EL COSTO DE NO HACER NADA

EL PRECIO HUMANITARIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y CÓMO EVITARLO

Huracán Dorian, Abaco, Norte de las Bahamas, Septiembre de 2019 © John Engedal Nissen – Cruz Roja Danesa

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) es la red humanitaria de voluntarios más grande del mundo. Junto con nuestras 190 sociedades miembro de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en todo el mundo, estamos en todas las comunidades y llegamos a 160,7 millones de personas al año a través de servicios a largo plazo y programas de desarrollo, así como a 110 millones de personas a través de programas de respuesta en caso de desastres y de recuperación temprana. Actuamos antes, durante y después de los desastres y las emergencias de salud para satisfacer las necesidades y mejorar las vidas de las personas vulnerables. Lo hacemos con imparcialidad en relación a la nacionalidad, la raza, el género, las creencias religiosas, la clase y las opiniones políticas.

Nuestra fuerza reside en nuestra red de voluntarios, nuestros conocimientos especializados basados en comunidades y en nuestra independencia y neutralidad. Trabajamos para mejorar los estándares humanitarios, como socios en el desarrollo, y en respuesta a desastres. Persuadimos a los responsables de la toma de decisiones para que actúen en todo momento en interés de las personas más vulnerables. El resultado: hacemos posible comunidades saludables y seguras, reducimos los aspectos vulnerables, reforzamos su capacidad de recuperación y promovemos una cultura basada en la paz en todo el mundo.

© Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Ginebra, 2019

Está autorizado citar, copiar, traducir a otros idiomas o adaptar a las necesidades locales cualquier parte de esta publicación sin nece-sidad de solicitar previamente la aprobación de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, siempre que se indique la fuente de manera expresa e inequívoca.

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EL COSTO DE NO HACER NADA

EL PRECIO HUMANITARIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y CÓMO EVITARLO

Sequía, Afganistán, 2019 © Meer Abdullah, Sociedad de la Media Luna Roja Afgana

CONTENIDOS

Introducción 1

Resumen ejecutivo 3

El cambio climático es un problema humanitario 7

La ayuda será más cara en un mundo más cálido 11

Aún hay tiempo de actuar 21

Conclusión 29

Metodología 33

Inundaciones, Noruega, 2018© Cruz Roja Noruega

AGRADECIMIENTOS

AGRADECIMIENTOSEste informe contiene aportaciones de:

Brian Walsh, Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación

Dan Walton

Stéphane Hallegatte, Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación

Julie Arrighi, Centro sobre el Clima / Centro Global para la Preparación para Desastres de la Cruz Roja y la Media Luna Roja

Matthew Cochrane, FICR

Alison Freebairn, FICR

Maarten Van Aalst, Centro sobre el clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja

Michael C. Marshall

Derk Segaar, FICR

La FICR también querría agradecer a los siguientes revisores:

Bianca Adams, Ruth Hill y Niels HolmNielsen, Banco Mundial

Pablo Suarez, Centro sobre el clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja

Dr Jemilah Mahmood, Cécile Aptel, Tessa Kelly, David Fisher y Kirsten Hagon, FICR

Infografías de: Stéphane Kluser (Komplo)

Diseño y maquetación: Yann le Floc’h

Traducción en Español: Translators Without Borders (TWB) con el apoyo de la Cruz Roja Americana

Typhoon Yutu (Rosita), Filipinas, 2018© Joonas Brandt – Cruz Roja Finlandesa

1

INTRODUCCIÓNA diario escucho historias sobre el sufrimiento ocasionado por las consecuencias humani-tarias del cambio climático en las comuni-dades de todo el mundo. Los voluntarios de la Cruz Roja y la Media Luna Roja hablan de paisajes resecos tras las constantes sequías y de cosechas, hogares y medios de vida devas-tados por inundaciones y ciclones. Escucho

que las comunidades de las islas viven ame-nazadas. Que se producen muertes innece-sarias durante las olas de calor en las princi-pales ciudades de todo el mundo. Al ver este informe de la FICR, pienso en este sufrimiento y me imagino cómo sería si aumentara un 50 por ciento en diez años. Y me imagino que se doble para 2050.

“Está claro que el costo de no hacer nada es muy elevado. Pero no hay razón para que 200 millones de personas deban pagarlo en 2050”

Esto ya es lo suficientemente alarmante. Aún más impactante son las consideraciones sobre cómo la crisis climática puede afectar los impulsores del conflicto, o el riesgo potencial futuro de mayores epidemias y olas de calor, no incluido aquí. El verdadero costo de no hacer nada probablemente será mucho más alto que las estimaciones presentadas en este reporte.

Está claro que el costo de no hacer nada es muy elevado. Pero no hay razón para que 200 millones de personas deban pagarlo en 2050, ya que estas previsiones también muestran que hay una opción de hacer algo decisivo, ahora. Este posible futuro, el del sufrimiento creciente, las comunidades rotas, los costos en aumento y las posibilidades frustradas, no llegue a pasar.

Ninguna organización, red o gobierno puede acabar con la crisis climática de la noche a la mañana, pero podemos trabajar juntos para

evitar que una catástrofe climática compro-meta a cientos de millones de vidas desas-tre tras desastre. Podemos conseguirlo asegu-rándonos de que los recursos y la experiencia estén donde más se necesitan, en medidas de adaptación que se extiendan a las comunida-des con mayor riesgo.

Sabemos que el costo de no hacer nada es mucho más elevado. Así que ahora es el momento de actuar, sabiendo que actuando podemos salvar las vidas, los medios de subsis-tencia y la dignidad de millones de personas.

Francesco Rocca, Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja

Ciclón Idai, Mozambique, 2019© Katie Wilkes – IFRC

3 RESUMEN EJECUTIVO

RESUMEN EJECUTIVO

Figura 1. Aumento de la población necesitada de asistencia humanitaria como resultado de desastres relacionados con el clima entre 2030 y 2050 (bajo un escenario pesimista)

En 2050, 200 millones de personas al año podrían necesitar ayuda humanitaria internacional como resultado de una com-binación cruel de desastres ocasionados

por fenómenos climáticos y del impacto socioeconómico del cambio climático. Esto representa casi el doble de los 108 millones de personas que se estima que necesitan

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2018

4 RESUMEN EJECUTIVO

ayuda actualmente del sistema humani-tario internacional debido a inundaciones, tormentas, sequías e incendios. Incluso en 2030, que está a solo una década de distan-cia, esta cifra podría aumentar casi un 50 por ciento. Si permitimos que el número de personas necesitadas aumente, paga-remos un alto precio. Actualmente, no hay suficientes recursos para ofrecer la ayuda más básica a todas las personas que la necesitan tras los desastres ocurridos por fenómenos climáticos. Según la cantidad de ayuda ofrecida y el origen de las estima-ciones de los costos, satisfacer las necesi-dades actuales a los financiadores interna-cionales les cuesta de 3,5 a 12 mil millones de dólares al año. En 2030, esta financia-ción podría aumentar a 20 mil millones de dólares al año.

Estas cifras son el resultado de un aná-lisis de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) y de destacados científicos y economistas. Representan el posible costo de no hacer nada para ayudar a las comu-nidades a adaptarse al cambio climático.

Si bien existe un costo claro de no hacer nada, también existe una posibilidad de hacer algo. Aunque no se puede evitar que sucedan tormentas, ciclones, olas de calor y otros peligros climáticos relacionados con la meteorología, podemos hacer algo con los impactos que producen. Se pueden adoptar medidas para que el desarrollo sea más inclusivo, y para reducir mejor el riesgo y gestionar los desastres climáticos. Es vital invertir en la adaptación al cambio climá-tico, y en desarrollar la resiliencia en las comunidades, los países y las regiones en peligro. Al ayudar a las comunidades y los países a prepararse y adaptarse, se reduce el número de personas que necesitan ayuda humanitaria y la cantidad de dinero que requieren las organizaciones humanitarias internacionales. Es fundamental mitigar el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de carbono. Sin embargo, aunque dejásemos de emitir carbono mañana, el mundo continuaría calentán-dose por décadas y el nivel del mar segui-ría creciendo durante muchos siglos. Por lo tanto, además de mitigar el cambio cli-mático, adaptarse a este es indispensable si queremos continuar prosperando en un mundo en fase de calentamiento.

Mediante acciones más decididas y ambi-ciosas, el número anual de personas que necesiten ayuda humanitaria internacio-nal como consecuencia de los desastres climáticos podría disminuir a 68 millones en 2030 e incluso hasta 10 millones en 2050, una disminución del 90 por ciento en comparación con las estimaciones actuales. Estas diferencias muestran que un desarrollo rápido, inclusivo e informado sobre el clima y el riesgo climático puede reducir significativamente tanto los efectos del cambio climático como el costo de la ayuda humanitaria. Lo más importante es que al proteger a la población de las con-secuencias predecibles y graves del cam-bio climático, se disminuye el sufrimiento humano innecesario e inaceptable y se salvarán innumerables vidas. Este análisis es un primer paso en un tema complejo. El objetivo es destacar la importancia del problema, aunque existen dudas sobre las cifras exactas. De alguna forma representan un escenario pesimista del cambio climá-tico, inversiones insuficientes para la adap-tación y patrones de desarrollo desiguales. Los cálculos elaborados se basan en esce-narios de cómo evolucionará el mundo en el futuro, en cuanto a crecimiento econó-mico, desigualdad, demografía y cambio climático. La incertidumbre en estos cam-bios, y en futuras decisiones de políticas, se traduce en incertidumbre sobre las futuras necesidades humanitarias. No obstante, incluso teniendo en cuenta esas conside-raciones, puede que estos cálculos estén subestimados. Esto se debe a que se han ignorado muchos factores que contribui-rán a las necesidades y los costes humani-tarios futuros. Por ejemplo, el análisis omite el costo de la recuperación de un desastre a largo plazo, centrándose únicamente en la ayuda inmediata. Tampoco tiene en cuenta los posibles costos añadidos de responder a las crisis climáticas en áreas afectadas por conflictos. Además, estos cálculos se cen-tran en la ayuda humanitaria internacional y no incluyen los elevados costos financie-ros y humanos derivados de los desastres que gestionan localmente los gobiernos, las aseguradoras y otras fuentes. A raíz de esto, el verdadero costo de no hacer nada puede ser incluso mayor que los cálculos presen-tados aquí.

5 RESUMEN EJECUTIVO

HALLAZGOS CLAVESUFRIMIENTO CRECIENTEEl número de personas afectadas por el cambio climático y que necesitan ayuda humanitaria internacional podría ser el doble en 2050.

COSTES EN AUMENTOAún en el escenario pesimista presentado en este informe, el costo de responder a las necesi-dades en aumento como resultado del cambio climático aumentará entre 3,5 y 12 mil millo-nes de dólares en la actualidad a 20 mil millones de dólares al año en 2030.

EL CAMBIO CLIMÁTICO ES UNA DOBLE AMENAZAEl cambio climático supone una doble amenaza para las comunidades vulnerables:Produce fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, intensos e impredecibles como inundaciones, sequías y calor extremo. Su efecto macroeconómico podría reducir los salarios y la resiliencia de aquellos más pobres, haciendo que sean menos capaces de gestionar las cri-sis y más dependientes de la ayuda internacional.Es probable que se subestimen los resultados presentados aquí. Este informe no tiene en consideración cómo puede afectar el cambio climático en las cau-sas del conflicto o los posibles impactos futuros y los costos de las epidemias y las olas de calor. El verdadero costo de no hacer nada podría ser mucho mayor. Aún hay tiempo de hacer algo. Este informe muestra que invertir en la adaptación climáticapuede reducir de forma drástica los efectos del cambio climático, en especial si las medidas de adaptación priorizan a los más pobres y vulnerables. El informe propone medidas en tres áreas:

REDUCIR LA VULNERABILIDAD Y EL RIESGO A LARGO PLAZOEdificios más resistentes, infraestructuras con más capacidad adaptativa e infraestructuras especializadas como diques y estaciones de bombeo que protejan a la población y las economías y reduzcan la posibilidad de que un peligro meteorológico se convierta en una catástrofe climática.

ANTICIPARSE A LAS CATÁSTROFES, MEJORAR LAS ALERTAS TEMPRANAS Y REFORZAR LA RESPUESTA ANTE LAS EMERGENCIASAún seguiremos teniendo la necesidad de responder a las catástrofes, pero la manera en que los grupos de ayuda y los gobiernos responden mejorará notablemente. Hay dos puntos vitales: más énfasis en los sistemas de alerta temprana para que lleguen a las comunidades vulnerables, y mecanismos nuevos y creativos para financiar la respuesta humanitaria antes de que ocurra una catástrofe.

RECONSTRUIR Y REPARAR PENSANDO EN LA SIGUIENTE EMERGENCIALos pasos que se den tras una emergencia climática pueden reducir en gran medida el efecto de peligros futuros. En su conjunto, estas medidas ahorrarán dinero y, aún más importante, salvarán vidas y disminuirán el sufrimiento de millones de personas.

Inundaciones, Bangladesh, 2017© Aminul Shawon – Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh

7 CAPÍTULO I

EL CAMBIO CLIMÁTICO ES

UN PROBLEMA HUMANITARIO

El clima de nuestro planeta se está calentando rápidamente como resultado de las emisio-nes de gases de efecto invernadero como el uso de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas. Se calcula que la temperatura mundial ha aumentado 1,1°C desde 1850 y para 2100 la temperatura podría aumentar 4°C o más.

El calentamiento produce efectos de rebote en todos los aspectos de nuestro clima, que afecta a la sociedad. Lo más evidente es que el clima se está calentando. El 25 de julio de 2019, París experimentó una tempera-tura récord de 42,6° C.1 La capa de hielo de Groenlandia y partes de la capa de hielo de la Antártida se están descongelando, un fenómeno con consecuencias mundiales que incluyen el aumento del nivel del mar. Un mundo más cálido también es un mundo con mayores extremos climáticos, hay tantas regiones que sufren precipitaciones más fre-cuentes e intensas, así como sequías, repitién-dose en ciclos muy próximos. Cuando se com-bina el clima cálido y seco, los incendios se vuelven más habituales y más intensos.

El cambio climático también está afectando a los fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes. Los fenómenos más peligrosos se están volviendo más frecuentes.

Por ejemplo, a principios de septiembre de 2019, el huracán Dorian devastó las comuni-dades del Norte de las Bahamas. En tan solo unos días, los científicos relacionaron esa tor-menta, las más fuerte en tocar tierra, con el cambio climático.2 En 2017, el huracán Harvey causó inundaciones extensas y catastróficas en Houston, Texas. Un análisis posterior reali-zado por la asociación Mundial de Atribución Meteorológica mostró que el cambio climá-tico aumentó la probabilidad de que suce-diera este fenómeno grave por tres, en com-paración con principios de 1900.3 Asimismo, las inundaciones en Perú en 2017 afectaron a más de 1,2 millones de personas.4 Se ha calcu-lado que debido al cambio climático se han vuelto al menos 1,5 veces más probables.5

Un clima más extremo e inestable aumenta la urgencia del desarrollo inclusivo y de la ayuda humanitaria efectiva, ya que muchos fenóme-nos suponen un riesgo directo para la vida, los alimentos y los suministros de agua así como los medios de subsistencia. De manera más insidiosa, el cambio climático amenaza la agricultura y a su vez la seguridad alimen-taria. Las sequías, las olas de calor y las tor-mentas violentas pueden destrozar los culti-vos y matar el ganado, causando una posible escasez de alimentos y la pérdida de los medios de vida que agraven la malnutrición,

8 CAPÍTULO I

la inseguridad política y el riesgo de ham-bruna. A largo plazo, la siembra de cultivos tradicionales se puede volver insostenible en algunas zonas, por ejemplo si una región se vuelve más propensa a tormentas y huracanes o si la tierra se vuelve salada por el aumento del nivel de los mares.

En conjunto, estos fenómenos meteorológi-cos suponen un obstáculo para la previsión de servicios básicos como la sanidad, la electrici-dad, el agua y el saneamiento.6 Además, afec-tan a la salud de la población, la productivi-dad y el bienestar y ralentizan el desarrollo y la eliminación sostenible de la pobreza. 7 No obs-tante, la hambruna grave, los edificios derrui-dos y la pérdida de medios de subsistencia no son "catástrofes naturales". Al contrario, repre-sentan nuestro fracaso como comunidad glo-bal para prepararnos ante fenómenos meteo-rológicos extremos y adaptarnos a un entorno cambiante. Las sociedades bien adaptadas y resistentes suelen superar los fenómenos

meteorológicos extremos con menor número de muertes y de bienes dañados. Por ejemplo, a pesar de que una gran sequía siempre es un reto, incluso una fuerte sequía no debería cau-sar hambre, y menos una hambruna, en una sociedad resistente. En la mayoría de casos, las personas con acceso a la ayuda adecuada, ya sean amigos y familiares, herramientas financieras o sistemas sociales de protección, pueden recuperarse rápidamente de las cri-sis. El desafío de las sociedades es adaptarse al clima cambiante, para que estén prepara-das cuando ocurra la siguiente amenaza cli-mática. Los gobiernos y las agencias de ayuda juegan un papel vital salvando vidas inme-diatamente después de una crisis y distribu-yendo alimentos, agua y asistencia médica. Pero frente al costo humanitario del cambio climático, eso solo es una ayuda temporal. Lo que se necesita es una solución rentable a largo plazo. Invertir en medidas de adapta-ción ahora puede ahorrarnos miles de millo-nes en ayuda humanitaria después.

LA RED DE LA CRUZ ROJA Y LA MEDIA LUNA ROJA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) es la red humanitaria más grande del mundo. Formada por 190 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la FICR lleva a cabo operaciones de ayuda para asistir a las personas afectadas por desastres y crisis.

La FICR no puede ayudar a todos aquellos afectados por un desastre, así que se centra en las personas más vulnerables: quienes no pueden ayudarse a sí mismos y que además es poco probable que reciban ayuda de otras fuentes. Esto suele incluir mujeres y niños, personas discapacitadas, personas mayores, grupos marginados como los migrantes, personas que viven en extrema pobreza y comunidades a las que nos es difícil llegar. Tan solo en 2017, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja ayudaron a casi 49 millones de personas mediante respuestas a desastres y ayuda para la recuperación temprana.8

Además de la ayuda de respuesta inmediata, los miembros de la FICR ayudan a los países a prepararse y responder al cambio climático, incluidas la adaptación al riesgo y su reducción a largo plazo. En 2017, llegamos a unos 52 millones de personas con programas diseñados para reducir los riesgos relacionados con el clima.9

Para apoyar estas iniciativas, la FICR ha establecido un Centro del Clima (Climate Centre) para ofrecer conocimiento y asesoría sobre prácticas respetuosas con el clima para toda la red de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

© Emil Helotie – Cruz Roja Finlandesa

9 CAPÍTULO I

1 https://www.bbc.com/news/world-europe-49108847

2 “El calentamiento global aumentó el tamaño del huracán Dorian, hizo que fuera más húmedo y más mortífero". 2019. https://www.theguardian.com/commentis- 6 free/2019/sep/04/climate-crisis-hurricane-do-ri-an-floods-bahamas?CMP=share_btn_tw

3 “El cambio climático ha triplicado las posibili-dades de sufrir lluvias que batan récords tras el huracán Harvey". 2017. Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. https://climatecentre.org/downloads/files/ RCCC-Hurricane%20harvey%20RC%20V7.pdf

4 “Inundaciones in Perú”. 2017. IFRC. https://media.ifrc.org/ifrc/what-we-do/disaster-and-crisis-management/floods-in-peru/

5 Herring, S.C., N. Christidis, A. Hoell, M.P. Hoerling, P.A. Stott. “Explicación de los

fenómenos extremos de 2017 desde una perspectiva climática". Boletín de la American Meteorological Society, vol. 100, páginas S1-S117. 2019. https://doi.org/10.1175/ BAMS-ExplainingExtremeEvents2017.1

6 Hallegatte, S., Rentschler, J. y Rozenberg, J. Lifelines: Tomando Acción hacia una Infraestructura Más Resiliente. Banco Mundial, 2019.

7 Hallegatte, S., Vogt-Schilb, A., Bangalore, M., y Rozenberg, J. (2016). Irrompible: el desarro-llo de la Resiliencia de los pobres frente a desastres naturales. Publicaciones del Banco Mundial.

8 http://data.ifrc.org/fdrs/

9 https://www.ifrc.org/PageFiles/40786/Fact%20Sheet%20-%202018%20DRR%20Mapping_Final.pdf

NOTAS FINALES

Tornados en Ottawa-Gatineau, Canadá, 2018© Cruz Roja Canadiense

11 CAPÍTULO II

LA AYUDA TENDRÁ UN COSTO MÁS

ELEVADO EN UN MUNDO MÁS CÁLIDO

Si bien no todas las personas afectadas nega-tivamente por crisis climáticas necesitarán asistencia humanitaria internacional, muchas sí lo harán. Cuantos más efectos dañinos cau-sados por el cambio climático se produzcan, más personas en todo el mundo necesitarán ayuda humanitaria internacional cada año. También existe el riesgo de que las crisis más intensas causen que las personas afectadas caigan en la pobreza o que queden atrapa-das en la pobreza cuando podrían salir de ahí. Como consecuencia, aumentará la cantidad de dinero que necesitarán las agencias de

ayuda como la FICR. Para calcular el aumento de costes, la FICR y el Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja han utilizado la metodología y los datos del informe del Banco Mundial sobre el impacto de los efec-tos del cambio climático en la pobreza.1 Este informe de 2015 demostró dos cosas: que el cambio climático es un obstáculo impor-tante en la erradicación de la pobreza, y que el desarrollo inclusivo y efectivo ayuda a las personas a escapar de la pobreza aún a pesar de los efectos del cambio climático.

PREMISAS BÁSICASEl nuevo análisis examina tres periodos: la actualidad (representado por el 2018), el 2030 y el 2050. En el análisis se supone un futuro climático actuando como hasta ahora, en que las emisiones de gases de efecto invernadero continúen aumentando, la temperatura siga subiendo y el resto de efectos del cambio cli-mático sigan creciendo. En el análisis tam-bién se supone que las tendencias demográ-ficas y económicas continúen, pero se utilizan dos hipótesis diferentes sobre cómo cambia-rán las cosas en el futuro. Una de las hipó-tesis (SSP5) supone un crecimiento rápido e

inclusivo en los salarios y un crecimiento lento de la población, mientras que la otra hipó-tesis (SSP4) supone un crecimiento econó-mico más lento, mayor desigualdad y un cre-cimiento más rápido de la población. Una mayor población conlleva que habrá más per-sonas viviendo en zonas propensas a desas-tres, por lo que habrá más personas expues-tas a cualquier desastre. No obstante, paliar la pobreza mundial reducirá parcialmente el riesgo elevado: las personas con más recur-sos económicos enfrentan un riesgo menor durante los desastres

Lo que considera este informe

Lo que no considera este informe

Lo que viene incluido en este informe

Asistencia Humanitaria

Fondos humanitarios

12 CAPÍTULO II

COSTO DE LA AYUDA PER CÁPITAEl análisis primero calcula el costo per cápita para los financiadores internacionales que proveen de ayuda humanitaria básica de emergencia a las personas afectadas por desastres climáticos. Por desgracia, aún no hay una base de datos centralizada y estan-darizada que recoja cómo utiliza los fondos el sector humanitario en un desastre aislado. Nuestro análisis identifica dos maneras de cal-cular el costo per cápita.

Primero, los datos más completos son los de la Plataforma GO de la FICR, que hace un seguimiento sobre cómo responden a las diferentes emergencias la FICR y su miem-bro Sociedades Nacionales. Según los datos de la FICR, en 2018 el costo de ayudar a cada persona afectada era de entre 18 y 61 dóla-res, según el nivel de ingresos del país afec-tado. Sin embargo, es un cálculo a la baja, ya

que el conjunto de datos es limitado en lo que se refiere a países con mayores ingresos. Asimismo, la mayoría de las ayudas humani-tarias respaldadas por la FICR se centran en atender solo las necesidades a corto plazo más apremiantes. Los cálculos de los costes totales en el ámbito doméstico están disponi-bles en el informe Inquebrantable de 2017 del Banco Mundial (Unbreakable report).2 Suelen ser bastante más elevados que estas cifras, pero se extienden más allá de las competen-cias de casi todas las definiciones de ayuda humanitaria.

Segundo, este estudio calculó la cantidad per cápita empleada por la ONU y otras agencias que trabajan en el proceso de llamamien-tos unificados. Nuestro análisis señala que el costo per cápita se acerca más a los 112 dóla-res (ver apéndice de metodología para más

Sequías

In

undaciones

Tormentas

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Alimentación

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ugio de emergenciaSo

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a corto plazo

Su

bvenciones

Cruz Roja

Media Luna Roja

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largo plazo

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Inseguridad

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internacional

200 millones de personas20$ mil millones de dólaresEscenario pesimista

Escenario de “actividad económica habitual”

Herramientas

Resultados

Calcular el Costo de No Hacer Nada

18$-112$ 108 millones de personas

Cálculo del costo per cápita Número total de personas que necesitan apoyo

actual

en el nivel de pobreza

costo per cápita

Ay

uda humanitaria

13 CAPÍTULO II

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UN OCHA HDX

14 CAPÍTULO II

detalles). Dada las limitaciones de este aná-lisis, no es posible hacer una comparación

directa entre los costes per cápita de la Cruz Roja y los de la ONU.

NÚMERO DE PERSONAS AFECTADAS POR DESASTRES CLIMÁTICOSPara determinar la cantidad de financiación humanitaria anual necesaria, se combinaron los dos cálculos de ayuda per cápita con el cálculo de personas que necesitan ayuda de emergencia cada año debido a desastres cli-máticos: tanto ahora como en el futuro.

Se obtuvo un cálculo del número de personas afectadas por desastres climáticos cada año de la Base de datos de fenómenos de emer-gencia (EM-DAT), que llevó a cabo el Centro para la Investigación de la Epidemiología de los Desastres (CRED)3. En la última década, una media de 206 millones de personas se vieron afectadas anualmente por tormentas, inundaciones, sequías e incendios.

Para entender cuántas de esas personas pue-den necesitar ayuda humanitaria, se redujo el total para incluir solo a personas con ingre-sos menores a 10 USD dólares al día. Múltiples estudios indican que las personas con ingresos menores a 10 USD dólares al día son vulnera-bles de volver a caer en la pobreza en caso de

una crisis.4 Por tanto, se supuso que las perso-nas por debajo de este umbral no tienen los recursos necesarios para hacer frente a una crisis, como ahorros y un seguro o apoyo sufi-ciente de amigos, familiares o del gobierno. Las personas por encima de ese umbral son menos proclives a caer en la pobreza, aunque naturalmente pueden quedar muy afectadas de otras formas.

El número de personas por debajo de 10 dóla-res al día se calcula usando la Base de Datos de Seguimiento Global, una recogida armonizada de la última encuesta de ingresos y gastos de unos 140 países.5 Esto lleva a una estimación de 108 millones de personas necesitadas de apoyo externo al año. Dado que el umbral de 10 dólares/día es una fuente de incertidumbre, el anexo de metodología ofrece un análisis de sensibilidad utilizando un umbral de 6 dóla-res/día. Aunque el umbral más bajo reduce el número de personas necesitadas, no hay mucha diferencia con el aumento relativo de los necesitados debido al cambio climático.

NÚMERO DE PERSONAS QUE NECESITAN AYUDA HUMANITARIA INTERNACIONALPosteriormente, el análisis calcula cuán-tas personas se verán afectadas por desas-tres naturales en el futuro y cuántas de ellas serán incapaces de sobrevivir y recuperarse sin ayuda externa, más allá de lo que puedan ofrecerles sus gobiernos, comunidades y orga-nizaciones locales.6 Existen dos factores que generarán la necesidad de ayuda humanita-ria en el futuro.

Primero, las personas de bajos ingresos son más vulnerables a los desastres; sin embargo, el cambio afectará a sus ingresos y, por lo tanto, al número de personas vulnerables. Por ejemplo, un incremento de la temperatura limitará la capacidad de trabajar de las per-sonas. Si bien el crecimiento económico redu-cirá el número de personas que necesitan asistencia humanitaria externa, se espera que

15 CAPÍTULO II

el cambio climático aumente este número al frenar el crecimiento económico y la reduc-ción de la pobreza.7

En segundo lugar, el cambio climático afec-tará la cantidad de personas expuestas a los desastres cada año, debido a la alta proba-bilidad de peligros producidos por el clima. En particular, los eventos climáticos extremos

como tormentas y huracanes serán más fre-cuentes, más intensos o ambos. Si una región sufre inundaciones más frecuentes o descu-bre que sus huracanes son en promedio más intensos, es más probable que las personas que viven allí se vean afectadas. El resultado es que cada año una mayor parte de la pobla-ción mundial se verá afectada por desastres relacionados con el clima.

CREAR ESCENARIOS: EL COSTO DE NO HACER NADACombinamos estos dos procesos en un con-junto de escenarios, de modo que podamos explorar diferentes posibilidades de cómo evolucionarán las necesidades humanitarias en el futuro dependiendo de las tendencias socioeconómicas y de las decisiones políti-cas. Utilizamos estos escenarios para estimar cuántas personas se verán afectadas por un desastre relacionado con el clima cada año y cuántas de ellas serán lo suficientemente vul-nerables como para necesitar ayuda huma-nitaria. Los resultados ofrecen una gama de futuros drásticamente diferentes, depen-diendo en gran medida de nuestras eleccio-nes de hoy.

En los dos escenarios más optimistas, la necesidad de ayuda humanitaria internacio-nal externa prácticamente desaparece para 2050. Esto ocurre incluso si el número de per-sonas afectadas por los desastres aumenta, porque los hogares y las economías se vuelven más autosuficientes a medida que aumen-tan sus ingresos. Por supuesto, esto se basa en supuestos extremos: un crecimiento eco-nómico rápido e inclusivo con una mejora paralela de la capacidad y la voluntad de los gobiernos y las entidades locales de prestar apoyo a las poblaciones afectadas y un cam-bio climático limitado. Además, si los países se enfrentan constantemente a desastres debi-dos al cambio climático, esto sigue siendo una forma de daño. Sin embargo, se pueden ela-borar hipótesis en las que casi todos los paí-ses puedan hacer frente a los desastres rela-cionados con el clima por sí solos para el año 2050, incluso con el cambio climático.

En el escenario más pesimista, el panorama es muy diferente. El número de personas necesitadas aumenta considerablemente cada año de aquí a 2030 (un aumento del 66 por ciento) y casi se duplica de aquí a 2050 (un aumento del 85 por ciento). En este esce-nario, el crecimiento económico no es lo sufi-cientemente rápido como para compensar el efecto del cambio climático en el número de personas afectadas por los desastres naturales cada año. Este resultado pone de relieve que los impactos del cambio climático sobre el bienestar humano dependen tanto del con-texto socioeconómico como de los impactos físicos del propio cambio climático.

Estos cambios provocan cambios significati-vos en el costo relativo de la ayuda humanita-ria. Los costes totales anuales disminuyen en la mayoría de los escenarios debido al creci-miento económico que saca a la gente de la pobreza. Sin embargo, en el escenario pesi-mista hay un gran aumento de los costes: un 35 por ciento en 2030 y más del 50 por ciento en 2050. La mayor parte del aumento se produce en los países con bajos ingresos donde el aumento de los costes supera el 350 por ciento en el escenario pesimista (véase el apéndice para más información sobre la dis-tribución de los ingresos).

La Figura 1 aísla el impacto esperado del cam-bio climático en el número de personas que necesitan ayuda humanitaria debido a desas-tres relacionados con el clima y el correspon-diente aumento del costo humanitario (en relación con las necesidades actuales). Se espera que el cambio climático aumente tanto la necesidad como el costo de la ayuda

16 CAPÍTULO II

en todos los escenarios de referencia. Sin embargo, la magnitud del aumento depende en gran medida de nuestras elecciones socia-les. En 2030, en la hipótesis optimista, que supone un crecimiento económico rápido e inclusivo, el cambio climático aumenta en 21 millones el número de personas que necesi-tan asistencia anualmente, con un costo adi-cional total equivalente al 15 por ciento de las necesidades actuales.

En el escenario pesimista, por el contra-rio, el cambio climático aumenta la pobla-ción que necesita ayuda humanitaria cada año en más de 50 millones de personas, con unos costes previstos equivalentes al 40 por ciento de las necesidades actuales. El factor más significativo que incrementa el costo es el aumento de la frecuencia y la intensidad de los desastres junto con un desarrollo lento y desigual.

Figura 1. Impacto del cambio climático en la población que necesita ayuda humanitaria (millones de personas)

0 20 40 60 80 100 120

2050

2030

Optimistic

Pessimistic

SSP 5

SSP 4

17 CAPÍTULO II

Figura 2. Impacto del cambio climático en los costos humanitarios anuales (expresado como porcentaje de la necesidad actual) en 2030 y 2050 en las cuatro hipótesis

Por último, el costo total anual de la presta-ción de ayuda humanitaria de emergencia a las poblaciones afectadas se calcula en dóla-res estadounidenses (en comparación con los valores de 2018). Traducir el aumento relativo mostrado en la Figura 1 a una cantidad en dólares no es sencillo debido a la gran incer-tidumbre en el costo unitario de ayudar a un individuo. Sobre la base de las estimaciones de la FICR y de las Naciones Unidas realiza-das anteriormente, las necesidades adicio-nales debidas al cambio climático en 2030 podrían oscilar entre 500 millones de dóla-res (escenario optimista y costes de la FICR) y 6 mil millones de dólares (escenario pesi-mista y costo unitario de 112 dólares).

Es crucial que estas estimaciones de los altos costes futuros sean muy moderadas, por cua-tro razones.

En primer lugar, no fue posible tener en cuenta muchos desastres que se ven agra-vados por el cambio climático, ya que las relaciones causales son extremadamente complejas (véase el capítulo 1). Estos desas-tres omitidos incluyen: olas de calor, desliza-mientos de tierra, tsunamis (agravados por el aumento del nivel del mar) y epidemias

de enfermedades transmitidas por insectos (algunas de las cuales dependen de la tempe-ratura). El análisis tampoco incluye puntos de inflexión en el sistema climático. En lugar de intentar hacer una estimación aproximada de la importancia de estos efectos, simplemente se han omitido.

En segundo lugar, los conflictos en lugares como Siria y Yemen contribuyen de manera significativa al número total de personas afec-tadas por las crisis humanitarias. El cambio climático no causa directamente estas crisis, pero los impactos climáticos como la sequía pueden actuar como un multiplicador de amenazas al reducir la capacidad de las per-sonas para hacer frente al conflicto. Además, los impactos relacionados con el cambio cli-mático pueden agravar los conflictos, por ejemplo, provocando el desplazamiento de las poblaciones. Tal vez lo más importante es que la respuesta a las crisis climáticas en las zonas afectadas por conflictos es compleja y costosa. Ninguno de estos efectos se simula aquí, por lo que simplemente se han omitido los impactos del conflicto. Los estudios futu-ros deberán aclarar la magnitud de los impac-tos en la financiación necesaria para la ayuda humanitaria.

0% 20% 40% 60% 80% 100%

2050

2030

Optimistic

Pessimistic

SSP5

SSP4

18 CAPÍTULO II

En tercer lugar, como ya se ha dicho, se plan-tea un interrogante sobre el costo per cápita de la ayuda humanitaria. Hay importantes brechas en los datos recopilados por el sec-tor humanitario en general: un problema que las organizaciones humanitarias deben abordar con urgencia. También hay prue-bas que incluso ahora muchas más personas deberían recibir formas más sustanciales de ayuda.8 Los estudios futuros deberán aclarar el grado de ayuda que necesitan las diferen-tes personas afectadas por diferentes desas-tres. En este análisis se utilizan estimaciones a la baja del costo per capita, por lo que es probable que las estimaciones resultantes de los costes humanitarios futuros sean muy conservadoras.

En cuarto lugar, estas cifras se han centrado en las necesidades humanitarias internacionales.

Sin embargo, el verdadero costo humanitario de no hacer nada también incluye los costes soportados por los individuos, las comunida-des y los gobiernos nacionales. Aunque estos costes nunca llegan a ser de interés interna-cional, siguen siendo significativos por sí mis-mos y en masa. Se producen en países de ingresos altos, medios y bajos e incluyen tanto los impactos cuantificables, el impacto eco-nómico y los daños a la infraestructura, como los costes no cuantificables, como la pérdida de vidas humanas.

Sin embargo, incluso con estas advertencias, el cambio climático tiene el potencial de aumentar significativamente tanto el número de personas que corren el riesgo de sufrir desastres como el costo internacional de ayu-darlas. La buena noticia es que gran parte de este daño puede evitarse si actuamos ahora.

OLAS DE CALOREl cambio climático provoca olas de calor intensas con mayor frecuencia.9

Estos periodos de calor anormal pueden llevar a un exceso de muertes debidas a la exacerbación de patologías subyacentes como las enfermedades coronarias y respiratorias, especialmente entre los grupos vulnerables, como los mayores. Por ejemplo, se cree que más de 70.000 personas fallecieron debido a las olas de calor históricas que afectaron amplias franjas de Europa en 2003.10 En 2019, el Ministerio de Salud de Francia estimó más de 1.435 muertes como resultado de dos olas de calor en junio/julio y la Agencia Nacional Danesa de Estadística estimó más de 400 defunciones durante una ola de calor de julio de 2019.11 A pesar de los esfuerzos por reducir los riesgos de las olas de calor en ambos países, que han llevado a reducir las defunciones en general, el impacto humanitario de las olas de calor sigue siendo alto. Las ciudades son especialmente propensas porque se construyen con materiales como el hormigón, que retienen el calor, lo que las hace más calurosas que el campo circundante.

Los gobiernos nacionales y los cuerpos de emergencia domésticos soportan en primera línea los costes incurridos por acontecimientos como los mencionados. De ahí que todavía no sea posible cuantificar la ayuda humanitaria requerida para gestionar el peligro de las olas de calor en aumento. Por ello, en el modelo usado para este informe se han omitido las olas de calor. Los costos estimados de la ayuda humanitaria en 2030 y 2050 son, por lo tanto, cifras conservadoras.

© Cruz Roja Países Bajos

1 Hallegatte, Stephane; Bangalore, Mook; Bonzanigo, Laura; Fay, Marianne; Kane, Tamaro; Narloch, Ulf; Rozenberg, Julie; Treguer, David; Vogt-Schilb, Adrien. 2016. Shock Waves: Managing the Impacts of Climate Change on Poverty. Climate Change and Development. Washington, DC: Banco Mundial. © World Bank. https://openknowle-dge.worldbank.org/han-dle/10986/22787 License: CC BY 3.0 IGO.

2 Hallegatte, Stephane; Vogt-Schilb, Adrien; Bangalore, Mook; Rozenberg, Julie. 2017. Unbreakable: Building the Resilience of the Poor in the Face of Natural Disasters. Change and Washington D.C.: Banco Mundial. © World Bank. https://openknowledge.world-bank. org/handle/10986/25335 License: CC BY 3.0 IGO.

3 https://emdat.be/

4 World Bank. 2015. A Measured Approach to Ending Poverty and Boosting Shared Prosperity: Concepts, Data, and the Twin Goals. World Bank Publications.

5 http://povertydata.worldbank.org/poverty/home/

6 La capacidad de superar y recuperarse de un desastre es la definición de la resilien-cia socioeconómica usada en el informe Unbreakable, que cuantificala resiliencia en 117 países. No obstante, es solo una de las muchas definiciones de resiliencia.

7 Hallegatte, Stephane; Bangalore, Mook; Bonzanigo, Laura; Fay, Marianne; Kane, Tamaro; Narloch, Ulf; Rozenberg, Julie; Treguer, David; Vogt-Schilb, Adrien. 2016. Shock Waves: Managing the Impacts of Climate Change on Poverty. Climate Change and Development. Washington, DC: Banco Mundial. © World Bank.

8 No dejar a nadie atrás, Informe Mundial sobre Desastres, FICR 2018.

9 Singh, R., Arrighi, J., Jjemba, E., Strachan, K., Spires, M., Kadihasanoglu, A., Heatwave Guide for Cities. 2019. Cruz Roja Media Luna Roja Centro del Clima. https://www.climatecentre.org/down-loads/files/IFRCGeneva/RCCC%20Heatwave%20Guide%202019%20A4%20RR%20ONLINE%20copy.pdf

10 Robine, J-M., Cheung, S.L.K., Le Roy, S., Van Oyen, H., Griffiths, C. Michel, J-P., Herrman, F.R. Death toll exceeded 70,000 in Europe during the sum-mer of 2003. 2008. Rendering Biologies. https:// www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1631069107003770

11 https://www.climatecentre.org/news/1191/new-of-ficial-data-in-europe-exposes-hea-twaves-as-still-the-a-silent-killera-of-the-el-derly

NOTAS FINALES

19 CAPÍTULO II

Typhoon Mangkhut, Filipinas, septiembre de 2018 © Patrick Mongaya, Cruz Roja Filipina

21 CAPÍTULO III

TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO DE ACTUAR

Este estudio expone el potencial gasto huma-nitario -en términos de necesidades y costo financiero- del cambio climático a lo largo de las próximas décadas. El alto costo des-tacado ante el escenario pesimista repre-senta el posible costo de no hacer nada. Sin embargo, como puede verse ante la situa-ción más optimista, si actuamos con urgen-cia, todavía estamos a tiempo de actuar. La solución al problema de daños crecientes por desastres relacionados con el clima es invertir ahora en un mejor desarrollo (más resiliente),

en la reducción del riesgo de desastres y en la adaptación al clima. La comunidad inter-nacional puede reducir el número de perso-nas en riesgo por desastres relacionados con el clima si ayuda a las sociedades vulnerables a desarrollarse de una forma más resiliente, a reducir su vulnerabilidad y exposición y a crear nuevas formas de vida, más adaptadas al clima. Estas medidas protegerán vidas y medios de subsistencia y reducirán la nece-sidad de ayuda humanitaria de emergencia.

“ Las organizaciones y los donantes deben priorizar las medidas preventivas para salvar vidas ” Cruz Roja Noruega1

La adaptación y la reducción de riesgo de desastres deben integrarse en unos esfuerzos más amplios de desarrollo. Aunque la adapta-ción ha estado presente en la agenda política internacional durante más de 20 años, no por ello ha logrado las acciones transformadoras necesarias en un mundo afectado por cam-bio climático rápido y potencialmente des-tructivo. En parte, esto ocurre porque la adap-tación se suele plantear como una prioridad independiente, afrontada por departamentos y organizaciones específicos y muchas veces aislados. Esto debe cambiar. La adaptación al clima debe convertirse en una parte central de todo esfuerzo humanitario, de reducción del riesgo de desastres y de desarrollo, y ha de integrarse en los marcos legales, políticos,

normativos y de planificación.2 Según subrayó el informe reciente de la Comisión Global de Adaptación, la adaptación y la resiliencia ofre-cen un gran beneficio financiero y económico, porque pueden prevenir enormes pérdidas económicas y ayudar a mantener el creci-miento económico.3 Sin embargo, las consi-deraciones financieras y económicas por sí solas no pueden guiar la asignación de los esfuerzos en adaptación. De otra manera, los esfuerzos llegarían principalmente a las áreas urbanas más ricas, a expensas de las áreas más pobres y menos pobladas, o los barrios pobres. Aunque tales proyectos obviamente tienen un valor considerable, los esfuerzos de adaptación son igual de esenciales en las comunidades más vulnerables, como las

Lluvias intensas, Cox's Bazar, Bangladesh, 2017© Michael Drost-Hansen – IFRC

22 CAPÍTULO III

23 CAPÍTULO III

pequeñas poblaciones costeras expuestas a las subidas del nivel del mar y a mareas cicló-nicas, o las que habitan en espacios informa-les, aún siendo las aportaciones financieras muy inferiores. Las poblaciones más vulne-rables a menudo son las que están directa-mente afectadas por los impactos climáticos, como las incesantes tempestades, y a la vez están en situación de pobreza y marginación. Se debe diseñar medidas de adaptación y de reducción de riesgo de desastres que benefi-cien a aquellos en situación de mayor riesgo y necesidad.

¿Qué hay que hacer entonces? Este informe propone acciones en tres áreas:

• Reducir la vulnerabilidad y la exposi-ción a largo plazo

• Prever los desastres, mejorar la alerta temprana y fortalecer la respuesta de emergencia

• Reconstruir y reparar con la siguiente emergencia en mente.

PRIMERA PRIORIDAD: REDUCIR LA VULNERABILIDAD Y LA EXPOSICIÓN A LARGO PLAZOLa inversión en la reducción del riesgo (mediante construcciones más fuertes, infraes-tructura más resiliente e infraestructura espe-cializada como diques y estaciones de bom-beo) ha demostrado ser eficiente y rentable, con unos beneficios generalmente entre tres y doce veces el costo invertido. 4 Sin embargo, el progreso en resiliencia en la construcción será limitado a menos que los nuevos proyec-tos constructivos sean resilientes y sensibles al riesgo, y los inmuebles existentes se mejoren mediante programas nacionales que integren la información actual sobre riesgos.

Para reducir riesgos futuros, es necesario que haya información de alta resolución sobre ries-gos climáticos y de desastres al alcance de todos los actores, y estos actores necesitan dis-poner de las habilidades y herramientas para usarlos. Sin embargo, la mejora de los datos por sí sola no basta. Las personas con poder de decisión deben estar formadas para entender lo que les dicen los datos, por ejemplo, en tér-minos de frecuencia e intensidad de los peli-gros naturales, y seguidamente, para usar esta información en su toma de decisiones de cara al diseño de construcciones e infraestructura. Algunas de estas informaciones ya existen y se encuentran cada vez más en formatos de libre acceso, al alcance de todos. 5 Sin embargo, no siempre se encuentran a disposición de todos los participantes, como las autoridades loca-les y los ciudadanos, ni en formatos de fácil integración en herramientas geo-espaciales y basadas en la Red.

Será preciso que la población, las empresas, incluso los sectores socioeconómicos como el transporte y la energía, desarrollen sistemas más resilientes. Para ello, necesitarán acceso a

fondos. Las estrategias nacionales, los progra-mas de inversión o los planes territoriales sen-sibles al riesgo pueden apoyarlos en ello. En los países de bajos ingresos donde las ciudades y los sistemas de infraestructuras se planificarán y construirán extensamente durante las próxi-mas décadas, existe una oportunidad única para construir sistemas resilientes, que posi-blemente ahorren millones de millones de dólares en reparaciones y mantenimientos innecesarios y otras pérdidas económicas. 6

Es posible que a largo plazo algunas comuni-dades necesiten reubicarse completamente porque sus ubicaciones actuales se hagan inhabitables debido a la subida del nivel del mar. Las islas con escasa elevación y algunas regiones costeras sufren especial riesgo. Menos dramático, pero igual de básico: es posible que los agricultores tengan que cambiar a cultivos diferentes y más resistentes a las nuevas condi-ciones climáticas que sus principales cultivos previos. Muchas ciudades aumentan y agran-dan sus espacios verdes para hacer más lleva-deras las temperaturas extremas que se espe-ran en un mundo más caliente.

La protección ambiental y las soluciones basa-das en la naturaleza a menudo proporcionan una gran reducción de los riesgos, además de facilitar beneficios adicionales mediante una productividad agrícola aumentada y unos medios de vida mejorados. Plantar bosques de manglares costeros puede proteger a las ciudades del mayor impacto de los huracanes. Los manglares absorben parte de la marea ciclónica y así reducen la extensión y la gra-vedad de las inundaciones. De forma similiar, el Estado mexicano de Tabasco gastó unos 750 millones de USD dólares en medidas de

24 CAPÍTULO III

protección contra inundaciones, como plan-tar árboles en las riberas de los ríos para evi-tar pérdidas, que cuya reparación podría

cuadruplicar esta cifra. Finalmente, el ahorro del agua en general hace a las comunidades menos vulnerables a la sequía.

EXCLUIDOS POR EL SECTOR DE AYUDA HUMANITARIA

Este informe estima cuánto costaría llegar a todas las personas que necesitan ayuda humanitaria como resultado de los desastres relacionados con el clima. Sin embargo, lo cierto es que actualmente el sector humanitario ya tiene dificultades para llegar a todos los que lo necesitan, a los afectados por conflictos, por peligros naturales relacionados con desastres o por emergencias complejas. A pesar del esfuerzo creciente, muchas personas quedan desatendidas por el sistema humanitario. Por ejemplo, en 2018 el sistema de peticiones de las NU ayudó a 90,6 millones de personas de los 124,6 millones que había identificado como necesitados, y espera ayudar a 113,5 millones de los 161,6 millones de necesitados en 2019.

El vacío existente entre los que necesitan ayuda y los que las Naciones Unidas eligen para su asistencia solo lo cubren parcialmente las autoridades locales u otras organizaciones, incluida la Red Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Además, las cifras de las NU se basan en los conflictos y las emergencias complejas. No recogen a toda la población necesitada de asistencia humanitaria, como sucede con los afectados por desastres menores.7

SEGUNDA PRIORIDAD: ANTICIPARSE A LOS DESASTRES, MEJORAR LA ALERTA TEMPRANA Y FORTALECER LA RESPUESTA A LAS EMERGENCIAS Aún con grandes esfuerzos en la reducción de riesgos, ocurrirán desastres. Por ello, es esen-cial mejorar también la sensibilidad pública, los mecanismos de alerta temprana y los sis-temas de respuesta a los desastres. Las inver-siones en sistemas de alerta temprana son muy interesantes porque salvan vidas y redu-cen pérdidas económicas. Hay un estudio que estima el costo de mejorar los sistemas de alerta temprana en los países en vías de desarrollo sobre los 4 mil millones de USD dólares a lo largo de cinco años, con una

tasa de beneficio entre 4 y 36. 8 Los peligros crecientes debidos al cambio climático, por ejemplo por incendios u olas de calor, hacen estos sistemas todavía más necesarios.

Sin embargo, estos sistemas se deben desa-rrollar con una población de riesgo en mente. La información debe llegar rápidamente a aquellos más directamente afectados con rapidez, en el idioma correcto y comprensi-ble en su forma. Esto incluye velar por que se consideren las necesidades especiales,

Sin que millones quede atrás

Informe mundial sobre desastres 2018

Llamamiento dirigido al sector humanitario internacional para que redoble esfuerzos con el fin de atender a las necesidades de las personas más vulnerables del mundo

Federación Internacional de Sociedadesde la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

nadie

25 CAPÍTULO III

por ejemplo, de las personas con discapaci-dad. Debe llegar de una fuente de confianza para que se actúe de acuerdo a ella. Para lo cual, estos sistemas deben estar diseñados en colaboración con las comunidades que se apoyarán en ellos y por los grupos locales que ayudarán a cumplirlos. Además, las aler-tas deberán combinarse con otros prepara-tivos, tales como la construcción de refugios contra temporales, de modo que las personas tengan un lugar a donde ir en caso de alerta.

La protección civil y el personal de emergen-cias deben estar bien formados y equipados antes de que ocurran los desastres. Esto pre-cisa de inversión en protección civil y en ser-vicios de emergencias, tanto en el gobierno como en las organizaciones civiles, inclui-das las organizaciones de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y sus voluntarios, así como en los grupos formados por representantes de determinados sectores vulnerables, tales como las asociaciones de personas discapa-citadas. También requiere el acceso mejorado a fondos previos para que las organizaciones respondan ante la previsión de situaciones meteorológicas extremas o ante desastres, tan pronto como ocurran, si no antes.

Los retrasos en la prestación de ayuda a la población afectada aumenta las pérdidas. 9

Esto significa que la ayuda oportuna es uno

de los objetivos más importantes para una respuesta efectiva, incluso más que las metas precisas. Un estudio estima que el costo de no proporcionar una respuesta a tiempo para cubrir las necesidades de consumo de la población en situación de sequía supone una reducción del 3,9% en los ingresos per cápita (PIB) a largo plazo. 10 Una respuesta a una emergencia que se anticipa en un mes causa una ganancia del 0,8% en los ingre-sos per cápita a largo plazo. Evidentemente, una respuesta más rápida también reduce el sufrimiento.

Responder más rápido es importante pero lo más efectivo es responder incluso antes de sobrevenir un desastre. Una herramienta que permite la movilización de la ayuda antes del impacto del tiempo extremo es la «financia-ción basada en previsiones», (FbF).11 La FICR ha acogido este enfoque anticipatorio, que utiliza las previsiones y el análisis de riesgo exhaustivos para anticipar los desastres tales como inundaciones, al unificar las previsiones meteorológicas avanzadas y el conocimiento sobre las áreas de riesgo. Cuando se prevé un desastre, se acuerdan previamente los fon-dos humanitarios, que se activan cuando se necesiten. Al actuar antes, FbF se ha desarro-llado para prevenir el impacto de los desastres donde fuera posible y para reducir las pérdi-das y el sufrimiento humano.

Huracanes Irma y María, República Dominicana, 2017© Catalina-Martin-Chico – IFRC

26 CAPÍTULO III

TERCERA PRIORIDAD: RECONSTRUIR Y REPARAR CON LA PRÓXIMA EMERGENCIA EN MENTEPuesto que no siempre se pueden evitar los daños y la destrucción, es esencial propor-cionar a las personas y a las comunidades las herramientas y los instrumentos que necesi-tan para superar los impactos naturales y recu-perarse. Si bien se puede gestionar con éxito una crisis inmediata mediante la respuesta a emergencias y operaciones de recuperación, la vulnerabilidad subyacente de las personas que viven en pobreza y otros grupos margina-dos pueden sufrir un empeoramiento durante meses o años después del desastre.

El impacto de los desastres puede reducirse mediante inclusión financiera, como las cuen-tas de ahorro y el acceso a préstamos de emer-gencia; sistemas de protección social, como transferencias de dinero y programas de tra-bajo público; y acceso a una sanidad de cali-dad. Además, los programas de ayuda social se pueden adaptar para hacerlos más inclusi-vos y con mejor respuesta a los impactos. Con los datos correctos sobre beneficiarios, los sis-temas existentes de protección social pueden ser modificados para, bien prever prestaciones adicionales en emergencias («expansión verti-cal»), o bien alcanzar un grupo más amplio de necesitados («expansión horizontal»).

Para que los gobiernos y autoridades locales puedan responder a las emergencias y pro-porcionar a las personas la ayuda que nece-sitan, deben considerar el clima y el riesgo en

sus procesos de planificación financiera. Esto puede hacerse utilizando los varios instrumen-tos actualmente disponibles, desde los fondos de reserva hasta fondos de créditos contingen-tes y contratos de seguros.12 Se ha estimado que si todos los países tuvieran un plan de financiero de contingencias, una cobertura amplia de protección social de su población vulnerable y mejorasen la inclusión finan-ciera, el costo anual de los desastres podría reducirse en 100 mil millones de dólares al año. Hay beneficios especialmente importan-tes en países altamente vulnerables, como islas pequeñas o países subsaharianos.13

A menudo, no es sino hasta después que ocu-rren los desastres, cuando se consideran los mecanismos de reconstrucción. Algunas de las decisiones claves son, si se crea un sis-tema dedicado a la reconstrucción o se usan las estructuras administrativas existentes, y el alcance de la financiación pública para apo-yar la recuperación en el sector privado y/o para ayudar a los ciudadanos a reconstruir sus viviendas. Estas decisiones toman un tiempo considerable. Una falta de planificación anti-cipada puede retrasar considerablemente la recuperación y reconstrucción, exacerbando a través del tiempo el impacto del desastre. Para alcanzar una recuperación resistente, el gobierno debe preparar cuidadosamente pla-nes de contingencia que faciliten una recons-trucción fuerte, rápida y más inclusiva.14

Huracán Irma, Saint Maarten, 2017© Arie Kievit – Países Bajos La Cruz Roja

27 CAPÍTULO III

PROTEGIENDO LOS MODOS DE SUBSISTENCIA EN MONGOLIA

Con anterioridad al peor clima de la tem-porada de invierno 2017-18- el Dzud -azotó a las comunidades de pastores del país, la Cruz Roja de Mongolia dio subvenciones ilimitadas en efectivo y kits de cuidados de animales a 2,000 familias de pastores viviendo en la zonas de mayor riesgo (40 soums [distritos] en 12 provincias).

La Cruz Roja utilizó un mapa de riesgo de dzuds publicado por el gobierno de Mongolia para decidir qué distritos tener como objetivo para una acción temprana. El objetivo de esta acción humanitaria temprana era preve-nir el sufrimiento causado por la pérdida de ganado y subsistencia en el evento de un dzud severo que pudiese provocar la extensión de la mortalidad de animales por toda Mongolia.

© Enkhtor Dorjzovd – FIRC

1 La Cruz Roja Noruega. Vulnerabilidades superpuestas: el impacto del cambio climático sobre las necesidades humanitarias. 2019. Oslo: La Cruz Roja Noruega. https://www.rodekors.no/globalassets/eng-lish-pages/engli-sh-content/norwegian-redcross_report_overlapping-vul-nerabilities.pdf

2 Integrando la adaptación al cambio climático y creando resiliencia en políticas de desarrollo y económicas y en planificación es una de las tres prioridades del reciente del Plan de Acción de Fortalecimiento y Adaptación del Grupo del Banco Mundial. Véase: https://www.world-bank.org/en/news/press-re-lease/2019/01/15/world-bank-group-announces-50-billion-over-five-years-for-climate-adaptation-and-resilience

3 Comisión Global sobre Adaptación.Adaptación hoy: Una Llamada Global para el Liderazgo sobre la Resiliencia Climática. 2019. Comisión Global sobre Adaptación. https:// gca.org/global-commission-on-adaptation/report

4 (Rose et al. 2007; Hallegatte, Rentschler, y Rozenberg 2019; Kreibich et al. 2005; Mechler 2016) pero toda acti-vidad de mitigación tiene un costoque debe ser con-siderado en nuestro mundo de recursos limitados. En principio, el análisis de costo-beneficio (BCA).

5 (GFDRR 2016)

6 (Hallegatte, Rentschler, y Rozenberg 2019)

7 No dejar a nadie atrás, Informe Mundial sobre Desastres, FICR 2018. https://media.ifrc.org/ifrc/world-disaster-report-2018/

8 Hallegatte, Stéphane. 2012. "Una Solución Rentable Solución para reducir las pérdidas en los países en vías de desarrollo: Servicios Hidrometeorológicos Alerta Temprana, y Evacuación." Políticas Documento de tra-bajo sobre investigación; Nº 6058. Banco Mundial, Washington, DC. © Banco Mundial. https://open-knowle-dge.worldbank.org/handle/10986/9359 Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.

9 (Clarke y Hill 2013)

10 (Hill, Skoufias, y Maher 2019)

11 https://www.forecast-based-financing.org

12 Hallegatte, S., y Rentschler, J. (2018). La última milla: Mecanismos de ejecución para la financiación tras un Desastre Financiero. Publicación del Banco Mundial.

13 Hallegatte, S., Vogt-Schilb, A., Bangalore, M., y Rozenberg, J. (2016). Irrompible: el desarrollo de la resi-liencia de los pobres frente a los desastres naturales. Publicaciones del Banco Mundial.

14 Hallegatte, Rentschler, Walsh. 2019. Reconstruir Mejor: Logrando la resiliencia a través de una reconstruc-ción rápida, fuerte y más inclusiva Reconstrucción tras un desastre. https://openknowledge. worldbank.org/handle/10986/29867

NOTAS FINALES

Tres años de sequía. Afganistán, 2019 © Sociedad de la Media Luna

29 CAPÍTULO IV

CONCLUSIÓNEl costo de hacer nada está claro. Sin inver-siones sustanciales en medidas diseñadas para proteger comunidades vulnerables y sus sociedades, podemos esperar más sufri-miento, muerte, y más gastos; mientras las organizaciones humanitarias internaciona-les luchan por ayudar. Sin embargo, como muestra este informe, todavía hay tiempo para hacer algo.

Crecientes indicios demuestran que potenciar la resiliencia de una sociedad puede redu-cir considerablemente la cantidad de ayuda humanitaria requerida cuando sobreviene una crisis. En 2018, la Agencia Americana para el Desarrollo Internacional (USAID) publicó La Economía de Resistencia a la Sequía.1 Encontró que una iniciativa más proactiva hacia la sequía en Kenia, Etiopía y Somalia podría ahorrar un 30% del costo de ayuda humanitaria.

No es posible estimar con exactitud la reduc-ción de costes humanitarios que podrían deri-var de un desarrollo más resiliente y de una mayor inversión en adaptación. Sería nece-sario mayor investigación para entender las necesidades de distintos individuos en dife-rentes países, y refinar la definición de vul-nerabilidad utilizada aquí. Un mayor análisis de intervenciones humanitarias pasadas, por todos los actores del sector, también ayuda-ría a entender el costo de la intervención y sus determinantes. Además sería útil crear unas representaciones más exhaustivas de los cam-bios de riesgos naturales, enfocándose en su frecuencia, intensidad y distribución. Estos estudios exhaustivos harían posible propor-cionar estimaciones más precisas, con una mayor comprensión de la incertidumbre.

Sin embargo, aunque estudios actuales tienen sus limitaciones, demuestran que tomando

medidas como las identificadas en el capítulo 3 podrían reducir dramáticamente cualquier impacto humanitario y costo futuro.

Por supuesto, un componente esencial en la reducción de los impactos del cambio cli-mático es la mitigación: reducir nuestras emi-siones de gases de efecto invernadero a cero para que las temperaturas a nivel global pue-dan ser estabilizadas cuanto antes. La FICR está buscando maneras de reducir el impacto medioambiental de sus propias operaciones. Muchas organizaciones para el desarrollo asu-men el compromiso de apoyar las acciones climáticas, como el Grupo del Banco Mundial tiene metas cuantificadas creadas para el Grupo entero hasta el 2025.2

No obstante, un mayor enfoque en la adapta-ción y resiliencia es esencial. Esto es porque el clima responde lentamente a los cambios de concentraciones de los gases de efecto inver-nadero, por lo que una cierta cantidad de calentamiento ya ha sido causado por nues-tras emisiones hasta la fecha. Es decir, aun-que mañana redujeramos nuestras emisiones a cero, el mundo se continuaría calentando durante décadas, y los niveles del mar segui-rán creciendo durante siglos. Por lo tanto, además de mitigar el cambio climático, adap-tarse a este es indispensable si queremos con-tinuar prosperando en un mundo en fase de calentamiento.

Las agencias humanitarias juegan un papel crítico ayudando a las naciones del mundo a adaptarse al cambio climático. Parte de esta ayuda será de la forma más "tradicio-nal", dando apoyo a las personas afectadas por el cambio climático. Sin embargo, cada vez es más evidente que las organizacio-nes humanitarias no podrán hacer frente a las demandas del futuro, al menos que

las acciones descritas en esta sección sean priorizadas y financiadas. Es crucial integrar mejor el trabajo de organizaciones de ayuda como FIRC y las sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dentro de las comuni-dades de desarrollo. De esta forma, se les dará a las comunidades la ayuda que necesitan

para adaptarse antes de tiempo, para que sean resilientes cuando los desastres ocurran. La meta del sector humanitario y de desarro-llo debe ser construir un futuro más seguro para todos, aún mientras el clima cambia a nuestro alrededor.

COMUNIDAD COSTERA DE RESILIENCIA Y RIESGO DE DESASTRES

Demak, Java Central

La erosión estaba creando mayor riesgo a las comunidades costeras y a la ecología local, por lo que la Cruz Roja de Indonesia respondió desplegando equipos comunitarios de acción. Los equipos de la Cruz Roja trabajaron con los vecinos de los pueblos para implementar medidas efectivas y adaptaciones de bajo costo para impulsar resiliencia comunitaria y sustentos de vida, mientras restauraban el ecosistema con la plantación de manglares. Utilizando un enfoque integrado, la comunidad está conectada con las autoridades de los pueblos y científicos del Instituto Agrícola de Bogor para implementar una acción local sostenible. El programa ha tenido éxito en la reducción de los riesgos de desastres de mareas, mientras el ecoturismo y el cultivo de cangrejos han incrementado los ingresos de las comunidades junto con una mayor conciencia y preparación para los desastres.

© Jenelle Eli – Cruz Roja Americana

1 https://www.usaid.gov/resilience/ 2 http://pubdocs.worldbank.org/economics-resilience-drought en/368601543772742074/2025-Targets-to-Step-Up-Climate-Action.pdf

NOTAS FINALES

30 CAPÍTULO IV

Protección contra la erosión costera. Indonesia, 2007© Obed Wewo – Cruz Roja Indonesia

31 CAPÍTULO IV

Inundaciones, Kenya, 2018© Sociedad de la Cruz Roja

33 CAPÍTULO V

METODOLOGÍA

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COMPLETA EN INGLÉS

ifrc.org/costofdoingnothing

Inundaciones, Nigeria, 2018© Corrie Butler – IFRC