de reunirse nuevamente, esto manifestado por ambos consejeros…”.

* * *Los archivos contienen los repor-

tes de otros encuentros, como el que Scherer tuvo con Carlos

Hank González, entonces gobernador del Estado de México, con quien lo acer-carían las circunstancias y una amistad que el mismo Scherer reconoce en su libro La terca memoria.La DfS guarda al menos un reporte de sus reuniones, como éste de fecha 19 de julio de 1973.“A las 8.30 horas de hoy, el prof. Carlos Hank González, gobernador del Estado de México, llegó a su domicilio parti-cular en esta capital, arriba indicado, a bordo de una camioneta guayín, color verde, seguido de dos automóviles de escolta, procedentes de la ciudad de Toluca.“Siendo las 8.35 horas, arribo al citado domicilio Julio Scherer García, acompa-ñado de un individuo de aproximada-mente 50 años de edad, no identificado, a bordo de una camioneta ford, modelo 1969, color blanco, con placas de circu-lación del Df.“Después de permanecer en el interior de la residencia a las 10.00 horas salieron el Ejecutivo Estatal y la dos personas antes mencionadas, a bordo del auto-móvil ford Galaxie, modelo 1972, color negro… se dirigieron por cuadras de Acultzingo hasta Paseo de la Reforma, hacia el Oriente, llegando a las 10.20 horas al No. 35 de las calles de Niza, donde se ubican las salas de arte Luis Buñuel e Indio fernández, habiendo sido recibidos por Gustavo Alatriste, con el que intercambiaron impresio-nes y a las 10.30 horas se despidió el prof. Hank González, retirándose en otro automóvil.“Julio Scherer García, su acompañan-te y Gustavo Alatriste, entraron a la sala Indio fernández para presenciar en forma privada el filme dirigido por el último de los citados, denominado “QRR” (Quien Resulte Responsable)”.El reporte lo firmaba el entonces

director de la DfS: el capitán Luis de la Barreda Moreno.

* * *Del golpe a Excélsior, en los

archivos y acervos hay distin-tas versiones de los aparatos de

inteligencia.Estos son los apuntes de la ficha elabo-rada el 9 de julio de 1976:8 act. en la asamblea que efectuaron los cooperativistas del Periódico Excélsior.- donde por mayoría de votos fue desti-tuido este elemento (en la mayoría de las fichas y reportes de los espías, a Julio Scherer se le denomina solamente como “elemento”) como director del Periódico Excélsior.- Dicha destitución se debió a las diversas violaciones al reglamento y Bases General de la Cooperativa men-cionada.- A la mitad de esa asamblea este elemento se salió acompañado de 130 trabajadores, donde dirigiéndose a otras oficinas del local del periódico aludido dio una conferencia de prensa a la Prensa Extranjera, no permitiendo el paso a la Nacional.- A las 18.20 Hrs., se retiró del local mencionado y en las calles de Paseo de la Reforma y Morelos, abordó el automóvil placas del Edo. de México, notándose apesadumbrado y lloroso.-… *Y esta es la versión amplia (8 de julio de 1976):“De las 11.00 a las 16.30 de hoy, en el Salón de Actos de esta compañía y ante asistencia estimada en 800 de los 1300 cooperativistas, se llevó a cabo una asamblea a puerta cerrada, presidida por Jorge Castillejo, con objeto de someter a votación el que fueran destituidos Julio Scherer, Hero Rodríguez…“Se notó división entre los trabajadores asistentes, ya que un grupo contrario a la destitución propuesta, comentaba que estaban siendo objeto de movimientos políticos porque el Gobierno trata de apoderarse de la empresa periodísti-ca, al no convenirle la inclinación de izquierda que lo caracteriza.“Se dijo que el grupo afín a la destitución de Scherer García se presentó la madru-gada de hoy en la rotativa y destruyó la matriz de una plana, donde se incluía una inserción de apoyo a Julio Scherer, firmada por la Plana Editorial, acor-dando el Consejo de Administración no publicarla y que no saliera en blanco.“Se tuvo conocimiento que otro grupo,

a las 8.00 horas de este día, estaba dis-puesto a colocar bombas molotov en la empresa, como medida de presión para obligar a renunciar a Scherer García.“En el curso de la asamblea y por mayo-ría de votos, fueron destituidos Scherer García y otros.“A las 14.30 horas, Scherer García, acom-pañado de aproximadamente 130 traba-jadores abandonaron el Salón de Actos.“A las 17.00 horas Julio Scherer se retiró del inmueble seguido por Manuel Becerra Acosta y 40 trabajadores de los depar-tamentos de Redacción, fotografía, Cables, Telex y Corresponsales.“Los 40 trabajadores que acompañaron al exterior a del edificio a Julio Scherer, se dirigieron a la esquina de Paseo de la Reforma y Morelos, donde intercambia-ron sus teléfonos particulares a efecto de mantenerse en contacto y realizar una asamblea a las 11.00 horas del 21 de este mes… a las 18.20 se despidió del grupo Julio Scherer, abordando un auto-móvil con placas LGL-502 del Estado de México, notándose apesadumbra-do y lloroso. Se identificó entre éstos al periodista Gastón García Cantú y al Ing. Manuel Pérez Rocha”.Estos son algunos fragmentos que el capitán De la Barreda Moreno recibió esa noche en su despacho.

* * *Luego vendría el largo peregrinar

para publicar la revista Proceso.De este momento de la historia

del periodismo mexicano se seguirán escribiendo kilómetros de letras. Pero quedarán para siempre las dudas sobre las causas y razones de este conflicto. El académico Sergio Aguayo, durante la mesa de debate con la periodista Carmen Aristegui del lunes 12 en la primera emisión de MVS Noticias, con-fiaba que alguna ocasión escuchó una autocrítica de Scherer sobre el trabajo periodístico de Excélsior.“Ya había publicado su Parte de guerra con Carlos Monsiváis, ese extraordina-rio documento con el testamento políti-co del secretario de Defensa de Gustavo Díaz Ordaz, Marcelino García Barragán, y él se quejó de no haberse dado cuenta de la importancia de la Guerra Sucia, de la represión que estaba sucediendo y no… ‘No le di la prioridad que mere-cía y creo que en ese sentido Excélsior no cumplió el papel que debió haber

cumplido’.“Por todo eso y por muchas otras cosas, por un lado es una pena que se haya ido pero por otro lado una celebración de alguien que ejerció a plenitud y con enorme congruencia, el muy difícil ejer-cicio de la libertad de expresión inde-pendiente, crítica y autónoma”, afirmó Sergio Aguayo.En una conversación informal con el autor de este texto luego de realizar una entrevista a propósito del libro La otra guerra secreta, fausto Zapata Loredo, el hombre encargado de la comunicación en la Presidencia de Luis Echeverría, aseguró que el presidente informaba de todo lo que estaba pasando a los direc-tivos de los medios.Palabras más palabras menos, dijo a este reportero que durante los años de la Guerra Sucia en México los direc-tivos de los medios de comunicación estuvieron bien informados de lo que estaba pasando. Vehemente al hablar, cuidando los ges-tos y los ademanes, afirmaba: “Yo, yo, yo mismo me encargaba de reunirlos casi cada semana, a desayunar con los funcionarios que ellos quisieran, con el secretario de la Defensa para que les dije-ra lo que estaba pasando en Guerrero, en otro Estados. Ellos estaban al tanto de todo, con detalles. Nosotros nunca les dijimos qué sí o qué no publicaran. Esa era decisión suya”.Recuerdo que alcancé a interrumpirlo:–No era necesaria la amenaza explícita… sabían lo que podía pasar. –Pero nunca les dijimos que publicaran o no lo que estaba pasando.

* * *Los registro también dan saltos,

brincan de un momento a otro, sin una idea coherente del por

qué estas rupturas en la narrativa ni cronológica. Como si alguien hubiera extraído partes de estos archivos, piezas del expediente público que no regresa-ron a su lugar.De lo que sí permaneció en el archivo destacan las copias de unas tarjetas informativas de “alguien” que hasta el último momento habría intentado per-suadir a Scherer de no lanzar Proceso en noviembre de 1976, a unos días de que Echeverría dejara la Presidencia.El contenido de esas tarjetas es el informe que mandó ese interlocutor al

138 de febrero de 2015 / el mañana / DomingorePortAJe

Presidente de la República el 25 de octu-bre de 1976. fue un lunes. De acuerdo con el primer párrafo, la reunión ocurrió tres días antes:“Ayer no pude extenderme en mi relato sobre la plática que tuve el viernes pasa-do con el señor Julio Scherer, y ahora lo hago por este medio.“Estuve con él en mi casa más de tres horas haciéndole ver que, con motivo de su petición, para que PIPSA le otorgara papel, le quería comentar que estaba enterado de que la revista Proceso iba a ser dedicada a expresar su odio y ren-cor personales y el de su grupo contra las instituciones públicas y en especial contra el Presidente Echeverría, y que esto, independientemente de otras consideraciones, merecía la de pensar en que podría establecer un conflicto personal y familiar que podía afectar a varias generaciones de mexicanos de uno y otro lado.“Le hice ver la conveniencia de que se pospusiera por unos meses la aparición de la revista. Hablé con él en tono claro y fuerte sin más límite que no caer en la actitud de amenaza que hubiera debili-tado el alegato.“De la plática concluyo que Scherer y su grupo están intransigentemente decidi-dos a publicar Proceso. Me manifestó que emplearían el mismo tono analítico y crítico del antiguo Excélsior, pero que de ningún modo pretenden que sea una revista de desahogos. Scherer afirmó: ‘Soy suficientemente inteligente para no pelear con el Presidente de la República, quien como tal merece mi respeto’.“Me aseguró que sólo un artículo de unas cuantas cuartillas sería dedicado, en el primer número, al caso de Excélsior, y que éste no sería tratado nunca más en su revista. Agregó que el tono del artículo sería crí-tico pero no irrespetuoso. Lo escribirían entre Scherer y Miguel Ángel Granados.“Le dije que pensara en los inconvenien-tes que tenía el inaugurar una tribuna de frustraciones en el último mes de gobier-no. Quedó abierta la posibilidad de vol-vernos a reunir solos o con Granados Chapa y Leñero”.Las tarjetas quedaron sin firma. El estilo y la estructura de los párrafos y el forma-to de las tarjetas de inmediato llevan a pensar en Mario Moya Palencia. Él dejó muchas huellas semejantes en las cajas de la Galería 2 del AGN.Una revisión del libro Los presidentes

del mismo Julio Scherer lo confirma. “El 6 de noviembre de 1976 nació Proceso entre intimidaciones del secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, y el secretario de Patrimonio Nacional, francisco Javier Alejo. Moya dijo que los hijos de Echeverría podrían vengarse en mis hijos, Alejo afirmó que el buen nombre del presidente de la República implica la razón de Estado”.En Los periodistas, Vicente Leñero apor-ta más elementos: “Julio Scherer llegó tarde. Apenas entró buscó a Miguel Ángel y a mí, y como Miguel Ángel no había llegado me enjarró el brazo invi-tándome a un aparte. Venía de una larga plática con Mario Moya Palencia; feroz, la llamó”.

* * *Julio: Qué le parece el negocia-

je? Dolores: Ay, me da un gusto… ahora se me hace casi un sueño lo

otro. Julio: Cuál otro? Dolores: Lo de después de África. Julio: Ah, pues yo no puedo ni creerlo… todavía estoy asusta-dón. No… a mi… bueno, ya después de todo eso… solo morir. Digo, yo me siento ahora como me pasa siempre, con un miedo de los diablos. Dolores. Ay Don Julio, que suave. Julio: Pero mira… así pasa siem-pre… hay que tirarse al agua y luego a ver qué pasa…

* * *Julio Scherer fue observado y vigilado con cercanía. Sin embargo, la informa-ción que guarda el acervo de la DfS es parcial, sin continuidad en los temas, casos que se abren pero no cierran. Como si alguien hubiera desarmado también este rompecabezas, como ocurre con muchos otros expedientes.Difícil armar algo más completo sólo con los expedientes de la DfS. Lo mismo ocurre con Scherer que con Gabriel García Márquez y otros perso-najes de esa época. Una parte importante de los registros no llegaron.Muchos se quedaron en el camino de las oficinas y las cajas de los funcionarios de la Secretaría de Gobernación. Y esos habitan en otros acervos. En los de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales, en las miles de cajas de la Galería 2 o en los fondos presidenciales de la Galería 3.

14Domingo \ el mañana \ 8 de febrero de 2015 entrevistA

Por vicente Jiménez

El desmoronamiento es el libro de un forense. George Packer ha abierto en canal un presunto cadáver, las últimas cuatro décadas de Estados Unidos, y ha distribuido sobre la mesa de la autopsia los órganos corroídos por el cáncer. El espectáculo es desagradable. Su lectura, amarga. The Unwinding, el nombre en inglés, publicado en espa-ñol por Debate, es una crónica impor-

El forense del imperio americano

george pacKer retrata el fin de la coHesión social en eu durante las últimas décadas en ‘el desmoronamiento’. ‘la coHesión social está rota’, afirma

tante, soberbia, una obra mayor sobre la carcoma del imperio, un relato real con aroma a gran novela. Su título se refiere a la dilución de los materiales que mantienen unida una sociedad. Para muchos en EU, es un libro de terror.

Packer, de 54 años, escribe alarmado. El suyo es un trabajo que nace del miedo en un país poco acostumbrado a sufrirlo. En el café de Brooklyn donde nos recibe admite que, para un europeo, el paisaje que describe puede resultar conocido.

Sin embargo, algunos de sus personajes son genuinamente americanos, parias de esa extraña cohesión (la patria, el orgullo de ser americano, el sentimiento de pueblo elegido) que abandona a sus hijos como desechos. En ningún otro país los desgraciados se sienten tan orgullosos de su bandera.PREGUNTA. Su libro duele. Es desa-gradable.RESPUESTA. Admito que es perturba-dor. Cada vez que intentas agarrarte a

kEn Platt y su Hijo Ken posan en los altos Hornos jeannette, cerrados en 1984. sobre ellos Habla bruce springsteen en ‘youngstown’, canción que narra el declive de la industria del acero en oHio.

“Seguimos esperando que la nueva economía cree una nueva sociedad. Pero de momento no veo la

transformación”.

158 de febrero de 2015 / el mañana / DomingoentrevistA

algo sólido, se derrumba. El tejido social se deshilacha. Debido a la desigualdad, me he sentido como un corresponsal extranjero en mi país. Carolina del Norte me parece más lejano que Bagdad. También ha sido emocionante porque, aunque la situación es oscura, hay luces que brillan. En esos lugares hay gente que mantiene la luz encendida.P. Pero EU, según usted, empeora…R. Sí. Todas las tendencias empeoran menos una, que son las cifras econó-micas. La gente en Europa me pregunta cuál es el problema, ya que crecemos al 4%. Y les digo que sí, que la macroeco-nomía está mejorando, pero pregunte a la gente de Carolina del Norte o de Ohio y le dirá que no tiene esa sensación. Aunque la tendencia es buena, no cam-bia la vida de las personas ni la realidad que describo en el libro.P. ¿Pero estamos ante un declive o una transformación?R. No gano dinero con una bola de cristal. No lo sé. No pienso en esos tér-minos. Pienso más como un novelista, hablo de la gente que está delante de mí. Lo que me preocupa es que seguimos esperando que la nueva economía cree una nueva sociedad. Si hay un nuevo orden, ¿cómo será? De momento no veo la transformación, así que para mí es un declive.P. ¿Está en peligro la cohesión social en Estados Unidos?R. No solo está en peligro, está rota. ¿Qué es la cohesión social? Es cuando tu destino está vinculado al de otras personas en tu comunidad o tu país, cuando los líderes de las principales instituciones tienen una visión que te incluye y, aunque buscan su beneficio, también es el tuyo. Hoy en día no es así. Su beneficio es su beneficio. En el Congreso se comportan igual que en Wall Street. No construyen nada. Todo es cortoplacismo. No existe cohesión porque no pagan un precio por sus errores. No hay políticos destituidos por impedir la recuperación econó-mica. Ningún político pagó por Irak, ni ningún general. Bush fue reelegido. La gente que paga es la más pobre. Un soldado raso tiene más posibilidades de ser expulsado por perder su fusil que un general por perder una guerra. Así es esta sociedad.Packer, periodista de largo aliento de The New Yorker, excepcional cronista de Irak, rehúye el análisis en su libro. No

hay investigación política, ni sociológi-ca, ni económica. No hay explicaciones, ni conclusiones. El desmoronamiento es relato puro, minucioso, periodismo de altísima calidad en el que el autor deja claro quién le despierta compa-sión (normalmente aquellos que se salen de lo establecido, como el escritor Raymond Carver) y quién le repugna (Wall Street, la clase política y famosos como Jay Z).P. Su libro solo tiene tres páginas de tesis. Las 500 restantes son historias de personas o de determinados lugares. ¿Es esa la clave de su éxito?R. Creo que es una de las razones por las que ha tenido tantos lectores. A la gente le gusta leer historias. Quería presentar una fotografía del país sin conclusiones que son sabidas. Quería llegar al sistema nervioso de la gente, no a su cerebro. Quería entrar en su circu-

lación sanguínea, en sus sentimientos. Pensé que sería divertido estructurarlo como una novela, pero inusual, lo que me llevó a la trilogía de John Dos Passos.P. Pero Dos Passos, con su obra (Trilogía USA, en la que historias de individuos de ficción se mezclan con biografías reales, collages de titulares, noticiarios y letras de canciones antes, durante y después de la I Guerra Mundial) que-ría despertar a la clase obrera en un momento en que el marxismo ofrecía una teoría para transformar la realidad. Hoy, ¿qué tienen los partidos de izquier-da? No disponen de esa teoría.R. Y no se puede inventar. No podía hacer lo mismo que Dos Passos. En nuestro mundo no hay una teoría que convenza a millones de personas de que esa es la dirección en la que se mueve la historia. Para Dos Passos, esa idea murió en España, porque fue a Madrid

durante la Guerra Civil y, mientras esta-ba haciendo una película con su amigo José Robles (profesor de literatura y de español formado en Estados Unidos y traductor del escritor de Chicago), este fue detenido y fusilado por los comunistas. Para Dos Passos, ese fue el fin de la teoría de la historia. En el siglo XXI hay muchos intelectuales de izquierdas que tratan de crear una visión de la igualdad o un activismo medioambiental, y es bueno, pero si no atraen la imaginación del público es solo un puñado de gente escribiendo libros y hablando entre ellos. Ese es el problema, pero no puedo solucionarlo en mis libros.El desmoronamiento denuncia la des-trucción del contrato rooseveltiano con los estadounidenses a manos de unos líderes de la nación que han hecho dejación de sus responsabilidades a favor de la dictadura del dinero. Es la narración de un fracaso.Tres columnas sostienen el relato: la creciente desigualdad, la última Gran Recesión causada por la codicia de Wall Street y la complicidad de Washington, y la corrupción del tejido moral del país. Packer muestra un manojo de indivi-duos que caminan sobre escombros. En una nación que alardea de su unidad, algunos de esos individuos, descritos con precisión de entomólogo, son desgraciados comidos de chinches que viven en furgonetas en un aparca-miento de Walmart.Los personajes principales son Jeff Connaughton, un idealista capaz de entregar su carrera y su vida a un des-preciable Joe Biden, actual vicepresi-dente, descrito como un político sin escrúpulos; Dean Price, un supervi-viente que intenta hacerse rico con el biodiésel; Tammy Thomas, una mujer negra, hija de adictos a la heroína que pierde todo su dinero y se erige en acti-vista de su comunidad, y Peter Thiel, magnate de Silicon Valley, el libertario fundador de Paypal.El último gran actor es una ciudad, Tampa, en florida, el terrorífico y deli-rante paraíso de las hipotecas basura (los juzgados sentenciaban hasta 120 desahucios al día), donde miles de per-sonas lo perdieron todo en un aquelarre de incompetencia y desistimiento de las autoridades, cómplices de los exce-sos de las entidades de crédito.

PackEr, retratado en brooKlyn.

16Domingo \ el mañana \ 8 de febrero de 2015 libros

Por Kiko Amat

Hanif Kureishi (Londres, 1954) se ha hecho algo mayor, pero la edad le sien-ta bien. Parece un caballero venerable, con ese gabán y americana y canas, y no hay trazas en su atuendo de aquel mozuelo paquistaní-inglés con camisas holgadas y melena acid que parecía de Happy Mondays. Su inicial actitud —algo hosca— se va a ir diluyendo según avance nuestra hora de amena charla y el capuchino surta efecto. Kureishi habla en un acento desclasado que, sin

embargo, se inclina hacia la clase media, y está en la Ciudad Condal presentando La última palabra. Sobre la cual (debo avisarles) no voy a preguntarle una sola cosa; no es ese mi cometido. Pero sí hablaremos de coraje, de ir todo el día en pijama, de Billy Idol y Karl Ove Knausgard, de la fetua y de no ser ya un fiestero.PREGUNTA. Alguien definió Bromley, tu barrio natal, como “una lobotomía con ladrillos”.RESPUESTA. Sí. Pero Billy Idol venía de allí, también Siouxsie and The

Banshees, todos iban a mi colegio… Así que había mucho maquillaje, mucho sexo y muchas fiestas. Bowie había ido a la misma escuela que nosotros, de hecho. Así que todo era aburrido y excitante a la vez. Esperé en muchas paradas de autobús bajo la lluvia, pero por otro lado quedaba un pequeño res-quicio de esperanza: acabar en la música pop, escribiendo, en la moda… Se vis-lumbraba una mayor movilidad social. Todos nuestros padres trabajaban en empleos respetables, pero la generación de los Beatles y Who se había saltado

HANIf KUREISHI: ‘Tienes que escribir cosas que te avergüencen un poco’

Hanif KureisHi vuelve con nueva novela, ‘la última palabra’, tras Haber retratado a una generación entera, mezclado acid House con islamismo

y puesto su alma en cueros

El Escritor británico Hanif KureisHi.

aquello. Así que buscamos una forma de escapar a aquel destino, metiéndonos en las artes.P. ¿Cómo te cambió todo aquello, de niño a adolescente?R. Hace poco me compré la autobiogra-fía de Billy Idol. Yo era distinto a todos aquellos punks. Era muy estudioso y leía mucho. Ellos eran gente sociable, que es un elemento clave si formas parte de una banda. Pero para ser escritor, tienes que estar sentado en tu casa. Todo el día. En pijama. Y tienes que pasar años así, desconectado de todo. Yo ya tenía esa disciplina, y me gustaba. Sigue sin importarme pasar el día entero sentado en mi despacho.P. Tiene que gustarte la soledad para emprender el camino de la literatura.R. En efecto. Si eres astronauta, no pue-des tener vértigo. Estar solo va conmigo. Si no va contigo, es imposible hacerlo. Incluso cuando trasnochaba escribía durante el día. Mi padre era distinto a los demás padres, porque era inmigrante, y habíamos venido a Inglaterra a triun-far. No habíamos viajado desde Pakistán para que nos lapidaran, como decía mi padre; eso ya lo podíamos haber con-seguido allí. Veníamos aquí a trabajar, a labrarnos una posición en Inglaterra, a tener éxito. Era el credo familiar.P. Cuando hablas de que ya escribías de joven, ¿sobre qué escribías?R. Yo quería ser novelista. Explicar lo que sucedía a mi alrededor: las fiestas, las locuras, las drogas, los abortos, las sobredosis… Todo lo que me rodea-ba de joven, y que solo había leído en novelas americanas. Especialmente en Kerouac y en los beats, a quienes ado-raba. Pero entonces pensé que quería hablar también de raza. Y eso me llevó mucho tiempo, encontrar un modo de hablar de raza a la vez que hablaba de LSD y melenas y Bowie. Ya de muy joven pensaba en El buda de los suburbios. No sabía qué narices estaba haciendo, pero ya pensaba en unir a Jimi Hendrix y Enoch Powell.P. Durante años creí que lo de escri-bir novelas era terapéutico, pero ahora veo que estar aislado en una habitación durante largo tiempo daña la psique.R. Para mí no es terapia. Es trabajo. No me siento allí con la intención de entender mi vida. Solo es terapia en el sentido de que es algo que me encanta hacer, y por tanto me sienta bien, y por añadidura mantiene a mi familia.