Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

Embed Size (px)

Citation preview

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    1/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    2/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    3/48

    V. LO F E O LO C M IC O LO O BS CE N O

    Invocacin a Praposiglo 1 d.C.,Pompeya,Casa dei Vettii

    132

    Desde la ms remota antigedad, en el culto al falo se han unido lascaractersticas de la obscenidad, de una cierta fealdad y de una inevitablecomicidad, Esrepresentativa de ello una divinidad menor como Prapo (queaparece en el mundo griego y latino en la poca helenstica), dotada de unrgano genital enorme, Hijo de Afrodita, era protector de la fertilidad y susimgenes, generalmente construidas en madera de higuera, se colocaban enlos campos y en los huertos para proteger las cosechas y como espantapjarse crea que el dios poda alejar a los ladrones sodomizndolos.Sin duda era obsceno, se le consideraba ridculo a causa de aquel miembroexorbitante (de ah que an hoy el priapismo sea una enfermedad) y no se leconsideraba bello, sino que ms bien mereca el calificativo de amorphos, feoaischron), porque no posea la forma correcta. En un bajorrelieve de Aquileiade la poca de Trajano (conocido tambin por Freud, que lo menciona en ucarta de 1898) aparece representado en el momento en que Afrodita,disgustada por la complexin de aquel hijo mal nacido, lo rechaza. Endefinitiva, no era un dios feliz: se le calificaba tambin de monoltico, porqse tallaba en un nico bloque de madera y se izaba en el campo, sinposibilidad de moverse, sin la capacidad de metamorfosis propia de much _otros personajes mitolgicos, oprimido por su soledad y por la incapacida _pesar de sus hipertrofiadas posibilidades, de seducir a una ninfa. Vase el tde compasin con que lo trata Horado en las Stiras.y sin embargo, era una divinidad bsicamente divertida y simptica, y as larepresentan varios poetas, de Tecrito a las Priapeas (una antologa anniprobablemente del siglo I d.C, de tono burlesco e impdico) y a la Anto/agPa/at ina. Prapo simboliza pues el estrecho parentesco que ha existido sie =entre fealdad, obscenidad y comicidad (como puede verse asimismo por I _fragmentos de Aristfanes y de la Vida de Esopo.Lamento de PriapoHoracio (siglo a.C.)Stiras, I, 8Un da, un tronco de higuera era yo,intil leo, cuando el carpintero, inciertode si hara un escao o un Prapo, prefirique fuera un dios. Dios, de all, yo; decacos y aves el magno espanto; puesa los cacos mi diestra reprime y desdemi obscena ingle un rojo palo extendido;mas a las importunas volantes, la caaen mi vrtice fija, aterra, y les vedacongregarse en los nuevos jardines. Aqu,antes, los cadveres de angostas celdas

    echados, el consiervo pactaba traerprecio en vil arca. (. ..) Ahora es lcitohabitar en las Esquilias salubres, y ea -terrapln soleado pasear, donde ha .los tristes contemplaban un campo albos huesos deforme; mientras a IDtanto los cacos y habituadas las fiera:vejar este lugar, me son cuita y trabecuanto las que con encantos y ventrastornan los humanos nimos; a esz,de ningn modo perderlas ni estopuedo, en cuanto la vaga luna suhonroso rostro sac fuera, que huesacojan y hierbas dainas.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    4/48

    l. PR fAPO

    PriapeaPriapea 6 10, 24Aunque soy, como ves, un Prapo leoso,hoz de madera y polla de madera,te tomar igualmente y te tendr;y esa cosa, tal cual, sin engao,te clavar, ms tiesa que una cetra,hasta tocarte la sptima costilla.Muchacha estupidilla, de qu res?No me esculpi Praxiteles o Escopas,ni me alis la mano del gran Fidias;sino de spera madera me tall un

    [villanoy exclam: ,,S, t sers Prapo ,Y t me miras y te echas a rer?Te parece sin duda placenterala columna que surge de mi ingleAqu, a m guardin de un huerto frtil

    [el artficeencarg que cuidara de este lugar

    [confiado.Seas castigado, oh ladrn, aunque

    [indignado digas:-Tendr que pagar esto por poca

    lverdurar-.-S, en efecto'-PriapeoTecrito (siglos ur-rv)Epigramas, 4Cabrero, ve al lugar donde crecen lasencinas, y all encontrars una estatuade higuera, con su corteza, esculpidarecientemente, con tres piernas y sinorejas, pero con el miembro vital, capazde cumplir con los trabajos de Cipris.Haya su alrededor un recinto sagrado,y un arroyo perenne, que sale de lasrocas, se adorna por doquier de laurelesy mirtos y de cipreses olorosos. Unavid cargada de racimos la rodea conuna guirnalda; los mirlos primaveralesdejan or all los sanes variados desus voces sonoras, y los cantarinesruiseores responden con el dulcegorjeo de sus gargantas. Sintate all,y al encantador Prapo suplica que ceseen m el deseo de Dafnis, y le ofreceren sacrificio un hermoso cabrito.Si rehsa, obtenga yo a Dafnis, y lesacrificar tres vctimas: una becerra,un cabrn velludo y un corderodestetado. Pero mejor ser que elDios me escuche

    133

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    5/48

    V. LO FE O L O C OM IC O LO O BS CE NO

    Pintor de Dijon, E lprodigioso nacimientode Venus siglo I V a.c.,Bari,MuseoArcheologicodella Provincia

    134

    Pobre ScratesAristfanesLas nubes, (423 a.e.) 153 ss.Discpulo: Pues qu diras si conociesesotra idea genial de Scrates . .? Querefontede Esfeto le plante la siguiente disyuntiva:los mosquitos zumban por la boca o porel trasero' ... Sostena que el intestino delmosquito es angosto y que por causa de sudelgadez el aire lo atraviesa con fuerzaderecho hacia el trasero y que despus,cual concavidad anexa a la angostura, elculo resuena por la violencia del soplido.Estrepsiades: .De modo que el culo delos mosquitos es una trompeta c . . . Discpulo: Mientras escrutaba lastrayectorias de la luna y sus revoluciones,observando el cielo boquiabierto, enplena noche, el lagarto se le cag encimadesde el tejado.Estrepsiades: Me ha hecho gracia lo dellagarto cagndose en Scrates.Cagar el juicioRomanza di Esopo (siglos I-Il)..Podras explicarme por qu, cuandocagamos, miramos a menudo nuestrosexcrememosr- Esopo explic: -Huboantiguamente el hijo de un rey que,

    a causa de una vida de lujos y molicie.pasaba mucho tiempo sentado cagan -.En cierta ocasin, tanto tiempo se pque, perdida la memoria de sus proactos, cag tambin el juicio. A partir zeaquel da, los hombres cagan en cucuidando de no cagar tambin el juiPero t no te preocupes: nunca podze,cagar el juicio que no tienesl-.Contra la risaRegla de san Benito (siglos v-vt)No pronunciar palabras ociosas oridculas; y no complacerse en la fSexcesiva y desmedida.San Basilio, Pequeas reglas (siglo -:-El Seor se hizo cargo de todas laspasiones corporales inseparables de _naturaleza humana c . . . Sin embaatestiguan los relatos evanglicos c . . .cedi a la risa. Al contrario, llam a quienes se dejan dominar por la :-Regla de los cuatro padres (siglo vSi se descubre a alguien riendo ohaciendo bromas.. ordenamos quehombre (...) durante dos semanas sereprimido con el ltigo de la humi, ~

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    6/48

    2 . S T IR A S C O N T R A E L R S T IC O Y F IE ST A S C A R N A V A LE S C A S

    Stiras contra el rstico y fiestas carnavalescas

    Se ha hablado de formas de arte que expresan la armona perdida (de la quesurgen lo sublime o lo trgico, que provocan ansiedad y tensin), la armonaposeda (de la que surgen lo bello y lo gracioso, que provocan serenidad) obien la armona perdida y fracasada, que da lugar a lo cmico como prdida ydisminucin, o tambin como mecanizacin de los comportamientos normales.De modo que podemos rernos de la persona presuntuosa y arrogante queresbala con una piel de pltano, de los movimientos rgidos de la marioneta, ypodemos rernos con distintas variantes de frustracin de las expectativas, conla animalizacin de los rasgos humanos, con la ineptitud de un chapucero ocon muchos juegos de palabras. Estasy otras formas de comicidad juegan conla deformacin, pero no necesariamente con la obscenidad.En cambio, comicidad y obscenidad van de la mano cuando nos remos aespaldas de alguien a quien despreciamos (pinsese en la tomadura depelo lbrica o en los chistes sobre cornudos) o en el acto liberadorrealizado contra algo o alguien que nos oprime. En este caso lo cmico-obsceno, cuando el opresor es objeto de risa, representa tambin unaespecie de rebelin compensatoria.Estasformas de rebelin (aunque autorizadas y por tanto, interpretadas comodesahogo de tensiones incontrolables por otros medios) las hallamos en lasSaturnales romanas, en las que se permita a los esclavos ocupar el lugar de susamos, y en los triunfos, en los que se autorizaba a los veteranos gritar al caudillohomenajeado frases sumamente lascivas, incluso con alusiones ofensivas.El primer mundo cristiano, en cambio, no se mostr indulgente con la risa,que se consideraba una licencia casi diablica. Segn una tradicinderivada de un evangelio apcrifo, la Epstola de Lntulo Cristo nunca se ri,y la discusin sobre la risa de Jess dur siglos. No obstante, esosdocumentos contra la risa no nos deben hacer olvidar que otros padres ydoctores de la Iglesia defendieron el derecho a una santa alegra y quedesde los primeros siglos medievales circulaban textos jocosos como laCoena Cypriani (una parodia fantasmagrica que gozaba de gran xito en elmundo monstico, y en la que aparecan en escena personajes bblicos ensituacin indudablemente irreverente) o los Joca monachorum. Habaadems momentos dedicados explcitamente a la licencia jocosa, como larisa pascual que permita hacer chistes durante las celebraciones de laResurreccin incluso en la iglesia y en el transcurso de los sermones.

    13S

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    7/48

    V. LO FE O L O C O MIC O LO O BS C E N O

    Tricouillard Angers,Casa de maderadel siglo xv

    Un marido engorrosoEl escroto negro (siglos XII-XJ\)Seor, en vuestra presencia quieroexponer delante de todos la razn por laque he pedido audiencia. Hace ya sieteaos que me cas con un rstico, al quenunca conoc plenamente hasta ayernoche, cuando descubr por primera vezel motivo por el que no puedo seguir a

    su lado ni permanecer en su compaa,Mi testimonio es verdadero: mi maritiene una polla ms negra que el ti=-un escroto ms negro que el hbitomonje o de un sacerdote; y es peludocomo un oso, y adems nunca viejade usurero estuvo tan hinchada comoescroto. Os he dicho la verdad de lamejor manera que he sabido.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    8/48

    L a Ed ad Med ia era un a po c a l len a d e c o n t rad ic c io nes , en la q u e lasm an i fes tac io n es p b l ic as d e p ied ad y d e r ig o r ism o ib an ac o m p a adas d eg en ero s as c o n c es io n es al p ec ad o , c o m o n o s m ues t ra b uen a p ar te d e lan ar rat iv a de la po ca, y ex is t an lu g ares d on de s e to lerab a la p ro s t i tu ci nin clu so p ueb lo s-g in ec eo s l lam ad os columbaria q u e eran f rec u en tad o s p o rl o s f euda t ar io s . No deb em os o lv id ar el ero t ism o d e la p o es a c o r ts o lo sc an to s d e lo s g o l iard o s , q u e tam bin eran c lr ig o s . A dem s , e l s en t id o d elp u d o r era s in d u d a d is t in to del q u e ten em o s h o y en d a, s o b re to do en t relo s p o b res , q u e v iv an en fam il ia d e fo rm a p ro m is c u a, d o rm an to d o s en lam ism a hab i tac i n o in c lu s o en el m ism o cam as t ro , y h ac an s u s n eces id ad esc o rp o ra les en el c am po s in p reo c up ars e dem as iad o d e la in t im id ad .L a o b s ce ni da d y la m ag n i f ic ac i n d e lo d efo rm e y d e lo g ro tes c oap arec e en las s t i ras c o n tra el r s t ic o y en las f ies tas carn av ales c asp rec is am en te en re lac i n c o n la v id a d e lo s hu m ild es . Se t rata d e d o sfen m en os b as tan te d is t in to s. D is po n em os d e u n a eno rm e can t id ad d etex to s , d es d e lo s fabliau x f r an ces es a la n ov el s tic a i ta l ian a y a lo s uentosd e a n te rb ur y d e C hau cer , en lo s q ue el r s t ic o es p res en tad o c o m o u nto n to , d is p u es to a es tafar a s u s e o r , s u c io y m alo l ien te en u n cu en to , alp as ar u n b u r rero p o r d elan te d e la t ien d a d e u n p er fu m is ta res u l ta tant ras to rn ad o p o r lo s aro m as q u e de el la s alen q u e s e d esm aya y n o v u lven s h as ta q ue le d an a o ler es t ir c o l , y a v s c om o u n prapo,d es f ig urad o p or d es ag rad ab les at r ib uto s g en i ta les .S in em barg o , n o s e t ratab a d e ejem plo s d e c o m ic id ad p op u lar , s in o m s b iend e m an i fes tac io n es del d es p rec io y d e la d es c on f ian za q u e el m un d o feud al yel ec les is tic o s en tan h ac ia lo s c am pes in os . L as d efo rm id ad es d el r st ic o eranc eleb rad as c on s ad is mo , y la g en te s e d iv er t a a costa de y no con l os r st ic o s.

    137

    El pedo del rsticoRutebeuf (siglo XlII)Que no quiera jams Jesucristo que elrstico halle hospitalidad junto al hijo deSanta Mara c . . . Estos no puedenalcanzar el Paraso con dinero u otracosa, y del Infierno estn tambinprivados, que los diablos estn con ellosdisgustados c . . . Un da un rstico cayenfermo, y en el Infierno estaban todospreparados para recibir su alma. Os lodigo con toda certeza. Un diablo llegjunto a l para llevrselo, como era suderecho, y enseguida le cuelga del culoun saco de cuero, porque creafirmemente que por all se escapaba elalma. Pero aquella noche el rstico, parasanar, se haba tomado una pocin, yaque haba comido tanto cerdo con ajo ytanto caldo graso y espeso que la barrigano estaba blanda, sino tensa como lacuerda de una ctara. No hay duda de

    2. S T IR A S C O N T R A E L R S T IC O Y F I ES T A S C A R N AV A L ES C A S

    que va a morir, pero si consigue hacer unpedo, sanar. Con este objeto se fatigamucho, y se dedica a ello con todas susfuerzas, y tanto se ingenia y se empea,tanto se vuelve y se revuelve, que sueltaun pedo con gran estruendo. llena el sacoy el otro lo ata, que el diablo a modo depenitencia le haba pisoteado la barriga;y con razn se dice en el proverbio queel mucho apretar hace cagar'. El diabloecha a andar y alcanza la puerta con elpedo encerrado dentro del saco. Arrojael saco al Infierno y el pedo se escapade golpe. Todos los diablos, furiosos eirritados, empiezan a maldecir el almadel rstico. Al da siguiente se reneny llegan a un acuerdo: que nunca selleve un alma salida de rstico, porqueapesta sin duda. Gracias a este acuerdoel rstico no entra ni en el Infiernoni en el Paraso: habis comprendidobien la razn.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    9/48

    v L O FEO LO C M IC O L O O BS CE NO

    Ca gar sabre el roscn ,Walcourt, iglesiade Santa Materna,coro, 1531Pgina siguiente:La bandera de la madreloca, siglos I V o XVl ,Dijon

    138

    El boyeroChrtien de TroyesEl caballero del len (e, 1180)Un rstico que pareca un moro,deforme y horrendo en desmesura,criatura tan fea que no hay palabras paradescribirla, estaba sentado sobre untronco con una gran maza en la mano.Me acerqu y vi que tena la cabeza msgrande que la de un rocn o decualquier otro animal, cabellosenmaraados y frente calva, orejaspeludas que colgaban ms de dospalmos y grandes como las de unelefante, cejas enormes, cara aplastada.ojos de mochuelo, nariz de gato, bocacortada como la de un lobo, dientes dejabal puntiagudos y amarillentos, barbaroja, bigotes retorcidos, el mentn unidoal pecho, la espalda larga, torcida ygibosa. Estaba apoyado sobre la maza yllevaba un traje muy extrao; no estabahecho ni de lino ni de lana, sino quellevaba atadas al cuello dos pieles recinarrancadas de toro o de buey.

    Las flatulenciasKarl RosenkranzEsttica de lo feo, III (1853)En todas las circunstancias, las rl2z:;...::::~son una cosa desagradable. Afirmzzcontra la voluntad del hombre al , ,_involuntario, a menudo lo sorpcon su sobresalto en el lugarinapropiado, con un rpido movse .escapan inadvertidas, tienenpropiedad de un geniecillo que.previo y sans gene, pone en uncompromiso. Por eso los cmicosutilizado siempre en lo grotesco .burlesco, al menos para alusionesPuesto que los hombres, seanlas condiciones de edad, de ede riqueza y de clase que nos c o

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    10/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    11/48

    V . LO F E O LO C O M IC O LO O B S C E N O

    Le C har iva ri , ms.fr. 146,fol. 34, siglo X IV ,Pars,BibliothqueNationale de France

    140

    Los habitantes de las ciudades eran, en cambio, protagonistas de la par -:grotesca en los carnavales y en otras manifestaciones de tipo camavalesc;como la fiesta del asno y los charivari procesiones con ocasin de las nnupcias de un viudo, caracterizadas por increpaciones, gestos obscenodisfraces, y en las que se produca un enorme estruendo con calderos,cacerolas y otros utensilios de cocina. En el carnaval dominaban lasrepresentaciones grotescas del cuerpo (de ah las mscaras), las parodias --las cosas sagradas y una licencia total de lenguaje, incluido el blasfemo.Como triunfo de todo aquello que durante el resto del ao se considera--desagradable o estaba prohibido, estas fiestas representaban un parnconcedido o tolerado solo en algunas ocasiones concretas. Durante el rdel ao se celebraban las fiestas religiosas oficiales, en las que se reafir ;:el orden tradicional y el respeto a las jerarquas, mientras que en loscarnavales se permita subvertir el orden social y las jerarquas (se eleg--incluso los reyes o los obispos de la fiesta), y emergan los rasgos bufony vergonzosos de la vida popular, El pueblo se vengaba alegremente _poder feudal y eclesistico y, mediante parodias de los diablos y del minfernal, pretenda reaccionar al miedo a la muerte y al ms all, al terr _epidemias y a las desgracias que haban dominado durante todo el aDe modo que podra decirse, paradjicamente, que seriedad y tristezaprerrogativas de quien practicaba un sagrado optimismo (hay que supero luego nos aguarda la vida eterna), mientras que la risa era la rned'del que viva con pesimismo una vida miserable y difcil.Entre estas manifestaciones estaban tambin las fiestas de los locos, yevidente que la figura del loco (que puede estar dotado, no obstante, _una inesperada sabidura) se caracterizaba por una mueca de enajenaque muy pronto se transform en mscara bufonesca.En estas ocasiones asuman una funcin de farsa incluso los excrementos ;durante la eleccin burlesca de un falso obispo, se utilizaban en la iglesiavez del incienso, mientras que en los charivari se arrojaban sobre la m ult -As se redima en cierto modo la fealdad, tal vez porque adems elprotagonista del carnaval, hambriento y dominado por las enfermedades -era ms hermoso que la mscara que encarnaba y, por consiguiente, mun acto de desafo, lo deforme se aceptaba e impona como modelo,

    El prncipe de los TontosGringore (siglos xv-xvt)Tontos lunticos, tontos atolondrados,tontos sabios; tontos de ciudad, tontos decastillo, de pueblo; tontos aturdidos,tontos simplones, tontos sutiles; tontosamorosos, tontos solitarios, tontossalvajes; tontos viejos, nuevos y tontos detodas las edades; tontos brbaros, tontosforasteros, tontos gentiles; tontosrazonables, tontos perversos, tontos

    testarudos (. ..), tontas damas y tdarniselas; tontas viejas y tontas jnuevas; todas las tontas aman altontas atrevidas, cobardes, feas,tontas llamativas, tontas dulces, r .tontas que quieren tener su pretontas que trotan por el sendero: -pelirrojas, delgadas, plidas y go .martes de Carnaval el Prncipe oentretendr en Le Halles.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    12/48

    S TI R A S C O NT R A E L R S TI CO Y FI ES T A S C A R N A VA LE S C AS.

    141

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    13/48

    v. LO FEO. LO C M IC O . LO OB SC EN O

    142

    3. La liberacin renacentista

    Todos estos fenmenos sufren una especie de vuelco en la pocarenacentista. El cambio ms evidente se produce con el Garganta yPantagruel de Rabelais, que comienza a aparecer en 1532. En l no solo -reconsidera y plagia con extraordinaria originalidad la antigua culturapopular en sus formas ms licenciosas, sino que lo obsceno rabelaisianya no aparece (o no solamente) como caracterstica plebeya: se convie '-ms bien en lenguaje y comportamiento de una corte real. Y an ms.La ostentacin de la chocarrera (con resultados cmicos no superados ino se practica en el reducto de la fiesta carnavalesca apenas tolerada: SEtraslada a la literatura culta, se exhibe oficialmente, se convierte en s . ~del mundo de los sabios y de los hbitos eclesisticos, asume una fun .-filosfica. Ya no se trata de una parenttica revuelta anrquica popular _que se convierte en una autntica revolucin cultural.En una sociedad que defiende ya el predominio de lo humano y de loterrenal sobre lo divino, lo obsceno se convierte .en orgullosa afirrnaci -los derechos del cuerpo~o Rabelais ha sido analizadoesplndidamente por Bakhtin. Los gigantes Garganta y su hijo Panta;segn los criterios/medievales son deformes porque sondesproporcionados, pero su deformidad se vuelve gloriosa. Ya no sontemibles gigantes que se rebelan contra Jpiter, inexorablementecondenados por la mitologa clsica, ni los monstruosos habitantes de 'India de las leyendas medievales: con su incontinente y enorme ta ~se convierten en los hroes de los nuevos tiempos.A comienzos del siglo XVII, tambin se da un vuelco a la stira del r -el Bertoldo de Giul io Cesare Croce (1606). Con este personaje,tremendamente feo y tosco an, el rstico pasa de tonto a astuto, y -El pedo de PantagruelFrancois RabelaisGarganta y Pantagruel, II, 27 (1532)En cuanto solt un pedo, la tierra temblnueve leguas a la redonda, y el airecorrompido engendr a ms de cincuentay tres mil hombrecillos, todos enanos ycontrahechos; y de una ventosidadposterior engendr el mismo nmero de

    mujercillas, como las que podislas ferias, que no crecen nunca _.hacia abajo, como una cola de \grosor, como los rbanos del Lima-A qu se debe que vuestros petan prolficos? Por Dios, he aqucabos de hombres y buenas mmujeres: hay que casarlos unosy quin sabe si nacern tbanos

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    14/48

    ::i.s2ve Dor,acin det a y Pantagrue lGamiet 1873

    si gu ie n tes :. nes de FrancoisLes s onge ses de

    el,Pars, Breton, 1565

    Cmo Panurgo se ensuci de mierdaFrancos RabelaisGarganta y Pantagruel, IV, 67 (1532).Fray Juan al acercarse perciba unolorcillo, que era distinto al de la plvorade can. Por lo que hizo que Panurgose adelantase y vio que su camisa estabacompletamente impregnada de mierdareciente. El poder de retencin del nervioque encoge el msculo llamado esfnter(o sea, el agujero del culo) se habaaflojado por el gran miedo que habaexperimentado en sus fantsticas visiones,adems del estruendo de los caonazos,que es ms terrible en la bodega quesobre el puente. Porque uno de lossntomas y accidentes del miedo es queprovoca la apertura del candadito delrecinto donde a su debido tiempo estcontenida la materia fecal.

    3. L A L I B E RAC i N R E N A C E N T IST A

    lgunas buenas costumbresde PanurgoFrancois RabelaisGarganta y Pantagruel, II, 16En cuanto a los rectores de la universidady telogos los persegua de otrasmaneras; cuando encontraba a algunopor la calle, nunca dejaba de jugarle unamala pasada: ya sea ponindole unboigo en el sombrero o atndole a laespalda colas de papel o tiras de trapo,o cualquier otra broma pesada.Un da en que todos los telogos debanreunirse en la Sorbona para examinar losartculos de la fe, elabor una pasta a laborbonesa con muchos ajos, galbanurn,assafetida, castoreum y boigos ancalientes, la diluy en pus de una llagaulcerosa, y por la maana bien tempranitopring y unt teologalmente todo elanfiteatro de la Sorbona, de modo que niel mismo diablo hubiera podido resistir.

    143

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    15/48

    V . LO F E O LO C M IC O LO O BSC EN O

    Lainvencin dellimpiaculosFrancois RabelaisGarganta y Pantagruel, l, 13 (1532)-Despus de largas y curiosas experiencias-respondi Garganta-, he inventado unmedio para limpiarme el culo, el msnoble, el ms excelente, el ms pertinenteque nunca se ha visto.-Cul? -dijo Grandgousier.-El que ahora mismo os describir,-respondi Garganta-. En cierta ocasin,me limpi con la mscara de terciopelode una damisela, y me pareci que ibabien, ya que la suavidad de la seda meproporcionaba un gran placer en elfundamento; en otra ocasin, con uncapuchn de la misma, y con idnticoresultado; otra vez, con una bufanda; otravez con un gorrito de raso carmes (. ..) Curaquel dao limpindome con el bonete deun paje, bien emplumado a la suiza.Despus, cagando detrs de un cercado,encontr un gato marceo, intent limpiarmecon l pero sus garras me ulceraron todo elperin. De lo cual cur al da siguiente,limpindome con los guantes de mi madre,bien perfumados con benju. Luego, melimpi con salvia, con hinojo, con aneto, conmejorana, con rosas, con hojas de calabaza,de acelgas, de col, de vid, de malva, deverbena (que es como el carmn del culo),de lechuga, y con hojas de espinacas -todoesto me fue muy bien para los callos - perome entr la cagalera de los lombardos, de laque me cur limpindome con la bragueta.Despus me limpi con las sbanas, con lacolcha, con las cortinas, con una almohada,con una alfombrilla, con un mantel,una toalla, una servilleta, un pauelo, unpeinador. Y en todo hall mayor placer queun sarnoso cuando le rascan la espalda.-Bien -dijo Grandgousier-, qulimpiaculos te pareci mejor' c . . . -En conclusin, afirmo y mantengo queno hay limpiaculos mejor que un gansobien plumada; siempre que se tenga laprecaucin de sostenerle la cabeza entrelas piernas. Y podis creerme por mihonor. Porque sentiris en el agujero delculo una voluptuosidad mirfica: tanto porla suavidad de su plumoncillo como porel templado calor natural del ganso (...)y no creis que la beatitud de los hroes ysemidioses, que estn en los CamposElseos, est en su asfodelo, o en laambrosa o en el nctar, como cuentanestas viejecitas. Consiste, en mi opinin,en el hecho de que siempre se limpianel culo con un ganso, y esta es tambin laopinin de nuestro maestro Juan Scoto.144

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    16/48

    3. LA LI B ER A C i N R E N A C E N T IS T A

    145

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    17/48

    V . L O FEO LO C O M ICO L O O B S C E N O

    Tabla satrico de untrptico flamencoc. 1520, Lieja,Bibliothque Centrale

    146

    suya la leyenda de Esopo, que cultivaba la sabidura y la astucia en ucuerpo deforme. Ni siquiera hace falta esperar al Berto/do porque ya -1553 encontramos, por ejemplo, una Historia di Campriano Contadin _que el ingenioso campesino, que haba escondido sus monedas entrasero de su burra, engaa a los necios mercaderes hacindoles creela burra defeca dinero y se la vende muy cara.Mientras tanto tambin el loco pasa de comparsa carnavalesca a sfmzcfilosfico: distintos tipos de locos navegando por el pas de Jauja se = convertido ya cada uno en caricatura de un vicio diferente en la Nave-locos de Sebastian Brant (1494), y la propia Locura interviene paralas costumbres de su poca en el E/agio que de ella hace Erasmo deRotterdam (1509).Contemporneo de Rabelais era Pieter Bruegel el Viejo, gracias al c 2. =

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    18/48

    La nave,c. 1500,'- 'Se'

    3. LA LIBE R A C I N R E N A C E N T IS T A

    La boca y la narizM. BakhtinLa cultura popular en la Edad Mediay en el Renacimiento, V (1965)Entre todos los rasgos del rostro humano,solo la boca y la nariz, y esta ltima comosustituta del falo, tienen un papel deprimer orden en las imgenes grotescasdel cuerpo. La forma de la cabeza, lasorejas e incluso la nariz adquieren uncarcter grotesco nicamente cuando setransforman en formas de animales o decosas. Los ojos no tienen ningunaimportancia en la imagen grotesca delrostro. Expresan tan solo la vidapuramente individual, es decir, interior,del hombre, que a efectos de lo grotescono tiene ninguna importancia. Lo grotesconicamente tiene que ver con los ojos enblanco c . . . del mismo modo que seinteresa en todo lo que resalta, sobresaleyaflora del cuerpo, todo lo que intentaescapar de los lmites del cuerpo. En logrotesco, adquieren un especial significadotodas las excrecencias y las ramificaciones,todo lo que prolonga el cuerpo y lo une alos otros cuerpos o al mundo no corpreo.Puede decirse adems que los ojos enblanco interesan a lo grotesco porque sontestimonio de una tensin puramentecorprea. c . . . Un rostro grotesco sereduce, en sustancia, a una boca abiertade par en par y todo lo dems solo sirvede marco para esta boca, para este abismocorpreo que se abre y engulle.

    BertoldoGiulio Cesare CroceDiuertidas historias de las agudezas yastucias de Bertoldo Bertoldino yCacaseno, 1 (1606)En la poca en que Alboino, rey de loslongobardos, se haba apoderado de casitoda Italia, (...) lleg a ella un rstico, denombre Bertoldo, que era un hombredeforme y de fesimo aspecto; pero labelleza que no posea la supla con lavivacidad del ingenio: era muy agudo yrpido en las respuestas, y adems de laagudeza de ingenio, era tambin astuto,malicioso y socarrn por naturaleza. Y suaspecto era tal como aqu se describe (...)era pequeo de cuerpo, su cabeza eragrande y redonda como una pelota, lafrente fruncida y arrugada, los ojos rojoscomo de fuego, las cejas largas y sperascomo cerdas de puerco, las orejas asnales,la boca grande y un poco torcida, con ellabio inferior colgando como el del caballo,la barba espesa bajo el mentn y cadacomo la del macho cabro, la nariz curvadahacia abajo, con enormes orificios; losdientes salidos como el jabal, con tres ocuatro bultos en la garganta, los cuales,mientras hablaba, parecan ollas hirviendo;tena las piernas caprinas, como un stiro,los pies largos y anchos y todo el cuerpopeludo; sus calzas eran de un gris ordinario,y zurcidas en las rodillas, los zapatos altosy adornados con bastos remiendos. Enresumen, era todo lo contrario de arciso.

    147

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    19/48

    Pieter Bruegel,Combate entre elCarnaval y la Cuaresmadetalle, 1559,Viena,KunsthistorischesMuseum

    148

    mundo de los campesinos, con sus fiestas, su grosera y sus deformidad -penetra en la gran pintura. Como en las stiras de los rsticos, la pintura --Bruegel representa al pueblo pero no est destinada al pueblo. Segnobserv Hauser en su Historia soc ia l del arte los que quieren representa--propia vida son los grupos sociales satisfechos de su condicin, no lostodava estn oprimidos y desearan una vida distinta. El arte de Bruegedestinado a la ciudad y no al campo. Aunque no por esto se le puede n _a Bruegel una atencin fiel a las costumbres campesinas; su representadel rstico no es feroz y burlona como la de las stiras medievales.La atencin a lo feo va a adoptar en esta poca rasgos realistas, comosuceder en la pintura del siglo XVII; de 1635 es Della bru ttezz a de Anto

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    20/48

    Roeeo, que afirma en tono polmico que quiere tratar de cosas feas porquelas que siempre son dulces y graciosas acaban provocando nuseas. En unprimer momento Rocco se divierte enunciando paradojas moralistas yantifeministas, demostrando cmo en las mujeres la fealdad es custodia dela honestidad, remedio de la lujuria, ocasin de equidad y de justicia y que,por tanto, solo las mujeres feas no provocan deseo y sufrimiento en losamantes ni son lascivas como las hermosas. Rocco hace asimismo un elogiode los desastres naturales, ocasin de nueva generacin, y define comoprincipio de todo bien las cosas que a nosotros nos resultan desagradables,como los partos, el menstruo, el esperma, las purgas.Esque con el Renacimiento lo obsceno entra en una nueva fase. No solo enlas representaciones de cuerpos humanos los atributos sexuales ya no secontemplan como motivo de escndalo y se convierten en elemento de subelleza, sino que con autores como Aretino la exaltacin de actos antesinnombrables (que la decencia prohbe an hoy reproducir) penetra en lascortes, incluida la pontificia, y ya no se entiende como algo desagradablesino como una arrogante e impdica invitacin al goce. El arte de las clasescultas se arroga pblicamente el mismo derecho que antes se conceda casia escondidas a la chusma plebeya; la diferencia es que lo practica con graciay sin violencia, y borra la distincin entre lo decible y lo indecible.Al pretender representar bellamente no solo lo feo inocente sino tambinlo considerado tab, separa lo obsceno de lo feo.La obscenidad se convierte en motivo de delicado entretenimiento en la

    Retrato de FalstaffWilliam ShakespeareEnrique IV, II, 4 0598-1600)Hay un diablo que te hechiza bajo la figurade un hombre gordo, un hombre tonel,que es tu compaero. Por qu conversascon ese bal de bufonadas, esa arca cerradade bestialidades, ese fardo hinchado dehipocresa, esa enorme bombarda deCanarias, porta mantas de tripas, ese bueyasado de Mannngtree, con el budn en elvientre; ese Vicio venerable, esa Iniquidadde cabellos grises, ese rufin paternal, esavanidad entrada en aos? Para qu sirvesino para saborear el canarias y tragarlo?En dnde tiene la limpieza y la pulcritud,salvo cuando trincha un capn y se locome? En qu es hbil sino en el engao?En qu es astuto sino en las bellaqueras?En qu es bellaco sino en todas las cosas?En qu es el hombre digno sino en nada?La buena fealdad de la naturalezaAntonio RoccoDella bruttezza 1635)Fesimas son en la Naturaleza lascorrupciones, las muertes, la escasez, la

    3. LA L IB E R A C I N R E N A C E N T IS T A

    pobreza, etc. Entindanse de estas las otras;y aunque, si bien miris, son estas y lassemejantes la mejor cosa del mundo. Lascorrupciones, que son privaciones, danprincipio a toda generacin, a todo sersublunar, de ellos est llena la filosofaperipattica, ahora bien, si los principiosson malos, los principiados sern peores; ysi estos son buenos, ptimos sern losprincipios, a uno de los cuales Aristtelesllama turpe, appetit enim, ut turpe, etc..De generatione animaliurn, refiere noobstante l que no hay cosa ms fea yrepugnante que la generacin de losanimales, y especialmente del hombre.Quien viese aquellas impuras mixturas desangres negras, de semen inmundo, demenstruos sucios, de esperma ptrido, serapresa de las mayores nuseas. Y la mayorparte de los hechos ms importantes sonde esta srdida condicin. Considerad lospartos, las purgas, las excreciones, etc.,y veris que es muy cierto cuanto digo, ysin embargo estos son los principios detodo bien, absolutamente importantes, ynecesarios; as pues, hasta qu punto esbuena la fealdad de la aturaleza?

    149

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    21/48

    V . LO FE O LO C O M ICO LO O BS CE NO

    Flicien Rops,Porncra tes, 1878,Namur, Museprovincial FlicienRops

    150

    El Presidente de CourvalMarqus de SadeLos 120 das de Sodoma, Introduccin(1785)Asombrosamente consumido por la vidadisipada, su aspecto no difera muchodel de un esqueleto. Era alto, flaco,seco, de ojos azules apagados, bocalvida y malsana, mentn prominente ynariz larga. Velludo como un stiro, deespalda recta y nalgas muelles ycolgantes que parecan ms bien un parde panas sucios ondeando en la partesuperior de los muslos, cuya piel, acausa de los azotes, estaba tan dura yencallecida que habras podido cogerlacon las manos y pellizcarla sin que lonotara. (. .. )Igualmente mugriento en cuanto al restode su persona, el Presidente, queadems tena gustos como mnimonauseabundos en cuanto a su aspecto,se haba convertido en una figura cuyaproximidad notablemente maloliente nopodra inducir a nadie al placer (. ..)Pocos mortales haban tenido unaconducta tan libre y disipada como la

    del Presidente; pero, acabado ya de.todo y chocheante, lo nico queconservaba era la depravacin y unimpdico derroche de libertinaje.requeran ms de tres horas de excesy de los excesos ms inmundos, pa:conseguir inspirarle una reaccin e,(. . .)Curval estaba hasta tal punto nrnersel fango del vicio y del libertinaje ~ -resultaba prcticamente imposiblepensar o hablar de otra cosa. Deboca salan sin cesar las ms terror-expresiones, igual que su coraznalbergaba los ms viles propsitos.mezclaba con las blasfemias y otrasimprecaciones que nacan de aquelsincero horror, sentimiento quecomparta con sus compaeros, que -inspiraba todo lo que oliera a reliEl trastorno mental, agravado an c...por el casi continuo estado deintoxicacin en que le gustabamantenerse, le haba proporcionadopocos anos un aire de imbecilidad :-postracin del que, segn declaraba.nacan sus ms adoradas delicias.

    literatura licenciosa de los siglos X y X V I I I pese a que en un autor maldicomo Sade recupera todos los rasgos ms repugnantes. Una vez ms, ladecencia impide reproducir toda la descripcin del presidente de C ourvaque aparece en Los 720 das de Sodoma. Courval es un vicioso que seconvierte en un ser horrendo, apestoso y desagradable debido a actos a:repugnante lujuria, descritos sin ahorrar detalle al lector. Con Sade, al sulos lmites entre lo decible y lo indecible, se va ms all del ejercicio node las funciones corporales: en su pretensin liberadora, lo obsceno excede -la medida, tiende a la enormidad, a lo insostenible. Como tal adquirir upapel dominante en gran parte de la literatura de finales del siglo X IX y -las vanguardias del siglo X X precisamente para destruir los tabes de losbiempensantes y aceptar a la vez todos los aspectos de la corporalidad.No obstante, lo que antes era considerado obscenamente feo se trata e- . = .siglo X IX sin ningn tipo de vacilacin en el arte y en la literatura realistaempeada en mostrar todos los aspectos de la vida cotidiana. En cualqcaso, como prueba de la relatividad del concepto de pudor, muchas ob -que hoy se leen incluso en la escuela, como Madame Bova ry de FlaubeU lises de Joyce, o las novelas de Lawrence o de Miller, en el momentoaparicin fueron motivo de escndalo y a veces hasta se prohibi sudifusin.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    22/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    23/48

    4 Lacaricatura

    v . L O FE O LO C M ICO LO O BS C EN O

    152

    Una de las formas de lo cmico es sin duda la caricatura. En realidad, la -de caricatura es moderna, y algunos sitan su comienzo en algunos re -grotescos de Leonardo. Pero Leonardo lo que haca era inventar tiposque elegir objetivos reconocibles, del mismo modo que en pocasanteriores existan representaciones de seres ya deformes por definid -como silenos, diablos o villanos. La caricatura moderna, en cambio, na -como instrumento polmico frente a una persona real o a lo sumo frer -una categora social reconocible, y exagera un aspecto del cuerpo (por :general, el rostro) para burlarse o denunciar un defecto moral a trav - =defecto fsico. En este sentido, la caricatura nunca embellece el propioobjeto, sino que lo afea, enfatizando uno de sus rasgos hasta la defoDe ah que moralistas como Hans Sedlmayr (en E la rt e d es cen tr ado -hablado de una forma de degradacin que arrebata al hombre su eqy su dignidad. Esevidente que ha habido caricaturas dirigidas a humo ~hacer aborrecible el objetivo (vanse en el captulo VII las distintas tde demonizacin del enemigo poltico, religioso o racial), pero a mecaricatura, al poner el nfasis en algunas caractersticas del sujeto, prelograr tambin un conocimiento ms profundo de su carcter. Y no sieva destinada a denunciar una fealdad interior sino a destacarcaractersticas fsicas e intelectuales o comportamientos que hacen --y simptico al caricaturizado. As, mientras las feroces caricaturas deDaumier o de Grosz denuncian la bajeza moral de personajes y tipos =poca, las caricaturas de pensadores o artistas realizadas por Tullio Peson autnticos retratos de gran penetracin psicolgica, que muchas =se convierten en una celebracin.Por esto Rosenkranz consideraba la caricatura una especie de reden '-~esttica de lo feo, en la medida en que no se limita a poner en eviden-desproporcin ni enfatiza todos los elementos anmalos que encuent z; ese caso, como ocurre con los gigantes o pigmeos de Swift, no se tra -una caricatura sino de una descripcin de una forma diferente): la bue--caricatura introduce la exageracin como un factor dinmico que i ::su totalidad, y hace que el elemento de desorganizacin formal seorgnico. Dicho en otras palabras, se trata de una hermosarepresentacin que hace un uso armnico de la deformacin.

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    24/48

    in Metsys,ato de venta,- 5iglo X V I Berln,a degalerie,-- e Museen

    - do da Vinei,ra de la cabeza

    tiejo,1500-1505,- rgo, Kunsthalle

    153

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    25/48

    v . LO FE O LO C O M ICO LO O BSC E NO

    John HamiltonMortimer, Caric a tu rade un g rupo c . 1776,Yale Center for BritishArt, Paul MellonCollectionPg ina sigu ien te:Honor Daumier,Do s a b o ga do s y laMuert e siglo XIX ,Winterthur,OskarReinhart Collection

    154

    subsistir segn el concepto de la forma. = -decir, si toda la forma aumentara odisminuyera en la misma proporcin entodas sus partes, las proporciones semantendran iguales y, por tanto -comoocurre con las figuras de Swift-, no seoriginara nada propiamente feo. Ahorabien, si una parte se sale de la unidad -tal modo que niega la relacin normal.si esta ltima se mantiene en las otraspartes, se produce un distanciamiento yun desorden del todo, que es feo. Ladesproporcin nos obliga a sobreentencontinuamente la forma proporcionada.Una nariz pronunciada, por ejemplo.puede ser de una gran belleza. Pero si Sevuelve demasiado grande, el resto de lacara desaparece y se produce unadesproporcin. Involuntariarnentecomparamos su tamao con el de lasotras partes del rostro y concluimos queno debera ser tan grande. El exceso detamao caricaturiza no solo la nariz, sotambin el rostro del que forma parteAunque tambin en este caso hay quehacer de nuevo una precisin. Esto es. _simple desproporcin podra tener CODCconsecuencia tan solo una simple fealque an no podra considerarse de rllG:modo caricatura c . . . La exageracin q1 -desfigura la forma ha de actuar como _factor dinmico que implica la totalidad.Su desorganizacin ha de volverseorgnica. Este concepto es el secreto -produccin de la caricatura. En su falarmona, a travs del exceso desagrade un punto del todo, resurge de nue-cierta armona.

    La armona en la caricaturaKarl RosenkranzEsttica de lofeo, III (1853)(Lo feo) cambia lo sublime en vulgar, loplacentero en repugnante, lo bello absolutoen caricatura, en la que la dignidad seconvierte en nfasis, la fascinacin encoquetera. La caricatura es, pues, la formaextrema de lo feo pero precisamente poresto, por su reflejo determinado en laimagen positiva que distorsiona, deriva encomicidad. Hasta ahora hemos vistosiempre el punto en que lo feo puedevolverse ridculo. Lo informal y loincorrecto, lo vulgar y lo repugnantedestruyndose pueden producir unarealidad aparentemente imposible, y conello lo cmico. Todas estasdeterminaciones entran a formar parte dela caricatura, que tambin se vuelveinformal e incorrecta, vulgar y repugnante,segn todos los grados de estos conceptos.Es inagotable en su capacidad detransformarlos y relacionarlos de formacamalenica. Pueden existir grandezasmezquinas, fuerzas dbiles, majestad brutal,nulidad sublime, gracia torpe, vulgaridaddelicada, necedad sensata, plenitud vaca yotras mil contradicciones c . . . .La caricatura consiste en exagerar unmomento de una forma hasta ladeformidad. Sin embargo, todava hay quelimitar esta definicin c . . . Para explicar lacaricatura es preciso aadir al concepto deexageracin otro concepto, el dedesproporcin entre un momento de laforma y su totalidad, por tanto de lanegacin de la unidad que debera

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    26/48

    4. LA C ARICATURA

    ------:===-----

    155

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    27/48

    V. LO FE O LO C O M ICO LO O B SC ENO

    Pgina siguiente:Tullio Pericoli, AlbertEinstein 1959George Grosz, Da gris1921, Berln,Nationalgalerie,Staatliche Museen

    156

    Contra la caricaturaHans SedlmayrEl arte descentrado, V (948)Las caricaturas han existido siempre.los tiempos ms antiguos. Las conocezsdesde la poca tarda de la culturahelenstica. En ellas se acenta lo que =::fsicamente feo. En la poca barrocacaricaturas personales y privadas, CO::Jejemplo en los Carracci, en Mitelli ye incluso en Bernini. Como justarneraeobservado Baudelaire, las llamadascaricaturas de Leonardo da Vinci no ::verdaderas caricaturas. En la Edad.1=::.existe el cuadro poltico infamante. . -una ejecucin capital in effigie.Hasta finales del siglo X'VIll no aparece-en Inglaterra antes que en otras ~-la caricatura como gnero, y solo =-siglo X L , con Daumier, se convierte ~el tema central de la creacin de m;artista. De modo que lo que coun signo importante no es el simp enacimiento de la caricatura, sinoelevacin a la categora de fuerza - = -superior y significativa. A partir de :.aparece la revista La Caricatura.intenciones polticas: -Una noche deWalpurgis, un pandemnium, unasatnica regocijante, a veces loca ahorripilante-o Se alude con ello a losfondos de los que surge la carica -Por su naturaleza, la caricatura edeformacin del carcter humano ~-los casos extremos, una introduc --elemento infernal (que no es otro _ -el conjunto de imgenes opuestas _humanas) en el elemento humano.La deformacin puede realizarse =sentidos: el hombre resulta desfipor ejemplo, con una mscara (. _ _obstante, por lo general el procinconsciente de la deformacin 'mtodos que pueden considerarsepositivo y el otro negativo. Este .-al hombre de su equilibrio, dede su dignidad; lo presenta feo. emezquino y ridculo. El hombre. _de la creacin, es envilecido ypero conserva su carcter hurnarA comienzos del siglo xx (. .. ) . --nueva caricatura despiadada queinteriormente al hombre, la imaghombre desfigurado que subyude forma irresistible se mostrarmscara en las imgenes humanasmoderno, en esas imgenes queingenuo le parecen espantosas '-'- ......_y que realmente se engendran =oscuras profundidades del absm

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    28/48

    4. LA CARICATURA

    ~ :r

    f

    - . (; j P J r,/0 . .. ...- - ~

    157

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    29/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    30/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    31/48

    V I. LA F E A LD A D D E LA M U JE R E N T R E LA A N TIG ED A D Y E L B AR RO C O

    Estatua de vie ja delm er cad o siglo Id.C.,Nueva York,MetropolitanMuseum of Art

    160

    Muchacha narigudaCatulo c. 84-c. 54 a.e.)Carmina,43Salve, muchacha, ni de nariz pequea,ni de pies bellos, ni de ojos negros,ni de largos dedos, ni de bocasin baba, ni de habla refinada,iamiga del manirroto de FormiaY los lugareos dicen que eres bella?Te comparan con mi Lesbia?iQu mundo vulgar y estpidoInfame hedorHoracio (65-8 a.e.)podos X IIQu buscas t, mujer, digna de los

    negros elefantes?, por qu me envasregalos?, por qu cartas de amor a m,que no soy un joven robusto ni de narizgrosera? Ya que, solo con el olfato, mssagazmente que un perro de cazadescubre dnde se esconde un jabal,percibo si en la nariz se oculta un plipo,o en tus axilas peludas un ftido machocabro. iOh, qu sudor y qu infamehedor brota por todos lados de susmiembros marchitos , cuando, debilitadomi pene, ella se apresura a saciar sudesenfrenado deseo; ya no conserva enlas mejillas la arcilla hmeda ni el tinte,preparado con estircol de cocodrilo; y,dando rienda suelta a su calentura, rompeel lecho estirado y su dosel.VetustilaMarcial (siglo 1 d.e.)Epigramas, 93Cuando tienes trescientos consulados,Vetustila, y tres pelos y cuatro dientes,pecho de cigarra, piernas y color dehormiga; cuando tienes una frente msarrugada que tu estola y unos pechos queparecen telaraas; cuando los cocodrilosdel Nilo tienen estrecha la bocacomparada con la abertura de la tuya, ycroan mejor las ranas de Ravena, y esms dulce el zumbido de los mosquitosde Venecia, y tu vista alcanza lo quealcanzan las lechuzas por la maana, yhueles a lo que los machos cabros, ytienes la rabadilla de un nade flaca, y tucoo le gana a huesudo a un viejo cnico;cuando el baero, apagadas las luces, tepermite entrar mezclada con lasprostitutas de los sepulcros (. ..) tienes laosada de querer casarte despus deenviudar doscientas veces? (. . .) Solamente

    una antorcha funeraria puede penetrar easemejante coo.Mujeres llevad el veloTertuliano (siglo II I d.e.)De cultu femtnarum, 4-7Debis gustar tan solo a vuestros marid -Y cuanto ms les gustis, menosocupadas estaris en gustar a los otro .

    o os preocupis, benditas, ningunamujer es fea para su marido; bastante legust cuando la eligi por sus costumbresy su belleza. i haya entre vosotras quipiense que, si se adorna con msmoderacin, se volver odiosa y repelerzspara el marido. Todo marido exige eltributo de la castidad, pero no desea labelleza, si es cristiano, porque no somosprisioneros de esos bienes que lospaganos consideran buenos (. ..)No os digo esto para sugeriros unaspecto exterior grosero y salvaje, nipretendo convenceros de que est bienir desaliada s y sucias, sino que (osaconsejo) la mesura y el justo lmiteen el cuidado del cuerpo. No debissobrepasar lo que exige el simple ysuficiente decoro: no ms de lo queplace a Dios.En efecto, pecan contra l aquellasmujeres que se torturan la piel conarcillas perfumadas, manchan sus mede rojo y se alargan los ojos con tizneSin duda a estas les disgusta lo quemodel, y reprochan y critican en supersona al artfice de todas las cosas.Lo critican cuando hacen desaparecerdefectos, cuando se aaden postizos.tomando seguramente estos postizosdel artfice enemigo, es decir, deldiablo (. ..)Veo tambin que algunas se tienel cabello de color de azafrn. Seavergenzan de su nacin: de no habe:nacido en Germania o en la Galia. _cambian la patria gracias al color decabellos (. ..) Se ha dicho que nadiepuede aumentar su estatura. Vosotrasaumentis sin duda el peso, aadiensobre la nuca con hogazas y abollad:de escudos (. ..) Apartad de una cabezo.libre toda esta esclavitud de adornosEn vano os esforzis por pareceradornadas, en vano recurrs a lospeluqueros ms hbiles: Dios ordenaos cubris con el velo, a fin de que. se-creo, no se vean las cabezas de algura;

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    32/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    33/48

    VI. LA FE A LD A D D E LA M U JE R E N T R E L A A N T IG E D A D Y E L B A R R O C O

    162

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    34/48

    - _ 3aldung Grien,J ~ey las edades- bre detalle,::-: .ladrid, Museo

    : : c d o

    En la Edad Media, la sirena es para Dante horrible mujer balbucientePurgatorio XIX, 7-9), Yel tema de la vituperacin de la vieja aparece enmuchos textos como el Ars versificatoria de Mateo de Vend me, donde selee un desagradable retrato de la vieja y depravada Beroe (de cabeza calva,rostro arrugado, ojos legaosos, nariz que destila moco y aliento ftido), obien en De secretis mulierum del Pseudo Alberto, donde se da por bueno unrumor extendido segn el cual la mirada de una vieja (convertida enmortfera debido a la retencin de la sangre menstrual) envenena a losnios en la cuna, En ocasiones, el topos de la invectiva antifeminista aparececomo reaccin al elogio stilnovista de la donna angelicata por lo que lamujer fea descrita por Rust ico d i Fi lippo o por Ceceo Angiolieri seconvierte en una anti-Beatriz.En los albores del Humanismo se alcanza la cumbre de la misoginia con elCorbaccio de Boccaccio. El narrador ama, sin ser correspondido, a una bellaviuda y su evidente resentimiento lo manifiesta el alma del marido, quesurge del Purgatorio para describirle la lujuria y la perfidia de la mujer,revelando al pretendiente ya viejo (jcuarenta y dos aos ) que ella ocultasus cincuenta aos con cremas y otros ungentos repugnantes yextendindose en detalles desagradables sobre la fealdad fsica de la dama.

    Yo soy dulce sirenaDante Alighieri (1265-1321)Purgatorio X IX , 7-33Una mujer vi en sueos, balbuciente,ms bien tartaja, y bizca, y patituerta,y manca, en la color palideciente. c . . . Al recobrar su voz de suelto trino,comenz ella a cantar, y fuera penano escuchar aquel canto peregrino.-Yo -cantaba-, yo soy dulce sirenaque en el mar extravo al marinero:a tal punto mi cntico enajena.Hizo perder su vago derroteromi canto a Ulises: quien me oy me evocapor siempre ya, pues le fascino entero.An no acababa de cerrar su bocacuando se me lleg una santa, prestaa dejar confundida a aquella loca. c . . . Cogi a la otra, y delante me la abra,rasgando sus vestidos hasta el vientre:me despert el hedor que de l sala.Anti-BeatrizCecco Angiolieri (siglos XllI-XIV)Rimas, 398Eh, Ciampol, mira bien cmo esta viejaa su manera se ha ido marchitando,y a qu asemeja cuando se levantay cmo maloliente es toda ella,y a una mona ahora se parecepor su cara, sus hombros y figura,y, cuando la miras, cmo se trastorna

    1. LA TRADICION ANTIFEMINISTA

    y tuerce la boca y crujen los dientes.Cmo no sentir tan fuerteira, angustia, afanes o amores,que no te alegraras inmensamentevindola a ella, que te maravillatanto que por poco apagalos impulsos amorosos del corazn.Vieja apestosaRustico di Filippo (siglo XHI)Doquiera vas, contigo la inmundicia,oh embaucadora vieja maloliente,de modo que si alguien se te acercase tapa la nariz y huye al instante.Tus dientes, tus encas morada miserabledonde se oculta el hlito apestoso;tus carnes de ciprs lea parecenen verdad que tu olor es repelente.y parece que se abren mil sepulcroscuando abres el hocico: por qu no[te descarnaso te encierras, para que nadie te huela?Porque todo el mundo te teme:tu cuerpo es un nido de zorras,tu mal olor se expande, sucia jumenta.

    II

    Vieja malignaBurchiello (siglo ).'\1)Vieja viciosa, prfida y malignaenemiga de todo bien, llena de envidia,y bruja encantadora y hechicera,triste, agitada, cargada ests de tia.

    11

    163

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    35/48

    V I. L A FE A LD A D D E LA M UJE R E N TR E LA A N TIG E D AD Y EL B A R R O C O

    Lo que son las mujeresGiovanni Boccaccio, Corbacho0363-1366)La mujer es animal imperfecto, agitadopor mil pasiones desagradables yabominables hasta en el recuerdo, no yaen la conversacin: lo que si los hombresmirasen como deban, no de otra manerase acercaran a ellas, ni con otro deleite yapetito que como van a otras naturales einevitables necesidades; el lugar de lascuales, depuesto el superfluo peso, comopresurosamente huyen, as al de ellashuiran (. . .) Ningn otro animal es menoslimpio que ella: ni el puerco, cuando msrevolcado est en el lodo, llega a susuciedad; y si tal vez alguno quisieranegar esto, mrense sus partes, bsquenselos lugares secretos donde,avergonzndose, esconden los horriblesinstrumentos que usan para limpiarse loshumores superfluos (. . .)Tena esta, y hoy creo que la tendr msque nunca, cuando sala de la cama porla maana, la cara verde, amarilla,desteida de un color de niebla depantano, y rugosa como lo estn lospjaros en muda, arrugada y costrosa ytoda desmoronada; tan contraria a lo quepareca despus de que hubiese tenidotiempo de lamerse que apenas podracreerlo nadie que no la hubiera visto as,como yo, mil veces. Y quin no sabeque las paredes ahumadas, no ya losrostros de las mujeres, al cubrirlas dealbayalde, se vuelven blancas y, adems,coloreadas segn lo que al pintor quelas encal le guste ponerles sobre elblanco? Quin no sabe que al trabajarala masa, que es cosa insensible, y no yalas carnes vivas, se hincha y cuandomustia pareca se yergue? Tanto sepellizcaba ella y tanto se pintaba y hacala piel, cada por la quietud de la noche,tensarse que a m, que la haba vistoantes, me pareca ver hacerse una granmaravilla. Y si t, como yo la vea cadamaana, la hubieses visto con el gorrohundido hasta los ojos y el velito

    164

    alrededor del cuello, con la cara tanpantanosa como acabo de decirte. vla capa forrada atizar el braserosentndose en los calcaares, con lasojeras lvidas, y toser y escupir losgargajos, temo que todas las virtudessuyas, odas a tu amigo, no hubieranpodido enamorarte de ella (. ..)A ti te pareci alta y cumplida; y meparece tan cierto como lo estoy defelicidad que me espera que, al mrszeel pecho estimaste que deba estar -tan estirado como ves su rostro, sir:las papadas colgantes que las blanvendas esconden (. ..) En lo hinchaque ves sobre la cintura, ten por ~que no hay estopa ni otro relleno

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    36/48

    1. LA TRADICiN ANTIFEMINISTA

    3 Serrano,iTh e Model),esia de- Cooper Gallery

    165

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    37/48

    V I. LA FE ALD A D D E LA M U JE R E NT R E LA A NT IG E D AD Y EL BA R R O C O

    Hermosa cabellera de plataJoachim Du Bellay (siglo : > < : \1 )Les regretsHermosos cabellos de plata con gracia

    [recogidos,frente serena y arrugada, tez dorada,hermosos ojos de cristal, gran boca honradapor un pliegue amplio de bordes retorcidosBellos dientes de bano, tesoro preciosoque con una sonrisa el alma me atenaza,tetas anchas, dignas de gran talla,pliegues de cuello de damasco suntuosoOh manos regordetas de amarillas uas'Pierna fina y delgada, carnoso muslo,y lo que pudoroso, ay de m, oculto'Bello cuerpo difano, rgidos miembros,por favor perdonad me, milagro

    [prodigioso,si, por ser mortal, amaros no oso.Cabellos de plataFrancesco Berni (siglo A 'V I)Sonetto alta sua donna.Cabellos de plata fina, tiesos y enroscadossin arte en torno a un hermoso rostro de[oro;frente arrugada, que al mirar palidezco,donde despunta sus flechas Amor y Muerte;ojos de perla indecisos, luces desviadasde todo objetivo desigual a ellas;cejas de nieve, y aquellos que me afligen,dedos y manos dulcemente gruesos y[cortos;labios de leche, boca amplia celeste;dientes de bano, raros y peregrinos;inaudita afable armona;porte altivo y grave: a vosotros, divinossiervos de Amor, patente fue que estasson las bellezas de la mujer ma.Cuando era bellaPierre de Ronsard (siglo xvr)Sonetos para HelenaCuando seas muy vieja, a la luz de una[velay al amor de la lumbre, devanando e[hilando,cantars estos versos y dirs deslumbrada:me los hizo Ronsard cuando yo era ms[bella.No habr entonces sirvienta que al or tus

    [palabras,aunque ya doblegada por el peso del[sueo,cuando suene mi nombre la cabeza no

    [yergay bendiga tu nombre, inmortal por la[gloria.

    Yo ser bajo tierra descarnado fantasma166

    y a la sombra de mirtos tendr yapara entonces sers una vieja encoraorando mi amor, tus desdenesVive ahora, no aguardes a que lle

    coge hoy mismo las rosas que te 0;';-=

    Tetilla asquerosaClment MarotBlasn de la fea tetilla 1535)Tetilla que solo la piel envuelve.descarnada bandera que flotas rnue -gran tetilla, larga tetaza,tetilla aplastada, tetilla hogaza,tetilla de pezn picudocomo la punta aguda de un embte agitas en cada movimientosin que nadie te d un sacudimez;Tetilla, dirase que quien te palpasabe que tiene las manos en laTetilla ennegrecida, tetilla que ptetilla marchita, tetilla que cedearcilla en vez de leche,y en el infierno el diablo te reclara;para que seas de su hija e ama.Tetilla para echarse a la espaldapara hacerse con ella una largaquien te ve tiene razonespara asirte con mitonespara no ensuciarse, y luego abofcontigo, tetilla, a la narizota de a _que bajo el sobaco te deja colSeora ldonzaDiego Hurtado de MendozaA una vieja que se tena por be(siglo xvt)Tenis, seora A1donza, tres tr .tres cabellos, no ms, y un sololos pechos de cigarra propamec;een que hay telas de araas y deEn vuestras sayas, tocas y otro _no hay tantas rugas como en vula boca es desgarrada y tan v .que dos puertos de mar no son -En cantar parecis mosquito o _la zanca es de boiga o de fnaola cresta es de lechuza a laOlis como a pescado remojade cabra es vuestra espalda tancomo de pato flaco bien peladoMejor feo que belloOrtensio LandaParadossi, II (1544)Cualquiera tiene la duda de siser feo que bello c . . . Muy cenz

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    38/48

    En el Renacimiento, la mujer fea parece ms bien una anti-Laura: endivertimentos como los de Berni, de Doni o de Aretino -as como en textosfranceses anlogos Ronsard, Du Bel lay o Marot- aparece de hecho unclaro antipetrarquismo.En estas poesas ya no hay rencor: la visin de la deformidad o esalegremente irnica o es afectuosa. El marchitamiento de la mujer ancianase convierte en reflexin melanclica sobre una belleza en declive. Yprecisamente en la poca renacentista surgen algunas reflexiones queponen de nuevo en cuestin la condena de la fealdad. Si Ortensio Lando,antes incluso del elogio de la fealdad de Rocco (citado ya en el captuloanterior), reflexiona satricamente sobre las ventajas de la fealdad femenina,Lucrezia Marinell i, con un espritu que podramos calificar de prefeminista,subvierte la tradicin anterior y exalta la belleza de las mujeres porcontraste con la fealdad de los hombres.

    parece que si Helena la griega y Paris elpastor troyano hubieran sido feos en vez dehermosos, ni los griegos hubieran padecidotantos trabajos, ni Troya hubiera sufrido sultimo exterminio (. .. ) Aun hoyconsideramos a menudo ms sabios eingeniosos a los feos que a los bellos.Empecemos por Scrates que, por lo quese dice y se desprende de su retrato, fueextraamente deforme, pero mereci eltestimonio del orculo de ser el ms sabiode todos los hombres. Esopo de Frigia,fabulista muy ilustre, tenia un aspecto casimonstruoso; (. .. ) Y sin embargo (comotodo el mundo sabe) fue hombre degrandes virtudes y de muy agudainteligencia superior a los dems. Muy feofue el filsofo Zenn, feo Aristteles, feoEmpdocles, fesimo Galba, pero siemprepareci a todos de muy ilustre ingenio yelocuencia (. ..) Y cuntas mujeres se venhoy en da en Italia que sean consideradasigualmente honestas' (. .. ) Oh fealdadsanta, amiga de castidad, desdeadora deescndalos, defensora contra los peligros,t conoces sin duda las conversaciones msfciles, t las despojas de toda amargura, tdisipas cualquier sospecha perversa,finalmente t eres por ti misma medicinacontra los rabiosos celos (. ..) Me gustarapoder encontrar palabras dignas paraalabarte como tus gracias merecen, y yo lohara con mucho gusto, porque de tiproceden infmitos bienes, e injustamenteeres criticada por los ignorantes.La fealdad de los hombresLucrezia MarinelliLa nobilta et leccellenzadelle donne 591)

    l. L A T R A DI C IO N A N T IF E M IN IS T A

    Si las mujeres son, pues, ms bellas quelos hombres, que por lo general parecentoscos y mal compuestos, quin podrnegar que aquellas son ms singularesque los varones' adie, en mi opinin.De ah que pueda decirse que la bellezaen la mujer es un maravilloso espectculoy un milagro digno de atencin, quenunca ha sido plenamente celebrado ysaludado por los hombres. Pero quieroque pasemos ms adelante y mostremosque los hombres estn obligados yforzados a amar a las mujeres y que lasmujeres no estn obligadas acorresponderles, si no es por pura cortesa(. . .) Estar obligado el hombre a amar lascosas bellas: qu cosas ms bellas que lasmujeres adornan este mundo' Ninguna,en verdad, ninguna, como bien dicentodos estos nuestros contrarios, queafirman ver brillar en sus hermososrostros la gracia y el esplendor delParaso, y por esta hermosura se venforzados a amar a aquellas: pero ellas noestn ya obligadas a amar a los hombres:porque el menos bello, o el feo, no espor su naturaleza digno de ser amado.Aunque feos son todos los hombrescomparados con las mujeres; de modoque no son dignos de ser correspondidospor ellas, si no es por su naturalezaamable e indulgente (. .. ) Cesen, pues, lasquejas, los lamentos, los suspiros ylas exclamaciones de los hombres,que desean contra viento y marea sercorrespondidos por las mujeres,llamndolas crueles, ingratas e impas:cosa que produce risa, y de estas cosasestn llenos todos los libros de poesas.

    167

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    39/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    40/48

    Arcimboldo, 1563,Viena,orisches

    2 . M A N IE R IS M O y B A R R O C O

    2. Manierismo y barroco

    Si en el Renacimiento triunfaba una concepcin clsica del arte, basada en laimitacin de las armonas de la naturaleza, con el manierismo se produce ungiro, Hoy en da se tiende a fijar el inicio del manierismo con una fecha sinduda convencional: 1520, el ao de la muerte de Rafael. Si antes se habahablado de maniera para indicar el estilo de un autor determinado, y luegouna forma repetitiva de remitirse a los grandes modelos anteriores, ahora sedefine el manierismo como la poca en la que el artista, preso de inquietud ymelancola, ya no tiende a lo bello como imitacin sino a lo expresivo, Lostericos del manierismo exponen la doctrina del Ingenio y la Idea, el diseointerior concebido por la mente del artista es la manifestacin, dotada defuerza demirgica, de lo divino que hay en l. La deformacin est, pues,justificada como rechazo de la imitacin llana y de las reglas, que nodeterminan el genio sino que nacen de l. El manierista tiende a lasubjetivacin de la visin: mientras que la perspectiva monocular de losrenacentistas pretenda reconstruir una escena como si fuese vista por un ojomatemticamente objetivo, el artista manierista disuelve la estructura delespacio clsico en las visiones pobladas y carentes de un centro destacado deBruegel, en las figuras distorsionadas y astigmticas de El Greco, en losrostros inquietos e irreal mente estilizados del Parmigianino. Existe unapreferencia por lo expresivo frente a lo bello una tendencia a lo extrao, a loextravagante y a lo deforme, como en las figuras fantsticas de Arcirnboldo.Ms se desarrolla an en el barroco el gusto por lo extraordinario, por lo quepuede suscitar asombro y, en este clima cultural, se explora el mundo de laviolencia, de la muerte y del horror, como ocurre en la obra de Shakespeare yde los elisabetianos en general, o en los Sueos de Quevedo, hasta llegar a lareflexin morbosa sobre el cadver de la amada, como sucede en Gryphius.De modo que manierismo y barroco no temen recurrir a lo que la estticaclsica consideraba irregular. Por consiguiente, tambin cambia laperspectiva en el tratamiento del tema de la mujer fea: ahora se describenlas imperfecciones de la mujer como elementos de inters, a veces comoestmulos voluptuosos, y veremos que esta postura la adoptan de nuevo enel romanticismo y en el decadentismo autores como Baudelaire, por citarsolo un nombre,A caballo ya entre los siglos XV I y XV II hallamos dos textos significativos:Montaigne escribe un afectuoso elogio de las mujeres cojas y Shakespeare

    169

    ir 1

    1

    1 1

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    41/48

    VI . LA F EA LD A D D E LA M U JE R EN TR E LA A NT IG ED A D Y EL B AR R O CO

    La fascinacin de las cojasMichel de MontaigneEnsayos, III, 11 (595)Dcese en Italia como proverbio comnque no conoce la perfecta dulzura deVenus aquel que no se ha acostado conuna coja (. ..) Habra pensado que elmovimiento descompuesto de una cojapodra aportar algn nuevo placer alayuntamiento y cierta punta de dulzura aaquellos que lo prueban, mas acabo deenterarme de que incluso la filosofaantigua opin sobre ello; dice que al norecibir las piernas ni los muslos de lascojas, a causa de su imperfeccin, elalimento que les es debido, ocurre quelas partes genital es, que estn encima,estn ms llenas, ms nutridas yvigorosas, o bien que, al impedir estedefecto el ejercicio, aquellos que se venafectados por l disipan menos susfuerzas y llegan ms enteros a los juegosde Venus c . . . Pues con solo la autoridaddel uso antiguo y pblico de este dicho,hice creer antao que haba obtenidoms placer de una mujer por no estarderecha, y aad esto al nmero de susgracias.Palidez de hermosa damaGiovan Battista MarinoLa lira, 14 (1604)Plido sol mo,a tu dulce palidezpierde el alba bermeja sus colores.Plida muerte ma,a tus dulces y plidos moradosla prpura amorosapierde, vencida, la rosa.Oh, quiera mi suerteque dulce contigo palidezca tambin yo,plido amor moLa bella viejaGiuseppe SalomoniRimas, 4 (1615)Antes mentiroso y neciocritiqu, vieja gentil,tu seno, tus cabellos y tu bello semblante.Ahora, mudando de parecer, cambiar[quiero el estiloy hacer que escuches de cada mentira mauna palinodia (. ..).De plata es tu cabello,

    '70

    pero aun siendo de plata,ms que si fuese de oro me someteya sea en trenza o suelto al viento.ms que si fuese de oro, me alegra .complace (. . .)Tu frente serena,que antes fue una belleza,sembrada de blancas flores, ribera .,el fro arado de la vieja edadha surcado, s, pero esos surcosproducen en el corazn ajenode placer y dolor confusas y mixtassuaves mieses y rgidas aristas.Tus cejas curva das,los arcos de tus cejasdonde an tienen Amores la diestraarmada, parecen (oh maravilla)intil arma y frgil instrumento;pero ms que antes poderososvan con sus arqueros y segadoressegando almas y asaetando coraza -Tus hermosos ojoslanguidecen, pero aun languideci -no dejan de ser rapaces y ladrones.ni de hacer que yo no languidezca

    [ardiTu boca sonrosada,del tesoro de besosy del hablar suave arca animada.no teme de la edad las uas rapaTu blanco senode manzanas lascivasalegre huerto y jardn ameno,no menos dulces ni hermosos y \: _

    [aunque sean ya viejos, sus frutosTu mano bella y blancaparece del largo asaetear cansada _pero languideciendo no languideceninguna gloria pierde, es ms, c.Arrugado tienes el cuello y arrugacz,las mejillas y arrugado el pecho.pero tus arrugas son, gracias atrofeos de hermosura, no de defecS, s, hermosa vieja ma,viejas eres pero hermosa,y en tu belleza la juventud se re[e-_Contigo el Amor nio envejece .. - _contigo envejeciendo encanecer ::.Cancin, se pasa el tiempopero no temas sus flechas,porque sers, envejeciendo, m-

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    42/48

    2. MANIERISMO y BARROCO

    - ione, La vieja 5:6-1507, Venecia,-- E dell'Accademia

    sigu ien te:in Metsys (atr.),_ grotes ca,-- 1530, Londres,I Gallery

    aparentemente rebaja a su Da rk L ad y a travs de una serie de negaciones delas tradicionales caractersticas de la belleza, pero concluye con un sinembargo: a pesar de todo, ama a su musa. En la poesa barroca se va msall: aparecen el elogio de la enana, de la tartamuda, de la jorobada, de labizca, de la picada de viruelas y, en contra de la tradicin medieval de lasmejillas rojas o sonrosadas, Marino exalta la palidez de la amada. Si antes labelleza femenina exiga cabellos rubios, ahora se hace el elogio de loscabellos negros. Tasso, en sus Rimas, escriba ya: Morena eres, pero hermosa- cual virgen violeta, y Marino alaba la belleza de una esclava negra.Conmovedor es el elogio de la hermosa vie ja en Salomoni y, si el texto deQuevedo parece an tradicionalmente rencoroso, no ocurre lo mismo con elde Burton, en que la desbordante descripcin de una mujer horrenda tiendea confirmar que el amor puede ir ms all de la oposicin entre feo y bello.No obstante, desde los comienzos de la poca manierista se va abriendopaso una reflexin melanclica sobre la vejez masculina, y una doliente

    171

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    43/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    44/48

    Tna alucinacin7-:Ilcisco de Quevedo:- de El mundo por de dentro:612)Is e esa visin, que, acostndose. e hizo esta maana hermosamisma y hace extremos

    =.ndes' Pues sbete que las_ieres lo primero que se visten,- despertndose, es una cara, una

    anta y unas manos, y luego las. Todo cuanto ves en ella esda y no naturaL Ves el cabello'comprado es y no criado. Lastienen ms de ahumadas queze negras; y si como se hacense hicieran las narices, no lasieran. Los dientes que ves y laera, de puro negra, un

    --era, y a puros polvos se hao salvadera. La cera de losse ha pasado a los labios, yuno es una candelilla. Las

    os' Pues lo que parece blanco..untado. Qu cosa es ver una. r. que ha de salir otro da ala vean, echarse la nocheen adobo, y verJas acostar lashechas cofines de pasas, y aana irse pintando sobre locomo quieren' Qu es ver

    o fea o una vieja querer, como_ DUO tan celebrado nigromntico,

    - de nuevo de una redoma':::..- las mirando? Pues no es cosa. Si se lavasen las caras, no

    - conoceras. Y cree que en eldo no hay cosa tan trabajada

    el pellejo de una mujerosa, donde se enjugan ycan y derriten ms tal vez que

    faldas. Desconfiadas de- personas, cuando quierenar algunas narices, luego

    encomiendan a la pastilla y almerio o aguas de olor, y alos pies disimulan el sudorla zapatillas de mbar. Dgote

    nuestros sentidos estn ende lo que es mujer y ahtosque le parece. Si la besas, te

    s los labios; si la abrazas,

    aprietas tablillas y abollas cartones;si la acuestas contigo, la mitaddejas debajo la cama en loschapines; si la pretendes, te cansas;si la alcanzas, te embarazas; si lasustentas, te empobreces; si ladejas, te persigue; si la quieres,te deja. Dame a entender de qumodo es buena, y considera ahoraeste animal soberbio con nuestraflaqueza, a quien hacen poderosonuestras necesidades, msprovechosas sufridas o castigadas,que satisfechas, y vers tusdisparates claros. Considralapadeciendo los meses, y te darasco, y, cuando est sin ellos,acurdate que los ha tenido y quelos ha de padecer, y te dar horrorlo que te enamora, y avergnzatede andar perdido por cosas que encualquier estatua de palo tienenmenos asqueroso fundamento.mar a una mujer feaRobert BurtonAnatoma de la melancola,-Sntornas o signos de melancolaamorosa- (1621)El amor es ciego, dice el refrn,Cupido es ciego y ciegos son todossus seguidores. El que se enamorade una rana cree que es Diana. Elenamorado siente una admiracindesenfrenada por la amada, aunquesea esta la fealdad en persona,carente de toda gracia natural,marchita, forunculosa, blanca, roja,amarilla, negra, plida como lacera, con la jeta plana y redondacomo la de un bufn, o biendemacrada, reseca y menudacomo el rostro de un prvulo, conmanchas en el cuerpo, torcida, unsaco de huesos, casi calva, con ojosen blanco que giran, legaosos, talvez extraviados, la mirada de ungato arrimado a la puerta, la cabezainclinada, ponderosa y pesada,las ojeras profundas, amarillasy negras, la boca abierta comolos gorriones, la nariz curva de los

    2. M AN IE RISM O y BARROCO

    persas, o larga y afilada como ladel zorro, roja, mastodntica,imponente, achatada como lade los chinos, nariz aplastaday respingona, nariz como unpromontorio, dientes escasosy salidos, negros, podridos,superpuestos, incrustados de sarro,cejas como antenas de cucaracha,barbilla de bruja, aliento queinfecta la estancia, nariz que goteaverano e invierno, papuda comouna bvara, mentn puntiagudo,orejas de soplillo, cuello largo einclinado como el de la grulla,pendulis mammis, pechos cados,-tetas como un par de jarras, o alcontrario plana como una moneda,dedos como morcillas a causa delos sabaones, uas largas,dentadas y negras, manos y brazoscubiertos de sarna, piel oscura, uncarcamal podrido, espinazoencorvado, jorobada, coja, los piesplanos, -delgada como la tripa deuna vaca-, piernas gotosas, tobillosque desbordan sobre los zapatos,pies hediondos, un nido de piojos,un ser informe, un monstruo, unadefesio, piel que apesta a sudor,voz que grazna, gestosdesgarbados, porte vulgar, unamujerona inmensa, una enanarepugnante, una fregona, gorda ysucia, un ovillo, una varilla deballena larga y seca, un esqueleto,una sombra c . . . semejante a unamierda a la luz del farol, peor decuanto habras imagnado, peroque odias, aborreces, a la quequerras escupir a la cara o en cuyopecho desearas sonarte las narices,remedium amoris, que juzgaras unverdadero antdoto para los dems,una furcia desaliada, mugrienta,gruona, desagradable, hedionda,bestial, ramera si se presentala ocasin, obscena, vulgar,pordiosera, grosera, andrajosa,ignorante, lengilarga c . . . Si seenamora de ella, se postra paraadmirada para siempre.

    I1 1 1

    173

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    45/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    46/48

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    47/48

    V I. LA F E AL D A D D E LA M UJ ER E N T R E LA A N T IG ED AD Y E L B A R R O C O

    CalibnWilliam ShakespeareLa tempestad, 1, 2 (1623)Prspero: T, infecto esclavo,engendrado por el mismo demonioa tu maldita madre, avanzaCalibn: Que el maligno roco quebarra mi madre con una pluma decuervo sobre el malsano aguazal osinunde a los dos Que un vientosudoeste sople sobre vosotros yos cubra la piel de lcerasPrspero: Ten la seguridad de que,por ello, esta noche padecerscalambres y dolores de costadoque te cortarn la respiracin. Loserizos, durante la parte de la nocheque les sea permitido obrar, secebarn todos en ti. Sers cribadode picaduras tan numerosas comolas celdas de un panal de miel, ycada pinchazo ser ms dolorosoque si proviniese de una abeja.Calibn:Tengo derecho a comer micomida. Esta isla me pertenece porSycorax, mi madre, y t me la hasrobado. Cuando viniste por vez

    176

    primera, me halagaste, mecorrompiste. Me dabas agua conbayas en ella; me enseaste elnombre de la gran luz y el de lapequea, que ilumina el da y lanoche. Y entonces te am y te hiceconocer las propiedades todas dela isla, los frescos manantiales, lascisternas salinas, los parajesdesolados y los terrenos frtiles.Maldito sea por haber obradoas. Que todos los hechizos deSycorax, sapos, escarabajos ymurcilagos caigan sobre vosPorque yo soy el nico sbditoque tenis, que fui rey propioY me habis desterrado aqu, enesta roca desierta, mientras medespojis del resto de la islaPrspero: Oh esclavo impostor,a quien pueden conmover loslatigazos, no la bondad' Te hetratado a pesar de que eresestircol, con humana solicitud. Tehe guarecido en mi propia gruta,hasta que intentaste violar el honorde mi hija.

    Calibn. Oh, jo Oh, jo . Lsti=no haberlo realizado T me loimpediste; de lo contrario, poblarla isla de Calibanes.Prspero: Esclavo aborrecido,que nunca abrigars un buensentimiento, siendo inclinado a tmal Tengo compasin de ti. Metom la molestia de que supieseshablar. A cada instante te heenseado una cosa u otra. Cuandot, hecho un salvaje, ignorando LC .propia significacin, balbucasun bruto, dot tu pensamiento depalabras que lo dieran a conocer,Pero, aunque aprendieses, la baode tu origen te impeda tratartecon las naturalezas puras. Porhas sido justamente confinado ecesta roca, aun mereciendo msque una prisinCalibn: Me habis enseado _hablar, y el provecho que mereportado es saber cmo rnaldeQue caiga sobre vos la roja pesr-por haberme inculcado vuestrolenguaje

  • 5/27/2018 Eco, Umberto - Historia de La Fealdad. 5 y 6

    48/48

    Pginas 174-175:lucas Cranach, La fu ent ede la juventud, 154 6,Berln, Gernaldeqalerie

    Dgin a anterior :Georges de la Tour,tocado r de z an fon a ,628-1630, Nantes,use des Beaux Arts3artolomeo Passerotti,:Dmedor de l brazo ,siglo X VI , Miln,:oleccin privada

    Miguel ngel viejoMiguel ngel BuonarrotiRimas 1623Me zumba un abejorro en la cabeza,soy un saco de piel, huesos y nervios,tres pldoras de pez en la vejiga.Ojos viola, dbiles, cansados,dientes como teclas de instrumentoque la voz dejan pasar o la detienen.Mi rostro causa espanto a quien lo mira;y del campo sembrado y an secoa los cuervos mi ropa ahuyentara.Una araa anida en un odo,en el otro nocturno canta un grillo;insomne estoy y ronco sin respiro. c . . .De qu me sirven tantos monigotespara acabar haciendo como aquelque pas el mar para ahogarse en mocos?El arte apreciado, con que un tiempotanta fama tuve, me ha llevado a esto,pobre, viejo y esclavo de los otros,una ruina, si no muero presto.As mismoAndreas Gryphius (siglo X V 1 l)Notte, lucente notte, 1, 48Tengo horror de m mismo: me tiemblan[los miembroscuando los labios y la nariz y las cuencas[de los ojosciegos por la vigilia y el aire fatigoso de[la respiracinobservo y las cejas ya inexistentes.La lengua, negra por la sequedad, cae[con las palabrasy masculla algo; el alma cansada invocaal gran consolador, la carne huele a tumba,

    2. MANIERISMO y BARROCO

    los mdicos se marchan, regresan los[dolores,mi cuerpo solo es venas, piel y huesos.Sentar es mi penar, yacer es mi tormento.Muletas necesitan ya mis piernas.Do est la noble fama, los honores, la

    [juventud y el arte?En llegando esta hora todo es humo y[niebla.Es una angustia que viene intencionada

    [a matamos.Ricardo ID\XIilliamShakespeareRicardo Ill, 1Pero yo, que no he sido formado paraestos traviesos deportes ni para cortejar aun amoroso espejo .. ; yo, groseramenteconstruido y sin la majestuosa gentilezapara pavonearme ante una ninfa delibertina desenvoltura; yo, privadode esta bella proporcin, desprovisto detodo encanto por la prfida naturaleza;deforme, sin acabar, enviado antes detiempo a este latente mundo; terminado amedias, yeso tan imperfectamente y fuerade la moda, que los perros me ladrancuando ante ellos me paro.. [V ay a , yo, enestos tiempos afeminados de paz muelle,no hallo delicia en que pasar el tiempo,a no ser espiar mi sombra al sol, y hagoglosas sobre mi propia deformidad y as,ya que no pueda mostrarrne como unamante, para entretener estos bellos dasde galantera, he determinado portarmecomo un villano y odiar los frvolosplaceres de estos tiempos.

    piedad vibra en los versos con que Miguel ngel o Gryph ius pintan supropia fealdad senil. Comienza tambin una reflexin piadosa sobre unafealdad que produce dolor y al mismo tiempo maldad: otro tema queretomar el romanticismo. Vase la forma amargamente piadosa con queShakespeare representa el sufrimiento de Calibn o de Ricardo 111,sugiriendo que la causante de su maldad es la mirada rencorosa con que losdems han considerado su fealdad.La misma comprensin ante los defectos humanos aparece tambin enmuchos pintores, cuyos retratos de rostros grotescos no pretendan ser unaburla de los desventurados ni una representacin del mal, sino una muestrade la enfermedad o de la accin fatal del tiempo.

    177