El Padre Nuestro

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  • REVISTA BBLICA Ao 46 1984 Pgs. 287-297 [287]

    DIDAJ VIII 2: EL PADRE NUESTRO*

    Santos Sabugal, OSA

    En la ltima dcada del siglo primero (ca. 96-100 d. C.) tuvo lugar la redaccin final de la Didaj o Doctrina de los Doce Apstoles,1 el primer catecismo cristiano de la edad post-apostlica. Este librito comienza con la catequesis sobre los dos caminos (1, 1-6, 3), para los catecmenos que se preparaban al bautismo (Cf. 7,1); a esa exposicin inicial sigue la parte central (7,

    * Cf. A. von Harnack, Die Lehre der Zwlf Apostel (TU, II 1-2), Leipzig 1886, 26-28; K. Lake,

    The Didache, en: AA. VV., The New Testament in the Apostolic Fathers, Oxford 1905, 24-36: 29; G. Klein, Die Gebete in der Didache, en: ZNW 9 (1908) 132-46: 133; E. Massaux LInfluence litt-raire de lEvangile de Mattieu sur la Didach, en: EThL 25 (1949) 5-41: 15-17; Id., Influence de lEvangile de saint Matthieu sur la littrature chrtienne avant saint Irene, Louvain-Gembloux 1950, 616-17; H. Kster, Synoptische Ueberlieferung bei den Apostolischen Vter (TU 66), Berlin 1967 201-209; D.E. Richardson: The Lords Prayer as an Early Eucarist en: Angl ThR 39 (1957) 123-130; J.P. Audet, La Didach. Instruction des Aptres, Paris 1958, 171-73. 367-71; N.M. Denis Boulet, La place du Notre Pre dans la Liturgie, en: Mai Dieu 85 (1966) 69-91: 71-73; A. Hamman, La oracin (trad. espa.), Barcelona 1967 447s; O. Kuss, Das Vaterunser, en: Auslegung und Verkndigung, II, Regensburg 1967, 277-333 292-93; J. Jeremias, Das Vater-Unser (CH, 50), Stuttgart 1962, 6-7 (Id., Abba. Gttingen 1966, 152-71: 153-54); R. Freudenberger Zum Text der sweiter Vaterunserbitte, en: NTSt 15 (1968-69) 419-32: 424-26; W. Rordorf-A. Tulier, La doctrine des Douze Aptres (SCh. 248), Paris 1978 86-87. 172-74 (= texto griego crtico + trad. francesa y notas); S. Sabugal, El Padre Nuestro. Tradicin literaria y comentarios patrsticos. en: Rev Ag 21 (1980) 47-72: 64-65; Id., El Padrenuestro en la interpretacin catequstica antigua y moderna, Salamanca 1982, 36-40.

    1 Esa es la datacin ms probable. Cf. A. Adam, Erwgungen zur Herkunft der Didache, en: ThLZ 31 (1956) 353-56: 354; Id., Erwgugen zur Herkunft der Didache, en: ZKG 68 (1957) 1-47: 45s; S. Sabugal, o.c., 36, n. 88.

  • [288] 1-15, 4)o instruccin para los fieles, integrada por una catequesis mistaggica sobre el bautismo (7, 14), el ayuno (8,1), la oracin (8, 2-3) y sobre la Eucarista (9, 1-10, 7), as como por una instruccin prctica sobre la organizacin y disciplina de la Iglesia (11, 1-15, 4). Una parnesis escatolgica o exhortacin a vigilar, en la espera de la venida parusaca del Seor (16, 1-8), concluye esta preciosa perla de la primitiva literatura cristiana.2 1. Contexto literario y situacin vital

    De nuestro inters ahora es la catequesis mistaggica, con que inicia la parte central (7, 1-10, 8):

    a) En el contexto literario entre la enseanza sobre el Bautismo (7, 1-4) y la instruccin sobre la Eucarista (9, 1-10, 7) se inserta la catequesis acerca del ayuno y de la oracin (8, 1-3). La clara delimitacin literaria de las catequesis mistaggicas sobre el Bautismo y sobre la Eucarista muestra, que la instruccin acerca del ayuno y la oracin forma parte de la catequesis bautismal, como complemento de la misma, introduciendo a la vez a la catequesis eucarstica. Es, por lo tanto, un enlace o puente literario entre aqulla y sta.

    En el contexto interno de esa instruccin post-bautismal y preucarstica se prohbe, ante todo, a nefitos y fieles imitar la conducta de los hipcritas (8, 1. 2a), es decir, cristianos judai-zantes o herejes judeo-cristianos,3 los cuales siguen la praxis judaica de ayunar el segundo y quinto da de la semana (8, 1a),4 y rezan asimismo con ellos tres veces al da la Tefill o Dieciocho Bendiciones.5 La radical separacin de aqullos

    2 K. Bihlmeyer, Die apostolischen Vter, Tbingen 1970, XIII. 3 Esos designan, con toda probabilidad, los hipcritas de Did 8, 1-2 (Cf. Gal 2, 13-14), no a los

    judos (Cf. Mt 5,20; 6, 1.2.5.16; 23,5). As contra casi todos los autores (Cf. E. Massaux, o.c., 616; U., Wilckens, ThWNT, VIII 569; H. Kster, o.c., 202s; J.P. Audet, o.c., 368, y otros), con: A. Schlatter, o.c., 28, W. Rordorf-A. Tulier, o.c., 365; S. Sabugal. o.c.; 38, n. 92.

    4 Cf. Str-Bill, II 241-42; IV 89.91.94s. 5 El judasmo contemporneo al NT, en efecto, siguiendo una antigua tradicin de orar tres veces

    al da (Dan 6, 11-14), es decir, a la tarde, a la maana, al medioda (Sal 55,18), observ la hora tercia, sexta y nona como las tres horas oficiales de oracin, rezando en las horas tercia y nona el Shema + las Dieciocho bendiciones, y a la hora sexta, esta ltima oracin: Cf. Str.-Bill., IV 153. 196-198. 220; G.F. Moore, o.c., II 219s; J. Jeremias, La prire quotidienne dans la vie du Seigneur et dans lEglise primitive, en: La prire des Heures (ed. por Mons. Cassien - B Botte), Pars 1963, 43-58: 45-48; Id., Abba, 69-73; K. Hruby, Les heures de prire dans le Judasme lpoque de Jsus, en: La prire des Heures, 59-84.

  • [289] con la Sinagoga,6 sin embargo, les prohbe ayunar con los hipcritas el lunes y el jueves, debiendo hacerlo, ms bien, el mircoles y el viernes (8, 1). Aquella separacin les veda tambin orar como lo hacen ellos, sustituyendo ms bien su oracin por la que el Seor preceptu en su evangelio (8, 2a), es decir, el Padrenuestro (8, 2b-j), el cual debe ser rezado por ellos, tres veces al da (8, 3).

    b) Ese contexto literario precedente (7, 1-4) y siguiente (9, 1-10, 7) del Padrenuestro (8, 2-3) refleja ya, con claridad, la situacin vital interna y externa del mismo, en la redaccin literaria del Didajista: En el interior de la Comunidad Cristiana, en efecto, aqul es la oracin, que, por vez primera, rezan los nefitos cristianos despus de su regeneracin bautismal (7, 14): Tras haber sido tres veces (7, 3) bautizados con agua (7, 1-3), por inmersin (7, 1-2) o infusin (7, 3), en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo (7, 1.3), previo el preparatorio ayuno de uno o dos das (7, 4). As lo insina ya la insercin del Padrenuestro por el Didajista dentro de su catequesis sobre el Bautismo (7, 1). Lo que significa: Aqul es esencialmente y ante todo una oracin bautismal. Reservada exclusivamente a los bautizados, ningn otro judo o pagano puede rezarla. Es lo que se deduce, por lo dems, de su marcada interpretacin eucarstica (Cf. infra), aplicndose tambin a ella, por tanto, la disciplina del arcano impuesta por el Didajista a la Eucarista cristiana (Cf. 9, 5). Pero el Padrenuestro no es slo la primera y caracterstica oracin del nefito cristiano. Es tambin la plegaria, que ste debe rezar en adelante tres veces al da (8, 3). Deviene por tanto el modo normal, con que, en obediencia a lo preceptuado por el Seor en su Evangelio (8, 2a), consolidan, y manifiestan aqullos la nueva relacin para con Dios, su Padre celes-

    6 S. Sabugal, o. c., 36 (n. 88) 38s.

  • [290] te, santificando as cristianamente su jornada. En este sentido, el Padrenuestro es la oracin diaria de los fieles. Por lo dems, la situacin del Padrenuestro inmediatamente antes de la catequesis mistaggica sobre la Eucarista (9, 1.10, 7), as como la marcada interpretacin eucarstica del mismo en el contexto de esta instruccin (Cf. infra), deja insinuar tambin, con suficiente claridad, que aqul es asimismo, en la redaccin del Didajista, la oracin rezada por los fieles durante su Accin de gracias: Una oracin esencialmente eucarstica. En la vida exterior o relaciones ad extra de la Comunidad cristiana, el Padrenuestro es la oracin rezada tres veces al da (8, 3) por los fieles cristianos, en sustitucin de las otras tantas veces rezada oracin (= Tefill) de la Sinagoga,7 a cuya praxis permanecen ligados los hipcritas (8, 2a) judaizantes o herejes judeo-cristianos (Cf. supra) No oris como stos!, prescribe el Didajista, contraponiendo (all) seguidamente el modo de hacerlo: Como el Seor lo preceptu en su Evangelio (8, 2a), es decir, rezando el Padrenuestro (8, 2b-j).

    Esta introductoria y exhortativa instruccin trasluce, pues, una clara polmica anti-

    judaizante y a fortiori anti-judaica, en la que, como en la prctica del ayuno (Cf. supra), tambin en la praxis de la oracin la piedad cristiana se distancia neta y radicalmente de la judaica, reflejando a la vez la total separacin, que, en la penumbra de la primera centuria, existe ya entre la Sinagoga y la Iglesia. El Padrenuestro es, pues, la oracin, que distingue con claridad a los fieles cristianos de los herejes judaizantes y, por tanto, de los judos, cualificando aqullos como los nicos miembros de la Comunidad cristiana. En este sentido es la oracin caracterstica del verdadero cristiano y, a la vez, en cuanto preceptuada por el Seor en su Evangelio, la Oracin del Seor.

    7 Cf. supra, n.5. Did 8,3 es el testimonio explcito ms antiguo sobre la triple oracin diaria de las

    Comunidades judeo-cristianas, fieles a la praxis de las Comunidades apostlicas en su observancia de las oficiales horas de oracin del judasmo: tercia (Cf. Act 2, 1.14), sexta (Cf. Act 10, 7) y nona (Act 8, 1); Cf. Str-Bill, II 696; Mons. Cassien, La prire dans le Nouveau Testament. en: La prire des Heures 17-42; 26; J. Jeremias, art. cit., Ib. 55s; Id., Abba, 70-73; A von Harnack, o.c., 27s; C.W. Dugmore, The influence of the Sinagogue upon the Divine Office, Oxford 1944, 65-67; J. Stadlhuber, Das Stundengebet des Laien im christlichen Altertum, en: ZKTh 71 (1949) 131-182.

  • [291] 2. Forma textual

    El Didajista nos ha trasmitido en su redaccin literaria la forma ms amplia de la Oracin del Seor. Reza as: - Pter hemn ho en t ouran: - Hagiasthto to noma so, - Elthto he basileia so, - Genethto to thlema so hos en ouran kai epi ges; - Ton rton hemn ton eposion dos hemn smeron; - Cai phes hemn ten opheiln hos kai hemes aphemen tois opheiltais hemn; - Cai me eisengkes hems eis peirasmn, all - rysai hems apo to ponero. - Hoti so estn he dynamis kai he dxa eis tos ainas.

    - Padre nuestro, que ests en el cielo (8, 2b):- Santificado sea tu Nombre (8, 2c), - Venga tu Reinado (8, 2d), - Hgase tu Voluntad

    como en el cielo tambin sobre la tierra (8, 2f);

    - El pan nuestro cotidiano dnosle hoy (8, 2f);

    - Y perdnanos nuestra deuda coma tambin nosotros perdonamos a nuestros deudores (8, 2g); - Y no nos dejes caer en la tentacin (8, 2h),

    sino - lbranos del mal (8, 2i). - Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos (8, 2j).

    Esa forma textual es afn a la de la redaccin mateana (Cf. infra) y, sin embargo, independiente de ella.8 As lo reflejan no slo las variantes textuales9 y la litrgica adicin de la doxologa final,10 sino tambin el diverso contexto literario11 y, sobre

    8 La sinopsis del Padrenuestro en Mt (6, 9.13) y Did 8, 2 (cf. H. Kster, Synoptische Ueberlieferung

    bei den Apostolischen Vter (TU 65), Berln 1957, 204) muestra esa afinidad literaria ante el texto de Mateo y el del Didajista (Cf. E. Massaux, art. cit., 15-17; Id., o.c., 616s), el cual integra en su texto frases y vocablos caractersticos de la redaccin mateana: La invocacin inicial, la peticin por el cumplimiento de la voluntad del Padre, y el vocablo poners. El texto de Didaj es, sin embargo, independiente del de Mateo, como lo reflejan las variante. textuales y la diversidad tanto del contexto literario como de la finalidad asignada. As, contra: A. Harnack, Die Lehre der Zwlf Apostel 73-76; K. Lake, o.c., 28s; B.H. Streeter, o.c., 508; E. Massaux, l.c. Con: H. Kster, o.c., 206s; J.P. Audet, o.c., 171-78; R. Glover, The Didache quotations and the Synoptic Gospels, en: NTSt 5 (1958) 12-29: 18s; W. Rordorf - A. Tuiller, o.c., 86s. Las afinidades literarias entre Didaj y Mateo, sin embargo, muestran que el Didajista enlaza directamente con la tradicin mateana subsiguiente a la redaccin de Mateo.

    9 Ofrecidas por la ed. crtica de W. Rordorf-A. Tuiller, o.c., 172-174. 10 Doxologas anlogas ofrece la literatura neotestamentaria antigua. (Cf. Gal 1,5; Rm 16,27; Fil 4,

    20; 1 Tim 6, 16; Hebr 13, 21; 2Pe 3, 18) y tarda (Cf. Apoc 1, 6; 5, 13; 7, 12; 19, 1), siendo tambin praxis judaica concluir las oraciones con el sello de una doxologa: Cf. A. Schlatter, Der Evangelist Matthus, Stuttgart 1963, 217; J. Jeremias, Abba, 170s; tambin Str.-Bill, I 423s. La doxologa de Did 8,3 puede, pues, ser antigua, compuesta por influjo del uso litrgico (Cf. Apoc 5, 13; 7, 21; 19, 1) del Padrenuestro (Cf. infra); tambin puede ser obra del Didajista, como parece sugerirlo su repeticin en el prximo contexto literario (Cf. Did 9, 4; 10, 5).

    11 Mientras que en Mateo la catequesis sobre la oracin (6, 5-15) sigue a la de la limosna (6, 2-4) y precede a la del ayuno (6, 16-18), en Did esta ltima precede (8, 1) a aqulla (8, 2-3), no mencionando en este contexto el Didajista la praxis de la limosna: Esta, junto con la oracin, es mencionada en una ulterior instruccin disciplinar (15, 4), pero en una secuencia (oraciones + limosnas) diversa de la de Mateo 6, 1-6 ( limosna + oracin).

  • [292] todo, la finalidad diferente de ambas redacciones: Mientras que en Mateo los discpulos deben rezar el Padrenuestro (Mt 6, 9-13) para evitar el modo como oran los hipcritas judos (Cf. Mt 6, 5-6) y principalmente los paganos (Cf. Mt 6,7-8), en Did los nefitos lo rezan en sustitucin de la oracin y praxis judaica, imitada por los hipcritas o judaizantes cristianos. Por lo dems, la variante textual ms saliente es la doxologa final, aadida probablemente por el mismo Didajista (Cf. 9,4; l0,5),.para dar al Padrenuestro la misma composicin interna de las oraciones de alabanza y bendicin judaicas (berakoth) y, en particular, de las Dieciocho bendiciones (Cf. infra): Aqul es as interpretado como la sustitutiva berakah del cristianismo, es decir, la gozosa oracin de alabanza y bendicin cristiana o, tambin, la exultante confesin (hecha plegaria) de la Iglesia (Cf. infra). 3. Estructura literaria

    La estructura literaria del Padrenuestro en la redaccin didajeana es fcilmente detectable:

    A la Invocacin inicial (8, 2b) siguen siete splicas (8, 2c-i); las tres primeras de ellas (8, 2c-e) se relacionan directamente con algo propio (tu) del Padre invocado (= Nombre Reinado Voluntad), siendo por tanto splicas de alabanza; las cuatro restantes (8, 2f-i) se refieren, ms bien, a los hijos invocantes (nos nuestro), como splicas de peticin por lo que necesitan ( pan perdn no caer liberacin); con la doxologa final (8, 2j) concluye (y culmina!) en un grito de exultante alabanza el Padrenuestro. La composicin interna de su parte central (alabanza + peticin + alabanza) re-

  • [293] fleja, pues, una estructura tripartita del todo afn a la de las berakoth judaicas y, en particular, a la estructura interna de la Tefill o Dieciocho Bendiciones.12 Finalmente, todo el Padrenuestro est introducido por una parnesis a rezarlo tal como lo preceptu el Seor en su evangelio, para soslayar la praxis de los hipcritas (8, 2a), y concluido con una exhortacin a hacerlo tres veces al da (8, 3). Esta es, pues, su composicin orgnica: 1. Introduccin (8, 2a): La oracin que deben rezar loa nefitos y fieles cristianos. 2. El Padrenuestro (8, 2b-i):

    1) Invocacin (8, 2b)

    2) Splicas (8, 2c-i)

    a) de alabanza (8,2c-f)

    b) de peticin (8,2g-i)

    -Santificacin del Nombre del Padre (8, 2c); -Venida del reinado del Padre (8, 2d); -Cumplimiento de la Voluntad del Padre (8, 2e); -El pan cotidiano (8, 2f); -El perdn de la deuda (8,2g); -Preservacin de sucumbir a

    la tentacin (8, 2h); -Liberacin del mal (8, 2i).

    3) Doxologa (8, 2j). 3. Conclusin (8, 3): Cundo deben rezar la Oracin del Seor los nefitos y fieles cristianos. Esa estructura literaria muestra que el Padrenuestro, la oracin que los nefitos dirigen al Padre celeste, es esencialmente una oracin de bendicin o alabanza cristiana. As lo refleja ya la inclusin temtica (= alabanza), creada por las tres primeras splicas y la doxologa final. Y eso mismo insina el puesto primordial, asignado a las tres splicas de alabanza: Lo primero que hace la Comunidad de los bautizados, tras invocar al Padre, es bendecirle y alabarlo tres veces, insistentemente!. Por lo dems, la mencionada inclusin muestra que las splicas de peticin forman tambin parte de esa alabanza: La peticin al Padre de dones necesarios implica, en efecto, el agradecido reconocimiento tanto de Su poder y riqueza como y sobre todo de Su bondad. Son, por tanto, peticiones, que Le glorifican y ensalzan, in-

    12 Cf. Str.-Bill., IV 214-218; 1. Elbogen, Der jdische Gottesdienst, in seiner geschichtlichen

    Entwicklung, Frankfurt 1931, 28. 31. 43-59; L. Bouyer, Eucarista (trad. espaol), Barcelona 1968, 84-99.

  • [294] vitando nuevamente a los orantes a la exultante confesin de Su alabanza. Y esto, justamente, traduce la doxologa final, en la que culmina la Oracin del Seor y sobre la que recae el acento de su redaccin didajeana: Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos!.

    Estos anlisis sobre la estructura literaria del Padrenuestro desembocan en la siguiente conclusin: Al nivel de la redaccin ddajeana, la Oracin del Seor es la bendicin (berakah) cristiana por excelencia, en sustitucin de la berakah judaica; ms exactamente: La exultante bendicin y alabanza, que la Comunidad de los nefitos y fieles, dcil a la enseanza del Seor en su evangelio dirige tres veces diariamente al Padre celeste como agradecida respuesta por Su intervencin salvfica en el Bautismo y en la Eucarista. 4. Interpretacin teolgica

    Los antecedentes desarrollos sobre el contexto literario y situacin vital del Padrenuestro, su forma textual y estructura literaria, ofrecen las premisas necesarias, para detectar la interpretacin teolgica del mismo por el Didajista:

    a) Re-asumiendo resultados ya obtenidos, podemos decir que el Padrenuestro es la oracin del Seor, por l preceptuada en su evangelio, devenida una oracin esencialmente bautismal y eucarstica13 en cuanto es la primera oracin de los nefitos as como la oracin caracterstica de los fieles; aqul es tambin el vademecum oracional del cristiano, siendo asimismo la gozosa confesin del Cristianismo, es decir, la exultante bendicin por excelencia de la Iglesia.

    b) Pero es algo ms. La catequesis sobre la Eucarista (9, 1-10, 7) sigue inmediatamente a la instruccin sobre la oracin (8, 2.3). Una conexin literaria casual? Difcilmente! Lo veda ya el modo, con que el Didajista separa cuidadosamente la catequesis sobre el Bautismo (7, 1-8, 3) de la respectiva sobre la Eucarista (9, 1-10, 7). Late aqu, sin duda, una intencionada y bien precisa composicin literaria. A sta se debe, consiguiente-

    13 Cf. F. H. Chase, o.c., 13s; J. Lebreton, Histoire du dogme de la Trinit, II Pars 1928, 183s; S.

    Sabugal, o.c., 38.

  • [295] mente, tanto la insercin del Padrenuestro en el contexto de la catequesis bautismal (Cf. supra) como la situacin redaccional del mismo antes de la instruccin eucarstica.

    Un resultado, por lo dems, corroborado con otro indicio literario ciertamente objetivo: En

    el contexto de la catequesis sobre la Eucarista el Didajista re-asume, reiteradamente a veces, varios vocablos y frases del Padrenuestro, reproducindolos literalmente o parafrasendoles. En efecto:

    Los fieles dan gracias invocando reiteradamente al Padre nuestro (9, 2.3); y lo hacen por tu santo Nombre (10, 2), agradecidos por haberles sido regalado el alimento y bebida espiritual (10, 3); al Padre suplican seguidamente, para que venga la salvacin final (10, 6), tras haber reunido a la Iglesia santificada ya en tu Reino (10, 5; Cf. 9, 4), y haberla liberado de (apo) todo mal (10, 5); un exultante agradecimiento, que culmina en la repetida exclamacin doxolgica: Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos! (9,4; 10, 5; Cf.9, 2.3; 10, 2.4).

    Tampoco esta reiterada evocacin de la oracin preceptuada por el Seor en su

    Evangelio es casual. Responde, ms bien a una intencionada interpretacin eucarstica de la misma por el autor de la Didaj.14 Lo que confirma nuestra previa calificacin: El Padrenuestro es una oracin esencialmente eucarstica.

    e) Este contexto eucarstico permite, por lo dems, detectar el significado teolgico de cada una de sus partes en el contexto de la redaccin didajeana:

    La invocacin inicial se dirige al Padre-nuestro (9, 2.3), es decir, al Padre de los fieles, el cual es tambin el Padre santo (10, 2) y el Seor (10, 2.5) tanto de su Siervo Jess (9, 2.3; 10, 2.3) como de su Iglesia (10, 5).

    La splica por la santificacin de su Nombre, ya Santo y santificado mediante su inhabitacin en los corazones de los fieles (Cf. 10, 2), anhela la santificacin del mismo en la Iglesia,

    14 Cf. F.H. Chase, The Lords Prayer in the Early Church (TS, I 3), Cambridge 1891, 13; J.

    Lebreton, o.c., 183; R.D. Richardson, art. cit., 124ss; J. Blenkinsopp, A propos of the Lords Prayer, en: HeyJ 3 (1962) 51-60: 59; R. Freudenberger, art. cit., 425s. Si Did 9 consists entirely in the Lords Prayer... interpreted and transformed into thanksgiving, Did 10 es tambin a interpreted Lords Prayer (R.D. Richardson, art. cit.,123.128); Cf. tambin S.Sabugal, o.c. 38, n. 91.

  • [296] librndola de todo mal, perfeccionndola en Su amor y reunindola de los cuatro vientos.., en su Reinado escatolgico (Cf. 10, 5).

    Por la venida de este Reinado ruega la segunda splica, deseando que. venga la gracia (10, 6a) o salvacin final, con el retorno parusaco del Seor Jess (10, 6b; Cf. 16, 7-8), para reunir a tu Iglesia, previamente librada de todo mal y santificada, en el reino que (le) has preparado (10, 5).

    El pan cotidiano se identifica probablemente con el corporal alimento y bebida, dados a los hombres para su disfrute por el Seor omnipotente y Creador de todo (10, 3a). No es se, sin embargo, el nico significado. El pan suplicado, en efecto, es un alimento bien especfico o determinado (el pan) y, por lo dems, no solamente propio de los fieles cristianos (nuestro) sino tambin ton epiousion. El significado, de este adjetivo atributivo, cuya determinacin subraya el nfasis de sustantivo el pan, nos es dado, sin duda, por el contexto eucarstico del Padrenuestro (Cf. supra): Se trata del eucarstico Alimento y Bebida espiritual (Cf. 1 Cor. 10, 3) y la Vida eterna (Cf. Jn. 6, 51. 58), con el que a diferencia de los dems hombres (Cf. 10, 3a), los fieles (pero a nosotros) fueron agraciados por Dios mediante su Siervo Jess (10, 3b), es decir, el Pan supersustancial, que los reunidos cada da del Seor parten, tras haber confesado sus pecados (16, 1). Tres veces al da suplican aqullos al Padre ese cotidianamente muy necesario (= epiousion) alimento corporal y, sobre todo, el supersustancial? (= epiousion) Pan eucarstico. Un alimento, en ambos casos, del todo imprescindible: Dnosle hoy! .

    El mal, por cuya liberacin ruega la ltima splica, no es slo el diablico maligno sino todo mal (Cf. Sab 168), del que los fieles piden al Seor sea liberada su Iglesia, perfeccionndola en Su amor y reunindola, ya santificada, en su Reino... (10, 5).

    Finalmente, la doxologa conclusiva (Cf. 9,4 +10,5; 9,2.3; 10, 2.4) confiere a todo el Padrenuestro el significado de una exultante alabanza, que la Comunidad de nefitos y fieles tres veces al da dirige al Padre celeste, a quien pertenece el poder y la gloria por los siglos.

    d) Todo esto muestra, que, en la redaccin del Didajista, el Padrenuestro recibi una interpretacin preponderantemente

  • [297] eclesiolgica: Es la oracin de la Iglesia o Comunidad cristiana de los bautizados, reunida en exultante celebracin eucarstica. Una celebracin, por lo dems, profundamente marcada por la vigilante espera y anhelo del retorno parusaco del Seor: Marana tha = Ven, Seor nuestro! (10, 6). As ora esa Comunidad esencialmente escatolgica. Lo que significa: En la interpretacin del Didajista, el Padrenuestro no es solamente una oracin euca-rstica y eclesiolgica, sino tambin y por ello una oracin escatolgica.

    Resumiendo estos anlisis: el Padrenuestro se enmarca en el contexto de una catequesis

    mistaggica sobre el cundo de la oracin cristiana (tres veces al da!-), dirigida a los nefitos que, tras haberla rezado por vez primera a raz de su bautismo, se preparan a la celebracin eucarstica. Redactado como la berakah cristiana, que sustituye la respectiva (Dieciocho Bendiciones) judaica, aqul es la oracin caracterstica de la Iglesia: La exultante bendicin, con la que la comunidad de los fieles responde al Padre celeste, por su accin salvfica realizada en el Bautismo y en la Eucarista. Nada de extrao, pues, si esa berakah es tambin esencialmente una oracin bautismal y eucarstica. En el contexto de esa interpretacin, el acento recae, ante todo, sobre la doxologa final, que exalta el eterno poder y gloria del Padre. Tambin recae sobre la peticin del cotidiano Pan eucarstico. Finalmente la marcada impronta escatolgica tanto de la Iglesia como de la Eucarista didajeanas explica la interpretacin netamente escatolgica del Padrenuestro en la redaccin del Didajista.