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Educación en Roma

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Con la expansión de Roma, sobre todo al conquistar Grecia,

se hizo necesario abrir nuevos caminos en el mundo de la

educación. Así, las familias que tenían medios pudieron

disponer del siguiente plan de estudios para sus hijos:

De pequeños podían tener un maestro en casa (magister),

que generalmente era un esclavo o liberto griego o bien ir a

una escuela llevados por un esclavo que después también

les repasaba las lecciones en casa.

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En la primera etapa educativa, el niño aprendía con un maestro(magister ludi, litterator y calculator) a leer, escribir y hacercuentas. La disciplina era severa, pero los niños jugaban conletras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y aescribir. Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y elmaestro era magister ludi. La escuela se situaba en un pequeñocuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (segúnel tiempo y las posibilidades). El maestro tenía una silla(cathedra) o un taburete (sella). Los niños se sentaban enescaños (subsellia). Los instrumentos de trabajo eran unastablas enceradas (tabulæ, ceræ) en las que rascaban conpunzones (stilus) que por un lado eran puntiagudos y por otroacababan en una espátula con la que se alisaba la cera y asíquedaba lista para volver a escribir en ella (stilumvertere).

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La segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era elgrammaticus que enseñaba a entender y comentar los textosliterarios. Comentando los textos clásicos, los niños aprendíande todo: geografía, historia, física, religión, etc. Con el tiempo,la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lenguaque hablaban y esta innovación acabaría eliminando elprimitivo concepto de grammatica.

La tercer etapa preparaba en la elocuencia al futuro políticoromano. El profesor era el rhetor (maestro de oratoria).Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas decómo formar al orador.

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Comenzó su libro I explicando lo que antecede al oficio del orador,los estudios que deben formar a un orador, desde la infancia hastaverlo como un orador consumado. Explica como debe ser lapreparación de los niños para los estudios superiores, por lo queaborda algunos asuntos relacionados con la gramática y aconsejatambién el estudio de la geometría y de la música para conseguir suobjetivo.

Su cultura esta basada en que no hay un orador perfecto pero elquiere serlo siempre esta en busca de la perfección y para hacerlodebe abastecerse del conocimiento de todas las ciencias yconductas, que no ganen las costumbres sobre sus razones.

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El opinaba que nada era ajeno al arte de la oratoria, su libro trata todos los aspectos, incluso los mas insignificantes que ayudaban a la formación de un buen orador, un individuo virtuoso y además elocuente.

Su ideal o modelo educativo parte de la niñez. Sus escritos son el método de estudios más completo para los que se ocupan de enseñar a la juventud, pide a los padres y maestros que los primeros conocimientos sean útiles, sólidos y relativos, propone inspirarles la emulación(deseo por igualar o superar), el honor, el deseo de la verdadera alabanza y la hidalguía (nobleza y generosidad) en los pensamientos.

Siempre consideró el vivir bien y honestamente, para él, un hombre verdaderamente político, capaz de gobernar con sus consejos las ciudades, fundarlas con leyes y enmendar con los juicios es un orador.

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Para Quintiliano, el orador es algo más que alguien capaz deconvencer a través de la palabra; para él, el orador es, antetodo, un hombre útil para el estado gracias a que su formaciónle ha convertido en un individuo cargado de valores morales,conocedor, entre otras muchas cosas, de la filosofía y, endefinitiva, un sabio (opinión que no compartía, entre otros,Séneca).

Quintiliano adiestra y provee de todo género de armasdefensivas y ofensivas a su orador para que se adapte a lospreceptos del arte de disimular el artificio, camine con ciertasencillez que disimule su astucia y lo lleve a vencer, a persuadirsin resistencia. Discernir entre el mucho hablar y bien decir.

Menciona también que si alguna persona no fue agraciada porla naturaleza, con la voz, el pecho de aguante, robustez, firmezade cuerpo y gracia, la razón lo puede aumentar. Todo conayuda de un sabio maestro, con el ejercicio de escribir, leer ydeclamar.

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LIBRO I

I. La educación del que ha de ser orador.

Explica que a la mayor parte de los niños no les falta ingenio,sino aplicación, que influyen mucho en ellos quienes los críany los amigos que los acompañan, que debían aprenderprimero la lengua griega que la latina, que los niños antes delos siete años son capaces de instrucción pero no en exceso,que hay mejores métodos para aprender a leer y escribir queel de aprenderse las letras en orden y de memoria, primerodeberían de aprender la figura de las letras y para escribirbien y con velocidad sirve mucho las huellas fijas o trazospara afirmar los dedos.

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II. Si es más útil la instrucción doméstica que la pública.

En su casa solo aprenderán lo que se les enseñe a ellos, pero enlas escuelas lo que a otros. Todos los días oirá aprobar unas cosas,y corregir otras.

Aprovecharan con ver reprender la pereza de unos y celebrar laaplicación de otros. El ser la cabeza de una clase es la mayor honray el último día del mes los vencidos tendrán facultad de aspirar almismo puesto. Ojala no corrompamos nosotros las costumbres denuestros hijos, hacemos muelle la infancia con regalos, lacondescendencia debilita el alma y el cuerpo. El maestro si es queprefiere la utilidad sobre la ambición, debe cuidar, cuando manejatalentos principiantes de no agobiar con tareas la debilidad de losdiscípulos no tener consideración a sus fuerzas y acomodarse a sucapacidad.

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III. Señales para conocer el talento de un niño, como manejar elingenio de un discípulo, las diversiones y no azotar a losdiscípulos.La principal señal de talento en los niños es la memoria, lasegunda señal es la habilidad en imitar. El niño bueno estará muydistante de ser perezoso y dejado, oirá sin repugnancia lo que sele enseñe; hará algunas preguntas; seguirá por donde se le lleve,pero no se adelantara. El quiere un niño, a quien mueva laalabanza, la reprensión le hará mella (hueco), el honor le serviráde espuela y nunca temeremos que caiga en la pereza. El deseode aprender depende de la voluntad, vuelven a la tarea despuésde tomar ánimo con la diversión y aún con más gusto, el juegoen los niños es también señal de viveza. No se les debe azotarprimero porque es cosa fea y de esclavos, y ciertamenteinjuriosa si fuera en otra edad, no se les obliga a hacer su deber,sino que se les castiga por no haberlo hecho, el acto de azotartrae consigo dolor y miedo que después causan rubor, vergüenzaquebrantada y abate el alma, inspirando hastió y tedio.

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IV. Habla sobre la gramática.El niño que aprendió ya a leer y escribir, lo primero que debeaprender es la gramática, saber hablar y explicar. Siendo tres laspropiedades del lenguaje: corrección, claridad y elegancia. Lasreglas para hablar y escribir son: La razón, nace de la analogía y dela etimología. La antigüedad concilia majestad, veneración a lasvoces. La autoridad, las palabras antiguas tienen autoridad deantiguas pero parecen como nuevas.

V. Que libros deben leer primeramente los niños y de que manera.La única manera de leer bien y entender lo que se lee es con lapráctica. Recomienda leer por Homero y Virgilio, para levantar elespíritu con la grandeza del verso heroico, y ensanchando el almabebiendo ideas nobles. Favorece la comedia por su elocuencia,pero los niños deben leer sobre todo lo que les fomente el ingenioy aumente las ideas.

VI. Primeros ejercicios de escribir, en que deberá emplearse el gramático.Aprender a escribir con la misma sencillez y estilo de un lenguajepuro y sencillo, después aprenderán a traducirlo con libertadparafrástica que permite reducir, y amplificar lo que traducimos,conservando el sentido del poeta.

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VII. El niño, antes de aprender retórica, debe instruirse en otras artes.Porque en los primeros años se ha de comenzar con el estudio deotras ciencias; las cuales son artes, y sin ellas no hay elocuencia ysolas no construyen a un orador, sin embargo son absolutamentenecesarias porque nos van guiando por ciertos detalles hasta llegara ciertos modos de argüir(deducir) con falacia(engaño o mentira)la mas disimulada.

VIII. La música y sus alabanzas.Sin la música la oratoria no puede ser consumada. La música tienevoces y movimiento del cuerpo con cierta proporción. Toda lahabilidad del músico esta expresar el afecto de lo que canta. En laoratoria va a decir mucho también para el movimiento de losafectos del auditorio el alzar o bajar la voz, y el que tenga suinflexión: y así empleamos distinto tono para mover a los jueves aindignación, del que usamos para implorar su clemencia. El arregloy decente postura de los movimientos del cuerpo, que se llamaaptitud, es también necesaria, pues en ella estriba gran parte de lapronunciación; y esto solo con la música se puede aprender.

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IX. La geometría.

La Geometría no deja de ser útil para la edad tierna; pues coincidenque con ella se ejercita el ánimo, se agudiza el ingenio y se adquiereprontitud para discurrir o reflexionar mientras se aprende.

X. Que podemos aprender de los cómicos.

Lo primero es corregir los vicios de la pronunciación , cuidar que eldiscípulo no se coma las ultimas sílabas, para que al hablar seauniforme y cuando haya que levantar la voz, trabaje el pulmón perosin menear la cabeza; que acompañe el ademan a la voz, y elsemblante al ademán. El que perora (discursea) tenga recta lacabeza; que no tuerza los labios; no abra la boca mostrando losdientes; el rostro no mire al cielo; ni tenga los ojos clavados entierra; y que no mueva la cabeza de un lado a otro. De los cómicosdebemos aprender también el ademan para las narraciones, laautoridad en el persuadir, con que ademan se expresa la ira, y queinflexión de voz requiere la compasión, todo será útil para la buena

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pronunciación y para la elocuencia.

El orador debe mover varonilmente el cuerpo, no como el cómico,sino como el que juega las armas y se ejercita en la lucha. Para losniños únicamente los primeros años para que les quede como uncierto hábito natural y decente compostura de cuerpo, que una vezaprendida, dure en adelante aún sin querer.

XI. En los primeros años de edad pueden apreciarse muchas cosas a unmismo tiempo.

Es más fácil hacer muchas cosas a un tiempo, que una sola por

mucho tiempo. No hay edad que menos se canse que la del niño. Sitomas a tu cargo el enseñar a un adulto, entonces conocerás queaquél sabe bien el arte a que se dedicó, porque la aprendió desdeniño.

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Pertinencia o validez actual.

En lo personal pienso que todos los puntos tratados en el libro se pueden

adaptar a nuestra actualidad, por ejemplo cuando Quintiliano mencionaen aquel tiempo que era necesario que los niños comenzaran aprendiendoel Griego en lugar de latín, podríamos aplicarlo en nuestras escuelaspúblicas en México, impartir la enseñanza de un segundo o mas idiomasen nuestros primeros años de estudios, el niño afina el oído y agudiza sussentidos, la esencia del ser humano por naturaleza es absorbente,podemos aprender con mas facilidad en la infancia. Por otro lado podemoscambiar en el momento que uno se lo proponga, esforzarnos siempre porser mejor persona, mejor padre, mejor maestro, mejor hijo, mejor amigo,en todos los sentidos, hacernos de fuerzas para mostrarnos resistibles a larepugnancia de la voluntad humana. Leyendo libros como este, seestimulan nuestras ganas de aprender y dejar de ser alguien mas, buscaresa perfección aunque parezca muy difícil de alcanzar, aplicar todo loaprendido nos obliga a seguir estudiando mas, a seguir preparándonospara ser mejores ayos y formar mejores discípulos.

Gracias!