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El exorcismo de Vícar, por Alberto Cerezuela (Revista Enigmas)

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La revista Enigmas publica un reportaje mío sobre el exorcismo masivo que se llevó a cabo en Vícar a más de 40 niñas, en el que tuvieron que intervenir las fuerzas policiales. Ocurrió en 1990 y se recoge en el libro "La Almería Extraña"

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Difícilmente podráRafaelMontoya olvidaraquel lejano 13 de febrero de 1990.Nosolo por lo que sucedió esa fecha conla insólita redada que llevó a cabo, sinotambién por todo lo que desencadena-

ría después.Siguiendo mi costumbre de ir directamente al

epicentro de la cuestión,removí cielo y tierra has-ta que pude dar con el sargento de la Policía deRoquetas de Mar entonces.Ardua tarea era quequisiera hablar conmigo trasmásde veinte años,sabiendo,además,que el tema de conversaciónera muy peliagudo, ya que Rafael pasó un au-téntico calvario durante bastante tiempo.Cuando me encontré con esta historia real-

mente no la entendía. Y pasé bastantes días in-tentando asimilar lo que la prensa contaba. Unpolicía suspendeun ritual de exorcismo,pero suspropios superiores lo desacreditanbasándoseenque se había extralimitado de su jurisdicción.Nofue hasta que Rafael Montoya me recibió en sucasa cuando pude atar todos los cabos.Me encontré a una persona agradable, ame-

na, sincera, con mirada firme y aspecto de estarcurtido en mil batallas. Bajo el brazo llevaba va-rias carpetas que conteníanmás de un centenarde documentos relacionados con los hechos, in-cluyendo recortes de revistas, sentencias oficia-les y diligencias policiales.Todos los detalles es-taban ahí, esperando ser mostrados.La primera pregunta estaba cantada: “Rafael,

¿qué pasó el trece de febrero de 1990?”. Conaspecto emocionado,el ahora detectiveme con-tó con pelos y señales lo ocurrido,a medida quememostraba fotos y documentos: “Ya habíamostenido noticias, días antes, de que algunos veci-nos se habían encontrado a niñas tocando ensus casas y pidiendo algo de comida, en la zonade Cortijos de Marín, así que más o menos es-

Pocos se imaginan que en ladécada de los noventa la Policíaentró en un cortijo almeriensedonde se estaba llevando acabo un exorcismo masivo avarias decenas de niñas. Pareceincreíble pero fue real. Unepisodio que se recoge en ellibro La Almería Extraña, queacaba de editar Círculo Rojo.

Alberto Cerezuela

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tábamos en alerta. Pero ese día, minutosantes de terminar la jornada, en torno almediodía, recibí la llamada de un matri-monio que aseguraba que en la casa deal lado se estaban escuchando gritos deniños”. Ante tan alarmante noticia, Rafaeldecidió personarse en el paraje conocidocomo “La Lomilla”, concretamente en unalmacén agrícola vacío.En la puerta habíavarios matrimonios, algunos calentándosebajo el fuego de unas improvisadas ho-gueras. Ni se inmutaban ante los aparen-tes quejidos y llantos de niños que prove-nían del interior de la nave. Por eso deci-dió entrar,pistola enmano,sin imaginar loque allí le aguardaba.“Podía haber unas cincuenta personas

–apuntaba–, incluyendo unas cuarenta ni-ñas de entre once y quince años, ademásde cuatro o cinco niños. La mayoría searrastraba por el suelo o sufría convulsio-nes. Algunas niñas echaban espuma porla boca.La impresión fue tremenda.Decidíidentificar a todos los allí presentes, orde-nándoles que pararan esa especie de ri-tual”. Rafael Montoya llamó inmediata-mente a Jefatura de Policía para que loca-lizasen al jefe local de Sanidad, al médicodel pueblo y al párroco. También llamó aTVE para que las esperpénticas imágenesquedasen recogidas para la posteridad.Alrededor de los niños había varias perso-

nas queparecían obedecer a unpastor lla-mado Manuel Aracil que, ante la peticiónde explicaciones por parte del policía, nodudó en afirmar: “estamos sacando al de-monio del cuerpo de estos críos”.Espeluznante.Junto a ellos había un radio-cassette con una grabación que se repetíauna y otra vez: “¡Sal demonio!, ¡Satanás,sal de este cuerpo!”. Así tanto ManuelAracil como sus secuaces, se ahorrabanlas molestias de decir los mensajes a vivavoz. La situación era dantesca; varios col-chones sucios en el suelo junto a restos desangre y vómitos eran lo único que habíaen el lugar.Estupefacto quedó Joaquín Pareja, el

médico que reconoció a las niñas: “su es-tado de salud física y psíquica podía peli-grar de mantenerse en esas deplorablescondiciones,puesto que llevanmás de 24horas sin comer”. En el informe que tuvoque remitir al juzgado fue aún más explíci-to: “Pasando al interior del local, este ca-rece de piso, lucido de paredes y de cual-quier mueble que pueda ser medio útil.Sentados en el suelo,enmantas y en don-de pueden, hay un grupo de personas demúltiples edades y de ambos sexos,con elsuelo ocupado por restos de vómitos,cables y algunos altavoces. Todas laspersonas allí encerradas tienen evidentessíntomas de inestabilidad psíquica y emo-

cional. Pregunto a varias niñas sus edadesy me confirman ser menores, hallándoseincluso una de once años. El que dice serjefe de ellas pone música y varias empie-zan a hacer contorsiones hasta que doyorden inmediata de parar”.Totalmente opuesta fue la actitud del

“pastor”Manuel Aracil, que se autodefinióen ese momento como “un siervo de Diosque llevadiecinueveañosdeministerio sal-vando a muchas personas que han esta-do poseídas por el demonio y que ahorason pastores como yo”. ¡Hasta se atrevióa hacer una demostración televisiva del ri-to ante las cámaras de Canal Sur y TVE!Consistía en presionar psicológicamente alas niñas mediante gritos y mensajes gra-bados, para queexpulsaran al demonio desus cuerpos. Tal era el esfuerzo al que es-taban sometidas las niñas, que termina-ban por vomitar en cubos que los propiosayudantes de Aracil recogían.El pastor fue detenido y llevado a dis-

posición judicial,bajo la acusación del de-lito tipificado como “realización de prácti-cas exorcistas con abuso de la credulidadpública”, habiéndose resuelto con éxitouna delicada situación…Al menos en teo-ría, porque los siguientes acontecimientosson dignos de reflexión.RafaelMontoyaesdesautorizadopor sus

superiores y por el propioAyuntamiento deRoquetas, ya que, según ellos, el almacénagrícola donde se llevaron a cabo los exor-cismos no pertenecía a la jurisdicción deRoquetas de Mar, sino que era responsa-bilidad del municipio vecino de Vícar. Seacusó a la Policía de entrometerse y obrarindebidamente. Por si fuera poco, elGobernador Civil de Almería, Ramón Lara,indicóquenohabía indicios dedelito,coin-cidiendo así con la juez de Berja, apoyán-dose ambos en la libertad de culto queampara el artículo 16 de nuestraConstitución puesto que la presencia delos familiares –recordemosqueestabanenla puerta del almacén– garantizaba la se-guridad de los niños. Esto, lógicamente,choca con el testimonio del médico.Manuel Aracil Rodríguez, hombre de

arraigadas creencias religiosas, supuestopastor de la Iglesia Evangélica de Filadelfia,nacido en 1947 en Cartagena, localidad

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En esta página, elautor del reporta-je, AlbertoCerezuela, queacaba de publicarel libro La AlmeríaExtraña, en la pro-fanada iglesia deLas Salinas.

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donde reside, y padre de diez hijos, quedóimpune después del tan deplorable acto.Pero ante la justicia nada se puede hacer,y este hombre contaba con el consenti-miento de los padres de las niñas.¿Cómoes posible que Servicios Sociales no en-trase de oficio ante esa cruel situación?Uno de los padres se explicó en la revistaInterviú: “Mi chiquilla está dentro. El pas-tor dice que tiene el demonio y la vamos atener aquí hasta que se cure. Antes deecharnos al culto, la llevamos para que lavieran médicos de Granada, pero no su-pieron lo que tenía. La niña estaba muyrara y lo mismo se ponía a reír que a llorary echaba espuma por la boca”.ManuelAracil fue entrevistadopor varios

medios de comunicación durante esosdías, soltando algunas “perlas” como lasque reproduzco a continuación:“Manuel, ¿no se imaginaba que estas

prácticas le iban a traer problemas?”.“No, Dios está conmigo porque el dia-

blo anda suelto”.“¿Qué le llevaba a hacer los rituales de

exorcismo?”.“Las mujeres de mi Iglesia están poseí-

das por el demonio, y hasta en la Biblia sedice que debo seguir mi cruzada”.“Pero debe usted tener cuidado con los

niños, que son muy influenciables…”.“Yo soy el único poseedor de la verdad.

Una niña ha sido tomada por el diablo hoymismo”.

“¿Y usted cómo sabe eso?”.“Hoy he visto cómo el demonio se

hametido en el cuerpodeunaniña de15 años porque su novio le ha dadoun beso en la boca y se lo ha intro-ducido”.“Pero la sexualidadadolescente no

tiene nada que ver con esto”.“Sí,es el diablo el que tiene la cul-

pa de todo. Cuando las niñas dejande echar eso –espuma–, empieza avenir el gozo de Dios a su corazón,tienen alegría, ya no tienen mani-festaciones y sienten la paz de Diosen su corazón. Si antes maldecía,deja de maldecir. Si antes blasfe-maba, deja de blasfemar. Si antesse pinchaba,deja de pincharse…”.

Pinturas satánicas que aparecieron en el interior de laIglesia de Las Salinas y que tomó Juan Sánchez para LaVoz de Almería.

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Foto:JuanSánchez

Se arrastraban porel suelo, sufríanconvulsiones yalgunas echabanespuma por la boca

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Pero, sin duda, sus mejores declaracio-nes las recogió LaVoz deAlmería en la edi-ción del 15 de febrero: “Nosotros, comoamamos al prójimo y vemos que hay mu-chas personas marginadas, nos dedica-mos a recogerlas y educarlas en el cami-no para que dejen la delincuencia, la dro-ga y el sexo, y que amen a su enemigo y aDios”.Nohaceascosamanifestar quemu-chas veces le han tachado de embauca-dor y mentiroso, pero que su interés era¡crear en Almería un centro para desinto-xicar a jóvenes drogadictos! Proclamaquelas prácticas exorcistas son trabajadas ensecreto para eliminar el demonio y el maldel cuerpo de sus seguidores, ya que estetrabajo sorprende a los ciudadanos, y seatreve a despedir la entrevista con una so-lemne sentencia: “No me importa lo quevayan a pensar de mí. Hago lo que hagosiguiendo las órdenes de Dios”.

El pastor y su rebañoComo estamos viendo, el líder es la piezaclave de este tipo de sucesos y, por su-puesto, de las sectas. Son personas quese autoproclaman“elegidos”para una de-terminadamisión.Se creen salvadores delas almas del mundo, surgiendo un deter-minado culto en torno a ellos.También ve-mosque sonpersonasdegran locuacidad,con conocimientos psicológicos, capaci-dad de convencimiento, cierto magnetis-mo social y,por supuesto,un carácter fuer-te. Yo tuve la curiosidad de preguntarle aRafael Montoya sobre su impresión perso-nal del díaquedetuvoe interrogóaManuelAracil: “Paramí era un loco que sabíamuybien lo que hacía, y no era otra cosa quelucrarse con las familias de las chicas, aquienes pedía ‘la voluntad’ por estos ri-tuales. Las captaba sobre todo en la capi-tal, en el barrio de Pescadería,aunque es-taba intentando abrir otro foco de capta-ción en el Poniente almeriense”.Su propia congregación, la Iglesia

Evangélica de Filadelfia, emitió un comu-nicado el 2 de marzo a través de su coor-dinador internacional Diego Jiménez,en elque afirmaba que Manuel Aracil no perte-necía a su grupo, y que actuó a título per-sonal seguramente movido por su propiafe. Eso sí, dejando caer la siguiente afir-mación: “Al realizar actividades de índole

espiritual, en ocasiones, y no como unapráctica constante, los pastores se tienenque enfrentar a situaciones donde, comoen los tiempos de Jesucristo, hay conflic-tos entre las fuerzas del bien y las fuerzasde las tinieblas.Siempre que se den estassituaciones, las tareas de ayuda espiritualsolo pueden ser realizadas por hombresde probada experiencia”.Antonio Hermosa y Paco Simón, perio-

distas de La Voz de Almería, tuvieron laoportunidad de hablar con algunos fami-liares del pastor. Pudieron confirmar queeste personaje abandonóAlmería para,se-gún él, no perjudicar a lo seguidores de suIglesia en nuestra provincia. Dos herma-nos de Manuel Aracil también se dedica-ban a esto en la población de Cartagena.Toda la familia se había dedicado, desdesiempre, a la venta ambulante hasta queel propio Manuel decidió trasladarse, cin-co meses atrás, a Almería para ampliar elgrupo de seguidores de su Iglesia.Una de sus hermanas no duda en afir-

mar que“yo era una borracha, tenía aban-donada a mi familia, y mi hermano y losmiembros de la Iglesia rezaron y ayunaronpara librarmedeeste demonio quemepo-seía”. Estamujer, vestida de negro de piesa cabeza y con una cruz colgada del cue-llo, seguía con su relato: “Manuel me im-ponía lasmanos y yo vomitaba.Así el Señorme libródelmal.Pesaba treinta kilos y aho-ra he engordado hasta noventa.En ningúnmomento mi hermano utiliza la violencia,solo los rezos y los ayunos. Al vomitar seexpulsa elmal.Así curó deun cáncer a unamujer de Almería”.Tampoco podían faltar las opiniones del

Obispado de Almería, que el 19 de febre-ro emitió su propio comunicado recomen-dando “desconfianza ante ciertos fenó-menos físicamente observables que seatribuyenal demonio tratándose,en lama-yoría de casos, de simples engaños,supercherías, enfermedades mentales eincluso perversiones morales. Las creen-cias de la Iglesia son de índole totalmen-te diferente a las que aparecen en estosgrupos sectarios,pseudoreligiosos odedi-fícil clasificación”.Sí que asegura,porme-diode JuanTorrecillas –jefedeprensa–,queexiste el rito del exorcismo, pero que muyraramente puede ser necesaria su utiliza-

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Arriba, una de las chicas exorcizadas en una fotografía que publicó la revistaInterviú. Sobre estas líneas, el “pastor” Manuel Aracil, que aparece en laimagen inferior en plena acción, expulsando al “maligno” del cuerpo de unade las supuestas jóvenes poseídas.

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ción para ayudar a un creyente a salir deuna esclavitud moral, siendo en esos ca-sos extremos muy exigente la Iglesia a lahora de designar a la persona que llevaráa cabo esta “ayuda”.¿Y qué opinaban las propias niñas? Su

testimonio también es muy revelador y lotenemosgracias al fantástico reportaje queese mes de febrero de 1990 realizó la re-vista Interviú. Angelita García, de dieci-nueve años, era una de las exorcizadas.Afirma que está poseída y que no puedecumplir con su trabajo en los invernade-ros. Cree que tiene el demonio en lacabeza y que por eso le duele. Ningúnmédico ni curandero la ha aliviado, ex-ceptoAracil. Impresionantes son las pala-bras de la madre de otra de las niñas,a laque el “pastor” le ha hecho creer que des-depequeñita tieneeldemonio dentro ypor eso“desde siem-pre estoy triste y conpocas ganas de vivir.El pastor me ha di-cho que estoy ‘en-ganchá’. Cuando eraniña tenía ganas deahogar amis herma-nas, y mis manosquerían apretarse asus cuellos. Una no-che que estabaacostada mi niña deseis años, que es loque más quiero, soñé que le había pega-do un bocado en la cara y fue cierto, por-que la niña se levantó llorando y diciendoque se moría. Son cosas del demonio, in-creíbles pero ciertas”.Casualmente o no, en esas fechas pro-

liferaron en Andalucía casos muy simila-res a este, como el de Granada, en el queuna mujer de 36 años fallece tras ser so-metida a un exorcismodondeparticiparondosprimas suyas y el panadero local.Ellosdijeron que la víctima estaba poseída porel demonio y que era la reencarnación delmaligno.En esa semana,enMálaga,la po-licía descubrió en la calle Granada loscuerpos de tres cabras degolladas y variostestículos de cerdo junto a cirios y botellasde alcohol vacías. En Bailén (Jaén), ocu-rrió otro hecho extraño: 24 cruces del ce-

menterio parroquial fueron arrancadas desus tumbas y colocadas en posición in-vertida, apareciendouncráneo y restoshu-manosen los alrededores.Además,sepro-dujo un intento de secuestro de un chicode 15 años, al que los malhechores pre-tendían utilizar en un rito satánico. Huelvatambién es protagonista de estas prácti-cas, ya que se identificó a la secta“Comunidad del Espíritu del Gran Águila”,formada en un noventa por ciento pormu-jeres que realizabanprácticas exorcísticas,provocando incluso la muerte de uno delos adeptos. Allí se encontraron tambiéncruces invertidas en el cementerio.Llegados a este punto, se preguntarán

por Rafael Montoya, el sargento de laPolicía de Roquetas de Mar que interrum-pió el exorcismo. La verdad es que lo que

le tocó vivir a estehombre roza elsurrealismo. Fue sus-pendido de su em-pleo aunque tuvieronque readmitirlo tiem-podespués,estuvo enhuelga de hambre envarias ocasiones, seencerró en el plenodel Ayuntamiento, tu-vo que demostrar poractiva y por pasivaque la operación poli-cial que efectuó en-traba dentro de sus

competencias, paralelamente intentó sa-car a la luz escándalos urbanísticos, e in-cluso se paseópor famosos programasdetelevisión como Esta noche cruzamos elMississippi oMoros y cristianos. En 2011según una sentencia, el Ayuntamiento de-be pagarle por “daños y perjuicios” debi-do a lo ocurrido en aquella época.Fue víc-tima de cosas que no tenían nada que vercon el diablo. Su pecado: intentar desta-par una trama de operaciones irregularesrelacionadas con la construcción.Hoy,tan-to tiempo después, la justicia le ha otor-gado la razón.Sin embargo, la imagen de Almería no

quedó enmuy buena posición cuando losvídeos del ritual exorcista fueron mostra-dos en Canal Sur y enTelevisión Española.Lástima, pues no nos lo merecíamos.

Sobre estas líneas,el sargento RafaelMontoya en la épo-ca en que tuvieronlugar los exorcis-mos. A la izquier-da, atestado de suintervenciónpolicial.

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Por la mismaépoca, enGranada, unamujer fallecía acausa de unexorcismo

[LaAlmería ExtrañaAlberto Cerezuela

Círculo Rojo,

2012.

Para saber más…

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