Edición Revista Raíces de Expresión 2012

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Equipo Editorial N IXRevista Races de Expresin La Revista de los estudiantes de Historia

Direccin: Mara Fernanda Lanfranco Gonzlez Comit de gestin y relaciones pblicas: Gabriel Hoecker Gil Diego Fernndez Gajardo Comit Edicin: Ral Burgos Pinto Giuliano de Conti Rivara Diagramacin y Diseo: Carlos Chvez Gatica Simn Sandoval Guzmn

Comit de Seleccin de Artculos: Dr. Ral Buono-Core Varas Profesor PUCV Doctor en Historia, Universidad de Pisa, Italia Dra. Virginia Iommi Echeverra Profesora PUCV Doctor en Estudios clsicos, Medioevo y Renacimiento, Universidad de Florencia, Italia Ricardo Iglesias Segura Profesor PUCV Master en Amrica Ltina Contempornea, Instituto Universitario Ortega y Gasset Universidad Alcal de Henares, Espaa

Las Opiniones vertidas en esta revista son de exclusiva responsabilidad de los autores y no representan necesariamente el pensamiento del Comit Editorial de la Revista Races de Expresin. Se autoriza la reproduccin total o parcial de esta revista reconociendo la autora original, y sin fines de lucro.

Proyecto financiado por la Vicerrectora Acadmica y Direccin del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Catlica de Valparaso; y por fondos CONFIA de la Unidad de Gestin Estudiantil de la Direccin de Asuntos Estudiantiles de la Pontificia Universidad Catlica de Valparaso, 2012.

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ndice

PresentacinRevista Races de Expresin IX Edicin Migracin y TerritorioBaldomero Estrada Turra

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Seleccin de artculosEl Comercio Inhumano: Los comienzos de la Trata Negrera a Europa y Las Antillas como un caso de migracin forzadaMara Fernanda Cceres

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Entre la realidad y su representacin: Inmigracin Peruana en Santiago de Chile, 1990-2000Alejandra Fuentes

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La Fuente Episcopal: Un vasto testimonio de inmigrantes en la PatagoniaElizabeth Mena

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Restituir lo propio: desde la conquista hasta la actualidad: Anlisis histrico en torno al conflicto territorial en Bolivia con los IndgenasCarla Miranda Mara Paz Pradenas Estefana Urqueta Francisca Rojo

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La Inmigracin rabe en Santiago de Chile: El arraigamiento en el barrio RecoletaIgnacio Salvo

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Seccin El rbolInmigracin y rasgos territoriales: Una reflexin de las oportunidades del territorio como motivo del desplazamiento poblacionalPatricio Prez Felipe Salinas

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Presentacin

Revista Races de ExpresinComit de Edicin 2012

La Revista Races de Expresin, La revista de los estudiantes de Historia, constituye una iniciativa de carcter universitaria, asumiendo un compromiso con el desarrollo de la disciplina historiogrfica, que pretende fomentar la investigacin cientfica, la participacin y la discusin de temticas histricas para su difusin en la sociedad. En esta oportunidad, la revista se presenta como un espacio de trabajo consolidado, destacando por su trayectoria y permanencia, que permite su novena edicin. La profundizacin del trabajo realizado ha permitido fortalecer una publicacin que, mediante un trabajo colaborativo, apuesta por el debate y la investigacin. Asimismo, este nmero refleja la autonoma y capacidad de gestin alcanzada con el tiempo. Con ello, se ha ido generando una identidad, que refleja la importancia de que la sociedad construya conocimiento, a la vez que se comprometa con la generacin de espacios culturales de creacin, superando la tendencia de convertirse en una instancia de promocin cultural. Este ao la revista consolida un sistema de trabajo; basando su organizacin en equipos interdependientes, incorporando nuevos miembros, y generando una mayor conexin entre s. Se pretende fortalecer la capacidad de gestin y el rigor del trabajo de los integrantes; todo ello permite continuidad, prestigio y proyeccin de la revista. Junto a esto, mantenemos la seccin El rbol, respaldando el compromiso de generar una publicacin de Historia, que es capaz de incorporar otras disciplinas en el estudio de los temas propuestos. En esta oportunidad, desde la geografa nos aproximamos a comprender los problemas asociados a la migracin y el territorio, integrando nuevos conceptos y categoras que ofrezcan nuevas perspectivas de anlisis. Para finalizar como Equipo Editor, agradecemos a todos aquellos que contribuyeron a esta iniciativa estudiantil; a la Vicerrectora Acadmica y a la Direccin del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Catlica de Valparaso que, a travs de recursos y espacios de difusin, contribuyeron a este nmero; a la Direccin de Asuntos Estudiantiles de la Pontificia Universidad Catlica de Valparaso que, mediante los Fondos concursables CONFA, posibilit el financiamiento de esta edicin; a los miembros del Comit de Seleccin de Artculos por su disposicin y trabajo; al profesor Baldomero Estrada por la presentacin de este nmero; a la Revista Despertando Latitudes de Geografa, por contribuir con una investigacin para nuestra seccin El rbol, y en general, a cada uno de los que aportaron y permitieron que la Revista Races de Expresin haya concretado su novena publicacin.7

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Presentacin

Migracin y TerritorioBaldomero Estrada Turra, Pontificia Universidad Catlica de Valparaso.

El tema propuesto para este nmero enfoca un fenmeno siempre presente en la Historia y que en los ltimos aos ha cobrado mayor vigor. Tal situacin se expresa en el masivo desplazamiento de emigrantes, hacia Europa, generando mltiples controversias en torno a las polticas migratorias de los pases receptores que procuran fallidamente evitar el ingreso de forneos. Por otro lado, sabemos tambin que parte importante de la fuerza laboral que sustenta la economa europea la constituyen trabajadores inmigrantes. Las mayores facilidades en el transporte; las inestables condiciones econmicas de muchas naciones; la existencia de eficientes redes tnicas migratorias; los estmulos por el progreso provocados por el sistema capitalista; la mayor informacin del mundo exterior, son, entre otros factores, causales inevitables de esta permanente ola migratoria que caracteriza a la Humanidad en la actualidad, como uno de los efectos ms perceptibles de la globalizacin. Las perspectivas analticas para aproximarnos al tema migratorio son mltiples, como lo demuestran los artculos incluidos. Efectivamente, podemos observar un movimiento migratorio iniciado a comienzos del siglo XX como ocurri con los rabes, como tambin podemos conocer sobre el desplazamiento de peruanos a nuestro pas, desde fines del siglo XX. Ambos casos nos llevan, no slo a introducirnos en una situacin propia de la historia nacional, sino nos entregan importantes antecedentes que nos aproximan a la comprensin de fenmenos universales importantes que han afectado y afectan directamente nuestra propia realidad. Los trabajos aludidos se refieren a desplazamientos que tienen en comn tratarse de desplazamientos voluntarios, situacin que no corresponde a lo que ocurri con millones de esclavos, que fueron forzados a dejar frica para solucionar problemas laborales de las potencias imperialistas de los tiempos modernos, que es el tema que alude un tercer artculo, revelando que no es menor la consideracin de la voluntariedad u obligatoriedad del desplazamiento. Otro de los trabajos, aunque en forma muy breve, nos lleva ms bien a considerar el espectro de las fuentes posibles de usar en las investigaciones de temas migratorios. El uso de testimonios es sin duda una muy buena forma de aproximarnos a conocer, desde los propios actores, el proceso migratorio, desde planos subjetivos que nos aproximan a situaciones propias de la historia de mentalidades y de la psicologa social. El ltimo trabajo, incluido en este volumen, aunque directamente no se refiere a los procesos migratorios, presenta un tema que es sin duda un efecto del expansionismo europeo que significo migracin poblacional y usurpacin territorial de las etnias indgenas, que muchas veces fueron desplazadas por oleadas migratorias cuando no eliminadas, para dar paso a la civilizacin. Es por ello interesante confrontar los9

problemas que enfrentan los indgenas americanos, por defender sus derechos a la tierra ancestral, con las dificultades que tienen los inmigrantes latinoamericanos para ingresar en los Estados Unidos y los pases europeos, quienes lideraron las ocupaciones de nuestro Continente en el pasado. Por lo reseado podemos advertir que el presente volumen nos desplaza por una serie de problemas que van ms all de lo estrictamente relativo a los temas migratorios y se relacionan con temas relevantes de la disciplina histrica tanto por la temtica como tambin por los enfoques privilegiados. Es por ello evidente la necesidad, para una ms completa aproximacin al conocimiento histrico, la utilizacin de otras disciplinas. Para el caso de los estudios migratorios se conjugan diversas ciencias que necesariamente requieren de coparticipacin. De all que un historiador, que se involucra con estos temas, debe recurrir a los aportes de la sociologa, economa, antropologa, geografa, politologa, psicologa, demografa, entre otras reas de las ciencias sociales y humanas. Desde el plano terico los estudios migratorios han tenido una interesante evolucin desde las distintas ciencias mencionadas aunque se echa de menos una mayor participacin de los historiadores al respecto. Los anlisis macro han privilegiado las perspectivas econmicas, como ocurre con la tradicional teora neoclsica que ha tenido larga vigencia y adeptos hasta los inicios de la dcada de los aos setenta del siglo pasado. La teora neoclsica es la expresin del funcionamiento del mercado abierto en el plano demogrfico, es decir, los desplazamientos humanos se rigen por la ley de la oferta y la demanda, por consiguiente, la poblacin se desplaza, desde las regiones con limitaciones laborales y salarios bajos, hacia los pases con requerimientos de trabajadores y salarios atractivos. Dadas las caractersticas presentadas, hasta dicha poca, por las masivas olas migratorias, dicha explicacin satisfaca como planteamiento general, sin embargo, las transformaciones que se experimentaron en el escenario econmico mundial como en las direcciones y componentes humanos migrantes, mostraron la incapacidad de dicha teora para explicar la situacin vivida especialmente a partir del ltimo cuarto del siglo XX1. Un anlisis ms detenido y particular de los procesos migratorios plantea varias dudas sobre la teora neoclsica fundamentalmente por el comportamiento que ha tenido la poblacin en la poca contempornea como tambin por las particulares caractersticas de determinados grupos migrantes del pasado en donde advertimos que su decisin por migrar ineludiblemente se explica por problemas de carcter laboral. Efectivamente, no necesariamente los pases con salarios ms bajos son10

1 Arango Joaqun, La Explicacin terica de las migraciones: luz y sombra, Migracin y Desarrollo, N 1, 2003.

aquellos que muestran mayor movilidad, al mismo tiempo, tampoco son los principales receptores los pases con los salarios ms altos. Es decir las disparidades salariales no bastan para explicar las decisiones de los emigrantes en cuanto al lugar elegido como destino en su empresa por buscar mejores condiciones de vida. Por lo anterior, es pertinente incluir, entre las razones por las cuales emigra la poblacin, un conjunto ms complejo de factores intervinientes en dicha decisin. Si utilizamos los trabajos incluidos en este volumen como testimonios para explicar las limitaciones de la teora neoclsica podremos advertir que efectivamente esta teora no permite, del todo, entregarnos los antecedentes para explicar el fenmeno vivido por los grupos seleccionados. La llegada de los rabes a Chile no podemos explicrnosla por una simple razn econmica basada en diferencias salariales. Seguramente bajo tal premisa, nunca habran llegado a Chile. Por otro lado, sabemos que la hgira rabe tuvo motivos polticos importantes por el dominio turco que afect a dichos pueblos. Igualmente, los rabes que llegaron a Chile fueron mayoritariamente cristianos en atencin a la fuerte identidad catlica de nuestra sociedad. Es decir, para comprender la inmigracin rabe a Chile no podemos remitirnos slo a razones econmicas. Por otra parte, si queremos explicarnos la forma como se integraron los rabes en nuestra sociedad debemos conocer ciertos aspectos de carcter poltico que se han generalizado ltimamente y que han permitido la aparicin de nuevos aportes tericos apropiados a tales circunstancias. Dadas la imposibilidad que tienen muchos inmigrantes para integrarse en los mercados laborales regulares europeos, fundamentalmente por expresas prohibiciones legales, se han debido orientar a actividades al margen de este mercado, privilegiando las actividades independientes, insertas en la economa sumergida o como auto empleados. Es as como se han producido interesantes explicaciones sobre el tema que bien nos sirven tambin para aplicarlas a situaciones histricas del pasado como es el caso de los rabes en Chile, quienes en su mayora eran agricultores pero cuando llegaron al pas no tuvieron posibilidades de instalarse como tales. Por lo dems, problemas de idioma hacan difcil pudieran desempearse dentro del mercado regular. De all que la actividad comercial surgiera como la principal alternativa que poda satisfacer sus necesidades. Es decir la exclusin que planteaba la estructura laboral de la sociedad receptora determinaba o empujaba a los inmigrantes a encontrar su subsistencia en espacios vinculados preferentemente al quehacer comercial.

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Este escenario fue analizado por E. Bonacic, a comienzos de la dcada de 1970, planteando que la actividad comercial en los sectores inmigrantes era una respuesta a los mercados fragmentados y hostiles con que se encontraban los extranjeros. Surge as la denominada teora de la desventaja2. A partir de entonces se produce un interesante flujo de teoras que se orientan a encontrar explicaciones a la proliferacin de actividades empresariales en distintas reas de la economa realizadas por inmigrantes. Las respuestas fueron variadas en virtud de las mltiples experiencias vividas a travs de los Estados Unidos como Europa. Entre todas podemos distinguir tres lneas bsicas. La primera, denominada culturalista, privilegia las capacidades de los grupos inmigrantes aduciendo que su potencialidad como empresarios es un capital propio del grupo tnico, sus caractersticas y su patrimonio cultural ancestral3. Una segunda explicacin apunta a las facilidades y oportunidades que otorga la sociedad receptora muchas veces por abandono de determinados nichos laborales por parte de la poblacin nativa y que resultan atractivas para la insercin laboral de los extranjeros4. Finalmente, la perspectiva interactiva, vincula las capacidades del grupo con las posibilidades que otorga el medio receptor5. Por otro lado, los estudios migratorios han tenido especial preocupacin para encontrar las causas de la emigracin como los destinos elegidos, analizar la conformacin de redes migratorias, por cuanto la existencia de estas estructuras sociales, estimula y facilita el proceso en forma directa a su capacidad organizacional. De all que encontremos entre los grupos inmigrantes diversas expresiones de organizacin comunitaria que operan en forma decisiva en la insercin laboral de sus coterrneos. A propsito de lo anterior podemos remitirnos al fenmeno migratorio peruano en Chile como un buen ejemplo operativo de los colectivos inmigrantes para insertarse en la sociedad receptora y aprovechar las posibilidades que el medio ofrece a sus particulares capacidades. Es as como ha surgido La Lima Chica en el centro de Santiago, que es la ocupacin de espacios que la sociedad receptora ha desechado y que ahora han sido recuperados por los peruanos. La insercin peruana se identific primeramente con la inmigracin femenina que se insert en los servicios domsticos, pero posteriormente surgieron diversas expresiones empresariales de servicios y especialmente de carcter gastronmico que han permitido a la colectividad generar nuevos nichos laborales que no slo se remiten a funciones de servicios sino han incidido de modo significativo en la produccin agrcola estimulando el cultivo de nuevos productos en virtud de las necesidades

2 Bonacic E., A theory of ethnic antagonism: the split labor market, American Sociological Review, Vol. 37, 1972; A theory of middleman minorities, American Sociological Review, Vol. 38, 1973. 3 Light Ivan, Ethnic Enterprise in America, University of California Press, Berkeley, 1972. 4 Aldrich, H., Ecological succession in racially changing neighborhoods: a review of the literature, Urban Affairs Quarterly N 10, 1975. 5 Waldinger R., Immigrant Enterprise in the New York garment industry, Social Problems N 32, 1984.

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que impone la cocina peruana de gran acogida en nuestro pas, de tal modo que se hace comn encontrar en la mayora de las ciudades restaurantes que ofrecen gastronoma peruana. El artculo referido al trfico de esclavos, bien sabemos que se relaciona ntimamente a un problema econmico y laboral propio del perodo imperial pero en ningn caso se explica en virtud de diferencias salariales y bien sabemos que los volmenes que tuvo dicha modalidad migratoria afect a millones de personas provocando efectos culturales importantes en los lugares de llegada. Como queda evidenciado actualmente en muchas sociedades americanas desde los Estados Unidos hasta la mayora de los pases centroamericanos y caribeos, cuyas economas requirieron de amplia mano de obra para ser explotadas por los imperios colonizadores.

Finalmente, los dos ejemplos utilizados como fuentes epistolares, en el artculo referido a la Patagonia, corresponden a inmigrantes que se ubican en sectores sociales privilegiados y no podramos encasillarlos como parte de la oleada humana desplazada por apremios econmicos. Por lo dems, bien sabemos que el promedio de inmigrantes que vino, en la poca en cuestin, escasamente podan escribir y difcilmente podran haber entregado los testimonios seleccionados, que denotaban ciertamente un nivel cultural excepcional entre los grupos migrantes. Dado lo precedente, podemos concluir que la complejidad y diversidad de expresiones que caracteriza a los movimientos migratorios, como tambin la interesante dinmica que tienen en su evolucin histrica, hace muy difcil encasillar, en forma inequvoca, los desplazamientos humanos en determinadas categoras tericas. Si bien reconocemos la necesidad de recurrir a instrumentos cientficos que orienten nuestra investigacin, es tambin oportuno no depender de propuestas deterministas que muchas veces dejan de lado aspectos sustantivos y fundamentales para comprender ciertos fenmenos. Podemos, por cierto, disfrutar de un conjunto de trabajos que constituyen un bagaje plural, interesante y orientador, respecto a la versatilidad y complejidad de la disciplina histrica relacionada con los temas migratorios.

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El Comercio Inhumano:Los Comienzos de la Trata Negrera a Europa y las Antillas como un caso de migracin forzada. Siglos XV-XVIII.Los desplazamientos territoriales del hombre han sido parte de su propia historia; agudizados en determinados perodos, atenuados en otros; han estado condicionados por diferentes factores de naturaleza ambiental, demogrfica, econmica, cultural, religiosa, sociopoltica. As, la formacin de naciones, estados e imperios, de una parte, y las guerras de otra, han dado lugar a migraciones tanto voluntarias, como forzadas. Eramis Bueno Snchez.

Egresada de Pedagoga en Historia, Geografa y Ciencias Sociales y Licenciatura en Historia con mencin en Ciencia Poltica, Pontificia Universidad Catlica de Valparaso.

Mara Fernanda Cceres

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IntroduccinPor qu las personas se desplazan? Comenzar una investigacin a partir de esta pregunta nos abre un abanico de posibilidades de estudios histrico-geogrficos, abarcando diferentes temticas y la oportunidad de abordarlas a travs de diversos mbitos o dimensiones, por lo cual se trasluce como un problema interdisciplinar. El desplazamiento de personas de un determinado territorio a otro se conoce bajo el concepto de migracin, sea emigracin o inmigracin dependiendo del caso. Este fenmeno siempre ha existido, sin embargo, en los ltimos aos se ha incrementado, es por eso que algunos consideran que el siglo XXI puede ser caracterizado claramente como el siglo de las migraciones1. A raz de ello se ha intentado llegar a una definicin del concepto. Para Ada Ruiz Garca, migracin se entiende como los desplazamientos de personas que tienen como intencin un campo de residencia desde un lugar de origen a otro de destino, atravesando algn lmite geogrfico que generalmente es una divisin poltico-administrativa 2 siendo sus objetivos la bsqueda de mejores oportunidades de vida de los individuos, ya sea porque en su lugar de origen o de establecimiento actual no existen tales oportunidades o porque no satisfacen todos sus criterios personales3. Para Ludmila Borisovna en tanto, migracin se entiende como una decisin, la cual es resultado de un clculo racional en el cual cada individuo compara los costos de la migracin con sus recompensas 4, es decir, analizando y viendo tanto los costos como los beneficios que sta pueda producir. Como complemento a esta ltima conceptualizacin, Ian Chambers nos dice que la migracin implica un movimiento en el que el lugar de partida y el punto de1 No se puede obviar en este contexto, la influencia del proceso de Globalizacin en el aumento de las migraciones durante el siglo presente. 2 Ruiz Garca, Ada, Migracin oaxaquea, una aproximacin a la realidad. Oaxaca: Coordinacin Estatal de Atencin al Migrante Oaxaqueo, p. 13. En: http://catarina. udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/guzman_c_e/capitulo1.pdf 3 bid, p. 13. 4 Borisovna, Ludmila, Vivir en un espacio. Movilidad geogrfica de la poblacin. Puebla, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, 2002, p. 33. En: http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/guzman_c_e/capitulo1.pdf

llegada no son inmutables ni seguros. Exige vivir en lenguas, historias e identidades que estn sometidas a una constante mutacin 5, por lo tanto, quien decide dejar su lugar de origen debe estar consciente del proceso de asimilacin que pueda darse, producto de que deber desenvolverse en nuevas sociedades, desarrollar una nueva forma de vivir y convivir, etc. Todos estos planteamientos abarcan distintas caractersticas que componen la definicin de migracin. Sabemos que se trata del desplazamiento geogrfico de una o un grupo de personas, hablamos de un cambio permanente (en la mayora de los casos), dnde generalmente se atraviesan lmites o fronteras polticoadministrativas, por lo que habra un cambio latente principalmente en el mbito cultural a partir de la entrada a un nuevo contexto, donde yace ya una identidad, una historia y en algunos casos, una lengua propia. Una de las caractersticas en las que concuerdan de manera ms explcita sera en que la migracin es producto de la decisin de los individuos que migran, ya sea en vista de las condiciones de vida del determinado grupo, lo cual los hace tomar la decisin de tomar sus cosas y partir en busca de mejores oportunidades o ya sea una decisin en vista de la simple motivacin de querer conocer otros lugares; ambas motivaciones surgen de la propia voluntad. Pero Qu pasa cuando la migracin es involuntaria?, Qu pasa cuando un determinado grupo de individuos migra, pero la decisin de migrar no surge de ellos? Cuando la migracin se produce de manera involuntaria o ms especficamente, cuando la migracin de determinados grupos no obedece a su propia decisin sino que a grupos de poder ms elevados, es cuando5 Chambers,Ian, Migracin, Cultura e Identidad. Buenos Aires. Amorrortu Editores, 1994, p. 19. En: http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/guzman_c_e/ capitulo1.pdf

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hablamos de migracin forzada. La Historia nos ha dado ejemplos notables de ella: en tiempos de los Reyes Catlicos, pudimos ver la migracin forzada de los judos, los cuales fueron expulsados de Espaa producto de los conflictos tras la irrupcin de la Inquisicin; el exilio de personas por diferencias polticas como el caso de nuestro pas durante la dictadura de Augusto Pinochet, tambin puede ser un ejemplo de migracin forzada. Durante el perodo de Expansin Europea se llevar a cabo la migracin de miles de hombres, principalmente espaoles y luego portugueses, los cuales despus de descubrir Amrica llevarn a cabo la Conquista y Colonizacin de sta. Sin embargo, paralela a la migracin voluntaria de europeos, se desarrollar tambin la migracin forzada de africanos. En efecto, la migracin de los negros no parte con la Historia de Amrica, sino que unos cuantos aos antes, cuando los portugueses comienzan sus viajes de exploracin por la costa de frica.

Sera el ao 1441 el hito que dara comienzo al traslado de los negros, cuando son llevados los primeros esclavos africanos a Portugal tras el viaje de Anto Gonzalves y Nuno Tristo, los cuales iban a ser exhibidos como objetos ante el Infante Enrique el Navegante6. De esta manera vemos configurado nuestro objeto de estudio: analizar las causas de la migracin forzada de los negros, en una primera instancia hacia Europa y en una segunda, hacia Amrica. Junto a ellos, se abordarn las repercusiones de la trata en el contexto de la poca. Entenderemos el desplazamiento forzado de los negros como una migracin involuntaria, los cuales viajaron en calidad de esclavos sin derecho alguno que los protegiese. Su migracin se desenvuelve paralela a la de los europeos y en muchos casos, no se le otorga el peso que ostenta. Los propios latinoamericanos nos olvidamos de la tercera parte que compone nuestro propio continente, pues tal como menciona Jos Luis Martnez, Amrica no estara completa sin la presencia negra7.

I.Migracin Forzada: Los Inicios-Fase Europea.Podramos decir que sin portugueses no hubiese existido migracin forzada de poblacin esclava? Probablemente no. Mucho antes que los portugueses comenzaran con el traslado de la poblacin negra, mercaderes rabes ya practicaban el comercio de esclavos va terrestre8. En este sentido podemos decir que la migracin forzada de los esclavos africanos era practicada desde mucho antes, incluso podramos llegar a afirmar que el inicio de este proceso de desplazamiento histrico-geogrfico, revivira en todo su esplendor la vieja institucin de la esclavitud,6 Thomas, Hugh; La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. Barcelona, Editorial Planeta, 1998, p. 53. 7 Martnez, Jos Luis, Pasajeros de Indias: viajes transatlnticos en el siglo XVI. Madrid, Alianza, 1983, p. 211. 8 Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p.44.

la cual no era desconocida en la Europa del Siglo XV. En efecto, los primeros testimonios acerca de su existencia se pueden encontrar ya en el Antiguo Testamento. Algunos pensadores y filsofos de la poca Antigua defendieron y consideraron natural la esclavitud, aduciendo que era algo natural que aqullos inferiores o brbaros fuesen los esclavos o servidores de aquellos que eran superiores en inteligencia. Uno de los filsofos que pens la esclavitud de esta manera, llamndola tambin esclavitud natural fue Aristteles, el cual deca que por naturaleza el hombre rige a los animales y el alma al

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cuerpo, de la misma manera est claro que unos son libres por naturaleza y otros esclavos, pues, para stos, los ignorantes y faltos de entendimiento y prudencia, el ser esclavos, es conveniente y justo 9. Similar pensamiento tena Cicern, el cual estaba de acuerdo en que los sabios son libres y los sin sabidura esclavos 10. Posteriormente los autores cristianos terminaran por aceptar esta idea de la esclavitud natural, como es el caso de Santo Toms. Ya ms adelante, autores contemporneos intentaran explicar y encontrar sentido a dichas definiciones, tal como lo hizo Domingo de Soto, al decir que a los esclavos por naturaleza se les debe tratar como hombres libres, aunque estos deben servir a los sabios con respeto 11. El hecho de tratar a los esclavos como hombres libres da otra impronta al trmino de esclavitud, pues le quita la carga negativa que se le adjudica y nos hace pensar en ella como una especie de paternalismo, es decir, una relacin donde el amo cuida y trata bien al esclavo que lo sirve. En consecuencia, permite dejar de ver la esclavitud como un castigo. De esta manera, podemos apreciar que la esclavitud ya era bastante conocida y justificada por lo dems. En cuanto a los orgenes de los esclavos, prima el ser prisionero de guerra o la captura producto de la razia, entendida como el ataque sorpresa12. Posteriormente, cuando los portugueses llegan a frica, sern aplicados ms o menos los mismos mtodos de captura, si es que no se compraban a algn mercader o rey negro, por lo menos al inicio de la fase. Sabemos que los portugueses inician sus viajes de exploracin durante el siglo XV, con la nica finalidad,9 Garca Aoveros, Jess Mara, Corpus Hispanorum de Pace, El Pensamiento y los Argumentos sobre la Esclavitud en Europa en el siglo XVI y su aplicacin a los indios americanos y a los negros africanos. Madrid, Editorial Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, 2000, p. 128. 10 bid, p. 128. 11 bid, p. 132. 12 dem, p. 58.

por lo menos al comienzo, de buscar alguna ruta que les permitiera comerciar directamente con Asia. Ellos sern los pioneros, junto a los espaoles despus, de dar inicio a esta etapa de exploracin, la cual traera grandes consecuencias en todos los mbitos posibles de imaginar. Recordemos que durante la poca reinaba en Europa una mentalidad renovadora producto de los planteamientos del Renacimiento y el Humanismo: la revalorizacin del hombre como centro del universo, ideas que habran inspirado a algunos hombres a realizar estos viajes. No olvidemos que Portugal, como tambin Espaa, sern estados o reinos martimos, es decir, que tenan una vida en torno al mar, lo cual debe haber influido de alguna manera en el espritu de los hombres a lanzarse a las exploraciones, aunque tambin tener en consideracin que la necesidad econmica de los productos de oriente fue uno de los mayores alicientes. As es como los portugueses inician sus viajes de exploracin por la costa de frica, fuertemente incentivados por el Infante Enrique, conocido posteriormente como El Navegante, primero el descubrimiento de las islas Madeira y Azores, y luego pasado el lmite del Cabo Bojador - del cual muchos estaban temerosos13 - se descubriran los ros Senegal y Gambia, posteriormente los ejes de la trata. Los esclavos negros, como lo demuestra Hugh Thomas, eran conocidos en Portugal ya desde el ao 1425, pues un buque se haba apoderado cerca de Larache de 53 hombres y 3 mujeres, todos de Guinea, y todos vendidos obteniendo buenos beneficios en Portugal14. Sin embargo sera en 1444, cuando el capitn Lanzarote de Freitas crea la primera empresa seria de Portugal, que no olvidemos, estara destinada a ir en busca de oro. Encontraran ms esclavos que oro, as lo cuenta el cronista Zurara aduciendo13 14

Mucha mitologa haba en asociacin a este cabo. Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p. 54.

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que los cautivos fueron tomados por asalto al grito de , matando y cogiendo cuanto podan entonces se vio a madres abandonando a sus hijos y maridos a sus mujeres; cada uno trataba de escapar; unos se ahogaron en el agua, otros se escondieron debajo de su choza; otros ocultaron a sus hijos entre las algas, donde nuestros hombres los encontraron despus 15. En este viaje los esclavos transportados llegaran al nmero de 23516, muchos fueron a ver su llegada, entre ellos el Infante Enrique, el cual estaba contento por la cantidad de almas que iba a salvar. Ante la escena, Zurara nos dej registrada sus impresiones: Qu corazn podra ser tan duro que no se sintiera traspasado por la lstima al ver a esa compaa? Pues algunos bajaban la cabeza y con la cara baada en lgrimas se miraban los unos a los otros. Otros gruan con gran dolor, miraban hacia las alturas del cielo, con la vista clavada en l, gritaban como pidiendo ayuda del Padre de la naturaleza; otros se golpeaban el rostro con la palma de las manos, echndose cuan largos eran en el suelo; mientras que otros se lamentaban al modo de un canto fnebre, segn las costumbres de su pas 17. Notable resulta el sentimiento de piedad manifestado por el cronista Zurara, ya que como dice Thomas figuran entre las pocas que se han registrado, no slo en aquella poca, sino durante siglos 18. Despus de esta primera migracin ms o menos masiva a Europa, comienza a desarrollarse la migracin forzada de los negros, reviviendo la institucin de la esclavitud en el continente Europeo. Para el ao 1448 unos mil esclavos ya haban viajado a Portugal, o a susZurara (Azurara), Chronicle of the Discovery of Guinea, trad. Al ingls de C.R. Beazly y Edgar Prestage, Londres, Hakluyt Society, 1.a serie, vols. 95 y 100, 1896 y 1899, vol. 95, pp. 81-83. En: Thomas, Hugh, La trata de Esclavos. p. 21. 16 Segn Zurara, haba tantos esclavos negros, como blancos, algunos de estos blancos seran moros. 17 Zurara, p. 28. En: Hugh, Thomas, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p. 21. 18 Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p. 47.15

islas Madeira y Azores. Los portugueses poco a poco irn desarrollando este comercio, estableciendo factoras en Arguim, en Elima y en Santo Tom, como menciona Zurara. El negocio era bueno, como pudo vislumbrar el Infante Enrique as como tambin sus consejeros, ms de alguno tendra intereses de por medio. Mientras ms popular se volva el poseer esclavos, ms se discuta el tema. Una de las razones o argumentos que se dara para justificar la captura de esclavos sera la llamada guerra justa, la lucha contra el Islam en Oriente con el punto clmine de la cada de Constantinopla, la lucha contra el Islam en el Occidente teniendo como punto clmine la toma de Granada. Este contexto provoc que tres papas de cierta manera le dieran el s a la esclavitud y por ende a la trata. Eugenio IV, quien en 1442 dicta la Bula Illius Qui, la cual aprueba las expediciones en frica del Infante Enrique. En 1450 y 1454, Nicols V dicta las bulas Dum Diversus y Romanus Pontifex, la primera permita a Portugal someter a los sarracenos, paganos y no creyentes, la segunda permita a Enrique convertir al cristianismo a los hombres de Guinea considerando las consecuencias beneficiosas de esclavizar paganos. Por ltimo, Calixto III dicta en 1456 la Bula Intercaetera que confirma que la Orden de Cristo debe administrar los nuevos dominios e intereses de los portugueses. A pesar de la supremaca de Portugal en esta primera etapa, no olvidemos que los espaoles tambin estaran comenzando a desarrollar sus viajes de exploracin, adems resulta singular el hecho de que fuese un papa espaol, Calixto III, el que confirmara el destino de frica, como menciona Thomas.

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As es como encontramos el primer respaldo a la trata, basado en un argumento de carcter religioso, como es la guerra justa, el cual ser utilizado como justificacin por muchos de los negreros. Ahora, sabemos que la captura para una posterior esclavitud estaba justificada. A los negros, como antes a los moros o sarracenos, se les apresaba para convertirlos y luego se los trasladaba. Ante esto, nos parece razonable decir que si se respaldaba la esclavitud bajo la premisa de la guerra justa, de alguna forma se respaldaba la trata tambin. Posteriormente, cuando la trata negrera se desarrolla a nivel internacional, participando prcticamente casi todos los europeos, se le respaldar bajo claves de carcter econmico. Por lo tanto, ya no hablamos de justificar la esclavitud en funcin de salvar las almas de estas personas, la conversin religiosa deja de ser rpidamente el objetivo primordial. El comercio de personas pasa a ser un negocio bastante rentable y enriquecedor para los traficantes de esclavos. En Portugal, los negros desempeaban varias funciones y su destino comprenda diversos escenarios: algunos fueron barqueros, otros eran vendidos por sus amos para desempear trabajos pesados, algunos fueron a parar a hospitales y otros fueron a monasterios. Sin embargo, la gran mayora de ellos iran a parar a las plantaciones de caa de azcar en las islas portuguesas Azores y Madeira, el cual sera, por qu no decirlo, el gran destino del negro. La posesin de esclavos comienza a ser un signo de distincin ya hacia el ao 1460.

Pero, cundo es que entra Espaa en este naciente negocio de la trata? Ya desde la segunda mitad del siglo XVI la demanda de esclavos comienza a crecer cada vez ms, como nos lo demuestra el caso del mercader portugus llamado Diogo Valarinho, quien en 1462 recibi un permiso para vender esclavos en Sevilla. Si bien la participacin espaola en la trata negrera siempre fue menos numerosa en comparacin a la portuguesa, esto no quiere decir que no los haya habido, durante el ao 1470, cuando se estaba en plena guerra entre los monarcas de Castilla y Portugal, varios castellanos obtendrn licencias para comerciar en Guinea y Senegambia. He aqu un pequeo relato sobre la experiencia de un capitn espaol y la forma en que se capturaba a los negros: En una de dicha ocasiones, un capitn espaol, de Palos () emprendi viaje a Senegambia, donde intercambi un cargamento de pusleras de latn, pequeas dagas y telas de colores por esclavos; el capitn invit al jefe africano con el que trataba a comer a bordo de su buque, y el africano acept con sus consejeros principales y algunos de sus hermanos; como sucedi en tantas otras ocasiones en la larga historia del comercio de esclavos de europeos con gentes de frica Occidental, apresaron a los huspedes y los llevaron a Espaa; una vez en Espaa, el jefe africano insisti en su alcurnia y habl tan persuasivamente con Gnzalo de Stiga, comandante del fuerte de Palos que lo devolvieran a frica y ms tarde se cambiaron algunos de sus parientes por esclavos que no eran familiares del jefe, pero el resto de los cautivos fue trasladado a Sevilla, dnde los vendieron 19. El primer molino de azcar que se planta en posesin espaola fue en la Isla Canaria de Tenerife, en el ao 1484. Dos aos despus se crea en Lisboa la Casa dos Escravos.19

bid., p. 74.

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El florentino Bartolomeo Marchionni dominaba la trata ya a finales de siglo, cuando el comercio de esclavos estaba tomando su forma. De aqu en adelante la historia

toma otro cariz: el 22 de Enero de 1510 el rey Fernando autoriza el transporte de 50 esclavos negros a La Espaola, las razones, las veremos a continuacin.

II.La Migracin Forzada II: El Caribe y las Islas AntillasCundo y porqu comienza la migracin de los negros hacia la Amrica Hispana? Segn Jos Luis Martnez, su viaje como esclavos a Amrica no suele verse o analizarse como una migracin paralela, sin embargo, vinieron negros al nuevo mundo desde el primer ao del siglo XVI hasta bien avanzado el siglo XIX, en una migracin forzada al menos tan numerosa como la voluntaria de los europeos, y que ha llegado a ser un elemento importante en la formacin de las nuevas sociedades americanas y de sus culturas 20. Razn tiene al decirlo. En los primeros aos del siglo XVI, varios grupos de espaoles se haban asentado en las islas antillanas (hasta el momento, La Espaola y Puerto Rico). A fines de 1509, Diego Coln escribe al rey de Espaa comunicando la escasez de mano de obra, debido principalmente a la matanza y exterminio insensato de la poblacin indgena. Luego, cuando se intenta organizar la encomienda y el trabajo de los indios, stos no son capaces de soportar la pesadumbre que implicaba el trabajo forzado. Al momento de agotarse la mano de obra indgena de las islas, se dio paso a la migracin forzada de indios lucayos de las Bahamas, de los cules muchos murieron durante el viaje hacia La Espaola. Ante esto, el Padre las Casas, que haba defendido apologticamente la esclavitud de los indios, propuso como solucin que se trajesen esclavos negros. La situacin de escasez de mano de obra y la gran presencia de minerales sin poder ser explotados, es la razn que da pie al transporte de esclavos negros a las islas antillanas. En el ao 1505 el rey Fernando, cinco aos antes de dar la autorizacin oficial, enva 17 esclavos negros a que trabajen en la explotacin del cobre en una mina de La Espaola, tal como mencionan Konetzke y Mellafe21. Cinco aos despus, Fernando da la autorizacin (el 22 de Enero de 1510) para que se transporten 50 esclavos negros, los mejores y ms fuertes para el trabajo de la mina en aquella isla; tres semanas despus se enviarn otros doscientos esclavos. Estos primeros esclavos seran trados de Europa, por lo que ya conocan la cultura europea y por ende, la mayora deba de saber la lengua. A estos negros se les llam ladinos. La decisin del rey Fernando, que segn nuestro punto de vista sell el destino de los africanos, es analizada por diversos autores. Algunos buscan encontrar en ella una razn de mayor peso, quizs algn documento que argumente de manera explcita el porqu se decidi reemplazar la mano de obra de los indios por la de los negros. Y qu pasa cuando verdaderamente la respuesta es la nula preocupacin y el desinters?, as parece ser, segn el anlisis del historiador Hugh Thomas: a Fernando le preocupa menos el Nuevo Mundo que la conquista de Trpoli, en la que se haba embarcado 22 Konetzcke, Richard, Amrica Latina II. La poca Colonial, Madrid. Editorial Siglo XXI, 1978, p. 66 y Mellafe, Rolando, La Introduccin de la Esclavitud Negra en Chile. Regin metropolitana, Editorial Universitaria, 1984, p. 11. 22 Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p. 92.21

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Martnez, Jos Luis, Pasajeros de Indias: viajes transatlnticos en el siglo XVI. p. 180.

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Y esto, por lo menos hasta el ao 1510. Por otro lado, si pensamos en el contexto, a Fernando- el Atleta de Cristo como en su tiempo lo llam el Papa-, le debe haber parecido que ser esclavo de un cristiano era mucho mejor que ser esclavo de un moro, pues los cristianos les salvaran el alma. Thomas parece haber estudiado muy minuciosamente la decisin de Fernando, argumentando incluso que puede haber estado influenciada por terceros: el obispo Juan Rodrguez de Fonseca, el cual gozaba de varias facultades para actuar de manera independiente y, el secretario personal del rey, Lope Conchillos23. Ahora bien, estuviese o no influenciada por terceros, la decisin de Fernando tendra grandes consecuencias, pues marcara el inicio y posterior desarrollo del comercio ultramarino de personas. Durante los primeros aos del gobierno de Carlos V, el cual asumi luego de la muerte de su abuelo Fernando, habra quienes pediran al rey que por favor se les permitiera importar esclavos directamente de frica, pues muchos de los que haban sido criados en Europa se haban vuelto rebeldes y ladrones. Sin embargo no ser hasta el ao 1526, a partir de una Real Cdula en la cual se prohbe traer negros ladinos, que se comienza a traer negros bozales, es decir, que no han tenido ningn tipo de contacto con los europeos. En Agosto de 1518 se otorga el permiso para exportar cerca de cuatro mil esclavos negros al flamenco Lorenzo de Gorrevod, directamente de frica, lo que nos permite ver que incluso antes de la emanacin oficial de la Real Cdula, ya se haba planteado la intencin de exportar esclavos directamente de frica, y esto sin mencionar el comercio ilegal. Es as como se perfila ya el denominado 23

comercio triangular, dnde el primer cargamento realmente numeroso de esclavos sera una empresa netamente europea24. Como afirma Bartolom Bennassar, los negros fueron introducidos a Amrica como bienes de capital, segn las reglas del comercio, y en funcin de la coyuntura del momento 25 y si bien la trata fue regulada segn las reglas de ese entonces (contratos con compaas, licencias a particulares o rgimen de asiento), la importacin del esclavo fue cada vez ms masiva. Las cifras de este comercio triangular o comercio inhumano como ha sido llamado por otros autores, son bastante estratosfricas en algunos casos y a pesar de que reconocemos que los documentos slo sealan aproximaciones, las cifras no dejan de ser importantes. Segn Benassar, el total de esclavos transportados durante el siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII sera la siguiente26: Amrica Espaola Brasil Siglo XVI 75.000 100.000 1600-1650 125.000 200.000

Segn las estadsticas aproximadas en cuanto a esclavos entregados en las colonias americanas27, utilizadas por Thomas, tenemos lo siguientes:Esclavos entregados en: Imperio Espaol Brasil 2.500.000 4.000.000

Segn Thomas, tampoco debe pensarse, en este afn por buscar un culpable, en considerar villanos a estos dos. Sin embargo la flexibilidad de la interpretacin que hizo Fonseca de las instrucciones dejadas por la reina en cuanto a la esclavitud indgena. Por otro lado, el inters que debe haber visto Conchillos en que la trata podra incrementar de sobremanera el arca real a travs de los impuestos y aranceles de la trata, tal como lo haba hecho el rey Joao II de Portugal en 1506, el cual haba ingresado dos millones de ris. Es una clara posibilidad que esta informacin era de conocimiento por parte de las principales autoridades espaolas de la poca. Vase Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870., p. 93.

El emperador nacido en Holanda otorg la concesin a un saboyano, que vendi sus derechos, a travs de un castellano, a unos mercaderes genoveses, quienes a su vez, tendran que hacer arreglos para que los portugeses transportaran a los esclavos, pues aunque los monarcas de Espaa y Portugal eran entonces aliados, ningn barco espaol tena derecho a ir a Guinea y, adems, slo los portugueses podan suministrar tal nmero de esclavos; Vase Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. p. 98. 25 Bennassar, Bartolom, La Amrica espaola y la Amrica portuguesa. Siglos XVIXVIII. Madrid, Editorial Akal, 1980, p. 127. 26 bid, p. 127 27 Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870., p. 79824

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Segn el Manual del Afrodescendiente28, el nmero de personas vctimas de la trata fueron las siguientes:Fuente William Dubois Enciclopedia Catlica Joseph Inikori Estimacin fecha Siglo XVI Durante todo el perodo Durante todo el perodo para la Estimacin de personas 900.000 12.000.000 19.000.000

tierras americanas y el trabajo de la mano de obra de los africanos. Hemos visto como fue sellado el destino de la poblacin del continente africano, cules fueron las causas o razones de esta migracin forzada y cules fueron las cifras de la trata. Uno de los aspectos que no hemos sealado alude al cmo se realiz esta migracin, es decir, Cmo se llev a cabo el viaje de los negros? Nos proponemos contestar a esta interrogante a continuacin. Las capturas de esclavos se llevaron a cabo de diversas maneras, ya vimos un caso dnde se realiz a travs de un engao, sin discriminar si los africanos fueran o no de la realeza, que en el caso expuesto lo eran. A veces se llegaba a trato con algunos jefes tribales donde ellos cambiaban algunos esclavos de sus tribus por mercancas europeas, a veces utensilios bastantes insignificantes, como un espejo por ejemplouna vez que se tena un nmero suficiente de esclavos, estos eran embarcados en el barco negrero. Muchos de los esclavos eran trados del interior, y eran trasladados en caravanas de a pie hacia la costa. La caminata poda durar varias semanas30. Jos Luis Martnez nos cuenta que estos eran llevados en caravanas a la costa, atados unos a otros por horquillas y cuerdas, incluso cadenas que los ataban del cuello unos a otros, tambin iban unidos por los pies. Los cazadores iban con ltigos y lanzas para apurar la marcha y los golpeaban constantemente, por lo cual no todos llegaban a la costa. El alimento, si es que les daban, era escaso. En algunos casos en el puerto deban esperar la llegada del barco negrero, por lo que eran guardados y amontonados en una bodega. Luego eran subidos al barco, a veces transportados en canoas o pequeos botes. Una vez en ste eran amontonados unos junto a otros sin30

Las cifras hablan por s solas. Con los aos, la trata negrera ira alcanzando esferas impensadas. Posteriormente se sumaran a ella otros pases europeos, dentro de los cuales los ingleses tendrn un lugar notable, pues seran, despus de los portugueses, la segunda potencia de la trata. Ms adelante llegaran a sobrepasar a los portugueses. El comercio de personas humanas para abastecer a otras no pas sin haber generado algn tipo de discusin, ya sea de carcter econmico, poltico, ideolgico, religioso e incluso filosfico. Algunos vieron en esta prctica, una realidad verdaderamente cruel, pero ya nos pronunciaremos sobre eso. Otros, sin embargo, reconocieron que toda la economa europea de la poca, incluso durante los cuatro siglos que dur la trata, se sustent en base a la economa generada por el comercio triangular. As lo reconoce un historiador britnico: el comercio de esclavos africanos de principios del siglo XVIII fue el fundamento sobre el cual reposaron la industria colonial y el comercio colonial de los pases europeos 29, por ende Es posible pensar que sin la trata de esclavos y por lo tanto sin esclavitud negra, la industria y comercio europeo se hayan ido a pique?... una pregunta que da para reflexionar, sobre todo pensando en la idea de que Europa durante casi toda la poca moderna fue sostenida por la explotacin de la28 Manual de los Afrodescendientes de las Amricas y el Caribe, UNICEF, 2006, p. 25. 29 Abramova, S.U; Los Aspectos ideolgicos, doctrinales, filosficos, religiosos y polticos del comercio de esclavos negros; La Trata Negrera del siglo XV al XIX: Documentos de trabajo e informe de la Reunin de expertos organizada por la UNESCO en Puerto Prncipe, Hait, del 31 de Enero al 4 de Febrero de 1978, Barcelona, Serbal, Primera Edicin 1981, p. 33.

Vase Anexo Fotogrfico N1.

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tener un espacio de movilidad. Un barco negrero, poda transportar en estas condiciones hasta casi 600 esclavos31, tal como lo demuestra el diagrama del Brooke. A estos esclavos se les llevaba bautizados, por lo que se haca un bautizo colectivo donde se les daba adems un nombre cristiano y se les explicaba que ahora eran hijos de Dios. Algunos de los negros crean que se los llevaban para comrselos o echarlos en calderas para convertirlos en grasa32, por lo que muchos se lanzaron al mar para ahogarse. Para evitar esto los ataron con cadenas, tratando

de optimizar todos los espacios posibles33. Ni hablar de las enfermedades y el hacinamiento que deben haber sufrido durante el viaje y que segn el testimonio del padre Sandoval un espaol no poda acercar la cara a la escotilla sin sentir nuseas 34. Algunos negros cantaban durante el viaje, pero cantos llenos de dolor. Se dice tambin que muchos murieron por la pena y la melancola de ser arrancados de su tierra sin entender el porqu. Se cuenta adems que muchos barcos negreros eran seguidos por tiburones durante la travesa, pues sentan el olor a sangre, el olor a muerte.

III.Reacciones frente a la TrataLa trata negrera, el comercio inhumano o la migracin forzada de los negros gener controversia, no inmediatamente y tampoco de manera generalizada o fuertemente masiva, pues en muchos casos se prefiri hacer odos sordos a una empresa de violencia legalizada en pos del bienestar econmico de los colonialistas. Sin embargo hubo quienes alzaron la voz: es lo que veremos en este ltimo apartado. Cuando se suscit el tema de las polmicas de Indias acerca de la esclavitud de los indios, uno de los primeros en abogar en pro de su libertad fue el padre La trata negrera, el comercio inhumano o la migracin forzada de los negros gener controversia, no inmediatamente y tampoco de manera generalizada o fuertemente masiva, pues en muchos casos se prefiri hacer odos sordos a una empresa de violencia legalizada en pos del bienestar econmico de los colonialistas. Sin embargo hubo quienes alzaron la voz: es lo que veremos en este ltimo apartado. Cuando se suscit el tema de las polmicas de Indias acerca de la esclavitud de los indios, uno de los primeros en abogar en pro de su libertad fue el padre Bartolom de las Casas, el cual propuso como idea transportar esclavos negros para que estos reemplazaran a los indios como mano de obra, sin embargo, se arrepinti ms tarde de su consejo, ya que, pensaba, la esclavizacin de los negros era tan injusta como la de los indios 35. As como se comenz a condenar la esclavitud se conden tambin a los tratantes y secuestradores. Uno de los que conden abiertamente la prctica fue Toms de Mercado, el cual en su libro Tratos y Contratos de Mercaderes, aconsej a los comerciantes espaoles que no participaran en la trata de negros 36. El padre Sandoval de la orden jesuita, en De Instauranda aetiophum salute manifestara una fuerte crtica a la esclavitud como prctica, defendiendo de manera apasionada a los negros: Son sus amos con ellos ms fieras que hombres. El tratamiento que les hacen de ordinario por pocas cosas y de35 36

Navarrete, Mara Cristina, De las malas entradas y las estrategias del buen pasaje, el contrabando de esclavos en el Caribe Neogranadino, 1550-1690. Historia crtica, N 34, Julio- Diciembre 2007, Pginas 160-183. En: http://historiacritica. uniandes.edu.co/view.php/263/index.php?id=263 32 Martnez, Jos Luis, Pasajeros de Indias: viajes transatlnticos en el siglo XVI. p. 187 33 Vase Anexo Fotogrfico N 2. 34 Martnez, Jos Luis, Pasajeros de Indias: viajes transatlnticos en el siglo XVI. p. 187.31

Konetzcke, Richard, Amrica Latina II. La poca Colonial. p. 70. dem, p. 70.

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bien poca consideracin es breados, lardarlos hasta quitarles los cueros y con ellos las vidas con crueles azotes y gravsimos tormentos... Testigos son las informaciones que acerca de ello las justicias cada da hacen, y testigo soy yo que lo he visto algunas veces, hacindoseme de lstima los ojos fuentes y el corazn un mar de lgrimas (...) 37. Lo seguira tambin su discpulo, Pedro Claver, el cual dudoso de su vocacin, decidi pronunciar sus votos de sacerdote tras conocer las condiciones en que llegaban los esclavos al puerto de Cartagena de Indias, adems de visitar el hospital San Lzaro dnde se depositaban a los negros leprosos. El 3 de Abril de 1662, cuando pronuncia finalmente sus votos para ser miembro de la Compaa de Jess, firm junto a su nombre la consigna que lo definira para toda la vida: Pedro Claver, esclavo de los negros para siempre. El fray capuchino, Francisco Jos de Jaca, tambin alzara su voz en la defensa de los negros, sera reconocido por rechazar la esclavitud como institucin ms all de

la prctica misma. As como los detractores tanto de la trata como de la esclavitud, encontramos tambin a sus defensores o justificadores, en el sentido de que la respaldan en funcin de su materialidad como productora de riqueza, sin pensar en lo humano, tal como el historiador ingls anteriormente sealado, incluso pensadores como Bodino, el cual vea la esclavitud como una institucin til, natural y honesta. Para la Corona Espaola, la trata negrera as como la esclavitud, no eran realmente un tema de preocupacin, pues se beneficiaban de este comercio a travs de las licencias y asientos que se otorgaban y la recaudacin de los determinados impuestos. Pareca que en un momento todo el comercio europeo giraba en torno a la trata negrera, tal como mencion Hugh Crow, capitn de barco negrero el envo de esclavos a nuestras colonias es un mal necesario 38 y parece que frente a ello nada podan hacer los hombres comunes y corrientes, como el jesuita Pedro Claver, ms que aliviar el dolor de aquellos hombres a travs de la palabra y el catecismo.

ConclusionesNuestra intencin ha sido mostrar cmo podemos ver la trata de negros como un caso de migracin forzada. Para ello vimos cuando se realiz el primer transporte forzado de negros a Europa, primero a la corte del Infante Enrique y luego para ser utilizados en las islas portuguesas para trabajar en plantaciones. Luego vimos cules fueron las causas de su traslado a las islas Antillas y el porqu de la decisin de Fernando de Aragn, el origen del comercio triangular, el viaje de los negros y las reacciones frente a la trata.Biblioteca Virtual Luis ngel Arango, Las Misiones Jesuitas en el Nuevo Reino. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/cseii/cseii03.htm 38 Thomas, Hugh, La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870, p. 306.37

La trata alude especficamente al comercio de los negros, el comercio de personas por personas, el cual no se torn polmico sino hasta finales del siglo XVIII cuando comienza el movimiento abolicionista. Nosotros entendemos que si se respald la trata en su determinado tiempo, se respald tambin la esclavitud y que cuando se rechazara la esclavitud, se rechazar tambin la trata de estas personas. La lucha de hombres religiosos como Pedro Claver, llamado incluso revolucionario por algunos historiadores, sera un precedente para los futuros

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abolicionistas, movimiento que surgira en Inglaterra y que se extendera rpidamente. La Iglesia Catlica manifestara su rechazo patentado slo el 3 de Diciembre de 1839 cuando el papa Gregorio XVI en la In supremus apostulatus fastigio condena explcitamente la esclavitud de los negros. Como hemos visto, la lucha de unos cuantos hombres y la denuncia de las condiciones de la trata no pudieron ser ms fuertes que la voluntad de otros hombres por sostener un comercio que les proporcionaba riqueza. Joseph Hawkins, famoso capitn de barco negrero, al llegar a un puerto y ver a los esclavos, confes que muchos de ellos [estaban] impacientes por liberarse de su cautiverio (), y que preferan el mal del que no saban nada que el mal que ya sufran, pero, reconoci, la mayora

estaban apenados ante su prxima partida () 39 Sin embargo esta partida los traera a Amrica, una tierra dnde la vida para tampoco les sera fcil, incluso quiz tendran una vida ms an ms dura que en frica, pero poco a poco ellos haran de esta tierra la suya tambin. Aqu los negros conformaran una nueva cultura y una identidad propia, aunque adoptaran la lengua castellana. Retomando las caractersticas de migracin mencionadas por Ian Chambers al comienzo de este trabajo, aqu los negros conformaran un estilo de vida muy similar al que tuvieron alguna vez en frica. Posteriormente elementos de su cultura se fusionaran con elementos de la cultura europea, como tambin de la cultura indgena, dando origen a lo latinoamericano y esto es algo que no debe olvidarse, pues muchas veces solemos darle la espalda a nuestro pasado africano.

BibliografaAbramova, S.U; Los Aspectos ideolgicos, doctrinales, filosficos, religiosos y polticos del comercio de esclavos negros; La Trata Negrera del siglo XV al XIX: Documentos de trabajo e informe de la Reunin de expertos organizada por la UNESCO en Puerto Prncipe, Hait, del 31 de Enero al 4 de Febrero de 1978, Barcelona, Serbal, Primera Edicin 1981, Garca Aoveros, Jess Mara, Corpus Hispanorum de Pace, El Pensamiento y los Argumentos sobre la Esclavitud en Europa en el siglo XVI y su aplicacin a los indios americanos y a los negros africanos. Madrid, Editorial Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, 2000. Konetzcke, Richard, Amrica Latina II. La poca Colonial, Madrid. Editorial Siglo XXI, 1978. Manual de los Afrodescendientes de las Amricas y el Caribe, UNICEF, 2006. Martnez, Jos Luis, Pasajeros de Indias: viajes transatlnticos en el siglo XVI. Madrid, Alianza, 1983. Mellafe, Rolando, La Introduccin de la Esclavitud Negra en Chile. Regin metropolitana, Editorial Universitaria, 1984. Thomas, Hugh; La Trata de Esclavos: Historia del Trfico de seres humanos de 1440 a 1870. Barcelona, Editorial Planeta, 1998.

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dem, p. 306.

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Documentos Virtuales: Biblioteca Virtual Luis ngel Arango, Las Misiones Jesuitas en el Nuevo Reino. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/cseii/ cseii03.html Navarrete, Mara Cristina, De las malas entradas y las estrategias del buen pasaje, el contrabando de esclavos en el Caribe Neogranadino, 1550-1690. Historia crtica, N 34, Julio- Diciembre 2007, Pginas 160-183. En: http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/263/index. php?id=263 +

Documentos en PDF: Captulo I, Definiciones y Conceptos sobre la Migracin. En: http:// catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/guzman_c_e/capitulo1. pdf

Anexo FotogrficoN1 Los esclavos eran trasladados a pie a los puertos o los mercados; la caminata duraba a menudo varias semanas, segn una vvida descripcin de Mungo Park (c. 1790). N2 Diagrama del Barco Negrero Brookes. El dibujo que mostraba cmo eran acomodados los esclavos ocupando hasta el espacio ms mnimo de la nave sirvi de panfleto para el Movimiento Abolicionista, N1 el cual lo promovi en el parlamento ingls para poder sensibilizar a los lores. N3 Interior de una bodega de esclavos. Se puede apreciar a los esclavos apilados unos junto a otros, en su mayora desnudos, algunos amarrados de sus pies. 1815. N3

N2

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Entre la realidad y su representacinInmigracin Peruana en Santiago de Chile, 1990-2000

Licenciada en Historia con mencin en Ciencia Poltica, Pontificia Universidad Catlica de Valparaso. Estudiante de Magster en Historia y Gestin del Patrimonio Cultural, Universidad de los Andes.

Alejandra Fuentes

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IntroduccinSi entendemos por migracin humana, a todo desplazamiento de poblacin desde un lugar de origen a otro de destino implicando un cambio temporal o permanente en la residencia habitual del individuo, podemos evidenciar fcilmente que este es un fenmeno trascendente en la Historia de la Humanidad, ya que ha estado presente en todas las pocas y en diversos lugares del mundo. Pensemos por ejemplo, en los constantes desplazamientos de poblacin en periodos prehistricos, en las oleadas de pueblos indoeuropeos (o mal llamados brbaros) que transformaron el Imperio romano en el siglo V d. C, en los flujos que trajo consigo los proyectos conquistadores y colonizadores en Amrica desde el siglo XVI, o en la migracin campo-ciudad acentuada por la Revolucin Industrial. En las ltimas dcadas los fenmenos migratorios se han caracterizado por desarrollarse en un contexto de creciente globalizacin, donde el desarrollo tecnolgico acerca la posibilidad de emigrar al reducir los costos de traslado y hacer ms visibles los posibles beneficios, pero al mismo tiempo, donde se acentan las desigualdades del orden econmico a nivel internacional, al concentrarse la migracin en trminos del destino -, en los pases ms desarrollados1. Asimismo, debemos considerar como un antecedente importante, que en la actualidad dicho orden mundial se constituye a su vez por un conjunto de valores que se presumen compartidos por los distintos pases occidentales, cuyo mantenimiento lo lideran instituciones como la ONU y la UNESCO, como son: la democracia como el mejor sistema poltico, el respeto por los Derechos Humanos y el respeto por la diversidad cultural, esto es,1 Vs: United Nations (2002), International migration report. Citado por Godoy, Lorena, Fenmenos migratorios y gnero: identidades femeninas remodeladas, PSYKHE, Vol. 16, nm.1, 2007, pp. 41-51.

el reconocimiento de la igual dignidad de las diferentes formas que adquiere la cultura a travs del tiempo y espacio2. Podramos asumir entonces que desde estas lgicas la migracin debera entenderse desde una visin positiva, sin embargo, en la prctica la inmigracin se plantea como un problema, es decir, como una pesada carga. En este sentido, Jorge Martnez seala Hay varios pases del mundo donde el crecimiento de la inmigracin ha sido intenso en los ltimos aos. De alguna u otra manera, en todos ellos han dominado imgenes simplistas a menudo distanciadas de la realidad en relacin a la magnitud (supuestamente masiva), a las caractersticas de los inmigrantes y a las repercusiones en la sociedad de destino3. El devenir histrico de nuestro pas desde sus inicios como Estado independiente hasta la actualidad, tambin da cuenta de que la migracin es un fenmeno importante, tanto desde el punto de vista de la emigracin, es decir, desde la perspectiva de los chilenos que optan por buscar nuevos horizontes en otras latitudes (pensemos en las actuales comunidades de chilenos existentes en Canad, Espaa o Estados Unidos), o bien, desde el enfoque de la inmigracin, esto es, a partir de los grupos de extranjeros que llegan a asentarse en Chile. Sin ser un pas de inmigrantes, podemos evidenciar a lo largo de la historia un considerable flujo de inmigrantes ingleses, alemanes, italianos, chinos, coreanos, rabes y judos. Como bien seala Lorena Godoy, en las ltimas dcadas se advierte un vigoroso aumento de inmigrantes especialmente desde la segunda mitad de los aos noventa: en el ao 2002 el nmero de inmigrantes se elev a185 mil, el ms alto desde 19524 .

2 Le Goff, Jacques; El orden de la memoria: el tiempo como imaginario. Editorial Paids. Barcelona, 1991. Pg. 181 3 Martnez P, Jorge, El encanto de los datos. Sociodemogrfica de la inmigracin en Chile segn el censo de 2002, CEPAL, Serie Poblacin y desarrollo, nm. 49, 2003, pp. 9-10. 4 Godoy, Fenmenos migratorios y gnero, p. 42.

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A la luz de esta realidad, el presente artculo reflexiona en torno al desarrollo de la migracin voluntaria de peruanos hacia Chile en la dcada de 1990. Se plantea como hiptesis o idea directriz, la consideracin de aquella como un fenmeno complejo, debido a que son mltiples factores los que determinan la insercin del grupo en el pas de destino: la carga histrica de la relacin bilateral entre ambos pases fronterizos; la representacin que la sociedad chilena en su conjunto construye de los inmigrantes peruanos en funcin de estigmas y estereotipos sociales; la postura del Estado chileno y su legislacin frente al tema;

y por ltimo, las estrategias que los recin llegados utilizan para insertarse y tambin, para conectarse con su lugar de origen. Para tal efecto, se articular la estructura de la reflexin en base a dos ejes temticos: el primero de ellos abordar a la sociedad que llega, esto es, a los inmigrantes peruanos y sus mecanismos de insercin, mientras que el segundo de ellos, se centrar en la sociedad que los recibe, es decir, cmo la sociedad chilena reacciona frente a tal fenmeno.

Los que llegan: Inmigrantes peruanos en ChileDe acuerdo a los estudios realizados por Tefilo Altamirano en torno la emigracin peruana, se distinguen tres flujos que emergen desde Per hacia el mundo durante el siglo XX. El primero, desarrollado durante la primera mitad de dicho siglo, se caracteriz por el desplazamiento de ncleos emigrantes de clase alta que se dirigieron fundamentalmente a Europa (Paris, Londres o Madrid) los cuales vean en aquel viaje un smbolo de poder y prestigio social. El segundo por su parte, desenvuelto en la dcada de 1970 se caracteriz por el traslado de ncleos de la clase media en busca de mejores oportunidades laborales, en la medida en que las ciudades peruanas no soportaron la migracin campo-ciudad que se efectu en tal periodo. El tercer flujo en tanto, lo identifica desde la dcada de 1980, donde aumenta el nmero de emigrantes de clase media y se integran individuos provenientes del sector medio bajo urbano y tambin, campesinos5. Sin embargo, dentro de este ltimo periodo es preciso destacar diferentes corrientes de inmigrantes: en primer5 Vs: Altamirano, Tefilo, xodo: Peruanos en el exterior, Lima, Ediciones Universidad Catlica del Per, 1992.

lugar, no puede afirmarse que esta ltima migracin se constituy por un grupo homogneo de ciudadanos, es decir, por ciudadanos de los sectores medios y pobres de Per, ya que tambin se registra la llegada de ciertos grupos provenientes de las clases peruanas ms acomodadas; en segundo lugar, una migracin de carcter poltica, que tuvo como causa el quiebre de la democracia en Per a raz del golpe de estado de Fujimori en 1992 y por consiguiente, el aumento de la violencia poltica y la inestabilidad econmica y social del pas; y finalmente, una migracin desarrollada desde 1995 no poltica. Esta ltima corriente migratoria tuvo como causas o factores de atraccin segn Stefoni: el bajo costo de los hospedajes y transportes, la apertura democrtica de Chile que tuvo como consecuencias el impulso de una agresiva campaa de gobierno para resaltar su estabilidad poltica y econmica, as como tambin, la creacin de un conjunto de leyes que favorecan la inmigracin de individuos de los pases vecinos6. Los datos otorgados por el ltimo Censo6 Vs: Stefoni, Carolina, Mujeres inmigrantes peruanas en Chile, Papeles de Poblacin, nm. 33, Julio-septiembre 2002.

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Nacional efectuado en Chile en el ao 2002 dan cuenta de los resultados de esta ltima corriente migratoria iniciada en 1995. En tal censo, se constata que 185.000 personas nacidas en el extranjero residen en Chile, los que pueden entonces considerarse como inmigrantes. Comparativamente hablando, corresponde a la mayor cifra obtenida en la Historia del pas, por lo tanto puede afirmarse que se ha llegado a una magnitud absoluta hasta ahora no conocida de inmigrantes7. Sin embargo, esta afirmacin debe interpretarse correctamente, considerando por un lado, que la cifra es menor a la cantidad de chilenos residentes en el extranjero (500.000) y que en relacin a la poblacin chilena total, los inmigrantes corresponden a un bajo porcentaje, apenas superior al 1%. Por otro lado, es preciso considerar que los peruanos no son la primera mayora. En efecto, representan un 21% del total de inmigrantes, por debajo de los argentinos que representan un 26%. Adems, cabe destacar que en comparacin con otros pases como Espaa, el nmero de peruanos inmigrantes es bajo, por lo tanto, Chile no aparece como el principal foco de atraccin. Es importante tener presente estas cifras al momento de contrastarlas con la percepcin que la sociedad chilena construy de la inmigracin peruana en trminos de magnitud e impacto social, situacin que se abordar en pginas posteriores. En cuanto a las caractersticas especficas, la migracin peruana de mediados de la dcada de 1990 posee tres elementos centrales: es una migracin mayoritariamente femenina; son personas jvenes y en edad de trabajar, y aquellas poseen un nivel de preparacin y capacitacin7

bastante heterogneo. La principal ocupacin femenina se vincul con el servicio domstico. Es por esta razn, que la visibilidad de la inmigracin peruana en Chile se constituye a partir de la imagen de la nana peruana, aquella mujer que abandona a su familia en Per para insertarse trabajando puertas adentro en las labores domesticas de un ncleo familiar de situacin socioeconmica alta en la capital del pas, es decir, en Santiago de Chile. En efecto, la mayor cantidad de nanas peruanas se concentra segn los datos censales en Vitacura y Lo Barnechea. El anlisis de este tipo de trabajo que vincula al inmigrante peruano con la sociedad chilena, puede ser comprendido desde diversas aristas, lo cual permite que se construya desde una perspectiva integral. Desde una primera postura, se concibe el trabajo domstico de las mujeres peruanas en Chile como una buena oportunidad para que tales sujetos junto a sus familias puedan surgir econmicamente, al existir una posibilidad de ahorro para mandar remesas hacia Per, una relativa seguridad y estabilidad de empleo (donde es factible obtener mayor sueldo que el recibido en el pas de origen, y donde adems no requieren calificacin previa) ; y tambin, al ser un espacio en el cual pueden realizar proyectos temporales y adquirir experiencias que el mismo les ha negado. Por otra parte y siguiendo este enfoque, el trabajo domstico puede entenderse como una posibilidad de emancipacin. Aunque en general esta migracin obedece a una estrategia de subsistencia, las mujeres inmigrantes peruanas sealan otras importantes razones para desplazarse: la violencia intrafamiliar, la opresin al interior de las familias y la sobrecarga de trabajo8. Estas razones actan como seala Stefoni como aliciente para8

Martnez, El encanto de los datos, p .15.

Godoy, Fenmenos migratorios y gnero, p. 47.

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que muchas mujeres vean en la migracin una liberacin de los abusos cometidos contra ellas9. De esta manera, la migracin se convierte en una oportunidad para salir del maltrato y establecer relaciones de gnero en contextos de mayor autonoma y menor control familiar, como por ejemplo, la posibilidad de formar nuevas relaciones de pareja. Ello por su puesto, sin desconocer el dolor y sufrimiento de aquellas mujeres, pues en la mayor parte de los casos se trata de mujeres que son madres y que por ende, han debido dejar a sus hijos al cuidado de otras mujeres. Desde una segunda postura, es posible comprender el trabajo domstico de las inmigrantes peruanas en trminos de poder. Esto se fundamenta, en la medida en que se construye un vnculo cotidiano de subordinacin donde ambos sujetos, el empleador y el empleado deben cumplir con su deber ser con el objetivo de que se mantenga la relacin asimtrica de servilismo. Dicho de otra manera, los primeros deben actuar como dominadores y los segundos como dominados.El comportamiento dominador se evidencia en el manejo total del tiempo de la nana peruana puertas adentro, es decir, aquella debe estar disponible las 24 horas del da para lo que la familia la requiera. Adems, generalmente es vestida con un traje particular, lo cual representa la diferenciacin y el control del cuerpo femenino. Esta apropiacin completa de la mujer, se refuerza por la ausencia de vida propia, independiente y autnoma de la inmigrante peruana, en la medida en que su familia se encuentra lejos geogrficamente. Asimismo, constantemente les llaman la atencin y les recuerdan que deben obedecer rdenes, solicitndoles favores que muchas veces quedan fuera de contrato, como trabajos fuera de horario o pagarles en forma atrasada.9 Stefoni, Carolina, Inmigracin Peruana en Chile. Una oportunidad a la integracin, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2003.

El comportamiento del dominado por su parte, se manifiesta en la actitud que debe mantener la empleada, debe ser sta dcil y mostrarse en todo momento con ganas de atender. Es este elemento justamente el que se seala como explicacin por la cual muchas empleadoras chilenas prefieren contratar a una nana peruana, lo cual se demuestra en esta entrevista a un empleador del sector oriente de la capital: Tiene un papel o una actitud mas de servicio (las peruanas). T llegas a la casa y te ofrecen altiro un caf, las otras nanas chilenas apenas te tiene la mesa puesta y si no te ven sentado, no te sirven. Entonces tienen una actitud ms de servicio, de atender. Pregunta: Qu es lo que ms le gusta de ella? Respuesta: que asume su papel de nana (hombre empleador), son un poco ms domables (las peruanas)10. Ahora bien, el desarrollo de la inmigracin peruana en Chile desde 1995 no slo se desenvuelve y se hace visible a partir del trabajo domstico de las mujeres, sino que tambin a travs de la ocupacin de espacios en Santiago. En este sentido, Jos Luque, a travs de un trabajo de campo realizado entre noviembre de 2003 y agosto de 2005, constata la existencia de 108 comercios pertenecientes a inmigrantes peruanos en las calles aledaas a la Plaza de Armas, los cuales se dedicaban a los rubros de internet y telefona, comida, abarrotes, verduras, envo de dinero, discotecas, pensiones y hostales11. En una primera instancia, dicha concentracin de empresas puede entenderse como la constitucin de un enclave inmigrante de carcter econmico, en la medidaEntrevista citada en Stefoni, Mujeres inmigrantes peruanas, p. 137. Luque B, Jos, Asociaciones polticas de inmigrantes peruanos y la Lima Chica en Santiago de Chile, Migraciones Internacionales, Vol.4 nm. 002, Julio-diciembre 2008, pp. 121-150.10

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en que permite que el peruano genere un capital suficiente para vivir e inclusive para mandar dinero a su familia en Per. Un estudio realizado por investigadoras de FLACSCO en el ao 2002 sobre la migracin peruana en Santiago Centro, detect que el 65% de los encuestados haba enviado 6 veces remesas en un periodo no mayor a 6 meses, lo que da cuenta de una gran sistematicidad en el envo de dinero12, situacin que se explica en general, porque en la mayora de los casos los hijos no migran, por consecuencia, deben ser mantenidos econmicamente desde la lejana. Sin embargo, esta perspectiva de anlisis es insuficiente para identificar la real importancia de tal fenmeno. Es preciso considerar aquel ncleo de microempresas peruanas, no slo desde una dimensin econmica sino que tambin, desde una dimensin cultural, lo que implica concebir dicha forma de apropiacin del espacio a partir de un nivel simblico13. Por lo tanto, la interrogante que surge es la siguiente: Qu significado posea para los inmigrantes peruanos la concentracin de un eje comercial entorno a la Plaza de Armas? En primer lugar, las calles aledaas a la Plaza de Armas en Santiago se constituyen para el inmigrante peruano como un lugar disponible y estable de asentamiento en el pas de destino. En este sentido, cabe destacar que previo a la intensificacin de los flujos migratorios esta zona posea ndices demogrficos decrecientes, por lo cual es factible afirmar que los inmigrantes peruanos y andinos van a ocupar espacios urbanos que ya no estaban siendo valorados por los mismos santiaguinos.Nez, Lorena et Al, Migrantes andinos en Chile: transnacionales o sobrevivientes?, Enfoques, nm. 003, 2004, pp. 103-123. 13 Gimnez, Gilberto, Cultura, territorio y migraciones. Aproximaciones tericas, Alteridades, nm. 22, julio-diciembre de 2001.12

Es en dicho espacio disponible, donde la inmigracin peruana logra constituir una comunidad peruana, la cual ha sido denominada por la prensa y los vecinos como La Lima Chica, a travs de la cual los sujetos que emigraron se vincularon constantemente con su pas de origen, en este caso, Per. Es el lugar donde se recrea simblicamente la tierra y la cultura, donde se revive aquello que los une y que les permite identificarse como peruanos. As, por ejemplo, los restaurantes de comida peruana y los lugares de baile se transformaron en puntos de encuentro y convivencia que les permitan a los inmigrantes peruanos enfrentar las duras condiciones laborales y de discriminacin en Santiago14. En este sentido, mantener viva la experiencia culinaria y los bailes peruanos, permiti que se fuera construyendo paulatinamente un vecindario cultural a imagen y semejanza de sus nostalgias e imaginarios nacionales. Asimismo, al intensificarse los vnculos cotidianos entre inmigrantes peruanos al interior de aquel vecindario, se fue constituyendo una actitud y accin de grupo que posea como punto de partida, las preocupaciones compartidas que obedecan a las dificultades para insertarse en la sociedad chilena. A este respecto Stefoni seala: Son los inmigrantes que viven en condiciones de precariedad material, alta vulnerabilidad social y que sufren de discriminacin por parte de la sociedad mayor, quienes utilizando sus propios recursos sociales, econmicos y humanos, comienzan a constituir una comunidad, creando comits u organizaciones, clubes deportivos y ensayando diversos tipos de actividades econmicos15. As por ejemplo, en 1998 y 1999 las asociaciones de refugiados peruanos (que se haban conformado como consecuencia de la inmigracin poltica desarrollada desde14 15

Luque, Asociaciones polticas de inmigrantes, p. 139. Stefoni, Carolina, Inmigracin y ciudadana: la formacin de comunidades peruanas en Santiago y la emergencia de nuevos ciudadanos, Poltica, nm. 43, 2004, p. 328.

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el golpe de estado efectuado por Fujimori en 1992), se interesaron por las condiciones de vida de estos ltimos inmigrantes por lo cual crearon organizaciones para asesorar jurdicamente a estas personas, bolsas de trabajo para hacer frente a la cesanta, y adems, estrategias para informar a las mujeres en torno al acceso a los programas de salud16. En relacin al impacto de esta capacidad asociativa, an cuando puede entenderse como una creciente ciudadanizacin de los inmigrantes peruanos en Chile, es menester precisar que en la prctica corresponde a

una ciudadana de segunda categora, debido a que no implica el establecimiento de una relacin recproca entre inmigrante y sociedad de destino. Por una parte, esto se explica en la medida en que los chilenos en su conjunto, no respetan los derechos que el Estado les consagra. Por otra parte, se comprende al considerar la escasa participacin poltica, ya que si bien todos aquellos que cuentan con su residencia definitiva pueden ejercer el derecho a votar para elegir a las autoridades locales de gobierno, son escasas las personas que hacen efectivo este derecho, siendo una de las principales razones la completa desinformacin sobre esta materia.

Quienes reciben: La sociedad chilena y su representacin del inmigrante peruanoPara fundamentar la complejidad de la inmigracin peruana en Chile desarrollada en la dcada de 1990, no slo es necesario analizar los aspectos relacionados con la sociedad que se desplaza, sino que tambin, es fundamental reflexionar en torno a la sociedad que los recibe, en este caso, los chilenos de la poca. Para tal objetivo, abordaremos la representacin stos construyeron tanto del perfil del inmigrante peruano como del fenmeno migratorio en su conjunto, intentando identificar cules fueron los elementos en los cuales se sustentaban tales percepciones. El estudio de Quevedo y Ziga sobre el tratamiento que entrega la prensa escrita a los inmigrantes peruanos del perodo, es esencial para identificar las caractersticas que los chilenos les atribuan a los peruanos17 . En primer lugar, se cre un puente indisoluble entre ser peruano y ser ilegal. El utilizarse en los medios de comunicacin ambas palabras en una misma frase enPara ver una lista de las asociaciones Vs., Stefoni, Inmigracin y ciudadana, p. 330. 17 Quevedo, Nayareth et. Al, Palabras mestizas: el discurso de la prensa chilena frente a la actual inmigracin peruana, Tesis para obtener titulo de grado, Escuela de Periodismo, Universidad de Santiago, Chile, 1999.16

forma repetitiva y constante en el tiempo, termin por introducir la idea de que todo peruano se encontraba en una condicin de ilegalidad en el pas, problema frente al cual las autoridades estaban en la obligacin de reaccionar. En segundo lugar, se identific esta ltima condicin de ilegalidad con la delincuencia: como todo peruano era ilegal y la ilegalidad traa consigo delincuencia, todo peruano era un delincuente. Como seala Stefoni, ello resulta en extremo peligroso puesto que segn el Cdigo Penal Chileno, la condicin de ilegalidad no constituye un delito. Sin embargo lo que no sucede en la teora, sucedi en el plano de las percepciones. Si bien no se asoci al peruano con delitos graves como hurtos u homicidios, se le asoci con el alcohol, con reiteradas rias callejeras y con la prostitucin femenina, representacin que se materializ en las redadas constantes que carabineros haca en la calles aledaas a la Plaza de Armas de Santiago.

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Como ejemplo de este tipo de caractersticas negativas asociadas a los peruanos, podemos mencionar la carta mandada al entonces alcalde de la comuna- Joaqun Lavnpor un grupo de 350 chilenos propietarios de tiendas y residentes de apartamentos de la calle Catedral. En tal manifestacin, se evidencia la amenaza y la desconfianza con la que el chileno, fundamentalmente el vecino, concibe al peruano que reside en la ciudad. Demandamos que sean tomadas medidas para proteger a nuestras familias, nuestra economa y nuestra cultura. Las hordas de peruanos que se enjambran por estas calles son responsables del vandalismo, la falta de cultura y los negocios sombros () esto ha llegado a ser un foco de suciedad y vagancia, de prostitucin, trfico de drogas ()18. Otro elemento que tendi a asociarse con el inmigrante peruano fue la condicin de pobreza y marginalidad. Esta relacin se plante a partir de un doble sentido, ya que, por una parte, segn la opinin pblica era la pobreza la principal motivacin para que el peruano emigrara desde Per hacia su pas vecino, y por otra parte, se planteaba que los inmigrantes peruanos vivan en condiciones pauprrimas una vez que se instalaban en Chile. En definitiva, el peruano que migra siempre ha sido pobre y se mantendr igual en el lugar de destino. En este sentido, llama la atencin que no se hable o escriba de los peruanos que viven en nuestro pas como empresarios exitosos, lo cual genera que la migracin peruana sea reducida a aquellos grupos socialmente ms desprotegidos. Por ltimo, los peruanos fueron asociados con bajos niveles de escolaridad e instruccin, caractersticas18

que en el caso de las empleadas domsticas peruanas se vincularon con el tipo de sociedad desde la cual venan: tradicional y machista. Esto ltimo, se transformaba para las empleadoras como un aspecto positivo, en tanto aseguraba la docilidad y disposicin servil que deban mostrar las nanas peruanas en todo momento. Todava las peruanas tienen el machismo ms metido, son mucho ms denigradas que las chilenas. Las chilenas son respetadas, tienen cierta educacin. Es otro estilo de vida. Diferencia grande en ese sentido, como que tienen ms mundo las chilenas. Pregunta: y eso las hace mejores o peores nanas? Respuesta: Yo dira que para el trabajo aqu en una casa es peor (las chilenas), porque las personas que sufren el machismo (las peruanas) estn acostumbradas, y no es por nada pero yo dira que esa una ventaja (mujer empleadora)19. A partir de las caractersticas mencionadas anteriormente, es posible afirmar que el inmigrante peruano se sita bajo la perspectiva del chileno desde una posicin de inferioridad y como poseedor de un conjunto de rasgos negativos que lo transforman en una amenaza para el pas y en consecuencia, como sujetos no dignos de confianza. Ahora bien, tal percepcin que podramos catalogar como negativa de los inmigrantes se refleja en la consideracin que la sociedad construye tambin, de la migracin peruana en su conjunto, en relacin a magnitud e implicancias. En trminos de magnitud, se interpret errneamente el aceleramiento de la inmigracin peruana durante19

Ortega, Soledad En bsqueda del paraso perdido: peruanos en chile forjan su comunidad, NACLA, Report on the Americas, Vol. 35, nm. 2, 2001, p. 8.

Stefoni, Mujeres inmigrantes, p. 138.

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el perodo, es decir, el crecimiento acelerado que experiment a mediados de los noventa esta migracin hizo creer a la opinin pblica que los peruanos venan en oleadas fuera de control20. Esta consideracin no se corresponde con los datos obtenidos por el Censo Nacional de Chile del ao 2002, donde se demuestracomparativamente hablando-, que el porcentaje de peruanos no es alto, ni tampoco es la primera mayora de extranjeros residentes en el pas. En relacin a las implicancias y como consecuencia de la sobre dimensin de la cantidad de peruanos inmigrantes, es posible afirmar que se exager el impacto de su llegada a tierras chilenas. Como expresin de tal hiprbole tenemos dos casos: Primero, se consider que los inmigrantes venan a invadir el espacio laboral de los chilenos, elevando de esta manera los ndices de cesanta. Esta situacin, como evidenciamos anteriormente, no se corresponde con la realidad, ya que los inmigrantes comenzaron a insertarse en mbitos laborales que los propios chilenos haban ya desestimado. Ejemplo de ello es la incorporacin de mujeres peruanas en el mbito del trabajo puertas adentro, labor domstica no preferida por las chilenas. En segundo lugar, se concibi que los peruanos haban invadido ciertos espacios de la ciudad, fundamentalmente las calles cercanas a la Plaza de Armas de Santiago. En este caso, si bien se evidencia la constitucin de una comunidad peruana (Lima chica) en aquel sector, con centros comerciales y viviendas peruanas, es preciso considerar que este lugar estaba paulatinamente siendo abandonado por los mismos chilenos.20

Luego de describir la representacin que la sociedad chilena construy de la inmigracin peruana de la dcada de 1990, surgen las siguientes interrogantes: Cmo se puede explicar dicho conjunto de percepciones?, qu fundamentos estn operando en tales ideas? La visibilidad de la migracin peruana muchas veces agrupada sin hacer distinciones con la inmigracin ecuatoriana y boliviana, se debe a la importancia que le asignamos al componente tnico y racial de la poblacin a la hora de identificar y construir al otro21. La presente frase citada, da cuenta de la existencia de un prejuicio racial a travs del cual los chilenos percibieron en el perodo a los peruanos, en funcin de la sangre indgena que se expresa en su fenotipo, es decir, en sus rasgos faciales y en el color de piel. Esto permite explicar, que si bien los argentinos constituyen segn el ltimo censo, la primera mayora de inmigrantes en nuestro pas, aquellos se vuelven invisibles al ojo chileno, por poseer rasgos fenotpicos similares a los chilenos. A este prejuicio racial, se suma el prejuicio social que se sustenta en el tipo de trabajo que realizan los inmigrantes peruanos en Chile durante la dcada de 1990 (servicio domstico y rubro de la construccin). Esto conlleva a que se genere una estigmatizacin laboral, en la medida en que se asocia al inmigrante per