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Terapia familiar Últimos títulos publicados: 22. B. P. Keeney y O. Silverstein - La voz terapéutica de Olga Silverstein 23. M. Adolfi - Tiempo y mito en la psicoterapia familiar 25. W. H. O'Hanlon - Raíces profundas 27. H. C. Fishman - Tratamiento de adolescentes con problemas 28. M. Selvini Palazzoli y otros - Los juegos psicóticos en la familia 29. T. Goodrich y otras - Terapia familiar feminista 30. L. Onnis - Terapia familiar de los trastornos psicosomáticos 31. A. Ackermans y M. Andolfi - La creación del sistema terapéutico 32. S. de Shazer - Claves para la solución en terapia breve 33. A. M. Sorrentino - Handicap y rehabilitación 34. L. Cancrini - La psicoterapia: gramática y sintaxis 35. W. H. O'Hanlon y M. Weiner-Davis - En busca de soluciones 36. C. A. Whitaker y W. M. Bumberry - Danzando con la familia 37. F. S. Pittman III - Momentos decisivos 38. S. Cirillo y P. Di Blasio - Niños maltratados 39. J. Haley - Las tácticas de poder de Jesucristo 40. M. Bowen - De la familia al individuo 41. C. Whitaker - Meditaciones nocturnas de un terapeuta familiar 42. M. M. Berger - Más allá del doble vínculo 43. M. Walters, B. Cárter, P. Papp y O. Silverstein - La red invisible 45. Matteo Selvini - Crónica de una investigación 46. C. Raush Herscovici y L. Bay - Anorexia nerviosa y bulimia 48. S. Rosen - Mi voz irá contigo 49. A Campanini y F. Luppi - Servicio social y modelo sistémico 50. B. P. Keeney - La improvisación en psicoterapia 51. P. Caillé - Uno más uno son tres 52. J. Carpenter y A. Treacher - Problemas y soluciones en terapia familiar y de pareja 53. M. Zappella - No veo, no oigo, no hablo. El aulismo infantil 54. J. Navarro Góngora - Técnicas y programas en terapia familiar 55. C. Madanes - Sexo, amor y violencia 56. M. White y D. Epston - Medios narrativos para fines terapéuticos 57. W. Robert Beavers y R. B. Hampson - Familias exitosas 58. L. Sega! - Soñar la realidad 59. S. Cirillo - El cambio en los contextos no terapéuticos 60. S. Minuchin - La recuperación de la familia 61. D. A. Bagarozzi y S. A. Anderson - Mitos personales, matrimoniales y familiares 62. J. Navarro Góngora y M. Beyebach - Avances en terapia familiar sistémica 63. B. Cade y W. H. O'Hanlon - Guía breve de terapia breve 64. B. Camdessus y otros - Crisis familiares y ancianidad 65. J. L. Linares - Identidad y narrativa 66. L. Boscolo y P. Bertrando - Los tiempos del tiempo 67. W. Santi y otros - Herramientas para psicoterapeutas 68. M. Elkaím - La terapia familiar en transformación 69. J. L. Framo - Familia de origen y psicoterapia 70. J. Droeven (comp.) - Construyendo más allá de pactos y traiciones 71. M. C. Ravazzola - Historias infames: el abuso en las relaciones 72. M. Coletti y J. L. Linares - La intervención sistémica en los servicios sociales ante la familia multiproblemática 73. R. Perrone - Violencia y abusos sexuales en la familia 74. J. Barudy - El doctor invisible de la infancia 75. S. Minuchin - El arle de la terapia familiar

El Arte de La Terapia Familiar Salvador Minuchin

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Terapia familiarltimos ttulos publicados:22. B. P. Keeney y O. Silverstein - La voz teraputica de Olga Silverstein23. M. Adolfi - Tiempo y mito en la psicoterapia familiar 25. W. H. O'Hanlon - Races profundas27. H. C. Fishman - Tratamiento de adolescentes con problemas28. M. Selvini Palazzoli y otros - Los juegos psicticos en la familia29. T. Goodrich y otras - Terapia familiar feminista30. L. Onnis - Terapia familiar de los trastornos psicosomticos31. A. Ackermans y M. Andolfi - La creacin del sistema teraputico32. S. de Shazer - Claves para la solucin en terapia breve33. A. M. Sorrentino - Handicap y rehabilitacin34. L. Cancrini - La psicoterapia: gramtica y sintaxis35. W. H. O'Hanlon y M. Weiner-Davis - En busca de soluciones36. C. A. Whitaker y W. M. Bumberry - Danzando con la familia37. F. S. Pittman III - Momentos decisivos38. S. Cirillo y P. Di Blasio - Nios maltratados39. J. Haley - Las tcticas de poder de Jesucristo40. M. Bowen - De la familia al individuo41. C. Whitaker - Meditaciones nocturnas de un terapeuta familiar42. M. M. Berger - Ms all del doble vnculo43. M. Walters, B. Crter, P. Papp y O. Silverstein - La red invisible45. Matteo Selvini - Crnica de una investigacin46. C. Raush Herscovici y L. Bay - Anorexia nerviosa y bulimia48. S. Rosen - Mi voz ir contigo49. A Campanini y F. Luppi - Servicio social y modelo sistmico50. B. P. Keeney - La improvisacin en psicoterapia51. P. Caill - Uno ms uno son tres52. J. Carpenter y A. Treacher - Problemas y soluciones en terapia familiar y de pareja53. M. Zappella - No veo, no oigo, no hablo. El aulismo infantil54. J. Navarro Gngora - Tcnicas y programas en terapia familiar55. C. Madanes - Sexo, amor y violencia56. M. White y D. Epston - Medios narrativos para fines teraputicos57. W. Robert Beavers y R. B. Hampson - Familias exitosas58. L. Sega! - Soar la realidad59. S. Cirillo - El cambio en los contextos no teraputicos60. S. Minuchin - La recuperacin de la familia61. D. A. Bagarozzi y S. A. Anderson - Mitos personales, matrimoniales y familiares62. J. Navarro Gngora y M. Beyebach - Avances en terapia familiar sistmica63. B. Cade y W. H. O'Hanlon - Gua breve de terapia breve64. B. Camdessus y otros - Crisis familiares y ancianidad65. J. L. Linares - Identidad y narrativa66. L. Boscolo y P. Bertrando - Los tiempos del tiempo67. W. Santi y otros - Herramientas para psicoterapeutas68. M. Elkam - La terapia familiar en transformacin69. J. L. Framo - Familia de origen y psicoterapia70. J. Droeven (comp.) - Construyendo ms all de pactos y traiciones71. M. C. Ravazzola - Historias infames: el abuso en las relaciones72. M. Coletti y J. L. Linares - La intervencin sistmica en los servicios sociales ante la familia multiproblemtica73. R. Perrone - Violencia y abusos sexuales en la familia74. J. Barudy - El doctor invisible de la infancia75. S. Minuchin - El arle de la terapia familiarSalvador Minuchin Wai-Yung Lee, George M. SimnEl artede laterapia familiar

wPAIDSBarcelonaBuenos AiresMxico

Ttulo original: Masteriitg Family Therapy. Joumeys of Growth and Transformation Publicado en ingls por John Wiley & Sons, Inc., Nueva York y TorontoTraduccin: Vctor Manuel Arniz Adrin Revisin tcnica: Carlos de la Hera NarganesCubierta de Mario Eskenazi*I." edicin, 1998Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autoriacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprograh'a y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos. 1996 by John Wiley & Sons, Inc. 1998 de la traduccin by Vctor Manuel Arniz Adrin de todas las ediciones en castellano,Ediciones Paids Ibrica, S.A.,Av. Diagonal, 662-664 - 08034 BarcelonaISBN: 84-493-0572-1 Depsito legal: B-44.218-2006Impreso en Book Print Digital, S. A.Botnica, 176-178 - 08908 L'Hospitalet de Llobregati"mm f n F.snaa - Printed in SDainPara Andy Schauer (1946-1994), un amigofranco y amable, que vivi su vida sin resentimientos ynos dej antes de su hora.

SUMARIOAgradecimientos

11Prlogo, Braulio Montalvo

13Prefacio, Salvador Minuchin

15Primera parte FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIAR1. Terapia familiar: una dicotoma terica

212. Familias particulares: todas las familias son diferentes ...353. Familias universales: todas las familias son semejantes ...474. Terapias de familia: prctica clnica y supervisin

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5. El encuentro teraputico

77Segunda parte HISTORIAS DE SUPERVISIN6. La supervisin en el encuentro teraputico 977. La feminista y el profesor jerrquicoMargaret Ann Meskill 1058.Una cabeza, muchos sombrerosHannah Levin 1199.La poetisa y el percusionistaAdam Price 13310.El retorno del hijo edpicoGilTunnell 15111.En el crisolIsraela Meyerstein 16512.Enfrentarse al gorilaDorothy G. Leicht 18113.Hombres y dependencia: el tratamiento de una parejadel mismo sexoDavid E. Greenan 19510EL ARTE DE LA TERAPIA FAMILIAR14.El pintor al excrementoWai-Yung Lee 21315.Llenando el vaso vaco: la historia de Andy SchauerWai-Yung Lee 237Eplogo, Salvador Minuchin 253Bibliografa 255ndice analtico y de nombres 257*

1AGRADECIMIENTOSPara comenzar, estamos profundamente en deuda con los terapeutas cuyos captulos conforman la segunda parte de este volumen. Sin sus valerosos deseos de exponer su trabajo clnico a examen pblico, este libro se hubiera convertido en una rida aventura acadmica de dudosa utilidad para todos aquellos que se encuentran implicados en el arduo trabajo de practicar y supervisar la terapia familiar.Quisiramos reconocer la contribucin de Richard Holm, nuestro miembro facultativo asociado del Centro Minuchin para la Familia. Richard, aunque sea de forma invisible, est presente por doquier en este libro. Sus contribuciones van de lo sublime a lo meticuloso: desde ayudarnos a cristalizar algunas de las ideas tericas hasta trabajar en el anlisis de las cintas de vdeo.Cualquier autor puede sentirse agraciado si encuentra un editor que pueda entender el material y mejorarlo. En la escritura de este libro fuimos afortunados; tuvimos a tres de estos editores. Francs Hitchcock se dedic a las transformaciones bsicas cuando el material sali de nuestros procesadores de textos. Nina Gunzenhauser nos previno sobre los errores en el manuscrito cuando creamos que stos ya no existan. Y Jo Ann Miller, directora ejecutiva de John Wiley, aport su conocimiento del rea y la habilidad para integrar el trabajo de varios escritores en un volumen coherente.Vaya tambin nuestro profundo agradecimiento para Lori Mitchell, Jenny Hill y Gail Elia. Trabajaron incansablemente y con una paciencia diplomtica para reescribir las numerosas revisiones que sufri el manuscrito.Finalmente, quisiramos dar las gracias a nuestras esposas: Patricia Minuchin, Gail Elia y Ching Chi Kwan. Ellas nos acompaaron a lo largo de este libro y representan lo mejor de la complementariedad en el trabajo y el matrimonio.

PRLOGOEste libro constituye una caja de herramientas de valor incalculable. La primera parte es una contribucin pionera, en la cual Salvador Minu-chin expone su visin particular sobre las principales ideas de los mximos exponentes de la especialidad, seleccionando algunos de los conceptos y las tcnicas ms excitantes para la ayuda de familias problemticas.En la segunda parte, escucharemos las voces individuales de nueve terapeutas supervisados mientras pugnan por transformarse a s mismos y a las familias a su cargo, bajo la gua maestra de su supervisor. Les veremos mejorar la propiedad y complejidad de sus intervenciones y observaremos cmo aprenden a abandonar metas utpicas. Veremos cmo emplean las reacciones catalizadoras de Minuchin y compartiremos su dolor y alegra mientras mejoran sus habilidades y realzan sus estilos.El modo en que se relata cada historia del terapeuta, as como los comentarios sobre la evolucin de su trabajo, hacen que la lectura de este libro sea como asistir a una clase magistral. Seguimos la perspectiva del estudiante y del profesor y observamos cmo stas interactan y afectan a la terapia. En este trabajo impresionan los ejemplos expuestos: una amplia galera de accidentes del Manual diagnstico y estadstico (DSM) de altos niveles de dificultad.Para el novel que busca nuevas aproximaciones a aquellos problemas que a primera vista parecen individuales El arte de la terapia familiar es una fuente eminentemente rica. Para el terapeuta experimentado que persigue formas nuevas de romper sistemas patolgicos, de ampliar las diferencias y de desafiar lo usual, la cosecha nunca habr sido tan abundante. Este libro ser particularmente provechoso para estimular 'a imaginacin del supervisor. Todos los que nos hemos encontrado en conflicto con la direccin elegida por el supervisor, aprenderemos de las mgeniosas maneras que encuentra Minuchin para resolver los conflictos y promover el crecimiento. Muestra cmo el supervisor puede aprovechar las diferencias entre l y sus alumnos, y entre ste y la familia con la que trabaja, transformando tales diferencias en un conflicto producti-vo, en una solucin inesperada a la vez que curativa. Ensea a emplear eficientemente el instrumento ms fundamental del supervisor: la habilidad para unirse con el estudiante en un dilogo honesto y vigoroso14

EL ARTE DE LA TERAPIA FAMILIARdonde ambos persigan con avidez los medios de anticipar y crear escenarios.Estas ideas no encajan dentro de una rea inclinada a sacrificar el empleo de conversaciones evocativas y probatorias por la planificacin y puesta en marcha de intervenciones teraputicas. Estas ideas no se acomodan con un protocolo breve y atomizado concebido como el medio principal de entrenamiento. Sin embargo, s pertenecen a cualquier escenario profesional en el que se emplee un tipo de terapia centrada en la familia y ejecutada por sujetos que valoren sobre todo la relevancia y utilidad de las intervenciones. Estos clnicos acogern con avidez el tema principal del libro: el descubrimiento de metas viables y la improvisacin de una trayectoria teraputica flexible, a travs del entendimiento sistemtico de las familias. La gua de Minuchin para lograr tal empresa cultiva y libera la imaginacin bruta del terapeuta: la capacidad ilimitada para desarrollar nuevas opciones. Ensea cmo asumir las diferentes frmulas en funcin de las necesidades de cada caso.En el futuro, cuando el campo de la terapia familiar sea examinado y las herramientas de su taller inventariadas, El arte de la terapia familiar ser concebido como algo ms que el mero trabajo de un brillante artesano de cuya fragua se extrajo una coleccin extraordinaria de herramientas que continan moldeando el rea de la terapia familiar. Ser recordado como una fuente literaria central a la hora de inspirar a los terapeutas a encender su imaginacin y forjar sus propias armas para ayudar con mayor efectividad a las familias con las cuales trabajan.Braulio Montalvo

PREFACIOEn una ocasin, un sabio anciano rabino escuchaba con afecto a sus dos discpulos ms brillantes enzarzados en una polmica discusin. El primero present su argumentacin con una conviccin apasionada. El rabino sonri de forma aprobatoria: Eso es correcto.El otro seguidor defenda lo contrario de modo convincente y claro. El rabino sonri de nuevo. Eso es correcto.Los discpulos, atnitos, protestaron. Rabino, no podemos estar ambos en lo cierto.Eso es correcto, replic el sabio anciano rabino.Al igual que el sabio anciano rabino, los autores mantienen dos puntos de vista diferentes con relacin a la formacin del terapeuta familiar. Meyer Maskin, un supervisor analtico brillante y custico del Instituto Wi-lliam Alanson White, sola contar a sus alumnos cmo en cierta ocasin, cuando deseaba construirse una casa de verano, le pidi a un arquitecto que le mostrara los planos de casas que haba diseado con anterioridad. Despus fue a mirar su aspecto una vez que estaban terminadas. Aqu Maskin realizara una pausa para lograr un golpe de dramatismo. No deberamos realizar un proceso idntico y riguroso cuando buscamos un analista? Dicho de otra manera, antes de que iniciemos juntos el arduo periplo psicolgico, no deberamos observar de qu modo ha construido su vida el potencial terapeuta? En qu grado se entiende a s misma? Qu clase de esposa es? Y lo que es ms crucial, cmo educa a sus hijos?Otro observador igualmente crtico, el terapeuta familiar Jay Haley, diferira con el anterior punto de vista. Haley afirma que conoce a mucha buena gente y padres modelos que son terapeutas mediocres o nefastos; l tambin conoce buenos terapeutas familiares cuyas vidas personales son un desastre. Ni las habilidades de la vida, ni el autoconocimiento alcanzado a travs del psicoanlisis mejoran la capacidad del terapeuta para convertirse en un clnico mejor. La habilidad clnica, hara notar, requiere de un entrenamiento especfico en el arte de la terapia: cmo planear, dirigir, reordenar las jerarquas. Eso slo se puede adquirir, defendera, a travs de la misma supervisin de la terapia. Segn Haley, para conocer la calidad de un terapeuta familiar, se necesitara entrevis-16EL ARTE DE LA TERAPIA FAMILIARtar a sus pacientes. Incluso cualquier trabajo escrito de un terapeuta slo nos dara informacin acerca de sus habilidades literarias, no sobre las teraputicas.As que nos encontramos en un aprieto porque, al igual que en la historia del rabino, ambos bandos difieren absolutamente y estamos de acuerdo con los dos. En escritos anteriores, he indicado cmo respondo a las necesidades especficas de los clientes empleando diferentes facetas de m mismo. Mi experiencia acerca de la influencia que la familia ejerce sobre m, modula mis respuestas hacia ellos. Este aspecto de la terapia requiere ciertamente un autoconocimiento. Pero Haley est en lo cierto cuando afirma que las respuestas teraputicas no estn guiadas por el autoconocimiento, sino por el conocimiento de los procesos de funcionamiento de la familia y de las intervenciones dirigidas hacia su cambio.Para escapar de esta paradoja, algunas escuelas de terapia familiar piden a sus alumnos que entren en psicoterapia durante su entrenamiento. De hecho, ste es un requisito para licenciarse en algunos pases europeos. Recordamos las primeras estrategias de Virginia Satir y Murray Bo-wen sobre la reconstruccin familiar cuando enviaban a sus estudiantes a modificar las relaciones con sus familias de origen. Cari Whitaker sola tomar en terapia a sus estudiantes como parte del entrenamiento. Ms recientemente, Harry Aponte y Maurizio Andolfi han desarrollado tcnicas de supervisin que pretenden el autoconocimiento como terapeutas.La estrategia de supervisin, con la cual confrontamos esta paradoja, consiste en centrarnos en el estilo preferente del terapeuta esto es, el uso que hace de un grupo delimitado de respuestas previsibles bajo circunstancias diferentes. Un terapeuta puede centrarse en exceso en el contenido; otro podra percibir cierta conducta a la luz de una ideologa particular como, por ejemplo, el feminismo. Algunas veces el estilo se relaciona con respuestas caracteriolgicas bsicas del terapeuta, tales como la evitacin del conflicto, una posicin jerrquica, miedo al enfrenta-miento, un foco exclusivo en la emocin o la lgica, o una preferencia por los finales felices. Pero, en la mayora de los casos, el estilo del terapeuta manifiesta elementos que son menos visibles para el propio terapeuta, como, por ejemplo, centrarse en pequeos detalles, permanecer distante, ser indirecto, hablar demasiado o carecer de ideas propias.As, dos terapeutas con una visin similar de una situacin familiar y con las mismas metas teraputicas, respondern ante la familia de dos maneras diferentes, idiosincrsicas. Esta diferencia en el estilo puede ejercer un efecto considerable sobre el curso de la terapia; algunas respuestas son mejores que otras. Mi acercamiento a la supervisin, por tanto, es comenzar trabajando con el terapeuta en la comprensin de su estilo preferido. Qu respuestas de su repertorio emplea con mayor frecuencia? Las acepto. Son correctas. Despus, las declaro insuficientes. El estilo del terapeuta es correcto en tanto funciona, pero se puede desarrollar. El terapeuta que se centra en el contenido puede aprender a dirigir su atencin a las interacciones que acontecen entre los miembros de

1PREFACIO

17la familia; el terapeuta cautivado por la trama de la historia puede aprender el arte de una intervencin discontinua.Sea cual fuere el estilo que identifiquemos al comienzo, ste se convierte en el punto de partida. Desafiamos al terapeuta a que ample su repertorio, a que sea capaz de responder a una diversidad de perspectivas de manera complementaria a las necesidades de la familia. La meta es un clnico que pueda manipularse a s mismo en inters del cambio teraputico, sin dejar de ser espontneo.Cari Whitaker, que fue un terapeuta verstil y nico, comunic a travs de la enseanza la necesidad de adoptar una diversidad de roles durante el trabajo con la familia. Le encantaba contar historias de cuando era nia. Esta libertad para ser proteico y a la vez fiel a uno mismo, es la que intentamos impartir a nuestros estudiantes.La supervisin exitosa da lugar a un terapeuta diferente de su supervisor, pero tambin distinto de la persona que era antes del proceso de supervisin. El truco es respetar los lmites de la vida privada del estudiante durante el proceso de autotransformacin.Acerca del libroHemos dividido el libro en dos partes. En la primera parte examinamos las diferentes teoras sobre la terapia familiar y describimos un modelo teraputico intervencionista, modelo que est a la base de nuestra supervisin de terapeutas en prcticas. Esta parte del libro fue escrita conjuntamente por los tres autores mencionados en el ttulo, quienes comparten sus perspectivas sobre la familia y la terapia familiar que se desarrolla a lo largo del volumen. Por lo tanto, la voz del autor en esta discusin ser el nosotros y alude a nosotros tres. La mayor parte del estudio sobre el encuentro teraputico y su supervisin hace referencia al trabajo individual efectuado por Minuchin y cuando se emplea el pronombre yo se alude a l.La segunda parte es una respuesta a las sugerencias de Haley respecto a que el modo de saber si un terapeuta lo hace bien es preguntando a las familias. Pedimos a nueve estudiantes del curso avanzado de entrenamiento que hablen con Minuchin sobre sus experiencias en la supervisin y el efecto de sta en la prctica clnica. El autor y los alumnos supervisados comienzan sus relatos describindose a s mismos como miembros de sus familias de origen. (Tal actividad no forma parte del curso de entrenamiento; les fue asignada slo a propsito de este volumen.) El resultado es una galera completa de terapeutas familiares, trabajando todos ellos con un supervisor, encontrndose con un grupo diverso de familias. Ser fcil aPreciar que ninguno de ellos es un clon de Minuchin.Supervisor y alumno son sorprendidos en la misma experiencia. Es-tan unidos en la meta de crear un terapeuta complejo, flexible, un clnico ^e tenga una experiencia teraputica satisfactoria con la familia. El proceso influye en ambos. El profesor no slo respondi a nivel intelectual18EL ARTE DE LA TERAPIA FAMILIARsino que fue un participante activo. Y, finalmente, supervisor y estudiante se beneficiaron de la comprensin de su propia experiencia, as como de sus limitaciones.En los captulos 7-15 los pasajes en cuerpo menor y redonda reflejan los comentarios de Minuchin sobre los casos.Esperamos que ambas secciones de este libro, la terica y la prctica, transmitan el complejo y gratificante proceso de dominar la terapia familiar.Salvador Minuchin> de acuerdo con el ideal de los aos cincuenta: un t ole hogar de los suburbios, que ofreca un clido refugio para nios alent valorados, y un padre y esposo que ganaba el pan, que pareca138FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARdeseoso de volver a casa con una esposa y madre de su mismo mbito Pero, bajo la superficie de este estilo, en la poca dorada de los cincuen. ta, haba tensin y descontento, lo que gener las revoluciones culturales de los aos sesenta, sucedidas inevitablemente por las reacciones de los aos ochenta. Con el estancamiento de los aos ochenta, la Norteamrica liberada, verde, de los sesenta y los setenta se convirti en una tierra de temor sexual, evangelistas televisivos, cruzadas antidroga y antipornografa (Skolnick, 1991, pg. 5). Ahora, en los noventa, est quedando claro que el sueo de la nueva derecha de restaurar la familia nuclear 1. derada por el hombre se enfrenta con numerosos desafos.Hacia dnde se encaminar la familia? Lo nico que podemos predecir con certeza es que cambiar. Las familias, como las sociedades y los individuos, pueden y deben cambiar para adecuarse a las circunstancias variables. Apresurarse a etiquetar el cambio adaptativo como desviante y patognico es producto de la histeria, no de la historia o de la razn.La psicloga social Arlene Skolnick esboza tres reas que pueden gobernar el cambio familiar en la dcada de los noventa y con posterioridad. El primero es el econmico. Por ejemplo, el cambio de la fbrica a la oficina significa que los trabajos manuales bien pagados estn desapareciendo en la medida en que los trabajos mal pagados y en el mbito de los servicios se incrementan. Este cambio ha ido acompaado por un movimiento a gran escala de las mujeres dentro de la fuerza de trabajo. En la economa actual, muchas mujeres no tienen la opcin de permanecer en casa incluso aunque as lo desearan. El impacto de la fuerza de trabajo femenino fuera del hogar, junto con las ideas feministas, ha cambiado el ideal cultural del matrimonio en una direccin ms igualitaria.El segundo factor de influencia en el cambio familiar es el demogrfico. El cuidado de los nios en una sociedad tecnolgica acarrea una carga econmica tan fuerte que las familias son cada vez ms pequeas. Familias que hace slo dos generaciones podran haber esperado procrear muchos hijos ahora se planifican para invertir enormes esfuerzos en el cuidado y la educacin de tan slo uno o dos hijos. Al mismo tiempo, la expectativa de vida se incrementa y por primera vez en la historia la gente espera llegar a anciana. Incluso a pesar de la longitud incrementada de la infancia, una pareja puede planear permanecer muchos aos juntos despus de haber completado su funcin de cuidado de los hijos (incluso podran perfectamente necesitar cuidar a sus propios padres ancianos).El tercer cambio principal que Skolnick delinea es lo que ella llama el aburguesamiento psicolgico, que tambin tiene profundas implicaciones para la familia. A consecuencia de los altos niveles de educacin V tiempo libre, los norteamericanos se han vuelto ms introspectivos, ms atentos a su experiencia interior. Por encima de todo, han llegado a interesarse cada vez ms en la calidad emocional de las relaciones no slo fe' miliares, sino tambin laborales. Este nfasis en la calidez e intimidad h3 sido de gran importancia en el desarrollo de la terapia familiar, particularmente porque puede crear descontento o frustracin incluso cuando Ia misma vida familiar est en consonancia con los roles sociales. Ya no esFAMILIAS PARTICULARES: TODAS LAS FAMILIAS SON DIFERENTES

39ificiente para un marido y padre ser un buen proveedor. Una mujer no S iede demostrar sus virtudes como esposa mediante el contenido de su j pensa. De un nio ya no puede esperarse simplemente que sea sumi-v obediente. Cuando se confa en que la vida familiar nos aporte la fe-Icidad y la plenitud, se prev que aparezcan problemas familiares percibidos.PERSPECTIVAS SOCIOECONMICAS SOBRE LA FAMILIAAunque la descripcin que hace Skolnick de la familia ofrece una visin sociolgica de las familias de clase media blanca de los Estados Unidos, se detiene muy poco a la hora de reflejar las vidas de muchas otras familias norteamericanas. Las experiencias de las familias pobres son con frecuencia muy diferentes, en aspectos que van ms all de la privacin econmica, y ejercen un gran impacto en el funcionamiento familiar. La intrusin de las instituciones es un buen ejemplo. Muchas instituciones, a pesar de ser muy respetuosas con los lmites familiares de la clase media, se sienten libres de intervenir dentro de las familias pobres. En el nombre de los hijos, irrumpen en el espacio familiar creando no slo un trastorno de la organizacin familiar sino tambin afiliaciones entre los hijos y las instituciones, dando poder a los hijos para desafiar a los padres. Las escuelas, los departamentos de bienestar, las autoridades de los alojamientos y las instituciones de salud mental han creado entre todos ellos seudosoluciones a los problemas de las familias pobres que contribuyen a la fragmentacin familiar. El efecto de este intrusionismo es palpable en casos como los de los Harris y Jimmy Smith.ios Harris: una familia sin puertasEntremos en el hogar de la familia Harris. Es fcil entrar; en cierta forma, su vivienda no tiene puertas. Steven y Doris Harris, casados durante diez aos, tienen cuatro nios pequeos. Lucharon durante aos Para tener su propia vivienda con la paga de camionero de Steven. Pero Ce seis meses, fue despedido. Durante el pasado mes, han estado sin un echo. La casa donde viven ahora no es de ellos; pertenece a una agencia e servicio social fundada por el gobierno.. Desde que recuerdan, los Harris se han visto relacionados con ser-CJS gubernamentales sociales. Han visto a tantos trabajadores sociales,bajadores para el cuidado de los nios, abogados y terapeutas que enffiemoria todos estos profesionales se han fundido en uno solo. Todos, """partan el supuesto de que los Harris necesitaban servicios socialesdo r aJadores cualificados que entrasen, sin ser anunciados ni invita- en su espacio familiar, fsico y psicolgico. te rs Harris han aprendido que cuando estos trabajadores entran en su torio traen de forma invariable ideas muy bien definidas sobre cmo40FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARdebera ser el funcionamiento familiar. El especialista en drogodepen. dencias le dice a Doris que ella debera centrarse exclusivamente en su re. cuperacin de la adiccin a las drogas. Al mismo tiempo, el trabajador de] bienestar infantil le comenta a Doris que est menos absorta en s misma y que se esfuerce ms en ser una buena madre. El especialista en dro-godependencias informa al oficial que vigila la libertad condicional de Doris, mientras que el trabajador que le ayuda en el cuidado del nio mantiene informado al juez familiar, quien previamente haba formulado una demanda por negligencia en el cuidado del nio. Como resultado de todo ello, ambos, el especialista en drogodependencias y el asistente social, se encuentran en posicin de presionar a Doris para acomodar sus agendas, a pesar del hecho de que tales agendas son diametralmente opuestas.El especialista en drogodependencias y el asistente social nunca se comunican entre s. Ninguno de ellos habla con Steven, que es virtualmen-te invisible para ellos. Doris pasa ms tiempo y esfuerzo tratando con ei asistente social y el especialista en drogodependencias que con Steven. l se est volviendo invisible tambin para ella, permaneciendo ms y ms tiempo lejos de la casa. Todava est buscando un trabajo, pero obtiene menos respuestas positivas ahora que en cualquier otra poca desde que est en el paro. Doris se siente abrumada y agobiada. Steven se siente un fracaso, alguien de segunda.A lo largo de los aos los Harris, jvenes o viejos, han desarrollado estrategias para enfrentarse a las intrusiones de los asistentes. Los nios han crecido acostumbrndose a la presencia de extraos en su casa. Respondiendo al hecho de que tales extraos tienden a asumirse como personas bienintencionadas interesadas en ellos, los nios han desarrollado una postura abierta y de bienvenida con la cual reciben y acogen a estos extraos. Aparentemente es una postura de compromiso, pero en el fondo esta seudointimidad trastorna por la falta de lmites que evidencia.Doris y Steven han desarrollado su propia versin de la postura de seudointimidad de sus hijos. Han aprendido que sus ayudantes valoran la revelacin (estar con sus problemas), as que han desarrollado un lenguaje estereotipado. En el nivel de contenido, est lo suficientemente repleto de detalles ntimos como para crear la ilusin de apertura y aceptacin del experto. Pero en su entrega ritualizada sirve como amortiguador entre la familia y los ayudantes que no han sido buscados o deseados.Para aplacar a estos presuntos ayudantes, al menos durante un tiempo, la pareja ha aprendido a proclamar la sabidura y el eminente buen sentido de cualquier consejo o direccin que sus ayudantes hayan podido ofrecer. Pero para preservar algn tipo de autonoma se resisten a poner en marcha las sugerencias. Con esta lentitud, invariablemente se ganan etiquetas: resistentes, pasivos agresivos y manipulativos, pero los Harris no pueden ver otra manera de proteger su sentido fragmentado d la dignidad y la privacidad. Desafortunadamente, en la misma medida en que crece el nmero de tales etiquetas, crece el nmero de asistentes que van a parar a su casa sin puertas.FAMILIAS PARTICULARES: TODAS LAS FAMILIAS SON DIFERENTES

41romo los Harris son afroamericanos, hay importantes aspectos en su que son genricos: los miembros de las familias sin hogar se en-cas tran sujetos a la imprevisibilidad de la vida y a la necesidad de en-, tarse con mltiples asistentes.Jimrny

SmithLa manera en que el sistema de cuidado en adopcin influye en las familias es otro ejemplo de distorsin contextual que afecta a la configuracin familiar. Jimrny, de dos aos, era un nio afroamericano nacido con signos de intoxicacin de su madre adicta. Sufre lesiones neurolgicas. Al nacer, el jurado declar automticamente a su madre incapacitada, y Jimrny fue enviado a una agencia que trabajaba con bebs drogodepen-dientes para cuidarlos en adopcin. Fue colocado con una pareja homosexual extremadamente paternal que le daba todos los cuidados posibles.Jimrny fue saliendo adelante, y sus padres de acogida queran adoptarle. La madre, que a estas alturas se haba desintoxicado, contact con la agencia para establecer algn contacto con su hijo. Ella reconoci que los padres de acogida de Jimrny eran excelentes y no se opuso a tal adopcin, pero deseaba tener alguna relacin con su hijo. La agencia estaba preocupada respecto a que el contacto con Jimmy diera a la madre biolgica derechos parentales, as que empez a defender a los padres adoptivos. Fue la misma agencia la que cre una relacin antagonista y polarizada entre los padres adoptivos y la madre, boicoteando cualquier posibilidad creativa de compromiso en la cual los padres adoptivos y la madre biolgica pudieran colaborar.Perspectivas tnicas sobre la familiaDesafortunadamente, los terapeutas de familia han aceptado a menudo las normas de la clase social media blanca, manteniendo sus propias Perspectivas familiares en la ms completa ignorancia. Asuntos tales como un estatus minoritario son factores determinantes crticos en los Problemas familiares. La influencia de la etnicidad sobre las familias ha sido estudiada ampliamente (McGoldrick, Pearce y Giordano, 1982). A Pesar de que las cuestiones de la etnicidad con frecuencia se agrupan con estatus econmico, stas atraviesan todas las clases sociales. De forma srprendente, la consecucin de un estatus de clase social media por par-oe los miembros de un cierto grupo tnico puede acarrear problemas desperados., Segn Nancy Boyd-Franklin (1989), las familias afroamericanas deto Se rnec^'a se sustentan en un trpode de tres culturas. Existen elemen-culturales que pueden trazarse hasta races africanas, aquellos que]a n Parte de una cultura dominante norteamericana, y finalmente estnCaptaciones que la gente de color debe hacer ante el racismo en la42FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARcultura dominante. Las demandas mltiples pueden fortalecer la identidad, pero tambin pueden conducir a una confusin de valores y roles, y a un sentido de indefensin a la hora de enfrentarse a la complejidad cultural.El terapeuta que trabaje con una familia afroamericana puede necesitar explorar la familia completa. La importancia de la red de conexiones familiares puede remontarse a las races africanas y, lateralmente, a la necesidad contempornea de hacer frente a la pobreza y el racismo. Pero una familia de color que ha obtenido un estatus de clase social media puede estar enfrentndose a una decisin estresante entre ayudar a los miembros de la familia o desconectarse de ellos.Otras reas influenciadas por un estatus minoritario pueden incluir el poder estructural familiar. El poder es compartido de forma ms efectiva por las esposas negras que por sus correspondientes familias de clase media blancas, quizs debido a que las madres de color histricamente han estado ms predispuestas que las madres blancas a emplearse fuera del hogar; la mayor parte de las mujeres de color de la clase social media actual tuvieron madres trabajadoras. En una familia determinada, sin embargo, una tica musulmana podra dictaminar que la mujer permaneciera en un rol estrictamente circunscrito a las tareas domsticas.En las familias latinas, al igual que en las de color, el grupo de familiares con unos lmites relativamente flexibles puede llegar a ser importante. Los compadres pueden ser una parte muy importante de la familia significativa. La cooperacin puede ser estresante y la competicin resultar desalentada. Las jerarquas pueden ser extremadamente claras, con roles organizados explcitamente alrededor de la generacin y el gnero. De las mujeres se espera que sean sumisas y de los hombres que protejan a sus mujeres. De una madre se espera que sea muy autosacrificada y devota, sobre todo por los nios. La relacin de la pareja con sus hijos puede perfectamente llegar a considerarse ms importante que la relacin de esta pareja entre s; de hecho, el otro miembro de la pareja puede tener muy poca libertad para las funciones paternas.Al igual que los Harris y Jimmy Smith, Mara y Corrine tambin pertenecen al grupo de familias que deben enfrentarse con el Departamento de Bienestar. Pero ya que son puertorriqueas y el terapeuta hispano, los elementos de la etnicidad y el lenguaje se convierten en una parte integral del encuentro teraputico.Tribus en guerra: Mara y CorrineMara, una mujer puertorriquea veinteaera, tena dos hijos, Petei", de tres aos, y Juana, de seis. La madre de Mara y su padrastro, un mi' nistro evangelista, la echaron de su casa cuando cumpli dieciocho aos al ser sorprendida fumando marihuana. Ella encontr una relacin rea' tivamente estable con Juan hace seis aos, aunque ambos andaban entrando y saliendo de las drogas.FAMILIAS PARTICULARES: TODAS LAS FAMILIAS SON DIFERENTES

43Cuando Mara tuvo a su segundo beb, la madre de Juan les invit a vivir con ella. Fue una buena poca para Mara. Ella floreci bajo el apoyo y el cuidado de la madre de Juan y de su hermana mayor, Corrine. Ella se haba sentido siempre rechazada, como alguien anormal. Ahora la madre de Juan y su hermana eran como una familia para ella. Se senta protegida, orientada, la cuidaban. Pero su relacin con Juan se enturbi y l se march. Poco despus, la madre de Juan le pidi a Mara que se fuera.Mara empez a tomar drogas de nuevo y Juan llam al Departamento de Bienestar para que le quitaran los nios. El jurado declar a Mara rnadre no cualificada y, ya que ella rehus cooperar con los trabajadores sociales, se emiti un veredicto por el cual se le prohiba ver a los nios. En realidad, la madre de Juan se convirti en una madre adoptiva afable, dejando a los nios al cuidado de la hermana de Juan, Corrine. Expulsada de la nica experiencia positiva que haba experimentado, Mara se fue a refugiar en un grupo para mujeres adictas a la droga, donde dej de consumirlas. Se gan el derecho a ver a sus hijos una vez cada dos semanas. Corrine llevaba los nios a que la visitaran en el centro. En una visita ambas mujeres se pelearon, y Mara golpe a Corrine. El juzgado dictamin una sentencia limitadora y a Mara no se le permiti ms estar junto a sus hijos.Lo que consigui el juzgado fue una organizacin familiar disgregada e inmvil. Corrine dej de trabajar para dedicarse por completo al cuidado de los nios, restringiendo su vida social y su carrera. Siendo joven an, se convirti en una madre de tiempo total de dos nios que no eran suyos. Mara fue a parar a un grupo para mujeres sin casa, donde disfrutaba de una familia sustituta compuesta principalmente por mujeres adictas, a pesar de que en aquel momento ella no lo era. No se le permita ver a sus hijos o ayudarles en su cuidado, mientras que Corrine se estaba convirtiendo en una madre joven aislada socialmente. En otras palabras, el juzgado haba congelado judicialmente una situacin en que el conflicto entre los miembros familiares les haba separado, creando una tierra de nadie y haciendo absolutamente imposible una negociacin natural entre los miembros familiares.aA m (Minuchin) se me permiti concertar consultas familiares que Incluan a Mara, Corrine, y a los nios. Me reun con las dos mujeres halando con ellas tanto en castellano como en ingls. Alab a Corrine elo-g>ando su excelente cuidado de los nios. Al mismo tiempo, resalt con 4Ue frecuencia se sorprenda a s misma chantajendoles. Me hice part-Pe del amor de Mara y su responsabilidad para con los nios, a pesar r ?Ue,ODServ o rese la frecuencia con que se sorprenda a s misma te ndoles cuando se portaban mal. Conclu que ambas eran excelen-Di H^13 es' Pero que sera mejor para todos si sus diferentes habilidades a Ieran unificarse. Hablamos de la importancia de la paternidad y del rnil'V mutuo de los miembros de la familia, hablamos sobre la lealtad fa- sUS intervenciones. En el captulo 4, exploraremos estas visiones arciales y la visin compleja que forman en el campo de la terapia familiar-I

4. TERAPIAS DE FAMILIAPrctica clnica y supervisinEl clsico japons Musashi Miyamoto describe la formacin del gran samurai Musashi. Comienza cuando Musashi se encuentra con un monje sabio y anciano que se da cuenta del potencial y el talento de este joven rebelde que ha estado tiranizando al pueblo.Decidido a educar a este hombre salvaje, el viejo monje desafa primero a Musashi a luchar contra l con toda su fuerza. Musashi, un experimentado luchador callejero, se re de la idea de desafiar al aparentemente endeble monje. Pronto descubre, sin embargo, que incluso con su fuerza fsica no puede vencer al monje, que simplemente evita la confrontacin directa con l. En este proceso de jugar al escondite, el monje engaa a Musashi para que ste perfeccione sus artes de lucha de un modo que slo le quedar claro mucho ms tarde.Encolerizado por su incapacidad para capturar al monje, el pupilo desagradecido le busca por todo el templo donde vive, slo para encontrarse a s mismo atrapado al final por el monje, esta vez en una biblioteca sin salida. Despus de meses gritando obscenidades en vano, Musashi finalmente sienta la cabeza y comienza a leer los muchos libros y extraos manuscritos de la estancia donde se mantiene confinado durante diez aos, durante este periodo, se dan numerosos encuentros entre Musashi y el monje, y con cada experiencia las habilidades de Musashi son cada vez ms refinadas.I a ^n ^la' Musashi se encuentra la puerta de la biblioteca abierta. Al otroaao de la puerta se encuentra el monje, que le dice que le ha enseadoa lo que sabe y que, a partir de ahora, Musashi deber continuarPrendiendo por s mismo. As, Musashi comienza la gran aventura de^vertirse en el ms grande samurai de la historia.La historia de este profesor comprometido consigo mismo y de su des-'vado alumno se encuentra en lo profundo de nuestras fantasas q estudiantes y profesores. Para los profesores, la historia demuestra itn S conflicts de poder son inevitables en el proceso de aprendizaje fe ^>ersonal. Para aquellos de nosotros que deseamos encontrar un proeja ^uy comprometido con nuestro crecimiento y rendimiento, a pesar je ^stra estupidez y resistencia, la experiencia de Musashi con el mon-e' encuentro de una vida. Sin embargo, para los que son sensibles a58FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARlas jerarquas y las cuestiones de control, este mtodo del entrenamiento del samurai podra ser una experiencia de aprendizaje espeluznante.El drama de la relacin en el aprendizaje nos aporta temas y signifj, cados variados para cada persona. El campo de la terapia familiar siern. pre se ha enorgullecido de su diversidad, como se refleja en sus muchas escuelas diferentes de pensamiento. La misma diversidad se presenta en el entrenamiento.En los noventa, la terapia familiar es una prctica establecida. Las prj. meras oposiciones contra la dictadura del psicoanlisis han sido reem. plazadas por la preocupacin por la efectividad en reas discretas. El entrenamiento de los terapeutas familiares no est relegado a institutos especializados, sino que en vez de ello tiene lugar en las universidades, en los departamentos de trabajo social, psicologa, psiquiatra y enfermera. Los programas que otorgan el grado de mster en terapia familiar han florecido en numerosos puntos de Estados Unidos y del extranjero, y contina expandindose el alcance de su aplicacin potencial. Ya no existe un centro terico para la disciplina; los programas de entrenamiento advierten de su adhesin a una escuela en particular, y existe una fuerte polmica entre los discursos rivales de los terapeutas intervencionistas y los pasivos. Pero la terapia familiar de los noventa, cualquiera que sea su aproximacin preferencial, da por establecido aquello que ha llegado a ser del dominio pblico en la teora y la prctica, sin ni tan siquiera un gesto de reconocimiento hacia sus orgenes.Nuestra labor en este captulo ser proveer de una visin general de las numerosas formas en que se ha conducido la terapia familiar y en que han sido entrenados los terapeutas en su prctica. Para dotar de una cierta organizacin a nuestro esquema, volveremos a la divisin del campo entre terapeutas intervencionistas y pasivos. Esta distincin es, de alguna manera, artificial y los terapeutas que han sido agrupados juntos no necesariamente se vern a s mismos como semejantes; pero la agrupacin ayuda a arrojar luz sobre los importantes puntos en comn y las diferencias entre las principales aproximaciones a la terapia sistmica.LAS TERAPIAS INTERVENCIONISTASHemos elegido a cuatro terapeutas entre los pioneros de la terapia fa-miliar para representar al grupo intervencionista de terapeutas. Nuestra seleccin es de algn modo arbitraria y se basa, en parte, en el hecho de que ya poseemos grabaciones de sus trabajos desde las cuales describir sus estilos clnicos. A pesar de que son marcadamente diferentes, todos ellos transmiten la sensacin de un compromiso personal con el proceso teraputico, lo que constituye el autntico sello del grupo. En el captulo 5. se discutir e ilustrar mi propio estilo teraputico, y en la segunda parte del libro ese estilo ser elaborado en las historias de supervisin por nue' ve de mis estudiantes y colegas.TERAPIAS DE FAMILIA: PRCTICA CLNICA Y SUPERVISIN

59virginia SatirPl estilo clido y prximo de Virginia Satir fue descrito en el captulo 1o un ejemplo de prctica intervencionista. La meta teraputica de Sa-C ra el crecimiento, que ella meda con una mayor autoestima para losf jvitluos y un incremento de la coherencia para la unidad familiar. ParaLn t:r e] concepto de fabricar personas era idntico en la supervisin yla terapia. Por lo tanto, Satir creaba para los estudiantes el mismo tipo , experiencias que ideaba para las familias, experiencias cuyo fin era mejorar la expresin emocional y lograr insight.Satir pensaba que era esencial que los terapeutas se conocieran a s mismos como integrantes de sus propias familias. En su pensamiento, los terapeutas necesitaban trabajar a partir de las cuestiones no resueltas en sus propias relaciones familiares. A menudo entrenaba en un formato grupal en el cual el alumno poda esbozar un periodo particular de su vida y del contexto familiar de esa poca. Entonces ella se diriga a la gente del grupo para que interpretaran las diferentes partes de la familia, de forma que el estudiante pudiera reexperimentar su papel familiar para lograr un nuevo crecimiento.Habiendo creado seguidores por todo el mundo, Satir sola encontrarse con su gente guapa en un retiro veraniego de un mes al que asistan no slo los estudiantes, sino tambin sus familias. Durante tales retiros, una parte de su formato de enseanza implicaba entrevistar a los estudiantes y sus familias frente al gran grupo, en un espritu de crecimiento y participacin. Algunos encontraron que la manera en que Satir se implicaba a s misma, llegando a ser una buena madre para sus estudiantes, era bastante intrusiva y abrumadora. Ella era, de hecho, extremadamente cercana y se manejaba a s misma de un modo altamente sustentador. Los supervisores que prefieran una relacin con el estudiante amigable, formal y de una cierta distancia, podran haber encontrado su estilo de supervisin demasiado ntimo como para que surgiera un pensamiento independiente. Pero la terapia de Satir era una terapia de intimidad y su supervisin albergaba esa misma cualidad. Muchas de las tcnicas que desarroll, como la reestructuracin, el uso del rbol familiar (.que precedi al genograma), y la escultura familiar, por nombrar unas Pocas, todava son ampliamente utilizadas en el rea.Carl WhitakerEl estilo de Carl Whitaker era completamente distinto al de Satir. Don-ella era clida y simptica, l era sentencioso y de alguna manera es-ntaneo. Whitaker abogaba por la locura lo irracional, la experi-entacin y el funcionamiento creativo como algo integral al procesola feraP*a- Crea que permitindoles llegar a ser un poco ms alocadas,Unuas podran disfrutar de los beneficios de la espontaneidad y dea errotividad reforzada.160FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARCon el fin de poner en marcha la locura de la gente y librarles de stis bloqueos emocionales, Whitaker cre la tcnica de la comunicacin es, pontnea de sus propios sentimientos a los pacientes, compartiendo sns emociones y fantasas, as como tambin sus propias historias. Su esti]0 nico est muy bien ilustrado en una sesin que condujo con una familja de un nio de diez aos que haba sido hospitalizado despus de un in. tent de suicidio. Whitaker empez hablando con el padre, preguntando, le por la historia de la familia. Prest especial atencin a las muertes. Un abuelo haba muerto recientemente. La hermana del padre se haba suj. cidado empleando el mismo mtodo que haba intentado el nio. Por dos veces, Whitaker interrumpi para decir: Tengo una idea loca. Interpuso algo tangencial, a lo cual no esperaba que el padre respondiera. Dirigin-dose a la madre, le pregunt sobre sus padres, poniendo especial atencin de nuevo a la muerte de su padre. Despus le habl sobre la muerte de su propio padre, diciendo que se senta como un asesino. Aadi que probablemente cualquiera que sobreviva a la muerte de un miembro familiar se siente como un asesino y sugiri que esta familia deba de sentirse de la misma manera.La madre dijo que ella no poda comprender esta idea. Whitaker replic con indignacin que no estaba intentando ensearle a entender sino a cmo tolerar el no saber: La nica manera con la que podemos enfrentarnos a este mundo enfermizo. La mujer estaba asustada con esta respuesta tan brusca, pero Whitaker pareca absolutamente despreocupado. l trasmita la sensacin de que los relatos no tenan que seguir ninguna direccin particular. Una y otra vez interrumpa el flujo lgico con sus pensamientos locos. En una ocasin dijo: Me haces bien; tu acento me recuerda a cuando yo viva en Atlanta, y el sabor sureo de su propio acento se evidenciaba ms. En otra ocasin, dijo nuevamente: Tengo una idea loca. Estoy pensando en un duelo. Quieres retarme?. Y ante la expresin desconcertada de la familia afirmaba: No, supongo que no, y continuaba la entrevista, interponiendo comentarios sobre su propia vida. Una vez habl a un nio sobre un paciente suyo que haba sido entrenado para matar en Vietnam. De regreso al pas, intentando vender una aspiradora a una mujer que no la quera, el paciente haba tenido impulsos de utilizar el cable de la aspiradora para estrangularla tal y corno le haban enseado.Para la audiencia, as como para la familia, la entrevista de Whitaker era desconcertante, aparentemente sin direccin. Estudiando el csete, sin embargo, uno se da cuenta de que, en una entrevista con una dura' cin menor a una hora, sugera discusiones sobre la muerte, el suicidio 1 el asesinato como unas treinta veces. La sesin completa estaba llena de imgenes sobre la muerte y respuestas a ella, de tal forma que la expl' racin de la muerte y sus consecuencias se converta en algo familia Whitaker estaba retando en secreto a una familia que tenda a no coff partir dilogos internos. Les animaba a presentar, reservar y validar 15 elementos inconscientes de su pensamiento, desafiando su exceso de i*3 cionalidad.TERAPIAS DE FAMILIA: PRCTICA CLNICA Y SUPERVISIN

61V'rginia Satir y Cari Whitaker compartan al menos una meta: abrirse hacia niveles de experiencia ms profundos. Pero el nfasis de Satir re-P3?, n el afecto y el cuidado; se implicaba a s misma de forma muy direc-el descubrimiento de esas emociones dolorosas. Las afirmaciones detaen\/h'taker estaban enraizadas en ideas universales, cuestiones que trascen-j- n a los individuos, familias, e incluso culturas. l estaba relacionando losi mentos perennes de la muerte, el asesinato, el sexo y la discontinuidad,6 introducindose en la familia, sino ms bien retando a sus miembros a1 -rse a l en su manera profunda e irreverente de ver las cosas.Whitaker vea la teora como un obstculo para el trabajo clnico (Whitaker, 1976). Pensaba que los terapeutas que basan su trabajo en la teora tienden ms a sustituir la calidez por la tecnologa desapasionada. No causa sorpresa, por tanto, que Whitaker pensara que el hacer terapia no puede ensearse. Si uno no puede ensear terapia lo nico que puede hacerse es exponer a los estudiantes a sta, conducindola con ellos. Por lo tanto, todos los estudiantes de Whitaker eran sus coterapeutas. A travs del proceso de impartir y recibir terapia con l y hablndole, se supona que se convertan, no en alguien como l, sino ms bien en s mismos. El suyo era un entrenamiento de participacin y no de instruccin.A pesar de que la terapia experiencial que Whitaker empleaba con sus familias no era siempre fcil de seguir para las personas, su capacidad para admirar a la gente en el mundo de los sueos y actuarlo, como Alicia en el pas de las maravillas (AAMFT Founders Series, 1991), es un legado que l deseaba dejar y que, de hecho, as ha sido. Aprender a actuar y a introducir elementos del absurdo en un sistema familiar rgido es beneficioso para cualquier terapeuta, sea o no seguidor de Whitaker.Desafiando el significado y la lgica del pensamiento de la gente y los roles familiares en la familia, Whitaker proceda al reto constructivista de la realidad. Al comprometerse a s mismo de forma personal en el proceso de cambio teraputico, tambin desafiaba la postura cognitiva del constructivismo prctico.Murray BowenMientras que Satir y Whitaker eran espontneos, emocionales e ins-ctivos, Murray Bowen era cerebral, deliberado y terico. Bowen con-'a los sntomas como un producto de la reactividad emocional dentroa familia, fuera dicha reactividad aguda o crnica. Ya que Bowen veatic Pr'nc'Pa' problema familiar la fusin emocional, su meta terapu-un CaPlta' era la diferenciacin. Con el fin de crear las condiciones parare , rriayr autonoma y crecimiento individual, consideraba necesariorir las relaciones familiares interrumpidas y destriangularlas.m Wen crea que el cambio slo poda darse cuando la ansiedad eraPara i ^ ^Ue e^ enter|dimiento, y no la emocin, era el vehculo crticoen ]a rCarnD'- As, ls terapeutas deben aprender a tolerar la emotividads 'amilias sin que ellos mismos lleguen a ser reactivos. En la aproxi-62FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARmacin de Bowen, el terapeuta es un entrenador que permanece de forr^g no susceptible, calmada y fuera de los embrollos emocionales entre W miembros de la familia. Si el terapeuta puede resistir la presin de con. vertirse en un tercer vrtice del conflicto familiar, la tensin de la familja se reducir y la fusin entre sus miembros finalmente se resolver (h^ chols y Schwartz, 1991).En contraste con la emotividad clida de Satir y el habilidoso caos de Whitaker, la racionalidad de Bowen pareca excesivamente controlada y carente de humor. Su aproximacin est bien ilustrada con una entrevista a una pareja que se encontraba continuamente discutiendo. El marido y la esposa saltaban siempre de un asunto a otro, sin cesar jams en sus rias y sin resolver nada. Bowen tom el control de la sesin pidiendo a cada uno de ellos que slo le hablara a l. Se convirti en el vrtice de un tringulo, instruyendo a la esposa a escuchar mientras l y el marido hablaban, pidiendo despus al marido que escuchara mientras l hablaba con la esposa. El marido empez a describir su enojo hacia la esposa.Bowen interrumpi: No me digas lo que sientes, dijo en su estilo fro y seco. No me interesa lo que sientes, dime lo que piensas. A lo largo de la sesin, Bowen se inmiscuy una y otra vez, ejerciendo el control cogni-tivo para limitar la intensidad de las interacciones de la pareja. Al final de la sesin, la lucha por el control, que haba impregnado cada interaccin entre el marido y la esposa, se haba suavizado ya. Dentro de la estructura formal que Bowen impona, estaban empezando a explorar las necesidades propias y del otro, en vez de criticarse el uno al otro.La teora de Bowen gua la supervisin del mismo modo que la terapia. La meta de la supervisin es incrementar la habilidad del terapeuta para permanecer reflexivo y no reactivo frente al proceso emocional de la familia. Pero, en trminos bowenianos, esto significa que el fin de la supervisin es fortalecer la diferenciacin del yo por parte del terapeuta. Ya que esta meta es la misma que la teraputica, el proceso de supervisin sera idntico al teraputico. El supervisor funcionar como un entrenador calmado y destriangulado, mientras el supervisado busca, en primer lugar, entender la relacin entre sus momentos clnicos crticos y el historial multigeneracional de su familia y, despus, sigue adelante volviendo a su familia de origen con la intencin de cambiar su postura en relacin a familiares clave.Un problema de la teora de Bowen es que fija el nivel de diferenciacin de las personas en las experiencias infantiles de la familia de origen. N permite la posibilidad de cambio o diferenciacin basados en experien' cias vitales ms tardas en la nueva familia. En algunos aspectos, su teora recuerda a la teora psicoanaltica de la represin, donde el potencia' del crecimiento depende del cambio de relaciones tempranas. Con todo* la teora boweniana ofrece una conceptualizacin exhaustiva de la rete' cin entre los individuos y sus familias, cuya comprensin es muy t>' para el terapeuta.TERAPIAS DE FAMILIA: PRCTICA CLNICA Y SUPERVISIN63Jay

HaleyTaV Haley es ms un supervisor que un terapeuta. Pero su pensamien-tan claro y sus directrices tan fciles de transformar en maniobras t0 Duticas que puede ser comparado con un maestro cartgrafo. Con Je sus mapas, un terapeuta siempre sabr con certeza dnde se en-U entra el norte. Haley concibe las interacciones humanas como luchas C ternas por el control y el poder. El poder al que hace referencia, sin embargo, no es necesariamente el control de otra persona; ms bien es el ontrol de la definicin de la relacin. La meta de la terapia, bajo su punto de vista, es redefinir la relacin entre los miembros familiares de tal forma que el sntoma se abandona como un medio de ejercer el poder dentro de la familia.Para Haley, la terapia es un intento de creacin de condiciones en las cuales los miembros de la familia se encuentren a s mismos en circunstancias en las que necesiten hacer algo diferente con el otro. La tarea del terapeuta se convierte en un proyecto de ingeniera social: dado determinado sntoma, cierta familia organizada disfuncionalmente, una dificultad o estrs vital, bajo qu circunstancias estaran los miembros de la familia a cambiar? Y, cmo puede el terapeuta dirigirles hacia tales circunstancias, de un modo tal que vivan el alcance de una cierta solucin como algo logrado por s mismos? La terapia se convierte en un ejercicio de direccin indirecta.En el tratamiento de una pareja en la que la esposa era bulmica, dirigi al terapeuta para que explorara las reas de desconfianza entre los esposos, diciendo que el tratamiento de la bulimia no empezara hasta que el problema estuviese encauzado. Para ayudar a la esposa a creer en su marido, ella le pide que le acompae al supermercado para comprar la comida basura con la que se pega sus atracones nocturnos. Se anim a la pareja a que hicieran cuentas sobre la cantidad de comida que la esposa comi y despus vomit. En una ocasin, se le pidi al marido que comprara la comida de ella. Despus ellos decidieron que ya que sta iba a vomitarse ms tarde, podran perfectamente pasarla por la batidora para orrar a 'a esposa esfuerzos a la hora de vomitar; se pusieron de acuerdo en cmprar la comida, hacerla pur, y despus arrojarla por el bao.El incremento en la colaboracin, la mutualidad, y la confianza entre s esposos que era esencial para modificar la dinmica de la pareja, as mo cambio del sntoma, permanecan ocultos en la formulacin estra-sica de Haley; parecan casi ajenos. Pero eran la esencia de las estrate-s de Haley. La estrategia teraputica de Haley ha sido descrita algv.junasque pi ntlue e' trabajo de Jay Haley precede a su asociacin con Cloe Madanes y puesto reCe j.^, badanes han escrito mucho juntos pero nunca han firmado en comn un libro, pa-daries escribir sobre su trabajo sin tener en cuenta que durante ms de una dcada Ma-do jUn, "aley fueron codirectores del Instituto Familiar Washington, enseando y pensan-pros ?j durante la dcada pasada, tomaron rumbos diferentes. Mientras que Haley ha tos e probablemente el pensador ms profundo entre los pioneros hj movimiento constructivista, est encaprichado con el lenguaje y la anrria' otendose all donde renunci el equipo de Miln, White ha Ho Ve,Cnacl0 la tcnica de la cuestin. Desde este punto de vista, White tetT st^ encasillado entre el grupo de terapeutas restringidos. Su vivo in-abs i^atori durante la terapia le coloca en la posicin de un directorutamente fundamental.72FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARAI externalizar el sntoma, White lo antropomorfiza y lo hace visib|e para los portadores de forma que puedan luchar contra l. sta es un arma teraputica innovadora y, a la vez, muy til. Sin embargo, cuando White comienza a culpar a los sntomas de la colonizacin cultural o a| discurso social, se arriesga a disolver en la abstraccin al enemigo qUe volvi visible y a perder el rea de relaciones interpersonales que hace a la psicoterapia nica.Los sistemas lingsticos de GalvestonAl igual que Michael White, Harlene Anderson y el Harold Goolishian tardo del Instituto Familiar Galveston desarrollaron una aproximacin a la terapia que tambin est decididamente enfocada en el lenguaje y e] significado. Su enfoque, sin embargo, aspira a ser menos instrumental y ms centrado en el cliente que la de White.El sistema de Galveston ratifica la vieja premisa del MRI de que un problema no es tal hasta que la gente as lo define. En trminos de Anderson y Goolishian, los problemas existen slo en el lenguaje. As como los problemas son definidos de forma consensuada como existentes, tambin de modo consensuado se definen cmo no existentes. La meta de la terapia, desde la perspectiva de Galveston, es juntar a las personas que han definido el problema como existente (el sistema organizador del problema) y mantenerles en una conversacin controlada, en la cual los significados cambien y evolucionen constantemente. Si la conversacin de la organizacin del problema est bien dirigida, el problema inevitablemente ser definido como no existente (en el lenguaje de Anderson y Goolishian, se disolver). El movimiento hacia la inevitable disolucin del conflicto slo se estancar si la conversacin de la organizacin del problema llega a polarizarse esto es, si los participantes llegan a comprometerse con su particular significado y se empean en convencer a los otros participantes de la correccin de sus significados.La teora de la terapia, segn esta visin, es esforzarse en asegurar que la conversacin de la organizacin del problema permanezca bien dirig' da. Para tal fin, el terapeuta se rene con el sistema organizador del pro' blema como un participante que dirige la conversacin. En un esfuerzo por mantener la conversacin fluida, el clnico muestra respeto y toma seriamente cualquier posicin establecida, sin importar lo sorprendente, trivial o peculiar que sea (Anderson y Goolishian, 1988, pg. 382). El te' rapeuta concede credibilidad a todas las ideas escuchadas en la conversa' cin, aunque se contradigan entre s. Es lento para entender las idea5 que se presentan, realizando preguntas que invitan a los participantes 3 elaborar sus ideas. As, el terapeuta intenta siempre hacer preguntas cU' yas respuestas encierren nuevas cuestiones.Manejar una conversacin de organizacin del problema de esta m3 era no exige emplear tcnicas especficas. (La aversin de Anderson; Goolishian a las tcnicas es lo que distingue su terapia de la terapia cefTERAPIAS DE FAMILIA: PRCTICA CLNICA Y SUPERVISIN73, en el lenguaje de Michael White, que tambin emplea tcnicas tra o la externalizacin.) Lo que se requiere para manejar una conversa-CP, teraputica de este estilo es un grupo de actitudes, y entre stas, prin-c! aimente, una actitud de no conocer. sta es la disposicin que condu-,1 terapeuta a otorgar credibilidad a cualquier creencia y, al mismo c. fflpo, a considerar que cualquier idea necesita cuestionarse para facili-una elaboracin ms amplia. La actitud de no conocer convierte al te-oeuta en una persona que es un oyente respetuoso que no entiende demasiado rpidamente (si llega a entender) (Anderson y Goolishian, 1988, pg- 382). El clnico que no conoce, no considera ningn significado como evidente en s mismo y siempre est preparado para preguntar: Qu quieres decir cuando afirmas...?.La tarea de la supervisin en la aproximacin de los sistemas lingsticos de Galveston es ayudar al estudiante a cultivar una actitud de desconocimiento. Se emplea un equipo reflexivo para el entrenamiento, para verbalizar de forma libre la conversacin observada en la sesin y para realizar comentarios sobre el significado que los miembros del equipo extraen de ella.Entre todas las escuelas que priman el lenguaje, el grupo de Galveston es quizs el ms lingstico. Como prctica, es difcil entender de qu modo su conversacin es ms teraputica que un buen dilogo ordinario. Quizs ste es exactamente el punto que estn tratando de elaborar: la terapia es justamente una buena conversacin! El modo en que emplean el equipo reflexivo tras el espejo unidireccional corre paralelo a los procesos no estructurados que defienden en la terapia. Al igual que el modelo de White, el de Galveston es bsicamente cognitivo, aunque sin el tipo de estructura elaborada que White aplica al lenguaje. Quizs sea preciso entender esta aproximacin sobresimplificada del grupo en relacin con el posmodernismo con el cual se identifica el grupo. Comparado con otras escuelas ms inclinadas a la tcnica de este grupo, Galveston se caracteriza por una vuelta a lo bsico; la empatia y la conversacin atenta son todava los elementos ms importantes en el arte de a curacin.TRA PERSPECTIVA SOBRE LA TERAPIA: EL FEMINISMOfil terapia feminista, tal y como existe en la actualidad, conforma una tr K so'Dre 'a terapia ms que una escuela particular. La esencia del la aJc'lmco feminista radica en la actitud teraputica hacia el gnero y So,ensiDilidad hacia el diferente impacto que tienen las intervenciones la ,e 'os hombres y las mujeres. Los terapeutas feministas estn acumu-tor Una ^ran canfidad de investigaciones y conocimiento sobre los traste s "e alta frecuencia en las mujeres, tales como la depresin, los aor rnos alimenticios, y las secuelas de la violencia interpersonal y la a [0 S1(?n sexual. El foco del tratamiento consiste generalmente en animar clientes a que cambien los ambientes sociales, interpersonales y po-74FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARlticos que han impactado en su relacin con los otros, antes que ayuda^ a los clientes a ajustarse con el fin de hacer las paces con un contexto sq. cial opresivo (Brown y Brodsky, 1992).Los terapeutas feministas comparten con el constructivismo el inters por el significado, ya que generalmente atienden a los sistemas de creen, cias de hombres y mujeres y a cmo desarrollan los conceptos de rol que les fijan en una posicin particular. Al contrario de los constructivistas sin embargo, los terapeutas feministas no temen el poder. Por el contra! rio, muchos de ellos ven la decisin de emplear el poder como la nica manera que tienen las mujeres de equilibrar la balanza. Como resultado acentan la solidaridad como un medio para que las mujeres puedan lo. grar una influencia mayor.Ya que los terapeutas feministas varan en sus aproximaciones, la supervisin tambin se conduce de varias maneras, pero siemprtTCon una perspectiva comn. Marianne Walters, miembro del pionero Proyecto de las mujeres, el cual inclua a Betty Crter, Peggy Papp y Olga Silvers-tein, ha descrito la supervisin en la terapia feminista como un proceso de desafo a nuestros supuestos y tradiciones teraputicas con el fin de investigar las formas en que los roles sexuales y el poder del gnero fortalecen la estructura de los sistemas de las relaciones familiares, e influyen en nuestro propio pensamiento sobre lo que ocurre en la familia que observamos (Walters, Crter, Papp y Silverstein, 1988, pg. 148). Dentro de este marco, su supervisin entre las sesiones de terapia se centra en analizar y criticar los conceptos y supuestos que subyacen a las intervenciones alternativas. Ella subraya la importancia de emplear conceptos sist-micos con referencia a los diferentes significados que estos conceptos tienen para cada sexo.El trabajo actual de Peggy Papp, con su colaboradora Evan Imber-Black (Papp e Imber-Black, 1996), se centra en los temas multisistmi-cos como un concepto unificador en la terapia y en el entrenamiento. Este foco de atencin ampla su inters, previamente expresado en las cuestiones del gnero, para incluir la transmisin y transformacin de los temas familiares. En el modelo de entrenamiento que ellas han ideado, se pide a los estudiantes que exploren un tema significativo en su familia de origen que haya afectado sus propias vidas y que apliquen este mismo tema de orientacin en el anlisis de un caso actual. A pesar de mantener una orientacin fuertemente feminista, esta perspectiva clnica subraya el sentido de la familia en una poca en que ste parece estar pasado u madre la alababa por ser tan responsable. Ella respondi que no. Mfe qued sorprendido, despus estrech la mano de la madre, felicitndola clidamente por su capacidad a]haber criado nios tan responsables/y leales. sta es una intervencin sugerida por Jay Haley Felicitar a 1q padres por el xito de los hijos (o viceversa) es una intervencin sistemtica que resalta claramente la com-plementariedad entre los miembros de la familia, enfatizando las unionespositivas./A los quince minutos de sesin haba enganchado a cada miembro de la familia y haba observado la agresin y los intentos por controlarla, los cuales ignor. Haba confirmado la fuerza de los dos hermanos mayores y la madre. Y tambin haba comprobado que los temas de lealtad y de proteccin de la madre y los otros eran reas importantes y admirables, no exploradas totalmente.Ped ahora a George y Harry que se pusieran de pie uno junto al otro. Cuando se trabaja con nios pequeos, el lenguaje de la terapia debe ser el lenguaje de la accin. A menudo pongo a los nios de pie uno junto al otro para ver quin es ms alto, quin sonre ms abiertamente, etc., para ayudarles a sentirse como participantes. Le pregunt a Harry cmo era posible que George le hubiera provocado si ste era mucho ms pequeo Suzanne afirm que George poda ser muy destructivo y que rompera los brazos y las piernas de Harry si no llegaba a intervenir. La secuencia oe violencia en casa, que la familia estaba describiendo en ese momento bastante afablemente, era que Harry provocaba a George, y George acechaba a Harry. Richard se encargaba de George y Suzanne agarraba a Richard Me pareca claro que esta familia de gente maltratada haba desarrolla^0 una gran sensibilidad a las seales de agresin y un sistema de respuesta inmediatas para aplazar la agresin antes de que se volviera destructiva como haba ocurrido.Pregunt a la madre, a Richard y a Suzanne, si podran dejar a Geo ge y a Harry luchar sin que intervinieran. De forma unnime responda ron que George matara a Harry. Le ped a George si l podra conven^ a su familia de que no estaba loco o de que no era un criminal. As esta" creando un contexto en el cual los miembros de la familia podran ir>tEL ENCUENTRO TERAPUTICO

87r en mi presencia y yo podra observar los patrones familiares tpi-i"aC eXperimentar alternativas.cSheorge suplic a su madre que le dejara demostrar que poda contropero la madre, Suzanne y Richard replicaron recordando viejas aI\ 'enes de destruccin y describiendo escenarios de futuros horrores, t" emente, la madre estuvo de acuerdo en no interferir durante dos daslas luchas de George con Harry. Suzanne afirm que ella estara mi-e jq pero la madre, en lo que era claramente una nueva postura, dijo r e sta era su decisin y Suzanne debera acatarla.Por lo tanto, se haban dado una serie de cambios. Primero, yo apoy George. George, en una postura inusual pero claramente atractiva, pidi a la familia que cooperara mientras experimentaba con el autocontrol. La madre respondi apoyando este cambio. Suzanne cuestion a su madre volviendo a patrones habituales de control, pero la madre cambi la ordenacin jerrquica de la familia al asumir la responsabilidad.La familia qued sorprendida de que el terapeuta no hubiera visto o hubiera sido engaado al no ver lo destructivos que eran. Pero hubo un contacto con cada uno de los miembros de la familia, y ellos agradecieron mi confirmacin de ellos como personas nicas, competentes, leales y cariosas.El personal de la agencia no entenda la transformacin de la familia en un grupo cooperativo. Prometieron observar la siguiente sesin con el terapeuta familiar, que se senta muy optimista.Tras la sesin exploramos cmo el grupo se haba centrado exclusivamente en los dficits familiares. Tambin discutimos las maneras en que los servicios ofrecidos a esta familia fueron ineficientes, repetitivos, y fragmentados. El terapeuta familiar, el terapeuta individual y el personal de da del hospital pertenecan a equipos diferentes y trabajaban con distintos segmentos de la familia. No haban visto la necesidad de una integracin. Una discusin de seguimiento con el personal, seis meses despus, indic que sta haba sido una sesin crtica para ellos, y que la familia haba continuado mostrando cambios significativos.REACIN DEL SISTEMA TERAPUTICOSupongo que si uno hiciera el intento de describir pormenoriza-j rnete mi trabajo, dira que lo que hago es ampliar diferencias all don-~ habitual se convierte en incmodo y algunas veces en imposible.ce 'Zar eso implica un compromiso directo con uno mismo y es un pro-dacuestionar los patrones familiares a la vez que se refuerza reitera-,5nte a los individuos atrapados en ellos. qu rante mis cuarenta aos de terapeuta de familia he descubierto lo Se . Ucha gente ya haba descubierto antes: la gente prefiere no cambiar. ir,a enten cmodos con la seguridad de lo previsible, as que continuarn dos en'endo sus modos preferidos de responder. Tienen que ser empuja-ra elegir respuestas ms all del rango establecido de lo permisible.88

FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARPor lo tanto, casi siempre trabajo cuestionando lo que es costumbre. pe s que mi desafo en s no es muy poderoso, as que lo que hago es ere" una inestabilidad entre los miembros de la familia que les fortalezca, f0 r zndoles a encontrar modos nuevos de responder. Entonces puedo traba jar con esta energa, dndole importancia al movimiento. Las farniju presentan unas fotografas muy bellas y estticas. Y yo soy el de los (je dos ansiosos por dibujar bigotes.Al contrario que los constructivistas, yo no trabajo con miembros fa miliares individuales para explorar y entender modos alternativos de com portarse. Trabajo con el cambio familiar. Cuando me relaciono con miem. bros individuales de la familia, estoy frecuentemente unindome a ellos y dndoles autoestima. En el caso de Nina y Juan, le dije a Nina: Eres una mujer tan entera; cmo es que fuiste a parar al hospital?, e intervine para localizar la patologa, no en ella sjino en el contexto familiar.Continuando con mi intento para xtraer de mi estilo particular de terapia algunas reglas universales que podran ser tiles para otros tera-peutas, he redactado algunas pautas sobre la concepcin de la familia ydel proceso de transformacin familiar. Las he organizado en un listado,esperando que se lean, como se espera de las pautas, como una simplificacin til./Conceptos sobre las familias1. Las familias son sistemas sociales conservadores, limitantes, que organizan a sus miembros hacia un cierto funcionamiento previsible con respecto al otro. Por tanto, los modos alternativos de relacionarse que tenga cada miembro familiar son marginados por las vas preferidas de la familia.2. A medida que las familias evolucionan, se mueven a travs de periodos crticos en los cuales las demandas de las nuevas circunstancias requieren de un cambio en la manera de pensar, sentir o relacionarse de los miembros de la familia. El nacimiento de un hijo, el envejecimiento, el cuidado de los nios, el abandono de la fami3 por parte de los hijos, el cambio o prdida de trabajo, son ejempl^ de transiciones que contienen elementos de peligro y oportunidad Es en estas confluencias donde las familias crecen (se convierten el1 ms complejas) o se estancan (se empobrecen). Los sntomas de W miembro familiar pueden reflejar el estrs resultante.3. El yo es siempre ntegro y, al mismo tiempo, forma parte y esta constreido por el conjunto de las relaciones familiares. Uno p^ej de reconocer el sntoma de un miembro familiar y sealar cmo c control se encuentra en manos de alguien ms, segn los modos" de la funcin y estructura familiar..4. Los miembros de la familia desarrollan medios para negociar conflicto que permiten la prediccin de la interaccin pero que vez coartan la exploracin de la novedad.EL ENCUENTRO TERAPUTICO

89 El diagnstico puede verse como algo interno, pero tambin exter-no al individuo y como algo que ocurre en las interacciones entre los miembros familiares.El diagnstico de una familia, conocer los mtodos de la familia, incluye la organizacin visible de la familia, el funcionamiento, y el repertorio invisible de las posibles interacciones suprimidas por el reduccionismo acomodativo a las circunstancias vitales por parte de los familiares.7 A pesar de que el terapeuta mantiene ideas y sesgos sobre las normas familiares, y sobre el mejor ajuste familiar, slo puede ir en la direccin que la familia indica cuando representan su drama y muestran posibles alternativas.la transformacin en las familias1. Los miembros de la familia se representan a s mismos alrededor del sntoma y de la definicin familiar del portador del sntoma. Los primeros puntos de unin y de cuestionamiento del terapeuta a la familia giran en torno a la exploracin detallada, la ampliacin y el desafo de esta definicin.2. El cambio de los patrones familiares requiere del uso por parte de los miembros de la familia de formas alternativas de comportarse y relacionarse que slo estn disponibles bajo ciertas condiciones.3. El clnico es el motor del cambio. Cuando incorpora el sistema teraputico, introduce cambios en el patrn usual disfuncional (lase estrecho) de relacin familiar.4. Para saber hacia dnde dirigir el proceso de cambio, el terapeuta necesita observar el drama en la cotidianeidad familiar. Necesita traer el ambiente de la cocina a su consultorio; eso es lo que significa representacin.5- El terapeuta entonces explora el potencial de cambio mediante la localizacin de reas de conflicto e incrementando la intensidad del conflicto ms all del umbral acostumbrado de la familia. La intensidad convierte a las interacciones usuales en algo difcil e imposible y abre a los miembros de la familia a la exploracin algunas veces tmida o a nuevas formas de comportarse." Con el fin de responder de un modo diferencial a las necesidades de los miembros del sistema teraputico, el clnico necesita acceder a diferentes aspectos de s mismo. Debe, por tanto, ser autorreflexi-Vo, conocerse a s mismo y sentirse cmodo con la manipulacin del yo en beneficio de la curacin de la familia. "ara fomentar y acceder a la novedad, el terapeuta selecciona a un cterapeuta entre los miembros de la familia. Esta unin con el co-terapeuta es temporal; una persona podra ser coterapeuta durante parias sesiones, pero tambin es posible cambiar los coterapeutas uos o tres veces en una misma sesin. Todos los miembros de la fa-90

FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARmilia deberan sentirse reclutados en una ocasin u otra dentro h este proceso. 8. Al trabajar con organismos que ofrecen servicios a las familias( Pi clnico necesitara considerarles parte del contexto familiar. DeL ra ampliar sus intervenciones con el propsito de crear cambi0 de organizacin que no perjudiquen a la familia.Cualquier lista es arbitraria. Otros aspectos de mi trabajo son tambin caractersticos: por ejernplo, mis tcnicas particulares para relacionartne o las maneras en las cuales acaricio y golpeo al mismo tiempo. Releed las historias de los casos que se esparcen por todo el libro nos puede con. ducir a una comprensin ms compleja de estos puntos.En cualquier caso, Algunos aspectos de mi pensamiento y mi trabajo no encajan en absoluto con un formato o lista. Necesito presentarlo de forma detallada. Lo que sigue es una discusin de la historia oficial, |a memoria familiar y el trabajo con la representacin.La historia oficialLas familias vienen a terapia con un paciente oficial y una presentacin sobreensayada del yo a los extraos. sta es la historia oficial; ha sido organizada a fondo. Uno debe respetarla, pero tambin debe saber que es simplista. Donde no existen alternativas, donde no se describen tangentes, se est limitando artificialmente la riqueza humana de la familia.Uno puede postular intrigas de forma automtica. Debe haber otras historias, como esos bocados tentadores, aparentemente fortuitos, que formaban parte de los argumentos de las ricas novelas del siglo xix, que terminaban revelndose como importantes al final. Estos argumentos aparecern en los diferentes relatos de los distintos miembros familiares, as como en su conducta real. El terapeuta escucha la historia oficia'' porque es fundamental para la preocupacin de la familia. Pero a medid3 que participa y pregunta, sentir curiosidad sobre diferentes perspectivas A medida que sigue la pista de los temas que presentan los miembros de Ia familia, es importante que anime a hablar a cada uno sobre s mismo y a )s otros sobre ellos. Si permanece alerta y curioso ante la historia oficia i pronto sta se ampla y muestra argumentos inesperados.Las historias familiares se transmiten en dos niveles. Son narrativas drama. La narrativa (o narrativas) est organizada en el tiempo. Es line, y coherente. El argumento, los personajes, las conclusiones se desenvue ven en una secuencia ordenada, y los miembros de las familias represe tan su parte como personajes de la historia o como narradores implicad ., en el cuento. Pero la narracin es siempre interrumpida por algo. E*lS alguna disonancia. Un miembro de la familia posee una historia difer te o permanece extraamente en silencio o es marcadamente intrus ste es el ruido que no encaja con el guin. A medida que el terapeutaEL ENCUENTRO TERAPUTICO

91. ]a disonancia, puede ampliarla hasta que su impacto emocional se veS -erta en algo aparente. Hasta que el conflicto latente o inexpresado cn a visualizarse y comience a aparecer su relacin con otros elemen-"egjel drama familiar.lS Fl portador individual del problema es entonces sustituido por patro-relacionales. El problema se mueve del interior de los miembros indi-duales de la familia a las interacciones entre los miembros de la familia, r ando las cosas se ven de esta manera alternativa, la realidad ja de las u storias familiares puede cuestionarse. La conviccin por parte de los iembros familiares de su autonoma, es desafiada por la visin del tera-euta de sus yoes limitados y construidos por los otros. Por ejemplo, si historia de la familia es Jean es anorxica, el terapeuta puede pregunta!- Jean, djame hacerte una pregunta absurda. Cmo crees que tus padres te animan a que no comas? Cuando t no comes, qu hacen tus padres? Sam, t crees que tu esposa le ayuda a Jean a comer normalmente? Diane, cmo responde Sam a los hbitos alimenticios de Jean?. Aqu la explicacin se relaciona con las interacciones de los padres de Jean que la invitan a no comer. La meta es trasladar la comida de Jean a la esfera de su relacin con los padres, animando a una exploracin y expresin del conflicto interpersonal entre padres e hija que mover el centro de atencin del tema de la comida a la autonoma. Pero el terapeuta podra tambin cambiar la atencin hacia el control de Jean sobre sus padres: la historia de la madre sobre las demandas de Jean para que ella cuente las caloras, la narracin del padre sobre la manera en que los hbitos alimenticios de Jean organizan su cena, los relatos de los esposos sobre sus conflictos respecto a la manera adecuada de responder a su hija, o el miedo a que ella se muera de hambre.En este punto, la historia original de Jean ya no es su historia. El terapeuta ha creado tensin resaltando los dramas conflictivos. Cuando la gente ocupa el lugar central de las historias, la cuestin de cmo los Miembros familiares se encuentran aprisionados por los otros crea opor-unidades para el cambio. De forma que tenemos mltiples lecturas. La Jeta del cambio en esta perspectiva es animar a la exploracin de las di-rencias y poner a los miembros familiares en posicin de ser potenciales fadores del otro. Este concepto es diferente del de re-historiar, en el cual ^xploracin es cognitiva y la historia parte de un miembro individual de ria la* ^' implicar a los narradores en dilogos que amplen las histo-rnji- Conmctivas, se sacan a la luz los controles que los miembros de la fa-tienen sobre el otro y les permite centrarse sobre las alternativas.* me>noria familiarnista s terapeutas estructurales y los terapeutas familiares intervencio-eti ej en general han otorgado tal prominencia a nuestra participacinfatnj|.prceso teraputico, que hemos tendido a pasar por alto la historiar> Probablemente como reaccin a las aproximaciones psicodin-92

FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARmicas, las cuales exageraban la importancia del pasado, como si la inf9n cia fuera el destino. Asumamos que lo que es relevante en el pasado e\j te en el presente, y se destaca en el encuentro actual.Pero en la prctica clnica, la atencin a la historia familiar a menun aparece en la fase media Je la terapia, cuando tiende a descubrirse algfj segmento relevante de la historia familiar. Para cuando la familia y el te rapeuta se hayan comprometido de un modo que les permita creer el u^ en el otro. Ahora la historia paternal, sus padres y la familia al completQ se convierten en una fuente de curiosidad y de construccin de hiptesi* sobre la relevancia de los eventos pasados en el modo actual de relacio. narse y pensar de los miembros de la familia. La familia y el terapeuta ex-ploran los lmites que las experiencias previas imponen en sus patrones e intenciones actuales. Pueden surgir perspectivas novedosas partiendo de] entendimiento de cmo los viejos modelos de relacionarse extrados de la infancia se estn representando de forma anacrnica en las interacciones diarias. Los yoes de hoy son concebidos como una atadura a viejos propsitos.Por ejemplo, a John le haban prometido un perro por su octavo cumpleaos. El padre le llev a una tienda de animales donde l eligi un encantador cachorrito de raza domstica. Pero su padre insisti en comprarle un perro de raza con pedigr. Discutiendo el incidente en la terapia, el padre describi su conducta como un remanente de la devocin de su familia de origen a lo mejor. Este esquema, aprendido en un contexto previo, le impidi actuar de una manera sensible con respecto a los deseos claramente expresados de su hijo.En otro caso, Jim siempre se irritaba cuando su esposa se senta cansada. Cuestionado por el terapeuta, Jim se percat de que viva la conducta de su esposa como una demanda para hacer algo. La respuesta airada de Jim puede concebirse como una consecuencia de su experiencia, como hijo responsable y paternalista en su familia de origen.En el proceso de captar datos de la historia, el terapeuta no deja de explorar reas de fuerza en la familia, periodos de su pasado donde las trayectorias eran diferentes. Su repertorio interpersonal era ms rico antes de que sus problemas estrecharan su visin de s mismo y del mundo-Durante esta fase, el terapeuta puede describir las demandas que piens3 que los miembros de la familia estn efectuando sobre l, como un med0 de ayudarles a identificar sus fantasmas y explorar su pasado relevante. El puede compartir experiencias de su propia vida y del pasado que pa' rezcan relacionadas con los conflictos de la familia.Trabajando con la representacinEn los primeros anlisis que hacan los terapeutas estructurales sobr,las habilidades teraputicas, la representacin era considerada unatcnica. George Simn (1995) ha sugerido que la representacin es algo i*1 cho ms bsico que eso; es la esencia de la terapia familiar estructura'-EL ENCUENTRO TERAPUTICO

93jnuy pocas excepciones, como, por ejemplo, la escultura fami-de Virginia Satir y Peggy Papp y algunas de las implicaciones expe-liar" jes de Cari Whitaker, la terapia se asienta sobre el discurso. Losr'e s de la gente se reducen a las historias que cuentan. Este enfoque,)t rerniniscencia de la terapia individual psicodinmica, domina la te-familiar hoy en da. Se asume que ocurrir algn tipo de reestruc-cin cognitiva durante la sesin o despus de ella y que estatU structura- cin cognitiva producir el cambio.Esta hiptesis no est corroborada con resultados. La trampa de lo fa-iliar y lo previsible casi siempre pesar ms que la atraccin de lo nue-Necesitamos tocar a las familias a nivel emocional y de relaciones. I a ruta para estas intervenciones es la representacin, llevar a la familia la accin en presencia del terapeuta. El siguiente paso es alguna forma de quisiera verte actuando de un modo diferente al habitual, lo cual establece condiciones para observar recursos infrautilizados. En general, el terapeuta crea el contexto para la representacin, pero las familias se enzarzan a menudo espontneamente en interacciones que, con la magia que otorga el contexto teraputica, el terapeuta puede transformar en una representacin.Por ejemplo, un estudiante present el caso de una madre soltera de treinta y cinco aos, una enfermera que trabajaba como supervisora en un hospital cercano. Tena tres hijos, incluyendo a un nio de siete aos. La madre haba venido a la agencia con la idea de colocar en adopcin a su hijo, que era destructivo. Haba estado hurgando con un clip en un enchufe de la escuela, diciendo que se quera morir. El psiquiatra escolar y el Departamento de Bienestar estaban implicados. El chico era inteligente y observador. La terapeuta empez a hablar con l. Ella le pregunt si recordaba el momento en que su padrastro golpe a su madre y cmo se senta al respecto. El chico empez a hablar sobre el miedo que senta por su madre. Mientras el terapeuta participaba con el chico en la descripcin de estos eventos, la madre, que haba permanecido reservada y distante, interrumpi a la terapeuta para ampliar algunos puntos. El nio y su madre comenzaron a dialogar. El terapeuta movi su silla hacia atrs. Haba creado una situacin en la cual una madre rechazadora y un nio teme-OSo estaban implicndose en una conversacin que les interesaba, y ubo un cambio en el tono emocional.Ahora existan dos historias, una contada por la madre rechazadora que. eria colocar a su hijo en adopcin y la otra contada por una madre y un, J recordando un evento amenazante juntos. La primera historia llevabaPerspectiva de desmembrar la familia. Pero el terapeuta puso el nfasis'a segunda historia, referente a la necesidad que senta el nio de prote-a su madre. La historia de la conexin indic nuevas direcciones.te espero que les haya transmitido algo acerca de la manera en que hagoS)a Pla hoy en da. Pero, cmo lo enseo? Esto lo hago a travs de unarvisin muy amplia. La instruccin acadmica tiene un lugar en la94

FAMILIAS Y TERAPIA FAMILIARenseanza de^aterapia de familia, especialmente en las fases iniciales d este proceso, per^l entrenamiento ayuda a crear un terapeuta, ms qe un cientfico familiar. La adquisicin por parte del estudiante de nueva? maneras de ver y pensar depende de su desarrollo de nuevas maneras H comportarse dentro del contexto teraputico. Por tanto, los concept0 fundamentales, valores\, supuestos y tcnicas de la terapia familiar es tructural no pueden comunicarse principalmente de modo cognitivo. rjn estudiante que adquiera el conoc