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EL GLORIOSO FUTURO DE LA AMÉRICA LATINA
Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un
privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, para saludar a cada uno de
ustedes y traerles de parte del Señor Jesucristo el mensaje apocalíptico que Él me ha
dado para cada uno de ustedes, para mostrarles las cosas que deben acontecer en este
tiempo final: las cosas que deben acontecer pronto.
Quiero leer una escritura, la cual se encuentra en Apocalipsis capítulo 4, verso 1.
Dice Juan el Discípulo Amado en este capítulo:
``Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí,
como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que
sucederán después de éstas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí un trono
establecido en el cielo, y en el trono uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado
era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris,
semejante en el aspecto a la esmeralda.''
Nuestro tema para esta noche es ``EL GLORIOSO FUTURO DE LA AMÉRICA
LATINA.''
La lectura que hemos tenido, dice: ``Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han
de ser después de éstas.'' (Son las cosas que acontecerán después de las Edades de la
Iglesia gentil). El pueblo hebreo tuvo una dispensación llamada la Dispensación de la
ley. Esa primera Dispensación, en la cual Dios envió a Moisés; y Moisés, con la palabra
que Dios colocó en su boca, le trajo el mensaje dispensacional de la ley, el cual duró
algunos cientos o miles de años; y el pueblo hebreo vivió bajo la Dispensación de la ley.
Bajo esa Dispensación, Dios envió en diferentes etapas o edades, ángeles mensajeros,
o sea, profetas mensajeros, en las diferentes épocas; los cuales trajeron el mensaje
divino para cada Edad.
Tenemos al profeta Samuel, al profeta Elías, al profeta Eliseo, al profeta Isaías, al
profeta Ezequiel, al profeta Jeremías... y un sinnúmero de profetas más los cuales Dios
envió. El pueblo hebreo bajo la Dispensación de la ley vivió siete etapas o edades, en
las cuales Dios se manifestó por medio de cada uno de los mensajeros de cada etapa. Y
el último profeta que Dios envió en esa primera Dispensación de la ley, fue a Juan el
Bautista. Y por esa causa el Señor Jesucristo dijo que Juan fue el último de los profetas.
Así que, encontramos que Juan, siendo el séptimo profeta mensajero de la
séptima etapa de la Iglesia hebrea, vino con el mensaje más importante para el pueblo
hebreo en esos días. Juan el Bautista vino en el cumplimiento de la Palabra profética:
``He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará el camino;'' y
también la profecía que dice: ``La voz de uno que clama en el desierto; aparejad el
camino del Señor;'' y también la profecía que dice que ``enviaría a Elías.''
Él dijo en Malaquías capítulo 3 que enviaría al profeta Elías. Y aquí lo podemos ver
donde Dios así lo prometió. Dice:
``He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y
vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el Ángel del pacto,
a quien vosotros deseáis. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.''
Ahora, aquí encontramos que este mensajero prometido es nada menos que Juan el
Bautista, el cual cumplió estas promesas proféticas, estas promesas que estaban en la
Escritura, para prepararle el camino al Señor, al Mesías.
Ahora, encontramos que de la Dispensación de la ley y de los profetas, hasta Juan
profetizaron. Ahora, encontramos que luego de Juan el Bautista, apareció el Señor
Jesucristo, el Profeta de Nazaret. Y si los profetas hasta Juan profetizaron...
¿qué de Jesús de Nazaret, que es el Profeta de Nazaret y el Profeta del mundo
entero? Es que los profetas de la Dispensación de la ley, hasta Juan profetizaron;
porque Juan es el último profeta de la Dispensación de la ley. ¿Y dónde colocaremos
entonces al Señor Jesucristo, el Profeta de Nazaret? En una nueva Dispensación.
Cuando Juan el Bautista bautizó al Señor Jesucristo, allí estaba comenzando una
nueva Dispensación: la segunda Dispensación, la Dispensación de la gracia, la
Dispensación en donde el Señor Jesucristo era el mensajero del pacto, el Ángel
mensajero de esa nueva Dispensación.
Moisés fue un profeta dispensacional; Jesús, también fue un profeta
dispensacional, con un mensaje dispensacional. Así que estos mensajes
dispensacionales, con profetas mensajeros dispensacionales, permanecen por toda esa
Dispensación que El comienza. Es un nuevo mensaje, cuando aparece un profeta
dispensacional, para dar comienzo a una nueva Dispensación. Y ahí cuando surge este
gran evento del Reino de los cielos, entonces los teólogos de la religión o religiones
contemporáneas, a la aparición de un profeta dispensacional, se confunden; porque
ellos piensan acerca de ese profeta, de ese mensajero:
¿Y de dónde ha aparecido este hombre?; ¿y de dónde él ha sacado esa enseñanza?
De Jesús decían: ``¿Y de dónde Él tiene esa doctrina, sin haber estudiado?'' Porque
Jesús no había estudiado en los seminarios e institutos y las universidades del pueblo
hebreo; Él no había estudiado religión, para convertirse en un doctor en divinidad, en
un doctor en teología, para poder enseñarle al pueblo la Palabra, el mensaje, acerca de
Dios. Porque el mensaje que una persona podía enseñarle al pueblo en aquel tiempo,
habiendo estudiado religión en un seminario o en un instituto o en una universidad, el
único mensaje que le podía enseñar era el mensaje de la ley.
Pero Jesús vino para introducir una nueva Dispensación con un mensaje nuevo
para un pueblo que escucharía Su voz, un pueblo que lo seguiría, y pasaría a una nueva
Dispensación, en donde tendría reposo por esa Dispensación, por el tiempo de esa
Dispensación. Por eso Él dijo: ``Si alguno está trabajado y cansado... Venid a mí todos
los trabajados y cansados y cargados que yo os haré descansar.'' Él también dijo:
``Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.'' Él también dijo: ``Si alguno quiere seguir en
pos de mí, tome su cruz y niéguese a sí mismo.''
Así que Jesús estaba invitando a las personas a seguirlo a Él. Así como el pueblo
hebreo siguió a Moisés, por ser un mensajero dispensacional, lo siguió desde Egipto
hacia una Tierra Prometida. Ahora apareció un mensajero dispensacional con un nuevo
mensaje, para traer a un pueblo a una nueva Dispensación y a un nuevo mensaje: al
mensaje de la Primera Venida del Señor como Cordero de Dios, llevando a cabo el
sacrificio pascual, para así quitar el pecado del mundo. Todo eso que en medio del
pueblo hebreo hablaban: de que el Mesías vendría, que Dios lo enviaría...
todo eso se cumpliría en una nueva Dispensación.
Por esa causa las personas que no siguieron a Jesús en esa nueva Dispensación, no
pudieron ver, no pudieron comprender lo que estaba aconteciendo en el programa
divino; porque una persona no puede ver, no puede comprender, lo que está
aconteciendo en una Edad o en una Dispensación, a menos que no venga a esa Edad o
a esa Dispensación y escuche el mensaje de ese Ángel mensajero, de ese profeta
mensajero, enviado por Dios para esa Edad o para esa Dispensación.
Fuera de esa Edad o Dispensación en donde Dios envía ese profeta mensajero, las
personas se encuentran en tinieblas, en oscuridad, y se encuentran ciegos a lo que
Dios está llevando a cabo en medio de ellos, porque Dios lo está llevando a cabo en
una nueva Dispensación.
Por eso el Señor Jesucristo le dijo a aquellos líderes religiosos:
``Vosotros sois ciegos, guías de ciegos. Y si el ciego guía al otro ciego, ambos
caerán en el hoyo.''
Así que el Señor les llamó ``ciegos'', aunque ellos literalmente no estaban ciegos, y
aunque ellos tenían mucho conocimiento intelectual acerca del mensaje de la
Dispensación de la ley. Y ellos conocían esa Dispensación de la ley; pero ellos no
conocían la nueva Dispensación que había comenzado, cuando el Señor Jesucristo fue
bautizado en el Jordán por el gran profeta Elías de aquel tiempo, que era Juan el
Bautista.
Juan el Bautista era el Elías prometido para prepararle el camino al Señor en Su
Primera Venida; porque El vendría en el Espíritu y virtud de Elías. Aunque el pueblo
hebreo estaba esperando literalmente al profeta Elías... Pero vino el profeta, Juan el
Bautista, con el Espíritu y virtud de Elías. Cuando Dios promete enviar nuevamente a
un profeta, y usa el nombre de un profeta que ya partió, cuando aparece en la escena
ese profeta prometido, es el Espíritu y virtud de ese profeta, o sea, el espíritu
ministerial repitiéndose en otro hombre.
Así que estas cosas no las cosas comprendieron en aquel tiempo, y por esa causa
ni vieron ni entendieron que allí estaba Juan el Bautista, el Elías que habría de venir.
Por eso el Señor Jesucristo cuando habló de Juan el Bautista, porque los discípulos del
Señor le preguntaron: ``¿Pero no dicen los escribas que Elías tiene que venir primero? Y
el Señor les dijo: Ya Elías vino, e hicieron de él todo lo que quisieron.''
(Lo habían decapitado, matado). Así que ellos entendieron que les estaba hablando de
Juan el Bautista.
Ahora, vean ustedes que ellos no habían comprendido que Juan el Bautista era el
Elías que estaba prometido en la Escritura. Así que el Señor Jesucristo tuvo que
vindicar a Juan, diciendo que Juan el Bautista era el Elías que habría de venir para
prepararle el camino a Él, y por esa causa Él estaba allí presente, porque ya había
venido Su precursor antes que El, y lo había bautizado, y lo había presentado delante
del público, diciéndole al pueblo: ``He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo.''
Lo presentó como el cordero que el pueblo hebreo sacrificaba en la pascua.
Presentó al Cordero de la pascua actualizado en un hombre del pueblo hebreo.
Así que todas estas cosas estaban aconteciendo en medio del pueblo hebreo. Y el
grupo eclesiástico, el liderato eclesiástico, comenzando por el Sumo Pontífice, y el
resto de los líderes religiosos de aquel tiempo, no se estaban dando cuenta de lo que
estaba aconteciendo en el programa divino. ¿Por qué? Porque todo esto estaba
aconteciendo en una nueva Dispensación. Y para poder ver, comprender, esas cosas
que estaban aconteciendo, los líderes religiosos tenían que moverse a una nueva
Dispensación; pero ellos no querían moverse, y ellos decían: ``No; nosotros creemos a
Moisés.'' (al profeta de la primera Dispensación).
``Y Jesús les dijo: Si ustedes creyeran en Moisés, ustedes creerían en mí; porque de
mí habló Moisés, cuando dijo: Profeta como yo, de en medio de vuestros hermanos, os
levantará el Señor; a El oiréis.'' Y no lo querían oír. Dice...
Le dijo Dios que El pondría Su Palabra en la boca de ese profeta.
``Y cualquiera que no escuchare lo que Él hablaba en el nombre de Dios, Dios le
pediría cuenta, lo desarraigaría del pueblo.'' Por eso el Señor Jesucristo podía decir: ``Si
ustedes no creen que Yo soy, en vuestros pecados moriréis.'' Y Jesús podía decir
también:
``Ustedes no pueden oír mi Palabra, mi voz; porque mis ovejas oyen mi voz y me
siguen; y el que es de Dios, oye la voz de Dios. Y por eso ustedes no pueden oír la voz de
Dios, no pueden escucharme, porque ustedes no son de Dios.''
Una palabra muy dura para aquellos líderes religiosos; pero era la verdad. Así que
hubo una gran lucha, una gran batalla en aquel tiempo, porque siempre es así. Y
cuando hay un cambio de Edad, hay una lucha: Los de la Edad que ha terminado
luchan en contra de la nueva edad y del nuevo mensajero.
Y cuando hay cambio de Dispensación, los de la Dispensación pasada luchan en
contra de los de la nueva Dispensación, y luchan en contra del mensajero de la nueva
Dispensación; porque no pueden creer que Dios ha enviado a ese hombre; porque ese
hombre no habla de acuerdo a esa Dispensación pasada, sino que está hablando cosas
nuevas para una nueva Dispensación, cosas que están aconteciendo, y cosas que
acontecerán, pero en una nueva Dispensación.
Así que podemos ver estas cosas y podemos ver que el mensajero de una nueva
Dispensación es el que tiene el mensaje para dar a conocer las cosas que deben
acontecer en esa nueva Dispensación. Por eso esa voz le dijo a Juan el Discípulo
amado:
``Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de estas.''
Esta voz que le habló a Juan es la voz de el Ángel del Señor Jesucristo con el mensaje
del Señor Jesucristo para todos los hijos de Dios. Juan, en la visión apocalíptica, está
representando a todos los hijos de Dios, a la Iglesia del Señor, pasando por las
diferentes Edades, por las diferentes etapas, hasta que llega al tiempo en que oye esta
voz del cielo que le dice: ``Sube acá.''
Cuando escucha esta voz del cielo en el tiempo final para la cual corresponde esta
voz, es el tiempo en que los hijos de Dios escuchan esta voz como de trompeta, que es
la gran voz de trompeta, la trompeta final, el mensaje del Evangelio del Reino,
llamando a todos los escogidos y juntándolos para prepararlos para que ocurra la
Resurrección de los santos del pasado, y la Transformación de los que están vivos en
este tiempo, como está prometido en 1 de Corintios capítulo 15, verso 51-52, que dice
(hablando el apóstol San Pablo): ``He aquí, os digo un misterio'' (Es uno de los grandes
misterios del Reino de los cielos): Todos ciertamente no dormiremos (no moriremos);
mas todos seremos transformados.''
Seremos transformados para poder vivir eternamente, porque con estos cuerpos
terrenales no podemos vivir eternamente. Solamente con estos cuerpos terrenales
podemos vivir un lapso de tiempo, y luego morir; pero tenemos la promesa que todos
seremos transformados. Así que el apóstol San Pablo, sabiendo que esto acontecería
en el tiempo final, dijo:
``En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final; porque será tocada la
trompeta, y los muertos resucitarán primero (resucitarán primero incorruptibles), y
luego nosotros los que vivimos seremos transformados.''
Seremos transformados en este tiempo final. ¿Cuándo? A la final trompeta, al final
mensaje divino de Dios, celestial, que es el mensaje del Señor Jesucristo por medio de
Su Ángel mensajero. Ahora, la Iglesia gentil tuvo siete etapas o Edades de la Iglesia
durante la segunda Dispensación. Y en cada Edad Dios envió un profeta mensajero en
el cual el Señor Jesucristo se manifestó, y le trajo la Luz de Su Palabra a cada Edad.
Y cada Edad le trajo esa misma Luz al mundo; porque la Iglesia está representada por
la Luna. Y la Luna solamente hace una cosa, porque no tiene luz propia, sino que refleja
la luz del Sol. Así que estuvo reflejando la Luz del Sol, la Luz del Señor Jesucristo,
durante siete etapas, en un lapso de tiempo de dos mil años, y eso comenzó allá en
Asia Menor.
La primera Edad de la Iglesia gentil comenzó allá en Asia Menor, representada en
la Iglesia de Efeso de Asia Menor, y su mensajero fue el apóstol San Pablo, al cual el
Señor Jesucristo cuando le apareció, le dijo: ``Yo te he puesto por Luz de los gentiles.
Así que tú me eres un varón escogido para ser Luz a los gentiles.'' Cada profeta
mensajero enviado en cada Edad, ha sido la Luz para cada Edad, porque el Señor
Jesucristo ha estado manifestándose en El. Y por cuanto el Señor Jesucristo dijo:
``Yo soy la Luz del mundo'', esa Luz del mundo, el Señor Jesucristo, se manifestó
por medio de cada mensajero en cada Edad para alumbrar cada Edad. Y cada Edad
entonces alumbrar al mundo. La segunda Dispensación se llevó a cabo en una etapa
nocturna. Así que las siete Edades de la Iglesia gentil, fueron manifestadas, vividas, en
una etapa correspondiente a la noche. Por eso la Luna estaba alumbrando en sus
diferentes etapas: en unas etapas más; en otras, menos, hasta que termina el tiempo
nocturno espiritualmente, en donde termina el tiempo de oscuridad para la Tierra,
para el mundo, en el campo espiritual.
Ahora, encontramos que luego de esas siete etapas o Edades de la Iglesia gentil,
durante la segunda Dispensación, encontramos que hubo una porción de Luz para el
planeta Tierra. Comenzó en Asia Menor. De Asia Menor fue pasando a diferentes
naciones. De Asia Menor pasó a Europa. Pasó a Francia por Iréneo. También continuó
en Francia con Martin. Luego pasó a Irlanda y a Escocia por Colombo. Luego pasó a
Alemania con Lutero. Luego pasó a Inglaterra con Wesley; y luego pasó a Norteamérica
con William Marrion Branham.
Así se llevaron a cabo las siete etapas o Edades de la Iglesia gentil, en donde le dio
Luz espiritual a este mundo, a esta humanidad. Pero luego de esas siete etapas,
encontramos que el mundo llegó a una etapa de tinieblas y oscuridad; porque
concluyeron las siete etapas de la Iglesia gentil, concluyeron las siete etapas nocturnas.
Por lo tanto, el mundo quedó en completa tinieblas espiritual.
Y en este tiempo final, así como el Evangelio de la gracia fue moviéndose de un
sitio a otro, pero comenzó allá en el Oriente... encontramos que los hijos de Dios, los
escogidos, para este tiempo final tienen la promesa gloriosa de un nuevo día, tienen la
promesa gloriosa de una etapa o Edad y Dispensación (no nocturna, sino diurna). Una
etapa, prometida en Malaquías, en donde dice: ``A los que temen mi nombre, nacerá
(no la Luna) el Sol de justicia, y en sus alas traerá Salud.''
(En sus alas ministeriales traerá Salud).
Ahora, hemos visto que el último ministerio de la Iglesia gentil, bajo la segunda
Dispensación, fue el del precursor de la Segunda Venida del Señor, conocido como el
Revdo. William Marrion Branham, con el Espíritu y virtud de Elías en su cuarta
manifestación. (Fue en Norteamérica).
Ahora, la América Latina no tuvo un mensajero en ninguna de esas siete etapas de
la Iglesia gentil; por lo tanto, la América Latina viene a ser tipo y figura de Neftalí y
Zabulón, en donde pasó el Señor Jesucristo, luego de la muerte de Juan el Bautista; y
en donde el Señor Jesucristo comenzó a predicar.
Y en el Evangelio Según San Mateo capítulo 4, verso 12 en adelante, dice:
``Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso (no había muerto todavía; estaba preso),
volvió a Galilea; y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en
la región de Zabulón y de Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías,
cuando dijo:
Tierra de Zabulón, y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles; el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en
región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.'' Y cuando ellos vieron esa gran Luz,
y la Luz les resplandeció a ellos, fue nada menos que la Primera Venida del Señor
Jesucristo en medio de ellos, predicándoles el mensaje correspondiente para aquel
tiempo en una nueva Dispensación. Y cuando Él estaba predicándoles el mensaje, la
Luz, el Señor Jesucristo estaba resplandeciendo con ese mensaje que Él estaba
predicándoles a ellos. Y ellos estaban viendo esa gran Luz, el Señor Jesucristo, la Luz
del mundo, ellos estaban viendo esa gran Luz en Su Primera Venida, en la tierra de
Neftalí y en la tierra de Zabulón.
Ahora, esto para este tiempo final se actualiza. Y en la tierra de la América Latina,
Centro y Suramérica (incluyendo el Caribe), es la tierra que no había tenido un
mensajero, durante las siete Edades de la Iglesia gentil. Y para la América Latina,
entonces queda solamente una promesa, a la cual la América Latina puede entrar y
puede alcanzar las bendiciones que hay en esa promesa.
Ningún otro lugar, nación, en donde se manifestaron las siete etapas o Edades de
la Iglesia gentil, tiene derecho a esta promesa para ser cumplida plenamente en ellos
con un mensajero de su lugar, sino que tiene derecho a esta promesa, la América
Latina, por cuanto no tuvo un mensajero, durante las siete etapas o Edades de la
Iglesia gentil.
La América Latina en el tiempo final, y no solamente en este tiempo final, sino
durante las siete etapas o Edades de la Iglesia gentil, ha vivido en tinieblas y sombra de
muerte. Y en este tiempo final, en donde la condición ha sido más aguda, encontramos
que la gran promesa de la venida del Sol de Justicia, para los que temen el nombre del
Señor, es la gran promesa que alcanza por determinación divina a la América Latina.
Es la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, que es el Sol de
justicia, y en Sus alas trae Salud, en sus alas ministeriales: en el ministerio de Moisés y
Elías, que no pertenecen a las siete etapas o Edades de la Iglesia gentil, sino que
pertenecen estos ministerios a la Dispensación del Reino, a la Edad de la Piedra
angular, no con el mensaje de la segunda Dispensación, sino con el mensaje del
Evangelio del Reino.
Y es la América Latina la que tiene el glorioso privilegio de recibir el cumplimiento
de estas promesas para este tiempo final. Es la América Latina la que tiene el privilegio
de recibir y poseer el mensaje dispensacional del Evangelio del Reino. Tiene el
privilegio de ver nacer la Tercera Dispensación, la Dispensación del Reino, así como en
la tierra de Israel, en el Oriente, que tuvo el privilegio de ver nacer la segunda
Dispensación.
Ahora, la América Latina, por cuanto tiene ese privilegio, ese privilegio le da
derecho a otros privilegios en el Reino de Dios. (Para que tengan una idea clara de lo
que esto significa, examinemos lo que hubiera acontecido dos mil años atrás, si el
pueblo hebreo con sus líderes religiosos y políticos hubiera recibido y reconocido al
Señor Jesucristo como el Mesías prometido. Luego de recibirlo, hubiera comenzado el
glorioso Reino milenial; Él se hubiera sentado en el Trono de David. Pero no fue así.
``A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.''
No le comprendieron; le rechazaron. Por lo tanto, Él dijo que el Reino de Dios sería
pasado a otro pueblo que hiciera los frutos del Reino de Dios). Así que ellos perdieron
esa bendición, ese privilegio, y pasó esa bendición a los gentiles.
Ahora, luego de esas siete etapas o Edades de la Iglesia gentil, encontramos que el
séptimo mensajero, con el Espíritu y virtud de Elías en su cuarta manifestación, dijo en
una ocasión en Norteamérica, en la tierra que le vio nacer, en la tierra en donde se
llevó a cabo la séptima etapa de la Edad séptima de la Iglesia, y en donde nació la
séptima Edad de Laodicea, y nació el profeta mensajero de esa Edad, y nació el
mensaje de esa Edad; y nacieron las personas de esa Edad también.
Ahora, él dijo en una ocasión, que: ``si la nación, si el pueblo (no solamente el
pueblo que lo seguía, sino la nación como nación, con su Presidente y los
gobernadores de cada estado, los políticos y todos los líderes religiosos —que están
incluidos ahí—), si lo recibían y recibían lo que Dios estaba llevando a cabo, podían ver
lo que estaba aconteciendo en el programa de Dios, él dijo que ``el Milenio ya hubiera
comenzado; ya estaría sobe la Tierra.'' ¿Y por qué? Porque el pueblo que como
individuo y como nación recibe el programa divino, entonces tiene derecho a las
bendiciones de ese tiempo en que ocurre eso.
Ahora, el glorioso Reino milenial todavía estaba más adelante. El pueblo no le
recibió. Los líderes religiosos no le recibieron en su mayoría. Y el Gobierno tampoco le
recibió. Por lo tanto, perdieron esa bendición, como también la perdió Alemania, la
cual no recibió a Wesley, y Francia también la perdió. Y así por el estilo la perdieron las
diferentes naciones en donde se movieron las siete etapas o Edades de la Iglesia gentil.
Y por esa causa encontramos que Inglaterra tiene una sentencia divina, de un
juicio divino, en donde Inglaterra se hundirá, va a ser hundido, va a ser destruido, va a
desaparecer como nación; y Norteamérica también tiene un juicio divino hablado. Los
Ángeles, California, será destruido, se hundirá bajo el océano, y una décima parte de la
nación va a desaparecer, y Norteamérica, bajo esos juicios divinos, va a quedar llena de
huecos y de humo y explosiones, las cuales van a acontecer.
Todo esto nos habla de explosiones de todos los tipos. Así que esto nos habla de
un tiempo de explosiones atómicas, de guerras y todas estas cosas. Pero todo eso está
para Norteamérica, Inglaterra, Francia... para todos esos lugares en donde se vivieron
las siete etapas o Edades de la Iglesia gentil.
¿Y qué cosas acontecerán para la América Latina?
...Hay uno que le dijo a Juan (y Juan representa a los hijos de Dios):
``Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.''
Ese es el que le muestra a todos los hijos de Dios las cosas que acontecerán
después de las Edades de la Iglesia gentil, las cosas que acontecerán en una nueva
Dispensación, las cosas que acontecerán en el Reino de Dios, las cosas prometidas para
el tiempo final. Él les dará a conocer estos grandes misterios, tales como la Segunda
Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles llamando y juntando a todos los escogidos
con gran voz de trompeta. Él les dará a conocer en dónde se realiza ese glorioso
evento, y él les muestra ese glorioso evento siendo cumplido. Y él les da el mensaje de
esa trompeta final.
Es el Ángel mensajero con el mensaje final del Señor Jesucristo, llamando y
juntando a todos los escogidos en una nueva Dispensación y en una nueva Edad, en la
Tercera Dispensación, que es la nueva Dispensación, y en la Edad Eterna, la Edad de la
Piedra Angular de esa nueva Dispensación, con el mensaje de gran voz de trompeta o
trompeta final, que es el Evangelio del Reino.
La primera Dispensación tuvo el mensaje de la ley; la segunda Dispensación, el
mensaje de la gracia; la tercera Dispensación, el mensaje del Evangelio del Reino, el
mensaje que nace, que se proclama en la América Latina, el cual llama a todos los hijos
de Dios a una nueva Dispensación y a una nueva Edad, con un nuevo mensaje, para
recibir todas las bendiciones de Dios, en donde se proclama el gran mensaje de la
Segunda Venida del Señor, del Hijo del Hombre como León de la tribu de Judá, como
Rey de reyes y Señor de señores, reclamando todo lo que El redimió con Su Sangre
como Cordero de Dios.
Él en este tiempo final está llamando y juntando a todos Sus hijos en una nueva
Dispensación, comenzando en la América Latina. La América Latina tiene el glorioso
privilegio de ver nacer una nueva Dispensación, la Tercera Dispensación, la
Dispensación del Reino. Y por esa causa toda nación de la América Latina, con sus
líderes políticos y religiosos, que reciban el mensaje del Evangelio del Reino y entren
a esa nueva Dispensación del Reino, tendrán el derecho, tendrán la bendición de ver
su nación entrando al glorioso Reino milenial. Es un privilegio que tiene la América
Latina. Ese es el glorioso futuro para la América Latina.
Y por esa causa el mensaje del Evangelio del Reino, que da a conocer estos
misterios del Reino de Dios, está corriendo —fluyendo— en toda la América Latina
para darle a conocer a todos los latinoamericanos la gran bendición que les ha tocado
en el programa divino. Les ha tocado la gran bendición de una nueva Dispensación: ver
nacer en su seno la Tercera Dispensación, con el mensaje del Evangelio del Reino y con
el mensajero de esa nueva Dispensación, y con los escogidos del tiempo final, que con
gran voz de trompeta están siendo llamados y están siendo juntados en una nueva
dispensación.
Es un glorioso privilegio que tiene la América Latina. Tiene ese glorioso privilegio,
el cual yo no le puedo negar a la América Latina. Y por esa causa le digo a la América
Latina, a todos los latinoamericanos, a todos los líderes religiosos y políticos y a todos
los laicos de todas las religiones o sectas religiosas de la América Latina, que tienen el
glorioso privilegio de un futuro glorioso en el Reino milenial del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, a todos los latinoamericanos les digo: ¡Aprovechen ese glorioso
privilegio que nos ha tocado en el programa divino! Porque tenemos un glorioso
futuro: un futuro que desean todas las naciones; pero que el Señor Jesucristo le ha
dado ese glorioso privilegio a la América Latina. De el resto de las naciones, también
podrán entrar al glorioso Reino milenial (algunas o muchas personas). Pero para eso
ellos van a necesitar esperar un poquito para que les llegue el mensaje que los prepara
para ese glorioso Reino milenial, el cual está siendo proclamado en la América Latina.
Así que esperamos que Dios continúe dándole esta oportunidad a la América
Latina, y que Dios les abra el entendimiento espiritual a los líderes políticos y religiosos
y a los laicos de toda la América Latina, para que puedan ver el glorioso futuro de la
América Latina, si lo aprovechan. Así que, podemos decir claramente que si la América
Latina aprovecha este glorioso privilegio y bendición que Dios le ha dado en este
tiempo final, tendremos en el Milenio muchos latinoamericanos viviendo y disfrutando
el glorioso Reino milenial del Señor Jesucristo como el Hijo de David. Este es el glorioso
futuro de la América Latina, el cual tiene frente de sí.
Esperamos que la América Latina pueda comprender lo que Dios le ha dado en
este tiempo final, que pueda entender todo lo que está aconteciendo en el programa
divino; y pueda decir como cada uno de nosotros hemos dicho, cuando hemos
escuchado el llamado divino: ``¡Presente, en esta hora final, al llamado divino!'' Hemos
dicho: ``¡Presente!''
Y aquí estamos presentes en el programa divino, disfrutando de esta nueva
Dispensación, de esta Tercera Dispensación que ha comenzado, y disfrutando del
mensaje de esa nueva Dispensación, que es el mensaje del Evangelio del Reino, el
mensaje de la gran voz de trompeta, el mensaje de la trompeta final, que nos prepara
para la Transformación de nuestros cuerpos; y a los que partieron en el pasado los
prepara para la Resurrección de ellos.
Pues ellos están escuchando en el Paraíso el mensaje del Evangelio del Reino, el
cual les fue prometido. El Señor Jesucristo dijo: ``He aquí, todos los muertos
escucharán la voz del Hijo de Dios, y se levantarán., ``Resucitarán.''
Y nosotros los que estamos vivos, estamos escuchando la voz del Hijo de Dios, la voz
del Hijo del Hombre, la voz del Señor Jesucristo, por medio de Su Ángel mensajero en
este tiempo final, en la Edad Diurna de la Piedra angular. Así que este planeta Tierra
será alumbrado con la Luz del Sol (ya no de la Luna, sino del Sol). El glorioso Reino
milenial será un glorioso día de Luz solar, de Luz espiritual. Y El estará alumbrando a
todos los que estarán viviendo en ese glorioso Reino milenial. Y dice la Escritura:
``Y nadie enseñará a su prójimo, diciéndole: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, ha dicho Jehová. Y en aquel día Jehová será Uno, y uno Su nombre.''
La Tierra será llena del conocimiento de Jehová, del conocimiento del Señor
Jesucristo. Y todos tendrán en el glorioso Reino milenial un conocimiento divino, un
conocimiento que nunca antes habían tenido. Pues en ese tiempo los escogidos
tendrán las dos conciencias juntas. Y tendrán un cuerpo eterno.
Por lo tanto, tendrán el más amplio conocimiento de Dios, para reinar durante el
Milenio y después por toda la eternidad. Y ese conocimiento será dado también a las
demás personas que vivan en el Milenio; y así el glorioso Reino milenial será un Reino
de Luz espiritual; no habrá tinieblas durante el Reino milenial; no habrá tinieblas
espirituales, sino que la Luz divina, la Luz del Sol de justicia, que estará reinando en la
Tierra de Israel en el Trono de David, estará iluminando a todos los seres humanos.
Estará iluminándolos con el conocimiento divino; y así se vivirá un tiempo de paz. No
habrá armas de guerra, porque las armas de guerra serán convertidas en herramientas
de trabajo.
Así que será un Reino de prosperidad, de paz, de amor, de armonía; lo cual todo
ser humano ha deseado. Será un Reino conforme al deseo del corazón de las personas
buenas, las personas que aman a Dios; los cuales han deseado vivir en paz y armonía
en esta Tierra, y será un Reino lleno del amor divino, manifestado en el corazón de los
seres humanos. Allí viviremos, para comenzar, mil años. La vida que vivimos aquí es
muy corta, en estos cuerpos terrenales; pero si encontramos, en las etapas dulces de la
vida, y encontramos que es tan bueno vivir aquí... ¿cómo será en el glorioso Reino
milenial?
Así que esperamos que cada uno de los que están aquí reciban esas bendiciones
que Él ha prometido para manifestar en la América Latina. Yo le doy gracias a Dios por
ser un latinoamericano. Le doy gracias a Dios por cada uno de ustedes,
latinoamericanos, porque Dios los escogió para manifestar en la América Latina, en
medio de ustedes, lo que Él había prometido para este tiempo final, y así traer estas
bendiciones divinas del cielo, del programa divino.
Así que estamos viviendo en el territorio de la bendición divina. Estamos viviendo
en el territorio, que, aunque se encuentra materialmente en muchísimos problemas
económicos y sociales y en pobreza económica, y con una deuda muy grande...
Aunque las deudas más grandes las tienen las naciones más grandes y las más
industrializadas. Así que, eso de que la América tiene la deuda más grande, no es así.
Lo que pasa es que para hacer aparecer a la América Latina como los que tienen la
deuda más grande, juntan la deuda de una nación, la de otra y la de otra nación...
las juntan todas, y después presentan una deuda grandísima. Pero cada nación, como
nación, si presenta su deuda, es pequeñita, al lado de muchas naciones
industrializadas adelantadas. Por ejemplo, tiene que ser más que la de Rusia, la de
Norteamérica y de otras naciones grandes que viven en este planeta Tierra. Porque las
naciones, mientras más grandes, más grandes son sus problemas, más grandes son sus
deudas.
Así que la América tiene muchas cosas muy buenas de parte de Dios. La América
Latina es el continente que posee más abundancia de alimentos. Por donde quiera hay
comida. Lo que está un poco escaso es el dinero para conseguirla, pero siempre
comemos. Las naciones industrializadas están muy ahogadas. Tienen que estar
trabajando desde muy temprano la gente de esas naciones, y algunas veces tienen que
trabajar hasta en dos turnos, para que les pueda dar el dinero para comer, vestir,
pagar el apartamento, las casas, los carros, el teléfono, luz, agua... porque todo es muy
caro.
Así que ¿de qué les vale ganar tanto, si van a gastar tanto, y después se ven
apretados, y después dicen que no tienen tiempo para buscar a Dios, para servir a
Dios... Y todo eso es que la bendición divina se ha ido de ellos; porque cuando ellos
tuvieron el mensajero que Dios les envió, era el tiempo de aprovechar bien esa etapa,
y quedarse con el mensajero y con el mensaje, para que la bendición divina
permaneciera con ellos.
Pero ahora no les vamos a decir qué era lo que ellos tenían que hacer. Ahora, en el
mensaje de nuestro tiempo, que es el que da a conocer las cosas que deben acontecer
pronto, las cosas que deben acontecer en esta Tercera Dispensación, las cosas que
deben acontecer en la Edad de la Piedra angular, las cosas que deben acontecer en lo
espiritual, y también en lo político, en lo literal... en todos los sentidos... en lo
económico... ahí es que les es dicho a todos los latinoamericanos no lo que tenían que
hacer, allá las naciones de cada Edad, sino lo que nosotros tenemos que hacer en este
tiempo, para que la bendición de Dios no se vaya de la América Latina, sino que
permanezca en la América Latina, y desde la América Latina se extienda por todas las
naciones hasta que llegue a la Tierra de Israel y rescate 144 mil hebreos que están
señalados en la Escritura como escogidos, predestinados por Dios, primicias de Dios.
Así que esperamos que continúe la América Latina como el Centro de Operaciones
de Dios, como fue el Centro de Operaciones del Señor Jesucristo el país en donde cada
Edad se llevó a cabo. Porque ahí estaba el mensajero. Así que ahí estaban las oficinas
generales de Dios, del Señor Jesucristo, para cada Edad. No les voy a preguntar a
ustedes dónde están las oficinas generales del Señor Jesucristo para nuestro tiempo,
porque ustedes me van a decir: ``Ya no estamos en primer grado; ya estamos en
estudios universitarios, y bien avanzados, y listos, casi para graduarnos de nuestra
profesión de hijos e hijas del Dios Altísimo con la nueva vestidura del nuevo cuerpo.
Así que ya ustedes saben que la América Latina es en este tiempo final, en la
actualidad, como continente y como nación, el Centro de Operaciones de Dios. Bueno,
esto es uno de los misterios del Reino de Dios, del Reino de los cielos, y es algo que no
se podía decir en ninguna de las Edades del pasado, porque estorbaría el programa
divino. Pero ya el programa divino en la América Latina, lleva muchos años, y hemos
estado viendo la obra que Él ha estado haciendo en la América Latina, porque la
América Latina son las oficinas del Señor Jesucristo en Su obra, correspondiente para
este tiempo final, para la Edad de la Piedra angular, y para esta Tercera Dispensación.
Después la parte del Trono se pasará allá a la Tierra de Israel. Y así, pues, desde allá se
va a trabajar para acá, y desde aquí también se va a trabajar para muchos otros
lugares. (Pero vamos a dejar eso quietecito, porque eso va a ser para el Milenio.
Vamos a hacer todo lo que sepamos a hacer, para que la Palabra, el mensaje que
revela el programa divino para nuestro tiempo, llegue a toda la América Latina, a todos
los seres humanos, para que ocupen su posición como latinoamericanos, en el
programa divino correspondiente para la América Latina. Así que este es el glorioso
futuro de la América Latina. Y el presente es un presente maravilloso. Porque en lo
espiritual está bueno; y si está bueno en lo espiritual, lo espiritual va a producir unos
adelantos y unas bendiciones muy grandes, para beneficio de la América Latina.
(Aquí tendría que parar un momentito, porque si continúo estaré hablándoles de otras
cosas que son para más adelante).
Pero vean ustedes una cosita: Los adelantos científicos que el mundo ha tenido,
ha sido a causa del programa divino que ha estado llevándose a cabo de Edad en Edad.
Y no se podía dar un paso en el campo científico, un adelanto científico, a menos que
no se diera un paso en el programa divino, un paso de una Edad a otra Edad.
Por esa causa encontramos que la mayor parte de los grandes descubrimientos
han sido de pocos años hacia acá: El avión... el mismo automóvil... también los aviones,
los cohetes y todas estas cosas son grandes descubrimientos que han sido de los
últimos siglos; porque el programa de Dios es el que ha dado lugar a estos adelantos
en la ciencia.
¿Cuáles serán los grandes adelantos en medio del pueblo, de la raza humana, que
producirá el paso maravilloso que el Señor Jesucristo ha dado en este tiempo final, el
cual ha sido, no de una Edad a otra Edad, sino de una Dispensación a otra
Dispensación? Pues, los adelantos, ¿cuántos quisieran verlos? Durante el Milenio
estaremos viendo esos adelantos así como han sido visto los adelantos que produjo la
Primera Venida del Señor, los cuales han sido visto durante dos mil años.
Gradualmente han estado en una escala progresiva apareciendo esos adelantos.
Ahora, los adelantos que produce nuestra Edad y el mensaje de nuestra Edad serán tan
maravillosos, que los seres humanos conocerán a Dios, conocerán Su nombre eterno,
vivirán llenos de ese conocimiento divino, y vivirán en paz y en armonía los unos con
los otros.
Todo esto durante el Reino milenial lo estaremos viendo como los grandes
adelantos que estará produciendo esta nueva Dispensación. Y serán adelantos
conforme al programa divino; serán adelantos no producidos del árbol de ciencia del
bien y del mal, sino del Árbol de la vida.
(Aquí nos vamos a detener porque estas cosas tienen que ver con el glorioso futuro de
la América Latina).
``EL GLORIOSO FUTURO DE LA AMÉRICA LATINA.''
Bueno, Dios les continúe bendiciendo con todas las bendiciones de la Tercera
Dispensación, todas las bendiciones de la Edad de la Piedra angular, todas las
bendiciones de el Evangelio del Reino. Pasen todos muy buenas noches. Muchas
gracias por vuestra amable atención. Y será hasta una próxima ocasión en que estaré
nuevamente con ustedes.
Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín, para continuar y concluir en
esta noche, y así cada uno regresar a su lugar, dándole gracias a Dios por el glorioso
futuro de la América Latina. Y por ser nosotros latinoamericanos, Él nos colocó aquí en
la América Latina. Es algo maravilloso tener el mismo idioma en el cual el programa
divino se está llevando a cabo y está siendo dado a conocer ese programa divino.
...Bueno, no sé cuáles de los siete mensajeros hubiera podido entender el mensaje del
Evangelio del Reino, el mensaje de la trompeta final, el mensaje de la gran voz de
trompeta al ser predicado. Pero como no le tocaba a ellos estar vivos para oírlo, sino
partir, estar en el Paraíso. Y desde el Paraíso no importa el idioma que se hable, ellos lo
entienden, porque en la teofanía se entiende todo...
Bueno, vamos a dejar eso quietecito. Cuando estemos todos en la teofanía y
estemos en ese glorioso Milenio, no habrá idioma para nosotros que no podamos
entender. Así que lo entenderemos todo. Nosotros no tendremos esos problemas que
tienen los seres humanos en la actualidad.
Quizás ustedes se preguntan: ``¿Y qué si en el Milenio tenemos que aprender el
inglés o el francés o el italiano o el irlandés, para vivir y hablar en el Milenio?'' No se
preocupe, que la América Latina tiene una bendición, y en esa bendición aún está ahí
lo que nosotros también hablaremos durante el Milenio. Si estamos nosotros allí, los
que tenemos esas promesas, pues no se preocupe. Si hablamos en español, las demás
personas nos van a entender. No se preocupe por esa parte; continúe con el idioma
que tiene. Si puede aprender otro para su trabajo, aproveche y apréndalo también;
pero en cuanto a las cosas del Reino, al glorioso Milenio, esté tranquilo en eso.
Usted tiene el privilegio de tener el idioma en el cual Dios está dando a conocer las
cosas que deben acontecer en este tiempo. Todo esto está en la gloriosa bendición en
el glorioso futuro de la América Latina. Y ya con lo que estamos viendo en el presente,
ya sabemos que el futuro va a ser algo maravilloso para todos nosotros, para todos los
latinoamericanos, que reciben en este tiempo final el mensaje de la Tercera
Dispensación.
Bueno, aquí veo a nuestro Hno. Bermúdez. Vamos a pedirle que pase por aquí
nuestro amigo y Hno. Bermúdez, para así nosotros concluir en esta noche. Yo le doy
gracias a Dios por esta bendición que nos ha dado en esta noche. Para mí ha sido una
bendición muy grande poder hablar con ustedes estas cosas, porque son las cosas que
tenían que estar aconteciendo, están aconteciendo, y las que faltan por acontecer
también son reveladas en este tiempo final, cada una en su debido tiempo, para que
no sean interrumpidas esas cosas que deben acontecer.
Así que Dios les bendiga, Dios les guarde; y pasen todos muy buenas noches.
``EL GLORIOSO FUTURO DE LA AMÉRICA LATINA.'
Dr. William Soto Santiago
20-09-90