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RESUMEN DEL LIBRO : El Conde Lucanor Juan Manuel INTRODUCCIÓN La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre busca el bienestar de su pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el cual es un hombre de confianza que siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre tienen una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca al pedir ayuda y al final cuando cada historia termina el conde saca una moraleja que todos entendieran y hacía que lo anotaran en este libro. Cada historia tiene diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles, divinas, bonitas, absurdas, pero que al final lograron que el conde asimilara muchas cosas y creciera en su vida moral y espiritual; por lo que es un libro que ayuda a que cualquier hombre, niño o mujer que lo lea para que pueda entender y aprender cosas que generalmente no razonamos ni pensamos en ellas y nos hace falta tenerlas en mente para la vida diaria. El libro de los ejemplos del conde Lucanor y Patronio construyen un clásico de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano del siglo XIII. La obra de don Juan Manuel, creada durante sus años de madurez espiritual, integra extraordinariamente la sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo como de las fábulas; de las tradiciones caballeresca como del mundo islámico. El autor escoge los más altos principios morales de cada tendencia para estamparlos en sus ejemplos, con los que estos adquieren un carácter universal que les otorga vigencia hasta nuestros días. RESUMEN CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados. Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo, un gran hombre de esta tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad marcharse de aquí y no volver de ninguna manera, me quería dejar toda su tierra, en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os parece en este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te engañes ni creas en lo regalado, nadie hace por otro su propio daño. Por la misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de aflicción y cumple su deseo.

El Conde de Lucanor

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RESUMEN DEL LIBRO :El Conde Lucanor

Juan Manuel

INTRODUCCIÓN

La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre busca el bienestar de su pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el cual es un hombre de confianza que siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre tienen una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca al pedir ayuda y al final cuando cada historia termina el conde saca una moraleja que todos entendieran y hacía que lo anotaran en este libro. Cada historia tiene diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles, divinas, bonitas, absurdas, pero que al final lograron que el conde asimilara muchas cosas y creciera en su vida moral y espiritual; por lo que es un libro que ayuda a que cualquier hombre, niño o mujer que lo lea para que pueda entender y aprender cosas que generalmente no razonamos ni pensamos en ellas y nos hace falta tenerlas en mente para la vida diaria.

El libro de los ejemplos del conde Lucanor y Patronio construyen un clásico de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano del siglo XIII.

La obra de don Juan Manuel, creada durante sus años de madurez espiritual, integra extraordinariamente la sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo como de las fábulas; de las tradiciones caballeresca como del mundo islámico. El autor escoge los más altos principios morales de cada tendencia para estamparlos en sus ejemplos, con los que estos adquieren un carácter universal que les otorga vigencia hasta nuestros días.

RESUMEN

CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados.

Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo, un gran hombre de esta tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad marcharse de aquí y no volver de ninguna manera, me quería dejar toda su tierra, en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os parece en este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te engañes ni creas en lo regalado, nadie hace por otro su propio daño. Por la misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de aflicción y cumple su deseo.

CAPITULO II De lo que aconteció a un hombre bueno con su hijo.

Otra vez acaeció también que el conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero, y le dijo como estaba muy preocupado por un hecho que quería hacer, pues si por ventura lo hiciese, sabia que muchos se lo reprocharían y que si no lo hiciese, el mismo entendería que se lo reprocharía con razón. le contó cuál era el hecho y le rogó que le aconsejase lo que entendía que en aquello debía hacer. Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo siguiente: Por lo que digan las gentes -Siempre que no sea a mal- al provecho para, mientes y haces esto.

CAPITULO III Del salto que el rey Ricardo de Inglaterra dio en el mar contra los moros.

Un día se aparto el conde Lucanor con Patronio su consejero., y le dijo así; me crié y viví en grandes guerras, a veces con cristianos, a veces con moros, y cuando la tuve con cristianos me cuide de que no se provocase por mi culpa, no se pudo evitar que recibieran gran daño muchos que no lo merecían., según el estado que tengo, penséis y me aconsejéis la mejor manera para que yo pueda hacer enmienda a Dios de los yerros que contra Él hice y pueda recibir gracia. Patronio le contó sobre el rey Ricardo y el salto que hizo contra los moros por lo cual el conde asimiló lo siguiente: “Quien por caballero se mantuviera más

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debe desear este salto, que si en convento se metiese o se encerrase en muro alto"

CAPITULO IV De lo que un genovés dijo a su alma cuando se quería morir.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera: -yo tengo, loado sea Dios, mi hacienda en bastante buen estado y en paz. Algunos me aconsejan que comience un hecho de mucho riesgo y peligro pero no lo quise empezar hasta hablar con vos y rogaros que me aconsejaseis que hacer.

Patronio le dijo lo que un genovés que era muy rico le dijo a su alma cuando estaba apunto de morir y el conde comprendió que "Quien bien se siente, no se levanta. "

CAPITULO V De lo que aconteció a un zorro con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: Un hombre que dice ser muy amigo mío, comenzó a alabarme mucho dándome a entender que había en mí muy cumplida honra y poder muchas bondades, me propuso un convenio que me parece que me es provechoso. Patronio comprendió el engaño que yacía escondido bajo las palabras hermosas, Por eso le dijo al conde. Lo que le sucedió a un cuervo que por confiar en un zorro perdió todo a lo cual el conde respondió que había entendido que "Quien te alabare con lo que no hay en ti sabed que quiere llevar lo que hay en ti".

CAPITULO VI De lo que aconteció a la golondrina con las otras aves cuando vio sembrar el lino.

El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, y le dijo; -Patronio me dicen que unos vecinos míos, que son más poderosos que yo, se andan reuniendo y haciendo muchas artimañas con que puedan engañar y hacer mucho daño, pero por el buen entendimiento que tenéis os quiero preguntar, que debo hacer algo sobre esto, -Señor conde Lucanor -dijo Patronio- le contaré sobre una golondrina y lo que le sucedió con las otras aves al ver sembrar el lino después de escuchar a Patronio el conde comprendió que "En un principio debe le hombre apartar el daño para que no le puedan alcanzar. "

CAPITULO VII De lo que le sucedió a una mujer a quien llamaban doña Truhana.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un hombre me dijo una cosa y me mostró de que manera se podría aprovechar y os digo que tantas son, que no sé si Dios quiere que se haga como él me dijo, Patronio le relató lo que le sucedió a una mujer llamada Truhana, de lo cual Don Juan entendió que “A las cosas ciertas encomendaos y de las esperanzas vanas alejaos”.

CAPITULO VIII De lo que aconteció a un hombre a quien le debían limpiarle el hígado.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio así; Sabes aunque Dios me hizo mucha merced en muchas cosas, ahora estoy muy apretado por falta de dineros; entiendo que habré de vender una de mis heredades o hacer otra cosa que me sería de tanto daño como esto; y he de hacerlo ahora para salir de esta miseria y de esta angustia en que estoy, y por buen entendimiento que Dios puso en vos, os ruego que me digáis lo que os parece que debo hacer de esto. Antes debe saber lo que le pasó a un hombre al cual tenían que limpiarle el hígado; después de escuchar el relato de Patronio el conde comprendió que "Si no sabes qué debes dar, en gran daño se podrá tornar”.

CAPITULO IX De lo que sucedió a los dos caballos con el león.

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Hace mucho tiempo que tengo un enemigo de quien he recibido mucho daño y también él de mí, y ahora sucede también otro hombre mucho más poderoso, que nosotros está empezando a hacer algunas cosas de que cada uno de nosotros recela, aquel enemigo me envía decir que nos preparemos juntos para defendernos de aquel que quiere estar en contra nuestra; pues si ambos estuviésemos unidos nos podríamos defender de él. Por otra parte, entiendo que si no fuésemos amigos tal cual él me lo envía a rogar, puede sobrevenir gran daño por lo que os he dicho. Patronio le aconsejó que tomara una decisión después de escuchar otro más de sus relatos Al final Don Juan compuso los siguientes versos: "Preocúpate de no ser conquistado por un extraño manteniendo lo tuyo libre de daño. "

CAPITULO X De lo que aconteció a un hombre que por pobreza comía altramuces.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Patronio, reconozco que Dios me ha hecho más merecedor de lo que yo puedo servir, pero muchas veces me encuentro en tanta pobreza, que deseo más la muerte que la vida. -Señor conde Lucanor- seria muy útil que supieseis lo que sucedió a dos hombres

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que habían sido muy ricos pero al final uno llego a tan gran pobreza que comía altramuces. Después de esto el conde escribió lo siguiente: “Por pobreza nunca flaquees, pues otros más pobres que tú encontrarás”.

CAPITULO XI De lo que aconteció a un deán de Santiago con Don Illán gran maestro de Toledo.

Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera; Patronio un hombre vino a rogarme que lo ayudase y me prometió que en retribución haría por mí todas las cosas que contribuyeron a mi honra y provecho, pero antes que su problema estuviese solucionado del todo, aconteció algo en que él podía ayudarme. Le rogué que lo hiciese, el puso una excusa. Y aquel asunto, por él que me rogó aún no ha sido resuelto, ni se resolviera si yo quisiere, os ruego que me aconsejéis qué hacer. A lo que Patronio le contó una historia cuyo mensaje era que “El que ayudes y no te lo agradezca menos ayuda te dará cuando la gran honra tenga.”.

CAPITULO XII De lo que acaeció a un zorro con un gallo.

El conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero de esta manera; -Patronio, vos sabéis que mi tierra es muy grande y no está toda junta, tengo lugares que están muy apartados de la tierra en que yo tengo mayor poder. Y cuando tengo contienda con loa más poderosos que yo amigos y otros consejeros, aconséjame que de ningún modo me quede en aquellos lugares apartados, si no que me refugie y esté en los lugares muy fuertes y que están bien en mi poder. Por lo cual Patronio le platicó lo que le había sucedido a un zorro y aun gallo; Don Juan como vio que era un buen ejemplo reflexionó sobre lo siguiente: “No te espantes por algo si razón, mas defiéndete bien como varón”.

CAPITULO XIII De lo que aconteció a un hombre que cazaba perdices.

Hablaba otra ves el conde con Patronio, su consejero y le dijo: algunos hombres de gran calidad, y otros no lo son tanto, me causan algunas veces ofensas y daños en mi hacienda y en mis gentes, y cuando se hallan ante mí, dan a entender que le pesó mucho tener que hacerlo, y que siempre lo hicieron por mucha necesidad y con gran aflicción y que no lo pudieron evitar. Y Patronio le comentó lo que le pasó a un hombre que cazaba perdices. Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, lo mando poner en un libro e hizo estos versos; "De quien te hace mal mostrando gran pesar, busca cómo te puedas de él guardar."

CAPITULO XIV Del milagro que hizo, santo Domingo cuando predicó sobre el logrero.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero y le dijo; Algunos hombres me aconsejan que junte al mayor tesoro que pudiere, y que esto me conviene más que nada para cualquier cosa que acontezca. os ruego que me digáis qué es lo que os parece en este hecho, Patronio le habló del milagro que hizo Sto. Domingo y Don Juan comprendió que debes "Ganar el tesoro verdadero y guardarte del perecedero.”

CAPITULO XV De lo que aconteció a don Lorenzo Suárez en el sitio de Sevilla.

Hablaba el conde Lucanor, con Patronio su consejero de esta manera; -Patronio me sucedió que tuve por enemigo a un rey muy poderoso, ambos concertamos de avenirnos para provecho nuestro.

Algunos de sus caballeros y otros de los míos me meten mucho miedo y me dicen que quiere buscar pretextos para estar contra mí. Pero al escuchar la historia de Patronio sobre Don Lorenzo Suárez entendió que “Por congoja no os hagan herir que siempre vence quien sabe sufrir”.

CAPITULO XVI De lo que aconteció al conde Fernán González con Nuño Laínez.

El conde Lucanor hablaba con Patronio de esta manera: -bien entendéis que yo no soy ya muy joven sabéis que pase muchas dificultades, hasta aquí y bien os digo que de aquí en adelante quisiera hogar, cazar y evitar loa afanes y molestias.

-dijo Patronio, me gustaría que supieseis lo que dijo una vez el conde Fernán Gonzáles a Nuño Laínez. “Si por deleite y holganza la buena fama perdemos, la vida muy poco dura; agraviados quedaremos”.

CAPITULO XVII De lo que aconteció a un hombre que tenía mucha hambre a quien otros convidaron muy

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negligentemente de comer.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio, y le dijo así: Un hombre vino a mí y me dijo que haría por mí una cosa que me convenía mucho, y negligentemente, que le agradaría mucho si yo evitase de tomar aquella ayuda. A lo cual Patronio le comento lo que le paso a un hombre al cual dieron de comer negligentemente y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo, lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos que dicen así: En lo que tu provecho pudiereis hallar, nunca te hagas mucho de rogar.

CAPITULO XVIII De lo que aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio un día y le dijo: -Sabéis que tengo contienda con un vecino mío que es hombre muy poderoso y muy honrado y entre ambos hemos concertado la apuesta de ir a una villa. Cualquiera que vaya primero se quedara con la villa, y perderá el otro, pero ahora estoy impedido, por este accidente que me sucedió, y aunque me es gran pérdida lo de la villa os digo que me considero más lastimado por el menoscabo que recibo y por la honra que él alcanza, que por la pérdida. Patronio le comento lo que le aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna de lo cual el conde entendió que: “No te quejes por lo que Dios hiciere, que por tu bien sería cuando Él lo quisiere”.

CAPITULO XIX De lo que aconteció a los cuervos con los búhos.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: -Patronio, tuve una contienda con un hombre muy poderoso que tenía en su casa un pariente suyo, criado por él y hombre quien había hecho mucho bien. por cosas que sucedieron entre ellos, aquel enemigo mío le causó gran daño y aquel hombre que tanto le debía, se vino a mí.

Yo juzgo que es de gran provecho para mí, pues éste me puede desengañar y prevenir de qué manera puedo más fácilmente hacer daño a aquel enemigo mío-Señor conde Lucanor-dijo Patronio- usted debe entender que “Al que tu enemigo suele ser, nunca quieras en él mucho creer”.

CAPITULO XX De lo que acaeció a un rey con un hombre que le dijo que le haría alquimia.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Un hombre vino a mí y me dijo que me haría cobrar gran honra y provecho y para esto que supiese algo de lo mío para empezar aquello, pues cuando estuviese terminado, por cada dinero tendría diez. Patronio le contó la historia de un rey al cual lo engaño un hombre que supuestamente era alquimista después de esto don Juan asimiló lo siguiente: “No aventures mucho tu riqueza por consejo de quien está en gran pobreza”.

CAPITULO XXI De lo que aconteció a un rey joven con un filósofo a quien lo había encomendado su padre.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: me sucedió que yo tenía un pariente a quien amaba mucho que murió dejando un hijo pequeñito a quien yo crié. Pero aunque el mozo tiene buen entendimiento y confió en Dios que será muy buen hombre, como la juventud engaña muchas veces a los mozos y nos lo deja hacer lo que es conveniente, me agradaría que a él no lo engañase tanto. Cuando Patronio termino de contarle la historia de un joven al cual lo había criado un filósofo El rey supo que la moraleja que le había dejado era que: “No enseñes al mozo maltratándolo, mas dile que vayan agradándolo”.

CAPITULO XXII De lo que sucedió al león y al toro.

El conde Lucanor hablaba con Patronio y le dijo así: Yo tengo un amigo muy poderoso y muy honrado, y aunque hasta aquí nunca hallé en él si no buenas obras, ahora me dicen que no me quiere tan rectamente como solía y aun que anda buscando motivos para ponerse en contra mía, y ahora estoy en dos grandes preocupaciones, la una es por que temo que si por ventura quiere estar en mi contra, me puede ocurrir gran daño, la otra es que temo si entiende que tengo esta sospecha y me cuido de él, el también hará lo mismo, y así irán creciendo, poco a poco la desconfianza y el desamor, hasta que lleguemos a enemistarnos, Después de escuchar una fábula sobre un toro y un león aprendió lo siguiente: “Por falso dicho de hombre mentiroso no pierdas amigo bueno y provechoso”.

CAPITULO XXIII De lo que hacen las hormigas para mantenerse.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero de esta manera; -Gracias a Dios soy bastante rico y algunos me aconsejan que pues lo puedo, hacer, no me tome otro cuidado, si no el de divertirme, comer,

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beber y holgar, que bastante tengo para vivir y aunque para dejar buena herencia a mis hijos. -Señor conde Lucanor le contaré lo que pasó a las hormigas para lograr mantenerse- dijo Patronio al final de la historia aprendió que: “No comas siempre de lo que has ganado y vive una vida tal que mueras honrado”.

CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un rey que quería probar a sus tres hijos.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio así: -En mi casa se crían muchos mozos, unos de elevada condición y otros que no lo son tanto, y veo en ellos extraños comportamientos, por el gran entendimiento que tenéis os ruego que me digáis cuanto vos entendáis de que manera podré conocer qué mozo llegará a ser mejor hombre. Entonces Patronio le contó sobre un rey que puso a prueba a sus hijos, y la enseñanza que sacó de aquel relato fue que: “Por las obras y maneras podrás conocer a los mozos, cuales mejores han de ser”.

CAPITULO XXV De lo que aconteció al conde de Provenza y de cómo fue librado de prisión, por el consejo que le dio Saladín.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un vasallo mío que el otro día que quería casar a una parienta suya, me pedía por merced que le aconsejase lo que yo entendía, como éste hombre que yo quisiera que acertase muy bien os ruego que me digáis vuestro parecer. Y porque a don Juan hallo en la historia del conde Provenza que era buen ejemplo lo mandó escribir en un libro y compuso estos versos: “Quien hombre es, hace todos los provechos: quien no lo es, menoscaba todos los hechos”.

CAPITULO XXVI De lo que aconteció al árbol de la mentira

Hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo así; -Sabed que estoy muy disgustado con unos hombres que me malquieren

y son tan revoltosos y embusteros, que nunca hacen otra cosa si no mentir, aumentan su poderío y enfurecen a la gente contra mí, que actitud he de tomar con estos hombres; al saber del problema del señor conde le contó un relato acerca de la única vez en que el bien y el mal se unieron de la cual la moraleja que quería compartir era: “Seguid la verdad y de la Mentira huid pues su mal acrecienta quien usa el mentir”.

CAPITULO XXVIII De lo que aconteció a don Lorenzo Suárez Gallinato cuando descabezó al capellán renegado.

El conde hablaba con Patronio: un hombre vino a mi para ofrecerme sus servicios, y aunque yo se que es buen hombre, algunos me han dicho que a hecho algunas cosas sin razón. Entonces Patronio mediante la historia de Don Lorenzo le transmitió la moraleja de que: “Muchas cosas parecen sin razón, cuando el hombre bien las sabe, en sí buenas son”.

CAPITULO XXIX De lo que aconteció a un zorro que se tumbó en la calle y se hizo el muerto.

Hablaba otra ves el conde Lucanor con Patronio y le dijo así; Un pariente mío vive en una tierra donde no tiene tanto poder, allí verían con agrado que hiciese algo que sirviese de excusa para estar contra él.

Y gracias al anécdota que escucho de un zorro que fingió estar muerto hizo estos versos: “Sufre las cosas en cuanto debieres aleja las otras en cuanto pudieras”

CAPITULO XXX De lo que acaeció al rey Abenabet de Sevilla con la reina Romayquia, su mujer.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; con un hombre me sucede que muchas veces, me pide y me ruega que le ayude, y le de algo de lo mío, en cuanto hago aquello que él me ruega, da a entender que me lo agradece, si me pide algo que yo no hago. Se irrita y da entender que no me agradece y que ha olvidado todo lo que por él había hecho.

semejasen nieve. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: “Por quien desconoce tu bien hecho no dejes de buscar tu provecho”.

CAPITULO XXXI Del fallo que dio un cardenal entre los clérigos de París y los frailes menores.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Tengo un amigo y quisiéramos hacer una

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coda que es gran provecho y honra de ambos y yo podría hacerla, pero no me atrevo hasta que él llegue; Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo siguiente: “En lo que gran provecho para ti fuere, no lo dejes correr tanto que se perdiere”.

CAPITULO XXXII De lo que aconteció a un rey con los burladores que hicieron el paño.

El conde Lucanor hablaba otra vez con Patronio y le dijo;-Un hombre vino a mí y me dijo una cosa importante y me da a entender que mi provecho será muy grande, pero me dice que no lo debe saber ninguna persona por mucho que en ella confíe, a alguien lo digo y descubro, que toda mi hacienda y mi vida se hallan en gran peligro de perderse. Entonces Patronio le contó sobre un rey y de unos burladores Y viendo don Juan que este ejemplo era bueno , lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos: Quien te aconseja esconderte de tus amigos sabed que te quiere engañar sin testigo.

CAPITULO XXXIII De lo que aconteció a un muy buen halcón, que era del infante don Manuel, con un águila y una garza.

Hablaba otro día el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Muchas veces me veces me ha sucedido de tener contienda con muchos hombres, y después de que ésta ha terminado, unos me aconsejan que huelgue y quede en paz, mas otros que empiece guerra y pelea con los moros. Por tal motivo Patronio le platicó al conde acerca de un halcón, un águila y una garza

Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, y provechoso para quien lo quisiere aprender y usar hizo estos versos: Si de bienes te diese seguridad, pugna por ganar la cabal felicidad.

CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un ciego que guiaba a otro.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Patronio, un pariente y amigo de quien mucho me fió y estoy cierto que me ama verdaderamente, me aconseja que vaya a un lugar de que sospecho y me dice que no tenga ningún temor, que antes recibiera, yo daño alguno. Ahora os ruego me aconsejéis en esto. Patronio le aconsejó mediante la historia de un ciego cuya moraleja era: Nunca te metas donde puedas recibir desgracia aunque tu amigo te de toda la fianza.

CAPITULO XXXV De lo que aconteció a un joven que se casó con una mujer, muy fuerte y muy violenta.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo: -Un criado mío me dijo que le proponían casamiento con una mujer muy rica y de más alcurnia que él. Que el inconveniente es que aquella mujer era la cosa más feroz y violenta del mundo. Para que Don _Juan le pudiera dar un buen consejo a aquel sirviente Patronio le contó la historia de un hombre que se casó con una mujer igual. Después de eso el conde le dio el siguiente consejo: “Si al comienzo no muestras quien eres, nunca podrás después cuando quieras”.

CAPITULO XXXVI De lo que aconteció a un mercader cuando encontró a su mujer y a su hijo durmiendo juntos.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y estaba muy preocupado; por algo desagradable que le habían contado y le afectaba grandemente su honra, dijo que quería hacer un escarmiento tan grande que se recordase siempre: para lo que Patronio le platicó lo que le había sucedido a un mercader que descubrió a su esposa siéndole bien con su hijo y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo escribió estos versos: “Si con arrebato gran cosa hicieres creo que es justicia si te arrepintieres”.

CAPITULO XXXVI De la respuesta que dio el conde Fernán Gonzáles a sus gentes después que hubo vencido en la batalla de hacinas.

Una vez venía el conde Lucanor de una batalla muy cansado, lacerado y pobre; le llegó aviso apresurado de otro hecho, sus gentes le aconsejaron que holgase algún tiempo y después haría lo que fuese conveniente. El conde preguntó a Patronio y él le dijo; Tened esto por cierto, pues es verdad probada que honra y vicio grande no tienen una morada.

CAPITULO XXXVIII De lo que aconteció a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogo en el río.

Un día dijo el conde a Patronio que tenía muchas ganas de estar en cierto lugar porque allí le habían de dar una partida de dinero y pensaba hacer mucho en provecho suyo, pero tenía también mucho temor de que si

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allí se detenía, podría sobrevenirle gran peligro, que le rogaba le aconsejase que hacer en esto. Patronio le aconsejó mediante la historia de un hombre que se ahogó por avaricioso cuya moraleja era: Quien por gran codicia de riqueza se aventura, maravilla será si el bien mucho le dura.

CAPITULO XXXIX De lo que aconteció con las golondrinas y el gorrión.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta forma:

-De ninguna manera puedo evitar contiendas con uno de los dos vecinos que tengo, pues sucede que el más cercano no es ahora tan poderoso, y el más poderoso no está tan cerca y os ruego me aconsejéis qué debo hacer en este caso: - Si de todos modos pelea hubieres de tener, toma lo demás lejos, aunque sea de mayor poder- le sugirió Patronio.

CAPITULO XL De las razones por las que perdió el alma un senescal de Carcasona.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio -como yo se que la muerte, no se puede evitar, quisiera que después de mi muerte dejase alguna cosa señalada que sirviese a mi alma y quedase para siempre. Os ruego que me aconsejéis. Patronio le aconsejó que Hiciera bien con buena intención en toda tu vida si quería ganar la gloria cumplida.

CAPITULO XLI De lo que acaeció a un rey de Córdoba a quien decían Alhaquem.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio: -Vos sabéis que yo soy muy buen cazador, y he hecho muchas casas nuevas, que nadie hizo nunca, y aun he hecho, y añadió en las pichuelas y los capillos de las aves, algunas cosas muy provechosas. Y ahora los que quieren hablar de mí hablan de burla, como haré para que no se me ofendan por la buena obra que hice. Patronio le aconsejó mediante la historia del rey de Córdoba y la moraleja era: Si algún bien hicieres, que muy grande no fuere, haz mayores si pudieres, que el bien nunca muere.

CAPITULO XLII De lo que aconteció a una beata hipócrita.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Patronio, yo y otros muchos estábamos, hablando y nos preguntábamos cual es la manera, que una persona mala podría tener para hacer, mayor daño, siendo revoltoso, y malhechor, por tener mala lengua y ser calumniador, os ruego me digáis de cual de estas personas, podría sobrevenir mayor daño a las gentes. Patronio le aconsejó mediante una historia de un beata hipócrita que atendiera a las obras y no a sus apariencias si quería protección de malas experiencias.

CAPITULO XLIII De lo que aconteció al bien y al mal y al cuerdo con el loco.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio. me sucede que tengo dos vecinos, uno de ellos es hombre a quien mucho quiero, muchas veces me causa algunas faltas y agravios que me producen gran enojo. El otro no es hombre con quien tenga grandes obligaciones ni gran amistad , me hace algunas cosas que no me agradan, os ruego me aconsejéis que hacer.

En su afán por ayudar al conde Patronio le relató sobre lo que le sucedió al bien y al mal y al cuerdo y el loco. El conde tuvo por buenos ejemplos: Siempre el Bien vence con bien al Mal hacer sufrir al hombre malo de poco vale.

CAPITULO XLIV De lo que aconteció a don Pedro Núñez, el Leal. a don Rui Gómez Zaballos y a don Gutierre Ruiz de Blasquillo con el conde don Rodrigo de Franco.

El conde Lucanor hablaba con Patronio:

-Yo he tenido grandes guerras del modo , que cuando yo estaba en la mayor necesidad, a quienes crié y a quienes había hecho mucha bien me dejaron y aun se enseñaron en causarme descontento, que debo hacer en esto. Posteriormente escuchó el relato de Patronio del cual aprendió que:” Aunque algunos te hayan dañado, nunca dejes de actuar aguisado”.

CAPITULO XLV De lo que acaeció a un hombre que se hizo amigo y vasallo del diablo.

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio -Un hombre me dijo, que sabía muchos modos, tanto de

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agüeros, con lo que yo podría conocer lo que ha de suceder y por las que podría hacer muchas artimañas, con que aprovechar mi hacienda, os ruego me aconsejéis. Inmediatamente le comentó lo que le había sucedido a un hombre amigo del diablo cuyo mensaje era que: “El que en Dios no pone su esperanza, morirá de mala muerte, tendrá malandanza”.

CAPITULO XLVI De lo que aconteció a un filósofo que por accidente entró en una calle donde vivían malas mujeres.

Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, vos sabéis que una de las cosas del mundo porque el hombre más se debe esforzar es conseguir buena fama, ruego que me digáis de que manera podré acrecentar mi fama. A lo que Patronio le respondió: “ Has siempre el bien y guárdate de sospecha y siempre será tu fama derecha.”

CAPITULO XLVII De lo que aconteció a un moro con una hermana suya, que daba a entender que era muy medrosa.

Un día hablaba el conde Lucanor: -Patronio, sabed que yo tengo un hermano mayor que yo, y como es mayor que yo entiendo , que lo he de tener en lugar de padre-El tiene fama de ser buen cristiano y muy cuerdo, yo soy más rico y poderoso que él y aunque no lo daba a entender que no lo hace por que sería pecado. os ruego que me aconsejéis. -Señor conde me parece que la manera, que vuestro hermano usa con vos se asemeja mucho a lo que dijo un ,moro a su hermana. Al concluir el relato de Patronio Don Juan compuso estos versos: “Si no quieres hacer lo que te vaya a favorecer tú no quieres lo tuyo por él perder”.

CAPITULO XLVIII De lo que aconteció a uno que probaba a sus amigos.

Hablaba otra vez el conde Lucanor -Patronio, según mi parecer, yo tengo muchos amigos que me dan a entender que ni por temor de perder los cuerpo ni los que tienen, dejarían de ser lo que me conviniese, os ruego me digáis de que manera podría yo saber si estos amigos mía harían por mí tanto como dicen. para que vos podáis saber cual es el amigo verdadero, agradaría me que supieses, lo que aconteció a un hombre el cual le enseño a su hijo como saber quien era su verdadero amigo; al terminar el relato Don Juan que era el conde escribió lo siguiente:“Nunca nadie podrá tan buen amigo encontrar

como Dios que lo quiso con su sangre comprar”.

CAPITULO XLIX De lo que aconteció al que echaron en la isla desnudo, cuando le quitaron la señoría.

Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, muchos me dicen que, puesto soy tan honrado y poderoso, que haga cuanto pudiere por tener gran riqueza, poder y honra, pues esto es lo que más me conviene y corresponde; y como yo sé que siempre, os ruego que me digáis lo que viereis que mas me conviene es esto; -Agradaría me mucho que supieseis lo que aconteció a un hombre a quien hicieron señor de una gran tierra.

El conde tuvo éste por buen consejo y entendió que este era buen ejemplo “Por este mundo perecedero, no pierdas el que es duradero.”

CAPITULO L De lo que aconteció a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio.

Otra vez hablaba el conde Lucanor.

-Patronio, muchos hombres me dicen que una de las cosas por que el hombre más se puede ganar a Dios es siendo humilde; otros me dicen que los humildes son menospreciados, os ruego que me aconsejéis cual de estas dos cosas me es mejor o qué debo hacer. Me agradaría que supieseis lo que aconteció a un rey que era muy poderoso y muy soberbio- dijo Patronio- cuando concluyó el rey dijo que la moraleja que le había dejado era que “A los derechos y humildes, Dios mucho les ensalza; a los que son soberbios, hiéreles peor que maza”.

PERSONAJES

Conde Lucanor protagonista: Era un hombre bueno, sensible, respetuoso honrado, buen gobernante ya que se preocupaba por el bienestar de su gente, gentil, se preocupaba por los demás, no era nada avaricioso y buscaba la manera de solucionar sus problemas de la mejor manera para todos.

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Patronio personaje secundario: Un hombre bueno que le gusta ayudar a los demás, hombre confiable, mejor amigo y consejero del conde. Siempre buscaba la manera de ayudar a las personas que se lo pedían de una manera para que todos lo entendieran.

Algo del Autor

Don Juan Manuel nació en Escalona en 1282 y murió en Córdoba 1348, duque de Peñafiel y Marqués de Villena, es una de las más grandes figuras de la letra española. Fue nieto de San Fernando y sobrino de Alfonso X el Sabio. De su padre, el infante don Manuel, hereda del cargo de Adelantado de Murcia, y participa activamente en la política de su tiempo. Contrae matrimonio sucesivamente con doña Isabel, infanta de Mallorca, con doña Constanza de Aragón y con doña Blanca Núñez. En sus últimos años, se retira al monasterio de Predicadores de Peñafiel, donde vive consagrado al estudio.

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Cuentos

CUENTO 1: Un amigo del conde le ofrece venderle sus tierras y el conde le pide consejo a Patronio. Este le cuenta la historia de un ministro al que quisieron poner en contra del rey por la envidia que le tenían, diciendo que este ministro quería matarle a él y a su hijo para quedarse con el poder. El rey, al enterarse de esto, le quiso poner a prueba diciendo que se iba y que le dejaba al mando, pero pudo comprobar su lealtad al contestarle el ministro que le acompañaría a donde quiera que fuese.

CUENTO 2: El conde pide consejo a Patronio porque tiene que hacer una cosa por la que la gente le criticaría, pero que si no la hacia le criticarían igual. Entonces este le cuenta la historia de un labrador que iba paseando con su hijo y con un buey. La gente al pasar les iba criticando por no ir montados en el buey, pero si iban montados les criticaban porque les daba pena el buey. El hijo aprendió que, puesto que no todo lo que hiciera estaría bien para todo el mundo, debía aprender a hacer lo que a él le beneficiara.

CUENTO 3: El conde le pide consejo a Patronio para que Dios le perdone sus pecados y no ir al infierno. Patronio le cuenta la historia del rey Ricardo de Inglaterra que se ganó el cielo por arriesgar su vida al tirarse al mar para perseguir a los moros. Por eso, el consejo que recibe el conde es que luche contra los moros y que antes de irse a la batalla haga penitencia de sus pecados.

CUENTO 4: El conde le pide consejo a Patronio para saber si debe empezar en una nueva empresa. Pratonio le dice que no se arriesgue y le cuenta la historia de un genovés, que al morir, le pide a su alma que se quede dentro de su cuerpo.

CUENTO 5: Un amigo del conde le empieza a halagar y después le propone un negocio. El conde le pregunta a Patronio que debería hacer. Este le cuenta la historia de un cuervo que tenia un queso en el pico y una zorra que quería ese queso. La zorra halaga exageradamente al cuervo y le pide que cante porque quiere oír su voz. El cuervo abre el pico para cantar pero se le cae el queso al suelo y la zorra se lo lleva.

CUENTO 6: El conde quiere saber que debe hacer ante unos rumores que hablan de que sus vecinos se preparan para hacerle daño. Patronio le cuenta la historia de que, cuando el hombre plantó el lino, una golondrina intentó avisar a los otros pájaros para que lo arrancaran, ya que con ese lino harían redes para cazarles. Al ver la golondrina que los demás no la hacían caso decidió hacerse amiga del hombre, mientras que los demás pájaros eran cazados con las redes de lino. Los otros pájaros intentaron arrancar el lino para que el hombre no hiciese mas redes, pero las raíces de la planta estaban ya demasiado arraigadas.

CUENTO 7: El conde le pide consejo a Patronio sobre un negocio que le han propuesto que, si ocurrieran determinadas cosas después, le aportarían muchos beneficios. Patronio le cuenta la historia de doña Truhana, que fue al mercado a vender una olla de miel que llevaba en la cabeza. Iba pensando en el dinero que ganaría y en que se podría ir comprando mas cosas con ese dinero. Cuando ya se imaginaba con mucho dinero, se rió y se dio un golpe en la frente con la mano sin darse cuenta. Así se le cayo la olla a Truhana y tuvo que olvidarse de todos sus sueños. El consejo que Patronio le da es que evite las cosas fantásticas y confíe en las ciertas.

CUENTO 8: El conde le pide consejo a Patronio porque la gente le pedía dinero y el no tenia para dejarles. Patronio le cuenta que una vez le abrieron el costado a un hombre para a limpiarle el hígado y otro hombre pidió un trozo de hígado para dárselo a su gato. Con esto le dice al conde que se perjudicará si l presta dinero a quien no lo necesita.

CUENTO 9: Un enemigo del conde le propone unirse a él para vencer a un enemigo común muy poderoso, y el conde no sabe que pensar. Patronio le cuenta la historia de dos caballos que tenían que vivir juntos pero que siempre se estaban peleando. Por eso los dueños les dejaron cerca de un león para que se los comiera, pero al verse los caballos en peligro, se unieron para derrotarle y a partir de entonces se hicieron amigos.

CUENTO 10: El conde le cuenta a Patronio que necesita dinero y este le cuenta la historia de dos hombres que eran ricos y se empobrecieron. El primero estaba muy disgustado porque solo conseguía para comer altramuces, pero el segundo se alimentaba únicamente de las cascaras que el primero tiraba. El consejo que le da Patronio es que no se preocupe porque siempre habrá alguien mas pobre que él.

CUENTO 11: El conde le hace un favor a alguien que dice que le va a recompensar, pero nunca quería devolverle el favor. El conde, que no sabe que hacer, le pide consejo a Patronio, que le cuenta la historia de un deán que va a Toledo a estudiar nigromancia. Este le promete a Illán que si le enseñaba todo lo que sabia, en el futuro se tendría que acordar de él y agradecérselo. Un día se murió el tío del deán, el arzobispo, y le dejo en su puesto. Según el deán iba subiendo de puesto iba dejando su antiguo cargo a otras personas, aunque Illan le pedía que le diera algún puesto a su hijo. Cuando el deán llegó a papa Illan volvió a recordarle que le debía un favor, pero el deán dijo que si no le dejaba en paz haria que le encerrasen por hereje y por vivir de la nigromancia.

CUENTO 12: El conde le pregunta a Patronio si debe hacer caso a los que le han dicho que cuando esté en guerra se ocupe de sus feudos más fuertes y deje solos los que están apartados. Patronio le cuenta la historia de un gallo que para protegerse de una zorra se subió a un árbol. Aunque allí estaba seguro, se asusto cuando la zorra comenzó a mover el árbol y saltó a otro árbol. El gallo salto de árbol en árbol hasta que se calló y la zorra se lo comió. Así, Patronio le aconseja que proteja bien lo primero que tenga para que lo demás no se lo quiten y que no se asuste sin razón.

CUENTO 13: El conde le pide consejo a Patronio para saber que hacer con las personas que le hacen daño y dicen que lo hacen por necesidad. Patronio le cuenta la historia de un hombre que, mientras mataba perdices, lloraba por el viento que le pasaba en la cara. Una de las perdices decía que aunque el hombre las mataba era un buen hombre porque les compadecía. Otra perdiz que estaba libre le dio gracias a Dios por salvarla de la gente que hiere y que simula sentirlo.

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CUENTO 14: El conde le pregunta a Patronio si es verdad que le conviene recaudar la mayor fortuna posible. Este le cuenta la historia de un hombre muy codicioso y que tenia mucho dinero. Cuando cayó enfermo de muerte llamó a un fraile para que salvase su alma, pero los hijos no le dejaron verle porque pensaron que le iba a pedir a cambio toda su fortuna. Cuando el hombre murió el fraile dijo que su corazón estaba en el lugar donde guardaba su dinero, y al comprobarlo encontraron su corazón su corazón lleno de gusanos y podrido. Patronio le aconseja que lo importante es realizar buenas obras para alcanzar la gracia de Dios y la buena fama.

CUENTO 15: El conde tiene miedo de que un rey enemigo con el que paró la guerra quiera volver a luchar. Patronio le cuenta la historia de tres caballeros que fueron a combatir contra los moros para averiguar cual era el mejor. Los dos primeros se lanzaron contra los moros, pero el tercero esperó serenamente a ser atacado y entonces se defendió. Patronio le aconseja que haga como el tercer caballero y que no ataque por miedo a ser atacado, sino que espere a que el enemigo de el primer paso.

CUENTO 16: El conde le cuenta a Patronio que ya no es joven y quiere descansar. Patronio le habla del conde Fernan González, a quien quisieron convencer de que descansara de la guerra, pero que no aceptó porque quería morir en combate para que su nombre no se olvidara.

CUENTO 17: El conde no sabe si aceptar una cosa que le vendría bien tenerla, pero que se la han ofrecido por cumplido. Patronio le cuenta la historia de un hombre rico que se empobreció y pasaba hambre. Este hombre paso por casa de un conocido que le invitó a comer por cumplido, y aceptó porque tenia mucha hambre. Desde entonces Dios le dio los medios para salir de la pobreza. El consejo de Patronio fue que aceptara dando a entender que lo hace por que se lo han ofrecido y que no se haga de rogar porque pueden retirar la oferta.

CUENTO 18: El conde y un enemigo suyo han quedado en ir a una finca y el que primero llegue se la queda, pero el conde está enfermo y no puede ir. Patronio le cuenta la historia de Pedro Meléndez, a quien acusaron injustamente sus enemigos y el rey le mandó matar por eso. De camino a ver al rey, Pedro se cayo por una escalera y se rompió una pierna y no pudo ir a ver al rey en bastante tiempo. En ese tiempo el rey se enteró de que las acusaciones eran falsas. El consejo que le da Patronio es que Dios siempre va a hacer lo mejor para él.

CUENTO 19: Al conde llega un pariente de su enemigo. Este ha discutido con el enemigo, por lo que se ofrece para ayudar al conde como venganza. Al no saber qué hacer le pide a Patronio consejo, que le cuenta una historia sobre los cuervos y los búhos que estaban en guerra. Un cuervo desplumado fue dónde estaban los búhos diciendo haber sido atacado por los cuervos por aconsejarles terminar la guerra y quería vengarse de ellos. Volvió con los cuervos tras decirle a los búhos que les revelaría su escondite, pero en realidad hizo lo contrario y los cuervos atacaron por sorpresa a los búhos. El consejo que le da Patronio es que no crea al pariente, porque tiene sangre enemiga.

CUENTO 20: Un hombre le dice al conde que si le da dinero para comenzar, él puede proporcionarle muchas riquezas, y el conde no sabe que hacer. Patronio le cuenta la historia de un pícaro pobre que va a ver al rey y le ofrece unas bolitas de oro, prometiendo que fabricaban más oro. El rey no sabía que cada bolita estaba fabricada con una sola moneda, mientras que pagaba tres por cada una. El pícaro fundió una bolita con cosas comunes y sacó una moneda. El rey le mandó hacer un viaje para comprar mas, pero el pícaro desapareció con todo el dinero. El consejo de Patronio es que no se guíe en asuntos de dinero por consejos de un pobre.

CUENTO 21: El conde acoge al hijo de un pariente difunto pero teme que la mocedad le haga comportarse mal. Patronio le cuenta la historia del hijo de un rey que le sucedió a su muerte ayudado por un filósofo. Cuando llegó a la mocedad descuidó sus deberes. El filósofo le dijo que sabía interpretar la voz de las aves, y que hasta las cornejas hablaban de lo mal rey que era. El mozo lo sintió y se enderezó. El consejo que le dio Patronio fue que no riñera al joven, porque se enemistaría con él, sino que le persuadiera con razones.

CUENTO 22: Al conde le han dicho que un amigo quiere romper su amistad con él y le pide consejo a Patronio. Este le cuenta la historia de el león y el toro que juntos dominaban a todos los animales. Los animales les pusieron en contra y se enemistaron, dejando de ser superiores a los otros. El consejo de Patronio es que se asegure de las intenciones de su amigo, porque les conviene ayudarse mutuamente.

CUENTO 23: Al conde le dicen que ya es lo bastante rico como para no volver a trabajar y le pide consejo a Patronio. Este le pone el ejemplo de la hormiga que recoge alimento cada año para el invierno y le dice que no viva siempre con el mismo dinero, que la forma de morir honradamente es moviendo siempre dinero.

CUENTO 24:El conde le pregunta a Patronio como saber cuales, de los mancebos de su casa, llegarán a ser hombres de provecho. Patronio le cuenta la historia de un rey moro que tenía tres hijos y debía elegir a uno como rey así que les mandó a dar un paseo por la cuidad. Al regresar, los dos primeros solo dijeron que la ciudad era bonita. El tercero comentó a su padre que no le parecía un buen rey, ya que, habiendo tan buena gente, no le pertenecían todos. El consejo es que por los dichos y hechos se puede conocer lo que llegará a ser el mancebo.

CUENTO 25: Un vasallo pide consejo al conde para buscar el modo más ventajoso de casar a una parienta. El conde pregunta a Patronio que le debe contestar y éste le cuenta la historia de la hija del conde de Provenza, que se casó con el más valiente e inteligente, aunque no era el más rico.

CUENTO 26: El conde pide consejo a Patronio sobre cómo comportarse con alguien que siempre le miente. Patronio le cuenta la historia del árbol de la Mentira. Esta narración habla de que la Verdad y la Mentira plantaron un árbol, quedándose la Mentira con las ramas y la Verdad con las raíces. La Mentira florecio en las ramas y todo el mundo iba a visitarla, hasta que la Verdad, cansada, se comió las raíces. Entonces el viento derribó el árbol hiriendo a los que contemplaban las ramas. El consejo es que se aferre a la verdad, aunque la mentira sea más atractiva.

CUENTO 27: El conde pregunta a Patronio como corregir a sus hermanos, ya que uno de ellos no se despega de su mujer, mientras que el otro ni entra en casa. Patronio le cuenta dos historias: la primera sobre un emperador, cuya esposa hacia siempre lo contrario a sus deseos. Al no poderse separar de ella, le advirtió que no tocara un veneno, lo cual hizo ella y murió. La segunda historia es sobre don Alvar Fáñez, cuya esposa le aconsejaba pero no dominaba, lo que demostró a su sobrino cuando ella corroboró sus palabras al decir que una vaca era una yegua. Patronio dice que el problema de sus hermanos es que sus mujeres son muy diferentes y no están enseñadas a que el que manda es el hombre.

CUENTO 28: El conde le pregunta a Patronio si debe acoger en su casa a un buen hombre sobre el que hay ciertos rumores. Patronio le cuenta la historia de un hombre al que le dicen si no tiene miedo de ir al infierno, ya que siendo cristiano, ayudó a los moros. Este responde que no, porque dio muerte a un clérigo que quiso enseñar su doctrina a los moros. El consejo es que si no se sabe el porqué de

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los rumores, no hay que juzgar.

CUENTO 29: Un pariente del conde sufre numerosos atropellos que no puede evitar, por lo que todos esperan algún fallo para ir a por él. Patronio le cuenta la historia de una zorra que se metió a un corral y se comió las gallinas. Luego se fingió muerta para pasar desapercibida y luego escapar. Un hombre que la vio le arrancó el pelo para protegerse del mal de ojo y otro le quitó un diente, pero la zorra no se movió. Pero llegó uno que le quiso quitar el corazón y la zorra se fue corriendo. El consejo es que mientras los daños sean pequeños, que los aguante como si no le molestaran.

CUENTO 30: El conde le dice a Patronio que qué debe hacer con un hombre que siempre le pide dinero, pero nunca parece estar satisfecho. Patronio le cuenta la historia del rey Abenabet, cuya esposa era muy caprichosa y aunque él le daba todos los caprichos, ella jamás estaba contenta. El consejo es que no sacrifique su provecho por alguien que no agradece lo que hace.

CUENTO 31: El conde y un amigo tienen un plan, pero no lo pueden realizar en ese momento ya que el amigo no está, por lo que pide consejo a Patronio para saber si debe hacerlo ya o esperar a su amigo. Patronio le cuenta una historia sobre unos canónigos que querían ser los primeros en tocar las campanas, mientras que los frailes no deseaban esperar al toque para empezar sus oraciones. El Papa dijo que tocara las campanas quien primero se levantara. El consejo es que si lo puede hacer lo haga sin perder la oportunidad.

CUENTO 32: Al conde le proponen un negocio muy ventajoso, pero secreto y le pregunta a Patronio si lo debe aceptar. Este le cuenta la historia de tres pícaros que engañaron al rey haciéndole creer que podían tejer una tela que solo podían ver los hijos legítimos. El rey se vistió con esa tela y los esclavos dijeron que no veían nada; así poco a poco se dieron cuenta del engaño. El consejo es que no se fíe del que quiera mucho bien para él sin conocerlo.

CUENTO 33: El conde acaba de terminar una guerra y le pregunta a Patronio si debe descansar o empezar otra. Patronio le cuenta la historia de un halcón que quería atacar una garza, pero un águila la defendía. El halcón, tras muchos intentos, logró romper el ala del águila que cayó al suelo y mientras pudo matar a la garza. El consejo es que debe luchar para defender la religión y que Dios esté orgulloso de él.

CUENTO 34: Un familiar del conde le aconseja ir a un lugar seguro que a él le atemoriza. Patronio le cuenta la historia de un ciego que convenció a otro para hacer un viaje que le parecía seguro. Al llegar a ese sitio, el ciego se cayó y el otro, que iba detrás, cayó también. El consejo es que si el peligro es real, no se meta en él aunque el familiar le aconseje lo contrario.

CUENTO 35: El conde es preguntado por un hombre si debe tomar como esposa a una rica mujer con muy mal carácter y el conde se lo pregunta a Patronio. Este le cuenta una historia sobre otro hombre que tomó por esposa a una rica y malhumorada mujer. Estando su esposa delante, ordenó primero a un perro, después a un gato y por último a su caballo, que le trajeran agua y como no lo hicieron, les mató. La mujer, al ver esto, tuvo miedo y desde entonces le obedecía ciegamente. El suegro quiso hacer lo mismo y mató, delante de su mujer, un gallo que le desobedecía. La mujer le dijo que ya era tarde para intentar cambiarla después de tantos años. El consejo es que se case con esa mujer si sabe como llevar su casa, y que se muestre firme con ella desde un principio.

CUENTO 36: El conde estaba muy enfadado por algo que le habían dicho y quería una gran venganza. Patronio le aconsejo con esta historia: Un mercader volvió a su casa después de veinte años y vio que su mujer llamaba marido a un hombre que él no sabía era su hijo. Pensó matar a ambos, pero recordó el consejo de un sabio, que decía que no hay que actuar sin antes saber la verdad. Luego comprobó que era su hijo y le dio gracias a Dios por no haberlos matado. El consejo es que no hay que hacer nada precipitado, sin estar muy seguros.

CUENTO 37: El conde acababa de llegar de una guerra y le avisaron que había otra, así que le pregunta a Patronio si debe ir o descansar. Este le contesta hablándole del conde Fernan González, que acababa de terminar una guerra cuando le avisaron que le iban a atacar. Entonces animó a todos sus caballeros y consiguió defender sus tierras. Patronio le aconseja que valla a la guerra porque las heridas viejas se curan con las heridas nuevas.

CUENTO 38: El conde estaba considerando el quedarse en un sitio donde gana mucho dinero, aunque corre peligro. Patronio le cuenta la historia de un hombre que tenia muchas piedras preciosas, que pesaban tanto, que cuando fue a cruzar un río se hundió por no querer desprenderse de ellas. Con este cuento Patronio le quiere decir que no arriesgue su vida por codicia.

CUENTO 39: El conde tiene que ir a la guerra con uno de sus dos vecinos, y le pide consejo a Patronio porque no sabe con cual, ya que el más cercano es el menos poderoso. Patronio le cuenta la historia de un hombre al que le molestaba el ruido de las golondrinas y de los gorriones. Le dieron a elegir para deshacerse de una de las dos especies y pensó que, aunque las golondrinas hacían mas ruido, los gorriones estaban siempre cerca de su casa. Por eso se deshizo de los gorriones. Patronio le aconseja que ataque al más cercano, no al que tenga mas poder.

CUENTO 40: El conde le pregunta a Patronio que debe hacer para que, al morir, quede de él una buena fama y librarse de los pecados. Este le cuenta la historia de un hombre que dijo que cuando se muriera quería que hiciesen por él una serie de buenas obras. Aunque las hicieron, ese hombre fue al infierno porque las buenas obras las tenia que haber hecho en vida.

CUENTO 41: El conde no sabe que hacer con unas personas que se burlaban de él por unos pequeños inventos que había incorporado en el mundo de la caza. Patronio le cuenta la historia de un rey de Córdoba que solo se preocupaba de vivir bien. Este rey empezó añadiéndoles piezas a unos instrumentos musicales y termino construyendo una mezquita. Patronio le aconseja que intente construir cosas grandes para que se le recuerde.

CUENTO 42: El conde le pregunta a Patronio con que puede hacer un hombre mas daño, si peleando, robando, matando o mintiendo, y Patronio le cuenta la historia de un matrimonio que se llevaba muy bien y que el demonio le quería separar. Al creer el demonio que era imposible separarlos confió en una mujer que dijo que podía. Esta entró a servir a su casa y le dijo a la mujer que a su marido le gustaba otra y que para recuperarlo tenía que quitarle los pelos de la barba, de la parte del cuello, y la dio una navaja para que lo hiciera. Por otra parte le dijo al marido que su mujer tenia pensado degollarle con una navaja para irse con su amante. Cuando el hombre vio que la mujer sacaba la navaja, se la quitó y la mató. Al enterarse de esto en el pueblo, unos quisieron vengarse de otros hasta que reinó el caos. Patronio le dice que el peor hombre es el que finge ser leal pero en realidad miente a unos y a otros por el placer de enfrentarlos.

CUENTO 43: El conde quiere saber como debe portarse con dos vecinos que le perjudican, al los a uno tiene aprecio y al otro no. Patronio le cuenta dos historias: la primera sobre el Bien y el Mal que se van a vivir juntos. Se repartían todos sus bienes a partes iguales, y una vez buscaron a una mujer que los sirviera. De ésta el Mal se quedó con la parte de abajo y el Bien con la de arriba. La mujer se quedó embarazada y cuando tuvo que dar de mamar a su hijo el Bien no se lo permitió. Tras muchos esfuerzos el Mal convenció al Bien para que

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permitiera a su hijo poder alimentarse, pero antes tenía que afirmar que “por medio del bien vence el Bien al Mal”. La segunda historia trata de un hombre que tiraba piedras a la gente cuando estaban en los baños y les espantaban. Un día, el dueño de los baños hizo que se iba a bañar y cuando el loco apareció le tiró piedras. Salió entonces el loco gritando que el dueño de los baños había perdido el juicio.

CUENTO 44: El conde le pide consejo a Patronio sobre que pensar de dos vasallos suyos que, en plena guerra, se fueron con su enemigo. Este le cuenta la historia de tres vasallos del conde don Rodrigo, que cuando este enfermó de lepra y quiso ir a morir a Tierra Santa, le llevaron y le cuidaron. Se quedaron con él hasta que murió, lo llevaron de vuelta a Castilla y no dejaron que nadie tocara el cadáver. Por ser tan buenos Dios les recompensó. Patronio dice que si esos vasallos no son leales es peor para ellos porque no serán recompensados.

CUENTO 45: El conde le pregunta a Patronio si debe dejar que un hombre le adivine el futuro, o si es pecado. Patronio le cuenta la historia de un hombre rico que se queda sin dinero y hace un pacto con el diablo para volver a ser rico. El diablo le dijo que, para conseguir riquezas, solo tenía que robar, y que él le iba a ayudar. Cuando metían al hombre en la cárcel el diablo siempre le sacaba. Hasta que una vez, cuando estaba todo preparado para ahorcarle, apareció el diablo con una bolsa para que se la diera al juez. Pensando que era dinero, se la dio convencido de que así se libraría, pero resultó ser una soga y le ahorcaron allí mismo con ella. Patronio le dice que confíe en Dios y no le tiente con brujería.

CUENTO 46: El conde le pregunta a Patronio cual seria una forma de acrecentar su fama y mantenerla “limpia”. Patronio le cuenta una historia de un reconocido filósofo que tenia una enfermedad y tuvo que evacuar en un callejón donde estaban las mujeres publicas, pero él no lo sabía. Al verle la gente salir tan tarde de allí, y con tan mala cara, que su reputación fue muy mala. Patronio le dice que para aumentar su fama tiene que agradar a Dios para que este le ayude a no hacer nada que la gente pueda interpretar.

CUENTO 47: El conde tiene un hermano que, aunque le pide ayuda, no le presta la suya al conde nunca. Entonces le cuenta Patronio la historia de un moro que mantenía a su hermana robándoles las mortajas a los muertos. Una vez se murió un hombre muy rico y su hermana, que era muy delicada, fue con él. Cuando le fueron a quitar la ropa, se dieron cuenta que la única manera era romper la tela, que era muy valiosa. Así que la hermana, sin pensarlo, le cortó el cuello al muerto y le quitó la ropa. El moro le recordó que no podía ser tan frágil cuando había hacho eso. Patronio le aconseja que si no le perjudica, le ayude, pero si le va a perjudicar que no le ayude.

CUENTO 48: El conde quiere saber como comprobar si los que dicen ser sus amigos lo son de verdad. Patronio le cuenta la historia de un joven quien su padre le aconseja que pruebe a sus amigos diciendo que había matado a alguien. Los que decían ser sus amigos le dijeron que no querían saber nada. Le dijo lo mismo a un amigo de su padre y este dijo que le encubriría. Poco tiempo después, se produce en el pueblo un asesinato y piensan que el culpable es el joven. Entonces el amigo del padre hace confesar a su propio hijo de que ha sido el asesino. Patronio dice que el mejor amigo es Dios porque dio su vida por los demás.

CUENTO 49: El conde está pensando en aumentar su riqueza y le pregunta a Patronio si lo debe hacer. Este le cuenta la historia de un sitio donde elegían a su señor y, tras un año de gobierno, le abandonaban desnudo en una isla. Uno de los señores, sabiendo esto, mandó hacer en secreto una casa en la isla, de modo que cuando le enviaron allí, vivió muy bien. El consejo es que haga buenas obras ya, que cuando se muera, los bienes de nada valdrán.

CUENTO 50: El conde pregunta a Patronio cual es la mejor cualidad del hombre. Patronio le contesta contándole la historia de Saladino, que se alojó en casa de un caballero y se enamoró de la mujer de éste. Para conseguir sus favores, envió lejos al esposo y volvió a la casa solicitando el amor de ella, quien le respondió que, antes de nada, debería decirle cual era la mejor cualidad que el hombre pudiera tener. Saladino viajó por todo el mundo buscando respuesta, hasta que le dijeron que esta virtud era la vergüenza. Regresó junto a la mujer que le hizo ver que, por vergüenza, no debía pedir su amor y quedaron como amigos.

CUENTO 51: El conde pregunta a Patronio si es más conveniente la humildad o la soberbia. Patronio le cuenta la historia de un rey tan soberbio que Dios le castigó haciéndole vivir como un mendigo mientras un ángel ocupaba su lugar. Cuando el rey se dio cuenta de sus pecados, Dios le devolvió su trono. El consejo es que sea humilde, ya que a Dios le gusta más que la soberbia.

Temas

Tema 2 la influencia de los demás

Tema 5 la inocencia de unos y la caradura de otros.

Tema 7 ilusiones y esperanzas sin fundamento.

Tema 10: Los temas principales son la avaricia y el engaño debido a ella. Debido a la avaricia del rey de conseguir todo el oro que quisiera y de su escasa inteligencia, es engañado por el pícaro.

Tema 11 promesas que no se cumplen.

Tema 15 el tema va sobre que no hay que hacer caso a las personas que solo quieren hacer el mal entre varias personas metiendo miedo con amenazas falsas.

Tema 18 trata sobre que lo que Dios hace, lo hace por algo.

Tema 20 va sobre un tema que siempre ha estado ahí, la avaricia, a este cuento se le puede aplicar ese dicho de “La avaricia rompe el saco”.

Tema 22 el tema es un problema muy típico, el no ahorrar. Este cuento intenta explicar que si no ahorras te quedas sin nada.

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Tema 23: El trabajo y la pereza son acciones opuestas. La pereza hace que no quieras trabajar si en ese momento no es necesario, aunque más tarde pueda serlo.

Tema 24 es sobre que se ha de juzgar a las personas por lo que son ellas mismas y no por sus rasgos, apariencias, o por la familia de donde vengan.

Tema 32 el engaño que se suele producir cuando alguien te confiesa algo y no quiere que se lo cuentes ni a tus más allegados.

Tema 34: El miedo y la confianza en los demás destacan en este cuento. A pesar del temor hacia algo que nos asusta, si alguien que apreciamos nos promete seguridad le seguiremos, sin recapacitar antes que es lo mejor.

Tema 35 hay que mostrarse tal y como uno es desde el principio, sino, ya nadie te creerá luego

Tema 36: El deseo de venganza y la impulsividad son los principales temas. Ante algo que nos enfada actuamos de manera precipitada sin pensar en las consecuencias y a veces sin saber toda la verdad.

Tema 46: La fama y el poder de los rumores es lo que más se trata en esta historia.Tema 47: El principal tema gira alrededor del dar y recibir. Mucha gente esperar recibir beneficios y ayuda cuando ellos no dan nada a cambio cuando es necesario.

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RESEÑA HISTÓRICA

El libro del Conde Lucanor, se desarrolla con un modelo social dominante propiamente fuedal. La obra es escrita en el siglo XIV, donde encontramos grandes diferencias sociales. Existían dos estamentos: uno era el estamento privilegiado y otro el estamento popular. En el estamento privilegiado se encontrarían el rey la nobleza y el clero y en el estamento popular estarían los artesanos, comerciantes y campesinos.

El personaje creado por don Juan Manuel, sería un miembro de la nobleza. En muchas ocasiones los señores feudales eran incluso más poderosos que el propio rey.

BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Don Juan Manuel nació en Escalona en 1282. Su padre, el infante don Manuel, era hijo de san Fernando y hermano por tanto, de Alfonso el sabio. Era señor de Pañafice. Huérfano de padre a los dos años, quedó don Juan Manuel al cuidado de su madre, Beatriz de Saboya, que murió seis años después. Don Juan Manuel recibió de sus padres extensa cultura- latín, derecho, historia, teología -,armonizaba con la práctica de los ejercicios caballerescos, como la equitación, la caza y la guerra. Heredó de su padre el cargo de Adelantado Mayor del reino de Murcia y muchos señoríos en tierras castellanas y valencianas. Se casó tres veces, por el deseo de aumentar su casa y su linaje: la primera con la infanta doña Isabel de Mallorca; la segunda con doña Constanza, hija de don Jaime II de Aragón, y la tercera con doña Blanca, hija del rico hombre don Juan Nuñez de Lara. Luchó de forma activa en batallas políticas de su tiempo, movido más por la ambición y por la codicia que por el celo del pro común. A los doce años, inicia en la vida pública al ser llamado por Sancho IV. Durante las luchas de la minoría de Fernando IV, don Juan Manuel comenzó apoyando al rey niño y a doña María de Molina, su madre; se pasó luego con otros principes y señores, al partido de don Alfonso de la Cerda, proclamado rey de Castilla con el apoyo del de Aragón, y, al ser estos derrotados, volvió a la obediencia de Fernando IV. Al morir Fernando IV, en 1311, don Juan Manuel reconoce como regente al infante don Pedro, tío carnal del nuevo rey; pero no habiéndole cumplido la promesa de hacerlo gobernar el reino de Toledo, además del de Murcia, se pasa al partido del infante don Juan. En Lorca obtiene una victoria señalada contra los moros que habían invadido el reino de Murcia.

Don Juan Manuel acordó, en 1320, con doña María de Molina y con el infante don Felipe, el reparto de la regencia, hasta que por fin llega Alfonso XI a ser mayor de edad. Para atraerse a don Juan Manuel le promete casarse con su hija Constanza, aunque al final acaba casándose con la infanta doña María de Portugal. Don Juan Manuel se desnaturaliza: ofrece sus servicios al rey de Granada y combate al de Castilla con tan poco éxito que al poco tiempo se somete de nuevo, a cambio de la devolución de lo que antes tenía. Alejado de la corte, realiza entonces una importante labor literaria. Alfonso XI se ofrece a concretar el matrimonio de doña Constanza con el primogénito del rey de Aragón, lo que tampoco llega a realizarse. Pero don Juan Manuel no se resignaba a que doña Constanza no sea reina y acaba casándola con el heredero de Portugal, con lo que la corona que su padre soñaba le resultó corona de espinas, ya que éste fue el don Pedro famoso por sus amores con doña Inés de Castro, a la que hizo coronar, al subir al torno ,después de muerta.

Alfonso XI le nombra miembro de su Consejo y dispone que sea su hijo don Fernando quien ejerza el cargo de Adelantado Mayor de Murcia. Manda don Juan Manuel la vanguardia cristiana en la batalla del Salado, sin pasarse a los moros, como por un momento teme el rey, y acompaña a éste al sitio de Algeciras. Muere en Córdoba en 1348. Fue enterrado en el convento de los dominicos de Peñafiel, que él había fundado. Sus restos se han perdido. Después de su muerte, otra hija suya, doña Joana Manuel, casada con don Enrique de Trastámara, reinó en Castilla, y andando los años un nieto suyo, llamado Juan en su honor, fue rey.

LOS CUENTOS

La primera parte de la obra del libro del conde Lucanor está dividida en cincuenta y un cuentos.

Cuento I

Un amigo del conde Lucanor pretende dejarle sus tierras por tener ciertos problemas. El conde Lucanor, duda si aceptarlas por lo que le pide consejo a su consejero Patronio este le cuenta lo que le pasó a un rey con un ministro suyo. Y es que había un ministro que era el preferido del rey y todos le envidiaban por ello por lo que le contaron al rey una mentira sobre el ministro. El rey decidió poner a prueba al ministro y este superó la prueba con ayuda del consejo de un sabio, por lo que el rey pudo confiar siempre en él. Moraleja: no esperes que un amigo por el bien del otro pierda lo que es suyo. Y que con ayuda de Dios y con un buen consejo el hombre sigue viviendo.

Cuento II

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Esta vez estaba el conde preocupado por ser o no criticado al actuar de una manera u otra. Al pedirle consejo a Patronio este le contó lo sucedido a un honrado labrador con su hijo. Y es que un labrador y su hijo se dirigían un día al pueblo con una bestia; al principio iban los dos andando, luego se subió el hijo, después se subió el padre y por último se subieron los dos encima de la bestia. Y de todas las formas anteriores fueron criticados por la gente que pasaba. Enseñanza: no se debe obrar de una forma distinta a la que pienses tú mismo que esté bien por miedo a ser criticado.

Cuento III

Esta vez el conde Lucanor estaba preocupado por el día que tuviera que comparecer ante Dios por lo que quería hacer penitencia de sus pecados. Al pedirle consejo a su consejero Patronio este le contó el salto que dio en el mar el rey Ricardo de Inglaterra peleando contra los moros. Y es que un ermitaño de vida muy santa tuvo la aparición de un ángel que le contó que iría a la gloria y que su compañero sería el rey Ricardo; al oír esto el ermitaño se enfadó pues el rey Ricardo había empobrecido a muchas gentes. Entonces el ángel le contó una batalla en la que jugó su vida por luchar contra los moros y el ermitaño quedó muy satisfecho de compartir paraíso con hombre tan bueno. Conclusión: quien sea un caballero debe lechar y no en cerrarse un monasterio a orar a Dios.

Cuento IV

El conde Lucanor quería aventurarse a montar una empresa de éxito dudoso. Al oír esto Patronio quiso contarle lo sucedido a un genovés con su alma. Y es que cuando un genovés estaba a punto de morirse colocó sobre una mesa todas sus pertenencias que eran bastantes y le dijo a su alma que le cambiaba todo eso por quedarse con él en lugar de irse con Dios. Conclusión: quien esté bien servido económicamente, que no se arriesgue.

Cuento V

Un amigo del conde Lucanor le había alabado mucho, proponiéndole después una cosa que al Conde parecía interesarle. Al pedirle consejo a Patronio, le contó lo sucedido a una zorra con un cuervo que tenía un trozo de queso en el pico. Resultó que un día un cuervo subido a un árbol vio pasar a una zorra, esta al verle le empezó a decir lo hermoso que era; para finalizar, la zorra le pidió al cuervo que cantara, este cantó y se le cayó el trozo de queso que cogió la zorra. Moraleja: el que te alaba lo que no tienes puede que te quite lo que tienes.

Cuento VI

Contáronle al conde Lucanor que unos vecinos más poderosos que él querían hacerle daño. Al pedirle consejo a Patronio, le contó lo sucedido a golondrina con los otros pájaros cuando sembró el hombre lino. Y es que viendo un día una golondrina que el hombre sembraba lino, avisó a los demás pájaros para que previnieran el peligro de que el hombre los cazara con redes de lino. Los pájaros no hicieron caso y fueron víctimas de las redes, mientras que la golondrina ganó poniéndose al servicio del hombre. Moraleja: para que no lleguen males mayores, debemos cortarlos desde un principio.

Cuento VII

Un hombre le aconsejó al conde Lucanor la posibilidad de hacer una cosa e incluso como hacerla. Y sería ventajosa para el Conde. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a una mujer llamada doña Truhana. Resultó, que doña Truhana llevaba sobre su cabeza una olla de miel. Iba pensando en el dinero que sacaría por la miel, que lo invertiría en otra cosa, que con las ganancias se compraría otra y así sucesivamente. De la alegría que le entró se le cayó el tarro de miel y se le rompió. Enseñanza: no se debe confiar en las cosas fantásticas sino en las reales.

Cuento VIII

Esta vez andaba el conde Lucanor necesitado de dinero y pretendía vender algunas fincas, aun así había gente que, sin necesitarlo, le pedía dinero. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un hombre al que tuvieron que limpiar el hígado. Y es estaba un hombre enfermo en una operación en la que le estaban quitando el hígado para limpiarlo y un hombre que estaba al lado pidió que le dieran un trozo para su gato.

Enseñanza: el no saber qué se debe dar daña a los hombres.

Cuento IX

El conde Lucanor estaba preocupado porque un enemigo de él de siempre pretendía unirse al Conde para luchar juntos con otro enemigo más poderoso. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a dos caballos con el león. Resultó que dos caballos se llevaban muy mal por lo que los pusieron de cara a un león a los dos caballos juntos; al verse solos ante el león, los dos se unieron y pudieron juntos vencer al león a base de coces. Moraleja: si estas protegido de otros daños, evita que te los causen extraños.

Cuento X

Esta vez estaba el conde Lucanor bajo de moral ya que estaba mal de dinero y no le importaría abandonar esta vida. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un hombre que por pobreza y falta de otra cosa comía

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altramuces. Resultó que un hombre iba comiendo altramuces y se iba lamentando porque no tenía nada más para comer. Cuando miró y vio que había un hombre que venía comiéndose las cáscaras que el tiraba sintió consuelo y así consiguió salir de la pobreza. Enseñanza: nunca te desmoralices por ser pobre ya que siempre va a haber otro que tenga menos que tú.

Cuento XI

El conde Lucanor estaba preocupado por un conocido al que había hecho algunos favores pero esa persona cuando el Conde necesitaba algo, él siempre ponía excusas para no ayudarle. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un deán de Santiago con don Illán, el mago de Toledo. Y es que don Illán enseña a un deán de Santiago el arte de la magia con la condición de que algún día le devolviera el favor. El deán fue teniendo oportunidades de devolverle el favor pero siempre decía que más tarde con algún pretexto inútil. Don Illán acaba harto de esperar, y un día que claramente debía de haberle devuelto el favor tampoco lo hace; por lo que don Illán muy enfadado se va. El “deán” pide perdón al mago, pero el mago ya supo que no era un hombre de palabra. Moraleja: la persona que no agradece, menos lo hará cuanto más importante se haga.

Cuento XII

Esta vez el conde Lucanor recibía consejo de algunos amigos que decían que en tiempo de guerra debía de estar en sus tierras más centradas y fuertes y no en las alejadas. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a la zorra y el gallo. Resultó que un gallo iba por el campo y al ver a una zorra se subió a un árbol que estaba un poco alejado. Al verlo la zorra le asustó y el gallo fue volando de árbol en árbol con la zorra debajo asustándole hasta que la zorra consiguió cogerlo y comérselo. Enseñanza: no te asustes sin razón y defiéndete.

Cuento XIII

Algunas personas que habían hecho daño al conde Lucanor decían luego estar arrepentidas y haberlo hecho obligados. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un hombre que cazaba perdices. Y es que estaba un hombre matando a las perdices de las redes y de repente, el viento le hizo llorar; una de ellas habló del buen corazón del hombre que lloraba por ellas. Pero otra que era más sabia dijo que no había peor persona que el que hace daño y simula sentirlo. Enseñanza: evita siempre al que al hacerte daño muestra pesar.

Cuento XIV

Amigos del conde Lucanor le aconsejaron que juntara mucho dinero. Al pedirle consejo a Patronio le contó el milagro que hizo santo Domingo cuando predicó en el entierro del comerciante. Resultó que un lombardo que junto mucho dinero murió sin limpiar antes su alma. El día del entierro predicó santo Domingo que dijo que donde está tu tesoro está tu corazón y le pidió a los que estaban allí que miraran donde estaba el corazón del lombardo y el corazón se halló en el arca de dinero en lugar de en su cuerpo. Conclusión: gana el tesoro verdadero y no el perecedero.

Cuento XV

Esta vez el conde Lucanor se hallaba preocupado por un antiguo enemigo con el que ahora había hecho las paces. Gente le había dicho que el otro quería entablar de nuevo, guerra con él. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a don Lorenzo Suárez en un sitio de Sevilla. Resultó que tres caballeros querían saber quién era el mejor Enfrentándose con los moros quedó vencedor don Lorenzo Suárez ya que esperó con calma e ser atacado. Conclusión: no ataques tú por miedo, pues siempre vence el que espera.

Cuento XVI

Cansado ya el conde Lucanor, quiere descansar libre de preocupaciones. Al pedirle consejo a Patronio le contó la respuesta que dio el conde Fernán González a Nuño Laínez, su pariente. Y es que Nuño Laínez le dijo al conde Fernán que después de todas las guerras podría descansar. Respondió Fernán que sino descansar moriría el hombre pero no su nombre. Moraleja: si por descanso pierdes la fama luego quedarás deshonrado al morir.

Cuento XVII

Esta vez preocupado estaba el conde Lucanor por un cumplido de un conocido pero que al conde le convenía mucho aceptar. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un hombre que tenía mucha hambre, a quien convidaron por cumplido a comer. Resultó que un hombre que tenía mucha hambre le invitó un amigo por cumplido; este le dijo que si insistía comería con él y al final el hombre calmó su hambre. Conclusión: No te hagas mucho de rogar si algo te puede beneficiar.

Cuento XVIII

El conde Lucanor temía por su salud, además había de llegar antes que un vecino suyo a una villa para poder quedársela. Al pedir consejo a Patronio le contó lo sucedido a don Pedro Meléndez de Valdés cuando se le rompió la pierna. Resultó que Pedro Meléndez fue calumniado; el rey creyó esas calumnias y mandó matarlo pero de camino a junto del rey, don Pedro se cae y se rompe una pierna. El rey supo luego que todo era mentira y benefició a don Pedro. Moraleja: no te quejes de lo que hace Dios que será por tu bien.

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Cuento XIX

El conde Lucanor estaba preocupado porque un pariente de un enemigo suyo se había unido a él. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a los cuervos con los búhos. Resultó que los cuervos y los sabios estaban en guerra. Un cuervo sabio llegó afligido a donde estaban los búhos diciendo que los demás le habían herido. Los búhos creyeron el engaño y los cuervos pudieron derrotarles. Enseñanza: el que solía ser tu enemigo no debes confiarle nada.

Cuento XX

Esta vez un hombre le ofreció al conde Lucanor mucho poder y riquezas a cambio de algún dinero. Al oír esto Patronio le contó le sucedido a un rey con un hombre que le dijo que sabía hacer oro. Y es que un pícaro le dijo a un rey que sabía hacer oro, se lo demostró y le dijo que eran necesarios todos los ingredientes. Al rey le faltaba el tabardíe y el pícaro afirmó poder conseguirlo pero que era muy caro y el rey le dio mucho dinero. El pícaro se fue con el dinero y el rey se sintió engañado. Conclusión: no te juegues nunca tus riquezas por consejo del pobre.

Cuento XXI

El conde Lucanor estaba preocupado por un niño al que había criado que llegaba a la mocedad, por lo que el Conde pensaba le engañaran como es típico. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un rey mozo con un gran filósofo al que su padre le había encomendado. Resultó que un mozo criado por un filósofo llegó a gobernar. Al hacerse rey hizo cosas que no le convenían. Pero el filósofo de una manera muy peculiar le hace ver al rey lo mal que estaba gobernando. Moraleja: no se debe reñir al mancebo, pero si persuadirle.

Cuento XXII

Un amigo del conde Lucanor parecía estar buscando la forma de romper con él. Y temía que los dos tuvieran recelo y acabaran por desavenirse. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido al león y al toro. Y es que el león y el toro se ayudan mucha para conseguir comida. Para frenar esto, los demás animales dijeron mentiras de los dos, esto los llevó a tener una guerra entre ellos y perder su amistad. Enseñanza: no pierdas a un amigo de provecho por lo que te diga el mentiroso.

Cuento XIII

Unos conocidos del conde Lucanor le habían aconsejado que se preocupara ya, solo de comer y gozar. Al oír esto Patronio le contó lo que hacen las hormigas para mantenerse. Resulta que las hormigas siempre cogen el grano en tiempo de siega y que, aunque tenga suficiente, siempre van a coger más comida. Conclusión: no comas de lo que has ganado y vive de modo honrado.

Cuento XXIV

El conde Lucanor quería saber cual de sus mancebos llegará a ser hombre de provecho. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un rey con sus tres hijos. Y es que un rey moro quiso probar a sus tres hijos para nombrar un sucesor. Los dos primeros fueron cómodos y no se fijaron un ningún detalle; peor el tercero fue al más astuto y franco por lo que fue nombrado sucesor. Moraleja: por sus dichos y hechos se conoce al mancebo.

Cuento XXV

Un vasallo había pedido consejo al conde Lucanor para casar a su hijo y había tres posibles mujeres. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido al conde de Provenza. Y es que el conde de Provenza cayó preso de Saladino y se convirtió en su consejero. El Conde debía casar a su hija y tenía varios pretendientes por lo que pidió consejo a Saladino, este le dijo que casara a su hijo con un hombre, lo hizo y le fue bien. Moraleja: la que se casa con un hombre aumentará sus riquezas.

Cuento XXVI

Estaba el conde muy preocupado por unos granujas que siempre contaban mentiras pero con color de verdad. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido al árbol de la mentira. Resultó que la Mentira y la Verdad plantaron un árbol. La Mentira engañó a la Verdad para que fuera a las raíces y la Mentira se quedó con las hojas y el tronco. La Verdad estaba siempre sola por lo que en día se comió las raíces fastidiando así a la Mentira. Moraleja: el que miente acaba siempre mal.

Cuento XXVII

Esta vez el conde Lucanor se preocupaba por sus dos hermanos, uno quería demasiado a su mujer y el otro no la quería nada. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido con sus mujeres a un emperador y a Alvar Fáñez Minaya. Resultó que un emperador quería separarse porque su mujer tenía muy mal genio, pero no pudo. Por no hacer caso a su marido murió por una hierba mala. Alvar Fáñez se casó con una mujer que la quería mucho. El sobrino de don Alvar no entendía que le diera tanta confianza, pero pusieron los dos a prueba a la mujer y se dieron cuenta del cariño que tenía la mujer por su marido. Moraleja: debe decir el hombre a la mujer como deben vivir.

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Cuento XXVIII

Un hombre le había pedido al conde Lucanor amparo, pero le habían dicho que ese hombre había hecho mal. Al oír esto Patronio le contó le sucedido a don Lorenzo Suárez Gallinato en Granada. Resultó que don Lorenzo vio en Granada como los moros ofendían a Dios por lo que luchó contra ellos. Ante el rey moro don Lorenzo no fue castigado porque demostró lealtad hacia sus creencias. Moraleja: las cosas que se hacen sin razón suelen ser buenas.

Cuento XXIX

Un pariente del conde Lucanor pensaba que debía aventurar lo suyo antes de que los poderosos le ataquen. Al oír esto Patronio le contó al Conde lo sucedido a una zorra que se hizo la muerta. Resultó que una zorra en un pueblo se hizo la muerta. La gente al verla la fueron trasquilando y le llegaron a quitar el corazón movidos por supersticiones falsas. Al final la zorra escapó pero estaba casi muerta. Moraleja: disimula todo lo que puedas, deja solo lo que debas forzosamente.

Cuento XXX

Esta vez el conde Lucanor estaba preocupado por un hombre que le pedía dinero, ya que a la siguiente vez si no le daba más, parecía como si olvidara lo dado anteriormente. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido al rey Abenabet de Sevilla con su mujer Romaiquia. Y es que el rey estaba casado con Romaiquia, pero ella era muy caprichosa. El rey le daba cualquier cosa que quería. Entonces un día ella le dijo al rey que no hacia nunca nada para agradarla y el rey le recordó una cosa que sí hizo por ella. Moraleja: el que no agradezca lo hecho, no sacrifiques tu provecho por él.

Cuento XXXI

Estaba el conde Lucanor preocupado porque pensaba hacer una cosa que le convenía mucho con un amigo, pero no se atrevía por no estar él. Al pedirle consejo a Patronio le contó la sentencia que dio un cardenal a los canónigos de París y a los franciscanos. Resultó que los canónigos decían tener que tocar antes las campanadas que nadie, pero los frailes decían tener que estudiar y perdían horas de trabajo. Un cardenal les dijo que quien despertara antes, tocaría antes. Moraleja: si algo que te conviene puedes hacer, no esperes y hazlo.

Cuento XXXII

Un hombre le había propuesto al conde Lucanor que decía convenirle mucho, pero le pide que no le diga nada a nadie. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un rey con los pícaros que hicieron la tela. Resultó que tres pícaros le dijeron al rey que sabían hacer una tela que solo la podían ver los que tuvieran sangre real. Cuando dijeron que la tela estaba terminada nadie, incluido el rey, era capaz de ver la tela. Por miedo a ser criticados por no ser de sangre real no dijeron que no la veían; pero al final se supo el engaño de los pícaros y es que en realidad no había ninguna tela. Moraleja: el que te aconseja que encubras algo a tus amigos es que quiere engañarte.

Cuento XXXIII

Esta vez el conde Lucanor había sido aconsejado por unos que le decían que después de una guerra debe descansar y por otros que decían que debía empezar otra. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un halcón del infante don Manuel con un águila y una garza. Y es que estaba don Manuel cazando y tiró a un halcón para que cazara a una garza. Al ver esto el águila fue contra el halcón, y el halcón, muy sabio se deshizo del águila antes de cazar a la garza. Conclusión: si Dios te da seguridad piensa en la muerte y la eternidad.

Cuento XXXIV

Un pariente del conde Lucanor le aconsejaba ir a un sitio al que el Conde temía ir; pero el pariente insistía. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un ciego que conducía a otro. Resultó un hombre ciego le propuso a otro, también ciego, ir a la ciudad. A pesar de tener el camino muchos barrancos y pozos, dijo el primer ciego saber muy bien como ir. Los dos ciegos se fueron y quedaron los dos muertos. Enseñanza: la mayor seguridad es huir del peligro aunque algún amigo te diga lo contrario.

Cuento XXXV

Uno de los deudos del conde Lucanor se iba a casar con una mujer muy rica pero le habían dicho que tenía muy mal carácter. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un mozo que se casó con una muchacha de muy mal genio. Resultó que un buen mozo se casó con una muchacha de muy mal genio, pero el mozo se hizo respetar por la mujer desde un primer momento y la vida les fue muy bien juntos. Moraleja: si no te muestras como eres desde el principio no lo podrás hacer nunca.

Cuento XXXVI

Estaba el conde Lucanor muy enfadado porque le habían ofendido y quería vengarse. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un mercader que halló a su mujer y a su hijo durmiendo juntos. Y es que un mercader llegó a su casa después de mucho tiempo y vio a su mujer con un mancebo al que llamaba marido y

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comía y dormía con él, pero en realidad era su hijo. El padre al ver eso quiso matarlos pero se acordó de un consejo que le dieron: “no hagas nada hasta saber toda la verdad”. Más tarde se enteró el padre que aquel era su hijo. Enseñanza: de la solución que tomes puede que te arrepientas cuando estés bien informado.

Cuento XXXVII

Estaba el conde Lucanor cansado a la vuelta de una guerra cuando se enteró del comienzo de otra. Unos le aconsejaron que descansara un poco y que luego ya vería. Al saber esto Patronio le contó la respuesta que dio el conde Fernán González a sus gentes después de vencer la batalla de Hacinas. Resultó que terminó el conde Fernán una batalla y le propusieron otra. Sus soldados decían estar cansados pero aún así el conde dijo que las nuevas heridas curarían las anteriores y ganaron también la segunda batalla. Moraleja: la honra y el descanso no pueden ir acompañados.

Cuento XXXVIII

Esta vez le habían dicho al conde que si se quedara en un sitio haría mucho dinero pero sabía que correría peligro su vida. Patronio le contó, entonces, lo sucedido a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogó en el río. Resultó que un hombre iba cruzando un río con una bolsa de piedras preciosas, tal fue su codicia de no soltar el saco que se ahogó. Moraleja: quien por codicia pone en peligro su vida puede que le sea en muchas ocasiones muy dura.

Cuento XXIX

Sin saber que hacer estaba el conde porque no había modo de evitar la guerra con uno de sus vecinos, pero el más cercano no era tan poderoso como el otro. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un hombre con las golondrinas y los gorriones. Y es que un hombre que decía no poder dormir por las golondrinas y los gorriones. Otro hombre le dijo que el sabía como deshacerse de ellos pero sería solo de unos, es decir, las golondrinas o los gorriones. El hombre decidió deshacerse de los gorriones aunque fueran menos escandalosos que las otras pero las golondrinas iban y venían y era más llevadero. Moraleja: ataca al más cercano y no al de mayor poder.

Cuento XL

Esta vez quería el conde ser bien recordado una vez muerto, por lo que quería hacer una gran obra. Al oír esto Patronio le contó por qué perdió su alma un senecal de Carcasona. Resultó que en senecal que iba morir dispuso lo que debía de hacer por su alma; pero aún así su alma estuvo en el infierno ya que no había actuado como buen cristiano disponiendo su alma solo en caso de morir y que la había donado para que quedara eterna fama de lo que había hecho. Moraleja: si quieres ganar eterna salvación haz bien mientras vivas con buena intención.

Cuento XLI

Estaba el conde preocupado por las burlas de algunos a sus innovaciones en la caza. Al saber esto Patronio le contó lo sucedido a un rey de Córdoba llamado Alhaquen. Y es que al rey Alhaquen en Córdoba se le ocurrió hacer un agujero más a un instrumento para que sonara mejor, esto fue motivo de burla para el pueblo, ya que los reyes debían hacer grandes obras. Al saber esto el rey hizo un añadido muy bonito a la mezquita de Córdoba y la terminó y desde entonces el rey fue muy bien recordado. Conclusión: haz cosa pequeñas, pero también algunas que cuya fama nunca mueran.

Cuento XLII

Había estado el conde hablando con algunos amigos sobre como podía hacer más daño un hombre. Al saber esto Patronio le contó lo sucedido a una falsa devota. Resultó que una devota quiso separar un feliz matrimonio diciendo mentiras de uno al otro y viceversa. El matrimonio iba cada vez pero hasta que por una confusión el hombre mata a su mujer. Al ver esto los familiares mataron también al marido. Moraleja: juzgar por las obras y no por la apariencia.

Cuento XLIII

Estaba preocupado el conde por sus dos vecinos. El primero, tenía motivos de agradecimiento pero también le había perjudicado y el otro no era muy amigo suyo y le había perjudicado también. Al saber esto Patronio le contó lo sucedido al Mal con el Bien y al cuerdo con el loco. Y es que el Bien y el Mal criaron ovejas, cerdos, nabos, coles. El Mal como era malo todo lo hacía en su provecho y al repartir era muy injusta, hasta que al repartirse una mujer el Mal necesitó del Bien. Por otra parte, el hombre cuerdo pegó al hombre loco ya harto de que le espantara a los clientes y el loco dijo que tuvieran cuidado que había otro loco. Moraleja: el Bien vence el Mal por medio del bien; aguantar al malo, ¿qué ventaja es?

Cuento XLIV

Esta vez estaba el conde preocupado por la traición de algunos de sus vasallos al pasarse en la guerra al bando de su enemigo. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a don Pedro Núñez el leal, a don Ruy Gómez Ceballos y a don Gutierre Ruiz de Blanquillo. Resultó que tres caballeros fueron a cuidar a su señor porque tenía lepra. Los caballeros fueron muy leales a su señor y no le abandonaron hasta morir. Al morir, volvieron a su ciudad,

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pero por el camino Pedro Núñez perdió un ojo. Cuando llegó a su casa, tuvo su recompensa por lo leal que había sido. Moraleja: el bien que hagas no será nunca perdido aunque algunos se porten mal contigo.

Cuento XLV

El conde temía pecar al hacer caso a un conocido que decía poder hacerle bien por medio de brujería. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido al que se hizo amigo y vasallo del demonio. Y es que un hombre que era pobre se hizo vasallo del demonio. Este le dijo que robara y que si algún día le cogían él iría a salvarle. Varias veces cogieron al hombre y el diablo le socorrió. Pero como el diablo siempre engaña un día acabó el hombre ahorcado por robar. Conclusión: el que no ponga su confianza en Dios tendrá muy mala suerte.

Cuento XLVI

Estaba el conde preocupado por tener siempre limpia su fama. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un filósofo que por casualidad entró en la calle donde vivían malas mujeres. Resultó que un filósofo entró por una enfermedad a una calle donde vivían malas mujeres. Al ver esto el pueblo pensó mal del sabio, pero él al enterarse escribió un libro en el que aclaraba el malentendido. Moraleja: haz siempre el bien y evita la ocasión de que duden de tu buena fama.

Cuento XLVII

Esta vez se preocupaba el conde por su hermano mayor; pues cada vez que el conde le pedía un favor él le decía que era pecado. El conde pensaba que le envidiaba ya que él era más rico que su hermano. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a un moro con una hermana suya que decía que era muy medroso. Resultó que un moro que trabajaba en el cementerio tenía una hermana muy miedosa. Un día que acompañó la mujer a su hermano al cementerio descoyuntó a un cadáver. Al día siguiente la hermana decía tener miedo; por lo que le dijo el hermano que cómo tenía miedo de eso y no de cortarle la cabeza a una muerta. Moraleja: si uno no quiere lo que te conviene por él, no expongas lo tuyo a perder.

Cuento XLVIII

Amigos del conde Lucanor le aseguraban no romper nunca su amistad aunque corriera peligro sus vidas y haciendas. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a uno que probaba a sus amigos. Y es que un hombre le aconsejó a su hijo que tuviera siempre muchos amigos; el hijo le hizo caso. Al cabo de un tiempo el padre le dijo a su hijo que probara a sus amigos diciendo que había matado a un hombre y le encubrieran. Ninguno de los “amigos” del mancebo quiso ayudarle, solo un amigo de su padre que llegó a arriesgar la vida de su hijo. Moraleja: el hombre no podrá encontrar nunca a un amigo como Dios, que lo quiso comprar con su sangre.

Cuento XLIX

Unos conocidos le habían aconsejado al conde que aumentara sus riquezas y poder ya que le convenía. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido al que dejaron en una isla al concluir su mandato. Resultó que en un país dejaban al señor que mandaba, cuando terminara, en una isla desierta sin nada. Un señor muy precavido hizo construir sin que lo supiera nadie y así cuando llegó su hora de irse a la isla, pudo vivir muy bien. Moraleja: por este mundo que se acaba no te arriesgues a perder el duradero.

Cuento L

Estaba el conde Lucanor preguntándose cuál era la mejor cualidad de un hombre. Al pedirle consejo a Patronio le contó lo sucedido a Saladino con la mujer de un vasallo suyo. Y es que Saladino se había enamorado de la mujer de un vasallo suyo, esta le dijo que haría lo que él quisiera si le decía cuál era la mayor virtud que un hombre podía tener. Después de mucho trabajo, esfuerzo y tiempo Saladino supo que la mayor virtud del hombre era la vergüenza y se dio cuenta de que él no la estaba teniendo al intentar que una mujer honrada traicionara a su marido. Enseñanza: la vergüenza es el origen del bien y por ella no hace el hombre lo que quiere.

Cuento LI

Esta vez estaba el conde confuso pensando en qué era más grato, la humildad o la soberbia. Al oír esto Patronio le contó lo sucedido a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio. Resultó que un rey muy soberbio recibió una lección de Dios a través de un ángel. El ángel adoptó la forma del rey y al verdadero rey nadie le hizo caso y todos le tomaron por loco. Pasado mucho tiempo, el verdadero rey se arrepintió de su soberbia por lo que Dios le perdonó y le devolvió su reino. Moraleja: a los humildes, Dios los cuida pero a los soberbios no.

ESTRUCTURA

Interna: Cada cuento del libro del conde Lucanor estaría divido en seis partes.

Primera, el conde le cuenta su problema a Patronio.

Segunda, Patronio dice conocer una historia con un problema semejante al que tiene el conde Lucanor.

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Tercera, el conde pide a Patronio que le cuente el problema.

Cuarta, Patronio desarrolla toda la historia que tiene semejanza con el problema del conde.

Quinto, el conde actúa según el consejo que le da su vasallo. El consejo suele ser bueno para él.

Sexto, se saca una moraleja o enseñanza escrita en verso.

Externa: el libro está escrito en prosa, se divide en cincuenta y un cuentos independientes. Cada cuento narra una historia diferente. Las moralejas o enseñanzas constan de dos o cuatro versos con rima consonante y suelen ser de arte mayor.

Expresa su idea a través de fábulas, como la de la zorra con el cuervo que tenía un trozo de queso; batallas, como el salto que dio en el mar el rey Ricardo de Inglaterra peleando contra los moros; alegorías, relatos fantásticos, parábolas e incluso utiliza cuentos satíricos.

TEMAS A TRATAR EN LA OBRA

En el libro del conde Lucanor se tratan diversos temas. El más destacado es, bajo mi punto de vista, el honor. El honor es para el conde Lucanor lo más importante y perderlo para él supone toda una odisea.

El carácter religioso de la obra se da a relucir en muchas ocasiones, puesto que, como el conde era un noble, participó en numerosas guerras por lo que manifiesta en algunas ocasiones ese miedo a llegada del día que tuviera que compadecer ante Dios. Un ejemplo bien claro de la influencia religiosa en la obra es el comienzo del prólogo: “ En el nombre de Dios. Amén.”

La obra tiene un carácter didáctico ya que pretende enseñar y moralizante y de esto avisa don Juan en el prólogo.

LOS PERSONAJES

Personajes principales y comunes en todos los cuentos:

Son los que aparecen en todos los cuentos. Y son:

El conde Lucanor: Personaje idealizado, preocupado por la opinión de la gente que le rodea. Tiene muy claros sus ideales: lealtad, honradez, humildad … Actúa siempre que puede de acuerdo con la moralidad cristiana. Aún siendo un noble, al parecer importante, el conde pasa también momentos económicos difíciles. Soñador, a veces demasiado crédulo.

Patronio: Es también un personaje idealizado. Gran sabio conocedor de las intenciones de la gente, mejor consejero del conde y en el que tiene plena confianza. Es realista y es capaz de “abrir los ojos” al conde Lucanor.

Decimos que estos dos personajes son idealizados porque no representan la realidad de la época. Lo normal no era que un importante señor pidiera consejo a un vasallo, sino que le obligara a pagarle muchos impuestos y a lo mejor llegara a maltratarle. Este hecho es el que denuncia don Juan Manuel; y se le considera algo importante ya que es algo basado en lo que llegaría más tarde.

Los antagonistas: Son los personajes que aconsejan mal al conde. Suelen ser personas malas que solo quieren confundirle. Algunos son vecinos, parientes o conocidos que suelen querer aprovecharse del conde.

Otros personajes secundarios e independientes:

Cuento I: un rey, un ministro, otros ministros suyos.

Cuento II: un honrado labrador, su hijo.

Cuento III: el rey Ricardo, el ermitaño, los moros.

Cuento IV: un genovés.

Cuento V: una zorra, un cuervo.

Cuento VI: una golondrina, otros pájaros, el hombre que sembró lino.

Cuento VII: doña Truhana.

Cuento VIII: un hombre al que le limpiaron el hígado.

Cuento IX: dos caballos, dos caballeros, un león.

Cuento X: un hombre pobre, otro hombre más pobre.

Cuento XI: un deán de Santiago, don Illán.

Cuento XII: la zorra, el gallo.

Cuento XIII: un hombre que cazaba perdices, las perdices, la perdiz sabia.

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Cuento XIV: santo Domingo, comerciante.

Cuento XV: don Lorenzo Suárez, don García Pérez, el rey don Fernando.

Cuento XVI: conde Fernán González, Nuño Laínez.

Cuento XVII: un hombre que tenía mucha hambre.

Cuento XVIII: don Pedro Meléndez de Valdés.

Cuento XIX: los cuervos, los búhos.

Cuento XX: un rey, un hombre que sabía hacer oro.

Cuento XXI: un rey, su padre, un gran filósofo.

Cuento XXII: el león, el toro.

Cuento XXIII: las hormigas.

Cuento XXIV: un rey, sus tres hijos.

Cuento XXV: el conde de Provenza, Saladino.

Cuento XXVI: la Mentira, la Verdad.

Cuento XXVII: un emperador, sus mujeres, Alvar Fáñez.

Cuento XXVIII: don Lorenzo Suárez, rey de Granada, los moros.

Cuento XXIX: una zorra, habitantes del pueblo.

Cuento XXX: rey Abenanet, su mujer Romaiquia.

Cuento XXXI: los canónigos, los franciscanos, un cardenal.

Cuento XXXII: un rey, unos pícaros.

Cuento XXXIII: infante don Manuel, su halcón, un águila, una garza.

Cuento XXXIV: dos ciegos.

Cuento XXXV: un mozo, una muchacha de muy mal carácter.

Cuento XXXVI: un mercader, su mujer, su hijo, un sabio.

Cuento XXXVII: el conde Fernán González, sus gentes.

Cuento XXXVIII: un hombre cargado de piedras preciosas.

Cuento XXXIX: un hombre, golondrinas, gorriones.

Cuento XL: un senescal de Carcasona, mujer endemoniada.

Cuento XLI: rey de Córdoba llamado Alhaquen.

Cuento XLII: una falsa devota, un matrimonio, el demonio.

Cuento XLIII: el Mal, el Bien, el cuerdo, el loco.

Cuento XLIV: don Pedro Nuñez el leal, don Ruy Gómez Ceballos, don Gutierre Ruiz de Blanquillo, el conde don Rodrigo el Franco.

Cuento XLV: el demonio, uno que se hizo vasallo suyo.

Cuento XLVI: un filósofo, malas mujeres, discípulos del filósofo.

Cuento XLVII: un moro, su hermana.

Cuento XLVIII: un hombre que probaba a sus amigos, su padre, los amigos del hijo, los amigos del padre.

Cuento XLIX: un rey al que dejaron desnudo.

Cuento L: Saladino, un vasallo suyo, su mujer, unos juglares.

Cuento LI: un rey cristiano, su mujer, sus caballeros, un ángel.

VALORACIÓN PERSONAL

La obra ha tenido cosas buenas y otras no tan buenas. Poniéndonos en la situación de don Juan Manuel, este libro supone todo un esfuerzo, ya que intenta cometer los mínimos errores gramaticales en una época en la que encontramos muy pocas reglas acordadas. La obra es bastante extensa para la época. Es sencilla y con exactitud en sus expresiones. A la hora de leerla se hace bastante amena, ya que, a pesar de tener todos sus

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cuentos una estructura muy rígida, trata diferentes temas importantes en un noble de la época como lo era el personaje del conde Lucanor. Refleja muy bien la mentalidad y la forma de vida de entonces.

Por otra parte he encontrado esta obra demasiado extremista en algunas ocasiones, como en el cuento XLIV en el que unos caballeros beben del agua de su amo con al que habían lavado su cuerpo que tenía lepra y una mujer se saca un ojo con una aguja por compasión a su marido. Estos casos y algunos más me han resultado muy absurdos. También quiero manifestar el machismo que se demuestra. Ya que se trata a la mujer como una “marioneta” que el hombre puede dominar cuando y como le plazca. Desgraciadamente esto no es una exageración sino lo ocurrido entonces.

Una característica en la obra destacable es la influencia que ejercía la Iglesia sobre la vida de las personas (teocentrismo), además el conde se preocupa en varias ocasiones del día que tenga que compadecer ante Dios.

Las moralejas que saca al final las encuentro, la mayoría, con bastante lógica.

El vocabulario que utiliza es bastante sencillo, sus cuentos tienen un hilo conductor que estructura el libro muy trabajado. Tiene un estilo elegante y personal pero escrito con sencillez y claridad. Es importante la sobriedad y exactitud de las expresiones. Los periodos sintácticos son largos con mucha coordinación.

Don Juan Manuel se esfuerza por darle más importancia al castellano que al latín por lo que evita el uso de latinismos.

Uno de los cuentos que más me ha gustado es el del sabio que comía altramuces y se quejaba por ello hasta que vio a otro detrás que comía las cáscaras que tiraba al suelo; este cuento ser ha hecho famoso por la décima de Calderón de la Barca en su obra La vida es sueño.

Esta obra supone el arranque de la prosa castellana.

ÍNDICE

Reseña histórica.

Biografía del autor.

Los cuentos.

Estructura: externa e interna.

Temas a tratar en la obra.

Los personajes.

Valoración personal.

26

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OTRO

Generalidades

En la obra se insertan unos cuentos de procedencia muy diferentes: árabes, de la tradición española, anécdotas de las Cruzadas, cuentos de la tradición clásica, de la eclesiástica, etc. En todos ellos la intencionalidad didáctica es evidente por que hasta tiene una moraleja. Don Juan Manuel pretende dar soluciones a los diversos a los diversos problemas que se le puedan dar a un hombre a lo largo de la vida.

Estructura

El conde Lucanor, también es llamado libro de Patronio. Esta dividido en varias partes bien diferenciadas. La primera la forma una colección de cincuenta y un cuentos que se unen entre sí a través de un leve hilo argumental. El conde Lucanor pide consejos sobre problemas concretos, suyos o consultados por otros a su ayo Patronio. Este entonces le narra un cuento en el que se contiene las claves de la cuestión consultada. Las cuatro partes del libro son mucho más breves y no son sentencias y aforismo, escritas con un lenguaje muy complicado.

Todas las narraciones de la primera parte tienen una misma estructura que podemos esquematizar en tres fases:

Introducción; El conde plantea a Patronio el problema que se le ha presentado (plano de la

realidad)

Núcleo: Patronio le cuenta el cuento que se asemeja a la situación presentada por el conde (plano de la ficción)

Aplicación: Patronio declara cual es la manera correcta de actuar (vuelve al plano de la realidad en donde el conde - y con el lector u oyente- se han quedado escuchando) y termina con dos versos, llamados moraleja en los que se resume la enseñanza.

Personajes

El conde Lucanor: es el que plantea el problema a Patronio y sigue sus consejos.

Patronio su consejero: es el que resuelve los problemas a su señor cada vez que se los plantea (casi siempre)

Introducción y biografía

Si se compara El conde Lucanor, obra del XIV, con el Mío Cid del siglo XII, se ve que la literatura castellana ha avanzado mucho en lo que se refiere a la captación de la realidad. En efecto, aunque el Mío Cid refleja con fidelidad la vida del guerrero, como apenas si tiene personajes que no lo sean, solo nos permite ver este trozo de realidad que puede percibirse desde el ángulo heroico, en el que el autor se pone, mientras que El conde Lucanor enciende la realidad española de la época en toda su riqueza y su complejidad, ya que sus paginas son un desfile de los personajes mas variados, además de los muchos animales que hablan en sus fábulas y de los personajes históricos, que son españoles menos Ricardo Corazón de León, el emperador Federico y Saladino, héroe de sus cuentos. Este realismo gótico, mucho mayor del que se acusa dentro del románico, se distingue, igual que en el realismo barroco, del cultivado en el XIX, en que apenas si da a lugar a la descripción de tipos y paisajes; son las almas, cuyo contenido se nos revela en los hechos y dichos, lo que atrae a tales escritores. Por eso uno de los cuentos más significativos es aquel en el don Illan, el mago de Toledo, ve el alma del deán de Santiago y de lo que puede esperarse de sus promesas, doble vista que don Juan Manuel trata de desarrollar en sus lectores

Don Juan Manuel, (1282-1348), escritor español, uno de los narradores más originales de la literatura medieval española.

Nació en Escalona (Toledo) en 1282. Era sobrino de Alfonso X el Sabio, a quien admiraba por todo lo que hizo “en acrecentar e alumbrar el saber”. Autor de Libro de las armas; Libro del cavallero et del escudero (de 1326, con influencia de las Partidas de

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Alfonso el Sabio y del Libro de la orden de caballería, de Ramón Llull); Libro de los estados, 1328-1330, útil por su descripción de la sociedad organizada en estados o estamentos y sobre los deberes de cada uno de ellos para lograr la salvación del alma. Su obra más conocida es El conde Lucanor (1335), que utiliza el esquema del marco narrativo para introducir 51 ejemplos, muchos de ellos de influencia oriental. El hilo narrativo global es mínimo y responde al siguiente esquema: el conde Lucanor plantea a su consejero Patronio un problema que tiene y éste le responde con un cuento o ejemplo en el que se da una situación parecida al conflicto del conde. El ejemplo XXXV ha influido en Shakespeare (La fierecilla domada); el III en Tirso de Molina (El condenado por desconfiado); y el XI (“De lo que contesció a un Deán de Sanctiago…”) en el episodio de la cueva de Montesinos del Quijote. De este mismo ha hecho Jorge Luis Borges una versión modernizada llamada “El brujo postergado”. Junto con Chaucer y Boccaccio, es uno de los grandes cuentistas del siglo XIV. Murió en 1348 en Peñafiel.

Resumen de los cuentos.

Cuento I

El conde Lucanor hablaba a solas con su consejero, Patronio y le dijo que un hombre rico y poderoso iba presumiendo, como alardeando de que era amigo suyo. Y que por el afecto que él le inspiraba le iba a vender unas tierras y a él le parecía una honra que se las vendiera y que aparte le convenía y por eso le interesaba la opinión de Patronio.

Entonces Patronio le contó una historia al Conde Lucanor de un caso muy parecido a un rey con un ministro.

La historia trataba de un rey que confiaba mucho de un ministro suyo. Entonces unos hombres que tenían mucha envidia, le decían cosas para perder la confianza que el tenia en su ministro. Todas aquellas cosas no le preocupaban al rey. Pero le dijeron que querían matarle para que él tuviera el poder, desde ese momento él empezó a sospechar en el ministro. Pero no le decía nada al ministro por que no sabia si era verdad. Entonces todas aquellas personas le dijeron una forma de cómo comprobar que sus sospechas eran ciertas.

El plan consistía en darle a conocer al ministro que ya no le interesaba estar en el cargo así todos los días para engañarlo entonces el ministro harto de que le dijera todas estas cosas le dijo al rey que no debe dejar el cargo por que de él dependen muchas personas y el rey le contesto que antes de partir había pensado en como dejar a su mujer y a su hijo con el poder para no tener que preocuparse y entonces le entregaba al ministro a su mujer y a su hijo. Por que en él había confiado mas que nadie.

Entonces el ministro se puso contento de que él podría gobernar a su antojo. Entonces de lo contó a un consejero para ver en que pensaba y le dijo que esto estaba pensado para ver si podían pillarlo y que esto estaba promovido por enemigos suyos.

Al día siguiente se levanto temprano para llamar al rey y le dijo que se iba con en para servirle. Entonces el rey al ver su lealtad y le contó que los otros ministros le habían calumniado. De este modo el ministro estuvo a punto de ser engañado por su ambición, pero suerte que tenia al sabio para advertirle

Patronio le explica que algo parecido le estaba pasando a él y entonces el rey siguió sus consejos.

Cuento II

Otra vez hablando el conde con su consejero, le dijo que estaba muy preocupado por una cosa que iba a hacer, por que si la hacia podía ser criticado y sino lo hacia también. Entonces Patronio le contó una historia de lo que le había pasado a un labrador con su hijo.

Resulta que había un labrador que tenia un hijo muy listo. Cada vez que su padre iba a hacer algo el hijo le señalaba las ventajas e inconvenientes. Entonces al padre no le gustaba lo que su hijo hacia por que no le dejaba hacer lo que él quería. De esta manera para recriminarle se fue un día con él a un mercado y llevaban una bestia sin carga y los dos a pies entonces saludaron a unas gentes y al terminar de saludarlos les dijeron que no eran muy sensatos por ir los dos a pies mientras que la bestia iba sin carga, y el labrador le pregunta a su hijo que le parecía esto y el hijo le contesto que tenían razón, entonces el labrador le dijo a su hijo que se montara en ella. Yendo por el camino vieron a otros hombres y dijeron que no actuaban bien, que debería de estar montado el padre en vez del hijo y su hijo le contesto que tenían razón. Al oír esto le dijo a su hijo que se bajara de ella que se iba a montar él. Al poco encontraron otros hombres y les dijeron que no lo hacían bien pues el mozo es joven y no esta acostumbrado a cansarse entonces el padre le pregunto al hijo que opinaba y dijo que ellos tenían razón y el padre le dijo que se subiera con él. Mas adelante se encontraron con otras personas y les dijeron que la bestia estaba muy flaca y que no deberían de montar en ella y el hijo que tenían razón. Entonces el padre le dijo que a toda la gente que han visto le había dado la razón y que pues que podían hacer que no pudiera ser criticado.

Entonces Patronio le dijo que debería hacer lo que le convenga ya que haga lo que iba a hacer iba a ser criticado.

Cuento III

Un da le dijo el conde Lucanor a Patronio que tenia que hacer para hacer penitencia de sus pecados. Patronio le dijo que si dejaba su cargo, le ocurrirían dos cosas: La primera que seria criticado por todo el mundo y la segunda que no soportaría la vida del monasterio. Entonces le dijo lo que le gustaría que supiera lo que Dios revelo a un ermitaño muy santo de lo que esperaba al mismo ermitaño y al rey de Inglaterra.

Había un ermitaño que era muy bueno entonces le prometio a él ir al paraíso. El se lo agradeció mucho y le pregunto quien seria su compañero en el paraíso y al cabo de insistirle mucho se lo contó y le dijo que seria el rey de Inglaterra. Al ermitaño le molesto

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mucho por que sabia que el rey no era muy buena persona. Al ver Dios su disgusto le dijo que todo lo que el rey de Inglaterra había hecho en una buena obra era todo lo que había hecho el toda la vida. El ermitaño se extraño tanto que le dijo a Dios como podía ser. Le dio que una vez se sacrifico por mucha gente para poder conquistar unas tierras que estaban repletas de moros. Cuando el ermitaño oyó esto se alegro mucho y comprendió a Dios. Entonces Patronio le dijo al conde que si quería desagraviar a Dios antes de nada tenia que solucionar todas las que había hecho en vida.

Cuento IV

Un día le dijo el Conde a Patronio que él estaba muy bien como esta ahora mismo y que le estaban aconsejando meterse en un negocio dudoso. Entonces patronio le contó una historia de lo que le dijo un genovés a su alma antes de morirse.

Había un genovés que tenia mucha riqueza y que cuando estaba a punto de morir de viejo le dijo a todos sus familiares que se reunieran con él. Cuando estaban con él empezó a hablar con su alma y empezó a decirle que tenia todo lo que pudiera que desear joyas, tapices, buenos amigos, mucha fama, y que no entendía por que se quería ir a un sitio al cual desconoce. Entonces le dijo Patronio que le estaba pasando algo parecido ya que esta bien como esta y no necesita meterse en ningún negocio para complicarse la vida.

Cuento V

Estando un día el conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo que un amigo suyo le empezó echarle piropos de que tenia mucho poder, al poco le propuso una cosa que para él le convenía.

Patronio se dio cuenta de que esa cosa tenia engaño entonces le contó la historia de lo que le paso a una zorra con un cuervo que tenia un pedazo de queso en el pico. El cuervo un día se encontró una vez un trozo de queso y se subió a un árbol, para tomárselo más tranquilo. Entonces la zorra al ver el pedazo de queso que se había encontrado empezó a pensar en el modo para quitárselo. Entonces empezó a decirle piropos de tal forma que ya le dijo que cantaba muy bien por lo que empezó a cantar y se le cayo el trozo de queso y la zorra se fue corriendo. Entonces Patronio le dijo que al conde Lucanor le estaba pasando lo mismo que le estaban echando piropos para sí engañarle y aprovecharse de él.

Cuento VI

Un día estando el conde Lucanor con Patronio le dijo que había vecinos más poderosos que él y que se estaban juntando contra él para hacerle daño, el no les creía, ni les tenia miedo por lo que quería el consejo de Patronio.

Patronio le contó lo que le paso a una golondrina con los otros pájaros cuando sembró el hombre lino.Le contó que la golondrina vio que un hombre sembraba lino y que eso era para hacer redes para coger pájaros. Entonces se lo dijo a los otros pájaros pero no le dieron importancia al asunto. Cuando ya era demasiado grande los pájaros no podían arrancarla y ya viendo lo que le amenazaba se culparon a sí mismas por no haberlo remediado antes. Entonces Patronio le dijo al conde que le estaba ocurriendo lo mismo que debería de remediarlo o estar prevenido cuanto antes para así no ocurrirle nada.

Cuento VII

Otra vez que hablo el conde Lucanor con Patronio, le dijo que un hombre le aconsejaba y le ha dicho como debería de hacerla, y que le aseguraba a Patronio que era ventajosa que se encadenaba de tal forma que sacaría muchos beneficios.

Entonces Patronio le contó lo que le ocurrió a una mujer llamada doña Truhana. Le contó que había una mujer que se llamaba doña truhana, más pobre que rica, que iba al mercado a venderla la olla que llevaba sobre su cabeza. Pensando por el camino que del dinero que sacara iba a comprar unos huevos, de los cuales nacerían gallinas, y luego de lo que sacara compraría ovejas de tal forma que seria inmensamente rica. Entonces de lo alegre que se puso se empezó a reír con lo que tropezó y se le cayo la olla de miel. Al verla rota empezó a lamentarse de todo lo bueno que le hubiera pasado si no se le hubiera caído. Entonces Patronio le dijo al conde que todo lo que pensara fuese realidad y no una fantasía inalcanzable ya que le podría pasar igual que a doña Truhana.

Cuento VIII

Una vez hablando el conde con Patronio le dijo que se hallaba en necesidad de dinero. Dice que debería vender una finca de las que le tiene mas cariño aun que seria tan penoso como la muerte. Y que solo vendiendo podría salir del bache de donde esta. Y aun encima viene su gente a pedirle dinero, y le pregunta a Patronio que como podría solucionar el problema que tiene.

Patronio le dijo que le iba a contar la historia de lo que le paso al hombre que estaba muy enfermo.

Dice que había un hombre muy enfermo al cual le dijeron los doctores que para solucionar su problema debería de abrirle por el costado y le sacarían el hígado para limpiárselo para quitarle las cosas que lo habían dañado. Mientras le estaban operando y tenía él medico el hígado en la mano le dijo un hombre que le diera un trozo para darle de comer al gato. Entonces Patronio le dijo que le debería darle el dinero a las personas necesitada y no a las personas que no lo necesitan.

Cuento IX

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Un día le dijo el conde Lucanor a Patronio que tenia a un enemigo con el que se llevaba muy mal con él, y además un enemigo más poderoso que ellos dos les estaban amenazando y que el otro le estaba diciendo que si quería aliarse con él para así poder contra el enemigo ya que separados no podía hacer nada. Pero el conde desconfiaba de su enemigo ya que le podía hacer otra jugarreta mientras él confiaba en él.

Patronio al oír esto le dijo lo que le ocurrió a dos caballos con el león.

El cuento contaba que había dos caballeros que vivían con el infante Enrique de Túnez. Estos dos caballeros eran muy amigos y ellos dos solo tenían un caballo cada uno. Los dos caballos se llevaban mal pero como ninguno de los dos caballeros se podía permitir el lujo de comprarse mas caballos, entonces les explicaron al rey de Túnez que les hiciera el favor de tirar los caballos a los leones. Al verse los dos caballos en el patio se atacaron muy fuerte y estando en la mitad de la pelea salió el león; al salir los dos caballos empezaron a temblar de miedo y se empezaron a juntarse del miedo que tenían. Al estar juntos se miraron por un momento y fueron los dos caballos a por el león y le empezaron a meter coces y bocados al león que el león se tuvo que meter del agujero de donde había salido. Desde ese momento los dos caballos se empezaron a llevar bien de la manera que fueron inseparables.

Entonces Patronio le dijo que de la misma manera que los caballos se aliaron y se hicieron amigos su enemigo abra olvidado todo el mal que le habíais hecho para así poder contra el enemigo.

Cuento X

Otro día hablando el conde con Patronio le dijo que Dios le había dado muchas mas cosa de las que merece por lo que esta satisfecho, pero que a veces estaba tan necesitado de vida que no le importaba deja la vida.

Patronio le contó lo que le paso a dos hombres que fueron muy ricos. Uno de estos hombres llegó a tal pobreza que no tenia ni para comer. Esforzándose para encontrar algo para echarse a la boca nada mas encontró que altramuces. Al recordar lo rico que había sido y pensar que ahora era pobre, que ahora comía algo tan amargo. Entonces empezó a echar las cascaras hacia atrás y e dio cuenta de que atrás había otra persona. Esa persona estaba comiéndose las cascaras y no era otro que la otra persona que era tan rica como él. Esa persona estaba muy alegre por haber encontrado las cascaras y poder echarse algo a la boca. Cuando esto lo oyó el otro se puso tan contento que se animo para salir de su situación. Algo así le estaba pasando al conde ya que todo no se podía tener en esta vida.

Cuento XI

Otro día, hablando el conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo que una persona fue a rogarle que le ayudara en un asunto en el que le necesita, prometiéndole que luego haría todo lo que quisiera. Pero a mitad de hacerlo lo que pidió que le ayudara y el se negó. Otra vez fue con otro asunto pero tampoco le hico caso.

Patronio entonces se dispuso a contarle lo que le paso a un deán de Santiago con don Illan, el mago de Toledo.

Había un deán en Santiago el cual quería saber nigromancia, y se entero de que en Toledo estaba Don Illan entonces se marcho para allá. Al llegar allí se lo encontró leyendo. Cuando le vio lo recibió muy bien y no le quiso decir el motivo de ir a su casa hasta que no comiera, entonces lo alojo en su casa, y le dijo que estaba muy contento de que estuviera con él. Después de comer le dijo el motivo de estar en su casa, y le dijo que le enseñara el arte de la magia, Don Illan le dijo que era un deán y que trabajaba en la iglesia y que podía subir mucho aun; y que los hombres que pueden subir mucho se olvida lo que sean hecho por ellos. Por lo que no quería ayudarle por si se olvidaba luego lo que prometio. Entonces el deán le juro que llegara a lo que llegara siempre haría lo que él le mandase. Los dos de acuerdo le dijo el maestro al alumno que aquella ciencia solo se podía aprender en un sitio muy recogido y esa le enseñaría donde tenia que estar hasta que la aprendiera. Entonces llamo al deán y subió por una escalera. Llegando al fondo de la escalera, llegaron a una sala amplia con muchos libros y antes de sentarse le enseño los primeros libros por los que empezarían. Antes de sentarse le dieron una carta al deán del arzobispo su tío diciéndole que estaba muy malo y que si quería aun verlo con vida se fuera para Santiago. Pero al deán que acababa de empezar el curso le envío otra carta a su tío respondiéndole. A los tres o cuatros dais le notificaron que su tío había muerto. Entonces se pusieron a elegir un sucesor, y a los dos o tres días fueron dos escuderos le besaron la mano y le dijeron que era el nuevo arzobispo. Entonces don Illan le dijo que le diera a su hijo el deanazgo vacante. Entonces le dijo que no se lo daría, y que se lo daría a un hermano suyo y que ya le daría otra cosa a su hijo.

Entonces se fueron para Santiago, a los pocos días de estar allí llegaron unos mensajeros del papa diciéndole que le habían hecho obispo de Tolosa, dejándole elegir el nuevo arzobispo entonces don Illan, le dijo que se lo diese a su hijo y él le dijo que no.

A los dos años de estar en Tolosa llegaron dos emisarios diciéndole que le habían hecho cardenal. Don Illan ya le dijo que le diera e puesto de Obispo a su hijo pero el cardenal le dijo que el obispado era para su tío.

Entonces Don Illan se fue a Roma con el cardenal entonces murió el Papa y le eligieron todos a él como su sucesor. Entonces Don Illan le dijo que no tenía pretexto ninguno si no le daba el puesto de cardenal. Pero ya no se lo podía dar ya que era un puesto muy alto.

Do Illan al ver el pago que le dio el Papa se volvió a donde vivió y le dijo a su sirvienta que preparase las dos perdices que tenia preparadas viendo el Papa que se había portado mal con el.

Entonces Patronio le dijo que dejara de ayudar a ese hombre por que le iba a pasar lo mismo a él.

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Cuento XII

Un día estando el conde con Patronio le dijo que le estaban aconsejando que cuando esta en guerra que se meta siempre en los lugares más fuertes y que nunca estuviera en lugares aportados ya que adentro es donde esta mejor cubierto.

Patronio entonces se puso a contarle el cuento de la zorra y el gallo.

Había un hombre que tenia una casa y que tenia muchas gallinas y gallos. Un día un gallo se separó bastante de la casa y le vio una zorra y se fue para él sin que le viera. Pero el gallo se dio cuenta de su presencia y se subió a un árbol que estaba un poco alejado de los demás. Cuando la zorra lo vio a salvo empezó a pensar en un plan para cogerlo. Entonces se dirigió hacia él y le invito a que bajara suelo a andar como antes pero el gallo no quería. Al ver la zorra que no le engañaba con sus halagos, comenzó a amenazarle, diciéndole quien se arrepentiría de no haberse fiado de él. El pollo que estaba a salvo no hacia caso de lo que le decía. Entonces al ver que no le engañaba, se dirigió hacia el árbol, y empezó a roerlo, el gallo se asusto por nada empezó a volar hacia otro árbol hasta que la zorra lo cogió y se lo comió. Entonces Patronio le dijo al conde que no debería de asustarse sin causa por que en cuanto vuestros enemigos vean que tenéis miedo le pasara igual que al gallo.

Cuento XIII

Hablaba otra vez el conde con Patronio y le dijo que había personas que se metían con él y con sus vasallos, y que cuando los ve le dicen que ha sido por necesidad y que quería saber que debía hacer la próxima vez que le pase.

Entonces Patronio se dispuso a contarle lo que le sucedió a un hombre que cazaba perdices.

Había un hombre que puso redes a las perdices, entonces cuando se iba a ellas para recogerlas le golpeaba el aire fuertemente a los ojos y le hacia llorar. Entonces una de las perdices pensaban que el hombre se compadecía de ellas por que las mata, y otra de las perdices que debía ser un poco más sabia que las demás dijo que simulaba el llanto.

Entonces Patronio le dijo al conde que se guardara de los que siempre les hacia daño y le pesaba pero si alguien le hacia daño involuntariamente y que esa persona le hubiera ayudado en otro momento que disimule siempre que ello no se repita tan a menudo.

Cuento XIV

Un día hablando el conde con Patronio, su consejero le dijo que había gente que le aconsejaba que reuniese la mayor cantidad de dinero posible y que eso le conviene mas que ninguna otra cosa y quería saber lo que opinaba Patronio. Entonces Patronio se dispuso a contarle el milagro que hizo Santo Domingo cuando predico en el entierro del comerciante.

Había en Bolonia un lombardo que junto mucho dinero por todos los medios, solo tratando de que fuera mucho. Y un día enfermo y un amigo que tenia que lo vio le aconsejó que le confesara Santo Domingo que estaba en la misma ciudad, y en efecto lo hicieron llamar pero no quiso ir por que su codicia le había llegado a eso pero si mando a otro fraile. Los hijos al enterarse de que había llamado a Santo Domingo se pusieron muy nerviosos ya que Santo Domingo a lo mejor le decía a su padre dar por su alma lo que había robado y se quedasen ellos sin nada. Por eso al llegar el fraile le dijeron que su padre sudaba y que no le convenía hablarle y al poco el padre murió, de manera que no pudo hacer nada para salvarse.

Cuando al otro día lo enterraron pidieron a Santo Domingo que predicara. Lo hizo pero al llegar hablar aquel hombre cito el texto evangélico que dice que donde este tu tesoro está tu corazón. Entonces Santo Domingo le dijo que miraran su corazón para que supieran que era verdad entonces al mirar vieron que el Santo tenia razón y que solo tenia un arca.

Entonces Patronio le aconsejo que no llegara a tal extremo.

Cuento XV

Otra vez que estaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo que tuvo a un rey muy poderoso por enemigo y que cuando ya había durado mucho la guerra vieron conveniente que deberían hacer las paces. Ahora siguen peleándose y siguen uno teniendo miedo del otro. Además le llega gente haciéndole entender que quieren la guerra.

Entonces Patronio se dispuso a contar lo que le paso a don Lorenzo Suarez en el sitio de Sevilla.

Cuando don Fernando tenia cercada Sevilla, los tres mejores caballeros querían saber cual de los tres era el mejor con lo que fueron hasta las mismas puertas de Sevilla. Al llegar los moros que estaban dentro se creían que eran emisarios por lo cual no les atacaron pero al ver que no venían a hablar los moros se sintieron burlados por lo que se abalanzaron sobre ellos y al abrirse las puertas salieron más mil quinientos jinetes y más de veinte mil infantes. Cuando los caballeros se vieron perseguidos volvieron las riendas y los esperaron. Al llegar los moros cerca de ellos uno de los caballeros se abalanzo sobre los moros y los otros se estuvieron quietos. Pero uno de los otros dos se dispuso a atacarles acercándose a ellos, y el otro se estuvo quieto.

Cuando los cristianos los vieron rodeados de moros fueron a socorrerlos. Aunque los otros tres pasaron momentos difíciles fueron heridos pero no muertos. Fue tan grande la batalla que hasta don Fernando acabo por ir Triunfantes los cristianos el rey los hizo venir a los tres, diciendo que merecen la muerte por hacer lo que habían hecho atacando a los moros sin orden ninguna. Pero como intercedieron en su favor los mas ilustres hombres, los mando soltar.

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Cuando el rey supo que lo habían hecho para saber cual de los tres era el mejor llamo a todos sus hombres y dijeron que cual de los tres era el mejor respondiéndoles cada uno una cosa diferente Pero al final se acordó que si hubieran matado a los moros ellos solos el mejor de los tres seria el primero ya que él fue a atacar el primero, después el segundo y después el tercero. Pero como no fue así el mejor de los tres seria el tercero por que fue el que menos nervioso se puso.

Entonces Patronio le dijo al conde que hiciera como el tercer caballero que fue el que más valor tuvo al no ponerse nervioso.

Cuento XVI

El conde Lucanor hablaba un día con Patronio y le dijo que ya no era joven y que le gustaría poder descansar de aquí en adelante, haciendo lo que se le antoje y sin preocupaciones. Pero quería saber la opinión de Patronio.

Patronio le contesto que tenia razón en lo que tenia pero que le iba a contar lo que le dijo una vez el conde Fernán González a Nuño Lainez.

Una vez que le dijo Nuño Lainez al conde que estaría bien que no se metiera mas en guerras y que descansara y a esto el conde le dijo que le gustaría mucho pero que no puede dejar el reinado así teniendo enemigos como moros, los leoneses y los navarros. Entonces tendrían mala fama y deberían trabajar para labrar su honra.

Entonces el conde se aplicó el cuento y le fue muy bien.

Cuento XVII

Hablando un día el conde con Patronio le dijo que llego un día a verle un señor y que le dijo que estaría dispuesto a hacer por el una cosa que le convenía un montón, pero se lo dijo de una forma que parecía que no quería hacerla por lo tanto no sabia que hacer ya que se lo pide como cumplido.

Entonces Patronio le contó al conde la historia de lo que le sucedió a un hombre que tenía hambre y le convidaron a comer.

Había un hombre que había sido rico y que por causas de la vida ahora era muy pobre. Entonces paso por delante de una casa de uno que conocía y le dijo que si quería comer. Este hombre, que tenia mucha hambre de no haber comido hace bastante tiempo le dijo que si pero no por necesidad suya si no por complacerle.

Entonces Patronio le dijo al conde Lucanor que esto es lo que debería hacer él.

Cuento XVIII

Hablando un día el conde con Patronio le dijo que tenia un pleito con un vecino suyo, que era muy poderoso, y que habían acordado que fuesen los a la villa y quien llegara primero se quedaría con ella; y que también tenia reunida a toda la gente y que estaba seguro por la misericordia de Dios que si pudiera ir seguramente ganaría la villa pero por no estar muy bien de salud no podía ir. Pero aunque la villa es importante mas importante es lo que gente diría de él.

Patronio entonces se dispuso a contarle lo que le sucedió a don Pedro Melendez de Valdés cuando se rompió la pierna.

Habia un hombre que se llamaba don Pedro Melengez que era leones que siempre que le pasaba algo malo decía que si a Dios que si esto le había pasado seria por su bien. Esta persona gozaba de mucha privanza con el rey de León. Otros consejeros, enemigos suyos, llenos de envidia le acusaron de tantos crímenes que el rey lo resolvió mandándolo a matar.

Llegando don Pedro a su casa le llego la notificación del rey diciéndole que fuese a hablar con él. Los que le habían de matar estaban a media legua de donde él vivía. Yendo a cabalgar para ir a ver al rey cayo por una escalera y se partió la pierna. Y entonces empezaron a echarle a la cara su confianza en Dios diciéndole que como dios hace lo mejor que tuviera su pago. Él les aseguraba que aunque las cosas para él salieran mal, al final Dios lo habría hecho para bien.

Cuando los que estaban esperando a don Pedro para matarle cuando vieron que no venia se lo dijeron al rey que no han podido cumplir su mandato.

Don Pedro estuvo mucho tiempo sin cabalgar y en este tiempo el rey se entero de que eran falsas sus acusaciones entonces ejecuto a quien lo habían juzgado mal.

Cuento XIX

Hablando un día el conde Lucanor con Patronio y le dijo que tenia un enemigo que tenia un pariente y que ese pariente se enfado con él y que le a pedido ayuda para vengarse de él y quería saber cual era su opinión.

Entonces Patronio le contó la historia de lo que le sucedió a los cuervos con los búhos.

Entre los búhos y los cuervos había guerra y entonces los cuervos eran atacados por los búhos por la noche por lo que los cuervos quería vengarse de ellos.

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El cuervo más sabio tuvo la idea de que le desplumaran y fuese para ellos para decirles que quería vengarse de ellos por haberle hecho eso y que además sé lo habían hecho por aconsejar que no atacaran a los búhos.

Entonces los búhos se lo creyeron y empezaron a confiar en él. Pero había un búho sabio entre ellos que había visto que el cuervo los estaba mintiendo el cual se separo de ellos y se fue a un sitio donde los cuervos no lo vieran.

Cuando al cuervo le crecieron las plumas le dijo a los búhos que como podía volar iba ir en busca de los cuervos y que luego volvería a decirles a donde estaban para matar a los cuervos. Al llegar el cuervo al lugar donde se encontraban los cuervos les dijo lo que hacían los búhos y mataron a tantos búhos que quedaron vencedores.

Entonces Patronio le dijo al conde que no se fiara del pariente de su enemigo por si le pasaba lo mismo que a los búhos.

Cuento XX

Un día que estaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo que un hombre fue a verle y le dijo que le podía proporcionar mucho poder y riquezas, pero que tenia que darle algo de dinero para empezar.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió a un rey con un hombre que le dijo que sabia hacer oro.

Había un pícaro que se entero que en un reino había un rey que no era muy listo estaba buscando en la alquimia el poder de hacer oro. Entonces redujo cien doblas a polvo y juntándolo con otras cosas hizo cien bolitas.

Entonces se dirigió a ese reinado y fue a un especiero y le pregunto para que servían esas bolas, y le contesto que servia entre otras cosas para hacer oro y al preguntarle que como se llamaba le dijo que se llamaba tabardíe.

El pícaro estuvo tiempo en la ciudad corriendo el rumor de que sabia hacer oro, hasta que un día el rey le llamó para que fuera a verle, el pícaro negó que pudiera hacerlo pero después de insistirle el rey dijo que si y le dijo que le trajeran lo que necesitaba para hacerlo entre esas cosas estaba el tabardie, sacando una dobla de oro. El rey vio que el hombre no le había engañado y cuando el hombre se fue se dispuso él a fabricarlo pero cuando se agotaron los tabardies ya no podía hacer el oro. Entonces hizo llamar al pícaro para que le dijera como conseguir los tabardies entonces el pícaro le pidió dinero para realizar el viaje en busca de los tabardies, cuando al pícaro le dio el dinero para ir a por él desapareció. La gente del pueblo hizo una lista de los más tontos, los más ricos, los más valientes y encabezaba la de los más tontos el rey. Este los hizo llamar y les dijo que por que lo había puesto en la lista de los tontos y a lo que estos le contestaron que haberle tanto dinero a quien no conocía.

Entonces Patronio le dijo que no le diera dinero a ese hombre para que no le pasase lo mismo al rey.

Cuento XXI

El otro día hablando el conde Lucanor con Patronio le dijo que tenia un pariente que se le murió y le dejo un hijo al cual él a criado y que le quiere como a un hijo y quería que llegase a buen camino y que nadie le confundiera a hacer lo contrario.

Entonces Patronio le contó la historia de lo que le paso a un rey mozo con un gran filosofo a quien su padre había encomendado.

Había un rey que tenia un hijo el cual lo estaba educando un filosofo, en quien confiaba mucho. Cuando el rey murió él filosofo adoctrino a su hijo hasta los quince años. Pero luego el chico entro en la mocedad y empezó a desdeñar los consejos del sabio y hacer caso a los consejos de otros chicos, que como no le quería no se preocupaban por su fama y salud.

Entonces todo el mundo lo criticaba por no cuidarse y por mal gastar los tesoros. Él filosofo al no poder controlarlo y conseguir que haga las cosas bien penso un plan en el cual empezó a decir todo el mundo que entendía el lenguaje de las aves, hasta que llegaron los rumores al rey. El rey le dijo que fuera y le pregunto si esto era verdad. Al principio él filosofo no quería contárselo para hacerse mas desear, pero al final lo contó.

Y quedaron en que al día siguiente. A la mañana siguiente madrugaron y fueron a un valle y vieron una corneja que graznaba, entonces él filosofo hacia como que entendía el lenguaje de las aves. Al poco otra corneja empezó a “ hablar ” con la otra, y cuando acabo él filosofo empezó a llorar. El rey preocupado le pregunto que por que lloraba y este le respondió que lloraba por que las dos cornejas habían acordado casar al hijo de una y a la hija de la otra y que como hacia tiempo que el casamiento estaba acordado, ya era hora de que se casasen.

La otra corneja le dijo que tenia razón, pero que como ella ahora era más rica, por que desde que reinaba el rey habían quedado abandonadas las casas y estaban llenas de culebras y demás víveres para ellas por lo que el casamiento ahora no era lo mismo que antes. Cuando la otra oyó esto se empezó a reír por que era una tontería aplazar por eso el casamiento por eso ya que si sigue viviendo el mismo rey seguirá pasando lo que esta pasando.

El rey al oír esto se dio cuenta de lo que estaba haciendo y enderezo su reino y salió hacia delante.

Entonces Patronio le dijo que tuviera cuidado con su chico y no le riñera ya que le podía suceder como al filosofo.

Cuento XXII

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Hablando otra vez el conde Lucanor con Patronio le dijo que tenia un amigo muy poderoso del que solo recibía favores. Y la gente le dice que quiere romper con el por eso anda por hay preocupado de que si se da cuenta de que sospecha de él se irán enfadando él con su amigo y al final se enfaden de verdad.

Entonces Patronio le contó al conde lo que le sucedió al león y al toro.

Resulta que el león y el toro eran muy buenos amigos y que entre los dos mandaban a todos los animales. El toro mandaba a los que comían hierba y el león a los que comían carne. Entonces los demás animales se dieron cuenta de su tiranía por lo que entendieron que si hacían que se enfadasen se acabaría lo que estaba ocurriendo.

Entonces le dijeron a la zorra y al carnero que haber si los podían enfadar.

La zorra que es el consejero del león le dijo al oso que le dijera al león que el toro le quería hacer mucho daño y que estuviera alerta. Lo mismo le dijo el carnero al caballo para que so lo dijera al toro.

Entonces los hicieron sospechar uno del otro y al final se enfadaron por lo que los dos quedaron de mala salud de forma que ya no mandaban a los demás animales sino al revés.

Entonces Patronio le dijo al conde que tuviera cuidado con las gentes que le dijeron eso a él por que podrían ser estos como los consejeros del toro y el león.

Cuento XXIII

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero y él dijo que mucha gente le aconsejaba que dejara de trabajar y que descansara ya que tiene las suficientes riquezas como para sufragar sus gastos hasta que muera y dejar herencia a sus hijos.

Patronio le dijo que no es malo descansar pero que le iba a contar lo que hacen las hormigas para mantenerse.

Las hormigas están todo el verano trabajando para recoger el suficiente grano para soportar el invierno y en invierno cuando hace buen tiempo aprovechan cualquier momento para recoger comida para por sí acaso se les acaba.

Entonces Patronio le dijo que si hace lo que le aconsejan no debería despilfarrar y estar pensando que si tiene lo suficiente para el día siguiente.

Cuento XXIV

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le dijo que en su casa vive muchos chicos y como podría el conocer a los llegarían a ser hombres de provecho.

Patronio le dijo que como esto era del futuro nadie lo sabia y que por lo tanto para que pudiera conocer el carácter de los chicos le iba a contar lo que le sucedió a un rey que quiso probar a sus tres hijos para ver cual de ellos debería sucerderle.

Había un rey moro que un día le preguntaron cuál de sus tres hijos lo iba a suceder el rey les pidió un mes para decírselo. A los nueve o diez días le dijo el padre al hijo mayor que al día siguiente quería salir con él a caballo muy temprano. Al día siguiente el infante fue a recoger a su padre pero no tan temprano como el rey le había dicho, su padre al verle le dijo que le trajese la ropa, que quería vestirse. El Infante al camarero que le trajera la ropa de su padre; y este le pregunto que ropa. El infante fue a buscar a su padre para saber que ropa quería y le dijo que quería la albuja. Se lo dijo al camarero y le dijo que más quería ponerse. Entonces tuvo que ir a buscarlo a sí sucesivamente. Cuando el rey estuvo ya vestido y calzado, mano al infante a que fuese a por su caballo y entonces le paso igual que con la ropa que tuvo que hacer un montón de viajes.

Antes de iniciar el camino le dijo que se fijara en todo lo que viera para contárselo. Cabalgando el infante yendo con una orquesta ya volvían al castillo y le pregunto al hijo que había visto y el infante le respondió que estaba bien pero que el ruido de los instrumentos era muy molesto.

A los pocos días invito a su hijo mediano y le paso a igual que al mayor.

No paso mucho tiempo cuando invito al hijo pequeño. El infante se levanto antes que el rey se despertara. Entonces le dijo el rey que fuese a por su ropa pero no hizo como sus hermanos le pregunto al principio lo que necesitaba y se lo trajo todo a la vez.

A la hora de cabalgar y escoger caballo también hizo todo a la vez. Entonces al preguntarle el rey por lo que había visto el infante le respondió que si no le molestaba que le diría la verdad. El rey le dijo que se le dijera lo que pensaba. Y le contesto que aunque le creía buen rey le dijo que se había convencido de que no lo es tanto. Al padre le gusto la franqueza con la que contesto el infante con lo que le eligio como sucesor.

Entonces Patrono le dijo al conde que se fijara en lo que había hecho el rey con sus hijos y que tomara ejemplo si él quería averiguar lo mismo.

Cuento XXV

Page 33: El Conde de Lucanor

Una vez hablando el conde Lucanor con Patrono su consejero le dijo que un vasallo suyo le dijo que se quería casar con una parienta suya y esperaba que le aconsejara en el asunto lo más conveniente. Y también le dijo quienes a su parienta pedían.

Entonces Patrono le contó lo que le paso al conde Provenza, que fue librado por el consejo que le dio Saladino.

Había en Provenza un conde que era muy bueno y quería hacer algo para salvar su alma y ganar la vida eterna, haciendo hazañas y que ilustraran su nombre. Para esto reunió a un buen ejercito bien armado y lo llevo a Tierra Santa. Y como Dios quería probar al conde permitió que cayera en las presas de Saladino, que reinaba por aquel entonces en esas tierras.

Saladino conociendo las cualidades del conde, lo trataba muy bien aunque lo tenia encarcelado. Saladino se dejaba aconsejar por el conde.

Cuando el conde salió de Provenza tenia una hija pequeña y tanto tiempo estar encarcelado, su hija llegó a la edad de contraer matrimonio le mandaron una carta, su madre y parientes, al conde con toda la gente quería casarse con ella. Un día llego Saladino donde estaba encarcelado y le dijo que quería que le ayudara en el elegir un pretendiente para su hija. Pero Saladino le dijo que no le podía ayudar por que no los conocía de nada. Entonces el conde mandó otra carta diciéndoles que le dijeran y le explicaran cuales eran algunos de ellos ya que no conocía a nadie.

Cuando el conde recibió la carta se la enseño a Saladino y todos eran muy buenos, menos algunos que eran borrachos, glotones, tartamudos, etc. Pero encontró a uno, hijo de un hombre rico no muy poderoso, y le dijo que se casara con ese.

Entonces el conde mando la carta diciendole a sus familiares a quien Saladino había aconsejado. Aunque se extrañaron de su decisión llamaron a ese hombre diciéndoles lo que quería el conde. Y este hombre no se lo creía, por que creía que era una broma y una deshonra. Pero al decirle que lo habían elegido a él por ser mas hombre que los reyes y señores más ricos. Entonces el muchacho se lo creyó y le dijo que si a la a la hija de la condesa pero le dijo que tenia que darle el gobierno y sus tierras. Entonces tomo una gran cantidad dinero y se armó en secreto y fijo el día de la boda.

Ya celebrada la boda, le dijo en secreto a la familia, que como el sultán lo había elegido por ser él mas hombre, dejaría hay a la doncella y se iba con su caballo a donde todo el mundo vería que realmente es un hombre. Se dirigió al reino de Armenia, ha vivir lo necesario para aprender la lengua y las costumbres del país. Mientras tanto se entero que al rey le gustaba la caza, entonces compro todo lo necesario para cazar y fue para él, dividiendo sus barcos mandando cada uno a un puerto y les dijo que no se movieran de allí hasta que se lo dijera. Cuando llegó él al sultán no le hicieron los homenajes que se le debían hacer. Le trajo muchas aves y buenos perros y Saladino cogió lo que le pareció, pero no quería ningún tipo de ataduras con él. Al día siguiente se fueron de caza, los halcones salieron tras las grullas, con lo que los dos se separaron mucho de las gentes que había por allí y llegaron a parar a una de sus galeras. Al llegar el yerno del conde llamo a los del barco. El sultán que no se dio cuenta de una se vio rodeado de gente de la galera. Al verle Saladino lo acuso por traición y lo metió en la galera y le dijo que era yerno del conde por lo que le exigía que sacase s su suegro de la cárcel por que quería demostrarle que no se había equivocado al elegir por marido de su hija. Por lo cual le dijo Saladino que lo iba a soltar y el yerno del conde se fío de él. Cuando vieron a todo el mundo no le contaron nada nadie de lo que había sucedido

Al llegar a la ciudad fueron a la casa donde estaba el conde encerrado y el yerno le dijo: que se alegraba mucho de haber acertado al elegir a su yerno, que le sacaba de la prisión.

Con lo que le regalo al yerno y al conde con muchos regalos para recompensarlos. Entonces Patrono le dijo al conde que se guiara por el cuento

Cuento XXVI

Un día le dijo el conde a Patronio que estaba muy disgustado y estaba a punto de pelarse con algunas personas que siempre que hablan mienten. Sus mentiras les son muy beneficiosas y le causan daño por que va la gente contra de él. Y que él estaba convencido de que si el también mintiera, sabría mentir también como ellos; pero no ha querido mentir por que sabe que la mentira es mala. Por lo que le pide consejo a Patrono.

Patronio entonces le cuenta lo que le sucedió al árbol de la mentira.

Cuando el árbol estaba plantado y empezó a brotar, la mentira le dijo a la verdad que se repartieran. Mentira le dijo a verdad que cogiera la parte de las raíces por que es la parte mejor del árbol y como verdad es tan inocente se lo creyó y eligió las raíces.

El árbol empezó a crecer y a echar grandes ramas y hojas hermosas. Cuando la gente vio que ese tenia buena sombra y bonitas hojas, todo comenzó a ir día sí y el otro también. La mentira halagaba a los que iban enseñaba el arte de mentir.

Sabia la mentira enseñar también que la mayoría de los hombres lograba lo que se proponía. Gozando la mentira la popularidad, la triste verdad estaba abajo y nadie se preocupaba por ir a buscarla, por lo que la verdad empezó a roer las raíces hasta que rompió que hizo volcar el árbol y arramblo con toda la gente que estaba con la mentira.

Patronio le dijo que tomara lección de este cuento ya que la mentira siempre se devela y sales perdiendo.

Cuento XXVII

Page 34: El Conde de Lucanor

Hablando un día el conde Lucanor con Patronio le dijo que tenia dos hermanos que estaban casados y que con sus mujeres tenían situaciones diferentes. Uno estaba que no dormía. , le consultaba todo y hacia lo que ella quería. Y el otro ni entra en su casa por no ver a su mujer. Entonces el conde le dijo que podía hacer para remediarlo.

Entonces Patrono se dispuso a contarle lo que le sucedió con sus mujeres a un emperador y a Alvar Fañez Minaya.

El emperador Federico se casó con una doncella de alto linaje, pero el no sabía que tenia un genio de aúpa. Por lo que cuando estaban ya casados la emperatriz hacia todo lo contrario que hacia el emperador.

El emperador la estuvo soportando hasta el punto que ya veía que no tenía remedio. Con lo que se fue a ver al Papa para pedirle que le diera el nulo en la boda con su mujer. Pero el Papa no se lo concedió.

Cuando el emperador volvió, se fue de caza y preparó dos ungüentos uno para el veneno de para los animales y otros para la piel para curarla. El emperador le dijo a su mujer que si se quiere dar con un poco del mejunje que había preparado para la piel que se diera, pero que con el otro ni se frotara por moriría. Con lo que el emperador se fue a cazar.

La emperatriz se creía que le estaba mintiendo, y creía que lo de los animales era para la piel con lo que se dio y murió.

A don Alvar Fañez le sucedía lo contrario. Se caso con la pequeña de las hermanas del conde don Pedro Ansúrez, ya que a las mayores al decirles los problemas que tenia (como hacerse las necesidades en la cama) ninguna quería casarse con él, solo quería la más pequeña.

Ya en su casa al ver que su mujer era tan inteligente y tan buena esposa que dijo que se le hiciera siempre lo que ella mandaba.

Al poco llegó un sobrino suyo, y a los pocos días de estar en la casa le dijo que tenia un defecto, dejarse influir mucho por su mujer a tal punto de haberle dado el gobierno.

Sin volver a su mujer se fue con su sobrino con el caballo y cuando vieron muchas vacas le dijo el tío al sobrino que si había visto tan hermosas yeguas en estas tierras. El sobrino le dijo al tío que estaba loco ya que eso eran vacas. Pero el tío seguía con sus trece y seguía diciendo que eran yeguas. Al llegar la tía del sobrino que le estaba persiguiendo se metió en la contienda y dijo que eso también le parecían vacas a ella. Tanto lo aseguró que hasta el sobrino empezó a dudar de su vista y también los presentes. Después al ver muchas yeguas, dijo el tío estas si que son vacas y no las de antes. Entonces su tía le dijo que su tío tenia razón, por lo que el sobrino se empezó a volver loco,

Cuando el sobrino vio que su tía siempre decía que su marido tenia razón. El tío al verle preocupado le dijo que esto lo había hecho para que viera que el se estaba equivocando ya que todo lo que el sobrino había visto era verdad, por lo que estaba probando a su mujer para que viera que como ella estaba persuadida de que no se podía equivocar nunca le iba a quitar la razón. Por lo que lo hace para todo el mundo vea que se cumple mi voluntad.

El sobrino vio que su tía era una mujer con gran inteligencia.

Entonces Patronio le dijo al conde que el problema no era de los hermanos sino de las mujeres.

Cuento XXVIII

El conde Lucanor hablaba un día con Patronio su consejero de que un hombre ha ido a pedirle amparo y aunque sabe que es buena persona, le han dicho que ha hecho un desaguisado. Por lo que quiere que le aconsejéis.

Entonces Patronio se dispuso a contarle lo que le paso a don Lorenzo Suárez Gallinato en Granada

Patrono empezó a contarle que don Lorenzo Suárez estaba al servicio del rey de Granada, y éste le preguntó si después de haber ofendido a Dios ayudando a los moros contra los cristianos esperaba que el Señor al morir tuviera compasión de él y le perdonara don Lorenzo le dijo que no esperaba misericordia de Dios ya que había matado a un sacerdote. Entonces el rey le pregunto que se lo explicara.

Él iba con el rey de Granada a caballo y oyó ruido y voces, y se acerco cabalgando a ver lo que pasaba. Entonces vio a un clérigo que había hecho un altar y estaba celebrando una misa pero en forma de mofa. Entonces don Lorenzo que a pesar de vivir con los moros era cristiano y creyendo verdaderamente que aquello era el cuerpo de Cristo, lleno en cólera contra el traidor por la ofensa que hacia a Dios y le corto la cabeza. Los moros se indignaron y unos con espadas y otro con piedras y palos se fueron hacia don Lorenzo para matarle, entonces el rey que estaba oyendo el ruido y pregunto que es lo que había sucedido. Los moros muy enfadados se lo dijeron, por lo que el rey también se enojó y pregunto a don Lorenzo por que había actuado sin orden suya. Este le replico que como el sabia era cristiano y a pesar de lo cual le había confiado la guarda de su persona por quererle muy leal y no dejaría por miedo a morir de cumplir su deber. Por lo que vio que se estaban metiendo con su Dios y entonces el rey se alegró por lo que hizo por lealtad a su Dios.

Entonces Patronio le dijo al conde que si él creía que él era una buena persona que no desconfiara de él.

Cuento XXIX

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El conde Lucanor le dijo a Patrono, su consejero que un pariente suyo que como no tiene poder no puede hacer nada contra las gentes, y siempre están buscando un pretexto para meterse con él.

Entonces Patrono le contó la historia de lo que le sucedió a una zorra que se tendió en la calle y se hizo la muerta.

Una zorra fue a un gallinero por la noche y a comer gallinas, y cuando se fue se encontró con que era de día y ya había gente levantada. Entonces se tiro al suelo y se hizo la muerta. Al ver todo el mundo que estaba muerta llegó uno y dijo que los pelos de la frente sirve para que a los niños pequeños no le echen mal de ojo y otro paso y dijo lo mismo pero se lo quito del lomo. Y así hasta que llego uno y dijo que el corazón era bueno para el corazón entonces como vio la zorra que le iban a sacar el corazón, y como no era como quitarle el pelo se esforzó al escapar y lo consiguió.

Entonces Patronio le dijo que su pariente siguiera el consejo.

Cuento XXX

Un día le dijo el conde Lucanor a Patronio que había un hombre que le estaba siempre pidiendo dinero, pero cuando le volvía a prestar era como si olvidara lo que le debía antes.

El rey Abenabet estaba casado con Romaiquia y la amaba mas que nadie pero el problema es que era muy caprichosa. Estando una vez en Córdoba, empezó a caer nieve. Cuando Roamiquía vio la nieve empezó a llorar. Entonces el rey le pregunto que por que lloraba y ella respondió por que como Córdoba es una tierra cálida, y que solo nieva de tarde en tarde, entonces el rey para agradarla mandó que plantaran almendros para que luego nevara con mas frecuencia.

Estando otra vez, en su habitación, que daba al río, vio a una mujer de pueblo haciendo adobes entonces se puso a llorar. El rey le pregunto que por que lloraba, y le contestó que lloraba por que no podía hacer lo que quisiera, como hacer lo que estaba haciendo esa mujer. Entonces el rey lleno el estanque de Córdoba con agua de rosas, y con demás cosas para que pudiera hacer adobes.

Otro día empezó a llorar y el rey le pregunto que por que lloraba, y le contesto que por que nunca hacia nada para tenerla contenta y el rey se quedo asombrado al decirle, eso después de haber hecho lo que había hecho.

Entonces Patrono le dijo al conde que siguiera la moraleja de cuento y hiciera lo que más le conviene.

Cuento XXXI

Otro día estaba el conde con Patronio, su consejero y le dio que un amigo suyo y él querían hacer una cosa que les convenía mucho a los dos; y él la podría hacer en este momento pero no se atreve por que no esta el otro.

Entonces Patronio le contó la sentencia que dio un cardenal a los canónigos de París y a los Franciscanos.

Eran unos Franciscanos y unos canónigos que se disputaban el tocar las horas. Entonces el papa encargó a un cardenal que se ocupara del caso y como ya estaba cansado de esta historia, dijo que quien se levantara antes tocara el primero.

Entonces Patrono le dijo que no perdiese el tiempo y que lo hiciera ya él.

Cuento XXXII

Una vez le dijo el conde a Patronio, su consejero, que un hombre fue a proponerle una cosa que le interesaba mucho, pero que no se lo diga a nadie por mucha confianza tenga con alguien, su vida y su dinero podrían estar en peligro.

Entonces Patrono le contó la historia de lo que le sucedió a un rey con los pícaros que hicieron la tela.

Había tres pícaros que hacían una tela con la cual solo podía ser vista por el que fuera hijo del padre que le atribuían, pero no podía verla quien no lo fuese. Entonces el rey se puso muy contento por que los moros solo pueden heredar si son hijos de sus padres, y si no se reflejasen la herencia seria para el rey. Entonces el rey les proporciono las cosas para hacer la tela.

Ellos se metieron en el taller y hacían como cosían, hasta que un día acabaron la tela y el rey mandó a un sirviente suyo, para ver si veía la tela, pero como el sirviente oyó el misterio de la tela dijo que la veía. Llegó otro y también dijo que la veía. Hasta que llegó el rey y al no ver la tela se asusto creyendo que sino veía la tela sabrían que no es el rey, por lo que dijo que también la veía y que era muy bonita.

Llegó un ministro y se acerco a ver la tela y al no ver nada, penso que si decía que no la veía seria una deshonra, por lo que afirmo que también la veía y empezó a alabar a la tela mas aun que el rey.

Page 36: El Conde de Lucanor

Llego el día de una fiesta y los pícaros hicieron un traje para el rey de esa tela, por lo que iba desnudo. Y al llegar a la fiesta todo el mundo se cayó para que no fuesen deshonrados al no ser hijos de su padre.

Hasta que llegó un negro y dijo que estaba desnudo, y fue entonces cuando todo el mundo le echo valentía y le dijo al rey que iba desnudo. Entonces el rey cayó en la trampa que los pícaros le habían hecho y al ir a por ellos se escaparon robándole.

Entonces Patronio le dijo al conde que ese hombre seguro que le quería engañar.

Cuento XXXIII

Estando el conde Lucanor con Patronio le dijo que le ha pasado muchas veces estar de guerra con otros y, cuando la guerra se había acabado, unos le decía que descansara y otros que empezara otra guerra con los moros.

Patrono le dijo que le iba a contar lo que le sucedió a un halcón sacre del infante don Manuel con una águila y una garza.

Don Manuel lanzó una garza a que fuera detrás de una garza pero cuando estaba apunto de cogerla le salió una águila y entonces empezó a huir. Así varias veces hasta que al final penso y voló mas alto que el águila y le ataco hasta estar a punto de cogerla por que otra vez le salió el águila, pero realizo la misma operación y le rompió un ala al águila y cazo la garza.

Entonces Patronio le dijo que cuando se recuperase que fuese a por los moros.

Cuento XXXIV

Hablando otra vez, el conde Lucanor con Patronio, su consejero y le dijo que un pariente suyo de quien se fía mucho, le aconseja mucho que vaya a un sitio a donde él le tiene miedo. Y su pariente le dice que antes de dejarle morir, moriría el antes.

Entonces Patronio le dijo que le iba a contar lo que le sucedió a un ciego que conducía a otro.

Había un hombre pobre, el cual perdió la vista y se juntó con otro quien le dijo que se fuera con él a otra ciudad que no estaba muy lejos de donde se encontraba, por que así podrían comer pidiendo limosna. Él le dijo que tenia miedo de ir, pero el otro le contesto que no tuviera miedo ya que él le acompañaba. Tantas veces se lo dijo que se lo creyó y cuando llegaron a un sitio muy difícil de pasar cayó el ciego que guiaba al otro y murió el y el otro.

Entonces Patronio le aconsejo que si temía con motivo que no fuera.

Cuento XXXV

Hablando el conde Lucanor con Patronio le dijo que uno de sus deudos le ha dicho que le estaban tratando de casar con una mujer my rica y más noble que él, y que el casamiento le convendría pero le han dicho que tiene muy mal carácter.

Entonces Patronio se dispuso a contarle lo que le sucedió a un mozo con una muchacha de muy mal carácter.

Había un chico que estaba con su padre con mucha pobreza sin poder echarse nada a la boca. Pero había una hija de un padre que era muy rico, pero esa chica era como el demonio encarnado por lo que nadie se quería casar con ella ya que tenia muy mal genio.

Entonces el chico le dijo a su padre que fuera habla con el padre de la chica para ver si podía casarse con ella. El padre se lo agradeció mucho y después de la boda se fueron a su casa, pero todo el mundo tenia miedo de que la chica maltratase al chico, por el mal genio que tiene.

Al estar dentro se sentaron en una mesa y el chico miro alrededor y vio a un perro, al que le dijo que le diera agua a las manos. Entonces al no hacerle caso el chico saco la espada y mato al perro y lo descuartizó.

Al poco vio a un gato e hizo lo mismo y también a un caballo.

Entonces se lo dijo a la mujer que le hizo caso. A lo que el muchacho respondió que menos mal que le a hecho caso ya que sino la hubiera matado.

Estando en la cama le dijo que al día siguiente quería un desayuno como él merecía y que no le despertase nadie.

Al día siguiente llegaron los familiares y al no oír ruidos se temían lo peor. Y abrió la puerta la mujer y le dijo que no hicieran ruidos ya que podrían morir.

Entonces la muchacha aprendió la lección y seria una buena chica.

Entonces Patronio le dijo que su pariente hiciera algo parecido y haría que su futura mujer cambiara.

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Cuento XXXVI

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo que estaba muy enfadado por que le habían ofendido, por lo que queria vengarse para que se acordase para toda su vida.

Patronio le contó lo que le sucedió a un mercader que fue una vez a un sabio a pedir un consejo.

En la ciudad había un sabio que no tenia forma de sustentarse por lo que se ganaba la vida dando consejos. El mercader fue a que le dijera un consejo, el sabio le dijo que a razón de lo que le pagara así seria el consejo. Primero le dio un maravedí pero el consejo fue una tontería y entonces le dio un doblón que el consejo consistía en que cuando estuviera muy enfadado no hiciera nada hasta que no supiera bien la verdad.

Entonces se fue el mercader de viaje y dejo a su mujer preña, y estuvo mucho tiempo fuera. Tanto tiempo estuvo fuera, que el hijo ya era muy mayor. La madre que no tenia otro hijo, creía que su marido había muerto, por lo que le decía a su hijo marido y se acostaba con él. Cuando vino de su marido cargado de riquezas, fue a ver a su mujer (por que el no sabia que tenía un hijo), lo vio con otro y encima le decía marido se empezó a mosquear. Pero se acordó del consejo que le dio sabio y se serenó. Per ya al ver que hasta se acostaba hasta con ella, su furia explotó, pero se acordó del consejo y escucho que llamaba a su hijo, hijo, y entonces le dijo que se había enterado de que había venido un barco y que luego se fuese a ver a su padre.

Al oír esto el mercader y recordar que dejo preñada a su mujer comprendió lo que había pasado.

Entonces Patronio le dijo que siguiera el consejo del sabio.

Cuento XXXVII

Una vez venia el conde cansado de la guerra, y antes de poder descansar le llegó la noticia de que comenzaba una nueva guerra. Todos le aconsejaron que descansara un poco y que después hiciera lo que quisiera. Entonces el conde le pidió consejo a Patronio que le dijo que lo mejor es que supiera lo que le paso a los vasallos de Fernán González.

Cuando el Conde Fernán González venció al rey Almanzor, la mayoría de lo supervivientes estaban malheridos; antes se entero que le estaban invadiendo las tropas del rey de Navarra y le dijo a sus chicos que fueran tras ellos. Pero ellos le contestaron que estaba cansados y malheridos, y los caballos también por lo que mejor seria esperar. Pero el rey le dijo que por las heridas no lo dejasen, que las nuevas heridas que ahora les darían no harían olvidar las que recibieron en la otra batalla.

Los suyos que por defender su honra ya no les dolían las heridas fueron tras ellos y los mataron y el conde Fernán González se cubrió de gloria.

Patronio le dijo que hiciera como el otro conde y le fue bien.

Cuento XXXVIII

Un día le dijo el conde Lucanor a Patronio su consejero, que quería irse a un sitio donde ganaría mucho dinero, pero tenia miedo por que su vida correría peligro.

Patronio entonces le contó la historia de lo que le sucedió a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogo en un río.

Había un hombre que estaba cargado de piedra preciosas y tenia que pasar un río, pero por su agonía no quiso soltar las riquezas y por lo menos pasar con vida el río; entonces se ahogó al hundirse por el peso.

Patronio le dijo que no hiciera como ese hombre y que salvara su vida, si veía que estaba en peligro.

Cuento XXXIX

Hablaba una vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo que no encontraba el modo de evitar la guerra con uno de los vecinos que tenia. Le sucedía que él más cercano era menos poderoso que el segundo.

Entonces Patronio le dijo que le iba a contar lo que le sucedió a un hombre con las golondrinas y los gorriones.

Había un hombre al cual le molestaba mucho el ruido de los pájaros, que no le dejaban dormir, por lo que le rogó a un amigo suyo que debería hacer para librarse de los gorriones y las golondrinas.

El amigo le dijo que de los dos no podía librarle, pero que el sabia un encantamiento del que se libraría de uno de los dos. El otro le contesto que aunque la golondrina grita mas, es más tolerable que el gorrión que siempre esta en casa.

Entonces Patronio le dijo que tomara el ejemplo.

Cuento XL

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Un día le dijo el conde Lucanor a Patronio que sabia que la muerte era inevitable, y quería hacer una obra por la cual quedaría descargado de sus pecados.

Entonces Patronio le contó como perdió su alma un senescal de Carcasona.

Había un senescal de Carcasona que cuando estuvo a punto de morir, llamo al prior de los dominicos y al guardián de los Franciscanos y le dijo lo que deberían de hacer por su alma y que lo hicieran ellos.

Y ellos hicieron lo que les mando. A los pocos días había una mujer endemoniada, hablaba por su boca el demonio. Ellos cuando se dieron cuenta, fueron a verla para preguntar sí sabia algo del alma del senescal. Al llegar la mujer les dijo que sabia a lo que venían y que el senescal había parado al infierno. Ellos preguntaron que por que si se había confesado y había echo todo lo que tenia que hacer. La mujer les contestó que no habría obrado como buen cristiano. Ya que fue generoso cuando se iba a morir, por que las riquezas ya no le servían y así todas las cosas.

Entonces Patronio le dijo que hiciese lo que quiera hacer para quedarse limpio, antes de morir y no al limite de la vida.

Cuento XLI

Hablaba el conde Lucanor con su consejero Patronio, que había hecho algunas innovaciones en el arte de cazar. Y ahora los que quieren meterse con el se burlan por eso, y alaban a otras personas por sus hazañas, y a él también por haber hecho eso, pero en forma de burla.

Entonces Patronio se dispuso a contar lo que le paso al rey de Córdoba llamado Alhaquen.

Era un rey que un día enfrente de él, se pusieron a tocar un instrumento, pero el se dio cuenta de que el sonido no era muy bueno por lo que le añadió otro agujero debajo de todos para que sonara mejor.

Entonces todos los demás reyes empezaron a meterse con él y a elogiarlo en forma de mofa llamándole el añadidor. Cuando se enteró para que dejaran de meterse con el termino la mezquita de Córdoba y entonces hizo que se callaran ellos.

Entonces Patronio le dijo que hiciera algo parecido a lo que hizo el rey Alhaquen.

Cuento XLII

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo que hablando él con muchas personas no llegaron de acuerdo a lo que podría hacer un hombre malo para hacer daño a los demás.

Patronio entonces le contó lo que le sucedió a una falsa devota.

En un pueblo había un matrimonio que se llevaban muy bien. Como esto al demonio no le gustaba empezó a meter cizaña pero no podía desavenirlos.

Un día se encontró con una falsa devota y al verlo triste le preguntó que le pasaba. El demonio se lo contó con lo que la devota le ayudo ganándose la confianza de los dos.

Entonces empezó a meter cizaña hasta tal punto que hizo que se mataran entre ellos, pero los familiares al enterarse de que había sido ella la condenaron a la muerte.

Dijo que lo peor que podía hacer un hombre es mentir.

Cuento XLIII

Hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo que tenia dos vecino; uno a quien le tenia mucho afecto y le perjudicaba; y otro con el que no tenia amistad pero también le perjudicaba.

Entonces Patrono le contó lo que le sucedió al mal con el bien y al cuerdo con el loco.

El mal convivia junto al bien y el mal siempre engañaba al bien. Hasta que un día el mal le tuvo que pedir una cosa al bien y el bien solo se la daba su ayuda si reconocía diciendo por la calle que el únicamente se le puede ganar al mal haciendo el bien.

Lo que le pasaba al cuerdo con el loco era totalmente diferente a lo anterior.

El cuerdo tenia un negocio de baños y un día se fue el loco a bañarse y empezó a dar golpes a todo el mundo que estaba allí con lo que el cuerdo perdió dinero. Entonces el cuerdo penso ir un día a bañarse y cuando apareciera le daría al loco, lo hizo y al darle el loco salió corriendo y al toparse con un hombre le dijo que tuviera cuidado que hay dentro había un hombre que estaba loco.

Entonces Patronio le dijo que ayudara a los dos que no es bueno hacer lo que están haciendo.

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Cuento XLIV

Hablando el conde Lucanor con Patronio le dijo que en guerra uno hombres de los cuales había criado en su casa se pasaron al otro bando.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió a don Pedro Nuñez el leal, a Don Ruy Gomez Ceballos y a Don Gutierre Ruiz de Blanquillo, con el conde don Rodrigo el Franco.

El conde don Rodrigo el Franco se casó con una mujer y esta levantó un falso testimonio. Entonces le dijo a Dios que hiciera un milagro, de este modo que, si era culpable, lo dejara patentado. Al poco su marido contrajo la lepra. Ella entonces le abandonó y después al poco se caso con el rey de Navarra.

El conde vio que no se pudo curar, y dijo que se iría a pasar sus últimos días a Tierra Santa. Solo fueron con él los tres caballeros de antes. Estuvieron allí tanto tiempo que no tenían ni comida para comer y tuvieron que ponerse a trabajar como jornaleros.

Sucedió que una noche estaban lavando al conde las llagas de los pies y piernas, y empezaron a escupir. El conde creyéndose que lo hacían por que le tenían asco empezó a llorar. Sus caballeros para que viera que no le tenían asco empezaron a beber de la jofaina donde tenia el pus y la costra de las heridas una buena cantidad. Luego murió, le quitaron la carne y se llevaron los huesos con ellos para volver donde vivían. Como no tenia dinero fueron pidiendo limosna llegaron a un pueblo donde quería quemar a una mujer por diversas causas y hasta que alguien la defendiera.

Entonces don Pedro Nuñez se dispuso a defenderla por que le dijo esa mujer que era inocente. Y entonces combatiendo su vida le quitaron un ojo y le dieron dinero para llegar a sus casas sin problemas.

Cuando llegaron a donde vivían lo enterraron al conde en Osma, Y después se fueron a sus casas.

El día en que llego Ruy González a su casa cuando le vio la mujer aparecer dijo que menos mal que había venido por que había estado mucho tiempo sin tomar carne. Él le pregunto que por que y ella respondió que le dijo que estuviera hasta que volviera a pan y agua.

Cuando don Pedro Nuñez volvió a su casa, y al estar solo con su mujer y parientes se empezaron a reír y el se puso muy triste. Le dijo a su mujer que cree que se están riendo de él por que esta tuerto. Entonces su mujer se clavó una aguja en el ojo y se lo quebró. Así Dios premio a estos caballeros por el bien que hicieron.

Entonces Patronio le dijo al conde que no dejara de hacer el bien aunque le hagan el mal.

Cuento XLV

Una vez Hablaba el conde Lucanor con su consejero y le dijo que un hombre le decía que sabia por medio de brujerías, el futuro y que si quisiera podría aprovecharse de su ciencia.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió al que se hizo amigo y vasallo del demonio.

Había un hombre que había sido rico y por circunstancias de la vida era ahora muy pobre y en estas se encontró al demonio que le dijo que si se aliara con él saldría de la riqueza, pero tendría que robar y que cada vez que lo cogieran dijera “¡socorredme don Martín!”. Entonces se puso a robar y se iba haciendo cada vez más rico y le iban pillando y llamaba al demonio con esa frase. Y no se cansaba de robar, lo pillaban otra vez, lo salvaba. Hasta que una vez cuando estaban a punto de ahorcarlo no encontraban la soga, llamo al demonio y le dijo que le salvara entonces el demonio le dio una bolsa para que se la dará al juez creyéndose que era dinero. Pero en vez de ser esto era una soga con lo que el demonio traicionó a su vasallo y murió. Entonces Patronio le dijo que esto le podría pasar a él también.

Cuento XLVI

Un día hablando el conde Lucanor con Patronio le dijo que una de las cosas que uno debe de esforzarse por adquirir es la buena fama y entonces quería saber lo que pensaba Patronio.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió a un filosofo que por casualidad entro en una calle donde vivían malas mujeres.

Era un filosofo que estaba mal del estomago y cuando le diera ganas de hacer de vientre tenia que hacerlo si no seria perjudicial para su salud.

Entonces un día que iba por la calle le entraron ganas y para evacuar se metió en una calle que él conocía y que era de prostitutas. Entonces todo el mundo pensó mal,

Cuando llegó él filosofo a su casa, le dijeron sus discípulos que había desprestigiado a él y a ellos por haber hecho lo que había hecho.

Entonces le dijo Patronio que siempre tenia que hacer las cosas para tener una buena fama.

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Cuento XLVII

Un día Hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo que tenia un hermano mayo, y que cada vez que necesita él necesita ayuda de su hermano él reprocha que se la haya pedido y cuando es al revés quiere que le ayude. Y él cree que es por que le tenía envidia. Entonces le pidió consejo a Patronio.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió a un moro con una hermana suya que era muy medrosa.

Era una chica que era muy miedosa hasta el punto de que el goteo del agua le daba miedo. Tenia un hermano moro, al igual que ella, que como era muy pobre se dedicaba a robar a los muertos enterrados para quitarle las cosas de valor.

Un día su hermana le dijo que se quería ir con él, a quitarle las pertenencias de un muerto que era muy rico. Cuando llegaron a quitarle las telas tan caras con las que estaba recubierto, solo podían quitárselas de dos formas o quitándole la cabeza o rompiendo las ropas con lo que perdería todo su valor. Ella no dudó en contarle el pescuezo y irse después.

Al día siguiente le paso lo mismo que cuando goteó el agua a la hermana le daba miedo. Entonces al hermano le sorprendió esto ya que no dudo al quitarle la cabeza al muerto, y por un simple goteo se asustaba.

Entonces Patronio le dijo que hiciera todo lo que le convergiera siempre que pudiese ayudando a su hermano ayudando a su hermano.

Cuento XLVIII

Un día hablando el conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo que tenia unos amigos que le decía que darían todo por él y que no sabia como poder probarlos para saber si era verdad.

Entonces Patronio le contó lo que le sucedió a uno que probaba a sus amigos.

Había un chico, que tenia un padre que le decía que se esforzara por tener buenos amigos. Entonces el hijo empezó a obsequiar a sus amigos para ganarse la confianza, con lo que los amigos le decían que darían por él la vida y hasta su hacienda. Entonces el padre le pregunto que tal con sus amigos y le dijo que ya tenia por lo menos diez amigos, y que todos darían por él su vida y su hacienda.

Entonces el padre le dijo que probara a sus amigos matando a un cerdo y llevándolo en un saco y que fuera a cada de sus amigos y les dijera que llevaba un cadáver y que se le podía ayudar con el asunto de él muerto que llevaba en el saco.

Esto hizo y ninguno quiso ayudarle porque no quería arriesgar ni su vida ni su hacienda. Entonces volvió y se lo dijo a su padre, y le dijo que el solo tenia amigo y medio, y que le fuera a preguntar para ver si le querían ayudar. Entonces su hijo fue primero a preguntar al que para su padre lo tenía como medio amigo y este le dijo que con el no tenia mucha amistad pero que como a su padre lo conocía lo iba a encubrir. Entonces cogió el saco y lo enterró en el huerto.

Volvió el muchacho y le dijo lo que había pasado y su padre le dijo que al día siguiente cuando estuviera hablando con el que le diera un puñetazo. Hizo esto y su medio amigo le dijo que ni por esto le iba a decir a las autoridades que había enterrado ese cadáver y que él era el asesino.

Cuando el hijo le dijo esto al padre, este le dijo que se lo dijera a su otro amigo. Entonces este le dijo que no se lo diría a nadie y que le guardaría el secreto. Entonces sucedió que al poco tiempo que murió un hombre y no encontraban el cadáver, y como vieron al chico con el saco, pensaron que seria él. Entonces el chico fue juzgado y condenado a muerte. El amigo de su padre al ver que no podía hacer nada, le dijo a las autoridades que era un hijo único que él tenía. Por lo que su hijo fue ejecutado, y el chico se salvo.

Entonces le dijo Patronio al conde que esto era un ejemplo de cómo probar a sus amigos.

Cuento XLIX

Hablando el conde Lucanor con Patronio, le dijo que como es tan rico y tan poderoso, y como lo que más le conviene es ser cada vez más rico y más poderoso, quería saber lo que pensaba Patronio de esto.

Entonces Patrono le contó lo que le sucedió al que dejaron desnudo en una isla desierta.

Era un país que tenia la costumbre de cada año cambiar de rey y dejarlo desnudo en una isla desierta. Sucedió que él ultimó que había sido rey era mas listo que ninguno y dijo que le hicieran una casa donde lo iban a dejar, y allí vivió muy bien.

Entonces Patronio le dijo que él lo que tenia que hacer era hacer buenas obras para que en la vida siguiente tuviera una buena vida.

Cuento L

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Un día le dijo el conde Lucanor a Patronio que cual era la mayor cualidad de un hombre y este le contestó que le iba a contar la historia de lo que le sucedió a Saladino con la mujer de un vasallo suyo.

Saladino era un Sultán de las tierras de oriente. Un día sucedió que donde él vivía había mucha gente, y se tuvo que ir a vivir a casa de un vasallo suyo. Para el vasallo era un gran honor tener a alguien tan importante en su casa por lo que le hospedó con toda la amabilidad del mundo. Pero sucedió que Saladino se enamoró de su mujer, por lo que penso que si le daba mucho poder, y lo alejaba de allí podría estar con su mujer a solas. Entonces lo hizo y al que darse con su mujer a solas le dijo que le amaba mucho, y ella le contestó si le decía cual era la mejor cualidad del hombre ella haría lo que él quisiera.

Entonces Saladino al no saber que contestar le dijo que le diera tiempo para hacerlo. Él le preguntaba a todo el mundo pero no encontraba a nadie que estuviera de acuerdo. Por eso tomó la decisión de irse con dos juglares por él muno para saber la respuesta.

Llegaron a un pueblecito donde encontraron a un escudero, el cual venia de cazar, y les preguntó que quienes eran. Ellos le contestaron que eran juglares, pero que estaban buscando a alguien que supiera cual es la mejor cualidad del hombre. Entonces este hombre les dijo que se vinieran a su casa, que su padre que era muy sabio les respondería.

Al llegar se lo preguntaron y el viejo sabio les dijo que era la vergüenza, por que ella te hace que no hagas cosas de las que te puedes arrepentir. Entonces Saladino se dio cuenta de que tenia razón, se despidió de esta gente y volvió a su tierra.

Al llegar fue muy buen recibido y se dirigió a la casa de la mujer. Le contesto la pregunta que le había formulando, entonces ella le pregunto que si se sentía mejor que los demás. Él le respondió que le daba mucha vergüenza, pero que él sentía mejor que cualquier de su época. Entonces Saladino se dio cuenta de que no amaba ya a esta mujer pero les dio mucho dinero a ellos para sus hijos con lo que tuvieron grandes riquezas.

Entonces Patronio le dijo al conde Lucanor que la mayor virtud que pueda tener el hombre es la vergüenza.

Cuento LI

Estaba un día el conde Lucanor con su consejero Patronio, y le dijo que no sabia que era mejor sí la soberbia o la humildad. A esto Patronio le contesto que le iba a contar lo que le sucedió a un rey cristiano muy soberbio.

Era un rey que era tan soberbio que una vez oyendo el cántico de Nuestra señora oyó algo de la humildad y hizo que lo cambiaran por algo que no tuviera esa palabra. Entonces esto como a Dios no le gusto y como lo que tenia sin ninguna duda la Virgen es humildad.

Al rey soberbio le sucedió que un día se fue a bañar fuera del Alcázar y dejo la ropa en otra habitación. Mientras se estaba duchando, Dios mando un ángel tomando la figura del rey y le quito la ropa y se fue con sus acompañantes dejando unos trapujos. De esto no se percató el rey y al salir de la ducha empezó a llamar a sus gentes pero al no estar no le oían. Entonces salió de la ducha y al no encontrar sus ropas cogió lo que dejó el ángel unos trapujos de mendigo. Entonces el rey se tomo por burlado y se los puso y se fue derecho al castillo para que no lo vieran. Entonces al llegar allí nadie le reconocía y todos le tomaron por loco.

Estuvo así tanto tiempo mendigando por las casas que creyó que estaba loco y entonces se dio cuenta de que todo esto había venido al cambiar las palabras de aquel cántico. Entonces Dios se dio cuenta de que se había arrepentido de sus actos y hizo que el falso rey lo llamara. Así paso y el ángel le dijo que el no estaba loco y que en verdad él había sido rey. Entonces le devolvió la corona y le dijo que cambiaran otra vez las cosas de aquel cántico a como estaban y ya no volvió a ser soberbio.

Entonces Patronio le dijo al conde que lo peor que puede hacer una persona es ser soberbia.

Opinión personal

Este libro me a parecido un poco lioso, en cuestión de expresiones y palabras que desconozco ya que cada tres por dos tenia que ira buscar la palabra en cuestión en el diccionario. Aunque también me viene me viene bien para aumentar mi vocabulario que creo que es un poco limitado. Además el libro explica algunas anécdotas que son divertidas y entretenidas como es el del cuento de la lechera (el cuento de doña truhana). Mi calificación personal es normal ya que para chicos de nuestra edad es algo aburrido y nos gustan libros más contemporáneos nuestros, por que en esa época la forma de divertirte es algo muy diferente a la de nuestros días. Por lo tanto el libro es un libro normal muy importante para nuestra literatura española.

Bibliografía

El conde Lucanor Editorial Castalia

Don Juan Manuel

Lengua castellana y literatura EDITEX 3º E.S.O

N. Bernabéu- B.N Rodicio- M.ª T. Rodicio

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OTRO

by Armando F

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La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre busca el bienestar de su pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el cual es un hombre de confianza que siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre tienen una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca al pedir ayuda y al final cuando cada historia termina el conde saca una moraleja que todos entendieran y hacía que lo anotaran en este libro. Cada historia tiene diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles, divinas, bonitas, absurdas, pero que al final lograron que el conde asimilara muchas cosas y creciera en su vida moral y espiritual; por lo que es un libro que ayuda a que cualquier hombre, niño o mujer que lo lea para que pueda entender y aprender cosas que generalmente no razonamos ni pensamos en ellas y nos hace falta tenerlas en mente para la vida diaria.

El libro de los ejemplos del conde Lucanor y Patronio construyen un clásico de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano del siglo XIII.

La obra de don Juan Manuel, creada durante sus años de madurez espiritual, integra extraordinariamente la sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo como de las fábulas; de las tradiciones caballeresca como del mundo islámico. El autor escoge los más altos principios morales de cada tendencia para estamparlos en sus ejemplos, con los que estos adquieren un carácter universal que les otorga vigencia hasta nuestros días.

RESUMEN

CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados.

Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo, un gran hombre de esta tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad marcharse de aquí y no volver de ninguna manera, me quería dejar toda su tierra, en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os parece en este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te engañes ni creas en lo regalado, nadie hace por otro su propio daño. Por la misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de aflicción y cumple su deseo.

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CAPITULO II De lo que aconteció a un hombre bueno con su hijo.

Otra vez acaeció también que el conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero, y le dijo como estaba muy preocupado por un hecho que quería hacer, pues si por ventura lo hiciese, sabia que muchos se lo reprocharían y que si no lo hiciese, el mismo entendería que se lo reprocharía con razón. le contó cuál era el hecho y le rogó que le aconsejase lo que entendía que en aquello debía hacer. Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo siguiente: Por lo que digan las gentes -Siempre que no sea a mal- al provecho para, mientes y haces esto.

CAPITULO III Del salto que el rey Ricardo de Inglaterra dio en el mar contra los moros.

Un día se aparto el conde Lucanor con Patronio su consejero., y le dijo así; me crié y viví en grandes guerras, a veces con cristianos, a veces con moros, y cuando la tuve con cristianos me cuide de que no se provocase por mi culpa, no se pudo evitar que recibieran gran daño muchos que no lo merecían., según el estado que tengo, penséis y me aconsejéis la mejor manera para que yo pueda hacer enmienda a Dios de los yerros que contra Él hice y pueda recibir gracia. Patronio le contó sobre el rey Ricardo y el salto que hizo contra los moros por lo cual el conde asimiló lo siguiente: “Quien por caballero se mantuviera más debe desear este salto, que si en convento se metiese o se encerrase en muro alto"

CAPITULO IV De lo que un genovés dijo a su alma cuando se quería morir.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera: -yo tengo, loado sea Dios, mi hacienda en bastante buen estado y en paz. Algunos me aconsejan que comience un hecho de mucho riesgo y peligro pero no lo quise empezar hasta hablar con vos y rogaros que me aconsejaseis que hacer.

Patronio le dijo lo que un genovés que era muy rico le dijo a su alma cuando estaba apunto de morir y el conde comprendió que "Quien bien se siente, no se levanta. "

CAPITULO V De lo que aconteció a un zorro con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: Un hombre que dice ser muy amigo mío, comenzó a alabarme mucho dándome a entender que había en mí muy cumplida honra y poder muchas bondades, me propuso un convenio que me parece que me es provechoso. Patronio comprendió el engaño que yacía escondido bajo las palabras hermosas, Por eso le dijo al conde. Lo que le sucedió a un cuervo que por confiar en un zorro perdió todo a lo cual el conde respondió que había entendido que "Quien te alabare con lo que no hay en ti sabed que quiere llevar lo que hay en ti".

CAPITULO VI De lo que aconteció a la golondrina con las otras aves cuando vio sembrar el lino.

El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, y le dijo; -Patronio me dicen que unos vecinos míos,

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que son más poderosos que yo, se andan reuniendo y haciendo muchas artimañas con que puedan engañar y hacer mucho daño, pero por el buen entendimiento que tenéis os quiero preguntar, que debo hacer algo sobre esto, -Señor conde Lucanor -dijo Patronio- le contaré sobre una golondrina y lo que le sucedió con las otras aves al ver sembrar el lino después de escuchar a Patronio el conde comprendió que "En un principio debe le hombre apartar el daño para que no le puedan alcanzar. "

CAPITULO VII De lo que le sucedió a una mujer a quien llamaban doña Truhana.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un hombre me dijo una cosa y me mostró de que manera se podría aprovechar y os digo que tantas son, que no sé si Dios quiere que se haga como él me dijo, Patronio le relató lo que le sucedió a una mujer llamada Truhana, de lo cual Don Juan entendió que “A las cosas ciertas encomendaos y de las esperanzas vanas alejaos”.

CAPITULO VIII De lo que aconteció a un hombre a quien le debían limpiarle el hígado.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio así; Sabes aunque Dios me hizo mucha merced en muchas cosas, ahora estoy muy apretado por falta de dineros; entiendo que habré de vender una de mis heredades o hacer otra cosa que me sería de tanto daño como esto; y he de hacerlo ahora para salir de esta miseria y de esta angustia en que estoy, y por buen entendimiento que Dios puso en vos, os ruego que me digáis lo que os parece que debo hacer de esto. Antes debe saber lo que le pasó a un hombre al cual tenían que limpiarle el hígado; después de escuchar el relato de Patronio el conde comprendió que "Si no sabes qué debes dar, en gran daño se podrá tornar”.

CAPITULO IX De lo que sucedió a los dos caballos con el león.

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Hace mucho tiempo que tengo un enemigo de quien he recibido mucho daño y también él de mí, y ahora sucede también otro hombre mucho más poderoso, que nosotros está empezando a hacer algunas cosas de que cada uno de nosotros recela, aquel enemigo me envía decir que nos preparemos juntos para defendernos de aquel que quiere estar en contra nuestra; pues si ambos estuviésemos unidos nos podríamos defender de él. Por otra parte, entiendo que si no fuésemos amigos tal cual él me lo envía a rogar, puede sobrevenir gran daño por lo que os he dicho. Patronio le aconsejó que tomara una decisión después de escuchar otro más de sus relatos Al final Don Juan compuso los siguientes versos: "Preocúpate de no ser conquistado por un extraño manteniendo lo tuyo libre de daño. "

CAPITULO X De lo que aconteció a un hombre que por pobreza comía altramuces.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Patronio, reconozco que Dios me ha hecho más merecedor de lo que yo puedo servir, pero muchas veces me encuentro en tanta pobreza, que deseo más la muerte que la vida. -Señor conde Lucanor- seria muy útil que supieseis lo que sucedió a dos hombres que habían sido muy ricos pero al final uno llego a tan gran pobreza que comía altramuces. Después de esto el conde escribió lo siguiente: “Por pobreza nunca flaquees, pues otros más pobres que tú encontrarás”.

CAPITULO XI De lo que aconteció a un deán de Santiago con Don Illán gran maestro de Toledo.

Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera; Patronio un hombre vino a rogarme que lo ayudase y me prometió que en retribución haría por mí todas las cosas que

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contribuyeron a mi honra y provecho, pero antes que su problema estuviese solucionado del todo, aconteció algo en que él podía ayudarme. Le rogué que lo hiciese, el puso una excusa. Y aquel asunto, por él que me rogó aún no ha sido resuelto, ni se resolviera si yo quisiere, os ruego que me aconsejéis qué hacer. A lo que Patronio le contó una historia cuyo mensaje era que “El que ayudes y no te lo agradezca menos ayuda te dará cuando la gran honra tenga.”.

CAPITULO XII De lo que acaeció a un zorro con un gallo.

El conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero de esta manera; -Patronio, vos sabéis que mi tierra es muy grande y no está toda junta, tengo lugares que están muy apartados de la tierra en que yo tengo mayor poder. Y cuando tengo contienda con loa más poderosos que yo amigos y otros consejeros, aconséjame que de ningún modo me quede en aquellos lugares apartados, si no que me refugie y esté en los lugares muy fuertes y que están bien en mi poder. Por lo cual Patronio le platicó lo que le había sucedido a un zorro y aun gallo; Don Juan como vio que era un buen ejemplo reflexionó sobre lo siguiente: “No te espantes por algo si razón, mas defiéndete bien como varón”.

CAPITULO XIII De lo que aconteció a un hombre que cazaba perdices.

Hablaba otra ves el conde con Patronio, su consejero y le dijo: algunos hombres de gran calidad, y otros no lo son tanto, me causan algunas veces ofensas y daños en mi hacienda y en mis gentes, y cuando se hallan ante mí, dan a entender que le pesó mucho tener que hacerlo, y que siempre lo hicieron por mucha necesidad y con gran aflicción y que no lo pudieron evitar. Y Patronio le comentó lo que le pasó a un hombre que cazaba perdices. Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, lo mando poner en un libro e hizo estos versos; "De quien te hace mal mostrando gran pesar, busca cómo te puedas de él guardar."

CAPITULO XIV Del milagro que hizo, santo Domingo cuando predicó sobre el logrero.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero y le dijo; Algunos hombres me aconsejan que junte al mayor tesoro que pudiere, y que esto me conviene más que nada para cualquier cosa que acontezca. os ruego que me digáis qué es lo que os parece en este hecho, Patronio le habló del milagro que hizo Sto. Domingo y Don Juan comprendió que debes "Ganar el tesoro verdadero y guardarte del perecedero.”

CAPITULO XV De lo que aconteció a don Lorenzo Suárez en el sitio de Sevilla.

Hablaba el conde Lucanor, con Patronio su consejero de esta manera; -Patronio me sucedió que tuve por enemigo a un rey muy poderoso, ambos concertamos de avenirnos para provecho nuestro.

Algunos de sus caballeros y otros de los míos me meten mucho miedo y me dicen que quiere buscar pretextos para estar contra mí. Pero al escuchar la historia de Patronio sobre Don Lorenzo Suárez entendió que “Por congoja no os hagan herir que siempre vence quien sabe sufrir”.

CAPITULO XVI De lo que aconteció al conde Fernán González con Nuño Laínez.

El conde Lucanor hablaba con Patronio de esta manera: -bien entendéis que yo no soy ya muy joven

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sabéis que pase muchas dificultades, hasta aquí y bien os digo que de aquí en adelante quisiera hogar, cazar y evitar loa afanes y molestias.

-dijo Patronio, me gustaría que supieseis lo que dijo una vez el conde Fernán Gonzáles a Nuño Laínez. “Si por deleite y holganza la buena fama perdemos, la vida muy poco dura; agraviados quedaremos”.

CAPITULO XVII De lo que aconteció a un hombre que tenía mucha hambre a quien otros convidaron muy negligentemente de comer.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio, y le dijo así: Un hombre vino a mí y me dijo que haría por mí una cosa que me convenía mucho, y negligentemente, que le agradaría mucho si yo evitase de tomar aquella ayuda. A lo cual Patronio le comento lo que le paso a un hombre al cual dieron de comer negligentemente y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo, lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos que dicen así: En lo que tu provecho pudiereis hallar, nunca te hagas mucho de rogar.

CAPITULO XVIII De lo que aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio un día y le dijo: -Sabéis que tengo contienda con un vecino mío que es hombre muy poderoso y muy honrado y entre ambos hemos concertado la apuesta de ir a una villa. Cualquiera que vaya primero se quedara con la villa, y perderá el otro, pero ahora estoy impedido, por este accidente que me sucedió, y aunque me es gran pérdida lo de la villa os digo que me considero más lastimado por el menoscabo que recibo y por la honra que él alcanza, que por la pérdida. Patronio le comento lo que le aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna de lo cual el conde entendió que: “No te quejes por lo que Dios hiciere, que por tu bien sería cuando Él lo quisiere”.

CAPITULO XIX De lo que aconteció a los cuervos con los búhos.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: -Patronio, tuve una contienda con un hombre muy poderoso que tenía en su casa un pariente suyo, criado por él y hombre quien había hecho mucho bien. por cosas que sucedieron entre ellos, aquel enemigo mío le causó gran daño y aquel hombre que tanto le debía, se vino a mí.

Yo juzgo que es de gran provecho para mí, pues éste me puede desengañar y prevenir de qué manera puedo más fácilmente hacer daño a aquel enemigo mío-Señor conde Lucanor-dijo Patronio- usted debe entender que “Al que tu enemigo suele ser, nunca quieras en él mucho creer”.

CAPITULO ** De lo que acaeció a un rey con un hombre que le dijo que le haría alquimia.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Un hombre vino a mí y me dijo que me haría cobrar gran honra y provecho y para esto que supiese algo de lo mío para empezar aquello, pues cuando estuviese terminado, por cada dinero tendría diez. Patronio le contó la historia de un rey al cual lo engaño un hombre que supuestamente era alquimista después de esto don Juan asimiló lo siguiente: “No aventures mucho tu riqueza por consejo de quien está en gran pobreza”.

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CAPITULO XXI De lo que aconteció a un rey joven con un filósofo a quien lo había encomendado su padre.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: me sucedió que yo tenía un pariente a quien amaba mucho que murió dejando un hijo pequeñito a quien yo crié. Pero aunque el mozo tiene buen entendimiento y confió en Dios que será muy buen hombre, como la juventud engaña muchas veces a los mozos y nos lo deja hacer lo que es conveniente, me agradaría que a él no lo engañase tanto. Cuando Patronio termino de contarle la historia de un joven al cual lo había criado un filósofo El rey supo que la moraleja que le había dejado era que: “No enseñes al mozo maltratándolo, mas dile que vayan agradándolo”.

CAPITULO XXII De lo que sucedió al león y al toro.

El conde Lucanor hablaba con Patronio y le dijo así: Yo tengo un amigo muy poderoso y muy honrado, y aunque hasta aquí nunca hallé en él si no buenas obras, ahora me dicen que no me quiere tan rectamente como solía y aun que anda buscando motivos para ponerse en contra mía, y ahora estoy en dos grandes preocupaciones, la una es por que temo que si por ventura quiere estar en mi contra, me puede ocurrir gran daño, la otra es que temo si entiende que tengo esta sospecha y me cuido de él, el también hará lo mismo, y así irán creciendo, poco a poco la desconfianza y el desamor, hasta que lleguemos a enemistarnos, Después de escuchar una fábula sobre un toro y un león aprendió lo siguiente: “Por falso dicho de hombre mentiroso no pierdas amigo bueno y provechoso”.

CAPITULO XXIII De lo que hacen las hormigas para mantenerse.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero de esta manera; -Gracias a Dios soy bastante rico y algunos me aconsejan que pues lo puedo, hacer, no me tome otro cuidado, si no el de divertirme, comer, beber y holgar, que bastante tengo para vivir y aunque para dejar buena herencia a mis hijos. -Señor conde Lucanor le contaré lo que pasó a las hormigas para lograr mantenerse- dijo Patronio al final de la historia aprendió que: “No comas siempre de lo que has ganado y vive una vida tal que mueras honrado”.

CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un rey que quería probar a sus tres hijos.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio así: -En mi casa se crían muchos mozos, unos de elevada condición y otros que no lo son tanto, y veo en ellos extraños comportamientos, por el gran entendimiento que tenéis os ruego que me digáis cuanto vos entendáis de que manera podré conocer qué mozo llegará a ser mejor hombre. Entonces Patronio le contó sobre un rey que puso a prueba a sus hijos, y la enseñanza que sacó de aquel relato fue que: “Por las obras y maneras podrás conocer a los mozos, cuales mejores han de ser”.

CAPITULO XXV De lo que aconteció al conde de Provenza y de cómo fue librado de prisión, por el consejo que le dio Saladín.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un vasallo mío que el otro día que quería casar a una parienta suya, me pedía por merced que le aconsejase lo que yo entendía, como éste hombre que yo quisiera que acertase muy bien os ruego que me digáis vuestro parecer. Y porque a

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don Juan hallo en la historia del conde Provenza que era buen ejemplo lo mandó escribir en un libro y compuso estos versos: “Quien hombre es, hace todos los provechos: quien no lo es, menoscaba todos los hechos”.

CAPITULO XXVI De lo que aconteció al árbol de la mentira

Hablaba el conde Lucanor con Patronio y le dijo así; -Sabed que estoy muy disgustado con unos hombres que me malquieren

y son tan revoltosos y embusteros, que nunca hacen otra cosa si no mentir, aumentan su poderío y enfurecen a la gente contra mí, que actitud he de tomar con estos hombres; al saber del problema del señor conde le contó un relato acerca de la única vez en que el bien y el mal se unieron de la cual la moraleja que quería compartir era: “Seguid la verdad y de la Mentira huid pues su mal acrecienta quien usa el mentir”.

CAPITULO XXVIII De lo que aconteció a don Lorenzo Suárez Gallinato cuando descabezó al capellán renegado.

El conde hablaba con Patronio: un hombre vino a mi para ofrecerme sus servicios, y aunque yo se que es buen hombre, algunos me han dicho que a hecho algunas cosas sin razón. Entonces Patronio mediante la historia de Don Lorenzo le transmitió la moraleja de que: “Muchas cosas parecen sin razón, cuando el hombre bien las sabe, en sí buenas son”.

CAPITULO XXIX De lo que aconteció a un zorro que se tumbó en la calle y se hizo el muerto.

Hablaba otra ves el conde Lucanor con Patronio y le dijo así; Un pariente mío vive en una tierra donde no tiene tanto poder, allí verían con agrado que hiciese algo que sirviese de excusa para estar contra él.

Y gracias al anécdota que escucho de un zorro que fingió estar muerto hizo estos versos: “Sufre las cosas en cuanto debieres aleja las otras en cuanto pudieras”

CAPITULO *** De lo que acaeció al rey Abenabet de Sevilla con la reina Romayquia, su mujer.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; con un hombre me sucede que muchas veces, me pide y me ruega que le ayude, y le de algo de lo mío, en cuanto hago aquello que él me ruega, da a entender que me lo agradece, si me pide algo que yo no hago. Se irrita y da entender que no me agradece y que ha olvidado todo lo que por él había hecho.

semejasen nieve. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: “Por quien desconoce tu bien hecho no dejes de buscar tu provecho”.

CAPITULO XXXI Del fallo que dio un cardenal entre los clérigos de París y los frailes menores.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Tengo un amigo y quisiéramos

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hacer una coda que es gran provecho y honra de ambos y yo podría hacerla, pero no me atrevo hasta que él llegue; Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo siguiente: “En lo que gran provecho para ti fuere, no lo dejes correr tanto que se perdiere”.

CAPITULO XXXII De lo que aconteció a un rey con los burladores que hicieron el paño.

El conde Lucanor hablaba otra vez con Patronio y le dijo;-Un hombre vino a mí y me dijo una cosa importante y me da a entender que mi provecho será muy grande, pero me dice que no lo debe saber ninguna persona por mucho que en ella confíe, a alguien lo digo y descubro, que toda mi hacienda y mi vida se hallan en gran peligro de perderse. Entonces Patronio le contó sobre un rey y de unos burladores Y viendo don Juan que este ejemplo era bueno , lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos: Quien te aconseja esconderte de tus amigos sabed que te quiere engañar sin testigo.

CAPITULO XXXIII De lo que aconteció a un muy buen halcón, que era del infante don Manuel, con un águila y una garza.

Hablaba otro día el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Muchas veces me veces me ha sucedido de tener contienda con muchos hombres, y después de que ésta ha terminado, unos me aconsejan que huelgue y quede en paz, mas otros que empiece guerra y pelea con los moros. Por tal motivo Patronio le platicó al conde acerca de un halcón, un águila y una garza

Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, y provechoso para quien lo quisiere aprender y usar hizo estos versos: Si de bienes te diese seguridad, pugna por ganar la cabal felicidad.

CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un ciego que guiaba a otro.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Patronio, un pariente y amigo de quien mucho me fió y estoy cierto que me ama verdaderamente, me aconseja que vaya a un lugar de que sospecho y me dice que no tenga ningún temor, que antes recibiera, yo daño alguno. Ahora os ruego me aconsejéis en esto. Patronio le aconsejó mediante la historia de un ciego cuya moraleja era: Nunca te metas donde puedas recibir desgracia aunque tu amigo te de toda la fianza.

CAPITULO XXXV De lo que aconteció a un joven que se casó con una mujer, muy fuerte y muy violenta.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo: -Un criado mío me dijo que le proponían casamiento con una mujer muy rica y de más alcurnia que él. Que el inconveniente es que aquella mujer era la cosa más feroz y violenta del mundo. Para que Don _Juan le pudiera dar un buen consejo a aquel sirviente Patronio le contó la historia de un hombre que se casó con una mujer igual. Después de eso el conde le dio el siguiente consejo: “Si al comienzo no muestras quien eres, nunca podrás después cuando quieras”.

CAPITULO XXXVI De lo que aconteció a un mercader cuando encontró a su mujer y a su hijo durmiendo juntos.

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Hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y estaba muy preocupado; por algo desagradable que le habían contado y le afectaba grandemente su honra, dijo que quería hacer un escarmiento tan grande que se recordase siempre: para lo que Patronio le platicó lo que le había sucedido a un mercader que descubrió a su esposa siéndole bien con su hijo y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo escribió estos versos: “Si con arrebato gran cosa hicieres creo que es justicia si te arrepintieres”.

CAPITULO XXXVI De la respuesta que dio el conde Fernán Gonzáles a sus gentes después que hubo vencido en la batalla de hacinas.

Una vez venía el conde Lucanor de una batalla muy cansado, lacerado y pobre; le llegó aviso apresurado de otro hecho, sus gentes le aconsejaron que holgase algún tiempo y después haría lo que fuese conveniente. El conde preguntó a Patronio y él le dijo; Tened esto por cierto, pues es verdad probada que honra y vicio grande no tienen una morada.

CAPITULO XXXVIII De lo que aconteció a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogo en el río.

Un día dijo el conde a Patronio que tenía muchas ganas de estar en cierto lugar porque allí le habían de dar una partida de dinero y pensaba hacer mucho en provecho suyo, pero tenía también mucho temor de que si allí se detenía, podría sobrevenirle gran peligro, que le rogaba le aconsejase que hacer en esto. Patronio le aconsejó mediante la historia de un hombre que se ahogó por avaricioso cuya moraleja era: Quien por gran codicia de riqueza se aventura, maravilla será si el bien mucho le dura.

CAPITULO XXXIX De lo que aconteció con las golondrinas y el gorrión.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta forma:

-De ninguna manera puedo evitar contiendas con uno de los dos vecinos que tengo, pues sucede que el más cercano no es ahora tan poderoso, y el más poderoso no está tan cerca y os ruego me aconsejéis qué debo hacer en este caso: - Si de todos modos pelea hubieres de tener, toma lo demás lejos, aunque sea de mayor poder- le sugirió Patronio.

CAPITULO XL De las razones por las que perdió el alma un senescal de Carcasona.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio -como yo se que la muerte, no se puede evitar, quisiera que después de mi muerte dejase alguna cosa señalada que sirviese a mi alma y quedase para siempre. Os ruego que me aconsejéis. Patronio le aconsejó que Hiciera bien con buena intención en toda tu vida si quería ganar la gloria cumplida.

CAPITULO XLI De lo que acaeció a un rey de Córdoba a quien decían Alhaquem.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio: -Vos sabéis que yo soy muy buen cazador, y he hecho muchas casas nuevas, que nadie hizo nunca, y aun he hecho, y añadió en las pichuelas y los capillos de las aves, algunas cosas muy provechosas. Y ahora los que quieren hablar de mí hablan de

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burla, como haré para que no se me ofendan por la buena obra que hice. Patronio le aconsejó mediante la historia del rey de Córdoba y la moraleja era: Si algún bien hicieres, que muy grande no fuere, haz mayores si pudieres, que el bien nunca muere.

CAPITULO XLII De lo que aconteció a una beata hipócrita.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Patronio, yo y otros muchos estábamos, hablando y nos preguntábamos cual es la manera, que una persona mala podría tener para hacer, mayor daño, siendo revoltoso, y malhechor, por tener mala lengua y ser calumniador, os ruego me digáis de cual de estas personas, podría sobrevenir mayor daño a las gentes. Patronio le aconsejó mediante una historia de un beata hipócrita que atendiera a las obras y no a sus apariencias si quería protección de malas experiencias.

CAPITULO XLIII De lo que aconteció al bien y al mal y al cuerdo con el loco.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio. me sucede que tengo dos vecinos, uno de ellos es hombre a quien mucho quiero, muchas veces me causa algunas faltas y agravios que me producen gran enojo. El otro no es hombre con quien tenga grandes obligaciones ni gran amistad , me hace algunas cosas que no me agradan, os ruego me aconsejéis que hacer.

En su afán por ayudar al conde Patronio le relató sobre lo que le sucedió al bien y al mal y al cuerdo y el loco. El conde tuvo por buenos ejemplos: Siempre el Bien vence con bien al Mal hacer sufrir al hombre malo de poco vale.

CAPITULO XLIV De lo que aconteció a don Pedro Núñez, el Leal. a don Rui Gómez Zaballos y a don Gutierre Ruiz de Blasquillo con el conde don Rodrigo de Franco.

El conde Lucanor hablaba con Patronio:

-Yo he tenido grandes guerras del modo , que cuando yo estaba en la mayor necesidad, a quienes crié y a quienes había hecho mucha bien me dejaron y aun se enseñaron en causarme descontento, que debo hacer en esto. Posteriormente escuchó el relato de Patronio del cual aprendió que:” Aunque algunos te hayan dañado, nunca dejes de actuar aguisado”.

CAPITULO XLV De lo que acaeció a un hombre que se hizo amigo y vasallo del diablo.

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio -Un hombre me dijo, que sabía muchos modos, tanto de agüeros, con lo que yo podría conocer lo que ha de suceder y por las que podría hacer muchas artimañas, con que aprovechar mi hacienda, os ruego me aconsejéis. Inmediatamente le comentó lo que le había sucedido a un hombre amigo del diablo cuyo mensaje era que: “El que en Dios no pone su esperanza, morirá de mala muerte, tendrá malandanza”.

CAPITULO XLVI De lo que aconteció a un filósofo que por accidente entró en una calle donde vivían malas mujeres.

Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, vos sabéis que una de las cosas del mundo porque el

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hombre más se debe esforzar es conseguir buena fama, ruego que me digáis de que manera podré acrecentar mi fama. A lo que Patronio le respondió: “ Has siempre el bien y guárdate de sospecha y siempre será tu fama derecha.”

CAPITULO XLVII De lo que aconteció a un moro con una hermana suya, que daba a entender que era muy medrosa.

Un día hablaba el conde Lucanor: -Patronio, sabed que yo tengo un hermano mayor que yo, y como es mayor que yo entiendo , que lo he de tener en lugar de padre-El tiene fama de ser buen cristiano y muy cuerdo, yo soy más rico y poderoso que él y aunque no lo daba a entender que no lo hace por que sería pecado. os ruego que me aconsejéis. -Señor conde me parece que la manera, que vuestro hermano usa con vos se asemeja mucho a lo que dijo un ,moro a su hermana. Al concluir el relato de Patronio Don Juan compuso estos versos: “Si no quieres hacer lo que te vaya a favorecer tú no quieres lo tuyo por él perder”.

CAPITULO XLVIII De lo que aconteció a uno que probaba a sus amigos.

Hablaba otra vez el conde Lucanor -Patronio, según mi parecer, yo tengo muchos amigos que me dan a entender que ni por temor de perder los cuerpo ni los que tienen, dejarían de ser lo que me conviniese, os ruego me digáis de que manera podría yo saber si estos amigos mía harían por mí tanto como dicen. para que vos podáis saber cual es el amigo verdadero, agradaría me que supieses, lo que aconteció a un hombre el cual le enseño a su hijo como saber quien era su verdadero amigo; al terminar el relato Don Juan que era el conde escribió lo siguiente:“Nunca nadie podrá tan buen amigo encontrar

como Dios que lo quiso con su sangre comprar”.

CAPITULO XLIX De lo que aconteció al que echaron en la isla desnudo, cuando le quitaron la señoría.

Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, muchos me dicen que, puesto soy tan honrado y poderoso, que haga cuanto pudiere por tener gran riqueza, poder y honra, pues esto es lo que más me conviene y corresponde; y como yo sé que siempre, os ruego que me digáis lo que viereis que mas me conviene es esto; -Agradaría me mucho que supieseis lo que aconteció a un hombre a quien hicieron señor de una gran tierra.

El conde tuvo éste por buen consejo y entendió que este era buen ejemplo “Por este mundo perecedero, no pierdas el que es duradero.”

CAPITULO L De lo que aconteció a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio.

Otra vez hablaba el conde Lucanor.

-Patronio, muchos hombres me dicen que una de las cosas por que el hombre más se puede ganar a Dios es siendo humilde; otros me dicen que los humildes son menospreciados, os ruego que me aconsejéis cual de estas dos cosas me es mejor o qué debo hacer. Me agradaría que supieseis lo que aconteció a un rey que era muy poderoso y muy soberbio- dijo Patronio- cuando concluyó el rey dijo que la moraleja que le había dejado era que “A los derechos y humildes, Dios mucho les ensalza; a

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los que son soberbios, hiéreles peor que maza”.

PERSONAJES

Conde Lucanor protagonista: Era un hombre bueno, sensible, respetuoso honrado, buen gobernante ya que se preocupaba por el bienestar de su gente, gentil, se preocupaba por los demás, no era nada avaricioso y buscaba la manera de solucionar sus problemas de la mejor manera para todos.

Patronio personaje secundario: Un hombre bueno que le gusta ayudar a los demás, hombre confiable, mejor amigo y consejero del conde. Siempre buscaba la manera de ayudar a las personas que se lo pedían de una manera para que todos lo entendieran.

Algo del Autor

· Don Juan Manuel nació en Escalona en 1282 y murió en Córdoba 1348, duque de Peñafiel y Marqués de Villena, es una de las más grandes figuras de la letra española. Fue nieto de San Fernando y sobrino de Alfonso X el Sabio. De su padre, el infante don Manuel, hereda del cargo de Adelantado de Murcia, y participa activamente en la política de su tiempo. Contrae matrimonio sucesivamente con doña Isabel, infanta de Mallorca, con doña Constanza de Aragón y con doña Blanca Núñez. En sus últimos años, se retira al monasterio de Predicadores de Peñafiel, donde vive consagrado al estudio.

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OTRO

Biografía de Don Juan Manuel

D

on Juan Manuel, nacido en Escalona, en 1282, fue sobrino del rey Alfonso X el Sabio. El haber nacido en una casa de nobles desde pequeño le llevaron a desempeñar importantes cargos políticos. Intervino en luchas nobiliarias, según le convenía. Se convirtió en uno de los nobles más poderosos e influyentes de su tiempo. Más tarde, siendo ya mayor se retiró al Monasterio de frailes predicadores de Peñafiel, que él mismo fundó, para entregarse a su obra. Murió en el año 1348.

Don Juan Manuel representa el punto culminante de la prosa castellana en el siglo XIV, pero también fue poeta, aunque su “Libro de los Cantares” o de “Las Cantigas” no ha llegado hasta nosotros. Junto a éste pertenecen al grupo de las consideradas como sus obras menores : “El Libro de la Caza” ; “La Crónica Abreviada”, que es un resumen de “La Primera Crónica General” ; “El Libro de los Castigos” o llamado también “Libro Infinido”, obra de tradición didáctica ; “El Libro de las Armas”, de carácter autobiográfico, escrito para glorificación de sí mismo y de su familia mediante la explicación de sus armas y atributos heráldicos y un Tratado religioso en defensa de la Asunción en cuerpo y alma de la Virgen al Paraíso. Sus obras capitales quedan reducidas a tres : “El Libro del Caballero et del Escudero”, “El Libro de los Estados” y “El Conde Lucanor”.

Don Juan Manuel fue el primer escritor castellano preocupado por la posteridad, conservación y transmisión de sus obras. A menudo se atormentaba por las críticas que tuviesen los demás sobre su prosa, el contenido de sus obras o incluso su condición de escritor. Por esta razón en su obra frecuentan alusiones echas a su propio estilo y su deseo de razonarlo y justificarlo. Era perfeccionista hasta en lo material ; en el tipo de pergamino usado para escribir sus obras, en la letra que utilizaba, etc. El destino, sin embargo, jugó una mala pasada al escritor perfeccionista. Sus manuscritos, tan cuidadosamente guardados, que había depositado en Peñafiel, fueron destruidos por un incendio. Se han conservado medianas copias de otras procedencias, pero algunas de sus obras se han perdido totalmente.

Tenia un afán por tener un estilo propio, por eso el también fue el primero de nuestros literarios afanado en la búsqueda de un arte literario personal. Don Juan Manuel siguió los pasos de su tío Alfonso X el Sabio tratando de diferenciar bien las palabras latinas de las puramente castellanas.

La claridad de estilo fue el objetivo fundamental para él. La claridad y la muerte de las palabras, de las que no quiso usar sino las necesitaba. Este aspecto, junto con la sencillez insistentemente buscadas, no le impidieron a Don Juan Manuel la selección y el cuidado literario de su prosa.

En conjunto, su prosa aunque todavía influenciada en la de su tío, de la que conservó mucha reminiscencia como giros sintácticos de sabor oriental, repetición de la copulativa “et”, ambigüedad en el empleo del pronombre “él” y reiterada utilización del verbo “decir”, representaron un notable avance sobre la de Alfonso el Sabio y destacó una poderosa originalidad personal. La variedad de asuntos que trató le obligaron a usar un abundantísimo vocabulario y a formar frases, para cuya formación carecía de modelos.

En la obra de Don Juan Manuel predomina, sobre cualquier otro aspecto, el elemento didáctico-moral, fundamentalmente inspirado en la religión cristiana y en los conceptos tradicionales de la Edad Media. Esta intención didáctica es tan manifiesta que en su libro de cuentos “El Conde Lucanor”, se ve precisado a justificarse del carácter aparentemente divertido de la obra. Don Juan Manuel deseaba que se entendiera la finalidad moralizadora de su libro y no se confundiera con un puñado de relatos de mero entretenimiento.

Don Juan Manuel huyó siempre de autorizarse con libros ajenos o con ejemplos y enseñanzas de la Antigüedad, frente a lo que era práctica tan común en todo los florilegios morales y obras didácticas de la época, prefiere, por el contrario, ofrecerse a sí mismo como modelo, como autoridad y como fuente, y mostrar su obra como un producto original, fruto de su experiencia y no de sus lecturas.

Don Juan Manuel recomienda frecuentemente sus propios libros e ilustra sus doctrinas con ejemplos de su propia experiencia ; hasta en los temas mas abstractos e intemporales busca el modo de relacionarles consigo mismo o al menos con gentes de su familia o trato. Con ello, el autor se introduce constantemente en el plano de la ficción, fundiendo su personal con el valor de su original creación artística, que se realzan así mutuamente. También muestra una particular actitud de espíritu, en el cultivo de formas personales, la constante presencia del yo en la obra, la repetida apelación a su propia experiencia ; rasgos todos desconocidos hasta entonces en la literatura europea.

Para Don Juan Manuel la política y la religión constituían las dos preocupaciones básicas, pues afectaban directamente a su vida en lo temporal y en lo eterno ; en cambio, las historias sobre los “engaños” de las mujeres no debieron de parecerle lo bastante importantes para merecer su atención.

Como ya se ha dicho antes, sus obras principales son “El Libro del Caballero et del Escudero”, que trata de diversos problemas del arte de la caballería en forma de consejos que da un caballero anciano a un escudero joven de humilde condición pero de nobles cualidades.

El libro,” presidido por el ideal caballeresco y el sentimiento religioso”, es una especie de enciclopedia de los conocimientos de su tiempo sobre filosofía, teología y ciencias naturales, y viene a ser a la vez una pintura interesante de las costumbres de aquella sociedad.

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“El Libro de los Estados”, donde ya se equilibran bastante más los elementos novelescos y los didáctico. En él se cuenta la educación de Johás , hijo del rey pagano Moraván, por el maestro Turín, que debe ocultarle a su alumno las cosas desagradable de la existencia, sobre todo la muerte. En este libro don Juan Manuel desarrolla las ideas fundamentales sobre la estructura de la sociedad de su tiempo, tomando el esquema común a todas las naciones de Occidente, pero añadiendo las peculiaridades existentes en la España cristiana.

Y por último, la obra más importante y popular de Don Juan Manuel, “El Conde Lucanor” o “Libro de Patronio” ya que no solo pertenece al ámbito de los lectores especializados. Éste es una colección de LI apólogos en que se dan consejos para muy diversos problemas. Cada cuento consiste en un problema que plante el Conde Lucano a su sirviente o consejero Patronio. Éste le contesta con un apólogo o ejemplo, al cabo del cual añade una moraleja, en forma de dístico, que lo resume. Don Juan Manuel convierte en suyo propio cada asunto que toma por el acento inconfundible de su estilo y de su encanto personalísimo en el que debe destacarse su intencionada y fina ironía.

Resumen de los Capítulos

A

I Un privado de confianza

l conde Lucanor, un amigo, le ofrece darle y venderle unas tierras, pero el no sabe lo que hacer y el pide consejo a Patronio, el cual le hace entender que solo es una prueba que le está haciendo para saber si puede confiar en el. Patronio le cuenta al conde el cuento del rey que tenía amistad con un ministro suyo, cosa que envidiaban los demás ministros y que para poner fin decidieron tender una trampa en la que le dijeron al rey que el ministro procuraba su muerte, y aunque el rey no había hecho caso de los engaños anteriores, se preocupó y decidió desenmascarar al ministro.

A los pocos días comenzó a decirle al ministro que quería dejar todo su reinado, así como su familia y que heredaría al ministro, cosa que a espaldas del rey el ministro aplaudió, aunque al llegar a su casa, en la que tenía a un huésped, le pidió consejo, y este le dijo que no se hiciera ilusión, que la realidad seguramente sería diferente, y le dijo que simulara que quería seguir siendo súbdito de su rey.

Y así hizo, se puso una ropa muy vieja y se fue de madrugada a ver al rey.

Cuando llegó a palacio, le dijo al rey que seguiría con él fuese donde fuese y que llevaba dinero para que no les faltara de nada. Entonces el rey no volvió a desconfiar de su ministro.

Patronio le da un consejo y el conde le hace caso y las cosas le fueron bien.

Moralejas: No os engañéis, pues nadie busca su perjuicio

por procurarle a otro un beneficio.

Y estos otros que dicen: Con la ayuda de Dios y los buenos consejos

se aparta uno del mal y cumple sus deseos.

Tema: La desconfianza entre amigos.

II Dos en un burro

E

l conde tiene un problema que es el que hacer cuando hagas lo que hagas te lo van a reprochar. Patronio le explica a su amo un cuento para resolver la duda de éste.

Esta vez era la de un labrador que iba con su hijo en burro al mercado cada vez que tomaba una decisión y cada persona que les veía criticaban la forma de cómo tenían que andar si el burro va descargado malo, si va cargado también, si va el padre solo, si va el hijo solo, el hijo siempre le decía que si a todo y no tomaba una decisión al final el padre le dijo que era una mentira para que el tomara una decisión y le dice k la vida es así y no se puede hacer una cosa a gusto de todos sino que uno hiciese lo que le haga sentir mejor. Patronio le dice al conde que haga lo que haga le van a reprochar y que haga lo más conveniente para el. Le hizo caso y le fue bien.

Moraleja: Si no dañáis a nadie, haced lo que os convenga,

y que la gente vaya diciendo lo que quiera.

Tema: La influencia de los demás.

V El canto del cuervo

L

ucanor tiene un problema con un amigo que no para de halagarle y después le pide que haga un trato con él que parecía que le convenía. Le pide consejo a Patronio y él le cuenta una historia de una zorra que vio que un cuervo tenía un trozo de queso en el pico, y se le ocurrió la siguiente manera de quitárselo.

Comenzó a camelarlo diciéndole que tenía unas plumas muy bonitas, un pico brillante, unas patas fuertes, y que seguro su canto sería precioso, entonces el cuervo comenzó a canta y se le cayó el queso del pico, la zorra lo cogió y huyó.

Lucanor le hizo caso al consejo de Patronio y todo le fue bien.

Moraleja: Cuando te hacen elogios que no mereces

es que quieren quitarte algo que tienes

Tema: La picardía y la inocencia

U

VI La golondrina y el lino

Page 56: El Conde de Lucanor

n día al conde le dicen que unos vecinos mas poderosos que él son malvados pero él no lo cree y pide opinión a Patronio. Este le contó la historia de unas golondrinas.

Patronio le contó a su amo la aventura que tuvo una golondrina, que al ver que el hombre cultivaba lino, y que ése era la muerte de los pájaros, los advirtió para que entre todos desenterraran las semillas y no creciese, y los pájaros no le hicieron caso. Entonces las golondrinas se arrepintieron por no hacerle caso a su amiga cuando vieron que el lino ya había crecido y no podían hacer nada. Ellas se hicieron amigas del hombre y él le protegió.

Moraleja: Aleja el mal cuando estés a tiempo,

pues si te retrasas y ano habrá remedio

Tema: Es mejor prevenir que curar.

O

VII Doña Truhana sueña despierta

tra vez tiene un problema Lucanor, le habla a Patronio sobre un asunto que si sale bien le hará muy buenos beneficios y éste le dice que no tenga muchas esperanzas. Para ello le cuenta la historia de “la lechera” patronio le explicó a su señor el drama de una pobre señora que tenía un jarro de miel en la cabeza y que iba hacia el mercado, y mientras andaba comenzó a pensar en que se gastaría el dinero en huevos, y con éstos se compraría un conejo, y con éste una gallina, y con ésta un cerdo, y una vaca; y que conseguiría la riqueza, pero se despisto y se le cayó el jarro y se esfumaron todas sus ilusiones. Patronio le da un consejo que cuando quiere obtener beneficios que sea una cosa segura y no ilusiones. Le hizo caso y le fue bien.

Moraleja: Conságrate a las cosas razonables

y rechaza los sueños deleznables.

Tema: Ilusiones rotas.

L

IX El pacto de los caballos

ucanor vuelve a tener un problema ahora con un enemigo, sabe que tiene que estar unido a su enemigo para ser indestructible, entonces le pide consejo a Patronio. Sobre esto, Patronio le este relato, trata de dos caballeros no muy ricos que tenían que compartir la cuadra sus caballos. A éstos nunca les gustó la idea y siempre se peleaban. Para poner solución a la enemistad entre los caballos, los vendieron para que los echaran a un león. Los caballos empezaron a pelearse, hasta que vieron entrar al león, lo cual les hizo unir las fuerzas y nacer una amistad, y al final pudieron derrotar al león. Lucanor comprende lo que le quiere decir y lo hace y las cosas le fueron estupendamente.

Moraleja: Proteged vuestras tierras de quien quiera ocuparlas

buscando la mejor manera de guardarlas.

Tema: La unión hace la fuerza

V

X Restos de altramuces

uelve a tener un problema Lucanor se queja a Patronio de que Dios no le ayuda a dejar de ser pobre, y este le da consejo narrándole la historia de dos hombres muy ricos, que tanto derrochaban que uno de los dos se quedó pobre del todo y solo halló para comer una planta de altramuces, que se tenía que comer pues era lo único que tenía, los comía y tiraba las cáscaras; y se dio cuenta que el otro rico había llegado a tal pobreza que solo tenía para comer las cáscaras de los altramuces que el otro señor tiraba y tanto cambió su fortuna que volvieron a ser ricos de nuevo. Patronio le aconsejó y al conde le fue bien.

Moraleja: Por ser pobre no os desaniméis,

que a otros más pobres que vos veréis.

Tema: El afán de superación

L

XI El deán de santiago y el maestro de Toledo

ucanor pide consejo a Patronio sobre si debe ayudar a un amigo que le pidió éste favor a cambio de ayudarle en todo pero se excusa y no lo cumple. Patronio le ayuda con el relato en el que aparece un deán de Santiago en casa del mago de Toledo pidiéndole que le enseñase la doctrina de la nigromancia, ya que este mago era el que dominaba perfectamente esa doctrina. El deán le dijo al mago que le cumpliría cualquier deseo que quisiera y estuvieron hablando sobre el trato hasta la cena, que serían dos perdices, pero que no se mandarían asar hasta que el mago no quisiese.

Al final, el mago aceptó enseñar al deán, pero vino una carta en la que se decía al deán que su tío el arzobispo, estaba enfermo, y más tarde, que se había muerto, heredando el cargo de éste.

Entonces el ya arzobispo le dijo al mago que se viniera con él a continuar su enseñanza, y aunque el mago no estaba por la labor, el arzobispo le dijo que le daría todo lo que quisiese.

Y tan mala suerte tuvo el mago, que el arzobispo fue ascendiendo hasta llegar a papa, y el mago mas y más le pedía su regalo, y el papa, le insinuó que podía hacerlo matar, con lo que el mago le reprochó que no tocaría ni un muslo de las perdices a las que le iba a invitar. Oyendo eso, el papa de Tolosa se vio otra vez como deán y vio arrepentido y sin poder hacer nada a cambio, como había sido tan malo. Después de escuchar esta historia el conde le hizo caso y todo le fue como la seda.

Moraleja: Quien no te da las gracias por tu ayuda

pero te pagara cuando más suba.

Tema: Cuanto mas poder se tiene menos solidaridad.

C

Page 57: El Conde de Lucanor

XVIII La pierna rota de don Pedro Meléndez

on su vecino Lucanor ha hecho una apuesta, el que antes llegue a una villa se la queda, pero se ha puesto enfermo y no sabe que hacer. Patronio le contó la historia de un señor llamado Pedro Meléndez de Valdés que todo que sucedía se lo atribuía a Dios, y como era una persona envidiada, sus enemigos le contaron al rey de León, que este no hablaba bien de él, y el rey mandó que fuera para matarlo.

Pedro fue con tan buena suerte que se cayó y se rompió una pierna, a lo que la gente le decía que ahora viese lo que “dios quiso hacer”.

Al no poder cabalgar, no pudo ver al rey en mucho tiempo, en el que el rey supo que las bulas eran falsas, con lo que pidió perdón el rey y mandó matar ante Pedro a los embusteros.

El conde le hizo caso a su consejero y las cosas le fueron bien.

Moraleja: De lo que Dios dispone, nunca te quejes,

pues será por tu bien, cuando Él lo quiere.

Tema: Dios no hace nada en vano.

U

XIX La guerra de los pájaros

n pariente del enemigo de Lucanor le pide ayuda para vengarse de él porque le había hecho mucho daño y el conde tenia pensado ayudarle para descubrir los secretos de su enemigo éste le pide consejo a Patronio, que le explica la fábula siguiente. Narra la enemistad entre los cuervos y los búhos, en la que los búhos usaban para vivir de noche la casa de los cuervos, a costa de matarlos.

Pero el cuervo más sabio ideó un plan que consistía en que le quitasen las plumas sus cónyuges y fuera a los búhos diciendo que le habían hecho eso por decir que no peleasen contra los búhos y les dijo que como venganza les enseñaría los secretos de los búhos y éstos, excepto el sabio que se fue y no picó, le obedecieron, y al tomarlo como amigo le contaban a él también sus secretos, y cuando el cuervo le crecieron las plumas voló hacia sus amigos y les contó los secretos de los búhos, entonces éstos atacaron y vencieron.

Lucanor entendió la historia y le hizo caso a Patronio y todo le fue bien.

Moraleja: Al que tu enemigo solía ser,

en lo que te diga no le has de creer.

Tema: No confíes en tu enemigo.

A

XX El oro del pícaro

Lucanor le han propuesto invertir dinero para que se multiplique en diez y Patronio le cuenta la historia de un pícaro conoció a un rey que quería hacer oro y tomó cien doblas, las redujo a polvo, lo mezcló con otras cosa y hizo cien bolitas que enseñó al rey y le dijo que para hacer oro hacía falta unos ingredientes y que no faltase ninguno. Entre esos ingredientes había un tal tabardíe que en el pueblo del rey no había y mandó al pícaro que fuese con mucho dinero a por tabardíe a comprarlo.

Al poco tiempo vino una arca con una nota en la que el pícaro se reía del rey, y al mismo tiempo, unos habitantes de la ciudad del rey lo clasificaron en el grupo de los tontos.

Moraleja: No pongas en peligro tu riqueza

confiando en quien vive en la pobreza.

Tema: Los timos.

XXI El filósofo que entendía a las aves

L

ucanor pide consejo a Patronio sobre la educación del hijo de su pariente fallecido al que ama como un hijo, y este le relata la historia de un rey que dio a educar a su hijo a un filósofo para que le llevase por buen camino pero al llevar a la adolescencia empezó a desviarse del camino. Para corregirle el filosofo ideó una estratagema que consistía en hacerle ver que incluso los animales sabían que comportándose así, ya que hizo interpretar el lenguaje de éstos, y que decían que como el mancebo no cuidaba las tierras, tenían mucha riqueza en comida no haría bien por su reino. El mancebo comprendió lo que el filosofo le quería decir y obró como debería haberlo hecho desde un principio. Lucanor entendió la historia y obro bien.

Moraleja: Para que el mozo acepte tus consejos,

procura que resulten placenteros.

Tema: La educación.

E

XXIV El mejor sucesor

l conde Lucanor tiene muchos mozos en su casa y quiere saber cual de ellos es el mejor. Patronio le cuenta una historia en la que un rey moro tenía tres hijos y debía elegir que hijo sería el próximo rey, para ello ideo un plan, llamaría a cada uno de sus hijos para que fuera a montar a caballo con él. Los dos primeros hijos se portaron de igual manera, tenían que hacer varios viajes para conseguir cada una de las cosas que le iba pidiendo su padre, luego les mando que observasen la ciudad y salieron con todo lujo de acompañantes para que se notase que estaban allí. El tercer hijo llegó muy temprano, como le dijo su padre, pidió todo lo necesario para vestir el mismo a su padre y poder montar a caballo. Al mandarle a ver la ciudad, tras observar su ejercito comento con su padre que deberían ser los dueños del mundo. Al padre le gusto la aptitud de su hijo pequeño y le nombro sucesor. El conde hizo lo mismo que en el cuento y todo le fue bien.

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Moraleja: Por el modo de obrar se reconoce

al mozo que mañana será buen hombre.

Tema: La herencia.

U

XXV El hombre de veras

n vasallo de Lucanor le pide la mano de su hija y Patronio le cuenta la historia del conde de Provenza quería ganarse el cielo y para ello llevó un ejercito a Tierra Santa, y como Dios pone a prueba a sus sirvientes, el conde cayó prisionero de Saladín. Pero aunque era prisionero, no era un prisionero normal, era el consejero personal de Saladín. Un día llegó carta de que su hija tenía muchos pretendientes para casarse y el conde debía elegir.

El conde pidió, por consejo de Saladín que se casase con el que fuese más hombre, con el que más cosas buenas haga y menos manchas tenga, aunque no fuera de familia rica. Al recibir la noticia escogieron un hombre, el mejor de toda las tierras que dominaba el conde. En la noche de bodas aquel hombre quiso demostrar lo hombre que era y se embarcó juntos con hombres y galeras a las tierras de Saladín.

Allí llenó a Saladín de favores convirtiéndose en gran amigo. Un día salieron a cazar y el yerno del conde secuestro a Saladín para decirle quien realmente era y lo que quería, que no era otra cosa que liberaran al conde a lo que accedió Saladín de muy buena gana, ya que se había librado de la muerte gracias a un consejo suyo. El conde y su yerno volvieron a Provenza ricos y famosos por sus proezas. El conde siguió el consejo de Patronio y todo le fue bien.

Moraleja: El hombre bueno todo lo aprovecha,

el hombre malo todo lo estropea.

Tema: Saber elegir.

P

XXVI El árbol de la mentira

atronio responde a Lucanor sobre que es lo que puede hacer con unos hombres que siempre mienten y hacen con eso mucho daño. Patronio le cuenta a su amo lo que le sucedió al árbol de la mentira.

La mentira propuso a la verdad que plantasen un árbol. Cuando el árbol estaba plantado y empezó a brotar, la mentira le dijo a la verdad que se repartieran. Mentira le dijo a verdad que cogiera la parte de las raíces por que es la parte mejor del árbol y como verdad es tan inocente se lo creyó y eligió las raíces. El árbol empezó a crecer y a echar grandes ramas y hojas hermosas.

Cuando la gente vio que ese tenia buena sombra y bonitas hojas, todo comenzó a ir día sí y el otro también. La mentira halagaba a los que iban enseñaba el arte de mentir. Sabia la mentira enseñar también que la mayoría de los hombres lograba lo que se proponía. Gozando la mentira la popularidad, la triste verdad estaba abajo y nadie se preocupaba por ir a buscarla, por lo que la verdad empezó a roer las raíces hasta que rompió que hizo volcar el árbol y arrambló con toda la gente que estaba con la mentira.

Lucanor entendió la historia he hizo lo que debía y todo le fue bien.

Moraleja: Dejad la mentira y amad la verdad,

pues el embustero siempre acaba mal.

Tema: La mentira no va a ningún lado

L

XXIX Las dos vidas del zorro

ucanor pide consejo a Patronio sobre como ayudar a un amigo al que le hacen la vida imposible.

Patronio le cuenta la historia de un zorro fue a un gallinero por la noche y a comer gallinas, y cuando se fue se encontró con que era de día y ya había gente levantada. Entonces se tiro al suelo y se hizo el muerto. Al ver todo el mundo que estaba muerto llegó uno y dijo que los pelos de la frente sirve para que a los niños pequeños no le echen mal de ojo y otro paso y dijo lo mismo pero se lo quito del lomo. Y así hasta que llego uno y dijo que el corazón era bueno para el dolor de corazón, entonces como vio el zorro que le iban a sacar el corazón, y como no era como quitarle el pelo salió huyendo. Lucanor siguió el consejo y le fue bien.

Moraleja: Soporta el mal cuando debas

y evítalo cuando puedas.

Tema: El afrontar los problemas.

D

XXX La nieve de los almendros

e nuevo vuelve a tener un problema Lucanor que pide consejo a Patronio sobre como tratar a un hombre al que cuando niega algo se enfada y no recuerda todo lo que ha hecho por él.

Entonces le cuenta la historia de el rey Abenabet estaba casado con Rumaiquía y la amaba mas que nadie pero el problema es que era muy caprichosa. Estando una vez en Córdoba, empezó a caer nieve. Cuando Rumaiquía vio la nieve empezó a llorar. Entonces el rey le pregunto que por que lloraba y ella respondió por que como Córdoba es una tierra cálida, y que solo nieva de tarde en tarde, entonces el rey para agradarla mandó que plantaran almendros para que luego nevara con mas frecuencia.

Estando otra vez, en su habitación, que daba al río, vio a una mujer de pueblo haciendo adobes entonces se puso a llorar. El rey le pregunto que por que lloraba, y le contestó que lloraba por que no podía hacer lo que quisiera, como hacer lo que estaba haciendo esa mujer.

Page 59: El Conde de Lucanor

Entonces el rey lleno el estanque de Córdoba con agua de rosas, y con demás especies perfumadas para que pudiera hacer adobes. Otro día empezó a llorar y el rey le pregunto que por que lloraba, y le contesto que por que nunca hacia nada para tenerla contenta y el rey se quedo asombrado al decirle eso después de haber hecho lo que había hecho. Lucanor sigue el consejo y todo le fue bien.

Moraleja: No te perjudiques por favorecer

a quien tus favores no ha de agradecer.

Tema: El desagradecimiento.

U

XXXII El traje invisible

n hombre le ha contado un gran secreto a Lucanor que no puede revelar y le pregunta a Patronio si es cierto o es un engaño que su hacienda, y su vida estarán en peligro si lo hiciese.

Patronio le cuenta el gran engaño que sufrieron el rey y su pueblo con tres pícaros que hacían una tela con la cual solo podía ser vista por el que fuera hijo del padre que le atribuían, pero no podía verla quien no lo fuese. Entonces el rey se puso muy contento por que los moros solo pueden heredar si son hijos de sus padres, y si no se reflejasen la herencia seria para el rey.

Entonces el rey les proporciono las cosas para hacer la tela. Ellos se metieron en el taller y hacían como cosían, hasta que un día acabaron la tela y el rey mandó a un sirviente suyo, para ver si veía la tela, pero como el sirviente oyó el misterio de la tela dijo que la veía. Llegó otro y también dijo que la veía. Hasta que llegó el rey y al no ver la tela se asusto creyendo que sino veía la tela sabrían que no es el rey, por lo que dijo que también la veía y que era muy bonita.

Llegó un ministro y se acerco a ver la tela y al no ver nada, pensó que si decía que no la veía seria una deshonra, por lo que afirmo que también la veía y empezó a alabar a la tela mas aun que el rey. Llego el día de una fiesta y los pícaros hicieron un traje para el rey de esa tela, por lo que iba desnudo. Y al llegar a la fiesta todo el mundo se cayó para que no fuesen deshonrados al no ser hijos de su padre. Hasta que llegó un negro y dijo que estaba desnudo, y fue entonces cuando todo el mundo le echo valentía y le dijo al rey que iba desnudo. Entonces el rey cayó en la trampa que los pícaros le habían hecho y al ir a por ellos se escaparon robándole. Lucanor entiende lo que quiere decir Patronio y todo le fue bien.

Moraleja: Quien te hace recelar de un buen amigo

es que quiere engañarte como a un niño.

Tema: El miedo a la sinceridad ante el poder.

H

XXXIV El lazarillo ciego

ay un lugar que Lucanor odia y un gran amigo le pidió que fuese, que no le iba a pasar nada. Patronio ante este problema, le cuenta la historia de un hombre pobre, el cual perdió la vista y se juntó con otro quien le dijo que se fuera con él a otra ciudad que no estaba muy lejos de donde se encontraba, por que así podrían comer pidiendo limosna. Él le dijo que tenia miedo de ir, pero el otro le contesto que no tuviera miedo ya que él le acompañaba. Tantas veces se lo dijo que se lo creyó y cuando llegaron a un sitio muy difícil de pasar cayó el ciego que guiaba y murió él y el otro.

Lucanor entendió el cuento y todo le fue bien.

Moraleja: Por mucho que te insista un buen amigo,

no te metas jamás donde hay peligro.

Tema: Confianza.

A

XXXV Una esposa de armas tomar

un criado de Lucanor le proponen casar con la mas fuerte y brava mujer del mundo, pero le conviene económicamente y no sabe si mandarle casarse o no.

Patronio lo escucha y le aconseja con la historia de un chico que estaba con su padre con mucha pobreza sin poder echarse nada a la boca. Pero había una hija de un padre que era muy rico, pero esa chica era como el demonio encarnado por lo que nadie se quería casar con ella ya que tenia muy mal genio.

Entonces el chico le dijo a su padre que fuera habla con el padre de la chica para ver si podía casarse con ella. El padre se lo agradeció mucho y después de la boda se fueron a su casa, pero todo el mundo tenia miedo de que la chica maltratase al chico, por el mal genio que tiene. Al estar dentro se sentaron en una mesa y el chico miro alrededor y vio a un perro, al que le dijo que le diera agua a las manos. Entonces al no hacerle caso el chico saco la espada y mato al perro y lo descuartizó. Al poco vio a un gato e hizo lo mismo y también a un caballo. Entonces se lo dijo a la mujer que le hizo caso. A lo que el muchacho respondió que menos mal que le a hecho caso ya que sino la hubiera matado. Estando en la cama le dijo que al día siguiente quería un desayuno como él merecía y que no le despertase nadie. Al día siguiente llegaron los familiares y al no oír ruidos se temían lo peor. Y abrió la puerta la mujer y le dijo que no hicieran ruidos ya que podrían morir. Entonces la muchacha aprendió la lección y seria una buena chica.

Lucanor hace caso y obra bien.

Moraleja: Si desde el principio no muestra quién eres,

ya no podrás hacerlo cuando quisieres.

Tema: No mostrar como se es.

A

XXXVI El mercader engañado

Page 60: El Conde de Lucanor

Lucanor le han dicho algo malo sobre él y quiere venganza. Patronio le ve tan exaltado que le cuenta la historia de un mercader que fue una vez a un sabio a pedir un consejo.

En la ciudad había un sabio que no tenía forma de sustentarse por lo que se ganaba la vida dando consejos. El mercader fue a que le dijera un consejo, el sabio le dijo que a razón de lo que le pagara así seria el consejo. Primero le dio un maravedí pero el consejo fue una tontería y entonces le dio una dobla y el sabio le dijo que el consejo consistía en que cuando estuviera muy enfadado no hiciera nada hasta que no supiera bien la verdad.

Entonces se fue el mercader de viaje y dejo a su mujer embarazada, y estuvo mucho tiempo fuera. Tanto tiempo estuvo fuera, que el hijo ya era muy mayor. La madre que no tenía otro hijo, creía que su marido había muerto, por lo que le decía a su hijo que se acostaba con él. Cuando vino de su marido cargado de riquezas, fue a ver a su mujer (por que el no sabia que tenía un hijo), lo vio con otro y encima le decía marido se empezó a mosquear. Pero se acordó del consejo que le dio sabio y se serenó. Pero ya al ver que hasta se acostaba hasta con ella, su furia explotó, pero se acordó del consejo y escucho que llamaba a su hijo, hijo, y entonces le dijo que se había enterado de que había venido un barco y que luego se fuese a ver a su padre. Al oír esto el mercader y recordar que dejo preñada a su mujer comprendió lo que había pasado. Lucanor entendió la historia y obro bien.

Moraleja: Si obras con arrebato y vehemencia,

Raro será que no te arrepientas.

Tema: El saber cuando anticiparse.

S

XXXVIII El ahogado por codicia

i Lucanor va a un lugar, puede ganar mucho dinero, pero también corre peligro. Patronio contó la historia de lo que le sucedió a un hombre que estaba cargado de piedras preciosas y tenia que pasar un río, pero por su agonía no quiso soltar las riquezas y por lo menos pasar con vida el río; entonces se ahogó al hundirse por el peso. Lucanor hizo caso y obro bien.

Moraleja: A quien por codicia mucho se aventura

muy poco tiempo la suerte le dura.

Tema: La avaricia.

L

XLII La bequina diabólica

ucanor y unos amigos se preguntan de que manera se le podría hacer daño a alguien. Patronio le habla de un pueblo en el que había un matrimonio que se llevaban muy bien. Como esto al demonio no le gustaba empezó a meter cizaña pero no podía desavenirlos. Un día se encontró con una falsa devota y al verlo triste le preguntó que le pasaba. El demonio se lo contó con lo que la devota le ayudo ganándose la confianza de los dos. Entonces empezó a meter cizaña hasta tal punto que hizo que se mataran entre ellos, pero los familiares al enterarse de que había sido ella la condenaron a la muerte.

Moraleja: Para que no te engañen las gentes traicioneras

atiende a lo que hagan y no a lo que parezcan.

Tema: Si haces tratos con el diablo vas a salir perjudicado.

L

XLIII El Bien y el Mal, el cuerdo y el loco

ucanor tiene dos vecinos: uno al que ama pero a veces no es bueno con él; y otro al que no ama tanto y es de al misma forma con Lucanor. Patronio le contó la historia del bien y del mal que tenían una mujer se la repartieron de cintura para abajo, del mal, y de cintura para arriba del bien. Así quedó embarazada y no pudo amamantar el mal a su hijo hasta que reconociese que le había vencido el Bien.

Lo que le pasaba al cuerdo con el loco era totalmente diferente a lo anterior. El cuerdo tenia un negocio de baños y un día se fue el loco a bañarse y empezó a dar golpes a todo el mundo que estaba allí con lo que el cuerdo perdió dinero. Entonces el cuerdo pensó ir un día a bañarse y cuando apareciera le daría al loco, que lo hizo le pegó y entonces el loco salió corriendo y al toparse con un hombre le dijo que tuviera cuidado que hay dentro había un hombre que estaba loco. Lucanor entendió el consejo y obro bien.

Moraleja: El Bien con el bien derrote siempre al Mal.

Sufrir al hombre malo es una necedad.

Tema: Siempre gana el bien.

A

XLIV Los tres caballeros

Lucanor, la gente a la que crió le hizo mal y ahora desconfía de todos. Patronio le cuenta la historia de El conde don Rodrigo el Franco se casó con una mujer y esta levantó un falso testimonio. Entonces le dijo a Dios que hiciera un milagro, de este modo que, si era culpable, lo dejara patentado. Al poco su marido contrajo la lepra. Ella entonces le abandonó y después al poco se caso con el rey de Navarra. El conde vio que no se pudo curar, y dijo que se iría a pasar sus últimos días a Tierra Santa. Solo fueron con él tres caballeros muy leales a él. Estuvieron allí tanto tiempo que no tenían ni comida para comer y tuvieron que ponerse a trabajar como jornaleros. Sucedió que una noche estaban lavando al conde las llagas de los pies y piernas, y empezaron a escupir.

El conde creyéndose que lo hacían por que le tenían asco empezó a llorar. Sus caballeros para que viera que no le tenían asco empezaron a beber de la jofaina donde tenia el pus y la costra de las heridas. Luego murió, le quitaron la carne y se llevaron los huesos con ellos para volver donde vivían. Como no tenía dinero fueron pidiendo limosna llegaron a un pueblo donde quería quemar a una mujer por diversas causas y hasta que alguien la defendiera. Entonces don Pedro Núñez se dispuso a defenderla por que le dijo esa mujer que era inocente. Y entonces combatiendo su vida le quitaron un ojo y le dieron dinero para llegar a sus casas sin problemas. Cuando llegaron a donde vivían lo enterraron al conde en Osma, Y después se fueron a sus casas.

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El día en que llego Ruy González a su casa cuando le vio la mujer aparecer dijo que menos mal que había venido por que había estado mucho tiempo sin tomar carne. Él le pregunto que por que y ella respondió que le dijo que estuviera hasta que volviera a pan y agua. Cuando don Pedro Núñez volvió a su casa, y al estar solo con su mujer y parientes se empezaron a reír y el se puso muy triste. Le dijo a su mujer que cree que se están riendo de él por que esta tuerto. Entonces su mujer se clavó una aguja en el ojo y se lo quebró. Y al final Dios premio a estos caballeros por el bien que hicieron.

Lucanor comprendió que no de todos a los que hizo bien va a recibir servicios y que no por eso debe dejar de hacer el bien.

Moraleja: Aunque des con alguien que te trate mal,

no por eso dejes de obrar con bondad.

Tema: La lealtad.

R

XLV El amigo del Diablo

ecomiendan a Lucanor cosas buenas para su hacienda pero con pecado. Patronio le contó la historia de que Había un hombre que había sido rico y por circunstancias de la vida era ahora muy pobre y en estas se encontró al demonio que le dijo que si se aliara con él saldría de la riqueza, pero tendría que robar y que cada vez que lo cogieran dijera “¡socorredme don Martín!”.

Entonces se puso a robar y se iba haciendo cada vez más rico y le iban pillando y llamaba al demonio con esa frase. Y no se cansaba de robar, lo pillaban otra vez, lo salvaba, aunque cada vez mas tarde. Hasta que una vez cuando estaban a punto de ahorcarlo no encontraban soga, llamó al demonio y le dijo que le salvara entonces el demonio le dio una bolsa para que se la diera al juez creyéndose que era dinero. Pero en vez de ser esto era una soga con lo que el demonio traicionó a su vasallo y murió. Con esto aprendió Lucanor a tener fe en dios y no en el mal.

Moraleja: Quien no pone en Dios su fe y su esperanza

tendrá mala muerte, tendrá mala andanza.

Tema: La codicia.

T

XLVII La falsa miedosa

iene un hermano mayor Lucanor al que respeta, pero es menos poderoso que él y cree que siente envidia. Patronio contó en cierta ocasión lo que le sucedió a un moro con una hermana suya que era muy miedosa. Era una chica que era muy miedosa hasta el punto de que el goteo del agua le daba miedo. Tenia un hermano moro, al igual que ella, que como era muy pobre se dedicaba a robar a los muertos enterrados para quitarle las cosas de valor. Un día su hermana le dijo que se quería ir con él, a quitarle las pertenencias de un muerto que era muy rico.

Cuando llegaron a quitarle las telas tan caras con las que estaba recubierto, solo podían quitárselas de dos formas o quitándole la cabeza o rompiendo las ropas con lo que perdería todo su valor. Ella no dudó en contarle el pescuezo y irse después. Al día siguiente le paso lo mismo que cuando goteó el agua a la hermana le daba miedo. Entonces al hermano le sorprendió esto ya que no dudo al quitarle la cabeza al muerto, y por un simple goteo se asustaba.

Moraleja: Por quien no acepta lo que te conviene

no arriesgues lo que tienes.

Tema: El miedo sin sentido.

N

XLVIII Un amigo y medio

o sabe Lucanor si sus amigos harían por él tanto como dicen. Patronio, para que averigüe cual es el amigo verdadero, le cuenta lo que le ocurrió a un chico, que tenia un padre que le decía que se esforzara por tener buenos amigos.

Entonces el hijo empezó a obsequiar a sus amigos para ganarse la confianza, con lo que los amigos le decían que darían por él la vida y hasta su hacienda. Entonces el padre le pregunto que tal con sus amigos y le dijo que ya tenia por lo menos diez amigos, y que todos darían por él su vida y su hacienda. Entonces el padre le dijo que probara a sus amigos matando a un cerdo y llevándolo en un saco y que fuera a cada de sus amigos y les dijera que llevaba un cadáver y que se le podía ayudar con el asunto de él muerto que llevaba en el saco. Esto hizo y ninguno quiso ayudarle porque no quería arriesgar ni su vida ni su hacienda.

Entonces volvió y se lo dijo a su padre, y le dijo que el solo tenia amigo y medio, y que le fuera a preguntar para ver si le querían ayudar. Entonces su hijo fue primero a preguntar al que para su padre lo tenía como medio amigo y este le dijo que con el no tenía mucha amistad pero que como a su padre lo conocía lo iba a encubrir. Entonces cogió el saco y lo enterró en el huerto. Volvió el muchacho y le dijo lo que había pasado y su padre le dijo que al día siguiente cuando estuviera hablando con el que le diera un puñetazo. Hizo esto y su medio amigo le dijo que ni por esto le iba a decir a las autoridades que había enterrado ese cadáver y que él era el asesino. Cuando el hijo le dijo esto al padre, este le dijo que se lo dijera a su otro amigo. Entonces este le dijo que no se lo diría a nadie y que le guardaría el secreto. Sucedió que al poco tiempo que murió un hombre y no encontraban el cadáver, y como vieron al chico con el saco, pensaron que seria él.

Y así el chico fue juzgado y condenado a muerte. El amigo de su padre al ver que no podía hacer nada, le dijo a las autoridades que era un hijo único que él tenía. Por lo que su hijo fue ejecutado, y el chico se salvo.

Lucanor siguió el consejo y le fue bien.

Moraleja: No hay mejor amigo que Nuestro Señor

que, por redimirnos, su vida entregó.

Tema: Hay muy pocos amigos que son de verdad.

A

XLIX Una casa en al isla

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Lucanor le aconsejan que haga lo posible por ser mas rico y poderoso. Ante esto.

Patronio le contó una vez al conde lo que le sucedió al que dejaron desnudo en una isla desierta. Era un país que tenia la costumbre de cada año cambiar de rey y dejarlo desnudo en una isla desierta. Sucedió que él ultimó que había sido rey era mas listo que ninguno y dijo que le hicieran una casa donde lo iban a dejar, y allí vivió muy bien gracias a que el poder que tenía antes lo salvó.

Moraleja: Por este mundo perecedero

no pierdas el que es duradero.

Tema: La sabiduría.

P

L La vergüenza de Saladín

reguntó Lucanor a Patronio que le dijera la mayor virtud del hombre para él tenerla y Patronio le cuenta la historia de un Sultán.

Saladín era un Sultán de las tierras de oriente. Un día sucedió que donde él vivía había mucha gente, y se tuvo que ir a vivir a casa de un vasallo suyo. Para el vasallo era un gran honor tener a alguien tan importante en su casa por lo que le hospedó con toda la amabilidad del mundo. Pero sucedió que Saladín se enamoró de su mujer, por lo que pensó que si le daba mucho poder, y lo alejaba de allí podría estar con su mujer a solas. Entonces lo hizo y al que darse con su mujer a solas le dijo que le amaba mucho, y ella le contestó si le decía cual era la mejor cualidad del hombre ella haría lo que él quisiera. Entonces Saladín al no saber que contestar le dijo que le diera tiempo para hacerlo. Él le preguntaba a todo el mundo pero no encontraba a nadie que estuviera de acuerdo. Por eso tomó la decisión de irse con dos juglares por él mundo para saber la respuesta. Llegaron a un pueblecito donde encontraron a un escudero, el cual venia de cazar, y les preguntó que quienes eran. Ellos le contestaron que eran juglares, pero que estaban buscando a alguien que supiera cual es la mejor cualidad del hombre. Entonces este hombre les dijo que se vinieran a su casa, que su padre que era muy sabio les respondería. Al llegar se lo preguntaron y el viejo sabio les dijo que era la vergüenza, por que ella te hace que no hagas cosas de las que te puedes arrepentir. Entonces Saladín se dio cuenta de que tenia razón, se despidió de esta gente y volvió a su tierra. Al llegar fue muy buen recibido y se dirigió a la casa de la mujer. Le contesto la pregunta que le había formulando, entonces ella le pregunto que si se sentía mejor que los demás. Él le respondió que le daba mucha vergüenza, pero que él sentía mejor que cualquier de su época. Entonces Saladín se dio cuenta de que no amaba ya a esta mujer pero les dio mucho dinero a ellos para sus hijos con lo que tuvieron grandes riquezas. Lucanor en tendió la historia y la siguió.

Moraleja: Por vergüenza dejamos la maldad

y por vergüenza obramos con bondad.

Tema: La vergüenza.

Espacio y Tiempo

Espacio

I - La acción sucede en la casa del rey.

II - Les sucede a un hombre con su hijo de camino al mercado, con los vecinos.

V - En el bosque, durante una conversación entre un cuervo y un zorro.

VI - En un campo de lino, les sucede a un grupo de golondrinas y otras aves.

VII - Sucede en un mercado a una mujer.

IX - En Túnez, en la casa del rey del infante y en la posada de los caballeros.

X - La historia de unos hombres con unas vidas muy desgraciadas, pero que en un momento del pasado fueron ricos y afortunados.

XI - En el relato sucede en Santiago, cuidad del Deán, donde se mudan tras el nombramiento. Y Toledo, cuidad de Don Illán.

XVIII - Sucede en el Reino de León.

XIX - En el bosque, los búhos actuaban durante la noche, y los cuervos durante el día.

XX - Todo sucede en la villa de un reino donde un extranjero engaña al rey.

XXI - En la hacienda y tierras del rey, que murió y pasaron a ser del mozo, su hijo, a quién el filósofo crió.

XXIV - Durante un mes en el que el rey, ya viejo, tuvo que decidir cual de sus tres hijos era el indicado para heredar el trono.

XXV - El conde Provenza viaja a Tierra Santa de Ultramar, donde es apresado durante 15 años. Su yerno viajó a Armenia en su busca y permaneció allí mucho tiempo, después se instaló en casa del sultán.

XXVI - Todo sucede por un árbol. Pasó algún tiempo hasta que todo se fastidió por culpa de la mentira.

XXIX - Un raposo estuvo a punto de morir por pasar la noche en un gallinero.

XXX - Sucede durante el mes de febrero, en un viaje del Rey de Sevilla con su mujer a Córdoba. Un día lo pasaron en el río, otro disfrutando de la nieve.

XXXII - En el reino del rey, éste es engañado junto con su pueblo, durante unos cuantos días.

XXXIV - Todo sucede en una villa donde vivían dos ciegos.

XXXV - Sucede en la noche de bodas de un hombre muy bueno y una mujer muy mala, a la que su marido consigue meter le miedo.

XXXVI - Todo comienza en una villa; después del mercader viajó por el mar a una tierra lejana, y regresó cuando su hijo, del cual su madre estaba encima cuando el marido se fue, ya tenía 20 años.

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XXXVIII - Sucede en le paso de un río. Un hombre cayó por el peso que llevaba y terminó muriendo.

XLII - Todo ocurre en una villa donde vive un matrimonio feliz que tras un puñado de mentiras pierden la vida.

XLIII - 1.- Ocurre en una villa, en la que el bien y el Mal tienen posesiones en común.

2.- La acción sucede en unos baños públicos, propiedad de un hombre bueno en los que un loco maltrataba a la gente y por lo que el hombre bueno no tuvo mas remedio que matarle.

XLIV - Un matrimonio se rompió y la mujer se casó y fue reina con un príncipe de Navarra, el marido enfermó y murió en tierra Santa, acompañado por sus vasallos, los cuales volvieron a Castilla, a sus hogares donde sus esposas les mostraron fidelidad y amor.

XLV - Un hombre pobre antes rico, vendió su alma al diablo y tras muchos robos, murió ante todo el pueblo ahorcado.

XLVII - Un moro y su hermana se mantenían de los robos a tumbas y en una noche en la que la hermana tuvo que acudir con él, el hermano se dio cuenta lo falsa que era.

XLVIII - Sucede en un pueblo. Un consejo de un padre a un hijo, hace que juzguen a éste de asesinato, cosa que no era cierta. Lo único que hizo fue ir de puerta en puerta de sus supuestos amigos con un cordero en una bolsa.

XLIX - En una gran tierra, en la que tenían por costumbre nombrar cada año un señor que mandase en todo y después dejarlo solo y desnudo en una isla, hubo un elegido que vivió feliz en esa isla porque antes de marchar mandó construir una casa.

L - Pasa en Babilonia en la casa de el vasallo de Saladín. Las cortes del Papa y del rey de Francia. Casa del sabio.

E

Tiempo

l libro del Conde Lucanor, se desarrolla con un modelo social dominante propiamente feudal. La obra es escrita en el siglo XIV, donde encontramos grandes diferencias sociales. Existían dos estamentos: uno era el estamento privilegiado y otro el estamento popular. En el estamento privilegiado se encontrarían el rey la nobleza y el clero y en el estamento popular estarían los artesanos, comerciantes y campesinos.

El personaje creado por don Juan Manuel, sería un miembro de la nobleza. En muchas ocasiones los señores feudales eran incluso más poderosos que el propio rey.

Los Personajes

P

ersonajes principales y comunes en todos los cuentos:

El conde Lucanor: Personaje idealizado, preocupado por la opinión de la gente que le rodea. Tiene muy claros sus ideales: lealtad, honradez, humildad. Actúa siempre que puede de acuerdo con la moralidad cristiana. Aún siendo un noble el conde pasa también momentos económicos difíciles. Soñador, a veces demasiado crédulo.

Patronio: Es también un personaje idealizado. Gran sabio conocedor de las intenciones de la gente, mejor consejero del conde y en el que tiene plena confianza. Es realista y es capaz de “abrir los ojos” al conde Lucanor.

Decimos que estos dos personajes son idealizados porque no representan la realidad de la época. Lo normal no era que un importante señor pidiera consejo a un vasallo, sino que le obligara a pagarle muchos impuestos y a lo mejor llegara a maltratarle. Este hecho es el que denuncia don Juan Manuel; y se le considera algo importante ya que es algo basado en lo que llegaría más tarde.

Los antagonistas: Son los personajes que aconsejan mal al conde. Suelen ser personas malas que solo quieren confundirle. Algunos son vecinos, parientes o conocidos que suelen querer aprovecharse del conde.

Otros personajes secundarios e independientes:

Cuento I: un rey, un ministro, otros ministros suyos.

Cuento II: un honrado labrador, su hijo.

Cuento V: una zorra, un cuervo.

Cuento VI: una golondrina, otros pájaros, el hombre que sembró lino.

Cuento VII: doña Truhana.

Cuento IX: dos caballos, dos caballeros, un león.

Cuento X: un hombre pobre, otro hombre más pobre.

Cuento XI: un deán de Santiago, don Illán.

Cuento XVIII: don Pedro Meléndez de Valdés.

Cuento XIX: los cuervos, los búhos.

Cuento XX: un rey, un hombre que sabía hacer oro.

Cuento XXI: un rey, su padre, un gran filósofo.

Cuento XXIV: un rey, sus tres hijos.

Cuento XXV: el conde de Provenza, Saladín.

Cuento XXVI: la Mentira, la Verdad.

Cuento XXIX: un zorro, habitantes del pueblo.

Cuento XXX: rey Abenanet, su mujer Romaiquia.

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Cuento XXXII: un rey, unos pícaros.

Cuento XXXIV: dos ciegos.

Cuento XXXV: un mozo, una muchacha de muy mal carácter.

Cuento XXXVI: un mercader, su mujer, su hijo, un sabio.

Cuento XXXVIII: un hombre cargado de piedras preciosas.

Cuento XLII: una falsa devota, un matrimonio, el demonio.

Cuento XLIII: el Mal, el Bien, el cuerdo, el loco.

Cuento XLIV: don Pedro Nuñez el leal, don Ruy Gómez Ceballos, don Gutierre Ruiz de Blanquillo, el conde don Rodrigo el Franco.

Cuento XLV: el demonio, uno que se hizo vasallo suyo.

Cuento XLVII: un moro, su hermana.

Cuento XLVIII: un hombre que probaba a sus amigos, su padre, los amigos del hijo, los amigos del padre.

Cuento XLIX: un rey al que dejaron desnudo.

Cuento L: Saladín, un vasallo suyo, su mujer, unos juglares.

Genero y Estilo

E

Género

l género es épico o didáctico y el subgénero es cuento.

a) Es una narración porque cuenta hechos reales o imaginarios que les sucede a unos personajes reales o inventarios, en un tiempo y espacio concretos. Contados por un narrador en orden cronológico desde una perspectiva. La característica fundamental es la verosimilitud.

b) Género: es épico en prosa, es decir, que predomina el mundo exterior del autor, observa la realidad externa, transformada en una ficción literaria

Subgénero: es un cuento, ya que relata un relato breve de ficción, si tiene intención moral es un apólogo.

D

Estilo

on Juan Manuel escribe con un estilo sencillo, preciso y claro. De todas estas cualidades prefiere la claridad, lo cual le obliga a no dejar ningún cabo suelto, aunque tenga que repetirse una y otra vez. Trata de expresar su propio pensamiento por lo que evita en lo posible el uso de latinismos y su prosa, como toda la literatura medieval, tiene carácter didáctico.

Valoración Personal

P

ienso que un libro, escrito a conciencia para aconsejarnos, sobre situaciones que nos suceden alo largo de la vida, tiene mucho trabajo, pero a la vez es lo más sencillo. A cualquier persona le puede ser útil, por uno o por otro ejemplo.

Es divertido, porque lo explica todo con relatos ocurridos hace mucho tiempo o con fábulas populares. La moraleja es fácil de entenderla.

Me ha gustado porque a pesar de que es didáctico y bonito a la vez, no se hace pesado aunque todos los ejemplos tienen el mismo esquema. Y también tiene una cosa buena que está adaptado.

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