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EL EXILIO OLVIDADO
Carlos Canosa/Jerusun www.reyjusticianuestra.com
"Miren, les envío al profeta Elías
antes de que llegue el gran y terrible
día del Señor. Sus predicaciones harán
volver el corazón de los padres hacia
sus hijos y el corazón de los hijos
hacia sus padres"
Malaquías 4, 5-6
Índice
1) Introducción
2) El Propósito de YaHWéH en la división de
ISRAEL en dos casas
3) La Supremacía del Dios de Abraham en la
Historia de las Naciones
4) El nacimiento de una Gran Nación
5) La profecía más amada
Anexos
Glosario
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1 Introducción
Si queremos seguir el eje principal del Plan Profético
revelado en la Biblia descubriremos que tofo el habla de
cómo un remanente escogido de la descendencia del norteño
‘reino de Israel’ compuesto por las diez tribus llamadas
‘perdidas’ por la historia corriente será retornado a la tierra
de sus antepasados –Canaán/Sión- de donde fuera echado
por YaHWéH debido a su infidelidad y por manos del rey
asirio Sargón II a partir del año 722 a.C. Este retorno en el
mundo venidero/athid lavo de un remanente de las diez
tribus norteñas que son llamados en la profecía “Israel”,
“casa de Israel”, “hijos de Israel”, “Efraín” o “tribus de Jacob” –
entre otros nombres- es imprescindible para la prometida
restauración de lo que el AT llama “Tabernáculo de David”
(Amos 9:11) y el Nuevo Testamento “Reino de Dios’/’Reino
de los Cielos”, que estará formado por el ISRAEL DE DIOS
de doce tribus –los redimidos- que en el día de su retorno
serán llamados JEZREEL (Os 1, 11).
Ese es el cerno de la profecía bíblica especialmente en el
AT: el retorno de un remanente de Israel(Efraín) a Sión en
el mundo venidero/athid lavo. También se habla de Judá
-o la ‘casa de Judá/David’– a través de la cual vendría el
Mesías prometido de la descendencia de David –“la
Salvación viene de los judíos” (Juan 4:22)- que en el Nuevo
Testamento se llama Hijo de David, el Vástago de Isaí. Y lo
hace con énfasis especial anunciando al León de Judá como
el Mesías/Mashíaj de ISRAEL. Pero el Plan de Redención
de las Naciones se focaliza en el rescate de un remanente
escogido de los ‘hijos de Israel’/’casa de Israel’/‘tribus de
Jacob’ -todos nombres para ’Efraín’- de entre las Naciones
para congregarlo/retornarlo de nuevo a Sión. Y tanto es así
que aun las profecías mesiánicas se hacen dentro de ese
contexto de salvación y retorno del contumaz ‘Efraín’ que
conlleva un retorno futuro como leemos sucintamente
entre otros pasajes en Jeremías 31, 9:
“Irán con llanto,
mas con misericordia los haré volver...
porque yo soy el padre de Israel,
y Efraín es mi primogénito”.
Y también con palabras de impresionante intensidad en
Oseas 11, 8:
“¿Cómo he de dejarte, oh Efraín?
¿Cómo he de entregarte, oh Israel? ...
Mi corazón se revuelve dentro de mí;
se inflama mi compasión”
Esta compasión angustiosa de YaHWéH por Efraín tiñe
todo el sistema profético y, como decimos, una enorme
mayoría de los pasajes mesiánicos se inscriben en esta
compasión de YaHWéH por el desterrado Efraín y en la
promesa de que habrá un futuro retorno a Sión de un
remanente escogido de su inmensa prole. Y sabemos que ese
remanente –también llamado remanente de Israel- será aquel
que haya recibido la Palabra del evangelio y
convertido/re-convertido su corazón al Dios de ISRAEL –
YaHWéH- que es el Dios/Elohim de Abraham a Quien
servimos los cristianos.
Pero la Sión a la que volverá ese remanente escogido de
Efraín poco se parecerá, es claro, a las tierras bíblicas de
hoy. Habrá sido restaurada, hermoseada en un grado que
no podemos comprender y revestida de Gloria luego de la
venida del Hijo de David/Hijo del Hombre y Sumo
Sacerdote de nuestra fe. Además, la Palabra se refiere
siempre a una Sión futura ampliada para contener los ‘hijos
de Sión’ esto es, la descendencia de Abraham nacida en el
destierro llamados también en algunos pasajes: ‘hijos de la
desamparada’ –otros nombres para Efraín/remanente de
Israel-
.
Y la Gloria de la que será revestirá la Sión venidera la dará
un efectivo carisma celestial ya que de lo contrario el
Tabernáculo de YaHWéH -la morada de YaHWéH entre
los hombres- no podría estar allí y se nos dice en varios
pasajes que “Dios morará con su pueblo” (¡guau!). Serán esos
los "nuevos cielos y nueva tierra" en los cuales mora la
Justicia -"YaHWéH Justicia Nuestra”-. Este dosel de Gloria
(Isaías 4, 5) que es también figura de matrimonio santo es
una de las razones por lo cual se habla en los evangelios –
refiriéndose en misterio a la Sion venidera- la Sión de
“reino de los Cielos”, porque en esos beatíficos días el
Cielo tocará la tierra. Y nada quedará en el athid lavo de la
Sión herida por mil guerras que hoy vemos en medio del
tumulto inacabable del Oriente Próximo –y que seguirá in
crescendo hasta el final. De hecho, la Sión en Gloria venidera
será tan diferente de la actual como los cielos lo son de la
tierra.
Hemos estudiado en otra parte que aquellos que fueron
alcanzados por el evangelio y lo creyeron –los redimidos de
las Naciones- son simiente de Abraham, tanto desde el
punto de vista espiritual como físico, ya que la simiente de
Israel/Efraín cubrió toda la tierra según el misterioso
Propósito de Dios/Elohim –YaHWéH- de extender Su
Gracia a todas las naciones. Esto es lo que se dice
tempranamente en Deuteronomio 32, 8:
“...estableció los límites de los pueblos
según el número de los hijos de Israel”.
Y las “iglesias de Cristo” son el “aprisco” en donde se
guardaron/guardan las “ovejas perdidas de la casa de Israel”
recatadas por el evangelio de entre las naciones, en donde
está la descendencia desterrada del reino de Israel del norte
–Efraín- mezclada con todas las etnias y pueblos de la
tierra.
.
Por otra parte vale recordar que el destierro planetario de
Efraín –inscripto como decimos en los Planes del Altísimo–
estuvo potenciando por el hecho de que los hijos de José –
Efraín y Manases- que eran los patriarcas de las tribus
líderes de las “diez tribus”, fueron bendecidos con una
inconmensurable prole según nos dicen los oráculos del
patriarca Jacob (Gen 35, 11). Y cuando fue “mezclada” con
las Naciones imprimió en ellas su inmenso caudal genético
–“como las estrellas del cielo y las arenas del mar”- y hoy puede
decirse que hay simiente de Abraham en todas las etnias
de la tierra. De modo que hay/habrá descendencia de
Abraham redimida –perdonada/rescatada- “de todo linaje,
lengua, pueblo y nación” (Apo 5, 9) aunque la prueba que
vale para Dios/Elohim no es el ADN genético, sino la fe en
la capacidad redentora de la sangre del Cordero de Dios:
Cristo/Mashíaj de ISRAEL, como está dicho en Gálatas 3,
29:
"si vosotros sois de Cristo,
ciertamente descendientes de Abraham sois,
y herederos según la promesa"
De ahí que haya gentiles, sin la simiente de Abraham, que
también puedan considerarse descendencia suya (Mat 3, 9)
¿Y porque los creyentes no recuerdan/recordamos que
provenimos de una descendencia israelita desterrada? En
realidad lo recuerdan o aceptan en misterio ya que
convierten su corazón a Jesús/Yeshua, un israelita del que
además se declaran vasallos al reconocerlo como Rey. Él es
el Hijo/Siervo Sufriente de YaHWéH dado a los hombres
para salvación y Sumo Sacerdote del mundo venidero cuyo
cerno será el Reino de ISRAEL restaurado o JEZREEL. De
esta forma los creyentes en Jesús/Yeshua se unen
indisolublemente tanto a la historia pasada como futura de
ISRAEL de cuyas promesas proféticas usufructúan en primer
lugar. Pero además de esto que requiere un despertar que
será dado por el Espíritu Santo en estos días, las profecías
de Oseas y Amos explican ese olvido. Dice Oseas 2, 11:
“Haré cesar todo su gozo,
sus fiestas, sus nuevas lunas,
sus sábados"
Es decir, el castigo por la apostasía religiosa del reino del
norte –también llamado reino de Samaria- incluía el olvido
de las fiestas solemnes de ISRAEL. Ellas serían borradas de
su recuerdo por determinación de YaHWéH. Y estas fiestas
solemnes eran/son la “marca” de ISRAEL como nación de
modo que al olvidarla las tribus desterradas olvidaban
también la nación santa de donde provenían. Y es así que en
su trajinar entre las Naciones esas tribus –las tribus de Jacob-
adquirirían otras fiestas nacionales y otros modelos
culturales según los pueblos con los que fueron
“mezclados”. Por eso se dice en Sofonías 3, 18 en referencia
al oprobio del olvido de las fiestas solemnes por Efraín:
"Reuniré a los que se afligen
por las fiestas señaladas,
Tuyos son, oh Sión,
El oprobio del destierro
es una carga para ellos"
Lo llamativo –o quizás no- es que este traumático exilio de
los israelitas del norte nunca formó parte de la enseñanza
básica de las “iglesias de Cristo” de todos los tiempos. Esto
solo puedo haber sido así debido al Designio expreso de
Dios/Elohim -YaHWéH- de mantenerlo en misterio. Y si Él
decidió ocultarlo a las “iglesias de Cristo” permanece aun
mas oculto para los profanos algunos de los cuales se
dedican a relatar la historia sin considerarlo. Y si es Él
Quien lo está ocultando solo Él -el Guía de la Historia-
puede determinar el tiempo para develarlo lo que traerá
consecuencias radicales en todo el entendimiento de la
Historia de los hombres. Y quizás ese tiempo que
forzosamente debe de ser cercano a los acontecimientos
finales ya haya comenzado. Es por eso que las “iglesias de
Cristo” erraron tanto en su interpretación escatológica
durante 2.000 años queriendo verse como “sustitutas” de
ISRAEL cuando en realidad ellas “son” Israel. No fue
ningún complot de las tinieblas el que oculto ese misterio,
es que les estaba vedado percibir la verdad.
Los creyentes estudiamos mucho sobre el exilio del pueblo
judío a manos de Nabucodonosor y el posterior retorno a
su tierra de los judíos 70 años después. Pero olvidamos que
todavía no hubo retorno del exilio del reino de Israel del
norte -Samaria- que era la parte más numerosa y próspera
del ISRAEL nacido en las faldas del Sinaí y que estaba
liderado por el “primogénito” legal de Jacob –Efraín-
quien que fue declarado “primogénito” en sustitución de
Rubén, su hijo concupiscente, y por eso a las tribus
desterradas se les llama también “tribus de Jacob” como
sinónimo de Efraín.
Ahora bien ¿olvidaría acaso YaHWéH a esa parte tan
sustancial de Su pueblo? ¿lo dejaría para siempre en el
destierro? Vimos que NO, que fue diseñado desde la
eternidad un Plan para su retorno a la Sión del mundo
venidero/athid lavo. Pero estas preguntas tan básicas
nunca se hicieron en las “iglesias de Cristo”. Y el hecho de
que la enseñanza sobre este exilio y destierro del pueblo
israelita del norte se esté abriendo paso en estos días revela
que hubo un Propósito para ese “olvido” y que los días del
fin de la historia de las naciones se aproximan con la
misma velocidad con que este misterio es revelado y
aceptado por los creyentes. Es que Dios/Elohim –
YaHWéH– administra su Enseñanza según los tiempos
para el cabal cumplimiento de Su Propósito. Y estos son los
tiempos en que el Eterno prepara el retorno a Sión del
remanente de Israel(Efraín) al que le será añadido un
remanente escogido de Judá para su gozoso reencuentro en
el “gran día de Jezreel” (Os 1:11). En realidad, gran parte del
remanente escogido de Judá está oculto bajo nombres
gentiles desde la Inquisición española y una buena parte
de el se congrega ya en las “iglesias de Cristo” de toda
América sin ser conscientes de sus raíces. Y aun los judíos
que son conscientes de ellas están comenzando a abrazar
esta revelación-. Dice Jeremías 23:
“Por tanto, vienen días, dice YaHWéH,
en que no dirán más: ‘¡Vive YaHWéH,
que hizo subir a los hijos de Israel
de la tierra de Egipto!’,
sino:
‘¡Vive YaHWéH, que hizo subir
y trajo la descendencia de la casa de Israel
de tierra del norte y de todas las tierras
adonde yo los había echado!’
Y habitarán en su tierra”
En este pasaje la “tierra del norte” señala la dirección por
donde los “hijos de Israel”/”casa de Israel”/”tribus de
Jacob”/”Efraín” fueron desterrados –los territorios del
antiguo imperio asirio- y en donde permanecieron por
mucho tiempo antes de migrar a los “cuatro vientos de la
tierra”, y notoriamente hacia occidente cubriendo los
territorios de la hoy Europa. Y se dice en ese pasaje que
llegará un día –y ya lo vislumbramos– en que estos
israelitas dispersos, el remanente de Israel, serán restaurados a
Sión, su tierra. Y luego recordará este portentoso retorno
del destierro de las naciones –que será “por el aire”- con
mucha mayor intensidad emocional que aquel también
portentoso éxodo de Egipto que dio origen a la nación de
ISRAEL en las faldas del Sinaí bajo la lideranza de Moisés.
Dice Maimónides, el mayor de los sabios judíos:
"Si él [el Mesías] reúne al remanente disperso de
Israel, él es definitivamente el Mashíaj."
Y estamos próximos al día en que el Mesías de ISRAEL
que es Jesucristo/Yeshuahamashíaj demostrará a propios y
extraños, en días de tribulación como nunca hubo, esta
definitiva señal y congregará de entre las Naciones al
remanente santo de Israel para restaurar el Tabernáculo caído
de David, el Reino de ISRAEL de doce tribus por el cual
preguntaron los discípulos antes de que se les indicara su
misión apostólica (Hech 1, 6), el bendito Reino de los Cielos
que prometió a los que esperan en Él.
Amen y amen.
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2 El Propósito de YaHWéH en la división
de ISRAEL en dos familias/casas/reinos
En el año 1.010 A.C. el rey David consiguió unificar
efectivamente a ISRAEL -luego del traumático reinado de
Saúl- e hizo de la ex-fortaleza de los jebuseos, Jerusalem, la
capital de un reino unificado. Su reinado definió el ISRAEL
arquetípico -llamado en la profecía Tabernáculo de David
(Amos 9:11)- galardonado con magnificas victorias en el
campo de batalla y gran renombre internacional. A su
muerte, luego de varias intrigas palaciegas, el reino pasa a
manos de Salomón, su hijo con Betsabé, que lo lleva a un
mayor esplendor y reconocimiento. Pero luego de la
muerte de Salomón el reino davítico único se divide en dos:
el reino de Judá al sur y el reino de Israel(Efraín) al norte. Esto
aconteció en el año el año 930 a.C. Y cuando Roboam –
hijo/heredero de Salomón al que solo seguían las tribus de
Judá y Benjamín- quiso marchar sobre el separatista reino
del norte a fin de someterlo, YaHWéH lo detuvo
diciéndole:
“No vayáis, ni peleéis contra
vuestros hermanos los hijos de Israel;
volveos cada uno a su casa,
porque esto lo he hecho yo.
Y ellos oyeron la palabra de Dios,
y volvieron y se fueron,
conforme a la palabra de YaHWéH.”
(1Reyes 12, 24; 2 Crónicas 11, 2-4)
La división entonces en dos casas reinantes, Judá e
Israel(Efraín) del que fuera un único reino fue entonces
determinación de YaHWéH, eso está claro. ¿Y cuál podría
ser el Propósito de YaHWéH en permitir esa división? El
Altísimo sabía por Su presciencia que el reino del norte
apostataría de la fe y en castigo sería enviado al destierro
entre las naciones sin memoria nacional (nota 1), y de esta
manera la semilla de Abraham sería sembrada en todas las
naciones de la tierra como fue anunciado en Génesis 17, 5-6:
“Y no se llamará más tu nombre Abram,
sino que será tu nombre Abraham,
porque te he puesto por padre
de muchedumbre de gentes
Y te multiplicaré en gran manera,
y haré naciones de ti,
y reyes saldrán de ti”
Es decir, no solo Abraham sería padre de una
“muchedumbre de gentes”, sino que sería "padre de
multitudes”. Esto indica que su inmensa descendencia
excedería a la nación de ISRAEL asentada en la hoy
llamada Palestina/Canaán ya que de su simiente saldrían
“naciones” y “reyes” (en plural). De modo que la redención
que fue ofrecida al apóstata Efraín, escondido en misterio
entre todas las naciones e indiferenciado de ellas, alcanzaría
finalmente a toda criatura, sean israelitas y gentiles, ya que
para llegar a Efraín habría que predicar el evangelio/
Anuncio del Reino a todos, hasta los confines de la tierra, y
así el Reino de los Cielos/Reino mesiánico restaurado de
ISRAEL/Tabernáculo de David se convertiría en la única
esperanza para todos los pueblos. Esto es lo que se expresa en
Apocalipsis 5, 9:
“y cantaban un nuevo cántico, diciendo:
Digno eres de tomar el libro…
porque tú fuiste inmolado,
y con tu sangre nos has redimido para Dios,
de todo linaje y lengua y pueblo y nación”
La sangre de Jesús/Yeshua -el Hijo/Cordero de Dios- fue
derramada para Salvación “de todos” (Hech 10, 36) y Su
Virtud puede ser alcanzada por fe a partir de “todo linaje y
lengua y pueblo y nación” porque en toda nación hay semilla
de la ‘casa de Israel’(semilla de Abraham) en misterio, y
por eso de todas las naciones será tomado el remanente
escogido como esta dicho en Romanos 10, 12-13:
"...no hay diferencia de Judío y de Griego:
porque el mismo que es Señor de todos,
es rico para con todos los que le invocan;
Porque todo aquel que invocare
el nombre del Señor, será salvo.
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nota 1): la ‘casa de Judá’ –al contrario de la ‘casa de Israel(Efraín)’-
conservaría en su mayoría la memoria de sus raíces aun cuando fuera
desterrada y así se convertiría en la orgullosa guardadora de las tradiciones
de ISRAEL y de la Palabra de YaHWéH (Rom 3, 1). Las mismas tradiciones
que la descendencia de las diez tribus/casa de Israel/Efraín fue condenada a
olvidar por determinación de YaHWéH (Os 2, 11). Este olvido hizo posible
que fuera mezclada entre todas las naciones de las tierra a las cuales, por
contenerla, YaHWéH extendería Su "pura gracia" redentora (Os 14, 4).
Misteriosos son los caminos de Dios/Elohim.
3 La supremacía del Dios de Abraham
en la Historia de las naciones
Veamos dos cosas relacionadas:
A) los dos extremos del Plan de Redención:
En Isaías 51, 2 se nos invita a mirar hacia atrás, al origen
del Plan de YaHWéH para redención de las Naciones:
“Mirad a Abraham, vuestro padre,
y a Sara, que os dio a luz;
porque cuando no era más que uno solo,
lo llamé, lo bendije y lo multipliqué”
Allí comenzó todo, YaHWéH eligió una persona: “lo llamó,
lo bendijo, y lo multiplicó” para obtener así una descendencia
bendita en medio de un mundo rebelde que ya había sido
juzgado por el Diluvio del que se habían salvado solo ocho
personas que dieron origen a una nueva humanidad a la
que Abraham pertenecía como descendiente de Sem. Esta
vez YaHWéH iría a intervenir directamente como Guía de
un Plan que abarcará milenios. En Génesis 22, 18 leemos la
Promesa en donde se originó ese maravilloso Plan al que
no podemos percibir desde nuestro punto de vista –tal vez
solo en sus grandes líneas- aunque desde las alturas en
donde no hay confusión el Todopoderoso seguramente lo
percibe con prístina claridad. La Promesa que originó todo
era/es esta:
“En tu simiente serán benditas
todas las naciones de la tierra,
por cuanto obedeciste a mi voz".
Habría entonces una descendencia de Abraham que traería
bendición/redención a toda la raza humana y para ello a
Abraham se le exigiría un acto de obediencia suprema:
"...por cuanto has hecho esto
y no me has rehusado a tu hijo,
tu único hijo, de cierto te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo
y como la arena que está
a la orilla del mar..."
(ver. 16-17)
Y esta obediencia fundacional del padre de una descendencia
que se movería por fe y no por vista (2 Cor, 5-7; Heb 11, 1-2)
consistió en el pedido para que sacrificara a su largamente
esperado -y único hijo con Sara- Isaac. Esta suprema
prueba prefiguraba el sacrificio expiatorio del Hijo del
Altísimo en la "plenitud de los tiempos” ¿Sabía Abraham
cuando se dirigía hacia el monte Moriá con Isaac que de su
obediencia sin vacilaciones a esta extraña petición
dependía la redención de las Naciones? El hijo que se
disponía a sacrificar era por su vez el cumplimento de una
Promesa del Dios/Elohim que lo había llamado desde Ur
de los caldeos hablándole de un Propósito eterno y esto
hacia más extraño si cabe el pedido. Seguramente todo su
ser estaba sumido en confusión, nada le parecería tener
sentido. ¡Su hijo Isaac era un doble milagro debido a que
Sara –su madre- era estéril y de avanzada edad cuando lo
concibió! Y aún así Abraham había esperado por él “contra
toda esperanza” ¿Cómo podía YaHWéH pedírselo ahora en
sacrificio? En medio de las tinieblas que poblaban su mente
Abraham sabía que YaHWéH era infinitamente Justo y
Misericordioso y que de algún modo todo tendría al fin un
sentido (Heb 11:19). ¡Y con la obediencia de Abraham se
abrieron los cielos a favor de los hombres!
Porque fue del vientre infecundo en la carne de la ya anciana
Sara que vino Isaac, la encarnación de la fe, figura de
Jesús/Yeshua. Y este milagro se prolongó en el tercero de
los patriarcas de la descendencia prodigiosa: Jacob/Israel.
Este fue el padre de doce hijos que fueron por su vez los
patriarcas de las doce tribus de las cuales procede la
inconmensurable descendencia de Abraham, tan numerosa
que se derramó por todo el planeta “mezclándose” con todas
las Naciones de la tierra. Y en Gálatas 3, 7 nos enteramos
que es precisamente de esa prole inmensa gestada en la
inconmovible fe de Abraham que provenimos los creyentes:
“Sabed, por tanto,
que los que tienen fe,
estos son hijos de Abraham”
y también:
"si vosotros sois de Cristo,
ciertamente descendientes de Abraham sois,
y herederos según la promesa".
(Gálatas 3:29)
Los creyentes somos un “remanente” –un pequeño resto
escogido por la Gracia- tomado de la infinita prole de
Abraham que fue mezclada con todas las Naciones de la
tierra según Designio de YaHWéH para el cabal
cumplimiento de Su Plan redentor (Rom 9, 27; 11, 5).
^^^
Y vayamos ahora al final, al otro extremo de este Plan
redentor que cruzó milenios. En el Salmo 47, 9-10 leemos
esta impresionante declaración:
“Los príncipes de los pueblos se reunieron
como pueblo del Dios de Abraham,
porque de Dios son los escudos de la tierra.
¡Él es muy enaltecido!
¡Esta es la culminación del Propósito de YaHWéH! Nos habla
de un momento en que ya fue establecida planetariamente
la primacía de la descendencia de Abraham en las Naciones
en una nueva tierra bajo nuevos cielos. Y leemos que en esos
beatíficos días los pueblos –todos los pueblos- se reunirán
“como pueblo del Dios de Abraham”, esto es: todas las
Naciones obedecerán gozosamente a YaHWéH, el
Dios/Elohim de Abraham al que sabemos que llamarán
YaHWéH Justicia Nuestra/YaHWéH TSIDKENU (Jer 23, 6).
Y los “escudos de la tierra", es decir, los poderes ‘políticos’
de ese nuevo mundo –el siglo venidero- doblarán sus
rodillas ante el Mashíaj de ISRAEL. Y así podemos leer en
Romanos 4, 18 explicando el Propósito de YaHWéH
cumplido en Abraham y su descendencia:
"Él creyó en esperanza contra esperanza,
para llegar a ser padre de muchas naciones,
conforme a lo que se le había dicho:
"Así será tu descendencia"
Y así un remanente santo de la inmensa descendencia del
padre/patriarca de la fe habrá dado cumplimiento al
Propósito de YaHWéH de adquirir para Sí Mismo un
Pueblo Fiel con el cual formará Su Reino proveniente de
“todo pueblo, lengua, raza y nación” (Ap 5, 9; 7, 9).
¡Aleluya!
B) la simiente de Abraham escondida en las Naciones:
Pero la grandiosa declaración del Salmo 47:9-10 precisa una
explicación que aborde todos sus marcos proféticos.
Recordemos la catarata de promesas que son la espina dorsal
de la profecía mesiánica y que declaran que Sara y Abraham
serían los progenitores de “naciones” –en plural-:
Le fue dicho a Abraham:
“Te multiplicaré en gran manera, y de ti saldrán naciones y
reyes” (Gén 17, 6);
Y a Sara:
“... y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos
nacerán de ella" (Gén 17, 16);
Y a Jacob le fue dicho cuando se le cambió su nombre para
ISRAEL ("Dios Lucha"):
“... una nación y un conjunto de naciones saldrán de ti, y
reyes saldrán de tus entrañas” (Gén 35, 11);
Y también:
“...te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones...”
(Gén 48, 4).
Todas rotundas declaraciones proféticas imposibles de
ocultar que confirman sin lugar a dudas que la prole de
Abraham, Isaac y Jacob/Israel –este último principalmente
a través de los hijos de José, Efraín y Manases- engendraría
reyes y naciones a escala planetaria, esto es no solamente
reyes de una sola nación ubicada en la tierra que YaHWéH
donó “perpetuamente” a Abraham que es Canaán/Sión,
sino en naciones mucho más allá de sus límites. Y estas
Naciones nacidas de esa prolifera descendencia son las que
YaHWéH utilizaría para moldear la historia de acuerdo a Su
Propósito. Recordemos la parte final de la Promesa a
Abraham luego de su prueba de extrema obediencia:
"tu descendencia se adueñará
de las puertas de sus enemigos"
(Génesis 22:17)
Muy clara carga profética de la descendencia de Abraham
que es confirmada en la bendición de Isaac que Jacob
“robo” a Esaú:
"Sírvante pueblos
y las naciones se inclinen delante de ti."
(Génesis 27:29)
Esto quiere decir que las naciones generadas por la
descendencia de Abraham dejarían una huella indeleble en
la Historia: serían protagonistas, no personajes secundarios.
Para hacer una rápida comprobación de esta dispersión
miremos a vuelo de pájaro todo el planeta recordando que
la descendencia de Israel(Efraín) aparece siempre
“mezclada” con otras etnias y se esconde detrás de
diferentes nombres e idiosincrasias (lo que no es el caso de
la descendencia de Judá como que generalmente
permanece separada de las naciones de su alrededor aun
en el destierro y es fácilmente discernible por su cultura
diferenciada). Veamos sin pretender ser exhaustivos y solo
a modo de ejemplo: en África negra hay varias poblaciones
que afirman que descienden de Judá o Israel y hay estudios
de ADN que autorizan esta tradición que es muy firme. En
África del norte pueblos que han tenido influencia en la
historia de occidente como el bere-bere parecen pertenecer a
la descendencia de Abraham/casa de Israel dispersa. En
Asia comprobamos que en China hay conglomerados que
se dicen descendientes de Manasés así como los hay a lo
largo camino que va desde los territorios caucásicos y
transcaucásicos adonde fueron desterrados inicialmente los
’hijos de Israel’ por los asirios, hasta ese extremo del
continente asiático. Por ejemplo en el norte y noreste de la
India hay poblaciones que afirman ser descendencia
israelita incluyendo los ancestros de los “gitanos”/romaies.
En Afganistán, los pasthun -la nobleza afgana- dice ser
descendiente de Benjamín. En Japón muchas señales de su
religión y cultura vinculan esa laboriosa y enérgica nación
con la religión de Israel. Y estos son solo algunos picos que
emergen de la bruma de la Historia, testigos de una
realidad mayor y que sería laborioso e improbable
discernir en su totalidad.
Si pasamos al continente americano vemos que los indios
de Norteamérica parecen repetir ritos israelitas y en
Mesoamérica nos encontramos con Quetzacoal, “deidad”
omnipresente de esas latitudes a la que se le atribuye
haberse sacrificado a sí misma para con su muerte anular la
necesidad de todo otro sacrificio humano propios de
aquellas culturas -¿muerte expiatoria?-. Fue con este
“dios”/serpiente emplumada con el que confundieron los
aztecas al bronco Hernán Cortes creyendo que se estaba
cumpliendo la profecía de su retorno. Y esto hizo posible la
conquista de México por un puñado de hombres blancos,
hecho que cambiaría para siempre la Historia. Los
primeros misioneros (católicos) intentaron establecer
vínculos entre Quetzacoalt y la fe cristiana asimilándolo a
algún apóstol que pudo llegar hasta estas latitudes, aunque
fue un intento fallido.
Pero si querernos llegar al núcleo de mayor influencia de
la descendencia de Abraham en las naciones tenemos que
fijarnos en Europa. Es allí en donde observamos el Pulso
Firme del Guía de la Historia actuando en busca de su
Propósito. Y es que todos los pueblos fundacionales de la
hoy Europa, con escasas excepciones, son producto de
diversas mezclas de pueblos jafeítas con los “hijos de
Israel(Efraín)” en el destierro. Y es que la profecía de
Oseas, hablando del castigo de YaHWéH al reino de
Israel(Efraín) -Samaria- señala preferentemente a esta
deriva occidental de los desterrados como leemos en Oseas
13, 15:
“… vendrá el solano,
viento de YaHWéH;
se levantará desde el desierto..."
Y en Isaías 27:8 leemos:
“Dios castigó a su pueblo
mandándolo al destierro,
lo expulsó con su soplo terrible,
como cuando sopla el viento del este”
Este “viento solano” –que cumple órdenes de YaHWéH-
era un azote seco que producía un efecto angustiante y
arruinaba los plantíos. Provenía desde el desierto de
Arabia o Siria soplando sobre el territorio de la antigua
Samaria. Este pasaje habla de la destrucción del próspero
reino de Israel(Efraín) pero también podemos entender
figurativamente que ‘sopla’ a los “hijos de Israel(Efraín)”
hacia occidente, en dirección de los territorios de la actual
Europa, especialmente al norte del Danubio hacia donde se
movieron los cimerios –siglo V a.C- y luego los escitas, -siglo
II d.C.- ambos descendientes de Israel mesclados con
pueblos jafeítas- Y estos variopintos pueblos fueron los
fundacionales de Europa y a través de ella pobladores del
mundo.
Veamos esto último con más detalle:
la deriva occidental de los “hijos de Israel(Efraín)” tuvo
dos oleadas: la primera fue la de los pueblos cimerios,
nombre que es una corrupción de “hijos de Omri” que
es como llamaban los asirios a la población del norteño
reino de Israel, y la segunda fue la de los sakas/escitas,
nombres quizás derivados de “sukas” que como
sabemos significa “tienda” en hebreo, lo que sería un
cumplimiento de Oseas 12, 9 en donde YaHWéH le
dice a los prósperos y apóstatas israelitas del norte
asentados en lujosos palacios forrados de marfil: “aun
te haré morar en tiendas”. Si ponemos estas dos oleadas
en tiempos históricos vemos que la primera fue a
partir del siglo V a.C y la segunda siete siglos después,
luego del siglo II d.C. –como señalamos-. Los pueblos
de la primera oleada fueron llamados por los griegos
“celtas” (“keltoi”) y por los romanos “galos”, y los de
la segunda fueron llamados en la historia corriente
“germanos”/“godos”. Fueron estos últimos los que
finalmente dieron forma definitiva, luego de
interminables guerras, a las naciones europeas
actuales. Los “galos”/”celtas”, antes del cristianísimo,
tenían una cultura/religión sincrética, no escrita que
les dotaron sin embargo de una firme identidad y
resistió incólume el asalto del panteón de griegos y/o
romanos, las dos potencias dominantes. Sin embargo
cuando fueron alcanzados por la ministración del
evangelio/Anuncio de un Reino a las Naciones
“volvieron en sí”, tal como lo hizo el hijo prodigo de la
parábola, y cambiaron sus algarrobas culturales y
religiosas por el culto al Dios/Elohim de Abraham
manifestado en carne en la Persona de Jesús/Yeshua.
Y luego de haber contribuido a la caída del Imperio
Romano –que también se había rendido a la nueva fe-
y de algunos siglos de incubación no exentos de luchas
feroces, estos pueblos finalmente conformaron una
formidable civilización -a partir de Carlomagno- que
lideraría el mundo: la “cristiandad”. Y entonces
portando esta nueva fe estos pueblos iniciaron un
impetuoso período de expansión y conquista hacia los
“cuatro vientos de la tierra”. Era el cumplimiento de
Mateo 24, 14:
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones, y
entonces vendrá el fin”
En referencia a esas conquistas algunos señalaron –y
señalan- la contradicción entre la cruz y la espada. Y
esta contradicción solo puede salvarse si separamos el
plano de lo terrenal e inmediato, del plano de lo
celestial, que está unido al Propósito de Dios/Elohim,
que es eterno. Un ejemplo de esta contradicción fue la
conquista de Canaán por los israelitas con episodios
que, leídos sin la perspectiva del Propósito de
Dios/Elohim, serían tachados de ‘políticamente
incorrectos’. Pero esa conquista estuvo estrechamente
relacionada a ese Propósito que cruza la Historia y que
proclama con claridad que esa tierra le fue donada a
Abraham y su descendencia para siempre. Así como a la
liberación del pueblo de Abraham, Isaac y Jacob de la
opresión egipcia y a la iniquidad de los pueblos que
allí moraban. De modo que esa conquista estuvo
fundamentada en una Justicia que esta más allá del
plano meramente terrenal. Y es así con todo lo que
sucede en esas tierras y con la Historia en general que
proclama la supremacía de la descendencia de
Abraham, Isaac y Jacob –de la que forma parte la
‘cristiandad’- según los versos citados.
Y luego, mediante la conquista de territorios más allá
del horizonte los pueblos europeos –la ‘cristiandad’-
continuaron su deriva hacia el oeste cruzando
intrépidamente el océano y llegando a la inmensa
tierra entre dos océanos que hoy llamamos ‘América’.
Pero además de esa dirección los pueblos europeos se
expandieron también hacia África, Asia y Oceanía –
según nombres actuales- generando tramas históricas
muy complejas y con numerosas interacciones cuya
descripción excede al esbozo a mano alzada que
pretendemos hacer.
^^^
Ahora bien, sabiendo de esta prodigiosa expansión de la
descendencia de aquel a quien Dios/Elohim llamó
“amigo” percibimos ahora el real significado de la
afirmación de nuestro Señor en Mateo 8, 11:
“Os digo que vendrán muchos
del oriente y del occidente,
y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob
en el reino de los cielos”
Mateo 8:11
Estos que vendrán "de oriente y de occidente" a compartir
la mesa del Reino de los Cielos, que es el reino
mesiánico/Tabernáculo de David restaurado, son de la
descendencia de Abraham repartida por el mundo, o
mejor, un remanente electo lavado por la sangre del Cordero de
esa descendencia que volverá a la Sión en Gloria del mundo
venidero/athid lavó. Leamos sobre esa irrupción gloriosa:
“La descendencia de ellos será
conocida entre las naciones
y sus renuevos en medio de los pueblos.
Todos los que los vean reconocerán
que son un linaje bendito de YaHWéH”
Isaías 61, 9
Y también:
“Porque se acordó de su santa palabra
dada a Abraham su siervo,
y sacó a su pueblo con alegría,
y a sus escogidos con gritos de júbilo.
También les dio las tierras de las naciones,
y poseyeron el fruto del trabajo
de los pueblos,
a fin de que guardaran sus estatutos,
Observaran sus leyes. ¡Aleluya!”
Salmo 105, 42-45
Y en Sofonías 3, 20:
"En aquel tiempo yo os traeré;
en aquel tiempo os reuniré,
y os daré renombre y fama
entre todos los pueblos de la tierra,
cuando levante vuestro cautiverio
ante vuestros propios ojos,
dice YaHWéH"
Y en Jeremías 31, 7:
“Regocijaos en Jacob con alegría;
dad voces de júbilo a la cabeza de naciones.
¡Haced oír, alabad y decid:
"Salva, YaHWéH, a tu pueblo”.
el resto de Israel”
¡Cuántas experiencias esperan en el siglo venidero a los creyentes
que son la descendencia escogida de Abraham, el remanente santo
de Israel!
Sepamos también un misterio: de la misma forma que los
israelitas cautivos en su huida “despojaron” pacíficamente a
los egipcios debido al terror que YaHWéH puso en el
corazón de ellos (Éx 12, 36), los israelitas en el destierro de
las Naciones de hoy, que la Palabra llama “cautivos”,
también recibirán en la Sión del siglo venidero el tesoro de
las Naciones, ¡tendrán una herencia planetaria!, aunque serán
un pueblo humilde y manso que "se deleitará en la
abundancia de paz" (Sal 37, 11).
Amén y amén.
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4 El nacimiento de una Gran Nación
"¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una sola vez?"
En Isaías 66, 7-8 se hace un anuncio de algo que sucederá en
la tierra en el inicio el siglo venidero:
“¡Antes que estuviera de parto, dio a luz;
antes que le vinieran dolores,
dio a luz un hijo!
¿Quién oyó cosa semejante?
¿quién vio tal cosa?
¿Concebirá la tierra en un día?
¿Nacerá una nación de una sola vez?
Pues en cuanto Sión estuvo de parto,
dio a luz a sus hijos”
¡Una nación nacerá de pronto, de una sola vez! Esta imagen es
diferente al nacimiento del “hijo varón” de la mujer
“vestida de sol” en Apocalipsis 12. Ella era la madre de los
redimidos y tuvo un parto angustioso rodeado luego de
enormes peligros (Ap 12, 2). Pero el nacimiento de la
Nación de que se habla en el pasaje citado será repentino.
De pronto irrumpirá en Sión una población gozosa, que
forzosamente nació antes de la formación de esa Nación. Y
se dirá:
“¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes,
y como palomas a sus ventanas?”
Isaías 60, 8
La población de esa Gran Nación que dará inicio al siglo
venidero, el “Tabernáculo de David restaurado” (Am, 9-11) o
Reino de los cielos, será descendencia de las "dos familias" o
“casas reinantes” que componen la única Nación de los
elegidos de YaHWéH que es ISRAEL. Dice Ezequiel 37, 21-22:
“Voy a sacar a los israelitas
de entre las naciones
a donde han ido a parar;
los reuniré de todas partes
y los haré volver a su tierra.
Haré de ellos una sola nación en este país,
en los montes de Israel,
y tendrán un solo rey.
No volverán a estar divididos
en dos naciones,
ni separados en dos reinos”.
Reparemos en la última afirmación: “No volverán a estar
divididos en dos naciones, ni separados en dos reinos”. Hasta
hoy –a partir del 930 a.C.- el pueblo nacido en las faldas
del Sinaí separado de las Naciones para cumplir el
Propósito de YaHWéH en la Historia ha permanecido
dividido en dos reinos. Uno de ellos es, por así decirlo, un
multireino ya que su población está mezclada en misterio
con todas las naciones de la tierra: es “Israel”, o la “casa de
Israel(Efraín)” a quienes les fue dirigido desde el principio
el evangelio del Reino. Y el otro “reino” o “familia” de la
nación original de ISRAEL esta a la vista de todos: los
judíos. Y generalmente consideramos al “Estado de Israel”
–al cual solemos llamar sintéticamente ‘Israel’- como la
nación de referencia de todo ISRAEL. Pero no es así, el
Estado de Israel solo congrega o es referencia de aquella
parte del ISRAEL original que está a la vista de todos y ha
sido custodio de los más antiguos oráculos de YaHWéH.
Pero existe la otra parte de ISRAEL: las diez tribus del norte
que cubrieron toda la tierra y en especial formaron las
naciones europeas y luego se extendieron por todo el mundo
a partir de ellas. Y analizaremos el caso de los EE.UU que
basta conocerlo para comprender que esa nación líder
creada inicialmente por la expansión europea es en
realidad un puzzle de nacionalidades diferentes, como lo
será el Reino mesiánico venidero (Ap. 5, 9). En esta nación
podemos encontrar gente de todas las naciones lo que la hace
muy especial. Principalmente de Europa como dijimos,
pero también de Asia, África y Australia/Oceanía. No hay
pueblo en el mundo que no tenga allí algún referente. Y
para extender mas este concepto vale citar un pasaje que
encontramos en Isaías 24, 14-16:
"Estos alzarán su voz, cantarán gozosos...
desde el mar darán voces...
en las costas del mar…
De los extremos de la tierra oímos cánticos:
-- ¡Gloria al justo!"
La expresiones “desde el mar”, en las “costas del mar” y “los
extremos de la tierra” describen un lugar muy lejano a
Canaán –o Sión- que es en donde estaba siendo
pronunciada la profecía. Y ese lugar lejano que está
inmerso en el “mar” y estalla de gozo con la llegada del
Rey solo puede ser América, todo el continente americano.
Este continente es una gran “isla” rodeada por océanos. Y
es desde esa tierra en medio del mar que vemos que, en
tanto que todo el mundo está inmerso en densas tinieblas y
desesperación, allí se escuchan gozosas alabanzas que
exclaman: “-- Gloria el Justo”. Y discernimos la escena
planetaria: cuando a todo lo cubran las tinieblas –menos a
América como decimos- el Mesías/Mashíaj de ISRAEL se
manifestará sobre el Monte de los Olivos para vencer al
Enemigo/Bestia/Asirio/Serpiente original y su falso profeta y
establecer Su Reino sempiterno en la Tierra Prometida a
Abraham y su descendencia para siempre. ¡Qué profecía!.Y
en ese momento los elegidos y fieles serán recogidos por
ángeles de todos los rincones de la tierra (Mat 24:31), aun
de los que no pudieron hacer esa gozosa exclamación de
bienvenida, para asistir a las Bodas celestiales del Cordero y
luego ser restablecidos en cuerpo glorioso a la Sion en Gloria
del siglo venidero que habrá sido transformada/
transmutada. Y una enorme mayoría de los elegidos que
vivan en este último instante van a estar en América –toda
América, norte, centro y sur- resplandeciendo con la “viva
esperanza” que les aguarda.
^^^
La reunión del remanente santo o redimido de las “dos
familias” de ISRAEL es anunciada en Oseas 1, 10:
“Y se congregarán
los hijos de Judá y de Israel,
y nombrarán un solo jefe,
y subirán de la tierra;
porque el día de Jezreel
será grande”.
Esto quiere decir que serán congregados de entre las
naciones –“subirán de la tierra”- los que hayan recibido en
su corazón al Mesías/Mashíaj de ISRAEL/ Jesús/Yeshua que
es Dios encarnado que resucitó de entre los muertos y
prometió volver. Y esto será en el “día de Jezreel” palabra
que significa ‘Dios siembra’, porque los redimidos son el
fruto de la siembra/cosecha de Su Palabra por medio del
evangelio del Reino. Un remanente de la infinitamente
numerosa “casa de Israel(Efraín)” y aun así una “gran
muchedumbre”. Leamos algunos pasajes sobre esta "subida"/
retorno del remanente de Israel a la Sión en Gloria del siglo
venidero para edificar nuestra fe.
Dice en Jeremías 31, 7-10:
“Oh YaHWéH, salva a tu pueblo,
el remanente de Israel.
He aquí yo los hago volver...
y los reuniré de los fines de la tierra...
“Oíd palabra de YaHWéH, oh naciones,
y hacedlo saber en las costas que están lejos,
y decid: El que esparció a Israel lo reunirá
y guardará, como el pastor a su rebaño”.
Y en Isaías 43, 6-7:
“Diré al norte: "¡Da acá!",
y al sur: "¡No los retengas;
trae de lejos a mis hijos,
y a mis hijas de los confines de la tierra,
a todos los llamados de mi nombre,
que para gloria mía los he creado…”
Y en Ezequiel 36, 24:
“¡Y yo os tomaré de las naciones,
os recogeré de todos los países
y os traeré a vuestro país!”
Y en Zacarías 10, 8-9:
“cuando los llame con un silbido
vendrán corriendo, porque los he
redimido… Aunque los dispersé como semillas entre las naciones,
aun así en tierras lejanas se
acordarán de mí”
Y en el Salmo 106, 47-48:
“¡oh Señor nuestro Dios… Vuelve a
reunirnos de entre las naciones, para
que podamos agradecer a tu santo nombre…”
Y en Zacarías 10, 6-7
“yo fortaleceré la casa de Judá y
guardaré la casa de José. Los haré
volver, porque de ellos tendré piedad…
Será Efraín como valiente y se alegrará… su corazón se gozará en YaHWéH”
Y en Jeremías 14, 1:
“el Señor…hará que los israelitas
vuelvan a establecerse en su tierra.
Los extranjeros se acercarán a ellos,
se unirán al pueblo de Jacob”
El pueblo de la Gran Nación venidera -entonces- será el
remanente salvo por la "pura gracia" de YaHWéH (Os 14, 4)
tomado de entre las naciones perteneciente a la inmensa
prole de Abraham, Isaac y Jacob/Israel que se mezcló con
todos los pueblos de la tierra. Y la actitud de las naciones
no-israelitas “salvas” hacia esa Gran Nación repentina
moradora de Sión será de gozo y santo temor de YaHWéH:
“Y andarán las naciones a tu luz,
y los reyes al resplandor de tu nacimiento”.
Isaías 60:3
“Entonces las naciones temerán
el nombre de YaHWéH… Por cuanto…
habrá edificado a Sión y
en su gloria será visto”
Salmo 102:15-16
^^^
Es decir, lo que hoy es una tierra llena de contradicciones y
conflictos se desposará con un remanente santo del pueblo
de ISRAEL –esto es: el ISRAEL DE DIOS/JEZREEL- y será
revestida de un dosel de Gloria. Este será el hogar del
segundo matrimonio de YaHWéH con Su Pueblo, ya que el
primero, el del Sinaí, fue invalidado (Jer 21, 32). Y este
segundo matrimonio se habrá celebrado en el Cielo en las
bodas del Cordero. Allí la iglesia de Cristo depurada de la
cizaña con la que convivió durante todos los siglos de la
Gracia habrá pasado de Novia a Esposa. El tipo de este
segundo matrimonio en pureza esta relatado en la
experiencia/drama que YaHWéH escenificó a través del
profeta Oseas. Él recibió de nuevo como esposa pura y fiel
para siempre a Gomer, la prostituta que en su primer
matrimonio desterró para cautivarla de nuevo en el
desierto (Os 2, 14). Leemos en Isaías 62, 4-5
“Nunca más te llamarán "Desamparada",
ni tu tierra se dirá más "Desolada";
sino que serás llamada “Mi deleite”
y tu tierra, “Esposa mía”
porque el amor de YaHWéH estará contigo
y tu tierra será desposada”
^^^
Veamos más: a la Sión en Gloria del siglo venidero se le llama
en Isaías 60, 15 “gloria eterna” y “el gozo de todos los siglos”:
“En vez de estar abandonada y aborrecida,
tanto que nadie pasaba por ti,
haré que seas una gloria eterna,
el gozo de todos los siglos.
Extraordinaria y vívida descripción de nuestra “viva
esperanza” a la que no acudimos muy frecuentemente. Y
leemos en Isaías 49, 18:
“Alza tus ojos alrededor, y mira:
todos estos se han reunido, han venido a ti.
Vivo yo, dice YaHWéH, que de todos,
como de vestidura de honra,
serás vestida”
Y se dice más: ¡los montes de Sión figuradamente romperán en
aplausos y canciones de bienvenida para recibir a los redimidos!:
“Los montes y los collados
levantarán canción delante de vosotros,
y todos los árboles del campo
darán palmadas de aplauso.
(Isaías 55, 12)
Y también se dice:
“Llénense de gozo y alegría para siempre
por lo que voy a crear, porque voy a crear
una Jerusalém feliz y un pueblo contento
que viva en ella”
(Isaías 65, 17-18)
¡Qué bálsamo para estos días! la profecía ve en el lugar más
convulso y tensionado de Oriente Medio un pueblo
contento y en paz. ¿Habrá algún recurso humano, alguna
iniciativa política, que pueda conseguir algo parecido a una
“Jerusalem feliz” como la que se nos anuncia en este pasaje?
Seguro que no, pero esto será una realidad gloriosa en el siglo
venidero.
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5 La Profecía más Amada
Anuncios provenientes de fuentes bíblicas y extrabíblicas
hablan constantemente del ‘fin del mundo’ al punto que se
ha banalizado el tema. Con respecto al verdadero día final
se dice en Sofonías 1, 14-18:
"El estruendo del día del Señor será amargo:
¡hasta los más valientes gritarán entonces!
Será un día de ira, de angustia y aflicción,
de ruina y desolación,
de oscuridad y tinieblas,
de nublado y sombras profundas;
será un día de trompeta y de clamor
contra las ciudades fortificadas
y sus altas torres".
Y hay decenas de pasajes similares que hablan de una
catástrofe final. ¿Pero se regocija YaHWéH con estos
anuncios? ¿Es el Dios/Elohim de la Biblia un Dios furioso
que se complace en la agonía y el dolor, y además los pone
por escrito? ¿Quiere el Dios del Cielo el mal de la gente?
Por supuesto que no, y por eso es necesario incluiros en el
contexto adecuado, fuera del cual distorsionan la imagen
del Autor de la Historia. La Palabra afirma que Él "es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca..."
(2 Ped 3, 9). Y así como existen estas advertencias/avisos
sombríos hay pasajes proféticos en los cuales YaHWéH
expresa Su Amor y regocijo con Sus criaturas en expresivas
palabras. Leemos en Sofonías 3, 17:
“El SEÑOR tu Dios
está en medio de ti,
guerrero victorioso;
se gozará en ti con alegría,
en su amor guardará silencio,
se regocijará por ti con cantos de júbilo”
Otra traducción dice así:
“porque el Señor tu Dios
está en medio de ti
como guerrero victorioso.
Se deleitará en ti con gozo,
te renovará con su amor,
se alegrará por ti con cantos”
Aquí vemos que YaHWéH “se regocijará con cantos de
júbilo”, “te renovará con su amor”, “se gozará en ti con alegría”.
Y leemos que será tanto el regocijo en ese día que “guardará
silencio” extasiado por un sentimiento de Amor profundo
similar al de un joven enamorado arrobado por la belleza
de su amada. Ese es el tipo de Amor que aquí se expresa
según leemos en Isaías 62, 5 “... y como el gozo del esposo con
la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo”. Y sin duda en los
benditos días a que alude esta profecía YaHWéH tendrá
una Esposa tierna y fiel: el remanente santo de Su pueblo
ISRAEL que el apóstol Pablo llama ISRAEL DE DIOS (Gál
6, 16), y que en muchos lugares se llama Pueblo Santo. Este
Pueblo es el remanente escogido de la descendencia de
Abraham, Isaac y Jacob/Israel, y conforma un Pueblo
eternamente renovado por Su Espíritu y lavado por la
sangre del Cordero. Dice Jeremías 3, 14 con respecto al
origen rebelde de este Pueblo que será re-introducido en la
Sión en Gloria del siglo venidero:
“Convertíos, hijos rebeldes,
dice YaHWéH, porque yo soy
vuestro esposo; os tomaré ...
y os introduciré en Sión”.
De modo que la profecía más amada de YaHWéH no es
aquella que habla de destrucción, desolación y muerte,
cosas que vienen asociadas a las múltiples escenas del final
de este mundo (que efectivamente llegará). Sino la que
habla de restauración, amor, alegría y paz en la Sión en
Gloria venidera y que generalmente se omite. Sin embargo
ara eso trabaja nuestro Dios y para eso demanda nuestra
‘conversión’ que significa volvernos de nuestros caminos y
andar en la senda del Dios/Elohim de ISRAEL. O, lo que es
lo mismo, volvernos de los caminos de este mundo y
enderezar hacia la nueva Jerusalem. Leamos por ejemplo
Oseas 2, 19:
“Te desposaré conmigo para siempre;
te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia.
Te desposaré conmigo en fidelidad,
y conocerás a YaHWéH”
esto es lo que dice amorosamente YaHWéH, el "Marido y
Redentor" de un Pueblo que El mismo formó como leemos
en Isaías 54, 5:
"Porque tu marido es tu Hacedor
("YaHWéH de los ejércitos" es su nombre)
Él es tu Redentor, el Santo de Israel,
el que será llamado "Dios de toda la tierra".
Veamos que el lenguaje que se utiliza llama a YaHWéH el
“marido” de Su Pueblo Santo que es ISRAEL. Del mismo
modo, cuando la Palabra se refiere a la ruptura del pacto
de Sinaí por Judá e Israel dice así:
"...porque ellos invalidaron mi pacto,
aunque fui yo un marido para ellos."
(Jeremías 31:32)
Y de la infidelidad de Israel(Efraín) dice así:
"... a causa de todos los adulterios
de la infiel Israel,
yo la había despedido,
dándole carta de divorcio"
(Jeremías 3:8)
Y es que los Pactos de Dios/Elohim con Su Pueblo son
siempre pactos matrimoniales.
^^^
En Jeremías 23, 5-6 leemos:
“Vienen días, dice YaHWéH,
en que levantaré a David renuevo justo,
y reinará como Rey, el cual será dichoso
y actuará conforme al derecho
y la justicia en la tierra.
En sus días será salvo Judá,
e Israel habitará confiado;
y este será su nombre
con el cual lo llamarán:
"YaHWéH, justicia nuestra"
habla del día en que se reunirán las “dos familias” de
YaHWéH: Judá e Israel(Efraín), luego de que anduvieran
separadas y aun opuestas por la Historia a partir del año
930 a.C. Hoy, una de las familias de ISRAEL, “Judá”, está a
la vista de todos, en tanto que la otra, “Israel(Efraín)”, está
mezclada en misterio con todas las naciones de la tierra. Y
cuando ambas familias –o un remanente escogido de ambas-
se vuelvan a unir restaurando así el “Tabernáculo de David
que esta caído” (Am 9, 11), el Marido dichoso y Justo tendrá
un nuevo nombre: "YaHWéH Justicia Nuestra"/ YaHWéH
TSIDKENU. Y dice así un comentario en la Biblia RV95
respecto al significado de ese nuevo nombre:
“YaHWéH, justicia nuestra”: otra posible
traducción: “YaHWéH, victoria nuestra”. En este
nombre simbólico se resumen todos los bienes
prometidos para los tiempos mesiánicos. La
palabra hebrea traducida por justicia incluye las
ideas de rectitud y justicia, salvación y
liberación”.
Esto quiere decir que “justicia” en hebreo es una palabra
que no tiene una traducción completa y precisa en español.
Su significado expresa -nada menos- que un "resumen de
todos los bienes prometidos para los tiempos mesiánicos"
¡guau! Y no es la única palabra hebrea que no encuentra
traducción completa en las lenguas gentiles: "Shalom” por
ejemplo significa salud, prosperidad en los caminos de
Dios, descanso, paz. Y aquellos días serán de "Justicia" y
“Shalom" como se dice en el Salmo 85, 10:
"La misericordia y la verdad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron"
Sin duda este es el estado de la humanidad para el cual fue
creado el hombre. Y en ese beatífico tiempo, el hombre -
que es la cima de la Creación de YaHWéH- se regocijara en
una forma que hoy no podemos llegar a comprender. Y
YaHWéH se regocijará de la misma forma profunda e
inexplicable –inefable - con Su Pueblo Santo/Esposa (nota 1).
^^^
Ahora bien: ¿en dónde están hoy las “tribus de Jacob” -otro
nombre para las diez tribus de Israel desterradas- que
debían de ser congregadas de nuevo a su tierra –Sión-
según la encomienda al Siervo sufriente que consta en Isaías
49, 6? Pues están en el mismo lugar en donde se hallan los
que esperan a/en el Mesías/Mashíaj de ISRAEL ¿Y en
donde están los “afligidos y cansados por la larga espera” (Sof
3, 18)? Pues allí en donde es invocado el Nombre de Aquel
que es sobre todo nombre y este es el lugar que el apóstol
Pablo llama genéricamente “las iglesias de Cristo” (Rom 16,
16). Ellas son el aprisco planetario de “las ovejas perdidas de
la casa de Israel” que nuestro Señor y Salvador, el Gran
Pastor de las ovejas, prometió rescatar y unir en un solo
redil junto al remanente fiel de Judá en el gran día de Jezreel -
“plantío de YaHWéH” o también “Dios siembra”- que será
el acto de inauguración de la Sión en Gloria del siglo
venidero. Dice Oseas 1, 10:
“Se congregarán los hijos
de Judá y de Israel,
nombrarán un solo jefe
y se levantarán de la tierra,
porque grande será
el día de Jezreel”
Y en esa Sión en Gloria será reedificado el Templo en una
nueva Jerusalem. Y este no albergara más en la penumbra
del Santísimo el Arca del Pacto, sino al propio Señor del
Pacto, Rey de ISRAEL/JEZREEL –y del mundo- y Sumo
Sacerdote de nuestra fe según el orden de Melquisedec.
Leemos en Jeremías 30, 18-19:
“Así ha dicho YaHWéH:
«He aquí yo hago volver a los cautivos
de las tiendas de Jacob,
y de sus tiendas tendré misericordia;
la ciudad será edificada sobre su colina,
y el palacio será asentado en su lugar.
Saldrá de ellos acción de gracias
y voz de nación que está en regocijo”.
Y dice Ezequiel 37, 26-28:
“Y haré con ellos un pacto de paz.
Será un pacto eterno... Habitaré entre ellos,
y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Y cuando mi santuario esté para siempre
en medio de ellos, las naciones sabrán
que yo, el Señor, he hecho de Israel
un pueblo santo"
^^^
Ahora bien, esa congregación en un único redil de los
amados de YaHWéH forjará un pueblo que adquirirá gran
"fama" ante las naciones (Jer 33, 11). Los pueblos del
mundo que no hayan sido consumidos por la Ira se alegrarán
y serán congregados en comunión planetaria. Dice Isaías 66, 18
refiriéndose a los pueblos de entonces:
“vendrán y verán mi gloria”.
Y dice el Salmo 47, 9-10:
“Los príncipes de los pueblos se reunieron
como pueblo del Dios de Abraham,
porque de Dios son los escudos de la tierra.
¡Él es muy enaltecido!
Y leemos aun en Isaías 2, 3:
"Todas las naciones vendrán a él;
pueblos numerosos llegarán, diciendo:
--Venid, subamos al monte del Señor,
al templo del Dios de Jacob"
Esos beatíficos días solo podemos percibirlos por fe pero
están cercanos y ciertamente llegarán. Solo allí, en una Sión
resplandeciente mas allá de todo lo que podamos imaginar,
seremos "más que vencedores" de todas las tribulaciones y
arrugas de carácter que nos haya marcado la peregrinación
por este mundo que no es el nuestro. "Nuestra ciudadanía
está en los cielos" (Fil 3, 20), en donde ya se encuentra la
sustancia y fundamento eterno del Reino que descenderá
con el Jinete del Caballo blanco y ropas manchadas de
sangre (Ap 19, 11). Él será entonces nuestro Esposo Amante
y con Él cumpliremos nuestro destino de santidad
determinado desde antes de la fundación del mundo.
Amen y amen
↜∞↝
nota 1: vemos que el lenguaje de la profecía mas amada de
YaHWéH alude siempre a un matrimonio de hombre/mujer.
No es extraño que Satanás en estos últimos días este queriendo
enredar la baraja con la siniestra ‘ideología de género’. Nuestro
Creador nos hizo “varón y mujer”, solo dos ‘géneros’, no cinco,
seis o más de cien que en todo caso son anomalías que debemos
mirar con misericordia. Y estableció roles distintivos para cada
uno de estos únicos dos sexos. Es bastante obvio que en los
pasajes en que se dice que YaHWéH es el Marido de Su Pueblo
Santo/Esposa esta afirmando implícitamente que Él es la
Cabeza de esa relación. Por su vez la dignidad de la Esposa está
garantizada por la Promesa de Amor eterno. En el pasaje que
encontramos en Efesios 5, 21-33 se habla con suma claridad de
estas cosas y finaliza diciendo: “pero yo me refiero a Cristo y a la
iglesia”. De modo que el más santo misterio de la convivencia
humana es el que el Enemigo de nuestra paz, está queriendo
subvertir para intentar, en un último esfuerzo, apartarnos de
nuestro destino eterno. No ignoremos entonces sus astutas
maquinaciones ni nos dejemos atrapar por ellas..
Anexos
Sobre el clima y la restauración de Sión:
La rugiente emergencia climática actual –en el cielo y en
la tierra- se disolverá como una nube ligera de verano
cuando existan “nuevos cielos y nueva tierra” y el clima sea
restaurado. Dice Joel 2:23-24:
“Vosotros también, hijos de Sión,
alegraos y gozaos en YaHWéH, vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia
a su tiempo, y hará descender
sobre vosotros lluvia temprana
y tardía, como al principio”.
Quien conozca Israel –el Estado de Israel actual y la
ISRAEL de los tiempos bíblicos- sabe que la restauración
del ciclo normal de lluvias, temprana y tardía, está
estrechamente relacionado con la siembra y la cosecha y
significa mucho más que la restauración del clima. Hasta
las convocatorias solemnes de ISRAEL coincidían o estaban
regidas por el ciclo de esas lluvias de modo que la
Promesa de su restauración implica la restauración de
ISRAEL. Y se obrarán muchos milagros creativos en el
clima y la naturaleza en la Sión en Gloria del siglo venidero
que serán padrón de excelencia y gozo de un planeta que
será renovado y el testimonio constante del Poder de
YaHWéH ante las Naciones. Leamos Isaías 41, 18-20:
:
“Haré brotar ríos en los cerros desiertos
y manantiales en medio de los valles;
convertiré el desierto en ciénagas,
haré brotar arroyos en la tierra seca.
En el desierto plantaré cedros,
acacias, arrayanes y olivos;
en la tierra seca haré crecer
pinos juntamente con abetos y cipreses,
para que todo el mundo vea y sepa,
y ponga atención y entienda que yo,
el Señor, he hecho esto con mi poder,
que yo, el Dios Santo de Israel,
lo he creado."
Y ante tanta Gloria derramada sobre la Gran Nación Santa
venidera las Naciones romperán en alabanza como
leemos en Isaías 61, 11:
“Porque así como nacen
las plantas de la tierra
y brotan los retoños en un jardín,
así hará el Señor que brote su victoria
y que todas las naciones entonen
cantos de alabanza.
Habrá restauración completa ante los ojos de las
Naciones como se dice en Zacarías 8, 3:
“Yo he restaurado a Sión
y habitaré en medio de Jerusalém”
Y leemos un pasaje muy especial en el Salmo 147, 10:
“Alegraos con Jerusalén
y regocijaos por ella,
todos los que la amáis;
rebosad de júbilo con ella,
todos los que por ella hacéis duelo”
Esta es una Palabra para los que hoy se duelen /nos
dolemos con los acontecimientos que envuelven de
tensión y crispación a la Jerusalem actual. Los que por
amor a Jerusalem hoy se entristecen, pronto se gozarán,
nos dice la Palabra profética. Del mismo modo se lee en
Isaías 49, 14-16 sobre la fidelidad eterna de YaHWéH con
Sion:
"Sión decía:
--El Señor me abandonó,
mi Dios se olvidó de mí.'
Pero ¿acaso una madre olvida
o deja de amar a su propio hijo?
Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.
Yo te llevo grabada en mis manos...”
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Sobre las Naciones del milenio:
La Palabra profética es como un foco que ilumina lo
esencial y deja en penumbras lo que es accesorio a la
esperanza de los redimidos. No sabemos cuáles serán las
Naciones gentiles del mundo venidero/athid lavo. Se
nombran explícitamente Asiria y Egipto en unión con la
Gran Nación de ISRAEL. Pero se nos insinúan muchas
otras y parece obvio y necesario que estas Naciones que
estarán en el mundo venidero y alabaran a YaHWéH, y
subirán a su Santo Templo, deben de haber sobrevivido
al terrible día de la Ira. De hecho, en Apocalipsis 21, 24 se
nos dice que habrá naciones “salvas” –o sobrevivientes-
que se moverán a la Luz de la Nueva Jerusalem. También
se nos dice en Apocalipsis 20, 7-8 que al fin del milenio
será suelto Satanás de su calabozo/Hades y saldrá de
nuevo a seducir a las Naciones “en los cuatro ángulos de la
tierra” lo que quiere decir que habrá muchas Naciones- y
finalmente rodeará al campamento de los santos y a la
nueva Jerusalem y será destruido instantáneamente y
para siempre:
"Cuando los mil años se cumplan,
Satanás será suelto de su prisión
y saldrá a engañar a las naciones
que están en los cuatro ángulos de la tierra,
...a fin de reunirlos para la batalla.
Su número es como la arena del mar"
Tal parece entonces que habrá dos tipos de situaciones
nacionales en el mundo venidero/athid lavo:
1) una Gran Nación central formada por el remanente
salvo de ISRAEL -los redimidos- que son los hijos de
ISRAEL lavados por la fe en la sangre del Cordero,
tomados de todas las naciones hoy existentes que
será la sede del Reino de ISRAEL/JEZREEL y Luz
del mundo. Este remanente poseerá un cuerpo
celestial, esto es: resucitado en Gloria como el de
nuestro Señor.
2) Naciones no-israelitas que habrán sido salvas de
alguna forma de la hecatombe del día de la Ira -lo
cual implica un entendimiento escatológico especial
que no poseo- y, por lo que veremos, aparentemente
su población tendría cuerpo carnal. Esta convivencia
de cuerpos glorificados por la resurrección de los
“hijos de Sion” y cuerpos carnales y cuerpos
carnales de otras Naciones no debe de
sorprendernos ya que Jesús/Yeshua, luego de Su
resurrección, comió con Sus discípulos por lo menos
en dos ocasiones y caminó rumbo a Emaus
departiendo con dos discípulos, con aparente
naturalidad, mostrando que esa convivencia es
posible. Aunque alguna marca habrá según leemos
en el Salmo 87, 5:
“Pero de Sion se dirá: Este y aquél nacieron en ella;
y el Altísimo mismo la establecerá”
Otro asunto también difícil de entender son los
sacrificios de animales en el Templo milenario que se
describen en Ezequiel para “expiación de pecado” (Eze 42,
13). Esto solo puede entenderse como expiación del
pecado de naciones no-israelitas dentro del contexto de
un orden divino mundial así como se habla de las hijas
de los árboles para sanidad de las Naciones (Eze 47, 12).
Sin embargo Satanás no ejercerá su maligna influencia
sobre estas naciones no-israelitas del mundo venidero ya
que estará atado en el Hades hasta el fin del milenio. Y
las concupiscencias del mundo en esos días son difíciles
de concebir. De modo que el único origen del pecado
dentro de los contextos que hoy entendemos solo puede
ser la carne y es por eso que decimos que las naciones
no-israelitas del milenio poseerán un cuerpo carnal.
Aunque aquí también sería necesario un entendimiento
escatológico especial que no nos fue revelado.
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Sobre la revelación en el siglo venidero:
Pero estas dudas respecto a cuáles serán las Naciones no-
israelitas que sobreviran al día de la Ira y el porqué de los
sacrificios de animales en el nuevo Templo del milenio,
no afectan las bases del Plan de Redención que tenemos
ahora mismo a nuestra disposición. Recordemos que
YaHWéH se complace en Santas Paradojas que perforan
las codificaciones que laboriosamente construimos con
Su Palabra que nunca puede ser encerrada. En el
judaísmo, por ejemplo, se habían establecido normas
minuciosas en todo lo referente al “culto verdadero” de
YaHWéH y era imposible concebir a un Dios/Elohim
encarnado y crucificado en sacrificio expiatorio por el pecado
de su pueblo y de todos, aunque hay suficientes pasajes
en el AT que lo dan a entender claramente. Pero estos
pasajes se obviaban o no se entendían –más bien esto
último- ya que no encajaban en su codificación religiosa.
Sin embargo en la “plenitud de los tiempos” YaHWéH
reveló a Su Hijo y manifestó a los hombres el misterio
del Dios/Elohim encarnado que subyace en la propia
Tora pero es invisible dentro de los límites del judaísmo
y precisaba de una revelación especial.
Del mismo modo, dentro de los límites de la fe cristiana
tampoco se revela en detalle cual será el Plan de
YaHWéH para las eternidades que seguramente debe
exceder los parámetros en que actualmente nos
movemos y entendemos los temas de la fe. Pero lo que
nos falte entender nos será revelado por Él cuando
estemos en Su Presencia. Y prontamente como se dice en
Isaías 65, 24:
"Antes que clamen, yo responderé; mientras aún estén
hablando, yo habré oído"
Y además será grabada en nuestro corazón regenerado la nueva
Tora/Instrucciones para guiar nuestros actos en santidad
perpetua. Y estas nuevas revelaciones no serán contradictorias
con lo que ya está escrito y seguramente están escondidas en
pasajes de la Palabra Eterna que hoy conocemos aunque no
tengamos la llave/entendimiento para abrir su significado.
Pero recibiremos revelación en su momento.
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Glosario de expresiones
corrientes de este libro:
* "Dios/Elohim" = "Dios" singular y "Elohim" plural,
confiesa a un único Dios en una pluralidad de
personas – Padre, Hijo y Espíritu Santo - como se nos
revela en el Nuevo Testamento.
* “YaHWéH” = (iod, hei, vav, hei): la “iod” habla de un
Dios único, seguido de Su composición plural: las dos
“hei” que son el Padre y el Hijo y la “vav” que es el
Espíritu Santo que de testimonio de ambos y revela los
misterios del Cielo. Es la misma estructura del “alef”.
* "iglesias de Cristo" = nos referimos así a todas las
congregaciones o denominaciones que confiesan/
confesaron la sana doctrina básica: Jesucristo es el Hijo
de Dios encarnado, verdadero Dios y verdadero
hombre, muerto para expiación de los pecados de Su
pueblo (Luc 1, 68; 2, 10) y de todos. Él resucitó de entre
los muertos y ascendió a los cielos y desde allí ha de
venir de nuevo en Su Reino como Mesías/Mashíaj de
ISRAEL, Juez y Sumo Sacerdote, a morar en Sión con
Su Pueblo Santo.
* “hijos de Israel(Efraín)” o ”casa de Israel (Efraín)”o
Israel(Efraín) = nos referimos así a la descendencia
desterrada del norteño reino de Israel, una de las partes
de la división del único reino de ISRAEL luego de la
muerte de Salomón, que fue capturada y exilada por el
emperador asirio Sargón II en el 722 a.C. Esto fue en
cumplimiento de las profecías de Oseas y Amos.
Fueron transportados a la región norte y noreste del
Imperio Asirio de entonces y desde allí, en el correr de
los siglos, migraron a todas las Naciones de la tierra,
mezclados con pueblos jafeítas, y en completo olvido de
sus raíces nacionales y fiestas solemnes. El texto
profético llama a esta descendencia errante entre las
naciones unas veces “casa de Israel”, otras “hijos de
Israel” y otras “Efraín” (su principal nombre de
referencia). También se les llama “Jacob”/“tribus de
Jacob”, “casa de José” y otros.
* “remanente” = la profecía se refiere así a los
descendientes redimidos/recomprados del desterrado
reino de Israel(Efraín) (p.e.: Is 10, 21-13, Jer 23, 3-4, Rom
9, 27-28). Otras veces los llama "resto" (p.e.: Miq 2, 12,
Ez 6, 8, Ap 12, 17). En el Nuevo Testamento son los
"cristianos", el trigo de las iglesias de Cristo.
* “athid lavo” = mundo venidero, reino mesiánico,
milenio
* “ISRAEL” = colocamos “Israel” con mayúscula
cuando hacemos referencia al ISRAEL arquetípico del
reino davítico de doce tribus nacido como Nación en las
faldas del monte Sinaí -no al reino separado de las diez
tribus del norte que tomaron para si ese nombre luego
de la división de ese arquetípico reino davítico-. Este
Reino de doce tribus volverá a conformarse en el athid
lavo con la re-unión de un remanente santo de Israel y Judá
en el “gran día de Jezreel” (Os 1, 11) lo que significará la
“restauración del Tabernáculo caído de David” (Am 9, 11).
* “ISRAEL DE DIOS” = también en mayúscula se
refiere al remanente santo que volverá a Sión en el athid
lavo, también llamado JEZREEL. Esta expresión se
utiliza en Gálatas 6:16 y tiene el mismo significado que
“remanente de Israel”, “santos”, “electos y fieles”,
“redimidos”, etc... Ellos son la “gran multitud que nadie
podía contar” de Apocalipsis 7, 9 cuyas primicias son los
144.000 israelitas sellados y “de pie” junto al Cordero
sobre el Monte Sión, que es el lugar que congrega a los
justos de todos los siglos (Heb 12, 22-24; Ap 14, 1).
* “hija de Sión” = son los redimidos, la Novia del Cordero,
el remanente de Israel, los justos, los creyentes etc. La
expresión “hija de Sión” –a veces “virgen hija de Sion”-
hace referencia a los que fueron al destierro/desierto de
las naciones como mujer desechada por YaHWéH para
ser allí seducidos (Os 2, 14) y congregados de nuevo –
mediante el evangelio- a una Sión venidera que será
cubierta por la Gloria del Altísimo como un dosel
matrimonial perpetuo. El sinónimo más armonioso en el
Nuevo Testamento para esta expresión es: Novia del
Cordero.
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