37
Prólogo Cuando escribí “El Círculo Económico” comencé por sentir que era necesario un cambio en nuestra actitud, en nuestros actos económicos, previamente a poner cualquier supuesta “solución” sobre la mesa. Acompañado este impulso del ímpetu por desarrollar las actividades que persiguen mi vocación natural, empecé a promover la idea de la necesidad de hacer aquello que uno está, de alguna manera, “programado” por la naturaleza a hacer. Comprendí que todos tenemos un talento, y que en la medida que uno lo desarrolla, el conflicto interior desciende y la satisfacción aumenta. Era el primer paso “a la inversa” en este camino que comienza a difuminarse en sí mismo. ¿Por qué digo “a la inversa”? Bien, porque estamos acostumbrados a realizar los cambios de afuera hacia dentro. Vemos un error frente a nosotros y vamos a tratar de solucionarlo. Sin embargo, si observamos detenidamente podemos comprender que la vida funciona en el sentido contrario al que nosotros hemos creído siempre que lo hacía. El supuesto “error” externo nace dentro de nosotros, de forma inconsciente, y se sustenta a través de nuestra inconsciencia y de nuestro esfuerzo por mantenerlo oculto. Pero todo esto lo desarrollaremos en profundidad más adelante. Lo que ahora quería explicar es que el primer paso para ir hacia dentro, fue darme cuenta de que no existía ninguna solución externa a la crisis económica actual. Y no me refiero solo a volver a funcionar de la manera que lo

El Espíritu Económico

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Avance del ensayo

Citation preview

Page 1: El Espíritu Económico

Prólogo

Cuando escribí “El Círculo Económico” comencé por sentir que era necesario un cambio en nuestra actitud, en nuestros actos económicos, previamente a poner cualquier supuesta “solución” sobre la mesa. Acompañado este impulso del ímpetu por desarrollar las actividades que persiguen mi vocación natural, empecé a promover la idea de la necesidad de hacer aquello que uno está, de alguna manera, “programado” por la naturaleza a hacer. Comprendí que todos tenemos un talento, y que en la medida que uno lo desarrolla, el conflicto interior desciende y la satisfacción aumenta. Era el primer paso “a la inversa” en este camino que comienza a difuminarse en sí mismo.

¿Por qué digo “a la inversa”? Bien, porque estamos acostumbrados a realizar los cambios de afuera hacia dentro. Vemos un error frente a nosotros y vamos a tratar de solucionarlo. Sin embargo, si observamos detenidamente podemos comprender que la vida funciona en el sentido contrario al que nosotros hemos creído siempre que lo hacía. El supuesto “error” externo nace dentro de nosotros, de forma inconsciente, y se sustenta a través de nuestra inconsciencia y de nuestro esfuerzo por mantenerlo oculto. Pero todo esto lo desarrollaremos en profundidad más adelante. Lo que ahora quería explicar es que el primer paso para ir hacia dentro, fue darme cuenta de que no existía ninguna solución externa a la crisis económica actual. Y no me refiero solo a volver a funcionar de la manera que lo

Page 2: El Espíritu Económico

hacíamos hace unos años, eso sería muy egoísta por mi parte, pues gran parte de la población estaba muriéndose de hambre ya antes de que nosotros comenzásemos a preocuparnos por nuestras economías. Es muy sencillo comprobar que no existe ninguna forma de manejar las teclas, de modificar las fichas desde fuera, solamente con nuestros actos, que consiga acabar con las terribles necesidades que el mundo sufre. Y por mucho interés que pongamos a través de ONGs, organizaciones humanitarias, fundaciones... etc. éste parece ser un problema sin solución.

Como decía, el primer paso atrás fue ver que era necesario un cambio de actitud de los individuos, y de esta idea nació “El Círculo Económico”. A medida que iba escribiendo, iba “recibiendo” imágenes de aquella aparente teoría sobre la naturaleza de la economía y el flujo natural que ya ella tiene, totalmente distinto a los sistemas que le imponemos a través de nuestras ideologías. Me pareció que el libro se escribía solo.

Sin embargo, en estos últimos tiempos he comenzado a “sentir” otra gran ráfaga de información, además de un tremendo y fascinante impulso que me ha llevado al interior de mí misma con una fuerza apabullante. Allí es donde he terminado de comprender que no podemos dar un solo paso hacia fuera que tenga éxito en cualquier ámbito, incluido el económico, mientras no transformemos el dolor que habita en nuestras mentes, y el dolor que habita en nuestros corazones.

Page 3: El Espíritu Económico

Debido a esta fascinante comprensión, los mensajes que ahora transmito están en este ámbito, y la generalidad de ellos es una: si queremos realmente salir de esta crisis, tenemos que comprender que la crisis está en dentro de cada uno de nosotros. Dado que el mensaje no es todo lo popular que mi pensamiento y mi ego hubieran deseado, me ha costado sufrimiento y tiempo aceptar que lo estaba observando tal y como aquí irá descrito.

Es por todo esto que el título de este nuevo ensayo sea “El Espíritu Económico”, pues he comprendido que la economía es un ámbito más de nuestro espíritu, y como él, fluye de forma natural cuando estamos alineados interiormente. Así como el primer libro está más encaminado a realizar las primeras prácticas y planteamientos para tratar de mantener a la mente en una especie de “duda positiva”, aquella duda que nos permite salirnos de las “verdades” establecidas y de las supuestas creencias que nos han mantenido en la oscuridad, este libro es una meditación interna.

Estos tiempos en los que estamos viviendo pueden resultar fascinantes, o completamente apabullantes y destructivos; sin embargo, estamos comenzando a aprender que la decisión sobre cómo queremos vivirlos está en uno mismo.

Es posible que hayamos escuchado esta frase en muchas ocasiones, y que uno se pregunte: “Si yo quiero vivir bien, ¿por qué soy infeliz? ¡He decidido ser feliz, pero no lo soy!” “¿Quién, en su sano juicio, elegiría vivir unos tiempos destructivos?”. Por supuesto, nadie quiere

Page 4: El Espíritu Económico

sufrir, nadie “elige” no disfrutar de la vida. Lo que estamos diciendo no es que sea una “elección consciente”, sino que la clave está dentro de uno. Vamos a explicar esto con detenimiento.

Nacemos heredando una serie de comportamientos, de actitudes, de constituciones físicas... etc., y además, por el proceso de la vida, nos vamos añadiendo creencias, ideas que proliferan en nuestro entorno... etc. De la mayor parte de todo este bagaje que llevamos con nosotros ni siquiera somos conscientes, y es precisamente este bagaje el que proyecta nuestras vidas. Todo aquello que nos compone, se proyecta en el exterior para que podamos observarlo. Es así que llevamos dentro la llave para poder también hacer una gran transformación. Aún así, creo que este imprescindible descubrimiento ha de ser bien entendido, pues uno puede llegar a pensar que es el “culpable” de todo lo que le sucede, pues si lo está proyectando es que tiene la “culpa” de su situación. Nada más lejos de la realidad: la culpa es la trampa que nos mantiene alejados de la verdad. Pero como les decía, todo esto lo iremos viendo con detenimiento más adelante. Ahora simplemente quiero ir abriendo estas ideas, para que el pensamiento que las lee se vaya haciendo las preguntas que lo alejen del estatismo acostumbrado.

De modo que, alejando la culpa de nosotros, podemos entender sencillamente que llevamos una especie de “bolsa oscura” escondida en nuestro interior, que proyecta aquellas situaciones que nos hacen sufrir. Entendiendo este hecho ¿cómo puede un ser humano hacer nada externamente, sin solucionar primero el problema de la “bolsa oscura” interior?. Si ella es el origen de todo lo que me

Page 5: El Espíritu Económico

encuentro alrededor, no habrá forma de solventar mis problemas más que acudiendo primero a la raíz de ellos.

Es por esta comprensión interna por la que he decidido escribir este libro, y expresar el mensaje que veo, con la mayor claridad que me sea posible, y entregarme a la comunicación de la necesariedad de la transformación de uno mismo, también en el ámbito económico, pues no es un compartimento estanco y dividido de nuestras vidas, sino que es un resultado más, totalmente unido a nosotros y a nuestra actividad diaria. Es decir, que si uno se transforma interiormente, la comprensión del fluir natural económico será inmediata, puesto que en nuestro interior, en nuestro espíritu, no existen las divisiones que el pensamiento construye hacia la realidad externa.

Por eso creo fundamental dedicar todo mi trabajo y esfuerzos a transmitir este mensaje de “vuelta” en el camino inverso de la economía, que no es distinto del camino de vuelta al espíritu, y menos aún del camino de vuelta a lo que verdaderamente somos.

Page 6: El Espíritu Económico
Page 7: El Espíritu Económico

Comienzos

Desde que tengo uso de razón he sentido que la vida debía ser algo diferente a lo que interpretaba de ella. Recuerdo de niña que, a veces, me convencía de que haciendo un poco de fuerza, apretando los ojitos, encontraría los secretos del universo. Sin embargo, el resultado nunca fue lo que esperaba, de modo que, una y otra vez, las expectativas han ido formando parte de las barreras que me he puesto para no ver la realidad tal y como es.

Mi interés por la espiritualidad se puede decir que nace desde un tiempo que no recuerdo, y que ha sido el único motor en mi vida del cual nunca me cansé. Uno pasa por miles de actividades que comienza y no termina; sin embargo, el interés por descubrir qué es la vida, por el espíritu y por descubrir quién soy realmente, es lo único que jamás ha perdido la llama de la pasión. Sin embargo, ha sido en estos últimos años en los que el fuego se ha convertido en hoguera, y más en los últimos meses, en los que una necesidad apremiante de entrar en lo más profundo me ha llevado a observar el mundo de forma completamente distinta a como lo hacía hasta ahora.

Hace unos años tuve una experiencia muy dolorosa, pues mi hermana mayor enfermó de cáncer. En mi familia ésta ha sido una enfermedad muy común, y por tanto conozco bien cómo afecta al organismo. Como hacía años venía investigando la relación entre las emociones y los síntomas, y cómo los pensamientos afectan al cuerpo, la

Page 8: El Espíritu Económico

enfermedad de mi hermana despertó todas mis alarmas y deseos de investigación. Comencé a leer desesperadamente todas las lecturas que encontraba sobre el tema. Inicié el camino por el doctor Hammer, después leí “La enfermedad como camino”, continué con Lipton y la “Biología de la transformación”, Jodorowsky y su Psicomagia... y un largo etcétera de experimentadores y experiencias que me fueron poniendo en el camino de la comprensión de la enfermedad. Al mismo tiempo iba observando en mi hermana, con el dolor de la propia experiencia, cómo las actitudes, las emociones y hacer cosas que no están en coherencia con el sentimiento de uno, enferman el organismo. Comprender todo esto en primera persona, tan directa y amorosamente, ha sido para mí una de las experiencias más importantes de mi vida, a pesar del inmenso dolor que la acompañó. Ahora entiendo que, quizás, ese dolor fue también parte de la belleza de un entendimiento que está más allá del ámbito intelectual.

Mi hermana me enseñó que la salud comienza cuando uno hace lo que verdaderamente su Ser Interior le llama a hacer, y que el conflicto y la enfermedad nos están avisando de comportamientos incoherentes en nuestras vidas, de modo que el cáncer no es aquella enfermedad maldita a la que todo el mundo insulta, sino que es la lucha de nuestro cuerpo por mostrarnos el sufrimiento de nuestra mente que no somos capaces de ver.

Tras esta experiencia conocí la BioNeuroEmoción, antes llamada Biodescodificación, y realicé la formación con Enric Corbera para hacerme profesional de esta metodología terapéutica. Comencé

Page 9: El Espíritu Económico

ansiosa por “curar” enfermedades, convencida de que podría hacer con otros lo que no pude hacer con mi hermana. Sin embargo, la vida me ha traído la comprensión de mi estupidez y de aquel iluso deseo de curación, para entender que las cosas siempre son como tienen que ser, que cada experiencia te muestra algo y es totalmente necesaria. “No intentes cambiar un ápice de tu vida pasada, presente o futura; más bien cambia antes tu interpretación”, éstas fueron las palabras que me llevaron a dejar de intentar cambiar las cosas desde fuera, para cambiar la dirección del camino de investigación y dirigirme hacia dentro.

La experiencia me enseñó que uno puede tratar una enfermedad simplemente en el síntoma, o más bien puede ir a la raíz del problema, que está siempre en una actitud, una creencia, una emoción bloqueada... etc. Por mucho que nos atiborremos a pastillas, si continuamos haciendo siempre lo mismo, aquel dolor “crónico” jamás se irá. De modo que el conocimiento de estas terapias me hizo ir más aún a las raíces de mis propios miedos internos.

Al igual que en la salud, en la economía tenemos los mismos síntomas y comportamientos. El sistema económico podría ser similar al sistema circulatorio sanguíneo de cualquier cuerpo. El dinero tiene que fluir correctamente para que todo el organismo reciba su alimento. ¿Qué pasaría si el corazón dejase de bombear para que fluya la sangre para todo el cuerpo, y simplemente empezase a recibir toda la sangre para sí mismo? Bien, más o menos eso es lo que ha sucedido con el sistema financiero, que sería algo así como el corazón de la economía.

Page 10: El Espíritu Económico

Con este funcionamiento egoísta, cualquier organismo colapsa, al igual que está sucediendo con la economía. Es por esto que, al descubrir que las raíces de las enfermedades siempre están en la mente del individuo, comprendí también que, de igual forma, las raíces de las crisis económicas están en la mente del individuo. Este entendimiento puede venir primero como una comprensión intelectual, de hecho, de alguna manera es necesario que el pensamiento entienda este hecho para que después se produzca una comprensión integral; es decir, que uno, poco a poco, puede comenzar a ver cómo su pensamiento, lleno de competencia, de envidias, de culpas, de juicios y de miedos, de contradicciones... etc. entra en crisis para que podamos ver más fácilmente que el conflicto está en nuestra mente.

Pero como ya anuncié antes, todo el motivo de este libro es que seamos capaces de ver esto cada uno de nosotros, de modo que iremos avanzando en esta misma idea a lo largo de cada capítulo, y a través de distintas vías.

Por el momento, el comienzo del viaje es simplemente el cambio de impulso, una energía nueva que nos lleva a retroceder, que nos devuelve a nuestro lugar de origen, a lo que somos de forma natural, antes de ser acumulados por las imágenes del pensamiento.

Page 11: El Espíritu Económico

Soluciones

Uno de los motivos que me llevaron más adentro en este “viaje de vuelta”, fue escuchar a cientos de personas hablando de la realidad de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, con bastante coherencia, pero sin soluciones, o mejor dicho, ofreciendo soluciones vestidas de antiguos paradigmas y siempre partiendo desde el exterior.

Este tipo de observación la podemos encontrar en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Es muy sencillo darse cuenta hoy en día del desastroso resultado que tienen las políticas actuales, la mediocridad de nuestros gobernantes es algo innegable. Sin embargo, las supuestas “soluciones” que encontramos pasan todas por “cambiar de gobernantes”. No digo que no sea necesario hacer ese cambio; digo que ese cambio de personas, sin un cambio en la mente humana, será, con el tiempo, exactamente lo mismo que fue. Quizás al principio, con el furor de la novedad, los nuevos gobernantes sean un poco más comprometidos que los anteriores, pero con el pasar de los días el deseo de poder y otros tantos impulsos volverán a ser quienes gobiernen de nuevo.

Del mismo modo, podemos buscar otros sistemas económicos más beneficiosos, más pacíficos, más cuidadosos con el medio ambiente... etc., pero si las personas que creamos estos sistemas, guardamos dentro de nosotros aquellos sentimientos indeseables, haremos con el tiempo de la utopía una nueva desastrosa realidad. Y curiosamente,

Page 12: El Espíritu Económico

este tipo de ideología guarda un grave peligro: nos convencemos de estar en el camino correcto, de estar trabajando por el bien de todos, por un mundo más respetuoso con la tierra, por un intercambio pacífico... etc., y de esta forma fomentamos en nosotros mismos sentimientos “bondadosos”. Entonces, cada vez que aparece dentro un impulso violento, o egoísta, o envidioso, o avaro, o de miedo... etc., nuestra “mente bondadosa” trata de cortarle la cabeza, de no dejar que crezca, de anularlo de sí, pues uno va en busca del camino de ser una buena persona, y tratará con insistencia de evitar los malos sentimientos en su interior. Sin embargo, el grave peligro que esto implica es que el mero intento de rechazar estos sentimientos, provoca su aumento. Nuevamente volvemos a escuchar aquí las palabras de Jesús “no os resistáis al mal”, pues es precisamente esta resistencia la que va generando un “inconsciente” que no es más que la parte de la conciencia que nos negamos a ver, que nos negamos a aceptar, pues considerándonos “buenas personas” no podemos aceptar ese tipo de comportamientos y emociones en nosotros mismos. Todo esto ha sido parte de mi propia experiencia.

Sin embargo, en el momento en el que uno acepta el impulso, el dolor, el miedo... etc. , en el momento en el que la mente se relaja y deja de juzgar, de interrumpir el rumbo de ese impulso, éste, por sí mismo, pierde toda su energía al ser aceptado, de modo que el conflicto de resistencia desaparece. Es esta resistencia la que le otorga fuerza, pues estamos diciéndonos que es real y que no queremos vivirla. Su aceptación implica que no le damos la capacidad de hacernos daño, que no creemos en ella. Le estamos quitando la fuerza que le

Page 13: El Espíritu Económico

dábamos al resistirnos. Curiosamente, esta aceptación es en realidad una verdadera negación.

Esto último que acabo de decir, entiendo que no es sencillo de comprender, de todos modos, como ya venimos repitiendo, procuren no esforzarse mucho en entenderlo y sigamos caminando, pues simplemente estamos abriéndonos a esta comprensión y limando un poco las durezas que interrumpen la visión de la realidad.

En resumen, lo que estamos diciendo es que podemos ponernos todo tipo de metas para ser un perfectos y bondadosos, pero en realidad, por dentro, la verdad de lo que sucede es muy diferente. Tenemos en nuestras conciencias gravada la imagen de lo que se supone que es bueno, de modo que todos los actos de nuestra vida se dirigen a perseguir ese ideal. Pero la realidad de lo que somos es otra muy distinta, y mientras rechazamos lo que somos, aumentan los desechos del inconsciente, y aumentamos la proyección externa en el mundo de aquello que no deseamos ver. Hasta que el ser humano no se acepte en su integridad, con todo lo que implica, no es posible que interiormente haya paz ninguna, pues la lucha entre lo que quiero ser y lo que soy, solo invita al conflicto interno que, por supuesto, más tarde se proyectará hacia fuera como conflicto “real”. De modo nos vestimos de santos para liberar al mundo, pero en realidad, interiormente, nuestros vestidos están llenos de juicios y comparaciones. Este vestido interior es el que verdaderamente hemos de quitarnos, antes de disfrazarnos con las caras de la bondad.

Page 14: El Espíritu Económico

La Solución empieza por no tratar de buscar una Solución, pues el pensamiento que la busca, es el problema, en sí mismo.

Page 15: El Espíritu Económico
Page 16: El Espíritu Económico

Los primeros miedos

Una de las primeras barreras con las que me encontré antes de ver la realidad de mi situación interior, fue el miedo a encontrarme con las críticas de los demás. En estos tiempos, lo más sencillo es echar la culpa de toda la situación actual a las “altas esferas”, cargados de múltiples razones para ello, prácticamente irrefutables. Entrar con esta nueva perspectiva en la que el propio pensamiento es el origen de la crisis es, no solo impopular, sino también contrario al “nuevo pensamiento” establecido como “nueva verdad”. De modo que con esta barrera, pude ver más claramente en mí misma cómo el miedo actuaba en contra de lo que verdaderamente estaba viendo y sintiendo.

Cuando actuaba por el miedo, maquillaba este mensaje diciendo que la crisis la habíamos creado “un poquito entre todos” con nuestra avaricia. Entonces aparecían las voces que me decían “pero yo no soy avaricioso, no he participado de la crisis, ¿por qué tengo que pagarla?”, y las veía cargadas de razón; sin embargo, algo dentro de mí también me decía que ese entuerto, ese cruce de caminos al que llegaba no era propio de la verdad, y que en todo aquel planteamiento había algo que no conseguía cuadrarme. Fue entonces cuando vi que mi miedo estaba interrumpiendo el flujo de la comprensión de la verdad, pues estaba dando más autoridad a las personas que iban a llevarme la contraria, que a lo que mi Ser estaba sintiendo con insistencia. En aquel momento fue cuando empecé a dar más credibilidad a mi interior, a lo que verdaderamente sentía, de forma

Page 17: El Espíritu Económico

clara y limpia, y a dejar que el miedo se fuera yendo a medida que iba aumentando la presencia del verdadero Ser. Y a medida que este miedo se disolvía, llegaban nuevas comprensiones directas (aquellas que no necesitan de un análisis mental) que iban otorgando nuevos datos reveladores.

La crisis no es solo producto de la avaricia, sino que es un guiso que contiene muchos ingredientes: envidia, competitividad, deseo de poder, miedo... etc. Todos ellos potenciales de todos y cada uno de los seres humanos. Siendo cierto que algunas personas no desarrollan la avaricia tanto como otras, lo que también es verdad es que todos desarrollamos alguna, y en este desarrollo y alimento, está también el alimento de la crisis.

Veamos: las “altas esferas” han sido el estandarte del desarrollo masivo del deseo de poder, la codicia, la apariencia, y otros tantos impulsos humanos que actualmente estamos viendo en su máximo esplendor. Sin embargo, el desarrollo de unos depende de otros: el miedo. Es decir, sin el miedo que hemos desarrollado mayoritariamente el pueblo, las altas esferas no habrían podido llegar a la situación en la que están. El miedo de unos y la avaricia de otros actúan como si fueran piezas inseparables de un puzzle que cambia de tamaño, pero al que pertenecen de forma indivisible.

Algunos podrán pensar que el miedo ha sido “creado” e inferido en la población para poder alimentar las subidas de unos pocos que en estos momentos se están llevando todos los recursos económicos; sin

Page 18: El Espíritu Económico

embargo, pocos se adentran a ver que el movimiento es a la inversa; es decir, que es el miedo que tenemos dentro el que crea la proyección externa de los “esclavizadores”. Y a medida que le damos más y más credibilidad a este miedo, más poder alcanzan aquellos a los que “detestamos”.

Llegados a este punto, no espero que el lector me dé la razón en lo que estoy diciendo, pues ni yo misma lo hice cuando tuve la “visión”, y de nada serviría que tomasen esta afirmación como cierta, sin ser vista por cada uno, pues sería lo mismo que cualquier otra ideología: dar la razón a una idea que puede parecer correcta. De nuevo, otra trampa del pensamiento.

De modo que la intención de este libro será, en todo momento, la del planteamiento propio, la de la observación interior, y no la del convencimiento de ideas que aparezcan como salvadoras, pues con toda sinceridad creo que los salvadores son algo inexistente, y que cada uno es responsable de su actuación en este mundo, de modo que aquellos que tomen esto por cierto, pero no lo vean en sí mismos, no disfrutarán de la transformación real que supone su completa integración al Ser.

Page 19: El Espíritu Económico
Page 20: El Espíritu Económico

Salir de la monotonía...

Una de las principales barreras que nos impiden ver que el miedo se apodera de nosotros y que actuamos por su influjo, es la monotonía. Realizamos tantas actividades diarias de modo tan mecánico, que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siendo movidos en ellas por el miedo. Muchas personas hoy, cuando hablo de estos temas me preguntan: “¿pero cómo me quito el miedo?”, y después de devanarme los sesos para encontrar una receta mágica al respecto, por fin, fui consciente de que no existe tal receta. Sin embargo, lo que sí he descubierto que es el principio del camino,- y es de suma importancia-, es que si no vemos los miedos, estos nunca desaparecerán; mientras que cuando los miedos son detectados, su sola observación ya empieza a ejercer un nuevo movimiento, un cambio en el comportamiento. Tomar conciencia de lo que estamos haciendo y ver quién nos dirige, ver la verdad, con todo nuestro alma y nuestro ser, es un acto en sí mismo liberador. Ya dijo Jesús hace más de dos mil años: “la verdad os hará libres”, y justamente ahora es cuando estamos tomando conciencia de la importancia de estas escasas palabras. Cuando uno se comporta de una determinada manera, pero lo hace mecánicamente, por monotonía, por costumbre, no se da cuenta de cuál es el motor que lo empuja a actuar así; pero cuando toma conciencia del sufrimiento que le produce esa actitud, entonces empieza a cambiar de dirección.

Page 21: El Espíritu Económico

Voy a contarles una anécdota que viví cuando trabajaba en Banca Telefónica para cierta entidad financiera española, para aclarar un poco este asunto. Al principio me aterraban los clientes: esas voces al otro lado del teléfono que, carentes de caras, solían afilar sus incisivas palabras con un poquitín más de violencia que la que aparece en la presencia carnal; sin embargo, yo no era consciente del gran miedo que sentía hacia ellos. Simplemente, pensaba que era “normal” sentirse nervioso en un trabajo nuevo, y que “ya me acostumbraría”. Tomar por ciertas estas supuestas verdades que hemos escuchado toda la vida, nos puede mantener en el error. La cuestión es que una, llegada a Madrid desde las provincias, cual Paco Martinez Soria en Alemania, y lanzada al ruedo laboral tras haber escuchado una y otra vez la canción de cuna capitalista de la universidad, sentía el trabajo como una especie de selva en la que empezaba a conocer las delicias y tormentos de la relación del hombre y el dinero. Como dice mi médico de cabecera: “nada molesta más a la gente que te equivoques con su dinero, o con su salud”, y efectivamente, eso lo pude comprobar desde la primera semana de trabajar en banca.

La cuestión es que mi trabajo tenía una monótona letanía para atender las llamadas, otra monótona letanía para cada ocasión en que transferías un cliente a otro departamento, y una más para finalizar la conversación:

“Banco Notelodigo, buenos días, le atiende Laura Fernández, ¿en qué puedo ayudarle?”“No se retire, le paso con el departamento de bolsa”...

Page 22: El Espíritu Económico

“Gracias por su llamada, que tenga un buen día”...

Tan robótico resultaba aquel asunto, que algunos compañeros llegaron a contarnos que ciertos clientes les preguntaban: “¿es usted una persona, o es una máquina?”.

Por supuesto, el trato con el cliente debía de ser correcto y distante. Sin embargo, una mañana recibí una llamada de una agradable voz masculina que quería hablar con los técnicos de internet, y en lugar de utilizar el mecánico “no se retire, le paso con...”, de mi boca salió un orgulloso: “no se resista, le paso con el departamento de internet”. Cuando me di cuenta de lo que le había dicho al hombre, mis mejillas se sonrojaron, un calor me recorrió el cuerpo, pensando en haber metido la pata: ¿qué pensaría de mí?. Cosas del azar, me llevaron a que mi llamada a internet no fue atendida, de modo que tuve que retomar la atención de la masculina y agradable voz. Ahí estaba él, esperándome con un: “no se preocupe señorita, no me he resistido y sigo aquí”, entonces ambos soltamos una amplia carcajada, una risa sonora y libre, de aquellas que vienen tras un tiempo de comportamientos mecánicos y enlatados, con el deseo apabullante de gritar al viento que la vida no puede ser un cúmulo de estructuras ya hechas, sino que cada instante se dibuja a sí mismo con su propia sonoridad.

Aquel día, en aquel momento que me sacó de la monotonía, aquella sonora risa se llevó gran parte de mis miedos. Curiosamente, al salir del acto mecánico y letánico habitual, fue cuando más consciente fui

Page 23: El Espíritu Económico

del miedo que tenía hacia los clientes, y al darme cuenta de ello, en parte, muchos de estos miedos desaparecieron.

De modo que, para que podamos movernos en la vida sin ser dominados por el miedo, lo primero que podemos hacer es observar en qué actos somos dominados por él, abandonar la monotonía y observar cada situación como si fuera única. ¿Qué mejor herramienta para despertar que la vida de uno? ¿Qué mejor herramienta para meditar que los acontecimientos diarios que se presentan a nuestro alrededor? Observar nuestras emociones, qué sentimos, qué nos duele, qué actitudes de los demás nos afectan en mayor medida, empieza siendo un excelente motor que, por sí mismo, ejerce de limpiador de nuestra conciencia. Como bien dicen los descubrimientos de física cuántica, “el observador cambia lo observado”, de modo que cuando ponemos nuestra atención en aquello que nos perturba, y lo hacemos de forma neutra, con el simple afán de conocer qué sucede dentro de nosotros, entonces, se empieza a producir el cambio.

Page 24: El Espíritu Económico

Receta para cocinar una buena crisis

Ingredientes:Ansia de poder

AvariciaQuerer más

MiedoCompararse con los demás

Envidia

Modo de creación:Cada persona realiza un guiso diferente.

Las altas esferas suelen cocinarse sus personalidades con mucha ansia de poder, bastante avaricia, comparación y envidias.

El pueblo llano tenemos la costumbre de tener mucho miedo, aunque muchos también tienen grandes dosis de envidia y comparación con

los demás.

Al fin y al cabo, ningún ser humano nace exento de estos ingredientes, y es el guiso de la vida en el que cocinamos según las apetencias y los

impulsos, más de unos o más de otros.

Page 25: El Espíritu Económico

De modo que la crisis vive dentro de uno, cocinándose constantemente, y alimentándose a medida que atendemos a estos

ingredientes.

Sin embargo, este guiso es de lo más especial: sin el miedo de unos, no es posible la desmesurada avaricia de otros, los unos y los otros

van conformando el resultado final, igual que un cocido no es posible sin garbanzos, la crisis no es posible sin miedo.

Salir de la crisis, salir de los sistemas y ser realmente libre, comienza por este guiso, por observar qué ingredientes dominan en uno mismo, observarlos, dejar de alimentarlos y entregarlos al

corazón, lugar en el que son limpiados por la fuerza del amor.

Page 26: El Espíritu Económico

El Espíritu Económico

Cuando trabajaba en el banco, me levantaba cada mañana y leía todos los periódicos en busca de una noticia que dijera: “¡Por fin, el mundo ha cambiado!”, pero aquella noticia nunca llegaba. Después, cuando dejé aquel trabajo para comenzar a seguir mis impulsos, seguía haciendo lo mismo.

Uno puede alejarse de situaciones, personas u objetos, buscando ser libre; pero es cuando dejamos los pensamientos de culpa, apego o juicio que tenemos hacia ellos, cuando encontramos verdadera libertad. Esto lo comprendí cuando observé que, por mucho que me hubiera ido de aquel lugar que me oprimía, seguía deseando que “algo” cambiara, que todos los sistemas económicos se cayeran definitivamente, y que tuviésemos que comenzar de cero en una vida saludable y exenta de los “males” del mundo. En definitiva, seguía “culpando” a todo lo externo de las injusticias que veía a mi alrededor y, por tanto, solo desde fuera estaba la llave de la salvación: yo no podía hacer nada. La sensación de opresión que vivió allí mi pensamiento era asfixiante.

Hoy puedo decir que aquellos momentos de conflicto interior han sido, quizás, los más provechosos y vibrantes de lo que llevo vivido, pues en ellos, en el esplendor del dolor, de la confusión y la impotencia, encontré el brillo del mundo dentro de mí, encontré todo aquello que había estado ignorando y echando fuera por no querer

Page 27: El Espíritu Económico

mirarlo de frente, y encontré que no existe diferencia entre lo que soy y lo que veo que el mundo es.

Si mi pensamiento tenía semejante galimatías en la cabeza, si mis propias ideas se enfrentaban una con la otra y no me dejaban respirar, ¿cómo podía ir a cambiar el mundo y a trabajar por liberarlo de los horrores de su sufrimiento? Si no era capaz de elegir los pensamientos, sino que la mayor parte de los pensamientos me elegían a mí, me impulsaban a actuar de una determinada manera, ¿dónde quedaba mi libertad?. Fue allí que encontré que la verdadera esclavitud la vivimos en el interior de cada uno, y que por mucho que cambiemos nuestros trabajos hacia otros que nos gusten más, (lo cual promuevo con gran pasión) si no nos liberamos de los miedos y los juicios que llevamos en nuestra cabeza, aquel trabajo seguirá siendo una nueva prisión.

Por supuesto, en mi opinión, creo que el dar el paso de dedicarse a lo que uno le gusta, ofrece una energía extra para entrar a darse cuenta de todas estas cuestiones, y que es una parte más del proceso. Sin embargo, algunas preguntas que recibí en aquel tiempo hicieron que me diera cuenta de algo más: “¿Por qué, si me dedico a lo que me gusta y me he entregado confiando a ello, no me viene dinero?”. Me hacía esta pregunta una y otra vez, pero no encontraba respuesta, y como siempre, las respuestas estaban en el interior. Empecé a comprobar en mí misma cómo las preocupaciones por los gastos y por los ingresos estaban a la orden del día. Cada vez que iba a comprar algo me interesaba por adquirir lo más barato, con gran preocupación

Page 28: El Espíritu Económico

por llegar a fin de mes. Empecé a “ver” dentro de mí un gran miedo a quedarme sin nada, un miedo que era muy visible en cualquiera que encontrase a mi alrededor. Pocas personas hoy en día se escapan de ello. Incluso aquellos que disponen de muchos recursos económicos tienen miedo a perderlos. Fue entonces cuando me di cuenta de que el mismo miedo era la barrera que impedía la abundancia, que no se trata tanto de actos, de esfuerzos, de ideas buenas o malas, como de los miedos que anidan dentro de uno y se proyectan hacia fuera en forma de escasez. Al “verlos”, empecé a tomar la determinación de “soltarlos”, de entregarlos definitivamente, pues no había forma de seguir conviviendo con aquella presión. Cuando uno ya no puede más, nace el verdadero impulso por soltar. Es cuando uno ya no tiene nada que perder, cuando tiene más por ganar.

Decididamente, aquellas frases que había escuchado toda la vida en las que se recomienda hacer con pasión lo que el interior llama a hacer, olvidándose del rendimiento económico, eran ciertas. Sin embargo, creo que existe un proceso para darse cuenta de su veracidad, pues es muy difícil actuar de esta forma sin confiar, de alguna manera, en “algo” que me puede proveer. Entonces llega la gran duda: “Simplemente... ¿Dios proveerá?”... “yo estoy confiando, pero no me cae nada del cielo...” fue entonces cuando me di cuenta de que, por mucho que uno confíe, si sigue teniendo el miedo dentro de sí, no puede confiar plenamente. Y el miedo hace que no seamos capaces de darnos cuenta de que en nuestro interior existe un flujo abundante y natural, al que estoy llamando Espíritu Económico, que no es distinto del corazón o el espíritu humano. El miedo ejerce de

Page 29: El Espíritu Económico

dique del flujo económico natural, del Espíritu Económico. Creemos que necesitamos confianza, confiar en “algo”, y en cierta medida la confianza es absolutamente necesaria, solo hasta que tenemos la certeza, y la certeza llega cuando el miedo se disipa. La confianza es necesaria mientras hay miedo, mas si le dejamos ir, veremos con certeza aquello en lo que antes teníamos que confiar.

El Espíritu Económico está dentro de uno, dentro de todos. El Espíritu Económico está en el corazón, y es el corazón mismo. El Espíritu Económico es abundancia, no de aquella que uno espera para gastar con desmesura los placeres de la vida, sino aquella abundancia ilimitada que provee al hombre que vive desde el corazón. Y para que el Espíritu Económico empiece a actuar en la vida de uno, es necesario “desactivar” los programas de miedo y preocupación constante que hoy en día llevamos arraigados en nuestro pensamiento. Uno no tiene más que poner un rato los Telediarios para darse cuenta de que la mejor forma de mantener a las personas dentro del sistema, es añadiendo un poco de miedo y algo más de resentimiento y culpa. Cuando una persona vive de esta forma, resentida contra el mundo y con miedo a perderlo todo, vive un verdadero infierno. De esta forma la lucha por el “pan” se hace descarnada, y uno tiene que esforzarse inmensamente por conseguir su salario.

La propuesta del Espíritu Económico es: antes de hacer, elimina el miedo de tu vida, entrégalo a tu corazón, tienes que estar agotado de preocuparte por cada compra, cada factura, cada pago, cada

Page 30: El Espíritu Económico

ingreso... cuando ya no puedes más, cuando dejas de preocuparte, encuentras ese flujo sereno y abundante que anida en ti. El miedo no va a resolverte los problemas, las preocupaciones no te van a dar ideas nuevas, las presiones autoimpuestas no van a darte más dinero. Elimina la preocupación, entrégala a tu corazón, y después observa qué sucede. No es necesario “cambiar de vida”, ni dejar de trabajar, ni dejar de hacer lo que ya haces. Sigue viviendo como hasta ahora, pero sin miedo. Verás qué te depara la vida después...

Page 31: El Espíritu Económico

Es “de locos”

Si estás pensando... “esto es de locos”... yo me pregunté lo mismo, pero, ahora, te hago estas preguntas a ti: ¿no es de locos un mundo con decenas de guerras, con miles de personas muriendo por inanición? ¿no es de locos un mundo en el que gobierna la mediocridad, en el que millones de casas están vacías y en el que millones de personas viven en la calle? ¿no es de locos tener una mente que no puede parar de hablar? ¿no es de locos pensar algo y a la vez lo contrario? ¿no es de locos no poder dormir por la preocupación? ¿no es de locos vivir una vida sin sentido más allá de levantarse, trabajar, comer y dormir? ¿quizás quince días de vacaciones en la playa en verano? ¿hacer largas colas para entrar en los lugares en los que entra todo el mundo? ¿escuchar la misma música que escucha todo el mundo? ¿vivir dependiendo de unas pastillas que te darán tranquilidad?

¿Qué es “de locos”?

Prueba a vivir sin preocupaciones, no tienes nada que perder y mucho que ganar. La cordura habita siempre donde habita la paz.

Page 32: El Espíritu Económico
Page 33: El Espíritu Económico

SEGUNDA PARTE

EL VIAJE INTERIOR

Page 34: El Espíritu Económico
Page 35: El Espíritu Económico

Nuevamente el ¿cómo?

Seguro que después de haber leído el capítulo anterior, tu mente ha vuelto a preguntarse una vez más: “sí, todo esto está muy bien pero, ¿cómo me quito el miedo?”. No creas que tengo poderes de videncia si coinciden plenamente estas palabras con lo que estás pensando, es que, simplemente, todas las mentes piensan igual cuando acceden a introducirse en la investigación interior. La mente actúa con este mecanismo, intenta encontrar la receta mágica, el cómo que le diga qué hacer para eliminar el miedo de su vida. No estamos hablando aquí de “eliminar”, sino de observar pues, como ya hemos dicho, cuando uno observa, algo cambia. Por tanto, hablamos de ser conscientes de en qué momentos de nuestra vida el miedo empieza a dominarnos. Cuando los vemos con total claridad, les puedo asegurar que no seguirán comportándose de la misma forma.

Imagínate que alguien se aprovecha de ti de forma habitual. Cada semana te pide que le des algo diferente. Tú lo has tomado como costumbre. Crees que estás haciendo lo correcto porque te han enseñado a dar lo mejor de ti; sin embargo, inconscientemente, dentro de ti habita una duda: “¿no se estará aprovechando de mí?”, pero continúas hacia delante y te dices: “no, eres tonto/a, tienes que ser una buena persona”, entonces tu mente “olvida” la duda, y tú continúas dando a esa persona cada semana lo que te pide, de modo que no eres consciente de que estás actuando por la creencia de: “es lo que tienes que hacer para ser buena persona”, una creencia aprendida quizás por

Page 36: El Espíritu Económico

la religión, la familia...etc. Entonces un día ves que esa persona hace lo mismo con tu vecino, y en tu vecino ves muy claramente que está dejándose engañar. Cuando lo ves con total claridad ¿qué harás? ¿vas a seguir haciendo lo mismo? No, ya no lo harás porque sabes, con toda certeza, que esa persona se está aprovechando de ti. Pues con el miedo sucede lo mismo. Cuando vemos con claridad que nuestros actos se dirigen con el miedo, y las nefastas consecuencias que eso trae a nuestras vidas, además de dolor, entonces es cuando empezamos a tomar otro camino, una nueva dirección que, ve el miedo, pero empieza a ignorarlo.

Por todo esto insistimos en la importancia de observar el propio comportamiento, de preguntarnos por qué hacemos las cosas, en lugar de hacerlas sin más, o porque es lo que hacen todos, o porque es lo que me dijeron que hiciera, o porque es mi obligación. Cuando comenzamos a indagar en nuestros actos, encontramos algo que nos mueve y que es superior, muchas veces, a nuestra voluntad: el programa. Los “programas” que nos movilizan suelen estar muy arraigados en nuestro inconsciente, y no son sencillos de detectar en un principio; sin embargo, a medida que vamos investigando en nuestro comportamiento, en nuestros pensamientos, cada vez accedemos a ellos más fácilmente.

Page 37: El Espíritu Económico