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Edipo Rey y el destino de Sigmund Freud eleia En una de sus cartas a Whilhelm Fliess, fechada en 1897, Sigmund Freud enuncia por primera vez su interpretación de la obra de Sófocles, Edipo Rey, como el solo pensamiento de validez universal que hasta entonces le ha sido dado. 1 A partir de esta interpretación Freud desarrolla el concepto de complejo de Edipo, al que llamó también complejo nuclear. Las primeras referencias, hechas en los Tres ensayos de teoría sexual, lo presentan como el conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta con respecto a sus padres, 2 y esta estructura psíquica pasará a convertirse en uno de los pilares del psicoanálisis. ¿Qué le ofrece a Freud la tragedia de Edipo para poder basar en ella el planteamiento de una estructura psíquica común a toda la humanidad, que considera a tal grado determinante y que será punto nodal del desarrollo teórico del psicoanálisis? En resumen, la historia de Edipo Rey es la siguiente: Al nacer Edipo, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que el niño al crecer lo mataría y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo. El encargado de asesinarlo se apiadó del niño y lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies. Un pastor halló al bebé y lo entregó al rey Pólibo, de Corinto. Peribea, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del niño, llamándolo Edipo, que significa "de pies hinchados" (así los tenía por haber estado colgado). Al llegar a la adolescencia, Edipo sospechaba que no era hijo de sus padres y acudió al Oráculo de Delfos, que ni le confirmó el dato ni lo desmintió, pero le auguró que mataría a su padre y que luego se 1 Sigmd Freud, Obras Completas, Tomo I p. 307. Amorrortu, 2004. 2 Silvia Tubert, Sigmund Freud Fundamentos del Psicoanálisis. Edaf, 2000. 1

Edipo Rey y El Destino de Sigmund Freud

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Edipo Rey y El Destino de Sigmund Freud

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  • Edipo Rey y el destino de Sigmund Freud

    eleia

    En una de sus cartas a Whilhelm Fliess, fechada en 1897, Sigmund Freud enuncia por

    primera vez su interpretacin de la obra de Sfocles, Edipo Rey, como el solo

    pensamiento de validez universal que hasta entonces le ha sido dado.1 A partir de esta

    interpretacin Freud desarrolla el concepto de complejo de Edipo, al que llam tambin

    complejo nuclear. Las primeras referencias, hechas en los Tres ensayos de teora

    sexual, lo presentan como el conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que

    el nio experimenta con respecto a sus padres,2 y esta estructura psquica pasar a

    convertirse en uno de los pilares del psicoanlisis.

    Qu le ofrece a Freud la tragedia de Edipo para poder basar en ella el

    planteamiento de una estructura psquica comn a toda la humanidad, que considera a

    tal grado determinante y que ser punto nodal del desarrollo terico del psicoanlisis?

    En resumen, la historia de Edipo Rey es la siguiente:

    Al nacer Edipo, el Orculo de Delfos augur a su padre, Layo, que el nio al

    crecer lo matara y desposara a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, orden a

    un sbdito que matara a Edipo. El encargado de asesinarlo se apiad del nio y lo

    abandon en el monte Citern, colgado de un rbol por los pies. Un pastor hall al

    beb y lo entreg al rey Plibo, de Corinto. Peribea, la esposa de Plibo y reina de

    Corinto, se encarg de la crianza del nio, llamndolo Edipo, que significa "de pies

    hinchados" (as los tena por haber estado colgado). Al llegar a la adolescencia, Edipo

    sospechaba que no era hijo de sus padres y acudi al Orculo de Delfos, que ni le

    confirm el dato ni lo desminti, pero le augur que matara a su padre y que luego se

    1 Sigmd Freud, Obras Completas, Tomo I p. 307. Amorrortu, 2004.

    2 Silvia Tubert, Sigmund Freud Fundamentos del Psicoanlisis. Edaf, 2000.

    1

  • casara con su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo haban criado,

    decidi no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprendi el viaje y en el

    camino hacia Tebas encontr a Layo en una desviacin de la ruta. Discutieron por la

    preferencia de paso y Edipo lo mat, sin saber quin era. Ms tarde Edipo encontr a la

    Esfinge, un monstruo que atormentaba al pueblo de Tebas dando muerte a todo aquel

    que no pudiera adivinar su acertijo. La Esfinge pregunt a Edipo cul era el ser vivo

    que caminaba a cuatro patas al amanecer, con dos al medioda y con tres al atardecer.

    Edipo respondi correctamente que era el hombre. La Esfinge, furiosa, se suicid

    lanzndose al vaco, y Edipo fue considerado el salvador de Tebas. En premio, Edipo

    es nombrado rey y debe casarse con Yocasta, la viuda de Layo, su verdadera madre, y

    con ella tuvo cuatro hijos. Al poco tiempo cay sobre la ciudad una terrible plaga. El

    Orculo le dijo al cuado de Edipo que la plaga no cesara hasta que el asesino de

    Layo pagara por su crimen. Edipo emprendi entonces las averiguaciones para

    encontrar al culpable, y a raz de ellas descubri que era l mismo, y que en realidad

    era hijo de Yocasta y Layo. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se dio

    muerte colgndose en el palacio. Horrorizado, Edipo se quit los ojos con los broches

    del vestido de Yocasta y abandon el trono de Tebas, para escapar al exilio.

    Contextualizando un poco, en aquel entonces Freud estaba por completo

    inmerso en su autoanlisis, y este constitua su principal herramienta de investigacin

    de los fenmenos psquicos. Haba encontrado adems que los sueos eran la materia

    regia para acceder al inconsciente, que es en s mismo lo reprimido, lo inaccesible.

    Saba que los sueos eran la representacin disfrazada de deseos que, habiendo sido

    reprimidos y desplazados al inconsciente, en el fenmeno onrico se presentaban como

    cumplidos, y que si la interpretacin psicoanaltica lograba efectos, era porque el sujeto

    era modificado por el lenguaje, por el hecho de poner en palabras sus conflictos y

    deseos ms ntimos, por hacer as consciente lo inconsciente.

    La creacin literaria, las tradiciones populares, los mitos, tienen gran similitud

    con los sueos. El autor de una novela, de un poema o de una obra de teatro puede

    pensar que el acto creativo y su obra son resultado de su imaginacin y de la

    inspiracin. Sin embargo, al imaginar, el acto mismo de la creacin le impone al

    2

  • escritor entrar en una especie de estado de trance desde donde puede sustraerse de la

    realidad objetiva y la racionalidad y entrar en la fantasa, permitindole vaciar en sus

    escritos, sin saberlo, su alma, su subjetividad. Sus creaciones pueden ser consideradas

    como un sntoma de s mismo, como escritor y como sujeto, expresando su conflictiva

    interior y sus deseos. As, se puede considerar tambin que su obra es la

    materializacin, la enunciacin de aquella conflictiva interna y profunda que emerge y

    se expone, escapando a la represin, disfrazada en la ficcin, en una aventura

    fantasiosa de sus propias pulsiones.

    Por otra parte, el lector de una obra literaria o el espectador de una obra de

    teatro gustan de ella, o no, y se conmueven con ella, o no, porque la toman como

    propia, porque se identifican con ella, porque ven representado ah algo de ellos

    mismos que desconocan. La obra literaria devela al individuo, invita al sujeto a

    pensarse de forma distinta a como lo haba hecho antes, a pensar el mundo y las cosas

    de otra manera, en funcin de su propia subjetividad.

    A partir de estas premisas podemos empezar a entender el encuentro de Freud

    con la historia de Edipo. La leyenda de este personaje era ya conocida en tiempos de

    Sfocles. Haba sido transmitida de boca en boca por varias generaciones anteriores a

    l y hay muchas otras versiones sobre el personaje de distintos escritores clsicos en

    diversos periodos de la antigedad. Sfocles toma el mito y lo vuelve a contar en su

    Edipo Rey enunciando a sus propios fantasmas y materializando sus deseos.

    Del impacto y el xito que tuvo la obra en su tiempo no hay duda, tanto que

    trascendi hasta los de Freud y se sigue publicando y montando en escena hoy da.

    Sin embargo, slo Sigmund Freud, en ese preciso momento de su historia, cuando se

    est autoanalizando, es capaz de desmenuzar el significado de ese impacto,

    reconociendo en s mismo los sentimientos inconscientes que expone Sfocles en su

    obra. Tambin en m he hallado el enamoramiento de la madre y los celos hacia el

    padre, le cuenta a su amigo Fliess en la misma carta que citamos arriba. Al haber

    desarrollado mediante el psicoanlisis, propio y el de otros, las herramientas para

    hacerlo, Freud alcanza a ver el disfraz metafrico con que estn cubiertos Edipo y su

    historia, planteada como un paradigma del destino, y desplaza el determinismo de este

    3

  • hacia las fuerzas psquicas inconscientes3. Edipo vive huyendo de su destino, que

    implicara la realizacin de sus deseos, y es eso lo que mueve su existir. Sin embargo,

    las profecas del Orculo se cumplen; al igual que en los sueos, los deseos aparecen

    en la literatura como cumplidos: Edipo, sin saberlo, mata a su padre y se casa con su

    madre. En su Presentacin autobiogrfica (1925), Freud explica su interpretacin de la

    historia: El destino fatal y el orculo no eran sino las manifestaciones de la necesidad

    interior; que el hroe pecara sin saberlo y contra sus propsitos era, evidentemente, la

    expresin correcta de la naturaleza inconsciente de sus aspiraciones criminales.4

    El destino de un sujeto es el cumplimiento de un deseo inconsciente, y la cultura

    y sus manifestaciones son un vehculo que permite la realizacin de ese deseo. As el

    Rey Edipo le ofrece a sus lectores y espectadores la posibilidad de cumplir sus deseos

    inconscientes de manera sublimada, a Freud de reconocerlos, de encontrarlos en s

    mismo y mirarse de otro modo, de mirar al mundo y entenderlo de otra manera: se era

    su destino.

    3 Silvia Tubert, O.C. p.113

    4 Sigmund Freud, Obras completas. Tomo XX, p. 59. Amorrortu, 2004.

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