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el hombre es un invento reciente Foucault · maravilloso * israel granada ... No puede ser que no quieras hacer sexo con nadie, ni conocer a nadie. Me tengo que obligar a recuperar

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...el hombre es un invento reciente...

Foucault

...somos alquimistas, animistas,

sobre todo electricistas....

Fangoria

*

maravilloso

*

israel granada[texto y dibujos]

– barcelona –

– 7:00 a.m.– Bib, bib, bib.– Bib, bib, bib.– Jodido despertador.

Qué aburrimiento de vida... Otro día más a tra-bajar y otro día más sin Carlos. Ya van a hacer unosocho meses que se fue y todavía sigo echando demenos su mal aliento matutino. Repítetelo en vozalta hasta que te entre en la cabeza...

– Carlos se ha ido. Carlos se ha ido...

No puede ser que no quieras hacer sexo connadie, ni conocer a nadie. Me tengo que obligar arecuperar la libido como sea. Como sigas así te vasa quedar para vestir santos... Pero me aburre el solohecho de pensar en salir de fiesta y ligar. Lo mismode siempre : Chico conoce a chico... ¿Estudias o tra-bajas? Bla, bla, bla…

– Carlos se ha ido. Carlos se ha ido.

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Ahora, ábrete de orejas, métete el dildo por elculo y piensa en alguien que no sea Carlos. Coge ellubricante y empieza primero con los dedos: pellíz-cate los pezones, tócate todo el cuerpo, cierra losojos. Piensa en alguien que te ponga.

– ¡Ah! ¡Umh!...

Ya sé, el chico rubio del gimnasio. El que vi el otrodía en las duchas desnudo. Tenía un culito de melo-cotón. ¿Culito de melocotón? ¿Y tú así te quieresanimar? La verdad es que no estoy nada inspirado.Me voy a poner una peli porno para ambientarme.Es temprano, todavía tengo tiempo.

– Hey, boy. Do you like my dick?– ¡Oh yeah!

¿Por qué se empeñarán en hacer diálogos? A míme cortan el rollo. ¿Y si le quito el sonido? ¡Ay no! Espeor. Me desconcentro más y además de pensar enCarlos, pienso en el puto logotipo que tengo queterminar cuando llegue al curro.

¿Y si contacto con alguien por el Gaydar?

– Nick: Dallyo– Contraseña: ******

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Vaya mierda. Llevo un cuarto de hora mirandoperfiles y no hay ni uno que me llame la atención.¿Y si miro por la ventana a ver si pasa alguien porla calle que me ponga? Esto es absurdo, me sientoridículo. No hay manera de entrar en calor. Lamano la tengo ya que me duele de darle al manu-brio. Y encima, voy a llegar tarde a trabajar. Voy aponerme música.

– Play: …

No sé qué poner. Olvídate de la música. A ver,piensa en alguien que conozcas y te guste.¿Alguien te tiene que gustar, no?

– Damián...

...Tiene novio. ¿Y qué más te da? Si es para ter-minar esta paja. Bueno, si de camino pudiera que-dar con él, mejor que mejor. Vale, piensa en otroque esté libre.

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– Raúl...

...Éste está como un queso pero es más putaque las gallinas.

– Federico...

...Me encanta pero es hetero, así que olvídate.

– Sergi...

...Podría ser su padre. Demasiada diferencia deedad.

– Pedro...

...Este no me gusta mucho pero un revolcón mepegaba con él.

¿Pero qué estás buscando? AMOR, PLACER, CAM-BIO, AMISTAD, JUEGO, COMPLICIDAD, VIDA, SEXO, ENTREGA, SUE-ÑOS, REALIDAD, COMPARTIR, Y TODO AQUELLO QUE HAGA

VOLAR... ¡Coño! ¿Cómo no había caído antes?:¡Germán!

– ¡Ah! ¡Ah! ¡Que me corrooooooooooooooooo!

Yo le gustaba a Germán. Cuando nos conoci-mos, yo estaba con Carlos y él también teníanovio. Pero ahora no está con nadie que yo sepa.Se acabó el muermo que llevas encima Tomás.Ahora mismo vas a llamarlo y a quedar con él. ¡Uy,me voy volando, ahora sí que llego tarde a traba-jar! Luego lo llamo.

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– ¿Diga?– Germán, soy Tomás, no sé si te acuerdas de mí.– ¿¡Tomás!? ¡Qué sorpresa! Claro que me acuerdo,lo que pasa es que no te tenía en la agenda delmóvil.– Yo, esto, es que nada..., era por si te apetecíaquedar para tomar algo.– Pues sí, bueno..., me dejas un poco a cuadros. Nome esperaba para nada tu llamada.– Ya..., hace mucho que no nos vemos.– Sí, mucho.– ¿Sabes que lo dejé con Carlos?– Sí, me enteré hace tiempo. ¡Vaya tela! ¿Llevábaisjuntos muchos años, no?– Nueve.– Me imagino cómo debes estar. Yo sólo he estadoun año con mi ex y no levanto cabeza.– Sí, bueno, ahí voy. Me he volcado en el trabajo.De hecho ni salgo, ni nada.– ¿Sigues en la empresa de diseño?– Sí, ahí sigo. ¿Y tú, sigues dando clases?

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– No, ahora estoy preparando un proyecto conunas amigas. La verdad es que me pillas en unmomento de mi vida un tanto especial.– Si no puedes quedar, no pasa nada. Lo entiendo.– No, no es eso... No estoy con nadie... Es porquedejo Barcelona dentro de poco.– ¿Y eso?– Es por este proyecto en el que estoy metido, yate lo contaré cuando nos veamos.– Ya..., ahora me dejas tú a cuadros.– Mira, vamos a pegarnos una fiesta los dos en micasa. Ya pongo yo el material. ¿Qué te parece?– Me parece molt bé.– Supongo que libras el finde.– Efectivamente.– Te llamo el viernes, concretamos y te digo dóndevivo. ¿Ok?– Ok.– Me alegro de que hayas llamado.– Y yo de llamarte.– Un beso, ciao.– Un beso, guapo. Ciao.

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– Hazte unas rayas.– Estoy demasiado colocado.– ¿Quieres que las haga yo?– Va a ser mejor.

Qué bien que me siento. Hacía mucho que nome drogaba; en concreto desde que se fue Carlos.Estoy tan a gusto... Mi cuerpo está preparado pararecibir placer y sentirlo con intensidad. Las drogasme gustan para bailar, para estar con amigos ypara amar. Recibir placer y darlo. Desde que mechupen los dedos de los pies hasta sentir un puñoen mi interior. El problema es que no puedo hacer-lo con cualquiera. Tengo que jugar con la personaque amo. Con desconocidos llega un momentoque me aburre, no le encuentro la gracia.

– Me podría estar horas así.– Yo también.– Me gustas mucho.– Tú también.

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Esto promete. Además de ponerme como unamoto, tenemos una conexión bestial. Ya se veíavenir, por eso no quería acordarme de él. Si tuvieraque definirme de alguna manera diría que abogopor una exclusividad elegida. No soy promiscuo, yno es por represión sino por decisión. Se puedeobtener placer de muchas personas pero tambiénde una sola. Aquí no sé cómo me condiciona laeducación que he recibido: la exclusividad. Loúnico que sé, es que siento más placer en la exclu-sividad que en la diversidad.

– Para mí lo más importante es la amistad.– Para mí es lo básico.– Me das mucho placer.– Y tú a mí.– ¿Bombita o raya?– Raya.

En realidad no abogo por nada. Ya estoy des-variando... En todo caso, si tengo que defenderalgo es que cada uno haga lo que sienta, mientrasque sea con el consentimiento de la otra persona.¿Y quién decide lo que es normal? Hasta hacenada la homosexualidad estaba consideradacomo enfermedad mental, si mal no recuerdo. ¿Yhasta qué punto la libertad elegida no es una liber-tad impuesta? ¡Ay, no sé! Me estoy liando y ahorano tengo cabeza para estos embrollos. Lo únicoque sé, es que este chico me chupa el culo que dagloria y que no quiero que pare.

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– ¿Está casado?– No.– ¿Tiene novia?– No.– Supongo que hijos no tiene.– No.– ¿Casa de propiedad?– No.– ¿Empresario?– No.– ¿Género definido?– No.– ¿Vota en las elecciones?– No.– ¿Hace la declaración de la renta?– No.– ¿Le gusta el fútbol?– No.– ¿Le gustan las discotecas gays?– No.– ¿Va los domingos a misa?– No.– ¿Practica la postura del misionero?

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– No.– ¿Ansía el sueño americano?– No.– Lo siento, pero no ha superado la prueba.– No sabe la pena que me da...– Siguiente.

La burocracia es algo que me saca de mi reali-dad y me muestra la otra, la que me rodea. Mehace sentir un marciano. Pero, a veces, no tequeda más remedio que hacer papeleos. Siempreintento hacer los menos posibles. Te llevan de unaventanilla a otra, te desnudan a su manera y tedan una buena ostia para que no te olvides queestás en el planeta Tierra. Encima tengo una resa-ca descomunal. Germán me gusta mucho, yatengo ganas de volverlo a ver. Esta noche le habla-ré a Carlos de él. Se alegrará.

– Buenas, quería gelocatil.– ¿Algo más?– No, sólo eso.– Son dos euros.

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– ¿Por qué me miras el cuello?– No te estaba mirando nada.– ¿Qué quieres? ¿Saber si soy una mujer?– No, yo no…– Pues deja de mirar.

La eterna canción de mi vida. No puede uno nitomarse un café. Quizás me he pasado, no tengoque ser tan susceptible, lo mismo me estabamirando porque le molaba. Estoy harto de que medigan que nunca hubieran imaginado que soy untransexual masculino. Y yo me tengo que sentirorgulloso porque doy el pego. Estoy cansado dedar explicaciones por todo, aunque no me voy aquejar porque hago la vida que quiero. Podría serpeor...

– Bip, bip, bip. (Mensaje de Germán)– No hay más belleza que la de los ojos, no hay máscerteza que la de la duda, no hay más amor quela amistad desnuda.

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¡Ay! Este niño es una maravilla. Líate la manta ala cabeza y pa'lante. ¿Y Carlos? Carlos no estáaquí, olvídate. La vida sigue y siento que lo queestá naciendo es muy especial. He sufrido muchoen esta vida pero también he tenido mucha suer-te. Ya sólo falta hacerme la operación para que secierre un ciclo. Estoy muy nervioso, no sé quéhacer, si llamarlo o mandarle un mensaje. Creoque voy a llamarlo para ver cuándo puede que-dar. ¿Y si se agobia? ¿No será demasiado prontopara quedar?

– Tienes una piel muy suave.– Tú la haces suave.– Me alegro de haberte llamado.– Y yo.– ¿Quién nos iba a decir?– Nada es casualidad.– Te he estado esperando.– Lo sé. Pero estaba Carlos.– ¿Y ya no está?– ¿Lo ves por alguna parte? (Beso profundo)

Como dice el refrán: un clavo tapa otro clavo.Y yo tengo un agujero muy hondo que tapar...

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– Pero si acabas de conocerle.– No acabo de conocerle, ya lo conocía de antes.– ¿Pero cómo vas a dejar tu piso y tu trabajo?– Mamá, no me agobies y déjame explicártelo.– Con lo que te ha costado encontrar trabajo dediseñador.– ¡Mamá!– Vale, me callo.– Germán y dos chicas más llevan varios añosorganizando este proyecto. La historia sería vivir endos caravanas y movernos por toda España parahacer talleres a niños y niñas sobre género, conactividades y juegos. Presentaríamos el proyecto acolegios y ayuntamientos.– ¡Qué iluso que eres, hijo mío! Que estamos enEspaña.– ¿Y qué? España se está modernizando. Ya tie-nen…, tenemos unos cuantos colegios y ayunta-mientos repartidos por todo el país. Y esto sin haberempezado.

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– Hijo mío, tú sabes que nosotros siempre te hemosapoyado con lo tuyo. Pero esto me parece unalocura. ¿Por qué no te sacas las oposiciones?– ¡Ay! Mamá, no vas a entender que a mí ese tipode vida me haría un desgraciado.– ¿Y si te va mal con él?– ¿Y si cae una bomba atómica y nos vamos todosal carajo? Mamá, estoy muy ilusionado con esteproyecto. Y ya lo tengo muy decidido.– Tomás, hijo mío, no sé para qué te digo nada, sisiempre has hecho lo que has querido.– Más bien lo que he podido y ahora puedo haceresto. Estoy harto de malgastar mi vida sin haceralgo que sienta que merece la pena.– ¿Qué os pensáis, que vais a cambiar el mundo?– No te me pongas cínica, que no te pega nada.– ¿Y cómo os vais a llamar? ¿La Barraca?– Tampoco te pega nada hacerte la graciosa. – Bueno, tú sabrás lo que haces.– Y si no lo sé para eso estoy, para aprender.– ¿Me llamarás el domingo otra vez?– Sí, te llamaré el domingo.– Cuídate y hasta el domingo.– Un beso.

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2– A ver, chicas, otro punto bastante importante esel de las madres.1– Sí, yo también lo creo.2– Tenemos que tener en cuenta todo el tiempoque vamos a deseducar a sus hijas. No nos tienenque ver como enemigas sino como colaboradoras.4– Pero yo creo que nosotras no debemos en nin-gún momento dar nuestro brazo a torcer.1– Por supuesto que no, por eso creo que es bási-co que desde el principio entablemos una buenarelación con ellas.3– Lo suyo sería que no piensen que están equivo-cadas, sino que no están informadas.4– Ya, pero esa línea divisoria la veo bastante sutil.3– Lo es. Pero no nos queda otra.2– En lo que estamos de acuerdo todas es que estees un asunto más de nuestro proyecto, del mismonivel de importancia que el trabajo con las niñas.3– Sí.1– Sí.4– Sí, es más, yo también incluiría al profesorado.

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3– Estoy de acuerdo, lo que está claro es que nopodemos trabajar con las niñas como si fueranentes aislados.2– Lo que podríamos hacer es enlazar este temacon las actividades que van sobre la cotidianidady hacer partícipes a las madres y al profesorado deuna manera activa…1– Ya, pero...3– Perdona, no le cortes la palabra. Hay que respe-tar los turnos.1– Lo siento, continúa.2– Decía que si participan ellas de una maneraactiva, puede ser que no se sientan tan atacadas.Nosotras nos vamos cuando termine el taller y lasniñas se quedan con ellas.1– Ya, pero esto es doble trabajo, deseducar a unaadulta no es tan fácil como a una niña.4– No, pero yo no lo he entendido así. Creo que loque ha querido decir es que participen en la acti-vidad y que no se queden como meras especta-doras. ¿Me equivoco?3– No, exacto. Además, sólo sería en las activida-des de la cotidianidad por ser ellas actrices del díaa día de las niñas.2– A mí me parece una buena idea, ¿qué os pare-ce si hacemos otra asamblea para trabajar esto?1/3/4– Sí.2– El siguiente punto del orden del día es...

(No es que no existan padres, ni niños, ni actores, nihombres. Sí que existen, pero están dentro de lasmadres, de las niñas, de las actrices, de las mujeres.)

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– Señor, ¿quiere postre o café?– No, gracias. Tráigame la cuenta.– Ahora se la traigo.– ¿Los lavabos?– El de caballeros lo tiene al fondo.– ¿Quién le dice a usted que yo soy un caballero?– ¿Cómo?– Lo que ha oído. – ¿Qué? ¿Está de broma?– Pues no, no estoy de broma.– Mire, tengo mucho trabajo para estar con juegos.– Y yo llevo toda mi vida escuchando tonterías.– Oiga, si está furioso con el mundo, no lo pagueconmigo.– Lo pago con quien me da la gana.– Váyase a la mierda.– Ahí voy, pero al de señoras.– No, al de señoras no puede ir.– Voy a ir porque me da la gana.– Llamo a la policía.– Como si quieres llamar al Papa de Roma.

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...

– Germán, que estoy en comisaría.– ¿En comisaría? ¿Qué te ha pasado?– Me he pegado con un camarero por quererentrar en el lavabo de señoras.– ¿Qué me estás contando?– No sé qué decir. Me alteré y se me fue.– No sé, me dejas patinando. Voy para allá yhablamos.

¿Qué he hecho? La he cagado total. Ahora novan a confiar en mí, justo cuando falta una sema-na para irnos. (Llanto) ¿Por qué he hecho esto?¿Cómo voy a trabajar con niños? ¿Qué les voy aenseñar, a pegarse contra todo lo que no lesguste? Me quiero morir, me siento como… (Llanto)¿No sé qué hacer? Tú te has buscado esto y vas atener que apechugar. Pero yo quiero irme con ellosy ahora no van a querer. ¿Por qué no te permitespor una puñetera vez en tu vida ser feliz? ¿Cuándovas a empezar a quererte? Pero es que es tan boni-to todo que no puede ser verdad. Por eso vas y loestropeas. Me quiero morir. (Llanto)

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– ¿Tú eres tonto?– Pues sí.– Primero vamos a intentarlo de una manera peda-gógica y si no funciona, montamos un grupo terro-rista de género.– (Risas) Mira, has conseguido que me ría.– Ahora vamos a preparar la fiesta de despedida ydéjate de comerte la cabeza.– Ya, pero yo ahora me he quedado fatal con estamovida.– Lo que tendrías que hacer es algún tipo de tera-pia. Aprovecha que tenemos una psicóloga en elgrupo, Marisa está especializada en kinesiología.– ¿Qué es eso?– Es una terapia basada en movimientos musculares.– Lo que está claro es que tengo que hacer algo.– Pero no sólo tú. Todo el mundo.– Eres un sol conmigo.– No digas tonterías. Con todo lo que has pasadoen tu vida, demasiado bien estás.– No quiero ir de víctima. Lo que he hecho no esexcusable.

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– Y dale, no le des más vueltas. Ahora a ultimar lascosas que nos faltan, que no son pocas, y a pasar-lo bien en la fiesta con las amigas.– Estoy muy emocionado con todo.– Lo sé. Yo también.– Te pido que confíes en mí. Voy a poner todo demi parte.– Mira, Tomás, que yo no soy la Inquisición.– Vale, vale, perdona…

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– ¿Qué es eso de teorías queer?– ¿Es que todo te lo tienes que llevar a la homo-sexualidad?– Eres un poco obsesivo con el tema.– A mí me parece igual de cerrado el rollo queerque el heterosexista o el gay.– Sois un poco pesaditos con el tema.– Habláis de etiquetas y sois los primeros que osponéis.– Hay otras cosas en el mundo aparte del sexo. ¿Yel racismo?– Yo no necesito ir con la bandera.– Me siento atacado, porque con esto, lo que meestás diciendo es que lo que yo soy, no es válido.– Pues yo he hecho toda mi vida lo que he queridoy no he tenido nunca ningún problema.– Pues si ahora estáis mejor, qué queréis.– Lo que sois todos es una panda de amargados.– Al final estáis también discriminando.

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Somos una minoría que estamos hartas de que nose nos comprenda y, sobre todo, de que la mayo-ría no nos deje vivir como somos. Es normal queseamos obsesivas: no es que no nos guste el siste-ma gay o heterosexista, sino que lo aborrecemos ydetestamos. No nos queda más remedio que tra-gárnoslo. Y si además, se te ocurre levantar la voz,tienes que escuchar según qué sandeces. Y ese sis-tema está tan integrado, que personas que noestán de acuerdo con él lo apoyan.

Hemos salido con las caravanas y con resaca.Nos queda mucha carretera y trabajo que hacer,pero hay también mucha energía y rabia. Los niñosy niñas son los primeros maltratados y maltratadas,además de los más indefensos de esta sociedad.Cuando pienso en aquel niño que era yo, perdidoy asustado, que no entendía nada, más siento enlo acertado que es este proyecto. Por fin sientoque mis estudios de Bellas Artes han servido paraalgo que no sea hacer logotipos para empresariospijos. ¿Quién me iba a decir a mí hace nada queiba estar en algo así metido? Cambiar a caminosque jamás hubieras soñado, esto es lo MARAVILLOSO…

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EPÍLOGO

(Seis años después)

El extraño viaje…

¿Por qué ha sido extraño, este viaje? En princi-pio, el objetivo de este proyecto era deseducar aniños y niñas en el tema del género pero la cosa haido a más. El amor de mis compañeras y deGermán me ha arrancado la máscara que llevabapuesta. Les estaba mintiendo. Ahora, me sientoliberado pero ellos se sienten engañados. Yo tam-bién me pregunto al igual que ellos por qué lo hehecho. Ellos me han dado todo, amor, verdad,entrega, pasión y confianza. Yo les he fallado en laverdad y la confianza, por lo tanto el amor, laentrega y la pasión quedan empañados.

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Voy a omitir aquí qué tipo de mentiras y enga-ños he cometido, porque creo que esto sería solomorbo para el lector, de todas maneras lo que hehecho no es nada original, más bien son cosas muycomunes. Parece que con esto me estoy intentan-do justificar pero no es así. Lo de menos son losactos en sí, lo importante es que he causadomucho daño a la gente que amo. Hubiera podidoseguir toda mi vida con la máscara puesta, y esmás, la máscara se podía ir haciendo más y másfuerte. Pero este extraño viaje me ha dejado lacara al descubierto.

¿Cómo podía seguir viajando con ellos de estamanera? Me han dado una lección que no tieneprecio; ni el mayor especialista en psicologíahubiera conseguido lo que han conseguido ellos y,además, partiendo del amor. Nunca me perdona-ré el dolor que les he producido pero lucharécomo pueda. Ahora lo estoy haciendo, para vivircon ello. También, tengo que decir que yo queríaque ellos me quitaran la careta, si no, de otramanera esto no hubiera podido ocurrir. Otra vezparece que me estoy justificando...

Afrontar esta situación va a ser duro, pero másduro era vivir mintiendo a las personas que quierescon el alma. He abusado de ellos y es algo que nose merecen. El proyecto con las niñas ha sido unéxito, no hemos cambiado el mundo pero hemosaportado nuestro granito de arena. Este proyectonos ha unido de una manera muy especial, por

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encima del trabajo realizado sobresale la amistadpura y limpia. No era justo que algo tan bonito loestuviera ensuciando yo, sin ellos saberlo.

Asumo mi equivocación, no quiero perderlospero esto es algo que tendremos que trabajarnosjuntos, sobre todo yo que he sido el que ha errado.Aquí estoy, ahí están, en este extraño viaje que esla vida. Hice daño, me harán daño, al mismo tiem-po que amo y me aman. Santos y demonios coha-bitando en un mismo cuerpo. Me siento mal y biena la vez; mal por lo que he hecho y bien porquehaya salido todo a la luz.

Autoengaño laberíntico encadenado a untemporal inalterable de miedos y muerte segura.Vacío de rabia por ser humano y por tanto (…).Esta es mi vida, esta es tu vida, este es nuestro viaje,apretaros el cinturón que vienen curvas. Mi pala-bra ahora no cuenta…

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*

sexo, podery política de la identidad

*

michel foucault[Entrevista]

En sus obras, da a entender que la emancipa-ción sexual no es tanto la revelación de las ver-dades profundas sobre uno mismo o su deseosino un elemento en el proceso de delineacióny construcción del deseo. ¿Qué consecuenciasprácticas se derivan de esta precisión?

Lo que quería decir es que, a mi juicio, el movi-miento homosexual tiene más falta de un arte devivir que de una ciencia o un conocimiento cientí-fico (o pseudocientífico) de lo que es la sexuali-dad. La sexualidad forma parte de nuestro com-portamiento, es un elemento más de nuestra liber-tad. La sexualidad es obra nuestra –es una crea-ción personal y no la revelación de aspectos secre-tos de nuestro deseo–. A partir y por medio denuestros deseos, podemos establecer nuevasmodalidades de relaciones, nuevas modalidadesamorosas y nuevas formas de creación. El sexo noes una fatalidad, no; es una posibilidad de vidacreativa.

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O sea, idéntica conclusión a la que llega cuan-do dice que deberíamos tratar de convertirnosen homosexuales y no limitarnos a reafirmarnuestra identidad homosexual.

Justamente. Hay que renunciar al descubri-miento de la propia homosexualidad.

¿Así como su posible sentido?

Exactamente. Debemos, más bien, crear unaforma de vida homosexual. Un convertirnos enhomosexuales.

¿Y se trata de un proceso abierto?

Desde luego. Si examinamos los distintos modosa través de los cuales los individuos han experimen-tado su libertad sexual –el modo en que han deli-neado su estilo vital–, vemos que la sexualidad, talcomo la entendemos en la actualidad, se ha con-vertido en una de las fuentes más productivas denuestra sociedad y de nuestro ser. Personalmente,considero que hay que entender la sexualidad deotro modo: se suele pensar que la sexualidad cons-tituye el secreto de toda vida cultural creativa;pero es más bien un proceso que se inscribe ennuestra presente necesidad de crear, a lo largo denuestras opciones sexuales, una nueva culturavital.

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Una de las consecuencias prácticas de esteintento de revelación ha sido que el movimien-to homosexual no ha superado la etapa de lareivindicación de los derechos políticos o de laslibertades públicas relativas a la sexualidad, esdecir, la emancipación sexual se ha limitado auna mera demanda de tolerancia sexual.

Ciertamente, pero se trata de un aspecto queno podemos dejar de lado. De entrada es esencialque cualquier individuo cuente con la posibilidad yel derecho de elegir su sexualidad. Los derechosindividuales relativos a la sexualidad tienen unagran importancia y más cuando en muchos luga-res todavía son ignorados. En este momento, nopodemos considerarlo como una cuestión resuel-ta. Desde principios de los años sesenta se ha pro-ducido indiscutiblemente un efectivo proceso deliberación, positivo tanto en el plano prácticocomo en el de las mentalidades, aunque la cues-tión no está completamente estabilizada.Debemos ir más allá y uno de los factores de esta-bilización pasa por la creación de nuevas formasde vida, relaciones, tratos amistosos en la socie-dad, en el arte y en la cultura, de nuevas formasque se establecerán a partir de nuestras opcionessexuales, éticas y políticas. No se trata sólo dedefendernos, sino también de afirmarnos y no úni-camente en lo concerniente a la identidad sino enlo que hace referencia a la capacidad creativa.

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Muchas de las cosas que dice recuerdan losintentos del movimiento feminista por definiruna cultura y un lenguaje propios.

Sí, aunque no estoy seguro de que debamoscrear una cultura "propia". Debemos crear una cul-tura, debemos llevar a efecto creaciones cultura-les, pero ahí nos topamos con la cuestión de laidentidad. Desconozco cómo debemos afrontar larealización de estas creaciones e igualmente lasformas que adoptarán. Por poner un ejemplo, nome parece que la mejor forma de creación litera-ria que puede esperarse de los homosexuales seala narrativa homosexual.

De hecho, jamás se nos hubiera ocurrido decir-lo. Sería partir de un esencialismo que debemosjustamente eludir.

Ciertamente. ¿Qué se entiende por "pinturahomosexual"? No obstante, no me cabe ningunaduda de que a partir de nuestras opciones sexua-les y éticas podemos crear algo que en ciertomodo tenga relación con la homosexualidad, queno debe ser la mera traducción de la homosexua-lidad en la esfera de la música, la pintura, etc.,principalmente porque no creo que sea factible.

¿Qué opinión le merece la extraordinaria proli-feración, en estos diez o quince últimos años, delas prácticas homosexuales masculinas, la sen-sualización de ciertas partes del cuerpo, hasta

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ahora ocultas o la aparición de nuevos deseos?Estoy pensando, por supuesto, en los aspectosmás llamativos de lo que conocemos como cir-cuito del cine porno, las salas sadomasoquistaso el fist–fucking. ¿Se trata de una simple trans-posición, en otro ámbito, de la proliferacióngeneral de los discursos sexuales desde el sigloXIX o más bien de un proceso distinto propio deeste concreto contexto histórico?

Verdaderamente, de lo que nos interesa hablarmás es de las innovaciones que llevan consigoestas prácticas. Consideremos, por ejemplo. la“subcultura sadomasoquista”, por usar una expre-sión de Gayle Rubin1. No creo en absoluto que esamultiplicación de prácticas sexuales guarde ningu-na relación con la actualización o la revelación detendencias sadomasoquistas escondidas en lo pro-fundo de nuestro inconsciente. El sadomasoquismoes mucho más; es la creación efectiva de nuevase imprevistas posibilidades de placer. La creenciade que el sadomasoquismo guarda relación conuna violencia latente, que su práctica es un mediopara liberar esa violencia, para dar rienda suelta ala agresividad, es una idea estúpida. Es bien sabi-do que no hay ninguna agresividad en las prácti-cas de los amantes sadomasoquistas; inventan

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1 Rubin (G.), "The Leather Menace: Comments on Politics andS/M.", in Samois (ed.), Coming to Power. Writings andGraphics on Lesbian S/M., Berkeley, 1981, p. 195 (Nota de larevista “The Advocate”).

nuevas posibilidades de placer haciendo uso deciertas partes inusitadas del cuerpo, erotizándolo.Se trata de una suerte de creación, de proyectocreativo, una de cuyas notas destacadas es lo queme permito denominar desexualización del placer.La creencia de que el placer físico procede simpredel placer sexual y de que el placer sexual es labase de cualquier posible placer es, creo, total-mente falsa. Lo que nos enseñan las prácticassadomasoquistas, es que podemos producir placera partir de objetos muy extraños, haciendo uso departes inusitadas de nuestro cuerpo, en circunstan-cias nada habituales, etc.

La identificación entre placer y sexo está puessuperada.

Así es. La posibilidad de hacer uso de nuestrocuerpo como posible fuente de una multitud deplaceres, reviste una enorme importancia. Si nosatenemos, por ejemplo, a la construcción tradicio-nal del placer, comprobamos que los placeres físi-cos, o carnales, son la bebida, la alimentación y elsexo. Y es ahí, a mi juicio, que nuestra inteligenciadel cuerpo y de los placeres se encuentra limitada.Es desesperante, por ejemplo, que no considere-mos el problema de las drogas más que desde elpunto de vista de la libertad o de la prohibición.Las drogas deben convertirse en un elemento cul-tural.

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¿Como fuente de placer?

Por supuesto, como fuente de placer. Debemosconocer las drogas, probar las drogas; producirbuenas drogas, que induzcan placeres intensos. Elpuritanismo que reina en relación con las drogas–un puritanismo que obliga a estar a favor o en con-tra– es un craso error. Las drogas son parte integran-te de nuestra cultura: igual que existe buena y malamúsica, hay buenas y malas drogas. E igual quesería estúpido decir que estamos contra la música,es estúpido decir que estamos contra las drogas.

No se trata sino de sondear el placer y todas susposibilidades.

Exacto. El placer debe también formar parte denuestra cultura. No está de más señalar que desdehace siglos, la mayoría de las personas –incluidostambién médicos, psiquiatras y hasta los movimien-tos de liberación– vienen hablando del deseo,nunca de placer. "Debemos liberar nuestro deseo",afirman. ¡No! Debemos crear placeres nuevos:acaso surja entonces el deseo.

¿Qué significado puede tener que algunasidentidades se constituyan con base en las nue-vas prácticas sexuales como el sadomasoquis-mo? Esas identidades estimulan la exploraciónde nuevas prácticas; preservan el derechopleno del individuo a cultivar su identidad.¿Pero no limitan también sus posibilidades?

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Veamos. Si la identidad sólo consiste en unjuego, en un procedimiento para fomentar relacio-nes sociales y de placer sexual que determinennuevos vínculos amistosos, entonces es útil. Ahorabien, si la identidad se convierte en el problemacapital de la vida sexual, si la gente cree que hade descubrir su propia identidad y que esta identi-dad ha de erigirse en norma, principio y pauta deexistencia; si la pregunta que se formulan siemprees: "¿Actúo de acuerdo con mi identidad?", enton-ces retrocederán a una especie de ética semejan-te a la de la virilidad heterosexual tradicional. Sihemos de pronunciarnos respecto a la cuestión dela identidad, hemos de partir de nuestra condiciónde seres únicos. Las relaciones que debemos tra-bar con nosotros mismos no son de identidad, sinomás bien de diferenciación, creación e innova-ción. Es un fastidio ser siempre el mismo. No debe-mos descartar la identidad si a través de ella obte-nemos placer, pero nunca debemos exigir esaidentidad en norma ética universal.

Pero hasta ahora la identidad sexual ha sidosumamente útil en el plano político.

Sí, ha sido muy útil, pero es una identidad quenos limita y pienso que tenemos (que podemostener) el derecho de ser libres.

Queremos que algunas de nuestras prácticassexuales sean prácticas de resistencia, en elsentido político o social. ¿Cómo es posible esto,

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cuando el fomento del placer puede dar pie aejercer un dominio? ¿Cómo estar seguros deque no se producirá una explotación de esosnuevos placeres –y pienso en el modo en cómola publicidad hace uso del fomento del placercomo instrumento de dominio social?

No podemos tener la seguridad de que nohabrá explotación. En realidad, seguro que habráalgún tipo de explotación; las innovaciones, losavances y los progresos que se vayan alcanzando,en un momento u otro, serán utilizados en la direc-ción de la explotación. Es consustancial a la vida,a la lucha y a la historia humana: lo que no supo-ne, a mi juicio, objeción seria a esos movimientos.Pero tiene toda la razón del mundo al señalar quedebemos actuar con prudencia y plena concien-cia del hecho de que hemos de seguir adelante,plantearnos otras necesidades. El guetto sadoma-soquista de San Francisco es un ejemplo acertadode una comunidad que desarrolla la experienciadel placer. Esta segregación, esta identificación,este proceso de marginación, etc. desencadenantambién efectos de retorno. No me atrevería aemplear el término dialéctica pero no debe andarmuy lejos.

Usted sostiene que el poder no es sólo una fuer-za negativa sino también una fuerza producti-va: que el poder siempre está presente, quedonde hay poder hay resistencia, que la resis-tencia no se encuentra extramuros del poder.

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¿Visto así, cómo no llegar a la conclusión deque estamos atrapados en esa relación, de queno tenemos escapatoria posible?

En realidad, no creo que la palabra atrapadossea la apropiada. Se trata de una lucha, pero mipropósito al hablar de relaciones de poder es decirque estamos, unos y otros, en una situación estra-tégica. Por nuestra condición de homosexuales,por ejemplo, estamos enfrentados con el gobiernoy el gobierno con nosotros. En este caso, la lucha,desde luego, no es simétrica; la situación de poderno es la misma, pero participamos, él y nosotros, enesa lucha. Uno de los dos gana al otro, y, si esto seprolonga, puede determinar un modelo de con-ducta, influenciar la conducta, o no-conducta, delotro. Por lo cual no estamos atrapados. Ahora bien,siempre estamos inmersos en situaciones de esaíndole; lo que significa que tenemos siempre laposibilidad de cambiar la situación, que se nosofrece siempre tal posibilidad. No podemos man-tenernos fuera de la situación, y en ningún sitiopodemos estar libres de toda relación de poder.Pero podemos siempre transformar la situación. Noha sido mi intención decir que siempre estamosatrapados, sino, por el contrario, que siempresomos libres. En una palabra, que siempre hay laposibilidad de transformar las cosas.

¿La resistencia procederá de ese tipo de dinámica?

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Sí. Si no hubiese resistencia, no habría relacionesde poder, porque entonces todo se limitaría a unamera cuestión de obediencia. Desde que el indivi-duo no puede actuar libremente, se ve forzado autilizar las relaciones de poder. La resistencia surgeen primer lugar; sus efectos fuerzan cambios en lasrelaciones de poder. A mi juicio, el término "resis-tencia" supera a los demás, es la piedra angular deeste proceso. Sí, así veo las cosas. Limitarse a decirno, es una manera mínima de resistencia. No obs-tante, en ciertos estadios, es de suma importancia.Hay que negarse y hacer de esa negativa unaforma de resistencia determinante.

Asunto que suscita la cuestión de determinar dequé modo y hasta qué punto un individuo –ouna individualidad– sujeto a dominio puedearticular un discurso propio. En el análisis tradi-cional del poder, el elemento omnipresente apartir del cual se realiza el análisis es el discursodominante: el resto, las reacciones al mismo, ensu seno, anteriores, no son sino elementossecundarios. Sin embargo, si por "resistencia" enel interior de las relaciones de poder entende-mos algo más que una mera negación, ¿seríalícito afirmar que algunas prácticas –el sadoma-soquismo lésbico, sin ir más lejos– no son másque el modo en que unos sujetos sometidos arti-culan un lenguaje propio?

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La resistencia es un elemento de la relaciónestratégica en que consiste el poder. La resistenciaen efecto parte de la situación con la que seenfrenta. En el movimiento homosexual, la nociónmédica de la homosexualidad ha constituido uninstrumento de enorme importancia para comba-tir la opresión de que era objeto la homosexuali-dad a finales del siglo XIX y principios del XX. Talproceso de medicalización, que era un medio deopresión, fue también un elemento de resistenciaporque podían argumentar: "Si no somos más queenfermos, ¿a qué vuestro desprecio y vuestras con-denas?", etc. Desde luego, ese discurso se nosantoja hoy sumamente ingenuo, pero en esemomento tuvo una enorme importancia.

En cuanto a las lesbianas, el hecho de que lasmujeres, según creo, hayan permanecido durantesiglos aisladas socialmente, truncadas vitalmente,marginadas de múltiples formas, les ha proporcio-nado una posibilidad real de constituir un mediosocial, de establecer un tipo específico de relaciónsocial, al margen del mundo masculino. El libro deLilian Faderman "Surpassing The Love of Men"2 es, aeste propósito, extremadamente interesante.Plantea la cuestión de determinar el tipo de expe-riencia emocional, de relaciones que podían verifi-carse en un ámbito en el que las mujeres carecíande poder social, legal o político y termina afirman-do que las mujeres han aprovechado ese aisla-miento y esa ausencia de poder.

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2 Faderman (L.), Surpassing the Love of Men, New York,William Morrow, 1981 (Nota de la revista “The Advocate”).

Si la resistencia es el proceso para liberarse delas prácticas discursivas, podría decirse que elsadomasoquismo lésbico es una de las prácti-cas que, prima facie, con mayor legitimidadpueden calificarse de prácticas de resistencia.¿Hasta qué punto esas prácticas y esas identi-dades pueden ser consideradas como unaréplica del discurso dominante?

Lo más interesante del sadomasoquismo lésbicoes que ha conseguido desprenderse de algunosestereotipos femeninos presentes en el movimientode lesbianas –una estrategia que las lesbianas ela-boraron en tiempos pasados–. Estrategia que sebasaba en la opresión de que eran objeto las les-bianas y que el movimiento empleaba para com-batir esa opresión. En la actualidad, esos elemen-tos están trasnochados. El sadomasoquismo lésbi-co trata de desprenderse de todos los caducosestereotipos de la feminidad, de las actitudes derechazo a los varones, etc.

¿En su opinión, qué pueden revelarnos sobre elpoder, y también sobre el placer, las prácticassadomasoquistas cuya esencia es la erotizaciónexplícita del poder?

Se puede decir que el sadomasoquismo es laerotización del poder, la erotización de las relacio-nes estratégicas. Lo que me impresiona del sado-masoquismo, es la manera en la que difiere delpoder social. El poder se caracteriza por el hecho

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de constituir una relación estratégica que se haestabilizado en las instituciones. Por lo cual la movi-lidad, dentro de las relaciones de poder, es suma-mente reducida; y ciertos bastiones son muy difíci-les de derrumbar porque han sido institucionaliza-dos, porque tienen un influjo perceptible en los tri-bunales, en la legislación. Eso significa que las rela-ciones estratégicas entre los individuos se caracte-rizan por la rigidez.

El sadomasoquismo es, a este propósito, suma-mente interesante ya que pese a tratarse de unarelación estratégica se caracteriza por su flexibili-dad. Hay, claro está, dos papeles pero nadie igno-ra que esos papeles pueden intercambiarse. Enocasiones, al comienzo del juego uno es el amo yotro es el esclavo y al final el que era esclavo pasaa ser el amo. O incluso cuando los papeles son per-manentes, los actores saben perfectamente quese trata de un juego, ya se cumplan las normas, yaexista un acuerdo, tácito o expreso, por el que seestablecen ciertos límites. Este juego de estrategiasreviste un enorme interés como fuente de placerfísico. Pero no me atrevería a decir que se trata deuna repetición, en la esfera de la relación erótica,de la estructura de poder. Es una representaciónde las estructuras de poder a través de un juegode estrategias capaz de proporcionar un placersexual o físico.

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¿Cuáles son las diferencias entre ese juego deestrategias en la sexualidad y en las relacionesde poder?

La práctica del sadomasoquismo termina porintroducir un placer, que a su vez hace nacer unaidentidad, razón por la cual el sadomasoquismo esuna auténtica subcultura; es un proceso inventivo.El sadomasoquismo consiste en la utilización deuna relación estratégica como fuente de placer(de placer físico), hecho este, el de hacer uso delas relaciones estratégicas para proporcionar pla-cer, que se ha producido en otras ocasiones. Ya enla Edad Media, la costumbre del amor cortesano,con el trovador, el cortejo entre la dama y el galánetc., era también un juego de estrategias. Tipo dejuego que puede advertirse actualmente entre losjóvenes que frecuentan las salas de baile los sába-dos por la noche; incorporan relaciones estratégi-cas. El interés radica en que en la esfera heterose-xual, las relaciones estratégicas preceden al sexo;se justifican para llegar al sexo. En el sadomaso-quismo, por el contrario, las relaciones estratégicasson parte integrante del sexo, un convenio de pla-cer en el marco de una situación específica. En elcaso, las relaciones estratégicas son relaciones níti-damente sociales que afectan al individuo entanto que miembro de la sociedad; mientras queen el otro lo que está en cuestión es el cuerpo. Elinterés radica precisamente en esa transposiciónde las relaciones estratégicas que pasan del ritualcorporal al plano sexual.

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En una entrevista concedida por usted haceuno o dos años a la revista "Gai Pied" afirmabaque lo que más perturba de las relacioneshomosexuales no es tanto el acto sexual comola posibilidad de que se desarrollen relacionesafectivas que no se amolden a los esquemasnormativos; esto es, vínculos y tratos amistososdesconocidos hasta ahora. ¿Cree usted que lasociedad teme las virtualidades ignoradas delas relaciones homosexuales o que acaso éstasson vistas como una amenaza directa para lasinstituciones sociales?

Actualmente, la cuestión de la amistad acapa-ra toda mi atención. Desde la antigüedad, la amis-tad ha constituido una relación fundamental; unarelación social en cuyo ámbito los individuos con-taban con cierto margen de libertad, con ciertacapacidad de elección (limitada, sin duda) que lespermitía experimentar relaciones afectivas suma-mente intensas. La amistad tenía también implica-ciones económicas y sociales –la persona estabaobligada a socorrer a los amigos, etc.–. En los siglosXVI y XVII va desapareciendo este tipo de amistad,al menos en la sociedad masculina, y va convir-tiéndose en algo distinto. Desde el siglo XVI, encon-tramos escritos en los que se critica expresamentela amistad, tenida como un foco de peligros.

El ejército, la burocracia, la administración, lasuniversidades, las escuelas, etc. –en el sentido quetienen estos términos en la actualidad– encuentranun obstáculo en amistades tan intensas. En todas

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estas instituciones, se advierte una considerableactividad para disminuir o debilitar esas relacionesafectivas, señaladamente, en las escuelas. Uno delos problemas más acuciantes que se planteaban,a la hora de abrir nuevas escuelas, a las que debí-an acudir centenares de niños, era el de impedir nosólo que tuvieran relaciones físicas, sino incluso quetrabaran amistad. A este fin, sería sumamente inte-resante analizar la estrategia desplegada por losjesuitas en sus establecimientos, los cuales, tras com-probar la imposibilidad de anular la amistad, trata-ron de controlar simultáneamente las distintas fun-ciones que tenían el sexo, el amor, la amistad, a finde limitar sus efectos. Una vez estudiada la historiade la sexualidad, deberíamos intentar explicar la his-toria de la amistad o de las amistades, en plural, unahistoria que se revelaría sumamente interesante.

Y una de mis hipótesis –cuya comprobación nopresentaría, si se intentara, ninguna dificultad–, esque la homosexualidad (me refiero aquí a la exis-tencia de relaciones sexuales entre varones) setornó problemática a partir del siglo XVIII. Se vuelveun problema con la policía, con el sistema jurídico.Y creo que si se vuelve un problema, un problemasocial, en esa época, es porque la amistad des-apareció. Mientras la amistad representaba algoimportante, mientras estaba aceptada socialmen-te, a nadie le preocupaba que los hombres man-tuvieran relaciones sexuales entre sí. Tampoco sepodía decir que no existían, pero simplemente,carecían de importancia. No tenía ninguna impli-cación social; el asunto estaba culturalmente

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aceptado. Que hagan el amor o que se besaranno tenía ninguna importancia. Absolutamente nin-guna. En el momento en que la amistad desapare-ce como relación culturalmente aceptada, surgela cuestión: “¿Pero qué demonio hacen los hom-bres juntos?”. Y en ese momento, aparece el pro-blema. Y, en la actualidad, cuando los hombreshacen el amor o mantienen relaciones sexuales,está percibido como un problema. Estoy seguro,de hecho, de tener razón: la desaparición de laamistad como relación social y el hecho de que lahomosexualidad haya sido declarada como unproblema social, político y médico, forman partedel mismo proceso.

Si bien es cierto que lo importante hoy es explo-rar las nuevas posibilidades de la amistad, nopodemos pasar por alto que todas las institucio-nes sociales están concebidas para fomentar lasrelaciones y las estructuras heterosexuales, endetrimento de las homosexuales. ¿Nuestraactuación debe tender a establecer nuevasrelaciones sociales, nuevos valores, nuevasestructuras familiares, no? Todas las estructuras ylas instituciones propias de la monogamia y lafamilia de cuño tradicional están negadas a loshomosexuales. ¿Qué clase de institucionesdebemos empezar a establecer no sólo comodefensa sino también para crear nuevas formassociales que supongan una alternativa efectiva?

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¿Qué instituciones? Me pone en un aprieto.Desde luego, considero que sería completamentecontraproducente reproducir en este ámbito y enesta clase de amistad el modelo familiar o de lasinstituciones propias de la familia. Podemos apre-ciar no obstante que cierto tipo de relaciones queno cuentan con ningún amparo son a menudo y almismo tiempo más ricas, más interesantes y máscreativas que las relaciones sociales propias de lafamilia. Naturalmente también son mucho más frá-giles y vulnerables. Se trata de una cuestión capi-tal, pero a la que no puedo responder satisfacto-riamente. Responder a esa pregunta es cuestiónde todos.

¿Hasta qué punto el proyecto de liberaciónhomosexual debe ser un proyecto que, lejos delimitarse a señalar un itinerario, se propongaabrir nuevas vías de desarrollo? Dicho de otromodo ¿su concepción de la estrategia sexualsustituye los programas por la invitación a expe-rimentar nuevos tipos de relaciones?

Una de las mayores enseñanzas recibidasdesde la última guerra mundial ha sido el rotundofracaso de todos los programas sociales y políticos.Hemos comprobado hasta el cansancio que nadasucede como predicen los programas políticos yque éstos siempre, o casi siempre, han conducidoo a abusos, o al dominio de un grupo, bien sea de

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técnicos, burócratas o de otro tipo. A mi juicio, unode los logros más importantes de los años sesenta ysetenta es que ciertos modelos institucionales hansido experimentados sin atenerse a programas, loque no significa que se hiciese a ciegas o sin lacolaboración del pensamiento. En Francia, porejemplo, se ha criticado duramente en estos últi-mos años que los diferentes movimientos políticosen pro de la libertad sexual, las prisiones, la natura-leza, etc., careciesen de programa. Por mi parte,creo que la ausencia de programa, que no hayque identificar con la ausencia de reflexión sobrelos acontecimientos o con una inquietud que notiene posibilidades, puede resultar enormementeprovechosa, novedosa y creativa.

Desde el siglo XIX, las instituciones políticas másrelevantes y los grandes partidos políticos se hanido apropiando del proceso político; es decir, hantratado de dar a la creación política la forma deprograma para apropiarse mejor de ella. Hay quemantener los logros de los años sesenta y de princi-pios de los setenta. En concreto, hay que mante-ner, con independencia de los partidos políticos yde los programas al uso, una forma de innovaciónpolítica. Nadie puede negar que desde los añossesenta la vida cotidiana de la gente ha cambia-do y mi propia vida es prueba de ello. Cambioque, obviamente, no se ha debido a los partidospolíticos, sino a otro gran número de movimientos.Estos movimientos sociales han cambiado efecti-vamente nuestra vida, nuestra mentalidad y nues-

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tras actitudes, así como la mentalidad y las actitu-des de personas sin relación o ajenas a esos movi-mientos, lo cual es algo sumamente importante ypositivo. Insisto, no son las trasnochadas organiza-ciones políticas de cuño tradicional las que handado pie a esta revisión.

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dildo-apéndice

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artefacto de citasde beatriz preciado

preparado porla quimera rosa

Basándonos en el "Real Manifiesto contra-sexual"podemos definir dildo como:

Objeto de plástico (sexo-plástico) que acompañala vida sexual de muchos de nosotros. Juguete deplástico o silicona que, no sólo imita el pene, sinoque lo supera en tamaño, forma, textura, color,movimiento, etc. La palabra dildo está tomada dela cultura gay y lesbiana para nombrar lo que senombra, a veces desconsoladamente, como "con-solador", "vibrador" o "cinturón-polla".

"La formación de la palabra dildo en castellanoestaría etimológicamente justificada por la rela-ción con la palabra latina dilectio, amor, goce, dela que derivan entre otras la palabra dilección,voluntad honesta y amor reflexivo. De hecho, estaúltima acepción me ha parecido una buena signi-ficación para dildo: amor reflexivo."

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La lógica del dildoo las teorías de la Preciado…

“¿Qué es un dildo: un objeto, un órgano, un feti-che…? ¿Debemos considerar el dildo como unaparodia irónica o bien como la repetición groseradel pene? […] ¿Acaso es el dildo el síntoma de unaconstrucción falocéntrica del sexo?""¿Dónde se encuentra el sexo de un cuerpo quelleva un dildo? En sí, el dildo: ¿es un atributo feme-nino o masculino? ¿Dónde transcurre el gocecuando se folla con un dildo? ¿Quién goza?¿Cuántos penes tiene un hombre que lleva undildo? Si el dildo no es más que un "sustituto artifi-cial" del pene, ¿Cómo explicar que los hombresque ya tienen un pene empleen cinturones-pollas?[…]¿Podemos seguir tomando la imagen "natural"del cuerpo masculino como referente de imita-ción, cuando el dildo se coloca en otra parte delcuerpo (brazo, antebrazo, muslo) distinta de laregión pelviana? ¿Cuál es la diferencia estructuralentre un dildo y un vibrador?, ¿y entre un dildo y unlátigo?"

"El dildo se revela como un instrumento entre otrasmáquinas orgánicas e inorgánicas (las manos, loslátigos, los penes, los cinturones de castidad, loscondones, las lenguas, etc.) y no simplementecomo la réplica de un miembro único.

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La contra-sexualidad dice: la lógica de la hetero-sexualidad es la del dildo. Ésta remite a la posibili-dad trascendental de dar a un órgano arbitrario elpoder de instaurar la diferencia sexual y de géne-ro. El hecho de haber "extraído" del cuerpo, enforma de dildo, el órgano que instituye el cuerpocomo "naturalmente masculino", debe considerar-se como un acto estructural e histórico decisivoentre los procesos de deconstrucción de la hetero-sexualidad como naturaleza. La invención deldildo supone el final del pene como origen de ladiferencia sexual.[…] Es necesario dinamitar el órgano sexual, aquelque se ha hecho pasar por el origen del deseo, pormateria prima del sexo, aquel que se ha presenta-do como centro privilegiado donde el placer setoma a la vez que se da y como reserva de lareproducción de la especie. Mientras follamos, eldildo es el extranjero. Aun atado a mi cuerpo, eldildo no me pertenece. El cinturón viene a negar laverdad del placer como algo que se originaría enmí. Contradice la evidencia de que el placer tienelugar en un órgano que es mío."

"El dildo no es un objeto que vendría a sustituir unafalta. Se trata de una operación que tiene lugar enel interior de la heterosexualidad. Digámoslo unavez más, el dildo no es solo un objeto sino que es,estructuralmente, una operación de desplaza-miento del supuesto centro orgánico de produc-ción sexual hacia un lugar externo del cuerpo. Eldildo, como referencia de potencia y excitación

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sexual, traiciona al órgano anatómico desplazán-dose hacia otros espacios de significación (orgáni-cos o no, masculinos o femeninos) que van a ser re-sexualizados por su proximidad semántica. A partirde ese momento, cualquier cosa puede devenirdildo. Todo es dildo. Incluso el pene."

"Si el dildo es disruptivo, no lo es porque permita ala lesbiana [o a cualquier/a otra que lo use] entraren el paraíso del falo, sino porque muestra que lamasculinidad está, tanto como la feminidad, suje-ta a las tecnologías sociales y políticas de construc-ción y de control. El dildo es el primer indicador dela plasticidad sexual del cuerpo y de la posiblemodificación prostética de su contorno. Quizás eldildo esté indicando que los órganos que interpre-tamos como naturales (masculinos y femeninos)han sufrido ya un proceso semejante de transfor-mación plástica."

"El dildo, lejos de estabilizar la identidad sexual y laidentidad de género de aquel/aquella que lo lleva,provoca una cadena de identificaciones y denegaciones sucesivas. En tanto que objeto atado ala carne, reestructura la relación entre el adentro yel afuera, entre lo pasivo y lo activo, entre el órga-no natural y la máquina. Como objeto móvil que esposible desplazar, desatar y separar del cuerpo, ycaracterizado por la reversibilidad en el uso, ame-naza constantemente la estabilidad de las oposi-ciones dentro/fuera, pasivo/activo, órgano natu-ral/máquina, penetrar/cagar, ofrecer/tomar…"

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"Al reconfigurar los límites erógenos del cuerpofollador/follado, el dildo viene a poner en cuestiónla idea de que los límites de la carne coincidencon los límites del cuerpo. Perturba de este modola distinción entre sujeto sensible y objeto inanima-do. Al poder separarse, resiste a la fuerza con laque el cuerpo se apropia para sí mismo del placer,como si éste fuese algo que viniera del propiocuerpo. El placer que procura el dildo pertenece alcuerpo sólo en la medida en que es re-apropia-ción, sólo por que este está "atado". El dildo plan-tea la cuestión de la muerte, de la simulación y dela falsedad en el sexo. Inversamente, obliga a inte-rrogarse sobre la vida, la verdad y la subjetividaden el sexo. El dildo que goza sabe que el placer(todo placer sexual) nunca es dado o tomado,que nunca está ahí, que nunca es real, que siem-pre es incorporación y reapropiación."

Para los interesados en la dildotecnia, sus lógicas ysus usos, consultar el "Manifiesto contra-sexual",PRECIADO Beatriz, Opera Prima, Madrid, 2002.

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...Más de uno, como yo sinduda, escriben para perderel rostro. No me pregunten

quién soy, y no me pidan quepermanezca invariable: es

una moral de estado civil querige nuestra documentación.

Que se nos deje en pazcuando se trata de escribir...

Foucault

<<Colección nómada, #15, octubre ‘07. Titulooriginal de la entrevista: Michel Foucault, anInterview: Sex, Power and the Politics of Identity,entrevista con B. Gallagher y A. Wilson, Toronto,junio de 1982, revista The Advocate, nº 400,07/08/1984. La traducción es Anagal, usando laefectuada por el bollo loco. A la corrección detodo, sigue la murga. Isra: kilos de amor, graciaspor este libro, aunque haya costado. Cierrecon vuelta al cole, al Rajita le cuesta montones,he cambiado la fuente, queda mucho mejorpara libros como éste, ¿no?, una regla más quese va al carajo, ¿cuántas quedan?, besos pa'tus carnes y ponme doble ración de ruido... porfa', y entre foto y foto la maquinita sigue, no tepreocupes.... Gilberto: en este mes o menos,que no te cuenten cuentos, son todo tuyos, encuanto a cuentas, ya sabes: cuentas de hados,un abrazo. La Quimera deja el campo, dema-siado mutante para tan poco asfalto, despuésde dibujar líneas de fuga violetas el mapa sehace rosa quimera para cobrar real vida,viviendo historias de Q, con tortuguismo perma-nente, alea jacta est, pero porque nos gustajugar... Y para tomar un café con la máquina:[email protected]. Y sea quien sea, siempre:nocopyright-nocry, que sino se te corre elmaquillaje... y quedas fatal.>>

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> brújula <

MaravillosoIsrael Granada

pág. 7

Sexo, poder y política de laidentidad

Michel Foucaultpág. 59

Dildo-Apéndicepág. 83

Manos y Obraspág. 89

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