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1 Fundamentos y reflexiones en torno a su enseñanza Nivel Inicial El juego en el Propuestas de enseñanza

El juego en el nivel inicial

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    2Fecha de catalogacin: 13/08/2010

    Copyright: Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura

    1 edicin agosto de 2010

    5.000 ejemplares

    Responsable Tcnico del Instituto para el Desarrollo y la Innovacin Educativa (IDIE) OEI Oficina Regional Buenos Aires

    Verona Batiuk. Coordinadora del rea de Apoyo a la Educacin Infantil y a los Derechos de la Infancia

    Responsable Tcnico de UNICEF

    Elena Duro. Especialista en Educacin

    Instituto para el Desarrollo y la Innovacin Educativa (IDIE ). Argentina

    Organizacin de Estados Iberoamericanos (OEI). Oficina Regional Buenos Aires

    Paraguay 1510 - 2do. piso (C1061ABD)

    Ciudad de Buenos Aires

    [email protected]

    www.oei.org.ar

    UNICEF - Oficina de Argentina

    Junn 1940. Planta Baja (C1113AAX)

    Ciudad de Buenos Aires

    [email protected]

    www.unicef.org/argentina

    Esta publicacin puede ser reproducida parcialmente siempre que se haga referencia a la fuente.

    Sarl, Patricia M.

    Juego. Fundamentos y reflexiones en torno a su enseanza / Patricia M. Sarl ; Ins Rodrguez Senz ;

    Elvira Rodrguez ; coordinado por Verona Batiuk ; edicin literaria a cargo de Damin Atada y Verona

    Batiuk. - 1a ed. - Buenos Aires : Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia

    y la Cultura, 2010.

    56 p. : il. ; 30x23 cm. - (El juego en el Nivel Inicial. Propuestas de Enseanza)

    ISBN 978-987-26134-0-2

    1. Educacin Inicial. I. Rodrguez Senz, Ins II. Rodrguez, Elvira III. Batiuk, Verona, coord. IV.

    Atada, Damin, ed. lit. V. Batiuk, Verona, ed. lit. VI. Ttulo

    CDD 372.21

  • Autoras:

    Coordinacin general:

    Patricia Sarl

    Ins Rodrguez Senz

    Elvira Rodrguez

    Verona Batiuk

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    Responsables de Edicin:

    Coordinacin de produccin grfica:

    Diseo:

    Fotografas:

    Damin Atada

    Verona Batiuk

    Silvia Corral

    Hernn Corral

    IDIE - OEI - Argentina

    Asociacin Civil Educacin para todos

  • Presentacin ..........................................................................................................................

    Introduccin...............................................................................................................................

    1. El Juego en la Educacin Inicial .........................................................................

    1.1. Qu entendemos por jugar? ....................................................................

    1.2. El juego como medio ycontenido: las propuestas de enseanza ..........................................

    2. La Educacin Inicial y la organizacin de los tiempos ........................

    2.1. Las actividades cotidianas o de rutina ............................................

    2.2. El tiempo instructivo y el tiempo inerte ...........................................

    2.3. La organizacin de la enseanza y los tiempos ...........................

    2.3.1. Organizacin del tiempo extenso del Proyecto ..........

    2.3.2. El uso del tiempo en la jornada diaria ...............................

    3. Una vuelta ms: la documentacin de la tarea ......................................

    3.1. El registro de los procesos .........................................................................

    3.2. Hacer visible lapropuesta pedaggica de las salas y el jardn ....................................

    3.3. Distintas estrategias de registro ..............................................................

    Bibliografa y normativa ...................................................................................................

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  • Presentacin

    La Convencin sobre los Derechos del Nio, ratificada por la Asamblea Generalde las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, constituye una expresinfirme del compromiso de los Estados por garantizar las mejores condiciones parael crecimiento y desarrollo de todos los nios.

    En su prembulo, la Convencin reconoce la especificidad de los cuidados y asis-tencia a los que tiene derecho la infancia.

    En este sentido, el derecho de los nios al juego y a las actividades recreativaspropias de su edad es establecido expresamente por la Convencin en su Artculo31. Por primera vez, los Estados se comprometen a garantizar que los niosgocen del derecho al juego y al esparcimiento.

    Argentina asume este compromiso en la Ley de Educacin Nacional, sancionadaen el ao 2006. Es objetivo, tanto para el Nivel Inicial como para la EducacinPrimaria, promover el juego como actividad necesaria para el desarrollo cogni-tivo, afectivo, tico, esttico, motor y social.

    UNICEF contribuye con esta Serie a impulsar el juego en el Nivel Inicial. Estaspginas se ocupan del juego dentro del contexto escolar. Estn destinadas tantoa los equipos directivos como a los docentes de Nivel Inicial y tienen por objetoofrecer herramientas valiosas para la discusin, reflexin y renovacin de laspropuestas de enseanza. Buscan tambin brindar recursos para planificar latarea cotidiana en las salas. Toman al juego como objeto de estudio y analizan suvalor central como contenido cultural para los nios pequeos, as como supotencial como medio para la enseanza de otros contenidos. Ayudan a com-prender la importancia del rol del docente en la promocin del juego. Ofrecentambin el anlisis de diferentes formatos del juego y su inclusin en el diseo deprcticas innovadoras, de modo que juego y contenido se entrecrucen de mane-ra permanente.

    Con este material queremos colaborar para que cada vez ms nios asistan alNivel Inicial, pero tambin y fundamentalmente, para que los jardines de infan-tes ofrezcan propuestas educativas de calidad. Es nuestro propsito que la expe-riencia cotidiana en los jardines brinde a los nios propuestas educativas ricas ydidcticamente adecuadas, para promover su placer por conocer y aprender.

    ANDRS FRANCO

    REPRESENTANTE DE UNICEF ARGENTINA

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    Introduccin

    El Nivel Inicial ha registrado un importante proceso de crecimiento en el pas. Enla actualidad el acceso a la educacin infantil a la edad de 5 aos se encuentraprcticamente garantizado para todos los nios y nias sin importar su condi-cin social1. Esto es producto de un trabajo sostenido y conjunto. Desde losgobiernos hasta los docentes y los referentes que han dedicado su labor profe-sional y han puesto un enorme compromiso en la educacin infantil, contribuye-ron de distintas maneras para que esta realidad sea posible hoy. El reconoci-miento acerca de la importancia crucial de la educacin de los ms pequeos escada vez ms extendida y esto se traduce en normativa y otras iniciativas polti-cas que desde diferentes ngulos respaldan esta premisa. En esta lnea, la Ley deEducacin Nacional, sancionada en 2006, reconoce a la Educacin Inicial comouna prioridad pedaggica (artculo 18).

    Dicha expansin y tal reconocimiento nos llenan de responsabilidades ya que ellogro de tales niveles de asistencia slo puede considerarse democrtico desde elpunto de vista del acceso al conocimiento, siempre y cuando las experienciaseducativas que se les brinden a los nios en el cotidiano de los jardines resultenricas, con contenido educativo, adecuadas desde el punto de vista didctico ydiseadas de tal modo que promuevan el placer por conocer, por aprender.

    Todos los que trabajamos en y para el Nivel Inicial -docentes, directivos, respon-sables tcnicos y polticos, especialistas- debemos ser capaces de lograr unagaranta de educacin de calidad, sobre todo para los nios que se encuentran ensituacin de vulnerabilidad social2.

    El Nivel Inicial es el primer escaln en la trayectoria escolar de los nios y escomo tal una experiencia nica e irrepetible. La responsabilidad por la equidaden materia de Educacin Infantil debe contemplar a la vez inclusin y propues-tas educativas de calidad. Este Cuaderno es parte de una serie de propuestas deenseanza sobre el juego en el Nivel Inicial para nios y nias de 5 y 4 aos y hasido elaborada atendiendo a dicha responsabilidad.

    Su propsito es mejorar las oportunidades educativas de los nios que asis-ten al Nivel Inicial a partir de la reflexin y renovacin de las propuestas deenseanza. Para esto se presentan propuestas:

    Adecuadas a las caractersticas del nivel y a la edad de los nios

    Actualizadas desde el punto de vista didctico y pedaggico

    Oportunas, ya que se plantean para desarrollar a lo largo de un ao escolar-el de asistencia obligatoria- para garantizar una experiencia de educativade calidad que en muchos casos an sigue siendo la nica.

    La tasa de escolarizacin a la edad de 5 aos ascenda al 95% en 2007 (Fuente: Ampliacin de la cobertura del NivelInicial, rea de Programacin Educativa, Subsecretara de Planeamiento Educativo, Ministerio de Educacin de laNacin, 2007). De aqu en ms cada vez que se presente el genrico nios se har referencia a nias y nios.

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    Para conocer algunos de los resultados y principios que fundamentan esta propuesta ver Verona Batiuk La ensean-za como responsabilidad poltica. Reflexiones en torno a la situacin del nivel inicial en el NEA en: En cursiva, revistatemtica sobre infancia y educacin, Ao 4, N 6, agosto de 2010, Bs. As.: Fundacin ARCOR.

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    Para la produccin de esta serie priorizamos dos objetivos de la Ley de EducacinNacional que consideramos centrales. En primer lugar (c) Desarrollar la capaci-dad creativa y el placer por el conocimiento en las experiencias de aprendizaje.Se trata de inspirar y promover en los nios el placer por aprender y conocer elmundo a partir de diversas y ricas experiencias.

    En segundo lugar, consideramos (h) Atender a las desigualdades educativas deorigen social y familiar para favorecer una integracin plena de todos/as los/asnios/as en el sistema educativo ya que la poblacin destinataria de estas pro-puestas se encuentra en situacin de vulnerabilidad social (LEN, Artculo 20).

    Uno de los contenidos y medios culturales que vertebra la educacin infantil es eljuego. Jugar en el jardn implica una particular experiencia que tiene caracters-ticas singulares respecto del jugar fuera del contexto escolar. Brindar una educa-cin de calidad para los nios pequeos implica indefectiblemente ocuparse delas propuestas didcticas ligadas al juego.

    A travs de los Cuadernos que componen esta serie se pretende brindar elemen-tos para:

    1. Comprender cmo el juego puede ser no slo un medio para ensear conte-nidos sino tambin un contenido de valor cultural para los nios pequeos.

    2. Comprender la importancia del rol del docente en la promocin del juego.

    3. Conocer diferentes formatos de juego y su inclusin en el diseo de prcti-cas innovadoras.

    Son tres los aspectos que se consideran claves a la hora de pensar las propuestasde enseanza en esta serie:

    La centralidad del juego.

    La centralidad de los contenidos.

    La organizacin de la vida cotidiana en el jardn de infantes que hace efec-tiva el entrecruzamiento entre juego y contenidos.

    En este Cuaderno se presenta la perspectiva didctica sobre juego en la que seenmarca esta serie. Como el juego se basa en la experiencia, las propuestas ldi-cas se plantean a partir del tratamiento de distintos contenidos (del mundosocial y natural, de la literatura, del arte) y del trabajo a partir de distintas fuen-tes de informacin (diversos tipos de texto, imgenes, msica, otros). Es por esoque, aunque el eje de los Proyectos de cada uno de los Cuadernos es el juego,algunas de las actividades que se presentan no son ldicas y se alternan con lasldicas. La intencin es ofrecer ejemplos concretos para amalgamar los tipos dejuego con el desarrollo de contenidos curriculares.

    Cada Proyecto toma como eje central un tipo de juego: dramtico, de construc-cin y con reglas convencionales. Para los juegos dramticos se apela principal-mente a los textos narrativos, para el juego de construccin a los textos informa-tivos, y en los juegos con reglas se privilegia los textos instructivos.

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    Este nfasis puesto en los tipos de juego y los tipos de texto no deja por fueraotros contenidos de cada Proyecto. De este modo, pueden reconocerse a lo largodel desarrollo de las distintas propuestas, los aportes de las ciencias naturales ysociales, de la matemtica, las artes (plstica, msica, expresin corporal, litera-tura), entre otras.

    La definicin de los Proyectos y la organizacin de los contenidos se realiz a par-tir de actividades coherentes, regulares y con nivel de complejidad crecientetomando al Juego como eje central de las prcticas docentes cotidianas en elNivel Inicial tal como se lo define en la normativa curricular vigente y en la lite-ratura especializada.

    Las propuestas se disearon para la edad de 5 aos por su carcter obligatorio ycomo se mencion antes, la edad a la que acceden al Nivel Inicial casi la totalidadde los nios del pas. Adems, segn los contextos, es en la sala de 5 donde mspuede relegarse el juego frente a la enseaza de contenidos que se considerannecesarios para alcanzar una escolaridad bsica exitosa. An as, las propuestasque se presentan aqu pueden desarrollarse para nios de 4 y, con debidas ade-cuaciones, para nios de 3 aos (tanto en salas independientes o pluriedad).

    El propsito es acercar a los nios a un conjunto de saberes que debenformar parte de su educacin por su significacin subjetiva y social. Talcomo se seala en los Ncleos de Aprendizaje Prioritarios para el NivelInicial (2004), nuestro objetivo es generar igualdad de posibilidades deacceso a los conocimientos que contribuyan a la integracin social plenade los nios y nias y al sostn de valores que favorecen el bien comn,la convivencia social, el trabajo compartido y el respeto por las diferen-cias (Pg. 5).

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    Cada uno de los tipos de juego se vinculan con los propsitos y sentidos de losNcleos de Aprendizaje Prioritarios para el Nivel Inicial (NAP).

    Juego con objetos y juegos de construccin. Este tipo de juego permiteabordar un aspecto particular de los propsitos de los NAP: Favorecer laindagacin del ambiente promoviendo el conocimiento y organizacin dela realidad. Iniciarse en la identificacin de problemas ambientales queafectan la vida cotidiana. Promover la apropiacin de hbitos saludablesque contribuyan al cuidado de s, de los otros y del ambiente (NAP, p. 15),a travs del reconocimiento de que los objetos estn construidos condistintos materiales; que los materiales de acuerdo con sus caractersticasresultan ms adecuados para construir ciertos objetos que otros; que losmateriales pueden experimentar distintos tipos de cambios. El reconoci-miento de la existencia de fenmenos del ambiente y de una gran diversi-dad de seres vivos en cuanto a sus caractersticas (relacin: estructuras yfunciones) y formas de comportamiento; el establecimiento de relacionessencillas de los seres vivos entre s y con el ambiente (NAP, p. 20).

    El tema elegido en uno de los Cuadernos de la serie es Casas, cuevas ynidos. La idea es invitar desde el juego a la creacin de mltiples ambien-tes y escenarios; indagar acerca de los objetos y los seres vivos, sus propie-dades y sus modos de combinacin para descubrir, analizar, aprovechar ymodificar el entorno natural y social.

    En esta oportunidad el tipo de texto que se privilegia como fuente de infor-macin es el informativo (como la enciclopedia). Se pretende profundizarel conocimiento y la comparacin entre los diferentes hbitats, los modosde edificacin, etc.

    El Jardn de Infantes N 52 de Fontana, Chaco, organiz una salida para visitar la laguna cercana a la escuela y unlugar de cra y cuidado de equinos. Luego del registro acerca de los lugares en los que viven los caballos, los niosrealizaron construcciones en base a lo que haban observado y aprendido. El arco de ingreso al lugar y las rampasque usan con caballos fueron algunas de esas construcciones.

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  • Juego dramtico. A travs de este tipo de juego se busca Propiciar lacomunicacin y expresin a travs de los diferentes lenguajes verbales y noverbales, brindando un mbito confiable que ofrezca oportunidades paraadquirir seguridad en los recursos propios, en la relacin con los otros yque promueva el conocimiento del mundo cultural. A la vez que Promoverla alfabetizacin inicial reconociendo la importancia del lenguaje para elacceso a los conocimientos, para recrear las prcticas culturales al mismotiempo que posibilitar el ingreso a otros mundos posibles. (NAP, p. 14). Eneste sentido, el reconocimiento de las posibilidades expresivas de la voz,del cuerpo, del juego dramtico y de las producciones plstico-visuales... laproduccin plstica, musical, corporal, teatral por parte de los nios (y)la exploracin, observacin, interpretacin de producciones artsticas,(NAP, p. 18) son medios para lograr estos propsitos.

    Para juego dramtico, en otro de los Cuadernos de la serie el tema seleccio-nado es Las Hadas, los duendes y los brujos y el tipo de texto que se pri-vilegia como fuente de informacin es el literario. Este Proyecto se iniciacon la lectura de cuentos maravillosos, leyendas o poesas, en los que losprotagonistas permitan imaginar otros mundos posibles, crear ambientesdiversos y dejar volar la imaginacin tomando como punto de encuentrolas mltiples posibilidades que ofrece el juego simblico.

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  • Juegos con instrucciones o reglas convencionales. Este tipo de juegopermite a los nios aproximarse a la comprensin de: las funciones quecumplen las instituciones, los espacios sociales y los objetos culturales,relacionando los usos que de ellos hacen las personas; valorar e identifi-car algunos de los aspectos que cambian con el paso del tiempo y aquellosque permanecen; la propia historia personal y social (NAP, p. 21). Esdecir, descubrir al juego como contenido de valor cultural, incentivandosu presencia en las actividades cotidianas y encontrar nuevos formatospara Integrar a las familias en la tarea educativa promoviendo la comuni-cacin y el respeto mutuo y articular con la comunidad para potenciar ellogro de los objetivos educativos (NAP, p. 14). En un Cuaderno sobre juegoreglado se plantea un Proyecto para armar un lbum de juegos. Son pro-psitos de este proyecto aprender las instrucciones y los modos de jugar-los, las variaciones en su formato que le asignan los diversos jugadores;reconocer retahlas y rimas que relatan la regla... El tipo de textos queandamia este proyecto son los textos instructivos (manuales, instruccio-nes, recomendaciones).

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    El propsito transversal y comn a todos los Proyectos es brindar a los nios unaaproximacin a la alfabetizacin inicial, definida como el conjunto de saberes queimplican el contacto con una diversidad de lenguajes (matemtico, tecnolgico,cientfico, artstico, corporal) y al lenguaje escrito en particular (vase NAP p. 8).

    En sntesis:

    Cada Proyecto se centra en un tipo de juego como foco. Sin embargo,pueden aparecer armnicamente ligados otros tipos de juego. Por ejem-plo, Jugar a la Casita en el Proyecto de Casas, cuevas y nidos, supone unjuego de tipo dramtico junto con el de construccin. La confluencia deambos tipos de juego, enriquece y sostiene la propuesta.

    Cada Proyecto necesita diferentes fuentes de informacin tanto para losnios, como para los educadores. Aqu optamos por hacer hincapi endiversos tipos de textos: textos narrativos (cuentos, leyendas, poesas)para el juego dramtico, textos instructivos (prospectos de medicamen-tos, instructivos de juegos, manuales para el usuario de artefactos) para eljuego con reglas convencionales y textos informativos (enciclopedias, dic-cionarios) para el juego con objetos y de construccin.

    La seleccin de contenidos para la organizacin de los Proyectos se sus-tenta prioritariamente en el campo del juego y de la alfabetizacin.Asimismo, se asumen contenidos de diferentes campos de conocimiento,presentes a lo largo del desarrollo de la propuesta. Las ciencias sociales ylas ciencias naturales nos acercan informacin relativa a las instituciones,los roles y funciones sociales, el modo de uso de los objetos y sus caracte-rsticas, la mirada sobre el entorno, etc. El campo de la matemtica y el len-guaje, nos permite sistematizar comparaciones, utilizar medidas, hacerdefiniciones sobre el uso y la organizacin del espacio, sistematizar lainformacin a travs de cuadros, carteles, notas, dialogar, armar preguntasy hacer entrevistas, etc. Finalmente, los contenidos pertenecientes alcampo de los lenguajes expresivos (msica, literatura, expresin corporal,plstica y artes visuales,), acompaan el desarrollo de todos losProyectos ya sea porque nos permiten comprender mejor los contextos deproduccin o porque son medios que facilitan la expresin esttica. Laapreciacin de imgenes visuales (como reproducciones de casas, retra-tos), musicales (como la msica llamada clsica para situarnos en algunaescena en particular; los sonidos de las diferentes aves) son fuentes quenutren la imaginacin de los nios y facilitan el desarrollo de su capacidadcreadora.

    Finalmente, los Proyectos apelan fuertemente a mostrar cmo, en laprctica de sala, se posibilitan actividades que facilitan el desarrollo dela capacidad creativa y el placer por el conocimiento en las experienciasde aprendizaje para todos los nios, tomando al juego como contenidode alto valor cultural para el desarrollo cognitivo, afectivo, tico, estti-co, motor y social (Vase Ley Nacional 26.206, art. 20 inc. C y D).

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    Jardn de Infantes, Fontana, Chaco.

    En definitiva, con esta propuesta y a travs de cada uno de los proyectosy sus actividades, nos proponemos contribuir a la mejora de las oportu-nidades educativas de los nios que asisten al Nivel Inicial en el marco deun trabajo conjunto con maestros, directores y responsables tcnicos ypolticos.

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  • 1. El Juego en la Educacin Inicial

    No existe libro de pedagoga o didctica para el Nivel Inicial que no hable delJUEGO. Desde el momento en que se cre el Jardn de Infantes como institucindedicada a la infancia, el juego se defini como el mtodo para ensear a losnios pequeos. Federico Froebel, Mara Montessori, Ovidio Decroly, Rosa yCatalina Agazzi, todos los que solemos llamar precursores de la educacin ini-cial, vieron al juego como el modo en que se deban pensar las propuestas deenseanza para nios menores de 6 aos.

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    Sala Anexa a Escuela Primaria, Aristbulo del Valle, Misiones.

    La centralidad dada al juego marc de tal manera las prcticas de enseanza quele otorg al Jardn de Infantes una fisonoma particular. Muebles adaptados altamao de los nios, juguetes de diferente tipo, objetos puestos al alcance y cla-sificados segn su funcin, colores y dibujos diferencian las salas de Jardn de lasde primaria.

    Los cambios curriculares y el paso del tiempo no parecen afectar los enunciadosen torno a la importancia del juego en las salas. Por el contrario, dos hechos mar-can hoy una revalorizacin del juego en los documentos oficiales:

    La Ley de Educacin Nacional (LEN 26.206/2006) seala al juego como unode los objetivos de la Educacin Inicial. En el artculo 20d proponePromover el juego como contenido de alto valor cultural para el desarro-llo cognitivo, afectivo, tico, esttico, motor y social.

    Los Ncleos de Aprendizaje Prioritarios para el Nivel Inicial (NAP, 2004) des-tacan su importancia en la accin educativa del nivel y la responsabilidaddel educador por ensear a jugar dada la diversidad de historias culturalesy sociales que portan los nios. En este sentido sealan:

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    La variacin del juego est fuertemente condicionada por la pertenen-cia social, por la experiencia y condiciones de vida (a qu y cmo sejuega). Si entendemos el juego como un producto de la cultura pode-mos afirmar que a jugar se aprende y en este sentido se recupera elvalor intrnseco que tiene para el desarrollo de las posibilidades repre-sentativas, de la imaginacin, de la comunicacin y de la comprensin dela realidad. Desde la perspectiva de la enseanza, es importante supresencia en las actividades del jardn a travs de sus distintos forma-tos: juego simblico o dramtico, juegos tradicionales, juegos de cons-truccin, juegos matemticos y otros, que se desarrollan en el espacio dela sala y en espacios abiertos (Pg. 12) (el destacado es propio).

    Escuela Primaria N 882 con sala anexa de Nivel Inicial, Aristbulo del Valle, Misiones.

  • Sin embargo, en las prcticas cotidianas en la escuela infantil el juego ocupamucho lugar en el pensamiento del maestro, pero tan slo un pequeo lugar enla concrecin o materializacin de las propuestas de enseanza.

    An cuando TODO en el Jardn de Infantes invita a jugar, esta suerte de atms-fera ldica propia de la disposicin, el tamao, los colores y la organizacin delambiente y los materiales no alcanza para garantizar la posibilidad de jugar 3.

    Qu significa garantizarla centralidaddel juego en las prcticas de enseanza?

    Enunciamos aqu cuatro afirmaciones sobre las cuales se sustenta este trabajo:

    La necesidad de una voluntad poltica para integrar el juego en la sala.Que no aparezca solamente de manera espontnea porque los nios juegano porque el maestro lo utiliza como recurso para atraer su atencin o moti-varlos. El juego es generador de aprendizaje en los nios pequeos y des-empea un papel importante en el modo en que comprenden y conocen elmundo. La ausencia del juego en las salas no puede justificarse por falta detiempo o por la necesidad de incluir otros contenidos.

    La necesidad de asumir al juego como contenido que requiere ser plani-ficado. El juego es un contenido y en tanto expresin cultural, demanda serenseado. Esto supone que el maestro debe planificar el tipo de mediacinsegn el juego previsto, el tiempo, los espacios, los materiales, el modo deoperar de los jugadores y las estrategias que se van a disear para garanti-zar que los nios se apropien de la propuesta ldica.

    En algunos Diseos curriculares se diferencia al juego como una acti-vidad en s del juego como estrategia para ensear. Ambas posibilidadesdeben estar presentes en la sala.La necesidad de reconocer que se ense-an juegos y se ensea a travs de juegos. Es crucial lograr un equilibrioentre ambas posibilidades. As como la atmsfera ldica no garantiza lapresencia del juego, tampoco lo garantiza el uso del juego como mediopara ensear 4.

    La necesidad de asumir la responsabilidad de la escuela de potenciar eljuego de los nios ofreciendo propuestas que aumenten su capacidad paraconocer, aprender y enriquecer su imaginacin.

    En esta Serie de Cuadernos se presentan propuestas concretas quemuestran cmo es posible sostener al juego como eje de las prcticas yarticularlo con la enseanza de contenidos variados.

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    Para ampliar el concepto de atmsfera o textura ldica ver Patricia Sarl. Ensear el juego y jugar la enseanza.Buenos Aires: Paids, 2006. Captulos 2 y 3.

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    En algunos Diseos curriculares se diferencia al juego como una actividad en s del juego como estrategia para ensear.Ambas posibilidades deben estar presentes en la sala.

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  • 1.1. Qu entendemos por jugar?

    Diferentes estudios sealan que el juego es una experiencia que modifica al quelo experimenta. Comencemos por las definiciones:

    El juego es un espacio de interaccin a partir de la creacin de unasituacin imaginaria en la cual los nios se involucran voluntariamen-te bajo la intencin, el deseo o propsito de jugar a. En el juego, losnios se acogen a las reglas que permiten que el juego se sostenga.

    Tomemos esta enunciacin y analicemos cada uno de los conceptos que menciona:

    El juego tiene su origen en una intencin, un deseo o propsito propio deljugador. Algunos lo llaman necesidad insatisfecha. Otros atribuyen elsurgimiento del juego a la imposibilidad del nio de conocer y dominar larealidad. Ahora bien, ya sea que se lo vincule con el placer, la diversin, elentretenimiento o la bsqueda de respuestas, el juego tiene su origen en eljugador. Por esto es automotivado.

    La consecuencia inmediata de este origen, es que nadie juega si no quie-re. Es decir, el juego supone la voluntad del jugador. Tiene un carctervoluntario. Esto no significa que el nio sea siempre quien inicia el juego yque, por lo tanto, desde fuera del nio (la escuela, el maestro, otros ni-os), no puedan proponerse juegos. Pero para que realmente exista, eljugador debe subirse al juego, hacerlo propio.

    Para entrar en el juego se necesita salir de algn lugar. Cuando el niojuega crea un marco de realidad diferente que combina aspectos propiosde la realidad (fruto de la experiencia personal) y otros propios del campode la imaginacin. Una situacin imaginaria en la que el nio puede serotro (asumir roles o papeles sociales diversos); equivocarse sin temer lasconsecuencias (porque puede comenzar de nuevo); encontrar respuestas yensayarlas; volver a vivir una situacin pero dndole otro final.

    Ahora bien, el marco que crea el juego est sujeto a las reglas propias delcontexto social donde es recreado. Reglas que no se verbalizan, como es elcaso de las que orientan el juego simblico y el de construccin5, o por elcontrario, reglas que se constituyen en instrucciones fijas a respetar parasostener el juego (reglas convencionales propias de los juegos de mesa).Todas ellas, son reglas que permiten que los juegos no sean caticos y quelos diversos jugadores puedan jugar juntos an sin ponerse previamente deacuerdo ms que en lo esencial.

    Esta suerte de confrontacin entre lo imaginario y lo real, las reglas y lasituacin jugada, yo, el otro y el nosotros, hace que el juego, an cuandose juegue a solas, suponga la creacin de un espacio de interaccin. Esdecir, el jugador sabe que est jugando; y lo sabe, porque puede salir deljuego y decir estoy jugando (an cuando no medien palabras).

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    El juego simblico se organiza segn las restricciones que rigen en la situacin social que se est representando. As,se espera que una mam acte de determinada manera y aquel que asume dicho rol ajusta sus acciones a esasreglas. El juego de construccin est regulado por las caractersticas de los objetos o escenarios que funcionan comomodelos para la construccin que se est realizando. Si el nio quiere construir un puente, sus decisiones se orien-tarn a que su obra se parezca a la imagen que l tiene acerca de este tipo de construccin.

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    En este juego de construccin en una situacin cotidiana se expresa laintencin y voluntad del jugador (nia de 3 aos), su imaginacin y lasreglas que imponen el contexto y las caractersticas de los objetos.

    Por todo lo expresado, entre otras cosas, jugar le permite a los nios pequeos:

    Manejarse en un contexto que le posibilita ejercitar funciones cognitivascon las que ya cuenta, potenciar la exploracin y la construccin delconocimiento.

    Negociar con otros, ponerse de acuerdo y compartir valoraciones, percep-ciones y emociones sobre s mismo, los otros y las cosas.

    Construir un grado de confianza cada vez mayor en su propia capacidadfrente a lo que puede hacer y adquirir la fuerza de voluntad para perseve-rar en el aprendizaje (logros que contribuyen a su autoestima).

    Aprender a coordinar acciones, tomar decisiones y desarrollar una progre-siva autonoma.

    Resolver problemas y reducir las consecuencias que pueden derivarse delos errores frente a situaciones nuevas.

    Enriquecer su mundo cultural al conocer y participar de producciones pro-pias de su comunidad y de otras comunidades.

    Estas afirmaciones nos permiten comenzar a comprender por qu es tan impor-tante, en los nios pequeos, privilegiar la presencia del juego en los espaciosformales de aprendizaje.

  • 1.2. El juego como medio y contenido: las propuestas de enseanza

    En el Jardn de Infantes se realizan diferentes actividades. Algunas estn orienta-das al aprendizaje de ciertos hbitos de orden, higiene, alimentacin y cortesa.As, los saludos, el momento de la colacin y el orden de los objetos forman partede las tareas cotidianas. Cuanto ms pequeos son los nios, ms dependen deladulto en la realizacin de estas actividades y parte de los objetivos vinculadoscon la autonoma y el propio conocimiento, estn orientados a la adquisicin deestos hbitos.

    Adems, forman parte de la vida del Jardn otras actividades que hacen a laexpresin verbal y no verbal. As dibujar, pintar, cantar, escuchar cuentos o poe-sas, cuidar pequeos animales o plantas son actividades usuales. Tambin inte-gran este tipo de actividades ms tradicionales, ciertas estructuras vinculadascon el juego, como por ejemplo, el juego en sectores o reas (llamado en algunosdocumentos y libros Juego trabajo), el juego dramtico, centralizador o desala total denominaciones que varan segn el enfoque que se utilice.

    A fines de los 80 y de la mano de las corrientes crticas de pensamiento, se pro-fundiza la idea de concebir a la Educacin Inicial como espacio educativo decarcter democratizador, que legitima el Derecho a la Educacin para todos losnios del pas. As, el Jardn de Infantes se instala ms clara y explcitamentecomo institucin con responsabilidades en la distribucin de saberes considera-dos valiosos para la infancia. En consonancia con esta lnea y en el marco de losprocesos de reforma que caracterizaron la dcada de los 90, cobran importancialas propuestas orientadas a adquirir conocimientos en los que se apela a los cam-pos disciplinares.

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    Sala anexa de Nivel Inicial de la Escuela N 680, Aristbulo del Valle, Misiones.

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    Las disciplinas cientficas se constituyen en fuente para la definicin de conteni-dos a ensear. Se remite a los mismos, en tanto herramienta o instrumento paraque los nios comiencen a conocer y comprender la realidad social-cultural,natural. As, aparecen nuevas propuestas de trabajo en la sala, vinculadas con laenseanza del sistema de numeracin, la indagacin del ambiente natural ysocial, la alfabetizacin inicial, etc.

    Esta nueva forma de concebir los contenidos de enseanza para el Nivel Inicial,permiti comprender mejor aquello que suceda en las salas de Jardn deInfantes y tambin, potenciar en nuevos sentidos y direcciones, la capacidad deaprender que los nios pequeos tienen. Sin embargo, a modo de pndulo, tuvoconsecuencias complejas en relacin con la forma de ensear. Algunas situacio-nes de sala empezaron a denotar cambios que las asemejaban a formatos clsi-cos en otros niveles. En algunos casos se comenz a trabajar los contenidos dis-ciplinares, como si fueran un fin en s mismo, hecho que deriv en una suerte deprimarizacin o espejo de la escolaridad bsica, al tiempo que parecan per-der peso y presencia, rasgos propios del nivel, muchos de ellos de carcter fun-dacional y permanencia histrica. El juego fue uno de ellos.

    Una investigacin realizada entre los aos 1999 y 2002 en salas de nios de 3 y 5aos de la Ciudad de Buenos Aires y de Santiago de Chile, puso de relevancia elcambio que se observaba en las salas con respecto al juego en particular y alaprendizaje en general (Sarl, 2006).

    Jardn de Infantes de Clorinda, Formosa.

  • Este trabajo mostr que:

    Las actividades que involucran el aprendizaje de actitudes y facilitan laadaptacin al ambiente de clase a partir de la enseanza de habilidadestales como compartir, escuchar, ordenar y seguir la rutina de la clase ocu-pan cerca del 50% del tiempo escolar.

    Las actividades vinculadas con ejes o reas disciplinares representan el30% de las situaciones de enseanza.

    Las actividades vinculadas con el juego alcanzan el 20% del tiempo escolar.

    En este estudio, resulta significativo tambin qu tipo de juegos involucra el 20%del tiempo asignado. Aqu las cifras resultan menos alentadoras ya que muestranque slo el 7% del tiempo de juego est vinculado con propuestas ldicas paraensear contenidos. El resto del tiempo refiere a juegos espontneos en la sala oen el patio.

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    Tipo de actividad segn modalidad curricular (en porcentajes)

    Actividades cotidianas

    Actividades sobre reas disciplinares

    Actividades ldicas

    Actividades cotidianas yvinculadas con reas disciplinares

    Juegos propuestos por los docentes

    Juegos libres en el patio o en la sala

    Tipo de actividad considerando diferentes situaciones ldicas (en porcentajes)

    Fuente: Sarl, P. (2006) Ensear el juego y jugar la enseanza , Buenos Aires, Paids, pg. 71 y 80 respectivamente.

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    Qu nos indican estas cifras? Por qu son importantes?

    Este estudio hecha luz sobre la trascendencia que asumen los distintos tipos deactividades y los espacios de tiempo que el maestro destina a cada propuesta.Es en esta decisin del maestro donde se juega la fisonoma que asumir el ense-ar en cada sala y, en consecuencia, la calidad de la experiencia de aprendizajeque se ofrece a cada grupo.

    Esto hace que resulte imperativo focalizar y reflexionar acerca de la organizacinde las propuestas en relacin con la organizacin del tiempo, para identificar ladedicacin a cada tipo de actividad y visualizar qu rasgos asume la propuestaglobal en el da a da de la sala.

    Adems, en relacin con los tiempos de juego, resulta imprescindible volver apensar la intencionalidad con la que se lo incluye. Queda claro, segn las cifrasexpresadas anteriormente, que la presencia del juego resulta demasiado limita-da y pobre. Si, por aadidura, la propuesta de juego slo est referenciada aljuego espontneo o como vehculo para ensear contenidos, la situacin se hacems preocupante an.

    Si bien el juego puede ser pensado como mtodo, recurso, motor de desarrollo ymodo de presentar las actividades, lo que est puesto en cuestin es el hecho dejugar; la posibilidad de ofrecer espacios y tiempos que le permitan al nio acre-centar su repertorio ldico, usar su imaginacin en la creacin de escenas,expresar sus ideas a travs de un tipo de actividad que le es propia.

    Las posibilidades concretas de aprendizaje que el juego les brinda a los nios,constituyen ricas alternativas que no deberan desaprovecharse. El juego debeser parte constitutiva de nuestra propuesta de enseanza. Como un conteni-do a ensear y como un modo de ensear contenidos. El entrelazado entrejuego y contenido hace de nuestra propuesta un espacio potencialmente msrico para el aprendizaje.

    Creemos, en consecuencia, que es necesario darle al juego un protagonismoexplcito en el diseo y la puesta en marcha de la propuesta didctica, a par-tir de considerar los diferentes tipos de juego y evaluar las articulaciones queresulten ms pertinentes con otros contenidos.

    En este sentido, en esta Serie de Cuadernos nos ocuparemos de tres tipos dejuego:

    Juego dramtico, en tanto toma como base la funcin simblica propia delos modos de conocer y comprender el mundo del nio pequeo.

    Juego de construcciones, dado que ofrece la posibilidad de explorar laspropiedades de los objetos, construir escenarios para los juegos y respon-der a modelos.

    Juegos con reglas convencionales, que comprenden a los juegos tradicio-nales, los juegos de cartas, con dados, recorridos, etc. Si bien este tipo dejuegos aparece con mayor fuerza durante el perodo de concurrencia a laescuela primaria, -cuando los nios comprenden ms cabalmente el senti-do de las instrucciones y el significado de no cumplirlas-, su abordaje en elnivel es de una riqueza enorme tanto como espacio de apropiacin de locultural como experiencia de aceptacin de normas sociales.

  • Nos interesa, entonces, acercarles una propuesta que permita visualizar cmo eljuego puede orientar prcticas de buena enseanza en el Jardn de Infantes. Esdecir, una manera posible de que el juego pueda constituirse en contenido aensear y en formato o vehculo para la enseanza.

    Tal como sealamos, presentaremos tres Proyectos a travs de distintos recorri-dos que acentan un tipo de juego en particular.

    Les proponemos poner en discusin, antes de entrar de lleno en las propuestas,algunas cuestiones vinculadas con la gestin del tiempo escolar y las prcticas deenseanza, que nos permitirn situar las propuestas ldicas en prcticas reales,posibles y concretas.

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    Jardn de Infantes, Clorinda, Formosa. Sala anexa a escuela primaria de Aristbulo del Valle, Misiones.

    Jardn de Infantes, Ingeniero Jurez, Formosa. Jardn de Infantes, Fontana, Chaco.

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    2. La Educacin Inicial y la organizacin de los tiempos

    La Educacin Inicial es el primer nivel del sistema educativo. Por ser parte de unapropuesta de educacin formal, las actividades se suceden en un espacio, untiempo determinado y con un modo de organizacin que, si bien pueden diferir(segn la cantidad de nios, sus caractersticas, las orientaciones curriculares, laexperiencia del maestro, las particularidades de la comunidad en la que estinserto el Jardn), tambin guardan ciertas regularidades. Espacios organizadosen reas o rincones temticos, tiempos que se establecen con mayor flexibilidadque en la escolaridad bsica, contenidos que buscan responder a las necesidadese intereses de los nios pequeos, enfoques que privilegian al juego como formade presentar los contenidos y plantear las actividades, tornan muy semejantes alas escuelas infantiles de La Quiaca, Ro Gallegos, Buenos Aires, Clorinda oMendoza.

    Asimismo, las propuestas educativas de una punta a la otra del pas, guardan pro-fundas similitudes en la definicin de objetivos tales como el desarrollo de loexpresivo, la inmersin en la vida social, la potenciacin de aspectos evolutivos,la alfabetizacin inicial y el abordaje de contenidos de corte disciplinar. En todoslos casos con explcita mencin del juego como contenido, como medio o comometodologa. Estos son aspectos presentes tanto en la documentacin curricu-lar como en el material bibliogrfico que nutre las prcticas docentes.

    Nos preguntamos, sin embargo, si con esto resulta suficiente.

    Cmo, desde nuestras propuestas de enseanza,se favorece el cumplimiento de los propsitos generales

    de la Educacin Inicial?

    Algunos organizadores de las prcticas docentes cotidianas en la salas son:

    La organizacin de los espacios.

    El uso y distribucin de los tiempos.

    La presentacin de materiales para la enseanza.

    Los contenidos.

    Los modos de intervencin docente.

    El tipo de actividad que realizarn los nios.

    El modo en que est conformado el grupo (por ejemplo salas con nios deedades homogneas o heterogneas).

    De todas estas variables, hemos seleccionado algunos criterios sobre el uso deltiempo, su organizacin y distribucin. La elegimos dado que es una de las variablescuya organizacin est a cargo centralmente del maestro. En sus prcticas cotidia-nas, cada educador lo aborda y organiza desde distintos enfoques y perspectivas.Este modo de gestionar el tiempo se plasma en el armado de las agendas o crono-gramas semanales, los Proyectos y las unidades mensuales o bimensuales, etc.

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    Sala anexa de Nivel Inicial de la Escuela Primaria N 680, Aristbulo delValle, Misiones.

    Jardn de Infantes, Clorinda, Formosa.

    Nos interesa acercar algunas ideas que pueden facilitar la reflexin y elanlisis conjunto acerca del uso del tiempo. Estos criterios resultarntiles para pensar los Proyectos que les proponemos en esta serie.

    En el uso del tiempo, vamos a considerar las actividades que se organizan a lolargo de una semana, dado que es la unidad temporal ms pequea que los maes-tros del Nivel Inicial suelen utilizar para organizar la propuesta didctica. Porotra parte, nos permite ver cmo se distribuyen las diferentes actividades, elpeso relativo que tienen entre s, su secuenciacin, etc. A diferencia de laEducacin primaria en donde los tiempos se establecen, en general, en bloquesde 40 minutos, en el Jardn de Infantes, los tiempos (exceptuando los que estnregulados por la presencia de profesores especiales de msica o educacin fsi-ca) se administran tratando de seguir el ritmo que los nios tienen para apren-der, intercalando las novedades propias del calendario escolar y las diferentescircunstancias que atraviesan la vida cotidiana de las escuelas.

    A pesar de los imponderables que forman parte de la situacin didctica, elmaestro puede monitorear ciertos aspectos en la gestin del tiempo que son losque se abren a la reflexin. No presentamos ejemplos magistrales, sino ejem-plos que ayudan a realizar un ejercicio de anlisis, a focalizar en determinadoscriterios sobre los que se basan los Proyectos de esta Serie de Cuadernos. Nosinteresa poder responder esta pregunta:

    Cmo, desde el uso y la organizacin de los tiempos,promovemos ricas oportunidades de aprendizaje para los nios?

    2.1. Las actividades cotidianas o de rutina

    Los saludos, los registros de asistencia, el calendario, el estado del tiempo, lasrondas de intercambio, los momentos de colacin, los desplazamientos y el juegoen el patio son actividades que suelen llamarse cotidianas o de rutina.

  • Las actividades cotidianas, tomando la metfora del tejido de un tapiz,pueden resultar como los hilos conductores o la urdimbre, a partir de lacual se teje la trama de todas las propuestas de enseanza y de aquellasque se sostienen en el campo ldico.

    Una de nuestras tradiciones pedaggicas considera que las actividades cotidianas ode rutina tienen el valor de permitirle a los nios realizar anticipaciones bsicasacerca de qu acontece durante la jornada escolar. Esto es muy importante paranios que an no manejan el tiempo cronolgico. Las rutinas permiten que los niosno vivan la organizacin del tiempo como azarosa o aleatoria. Esta anticipacin leda un carcter confiable, previsible hacia la institucin y la tarea, brindndole ordeny seguridad. Sin embargo, estas actividades cotidianas, no pueden ocupar un tiem-po demasiado extenso en la jornada de trabajo. Si el peso de estas acciones resultamayor al de otras propuestas, seguramente se estar despojando a los nios de dis-tintas oportunidades de juego y de otras situaciones de aprendizaje.

    Si bien todos los nios necesitan de las actividades rutinarias, su presencia tienemayor relevancia en aquellos que inician la integracin al Jardn de Infantes porprimera vez.

    Para entrar de lleno en el tema, realizaremos un ejercicio para analizar juntos elsiguiente cronograma o agenda semanal. Este posible esquema pertenece a una salade nios de 5 aos, que asisten al Jardn durante el turno tarde, alrededor de 3hs.15m. Aqu slo se presentan a las denominadas actividades cotidianas o de rutina.

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    Lunes Martes Mircoles Jueves Viernes

    Ingreso. Saludo a la bandera y al Jardn.

    Momento de Intercambio en sala.

    Toma de Asistencia. En algunas ocasiones, se comenta acerca del tiempo o elregistro meteorolgico.

    Propuesta X Propuesta X1 Propuesta X2 Propuesta X3 Propuesta X4

    Higiene de manos. Merienda.

    Patio.

    Propuesta Y. Propuesta Y1. Propuesta Y2. Propuesta Y3 Propuesta Y4.

    Despedida.

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    En esta Serie de Cuadernos usamos la definicin tradicional de JuegoTrabajo que aparece en los libros clsicos de Nivel Inicial (Fritzche, C. yDuprat, H. San Martin de. 1969; Fundamentos y estructuras del Jardin deInfantes. Estrada. Buenos aires; Bosch, L.; Menegazzo, L y Gally, A. 1969;El Jardin de Infantes Hoy. Buenos Aires, Liberia del colegio; Denes, 1989).Es decir, el Juego Trabajo designa un tipo de actividad organizada enpequeos grupos, en los que los nios eligen un sector de la sala dondevan a jugar (dramatizar, construir, resolver juegos de mesa o de explora-cin de objetos) o realizar diferentes tipos de propuestas (dibujar, mode-lar, mirar libros, etc.). Como tipo de actividad se organiza en cuatromomentos. En el primero (planificacin), frente a la propuesta del maes-tro, los nios eligen y deciden dnde, con quin, con qu y qu van ahacer. El segundo momento (desarrollo) corresponde al momento dejuego. El tercero y cuarto momento suponen el orden y la evaluacin dela propuesta. Como tipo de actividad, en algunos textos se lo ha denomi-nado multitarea (Sarl, 2001) o, sencillamente, juego en rincones.

    Generalmente la estructura interna de la propuesta cotidiana tiene el mismo for-mato, con variaciones durante el transcurso del ao, el estilo del docente, la sala,etc. Segn las provincias, puede ser que algunos jardines tengan materias curri-culares de alrededor de media hora durante la semana, como Educacin Fsica oMsica. Este hecho no modifica nuestro propsito a los efectos del ejercicio deanlisis. Por el contrario, como generalmente responden a horarios fijos, elmaestro sabe qu das tiene ms o menos tiempo para realizar lo que denomina-mos Propuestas X e Y.

    Las Propuestas que enunciamos como X e Y pueden ser la narracin decuentos, los talleres de plstica, el perodo Juego Trabajo o juego en rincones.Tambin pueden ser actividades vinculadas con diferentes reas como juegosmatemticos, actividades de msica, expresin corporal, literarias; o aquellasque se enlazan con las Unidades Didcticas o los Proyectos. Una gran variedadde ofertas posibles!

  • Un problema que suele observarse en torno a las actividades de rutina es lo quese ha llamado rutinizacin. Es decir, cuando estas tareas por su mecanizacino automatizacin, por la progresiva prdida de sentido, o por el aburrimientoque conllevan, se transforman en actividades vacas donde la reiteracin seritualiza en forma cerrada y de manera prolongada innecesariamente.

    Veamos un ejemplo: la higiene de manos, la tarea de lavarse las manos, tanobvia y sencilla para los nios mayores, implica, sin embargo variados y mltiplesaprendizajes, algunos relacionados con la habilidad manual y motora y otros msligados a la articulacin de pequeas acciones que posibilitan el tomar el jabn,regular el agua, limpiarse toda la mano, enjuagarse y secarse.

    Seguramente esta tarea, que en sala de 5 se completa en un mdulo de tiempobreve, que es el necesario para que los nios con absoluta independencia resuel-van la situacin, en una sala de nios de 3 aos requerir de un lapso de tiempomucho mayor. El maestro organizar al grupo para ir al bao, mostrar cmo lle-var a cabo la higiene de manos, dar indicaciones y se lavar con ellos, tendr unamirada atenta a la tarea a los fines de que lo hagan correctamente, no se mojen,se sequen, etc.

    Ahora bien, una vez que los nios dominan y consolidan este desempeo, resul-ta absolutamente necesario que el formato de la actividad se modifique de modode adecuar tanto la extensin de los tiempos como los modos organizativos a losniveles de mayor autonoma logrados por parte de los nios

    Es decir que el formato de la propuesta, la regulacin de los tiempos individua-les, del grupo pequeo y del grupo total, cambian a medida que los nios se apro-pian de un aprendizaje que, en el caso del que hablamos, muchos habrn inicia-do con sus familias.

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  • Tomando como base el esquema de la primera agenda, tratemos de pensar res-puestas a estos interrogantes:

    Cunto tiempo llevan las actividades cotidianas a lo largo de un da?

    Cmo se articulan las actividades cotidianas, las propuestas X e Y y laregulacin de los tiempos?

    Cules son los problemas que enfrentamos cuando tratamos de resolverel interjuego entre las actividades cotidianas y el resto de las propuestasdidcticas? Y entre aquellas y las propuestas ldicas?

    Las actividades cotidianas implican un progresivo aprendizaje por parte de losnios y experimentan modificaciones durante el ao escolar. A veces, la rutinade los modos de hacer en la sala hace que algunas acciones o propuestas semantengan en el tiempo, desgajadas ya de aquello que les otorg sentido. Nopensar sobre ellas, no modificarlas o acomodarlas a los cambios que los gruposvan logrando, hace que se transformen en rituales sin razn de ser y generan unaprdida de tiempo valioso y productivo para otras tareas ms enriquecedoras.

    Probablemente lo ms significativo sea aceptar el reto de que las activi-dades cotidianas no tengan mayor peso semanal que las propuestas deProyectos, Unidades Didcticas o ejes de trabajo. Este debera ser nues-tro primer criterio a la hora de organizar una propuesta semanal. E

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    Jardn de Infantes N 18, Clorinda, Formosa.

  • 2.2. El tiempo instructivo y el tiempo inerte

    El peligro de caer en la rutinizacin de las prcticas de enseanza abre unanueva pregunta: cul es el tiempo dedicado a ensear en una escuela infantil?La primera respuesta que puede surgir es que todo el tiempo se usa para ense-ar. Sin embargo, no es as. Si tratamos de descomponer el tiempo escolar,podemos llevarnos algunas sorpresas.

    En un estudio sobre el tiempo escolar, Regina Gibaja (1993)6 diferencia, entreotras categoras, el tiempo instructivo del tiempo inerte. Si bien es unanominacin pensada para la escolaridad primaria, creemos que tambin puedeser til para el Nivel Inicial:

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    Gibaja, R. 1993. El tiempo instructivo. Buenos Aires, Aique.6

    El tiempo instructivo es definido como: el tiempo acadmico dedicadoal aprendizaje de contenidos instructivos con un nivel de dificultad ade-cuado a los estudiantes. Es el tiempo potencialmente productivo (p.56-57). El maestro es el principal promotor de actividades instructivas a lolargo del da al iniciar propuestas que resultan valiosas, adecuadas y con unritmo sostenido para todos los nios.

    Al tiempo inerte se lo describe como: el tiempo en el que el potencial deaprendizaje est ausente;la actividad del maestro no es de enseanza(p. 57). Es un tiempo vaco que comprende interrupciones o visitas exter-nas, desorden (generalizado, parcial o individual), tiempo sin tarea oausencia de actividad sin que por ello se provoque desorden. La maestrapuede estar presente, pero est en otra cosa, en retirada.

    Escuela N 529, Aristbulo del Valle, Chaco.

  • Cmo actan el tiempo instructivoy el tiempo inerte en el Jardn de Infantes?

    Siguiendo con el ejemplo de la agenda de actividades cotidianas y la rutinizacin,podramos sealar ejemplos de tiempo instructivo, cada vez que el maestro pre-senta una actividad, acompaa un juego, juega con los nios o los observa aten-tamente, cuenta un cuento, etc. Por otra parte, los tiempos de espera de losnios en el ejemplo de lavarse las manos; los tiempos en que los nios estn sintareas porque el maestro necesita completar las comunicaciones en los cuader-nos o cumplir tarea administrativa de la sala son tiempos inertes. Es cierto quemuchas veces los nios estn ocupados (por ejemplo, en un juego libre en rinco-nes), pero nos interesa resaltar que la figura ausente es la mirada del maestro.

    El punto crtico sobre la organizacin del tiempo escolar est en la calidad de laspropuestas de enseanza, las oportunidades temporales diarias en que losdocentes estn con los nios compartiendo una merienda, acompaando unjuego, observando el desarrollo de una actividad o enseando desde diversasestrategias. Podemos preguntarnos:

    De qu modo la forma en que se usa el tiempo logra configurar un contex-to facilitador de aprendizaje para los nios?

    Cmo se pone a disposicin del nio el universo cultural a lo largo deltiempo que pasan en el Jardn de Infantes?

    Cunto tiempo del Jardn resulta inerte por la ausencia de la mirada delmaestro?

    Cunto tiempo estn los nios ocupados en algo, pero no en aquello que debe-ran aprender mientras asisten al jardn?

    Un segundo criterio que nos puede ayudar es atender al peso que tieneen la organizacin diaria, el tiempo instructivo y el tiempo inerte. La pre-sencia de actividades alternativas, ricas y planificadas por el maestropuede ser un modo de transformar momentos aparentemente inertesen instructivos.

    Analicemos cmo juegan estos conceptos en un ejemplo concreto. La situacinque presentamos tiene lugar en una sala de nios de 4 aos que asisten a unJardn de jornada completa. Es un grupo de 24 nios, alrededor de mitad de ao.Todos los nios tienen experiencia escolar previa. Debido a que es un ejercicio deanlisis, obviamos trabajar sobre la singularidad que puede implicar un Jardn dejornada completa.

    Veamos qu sucede en el turno de la tarde:

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    Tarea Tiempo total

    (3 hs.- 180 minutos)

    Almuerzo. 45 m.

    Espera para ir al sanitario. Al principio cantanuna cancin conocida, luego hay desordencontrolado.

    10 m.

    Organizacin de la hilera para atravesar el patiointerno y desplazarse al parque (cercano).

    5 m.

    Parque. Juego libre. 25 m.

    Espera para ir al sanitario (desorden general). 15 m.

    Organizacin de la merienda. 10 m.

    Merienda. 20 m.

    Narracin de un cuento y lectura de imgenesdel cuento.

    30 m.

    Despedida del Jardn, con todos los grupos desalas.

    10 m.

    Organizacin del grupo y traslado al hall central.Llegan 5 m. antes de que finalice el horario. Lasfamilias van entrando en orden.

    10 m.

  • En resumen, se registran:

    Actividades cotidianas (almuerzo, juego en el patio, despedida) 110 minutos

    Tiempo inerte (desplazamientos, esperas) 40 minutos

    Tiempo instructivo 30 minutos

    Una vez finalizado el almuerzo, la propuesta que tiene mayor peso pedaggico esNarracin del cuento y lectura de imgenes, pero es a la que se dedica menostiempo.

    Veamos otro ejemplo, esta vez en una jornada simple de 3hs. 15m (195 minutos).

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    Tarea Tiempo total

    (195 minutos)

    Entrada al Jardn. Saludos iniciales. Registros. 15 m.

    Ronda de intercambio de novedades. 20 m.

    Actividad plstica. 30 m.

    Higiene y Colacin. 30 m.

    Juego en el patio.Momento de higiene y descanso.

    30 m.

    Narracin de un cuento y lectura de imgenesdel cuento.

    25 m.

    Educacin Musical. 30 m.

    Preparacin para la despedida del Jardn.Reparto de cuadernos y comunicacionespara la familia.

    10 m.

    Organizacin del grupo y traslado. 5 m.

  • En este caso, las actividades cotidianas cubren 100 minutos, se reduce el tiempoinerte o de espera (5 minutos) y aumenta notablemente el tiempo instructivo (85minutos).

    Nos interesa resaltar tres cuestiones:

    1. Algunas situaciones pueden ser consideradas tiempo inerte o instructivosegn la forma en que el maestro asuma su empleo. Por ejemplo, elmomento de Despedida del Jardn, con todos los grupos de salas puedeser un acto rutinario carente de inters o por el contrario, un momentorico para socializar algunas de las novedades de las salas, observar las pro-ducciones plsticas de ese da, escuchar cmo armaron un insectario otroscompaeros de las salas y las maestras, cantar una nueva cancin y rersecon los chistes y las rimas que inventaron otros.

    2. En ambos cronogramas el juego, como lo definimos en este Cuaderno, estausente. Los momentos de juego en el patio son necesarios e imprescindi-bles, pero no suficientes para garantizar su presencia con intencionalidadde enseanza.

    3. Dadas las caractersticas de la propuesta didctica en el Jardn, la unidadtemporal mnima para planificar es la semana. Para el anlisis del uso deltiempo, presentamos ejemplos de un da, pero el equilibrio y la gradua-cin de las actividades, su relacin con la Unidad Didctica, Proyecto oSecuencia elegida, suponen considerar diferentes propuestas. En estesentido, ambos cronogramas, an cuando podran encontrarse en cual-quier planificacin, se presentan al slo efecto de comparar el tiempoque lleva cada actividad. Volveremos sobre este aspecto ms adelante.

    Posiblemente la mayor frecuencia de los tiempos inertes en el Jardn, estn vin-culados con los tiempos de espera, las demoras, particularmente cuando la espe-ra no resulta acotada, razonable para el umbral de tolerancia de los nios.

    La preocupacin que surge es que el tiempo inerte resulte superior al tiempoinstructivo. Si podemos identificar estas situaciones nos resultar ms fcil con-tar con propuestas y tareas alternativas que tiendan a maximizar el uso del tiem-po escolar. As, observar un libro, una revista, compartirla o comentarla con uncompaero; tener una caja con animalitos de cotilln; contar con tteres dededos, tteres varilla o manoplas; jugar al Tangram o algn juego de mesa senci-llo pueden ser propuestas abiertas y disponibles para transformar tiempos deespera o inertes en tiempos con actividades con sentido ldico y productivo paralos nios.

    An as, siempre pueden aparecer obstculos o imponderables que no permitenimplementar todas las propuestas diseadas y que generan un tiempo inertepropio de la realidad escolar. Vale preguntarse entonces, qu criterio utilizo, enel caso que tenga que excluir o dejar sin trabajar aquello que planifiqu? quresulta ms potente y significativo para los nios? cmo rearmo la propuesta?

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    Jardn de Infantes N 14, Clorinda, Formosa.

    2.3. La organizacin de la enseanza y los tiempos

    En la Educacin Inicial existen diferentes formas deorganizar los contenidos: Unidades Didcticas,Proyectos o Secuencias. Cada jurisdiccin suele elegirun modo particular o la inclusin de varios modelosdidcticos segn el tema, la ocasin, etc. En trminosgenerales, se suele hablar de Unidades Didcticascuando se hace referencia a un hecho social/naturalque se quiere ensear: La granja, El kiosco de dia-rios, suelen ser ejemplos de recortes posibles.

    En esta misma lnea, los Proyectos son estructurasdidcticas en donde el sentido de la tarea gira alre-dedor de un tema. El Proyecto se orienta a realiza-ciones individuales, en pequeos equipos y en con-junto de los nios de la sala para la concrecin de unobjetivo comn. Los nios tienen fuerte participa-cin y protagonismo en la realizacin del mismo. ElProyecto es la materializacin de las propuestas quepromueven la ampliacin y el enriquecimiento delos registros de vida de los nios.

    En algunos casos, un Proyecto puede coexistir conuna Unidad Didctica y ser o no complementario desta. Por ejemplo, una Unidad centrada en losMedios de Comunicacin Social en la que elProyecto de la sala de 5 aos consiste en confeccio-nar El Peridico Mural de Noticias de la Sala.

    En otros casos, los Proyectos pueden referirse a uneje de algn contenido disciplinar. Por ejemplo, unProyecto de Retratos en el marco del campo de lasArtes Visuales. Las combinaciones son mltiples.Depende del modo en que cada escuela o institucindefina los contenidos que son relevantes para losnios y la comunidad.

    Uno de los temas que resulta importante tratar parael diseo y la implementacin de propuestas deenseanza es la organizacin del tiempo en trmi-nos amplios (semana y mes) y en trminos discretos(da). El punteo intenta ser un breve recordatorioque facilite tanto el aprendizaje de los nios comonuestra tarea de ensear.

    Murales del da de la familia. Escuela N 908, Tigre,Provincia de Buenos Aires.

  • 2.3.1. Organizacin del tiempo extenso del Proyecto

    Difcilmente un Proyecto se resuelve en una semana. Todo Proyecto supone laintegracin de diversos tipos de actividades que se suceden en una secuenciatemporal ms o menos extensa. Las actividades cotidianas van conformando eltejido del Proyecto. Deben enriquecer el tratamiento de la temtica elegida yevitar caer en formatos rutinarios que restringen el tiempo para aprender.

    Qu aspectos necesitamos tener en cuenta a la hora de organizar el tiempoextenso de un Proyecto?

    En el Proyecto, el maestro combina diferentes tipos de propuestas:momentos grupales e individuales o en pequeo grupo. Situaciones detareas mltiples como el Juego Trabajo y otras que son idnticas paratodos. En algunas situaciones, mientras un grupo realiza una actividad querequiere un seguimiento exhaustivo del maestro, otro se ocupa de tareasms sencillas que pueden realizarse de manera ms autnoma.

    Es importante la variedad de propuestas que aborden diferentes formas deconocer:

    Intercambios orales, conversaciones.

    Producciones de los nios.

    Formatos de juego diferentes (dramtico, de construccin, reglado).

    Experiencias en la sala y fuera de ella.

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    Los NAP para el Nivel Inicial sealan: reconocemos la especificidad delos marcos disciplinares y didcticos, a la vez que valoramos las estrate-gias pedaggicas que en el Nivel Inicial contextualizan saberes a travs deintervenciones que permiten abordar recortes significativos de la reali-dad. Las propuestas de enseanza pueden adoptar formatos muy diver-sos como por ejemplo la unidad didctica y los proyectos que presentanitinerarios didcticos que articulan contenidos de algunas reas delcurrculo segn el recorte del ambiente a indagar y la direccionalidad delos objetivos definidos. Pueden incluir entre otros, experiencias directas,salidas, estrategias metodolgicas como el juego-trabajo, juego centrali-zado, talleres y otras alternativas con o sin componente ldico. Otrasestrategias de enseanza son las secuencias didcticas especficas de unrea que pueden planificarse de modo independiente de las anteriorespara evitar integraciones forzadas, como por ejemplo juegos matemti-cos, experiencias cientficas, narraciones, poesas, etc., y realizarse enforma paralela con las unidades didcticas y/o proyectos. (Pg. 14).

  • En todos los casos, las actividades resultan articuladas y se van enlazan-do otorgndole mayor riqueza y complejidad al Proyecto que las englo-ba. Siempre suponen un alto grado de protagonismo por parte de todos losnios.

    Las diferentes propuestas articuladas en un recorrido, le dan vida alProyecto y posibilitan su sostenimiento.

    Las actividades de los nios no se trabajan de manera aislada o fuera delProyecto, an cuando puedan convivir con otro tipo de propuestas no vincu-ladas directamente con ste (por ejemplo, la celebracin de una efemride).

    Para armar la agenda semanal se deber tener en cuenta la existencia dealgn acto escolar o festejo, si hay materias curriculares.

    La duracin del Proyecto se relaciona con la calidad de la propuesta que seofrezca a los nios. Depender de las experiencias directas (dentro y fuerade las salas) que pueda organizar el docente, de la riqueza de las activida-des, de los modos de organizar la tarea de los nios que habilite contextosde aprendizaje valiosos, etc.

    Hasta hace poco tiempo resultaba fuerte una tradicin pedaggica en lacual se supona que a mayor variedad de propuestas, mayor riqueza para lapotencial adquisicin de conocimientos por parte de los nios. Esto deriven que se realizaran muchas actividades diferentes, aisladas en muchoscasos, inconexas entre s. Cada actividad resultaba una suerte de explora-cin que no lograba consolidarse por no reiterarse en varias oportunida-des (con o sin variaciones) y no permita el logro de aprendizajes superado-res de los iniciales.

    No son las actividades sueltas, an cuando sean numerosas o diversas, lasque garantizan una enseanza de calidad. Son las actividades en el marcode un Proyecto, y la forma en que, a lo largo de las semanas se brindanoportunidades a los nios para conocer sobre un tema a travs de aproxi-maciones reiteradas y con progresivos niveles de complejidad. Adems losnios necesitan tiempo para apropiarse de la dinmica de la propuesta,para poder anticipar y participar activamente de la resolucin de la tareaque se trate. Necesitan tiempo para adecuarse al modo de intercambio ycomunicacin que supone la actividad y el despliegue de las habilidades quecompromete.

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  • A esta altura podemos enunciar un tercer criterio a tener en cuenta:

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    Instalar un Proyecto en una sala re-quiere de tiempo para que los nioshagan experiencia y doten de sen-tido las actividades que se les propo-nen. Esto requiere que algunas activi-dades y contenidos necesiten ser rei-terados. Reiterar, de la misma mane-ra, o apelando a acotados cambioscomo por ejemplo enriqueciendo elnmero de materiales entregados, laorganizacin del espacio y los esce-narios de juego, etc. Es decir, maxi-mizar las oportunidades de aprenderla propuesta inicial y los contenidosseleccionados.

    Durante el proceso de planificacin, cuando se piensa sobre el tema delProyecto, puede resultar til hacer un primer listado de las actividades posibles.Un listado orientativo imprescindible para no estar improvisando sobre la mar-cha y prever el mayor nmero de propuestas posibles.

    Sin embargo, cuando realmente se pone en marcha el Proyecto es cuando sereconstruye la agenda original. Aqu es importante estar atento a las situacio-nes en las cuales los nios requieren de mayor tiempo de juego o de trabajo; ques necesario reiterar porque no qued suficientemente claro o por el contrario,result tan rico que vale la pena darle una vuelta ms. Es decir, sobre la marchase toman decisiones que revisan, reconstruyen, enriquecen o superan nuestrasexpectativas de partida.

    En este sentido, la Planificacin no es un cors del cual no podemos salirnos. Eltendido original del Proyecto puede necesitar ser reestructurado o modifica-do sin que esto signifique perder el rumbo sobre aquello que se est intentandoensear. Es decir, el maestro reflexiona acerca de cmo los nios van aprendien-do y reconstruye el recorrido original en funcin de este anlisis. Pasa del diseoinicial a la revisin del mismo en funcin de las respuestas de los nios.

    Ahora bien;

    Cmo hacemos para no perder el norte o el sentido del Proyecto?

    Cmo filtramos qu itinerarios o recorridos corresponde continuar, ycules pueden quedar en el camino o necesitan ser revisados?

    La observacin y la reflexin sobre las respuestas de los nios a nuestraspropuestas es un primer indicador. Cuando la oferta es obvia, muy conoci-da o muy difcil provoca aburrimiento, desorganizacin y desinters.

    Planificar variadas actividadespara UN mismo Proyecto

  • Al reestructurar la agenda en funcin de lo que los nios van aprendiendo,se necesita identificar qu cosas no podemos resignar. Es decir, qu con-tenidos y experiencias debemos garantizar para enriquecer las oportu-nidades educativas de los nios. Los contenidos pueden abordarse pordistintas vas o experiencias apelando a los mltiples lenguajes que permi-ten conocer la realidad: lenguaje verbal, creacin literaria, musical, plsti-ca, tecnolgica, expresin corporal, etc. Es muy probable que los nios ten-gan distintas preferencias. Es muy importante que se les brinden variedadde oportunidades para que puedan sentirse protagonistas a travs de ellas.

    Desde las diversas propuestas que se le ofrecen a los nios, podemoshacer confluir alfabetizacin y juego. Ensear desde un lugar que resultaconmovedor para los nios e intrnsecamente interesante. Movilizar supropia experiencia de vida, compartirla con los pares y con el docente.

    Volveremos sobre estos aspectos al presentar los diferentes Proyectos y sus posi-bles itinerarios en los otros Cuadernos de esta serie.

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    2.3.2. El uso del tiempo en la jornada diaria

    As como se requiere pensar en trminos del Proyecto en general, tambin senecesita planificar el ritmo diario para su implementacin. Si bien es la propues-ta y su riqueza la que sostendr la atencin de los nios y permitir tiemposextendidos centrados en la tarea, nos interesa en este momento resaltar dosaspectos conocidos por todos:

    1. La necesidad de atender a los tiempos de atencin de los nios.

    2. El modo en que el tiempo se organiza en una actividad concreta.

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    a. Cunto tiempo estamos sentados a lo largo de un da? Como nues-tros nios son pequeos, con tiempos de atencin acotados y necesi-dad de movimiento, se necesita guardar un cierto equilibrio con res-pecto a las actividades que suponen permanecer sentados y aquellasen las que est implicada la expresin con el cuerpo. Esta alternanciaresulta imprescindible para el desarrollo y la estimulacin equilibradade sus potencialidades.

    Para esto facilita conocer el umbral de tolerancia y atencin de cadagrupo particular, sus posibilidades de concentracin, etc. No resultadeseable, ni es propio de los nios, la resignacin al sedentarismo cor-poral, aunque intelectualmente permanezcan proactivos o dinmicos.La forma en que los nios van construyendo y ampliando el umbral detolerancia, tiene que ver fuertemente con la calidad o riqueza de la acti-vidad que propone el docente. Es decir, no existe un determinismo omarcaje, dado por la edad biolgica; el acento ha de estar puesto en quela actividad resulte intrnsecamente significativa, y no se realizarn anti-cipaciones acerca de los lmites (supuestos) de los nios.

    Tenemos que ver en la agenda planificada y en la organizacin del tiem-po real, cmo equilibrar propuestas mltiples y variadas que impliquenactividades de los dos tipos. No es saludable que los nios permanezcancomo sujetos sujetados a las sillas, a la alfombra.

    Enunciamos entonces un cuarto criterio: en la organizacin diaria esnecesario considerar el equilibrio en la organizacin del tiempo paragarantizar los niveles de movimiento y quietud reconocidos como salu-dables para los nios.

    En una salida a la laguna cercana a la escuela, nios del Jardn Cacique Pelayo de Fontana (Chaco) indagaron el entor-no natural y jugaron juego dramtico recreando la recoleccin de agua y la caza de animales que solan realizar lascomunidades Qom, originarias de la zona.

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  • b. El tiempo de cada actividad. Mayoritariamente toda actividad que pla-nifica el maestro est compuesta por tres momentos: inicio, desarrolloy cierre. Tambin existe un supuesto que define que los tres momentosse tienen que dar de manera unitaria. Los momentos no pueden estardesagregados. En la Educacin Inicial:

    A veces el inicio resulta excesivamente extenso (aun siendo rico). Seda una suerte de agotamiento o saturacin por parte de los nios,antes de iniciar de manera potente la tarea, el desarrollo. Casi siem-pre un inicio excesivamente prolongado, predispone negativamentey causa nerviosismo.

    El desarrollo es un momento privilegiado para que la maestra ense-e, promueva distintos modos de interaccin y diferentes formas dejugar. Es el momento para ensear a jugar, intercambiar ideas sobrela resolucin de problemas concretos, ofrecer retos o desafos cogni-tivos. El desarrollo es el durante la actividad en el que se generanclimas de implicancia mutua, aprendizajes compartidos, ricas inter-acciones. El docente acta como sostn, en acciones de acompaa-miento, ayuda, enriquecimiento y colaboracin.

    El momento de cierre, es la finalizacin de la tarea y el orden de la sala.En ocasiones, se le exige a los nios una reflexin sobre la tarea queresulta formal. No siempre se toleran tiempos prolongados lo que nofavorece un buen cierre. Volver sobre lo realizado en otro momentopuede ser una alternativa ms productiva. Por ejemplo, se puede rea-lizar un rato de juego en el patio y al reingreso a la sala, ordenar odialogar sobre lo realizado. Tambin jugar con el suspenso de verms tarde qu pas con lo que hicimos. En todos los casos, se trata deaproximarse a los modos en que los nios realizan las tareas y de ade-cuar los formatos de evaluacin, anlisis, reflexin o recuperacin delo realizado.

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    El quinto criterio para resaltar:Todos los momentos de las activida-des estn orientados hacia el desa-rrollo que es el plato fuerte parapotenciar los aprendizajes. Es decir,el desarrollo es el momento centralen que los nios hacen, piensan yrecrean cultura participativamente,juegan y aprenden. Es el tiempo quetiene que ser ms rico y prolonga-do, que invite a realizar, a disfrutar.

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  • 3. Una vuelta ms: la documentacin de la tarea

    3.1. El registro de los procesos

    Queda claro para todos que la tarea dentro de la sala es intensa, diversa, variada.Conversaciones, lecturas, dibujos, cantos, pinturas, juegos una tras otra se vansucediendo actividades, dndole forma as, al da a da en el Jardn de Infantes.Nios y maestros desarrollan a lo largo de cada jornada de trabajo una serie depropuestas que se orientan a generar aprendizaje de distinto tipo que se organi-zan en torno a Ejes Temticos que estructuran la propuesta y la transforman enun todo. El maestro organiza esta estructura que sostiene aquello que se vahaciendo todos los das y, con mayor o menor nivel de organizacin, intenta pro-piciar experiencias ricas para sus alumnos con el propsito de garantizar ricosaprendizajes.

    Estos procesos, sin embargo, no necesariamente son visualizados, conocidos yentendidos por todos los actores que participan de los mismos y mucho menospor los miembros de la comunidad educativa ms amplia. Resulta difcil enten-der lo que en el Jardn de Infantes significa aprender y las modalidades queasume el ensear en este nivel educativo. Se hace complejo poner en perspec-tiva lo realizado y los logros obtenidos.

    En el Jardn no hay un cuadernito que el nio lleva a casa todos los das en el quequeda registrado lo que se hace en clase y sobre el cual se puede volver. No hayun boletn que informa peridicamente los logros a las familias y los alumnos. Nohay tarea para realizar en casa ni repaso, ni libros de texto para estudiar.Tampoco hay un relato de los nios a los adultos que de cuenta de lo aprendido,ni siquiera de la conciencia de estar participando de una situacin educativa. Loschicos cuentan si la pasaron bien, con quin jugaron, las canciones que aprendie-ron, sin que esto deje ver en forma directa aquellas experiencia de aprendizajepor las que se ha atravesado y mucho menos las intenciones didcticas de laspropuestas.

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    Jardn de Fontana, Chaco.

  • Muchas veces resulta difcil hasta para el maestro visualizar y objetivar los pro-cesos que desarrolla en la sala con sus alumnos y darles forma de evaluacin, demodo de tener clara conciencia de aquello que se ha aprendido. La evaluacin delos aprendizajes resulta sin duda un tema lgido en las salas de Jardn de Infantesy ha generado extensos, pero siempre insuficientes desarrollos en la produccinterica del campo de la Educacin Infantil.

    Sin entrar de lleno en la cuestin queremos, sin embargo, abordar aspectosnecesarios para propiciar un mayor nivel de conocimiento y conciencia en losactores implicados en los procesos de enseanza y aprendizaje, para alcanzarmejores niveles de sistematizacin que generen una aproximacin ms informa-da a la propuesta de enseanza del Jardn presentando algunas alternativasvaliosas y adecuadas a las caractersticas de Nivel Inicial. Consideramos estovalioso tanto para el maestro, ya que le proporciona informacin y datos perti-nentes para evaluar los aprendizajes de sus alumnos y el impacto de su propiapropuesta, como para los nios quienes se pueden apoderar con ms claridadde sus propias experiencias.

    Del mismo modo resulta importante para las familias, quienes acceden de estemodo a una informacin tambin clara y contundente de las propuestas de laescuela, pudiendo esto propiciar mayores niveles de interaccin entre escuela ycomunidad, un vnculo cooperativo que favorece una mejor articulacin de lasacciones de ambos mbitos.

    3.2. Hacer visible la propuesta pedaggica de las salas y el Jardn

    El desafo consiste, entonces, en hacer ms visible la propuesta del Jardn atodos los actores involucrados. La intencin prioritaria es avanzar en la expli-citacin de los procesos que se suceden en las salas, a los fines de hacer msaprehensibles tanto los aspectos vinculados a las propuestas de enseanza delos maestros como los avances en el aprendizaje por parte de los nios. As, elcentro de atencin no est puesto en la exposicin o el rendir cuentas delo que sucede en la sala, sino ms bien, en lograr, a travs de diferentes medios,documentar aquello que va sucediendo a lo largo de un Proyecto de trabajo, demodo tal de objetivarlo para poder volver sobre ste, mirarlo y pensarlo conlos actores involucrados. Slo si se asume con este sentido, el registro y ladocumentacin de las prcticas impacta en la posibilidad de comprensin,entendimiento y conocimiento de los procesos de enseanza y de aprendizajeque tienen lugar en los jardines.

    El testimonio, el escrito, la produccin, el pster, el afiche y la foto, permiten vol-ver a pensar, recuperar, afianzar, entrar en dilogo e intercambio con el itinera-rio construido y posibilitan ms y mejores aprendizajes. Invitan a repensar,desde diferentes ngulos, con los otros. Hacen pblicos una experiencia, un ins-tante, un descubrimiento. Sin testimonios, es muy difcil atrapar en lamemoria las pistas de las tareas y sostener una continuidad superadora,enriquecedora. De este modo se favorece la enseaza y se habilita una forma demirar las estrategias y aprendizaje de los nios.

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  • Si se avanza en un proceso de documentacin con organizacin, sistematicidady rigurosidad en el registro y la recoleccin de los datos se puede lograr queesta estrategia se transforme en fuente de insumos importantes para la eva-luacin de los procesos de aprendizajes de cada uno de los nios. Esta es unadireccin hacia la cual debiramos tender y nos parece que abordar, en prime-ra instancia, un nivel global de documentacin de la prctica puede ser unbuen punto de partida para contar con una mirada ms reflexiva sobre la pro-puesta de enseanza.

    3.3. Distintas estrategias de registro

    Documentar implica hacer explcito, registrar, organizar, dejar huella sobre loque va sucediendo a lo largo de un proyecto. Permite que el vrtigo de la tareano obstaculice e impida una mirada ms reflexiva sobre la misma.

    Las modalidades de documentacin varan de acuerdo a la intencin que aquelque registra tiene. En todos los casos, se orienta a atrapar momentos puntua-les del desarrollo del proceso de modo tal de objetivarlo y transformarlo enalgo sobre lo que se puede volver.

    Podramos pensar en cuatro modos de documentacin:

    a. Registro fotogrfico y flmico

    Si se cuenta con esta posibilidad resulta de suma riqueza este tipo de docu-mentacin. La posibilidad de ver y verse en accin es muy clara y gratifi-cante tanto para quienes participan del proceso como para aquellos conquines se comparte lo sucedido. Contar con un registro de este tipo abre,adems, a nuevas posibilidades de trabajo ampliando y enriqueciendo loshorizontes de los proyectos.

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  • b. Registro escrito

    Si bien esta modalidad est fundamentalmente enmanos del maestro, el hecho de compartir algunosde los momentos de escritura con los nios resultamuy valioso. El registro escrito de ideas que surgenen el grupo, frases dichas por los nios, apreciacio-nes del maestro, producciones colectivas, la elabora-cin de carteleras e incluso el registro de relatos quepueda concretar el maestro, aportan elementosimportantes a la hora de visualizar lo sucedido. Laexistencia de un cuaderno o libreta por proyecto,disponible para todos ayuda a mantener la continui-dad del registro.

    c. Representacin grfica

    Esta es una posibilidad que est muy al alc