20
AUTOR: ODIN BARRIOS TÍTULO: NATALIA ENTERRANDO A01 TÉCNICA: GRÁFICA DIGITAL AÑO: 2011

Dúo Continere 1

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista cultural

Citation preview

AUTOR: ODIN BARRIOSTÍTULO: NATALIA ENTERRANDO A01

TÉCNICA: GRÁFICA DIGITALAÑO: 2011

tres

lee

turistie

Dirección General:

Dirección Editorial:

Diseño:

Dirección Comercial y Administrativa:

Artistas:

Colaboradores:

o c

ultu

rad

úo

ga

lería

o e

nfo

qu

ed

úo

sab

ore

sQ

ha

ce

r y do

nd

ed

úo

exp

resio

ne

s

Esta es una publicación del Grupo editorial Primera Ediciónimpreso quincenalmente en Zacatecas, Zac. Ejemplar Gratuito.

dúoEditorial dúo

Contenido

dúoDirectorio

Prohibido el uso de información de "Dúo Continere" en cualquier medio, todos los derechos reservados, Zacatecas, Zac. 2013. Número de cer-tificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor 04-2012-083011541100-102. El contenido, opiniones, artículos y notas periodísticas aquí publicadas, es responsabilidad exclusiva de sus autores, los editores declinan cualquier responsabilidad sobre la veraci-dad de los mensajes contenidos en este medio.

María Vanessa Hurtado López

Oscar D. Caldera

Sandra Yaneth Gómez Salas

Pablo Aguilar

Sandra HernándezSandra Campos

Omar Tapia MaderaRa del Pot

Odin BarriosEos Uriel

Luis Hurtado Huerta

P. 6-7

P. 5

P. 16

P. 4

P. 17

Bufa, centinela a través del tiempo

La aculturación de las comunidades Cora y Huichol

Breve y escueto acercamiento a la crítica kantiana

P. 8-12

Panorama Ulterior

Agenda de Diciembre

P. 18

P. 19

P. 13

P. 14-15

P. 16

El camote en la gastronomía del Perú

“Albóndigas a la Jardinera”: una pro-puesta para degustar en un “Rincón Típico Zacatecano”

Retrete de Pichones

Ágora: espacio de esparcimiento en el parcial olvido

Año 1 N°1 enero 2013

Yo no sé de arte, señor

Odin Barrios

Cultura/Zacatecas

La cultura se antoja en ocasiones como un museo, en otras como actividad y, otras menos afortunadas, como un progra-ma de alguna institución o la autoridad de algún político. Lo cierto es que la cultura que hoy vivimos esta en constante cambio, ya sea por la tecnología, los cambios climáticos, los movimientos sociales u otros muchos aspectos que por ahora se escapan. Lo cierto es, que en cada parte del país, del mun-do; la cultura se crea y consolida a diario, cada lugar tiene una característica específica que hacen los habitantes y es perci-bida por ellos mismos, de una manera totalmente distinta de como se da a entender al turismo, una cultura es propia y muy cercana al pueblo.

Por lo anterior Dúo Continere se pone a las órdenes del lec-tor llevando estas muestras locales y estatales de los creadores de cultura que presenciamos todos los que en Zacatecas habi-tamos. Identificamos tanto a creadores como a espectadores, las opiniones de quienes se acercan a los eventos realizados y, por antonomasia, mencionamos los componentes que nos parece pueden ser rescatados del silencio y expuestos en es-tas páginas, mismas que se nutren hasta de la más pequeña demostración para crearnos un entorno, para re-crearnos a nosotros mismos, quizá.

cuatro

Es increíble el deterioro que encuen-tra el esporádico turista en su visita, cuyo motivo simplemente es descu-brir un nuevo territorio y su historia, así como conocer los aspectos de la ciudad y la cultura de la sociedad del fresnillo, así como el poco interés y desconocimiento de los sitios, su im-portancia en la historia, además de la poca contribución e interés de las autoridades tanto locales como es-tatales para la preservación, conser-vación y difusión de monumentos e inmuebles coloniales.

Esto ha propiciado durante varias décadas pasadas, y aún la actual, que muchos de sus propios ciudadanos desconozcan que su municipio alber-ga distintas manifestaciones artísti-cas y culturales. Por lo que deja de ser un referente en la difusión del sitio y del municipio como destino turístico.

Sin embargo y ante el abandono en que muchos de los antiguos casas y casones de la ciudad del fresno, como el caso del Museo Ágora José Gon-zales Echeverría, edificio que sigue en pie a pesar de haber sido escuela de minería, cuartel militar, hospicio, plaza de toros, oficinas gubernamen-tales, salón de baile, establo y hasta circo.

Construido en 1853 por el entonces presidente Antonio López de San-ta Anna y utilizado por González Echeverría como hospicio para aten-der a hijos de mineros pobres. Final-mente remodelado en 1980 e inaugu-rado como museo el 9 de septiembre del mismo año, albergando así la bi-blioteca del municipio y las unidades académicas de Psicología, Derecho y Lenguas de la Universidad Autóno-ma de Zacateas, así como las oficinas e instalaciones de la Universidad Au-tónoma de Fresnillo.

Sus salas son dedicadas a difundir la vida y obra de los personajes más ilustres y artísticos que ha brindado el ceno de Fresnillo, entre los que se encuentran los músicos y filarmóni-

Ágora: espacio de esparcimiento en el parcial olvido

Por: Oscar D. Caldera

cos: Manuel M. Ponce, Tomás Mén-dez Sosa, Beto Díaz y la Orquestas Típica del Municipio y Francisco Va-negas; en el caso de los artistas plás-ticos: Francisco Goitia, Daniel Peral-ta, así como la colección fotográfica Pedro Valtierra y la colección del mu-ralista Mateo Gallegos.

También alberga el Museo de Mi-nería “Napoleón Gómez Urrutia”, talleres de baile, literatura, música, pintura, teatro, así como la organiza-ción de concursos y visitas guiadas; se han impartido 13 talleres de for-mación artística, asimismo y aunque la falta de espacios dignos se han tenido que impartir en los pasillos, patio, vestíbulos y las mismas salas del museo.

En el caso de las remodelaciones ha contado con un par pero éstas han debido ser suspendidas por causas de irregularidades y la falta de apoyo de las instancias locales. Aunque se espera la ayuda de la Compañía Mi-nera Fresnillo y el Instituto Nacional de Antropología e Historia para las restauraciones correspondientes sin que se vea afectada la arquitectura original.

Esto no detiene la actividad artís-tica, pues los talleres tanto de gráfi-ca como de música siguen interpre-tando y creando sus proyecciones personales. De manera que las pre-sentaciones aunque no sean muy concurridas, al menos no han sido olvidadas ya que la mayo-ría de éstos no han contado con apoyo, sin embargo ello no les impide con-tinuar con su labor, incluso si es ne-cesario que los mismos re-modelen los sitios que o c u p a n

como expresión. El Ágora cuenta actualmente con

un los talleres de dibujo, gráfica y Xilografía: Goitia y el Sótano, así como un taller literario y un museo comunitario. Cabe señalar que éstos han sido apoyados sólo con el espa-cio, pero ellos han debido acondicio-narlo y equiparlo para llevar a cabo sus labores, tanto de docencia como creativas.

No obstante el recinto carece de un proyecto cultural sustentable y orga-nizado, así como más apoyo a de las instancias regentes, que cumpla con los compromisos y que no mezcle cuestiones económicas con cultura-les, para ofrecer a la ciudadanía un espacio digno de esparcimiento ar-tístico.

El edificio se encuentra a un cos-tado de la hacienda de la compañía minera, y se puede acceder por la avenida Hidalgo, Gómez Farías y pa-seo del mineral. De fácil acceso y gra-tuito servicio. Las visitas son guiadas desde las 12:00 del medio día hasta las 6:00 de la tarde. Asimismo cuen-ta con lugares de esparcimiento para toda la familia o para el viajero que admira el arte en sus obras origina-les.

leeTuristie

cinco

leeTuristie

El cerro de la Bufa luce su omnipre-sencia como si estuviera cuidando cada punto de su ciudad o como si le protegiera de algo externo. Es curioso que se pueda ver casi desde cualquier punto del centro histórico cómo cam-bia su morfología para dar la cara. Por las noches es aún más impresionante pues al verle desde catedral es como si fuera un fantasioso mundo que los terrenales vemos inalcanzable hasta ese cielo donde destella.

Majestuoso con sus 2657 msnm. de altura, como un sabio, desvela una esencial pregunta acerca de él- ¿cuántos relatos históricos acogen esas rocas?- pues con todos sus años ahí presenciando el paso del tiempo nos cuenta las proezas y las penurias que la ciudad de Zacatecas ha tran-sitado.

Desde 1588 se convirtió en uno de los emblemas más representativos de Zacatecas, cuando se le incluyó en el escudo de armas. Este crestón deja de herencia a Zacatecas su nombre, pues zacatecas fue como los aztecas llamaron a los habitantes del cerro de la Bufa.

Su nombre significa vejiga de cer-do, algo poco solemne para lo que re-presenta, pero a Juan de Tolosa, uno de los primeros españoles que llega-ron a este lugar, le pareció que tenían formas similares y por eso le bautizó con ese nombre. Este cerro atestiguó la llegada de los españoles conquista-dores, la llegada de Miguel Hidalgo durante el movimiento de Indepen-

dencia y, sin duda, el momento histó-rico característico de este lugar es la revolución mexicana como escenario de la toma de Zacatecas, un 23 de ju-nio de 1914.

Las efigies de los personajes dis-tintivos de esta toma, Francisco Vi-lla, Felipe Ángeles y Pánfilo Natera, están reposando en lo alto del cerro, justo frente al santuario de la patrona de los zacatecos: la virgen del Patro-cinio. Junto al santuario hay un mu-seo, el de la Toma de Zacatecas, don-de podemos envolvernos en aquel tiempo de principios de siglo. Ya en 1906 se construye el observatorio me-teorológico, una torrecita de cantera encantadora a la vista. Al crestón de la Bufa, ese enigmático sitio, fue llevado el Mausoleo de los Hombres

Ilustres para que se sintieran en tie-rra portentosa.

El teleférico, que cruza la ciudad desde el Cerro de la Bufa hasta el Ce-rro del Grillo, nos regala una hermo-sa panorámica de la ciudad. También hay una tirolesa, de la que se puede observar otro punto de la Bufa para los que gustan de emociones más fuertes.

Las familias zacatecanas gustan de ir por las tardes a caminar por los senderos conocidos sólo para los lu-gareños, en ellos se pueden encontrar pequeños ojos de agua, cuevas y ras-tros de antiguas vetas. Desde cual-quier lugar de Zacatecas Capital se puede ver el monumento natural en el hermoso atardecer que envuelve a la ciudad.

Bufa, centinela a través del tiempoPor: Victoria Hernández M.

seis

dúoCultura

La aculturación de las comunidades Cora y Huichol

Desde la antigüedad estas comuni-dades han habitado el actual estado de Nayarit compitiendo con los ha-bitantes de Zacatecas. Después de la llegada de los españoles las distin-tas tribus se unieron para defender su territorio. Finalmente solicitaron una tregua para garantizar sus vi-das y propiedades por medio de un tratado con Juan de la Torre Valdéz y Gamboa, el corregidor de Zacate-cas, quien a su vez intercedió con el virrey de México, el Marqués de Ve-lasco (1721).

Estas comunidades practican prin-cipalmente de la agricultura y se en-cuentran en zonas serranas de cua-tro municipios: Mezquitic y Bolaños en el estado de Jalisco y El Nayar y la Yesca en Nayarit. Las lenguas Cora y Huichol pertenecen a la gran familia lingüística auto-azteca, cada una de

Por: Oscar Domínguez Caldera

estas lenguas conserva su homoge-neidad sin presentar variaciones en las distintas comunidades.

Desde entonces se han mantenido en completo sincretismo en cuanto a sus creencias y educación, así como los usos y costumbres han sido he-redados y preservados a lo largo de los siglos. Su concepción del cosmos no difiere mucho del misticismo y de las ideas prehispánicas, ello los lleva a conocer el mundo y su destino, por medio del nierika (don de ver) que brinda Hikuri o Peyote que se en-cuentra en el lugar sagrado Wirikúta (actual San Luis Potosí), lugar que ha sido defendido por varias organiza-ciones civiles luego que el gobierno federal concediera terrenos a compa-ñías mineras extranjeras.

Con todo esto las comunidades se han visto aculturadas. La acultura-

ción se define como el nombre que recibe un proceso que involucra la recepción y asimilación de elemen-tos culturales de un grupo humano por parte de otro.

En el caso de estas etnias son em-pleadas en trabajos como jornaleros y peones. Una de sus actividades con que más son asociadas dichas comunidades son el comercio de artesanías y telares, la venta de po-madas y destilados a base de peyote, los conjuntos de música y la pisca. Sin embargo, todas estas labores no son bien remuneradas, ya sea por la impresión arraigada como si fue-ran especies raras, ya por la cultura de la producción en masa, el caso es que muchos han tenido que dejar el sincretismo para encontrar una vida mejor o al menos más productiva.

Tal es el caso de Asunción y su conjunto, que sin ser músicos, salen a las calles para tocar algunas piezas –aprendidas a base de escucharlas –para sustentar los gastos del via-je hacia su próxima cosecha como jornaleros en cualquier lugar de la república. Estos músicos son origi-narios de Jalisco, pero van y vienen de en cuanto lugar haya trabajo para ellos, aunque sea mal pagado.

También es el caso de los artesa-nos huicholes del centro histórico, que venden verdaderas obras de arte llenas de color y símbolos, mismos que expresan su dedicación y pa-ciencia, la desigualdad y el poco res-cate por las culturas que se adhieren a la nuestra.

Es importante concientizar a la so-ciedad sobre las culturas que convi-ven en el mismo espacio geográfico, así como el mismo tiempo. La cultu-ra no se compone de una sola socie-dad, sino de la mezcla entre ideas y tradiciones, entre lenguajes y razas, entre ingenio y fuerza. La cultura que se mezcle a la nuestra, o la nues-tra a la otra, debe ser considerada de igual manera.

siete

dúoCultura

ocho

dúoGalería

Nace en Jerez, Zacatecas en el año de 1978, ac-tualmente radica en la ciudad capital de Zaca-tecas, estudió la Licenciatura en Artes Pláticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” en la ciudad de Mé-xico y ha participado en diversas Tutorías con destacados maestros como Nunik Sauret, Ra-fael Zepeda, Alfonso Crujera, Francisco Castro Leñero, Per Anderson, Carla Rippey, Alejandro Nava, Ismael Guardado, entre otros. En sus ini-cios realizó estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas como "Taller de anatomía artís-tica", "Taller de dibujo, composición y técnicas pictóricas", "Taller de efectividad y expresión plástica en el dibujo". Actualmente trabaja en el Taller de Gráfica El Topo, donde realiza signifi-cativas investigaciones en el campo del grabado electrolítico y dirige la galería Barandal Arte Contemporáneo de ambas fundador, con sede en Zacatecas.odinbarrios.tumblr.com

Odin Barrios

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: NATALIA ENTERRANDO A02TÉCNICA: GRÁFICA DIGITALAÑO: 2011

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: ESPELUZNANTE APARICIÓNTÉCNICA: SERIGRAFÍAAÑO: 2011

nueve

dúoGalería

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: CABEZA DE MUJERTÉCNICA: SERIGRAFÍAAÑO: 2011

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: LA SOMBRA DE LA

TIERRA EN LA LUNATÉCNICA: HUECOGRABADO

ELECTROLÍTICOAÑO: 2012

dúoGalería

diez

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: OBSERVANDO LO ATROZTÉCNICA: SERIGRAFÍAAÑO: 2011

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: LAS DOS OMARASTÉCNICA: OLEO SOBRE TELAAÑO: 2011

dúoGalería

once

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: ES POSIBLE, FALTA QUERER

TÉCNICA: SERIGRAFÍAAÑO: 2012

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: CALAVERA DE CRISTALTÉCNICA: HUECOGRABADO ELECTROLÍTICOAÑO: 2012

dúoGalería

doce

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: ZOMBIE DE TACOALECHETÉCNICA: SERIGRAFÍAAÑO: 2011

dúoEnfoque

Hablar de crítica implica expresar una postura y definir conceptos para entender uno que en general exprese la opinión de quien la es-cribe. Un autor básico para poder entender y crear una crítica que contenga fundamentos universales es Immanuel Kant, filósofo prusia-no de la Ilustración, primer y más importante representante del cri-ticismo y precursor del idealismo alemán; está considerado como uno de los pensadores más influ-yentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.

Para comenzar debemos enten-der la universalidad como lo que está presente en todo ser racional, por ello lo universal no puede es-tar en los animales, por ejemplo. La crítica, en sentido negativo –no pe-yorativo –se debe entender como la tarea con que se delimita la función y aplicación legítima de la razón. Por razón se puede entender que, en general, encierra todos los inte-reses del espíritu. Hablar de senti-do negativo es hablar no de definir un objeto imponiéndole su signifi-cado y forma, sino de descartar lo que sabemos que no es para acer-carse más a lo que sí es.

Entonces una crítica –para Kant –no es aquello que se conoce y que se dedica específicamente a des-truir la creación o el acto de algún exponente, llámesele artista. Tam-poco es la demostración erudita de conocimientos que explotan y se disgregan para enaltecer al autor o destruir sus ideas, ni es la actitud petulante de engreídos intelectua-les de nariz levantada y gesto de inconformidad.

Para Kant la crítica trata de acer-carse, en dilucidación, a percibir lo que el objeto representa, pues tam-poco es –el objeto –en sí, sino que vemos una representación de lo que hemos aprendido a darle como significado al objeto mismo. La crí-

Por: Ra del Pot

Breve y escueto acercamiento a lacrítica kantiana

tica desecha los significados y los significantes que no son la obra en cuestión, lo cual no significa la agresión ni la degradación del au-tor, de la corriente, de la técnica o la obra.

Sin embargo, para poder rea-lizar una apreciación crítica de cualquier obra –llámese obra a una pintura, una puesta en escena, un trabajo u otros –es necesario tener en cuenta aspectos que, sin ser el total de los explicados y definidos por Kant (tomando muy a la ligera algunas interpretaciones), permi-ten explicar el porqué de la opinión que se expresa al hacer una críti-ca, es decir, son los conocimientos que fundamentan una crítica y que, universales, dan fuerza a la opinión. Con esto ya se puede dar un panorama cercano a lo que es la diferencia entre lo bello y lo agra-dable.

Se debe tratar así, superflua-mente como se ha tratado el tema, el caso de una experiencia cuasi determinante o pseudo-receptiva, mejor conocida como la experien-cia estética; ésta es la experiencia que no contribuye para el mayor conocimiento del objeto, es decir, no tenemos ningún concepto para determinar el objeto, entonces ac-tuamos como si lo tuviéramos, por lo que forjamos un concepto que no tenemos. Así emitimos un juicio no lógico u objetivo como en el caso del conocimiento, un juicio de re-flexión; con lo que percibimos que ese objeto es idóneo o apto para algo que yo percibo como placer.

Es por lo anterior que el juicio que emitimos como bello no puede ser aceptado como un juicio de co-nocimiento, pues ese adjetivo sería una propiedad del objeto y el ob-jeto en sí no debería tener ningún precepto para tener la experiencia estética; así al juzgar bello un obje-to pretendemos que nuestro juicio

sea una verdad objetiva y que los seres racionales juzguen universal-mente como nosotros juzgamos al objeto.

Para cerrar un poco la discusión, Kant dice que la relación con lo que produce agrado o con lo que juzga-mos como bueno es una relación interesada en la existencia del obje-to. De nuevo, son limitaciones que da para legitimar este juego entre la imaginación y el entendimiento, es decir, limita “hacia abajo” el jui-cio influido por el aspecto sensible de las cosas, en especial porque ese es un placer que compartimos con los animales y que no es exclusivo de los seres racionales, es decir, en el juicio sobre lo agradable no inter-viene más que la sensibilidad. Por el otro lado y “hacia arriba”, en lo que juzgamos bueno, intervienen los conceptos, lo cual es un placer puramente racional. Por el contra-rio lo que es propiamente humano es el placer desinteresado y libre (libre de necesidad y de deseo).

Entonces debemos diferenciar un conocimiento de una sensación y de un juicio para poder otorgar una crítica o enfoque de arte, pues sin los fundamentos que nos hagan estar de acuerdo (o no) en los con-ceptos que se analizan, el texto, así como el autor, estarían proclives a enjuiciar subjetivamente, muy a su parecer y proceder.

La crítica sería muy cercana a lo que actualmente se tiene entendido que es, una mera diatriba en contra de lo que no se puede definir, una apreciación falsa y prejuiciada. Es por ello que en el presente escrito se han ofrecido un par de simples acercamientos al pensamiento de uno de los más grandes pensadores de la historia, para homogeneizar y entender nuestros propios gustos, para otorgar al lector una aprecia-ción artística mejor, un juicio y crí-tica que convengan y construyan.

trece

dúoEnfoque

La palabra arte por sí sola me pro-duce un sentimiento de rechazo que lo adjudico en primera instancia a lo que desde hace tiempo han tratado de convertirlo: la expresión emanada de la mente con la que intentan hacer negocio opacando con crueldad su esencia.

El ser culto está en boga. Igno-ro dónde comenzó pero tengo años viendo cómo pasa y eso me ha he-cho irrespetar tanto a los advenedi-zos autoproclamados artistas como a los ya consolidados que con aires de diva de los años veinte se vuelven se-res detestables y difíciles de tolerar, sin mencionar lo pretenciosas de mu-chas obras que aspiran a abrirse paso en el ámbito cultural.

No, señor, el arte no es la puta a la cual puede regentear a cambio de co-mida, vestido y calzado sin algo que usted le retribuya. Podrá tener mil musas pero habrá un momento en el que el cerebro se seque y lo úni-co que querrá será ver la luz de un foco o una pared por dos horas. A lo que usted, como artista, después de unos días le dará un título metafóri-co o hasta romántico por no aceptar que su mente no es una máquina y necesita descansar: estoy un bache emocional, dirá.

Pero, ¿qué puede saber de arte al-guien que estudió administración y arrastra el yugo de la educación pú-blica de un México inmaduro? Sí, la misma que obliga a leer El Periquillo Sarniento para obtener puntos extra como si fuera un premio y no una responsabilidad estudiar. Esa misma donde veíamos la película para evitar hacer un ensayo porque nos fomen-taron la lectura como una obligación y no como un placer. La misma en la que nos parecía un tormento bai-lar en clase de danza, leer filosofía o ver documentales en otro idioma, ¡ni hablar de la música! Por ende, resul-taron estudiantes que abandonaban el nivel superior a mitad del camino

Yo no sé de arte, señorPor: S. Campos

porque simplemente no era lo suyo. Esa borregada que debía estudiar algo, lo que fuera, porque se necesita una cédula profesional que avale que no pertenecieron a los que quedaron inconclusos, los borregos que opta-ron por avanzar aun seguros de que no era lo que querían. Me ejemplifico como la borrega protagonista.

No, señor. Yo no sé de arte, ni de engreimientos o alardes porque mi ideal no es que la gente enloquezca al saber que voy a estar en una galería.

Tampoco es mi aspiración llegar a un lugar y esperar que el encargado, por ser el artista, me libere la cuenta. Yo no me eduqué así, señor.

Vengo de una familia de clase me-dia donde mi padre que, laboraba doce horas mientras mi madre nos atendía, hizo y deshizo para poder educar a cuatro hijos. No mendigar, no pedir sin necesidad, mucho me-nos jactarnos de ser alguien para que aquél se sienta honrado de acompa-ñarnos y ser aquellos que no adelga-

catorce

AUTOR: ODIN BARRIOSTITULO: EL HOMBRE ELEFANTE DE JEREZTÉCNICA: LITOGRAFÍA EN ALUMINIOAÑO: 2012

dúoEnfoque

zan su cartera porque están seguros que cualquiera pagará por él los tra-gos, la comida, la dignidad; por ello prefiere dejar la billetera en casa.

No, señor, yo no sé de arte. Mis papás no terminaron una carrera y ambos nacieron en comunidades rurales. Conocí The Doors, The Beat-les, The Rolling Stones, Creedence, Grateful Dead y Pink Floyd por mi cuenta. A veces papá ponía música clásica mientras se servía un trago un sábado, yo tendría nueve años y como no estaba acostumbrada me parecía aburridísima. La ignorancia y yo éramos una misma pero alego a mi favor la edad, hoy acepto que sin ellos perdería 80% de mi identi-dad. Tampoco eran asiduos a la lec-tura, alimentaban su morbo leyendo novela policiaca y libros biográficos que aún conservo. El Negro Durazo, Lucio Cabañas, entre otros.

No, señor, yo no sé de arte. Quisie-ra hablarle de ello pero sólo soy una admiradora. No estudié nada relacio-nado y comencé a leer por mí misma, de hecho fue un amigo de mi papá –mi sensei literario pero es otra his-toria- quien me hizo leer Las Mil y Una Noches. Todo cambió: desde mi percepción de las cosas hasta mi vis-ta, de ahí comencé a usar gafas. Fue cuando me convertí en devota lecto-ra, no tanto como quisiera, una cosa llevaba a otra; un libro refería algo y el diccionario se hizo una exten-sión de mí. La primera palabra que me hizo eco fue taciturno, fonética y significativamente, sigue siendo de mis favoritas. Entonces un ejemplar aludía a protagonistas reales, ficticios y hasta fantásticos, era ahí donde el lector (o sea yo) se involucraba al gra-do de ser parte de él. No, señor, bus-que bien, no es arte.

Con la llegada del Internet encon-tramos un arma de doble filo, uno tan sensible que podías sangrar con sólo pasar a su lado. Dos opciones: desperdiciarlo viendo pornografía o

series atrasadas y descargando músi-ca que sonaba en la radio y televisión abierta; o bien, estaba el otro lado de la moneda: descubrías un sitio musi-cal (casi siempre extranjero) y encon-trabas una sincronización que nunca imaginaste los efectos que podrían causarte. No, señor, que la música lo-gre erizar la piel no es arte. Después llegabas a un dominio de fotografía, veías un top de las mejores y ter-minabas llorando por alguna toma ¡claro que eso no es arte! Luego co-menzabas a ir de liga en liga, como si fueras de una liana a otra por la selva cayendo en un pantano literario sin poder ni querer salir, te interesaba algo y si tenías dinero comprabas el libro, de lo contrario no había más opción que leerlo en el monitor. Así fue como descubrí que las Penélopes’ por mucho tiempo que pase y por muchos tejidos que hagan, seguirán esperando a su Ulises.

Y del cine, ¿qué opina? Espero no sea de los que cree que sólo sir-ve para matar el sentido del criterio mostrando lo que el sistema quiere que veas. Pero no se metan con los ciclos de cine francés porque esos sí saben tocar las fibras más sensibles del hombre. Y no me excluyo, por su-puesto que lo disfruto mas no me li-mito. La primera película que cambió mi vida, si hablan de cine de arte, fue Mi vida en rosa, tenía catorce años y era un tabú hablar de la homosexua-lidad, todavía, ¿estamos en 1997?

Hay tantas cosas que le podría platicar pero soy novata e inculta, no me apena. No sé de arte, ni siquiera sé muchas palabras que ese argot maneja, sólo sé que me lleno de un orgullo ajeno cuando veo lo que pue-de maquilar una mente o crear unas manos, ¿ha visto lo que hacen algu-nas etnias con la cera de Campeche?, algún día me invita un mezcal y en-tonces le contaré, ¿considera arte lo que hace el herrero aunque para él sea una necesidad?, ¿usted no hace lo

mismo?, ¿y del carpintero?, ¿ha visto rotular sin plantilla?, ¿y cómo soplan el vidrio o cómo decoran una vajilla de talavera? Deme oportunidad de mostrarle cómo los presos hacen ar-tesanías para tener un ingreso y verá como no todo está en las galerías, ¿qué dice de Banksy?, ¿sabe que es un stencil? hay mucho, señor.

Me entristece decirle que yo no sé nada. Sólo que me es fácil llorar cuando escucho música desconocida y me despierta el sexto sentido que dicen que las mujeres tenemos; que Vaslav Nijinsky y su virtuosismo es algo que a los que vivimos ensi-mismados en la lógica, nos es difícil comprender que haya sido real; que Nicholson desató mi fascinación por los desórdenes mentales después de ver One Flew Over the Cuckoo’s Nest y que Ilsa Lund en Casablanca deja esperanzarme en el amor y sus me-nesteres; o inventar historias detrás de cada fotografía, ¿qué pasaría an-tes y después de esa imagen?, ¿qué pasaría por la cabeza de Remedios Varo cuando pintó El Psicoanalista? Daría mi cabellera por saberlo; o el pensar de dónde sacó Dostoievski el entorno social para que Raskolnikov se convirtiera en lo que fue, son tan-tas cosas. Me gusta imaginar que lo que hace Anish Kapoor o Roland Ta-mayo, por ejemplo, son producto de sueños que al despertar comienzan a materializarse para mostrarnos a nosotros, los simples, cosas que nos maravillan; o que Naoto Hattori no usa -como se rumora- algo que altere sus sentidos ni que Brandon Bond es un maleante por plasmar con tinta y aguja imágenes increíbles usando una espalda como lienzo.

No es fácil ser escéptica cuando hay personajes que te hacen creer que son o fueron verdaderos magos en la tierra.

Yo no sé de arte, señor. Y le juro que después de escrito todo lo ante-rior, no me interesa saberlo.

quince

dieciseis

dúoSabores

Los sabores y platillos origi-narios de alguna región también son considera-dos patrimonio cultural de la humanidad, se-gún la categoría de patrimonio inmaterial, por lo que la bús-queda en la au-tenticidad de los platillos y su procedencia es siempre latente.

Se ha comen-tado por box populi, que la

gastronomía zacatecana carece de platillos auténticos, aun sabiendo sobre las tradiciones culinarias que han pasado por el territorio para de-jar el legado del gusto alimenticio.

Sin mencionar los platillos típi-cos del estado, como las enchiladas zacatecanas y el asado de boda, que es una especie de carne en adobo, los tacos envenenados, con una gran cantidad de ingredientes aún no re-velados, este espacio sugiere el aná-lisis de los lugares y las personas que se ven rodeadas del ramo alimenti-cio. Así como sus costumbres y rece-tas más versátiles e innovadoras.

Entre los múltiples callejones de la laberíntica capital del estado, se encuentra el “Rincón Típico Zacate-cano”, dirigido por Jesús Juárez Ba-rraza, quien además de ser propie-tario ha sido uno de los principales cocineros. Inició con una variedad de guisos comunes servidos en gor-ditas, tacos o tortas. Sin embargo el objetivo propuesto era, y es, el brin-dar el servicio de comida con todo incluido, desde la bebida hasta el ambiente hogareño y además cul-tural, ya que en su interior como en su exterior se encuentra revestido de

"Albóndigas a la Jardinera": una propuesta para degustar en un "Rincón Típico Zacatecano"

Por: Oscar Domínguez Caldera

imágenes y ornamentos muy típicos de la región.

La tradición familiar, la curiosi-dad, preguntando y el estudio son los elementos que han llevado al “Rincón Típico” como un lugar pro-picio para degustar platillos típicos y no tan típicos. Ofrecen una gran va-riedad de platillos, aproximadamen-te 30 que distribuyen en la semana, concediendo cuatro o cinco diarios. Sin embargo una de las cosas que hace girar al negocio son los mismos comensales que proponen y diseñan el menú.

El platillo no es que sea típico u originario del estado, más bien es del ingenio familiar heredado. “Al-bóndigas a la Jardinera”, es un plati-llo peculiar por el hecho de que tan-to las verduras como la guarnición, compuesta por arroz con zanahoria y frijoles con queso, se han cocido con el mismo sazón y cocción que la carne, por lo que los destellos en el paladar son agradables y suaves al gusto. Acompañado de una salsa de molcajete y tortillas, hace de un tra-dicional platillo de albóndigas, una nueva degustación panorámica.

Otro acierto para éste lugar es el recibimiento y solidaridad con el prójimo, ya que pretende abarcar un tipo de mercado amplio, que incluya desde personas con bajos recursos hasta el turista, el estudiante, las fa-milias y todo público, para así brin-dar el servicio de comida casera, no corrida.

El cuidado y esmero en las cues-tiones de higiene, alimento y am-biente son notorios desde el momen-to de formar parte del rincón, pues además de uno culinario pretende involucrar la cultura en cada uno de los comensales. Por lo que la decora-ción es ecléctica: lleva un orden con todas las posibilidades. Colección compuesta también de recolección tanto en tiraderos, tianguis, con fotó-grafos y artistas.

“La visión: la convicción de que hay lugares del pueblo para el pue-blo”, comenta el señor Jesús al res-pecto de la inspiración y la aspi-ración que debe llevar el lugar, y además recuerda que él también fue estudiante y nunca encontró un lu-gar que brindara el servicio econó-mico, cómodo y culinario. Por lo que al brindar dicho servicio la ganancia no vendrá en consumo sino en clien-tes, pues muchos de ellos ya son asi-duos.

El “Rincón Típico Zacatecano” se encuentra en Crucero del Moral 103#, esquina con Avenida Rayón y Quijano, en el centro histórico de Za-catecas.

diecisiente

dúoSabores

El camote juega un papel importante en la gastronomía peruana, se puede degustar este tubérculo en lugares desde la más sofisticada cocina hasta la más común que se encuentra en los puestos informales de comida rápida en cualquier vialidad. El conjunto de ingredientes que se usan en combinación con éste le dan una identidad especial que sólo se puede percibir en el Perú.

Tiene una variedad de usos imposibles de percibir en cualquier otro lado, ya se utiliza como ingrediente principal en un sándwich (hamburguesa), hasta la que puedo describir como la más importante: la guarnición dentro de un cebiche o ceviche –correcto de ambas formas –, platillo más emblemá-tico de esta nación.

Es utilizado por los mejores cocineros en los distintos restaurantes, así como por las amas de casa para alimentar a sus hijos, hace una combinación exquisita al mezclarse con el cebiche, ya que la combinación del ácido del limón y lo picante del ají (chile), con lo dulce del camote logra un perfecto balance para el paladar.

Además se puede encontrar en un sin-número de platillos salados, lo cual es algo extraño si no se está acostumbrado a este tipo de combinación, pero después que se deja el asombro de lado, uno puede percibir el por qué los peruanos han logrado incorporar este gran producto en su gastronomía y le han dado un giro muy versátil, ya que se encuentra en esta tierra desde

hace miles de años y era un produc-to muy utilizado por los pueblos en-démicos por su gran valor nutritivo; con el tiempo se fue incorporando en la vida diaria de los pobladores y en su gastronomía.

Las formas más simples de en-contrarlo son sancochado (cocido), en fritura o glaseado; aunque su uso está limitado por la imaginación y creatividad de quien lo cocina y del toque que quiere reflejar dentro de su platillo, pues también suele ser uti-

El camote en la gastronomíadel Perú

lizado en postres como la mazamo-rra de camote o simplemente como dulce. Lo que no deja de sorprender es cómo las personas lo contemplan dentro de un platillo para poder con-siderarlo como bueno.

El platillo con el cual más me sor-prendí fue al encontrarlo como com-plemento del chicharrón, un platillo muy parecido a las carnitas en Mé-xico, la sorpresa aumentó al darme cuenta de la buena combinación que hacía esta mezcla. Algo que tam-bién me dejó impresionado fue que al combinar un pan con mantequilla y azúcar, la mayoría de los peruanos se extrañaron de tal combinación, ya que argumentaban que no se pueden mezclar, que los sabores no son com-patibles, lo que a mí, en esos momen-tos, solo se me ocurrió compararles como ejemplo el camote, el cual con-sideraba un alimento dulce.

Así descubrí un nuevo mundo de usos salados para este tubérculo, y me deja como experiencia que en la gastronomía, uno nunca lo puede sa-ber todo, que se está limitado por la creatividad del cocinero sin impor-tar si se es reconocido o una simple persona intentando satisfacer una necesidad tan básica como alimen-tarse.

Por: Omar Tapia Madera

dieciocho

dúoExpresiones

En la antigüedad, hay quien asegu-ra, los ancianos eran considerados sabios y conocedores de la vida y sus circunstancias. Además, les conce-dían respeto y tranquilidad para sus últimos días sobre la tierra.

Algunos otros aseguran que el trato no era tan esmerado, incluso hay historias sobre tribus en el con-tinente africano en las que conducen a sus vetustos parientes a la estepa salvaje para abandonarles a su suer-te. La razón por la que consuman la tradición es la escases de comida y la carga que suponen para la po-

blación, al ser casi un lastre por no con-

tribuir con la caza ni la recolección de alimentos, así como la falta de fuerza y vitali-dad para las cues-tiones militares.

En muchos de los países

europeos, la po-

b l a -

Por: Oscar D. Caldera

Panorama ulterior

ción en una gran parte se compone de personas adultas o ancianos, por lo que la situación económica se basa considerablemente en la acu-mulación de bienes y la práctica del ahorro y seguros. En el caso del con-tinente americano la situación y la cultura económica no sugieren un futuro prometedor para los trabaja-dores que pasan la mayor parte de su tiempo laborando.

Nuestro país sufre, además de otros tormentos, la falta de concien-cia y de cultura de la prevención, del ahorro o de la legalidad, por lo que el panorama ulterior representa un desconsuelo que desarrollamos día a día. Esto sumado al olvido de algu-nos parientes o engendros que des-tierran a sus progenitores a las calles como vendedores de bisutería, confi-tados y cigarrillos para solventar sus gastos.

Muchos otros tienen el descaro de transportar a las calles y al alba las efigies limosneras que deben pe-dir monedas. Hay algunos más que destacan por la evidente carencia y necesidad, mismos que adornan las calles como emblemas de la soledad. Éstos también representan un sec-

tor de la población flotante de la capital del estado, aquellos que

deben trabajar en el centro, aunque sus hogares se en-cuentran alejados. Sus con-

diciones de salud no preocupan

al tran-seúnte ni m u c h o menos a las auto-r id ade s con todo y sus pro-

g r a m a s “altruistas”.

La socie-dad observa el abandono

en el panorama que ofrece el centro histórico, patrimonio cultural de la humanidad, y los añejos monumen-tos del comercio informal que ya no aspiran a la riqueza ni al poder, que ya no ven el futuro como algo veni-dero, sino como la añoranza de lo que los recuerdos alojan.

El vendedor no siempre logra un salario, quizá ni consiga terminar la comisión. El egreso no dista mucho del ingreso, pues el capital para in-vertir no es más grande que la ga-nancia es y la economía no permite la solvencia de lo necesario.

Para otros, la ayuda extendida de unos tantos apenas alcanza para soportar las horas de ayuno. Y para otros todavía más, el reparto del pe-queño botín del día, tan sólo llena un hueco en el vacío del recuerdo culi-nario.

Las casas hogar y acilos que al-bergan a algunos ancianos, son en ocasiones refugios temporales en épocas de invierno por el temor de encontrar a alguien con la última mueca seca del frío. Otros ni siquie-ra lo hacen por voluntad, ya que sólo se encargan de cuidar a las personas cuyos familiares pagan una cuota por la estancia y la alimentación.

Existen en el estado los programas suficientes como para atender ésta demanda, sin embargo la mayoría de los albergues se encuentran en mal estado. Incluso la delegación del INAPAM (Instituto Nacional de las Personas Adultos Mayores en Za-catecas), ha considerado las mejoras correspondientes.

Es lamentable saber que la cifra solo alcanza los tres asilos en la capi-tal, uno más en Jerez y otro en fres-nillo, y es todavía más lamentable saber que dichas casas se encuentran bajo los auspicios de congregaciones religiosas o altruistas, y no por el es-tado de gobierno, mismo que debe-ría proporcionar las garantías para los adultos mayores.

dúoExpresiones

Las estatuas o bustos que en ocasio-nes vemos en plazas o calles debe-rían evocarnos un momento históri-co y sobre todo la vida del sujeto que logró trascender en la historia para dejar un legado a la humanidad.

En la capital zacatecana hay unos cuantos que llaman más la atención del resto de los demás. Tal vez debo especificar desde el principio que más bien dichas estatuas no repre-sentan nada, ni siquiera para las au-toridades. Incluso aunque el centro histórico de la ciudad es considerado como Patrimonio Cultural de la Hu-manidad. Lo cierto es que ni la hu-manidad ni los habitantes de la capi-tal nos preocupamos por rendirle un respeto a los símbolos que nos pre-sentan en bronce, ni mucho menos nos preocupamos si son reconocidos o sólo son retretes de palomas.

Tampoco es necesario que les rin-damos un honor ni comparsa ex-haustivo, más bien lo que necesita-mos es una cultura del respeto a la propiedad pública, no sólo por ser monumentos. Es lo mismo el des-truir el medio ambiente o los espa-cios públicos sólo por el capricho de alcaldes.

En el caso de la estatua dedicada al músico Genaro Codina, quien en vida diseñó juegos pirotécnicos para los días cívicos y los actos religiosos, se sabe también fabricó globos ae-rostáticos; pero de aquello por lo que se le ha hecho efigie es por la razón de haber creado las marchas: Porfirio Díaz, Patriotismo, Zacatecas y Méxi-co; chotices, Sueño nupcial, Carmen, Emma; mazurcas, Cher ami, Una confidencia; la Polca típica zacateca-na; danzas: Los ojos de la luz y Gra-tos recuerdos.

Aunque sólo recordemos en reali-dad la “Marcha de Zacatecas”, “Him-no regional de Zacatecas”, así nom-brado en su presentación al publico en el Jardín Hidalgo por el Goberna-dor Jesús Arechiga en 1892, interpre-

Por: Oscar D. Caldera

Retretes de pichones

tada un 15 septiembre por la Banda Municipal, bajo la dirección de Fer-nando Villalpando, quien además se debe el honor de la instrumentación de la pieza como se le conoce en la actualidad.

La razón por la que surgió dicha marcha es interesante por el reto acordado entre un par de músicos en una cena familiar en la casa de uno de ellos, Fernando Villalpando jun-to con el Dr. Castañeda, la pianista Lolita Mora, el historiador Alfonso Toro y el Francisco Aguilar y Urízar, también muy conocido pianista. Éste consistió en componer una marcha épica para dedicarla al entonces Go-bernador Jesús Arechiga, quien a su vez cambió su apellido del nombre para designarla como “Marcha de Zacatecas”.

Sin embargo no es sino hasta abril de 1893 que se presenta formalmente en el Teatro la Ciudad de Zacatecas, a cargo del maestro Primitivo Calero con la Orquesta Típica de Señoritas.

Codina muere el 22 de noviembre de 1901 sin presentar novedad para la sociedad. No es sino hasta 1923 que el Ayuntamiento de Zacatecas colocó en la casa marcada con el nú-mero 16 de la calle Compañía, una placa y la rubricó con el nombre del músico.

Hoy en día resuena la marcha como un referente directo de la épo-ca revolucionaria de principios del siglo XX, y todavía más importan-te: es considerada como el segundo himno, después del nacional, ade-más de haber sido nombrada el Him-no Nacional Charro.

Asimismo es orgullo y tradición en el pueblo de Zacatecas, misma que entona con alegría la marcha en compañía del burro y el mezcal por los laberínticos callejones por donde transita la fiesta ambulante típica de la región.

Mientras que la estatua, menos im-portante por no referir de inmediato

la música, ya que la marcha fue ori-ginalmente compuesta en arpa, no evoca la pieza y el olvido de ésta, se convierte en portería para los niños futboleros y el retrete de unas cuan-tas cientos de miles de palomas que defecan con sus ácidas y corrosivas eses la cabeza del ilustre compositor zacatecano.

diecinueve

30 de Enero: Presentaciónd e la Revista “La Zurda”.Foyer Fernando Villalpando, Teatro Calderón. 12: 00 horas.Participa Senador Alejandro EncinasOrganiza: Desarrollo Regional por Zacatecas.

17 de enero: Presentación “Carpeta Conmemorativa de Grabados de los 13 sitios de Zacatecas ubicados en la ruta del camino Real de Tierra Adentro, declarados por la UNESCO Patrimonio Mundial en la Categoría de Itinerario Cultural.Patio central del Museo Zacatecano, 19:00 horas.

10 de Enero: Ciclo de Cine EspañolCineteca Zacatecas, 18:00 y 20:00 horas.

12 de Enero: Taller Móvil de GrabadoA cargo de Taller de Gráfica Enrique GuzmánPlazuela de García, Zacatecas, Zacatecas, 12:00 horas.

24 de Enero: Segundo Aniversario de Parnaso, Noticiero Cultural.Casa Municipal de Cultura de Zacatecas. 19:00 horas.

29 de Enero: Bienal Internacional de Exlibris “El Bosque de la Utopía.Casa Municipal de Cultura Zacatecas. 17:00 horas.

31 de Enero: Jornadas Candelario Huízar García de la Cadena.Concierto por el Aniversario Luctuoso a Elaine GarcíaBANDA SINFONICA DEL ESTADO DE ZACATECASDirección: Salvador García y OrtegaSala del Teatro Fernando Calderón, 19:00 hrs.

25 de Enero: Comentarios del libro “Plata Forjando México”.Teatro Fernando Calderón, 19:00 horasComentan: Alicia Bazarte, Alma Montero y Diana Arauz.

Qué hacery Dónde