El arco de los abrevaderos oficialesbiblioteca.fundacionlasierra.org/sites/default... · conducción de aguas, existe un pilón señalizador con tres indicadores, a saber: - al este:

Abrevaderos

El arco de abrevaderos oficiales. José Cerdá

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El arco de los abrevaderos oficiales y los límites de las zonas de pastura consolidadas

Hablar de las dos zonas de cultivo contínuo: la Vall y la Cañá del Hinojo, frente a las zonas de caseríos con zona de pastos. En las primeras enmarcar la zona de pastos consolidada, el Bobalar, las Majadas, las Yeguadas… e insinuar las rutas de acceso y salida. Volver a enumerarlos, asignándolos a cada una de las zonas:

ABREVADEROS PÚBLICOS EN LA REDONDA

Fuente de Lucena (corriente) Fuente del Barranco del Huerto (corriente) Pocico Barbas (de caldero) Pozo de El Borch (de caldero) Pozo de Norillas (de caldero) Balsa Blanca (corriente) Fuente La Carrasquilla (corriente) Fuente las Almiñanas (corriente) Fuente y Balsa del Saytón (corriente) Pozo Toñuna (de caldero) Fuente de El Castillarejo (corriente) Pozo de Antolí (de caldero)

EN LA CONTRARREDONDA

La Escorihuela (corriente) Pozo del Calderón (de caldero) Pocico de Simón (de caldero)

EN LA SIERRA ALTA Fuente de la Peraleja (corriente) Zapateros (corriente) Benalaz (corriente) Cacer y balsas de Cacer (corriente) Cebolla (corriente) Huesca (corriente) Cebollera (de caldero) Fuente de García, en Benali (corriente) La Flara (corriente) Pocico del Pilar (corriente) Peña-roya (corriente) Benacancil (corriente) Benigüengo (de caldero) Benicaez (de caldero) Casica del horcajo (corriente) Fuente de las casas de Requena (de caldero) Fuente de los Brunales (corriente) Fuente de las casas del Puntal (corriente)

EN EL COTO

Fuente del espino (corriente)

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Fuente de la Rosa (corriente) Fuente de la Yedra (corriente) Fuente de las Doncellas1 (corriente) Balsas de Salomón (corriente) Canaleja (corriente) Fuente del Buitre2 (corriente) Fuente de los Batanes (corriente) Fuente de la Moza (corriente)

PARTE I: EN LA REDONDA

Fuente Lucena Fuente Pozaco o Clochón S 0701930 S 0701956 UTM 4317480 UTM 4317677 Altitud 316 Altitud 313 Aunque esta fuente no se encuentra en la zona de la Mota, dado su carácter singular en el Rincón Grande, comprendido entre la mota y Fraga, he optado por presentarla en este apartado, en el bien entendido que no es su lugar, pero… en algún apartado había que colocarla y nos pareció mejor aquí que como parte de aquellos enclavados en el Camino Viejo. Comienzo la indagación previamente a la visita de este enclave, dada su importancia cultural e histórica, haciendo un pequeño acopio de la información siguiente:

Iª.- Del libro “La Sierra de Enguera”:

1º.- Fuente: Acceso carretera Enguera – Ayora (CV-590) punto kilométrico 50; desvío indicado junto a la carretera por un camino asfaltado que nos conduce hasta la casa; bordeando la misma por su parte este y siguiendo un sendero de unos 1000 m junto al que discurre una acequia de construcción árabe se llega a la Fuente de Lucena; también puede accederse a través del Castillo de Enguera y siguiendo las marcas del Sendero SVL-5. Situada al pie del Cerro de Lucena, donde existe restos de un poblado íbero. Fue reformada en 1930. El Caudal aforado es de 4 l/min si bien en verano el caudal es menor. Riega campos de cultivo y como caseríos cercanos tiene la Casa de los Lanceros y Lucena.

1 En la escritura de transacción habida entre el Ayuntamiento y el señor Conde en estas fuentes, llamadas de contienda, pueden abrevar los ganados de Enguera y de Ayora, así como los existentes en el Coto. 2 En la escritura de transacción habida entre el Ayuntamiento y el señor Conde en estas fuentes, llamadas de contienda, pueden abrevar los ganados de Enguera y de Ayora, así como los existentes en el Coto.

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2º.- Caserío: Situado al pie del cerro donde existe un importante poblado íbero.

Su nombre parece derivar de época romana, “Villa Luciana”, en sus alrededores se han encontrado cantidad de restos de esta época. Cuando la Villa de Enguera es cedida a la Orden de Santiago en el siglo XIII, el Caserío no fue repartido entre los nuevos pobladores, de forma que la propiedad permaneció indivisa hasta su venta en el S. XVI. Quedan vestigios de la antigua (antiquísima) conducción de agua desde la fuente. Finca de gran productividad agrícola. IIª.- Hoy la fuente, en el sentido del nacimiento del agua, está desaparecida en mor de la mina y conducción de las aguas a la finca del mismo nombre, aunque especialmente debido al abandono por no limpieza de vegetación de matorrales, principalmente de tipos espinosos y punzantes así como abrazantes, que convierten en imposible el acceso al reguero donde debe nacer. IIIª.- Pregunto a Santiago Ribera Esteve, en su condición del más antiguo de cuantos caseros y encargados de la finca viven –no en vano ostenta el identificativo de “Santiago el de Lucena”, aún cuando hace años que dejó de trabajar en la explotación y vivir en el caserío–, si había pozo para la casa en el exterior y me dice que no, que el agua para beber se bajaba desde la fuente en caballerías provistas de aguaderas. También le pregunto la superficie de la finca que se regaba y me contesta que sobre unas 60 hanegadas, antes de tomar derechos del pozo de Piqueras IVª.- Según el libro “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento” se cataloga como Abrevadero de aguas corrientes. Vª.- Precisamente en una de mis visitas de aproximación, frente al reguero por el que mana el agua, exactamente donde encontramos los primeros vestigios de la antiquísima conducción de aguas, existe un pilón señalizador con tres indicadores, a saber:

- al este: Sendero PRV 298 en dirección al Clochón del Moro de distancia 1.600 m que, llegados a la caseta del Torratero, continuará en un trecho de 500 m hacia la Fuente Fraga y, por el azagador de ese nombre, hacia la cantera –escriben– o pedrera –dicen– de donde se extraía la piedra para el puente de la Oliveta, según dejó dicho el abuelo de Rafael Palop de la calle santo Tomás. En este sendero y a la altura de la séptima señal existen los restos de la Calera conocida como del Rincón Grande.

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- al sur:: Sendero V PRV 298 en dirección al Poblado ibérico de Lucena, en

tiempo 20’, y el SLV 6 dirección a Enguera y distancia 900 m - de frente: Sendero V PRV 298 en dirección a la fuente Lucena, en recorrido de

5’, que según reza “SE REFORMO EL 1.930” (sic). Con toda esta información y muchas ganas, marcho a ver qué es lo que puedo describir de la fuente con mayor incidencia cultural e histórica en el pueblo. En efecto, ya advertimos que, dicen y escriben, que debió ser de fundación romana y es posible, pues los restos de conducción de agua, que pueden visualizarse a la altura del tramo desde el reguero donde nace hasta donde hoy aparece dicha fuente así parecen indicarlo. Pues bien, ya en este punto y en relación a las construcciones hídricas, debemos dejar constancia de restos de varios elementos, a saber: 1º. El agua para solaz de personas y fauna diversa, que podemos concentrar en la Fuente con su caño para las personas y la pileta para los animales. 2º. El agua para aprovechamiento agrícola, del que podemos observar tres sucesivos sistemas de conducción del agua: el “romano”, el arábigo y el actual; unos a través de restos y otros en pleno uso. 3º.- Finalmente, dejaremos constancia de la posibilidad de apreciar sucesivos clochones y estanques a lo largo de todo el reguero, que sirven de abrevaderos naturales para la fauna salvaje, así como de elemento hídrico para la flora autóctona. Tratemos de describirlos. En primer lugar hacemos referencia a la Fuente. Ya dejamos escrito que “… la fuente, en el sentido del nacimiento del agua, está desaparecida en mor de la mina y conducción de las aguas a la finca del mismo nombre, aunque especialmente debido al abandono por no limpieza de vegetación de matorrales, principalmente de tipos espinosos y punzantes así como abrazantes, que convierten en imposible el acceso al reguero donde debe nacer.” Como una imagen vale más que mil palabras, traemos algunas: tres exactamente.

Por consiguiente, haremos referencia a la fuente no como nacimiento sino como lugar de recreo y esparcimiento de las personas que la visitan, así como de abastecimiento para el caserío. La actual construcción, como queda dicho, es de 1930 siendo propietaria de la finca doña Teresa Yborra y consta de un cuerpo central, a cuyas espaldas queda la entrada a la mina. A dicha construcción le llega una conducción proveniente de una pileta, con posibilidad de desagüe al reguero, labrada en la piedra. El agua proveniente por dicha canaleta cae a una pileta, mejor: poceta – abrevadero, mediante un grueso caño metálico.

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En el frontis puede leerse la fecha de su reforma: el año de 1.930.

* * * El segundo bloque a describir es aquel relativo al agua para aprovechamiento agrícola, del que podemos observar tres sucesivos sistemas de conducción del agua: el “romano”, el arábigo y el actual. En efecto: a.- La conducción que venimos de denominar romana consta de unos enormes muros de mampostería, apoyados en piedras trabajadas, por donde debió discurrir el agua. A nuestro parecer, atendiendo a los materiales constructivos, arrancaba desde el mismo nacimiento –hoy imposible el aproximarnos debido al “abandono” del paraje– y, tras salvar el reguero, debía continuar precisamente por donde, en la actualidad, discurre el camino al caserío desde la fuente.

Como puede observarse en las imágenes el estado de deterioro y abandono es notorio. b.- La conducción que hemos denominado arábiga es la que fuera construida con posterioridad si bien, como aparecen diferentes tipos de materiales, nos induce a pensar que, manteniendo idéntica estructura, haya sido reconstruida en diferentes y sucesivas épocas. A nuestro parecer es la que hemos conocido en funcionamiento hasta fechas muy recientes. Tomaba el agua gracias a la mina y era conducida por la canaleta de ladrillos morunos, observables todavía en tramos del camino y junto al reguero, hasta las balsas de acopio, próximas al caserío.

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A este respecto y en relación a la mina, las informaciones recabadas me llevan a poder afirmar, al menos en relación a la restauración del año 1.930, que la mina, de largo recorrido, tiene su inicio en un pozo, bien lumbrero bien de recogida de las aguas, que tiene unos siete metros de profundidad. Este pozo consta que el tío Antonio Juan Cabezas, conocido como “Antonico Patas”, fue el primero en la época reciente que entró y descendió para limpiarlo. Posteriormente, se volvió a limpiar, siendo en esta ocasión la limpieza a cargo del tío Miguel Aparicio Pérez, “Pardico”, y Felipe Panduro. Cabe también pensar que fuera en la reforma, que se anuncia en la fuente actual, fechada como se ha dicho en 1930, y para aprovechar al máximo la recogida de aguas, se construyera la conducción que, reproducida en la fotografía superior derecha, bordeando el reguero, y a cierta altura sobre la roca exterior, toma el agua gracias a una pileta excavaba en la misma roca, que reproducimos en la fotografía superior izquierda. c.- La tercera y última conducción, que nos consta, de las aguas de la Fuente Lucena para el uso agrícola de la finca es aquella que se observa en la actualidad, mediante el recurso al tubo de pvc y que, siguiendo el trazado de las anteriores conducciones, llega a las balsas de acopio.

* * * Y finalizaremos la descripción haciendo referencia a clochones y estanques a lo largo de todo el reguero, que sirven de abrevaderos naturales para la fauna salvaje, así como de elemento hídrico para la flora autóctona. Ya hicimos referencia a distintos estancamientos del agua en el reguero donde nace, pero que nos es impracticable observarlos y que, pensamos, deben servir de abrevaderos a diferentes elementos de la fauna del enclave, especialmente si hacemos caso a las trochas que, desde diferentes puntos y en distintas direcciones, podemos observar a lo largo y ancho del Rincón Grande, direccionadas hacia la zona húmeda del reguero. Si debo hacer oídos a la experiencia, debo reflejar la información que me proporcionó el propio Santiago, quien textualmente decía: “antes… cuando había ganado en la finca, aquello estaba limpio y en condiciones. Había varios clochones donde llevábamos a beber el ganado… Ahora me imagino que estará como todo: con zarzales y maleza que no dejarán ni ver ni pasar a ver.” Con todo, aquí queremos hacer referencia a los que en el entorno de la fuente y desde la senda, que conduce a la misma, pueden ser observados sin dificultad, especialmente por su significativo tamaño. El primero de ellos es aquel que se encuentra a escasos metros del pilón o poste señalizador de senderos y rutas, del que toma aguas la pileta recolectora para la fuente. El segundo lo localizamos entre la fuente y el portón de acceso a la mina. El tercero, y más significativo, se encuentra en el mismo reguero, aguas abajo y que puede ser observado desde la misma senda de acceso.

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Este último, en realidad es un clochón labrado en la roca y de dimensiones significativas; con todo, hay que prestar atención pues la maleza puede hacerlo imperceptible a pesar de sus dimensiones.

También en relación a esta construcción, siguiendo informaciones de conocedores, debo precisar alguna afirmación, cuando no rectificarlas. En efecto, al parecer se trata de un pozaco, labrado en la roca, en torno al metro y medio cúbico de capacidad, aunque su manantial es pobre. En algún momento se intentó utilizarlo para incrementar el aporte hídrico a la finca.

Barranco del Huerto De esta fuente hablaremos en su momento pues, aunque siempre es momento para referirnos a ella y que el libro Los montes de Enguera y el Ayuntamiento cataloga como abrevadero de aguas corrientes, preferimos dejarlo para cuando hablemos, dentro del apartado de Construcciones hídricas para la agricultura, del grupo dedicado a Grandes Construcciones. En este momento solamente queremos hacer referencia a unas pinceladas que lo enmarcan como fuente, a saber: a.- Descripción de su ubicación, por cuanto no hemos podido acceder todavía a ella, como a tantos otros parajes, debido, entre otras causas, a la suciedad y abandono, generalizados. Es por ello que nos remitimos a la información recogida en el libro La Sierra de Enguera, que se expresa de esta manera: se accede por el camino que existe junto al viver de los Piqueras, en el km 52 de la CV-590. Seguir hasta llegar a una hermosa pinada, que atravesaremos, y al final, a la derecha, está la fuente. Todo el sendero iremos acompañados por una acequia que viene desde la fuente y desemboca en el ante dicho viver. Por lo demás, nos informa que Nace muy cerca del término de Anna, pero sus aguas las vierte entre los términos de Enguera y Anna. El caudal no se puede aforar, toda vez que nace de escorrentías; y remata afirmando con rotundidad que no riega campos de cultivo, a pesar de constatar la existencia de la acequia y del viver. Es una de las razones por la que, ahora, exclusivamente nos queremos ceñir al tema de la fuente como abrevadero

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En primer término y a la derecha puede verse el nacimiento de la acequia Gentileza de los autores del libro La Sierra de Enguera

b.- Dejar constancia que es la última de las propiedades de las que se desprendieron los herederos de la rama legítima del Conde de Cervellón que, curiosamente y aún después de la Concordia elevada a escritura pública en 1.870, explotaron de forma directa, a través del administrador del Título, al menos de ésta propiedad así como de San Jorge, Toñuna, Lucena y Antolí, que nos consten. Curiosamente, todas ellas provistas de manantiales con uso conjunto como abrevaderos. Igualmente poseyeron hasta su venta, en régimen de explotación directa, Navalón. c.- Como curiosidad, relativa al uso de las aguas como abrevaderos, se trae a colación un escrito de don Pedro Sucías, relativo a la fuente de Marzo que, no siendo abrevadero oficial, se trae ahora por la proximidad geográfica al entender que es interesante conocerlo por el aquel de nuestra desidia colectiva. Dice así: “Existe en el término de Anna, que dista de Enguera próximamente una hora de distancia, una fuente llamada Fuente de Marzo de mucha abundancia de aguas. “Esta fuente, si bien se halla en el término de la expresada villa de Anna, sus aguas son propiedad del pueblo de Enguera. “Se suscitó un ruidoso pleito sobre deslinde de los montes de ambas poblaciones el cual fue aprobado por el gobernador de la provincia en el año 1.852, pero respecto a las aguas de esta fuente nada se falló y creen los vecinos de Anna que por estar en su término son aguas de su propiedad y no es así. El expediente de deslinde dice: “Respecto de las aguas de la Fuente de Marzo, como no es la cuestión de deslinde que sigan como al presente y en todo tiempo fue, que el disfrute de estas sean de la villa de Enguera o de sus vecinos y el sobrante que corra su curso natural y que se aprovechen los de Anna de ellas. “Decimos estas cuatro palabras para aclarar en todo tiempo esta cuestión que es interminable entre ambas poblaciones.”3

Pocico Barbas S 0697841 UTM 4312545 Altitud 538 Hoy he podido disfrutar de un lindo día, entre otras razones por haber encontrado, sin más referencia que su existencia, el pocico Barbas.

3 Socías, P. Notas útiles del Reino de Valencia. I. Distrito de Enguera. 1911. edic fotocopiada del manuscrito, pgs.49 y s

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… cuevas a un lado y otro del reguero

La primera cuestión que puede surgir al lector es conocer su ubicación. En efecto, al margen la ubicación por el sistema GPS con que se encabeza el apartado, para los amantes y conocedores del término habrá que decirles que se encuentra en un lugar privilegiado que, desde antiguo, disfrutaron nuestros antepasados: cuevas a un lado y otro del reguero de su mismo nombre, así como una humedad ambiental y en el suelo, que hacen lucir las múltiples matas de juncos. Personalmente no lo conocía sino de oídas, y tan importante me parecía que pensé debía encontrarse en el trayecto del viejo camino de Vallada. Varias veces intenté localizarlo siguiendo el reguero que conduce al pozo del tío Figuereta en el colchón del Cucharón, allí donde, en la actualidad, hacen finalizar el trazado del camino viejo a Vallada. Los zarzales y la maleza llenan el reguero y convierten el paso en imposible.

Con posterioridad me informan que sí cabe el tránsito, aunque con dificultad, en referencia a que dos amigos habían batido un jabalí y, para evitar el subirlo al camino forestal de La Plana, lo sacaron reguero a bajo hasta donde alcanza en la actualidad el camino antiguo de Vallada. Pero no finalizó aquí el tema de la búsqueda. En efecto, me informan que debía subir al camino forestal de La Plana y, desde él, descender hasta el pocico. Cosa que ha sido lo que hoy hice. Y volviendo al tema del abandono de caminos, me informó Juanico Aparicio el Bolo, buen conocedor de esta zona por haber sido pastor desde niño, que la senda vieja de Vallada pasaba por delante de la casa de Pan Blanc y, llaneando, dejaba a la derecha Rechama y a la izquierda La Perereta, desde donde salía un azagador que por la Balsa Blanca y la Serrá iba al Curro, etc.

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Con lo cual, al margen de prometerme su compañía en tal recorrido, sentenciaba que el Pocico Barbas no lo visitaba el camino de Vallada entre otras cosas, agregaba, porque ese tipo de caminos evitaban los grandes repechotes, ya que las caballerías solían ir cargadas… Y, claro, ahora he comprendido lo que me decía. El pozo se encuentra bajo un cortado de rocas a la derecha de uno de los dos regueros que, descendiendo de La Plana, conforman el baranco Barbas que, al unirse al Povil, se convertirán en el río o rambla Mínguez.

El enclave en que se encuentra el pocico, como ya dije anteriormente, es precioso, de una belleza que en primavera recuerda los paisajes pirenaicos a los que tan aficionados son los mandones de la tvv. Es una pena la dificultad que tiene para acceder pero creo que, para los de amantes de la naturaleza y de las obras de nuestros antepasados, el esfuerzo bien merece la pena: las vistas, los escarbados en las peñas y la obra de quien sacó el agua perforando la ladera… lástima el abandono en que se encuentra: el bebedero destrozado y sustituido por tres semibidones rojos.

En nuestras averiguaciones no hemos podido dar testimonio si se llevó o no a cabo la realización del asunto que recoge el Expediente Administrativo ante el Ayuntamiento y en 1.877, a instancia de Don José Martínez Marín para excavar en tierra – monte, propiedad del Común de vecinos, en el Barranco titulado de Barbas, junto a un abrevadero comunal que existe en el mismo. Se trata, dice, de perforar unos metros hacia abajo para que el agua salga caballera y evitar la molestia de tener que sacarla con pozales4.

4 Ayuntamiento de Enguera – Servicios Públicos 1.792 -1.928. Apartado Aguas. Número de Archivo: 136.

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Y para finalizar, debo dejar constancia que el libro Los montes de Enguera y el Ayuntamiento lo cataloga como Abrevadero de caldero.

Pozo de Borch S 0697100 UTM 4314228 Altitud 378 Este pozo se encuentra en el azagador que por la casa del Borch, seguía en dirección oeste. Por mi parte me he acercado a él de una forma muy poco ortodoxa, aunque muy efectiva. En efecto, desde el pocico la Bomba, barranco o desaguador del Borch arriba, que pasa por delante de la casa. Como quiera que aquello está todo vallado y el campo es pura rastrojera, a mitad del trayecto vislumbré en la ladera del lado izquierdo algo que me pareció ser lo que buscaba.

Balsa, especie de aljibe y caño de desagüe …

En efecto, al cruzar el amplio bancal de rastrojera, hallé una especie de balsa, que no es sino un hundimiento en la tierra; encima de ella existe una especie de aljibe, totalmente tapado, con un caño de desagüe hacia la balsa a la que hago referencia. Pues bien, encima de tal aljibe, se encuentra el polémico pozo del Borch. Y digo polémico por cuanto, siendo como parece abrevadero público el acceso al mismo no queda libre. Su construcción es doble: la hornacina simula ser un pocico, mientras la perforación recuerda la de los pozos de abrevadero real. Un tornajo, de reciente factura y construcción, completa el enclave a no ser que, elevando la vista, se descubra la existencia de una enorme encina que nos desvela el misterio.

Brocal de la hornacina y tornajo, todo de reciente construcción

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En efecto, tomo el texto del profesor Sánchez García en relación a dicha carrasca: “Estado de conservación: Muy bueno. Sus raíces tienen acceso a zonas húmedas del subsuelo. Recoge gran cantidad de nutrientes de los excrementos del ganado que se cobijan en su sombra… “Entorno: Muy cerca de un abrevadero. En su lado noreste discurre un azagador, en el sudeste un camino. Está rodeado de campos de secano. “Singularidad: Presenta dos cimales monumentales que hacen de esta carrasca un ejemplar único. Su función básica ha sido la de cobijar al ganado en los días calurosos del verano.”5 Una sola apostilla: la monumentalidad de los cimales, la funcionalidad de umbráculo canicular, etc. no creo sea cuestión de unos pocos años recientes.

Hornacina de pocico y rama de la enorme carrasca, a la izquierda

Por lo demás, el libro “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento” lo cataloga como Abrevadero de caldero6.

Norillas S 0698126 UTM 4315447 Altitud 328 Este pozo, que toma el nombre de la partida, se encuentra en muy específicas condiciones: el brocal no se eleva más allá de los 25 cm., es decir, sólo dispone de un círculo de piedras, bien que trabadas con argamasa de la época. En efecto, si el brocal es de poca altura, el diámetro de la boca es de dimensiones no inferiores a los 2 metros. Sigue el patronímico de los grandes pozos y mantiene el abrevadero de cemento orientado en sentido desde el brocal hacia el azagador.

5 Sánchez García, S. “Árboles Monumentales”. inc en La Sierra de Enguera. Historia de un Paisaje. Simón Díez, J.Mª. coordinador. pág. 150. 6 Los Montes de Enguera y el Ayuntamiento. Fundamentos que este tiene y el gobierno para administrar los productos forestales pertenecientes al común de vecinos. 1893. Imprenta y librería de Fabra. Embuera, 1893, pág. 57.

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Prácticamente no se percibe el sestero

Situado en pleno corazón de la partida del mismo nombre y junto al azagador de la misma, se encuentra como incorporado a una propiedad privada, pues el espacio, al igual que el resto del campo, está sujeto al laboreo propio del cultivo; en tal sentido, se encuentra en un campo de labor entre el azagador y lo que, actualmente es un camino que, saliendo del azagador, va en dirección al Losar por encima del desaguador de la partida y aparenta limitativo de la propiedad. Concreto algo más su ubicación: se toma el azagador que, desde la rambla, va al azagador del Losar y Pino Romo, pasando por Casa Ángela; casi al inicio, pues, desde la rambla y a la derecha existen unos campos de naranjos con una caseta, que se auto denomina “Puchol - Jícara”. Al otro lado de dicho azagador los bancales están plantados de olivos hasta la altura del desaguador. Cuando el desaguador gira a la izquierda allí, en el mismo cornijal, debía comenzar el lejío.

… se encuentra prácticamente a ras del suelo

El pozo, aunque no es fácilmente observable, está allí: a unos metros del cornijal del desaguador, pero en el campo de encima del mismo. Con todo no es fácilmente observable por cuanto, como se dijo anteriormente, se encuentra prácticamente a ras del suelo y dentro de lo que, sin pérdida de continuidad, cualquier observador diría es el bancal, que alcanzaría sus linde en la confluencia del camino y el azagador. Pues bien, colocados en dicho cornijal, y en dirección al sur, hay que buscar el pozo a ras del suelo hasta encontrarlo; como pista complementaria, si no hay mucha hierba, mejor buscar el abrevadero o tornajo: al final del mismo está el pozo. Insisto, por su importancia que no por razones de deslinde, cualquier vestigio de diferenciación con la propiedad del bancal brilla por su ausencia: no existe ningun sistema de separación y, consiguientemente, tampoco de identificación de espacio de domino o uso público, toda vez que no tiene solución de continuidad que le pueda diferenciar en nada dentro del bancal en que se encuentra, en la actualidad recién plantado de caquis.

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Las hierbas prácticamente impiden su visión

Por lo demás, es curioso que no tenga espacio de sesteo o lejío, aunque la distancia por la parte al camino de la partida se mantiene y sí se observa, como vengo diciendo, la existencia del abrevadero. Por razones que se me escapan es difícil pensar que en las proximidades se pudiera realizar el sesteo, dado que no dispone de ningún vestigio, ni vegetal ni artificial, de sombra donde resguardarse los animales de los rigores del sol de mediodía. El nivel del agua es excelente, observándose sin necesidad de mucha aproximación y con humedales, en pleno mes de agosto, en los campos de aguas abajo, especialmente en los márgenes del desaguador de la partida. Se trata, me dice Ramón Gonzálvez, de un pozo de “aguas de tierras, por lo que es muy suave y apetecida para el ganado”, de lo que deduzco que las contrapone a las aguas duras o deslizadas por entre rocas calizas, ricas en minerales y especialmente cal. Según él, solamente lo ha visto una vez casi seco, y se entretuvo con unos ganchos, que por cierto quedaron en el fondo al engancharse en un tronco, sacando del fondo cubos de hojalata de los que usaban los pastores para sacar agua. “¡No menos de siete extraje, que se los fueron llevando los pastores!” Tiene, sigue relatando, entre los 15 y 18 metros de profundidad y el agua llegaba, en años húmedos, a menos de tres metros del brocal, y ¡ello a pesar de que cada día abrevaban siete ganados o más! En el momento que lo inspecciono verifico todos y cada uno de los datos que me habían dado: el brocal, la dejación ante la propiedad privada, el nivel del agua, etc. Aunque de todo ello, lo que más llama mi atención es la carencia de cualquier sistema de información de su existencia, así como de protección para personas y animales. El paraje es de lo más indicado para hacer un bonito enclave donde descansar y disfrutar de los contrastes que el entorno ofrece: las adelfas de la rambla, en la parte baja de la partida, las paleras, las encinas y los matorrales de la parte superior de la cuesta y, sobre todo, de las diferentes tonalidades de verdes que rodean el lugar: el verde de los naranjos navelinos, el de los caquis y el de nuestros siempre venerados olivos, al margen de los innumerables verdes de hierba y arbustos, incluidos los juncos. Unos bancos rústicos bajo unas pocas acacias serían el remate a tal paraje y complemento para un agradable reposo en un hipotético “sendero por los abrevaderos”. Para terminar, dejar constancia que, según el libro “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento” este pozo se cataloga como Abrevadero de caldero.

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Balsas Blanca Vieja Grande Nueva S 0695547 S 0695579 S 0695560 UTM 4312525 UTM 4312528 UTM 4312521 Altitud 505 Altitud 506 Altitud 506 Bueno, pues a pesar de la importancia de estos humedales, en la actualidad, el silencio más profundo envuelve la existencia de los mismos, así como de las construcciones que coronan la propiedad. La antigua propiedad, así como el entorno, me fueron conocidos y me atrevería a afirmar que disfrutados en mi juventud gracias a la amistad con que me distinguieron los anteriores propietarios. Un recuerdo para doña Matilde, sus hijos y nietos. En razón de tales visitas, lejanas ya en el tiempo, me atrevería a afirmar que, si bien el entrador a la finca se encuentra a la altura del punto kilométrico 41 de la carretera de Navalón, el acceso a los humedales se alcanza mejor siguiendo el azagador que cruza dicha carretera a la altura del kilómetro39 y, pasada La Serrá, se encuentran antes de llegar a lo que fueron las cuadras del hierro Espinosa.

Lo que han dejado de la Balsa antigua

Estos humedales quedan recogidos en el alegato “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento” de 1.893 como de propiedad comunal, bajo el nombre de Balsa Blanca, al ser catalogados como abrevadero de aguas corrientes, en el sentido de que nacen y discurren libremente. Tal como recordaba y he podido constatar, la Balsa Blanca son en

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la actualidad tres: el antiguo nacimiento (vieja) a la izquierda del camino en sentido de la marcha, la gran balsa que recoge la literatura publicitada a la derecha del camino y una nueva y cercana afloración que, al sur de las anteriores y a la derecha del camino, bien pudiera ser la consecuencia de las escorrentías de las aguas de lluvia que fluyeron este invierno y primavera (2008-09), ricos en precipitaciones.

Vista general de la Balsa actual y cartel explicativo

De todas tres y como venimos de afirmar, solamente la balsa grande es considerada por la literatura publicitada. En ella, como se observa en la fotografía adjunta, se ha colocado un rótulo informativo sobre la importancia que esta balsa tiene para siete de las ocho especies de anfibios que existe en la Comunidad Valenciana, así como de la colaboración –entiéndase aportaciones dinerarias justificadas– gracias a la existencia de este histórico abrevadero de ganados y caballerías. Algún día habrá que redescubrir cómo y por dónde se accedía desde los confines de Benali hasta el paso histórico de la Maravillosa. Pero esto es otra historia; de momento sigamos aceptando el recorrido del GR-7 y centrémonos en los pozos y fuentes de La Redonda que es nuestro objetivo primario. Y volviendo al tema de los anfibios no queremos marcharnos de estos humedales sin recoger la imagen de una piedra, en imitación de una tortuga gigantesca fósil, dejada como por casualidad a la vera del azagador, si bien dentro de la Balsa grande que, para constancia, hemos recogido en la fotografía.

… imagen de una piedra, en imitación de una tortuga gigantesca fósil …

El azagador continúa, desviado por decisión de “alguien” de su trazado original que se puede observar a pesar de los troncos colocados, en dirección a la finca La Perereta, si bien no queremos marcharnos del lugar sin hacer referencia a la tercera de las balsas. Como ya quedó dicho, se encuentra en dirección sur a la derecha del camino, si bien un tanto alejada del mismo. A primera vista recuerda más bien un agujero que, producido como consecuencia de la necesidad de materiales para el acondicionamiento del camino, las lluvias han convertido en una tercera balsa por los arrastres de aguas de torrentera. Esta afirmación tiene verosimilitud, salvo que el discurrir de tales aguas suele ser por las zonas bajeras.

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En cualquier caso, también de esta tercera balsa hemos querido dejar constancia de su existencia, así como de la vegetación que la adorna. En todo caso, pienso que esta tercera afloración puede estar relacionada con la existente en la propiedad de los Pajalargas que se analiza en el apartado correspondiente.

Vistas de la Balsa actual y de la novísima

No podemos finalizar la descripción de estos humedales sin dejar constancia del abandono en que ha quedado la primitiva balsa, que más bien aparece como arrinconada y empotrada entre los campos de la propiedad privada y el trazado del camino, tal vez propiciado como consecuencia de la sequía que, durante los últimos años, ha castigado y asolando La Redonda, en general, y este histórico paraje, en particular. La existencia de las rocas en lo que fuera la primigenia balsa –en realidad uno de los muchos “brolladores” de nuestra Sierra–, así como de la vegetación autóctona deben llevarnos a reflexionar sobre la conveniencia de tratar con más cariño, que no debe desmerecer las actuaciones técnicas, estos “brollaores”, antiguos y modernos, al margen de las mejores o peores condiciones hidrológicas de los ciclos naturales.

Fuente la Carrasquilla

Plano de ubicación

Antes de salir a conocerla disponía de la siguiente información: “Acceso: Ctra. Enguera-Ayora en el Km 39 desvío a la derecha señalizado con poste indicador de madera, flecha azul. Seguir las marcas azules por el camino y a unos 300 m. a la izquierda, está el sendero en bajada que nos lleva a la fuente.

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… desvío a la derecha señalizado con poste de madera, flecha azul

“Entorno/Características: Entorno degradado por el incendio del año 1991, pero se está regenerando perfectamente. Barranco muy agreste, se accede bien a la fuente a través del sendero, junto a ella una hermosa higuera y un abrevadero. Muy cerca, en su parte este se encuentra la cueva de la Carrasquilla, cuyo acceso y alrededores han sido acondicionados en varias ocasiones por el grupo de limpieza de ADENE. Fauna: tienen su hábitat el jabalí, cabras montesas, conejos, zorros, águilas culebreras, etc.”7 Ciertamente por esta ruta se debe acceder, sólo que mi acompañante no me llevó por esta ruta, sino que por ella fue que regresamos. Juanico Aparicio, viejo conocedor de la zona, me llevó por el camino de herradura que recorrían los habitantes de Merita, de La Seneca y de la misma casa La Carrasquilla cuando, en época de sequía en los respectivos pozos, iban a la fuente para hacer el acopio necesario de agua, habiendo aparejado sus animales con las correspondientes aguaderas.

Entrada a la Sima o Cueva de la Carrasquilla

Solamente hicimos una pequeña digresión en la ruta para aproximarnos a la Sima o Cueva de la Carrasquilla. La fuente se encuentra en el margen derecho del barranco de la Carrasquilla que, por cierto y haciendo caso a la información que se atribuye a José Mª Simón Llácer8, debe ser un barranco realmente importante, dado que en él finalizan (y no digo vierten sus aguas) el de los Pupos, el del Pocico del Majo, el del Gavilán, el de Vallés, así como los respectivos afluentes, como el del Salvador.

7 10.- Fuente La Carrasquilla inc. en La Sierra de Enguera. Historia de un Paisaje. Pág. 57. 8 Barrancos, Regueros. Puntales, Altos y Lugares de la Sierra inc. en La Sierra de Enguera. Historia de un Paisaje. Pág.22.

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Visión actual del tornajo

Y en ello estamos, pues como pienso escribir en su momento, la fuente de la Carrasquilla es, desde tiempos muy remotos, un enclave y cruce de caminos de relativa importancia. En efecto, trascribo literalmente los apuntes de mi hoja de campo. “Hoy, 17 de diciembre con Juan Aparicio, el “Bolo”, hemos hecho una expedición en torno a estudiar el tramo que unía el Colchón de Rabadán con la carretera de Navalón. El planteamiento desde tales puntos es bastante arriesgado. En efecto, tomando como punto de referencia el abrevadero de la Fuente de la Carrasquilla, las alternativas son varias. En tal sentido, una vez dejado el coche en la parte trasera de la construcción actual de la Casa la Carrasquilla, tomamos una senda que, al poco de haberla tomado nos indica una baliza que por allí podemos descender a la fuente. “Siguiendo las indicaciones de Juan, obviamos dicho sendero y continuamos por la senda hasta llegar a la altura de la Cueva de la Carrasquilla (30 S 0694058; 4313635 y altitud de 506 metros sobre el nivel del mar). “Tras tomar las coordenadas y fotografía en una tarde ventosa de poniente, me informa Juan que el sendero deberíamos desecharlo porque por él no es lógico que transitaran caballerías cargadas. Era mejor seguir el trazado de la senda que, en su infancia, servía para descender por agua las caballerías de la Carrasquilla y la Seneca, con sus aguaderas, en los veranos resecos. Esta senda da un amplio recorrido, llaneando sobre la cima hasta comenzar el descenso y volver al punto UTM de la Cueva.

Aproximación a donde imaginamos se encuentra la fuente

“Desde el Morrón, Juanico me indica los cuatro senderos que conducían a las respectivas casas de Vallés, al frente, del Rute y Berlano, a la izquierda, así como a la Carrasquilla y Seneca, por nuestra espalda. En efecto, su descripción, que visualizo, es la siguiente: * Desde la casa la Seneca se venía por el lindero suroeste de la finca la Carrasquilla, y al llegar a la altura de ésta última casa, se unía la senda por donde vamos transitando. * A Vallés se accedía, costeando por la umbría, hasta alcanzar las peñas que puedes ver donde hay un pino y frente a la Peña Ronces. * Al Rute se iba por aquella senda que, bordeando la singleta, llega al collaico. Allí se bifurcaba: una, la que bajaba al barranco iba al Rute por la misma solana; la otra * A la Casa Berlano, pues desde el mismo collaico, por la cima del morrón, llegaba a la Berlano, donde en el recorrido se pasaba por la fuente Berlano y, más adelante, siguiendo el barranco, a los Charcos Rojos, que conservaban durante mucho tiempo el agua.

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Por lo demás, agrega, este barranco de la Carrasquilla, donde está la Fuente, es el mismo que el del Pino Romo… ¿El barranco los Pupos?, pregunto. Sí, en efecto, donde está también el Charco la Murta, me reafirma. Con estas llegamos a lo que debió ser el célebre abrevadero conocido como Fuente de la Carrasquilla.

“Estos campos, ay dolor, campos de soledad, mustio collado…” Juan se pone rígido, al tiempo exclama: – Y pa esto marcan un sendero de azul ¡Quina vergüenza!; para luego más tarde agregar: – A buscarlo no tengo qu’ir , pero cuando vea a tu amigo, remarcando el posesivo y en referencia al Alcalde, se lo tengo que dir… ¡Quina vergüenza! – Trato de explicarle que, de igual guisa, están la Fuente del Saytón, la del Barranco del Huerto y la misma de Lucena… tan importantes como ésta. En ello estábamos cuando, para cambiar el hilo de la conversación mientras subíamos ahora por el sendero marcado con señales de balizamiento azules, le pregunto: – Juan a tu parecer ¿qué parece más lógico que llegaran por Berlano o por el Rute? – Si venían desde el Clochón de Rabadán, lo lógico es que vinieran por Berlano para evitar la vuelta… – Y luego, agrego, por la Carrasquilla a la Seneca y de allí… –... a Merita, remata, –… para llegar a la Maravillosa…, apunto. – No hombre. Bueno, desde Merita se podía subir a la Maravillosa, pero lo normal sería que fueran a Vallés y, por la senda que había pegá a la Serrá, ir a la Maravillosa: se llanea mucho más” . Y hasta aquí la información recogida en fría y ventosa tarde del 17 de diciembre del 2.009.

* * * Poco más puedo agregar. Bueno, decir que, como la fuente tuve que imaginarla, las dos fotos siguientes, en que sí se puede apreciar, se deben a la gentileza de Carlos Gens.

Vistas lateral y frontal de la fuente

Almiñanas Abrevadero Balseta Fuente Manantial S 06993974 S 0694280 S 0694267 S 0694007 UTM 4315372 UTM 4315567 UTM 4315490 UTM 4315567 Altitud 512 Altitud 521 Altitud 512 Altitud 557’2 Frente al puntal de Prisco, pebracero donde los haya, se encuentran los restos de lo que debió ser una inmensa casona habitada por el tío “Hospitalero” y gobernada por su esposa Virtudes. Los toneles de buen vino tenían en ella su alojo, pero como la dicha nunca es completa, un aciago día marcharon todos, levantando lo que se pudo levantar, a tierras de Barcelona, tras una estancia en el Carrerón de los Bueyes del pueblo.

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Ruinas de la inmensa casona donde los toneles de buen vino tenían en ella su alojo

La enorme finca, con la casa, pasaron de mano en mano hasta que el incendio de 1.980 acabó con todo; bueno, con casi todo… En agosto del 2.009 aquello es un lugar de fantasmas, jabalíes y escorpiones, a los que entre nosotros denominamos “alacranes de esteveta”. Por no haber, ni avispas se observan.

Descendiendo hacia el barranco, al frente y cortando el paso, se yergue el puntal Cortao, dado que como islote emerge desde el barranco de las Almiñanas. En mi primera visita, acompañando a Victoriano Martínez Mollá, que de esta guisa y no de otra, bajamos por frente a las ruinas de la casa y remontamos (si así puede decirse a bracear con los zarzales) por el reguero que sale a la casa por el este. Este reguero será el cauce que seguiríamos para bajar y subir en nuestra segunda visita en la que, preparados como íbamos, ya tuvimos algo de suerte. Bueno, nosotros estábamos muy contentos pues descubrimos –en el sentido que fuimos capaces de destapar– primero la balseta y, posteriormente, la fuente. La balseta es una especie de redentora-distribuidora de las aguas que, en torrentera, bajan de los altos. Por la derecha, mirando hacia arriba de donde deben descender las aguas, sale un desaguador que las canaliza, tratando de que no produzcan arrastres en los campos que estaban preparados para el cultivo o, mejor para la plantación de chopos.

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En lo que debía ser el álveo derecho, siguiendo las pistas que dejaran los jabalís, encontramos el lugar por donde manaba la poca agua que, en el tórrido agosto del 2.009, podía salir. Victoriano, con la azada, limpió el lugar y, en muy pocos minutos, se llenó el espacio limpiado, sirviendo como retención las tierras retiradas. Tan contentos como estábamos, sacamos las fotos de rigor y establecimos las coordenadas y altura que el GPS nos marcara.

Ese segundo día tuvimos que regresar pronto porque Victoriano esperaba visita. Al llegar a la caseta Juanico Aparicio, el “bolo”, sonrió al verme llegar “tan madrugador”.

– ¡De la Hospitalera! – ¿Pero no habrás encontrao nà? – No… ni nà, le retruqué

Y empecé a contarle lo visto. – Pero ahí no está la Almiñana. Mira, cuando ese reguero llega bajo, ahí se forma, al juntarse con el que viene de arriba, el barranco las Almiñanas… cuando vuelvas debes orientarte porque hay un bancal muy grande.

* * * ¡Mi gozo en un pozo! Los arañazos y jirones en la ropa comenzaron a hacerme el daño que, hasta ese momento, no había sentido, fruto de la alegría por el deber cumplido. – Pues tú tienes toda la culpa, le dije muy serio; porque con Juan puedo cualquier cosa menos una: enfadarme.

– ¿Qué tu me habías dicho dónde ibas?, replicó con toda razón. A los días, tropecé con su cuñado, Eduardo Belda, “Campanilla”, quien, además de haber sido pastor, por su condición de guarda de caza debía conocer bien aquello. No se trata de que no me fiara de Juanico, no; era el desahogo de mi autoenfado. Y esta fue la información que recabé de sus labios:

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– Donde habeis estau, sí… antiguamente había una balsa, que la hicieron polvo al sacar los pinos del quemau de 1.982… Es que gastaban una maquinaria de cadenas que, por ande pasaba, lo hacía polvo tò… El grupo que nos rodeaba, escuchándole, ratificaba cada una de sus expresiones con afirmativos movimientos de cabeza.

– Esos bancaletes de ahí, antes, se regaban de la balsa esa que almacenaba el agua de la fonteta que has visto y la que recogía de las torrenteras… ¿No has visto las calzàs de tanto trellat que aún están allí? ¡De esos bancales comía la familia y aún tenían p’al mercao de los sábados! Pero el abrevadero no estaba ahí; estaba a la derecha de la casa, abajo, donde se juntan el reguero de la casa con el que viene como del Rute… Juanico y su cuñado, que ambos fueron pastores, deben tener razón, entre otras razones porque ¿por dónde, si no estaba fuera de la propiedad el abrevadero, iban a llegar los rebaños a beber y sestear? Pues mire usted por dónde aún quedaba el tío Vicente “Topaborregos” para poner su cuarto de espadas. – Ese sitio que te dicen es el viver del tío Alejo… que, aunque reocáu estará allí, en el comienzo del barranco Los Pupos. La fuente está a la caída, no abajo del tòo, como tú dices… La de veces que h’ha ido con mi padre, antes de los 9 años… ya me llevaba. Es más, tenía un tornajo de madera allí en una de esas horgalejetas que hay bajando de la casa… Es decir, la misma descripción que me hiciera Victoriano; como si lo hubiera oído y lo estuviera ratificando.

* * * Hoy es un lunes, 31 de agosto de 2.009, y después de hacerme acompañar por Victoriano y Juanico hicimos nuestro recorrido. Todo apareció ante nuestros ojos, salvo el viver del tío Alejo que, cubierto de zarzales emparrados en la higuera nos impidió la aproximación. Pero a guisa de compensación encontramos la fuente abrevadero de las Almiñanas, una barraca de cazadores y, previamente una maravilla de fuente protegida –hoy seca–, digna de los mejores manuales.

El abrevadero es una maravilla con un caudal a finales de agosto digna de los mejores afarrasaores de Adene. El enclave es idílico, si no fuera por la extrema sequía y, especialmente por la suciedad y abandono reinante:

– Aquí como caiga una chispeta se lo lleva tóo, exclamó Victoriano. Y mi garroferal lo primero…

La conversación derivó hacia el tío Belda, el de la tienda de la calle san Joaquín y “Gardán”, que estaba de jornalero; a los “calixtros”, al tío Toni “Montañala”, a los pastores de Villaseca…

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– Aquí s’ajuntábamos toós. Cada uno con su ganao, de cabras u d’ovejas – Para entonces el tornajo no era como esta maravilla de obra… no, era un tronco

muy largo y… – Sí, agregó Victoriano, éste lo hizo el tío Jordá antes del deslinde; lo mismo que

el caminal por donde hemos bajao, que lo hizo con un tractor de esos de cadenas…

– ¡Pues es una verdadera pena que esto esté como está!, remató Juanico Y en efecto, es una verdadera pena… Ante esta maravilla de la naturaleza, en un enclave donde se juntan cuadro regueros separados por los Puntales del Prisco y el Cortao, uno comienza a entender que haya sido excluido de La Sierra de Enguera, escrito desde una mesa camilla para conocedores de la Sierra desde el sofá. Por el contrario, pebraceros y cazadores lo dominan y lo aman, como anteriormente lo hicieran los pastores que llevaron a que el Ayuntamiento lo incluyera, allá por el siglo XVII, entre los abrevadero del Común. Y ahí se mantiene para alegría de unos pocos y solaz de nadie… ni rastro de pájaros se observan, si no fuera por la barraca montada.

Fuente del Saytón S 0694975 UTM 4317684 Altitud 427

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La fuente del Saytón, junto a la balsa del mismo nombre, conforma el noveno elemento de los abrevaderos, que reseña el documento “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento”, ambas con epígrafe de corriente 9.

Fue limpiada … el año 2.002, pero la vegetación ya no recuerda tamaña proeza

Por su parte en la publicación La Sierra de Enguera, tras afirmar que es una fuente de poquísimo caudal y estar “seca gran parte del año”, afirma que riega campos de cultivo. En cuanto al acceso lo establece desde la carretera a Benali por el camino de la Boquera –Saytón y, después de pasar la finca del Saytón, establece que, a un kilómetro, llegaremos a una casa nueva y vieja10 de Miguel Simón “botifarra”, que en paz descanse –agrego yo. Desde las casas se toma el camino de saca, que está al SE para acceder a la fuente, pudiéndose observar el amplio sesteadero de que disfrutaba esta fuente abrevadero.

Trozo del tornajo que Kike Gómez “Catarro” limpió para la foto

El acceso tradicional no seguía tal trayecto, sino que discurría por el camino de Almas hasta poco antes de alcanzar el cruce del mismo con el reguero. Desde allí, en pronunciada pendiente, ascendía hasta alcanzar el nivel de la fuente y, por encima de la última horgaleja, llaneaba al mismo nivel hasta la fuente. Al parecer, la fuente y su explanada fue limpiada por los dueños de la finca el año 2.002 aunque la vegetación ya no recuerda tamaña proeza. Las fotos hacen honor a este aserto. A pesar o tal vez porque es fuente de poco e irregular caudal, dispone de un gran tornajo de obra donde abrevar los animales, si bien antiguamente en la parte baja de la roca

9 Ayuntamiento de Enguera. Los Montes de Enguera y el Ayuntamiento. Fundamentos que éste tiene y el Gobierno para administrar los productos forestales pertenecientes al Común de vecinos. 1.893. Impta Fabra. Enguera, 1893, pag. 57. 10 Entiendo debe existir un lapsus, para indicar que hay dos casas: una nueva y otra vieja; al igual que desapareció el apellido, que no el apodo, del propietario.

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existía una cavidad en la que se creaba una especie de reservorio, cuyo elemento de contención, al menos en la parte que se conserva, puede ser observado siempre que la limpieza no brille por su ausencia.

En la cavidad de la roca se creaba una especie de reservorio

En primer plano y a la izquierda el tubo por donde al agua se vierte al tornajo

Para mí este enclave tiene el bonito recuerdo de un gran hombre y un gran amigo, que se nos arrebató en plena juventud. Amante de nuestra Sierra fue lo último que sus ojos contemplaron es esta vida. Su ilusión por ella le llevó a adquirir este enclave que disfrutó como merecía, haciendo que su esposa e hijos vivieran con la ilusión que él sentía por su “engra”. Al amigo ya ido mi recuerdo y el cariño a su familia.

* * *

Y para terminar, haciendo una concesión a los amantes del recuerdo, así aparecía la fuente el año 2.002 tras la limpieza por los dueños de la finca. Puede observarse la inmensidad de la longitud del tornajo, en primer plano, así como la cavidad en la que se creaba una especie de reservorio a guisa de cueva, que se salva mediante la canalización también observable.

Gentileza de los autores del libro La Sierra de Enguera

Balsa del Alto el Saytón Balsa Poza S 0698269 S 0698107 UTM 4318847 UTM 4318739 Altitud 337 Altitud 324

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Hoy he vuelto a encontrarme con el lugar, por cierto verde en plena canícula. Esta balsa debía recoger, en forma de cuenco, las aguas de todo aquel largo y ancho altiplano y, posiblemente, la que brotaba en pequeños surtidores –brolladores les decimos a esa forma de nacer el agua–.

La recuerdo de niño; allí nos enviaban a dar de beber a las caballerías al mediodía. Tenía no menos de un metro de profundidad media, y en ella aprendí que las caballerías levantaban una de sus manos para poder alcanzar el agua, cuando ésta se encontraba a ras del suelo. Hoy, como insinué al principio, la balsa está totalmente seca, cuarteado el limo en donde la vegetación no impide el rigor del sol de mediodía. Me cuenta mi primo Rafael que, en uno de los arreglos del camino, tomaron las arenas del fondo y desapareció hasta hoy el agua. Y tal vez sea certera esta versión porque, amén la pertinaz sequía de Franco o el cambio climático de los mandones actuales, la corriente subálvea se mantiene, conservándose en su antiguo cuenco el verde de juncos y otros herbáceos, mientras en las proximidades ni la jara crece ni las retamas verdean. Todo ello en la proximidad de unos cultivos con sistema de riego por goteo.

Con las lluvias del otoño he vuelto a pasar por aquí. La balsa, sin llegar a recuperarse del todo, tiene la imagen que mi memoria infantil retiene: es el típico “aiguamoll” con vegetación rastrera que impide ver el agua pero que, pisadas, la afloran. Ojalá el cambio de intensidad en las lluvias nos permita recuperar esta maravilla de nuestra sierra. Por lo demás, al volver al camino por el antiguo azagador que, más adelante, atravesaba los campos de mi familia, allí en el mismo cruce y a la derecha me encontré con una enorme poza, llena de agua que, además, retenía y no filtraba. Digo me encontré porque en mis anteriores pasos y paseos por allí no llegué a ver. Ahora el agua, de un verde perla, me lo destacaba. Sorprendido, no pude sino investigar la causa de tal maravilla. Fue Pedro Rialla quien me aclaró que, en diferentes ocasiones, se había extraído tierra de allí pues, “según decían los antiguos”, anteriores lluvias habían depositado los arrastres; así que

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comenzamos a extraer hasta quedar como lo has visto, pero sin agua y esperando se vuelva a rellenar. En cualquier caso, sí quiero dejar constancia que la Balsa del Saytón, como se dejó escrito al inicio de la descripción de la Fuente, forma parte de la relación de abrevaderos de la Redonda recogida en la pág. 57 del libro Los montes de Enguera y el Ayuntamiento que la cataloga, bajo la denominación de Fuente y balsa del Saitón, como abrevadero de agua corriente.

Pozo de Toñuna Este pozo, junto al de Antolí (tapado por la rambla),

viene recogido y tipificado como Abrevadero de caldero. Los montes de Enguera y el Ayuntamiento. Enguera, 1893

Pozo abrevadero Restos de la Balsa S 0697729 S 0697718 UTM 4320671 UTM 4320661 Altitud 324 Altitud 324 Antes de salir hacia mi destino, tomé el libro “La Sierra de Enguera” donde, en el número 26 y pg. 98, de La Redonda del apartado ‘Caseríos’, puede leerse que se puede llegar por la carretera de Benali, pues “se ve desde la carretera”, y agrega: “Características. En sus alrededores existen restos de antiguas ocupaciones humanas, del Neolítico, de la Edad del Bronce, ibero-romanas y una curiosa construcción cuadrada que parece la base de una torre medieval. Valle muy fértil, no fue dividido ni entregado por los señores de la Villa hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando aún se pagaban censos a los Condes de Cervellón. Conserva la prensa de aceite con esportines. En su lado O hay un pozo con abrevadero y al E una era”. En efecto, sin tanto restos de poblados vamos a ver lo que tuve la suerte de contemplar.

En el lado Oeste del casería en ruinas hay un pozo con tornajo

En primer lugar un antiguo camino que me trae imágenes ya conocidas y sobre las que habrá que volver algun día, pues me suena que nos encontramos ante una de las vías de comunicación importantes desde siempre, aún después de construida la carretera. Pero volviendo al tema de los pozos, quiero reseñar que, a mi entender, el pozo existente es la afloración de una extensa mina que alcanza, al menos, desde la boca del pozo hasta el ribazo de lo que bien pudiera ser un sesteadero con la sombra de la higuera.

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… el brocal del pozo es en forma cuadrada, bajo unas rocas y a la vera del camino antiguo,

con abrevadero escarbado en la misma roca …

Sobre este pozo quiero hacer una reflexión personal, derivada de lo visto. En efecto, el brocal del pozo es en forma cuadrada, bajo unas rocas y a la vera del camino antiguo, con tornajo escarbado en la misma roca, pudiendo observarse las minas que parten desde dicho punto, así como también se observan los restos de las paredes de una de las balsas al otro lado del camino. Por lo demás, existe un tornajo de obra reciente, además del antiguo escarbado en la losa. La existencia de tantos elementos me lleva a pensar que el sistema de extracción de agua, para consumo de las personas así como de los animales, fuera mediante sharduf. Pero hay más, el pozo a día de hoy dispone de un empalado que recuerda el sistema de extracción ‘shaduf’ o, lo que los mejicanos llaman bimbalete, que es una máquina simple que, usada a modo de palanca, sirve para subir agua desde un río, canal, depósito o un pozo. Agua que, elevada y gracias al brazo largo de la palanca, se puede repartir entre los diferentes y distantes recipientes: cántaros, tornajos o abrevaderos y balsa11.

Shaduf, en Kom Ombo, Egipto

La palabra shaduf es de origen árabe (فوداش), aunque la máquina como tal tiene su origen en el neolítico. Es decir, que aunque se atribuye al shaduf un origen egipcio, datándose el inicio de su uso durante el Imperio Nuevo –c.1550-1070 a. C.–, ya figuraba en relieves y sellos cilíndricos de Mesopotamia –datados entre 2500/3000 a. C.–. También se encuentra representado en Mohenjo-Daro, India –c. 2500 a. C.– En latín, el tolleno, designaba a varios instrumentos semejantes para elevar agua y Julio Caro Baroja escribe que en el siglo XIX es común en toda Europa, citando su empleo en "Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Alemania, Hungría, Polonia,

11 Así queda recogido en Wikipedia, la enciclopedia libre, de donde tomo el resto de información. El viajero alemán Karl Kaeger en Agricultura y colonización en México en 1900, lo describe así: "...se hincan en la tierra dos troncos que arriba posean una horqueta natural; encima de estas se coloca una barra transversal a la cual se sujeta una palanca que de un lado lleva una piedra pesada y del otro una cubeta."

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países balcánicos, Rusia, España y Portugal, además del África blanca, Oriente Medio, India, China, Japón, e incluso Nueva Escocia y Nueva Bruswick, en Canadá."12. Con todo, me informan, la balsa de la que hemos visto los restos, ni los más viejos del lugar la recuerdan con agua, sino más bien con restos de tierra, piedras, etc. Por contra, me dicen, existía otra balsa, hoy desaparecida al transformar la finca para la plantación de viñedos, en la parte sur de la propiedad que se llenaba con agua que, gracias a una especie de androna, partía desde dentro del pozo, lo que equivalía a decir que el agua para riego no era necesario extraerla, sino que directamente accedía a esta balsa desaparecida desde el pozo, siempre y cuando el nivel del agua rebasara la toma de la androna.

Hoy, por, contra, la realidad es bien distinta. La transformación de los terrenos agrícolas por donde discurría la corriente de la que se nutría el pozo abrevadero, ha devenido en una posible desviación de dicha corriente subterránea. Las consecuencias, tal como puede apreciarse, son varias:

- encharcamiento del campo transformado - aparición de humedales y charcos a lo largo del camino en el tramo que limita con el ribazo de dicho campo - disminución del aforo del pozo

De todo ello, entiendo, lo más grave es lo último. Téngase presente que en estos últimos años del siglo XX y principios del XXI no se acercan rebaños a abrevar. Aún así, el aforo ha descendido.

Fuente del Castillarejo Nacimiento Clochón Balsa S 0694970 S 0694964 S 0694985 UTM 4320867 UTM 4320857 UTM 4320985 Altitud 386 Altitud 383 Altitud 378 En el libro La Sierra de Enguera puede leerse cómo llegar y, cito textualmente “Entorno/Características: Tiene un hermoso abrevadero, muy diferente a los demás ya que está esculpido a mano sobre la piedra viva. Flora: Hermosas pinadas que se han salvado de los incendios, salpicadas por algarrobos. En el barranco predominan una gran cantidad de madroños, palmitos, lentiscos, enredaderas, etc el barranco es muy

12 Las citas son de Karl Kaeger [1901] Agricultura y colonización en México en 1900. UACh/CIESAS. México, 1986. págs 222-223 y de Caro Baroja, Julio: Tecnología popular española. Editora Nacional. Madrid, 1983. págs. 411-412.

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húmedo. Fauna: jabalí, tejones, águilas, cernícalos, zorros, paloma torcaz, tórtolas, arrendajos, pero sobre todo en sus riscos aparece la cabra montés.” Y ¿qué quieren que yo les diga? Cierto será si así lo dejan escrito. Lógicamente debo pensar así porque yo también dejo escrito aquello que veo o que me cuentan, bien que acotando cuando es una fuente u otra.

… es una hondonada entre dos pronunciadas y altas laderas

Lo primero que quiero decir es del enclave, al margen de por dónde se llegue que luego ya lo explico, es que la fuente debió ser la suministradora de, al parecer, uno de los principales centros habitados del término municipal: el Castillarejo, zona muy abrupta, en cuya cima se encontraba el poblado y en el fondo el manantial. Lógicamente el fondo es una hondonada entre dos pronunciadas y altas laderas, lo que la convierte en una umbría en medio del sequedal férrico que es la zona. En mi caminar llegué al caserío viejo de Faracuat y, tras cruzar el barranquet del Horno –unos de los cuales podemos considerar que es el abrevadero del común de los vecinos o fuente que describimos–, alcancé el bancal del gato (me dicen, que allí estuvo el denominado corral del gato). Adentrándome por lo que hoy son olivos, regados a goteo, volví a alcanzar el barranco, bien que a un nivel muy superior al próximo a la casa de Faracuat. Allí, muy deterioradas, se pueden ir observando los restos de las señales indicativas de lo que debió ser alguna vez un sendero, que es posible todavía aparezca en las rutas esas que se publican y colocan en internet. Pero, si quieren un consejo, desistan. Mi experiencia, un atardecer del último día de julio del año de gracia de 2.009 y confiado en la información leída, fue el destrozo de los pantalones que llevaba puestos, así como piernas y brazos cual si fuera un santocristo. Pero, también debo dejarlo escrito, me compensó contemplar la mano de los anteriores pobladores de la zona: abancalamientos inconcebibles –hoy para vergüenza abandonados e intransitables: como para dejar constancia, mediante un cínico “muy húmedo”, lo que ha sido un expolio por parte de las administraciones. Pero no estamos aquí para insistir en lo que es un clamor. En fin, que alcancé mi meta y me encontré con una inmensa higuera, un inmenso brazal que intenta atraparla, el suelo removido por los hocicos de los jabalíes y, tras todo ello en lo que fuera el cauce del barranco, un enorme clochón lleno de agua hasta colmarlo y rodeado de balagres, baladres o adelfas, pues con todos tres nombres se designa dicha planta apocinácea. El clochón, como era de esperar, aparece excavado en la roca del piso, si bien no puedo afirmar si surge como fruto de la erosión del agua, que cayera en cascada, o de la mano del hombre.

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… me encontré con una inmensa higuera, un inmenso brazal, …

Al girar la cabeza hacia el lado izquierdo es cuando me encuentro con el monumento que andaba buscando. En efecto, en lo que pienso es la ladera que protege del poniente, es decir sobre la que descansaran las campiñas en cuya cumbre se encontrara el poblado, unas exuberantes matas de helechos me cautivan. En el centro, cual abertura de una capilla donde exhibir la diosa del lugar, se encuentra el nacimiento o fuente del Castillarejo y, a sus pies, el tornajo labrado en la roca de que habla el texto a que hicimos referencia.

Las exuberantes matas de helechos me cautivan

¿Vale la pena sacrificar una tarde, unos pantalones, piernas y brazos? Eso cada quien debe decidirlo. Yo, en mi compromiso personal de reflejar las construcciones hídricas, sí debí acercarme para contarles lo que vi: abandono y suciedad, el reino de los jabalís destrozando la cultura de siglos de historia, que hablan de la caza, del pastoreo, de la agricultura, del abandono forzado de los últimos habitantes, allá por los años cincuenta del siglo pasado, y la acción destructora por el afán de lo que ha venido en llamarse “conservacionista”, cuando no ha sido sino “introduccionista” de fauna y flora que, como diría un hispano, “dizque” autóctona. Como muestra aquí ofrezco un botón. Está tomado de una de las múltiples novelas históricas que florecieron durante el XIX y, como el texto es muy largo y ampuloso –de acuerdo con los gustos de la época–, he entresacado los párrafos que me parecieron más significativos. La selección dice así: “Los recien desposados debían trasladarse a la Sierra, para después ir a Rugat y recorrer todos sus castillos y estados según costumbre de aquellos tiempos. “El rey deseaba conocer y examinar por sí mismo la Sierra, y atraído por los encanto que le ofrecía la perspectiva de una partida de caza, accedió a las reiteradas invitaciones de Azadrach, y resolvió acompañarle a su castillo; de cuya expedición formó parte la reina y muchos caballeros de la corte.

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“La regia cabalgata salió, pues, de Játiva, y se internó en la Sierra. “Reían y hablaban celebrando la feracidad de aquellos montes y se divertían con las peripecias que presentaban a cada instante las escabrosidades del terreno más á propósito para correr venados, decían, que para cabalgar en briosos corceles. “Llegados a la cumbre de una colina que por su altura presentaba un bello punto de vista, Azadrach hizo notar al rey la perspectiva de su castillo que a lo lejos se descubría.

– Hermoso castillo teneis, Mosen Rugat, –observó el rey. – Ya lo verá vuestra alteza de cerca, señor, y os aseguro que ha de impresionaros vivamente. “Poco después, la fortaleza había desaparecido tras los pliegues del terreno. “Azadrach guiaba a la regia cabalgata… Seguían una línea tortuosa para llegar al castillo, pues el terreno era quebrado y los caballos se resistían de aquel piso agreste y resbaladizo. “Azadrach les hizo pasar por el lecho de un barranco embellecido por alguna cristalina corriente parecida a los residuos de las grandes avenidas.

– ¡Por San Jorge –exclamó el rey– que este castillo debe quedar incomunicado del resto del mundo en la estación de las lluvias! Os aconsejamos, Mosen Rugat, que abrais un camino más cómodo para llegar a vuestro castillo. ¿Lo oís bien, caballero?”

Fuente y tornajo

… … … “Todos corrieron a las armas. “De los caballeros de Romeu se reunieron unos cincuenta, pero acudieron soldados, nobles, plebeyos y toda clase de gentes de guerra, y guiados por Hissem, puesto a caballo con un escudero, el abigarrado escuadrón salió a escape, hasta llegar al campo de batalla en el instante más crítico para la vida del rey… “En ese instante dio En García el primer grito de ¡viva el rey!

… … … – … En García, … Permaneced en este castillo que es vuestro, por derecho de conquista. Tomad

posesion de esta Sierra, que os cedo en posesión de feudo. Limpiadla de bandidos, dad caza al malvado Azadrach, rescatad si podeis a la inocente dama víctima de este infame.”

… … … “Han transcurrido seis años desde la memorable jornada de acabamos de referir, llamada por los cronistas la noche de Rugat. “El castillo de la Sierra, aquella guarida de malhechores, secuaces del pérfido Azadrach, es ahora un soberbio y hermoso palacio feudal restaurado y embellecido por el muy magnífico y poderoso señor En García Romeu. “Aquella es su morada, allí habita con su familia, querido y respetado por sus servidores y vasallos. “A la sombra del castillo se levantan chozas y casas donde moran los colonos y algunos viejos criados o viudas y huérfanos que viven de la caridad o de la largueza de Romeo.”13 Por cierto, si cabras montés no ví, sí debo dejar constancia que pude disfrutar del vuelo de varias águilas y el acurrucamiento de palomas torcaces mientras iba avanzando entre

13 Paredes, J.B. Los Caballeros de Játiva. Memorias de un convento. Leyenda histórica. – Crónicas de la Edad media. Librería de Pascual Aguilar, Calle de Caballeros, número 1. Valencia 1.878. Copia Facsímil Librerías “” PARIS-VALENCIA ” ”. Valencia, 1.992. El texto completo va de las págs 301 a 311.

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la maleza en los campos, hoy pasto de pinos que acabaran, en conjunción con los jabalíes, destrozando las pocas calzás que, con tanto esmero y profesionalidad construyeran nuestros antepasados y que, tras el abandono forzado, las arrastreras no pudieron deshacer ni conducir la capa vegetal barranco abajo.

… un enorme clochón lleno de agua hasta colmarlo y rodeado de balagres

Pozo de Antolí Redescubierto S 0697024 S 0697060 W 4320045 UTM 4320003 Altitud 300 Altitud 308 El pozo Antolí tiene el negro honor de haber sido el primero en desaparecer de la lista entre los tipificados como Abrevadero de caldero en la Redonda por el libro “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento”. Me dicen que lo tapó una salida del barranco Riajuelo y, claro, debo creerlo. Pero también debo creer en la bondad de los demonios. Me explico. Este pozo se encontraba, bueno y pienso que todavía se encontrará aunque tapiado, a la vera del camino que, por la Boquera, llegaba por Antolí y bordeando el Riajuelo a Faracuat, Castillarejo o, reuniéndose en el Corbacho Negro, desde allí a la ruta principal a la altura de La Venta.

Imagen de la primera inspección al lugar donde, al parecer, quedó tapado el pozo

Pues, miren ustedes, también el camino ha desaparecido en este tramo ¿casualidad? Es posible, pero algunos no creemos en casualidades sino en silencios cómplices. Lo lógico será pensar a quien beneficia su desaparición, aquello que los clásicos expresaban al decir ‘quid prodest?’; lógicamente, a quien debió destaparlo tras el turbión y no lo hizo, pero pienso que a alguien más… ¿para cuando volverá a reabrirse el camino?

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¿lograremos restablecer el lugar de descanso bajo los tres enormes y monumentales pinos o, misteriosamente, se secarán y los arrastrará otra turbioná del Riajuelo? Me encantaría se encontrara una solución feliz, aún cuando sólo fuera por volver a ver la cara, que no de asombro sino de alegría, de quien pretendió recordar las caminatas por este punto hacia casa de los padres de quien hoy es su mujer.

Detalle de la obra de mampostería que cubre el abrevadero de caldero

Vivir para ver… En cualquier caso, no se olviden del pozo que estaba en el camino que unía Enguera con el exterior por el norte y que, desde antiguo estaba tipificado como Abrevadero de caldero, al menos así lo recogía el alegato “Los montes de Enguera y el Ayuntamiento. Fundamentos que éste tiene y el gobierno para administrar los productos forestales pertenecientes al común de los vecinos. 1893”, editado en Enguera por la Imprenta y Papelería de Fabra. Escaneado sobre fotocopia, de la que pueden disponer en el Numero 0, de 28 de agosto 2.009, de esta misma Colección.

Al fondo de la imagen la exudación del pozo

Así lo dejé escrito el 18 de enero. Hoy 28 de marzo del 2009 se ha producido un descubrimiento: gracias a las lluvias de días atrás el pozo ha exudado y, si en visitas anteriores tuve mis dudas, hoy puedo afirmar que, en las coordenadas que encabezan este apartado, bajo el epígrafe de “Redescubierto”, se encuentra la obra de mampostería que cubre el abrevadero de caldero. Las fotos no dejan lugar a dudas.

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Otro detalle de la obra de mampostería que cubre el abrevadero de caldero

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El arco de los abrevaderos oficialesbiblioteca.fundacionlasierra.org/sites/default... · conducción de aguas, existe un pilón señalizador con tres indicadores, a saber: - al este: