“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: suscripciones@sanpablochile.cl - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: B & B impresores. Tel.- 227578500 - Los Lingues 750, Quilicura.

Año XLII, Nº 2.246 La Sagrada Familia de Jesús, María y José (F). 31 de diciembre de 2017

Lu 1: Núm 6, 22-27; Sal 66, 2-3. 5-6. 8; Gál 4, 4-7; Lc 2, 16-21. SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS (S)

Ma 2: 1Jn 2, 22-28; Sal 97, 1-4; Jn 1, 19-28. O bien (LS): Ef 4, 1-7. 11-13; Sal 22, 1-6; Mt 23, 8-12.

Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, o. y d. (MO)

Mi 3: 1Jn 2, 29—3, 6; Sal 97, 1. 3-6; Jn 1, 29-34. El Santísimo Nombre de Jesús (ML) (S. Genoveva)

Ju 4: 1Jn 3, 7-10; Sal 97, 1. 7-9; Jn 1, 35-42. (S. Rigoberto/ S. Yolanda)

Vi 5: 1Jn 3, 11-20; Sal 99, 1-5; Jn 1, 43-51. (S. Emiliana - Emilia)

Sá 6: 1Jn 5, 5-13; Sal 147, 12-15. 19-20; Lc 3, 23-. 38. (Baltasar, Gaspar y Melchor)

Do 7: LA EPIFANÍA DEL SEÑOR (S) Is 60, 1-6; Sal 71, 1-2. 7-8. 10-13; Ef 3, 2-6; Mt 2, 1-12. San Raimundo de Peñafort, o. y d.

Dios Nos Habla Cada Día

vida y tradición de Israel, lo “encarnan” en la historia de su pueblo, en la fe de Abraham.

Jesús, que tiene una familia, es el Salvador, así es reconocido por Simeón y Ana, que al igual que los pastores, representan a los sencillos que acogen al enviado de Dios. Pero junto con la alegría está también el anuncio de la dureza del camino del Mesías, “será signo de contradicción”, recordándonos así que Navidad se entiende desde la Pascua.

Contemplemos hoy la Familia de Nazaret, en ella Dios se hizo uno de nosotros y “compartió en todo nues-tra condición humana, menos en el pecado”. Pidámosle que nos ayude, especialmente a las familias de hoy, a estar al servicio del plan salvador de Dios y a cultivar aquellas virtudes de amor, comprensión y comunicación que todos queremos vivir en nuestra propia familia o comunidad.

Comisión naCional de liturgia

Hace pocos días hemos celebrado con alegría el nacimiento de Jesús. Hoy la Liturgia, y siempre dentro del contexto de Navidad, nos recuerda que ese nacimiento aconteció en el seno de una familia. Ese es el camino que Dios escogió para su Hijo, y así se afirma con mayor fuerza que de verdad Jesucristo se ha hecho nues-tro hermano, porque desde su naci-miento asume toda nuestra realidad humana.

La mirada de este domingo la dirigimos hacia la familia de Jesús, a María y José, y con ellos a su vida familiar, pues es en ella donde el niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él. Para afirmar esta “normal” vida familiar, el evangelio de este domingo nos narra la presentación del niño Jesús en el templo. María y José, como una sencilla familia de su tiempo, cumplen todo lo que prescribía la Ley, y así introducen a Jesús, su hijo, en la

EL DOMINGO NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2017

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Alabanza y Preparación a la ComuniónPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.M. Una vez más, demos gracias a Dios por el amor que nos manifiesta en nuestra vida.R. ¡Te damos gracias, Padre!1.- Te damos gracias, Padre fiel y lleno de ternura, por Jesús, tu Hijo amado, que se hizo nuestro hermano para congregarnos en tu amor. R.2.- Te damos gracias por el Pan que nos das y que es tu Cuerpo entregado para congregarnos en tu amor. R.

3.- Te damos gracias por tu Santo Espíritu que hace de nosotros tus hijos y nos congrega en tu amor. R.M. Como lo hemos aprendido del Salvador, y como nos lo han enseñado nuestros padres y en unión con la familia de todos los hijos de Dios, tenemos el gozo de decir: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosVillancicos/ Iglesia peregrina/ Reunidos en el nombre del Señor/ Vayamos Cristianos (Adeste Fideles)/ En el taller de Nazaret.

NACIDO EN EL SENO DE UNA FAMILIA

El papa Francisco quiere una Iglesia de puertas abiertasLa Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad.La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontra-rá con la frialdad de unas puertas cerradas. Evangelii Gaudium n.os 46-47

Paulinas en el mundo: Somos mujeres con-sagradas en el mundo, sin ser del mundo, para anunciar a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida.

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Patricia Sáez, Cel: 982877511patriciasaezconce@hotmail.com

los muertos. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación al Evangelio Aleluia. Después de haber hablado a nues-tros padres por medio de los profetas, en este tiempo final, Dios nos hablo por medio de su Hijo. Aleluia.

5. Evangelio Lc 2, 22-40

Evangelio de nuestro Se-ñor Jesucristo según san Lucas. Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para pre-

sentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consa-grado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre lla-mado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíri-tu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Je-sús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servi-dor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecir-los, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el co-razón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos». Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juven-tud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apar-taba del Templo, sirviendo a Dios noche y

día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabidu-ría, y la gracia de Dios estaba con Él. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ReflexiónLa fiesta de la Sagrada Familia nos recuerda que el nacimiento del Niño Dios acontece en una familia. Nos muestra lo importante que es para Dios la familia. ¿Y nosotros valoramos y cuidamos nuestra familia? ¿Aportamos para que ella sea un lugar de amor, comprensión y comunicación?

6. Oración UniversalM. Unidos a la Sagrada Familia de Nazaret, elevemos al Padre nuestra oración para que todas las familias sean lugar de crecimiento en sabiduría y gracia. R. Roguemos al Señor. 1.- Por la Iglesia, familia de los hijos de Dios, para que seamos imagen fiel de una familia en que reina el verdadero amor. R.2.- Por la gran familia humana, para que todos nos sintamos y actuemos como her-manos, como hijos de Dios, desterrando todo odio o división, sabiéndose compren-der y ayudar; roguemos al Señor. R.3.- Por todos los que sufren soledad y abandono; para que encuentren en noso-tros, comprensión, ayuda y compañía. R.4.- Por las madres y padres de familia: para que acojan la vida como don de Dios y sean para sus hijos guía y ejemplo de fe. R.5.- Por los aquí reunidos: para que la celebración del nacimiento de Cristo nos haga renacer a una vida nueva en santidad, fe y amor. R.(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)M. Escucha, Padre, nuestra oración en esta fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, y concédenos vivir con la fe, la esperanza y el amor con que ellos vivieron. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El Señor visitó a Sara como lo había dicho, y obró con ella conforme a su promesa. En el momento anunciado por Dios, Sara con-cibió y dio un hijo a Abraham, que ya era anciano. Cuando nació el niño que le dio Sara, Abraham le puso el nombre de Isaac. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 104, 1-6. 8-9

R. El Señor, se acuerda eternamente de su Alianza.¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proe-zas; canten al Señor con instrumentos mu-sicales, pregonen todas sus maravillas! R. ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro! R.¡Recuerden las maravillas que él obró, sus portentos y los juicios de su boca! Las pro-mesas del Señor a los Patriarcas Descen-dientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido. R.Él se acuerda eternamente de su alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

4. Segunda Lectura Heb 11, 8. 11-12. 17-19

Lectura de la carta a los Hebreos. Hermanos: Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a re-cibir en herencia, sin saber

a dónde iba. También la estéril Sara, por la fe, recibió el poder de concebir, a pe-sar de su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una des-cendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar. Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a aquel de quien se había anunciado: De Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre. Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía poder, aun para resucitar a

1. AmbientaciónCelebramos hoy la Fiesta de la Sagrada Familia. En ella contemplamos cómo Jesús, al nacer en el hogar de María y José, entró a participar de una vida de familiar y así se hace nuestro hermano. Alabemos a Dios nuestro Padre, por la Santa Familia de Jesús, María y José. Alabemos también a Dios por nuestras familias de la tierra y por nuestra comunidad que se reúne. Unámonos en una sola familia, para dar gracias a Dios, por Jesucristo, en el amor del Espíritu Santo.

Introducción a la Liturgia de la PalabraA pesar de su edad avanzada, Abraham se pone en camino, responde al llamado de Dios, cree en la promesa del nacimiento de su heredero. La segunda lectura que escucharemos nos propondrá también a Abraham como ejemplo de fe. Creer implica poner toda la vida a disposición de Dios, confiado en que cumplirá su promesa. Finalmente el evangelio nos anunciará que el misterio de Dios hecho hombre se hace realidad en el seno de una familia.

2. Primera Lectura Gn 15, 1-6; 17, 5; 21, 1-3

Lectura del libro del Géne-sis. En aquellos días, la pa-labra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos térmi-nos: “No temas, Abrám. Yo soy para ti un escudo. Tu re-

compensa será muy grande”. “Señor, res-pondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?”. Des-pués añadió: “Tú no me has dado un des-cendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero”. Entonces el Señor le dirigió esta palabra: “No, ese no será tu herede-ro; tu heredero será alguien que nacerá de ti”. Luego lo llevó afuera y continuó di-ciéndole: “Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas”. Y añadió: “Así será tu descendencia”. Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. Y le dijo: «Ya no te llamarás más Abrám: en adelante tu nombre será Abraham, para indicar que Yo te he cons-tituido Padre de la multitud de naciones».

Ciclo B - Color Blanco