Exilio en Portugal

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    ISSN 0716-1840

    *Licenciada en Sociologa por la Universidad de Concepcin, Chile. Mster en Sociologa- Mobilidades e Identidades por la Universidad de Algarve, Portugal. Correo electrnico: [email protected]

    **Doctor en Sociologa por la cole des Hautes tudes en Sciences Sociales de Paris; Profesorde la Facultad de Economa de la Universidad de Algarve, Portugal; Investigador del ResearchCentre for Spatial and Organizational Dynamics (CIEO). Correo electrnico: [email protected]

    Vivir tres vidas diferentes.Trayectorias e identidades de

    exiliados chilenos en Portugal

    Living three different lives. Socialtrajectories and identities of Chileanpolitical refugees in Portugal

    Paula Larrea Sez*

    Joo Filipe Marques**

    RESUMEN

    El golpe de Estado ocurrido en Chile en 1973 y su consecuente dictadura (1973-1990)derribaron sueos y proyectos de cambio social. Hubo grandes consecuencias tantopara el pas como para sus ciudadanos; stas se produjeron no slo en el territorionacional, sino tambin en el extranjero a travs de la masiva salida de chilenos que bus-caron refugiarse y asilarse en los diferentes continentes. El objetivo principal del pre-sente artculo es analizar las vivencias de los chilenos y chilenas migrantes que residenen Portugal y que presentan una caracterstica muy especfica y que los diferencia delresto de inmigrantes: su condicin de exiliados polticos. Bajo esta premisa, mostramosa travs de los relatos de vida de estos sujetos y de los significados que atribuyen a estaexperiencia de exilio, cmo han ido construyendo y reconstruyendo su identidad, sucultura y sus referentes.

    Palabras clave: Chile, exilio, exiliados, dispora, migraciones, migracin forzada, Por-tugal.

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    pp. 11

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    ABSTRACT

    The Chilean Military coup in 1973 and the following military dictatorship (1973-1990)demolished dreams and projects of social change. As a result, major consequences af-fected the country and its citizens. These had a repercussion not only on Chilean terri-tory but also overseas due to the massive Chilean migration seeking asylum and refugee

    status around the world. This article seeks to analyze the experiences reported by Chil-ean migrants residing in Portugal, who have a very specific feature differentiating themfrom the rest of the economic immigrants: they are all former political refugees. Wewill show through the life stories of these Chilean migrants and the significance theyattribute to the experience of exile, how they have constructed and reconstructed theiridentity, their culture and their referents.

    Keywords: Chile, exile, diaspora, forced migration, migration, Portugal.

    Recibido: 24.07.13. Aceptado: 05.11.13.

    Exile is strangely compelling to think aboutbut terrible to experience. It is the unhealablerift forced between a human being and a nativeplace, between the self and its true home: its es-sential sadness can never be surmounted.

    EDWARDSAID

    INTRODUCCIN

    ELGOLPEDEESTADOocurrido en Chile en 1973 y su consecuente dic-

    tadura (1973-1990) instaurada por los militares al mando del gene-ral Augusto Pinochet, derroc al Presidente constitucional Salvador

    Allende (1970-1973) y, con ello, derrib un sueo y proyecto de cambiosocial que comenzaba a desarrollarse en diversos pases de Amrica Latina.Muchas fueron las consecuencias, no slo en la esfera nacional, sino tam-bin en el extranjero, ya que un gran nmero de chilenos se vio obligado asalir del pas buscando asilo poltico, tanto en los pases vecinos como enotros continentes, despertndose un inters y solidaridad con Chile y susexiliados a nivel mundial.

    Entre los chilenos que actualmente se encuentran fuera del pas es posi-ble reconocer un gran grupo que sali por motivos polticos, donde encon-tramos refugiados, expulsados, expatriados e incluso aquellos que salierondel pas por sus propios medios para evitar cualquier represalia. A ellos sesuma una gran cantidad de chilenos (se estiman unos 800.000) que salie-ron por motivos econmicos (durante las crisis econmicas de 1973-1977

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    y 1982-1986) dentro del perodo de la dictadura (Rebolledo, 2006). Todosestos migrantes tienen algo en comn: salieron de un pas que tena es-tablecido un rgimen totalitario que no les permitira vivir all por tenerun pensamiento contrario al rgimen y que tampoco les permitira volverrpida ni fcilmente.

    La salida del pas de parte de estos chilenos la enmarcaremos dentro dela llamada migracin forzada, la cual implica una carga social y psicolgi-ca muy fuerte. Los efectos que trae este tipo de migracin implican un nivelde desarraigo profundo, unido a los traumas de una derrota, a la separacinde familias y a una serie de experiencias que comparten estos grupos per-tenecientes a diferentes contextos sociales. Una caracterstica que define elexilio chileno es el haber sido masivo y variado, tanto en origen (exiliadospertenecientes a diferentes clases sociales) como en destino (hay registrode chilenos que salieron del pas en la poca de dictadura hacia todos los

    continentes).En Portugal residen actualmente 284 personas1, es decir un 0,2% de lapoblacin chilena residente en Europa. Para Portugal no significa un granimpacto en trminos numricos, pero para estos chilenos Portugal ha sidoel contexto en el que, como extranjeros, han tenido que experimentar unabsqueda de su propia identidad. Las preguntas que articulan este artculoson: Cmo es la vida despus del exilio?, se puede hablar de dispora chi-lena en Portugal? Y, finalmente, cmo ha influido el nuevo contexto globalde las comunicaciones y el transnacionalismo en su identidad?

    EXILIO Y DISPORA: CONTEXTOS Y CONCEPTUALIZACIN

    Los principales trabajos sobre el exilio nos muestran un amplio conoci-miento sobre lo que ste significa en la conformacin de la identidad delas personas, en sus procesos de adaptacin a una nueva cultura y sociedad

    y los efectos de la represin poltica en los sujetos. Tambin encontramosestudios centrados en las polticas de exilio (Sznajder y Roniger, 2007), lascuales funcionaron en toda Amrica Latina como un mecanismo de exclu-sin en contra de sus propios ciudadanos, lo cual llev a que se conforma-

    ran verdaderas comunidades de latinoamericanos expatriados en el siglo

    1 Informacin que coincide con las estadsticas al ao 2009 del Servicio de Extranjeros y Fron-teras portugus (SEF) a travs del sitio web: http://sefstat.sef.pt

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    XX (Senkman, 2009). Este hecho ha tenido repercusin a nivel mundial enla definicin de acuerdos de asilo y refugio en el mundo.

    Entre los estudios ms actuales encontramos la contribucin de autoresque han estudiado especficamente el exilio chileno, como Jos del Pozo(2004), quien introduce el concepto de dispora para definir a los chile-

    nos que migraron por motivos polticos y el concepto de cultura del exi-lio, que corresponde a caractersticas que fue posible hallar en gran partede los chilenos que se encontraban fuera de su pas. Encontramos tambinlos trabajos de Prognon (2006), Rebolledo (2006) y Cornejo (2008), quie-nes hacen una reconstruccin a partir de las memorias de los exiliados yretornados. Por su lado Wright y Oate (2007) hacen la historia del exiliochileno desde el siglo XIX hasta la actualidad y nos muestran cmo ha sidola vida en exilio, en particular para los migrantes polticos a partir de 1973

    y su retorno al pas. Junto con ello, nos muestran el significado poltico

    que tuvieron los chilenos en el exterior al ejercer presin para restablecer lademocracia en el pas.El exilio consiste en un proceso de salida del pas motivado por la sal-

    vaguardia de la propia seguridad, de la integridad fsica y mental, as comotambin la libertad. Es un proceso que envuelve no slo al individuo direc-tamente afectado sino tambin a su entorno familiar; implica una rupturacon el mundo de referencia y con los signos culturales y sociales del pas deorigen. Shahidian (2000) establece que el exilio es un mosaico del cual sedesprende una serie de experiencias enmarcadas en la migracin forzadahacia lugares, culturas e historias que no son escogidas por el propio exi-

    liado. El exilio, como escribi Edward Said, no es cuestin de eleccin, ose nace en l o te acontece (2003, p. 54). De este modo, nos encontramosfrente a un quiebre traumtico (Cancino, 2003), que deja huellas perma-nentes a lo largo de la vida, aun cuando haya un trmino de la condicinde exiliado.

    La historiadora Mnica Gatica (2009) presenta como caractersticas dela migracin forzada el vivir en un tiempo suspendido, es decir, el exiliose vive en un parntesis donde no se sabe al menos al comienzo cun-to tiempo durar. La misma autora cita a De los Santos (2001, en Gatica,2009), quien plantea que los migrantes forzados enfrentaron una serie de

    conflictos cuando se les present la posibilidad de retorno. Estos conflictosson comunes en pases que han vivido perodos de violencia, donde se vea los exiliados como los que se salvaron, los que no les fue tan mal, losque conocieron y disfrutaron en el exterior; superponindose la visin deaquellos que los ven como los traidores por hablar mal del pas fuera, con

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    la de aquellos que tambin los consideran traidores por no haberse que-dado y sufrido en el pas (Gatica, 2009, p. 70). Con todo esto se instauraun proceso de olvido colectivo, lo que implica que el exilio se reserve a lamemoria individual, sacndolo de la memoria social o colectiva y, an ms,de la memoria histrica.

    Durante el exilio se produce un conflicto entre la identidad nacional,social y cultural a partir del cual se genera una crisis que hace que el exi-liado termine siendo despojado de su identidad inicial (Zamora, 2002). Unelemento comn que la autora encuentra en sus informantes es que todosperciben el exilio como un perodo que no durar mucho tiempo. Al mo-mento de percatarse de que el exilio se est alargando ms de lo que ellosesperaban comienza un proceso de difcil integracin en la nueva sociedad.Dentro de este proceso existen dos momentos que seran, por un lado, laresistencia a un proceso de aculturacin extrema y, por otro lado, la

    aceptacin y adaptacin de aquellas pautas de la sociedad de acogida.Zamora (2002) plantea que es en esta primera etapa que puede ocurrir eldesarraigo cultural, el cual comprende, siguiendo a la autora, el momentoen que los sujetos se dan cuenta de su situacin entremedio de dos socie-dades, con pautas culturales y sociales diferentes, donde deben finalmentecombinar si es que no escoger una u otra, donde ocurren estos momen-tos de rechazo y luego aceptacin por su situacin.

    Lo anterior se ve respaldado por la idea de que estos migrantes forzadossalen de su pas por tener una postura poltica diferente al rgimen estable-cido en ese entonces, de manera que al salir su estilo de vida y sus proyec-

    ciones se ven relacionadas directamente con el pas de origen y, en menormedida, con la sociedad que los acogi. Sin embargo, esta postura de tem-poralidad se ve afectada debido a la imposibilidad de regresar en el cortoplazo, al fracaso de aquellos que retornaron cuando ya era posible y a otrosfactores que tienen que ver principalmente con el proyecto familiar. Ocurreentonces que se comienza a convertir esta migracin forzada y temporal enuna migracin definitiva, donde precisamente el eje de las preocupacionesse desplaza de lo poltico a lo econmico (Juliano, 2004, p. 3).

    EL EXILIO CHILENO

    El golpe militar de 1973 no fue un hecho aislado dentro del marco de lapoltica y las sociedades latinoamericanas. Forma parte de una seguidillade golpes militares (Brasil, 1964; Chile y Uruguay, 1973; Argentina, 1976,

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    entre otros pases), que, como plantea Juliano (2004), puso fin a una pocade proyectos de innovacin social que se estaba desarrollando en el conti-nente.

    Enfocndonos en el caso chileno, para lograr la imposicin de este nue-vo rgimen el exilio fue una poltica central de la dictadura, como una es-

    trategia para tener el control y poder absoluto del pas (Juliano, 2004; DelPozo, 2006; Wright y Oate, 2007; Sznajder y Roniger, 2007), para erradicarla izquierda poltica y, a su vez, para cambiar la imagen internacional quese estaba generando por causa de los centros de detencin (Wright y Oate,2007).

    Diversos estudios plantean que muchos de los chilenos que se encon-traban en el exterior comenzaron a establecer un frente externo contrala dictadura (Wright y Oate, 2007), teniendo un reconocido rol en el res-tablecimiento de la democracia a partir del ao 1990. Sin embargo, esta

    estada temporal comienza a ser modificada en la medida en que pasa eltiempo. Es decir, llegan al pas de acogida con la idea de que la dictadura nodurar muchos aos, no obstante, en el caso chileno, 17 largos aos hacenque el exiliado deje ese horizonte de lado o, incluso, lo olvide. Esta expe-riencia se ve enmarcada por lo que Bolzman (1993) llama el mito del re-torno e, incluso, la metfora de vivir con las maletas hechas (Rebolledo,2006; Gatica, 2009) que configuran la existencia de estos sujetos en torno aeste sueo y profundo deseo de volver al pas de origen.

    Prognon (2006) plantea que un elemento importante que ayud a quelos chilenos aceptaran su situacin fue la propia valorizacin de parte

    de sectores de las sociedades de acogida. El apoyo y la solidaridad que seprodujo en aquella poca con los chilenos marc un precedente y un ca-mino hacia la aceptacin de su condicin de exiliados, llegando incluso agenerar una identidad de exiliado por sobre la identidad chilena (2006,p. 79). Sin embargo esto no ocurre de manera fcil; tal como vemos enZamora (2002), Prognon plantea que la mayora de los exiliados se sentaculpable por haber dejado atrs su mundo y, por sobre todo, a aquellos quepermanecieron en el pas sufriendo prisin, tortura e incluso la muerte.Los mecanismos de defensa que habran generado los chilenos en el exte-rior eran, tal como Zamora establece, el rechazar la situacin de exiliado,

    rechazar el pas de acogida, un repliegue dentro de la comunidad exiliada,una idealizacin del pas que haban dejado atrs, y la valorizacin de cier-tos aspectos de la vida chilena (2006, p. 79).

    Una serie de autores, como Del Pozo (2004), sostiene que el proceso deretorno no ha tenido un gran impacto. De hecho, las cifras de chilenos en el

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    exterior, segn este autor, a travs de clculos desde los diferentes consula-dos al ao 1998, se sitan alrededor de 860.000 personas, la cual es una cifraigual o levemente superior a la que exista en plena dictadura. Al ao 2004,segn el Informe de Registro de chilenos en el Exterior (INE-DICOEX,2005), se registran 857.781 chilenos residentes en el exterior. Estas cifras

    nos muestran que desde la dictadura la cantidad de chilenos viviendo en elextranjero, incluidos sus hijos nacidos en el exterior se ha mantenido casiconstante, en un aproximado, 6 a 7% del total de la poblacin del pas.

    LOS CHILENOS EN EL MUNDO. ES POSIBLE HABLAR DE UNADISPORA?

    Los flujos migratorios globales han llevado a un cuestionamiento de los

    grandes paradigmas que sostienen conceptos como nacin, culturaidentidad y pertenencia. Es bajo este contexto que nace la tendenciaa definir determinados grupos como disporas ya que el aumento de lamigracin por el globo de grupos que van conservando sus costumbres

    y tradiciones, junto con los lazos hacia el pas de origen y la adaptacino asimilacin parcial a las sociedades de acogida (Fernndez, 2008), hacereflexionar sobre cules son los mecanismos que llevan a estos grupos adefinirse y ser definidos como tal.

    La tesis de Fernndez (2008) es que todas las fuerzas transnacionalesy los cambios que han ocurrido en la definicin de identidad han llevado

    a ver a las disporas como un ejemplo del accionar de estos elementos,llegando al punto de invadir el discurso de las ciencias sociales desde b-sicamente dos miradas: la dispora ligada al lugar de origen (pasado); y ladispora como una cultura hbrida consecuencia de la desterritorializacin(presente y futuro). Fernndez nos ofrece un listado de las caractersticasms comunes que se han podido identificar en las disporas: a) desplaza-miento de personas o de sus antepasados fuera de su lugar de origen, b)conexin con ese espacio, real o imaginado, cuya consecuencia directa esla idealizacin de esa tierra, su gente, su historia, c) relacin con la so-ciedad receptora, y d) surgimiento y consolidacin de una conciencia de

    identidad del grupo en relacin con el lugar de origen y con los miembrosde otras comunidades (2008, p. 310). A lo anterior, Fernndez suma quese necesita el desarrollo de una conciencia colectiva de pertenencia a unacomunidad fuera del espacio de origen que de nacimiento a la dispora.De este modo, la conciencia diasprica y la construccin de una identidad

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    que recrea en la sociedad de llegada la cultura de la sociedad de partida,facilitan a estas comunidades sobrevivir como unidad cultural (2008, p.311).

    Los autores que estudian el exilio chileno hablan de la comunidad dechilenos en el exterior como una dispora; sin embargo, a nuestro juicio,

    este concepto an no ha sido ampliamente desarrollado sobre todo parala comunidad chilena, de manera que su aplicacin no es trivial. ClaudioBolzman (2002) y Jos del Pozo (2004) han intentado definir este conceptode una manera ms detallada comparndolo con las realidades que elloshan estudiado, las cuales son dos bastante especficas: la primera se enfocaen la dispora chilena en Suiza y la segunda en Canad, ambos pasesposeen gran cantidad de chilenos inmigrantes, sobre todo el segundo men-cionado. Bolzman (2002) plantea que, tradicionalmente, una dispora seconstituye a partir de la persecucin de grupos tnicos minoritarios por

    un grupo tnico dominante, lo que los lleva a partir al exilio. Sin embargo,el autor identifica una causa adicional que corresponde a las persecucionesideolgicas que son raz de una guerra civil, revolucin o contrarrevolu-cin. Este tipo de casos, argumenta el autor, raramente es factor de genera-cin de la dispora, ya que constituyen grupos polticos e ideolgicos y ladefinicin tradicional de dispora comprende a grupos nacionales o tni-cos que han sido privados de un Estado (como es el caso de los judos). Elautor intenta mostrar que en la actualidad existe una tendencia a ampliarel uso del concepto para que tambin incluya la migracin que resulta delexilio poltico como es el caso chileno.

    Respecto de nuestra investigacin es necesario hacer la aclaracin deque nuestro caso de estudio corresponde a personas que fueron exiliados yrefugiados, y que en la actualidad, una vez acabada su condicin legal derefugiados, pasan a ser migrantes comunes, en este caso en Portugal; portanto, se hace necesario verificar si finalmente el concepto de dispora seaplica a este tipo de comunidad que ya en la actualidad probablemente noest establecida bajo estos fundamentos. Es decir, nos encontramos con unproceso de post-exilio o, como ms bien Olsson (2009) plantea, un posibledesexilio.

    METODOLOGA Y UNIDAD DE ANLISIS

    Para estudiar las trayectorias e identificaciones de los individuos de origenchileno que durante el ao 2011 (momento que se llev a cabo esta inves-

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    tigacin) residan en Portugal, se ha recurrido al mtodo biogrfico y sehan entrelazado diversas historias de vida; se ha elaborado, en primer lugar,un muestreo estratgico para determinar informantes claves que facilita-ron la tarea de comparacin y determinacin de ciertos aspectos relevantespara el desarrollo de la investigacin. Se ha escogido a los informantes por

    motivo de salida del pas: exiliado, auto-exiliado2, inmigrante por motivoseconmicos(pero en poca de dictadura).

    Se debe destacar la utilizacin de las redes sociales virtuales como Fa-cebook, Yahoo y otros, que han posibilitado el contacto con informantespara la investigacin a travs de grupos existentes en estas redes: Face-book: Grupo Chilenos en Portugal; Yahoo: Grupo chileportugal y co-rreos electrnicos (e-mail) concedidos por los informantes-clave. La po-sibilidad de acceder a informantes a travs de las redes sociales ha sidofundamental, ya que nos encontramos frente a un grupo muy reducido de

    chilenos (aproximadamente 300 personas). Lewis et al. (2008) plantean lasSNS (Social Networking Sites) como una herramienta que ofrece oportu-nidades antes impensadas para la investigacin social. En este sentido, lasSNS nos proveen de usuarios que poseen perfiles que estn construidosde manera muy efectiva y eficiente para la recoleccin de datos y anlisis.No obstante lo anterior, es necesario tener presente que este estudio utilizestas redes sociales solamente para contactar personas y no para recogerdatos personales. Esta salvedad es necesaria hacerla, ya que, como Lewiset al. (2008) establecen la vida virtual y el comportamiento que all sepresenta puede diferir bastante de la realidad social de los participantes de

    estas redes.

    DETENCIONES, AYUDA RECIBIDA E ITINERARIOS DE SALIDA

    Antes de que se produjera el golpe de Estado, nuestros entrevistados de-sarrollaban sus vidas de manera normal de acuerdo a la poca: estudios,trabajo, militancia y actividad poltica. Todos ellos fueron llevados al exiliode diversas maneras, de acuerdo a sus contextos sociales y polticos. Dadoque todos nuestros narradores salieron en calidad de migrantes forzados

    2Refiere a aquellos que no formaban parte de las listas que la dictadura tena para ser ex-pulsados y con prohibicin de entrada al pas, es decir, aquellos que no estaban de acuerdo conel nuevo rgimen y que decidieron salir con sus propios medios del pas o que eventualmentepodan correr algn peligro.

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    de su pas de origen, las motivaciones que tuvieron para salir se reducen asalvaguardar su seguridad e incluso su vida y la de sus familiares, ya queestaban siendo perseguidos por la Junta Militar de Gobierno. Todo esto loslleva inmediatamente a sentir falta de libertad, de movimiento, temor porsus vidas y una derrota moral, social y poltica muy fuerte:

    (...) a m y a mi mujer, cuando nos buscaban, fueron a mi casa a me-dianoche, un pelotn de milicos [militares] con pacos [policas] () ycon metralletas y que s yo, entonces estbamos esperando lo que iba asuceder y habamos instruido a los cuatro nios que por favor si llega-ban a detener al pap, no lloraran, no gritaran, no alteraran porquelos llantos alteraban a los milicos o a los pacos () entonces los chi-cos adiestrados, la casa lista todos esperando el da () y llegaron unanoche y fue una espantosa situacin porque revolvieron todo, buscarontodo esto y lo otro () y a mi mujer chilena y a m nos sacaron a lacalle semi desnudos o casi desnudos y nos pusieron boca abajo en elsuelo y nos iban a matar a los dos nos pusieron las metralletas en lasien y fue una cosa horrible que cuesta mucho olvidar (O. V.,hombre, 73 aos).

    Un elemento comn que hemos podido encontrar corresponde a laayuda que recibieron en algn determinado momento. De nuestros entre-vistados, que fueron detenidos, encontramos quienes fueron ayudados di-rectamente por personas pertenecientes a la polica chilena, como tambinquienes fueron ayudados por militares. Lo relevante de este punto es queexisti una fuerte solidaridad por parte de personas que debido a su posi-cin consiguieron colaborar en la salida, sea de la prisin o, ms adelante,del pas:

    yo tena un amigo oficial de la polica que trabajaba conmigo en elproyecto de incendios forestales () y este era un tipo de la inteligen-cia yo no saba, () este hombre tena ah todos mis datos que yoera buscado como un terrorista vulgar y silvestre que tenan que exter-minar adems, Jefe de Servicio y entonces este hombre me ayuda m a no pasarlo tan mal, me fueron a buscar una noche, () mellevaron al Cuartel de Investigaciones () y los tipos me tuvieron ah

    unas cuantas horas, y despus me dijeron vyase () lo concreto esque mi amigo me dijo, maana tomate el tren, maana pod irte a laestacin as que al da siguiente tomamos el tren y nos fuimos (haciaSantiago). (P. S., hombre, 66 aos).

    De una u otra manera, todos nuestros entrevistados tuvieron algn tipo de

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    ayuda, sea interna o externa al pas, o corrieron mejor suerte, ya que sus datosan no aparecan para ser perseguidos o privados de entrar o salir del pas:

    Allanaron la casa de mi padre cuando yo estaba all () y llegan lostiras [Polica de Investigacin] () allanan la casa, buscando armas y

    todas las cosas y por denuncia de los vecinos () entonces piden los do-cumentos, el carnet y todo y cuando van pal coche () veo que hablanpor micrfono con la central, viendo los antecedentes y despus llegan

    y me entregan el carnet, y ah encontr que era extrao dejaron tododesordenado, botaron vidrio, buscando las armas y no encontraron na,

    y se fueron y ah yo pens de que no haba ningn registro y yo fui a visi-tar a una amiga ma que tiene una agencia de viaje que tena un contactoah en Investigaciones, consegu pasaporte y en una semana, sal. (R. S.,hombre, 63 aos).

    Fue posible reconocer dos principales trayectorias de salida que se re-lacionan directamente con las posibilidades que cada uno posea para salirdel pas. Por un lado, aquellos que salieron en calidad de exiliados y, porotro, aquellos que salieron como auto-exiliados o por su propia cuen-ta3. En los relatos de los que salieron en calidad de exiliados, refugiadoso asilados, encontramos que, al salir en calidad de refugiado o en bsquedade aquella condicin, el primer objetivo era conseguir alguna seguridaden el exterior, ya que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para losRefugiados (ACNUR de ahora en adelante) y otros organismos internacio-nales estaban encargados de encontrarles un pas donde residir y facilitarles

    los medios suficientes para subsistir en l. Esta condicin de refugiado sepoda conseguir tanto dentro de Chile como fuera. Por esta misma razn,aquellos que consiguieron el estatuto de refugiados no tuvieron opcin deescoger libremente el pas en el cual queran residir sino que deban encierto modo escoger a partir de un listado de pases que se ofrecan paraacoger refugiados chilenos.

    Un primer momento que determina la salida del pas es el paso casiinevitable hacia los pases fronterizos Per y Argentina. La estada en Perno resulta fructfera para ellos, principalmente esto se deduce a partir de lasno muy buenas relaciones que ambos pases tenan en esa poca y porque

    Per les exiga visa, de modo que este pas se convierte principalmente enun pas de trnsito:

    3Es necesario aclarar que al decir por su propia cuenta nos referimos ms que nada a queellos salieron directamente desde Chile, sin pases fronterizos intermedios, sin la ayuda interna-cional ni el estatuto de refugiados.

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    Yo gust del Per, tena mi profesin all, tena la chance de trabajarbien y de ganar dinero pero me expulsaron prcticamente cuandollegamos a la cuestin del contrato () estuvimos en Per como 7 me-ses () sabes que ltimamente nos daban visa cada dos das cada dosdas haba que sacar visa pa estar ah fueron terribles los peruanos!...

    (R. G., hombre, 76 aos).Cuando comenz la dictadura en Chile se pensaba que sta no iba a

    durar mucho tiempo, por lo tanto Argentina pareca ser una buena alter-nativa, principalmente debido a la proximidad geogrfica, de tal modo que,al estar cerca, el retorno al pas iba a encontrar menos inconvenientes. Sinembargo la inestabilidad en el pas vecino en aquella poca, especialmentea partir de la muerte del Presidente Juan Domingo Pern (el ao 1974) y laconsiguiente dictadura de Jorge Rafael Videla (a partir del golpe de Estadodel 24 de marzo de 1976), los hizo salir nuevamente antes de que fueran

    perseguidos por segunda vez:

    Todos escapaban por Argentina en la poca estaba Pern ah mira,ah fue tambin una cosa que ah escapamos a otro golpe de Estado() y ah fue terrible!... porque ah metieron presos a todos, a todoslos que pillaban, gente, mujeres que estaban embarazadas, las tortura-ban, las mataban, quitaban los hijos () cay la represin ah contralos extranjeros porque all [Chile] nosotros estbamos en nuestro pas,pero ah [Argentina] fue represin contra los extranjeros! Fue una cosaterrible (M. B., mujer, 60 aos).

    Una vez que la ayuda internacional comienza a movilizarse de maneramuy rpida y activa, vemos que dos de nuestros entrevistados (O. V. y R.G.) llegan a Bucarest en Rumania, pas que en ese momento se encontrababajo la dictadura de Nicolai Ceauescu y que respondi al llamado que elACNUR hizo a los pases de Europa Oriental para reasentar a los refugiadoschilenos:

    Llegamos como a las 12 de la noche... viajamos impecable... llegamos aun departamento, mejor que esto... (M.: era llegar a tu casa, t tenastodo!). Eso nos dieron en Rumania, que yo toda la vida agradezco por-que cuando llegu aqu (Portugal) no tena nada, nada () (M.: ydespus no solamente el departamento, trabajo para los dos y escuelapara nosotros...), (G.: Sabe que nosotros llegamos en la noche de ma-drugada, en la maana a las 9 de la maana estaban batiendo la puer-ta quin es? abrimos pa recibir dinero para vivir 15 das...) nosotros

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    quince das y despus salimos a trabajar (R. G., hombre, 76 aos, eintervenciones de su esposa G. y su hija M.).

    Con respecto a Rumania hay que hacer una salvedad, ya que hemos en-contrado opiniones dispares entre quienes pudieron trabajar all y sentirse

    muy a gusto y adaptarse al pas y quienes no pudieron hacerlo. Esto debi-do a sus profesiones, es decir, la familia citada arriba logr adaptarse muybien ya que era una familia trabajadora de profesin tcnica, sin estudiosacadmicos, de modo que no encontraron dificultades para trabajar en susprofesiones, adems reciban las ayudas del Estado. Por el otro lado, encon-tramos a profesionales con estudios superiores quienes no pudieron des-empearse en sus profesiones:

    Instalados nosotros en Bucarest, cuando un gentil funcionario del mu-nicipio, adscrito al Gobierno, nos inform que por razones de Estado

    personas como nosotros (periodistas, abogados o mdicos) estbamosliberados de trabajar y que bamos a recibir un sueldo mensual sin pro-blemas de ninguna especie. No trabajar, norma del rgimen para losintelectuales. Que nadie extranjero fuera a meter sus narices en lamaquinaria del rgimen. () Ese beneficio se convirti a lo largo deltiempo para nosotros en una elegante tortura y en un distanciamientopaulatino con el sistema (O. V., hombre, 73 aos).

    As, muchos de estos llamados intelectuales decidieron marchar deRumania, que no satisfaca sus necesidades de trabajo, y convirtindose en

    indocumentados. Intentantaron conseguir asilo por segunda o tercera vezdespus de haber salido de Chile:

    Pero cmo? (salir de Rumania) No tenamos papeles, pasaportes,nada. Nuestros documentos que generosamente nos dio Rumana erande aptridas, tal cual. () Pero lentamente los chilenos comenzarona abandonar de cualquier modo, con malas artes, subrepticiamente, elpas y fueron acogidos en Suecia, en Austria, en Holanda, etc. () Si quenos estbamos arruinando como personas, como profesionales, comoseres humanos Pero tampoco podamos mal desconocer a un rgi-men autoritario que frreamente reinaba a sus anchas para los rumanos

    y que a nosotros nos trataba con guantes de seda (O. V., hombre, 73aos).

    Aquellos que salieron como auto-exiliados lo hacen desde el primer mo-mento con mayor independencia respecto de los entrevistados incluidos en

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    la primera categora. Todos ellos salieron a travs de contactos. Sin embar-go, esta independencia no implica que no hayan sido perseguidos o inclusopresos:

    Yo no era exiliado legal, porque yo no sal exiliado propiamente tal...

    (sal por mis propios medios) de manera que en el fondo mi exilio fuems de... una suerte de auto-exilio... que... por razones as ... yo dira...todo el mundo se exili no? todo el mundo entr a las embajadas yse exili... digamos en mi caso probablemente hubiera sido preso unasegunda vez... porque fui preso... una segunda vez... y yo quera evitareso... porque en esa poca era todo un poco... tu no sabas realmentequ poda suceder () (M. G., hombre, 58 aos).

    De una manera u otra nuestros narradores relatan haber vivido y ex-perimentado el dolor que comprende el alejamiento de una persona de su

    tierra de origen, dndose esta ruptura con el mundo de referencia a la quealude Cancino (2003).

    ADAPTACIN, DESARRAIGO E IDENTIDAD

    Los exiliados chilenos provenan de diversas clases sociales y, por lo tanto,encontramos diversas profesiones y ocupaciones, estilos de vida y cons-ciencia de s mismo, los cuales, en muchos casos, llegaron a determinar suadaptacin en el pas que los acogi. Hemos podido encontrar que aquellos

    que posean un capital simblico, cultural y social ms elevado tuvieronmenos dificultades para adaptarse a las diferentes culturas de los pases deacogida. A su vez, aquellos que pertenecan a un estrato ms bajo experi-mentaron con mayor fuerza una actitud de negacin a estar en el exterior yadaptarse a la nueva cultura y sociedad del pas que los acogi.

    Yo puedo pasar sin las empanadas, sin cochayuyo, sin los erizos puedopasar o sea me gustan pero puedo vivir sin ello pero si le preguntasa (otra persona), tal vez te diga ah las empanadas!... y empieza a llo-rar! hay una posicin tambin de clase en el fondo, yo reconozco que

    vengo de una extraccin pequeo-burguesa no puedo esconderloporque toda la inmigracin que hubo por el golpe, la inmigracin pol-tica y la inmigracin econmica, sobre todo la gente del pueblo, tenams dificultades en la integracin en los pases, sobre todo en Europa,ah la necesidad del regreso, de volver eso no me marc mucho (R.S., hombre, 63 aos).

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    El factor militancia poltica fue muy relevante en este aspecto de laadaptacin, ya que encontramos que quienes eran activos militantes departidos polticos tuvieron una entrada ms fcil a las nuevas sociedades, semantuvieron ms en contacto con chilenos y siempre enfocados en apoyara los chilenos que permanecieron all. Sin embargo, aquellos que no tenan

    militancia, sino ms bien eran simpatizantes, tuvieron que desenvolverseprcticamente solos.

    Cuando vino el golpe sabes lo que descubr?, que no tena partidopoltico, no era comunista, no era socialista, no era mirista (del MIR),no era del partido radical, no era MAPU no tena carnet de ningnpartido entonces era amigo de todo el mundo, era amigo de loscomunistas, amigo de los socialistas amigo y estaba siempre en ahcon la cpula, (...) eso me signific grandes problemas para el exilio, notena cmo exiliarme (O. V., hombre, 73 aos).

    Otro tema que es transversal a las vivencias y experiencias de los chile-nos que salieron forzadamente del pas es el mito del retorno (Bolzman,1993). Esto debido a que los primeros aos consistan en una negacin apermanecer en el exterior, pero no podan retornar a su pas, ya que ellosignificaba poner en peligro sus vidas. Con ello, encontramos tambin laexpresin de vivir con las maletas hechas (Rebolledo, 2006; Gatica, 2009),lo que refleja claramente la intencin que ellos tenan, que era la de retor-nar, al menos en los primeros aos.

    Despus ya sabes ya llevbamos 5 aos a ver, 2 aos y medio enToronto, 2 aos y medio en Quebec, 5 o 6 aos en Canad ya estba-mos ya habamos deshecho las maletas ya, porque los primeros aost no deshaces ni las maletas pensando que te vay a ir de vuelta. (E. B.,mujer, 63 aos).

    Es en este contexto donde vemos un segundo punto de inflexin en lastrayectorias de vida de nuestros entrevistados, ya que con el pasar de losaos, y al ver que la dictadura no se acabara tan fcilmente, ellos comien-zan a establecerse de manera ms indefinida en el pas de acogida, comien-

    zan a formar familias, a concretar estudios, trabajos menos precarios y, conello, tambin el consiguiente paso de obtener la nacionalidad del pas quelos recibe. Este punto es muy relevante, ya que, a partir de ese momen-to nuestros entrevistados comienzan a experimentar una nueva forma devida, con mejores condiciones y ya no con el estatuto de refugiado.

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    Yo, personalmente, siempre dije... comenc a pensar as en establecerme,cuando me junt con la portuguesa... haba un motivo ms fuerte claro,a partir de ah... hasta ah yo dira que... para m era claro que yo estabaestudiando transitoriamente y despus me iba pa Chile, despus nosbamos todos a hacer la revolucin... no? y de hecho hubo grupos de

    personas que trataron de hacerlo... (M. G. O., hombre, 58 aos).

    De acuerdo a lo que Zamora (2002) estableca sobre el desarraigo cul-tural, es decir, aquella desestructuracin entre las identidades que confi-guran a una persona, agregado al choque cultural que produce la llegadaa una nueva sociedad, vemos que esto ocurre de diversas maneras. Por unlado, como ya dijimos, para algunos se incrementan los referentes cultura-les y, por lo tanto, la identidad chilena; fundamentalmente para quienesse mantuvieron activos polticamente, no necesariamente de partido polti-co, sino ms bien participando en las actividades de denuncia a la violacin

    de los Derechos Humanos y a las campaas y fiestas en ayuda a los chilenosque estaban en el pas, como as tambin ayuda para los chilenos que llega-ban al exilio. Esta situacin particular hace que se permanezca, durante losprimeros aos, muy pendiente de lo que ocurra en Chile:

    Mantuve siempre un vnculo fuerte () de hecho cada 15 das nossentbamos a leer todos los diarios chilenos de manera que durantetodos esos aos hasta mi regreso a Chile el 84 yo prcticamente hacaun conjunto de cosas pero viva con mi cabeza en Chile... (M. G. O.,hombre, 58 aos).

    No todos los chilenos en el exterior decidieron retornar una vez esta-blecida la democracia. Esto se refleja claramente en los relatos de quienes,

    ya en la actualidad, ni siquiera se han vuelto a plantear la posibilidad delregreso, ya que sus vidas dejaron de tener sentido en Chile: sus hijos ya sonadultos y muchos de ellos tienen familias ya establecidas en el exterior, demodo que sta se ve como una de las razones ms fuertes para no regresaral pas de origen, sumado a la prdida de todo aquello que dejaron atrsdesde el momento en que decidieron partir al exilio. Luego, encontramosque, dada las edades actuales, las cuales rondan entre los 60-70 aos aproxi-

    madamente, muchos de ellos han perdido a gran parte de sus familias quequedaban en Chile, y aquellos que an tienen a sus padres vivos expresanque slo eso los une al pas, junto con las amistades que les van quedando.En todos los relatos de nuestros entrevistados se incluye explcita o impl-citamente un cario y un apego muy fuerte al origen chileno, al paisajechileno y, en definitiva, hacia Chile.

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    Algunos entrevistados reflexionan sobre su vida previa al golpe y su vidaen el exterior, planteando que sienten que han vivido por lo menos tresvidas diferentes, definiendo como puntos de inflexin cada momento quemarc el rumbo de su vida como son el golpe de Estado, el exilio, y los pa-ses donde se vivi, en exilio y fuera del exilio.

    Si te confieso que sent que haba perdido a Chile, ese era mi exilio, elsentir que lo que haba querido no fue posible, que ese pas ya no era elmo. La liberacin lleg tarde y es ms el tiempo que he vivido afueraque all por lo tanto mi vida ya es siempre afuera, tengo tantos amoresrepartidos y tantas casas y tantos pases que me obligan a vivir en unaespecie de ficcin distante y que sirve para ver mejor. Ya no soy uno,soy varios, cambio de idiomas y cambio de cara y de carcter () (F.A.,hombre, 67 aos).

    La vida y la identidad de nuestros entrevistados se definen claramen-te por la palabra transcultural que Bolzman (1993) introduce, es decir,comprende esta mezcla entre los elementos adquiridos en su paso por di-ferentes experiencias y fundamentalmente diferentes sociedades. Los treselementos que Dubar (2006) ofrece para definir la identidad a partir dela trayectoria migratoria (multipertenencia, desarraigo y dilema de lanaturalizacin) son fundamentales a la hora de analizar las identidades denuestros entrevistados. De esta manera encontramos que la multiperte-nenciase ha dado a travs de dos casos, ambos a partir de este concepto:por un lado estn quienes no logran definirse a travs de la identidad chi-

    lena, fundamentalmente porque sus races fueron cortadas, y luego nuncams volvieron a Chile, quedando totalmente apartados de ese pasado, demodo que entran en juego diversas identidades en su definicin:

    Mira, conozco pocos chilenos, poqusimos, despus yo hace tantosaos que no voy para all yo no s ni cmo ser la gente yo no snada! Porque he permanecido ms aos fuera de mi pas por eso yono me siento ni chilena, ni nada porque son tantos los aos!, No esque yo vaya a renegar de mi pas! Yo tengo todos mis papeles de Chile

    yo tengo pasaporte, todo!... y la cosa es as. (M. B., mujer, 60 aos).

    Tambin encontramos a quienes se definen a s mismos a partir de suorigen, el cual nunca dejan de lado, es decir, se sienten fundamentalmentechilenos, pero saben que ese Chile que los define ya no es el mismo, queha cambiado tanto como ellos han cambiado, de modo que aquella defini-cin se encuentra en ellos principalmente a travs de la memoria. Luego,

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    sus trayectorias les entregan una variedad de culturas y definiciones identi-tarias, las cuales igualmente ingresan en su propia definicin identitaria. Deah la multipertenencia a diferentes identidades, a diferentes sociedades,a diferentes culturas.

    Yo me siento chilena!!... me siento portuguesa pa algunas cosas, peroyo soy chilena, yo no soy portuguesa primero chilena! () no, notuve mi infancia en Chile y la adolescencia, y yo creo que eso es lo quete marca pal resto () ah dira yo que soy media portuguesa (L.M., mujer).

    Yo a pesar de todo, es decir, soy portugus, tengo documentos por-tugueses y todo, yo voto y todo... pero... pero! es decir, aqu soy el chile-no y en Chile soy el portugus (...). (F. A., hombre, 67 aos).

    Luego encontramos el desarraigocomo un elemento definitorio de

    la identidad. Es posible identificar que nuestros entrevistados han perdidoaquello que los liga directamente a su cultura de origen, de modo que estaconexin se mantiene a travs de la familia que queda en Chile, y especial-mente a travs de la memoria, como ya decamos ms arriba, igual que alcomienzo del exilio cuando estaban fundamentalmente ligados al territoriode origen, pero ahora con elementos culturales de diverso origen, dondefinalmente los relatos demuestran una no pertenencia.

    Finalmente identificamos el tercer elemento que Dubar (2006) intro-duce, que es el de dilema de la naturalizacin. Encontramos que efectiva-mente se da el caso en que algunos entrevistados no quieren hacerse na-

    tural del pas en el que residen, en este caso Portugal, principalmente poruna cuestin identitaria.

    (Te identificas chileno?) S, s tanto que no he adquirido la naciona-lidad portuguesa (Tienes que renovar residencia?) s s lo quees una lata, ahora lo estoy pensando ahora como me cas con portu-guesa tengo ms facilidades, pero siempre eran dos, dos, dos despuspasaron a cinco [aos], despus me dieron la residencia definitiva queno era definitiva deca definitiva permanente permanente, perohaba que renovarla!... (R. S., hombre, 58 aos).

    No, yo no me siento portugus yo soy yo me considero un ciu-dadano del mundo () a donde me den mejores garantas de vivencias() Yo no quiero (tener doble nacionalidad) no yo prefiero pa-gar!... yo no quiero, no quiero () yo soy chileno, y continuo siendochileno () (R. G., hombre, 76 aos y su esposa G., mujer, 73 aos).

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    Los conflictos identitarios que atravesaron en el exilio hicieron que es-tos sujetos se sientan principalmente hbridos y transculturales, es decir,una mezcla de culturas recogidas en cada experiencia territorial que hantenido.

    POSIBILIDADES E INTENTOS DE RETORNO

    El retorno fue una motivacin y un hecho constitutivo y dador de signifi-cado a la existencia de los exiliados, de manera que, especialmente en losprimeros aos en el extranjero, el enfoque de todos nuestros entrevistadosiba dirigido hacia volver a Chile, esperando que la dictadura acabara rpi-damente. Este horizonte no se deja de lado, si no es hasta entrado por lomenos 5 a 10 aos en el exterior, que fueron los aos de mayor agitacin y

    actividad social y poltica estando fuera. A partir de este punto, a pesar demantenerse esta idea, el deseo de configurar y establecer familias hizo cadavez ms borroso aquel horizonte otrora tan ntido, reducindose a visitasperidicas a Chile como turistas. Slo una entrevistada (M.B.) nunca msregres a Chile, hasta el da de hoy.

    No volv no!... nunca! () Es una tristeza porque nuestras costumbresse van perdiendo, como comer chileno por ejemplo () y despus lagente hasta se olvida que es chileno no sabes at no sabes qu eslo que eres, es que es muy grande pero, mira uno vive donde se vivemejor, yo no tuve oportunidad de volver en todos esos aos, primero

    porque era refugiada los primeros aos era por problemas polticos,era imposible, ah nosotros tenamos dinero, estbamos bien no?, ydespus no tenamos dinero por qu?, tena que hacer estudiar a los hi-

    jos. () ah uno tena que comenzar a rascar las piedras, nos privamosde muchas cosas nosotros, de tanto! (M. B., mujer, 60 aos).

    Luego encontramos el caso de M.G.O., quien conoce a la madre de sushijas (tambin portuguesa) en su estada en Alemania (an en exilio), don-de l mantiene su idea de retornar a Chile. De modo que, una vez comen-zada la transicin hacia la democracia en el pas, viaja a Chile rpidamen-

    te, con el compromiso de abrir camino. Efectivamente, l cumple con suparte, es decir, retorna con una idea clara: llevar a su familia a Chile, con-siguiendo un buen trabajo, apoyndose en sus redes sociales y familiares.Sin embargo, su pareja decide no irse a Chile, de modo que l vuelve paraestablecerse en Portugal.

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    Estuve en Chile un ao y medio y la idea era quedarme, llevarme mifamilia para Chile y bueno ese es un trauma... es un trauma porque

    yo me quera quedar no me quera ir... [Su ex esposa] no quiso, noapoy () Bueno no era fcil es el tipo de situacin bien compli-cada porque no hay hay soluciones intermedias, que es, los dos irse a

    un tercer pas los dos extranjeros, pero en estas situaciones o es aquo es all y como de hecho en el fondo las probabilidades de poder haceruna familia con mayores condiciones eran en Lisboa nos quedamospor aqu. Lo de all [Chile] era ms bien un riesgo porque nosotrostenamos dos hijas, y ella tena una hija del matrimonio anterior, enton-ces ramos cinco (M.G.O., hombre, 58 aos).

    Por otro lado, encontramos a un entrevistado que retorn a Chile in-mediatamente terminado el rgimen dictatorial, pero que no tuvo xitoprincipalmente porque se encontr con una hostilidad.

    Siempre que llegaba a Chile yo notaba lo siguiente primero yo menotaba siendo una persona forastera, extranjera en mi propia patrianotaba que haba un rechazo de mis compaeros, () por el hechode haberme europeizado, haberme convertido en un elemento ajenoal ser mismo chileno. Yo no haba perdido mi condicin de chileno,mi lenguaje de chileno, no, no!... nunca dej pero pero el cerebro,la mente era la mirada de otra persona, es lgico!... haba vivido enEuropa intensamente todo se va empapando y te va empapando, teva convirtiendo en una otra persona y esa otra persona llega a Chile yme resulta que me convert en un exiliado en mi propio pas (O. V.,

    hombre, 73 aos).

    Finalmente diversas situaciones terminan envolvindolo en un mantohostil hacia su persona, teniendo una ltima experiencia totalmente de-vastadora para l, como fue el haber entrado a trabajar en una Universidadrodeado de personas que se declaraban pinochetistas, es decir, se encontrrodeado de todo aquello que lo hizo vivir su exilio.

    EXILIO Y POST-EXILIO EN PORTUGAL

    Muchos de nuestros entrevistados llegaron a Portugal en fechas de plenoexilio, encontrando para esto fundamentalmente tres motivos: por un ladoestn quienes llegaron inmediatamente despus del 25 de abril de 1974atrados por la Revolucin de los Claveles y el ambiente de efervescenciasocial y de democracia que se estaba viviendo en el pas; luego encontramos

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    a quienes llegaron probando suerte y que encontraron en este pas ciertassimilitudes con Chile; y finalmente a quien ya estaba casado con una portu-guesa y ya tena una hija nacida en Chile, justo despus del golpe militar, demodo que, a partir del 25 de abril, el pas ms apropiado para establecersesera este:

    En un caf veo en la televisin el 25 de abril aqu llegan los tanques, yveo los soldados y los nios que le ponen claveles a los fusiles () bue-no, y la cosa mgica de esto es que cae Chile y se levanta Portugal, queeran los pases de uno y otro y bueno, yo no quera dije no, basta demilitares, () bueno y me lleg un convite de Portugal esa cosamedio romntica, medio idealista de los polticos portugueses que ofre-can pega a todo el mundo y sobre todo a los chilenos porque haba estacomplicidad con Chile y bueno yo dije ya, se acab esta mierda, mevoy a Portugal y me vine! evidente que despus no funcion esa cosa[refirindose a la Revolucin] pero bueno (F. A., hombre, 67 aos).

    Portugal ha tenido un gran significado en las vidas de estas personas;este pas significa el comienzo de esta nueva vida en el exterior, despusdel exilio. Todos declaran haberse adaptado fcilmente a este pas, encon-trando aqu grandes diferencias con la cultura rgida europea y, a su vez,grandes similitudes con la cultura chilena, llegando a transmitir inclu-so que Portugal es el pas europeo que ms se asemeja a Chile, sea por lageografa como tambin por ciertos elementos culturales. Un factor que atodos les ha significado grandes diferencias en comparacin con las otras

    sociedades de acogida a la hora de la adaptacin ha sido el lenguaje, ya queel portugus posee similitudes con el espaol, de modo que nunca se hansentido incomunicados ni frustrados por no poder entablar una conversa-cin, contrario a lo que les ocurra en los pases previos.

    No obstante, todos plantean que es muy difcil entrar verdaderamen-te en la vida de los portugueses, es decir, conscientes de su condicin ex-tranjera, establecen que la vida ntima portuguesa es casi impenetrable, demanera que slo a travs de la familia es que se logra ingresar en aquelcampo. Con esto, aquellos que tienen familia portuguesa se consideranmejor incorporados en la sociedad portuguesa. Quienes no poseen familia

    portuguesa declaran que les ha sido muy difcil ingresar, pero que, una vezque logran relaciones fuertes de amistad, stas se mantienen. Con todo loanterior, ninguno de nuestros entrevistados declara sentirse portugus, nisiquiera con 30 aos viviendo en este pas han podido llegar a sentirse ver-daderamente parte de Portugal.

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    CONSIDERACIONES FINALES

    Este artculo se ofrece como una contribucin a la memoria colectiva deChile. Es a travs de contribuciones como stas que los ciudadanos chilenoslogran percibir y comprender cmo es y han sido las tres vidas diferentesde

    quienes hace casi 40 aos dejaron el pas con la elevada esperanza de volver.La intensidad con que se ha vivido cada pasaje de sus trayectorias, y con

    ello el xito o fracaso en la superacin de esta fractura incurable, dependede la subjetividad de cada individuo, entrando en juego factores como laedad, la constitucin familiar, el capital cultural e intelectual, el grado decompromiso poltico y afectivo.

    El paso casi inevitable del exilio a la migracin comn o a la condi-cin de inmigrante para muchos pasa de manera inadvertida, ya que en elexterior una vez que se abandona el mito del retorno el objetivo principal

    es subsistir, salir adelante con sus familias o en solitario, sin embargo siem-pre enfocados en la estabilidad y la seguridad por lo menos econmica paramantenerse. Siendo as, se plantea vivir simplemente donde se ofrezcan lascondiciones necesarias para hacerlo. No es posible reconocer un proyectomigratorio, ya que persiste la resignacin de haber sido ubicados fuerade su pas de origen forzadamente, pero con fcil desenvolvimiento en elexterior y sin dificultades de adaptacin en la segunda parte de la estada,es decir, en el post-exilio.

    La memoria constante por preservar la cultura chilena ha permaneci-do a lo largo de sus trayectorias biogrficas e itinerarios geogrficos, sin

    embargo se observa que en su mayora han vivido una cultura del exiliochileno en el exterior. No obstante, el cambio de condiciones, el trminodel exilio y el paulatino alejamiento de Chile hacen que esto slo quedeen la memoria de quienes lo vivieron, teniendo que readaptarse cada vezque cambian de pas. Una vez que viven en un pas como Portugal, queles ofrece sobre todo estabilidad emocional, se queda en la intimidad estacultura chilena, reducindose la relacin con Chile a la memoria y los lazosfamiliares y de amistad que les van quedando en el pas de origen y con losfamiliares, principalmente hijos y nietos que se interesan cada vez ms poreste pas. En resumen, la valoracin que se hace de las vivencias en Portugal

    es bastante funcional, donde en su gran mayora los narradores planteanvivir una buena vida.

    Aun cuando no encontramos recomendable hablar de una disporachilena en Portugal, principalmente debido al bajo nivel de asociacionis-mo encontrado en nuestros entrevistados, se acepta que no son enteramen-

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    te chilenos ni tampoco del pas de acogida, es decir, se posee una multipli-cidad de identidades pero que en la base poseen a la chilena. Ellos declaransentirse chilenos pero no ser completamente chilenos. Con ello, encon-tramos sujetos transmigrantes que mantienen an relaciones estables conla sociedad y cultura de origen y, a su vez, con la de acogida.

    El exilio es una condicin que subjetivamente no se pierde nunca, auncuando en trminos objetivos haya finalizado, permanece con fuerza en lamemoria y, por lo tanto, en la identidad de los sujetos.

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