ASTURIASErmitas, santuarios y naturaleza

Juan José Rodríguez

EDITORIAL LAERTES

Colección dirigida y coordinada por Carmen Miret Trepat

Primera edición: junio, 2010

© Juan José Rodríguez

© de las características de la colección y de esta edición:

Laertes, S.A. de Ediciones, 2009

C./ Virtut, 8 bajos – 08012 Barcelona

www.laertes.es / www.laertes.cat

Diseño de la colección: Duatis Disseny

Fotografía de la cubierta: San Miguel de Lillo, de Juan José Rodríguez

Fotografía interior: Todas las fotografías de Panoramio han sido facilitadas por

www.lacomarcadelasidra.com.

Cartografía: Editorial Laertes

Tratamiento de planos: JGSM

Fotocomposición y fotomecánica: Jacob G. Suárez

ISBN: 978-84-7584-827-3

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación

de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de los titulares de la propie-

dad intelectual, con las excepciones previstas por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Es-

pañol de Derechos reprográficos, <www.cedro.org>) si necesita fotocopiar o escanear

algún fragmento de esta obra.

Pelegrino tanto quiere decir como ome estraño, que va a visitar el Sepulcro Santo de Hierusalem e los otros Santos logares en que nuestro Señor Jesu Christo nasció, vivió e tomó muerte e pasión

por los pecadores; o que andan pelegrinaje a Santiago o Sant Sal-vador de Oviedo o a otros logares de luenga e de estraña tierra.

Partida I, título XXIV, ley 1

ÍNDI

CE

ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Cómo utilizar la guía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Datos básicos 15, Situación 15, Población 16, Clima 16, Flora y fauna 17, El bable 20, Organización administrativa y política 21, Economía 22, Historia 25, Religión 31, Arte y literatura 32, Artesanía 35, Mitología asturiana 37, Gastronomía 40

RUTAS POR ASTURIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

De Pajares a Oviedo 43: Campomanes 43, Valle del Huerna 45, Santa Cristina de Lena 47, Santuario de los Mártires de Valdecuna 49, Mieres 51, Oviedo 52

De Oviedo a Covadonga 77: Noreña 77, Pola de Siero 80, Igle-sia de San Esteban de Aramil 80, Nava 81, Infiesto 81, Arrion-das 85, Mirador del Fito 85, Cangas de Onís 86, Covadonga 88, Lagos de Covadonga 91, Alrededores de Covadonga 92, Cabrales 93

Ruta de la costa oriental 95: Colombres 97, Llanes 99, Ribade-sella 103, La Isla 105, Lastres 107, Villaviciosa 109, Santuario de Lugás 112, Monasterio de Valdediós 113, Tazones 115, Gi-jón 115, Escapadas desde Gijón 128

Ruta de la costa occidental 131: Avilés 131, Soto del Barco 137, Desvío a Pravia 138, Somado 140, Cudillero 140, Cadavedo 143, Luarca 143, Puerto de Vega 146, Tapia de Casariego 148, Comarca Oscos-Eo 149

Cuencas mineras 153: Langreo 155, El Entrego 157, Pola de La-viana 157, Parque de Redes 157, Bustiello 161, Concejo de Aller 161, Puerto San Isidro y Fuentes de Invierno 163

De Oviedo a Galicia por el interior 164: Valles de Trubia 166, Grado 171, Cornellana 172, Pola de Somiedo 173, Salas 177, Tineo 179, Zona de Cangas del Narcea 181, Pola de Allande 184, Grandas de Salime 187

10 / Índice

El Camino de Santiago en Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189El Camino primitivo 189, El Camino del norte – Ruta de la costa 192

Asturias, paraíso natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197

Qué hacer en Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205Ruta de un fin de semana 205, Ruta de una semana 205, De fiesta por Asturias 206, Actividades deportivas 210

Consejos prácticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213Viajando por Asturias 213, Alojamiento 215, Restaurantes 216, Sanidad 217

Breve diccionario de bable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219

Algunos personajes y sus obras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221

Índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

Índice de planos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237

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ENTA

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PRESENTACIÓN

Caminar por el Principado de Asturias, es recorrer caminos, veredas y «caleyas» que, en pocos kilómetros, conducen de la montaña a pequeñas playas y calas que han abierto un hueco milenario en los rocosos acantilados.

La cordillera cantábrica, con las agujas de Picos de Europa, se-para Asturias, por el sur, de la meseta y actúa como barrera que retiene las masas de nubes procedentes de las corrientes húmedas del mar, confiriendo una climatología específica que se traduce en una gran mancha verde que cubre todo el territorio asturiano.

La limpia roca de los montes de Picos de Europa, carente de toda huella de vegetación, con magníficas paredes para la escalada y el montañismo, va dejando paso a frondosos bosques de haye-dos, robledales y castañares donde el agua mana y fluye, en cual-quier rincón, regando los amplios y verdes prados que continúan el descenso y se prolongan hasta abrazar las olas.

El visitante puede recalar, sumergirse y disfrutar en cualquiera de estos ambientes, con la seguridad de que va a encontrar una naturaleza virgen y desbordante que aún no conoce los excesos de la civilización. La montaña del Naranjo de Bulnes, bosques como Muniellos o Redes, rincones y carreteras frondosas que reciben el sol que se cuela entre las ramas de los árboles y recoletas playas de gran encanto conforman la amplitud de caras y opciones que presenta Asturias.

Rutas por doquier: en la montaña, a orillas de un mar bravío, caminando, en caballo o en vehículo nos adentran en este «Paraíso Natural», eslogan de gran éxito popular que es una magnífica defi-nición de Asturias.

Y en medio de esta naturaleza, ocultos, disgregados y convi-viendo en armonía, pequeños pueblos de pescadores, ganaderos y mineros que jalonan toda la geografía. Pueblos que esconden hó-rreos y casas de arquitectura tradicional asturiana, dominada por la piedra y la madera. En general pueblos muy limpios, bien cuidados y poblados de gentes sencillas, llanas y que abren su casa y cora-zón al visitante.

Pero Asturias también es arte. Como un fogonazo, un chispazo en el curso del tiempo, durante los doscientos años que caminan en los siglos VIII y ix, surge y deslumbra un arte nuevo, compendio de tendencias anteriores con aportaciones novedosas, que asombra por su esplendor. Es el prerrománico o el conocido como «arte astu-riano», que nos ha dejado monumentos tan bellos como Santullano, Santa María del Naranco o el «conventín» de Valdediós.

Tierra mitológica, poblada de diaños, trasgus y xanas, multitud

12 / Presentación

de rincones de gran belleza en toda la geografía han recorrido el ca-mino que va desde el culto primitivo y pagano a una cristianización que, ahora, se conserva en ermitas, santuarios e iglesias situadas en magníficos paisajes naturales.

Sin duda, visitar estas expresiones religiosas es descubrir la esencia de Asturias, su historia, arte y sentimiento popular. Cami-nante y turista, creyente o agnóstico, descubrirán parajes idílicos en torno a ermitas y santuarios, arquitectura y arte en sus monasterios e iglesias y muestras del sentimiento popular en el ornato, exvotos y ofrendas que se exhiben en el interior de los templos.

Y para reponer nuestro cansancio, la espléndida comida astu-riana. Fabada, pote, carne de las reses de la montaña, pescados y mariscos del Cantábrico, quesos y postres, como el arroz con leche, son excelencias culinarias que encontramos en cualquier mesa, siempre regados con buena sidra de manzana, escanciada con mu-cho amor.

Restaurantes de alta expresión merecedores de estrellas en la conocida Guía Michelin, casas de comida dirigidas por magníficos restauradores y mimados chigres atendidos con amor por sus pro-pietarios, jalonan todo el territorio asturiano ofreciendo merecido reposo al viajero.

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CÓMO UTILIZAR LA GUÍA

La guía que tiene en sus manos muestra Asturias poniendo especial énfasis en las dos caras más llamativas del Principado. Por una par-te, la exuberante naturaleza que asoma y se muestra en cualquier rincón y, por otra, el arte y cultura diseminados a lo largo de ciuda-des, montañas y valles.

Y como nexo de unión, los monumentos religiosos que apare-cen diseminados por todo el Principado que, en muchas ocasiones, aúnan y complementan estas dos caras. No es una guía religiosa, sino una visión de Asturias desde unos miradores de culto que se sitúan en los más bellos paisajes. Lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, vamos a encontrar las ermitas y santuarios en unos parajes que dominan unas vistas inigualables. Y no es casualidad. Estos edificios no surgen aquí sin motivo alguno. Generalmente, se construyen en los lugares donde ya había un culto anterior y lo úni-co que hace la nueva religión es cristianizar estos parajes.

El primer apartado de esta guía presenta las generalidades de Asturias. Se trata de una visión rápida y esquemática de lo que es Asturias, sus gentes, historia y cultura. De ningún modo pretende cubrir o enumerar todos los ámbitos del Principado, sino resaltar los aspectos más llamativos y sobresalientes. Se trata, en definitiva, de que el visitante que quiera contactar con Asturias, pueda hacerse una visión rápida de las peculiaridades de la región a la que accede.

El cuerpo del libro nos lleva a un viaje por Asturias a través de seis grandes rutas, en las que cabe todo el Principado:

De León a Oviedo. Coincidiendo con la entrada habitual a Asturias, la ruta recorre el mismo camino que hacían los peregrinos cuando se desviaban, en su Camino a Santiago, por la ruta del norte.

De Oviedo a Covadonga. Aprovechando la visita al santuario prin-cipal de Asturias, recorremos todo el interior oriental del territorio.

Cuencas mineras centrales. La visita a la minería, tan importante y vital en Asturias.

La costa oriental. El recorrido que hace el viajero cuando accede a Asturias desde el País Vasco o Cantabria.

La costa occidental. Salimos por la costa hacia Galicia.

El interior occidental. En esta ruta nos dirigimos a Galicia por el inte-rior, siguiendo el camino de los peregrinos que viajaban de Oviedo a Santiago.

Con independencia de estas seis rutas en que hemos dividido nuestro recorrido, Asturias es «Camino de Santiago». No en vano,

14 / Cómo utilizar la guía

es el rey Alfonso II el Casto el primer peregrino a Santiago. Bajo su mandato, se descubre el sepulcro del Apóstol y no duda en ponerse en camino para visitar las reliquias y erigir una iglesia de gran valor arquitectónico que, desgraciadamente, no se conserva. El tradicio-nal Camino de Santiago europeo tiene su vertiente en el Camino del Norte, que bordea toda la costa del Cantábrico y tiene Oviedo como punto de referencia, con la visita a San Salvador. Estas razones nos animan a dedicar un capítulo específico a Asturias en el Camino, donde se fijan las etapas del mismo, señalando el albergue corres-pondiente a cada etapa.

En el apartado Asturias, Paraíso Natural, nos adentramos en las principales rutas de los parques naturales de Asturias. Sería imposi-ble recoger en esta guía todas las rutas y sendas que cruzan el Prin-cipado, por eso nos referimos, exclusivamente, a las más conocidas que, coincide, con las situadas en los parques y reservas naturales. El gran atractivo que tiene la región como destino de un turismo de naturaleza, aconseja esta especialización.

En el capítulo Qué hacer en Asturias, queremos incidir en los principales festejos que recorren el calendario de Asturias, fiestas de gran renombre, incluso internacional, como lo es el «descenso del Sella». Tienen cabida en este apartado, también, las distintas actividades deportivas, culturales o tradicionales. Y, como resumen, realizamos una propuesta para una visita de fin de semana y otra más extensa de una semana.

Consejos prácticos recoge una serie de datos, direcciones, telé-fonos o páginas web que nos pueden resolver cualquier incidencia que pueda surgir en nuestro viaje.

Finalmente, se expone un pequeño diccionario de bable, con las palabras y términos más usuales y frecuentes en el habla astu-riana.

GENERALIDADES

DATOS BÁSICOS

Extensión: 10.603 km2.Población: 1.080.138 habitantes.Temperatura media: Entre 8 y 20 ºC.

SITUACIÓN

Con una extensión de 10.603 km2, Asturias está encajada entre el mar Cantábrico, que la abraza por el norte a lo largo de una costa de 334 km, y los montes de la cordillera Cantábrica, situados al sur, que alcanzan cimas de hasta 2.600 metros de altitud. Este enclave terri-torial, con los pronunciados montes que comunican con la meseta, justifica el tradicional aislamiento que, desde tiempos inmemoriales, ha tenido Asturias con el resto de España. Baste señalar que hasta finales del siglo xviii, con la apertura de la carretera a través del puerto de Pajares, no existía una vía de comunicación aceptable con la meseta española, hasta el punto que Carlos I, cuando llega desde Alemania para tomar posesión del trono de España, desem-barca en Asturias, pero los caminos para acceder a Madrid son tan impresentables, que tiene que dirigirse a Santander y, desde allí, ir a la meseta.

Al este, limita con Cantabria cuyo límite lo fija el río Deva y por el oeste con Galicia, sirvien-do la ría del Eo como fran-ja de división. Con estas comunidades autónomas y el País Vasco conforma la conocida como «Espa-ña verde», marca turística que presenta el paisaje como principal reclamo y

donde la propia naturaleza es el arte más apreciado por el visitante.Esta situación geográfica hace que Asturias esté inclinada

mirando al mar, siendo el océano el escenario de un amplísimo an-fiteatro desde el que los espectadores contemplan la presentación. Desciende, en pocos kilómetros, desde cumbres que superan los 2.000 m, con agujas como Torre Cerredo (2.648 m), Peña Santa (2.596 m) a prados y playas a nivel de mar. Tiene una de las orogra-fías más accidentadas de toda España, con una pendiente media del 34%, fruto de esta proximidad entre cumbres y playas.

GEN

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16 / Población

Atendiendo a la evolución geológica, pueden distinguirse clara-mente tres grandes unidades. Por una parte, la Asturias occidental, de naturaleza sedimentaria y donde abundan los materiales silíceos de origen muy antiguo, con pizarra, areniscas y cuarcitas. En el área central, encontramos un núcleo pizarroso, pero de carácter más de-leznable que está envuelto en rocas compactas, con preferencia de calizas y cuarcitas. Es el terreno de la cuenca carbonífera. Y en el área oriental, más reciente geológicamente, donde predomina, casi de manera exclusiva, la caliza de montaña.

POBLACIÓN

Según los datos del padrón de 2008, Asturias tiene 1.080.138 habi-tantes que se concentran, principalmente, en la zona central de la Comunidad. Así, las tres poblaciones más importantes, Gijón, Ovie-do y Avilés, que se encuentran en un núcleo de 20 kilómetros, su-man el 55% del total de la población. De esta forma, en un espacio de terreno que representa el 4% del territorio, se concentra más de la mitad de la población total.

Esta concentración nos marca, claramente, la distribución de la población. Así, si lo tomamos en términos absolutos, nos encontra-mos con una densidad de población por km2 de 101,86 habitantes, mientras que si excluimos las tres poblaciones comentadas, tanto en km, como en habitantes, tenemos una densidad de solamente 47,75 habitantes por km2. Salvando, como decimos, las tres grandes poblaciones y la zona de las cuencas mineras, las casas no suelen agruparse de forma compacta en núcleos urbanos, sino que, más bien, se encuentran dispersas por todo el paisaje, herencia de la tradición ganadera que requería una gran extensión de pastos para atender el ganado. Un viaje nocturno con el vehículo por las carrete-ras asturianas es ir acompañados de pequeñas luces por todos los montes y lados de la carretera.

CLIMA

La situación geográfica que hemos visto, determina claramente el clima. Encontramos un clima oceánico o atlántico que se caracteriza por temperaturas suaves y lluvias frecuentes, fruto de la entrada de las nubes que provienen del mar y que no traspasan la cordillera Cantábrica.

Aún siendo relativamente homogéneo, debemos destacar o di-ferenciar claramente tres zonas o tipos de clima:

Zona costera. Se prolonga por toda la geografía que bordea el mar y se distingue por temperaturas muy suaves, tendentes más a la homogeneidad y lluvias relativamente frecuentes. En esta zona en-contramos determinados lugares con un microclima específico, con-secuencia de la composición orográfica del lugar.

Flora y fauna / 17

Zona de interior. Es la intermedia entre la costa y la montaña y se distingue por alcanzar temperaturas más extremas, tanto a la baja como al alta, con heladas más frecuentes. Las precipitaciones son, también, bastante frecuentes.Zona de montaña. En los altos de los Picos de Europa y, en ge-neral, toda la cordillera Cantábrica. Las temperaturas son aún más extremas, tanto en invierno como en verano y las precipitaciones, en invierno, son de nieve, generalmente.

La pluviometría es bastante alta de noviembre a finales de mar-zo, aunque tampoco es infrecuente en el resto del año. Como se dice popularmente en Asturias, «para estar verde, tiene que llo-ver», lo que nos da muestra de lo asimilada que tienen los asturia-nos la lluvia. El hecho que amanezca con buen tiempo no quiere decir que no llueva al mediodía. Aquí el tiempo puede cambiar rápidamente, por lo que es habitual ver a la gente con paraguas, aún cuando haga sol. En Asturias, un paraguas y un chubasquero son compañeros de viaje convenientes, sobre todo si nos interna-mos en la montaña.

FLORA Y FAUNA

Como no puede ser de otra manera, viene condicionada por el cli-ma húmedo y, sin ningún lugar a dudas, uno de los atractivos princi-pales de Asturias es su patrimonio ecológico. Y lo es hasta el punto de que casi un tercio de su territorio está catalogado como espacio protegido e integrado en la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos. La adoración y amor que los asturianos sienten por la naturaleza se traduce en su protección mediante un Parque Nacio-nal, cinco Parques Naturales, cinco espacios declarados Reserva de la Biosfera, diez Reservas Naturales, diez Paisajes Protegidos y treinta y siete Monumentos Naturales.

El más conocido de estos entornos es el Parque de los Picos de Europa, declarado en 1918 Parque Nacional de la Montaña de Co-vadonga, primero de España en gozar de esta calificación. En 1995 fue declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera en 2003. Está enclavado en los Picos de Europa, abarca 65.000 km2, y prolonga su extensión en las vecinas comunidades de Cantabria y León.

Han sido necesarios 300 millones de años para crear los en-crespados paisajes de los Picos de Europa. Nos encontramos ante un tortuoso paisaje esculpido, lentamente, por la acción del hielo y el agua sobre la piedra que forman tres macizos en los que se incrustan profundos valles y angostas gargantas por los que discu-rren pequeños ríos de aguas cristalinas. La sucesión de montañas y depresiones, con más de 200 picos que elevan sus cimas por encima de los 2.000 m, las vertiginosas caídas hacia lo profundo de los valles y los estrechos pasos y gargantas que encontramos por

18 / Flora y fauna

doquier, son motivos suficientes para que sea el parque que más satisfacción produce a los visitantes.

Los ríos Dobra, Deva y Cares sirven de límite a cada uno de los macizos y tienen sus puntas más altas en los Urrieles, donde se eleva, majestuoso, el mítico Naranjo de Bulnes con sus 2.519 m de altitud y 550 m totalmente verticales en su pared oeste.

El paisaje, desde luego, es impresionante desde cualquier punto de vista, pero si nos situamos en el mirador de Ordiales, donde un desplome de casi 1.000 m cae hasta el valle, cualquier descripción se queda corta. Sin caminar tanto, la simple excursión a los lagos de Covadonga, nos adentra en la paz y sosiego que, únicamente, se consigue en la naturaleza.

Otros espacios naturales del Principa-do, quizás no sean tan conocidos ni reflejen tan gráficamente el contraste que la natu-raleza proporciona entre roca, vegetación y agua, pero no cabe duda que rincones como el bosque de Muniellos o el parque de Redes son fiel reflejo de una flora y fau-na de una gran riqueza y esplendor.

Las grandes masas arbóreas que cu-bren Asturias en la bajada de las montañas se componen, principalmente, de robleda-les, hayedos y castaños, aunque, también, se han adaptado bien los pinos y los euca-

liptos. La instalación de una papelera en Navia, ha supuesto que una parte importante de montes, sobre todo los situados en la ma-rina, sean de eucaliptos, por la riqueza económica que supone para el agricultor, ya que cada diez años puede venderse una partida de madera. De todas formas, dominan los hayedos en toda la parte baja de los montes y sobresalen en la zona occidental, que limita con Galicia, donde des-taca el hayedo de Monasterio de Hermo, el mayor de todos, con una impresionante ex-tensión arbórea que cambia de color en fun-ción de cada estación.

Mención especial, en el apartado de bos-ques, merece el de Muniellos, uno de los más grandes y tupidos de España. Con una exten-sión de más de 10 km2, está declarado Reserva de la Biosfera y tiene las visitas completamente restringidas a un pequeño cupo diario.

Aparte de los bosques, una nota característica de Asturias son sus verdes prados. Más que una característica, es, propiamente, una definición. Las praderas inundan principalmente toda la zona

Castaño (F.E. Köhler)

Roble (F.E. Köhler)

Flora y fauna / 19

costera. Poco a poco, ha ido desaparecien-do la imagen de las vacas pastando en las praderas y la hierba amontonada en «va-ras». Este sistema de almacenamiento de la hierba, es una consecuencia directa de la gran cantidad que producen las prade-rías. Como era imposible disponer en cada casa de una gran tenada donde almacenar la hierba, se optó por recogerla en el mismo prado, disponiendo una vara larga de cinco o seis m que, verticalmente, se enterraba un metro en el suelo. Alrededor de la mis-

ma, se hacía un asiento de ramas de madera para aislar la humedad y, encima, se iba disponiendo la hierba, que se sujetaba a la propia vara vertical, hasta alcanzar la punta de la misma.

Acorde con esta impresionante flora, es la fauna. Dominada por rebecos, corzos, jabalíes y lobos, su gran atractivo, sin ningún lugar a dudas, son el oso y el urogallo. Rebecos y corzos pueden encontrarse, hoy día, casi en cualquier zona del Principado, hasta el punto que, en carreteras secundarias interiores, es recomendable la precaución ante la aparición de estos animales. Es típico ver una manada de corzos pastando en los campos de golf de Llanes o Ribadesella. En cuanto a los lobos, es una de las grandes batallas de los ganaderos contra la Administración. La proliferación de los mismos está causando importantes daños en las cabañas ganaderas, pero la imposibili-dad de cazarlos y el retraso en la asunción de los daños causados a los ganaderos por parte de la Administración, determina continuos enfrentamientos y quejas. De vez en cuando, generalmente una vez al año, se organizan batidas autorizadas para conseguir mantener estable el número de lobos.

Pero la fauna más emblemática y representativa de Asturias es el oso pardo. Debía ser tal la abundancia de esos plantígrados que el propio Favila, rey que sucedió a Pelayo, murió en las garras de uno de ellos. Hoy día, Asturias es uno de los últimos reductos del oso. Las principales parejas de osos se encuentran en el occidente, en la zona cercana a Galicia, donde abundan los grandes bosques productores de frutos y bayas muy del gusto del oso. Otro de los grandes placeres del oso es la miel, por lo que es típico en toda la zona occidental encontrar colmenas en el monte protegidas por un cercado de piedra para impedir que el animal llegue hasta ellas.

El centro interior de Asturias es otra de las zonas oseras que quedó dividida por la construcción de las carreteras. Actualmente

Haya (F.E. Köhler)

Eucalipto (F.E. Köhler)

20 / El bable

se trabaja por recuperar las sendas por las que transitaba el oso y así, por encima de los túneles de la autopista del Huerna, encontra-mos varias plantaciones de árboles autóctonos que pretenden ayu-dar a recuperar estas sendas. Varias asociaciones están trabajando muy activamente en la recuperación del hábitat. El Fapas, la Funda-ción Oso Pardo y otras más genéricas colaboran habitualmente con los residentes en las zonas oseras regalando plantones de árbo-les frutales salvajes para recuperar montes y terrenos actualmente abandonados, con un importante éxito, fruto del convencimiento de los lugareños de la importancia del oso.

Y esta importancia y reconocimiento se hace visible en la Senda del Oso, la vía verde más transitada de Asturias. Aprovechando las vías de un antiguo ferrocarril minero que llevaba el material desde Proaza y Teverga hasta Trubia, esta senda tiene como principal atrac-tivo, además de su paisaje exuberante, ser el hogar de dos osas, co-nocidas como Paca y Tola, que disfrutan de un amplio recinto vallado en todo el monte. Estas osas fueron recogidas muy pequeñas cuando un furtivo abatió a la madre y, ante la imposibilidad de que, solas, pudieran integrarse en la naturaleza de forma satisfactoria, se creó este cercado para mantenerlas aquí. A la postre, ha resultado una experiencia importantísima, por el gran calado que ha tenido en la población y la consiguiente educación medioambiental que, a través de su imagen, se está consiguiendo en los visitantes.

EL BABLE

El bable o asturiano es una de las variantes del latín. El pueblo lla-no y sencillo, desde luego, no hablaba un latín depurado, algo sólo reservado a los monjes y la nobleza. Así, el latín, en su versión po-pular, va adquiriendo los tintes o matices de cada región. Por esta razón, se suele decir que no hay un bable, sino muchos bables. Jus-tamente es en este sentido, en la falta de uniformidad en la forma de hablar, que está en función de la región donde se hable, que el lenguaje adquiere unas ciertas características.

En el momento de la romanización, Asturias era un territorio unido a León y el conjunto de todas estas caracterizaciones particulares del latín vulgar es lo que debemos entender por bable o bables. Cierto es que, al estar Asturias más aislado por las montañas y mantener un contacto mínimo con otras regiones que fueron avanzando en su forma de lenguaje, esta forma de hablar se mantiene más concreta-mente en el Principado.

Llegados a este punto, la discusión se centra en si el bable o asturiano es un dialecto o una lengua. Mientras una gran parte de los teóricos se decanta por el dialecto, existen otros movimientos culturales y políticos que persiguen la legitimización del asturiano como lengua, con iguales derechos o deberes que las otras lenguas reconocidas del Estado, como el gallego, euskera o catalán.

Organización administrativa y política / 21

Aunque ni la Constitución española ni el Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias la reconocen como lengua, el Consejo Regional, como ente preautonómico, aprueba la creación de la ac-tual Academia de la Llingua Asturiana, en 1980, siendo su fin el estu-dio, defensa y promoción del idioma asturiano. Como resultado de este trabajo y esfuerzo, en 1998 se publica la gramática de la llingua asturiana y en el año 2000 el diccionario de la llingua, completando la labor normativa de la Academia.

La situación y realidad actual se concreta en los acuerdos de algunos ayuntamientos admitiendo el uso de la llingua asturiana en las relaciones del administrado con la Administración, la edición en aumento de libros en asturiano y las inserción en los periódicos de escasos artículos. A nivel popular, se usa en todo el territorio el cas-tellano, aunque muy infl uido por la entonación y la asunción de de-influido por la entonación y la asunción de de- por la entonación y la asunción de de-terminadas palabras asturianas que forman parte del sentir popular.

Al final de esta publicación (pág. 219), se inserta un pequeño diccionario, donde se recogen las palabras más comunes.

ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y POLÍTICA

Asturias es una Comunidad Autónoma uniprovincial del Estado es-pañol, siendo su norma institucional básica la Constitución española y el Estatuto de Autonomía, aprobado por Ley Orgánica 7/1981, de 30 de diciembre.

La Junta General del Principado es la sede de representación del pueblo asturiano y es, junto con el Consejo de Gobierno y el Presidente, uno de los tres órganos institucionales de la comunidad autónoma.

La Junta está integrada por cuarenta y cinco diputados que son elegidos cada cuatro años mediante sufragio universal. Electoral-mente, Asturias se divide en tres circunscripciones: oriental, cen-tral y occidental, correspondiendo un mínimo de dos diputados por cada circunscripción y el resto, 39, se imputan a cada una de ellas en proporción a su población de derecho. Actualmente correspon-den 34 diputados a la circunscripción central, 6 a la occidental y 5 a la oriental.

En la legislatura iniciada en el año 2007, el psoe cuenta con 21 diputados, el pp con 20 y el partido Izquierda Unida - Bloque Asturianista con 4 diputados. El Gobierno del Principado está for-mado por una coalición del Partido Socialista Obrero Español con Izquierda Unida.

Históricamente, todos los gobiernos surgidos de las elecciones autonómicas a la Junta General han sido, o del Partido Socialista o coalición del Partido Socialista con Izquierda Unida, con excepción de la legislatura que transcurre entre los años 1995-1999, que go-bernó el Partido Popular.

Administrativamente, Asturias se divide en 78 concejos, vocablo

22 / Economía

equivalente a ayuntamiento, por lo que se utilizan, in-distintamente, los dos términos. Atendiendo a la gran dispersión de la población en los concejos rurales, encontramos subdivisiones en parroquias –que no tienen porqué coincidir con la parroquia eclesiásti-ca–, y aldeas.

En los últimos años, aunque no sea una figura le-gal reconocida, han surgido varias mancomunidades de concejos que unen sus esfuerzos para prestar de-terminados servicios a los ciudadanos de forma con-junta, logrando un ahorro en sus costes y una mejora en la calidad

de los servicios. La bandera de Asturias es la tradicional

con la cruz de la Victoria en amarillo sobre fondo azul y el himno es la conocida can-ción «Asturias, patria querida, Asturias de mis amores…».

ECONOMÍA

La situación de Asturias y su cercanía al mar, han sido, como no podía ser de otra forma, determinantes en la economía. Así, históri-camente se ha basado en dos pilares fundamentales: la ganadería y la pesca, a las que se añade, con la llegada de la industrialización, la minería y la siderurgia.

La ganadería se ha centrado, fundamentalmente y atendiendo a la importancia de los pastos en la región, en el vacuno y, en un orden muy inferior en el lanar. Fruto de esta importancia y del con-vencimiento de los propios ganaderos de la necesidad de acceder a los distintos mercados, fue la constitución de la Central Lechera Asturiana, donde los 12.000 socios son los propios ganaderos, que lograrán convencer a las cajas de ahorro asturianas para que entra-sen, también, en el capital. La empresa ha llegado a ser la primera de España en la comercialización de leche, fijando un precio a los ganaderos y asegurando la calidad. Al lado de la Central Lechera surgieron otras empresas menores, también participadas por ésta, dedicadas a prestar servicios y actuar como centro de compras para todos los ganaderos. Sin embargo, las explotaciones eran peque-ñas, no estaban preparadas para enfrentarse a los nuevos retos, y las distintas reestructuraciones en el sector lácteo han supuesto que vayan desapareciendo las pequeñas explotaciones y se creen otras ya totalmente profesionalizadas. Hoy día, ganaderías como la de Badiola, compiten en todo el mundo en cuando a la calidad de sus reses y son referencia en los trabajos de investigación relacio-nados con la mejora genética de las reses.

Actualmente, predominan las explotaciones ganaderas de car-ne, contando con cerca de 280.000 cabezas bovinas, consecuencia

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de la menor atención que exige este tipo de ganadería. Las cabezas destinadas a leche son 125.000. El sector ocupa, en la actualidad, a unos 40.000 asturianos, de los cuales más del 90% son los titulares de la explotación.

La pesca es el otro apoyo fundamental en la economía asturiana. En la Edad Media, esta pesca alcanzó a las ballenas y en los princi-pales puertos asturianos existía un lugar conocido como «puerto de ballenas», donde se descuartizaba, se repartía y se fundía la grasa, que se enviaba al País Vasco. En muchas ocasiones, estos puertos eran propiedad de los monasterios y los pescadores les pagaban con los productos obtenidos de la pesca de las ballenas. En la localidad de Puerto de Vega podemos observar el trabajo que se realizaba en la caza de ballenas. Esta actividad se abandonó durante el siglo xviii y actualmente se centra en la pesca de altura y bajura, destacando la rula de Avilés como el principal puerto de entrada de pescado. En 2008, se subastaron en Asturias un total de 17.384 t de pescado y marisco, ascendiendo el importe de venta en rula a 42.541.248 €. La pesca de merluza representa un 20% del total de kilos, siguiendo en orden de importancia el bonito (un 16%, 1.686 t).

La minería del carbón ha sido, desde principios del siglo xix, uno de los puntos fundamentales de la economía asturiana. Impul-sada por el informe de Jovellanos en los últimos años del siglo xviii, no será hasta principios del xix cuando se acometa la explotación industrializada de las minas, gracias al impulso de inversores ex-tranjeros y catalanes y con el apoyo decidido del gobierno nacional que alentó la explotación minera y subvencionó la extracción del carbón. Sin embargo, el carbón asturiano tuvo que hacer frente al menor precio en el mercado del carbón inglés y a la ausencia de una adecuada infraestructura de comunicaciones entre las cuencas mineras y los puertos donde se embarcaba el mineral con destino, principalmente, a los altos hornos del País Vasco.

A mediados del siglo xix, en el año 1853, se inaugura el ferroca-rril de Langreo a Gijón, cuyo principal fin era el transporte del carbón al puerto y cuya consecuencia directa fue el aumento considera-ble de la producción. Solucionado el transporte, el problema de la competencia del carbón inglés desapareció con el estallido de la primera guerra mundial: la producción inglesa cayó a cifras mínimas y la asturiana llegó a superar los 3.000.000 de toneladas en 1918. Los sucesivos apoyos de los distintos gobiernos (el de Primo de Rivera y el gobierno de la ceda), entre ellos la obligatoriedad para las empresas de consumir el carbón nacional y los elevados arance-les aplicados a la importación del carbón extranjero, tuvieron como resultado el auge definitivo de la minería asturiana.

La huelga general de 1934, en Asturias, derivó en una insurrec-ción armada, auspiciada, principalmente, por los mineros quienes, con el apoyo de los sindicatos y los partidos políticos de izquierdas

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lograron asumir, durante quince días, todo el poder en un nuevo es-tado revolucionario. La represión consiguiente por parte del ejército enviado por el Gobierno nacional y la derivación de la guerra civil, representaron un duro golpe a la producción de mineral y, sobre todo, para los mineros, que sufrieron en muchísimos casos tortu-ras y ejecuciones. No hay que olvidar que Asturias, a pesar de su escasa dimensión territorial y de población, fue la segunda región de España en cuanto a número de muertos acaecidos durante la guerra civil.

Finalizada la guerra civil, el gobierno de Franco se marcó como un objetivo prioritario la explotación de las minas de carbón, inclu-so imponiendo a los mineros trabajar dos horas diarias de forma gratuita, iniciándose una época de progreso en la extracción del mineral, que se truncó a mediados del siglo xx, cuando el Estado se vio forzado a nacionalizar las principales empresas mineras ante el temor de la desaparición de las mismas por las fuertes pérdidas que acarreaban; para ello se creó la empresa Hulleras del Norte, S.A., en anagrama: Hunosa.

A partir de los años setenta del siglo xx, las pérdidas de Hu-nosa, que existieron desde el principio, se hicieron insostenibles y obligaron al inicio de la reestructuración del sector minero, una remodelación que fue aún más profunda con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea.

Actualmente, el sector del carbón en Asturias está prácticamen-te dominado por Hunosa, con excepción de la cuenca del Narcea, que sigue siendo explotada por empresas privadas. Pero Hunosa ha pasado de contar con una plantilla de más de 22.000 empleados a menos de 3.000. Sin embargo, no ha dejado de apostar por las cuencas mineras y, en este sentido, ha creado una sociedad de ca-pital riesgo que participa en la creación de aquellos nuevos proyec-tos y empresas que aporten vitalidad a las cuencas y, sobre todo, que apoyen la creación de nuevos puestos de trabajo.

La siderurgia y la industria son otros de los puntales fundamen-tales de la economía asturiana. Nacida, también, en la última parte del siglo xviii, la siderurgia asturiana aprovechaba el carbón aquí producido para buscar su hueco y primacía sobre la siderurgia del País Vasco. Sin embargo, el menor precio del carbón inglés que llegaba hasta el puerto de Bilbao consiguió, a finales del siglo xviii, la supremacía vasca en la siderurgia, que se especializó en el lin-gote en bruto de hierro, mientras que Asturias se decantaba por el laminado.

El gran auge de la siderurgia en Asturias se produce a mediados del siglo xx, cuando se decide que sea Avilés la capital de la Empre-sa Nacional Siderúrgica, S.A., conocida por su anagrama Ensidesa. Esta decisión supuso la llegada a Asturias de un importante número de inmigrantes procedentes de varias regiones del país, sobre todo,

Historia / 25

de Castilla y León y de Extremadura, de tal forma que Ensidesa llegó a contar con 25.000 empleos, creando una extraordinaria riqueza en toda la zona y convirtiéndose en la principal siderurgia de España.

A las faldas de esta gran siderurgia nacieron multitud de peque-ñas empresas dedicadas a la transformación de este material o bien trabajando directamente para Ensidesa, atendiendo los servicios que aquella demandaba.

En los años setenta del siglo xx, comienza la gran crisis indus-trial y económica que afecta a todos los países industrializados y que tiene fiel reflejo en la caída de producción en la siderurgia as-turiana. A partir de ahí, Ensidesa ha sufrido distintos avatares, cam-biando de manos accionariales en distintas ocasiones; actualmente pertenece al empresario indio mittal, y se ha especializado en tre-nes de laminación de chapa, de la que su producción es puntera a nivel mundial, consecuencia directa de la tecnología en los proce-sos productivos y la calidad de sus productos.

Quizá el gran problema de Asturias, como ahora reconocen empresarios, Administración y sindicatos, ha sido que las peque-ñas empresas nacidas de la mano de Hunosa y Ensidesa, los dos grandes patronos de Asturias, se conformaron con trabajar para es-tos clientes casi de forma exclusiva, desatendiendo la búsqueda de nuevos mercados. Y el problema se agravó cuando llegó la crisis a estas dos grandes empresas, que dejaron sin trabajo a estos pe-queños negocios que, ante la ausencia de otros clientes, sufrieron una gran reconversión o, simplemente, se vieron obligados a cerrar.

Evidentemente, la superación de los obstáculos, la experiencia de las reconversiones y las subvenciones a la creación de nuevas empresas, han modificado por completo esta visión y actualmente se encuentran en Asturias empresas punteras en todos los secto-res, ubicadas en magníficos polígonos industriales y que emplean a unos 50.000 trabajadores, destacando importantes empresas del sector del metal, que continúan la tradición existente en Asturias.

HISTORIA

Que el hombre pisa Asturias desde la Prehistoria lo atestiguan las importantes cuevas descubiertas, que servían de abrigo a los pri-mitivos. En muchas de ellas nos han legado sus percepciones y creencias mediante las pinturas que aparecen en las paredes. Tito Bustillo, El Pindal, Candamo, etc., son buenos ejemplos de este arte rupestre, que ha merecido la calificación de Patrimonio de la Huma-nidad por la Unesco.

No solamente manifiestan sus creencias en las pinturas. En Puertas de Vidiago, cerca de Llanes, encontramos grabado en una roca el conocido como «Ídolo de Peña Tú». Se trata de una roca, situada en la zona de la Borbolla, que sobresale en cuanto a altitud con respecto al entorno de rocas y montañas que la rodean. De tal

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forma que, desde aquí se goza de una vista que se extiende por todo el contorno, siendo conclusión obligada la elección voluntaria de esta roca para realizar el grabado. Se dibujan en la roca las figu-ras esquemáticas de varios humanos, un puñal, cuya silueta apare-ce grabada en la roca y un personaje cubierto con una capa ancha que llega hasta el suelo, y del que se resaltan los ojos y la nariz, que bien pudiera tratarse de un mago, sacerdote o hechicero o, quizás, la imagen de un cadáver envuelto en ropaje y al que acompaña el referido puñal. Puede avalar esta interpretación el hecho de que por toda la sierra se han encontrado multitud de túmulos funerarios y entra dentro de una hipótesis razonable que aquí, en Peña Tú, se enterrara al más importante de ellos, gozando de una supremacía otorgada por la altitud del lugar y las magníficas vistas sobre todo el terreno.

Discutida, también, es la penetración en Asturias de las tribus celtas. Originarios de Alemania, los celtas se fueron expandiendo por toda Europa occidental y llegaron al Reino Unido e Irlanda y, parece también, a la zona norte de España. La diferencia es que los celtas no imponen una determinada sociedad, sino que, más bien, culturizan a otros pueblos. En el caso de Asturias, si nos atenemos a las herencias culturales, a las creencias religiosas e incluso míti-cas, no parece existir duda de que algunas tribus celta culturizaron Asturias.

Tampoco Asturias queda al margen de la romanización, si bien ésta se retrasa con respecto al resto del territorio español por la dificultad que encuentran las tropas romanas para someter a los astures, cántabros y vascos. Realmente, no tenían interés alguno los romanos en estas tierras, pero la necesidad política de controlar todo el territorio, sin olvidar punto alguno, les obligó a plantear la conquista de estos pueblos de la montaña pocos años antes del inicio de nuestra era. Allá por los años 26 a.C., el propio emperador

Cesar Augusto se trasladó hasta la penín-sula para dirigir personalmente la conquista de los mismos.

Los historiadores romanos ponen én-fasis en el carácter de los astures, en su heroicidad, en el alto grado en que tienen el valor de la libertad, hasta el punto que, antes de caer en manos de las tropas roma-nas, prefieren la muerte y el suicidio, para lo que aprovechan las hojas del tejo, árbol que, hoy día, sigue siendo admirado por los asturianos y considerado casi como sa-grado. No es casualidad que encontremos muchos tejos al lado de las iglesias, prefe-rentemente en iglesias rurales.

Tejo común (F.E. Köhler)