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LOGGIA Nº13 94 Este artículo forma parte de una investigación más extensa que ha desvelado la riqueza de soluciones constructivas lígneas que caracteriza el Levante español. Si el conocimiento es previo a la valora- ción, bienvenidos sean estos estudios que abren todo un horizonte a la conservación beligerante de muchas cerchas de madera que, menoscabadas en la dignidad de su función estructural, se ven lasti- mosamente sustituidas por cuchillos metálicos -so color de su condición oculta- o reemplazadas por madera laminada -en aras de cumplimiento de la penúltima normativa-. The design and construction of timber roof trusses on masonry. An analysis of three cases in the Valencian Community. This article is part of a more extensive research programme that has revealed the abundance of timber building solutions typical of the Spanish Levant. If knowledge goes before appraisal, we cannot but welcome studies such as this one that open up a whole horizon to the belligerent conservation of many timber trusses whose structural function is underestimated so that they are unfortunately replaced by metal frames –since they cannot be seen– or laminated wood –in observance of recent regulations. El diseño y la construcción de armaduras lígneas de cubierta sobre obras de fábrica: Análisis de tres casos en la C. Valenciana 1 Liliana Palaia Pérez* *Liliana Palaia es arquitecto y catedrática del Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la E.T.S. de Arquitectura de Valencia Friso de la armadura de la Catedral de Teruel

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Este artículo forma parte de una investigación másextensa que ha desvelado la riqueza de solucionesconstructivas lígneas que caracteriza el Levanteespañol. Si el conocimiento es previo a la valora-ción, bienvenidos sean estos estudios que abrentodo un horizonte a la conservación beligerante demuchas cerchas de madera que, menoscabadas enla dignidad de su función estructural, se ven lasti-mosamente sustituidas por cuchillos metálicos -socolor de su condición oculta- o reemplazadas pormadera laminada -en aras de cumplimiento de lapenúltima normativa-.

The design and construction of timber roof trusses onmasonry. An analysis of three cases in the ValencianCommunity. This article is part of a more extensiveresearch programme that has revealed the abundance oftimber building solutions typical of the Spanish Levant. Ifknowledge goes before appraisal, we cannot but welcomestudies such as this one that open up a whole horizon tothe belligerent conservation of many timber trusses whosestructural function is underestimated so that they areunfortunately replaced by metal frames –since theycannot be seen– or laminated wood –in observance ofrecent regulations.

El diseño y la construcción de armaduras lígneas de cubiertasobre obras de fábrica: Análisis de tres casos en la C. Valenciana1

Liliana Palaia Pérez*

*Liliana Palaia es arquitecto y catedrática del Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la E.T.S. de Arquitectura de Valencia

Friso de la armadura de la Catedral de Teruel

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Las armaduras lígneas de cubierta en laComunidad Valenciana constituyen elemen-tos constructivos que no habían tenido, hastaahora, un estudio específico que permitieravalorar la importancia que su construccióntuvo en la historia de la arquitectura.El empleo de la madera para uso estructuralno se considera un aspecto destacado de laarquitectura histórica valenciana. Sinembargo, la evidencia es otra, puesto queexisten magníficos ejemplos de artesonadosy de estructuras de cubierta que obligan areconsiderar su importancia y trascendencia.A diferencia de lo que ocurre en otrasregiones de la geografía española, dondeencontramos numerosos y espléndidosejemplos de armaduras vistas, incluso delazo, en tierras valencianas son pocos losedificios que cuentan con armaduras decubierta que hayan quedado vistas desde elinterior de los espacios que protegen, conexcepción de las armaduras de correasconstruidas sobre arcos diafragma, quecuentan, en la mayoría de los casos conartesonados policromados.Las pocas armaduras que responden a unatipología distinta a las anteriores y que sonvistas desde el interior de los espacios quecubren son, casi siempre, armaduras depares. Así ocurre en la cubierta del dormito-rio norte del Convento de la Trinidad enValencia, en la del Aula Capitular del Con-vento de Llutxent, o en la cubierta de laCasa de las Rocas, en la ciudad de Valencia.Por tanto, la mayoría de los casos que sehan estudiado corresponden a armaduras

de madera que han quedado ocultas de lavista de los ocupantes de los edificios pormedio de bóvedas que generalmente sontabicadas, o por medio de falsas bóvedasde yeso sobre cañizo soportado porligeros entramados encamonados.Las principales diferencias entre las arma-duras de madera que inicialmente hemosdenominado de una manera tan simple,como vistas y ocultas de la vista, radicanen sus acabados y en el grado de libertadque tenían los carpinteros a la hora de crearlas armaduras más adecuadas para cadaedificio concreto. Soluciones que, en todocaso, exigían conocer con detalle el edifi-cio que se estaba construyendo, en cuantoa sus características constructivas y a susistema estructural. Este aspecto nos permite enlazar con eltema que pretende estructurar este texto, esdecir, las cuestiones relacionadas con eldiseño de las armaduras de madera. Paradesarrollar este punto, debemos realizaruna clarificación inicial con respecto a losdistintos tipos de armadura que podemosidentificar, considerando casi exclusiva-mente su comportamiento mecánico y surelación con la estructura muraria.

ELECCIÓN DEL TIPO DEARMADURAAntes de proceder a analizar la eleccióndel tipo de armadura idóneo que afectabaal carpintero en cada ocasión, procedemosa definir previamente la gama de posibili-dades de que se disponía éste:Hemos adoptado la clasificación de lasarmaduras según la disposición de elemen-tos denominados de 1º orden, es decir, losque se disponen en primer lugar sobre laestructura muraria. Así, tenemos que estoselementos pueden ser correas, pares otijeras. De este modo, una inmediata clasi-ficación de las armaduras de madera seríala siguiente: armaduras de correas, arma-duras de pares y armaduras de tijeras.Identificamos otro grupo más, las armadu-ras mixtas, formadas por elementos de

fábrica y de madera.Las armaduras de correas consisten endisponer vigas de madera sobre dos murosde altura variable, permitiendo de esemodo la formación de la pendiente de losfaldones de la cubierta. Estas armadurasson las que encontramos sobre las naves dearcos diafragma, antes mencionadas.Torres Balbás, que se ocupó de estudiaresta tipología de edificios, calificaba estasestructuras como mixtas, de rápida cons-trucción, sin la complejidad y lentitud querequerían las formas abovedadas2.También su empleo era ventajoso, dadoque permitía ahorrar en madera, al reducir-se las escuadrías necesarias para salvar lasluces entre arcos perpiaños3.Las armaduras de pares consisten en laformación de un apoyo central de dos ele-mentos enfrentados que se encuentra máselevado que los extremos exteriores a finde formar las pendientes. Estos elementosenfrentados son los que se denominanpares. Estos se apoyan en el punto centralformando la cumbrera mediante unencuentro a tope, o bien interponiendo unahilera, asegurando la estabilidad dentro desu plano de cada uno de los sistemascreados, originando los sistemas de arma-dura de par-hilera. Los pares producenempujes en los muros sobre los queapoyan que se deben contrarrestar, cons-truyendo muros de mayor grueso o biendisponiendo tirantes que impidan el movi-miento lateral del sistema. En estas arma-duras, los tirantes no se corresponden conlos pares, por lo que existe un elementofundamental de transmisión de losempujes laterales que es el estribo. Sobreeste elemento apoyan los pares, formandouniones en barbilla.La armadura de par y picadero consis-te en unos pares que apoyan en suextremo superior en una pieza de maderallamada picadero que se encuentra sobreun muro central. El apoyo del extremoinferior de los pares se realiza medianteuna escopladura sobre una pieza de

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asiento llamado durmiente que descansaen los muros laterales. Las armaduras de tijeras o cerchas estánformadas por sistemas de pares y tirantes quepueden incorporar un pendolón y tambiéntornapuntas. Este triángulo elemental, deno-minado tijera por los tratadistas españoles delS. XVII4, era conocido por los romanossegún la describe Vitruvio en su libro IV, cap.II5, en cuyo texto el autor incluso relata queha cubierto una basílica de 17,80 m de luzcon ese sistema. También sabemos que losromanos conocían el ensamble de prolonga-ción en rayo de Júpiter, así como otrosensambles y entalladuras, gracias a los des-cubrimientos arqueológicos efectuados enPompeya y Herculano6.Estas armaduras tienen los empujes equili-brados, permitiendo una solución construc-tiva en su apoyo en los muros muy diferen-te a las armaduras de pares. En este caso elapoyo se realiza sobre durmientes, mientrasque en las armaduras de pares se hace nece-sario el estribo para formar el apoyo de lospares y para trabar el tirante a la vez.

Las distintas traducciones al español publi-cadas durante los siglos XVII y XVIII delos tratados de Alberti7 y de Palladio8

defendieron los sistemas de cerchas, quellegaron a ser los más empleados en laconstrucción de armaduras de madera apartir de entonces, y homogeneizaron prác-ticamente las estructuras, incluso en sus sis-temas de unión. A partir de entonces,también inspiradas en las traducciones deesos tratados, se construyeron estructurasideadas para cubrir grandes luces, como lacubierta empleada por Wren en 1663 parael Sheldonian Theatre de Oxford, similar ala que propone Palladio para el TeatroOlímpico de Vicenza. Por ejemplo, BenitoBails, ilustra en su tratado9, varias de esasarmaduras para cubrir grandes luces, comola de la iglesia de San Andrés del Valle enRoma, la del Gran Teatro de San Carlos deNápoles y la del Gran Teatro de Parma.Sin embargo, las soluciones trianguladasde modelo romano no resultaban adecua-das para formar las cubiertas de gran pen-diente empleadas en el centro y norte de

Europa a partir del siglo XII. Las primerasreferencias documentales de éstas seencuentran perfectamente dibujadas en elálbum medieval de Villard de Honnecourt,donde se ofrecen soluciones de armadurasvistas y otras ocultas por una bóveda infe-rior10. En estas estructuras se utilizan nudi-llos y tirantes cruzados, también presentesen la carpintería histórica inglesa11.También se conocen algunas de estasarmaduras medievales del mediodíafrancés a través de los diseños de Viollet-le-Duc12. Según este autor, a partir del S.XII crece la tendencia a construir bóvedaspara cerrar los espacios de las iglesias ycatedrales francesas. En otros casos, existen con estructurasabovedadas que permiten eventualmentela creación de apoyos intermedios para loselementos de madera y configuran, así, lascubiertas. Se trata de estructuras mixtas,denominadas de esta forma por el empleosimultáneo de estructuras murarias auxilia-res y elementos de madera para formar losfaldones de la cubierta.

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1. Armadura de correas sobre arcos diafragma, enla iglesia de la Sangre de Llíria2. Dibujo esquemático de a) armadura de correas yb) de armadura de correas sobre arcos diafragma3a y 3b. Dibujos esquemáticos de armadura de par-hilera y de par y nudillo4. Dibujo esquemático de armadura de tijeras5. Dibujo esquemático de a) acciones que se trans-miten a los muros en las armaduras de pares, b) demuros con contrafuertes, c) de sistemas de parescon tirantes para contarrestar empujes6. Dibujo esquemático del sistema de pares contirantes, sobre estribado

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CORRESPONDENCIA ENTRE LASARMADURAS DE MADERA Y LAESTRUCTURA MURARIA.Existe una relación directa entre la formaestructural adoptada y la configuraciónde la estructura muraria del edificio sobrela cual se asientan. Los empujes provocados por las armadurasde pares transmiten momentos importantesen la base del muro y producen grietas ydesplomes al no poder absorber estos ele-mentos esfuerzos de tracción. Como apun-tábamos anteriormente, una posible solu-ción es la colocación de contrafuertes en elmuro para darles la rigidez que por sí solosno tienen; de esta forma, se transmite el pro-blema de la cubierta al muro y se resuelveen la estructura muraria.Otra alternativa es colocar un tirante en laestructura de la cubierta, con capacidadpara trabajar a tracción absorbiendo elempuje sin que se transmita al muro.Aparece así la forma triangulada, geomé-tricamente indeformable, que dará origen ala tipología de las armaduras de tijeras.Son estructuras estables por sí solas.A partir de la triangulación de los elemen-tos estructurales de la cubierta se generandistintas soluciones, evolucionando en suforma. La tijera formada por dos pares y eltirante tiene resuelto el problema de latransmisión de los empujes a los muros, yconceptualmente sólo trabajarían los ele-mentos a esfuerzos de tracción y de com-presión. Sin embargo, el tirante inferiorpuede deformarse por flexión debido a supeso propio, por relajación del material ypor las cargas variables que no siempreactúan. En estos casos, debe introducirse elpendolón, que evita la deformación deltirante. Los pares, que también soportanesfuerzos de flexión por su peso propio ypor las cargas transmitidas por el materialde cubierta, tienen, además, gran longitud,introduciéndose tornapuntas que, a modode apeos, reducen la luz de los pares,aumentando su rigidez a flexión. En algunas armaduras de pares, la trian-gulación se realiza a través de los estriboso vigas laterales, que absorben los empujes

que en la base de los pares se producen.Estas vigas trabajan a flexión en elplano horizontal, y han de estar dimen-sionadas para resistir esos esfuerzoscon el fin de garantizar la estabilidaddel conjunto de la armadura.En otras armaduras de pares no existe eltirante, sino sólo el nudillo. Los empujesque transmiten estos sistemas hay que con-trarrestarlos por medio de contrafuertes, siéstos estuvieran suficientemente distancia-dos, o por medio de los estribos según se hadescrito anteriormente, si los pares seencontraran próximos. La colocación de unnudillo, que parece haber tenido su origenen la elevación del tirante para dar paso auna bóveda inferior, sólo consigue rigidizarel vértice de la armadura si se encuentramuy próximo al mismo. En el caso de las armaduras de pares, dondeestos elementos están próximos unos deotros sólo es necesario colocar un tablerode ladrillo o de madera que complete elplano del faldón, por medio de listones, quesirva de apoyo a la cubierta propiamentedicha. Si éstas se separan más, como en elcaso de las tijeras, hay que disponer correasresistentes para transmitir las cargas a loselementos principales, y completar losespacios intermedios por medio de listonesy tableros cerámicos o de madera paracompletar la cubierta. En el segundo caso,las cargas que se transmiten a los sistemastriangulados son mayores, requiriendo ele-mentos de mayor sección, aunque resultaun menor número de ellos para completarla totalidad de la estructura de la cubierta.Por el contrario, en el primer sistema, lospares resultan de menor sección que estos,debido a su mayor proximidad.Hasta ahora hemos visto que la cubierta

era un único elemento dispuesto para cubrirel espacio según un plano horizontal. Fre-cuentemente encontramos que existe unelemento abovedado entre el espacio inte-rior y la cubierta propiamente dicha. Esteelemento abovedado transmite a las fábri-cas los empujes, que deben ser absorbidospor los mismos procedimientos que apun-táramos antes, es decir, por medio de con-

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trafuertes, o incluso tensores. Sobre estoselementos abovedados se resuelve muchasveces la propia estructura de la cubierta,apoyando en los arcos que dividen lostramos de la bóveda como en las armadurasde correas, o bien directamente sobre labóveda, como en el caso de las armadurasque hemos denominado mixtas. En lasarmaduras de correas, éstas trabajan aflexión, apoyadas en los arcos fajonescuando existen las bóvedas, o en los arcosque hacen de diafragma. Los cabios, queapoyan en las correas provocándose unmejor asiento mediante una escopladura,están trabajando a flexión, y se apoyan en lahilera, en las correas y en el muro exterior.En otros casos, será posible levantar losmuros donde ha de apoyar la armadura decubierta con el fin de salvar la clave de labóveda que cierra el espacio inferior, ysobre esos muros colocar una cercha que,como estructura estable, no transmitiráempujes a los murosLa forma en la que se plantea la construc-ción de las armaduras de madera es inhe-rente al material, como ocurre con todoslos materiales de construcción empleados.Los elementos de madera que se empleanen construcción dependen enteramente desu escuadría y de su longitud. Cuando ladimensión de la longitud excede la que

puede darnos la pieza disponible, el car-pintero ha de recurrir a las uniones yensambles. Del mismo modo ocurrecuando existe la necesidad de poner enrelación varias piezas o partes de unaestructura, ya se trate de entramado,forjado o armadura de cubierta.Las distintas soluciones constructivas delas ensambladuras no están condicionadaspor los distintos tipos de armaduras quehemos descrito, sino por los tipos deesfuerzos que tienen que transmitir los ele-mentos de madera. En todos los casos, laelaboración de una unión supone realizarun corte en las piezas que se unen, creán-dose un punto débil,problema que debenminimizar los carpinteros. Las uniones más sencillas son las quetransmiten esfuerzos horizontales que secontrarrestan con que transmite otro ele-mento de iguales características, como launión de pares en la cumbrera de unaarmadura de cubierta, o la unión de parescontra la hilera. Otras uniones permitenque un elemento pase por delante de otrosin ninguna vinculación. En este caso, seproduce un cruce de elementos, pero no enel mismo plano, con lo que en realidad nose producen uniones en sentido estricto. Las uniones donde los elementos puedensepararse debido al tipo de esfuerzos que

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transmiten son las más difíciles de solucio-nar. Dentro de esta clase de uniones oensambladuras, se distinguen dos tipos: lasque tienen que alargar un elemento, man-teniendo la misma sección transversal, ylas que han de transmitir los esfuerzos endos o más direcciones. La unión par e hilera puede producirse atope, encontrándose los pares con la hilerao simplemente unos con otros, o bien pre-sentando el par una barbilla para favorecerel asiento de la hilera. Los pares están cla-vados a la hilera, en el caso de que seencuentren con ésta, o clavados entre sí, enel caso contrario. La unión par con estribo se produce entodos los casos en barbilla, de tal maneraque asiente en el estribo y no pueda des-plazarse. El estribo se coloca a mediamadera dentro del tirante. Puede sucederque el estribo esté por encima del tirante,aunque también puede estar el tiranteencima de éste. La variación en esteencuentro modifica la forma de montaje dela armadura, dado que en un caso ha desituarse antes el estribo que el tirante y enel otro sucede al contrario.El encuentro del nudillo con los parespuede ser diferente según se trate de arma-duras vistas u ocultas. Las ensambladurasempleadas son las de quijera, tambiénllamada de cornezuelos, y las de mediamadera, respectivamente.A estos sistemas se les añadía, en algunoscasos un pendolón, que siempre estáclavado a la hilera y al tirante, pasandopor delante de estos.En algunas armaduras de pares se les agre-gaban tornapuntas y también puntales que,si tenían que trabajar a compresión, presen-taban una simple escopladura, y si teníanque trabajar a tracción, solían realizarse amedia madera y con cola de milano.En las armaduras de tijera, las uniones depares entre sí se realizan, en general, amedia madera, como hemos visto anterior-mente. Las uniones de pares con tirantesuelen ser embarbilladas, siendo variable laforma de realizarlas. Son ensambladurasresistentes a compresión y también a ciza-

lladura. El inconveniente de estas unioneses la tendencia de parte de la sección deltirante a deslizar, debido a la componentehorizontal que le transmite el par. Lasensambladuras pueden no presentar esperay, sin embargo, tener una espiga oculta. Eltirante y el pendolón están vinculados gene-ralmente mediante un herraje metálico.Los tirantes, que son elementos de mayorlongitud y sección, requieren en la mayoríade los casos estar formados por variaspiezas que se vinculan y mediante unionesen prolongación que generalmente se reali-zan en rayo de Júpiter.La elección del tipo de armadura tambiénestaba condicionada por las posibilidadesque el medio ofrecía de disponer del mate-rial necesario a un costo razonable, y por elempleo del material que brindaba el desa-rrollo tecnológico de ensambladuras yuniones.

DISPONIBILIDAD DEL MATERIAL YEMPLEO DE LA MADERA EN LACOMUNIDAD VALENCIANA.En Europa, las especies de madera utiliza-das en la construcción han ido variandocon el transcurso del tiempo. En la anti-güedad, se empleó la madera disponible encada lugar. Los criterios de explotación delos bosques no dependían siempre de fac-tores constructivos, sino que estabansujetos a condicionantes diversos. Dehecho, Europa estaba cubierta de bosques,y el hombre se abrió camino dentro deellos primordialmente para obtener tierrasde cultivo o pastos para el ganado que per-mitieran su asentamiento.Los primeros tipos constructivos emplea-dos eran de troncos y requerían una grancantidad de madera13. Estaban construidoscon madera de coníferas,z que ofrece ele-mentos rectos y de gran longitud, aspectosambos de suma importancia. La madera defrondosas brinda más difícilmente elemen-tos rectos, aunque no por ello era menosapreciada. Se empleaba principalmentedispuesta verticalmente, ya sea formandoelementos de sección uniforme, o bien dis-tanciando los elementos de madera a modo

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7. Encuentro de pendolón con pares. Cubierta sobrela iglesia del convento de Clarisas, en Xàtiva8. Encuentro de pares con pendolón en cerchasconstruidas en siglo XIX. Cubierta del ala Este delPalacio Ducal de Gandía9. Dibujo esquemático de armadura mixta, sobreespacio abovedado10. Dibujo esquemático indicando la elevación delplano de asiento de las armaduras de tijeras hastasuperar el extradós de la bóveda inferior11. Encuentro de tirante con estribo. Cubierta de laiglesia de San Martín de Segorbe12. Encuentro de pares con hilera. Cubierta de laiglesia de San Martín de Segorbe13. Encuentro de puntal con tirante. Cubierta delábside de la Seo de Xàtiva. El encuentro del puntalcon el par es del mismo tipo

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de postes. Los espacios intermedios se relle-naban con otros materiales como arcilla oladrillos, y también podía hacerse mediantetablas de madera. Este sistema se terminóimponiendo, porque permitía un ciertoahorro de material.Al realizarse las explotaciones de bosquesde manera incontrolada, los constructores decatedrales llegaron a preocuparse, debido aque las distancias a recorrer para conseguirbuena madera para ese fin eran cada vezmayores14. Llegó un momento en el que lamadera proveniente de explotaciones derecursos locales se agotaba y la procedentede otros sitios resultaba a mejores precios.De hecho, la madera de importación fuehaciéndose una realidad en el centro y sur deEuropa, pasándose del empleo de maderalocal al de madera importada.A finales del siglo XVII, la gran demanda demadera para combustible y para la construc-ción de barcos redujo considerablemente lasreservas de bosques, afectando a todaEuropa en general y, de manera más grave, aaquellos países con gran tradición de nave-gantes y conquistadores que necesitaban degran número de embarcaciones.En España, la madera empleada en la cons-trucción de edificios ha venido siendo bási-camente de aportación nacional o incluso

local. Provenía de lugares de montaña dondeera más abundante y llegaba a las ciudades através del cauce de los ríos o de algún puertopróximo, de donde era traída por mar. Nopodemos guiarnos por las referencias quetenemos de la existencia y extensión de losbosques maderables que hay en la actuali-dad, puesto que durante los siglos XV alXVIII, el contexto era completamente dis-tinto. A partir del consumo masivo demadera durante los siglos XIX y XX, losbosques fueron mermando enormemente ensu extensión y otros ya han desaparecido.En Valencia, las especies de madera másempleadas han venido siendo la madera depino silvestre (pinus sylvestris) y la de pinohalepensis (pinus halepensis), llamadatambién pino de río. Ésta llegaba a la ciudada través del río Turia, en rais, procedente delos bosques de las provincias de Teruel y deCuenca15. Afirma Sanchis Guarner16 que lamadera empleada por los carpinteros medie-vales en los siglos XIV y XV, procedente delas tierras del interior, había originado unapotente construcción naval y una importanteindustria del mueble. Madoz, en su “Diccionario geográfico-esta-dístico-histórico de Alicante, Castellón yValencia”17, nos dice, hablando del río Turia,que “…en las avenidas de este río se hacen

grandes conducciones de maderas desdeMoya y los montes de Castilla hasta Valen-cia. En el angosto paso del salto de Chulillase suelen cruzar muchas veces los maderos.Otras se amontonan formando una especiede barrera, siendo entonces preciso quealgunos hombres bajen a cortar y quitarestorbos, y como los muros se hallan corta-dos a pico, solo queda el recurso de lassogas, por donde se descuelgan…”. El río Xúquer servía para el transporte demaderas en ciudades como Xàtiva yGandía. En Alberique se encontraba elVado de Barragà, distante unos 12 km dela ciudad de Xàtiva, desde donde llegabala madera que luego se empleaba en losedificios. Fue a partir del siglo XIX cuando comenzóla importación de madera de EstadosUnidos con cierto volumen, la llamada conel nombre de “mobila”. Esta maderacorresponde, al menos, a cinco especies delsur de los Estados Unidos. Procedía delpuerto de Mobile18, en la Bahía del mismonombre, próximo a la ciudad de NuevaOrleans. Entre 1815 y 1861, este puertoalcanzó su máximo esplendor, bajo elgobierno de los Estados Unidos de Nortea-mérica, con sus exportaciones de algodón ymadera, fundamentalmente.

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14. Manejo de la azuela. Friso de la armadura de laCatedral de Teruel15. Levantamiento de la estructura de madera de lacubierta de los dormitorios del ala norte delConvento de la Trinidad, Valencia

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EL OFICIO DE CARPINTERO.Formaba parte de este oficio la realización delos cortes y la transformación de la madera,así como la provisión del material necesario.Existían carpinteros de provisión de lamadera que garantizaban la existencia deabundante material para todos los carpinterosque la necesitasen. También se ponían limi-taciones a la procedencia del material que seempleaba en los trabajos, con el fin de que sepagaran los tributos correspondientes19. Los gremios de carpinteros se preocupabande controlar el consumo de madera. En lasordenanzas de Morella, se hace referencia ala necesidad de que “…ningún serradorbosquerol, sillero, tornero, pentinador, niotro que use del oficio de carpintero goce,ni presuma de usar dicho oficio, que antesno haya manifestado a los mayorales de loscarpinteros, la madera que aquellos hayande hacer, porque aquella la trabajen bien ylegalmente a saber los serradores hayan detalar los pinos, y traer tanta madera post,como de madera bastarda o portaleña,cuartones, fustes, y otro cualquier tipo demadera para trabajar en buena luna,mirando los pinos cortarán siendo útiles, yde buen melis, como mejor puedan, y endía claro y no nublado, ni lluvias por lo quemuestra la experiencia que muchos bos-querols y serradores que vienen con malasprácticas, los cuales después de cortadosno se puede hacer cosa alguna y se pierdenesos pinos en los pinares…”20. Este capítu-lo de las ordenanzas nos aporta informa-ción sobre la regulación estricta que permi-tía talar los árboles necesarios para laobtención de la madera requerida para undeterminado trabajo, y también nos presen-

ta las indicaciones sobre cómo se teníanque talar esos árboles.Una vez que los árboles eran selecciona-dos, se talaban en invierno, de tal maneraque la madera estuviera estacionada paracuando comenzara la época de construc-ción de los edificios. La corteza se podíaeliminar más fácilmente cuando la alburase estaba formando y, por eso, en ocasio-nes, cuando la industria de los taninos eramás importante que la de la madera, alre-dedor del siglo XVII, se talaban los árbolesen primavera. La madera de uso estructural solía utilizar-se sin estacionar, dado que resultaba másblanda21. Las edificaciones estaban bienventiladas y, por tanto, no existían grandesdiferencias entre el interior y el exterior,como ocurre ahora. La madera empleadaen acabados interiores como pavimentos orevestimientos de paredes, así comomuebles, tenía que estar estacionada.El empleo de la madera exigía un procesode transformación. En primer lugar, laspiezas tenían que escuadrarse para lamayor parte de las aplicaciones. Por esemotivo, los fustes tenían que escuadrarse,dejando sin tocar la mayor parte de lamadera que fuera posible. Quedaban, enmuchos casos, las gemas, a las que se dabarelativa importancia cuando las estructurasno iban a quedar vistas, o se destinaba esaparte a hacer molduras en el elemento. Las piezas cuadradas se empleaban paradurmientes o estribos, mientras que otraspiezas rectangulares eran necesarias paralos pares, correas, y demás piezas demenor sección. Se cortaban los fustes porla mitad mediante la sierra y el hacha. Un

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tipo especial de hacha era la azuela demano, con la hoja curva sujeta en ángulorecto al mango, que manejaba el carpinte-ro de pie sobre el fuste quitando astillas. Elacabado que daban el hacha y la azuela eratan fino que resultaba difícil de reconocera simple vista. Antes de existir las cepilladoras mecánicas,se usaron tres tipos de cepillos: uno era uncepillo o garlopa que consistía en un bloquede madera con una ranura para colocar lahoja, y tenía un asa para sujetar y guiar laherramienta. El cepillo de alisar servía paraalisar la superficie y carecía de asa. Habíaotro cepillo de alisar, más pequeño, queservía para eliminar pequeñas imperfeccio-nes. Las uniones de lengüeta se hacían conla ayuda de un calibrador o galga quecontaba con un elemento trazador, y sevaciaban con la ayuda de una barrena otaladro, el cincel y la sierra de enrasar. A veces, los conjuntos de piezas destina-das a formar las cubiertas se unían en elsuelo, ajustándose cuando era necesario,retiradas y reensambladas en el lugarlistas para ser levantadas o izadas en suposición. En este sentido, es interesantereferirnos a los trabajos realizados porCharles Brown22 y Poul Beckmann23 en lareconstrucción de la cubierta del cruceronorte de la Catedral de Wells, donde se

emplearon técnicas antiguas para elmontaje y alzado de las estructuras.Los carpinteros identificaban las piezaspara que, una vez ajustadas en su montajeprevio, encajaran perfectamente cuandofueran montadas en su posición definitiva.Estas marcas son más frecuentes de encon-trar en estructuras de cubierta. Esta prácti-ca duró desde la Edad Media hasta bienentrado el siglo XIX24.Los artesanos se dividían en aprendices,oficiales y maestros, los de mayor catego-ría. Los aprendices recibían las enseñanzasdel maestro, quien los alojaba en su casa,dándoles casa, comida y ropa. Estos notenían personalidad en el gremio. Las fun-ciones de los aprendices comenzaron aregularse a partir del siglo XV. El “apren-dizaje” era el primer contrato en la vida deltrabajador. En todos los reglamentos gremiales, a partirde los siglos XVI y XVII, se hacía constarque no se admitían aprendices que no justi-ficaran, por partidas de bautismo o porinformaciones de testigos, que eran hijos decristianos viejos, quedando excluidos loshijos de moros, judíos o esclavos y conver-sos. Tampoco podían serlo los que hubiesensido juzgados por el Tribunal de la Inquisi-ción. Este extremo empieza a constar apartir de las ordenanzas del XVII25.

LOS TRACISTAS.Las armaduras se construían a través dereglas específicas basadas en la geome-tría, alcanzando su mayor desarrollohacia finales del siglo XV. Todos los tra-tados de arquitectura de los siglos XVIIy XVIII incluyen conocimientos de arit-mética y de geometría como componen-tes fundamentales en la práctica de laarquitectura. En los tratados de carpintería y de arqui-tectura, se definen sistemas de trazado delas armaduras de cubierta, siguiendo ensu mayor parte los sistemas de trazadomediante cartabón. Reiteradamenteaparece en la bibliografía esta descrip-ción pormenorizada de cómo trazar lasarmaduras mediante cartabones, y espe-cialmente el cartabón de cinco26. Ademásdel sistema que emplea la cambija paradefinir el cartabón, existen otros métodossimplificados que se recogen en los trata-dos de Fray Andrés de San Miguel y deDiego López de Arenas.Los anglosajones emplean fundamental-mente las escuadras para el diseño ytrazado de las armaduras, aunque en lacarpintería oriental también existe estaherramienta, que da directamente lasdimensiones de los elementos a construirpara formar una armadura. Estos siste-

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mas se emplean aún en la actualidad.Se basan en proporciones, definiendo,a partir de la semiluz de la estancia y laaltura, todos los elementos que consti-tuyen la armadura y sus cortes corres-pondientes. Una vez definida la pen-diente, el sistema para realizar loscortes es idéntico al seguido para elmétodo de cartabones.Los modelos se empleaban de manerafrecuente para mostrar a los clientescomo quedarían partes de las obras quetenían encargadas. Nos dice Fray Andrésde San Miguel que, en caso de duda “…y en obras que tienen dificultad suelenlos más entendidos hacer modelo que esla misma obra en pequeño, donde corri-gen los defectos y se hazen mejor que enla obra…”27. Del mismo modo ocurrecon las monteas, donde se demuestra lafactibilidad de construir un determinadodiseño en el espacio dado.Los tracistas eran tanto carpinteroscomo albañiles o canteros. Eran maes-tros formados en geometría, capaces derepresentar su idea ya fuera en dibujoso en modelos. No sólo debían estar for-mados en geometría, sino que, además,tenían que conocer las últimas formasarquitectónicas, tendencias y formas.Eran quienes determinaban las pen-dientes de las armaduras, así como quétipo de armadura era conveniente paracada edificación. Los canteros o alba-ñiles, denominados “pedrapiquers” y“obrer de vila”, respectivamente,podían ser el “mestre de la obra”cuando la dirigían, y no necesariamen-te tracistas de ésta. Un carpintero podíaser tracista de retablos y de portadas, eincluso del edificio completo28. Estos carpinteros capaces de construirarmaduras de lazo eran los iluméricos,que en las ordenanzas de Sevilla29 queda-ban definidos como aquellos carpinterosque sabían hacer “…una cuadra demedia naranja de lazo lefe, y una quadrade mocarabes, quadrada, o ochavada,amedinado,…”. Sin embargo, también seseñala que la categoría más baja, la del

carpintero de lo blanco, tenía que saber“…hacer un palacio de tijeras blancas,blanqueadas a boca a azuela con suslimas a los hastiales…”. Fernández cabo, en su libro “Armadurasde cubierta”30, que se dedica fundamen-talmente a las armaduras de lazo, cita uncontrato para la realización de unacubierta en la Capilla de la Visitación, enSalas de los Barrios, de León. En él sedice que el carpintero “…hará el made-ramiento de la dicha capilla confirme auna muestra que está traçada en perga-mino e que quedó en poder del dichoseñor abad fyrmada de su merced e deldicho Juan de Rodas e de my el dichoescrivano…”. En este tipo de armaduras,para presentar una muestra, el maestrodebía dominar la geometría y, en definiti-va, saber trazar él mismo la armadura. Si ahora nos detenemos en los tratados deFray Andrés de San Miguel, DiegoLópez de Arenas, y Fray Laurencio deSan Nicolás, comprobamos que en lostres se indica cómo trazar una armadura.Un rasgo diferenciador de los tres trata-dos mencionados, es que hay dos dearquitectura y uno de carpintería.Podemos admitir, haciendo una generali-zación muy grande, que tanto los maes-tros albañiles como los maestros carpin-teros podrían estar capacitados para ello.

TRES CASOS DE ESTUDIO.Los casos de estudio que se incluyen eneste artículo han sido seleccionados de talmodo que ofrezcan una variedad de plan-teamientos diferentes con respecto a larelación existente entre la armadura decubierta. Además, se ha tratado de indagaren la autoría de sus tratados.Los casos seleccionados se refieren aarmaduras de las distintas tipologías antesmencionadas. Así, tenemos una armadurade pares, como la del dormitorio norte delConvento de la Trinidad en Valencia, laarmadura mixta de la cubierta de la iglesiade Santa María de Ontinyent y la armadu-ra de tijera de la iglesia archiprestal deAyora (ya desaparecida).

CUBIERTA SOBRE EL DORMITO-RIO NORTE DEL CONVENTO DE LATRINIDAD. VALENCIA.El Convento de la Trinidad ha estado habi-tado por las monjas clarisas desde el sigloXV. Está situado en la orilla izquierda delrío Turia, junto al Museo San Pío V, en elcruce con la calle Alboraya, en la ciudad deValencia. Cuenta con armaduras de maderaen las dos alas de dormitorios que conser-va, la norte y la oeste. La primera de ellases la armadura original, mientras que lacubierta del ala Oeste es de comienzos delsiglo XIX y sustituye a otra anterior.El convento es una fundación medieval31,realizada por la reina María de Castilla,mujer de Alfonso V el Magnánimo, en elmismo solar en el que se había estableci-do, en 1256, un convento trinitario parael cuidado del Hospital adjunto de SanGuillem. Lograda la suspensión del con-vento Trinitario mediante una bula del

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16. Detalle de los canes sobre los que apoyan lostirantes. Convento de la Trinidad17. Armadura de par y nudillo con tirantes sobre eldormitorio norte. Convento de la Trinidad18. Cubierta del dormitorio norte del convento dela Trinidad, en Valencia, desde el claustro.Observamos una fuerte pendiente de los faldones,resultado del empleo de cartabón de cuatro para sutrazado

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Papa Eugenio IV en 144532, la reinatrajo a Valencia a las religiosas del con-vento de Santa Clara de Gandía, quehabía sido fundado por Dña. Violantede Aragón en 142333.La cubierta del dormitorio norte, quetiene unas dimensiones en planta de34,70 x 7,70 m, presenta una armadurade pares trazada mediante cartabón decuatro. Es de pares-nudillo con tirantes yresponde a las descripciones de los trata-dos de la carpintería de armar34. Los tirantes, pareados a 60 cm, están auna distancia aproximada de 3,25 m unosde otros. La cota inferior de los tirantesse sitúa a 6,50 m. El arrocabe estáformado por dos órdenes de canes o mén-sulas de 11 x 27 cm de sección, avanzan-do 31 cm el primer orden y 73 cm elsegundo. Presenta una moldura sencillarodeando los dos canes. Una tabla sedispone entre los tirantes para configurarun friso liso que rodea la sala.Los pares, en un total de 87, forman 45ºcon respecto al tirante, y se apoyan en unestribo en su extremo inferior. Esta estruc-tura presenta nudillo, que se encuentra a9,16 m de altura, y tiene la longitud de 1/3del ancho de la sala. El extremo superiorde los pares se encuentra a 10,35 m dealtura. Estos están cortados a tope yapoyan sobre la hilera. La unión entre elnudillo y los pares se realiza a mediamadera. Los pares y nudillos tienen todosuna sección de 11 x 27 cm, mientras quelos tirantes tienen mayor sección.Se completa la cubierta mediante tablerode madera con molduras, cambiando ladisposición de las tablas en los faldonesque quedan definidos por el nudillo; esdecir, por debajo del nudillo tienen direc-ción horizontal y el faldón sobre el nudillose dispone verticalmente. Sobre estetablero se soluciona la cubierta medianteteja cerámica curva. Esta armadura notransmite empujes a los muros sobre loscuales se asienta, no presentando estosningún sistema de contrafuertes en pre-visión de que los primeros se produzcan.

CUBIERTA DE LA IGLESIA DEONTINYENT. LA VALL DʼALBAIDA.VALENCIA.La iglesia, situada en el lado nordestede la “vila”, inició su construcción trasla conquista cristiana, dedicándose aSanta María en 1299. En el año 1340,se encontraba en construcción elsegundo tramo y el “conjunto delcuerpo de la obra”. Puede haberse ter-minado en 146435. En 1690 se recons-truyó la bóveda del altar mayor que sedañó por el peso del antiguo campana-rio, y se incorporó una bóveda tabicadaen toda la nave, ocultando la estructuragótica original. Tras unos trabajos derestauración realizados recientemente,se retiró la bóveda tabicada y se refor-zaron las bóvedas góticas mediante unacapa de hormigón armado.Es una iglesia de nave única, con trestramos abovedados separados por arcosde medio punto, capillas laterales yábside poligonal. El primer tramo juntoal ábside es rectangular, transversal a lanave. Los tramos segundo y tercero sonsensiblemente cuadrados y se cubrencon bóvedas vaídas peraltadas, de tra-cería estrellada. La plementería parecede piedra, aunque en el Catálogo deMonumentos se dice que cuenta conplementerías de piedra en el primertramo, y de ladrillo simulando piedraen los otros dos. La cubierta es a dos aguas, de teja, ydeja ver la forma poligonal del ábsideal exterior. La estructura que lasoporta se puede considerar mixta,empleándose sistemas de arcos ysoportes de ladrillo para completar suconfiguración. Es una cubierta en laque existe una correspondencia directaentre los trabajos realizados por losmaestros canteros y los maestros car-pinteros. El tramo situado a los pies de la navey el intermedio cuentan con dos arcosojivales de ladrillo, dispuestos segúnlas diagonales de la planta cuadrangu-lar que configuran los tramos. Sobre la

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19. Detalle de la armadura de la cubierta de los dor-mitorios del ala norte del Convento de la Trinidad,Valencia20. Iglesia de Santa María de Ontinyent. Interior dela iglesia21a. Iglesia de Santa María de Ontinyent. Arcossobre las bóvedas que soportan la estructura de lacubierta21b. Iglesia de Santa María de Ontinyent. Arco deladrillo sobre el ábside22. Iglesia de Santa María de Ontinyent. Pilar deladrillo sobre la clave de la primera bóveda desde elábside

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clave se levanta un pilarcillo de ladri-llo que, a su vez, sustenta la pieza dehilera. En el tramo junto al ábside noexisten estos arcos, reemplazándosepor un pilar central de ladrillo quealcanza la altura de la hilera. En elúltimo tramo recto, ya dentro delábside, existe un arco ojival que seeleva por encima de la estructura abo-vedada, soportando la hilera.Hay otro sistema de pilares que selevantan a los cuartos de la luz libredel espacio de cubierta, que en unoscasos apoya en los arcos ojivales y, enotros, directamente sobre las bóvedas.Esta misma solución se repite sobre losarcos formeros que separan los tramosentre sí, y sobre el ábside de la navecentral. En estos casos, cuando noexiste el arco ojival, se ha colocadouna pieza a modo de falso nudillo otirante que, aparentemente, tiene lamisión de atar lateralmente la estructu-ra de la cubierta.Los faldones se completan mediantepares, que son rollizos de forma bas-tante irregular que, separados unos 30cm a eje, permiten soportar un tablerocerámico y, sobre éste, las tejas curvas.Transversalmente, encontramos unaserie de tornapuntas, probablementeoriginales, que apean los rollizos quesirven de apoyo a los pares. En laactualidad, podemos ver otra serie deelementos que se han interpuesto a losanteriores con el fin de apear los rolli-zos, y acotar la luz libre de los mismosen otros casos. Es probable que enalgunas ocasiones los tornapuntashayan sido añadidos posteriormente.La intervención de saneamiento nece-saria en esta cubierta consistiría en laeliminación de los elementos interme-dios de apoyo, sustitución de pares yde correas con signos de alteraciónbiológica que indiquen el agotamientode su sección resistente, y la formacióndel tablero de la cubierta para procederal saneamiento del material de cubier-ta propiamente dicho.

LA CUBIERTA DE LA IGLESIAARCHIPRESTAL DE AYORA.La iglesia archiprestal de Ntra. Sra. de laAsunción de Ayora36, situada en el centrode la población, consta de tres elementosprincipales: nave de la iglesia, torre-cam-panario y capilla de la comunión con sucamarín, y cripta inferior.En 1989 se realizó un estudio sobre eltrazado y estado de conservación de laestructura de la cubierta37, a petición delarquitecto autor del proyecto de interven-ción en la iglesia, D. Carles Boïgues,cuyos datos se han incluido en este aparta-do. En la actualidad, la cubierta que se des-cribe en este artículo ha sido sustituida.Se plantea la hipótesis de la construcciónde la iglesia, comenzando por el ábside ycontinuando su construcción hacia los piesde la iglesia38. La primera etapa consistióen la construcción del ábside y el primertramo de la nave y pudo durar desde 1508a 157739. La segunda etapa transcurre entre1595 y 1628, y en ella se erigió el resto dela nave y la torre campanario. Probable-mente, en esta etapa se construyó lacubierta de la misma.La iglesia con ábside ochavado y cabeceraorientada a norte es de una sola nave divi-dida en cinco tramos, con capillas entre loscontrafuertes. Los muros son de mampos-tería y han sido desbastados y escuadrados.El interior presentaba pilastras clásicas, delas que arrancaban arcos fajones de mediopunto, y bóveda de cañón seguido tabica-da. Sobre esta bóveda se encuentra la decrucería. La cubierta de tejas curvas, a cuatro aguas,se soportaba mediante una estructura trian-gulada de madera formada por 17 armadu-ras de tijeras. Éstas se separaban unmáximo de 2,10 m y se disponían sobre labóveda de crucería.Las tijeras estaban constituidas por pares-nudillo, con tirante y pendolón. Estoscuchillos presentaban también tornapun-tas, cuatro en total, dispuestos simétrica-mente a cada lado de los pendolones, entrepares y tirante. Un sistema de correassoportaba la tablazón de madera y las tejas.

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De esta forma, se resolvía la cubierta acuatro aguas que cubría la longitud de lanave, presentando, sin embargo, otrassoluciones para la vertiente de la cubiertahacia la fachada principal y para el ábside.La primera de éstas, el faldón de la cubier-ta a fachada, se resolvía mediante la utili-zación de limas que presentaban comopunto superior de apoyo la confluencia depares-hilera del primer cuchillo de arma-dura, y como punto inferior un recrecidode fábrica que no era coincidente con lalínea de fachada. En el dibujo de la estruc-tura que se presenta, se han grafiado sóloaquellos elementos que se han consideradooriginales.El ábside, de planta ochavada, se resolvíamediante la utilización de limas, apoyandosu extremo inferior sobre durmientes peri-metrales mientras que los extremos supe-riores lo hacían sobre una pieza labrada,denominada “nabo ochavado”, que permi-tía recibir a cada una de las limas que con-fluyen en ese punto.Con respecto a los análisis de identifica-ción de la especie de madera utilizada, éstaha resultado ser de “Pinus pinaster”,conocido con el nombre común de pinonegral o pino marítimo.Esta solución de estructura de tijeras paracubierta se recoge en el tratado de FrayLaurencio de San Nicolás y, más tarde,en el de Berruguilla40, sin los tornapuntas.Justifica su inclusión el hecho de precisarapoyos intermedios en los casos en queno había maderas del largo suficientepara cubrir estancias demasiado anchas,o en aquellos en los que, aun habiendo

maderas de ese largo, la estancia fueratan ancha que provocara deformacionesexcesivas en los pares y tirantes.Al realizar la comprobación del trazado geo-métrico de los cuchillos de armadura, se hanutilizado el “Breve Compendio de la Car-pintería de lo Blanco y Tratado de Alarifes”,a cargo de Eduardo de Mariátegui, Madrid1912, y “la Carpintería de lo Blanco”, deEnrique Nuere, Madrid 1985.Siguiendo el texto de ambas publicaciones,se ha podido comprobar que el trazado delos cuchillos de armadura sigue exactamen-te el método determinado como “cartabónde cinco”. Las ensambladuras empleadasentre los distintos elementos son: la unión delos pares a media madera, igual que la uniónde nudillo-pares; la unión de pares-tirante acaja y espiga, en una solución “de espera”; launión de lima-durmiente, a barbilla.La armadura de la cubierta de Ayora pre-sentaba tanto ataques biológicos como alte-raciones producidas por acciones mecáni-cas no previstas en el estado de cargasinicial. El deterioro que se ha producido poracciones mecánicas imprevistas se refiere ala torsión de los tirantes por vuelco de loscuchillos de armadura hacia el ábside y a laausencia de elementos constructivos origi-nales: pendolones y nudillos, provocandolas grandes flechas en tirantes. Hay quedestacar que la ausencia de pendolones haproducido la rotura de los pares por incre-mento en su deformación o, visto de otromodo, por aumento de los esfuerzos en susección al eliminarse estos apoyos. Coinci-día este hecho con la presencia de grandesflechas en los tirantes.

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CONCLUSIONESLas armaduras del convento de la Trinidady de la iglesia archiprestal de Ayora, tras suestudio y análisis, parecen haber sido tra-zadas siguiendo las indicaciones de los tra-tados de carpintería antes señalados, que,si bien fueron editados en el siglo XVI, sonun compendio de la tradición constructivaen madera. Tanto su trazado geométricocomo la formación de las uniones de loselementos que la constituyen han sido rea-lizados siguiendo estas indicaciones.En ambos casos, los empujes de la cubiertano se transmiten a los muros sobre los queapoyan: en el primer caso, por tratarse dearmaduras de pares con tirantes y estriboscomo elemento horizontal que absorbeesos empujes laterales y, en el segundocaso, por tratarse de una armadura de tijerasque, por ser completa en sí misma, tienecompensados sus esfuerzos.La iglesia de Ontinyent, que presenta unasolución de armadura, mixta, desarrollaun sistema donde la fábrica contribuye ala formación de la cubierta. Ésta se cons-truye con piezas muy simples, rollizos alos que se ha quitado la corteza conser-vando la forma del fuste. Prácticamenteno hay uniones o ensambladuras que nosindiquen que ha habido una presencia debuenos carpinteros.El conjunto de 44 armaduras de cubiertaestudiadas en la Comunidad Valenciana enel periodo comprendido entre los siglosXIV al XIX, puede clasificarse principal-mente según los tipos mencionados.Se han estudiado un total de 17 armadu-ras de pares, tanto vistas como ocultas,

similares a la empleada en el Conventode la Trinidad, entre las que incluimos lasdel Antiguo Hospital, Valencia (s. XV);las cubiertas de la “Sala Barroca” delPalacio de los Boïl d’Arenós, actualmen-te la sede de la Bolsa de Valencia (haciael s. XVI); la cubierta del Almudín deValencia (s. XVI), la cubierta de la Casade las Rocas, Valencia (s. XV); la cubier-ta del Hospital de San Marcos en Gandía,Valencia (s. XV); las cubiertas del claus-tro y del refectorio del Convento deSanto Domingo en Orihuela, Valencia(ss. XVI y XVII); las cubiertas de laiglesia y la logia del convento de SanFrancisco de Benicarló, Castellón (ss.XVII y XVIII); la cubierta de la iglesiade Santa María de Utiel, Valencia (s.XVI); las cubiertas del Monasterio deLlutxent, Valencia, (ss. XV-XVIII); lacubierta de la iglesia de San Martín enSegorbe, Castellón (s. XVII); la cubiertade la Seo de Xátiva, Valencia (s. XVIII);las cubiertas de la iglesia y dormitoriosdel Monasterio de Clarisas de Xátiva,Valencia (s. XVIII); la cubierta de laCasa de la Enseñanza en Xàtiva, Valencia(s. XVIII) y la cubierta de la iglesia deSan Sebastián de Requena, Valencia.Se han estudiado un total de 10 armadurasde tijeras del tipo de la iglesia archiprestalde Ayora, empleadas hasta el siglo XVII, yotras cinco pertenecientes a tipos decerchas prácticamente iguales, derivadasde los diseños de los tratados de arquitec-tura difundidos a partir de entonces. Entrelas 10 primeras, incluimos las cubiertas dela Sala del Consulado del Mar de La Lonja

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23. Levantamiento de la armadura de la cubierta dela iglesia de Santa María de Ontinyent24. Levantamiento de la armadura de la cubierta dela iglesia Archiprestal de Ayora

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en Valencia (ss. XVI y XIX); la del PalacioDucal de Gandía, ala Oeste y Sala Dorada,Valencia (s. XVII); la de la iglesia de Vis-tabella en Castellón (s. XVII); la de lacubierta del Templo de la Sagrada Familia,Enguera, Valencia (s. XVII); la cubierta dela iglesia de Santo Domingo de Orihuela,Alicante (s. XVII); la de la iglesia de Cam-porrobles, Valencia (s. XVII), y la de laiglesia de la isla de Tabarca, Alicante (ss.XVIII-XIX). Se identificaron en ocho edificios armadu-ras mixtas del tipo de la empleada en laiglesia de Ontinyent, entre las que se inclu-yen las cubiertas del Salón Columnario deLa Lonja (s. XVI); la cubierta de la iglesiadel monasterio Servitas de Montán, Caste-llón (s. XVIII); la cubierta del convento dela Consolación en Xàtiva, Valencia, lacubierta de la iglesia de Montesa, Valencia

(s. XVIII); la cubierta de la iglesia de Biar,Alicante (s. XVIII); la cubierta de la iglesiade Santiago de Villena, Alicante (ss. XVI-XIX) y la cubierta de la iglesia de Bocai-rent, Valencia (s. XVII).Existe otro tipo de armaduras que se haidentificado como “de correas” que, a pesarde ser el más extendido, al reiterarse lascaracterísticas entre éstas, sólo se ha estu-diado con profundidad en nueve casos.El conocimiento del oficio y de todasestas soluciones debió de ser comparti-do y extendido lógicamente con las par-ticularidades que los distintos carpinte-ros y edificios aportaban en cada casoconcreto. La recuperación de este cono-cimiento, objetivo del trabajo de inves-tigación emprendido, puede ayudar avalorarlas con mayor precisión en todasu magnitud.

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25. Comprobamos las grandes deformaciones delos tirantes de las armaduras de tijeras, producidaspor hacer desaparecido los pendolones de las mis-mas, que limitaban su deformación26. Axonometría de la armadura de tijeras de laiglesia Archiprestal de Ayora27. Aspecto general de la armadura de la cubiertade la iglesia Archiprestal de Ayora28. Detalle de encuentro de pares, en la armadurade tijeras de la iglesia Archiprestal de Ayora

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NOTAS1. Este artículo se ha extractado de un trabajo más amplio,“ESTUDIOS PREVIOS DE ARMADURAS LÍGNEASDE CUBIERTA”, que constituye un trabajo de investiga-ción realizado por la autora para la Consellería de Cultura,Educación y Ciencia de la Generalitat Valenciana, y que hasido tutorizado por parte de esa institución, por el arquitec-to Ricardo Sicluna Lletget, de la Dirección General dePatrimonio Artístico y Medioambiental.2. Torres Balbás, L., “Naves de edificios anteriores alsiglo XIII cubiertas con armaduras de madera sobrearcos transversales”, Archivo Español de Arte, CSIC,Madrid, 1959, pag. 109 y s.s. y Torres Balbás, L.,“Naves de cubiertas con armadura de madera sobrearcos perpiaños a partir del siglo XIII”, Archivo Españolde Arte, CSIC, Madrid, 1960, pag. 19 y s.s.3. Existen algunos ejemplos muy bien conservados en lageografía valenciana. Recientemente se han restauradolas techumbres de la iglesia de Sant Pere de Xàtiva y lade la Sangre de Llíria, ambas en la provincia de Valencia,y la de Santa María en San Mateo, provincia deCastellón. Podríamos enumerar un gran número de edifi-cios que cuentan con este tipo de techumbre, como lasiglesias de Santa Tecla y de San Félix en Xàtiva, la igle-sia de la Sangre de Onda, la capilla de la comunión de laiglesia de Godella que fue construida como la iglesia delCristo de la Paz, la iglesia de El Salvador de Sagunto, laiglesia de San Antón en Valencia, y la iglesia de SantaMaría de Alzira. Zaragozá Catalán, A., “Naves de arcosdiafragma y techumbre de madera en la arquitectura civilvalenciana”, Actas del I Congreso Nacional de laConstrucción, Edita CEHOPU y ETSAM, Madrid,1997. Pag. 551 y s.s. Ver también Zaragozá Catalán, A.,Arquitectura Gótica Valenciana, Valencia, 2000.4. Fray Laurencio de San Nicolás, Arte y uso de la arqui-tectura, Madrid, 1639 y 1664. Re-edición Madrid 1989.Colección Juan de Herrera. Cita la armadura “llamada detijera”, refiriéndose a este tipo de estructuras.5. En el Libro IV, Capítulo II, encontramos una descrip-ción de la forma de construir las cubiertas de los edificios:“...en todos los edificios se pone encima maderaje, acuyas piezas solemos dar diferentes nombres, según sontambién sus usos diferentes. Maderos mayores, ó madresse llaman las jácenas o piezas que se sientan sobre lascolumnas,. Los de los altos quartones y tableros…”Continúa diciendo que “…En la armadura del techo, siel espacio es muy grande, se ponen el madero del caba-llete en lo alto, llamando columen (de que tomaron nom-bre las columnas), los tirantes y los cabrios. Si el anchoes moderado, entra también el columen y los pares lla-mados cantérios, que vuelan fuera de la pared a formarel alero. Sobre dichos canterios, van las vigas o quarto-nes llamados templos: y sobre éstos inmediatos a lastejas los listones llamados asseres, que también salenfuera de las paredes cuanto baste a protegerlas. Y en estaforma todas las cosas tienen su propio lugar, género yorden...”. Vitruvio, Los Diez Libros de Arquitectura, tra-ducido por José Ortiz y Sanz, Madrid, 1787.6. Adam, J. P., La construcción romana, Editorialde los Oficios, León, 1996. Pag. 222 y s.s.7. Alberti, L. B., De re aedificatoria, Florencia1485, traducida por M. Alonso Gómez, 1582, re-editada por Albatros Ediciones, 1977.8. Palladio, A., I Quattro Libri dell’Architettura, Venecia,1570, re-editado por Ulrico Hoepli, Milano, 1968.9. Bails, B., De la arquitectura civil, 1ª Edición1783, re-editado Murcia 1983. Tomo I, EstudioCrítico, por D. Pedro Navascués Palacio.

10. Cuaderno de Villard de Honnecourt, EdicionesAkal, Madrid, 1991. 10. Bechmann, R., “Los dibujos técnicos del Cuadernode Villard de Honnecourt”, Cuaderno de …, op. cit.11. Hewett, C., English Hisotric Carpentry, EdPhillimore, Sussex, 1980, y “English Cathedral andMonastic Carpentry”, 1985.12. Viollet-le-Duc, Dictionnaire Raisonné del’Architecture, Tomo II, París, 1859.13. Este tipo de edificación se ha usado indistintamenteen la región escandinava, en zonas alpinas y en Américadel Norte. Ver Brunskill, R. W., Timber building inEngland, London, Ed. Victor Gollancz, 1985, pag.24.14. Bechmann, R., Les recintes des cathédrales, Ed.Payot, París, 1984. Pag. 93 y s.s.15. Existen referencias de la compra de madera proce-dente de las tierras del Marqués de Moya, en la Provinciade Cuenca, en 1533, para la construcción del artesonadodel Consulado del Mar en la Lonja de Valencia.Aldana,S., La Lonja de Valencia, Valencia, pag. 55. 16. Sanchís Guarner, M., La ciutat de Valencia,Ayuntamiento de Valencia, Valencia, 1972. Terceraedición 1981, pag. 175.17. Madoz, P., “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Alicante, Castellón y Valencia”.Instituto Alfonso el Magnánimo. Madrid 1845-50).Reedición Valencia 1982. Tomo I, pag 366.18. Este puerto dependió en el siglo XVI de la coro-na española y, luego, en el siglo XVII de los fran-ceses. En 1780, este puerto volvió a depender de lacorona española hasta 1815.19. Ordenanzas del Gremio de Albañiles, Carpinteros yAladreros de la Villa de Carcagente, 1757, A.R.V., Librodel Real Acuerdo, 1757. Capítulo 23. En este se indicaque se debería de pagar seis dineros por cada libra demoneda que costara el material traído de Castilla.20. Ordenanzas gremiales de Morella, de 1739, querecogen otras anteriores de 1598. A.R.V., Libro delReal Acuerdo, Año 1739, Pag. 704-708 v.21. Brunskill, R. W., Timber building…, op. cit., pag.29.22. Brown, Ch., “York up from the ashes”, SPABNews, Vol. 6, nº2, April, 1985, pag. 6 a 12.23. Beckmann, P., “York Minster: The new roof tothe Sauth Transept”, The ARUP Journal, Winter1988-89, Ed David Brown, London.24. Las primeras marcas de los carpinteros eran marcasrasgadas mediante una cuchilla, mientras que las fecha-das en el siglo XVII, estaban hechas con una gubia o cin-cel, mientras que las realizadas en los siglos XVIII y XIXeran pequeñas marcas hechas con sumo cuidado.25. Antes de esa fecha se permitía a los maestros teneraprendices cautivos o moriscos, como los confirman lasordenanzas acordadas por los carpinteros el 6 de marzo de1472 y por el que se ordenó que ninguno de los maestrosde dicho oficio pudieran tener esclavo para trabajar en car-pintería, si antes no hubiera aprendido el arte en casa de ofi-cial examinado. Los maestros eran muy bien valoradosdentro de la sociedad, y tenían un papel de suma impor-tancia para la toma de decisiones del futuro de las ciuda-des. Tramoyeres Blasco, L., Instituciones gremiales, suorigen y organización en Valencia, Valencia, 1889. re-edi-tado en Valencia, Facsímil París-Valencia, 1979. Pag. 183.26. Ver Nuere, E., La carpintería de lazo. Lectura dibuja-da del manuscrito de Fray Andrés de San Miguel, Colegiode Arquitectos de Málaga, Málaga, 1990; Mariátegui, E.,Breve compendio de la Carpintería de lo blanco y tratadode alarifes, 1º Edición, 1867, Madrid, 1912.; FrayLaurencio de San Nicolás, Arte y uso de la Arquitectura,Capítulo XLVII, Trata de que fuerte se hayan de trazar las

armaduras, y cuantas diferencias hay de ellas, Madrid,1639 y 1664. Colección Juan de Herrera, Madrid 1989.27. Nuere, E., La carpintería de lazo…, op. cit., pag. 26.28. En los documentos de contratación de la portada dela Sala Nova del Palau de la Generalitat de finales delsiglo XVI, se proponía que fuera entregada a “mestresarchitectors, pedrapiquers o altres qualsevol persones”Gómez Ferrer, M., Arquitectura en la Valencia del sigloXVI. El Hospital General y sus Artífices, Ed. Albatros,1998. Pag. 176.29. Recopilación de las Ordenanzas de la MuyNoble y Muy Leal Ciudad de Sevilla, 1527. Ed.Facsímil. Edita Oficina Técnica de Arquitectura eIngeniería, S.A., OTAISA. Sevilla, 1975.30. Fernández Cabo, M., Armaduras de cubierta,Ed. Ámbito. Colegio oficial de Arquitectos deLeón, Madrid, 1997. Pag. 33.31. Benito Goerlich, D., “Real Monasterio de laTrinidad”, Catálogo de Monumentos de laComunidad Valenciana, Vol. II, pag. 677. 32. El traslado tuvo lugar el 22 de enero de 1445 y el 9 dejunio del mismo año puso la reina la primera piedra. Almismo tiempo, se comenzaron los trabajos para reparar lasanteriores instalaciones y alojar así a las monjas clarisas.Cruilles, Marqués de, Guía Urbana de Valencia, Valencia,1876, Reedición facsímil 1979. Tomo I, pag. 385.33. Fue abadesa del convento Isabel de Villena, autora deVita Christi, que fue publicada en 1497 a instancias deIsabel la Católica. La construcción del convento costó,según el Libro Mayor de Títulos, 11.353 libras y 14 suel-dos. En este libro Sor Isabel apuntaba los recursos que ibaobteniendo para la construcción del monasterio y la formaen que los iba gastando . Ver Mata López, M., “Obras enel Real Monasterio de la Santísima Trinidad, (Siglo XV)”,SAITABI, XVII, Universidad de Valencia, Facultad deFilosofía y Letras, 1967, pág. 43 y s.s.34. Zaragozá Catalán, A., “Real Monasterio de laTrinidad, Valencia”, Monumentos de la ComunidadValenciana. Tomo X Arquitectura Religiosa,Valencia, 1995, pág. 146.35. Hurtado, V.; Peñarrocha, J.; Sancho, J. M.;Tomás, M. . “Ontinyent”, Catálogo de Monumentos yConjuntos de la Comunidad Valenciana, Conselleríade Cultura, Educació I Ciencia, GeneralitatValenciana, Valencia, 1983, pág. 632 y s.s.36. Ha sido declarada Monumento HistóricoArtístico (B.O.E. 22-VIII-1981). Sicluna Lletget, R.,Zaragozá Catalán, A., “Iglesia Archiprestal de Ntra.Sra. De la Asunción”, Catálogo de Monumentos yConjuntos de la Comunidad Valenciana, Servicio dePatrimonio Arquitectónico, Consellería de Cultura.Valencia, 1983, págs. 114-150.37. Convenio suscrito entre U.P.V. y Consellería deCultura, Educación y Ciencia: "Estudio de la cubierta demadera de la iglesia archiprestal de Ayora", 1986.Investigador Responsable: Liliana Palaia Pérez.38. Pons Alós, V., “El archivo parroquial de Ayora”,Fondos manuscritos. Anales de la Universidad deAlicante. Historia Medieval, Alicante, 1983.39. Martínez Azorín, E., Fechas Históricas de lanoble Villa de Ayora. Almansa 1921, y del mismoautor, Historia de la Ilustre Villa de Ayora y los pue-blos de su valle, Almansa 1929.40. García de Berruguilla, J., Verdadera práctica delas resoluciones de la geometría, sobre las tresdimensiones para un perfecto architecto, con unatotal resolución para medir, dividir la planimetríapara los agrimensores, Madrid, Lorenzo FranciscoMojados, 1747, re-edición Murcia 1979.