32
Sépma edición De la gastris al cáncer gástrico Helicobacter pylori Educación en Promoción y Prevención en Salud Laboratorio Clínico Hematológico

Educación en Promoción y Prevención en Salud Laboratorio ...lch.co/wp-content/uploads/2015/08/helicobacter-pylori.pdf · Descubrieron el origen infeccioso de la gastritis y su

Embed Size (px)

Citation preview

Séptima edición

De la gastritis al cáncer gástricoHelicobacter pylori

Educación en Promoción y Prevención en Salud Laboratorio Clínico Hematológico

Diseño y diagramaciónEditora Médica Colombiana S.A., Edimeco S.A.©

Carrera 43C No.5-33Teléfono: 444 49 00, Fax: 312 72 26e-mail: [email protected]ín, Colombia

Germán Campuzano Maya, MDDirector-Editor

Natalia María Guevara ArismendyCoordinadora científica

Johana Velásquez HoyosDiseñadora gráfica

Adriana Patricia Higuita CadavidDirección ejecutiva

Impresión: Litografía Francisco Jaramillo

ISBN 958-966444-XISBN 958-96644-0-7 (obra completa)

Primera edición, 5.000 ejemplares, 1993Segunda edición, 15.000 ejemplares, 1998Tercera edición, 10.000 ejemplares, 2001Cuarta edición, 20.000 ejemplares, 2004Quinta edición, 15.000 ejemplares, 2007Sexta edición, 15.000 ejemplares, 2010Séptima edición 15.000 ejemplares, 2013

El Programa de “Educación en Promoción y Prevención en Salud” del Laboratorio Clínico Hematológico, está dirigido a la comunidad no-médica y busca proporcionar información útil acerca de la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades en donde la medicina de laboratorio y el laboratorio clínico juegan un papel importante. Los conceptos aquí expresados están debidamente soportados en la literatura médica mundial pero en ningún momento buscan sustituir la experiencia y el juicio clínico de su médico: esta información sólo puede ser utilizada como conocimiento, que en todos los casos debe compartir con su médico.

Derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de este material por cualquier medio sin previa autorización escrita.

De la gastritis al cáncer gástrico 1

1 Médico especialista en Hematología y Patología Clínica. Director, Laboratorio Clínico Hematológico. Carrera 43C # 5-33, e-mail: [email protected]. Medellín, Colombia.

Helicobacter pyloriDe la gastritis al cáncer gástrico

Germán Campuzano Maya, MD1

«El único Helicobacter pylori bueno, es un Helicobacter pylori muerto» (D.Y. Graham, The Lancet, 1997)

Desde finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX las enferme-dades del estómago, en particular la gastritis, la úlcera péptica

duodenal, la úlcera péptica gástrica y el cáncer gástrico, se relaciona-ron con el estrés, la personalidad, la predisposición familiar, el hábito de fumar, el alcoholismo y, en particular, con hábitos alimentarios, incluidas las comidas irritantes, muy saladas, ricas en grasas, picantes y muy condimentadas; y, en nuestro medio, con los «quemados» y las «arepas de mote», entre muchos otros. Bajo esta premisa, el manejo de estas enfermedades tradicionalmente se orientó a controlar o, al menos, a reducir los síntomas, mediante la disminución o la neutra-lización del ácido del estómago con dietas, medicamentos y cirugía, entre otros métodos.

En Australia, en 1982, dos investigadores, Robin Warren y Barry Mar-shall, siguiendo la pista de bacterias en la cavidad gástrica observadas por varios investigadores a partir de 1874 [1], demostraron, después de cultivarlas, que el estómago podía ser colonizado por una bacteria [2], que más adelante se denominaría Helicobacter pylori [3]. Ade-más, señalaron que esta bacteria era responsable de la mayoría de las enfermedades del estómago y que se podía erradicar mediante el uso de antibióticos. Con su descubrimiento lograron, entre otros, los siguientes efectos:

● Convirtieron algunas enfermedades crónicas, de causas múltiples, de curso insidioso y con una alta morbilidad (número de enfermos) y mortalidad (número de muertes), en una enfermedad infeccio-sa con diferentes manifestaciones, fácilmente curable mediante la erradicación de la bacteria;

● Encontraron el tratamiento definitivo para la úlcera péptica, en par-ticular de la úlcera péptica duodenal, íntimamente relacionada con la infección y en menor proporción, la úlcera péptica gástrica;

Helicobacter pylori2

Laboratorio Clínico Hematológico

● Abrieron el camino para desenmascarar la causa de las enfermeda-des malignas del estómago, en particular del cáncer y los linfomas gástricos;

● Descubrieron el origen infeccioso de la gastritis y su tratamiento curativo mediante el uso de antibióticos;

● Abrieron paso a un nuevo género de bacterias, el género Helicobac-ter, que hasta el momento, alberga a más de 20 especies; y,

● Abrieron la posibilidad de desarrollar vacunas contra la bacteria como la mejor manera de abordar en un futuro las enfermedades relacionadas con ella, en particular, la enfermedad ácido-péptica y las enfermedades malignas del estómago.

Por todo lo anterior, en el 2005, Warren y Marshall fueron galardona-dos con la máxima distinción que pueda recibir un científico, el Pre-mio Nobel de Medicina y Fisiología, porque rompieron con el paradig-ma de las enfermedades del estómago, característicamente crónicas, de alta morbilidad y mortalidad y de alto costo y sufrimiento para quienes las padecen, al demostrar que éstas podían ser «curadas», en el sentido estricto de la palabra, mediante un tratamiento con an-tibióticos, al alcance de la mayoría de los pacientes. Dicho de otra manera: porque convirtieron una enfermedad crónica, muy grave, sin solución definitiva para quienes la padecían, en una enfermedad rela-tivamente sencilla que se puede curar con cierta facilidad.El material que tiene en sus manos hace parte de la serie Educación en Promoción y Prevención en Salud del Laboratorio Clínico He-matológico, dirigido a la comunidad no-médica, con el cual se pre-tende proporcionar información útil acerca de la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades en las que la medicina de laboratorio y el laboratorio clínico tienen un papel esencial. Los conceptos aquí expresados están debidamente soportados en la lite-ratura médica mundial, pero en ningún momento buscan sustituir la experiencia y el juicio clínico de su médico. Esta información solo se puede utilizar como fuente de conocimiento, que en todos los casos, debe compartir y validar con su médico. En resumen, este documento busca que usted se actualice en temas, que como la infección por Helicobacter pylori y las enfermedades asociadas, son de vital impor-tancia para la comunidad y para la salud pública, y que, consciente-mente, participe en el cuidado de su salud y la de los suyos.

¿Qué es Helicobacter pylori?Helicobacter pylori es una bacteria de forma helicoidal, espiral o cur-va, de bordes redondeados, con un tamaño de 0,5 µm a 1 µm de

3De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

Figura 1. Helicobacter pylori. Cortesía de L. Marshall.

ancho y de 2,5 µm a 4,5 µm de largo. Normalmente presenta entre dos y ocho flagelos que le facilitan su movilidad. En la pared celular se observan múltiples estructuras, similares a anillos o a «donas», correspondientes a la ureasa localizada en la superficie extracelular, que como se discutirá a continuación es una sustancia esencial para la supervivencia de Helicobacter pylori en el estómago. En la figura 1 se observa la morfología característica de la bacteria.

Helicobacter pylori se encuentra en el moco que recubre la mucosa del estómago, daña el tejido estomacal y duodenal, y causa inflama-ción y úlceras pépticas, como se describirá en los próximos subtítulos.

¿Qué tan frecuente es la infección?Helicobacter pylori, al estar presente en más del 50% de los estóma-gos de la población mundial, se constituye en la infección más fre-cuente de la especie humana [4], con una marcada diferencia entre los países desarrollados, en donde la prevalencia oscila entre el 30% y el 50%, y los países en vía de desarrollo, en donde oscila entre el 80% y el 90% [5]. La prevalencia de la infección por Helicobacter pylori en Colombia es una de las más altas del mundo; por ejemplo, en Mede-llín, el 61% de los niños menores de 12 años [6] y entre el 77% [7] y el 92% [8] de los adultos están infectados, valores que son muy simila-res a los informados en la mayoría de los países latinoamericanos [7].

Factores que determinan la infecciónLas diferencias en la prevalencia de la infección se relacionan directa-mente con los niveles de saneamiento ambiental, el hacinamiento y el nivel socioeconómico, los cuales son los principales determinantes del riesgo de contraer la infección. Acorde con lo anterior, los estudios epidemiológicos han demostrado que el patrón de la infección cam-

Helicobacter pylori4

Laboratorio Clínico Hematológico

Figura 2. Prevalen-cia de la infección por Helicobacter pylori de acuerdo con la edad en los países del “gru-po uno” o en vía de desarrollo [9].

Perú

PerúBrasil

Vietnam

Po

rcen

taje

po

sitiv

o d

e H

elic

ob

acte

r p

ylo

ri

Edad (años)

0 10

20

40

60

80

100

20 30 40 50 60 70

NepalTailandia

Costa de Marfil

Arabia sauditaArgelia

Suráfrica

Chile

Figura 3. Prevalencia de la infección por Helicobacter pylori de acuerdo con la edad en los países del “gru-po dos” o desarrolla-dos [9].P

orc

enta

je p

osi

tivo

de

Hel

ico

bac

ter

pyl

ori

Edad (años)

0 10

20

40

60

80

100

20 30 40 50 60 70

Gales

USA

Francia

Finlandia

Gales

Bélgica

Japón

Inglaterra

USA(negros)

USA(blancos)

bia de acuerdo con estos determinantes de riesgo, generando dos patrones característicos de infección: el primero, corresponde al de los países en vía de desarrollo, en donde la infección se adquiere en los primeros años de la vida, como se observa en la figura 2; situación que contrasta con el segundo, que corresponde al de los países desa-rrollados, en donde la tasa de infección en la niñez es menor que en la población adulta, como se observa en la figura 3 [9].

Transmisión de la infecciónA pesar de los grandes avances en el conocimiento de la bacteria y de más de 30.000 publicaciones científicas en la literatura médica mundial relacionados con Helicobacter pylori, hasta el momento, la comunidad científica no tiene respuesta definitiva a muchos aspec-tos, entre ellos, la forma de transmisión de esta infección. El hábitat natural de Helicobacter pylori es el estómago de los humanos [10] y

5De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

desde allí debe pasar al estómago de los no infectados, a través de una de las siguientes vías:

● Saliva: Helicobacter pylori se puede encontrar en la placa dental de las personas infectadas por esta bacteria [11]; además, puede lle-gar a la boca por eructos o regurgitación de jugo gástrico en la per-sona infectada. En cualquier caso, la bacteria puede pasar de una persona infectada a otra persona no infectada a través de la saliva, por ejemplo, con el beso [12]. Otra forma de trasmisión por saliva es la madre infectada, quien se considera como la mayor fuente de infección en los primeros años de la vida [13].

● Materia fecal: las personas infectadas excretan bacterias en la ma-teria fecal. Si la materia fecal no se dispone adecuadamente, como sucede en muchos casos, puede contaminar alimentos o agua para consumo humano [14] y de esta manera, llegar al estómago de per-sonas no infectadas. En esta vía de transmisión las moscas caseras juegan un papel importante, en especial en áreas rurales o en sitios en donde el saneamiento ambiental es deficiente.

● Instrumentos médicos contaminados (iatrogénica): la transmisión iatrogénica de Helicobacter pylori está claramente demostrada. Este mecanismo se ha identificado en individuos libres de la bacte-ria a quienes se les ha instalado, independiente del motivo, sondas nasogástricas [15], se les ha practicado endoscopia digestiva alta [16, 17], en quienes ingresan a unidades de cuidado intensivo y en aquellos con hospitalizaciones prolongadas [18]. La posibilidad de transmisión iatrogénica de la infección por Helicobacter pylori depende de la prevalencia de la infección en la población: cuando la prevalencia en la población está por encima de 60%, la posibili-dad de ser infectado por esta vía es de 0,4% y puede llegar a 1% en áreas del mundo en las cuales se tiene duda de la desinfección y la limpieza adecuada del instrumental utilizado [19].

¿Cómo causa enfermedad Helicobacter pylori?Para poder colonizar la mucosa gástrica y sobrevivir en el estómago, la bacteria debe modificar el microambiente ácido, característico de la cavidad gástrica, y para lograrlo, depende de la acción de la ureasa, una enzima que le permite metabolizar la urea en amonio, el cual eleva el pH alrededor de la bacteria, de tal manera que pueda sobre-vivir. Una vez que Helicobacter pylori llega al estómago, con la ayuda de sus flagelos, se moviliza a través de la capa de moco y alcanza la superficie apical de las células de la mucosa gástrica. Vale la pena en-fatizar que la bacteria no coloniza la mucosa gástrica en sí, sino que la

Helicobacter pylori6

Laboratorio Clínico Hematológico

Figura 4. Corte histológico de la mu-cosa gástrica normal. El lumen gástrico se caracteriza por tener un pH ácido de 1,2 y la zona adyacente a la mucosa gástrica por tener un pH básico de 7. La mucosa gástrica se compone de un epitelio columnar que secreta moco y bicarbonato para su protección contra el ácido. El epitelio descansa sobre una lámina propia en donde se encuentran los vasos sanguíneos necesarios para la nutrición de éste.

Figura 5. De la gastritis al cáncer gástrico. Todo este proceso inflamato-rio asociado a la oxidación (radicales libres) y a la muerte celular (apopto-sis), produce una pérdida del epitelio columnar gástrico y un aumento de la respuesta leucocitaria, pasando de una gastritis aguda a una gastritis crónica.

bacteria permanece protegida por el amonio en el moco que recubre la mucosa gástrica, como se observa en las figuras 4 y 5. Cuando la bacteria se establece en la cavidad gástrica, permanece allí hasta que es erradicada con antibióticos [20].

Todos los individuos a quienes la bacteria logra colonizar, desarrollan un cuadro histológico de inflamación denominado gastritis. A partir de este momento, dependiendo de la cepa que está infectando, de las características del hospedero (huésped) que está siendo infectado y de algunas condiciones ambientales o culturales, se pueden presen-tar múltiples cambios sobre la mucosa, los cuales pueden ir desde la gastritis crónica hasta la atrofia gástrica y cambios premalignos que pueden evolucionar a un cáncer o a un linfoma gástrico [21]. La presencia de las bacterias en la mucosa gástrica genera múltiples reacciones inmunológicas, las cuales se relacionan con sustancias constitutivas de ellas o con la toxicidad del amonio y de otras sustan-cias que se generan sobre las células de la mucosa gástrica. Además, la bacteria en la mucosa gástrica, propicia la producción de sustancias y anticuerpos que pueden llevar a que se presenten manifestaciones extradigestivas o más allá del estómago, como las que se relacionan en la tabla 1, como se analizará más adelante. Así mismo, las lesio-nes de la mucosa gástrica pueden conducir a la alteración del fun-

7De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

cionamiento normal del estómago, con disminución de la absorción de microelementos, que en el caso de niños infectados, se expresa como retardo del crecimiento o daño de células necesarias para otras funciones, entre ellas las células parietales, indispensables para la ab-sorción de la vitamina B12 [22].Adicionalmente, el daño de la mucosa gástrica afecta el funciona-miento normal del estómago, con alteraciones de las sustancias pro-ducidas en las células del estómago, necesarias para la buena diges-tión, como la gastrina y el pepsinógeno [22].

Tabla 1. Algunas enfermedades extradigestivas, ordenadas alfabéticamente, en donde se ha establecido o sospechado relación con la infección por Helicobacter pylori

Cardiología Hematología

Enfermedad isquémica coronaria [23] Anemia ferropénica [46]

Hiperhomocisteinemia [24] Anemia perniciosa [47]

Hipertensión arterial [25] Gammapatía monoclonal [48]

Dermatología Púrpura de Henoch-Schönlein [49]

Alopecia areata [26] Trombocitopenia inmune (púrpura trombocitopénica idiopática o púrpura autoinmune) [50,51]

Angioedema [27] Neumología

Dermatitis atópica [28] Apnea del sueño [52]

Escleroderma [29] Bronquiectasias [53]

Esclerosis sistémica [30] Neurología

Fenómeno de Raynaud [31] Enfermedad cerebrovascular [54]

Liquen plano [32] Enfermedad de Parkinson [55]

Postulosis palmoplantar [33] Migraña [56]

Prurigo crónico [34] Síndrome de Guillain-Barré [57]

Prurigo nodularis [32] Odontología

Pruritus cutaneus [35] Caries dental [58]

Psoriasis [36] Enfermedad periodontal [59]

Rosácea [37] Halitosis [60]

Síndrome de Sjögren [38] Oftalmología

Síndrome de Sweet [39] Coriorretinopatía central serosa [61]

Urticaria crónica [40] Glaucoma [62]

Endocrinología Otorrinolaringología

Diabetes mellitus [41] Otitis media [63]

Infertilidad [42] Rinosinusitis crónica [64]

Tiroiditis autoinmune [43] Sinusitis crónica [65]

Ginecoobstetricia Pediatría

Hiperémesis gravídica [44] Retardo en el crecimiento de los niños [66]

Síndrome de ovario poliquístico [45] Retardo en el crecimiento intrauterino [67]

Síndrome de muerte súbita del lactante [68]

Helicobacter pylori8

Laboratorio Clínico Hematológico

Curso natural de la infección por Helicobacter pylori Como se ha expresado, Helicobacter pylori usualmente se adquiere, al menos en nuestro medio, en los primeros años de la vida. La in-fección aguda rara vez se diagnostica, a pesar de que cursa con una hipoclorhidria (disminución del ácido clorhídrico de la cavidad gás-trica) transitoria. En la práctica, en todos los pacientes en quienes la bacteria logra colonizar la mucosa gástrica, se desarrolla un cuadro histológico de gastritis crónica que usualmente es asintomático, so-bre todo en los primeros años de evolución. El curso de la infección es variable y depende de factores inmunológicos del hospedero y del microambiente. Los pacientes con incremento de la secreción ácida posiblemente desarrollen una úlcera péptica duodenal, en tanto que los pacientes con secreción ácida baja posiblemente desarrollen úlce-ras gástricas y cambios histológicos que en la secuencia de la «casca-da de Correa», como se analizará más adelante, lleven al desarrollo de un cáncer gástrico. Entre los cambios histológicos de la mucosa gástrica, se encuentra la proliferación de tejido linfoide, que puede dar origen al desarrollo de un linfoma. En la figura 6 se esquematiza la evolución natural de la infección por Helicobacter pylori [69].

Manifestaciones clínicas de la infecciónDesde el punto de vista práctico, las manifestaciones clínicas de la infección por Helicobacter pylori, cuando se presentan, se dividen en dos grandes grupos: las digestivas y las extradigestivas.

Manifestaciones digestivas • DispepsiaLa dispepsia, que literalmente significa «mala digestión», como la fie-bre o la anemia, no es una enfermedad, sino un síntoma que errónea-mente se denomina gastritis, siendo este último término un concepto histológico más no clínico, y en donde el médico, responsablemente, antes de tratar el síntoma debe investigar y tratar la causa de este. La dispepsia se define como el dolor o molestia abdominal, persistente o recurrente, localizado en la parte superior del abdomen. La dispepsia representa entre el 2% y el 5% de las causas de la consulta médica general [70] y es tan frecuente que puede representar hasta el 40% de la consulta de gastroenterología [71]. La asociación de dispepsia con Helicobacter pylori ha sido objeto de una interminable discusión que apenas empieza a aclararse. La mayoría de los estudios mues-tran que en los pacientes con dispepsia hay mayor prevalencia de la

9De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

Figura 6. Curso natural de la infección por Helicobacter pylori. Después de unos me-ses de haber adquirido la infección se desarrolla una gastritis crónica que en ausencia de erradicación mediante el uso de antibióticos este proceso persiste por muchos años a través del curso de la vida. La mayoría de las personas infectadas continúan con la gastritis crónica, muchos de ellos totalmente asintomáticos, cuando otros pueden de-sarrollar una úlcera péptica, una enfermedad linfoproliferativa (linfoma del estómago) o en el peor de los casos, una gastritis crónica atrófica que puede desarrollar un cáncer gástrico [69].

infección por Helicobacter pylori, motivo por el cual los consensos de manejo de esta infección, como los cuatro consensos de Maastricht, máximo organismo europeo en el manejo de la infección por Helico-bacter pylori [72-75], el Consenso Latinoamericano para el manejo de la infección por Helicobacter pylori [76] y algunas asociaciones científicas, como la Asociación Americana de Gastroenterología [77], recomiendan como la mejor opción para estos pacientes el esquema conocido como «probar y tratar». En este esquema, el primer paso a seguir frente a un paciente con dispepsia, sin signos de alarma (pérdi-da de peso de más del 10%, hemorragia digestiva o masa abdominal), es descartar la presencia de Helicobacter pylori mediante una prueba de aliento y en caso de ser positiva, iniciar un tratamiento de erradi-cación [78]. Para mayor información se puede consultar en la revista Medicina & Laboratorio [79] disponible en www.edimeco.com.

• Úlcera péptica Bajo el dogma prevalente en la comunidad científica desde 1910, «sin ácido no hay úlcera» [80], hasta 1983, cuando se descubrió la causa

Helicobacter pylori10

Laboratorio Clínico Hematológico

infecciosa de la úlcera péptica [2], el tratamiento de ésta se centró en la neutralización del ácido o en la reducción de su secreción. A partir del momento en que se demostró que la úlcera péptica estaba rela-cionada con la presencia de Helicobacter pylori, cambió radicalmente el tratamiento de estas enfermedades. En la práctica se presentan dos posibilidades: la úlcera péptica duodenal y la úlcera péptica gástrica.

Úlcera péptica duodenal

La úlcera péptica duodenal es una úlcera que se localiza en la primera parte del intestino delgado, el duodeno. Después de la dispepsia, es la enfermedad con mayor relación con la infección por Helicobacter pylori: entre el 15% y el 20% de los individuos infectados por Helico-bacter pylori desarrollarán una de estas úlceras en cualquier momen-to de su evolución [81]. Hasta en el 95% de los pacientes con úlcera péptica duodenal se puede demostrar la presencia de Helicobacter pylori y la erradicación de la bacteria se relaciona con la curación defi-nitiva de la úlcera, además de que previene su recaída [82].

Úlcera péptica gástrica

La úlcera péptica gástrica es una lesión localizada en el estómago. Hasta el 80% de los pacientes con úlcera péptica gástrica tienen in-fección por Helicobacter pylori [82] y la erradicación de la infección es el mejor tratamiento, ya que tan solo en el 4% de los individuos tratados puede aparecer nuevamente una úlcera péptica gástrica. Por su parte, si solo se trata la úlcera, pero no se erradica la infección, se producen recaídas hasta un 59% de los casos [83]. En los pacientes que toman antinflamatorios, en particular los conocidos como antin-flamatorios no esteroideos o AINES, como la aspirina y el ibuprofeno, la úlcera péptica gástrica es seis veces más frecuente que la úlcera péptica duodenal y la posibilidad de desarrollar una úlcera péptica gástrica luego de la ingestión de estos medicamentos es 5 a 10 veces superior a la de individuos sin antecedentes de medicamentos tóxicos para la mucosa gástrica [84]. A pesar de que no toda la comunidad científica reconoce el papel de Helicobacter pylori en la úlcera péptica gástrica asociada a medicamentos, cada día hay más evidencia a favor de estudiar y erradicar la infección en pacientes que deban tomar estos medicamentos, incluida la aspirina, en forma crónica [85].

• Cáncer gástricoDe acuerdo con GLOBOCAN 2008, el cáncer de estómago es el cuarto cáncer más frecuente en hombres y el quinto en mujeres en todo el mundo, con una incidencia de 988.602 casos y una mortalidad de 737.419 individuos cada año [86, 87]. Una de las incidencias más al-

11De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

tas corresponden al este asiático, al este de Europa y a Sur América, mientras que las incidencias más bajas corresponden a Norte Amé-rica y a gran parte del continente africano, fenómeno denominado «enigma africano». De acuerdo con el mismo organismo, en Colom-bia, el cáncer de estómago es la primera causa de muerte por cáncer, con un estimado de 5.073 muertes anuales, lo cual significa que en promedio ocurren 13,9 muertes diarias, seguido del cáncer de pul-món con 4.180 muertes, del cáncer de próstata con 2.482 muertes, del cáncer de cuello uterino con 2,154 muertes y del cáncer de mama con 2.120 muertes anuales [88]. La magnitud del problema que re-presenta el cáncer gástrico en el país refleja el retraso que hay en la implementación de estrategias para la disminución de la morbilidad y la mortalidad, como lo es la identificación rápida y el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori, así como las mejoras medio-ambientales que se deben introducir.La relación entre la infección por Helicobacter pylori y el cáncer gás-trico fue reconocida oficialmente por la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC por International Agency for Research on Cancer) de la Organización Mundial de la Salud, en 1994, al califi-car la bacteria como carcinógeno de tipo I, es decir, definitivamente asociado con el desarrollo del cáncer gástrico [89], el mismo grupo de la hepatitis viral para el cáncer de hígado.En Japón, uno de los países con tasas de cáncer gástrico tan altas como las que se presentan en Colombia, se demostró, como se es-quematiza en la figura 7, posterior al seguimiento por cerca de ocho años a 1.526 pacientes, que el cáncer gástrico solo se presenta en individuos previamente infectados por Helicobacter pylori [90]. Des-de 1975, el Dr. Pelayo Correa, médico patólogo egresado de la Facul-tad de Medicina de la Universidad de Antioquia, reconocido como un experto mundial en cáncer gástrico, antes de que se descubriese que la gastritis era causada por una bacteria, había descrito los pasos histológicos (cambios en la mucosa gástrica) que anteceden al cáncer gástrico [91], esquema que se muestra en la figura 8 y que se conoce en la literatura médica mundial como la «Cascada de Correa», hipó-tesis que se mantiene con mayor vigencia en la era posHelicobacter, cuando hoy se conoce que la infección por Helicobacter pylori es el iniciador del proceso que después de muchos años puede llevar al desarrollo del cáncer gástrico [92]. Para mayor información, se pue-de consultar en la revista Medicina & Laboratorio [93], disponible en www.edimeco.com.

Helicobacter pylori12

Laboratorio Clínico Hematológico

Figura 7. Desarrollo del cáncer gástrico en individuos infectados por Helicobacter pylori en Japón. Como se observa, sólo los individuos con infección previa desarrollan cáncer gástrico [90].

Pro

po

rció

n d

e p

erso

nas

sin

cánc

er

Años en seguimiento

1.00

0.98

0.96

0.94

0.92

0.90

0.000 2 4 6 8 10 12

Proporción en riesgoHelicobacter pylori negativos 280 272 251 245 213 57Helicobacter pylori positivos 1.246 1.219 1.086 907 782 258

Helicobacter pylori positivos

Helicobacter pylori negativos

Infeccióninicial

Gastritis crónica

Mucosa normal

Gastritis atrófica

Displasia

Cáncer gástrico

Metaplasiaintestinal

Segunda fase:activación de genes

relacionados con tumores

Primera fase:respuesta inflamatoria

Figura 8. “Cascada de Correa”, en la cual se establecen los pasos que preceden a la aparición del cáncer gástrico y en donde la infección por Helicobacter pylori es el iniciador del proceso [92].

13De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

• Linfoma gástricoHelicobacter pylori está estrechamente relacionado con estos tumo-res y estudios recientes han demostrado que la erradicación de la in-fección por esta bacteria puede mejorar la severidad del tumor y en más del 70% de los casos es suficiente para «curar» el linfoma [94]. Para mayor información, se puede consultar en la revista Medicina & Laboratorio [95], disponible en www.edimeco.com.

Manifestaciones extradigestivasLas manifestaciones extradigestivas se refieren a las enfermedades por fuera del estómago en las cuales se ha encontrado asociación con la infección por Helicobacter pylori. Son muchas las manifestaciones extradigestivas relacionadas en la literatura médica mundial, pero a modo de ejemplo, solo se analizarán las de mayor impacto en la po-blación colombiana.

• AnemiaEn los últimos años se ha demostrado la asociación de Helicobacter pylori con la anemia, en particular con la anemia por deficiencia de hierro y la anemia perniciosa. La primera, se produce por competen-cia de la bacteria con el hierro de la dieta y en muchos casos es agra-vada por sangrado digestivo asociado [96], en tanto que la segunda, por mala absorción de la vitamina B12, a causa de la atrofia de la mu-cosa gástrica, como resultado de los anticuerpos contra las células propias del estómago, como las células parietales y contra el factor intrínseco producido por las células parietales normales, necesarias para la absorción de la vitamina B12 [22]. En muchos casos de ane-mia que no responde al tratamiento, clasificada como «anemia re-fractaria», el único hallazgo es una prueba positiva para Helicobacter pylori, y hasta que no se erradique la infección, no se logra controlar la anemia [97], situación que se evidencia con relativa frecuencia en nuestro medio.

• Trombocitopenia inmune La trombocitopenia inmune, antes conocida como púrpura trombo-citopénica idiopática o púrpura trombocitopénica autoinmune, se refiere a una disminución de las plaquetas sin causa aparente. Aun-que el hallazgo de la relación entre la infección y la trombocitopenia inmune fue accidental, ésta es una de las manifestaciones más sor-prendentes de la infección por Helicobacter pylori [50]. En la litera-tura médica mundial se han informado más de 1.500 pacientes con diagnóstico de trombocitopenia inmune en los que la erradicación

Helicobacter pylori14

Laboratorio Clínico Hematológico

de la infección, fue suficiente, hasta en el 53% de los pacientes infec-tados, para la recuperación definitiva del recuento de plaquetas y la «curación» definitiva de la enfermedad [50, 51]. Para mayor informa-ción, se puede consultar en la revista Helicobacter [26], disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17493008

• Enfermedades cardiovascularesDesde 1994 se encontró que los individuos infectados por Helicobac-ter pylori eran más propensos a desarrollar enfermedades cardiovas-culares, en particular el infarto del miocardio [23], los accidentes ce-rebrovasculares [98], la hipertensión arterial [25] y la disminución del colesterol HDL (el que protege las arterias), el cual se eleva en un 25% después de la erradicación de la bacteria [99]. Por mecanismos que se relacionan con los cambios inflamatorios de las arterias cerebrales a causa de la infección, se ha demostrado que la migraña se presen-ta con mayor frecuencia en los individuos infectados que en los no infectados [56] y la erradicación de la bacteria puede ser suficiente para «curar» la migraña [100], como se ha evidenciado en algunos pacientes migrañosos en nuestro medio.

Hiperemesis gravídicaEn los últimos años se han informado pacientes con hiperemesis gra-vídica (vómito del embarazo), en quienes el diagnóstico y la erradi-cación de Helicobacter pylori ha resuelto el cuadro clínico [44]. De acuerdo con lo anterior, toda mujer que presente este cuadro clínico, debería tener la oportunidad de realizarse una prueba de aliento con 13C-urea y erradicar la infección en el caso de que el estudio resulte positivo.

Talla baja en niñosLa infección por Helicobacter pylori, a través de múltiples mecanis-mos, se asocia con talla baja en niños, como claramente se ha de-mostrado en niños de Cali, Valle [101]. Además, la infección por He-licobacter pylori también se asocia con recién nacidos más pequeños de madres infectadas, con relación a la talla de los recién nacidos de madres no infectadas [67].

• Enfermedades dermatológicasLa infección por Helicobacter pylori también se ha asociado a enfer-medades dermatológicas como la urticaria [40], la rosácea [37], la púrpura de Henoch-Schönlein [49], el síndrome de Sjögren [38] y el fenómeno de Raynaud [31], con regresión o mejoría de la enferme-dad después de la erradicación de la bacteria. Recientemente se ha

15De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

descrito la posible asociación de la infección por Helicobacter pylori con la alopecia areata, con curación de la enfermedad después de la erradicación exitosa de la infección [26]. Para mayor información, se puede consultar la revista Word Journal of Gastroenterology [26], dis-ponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3158418/pdf/WJG-17-3165.pdf.

¿Cuándo sospechar que está infectado?Es importante recordar que desde el punto de vista clínico, la infec-ción por Helicobacter pylori va desde ser completamente asintomáti-ca por toda la vida (30% en nuestro medio [7]), hasta presentar una enfermedad del tracto digestivo alto, muy ruidosa e incapacitante, como una úlcera péptica o un cáncer gástrico, o enfermedades ex-tradigestivas, como las que se relacionaron previamente en la tabla 1. Sin que ninguno de los siguientes síntomas sea específico de la infec-ción, ésta se debe considerar cuando se presenta una o varias de las siguientes manifestaciones clínicas:

● Epigastralgia o dolor en la «boca del estómago». También se puede presentar como sensación dolorosa de hambre, fatiga y ardor en esta zona. El dolor puede ocurrir en cualquier momento, con o sin relación con las comidas y así como puede aparecer, puede estar ausente por períodos de meses a años;

● Sensación de llenura fácil, distensión abdominal, especialmente después de las comidas;

● Náuseas o vómito, en ocasiones con hematemesis (vómito con san-gre), causado por hemorragia de la mucosa gástrica o por la presen-cia de úlceras en el duodeno o en el estómago;

● Intolerancia alimentaria, sobre todo a comidas «irritantes», «pican-tes» o grasas; además, intolerancia a bebidas alcohólicas, café y al-gunos medicamentos gastroerosivos como la aspirina y los antinfla-matorios;

● Agriera, eructos y halitosis (mal aliento); y, ● Sangrado del estómago, que puede variar desde sangrado aparente

con melenas (materia fecal negra) hasta sangrado oculto, que solo se demuestra con pruebas de laboratorio como la sangre oculta, humana específica, en materia fecal seriada.

Diagnóstico de la infecciónDespués del descubrimiento de esta infección, vinieron los métodos de diagnóstico, que en términos generales se dividen en invasivos y

Helicobacter pylori16

Laboratorio Clínico Hematológico

no invasivos. De un lado, los métodos invasivos o endoscópicos, que dependen de la endoscopia digestiva alta que aparte de ser invasi-va, costosa, molesta y no estar disponible en todas partes [102], no está exenta de complicaciones, que pueden ir desde infecciones [103, 104] hasta la posibilidad de morir por el procedimiento [105], con una morbilidad de 0,432% y una mortalidad de 0,008% (1:200 y 1:2.000 personas, respectivamente [106]). De este grupo, los métodos más representativos son la prueba de ureasa rápida, la visualización de las bacterias en cortes histológicos coloreados con hematoxilina-eosina u otras coloraciones especializadas, el cultivo y la reacción en cade-na de la polimerasa (biología molecular) a partir del tejido gástrico. Además de las limitaciones de los métodos invasivos antes citados, en especial los estudios histológicos, tienen el inconveniente de pre-sentar resultados falsos negativos relacionados con la distribución en «parches», característica de la infección por Helicobacter pylori [107]. De otro lado, los métodos no invasivos o no endoscópicos, los cuales no requieren endoscopia digestiva alta y por lo tanto están exentos de las complicaciones previamente citadas, entre las que se incluyen la serología que busca anticuerpos contra la bacteria en muestras de sangre [108], la prueba de aliento con urea marcada con carbono 13 (13C-urea), que se basa en la capacidad que tiene Helicobacter pylori para hidrolizar la urea, como se describirá más adelante [109], y final-mente, la detección de antígenos bacterianos excretados en materia fecal de los pacientes infectados [110].

¿En qué consiste la prueba de aliento con 13C-urea? Al paciente se le toma una muestra de aliento en un tubo de ensayo antes de iniciar la prueba. A continuación, ingiere una pequeña can-tidad de 13C-urea diluida en agua y la «pasa» con más agua. En caso de existir la bacteria, la urea administrada será descompuesta por la ureasa bacteriana en amonio y en anhídrido carbónico marcado con el carbono 13 (13CO2). El 13CO2 llega a la sangre, luego al pulmón y de allí es expulsado en la respiración, lo cual permite que se capte en el aliento en una segunda muestra tomada al paciente, 10 minutos después de ingerir la 13C-urea [111]. En la figura 9 se esquematiza el fundamento de la prueba de aliento con 13C-urea [112].

Características de la prueba de aliento La prueba de aliento con 13C-urea para Helicobacter pylori tiene las siguientes características:

17De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

Figura 10. Toma de muestra para la prueba de aliento con urea marcada con carbono 13.

Figura 9. Representación esquemáti-ca de la prueba de aliento con carbo-no 13 para detección de Helicobacter pylori. La prueba de aliento con 13C-urea para la detección de la infección por Helicobacter pylori incluye los si-guientes pasos: (1) El paciente ingiere urea marcada con 13C-urea disuelta en agua e inmediatamente toma más agua; (2) la ureasa de las bacterias pre-sentes en el estómago, desdoblan la urea a amonio y a dióxido de carbono (13CO2); (3) el amonio crea la “nube” que protege a las bacterias del medio ácido; (4) el 13CO2 pasa al torrente san-guíneo y (5) llega hasta los pulmones; (6) el paciente exhala 13CO2, el cual se puede cuantificar posteriormente por espectrometría de masas [112].

● Comodidad: porque es una técnica no invasiva que evita la endos-copia cuando ésta no es necesaria o no está indicada. En la figura 10 se presenta la toma de la muestra para la prueba de aliento con 13C-urea [113].

● Facilidad: porque la muestra se puede tomar sin ayuda de un bac-teriólogo, siempre que se sigan las instrucciones.

● Seguridad: porque utiliza carbono 13 (13C) que es una sustancia es-table y no radiactiva, sin contraindicación conocida.

13CO2

13C-urea+agua

5

1

Sangre

4

3

13CO2

Ureas

a

NH2 I13C=O I NH2

H2O+

13CO2+2NH3

2

Helicobacter pylori18

Laboratorio Clínico Hematológico

● Confiabilidad: porque es el método de diagnóstico más fiable que se ha desarrollado hasta el momento, con una sensibilidad y espe-cificidad del 100% para el diagnóstico de Helicobacter pylori [114].

● Eficacia: porque detecta la infección en cualquier parte de la mu-cosa gástrica.

De todas las pruebas disponibles para el diagnóstico de la infección por Helicobacter pylori, la prueba de aliento con 13C-urea es la que mejor clasifica a los pacientes en infectados y en no infectados, es de-cir, es la prueba más fiable y válida de las pruebas disponibles [113].

Prueba de aliento con 13C-urea versus prueba de aliento con 14C-ureaFinalmente, vale la pena llamar la atención sobre el hecho de que la prueba de aliento con carbono 14 (14C), otra prueba disponible, es un material radiactivo y su uso está contraindicado en niños, mujeres en edad gestacional y ancianos; además, es altamente contaminan-te para el ambiente y por ello la prueba está proscrita (vetada) en muchos países, como los de la Comunidad Europea y en Japón [109, 115]. Por su parte, el 13C es un compuesto inocuo que no representa riesgo para el ambiente o para las personas que se realizan la prueba.

Indicaciones de la prueba de aliento con 13C-ureaLa prueba de aliento con 13C-urea, gracias a ser la prueba de mayor sensibilidad y especificidad (cercanas al 100%) para la detección de la bacteria, está indicada en todos los casos en donde es necesario co-nocer el estatus de un individuo frente a la infección por Helicobacter pylori y no está indicada la endoscopia digestiva alta. A continuación, se ampliará, con mayor detalle, las indicaciones para hacer la prueba.

TamizajeEl tamizaje se refiere a la acción médica orientada a buscar una en-fermedad en personas aparentemente sanas. Un ejemplo de tamizaje es la búsqueda de personas infectadas por Helicobacter pylori en una población determinada, como la colombiana, teniendo en cuenta que las manifestaciones de la infección pueden ser inespecíficas y que más del 30% de las personas infectadas en la población colombiana, como el resto de los países latinoamericanos, pueden ser asintomá-ticas. De todas las pruebas para el diagnóstico de Helicobacter pylori has-ta ahora descritas, la prueba de aliento con 13C-urea es la que tie-

19De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

ne mejor desempeño y en consecuencia, los cuatro Consensos de Maastricht [72-75], el Consenso Latinoamericano para el manejo de la infección por Helicobacter pylori [76] y algunas asociaciones científicas, como la Asociación Americana de Gastroenterología [77], la recomiendan para el tamizaje como estrategia de prevención de enfermedades incapacitantes y potencialmente mortales, como la enfermedad ácido-péptica y el cáncer de estómago. En este sentido, en Japón [117] y China [118] , se indica la prueba de aliento para la búsqueda de la infección, siendo este un ejemplo que deberían seguir los países latinoamericanos, en donde la infección por Helicobacter pylori y el cáncer gástrico lideran las estadísticas de las enfermedades infecciosas y de las enfermedades malignas. Por otra parte, hay situa-ciones reconocidas en las que el tamizaje para Helicobacter pylori y la erradicación de la infección es mandatoria y se debería ofrecer a todos los individuos con las siguientes características, según las guías europeas, asiáticas y latinoamericanas:

● Personas con padres o hermanos con antecedentes de cáncer de estómago [76, 119, 120];

● Personas jóvenes con dispepsia [75, 76]; ● Personas con úlcera péptica, gastritis atrófica, dispepsia funcional o

gastritis crónica [119, 121, 122]; ● Personas de origen oriental o con grupo sanguíneo A, en quienes

se ha demostrado que tienen un mayor riesgo para desarrollar el cáncer de estómago [123];

● Personas de comunidades con una incidencia alta de la infección [122];

● Personas que reciben por mucho tiempo tratamiento con inhibi-dores de bomba de protones, como el omeprazol, para reducir o neutralizar el ácido clorhídrico del estómago [75, 123];

● Personas inmunocomprometidas, quienes tienen un riesgo mayor de desarrollar gastritis atrófica [124];

● Pacientes con anemia por deficiencia de hierro inexplicada o con trombocitopenia inmune [75, 120];

● Personas que toman o van a tomar medicamentos que irritan la mucosa gástrica, especialmente los antinflamatorios no esteroi-deos (más conocidos como AINES), entre otros [75, 76];

● Ante la posibilidad de transmisión intrafamiliar, especialmente cuando hay antecedentes familiares de cáncer gástrico o de úlcera péptica, se recomienda estudiar, en todos los casos positivos para

Helicobacter pylori20

Laboratorio Clínico Hematológico

Helicobacter pylori, al compañero(a), al entorno familiar, y tratar los casos positivos [125]; y,

● Personas sanas que quieran ser estudiadas como una forma de pre-venir la enfermedad ácido-péptica y las enfermedades malignas del estómago, entre otras de las complicaciones relacionadas con esta infección [75, 119, 122, 123].

La prueba de aliento con 13C-urea en el diagnós-tico de la infección por Helicobacter pylori La mayoría de los organismos de salud, como los ya citados [72-77], coinciden en que el diagnóstico de Helicobacter pylori a partir de pruebas no invasivas es la mejor opción para el paciente sospechoso clínicamente de estar infectado. De acuerdo con lo anterior, se reco-mienda:

● Prueba de aliento en menores de 45 a 55 años, sin síntomas de alarma (pérdida de peso mayor al 10%, sangrado digestivo o masa abdominal) [72-77]; y,

● En mayores de 45 a 55 años y en aquellos pacientes menores de 45 o 55 años, con síntomas de alarma, se debe considerar la endosco-pia digestiva alta y la evaluación por el especialista [72-77].

Además, la prueba de aliento estaría indicada en pacientes ansiosos que rechazan los métodos invasivos o que residen en sitios en donde no se dispone de estos y es necesario descartar la infección por Heli-cobacter pylori.

La prueba de aliento con 13C-urea en el seguimiento postratamientoHasta el momento no hay un esquema de tratamiento que alcance una erradicación del 100% y en consecuencia, cuando un paciente recibe un tratamiento de erradicación, se debe evaluar nuevamente el estado de la infección y la prueba de aliento con 13C-urea repre-senta la mejor opción [72-77]. Para la evaluación y el seguimiento de los pacientes que recibieron tratamiento, se recomienda el siguiente esquema:

● Cuatro a seis semanas después de terminado el tratamiento de erradicación. En el caso de haber logrado la erradicación, el re-sultado de la prueba debe ser negativo. En el caso de que haya resistencia al tratamiento, o este haya sido inadecuado, la prueba continúa positiva.

21De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

Figura 11. Seguimiento postratamiento de erradicación de la infección por Helico-bacter pylori mediante la prueba de aliento con 13C-urea. Se pueden obtener varios resultados: (A) que al mes de haber terminado el tratamiento la prueba esté negativa; (A1) que a los seis y doce meses continúe negativa, en cuyo caso se considera curación definitiva; (A2) que a los seis meses esté negativa y a los doce meses esté positiva, en cuyo caso se considera recaída tardía (o aclaramiento); (A3) que a los seis meses esté positiva, en cuyo caso se considera recaída temprana; (B) que el tratamiento redujo la cantidad de bacterias, pero no fue suficiente para que la prueba fuera negativa, en cuyo caso está indicado un nuevo tratamiento; y, (C) que el tratamiento no redujo la cantidad de bacterias, en cuyo caso está indicado un nuevo tratamiento. [112].

δ13C

O2

(0/ 0

0)

Meses

Positivo

200

1007060

5040

302010

2

1

00 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Negativo

Zona gris

C

B

A

A2A3

A1

● Si la prueba al primer mes después del tratamiento es negativa, es posible que aún persistan algunas bacterias que la recolonizan, por lo cual se recomienda una segunda prueba postratamiento 6 meses más tarde. La interpretación es similar al caso anterior.

En la figura 11 se esquematizan las posibilidades de los resultados de la prueba de aliento con 13C-urea en el seguimiento después de un tratamiento de erradicación [113].

¿Qué se espera cuando se erradica la infección?Depende del daño que la bacteria haya causado sobre la mucosa gástrica. Es importante aclarar que la erradicación de la infección no necesariamente alivia desde el primer momento los síntomas que pu-diesen estar asociados con ella, debido a que en muchos pacientes se presentan por el daño de la mucosa gástrica y la regeneración de ésta

Helicobacter pylori22

Laboratorio Clínico Hematológico

puede tardar hasta un año [126]. Desde el punto de vista práctico, se presentan dos grandes posibilidades:

Sin cambios premalignosNo hay duda de que todo paciente infectado por Helicobacter pylori desarrolla gastritis crónica, y después de la erradicación de la infec-ción todos los pacientes normalizan la mucosa gástrica en un período de tiempo de hasta un año.

Con cambios premalignosCuando la mucosa gástrica presenta cambios premalignos (gastritis atrófica, metaplasia intestinal o displasia), algunos pacientes pueden presentar regresión de las lesiones con normalización de la mucosa gástrica, pero en algunos pacientes sus lesiones evolucionan, aún hasta desarrollar un cáncer gástrico. Por esta situación, algunos au-tores consideran que entre más temprano se erradique la infección, más costo-eficiente será el tratamiento.

Futuro de la infección por Helicobacter pylori Se ha avanzado mucho, pero a pesar de haber más de 30.000 publica-ciones en la literatura médica mundial relacionadas con Helicobacter pylori, debemos aceptar que hoy hay más dudas que respuestas. Se espera que en un futuro cercano se disponga de vacunas para la apli-cación masiva [127] y que se inicien programas de erradicación [128, 129] y de mejoramiento de las condiciones sanitarias que permitan impactar positivamente las enfermedades asociadas con Helicobac-ter pylori, en particular las enfermedades malignas del estómago y la enfermedad ácido-péptica, entre otras muchas.Con razón el Dr. David Graham, uno de los mayores investigadores sobre Helicobacter pylori y padre de la primera prueba de aliento con 13C-urea [130], propuso el siguiente aforismo: «el único Helicobacter pylori bueno, es un Helicobacter pylori muerto» [131].

EpílogoHelicobacter pylori es la infección más frecuente de la especie huma-na. Esta bacteria se ha relacionado íntimamente con enfermedades del estómago como la gastritis crónica, la úlcera gástrica, la úlcera duodenal, el cáncer de estómago y los linfomas gástricos, y con enfer-medades extradigestivas como la anemia por deficiencia de hierro, la anemia perniciosa, la trombocitopenia inmune (púrpura trombocito-pénica idiopática), la hiperemesis gravídica y la enfermedad corona-

23De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

ria, entre otras. Hasta el momento no es posible identificar quiénes de las personas infectadas por Helicobacter pylori desarrollarán una o varias de estas complicaciones. El mundo científico se debate entre tratar o no tratar la infección; hay consenso en erradicar la bacteria en los casos sintomáticos, pero no en los portadores asintomáticos. La solución a este problema, como en muchos otros en medicina, está en la mejoría de las condiciones socioeconómicas y en la vacunación universal, pero esto, aunque está en curso, tardará muchos años.El poder destructor de la bacteria y el potencial cancerígeno está ple-namente demostrado. Respetando a aquellos aferrados al viejo para-digma, de no tratar a estas personas simplemente porque no tienen manifestaciones clínicas, sería muy similar a suspender los programas contra el hábito de fumar porque no todos los fumadores desarrollan cáncer de pulmón, o contra el colesterol elevado porque no todos los que tienen el colesterol elevado mueren por un infarto cardíaco, o contra la sífilis porque no todos los infectados presentan, a largo plazo, complicaciones serias para la salud.Por una mejor calidad de vida, vale la pena hacer las cosas con res-ponsabilidad. El desarrollo tecnológico y el mejor conocimiento de la enfermedad brindan oportunidades antes insospechadas. Recuerde, mañana puede ser tarde.

Bibliografías1. Böttcher G. Zur Genese des perforierenden Magengeschwürs. Dorpater medizinische Zeitschrift

1874; 5: 148.

2. Warren J, Marshall B. Unidentified curved baccilli on gastric epithelium in active chronic gastritis. Lancet 1983: 1273-1275.

3. Marshall BJ. The discovery that Helicobacter pylori, a spiral bacterium, caused peptic ulcer disease. In: Marshall BJ, ed. Helicobacter pioneers: firsthand accounts from the scientists who discovered Helicobacters, 1892-1982. Melbourne, Australia: Blackwell Science Asia; 2002: 165-202.

4. Mitchell HM. The epidemiology of Helicobacter pylori. Curr Top Microbiol Immunol 1999; 241: 11-30.

5. EUROGAST Study Group. Epidemiology of, and risk factors for, Helicobacter pylori infection among 3194 asymptomatic subjects in 17 populations. Gut 1993; 34: 1672-1676.

6. Duque JJ. Helicobacter pylori en la mucosa gástrica de cadáveres de niños. Iatreia 1999; 12: 135-138.

7. Campuzano-Maya G, Hoyos-Castaño D, Calvo-Betancur VD, Suárez-Ramírez OA, Lizcano-Cardona D, Rojas-Arbeláez CA. Prevalencia de la infección por Helicobacter pylori en médicos de Medellín, Colombia. Acta Gastroenterol Latinoam 2007; 37: 99-103.

8. Duque JJ, Gutiérrez F. Presencia de Helicobacter pylori en la mucosa gástrica de cadáveres. Iatreia 1995; 8: 96-97.

9. Pounder RE, Ng D. The prevalence of Helicobacter pylori infection in different countries. Aliment Pharmacol Ther 1995; 9 Suppl 2: 33-39.

10. Dubois A, Berg DE, Incecik ET, Fiala N, Heman-Ackah LM, Perez-Perez GI, et al. Transient and persistent experimental infection of nonhuman primates with Helicobacter pylori: implications for human disease. Infect Immun 1996; 64: 2885-2891.

Helicobacter pylori24

Laboratorio Clínico Hematológico

11. Navabi N, Aramon M, Mirzazadeh A. Does the presence of the Helicobacter pylori in the dental plaque associate with its gastric infection? A meta-analysis and systematic review. Dent Res J (Isfahan) 2011; 8: 178-182.

12. Herrera AG. Helicobacter pylori and food products: a public health problem. Methods Mol Biol 2004; 268: 297-301.

13. Weyermann M, Adler G, Brenner H, Rothenbacher D. The Mother as Source of Helicobacter pylori Infection. Epidemiology 2006; 17: 332-334.

14. Ahmed KS, Khan AA, Ahmed I, Tiwari SK, Habeeb A, Ahi JD, et al. Impact of household hygiene and water source on the prevalence and transmission of Helicobacter pylori: a South Indian perspective. Singapore Med J 2007; 48: 543-549.

15. Ramsey EJ, Carey KV, Peterson WL, Jackson JJ, Murphy FK, Read NW, et al. Epidemic gastritis with hypochlorhydria. Gastroenterology 1979; 76: 1449-1457.

16. Shimada T, Terano A, Ota S, Takikawa H, Sumino S. Risk of iatrogenic transmission of Helicobacter pylori by gastroscopes. Lancet 1996; 347: 1342-1343.

17. Rohr MR, Castro R, Morais M, Brant CQ, Castelo Filho A, Ferrari Junior AP. Risk of Helicobacter pylori transmission by upper gastrointestinal endoscopy. Am J Infect Control 1998; 26: 12-15.

18. van der Voort PH, Zandstra DF, Tytgat GN. Helicobacter pylori in intensive care. Intensive Care Med 2004; 30: 1245-1246.

19. Tytgat GN. Helicobacter pylori-associated gastric cancer: is population-based screening and therapy realistic? In: Hunt JN, Tytgat GN, eds. Helicobacter pylori Basic mechanims to clinical cure 1998. Dordrecht, The Netherlands: Kluwer Academic Publishers; 1998: 315-324.

20. Correa P, Piazuelo MB. Natural history of Helicobacter pylori infection. Dig Liver Dis 2008; 40: 490-496.

21. Correa P, Cuello C, Duque E, Burbano LC, Garcia FT, Bolanos O, et al. Gastric cancer in Colombia. III. Natural history of precursor lesions. J Natl Cancer Inst 1976; 57: 1027-1035.

22. Stopeck A. Links between Helicobacter pylori infection, cobalamin deficiency, and pernicious anemia. Arch Intern Med 2000; 160: 1229-1230.

23. Mendall MA, Goggin PM, Molineaux N, Levy J, Toosy T, Strachan D, et al. Relation of Helicobacter pylori infection and coronary heart disease. Br Heart J 1994; 71: 437-439.

24. Sung JJ, Sanderson JE. Hyperhomocysteinaemia, Helicobacter pylori, and coronary heart disease. Heart 1996; 76: 305-307.

25. Lip GH, Wise R, Beevers G. Association of Helicobacter pylori infection with coronary heart disease. Study shows association between H pylori infection and hypertension. Bmj 1996; 312: 250-251.

26. Campuzano-Maya G. Cure of alopecia areata after eradication of Helicobacter pylori: A new association? WJG 2011; in process.

27. Farkas H, Gyeney L, Majthenyi P, Fust G, Varga L. Angioedema due to acquired C1-esterase inhibitor deficiency in a patient with Helicobacter pylori infection. Z Gastroenterol 1999; 37: 513-518.

28. Murakami K, Fujioka T, Nishizono A, Nagai J, Tokieda M, Kodama R, et al. Atopic dermatitis successfully treated by eradication of Helicobacter pylori. J Gastroenterol 1996; 31 Suppl 9: 77-82.

29. Yazawa N, Fujimoto M, Kikuchi K, Kubo M, Ihn H, Sato S, et al. High seroprevalence of Helicobacter pylori infection in patients with systemic sclerosis: association with esophageal involvement. J Rheumatol 1998; 25: 650-653.

30. Reinauer S, Goerz G, Ruzicka T, Susanto F, Humfeld S, Reinauer H. Helicobacter pylori in patients with systemic sclerosis: detection with the 13C-urea breath test and eradication. Acta Derm Venereol 1994; 74: 361-363.

31. Gasbarrini A, Serricchio M, Tondi P, De Luca A, Franceschi F, Ojetti VV, et al. Raynaud’s Phenom-enon and Helicobacter Pylori Infection. International Journal of Angiology 1998; 7: 307-309.

32. Neri S, Ierna D, D’Amico RA, Giarratano G, Leotta C. Helicobacter pylori and prurigo nodularis. Hepatogastroenterology 1999; 46: 2269-2272.

33. Saez-Rodriguez M, Noda-Cabrera A, Garcia-Bustinduy M, Guimera-Martin-Neda F, Dorta-Alom S, Escoda-Garcia M, et al. Palmoplantar pustulosis associated with gastric Helicobacter pylori infection. Clin Exp Dermatol 2002; 27: 720.

34. Wedi B, Kapp A. Helicobacter pylori infection in skin diseases: a critical appraisal. Am J Clin Dermatol 2002; 3: 273-282.

25De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

35. Shiotani A, Okada K, Yanaoka K, Itoh H, Nishioka S, Sakurane M, et al. Beneficial effect of Heli-cobacter pylori eradication in dermatologic diseases. Helicobacter 2001; 6: 60-65.

36. Halasz CL. Helicobacter pylori antibodies in patients with psoriasis. Arch Dermatol 1996; 132: 95-96.

37. Powell FC, M.A. D, C. D. Positive Helicobacter pylori serology in rosacea patiens. Irish J Med Sci 1992; 161 (suppl): 75.

38. Showji Y, Nozawa R, Sato K, Suzuki H. Seroprevalence of Helicobacter pylori infection in patients with connective tissue diseases. Microbiol Immunol 1996; 40: 499-503.

39. Kurkcuüglu N, Aksoy F. Sweet’s syndrome associated with Helicobacter pylori infection. J Am Acad Dermatol 1997; 37: 123-124.

40. Kolibásová K, Cervenkova D, Hegyi E, Lengyelova J, Toth J. Helicobacter pylori: ein moglicher atiologischer faktor del chronischen urticaria. Dernatosen 1994; 42: 235-236.

41. Oldenburg B, Diepersloot RJ, Hoekstra JB. High seroprevalence of Helicobacter pylori in diabetes mellitus patients. Dig Dis Sci 1996; 41: 458-461.

42. Figura N, Piomboni P, Ponzetto A, Gambera L, Lenzi C, Vaira D, et al. Helicobacter pylori infection and infertility. Eur J Gastroenterol Hepatol 2002; 14: 663-669.

43. Cammarota G, De Marinis AT, Papa A, Valle D, Cuoco L, Cianci R, et al. Gastric mucosa-associated lymphoid tissue in autoimmune thyroid diseases. Scand J Gastroenterol 1997; 32: 869-872.

44. Frigo P, Lang C, Reisenberger K, Kolbl H, Hirschl AM. Hyperemesis gravidarum associated with Helicobacter pylori seropositivity. Obstet Gynecol 1998; 91: 615-617.

45. Yavasoglu I, Kucuk M, Cildag B, Arslan E, Gok M, Kafkas S. A novel association between polycystic ovary syndrome and Helicobacter pylori. Am J Med Sci 2009.

46. Dufour C, Brisigotti M, Fabretti G, Luxardo P, Mori PG, Barabino A. Helicobacter pylori gastric infection and sideropenic refractory anemia. J Pediatr Gastroenterol Nutr 1993; 17: 225-227.

47. Flejou JF, Bahame P, Smith AC, Stockbrugger RW, Rode J, Price AB. Pernicious anaemia and Campylobacter like organisms; is the gastric antrum resistant to colonisation? Gut 1989; 30: 60-64.

48. Malik AA, Ganti AK, Potti A, Levitt R, Hanley JF. Role of Helicobacter pylori infection in the incidence and clinical course of monoclonal gammopathy of undetermined significance. Am J Gastroenterol 2002; 97: 1371-1374.

49. Reinauer S, Megahed M, Goerz G, Ruzicka T, Borchard F, Susanto F, et al. Schönlein-Henoch purpura associated with gastric Helicobacter pylori infection. J Am Acad Dermatol 1995; 33: 876-879.

50. Campuzano-Maya G. Proof of an association between Helicobacter pylori and idiopathic throm-bocytopenic purpura in Latin America. Helicobacter 2007; 12: 265-273.

51. Stasi R, Sarpatwari A, Segal JB, Osborn J, Evangelista ML, Cooper N, et al. Effects of eradication of Helicobacter pylori infection in patients with immune thrombocytopenic purpura: a systematic review. Blood 2009; 113: 1231-1240.

52. Unal M, Ozturk L, Ozturk C, Kabal A. The seroprevalence of Helicobacter pylori infection in patients with obstructive sleep apnoea: a preliminary study. Clin Otolaryngol 2003; 28: 100-102.

53. Tsang KW, Lam SK, Lam WK, Karlberg J, Wong BC, Hu WH, et al. High seroprevalence of Helico-bacter pylori in active bronchiectasis. Am J Respir Crit Care Med 1998; 158: 1047-1051.

54. Whincup PH, Mendall MA, Perry IJ, Strachan DP, Walker M. Prospective relations between Helicobacter pylori infection, coronary heart disease, and stroke in middle aged men. Heart 1996; 75: 568-572.

55. Altschuler E. Gastric Helicobacter pylori infection as a cause of idiopathic Parkinson disease and non-arteric anterior optic ischemic neuropathy. Med Hypotheses 1996; 47: 413-414.

56. Mavromichalis I, Zaramboukas T, Giala MM. Migraine of gastrointestinal origin. Eur J Pediatr 1995; 154: 406-410.

57. Chiba S, Sugiyama T, Matsumoto H, Hisano K, Awakawa T, Hiura K, et al. Antibodies against Heli-cobacter pylori were detected in the cerebrospinal fluid obtained from patients with Guillain-Barre syndrome. Ann Neurol 1998; 44: 686-688.

58. Kolho KL, Holtta P, Alaluusua S, Lindahl H, Savilahti E, Rautelin H. Dental caries is common in Finnish children infected with Helicobacter pylori. Scand J Infect Dis 2001; 33: 815-817.

59. Butt AK, Khan AA, Bedi R. Helicobacter pylori in dental plaque of Pakistanis. J Int Acad Periodontol 1999; 1: 78-82.

Helicobacter pylori26

Laboratorio Clínico Hematológico

60. Tiomny E, Arber N, Moshkowitz M, Peled Y, Gilat T. Halitosis and Helicobacter pylori. A possible link? J Clin Gastroenterol 1992; 15: 236-237.

61. Horton JC. Disorders of the eye. In: Kasper DL, Braunwald E, Fauci AS, Hauser SL, Longo DL, Jameson JL, eds. Harrison´s principles of internal medicine (ed 16 ed). New York: McGraw-Hill; 2005: 162-176.

62. Kountouras J, Mylopoulos N, Boura P, Bessas C, Chatzopoulos D, Venizelos J, et al. Relationship between Helicobacter pylori infection and glaucoma. Ophthalmology 2001; 108: 599-604.

63. Yilmaz T, Ceylan M, Akyon Y, Ozcakyr O, Gursel B. Helicobacter pylori: a possible association with otitis media with effusion. Otolaryngol Head Neck Surg 2006; 134: 772-777.

64. Ozdek A, Cirak MY, Samim E, Bayiz U, Safak MA, Turet S. A possible role of Helicobacter pylori in chronic rhinosinusitis: a preliminary report. Laryngoscope 2003; 113: 679-682.

65. Morinaka S, Ichimiya M, Nakamura H. Detection of Helicobacter pylori in nasal and maxillary sinus specimens from patients with chronic sinusitis. Laryngoscope 2003; 113: 1557-1563.

66. Patel P, Mendall MA, Khulusi S, Northfield TC, Strachan DP. Helicobacter pylori infection in childhood: risk factors and effect on growth. Bmj 1994; 309: 1119-1123.

67. Eslick GD, Yan P, Xia HH, Murray H, Spurrett B, Talley NJ. Foetal intrauterine growth restrictions with Helicobacter pylori infection. Aliment Pharmacol Ther 2002; 16: 1677-1682.

68. Pattison CP, Marshall BJ. Proposed link between Helicobacter pylori and sudden infant death syndrome. Med Hypotheses 1997; 49: 365-369.

69. Blaser MJ, Parsonnet J. Parasitism by the «slow» bacterium Helicobacter pylori leads to altered gastric homeostasis and neoplasia. J Clin Invest 1994; 94: 4-8.

70. Meineche-Schmidt V, Krag E. Dyspepsia in general practice in Denmark. A 1-year analysis of consulters in general practice. Scand J Prim Health Care 1998; 16: 216-221.

71. Talley NJ, Silverstein MD, Agreus L, Nyren O, Sonnenberg A, Holtmann G. AGA technical review: evaluation of dyspepsia. American Gastroenterological Association. Gastroenterology 1998; 114: 582-595.

72. Current European concepts in the management of Helicobacter pylori infection. The Maastricht Consensus Report. European Helicobacter Pylori Study Group. Gut 1997; 41: 8-13.

73. Malfertheiner P, Mégraud F, O’Morain C, Hungin AP, Jones R, Axon A, et al. Current concepts in the management of Helicobacter pylori infection--the Maastricht 2-2000 Consensus Report. Aliment Pharmacol Ther 2002; 16: 167-180.

74. Malfertheiner P, Megraud F, O’Morain C, Bazzoli F, El-Omar E, Graham D, et al. Current concepts in the management of Helicobacter pylori infection: the Maastricht III Consensus Report. Gut 2007; 56: 772-781.

75. Malfertheiner P, Megraud F, O’Morain CA, Atherton J, Axon AT, Bazzoli F, et al. Management of Helicobacter pylori infection--the Maastricht IV/ Florence Consensus Report. Gut 2012; 61: 646-664.

76. Coelho LG, Leon-Barua R, Quigley EM. Latin-American Consensus Conference on Helicobacter pylori infection. Latin-American National Gastroenterological Societies affiliated with the In-ter-American Association of Gastroenterology (AIGE). Am J Gastroenterol 2000; 95: 2688-2691.

77. Talley NJ, Vakil N, Practice Parameters Committe of the American College of Gastroenterology. Guidelines for the management of dyspepsia. Am J Gastroenterol 2005; 100: 2324-2337.

78. Chiba N, Veldhuyzen Van Zanten SJ, Escobedo S, Grace E, Lee J, Sinclair P, et al. Economic evaluation of Helicobacter pylori eradication in the CADET-Hp randomized controlled trial of H. pylori-positive primary care patients with uninvestigated dyspepsia. Aliment Pharmacol Ther 2004; 19: 349-358.

79. Campuzano-Maya G. Dispepsia: un síntoma, no una enfermedad. El papel de Helicobacter pylori y su aproximación al diagnóstico en la era posHelicobacter. Medicina & Laboratorio 2002; 10: xx-xx.

80. Schwartz K. Über penetrierende magen-und jejunalgesch wure. Beitr Klin Chir 1910; 67: 96-98.

81. Veldhuyzen van Zanten SJ, Sherman PM. Helicobacter pylori infection as a cause of gastritis, duodenal ulcer, gastric cancer and nonulcer dyspepsia: a systematic overview. Cmaj 1994; 150: 177-185.

82. Kuipers EJ, Thijs JC, Festen HP. The prevalence of Helicobacter pylori in peptic ulcer disease. Aliment Pharmacol Ther 1995; 9 Suppl 2: 59-69.

27De la gastritis al cáncer gástrico

Educación en Promoción y Prevención en Salud

83. Hopkins RJ, Girardi LS, Turney EA. Relationship between Helicobacter pylori eradication and reduced duodenal and gastric ulcer recurrence: a review. Gastroenterology 1996; 110: 1244-1252.

84. Graham DY, Smith JL. Gastroduodenal complications of chronic NSAID therapy. Am J Gastroenterol 1988; 83: 1081-1084.

85. Vergara M, Catalan M, Gisbert JP, Calvet X. Meta-analysis: role of Helicobacter pylori eradication in the prevention of peptic ulcer in NSAID users. Aliment Pharmacol Ther 2005; 21: 1411-1418.

86. GLOBOCAN. Cancer incidence, mortality and prevalence worldwide in 2008. http://globocan.iarc.fr/ Consultado el 16 de junio de 2012.

87. Jemal A, Bray F, Center MM, Ferlay J, Ward E, Forman D. Global cancer statistics. CA Cancer J Clin 2011; 61: 69-90.

88. GLOBOCAN. Cancer incidence, mortality and prevalence worldwide in 2008. Fast stats Colombia. http://globocan.iarc.fr/factsheet.asp Consultado el 16 de junio de 2012.

89. Word Health Organization, International Agency for Research on Cancer (IARC), Working Group on the evaluation of carcinogenic risks to humans. Helicobacter pylori. Schistomes, liver flukes, and Helicobacter pylori: views and expert opinions of an IARC Working group on the Evaluation of Carcinogenic Risks to Humans. Lyon. IARC Monogr Eval Carcinog Risks Hum 1994; 61: 177-240.

90. Uemura N, Okamoto S, Yamamoto S, Matsumura N, Yamaguchi S, Yamakido M, et al. Helicobacter pylori infection and the development of gastric cancer. N Engl J Med 2001; 345: 784-789.

91. Correa P, Haenszel W, Cuello C, Tannenbaum S, Archer M. A model for gastric cancer epidemiology. Lancet 1975; 2: 58-60.

92. Correa P. The biological model of gastric carcinogenesis. IARC Sci Publ 2004: 301-310.

93. Campuzano-Maya G. Helicobacter pylori y cáncer gástrico. Medicina & Laboratorio 2006; 12: 11-45.

94. Isaacson PG. Update on MALT lymphomas. Best Pract Res Clin Haematol 2005; 18: 57-68.

95. Campuzano-Maya G. Helicobacter pylori y los linfomas MALT del estómago. Medicina & Laboratorio 2006; 12: 111-142.

96. Dubois S, Kearney DJ. Iron-deficiency anemia and Helicobacter pylori Infection: a review of the evidence. Am J Gastroenterol 2005; 100: 453-459.

97. Annibale B, Marignani M, Monarca B, Antonelli G, Marcheggiano A, Martino G, et al. Reversal of iron deficiency anemia after Helicobacter pylori eradication in patients with asymptomatic gastritis. Ann Intern Med 1999; 131: 668-672.

98. Markus HS, Mendall MA. Helicobacter pylori infection: a risk factor for ischaemic cerebrovascular disease and carotid atheroma. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1998; 64: 104-107.

99. Scharnagl H, Kist M, Grawitz AB, Koenig W, Wieland H, Marz W. Effect of Helicobacter pylori eradication on high-density lipoprotein cholesterol. Am J Cardiol 2004; 93: 219-220.

100. Gasbarrini A, De Luca A, Fiore G, Gambrielli M, Franceschi F, Ojetti V, et al. Beneficial effects of Helicobacter pylori eradication on migraine. Hepatogastroenterology 1998; 45: 765-770.

101. Bravo LE, Mera R, Reina JC, Pradilla A, Alzate A, Fontham E, et al. Impact of Helicobacter pylori infection on growth of children: a prospective cohort study. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2003; 37: 614-619.

102. Bytzer P. Cost-effectiveness of gastroscopy. Ital J Gastroenterol Hepatol 1999; 31: 749-760.

103. Nelson DB. Infectious disease complications of GI endoscopy: Part I, endogenous infections. Gastrointest Endosc 2003; 57: 546-556.

104. Nelson DB. Infectious disease complications of GI endoscopy: part II, exogenous infections. Gastrointest Endosc 2003; 57: 695-711.

105. McCloy R. Asleep on the job: sedation and monitoring during endoscopy. Scand J Gastroenterol Suppl 1992; 192: 97-101.

106. Quine MA, Bell GD, McCloy RF, Charlton JE, Devlin HB, Hopkins A. Prospective audit of upper gastrointestinal endoscopy in two regions of England: safety, staffing, and sedation methods. Gut 1995; 36: 462-467.

107. Vinette KM, Gibney KM, Proujansky R, Fawcett PT. Comparison of PCR and clinical laboratory tests for diagnosing H. pylori infection in pediatric patients. BMC Microbiol 2004; 4: 5.

108. Thijs JC, van Zwet AA, Thijs WJ, Oey HB, Karrenbeld A, Stellaard F, et al. Diagnostic tests for Helicobacter pylori: a prospective evaluation of their accuracy, without selecting a single test as the gold standard. Am J Gastroenterol 1996; 91: 2125-2129.

109. Gisbert JP, Pajares JM. Review article: C-urea breath test in the diagnosis of Helicobacter pylori infection, a critical review. Aliment Pharmacol Ther 2004; 20: 1001-1017.

110. Gisbert JP, Pajares JM. Stool antigen test for the diagnosis of Helicobacter pylori infection: a systematic review. Helicobacter 2004; 9: 347-368.

111. Campuzano-Maya G. Prueba de aliento con 13C-urea en el diagnóstico de Helicobacter pylori. Anales de la Academia de Medicina de Medellín 1999; 12: 25-37.

112. Campuzano-Maya G. Prueba de aliento optimizada con urea marcada con carbono 13 para la detección de Helicobacter pylori (PAU-13C Hp®). Medicina & Laboratorio 2012; 18: 137-160.

113. Campuzano-Maya G. Diagnóstico no-invasivo de Helicobacter pylori: ¿serología, prueba de aliento con 13C-urea o antígenos de Helicobacter pylori en materia fecal? Medicina & Laboratorio 2007; 13: 211-231.

114. Campuzano-Maya G. An optimized 13C-urea breath test for the diagnosis of H pylori infection. World J Gastroenterol 2007; 13: 5454-5464.

115. Pajares-García JM. Tratamiento de la infección por Helicobacter pylori: aspectos generales y regímenes terapéuticos. In: Pajares-Garcia JM, Correa P, Pérez-Pérez GI, eds. Infección por Helicobacter pyloy en lesiones gastroduodenales La segunda década. Barcelona, España: Prous Science; 1998: 243-252.

116. Atherton JC. Non-endoscopic tests in the diagnosis of Helicobacter pylori infection. Aliment Pharmacol Ther 1997; 11 Suppl 1: 11-20.

117. Hamashima C, Shibuya D, Yamazaki H, Inoue K, Fukao A, Saito H, et al. The Japanese guidelines for gastric cancer screening. Jpn J Clin Oncol 2008; 38: 259-267.

118. Xie F, Luo N, Blackhouse G, Goeree R, Lee HP. Cost-effectiveness analysis of Helicobacter pylori screening in prevention of gastric cancer in Chinese. Int J Technol Assess Health Care 2008; 24: 87-95.

119. Organización Mundial de la Salud. Guías prácticas de la Organización Mundial de Gastroenter-ología. Helicobacter pylori en los países en desarrollo. 2010. http://www.worldgastroenterology.org/assets/downloads/es/pdf/guidelines/Helicobacter_pylori_en_los_paises_desarrollo.pdf. Consultado el 16 de agosto de 2012.

120. Lee SY. Future candidates for indications of Helicobacter pylori eradication: Do the indications need to be revised? J Gastroenterol Hepatol 2012; 27: 200-211.

121. Hu FL, Hu PJ, Liu WZ, De Wang J, Lv NH, Xiao SD, et al. Third Chinese National Consensus Report on the management of Helicobacter pylori infection. J Dig Dis 2008; 9: 178-184.

122. Fock KM, Katelaris P, Sugano K, Ang TL, Hunt R, Talley NJ, et al. Second Asia-Pacific Consensus Guidelines for Helicobacter pylori infection. J Gastroenterol Hepatol 2009; 24: 1587-1600.

123. Tytgat GNJ. Helicobacter pylori-associated gastric cancer: is population-based screening and therapy realistic? In: Hunt RH, Tytgat GNK, eds. Helicobacter pylori Basic mechanisms to clinical cure 1998. Dordrecht: Kluwe Academic Publishers; 1998.

124. Shirley LR, Marsh WH. Campylobacter pylori gastritis in children with X-linked agammaglobulin-emia. Allerg Clin Immunol 1989; 83: A287.

125. Oderda G, Ponzetto A, Boero M, Bellis D, Forni M, Vaira D, et al. Family treatment of symptomatic children with Helicobacter pylori infection. Ital J Gastroenterol Hepatol 1997; 29: 509-514.

126. Genta RM, Lew GM, Graham DY. Changes in the gastric mucosa following eradication of Helico-bacter pylori. Mod Pathol 1993; 6: 281-289.

127. Agarwal K, Agarwal S. Helicobacter pylori vaccine: from past to future. Mayo Clin Proc 2008; 83: 169-175.

128. Fuccio L, Zagari RM, Minardi ME, Bazzoli F. Systematic review: Helicobacter pylori eradication for the prevention of gastric cancer. Aliment Pharmacol Ther 2007; 25: 133-141.

129. Ogura K, Hirata Y, Yanai A, Shibata W, Ohmae T, Mitsuno Y, et al. The Effect of Helicobacter pylori Eradication on Reducing the Incidence of Gastric Cancer. J Clin Gastroenterol 2008; 42: 279-283.

130. Graham DY, Klein PD, Evans DJ, Jr., Evans DG, Alpert LC, Opekun AR, et al. Campylobacter pylori detected noninvasively by the 13C-urea breath test. Lancet 1987; 1: 1174-1177.

131. Graham DY. The only good Helicobacter pylori is a dead Helicobacter pylori. Lancet 1997; 350: 70-71.

• Anemia. Más que una enfermedad, es un signo que debe investigarse. 1993, 1998, 2001, 2007, 2010, 2013.

• Cáncer de próstata. Uno piensa que solo le sucede a los demás. 1993, 1998, 2001, 2004, 2007, 2010, 2013.

• Cáncer de cuello uterino. Una enfermedad por la cual ninguna mujer debería morir. 1994.

• Hepatitis B. Una enfermedad potencialmente mortal: prevenirla, res-ponsabilidad de todos. 1996.

• Helicobacter pylori. De la gastritis al cáncer gástrico. 1999, 2001, 2002, 2003, 2004, 2008, 2013.

• Laboratorio Clínico Hematológico. Un compromiso irrenunciable con la calidad y la seguridad del paciente. 2009, 2013.

• Diabetes. Utilidad de la Hemoglobina glicada (HbA1c) en el diagnóstico y control de la diabetes. 2011.

• El Hemograma. ¿En dónde está la diferencia?: en el uso adecuado de la tecnología. 2013.

• Vitamina D. Rompiendo un viejo paradigma. 2013.

Educación En Promoción y PrEvEnción En Salud laboratorio clínico HEmatológico

www.lch.co