El Poder Curativo de La Mente (Tulku Thondup)

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  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 1

    El poder curativo de la mente

    Tulku Thondup

    PRLOGO

    Uno de los mayores logros de la ciencia moderna ha sido descubrir que lamente y el cuerpo no son cosas separadas e independientes, sino una sola en-tidad vista desde diferentes ngulos. Descartes se equivoc al separar cuerpo ymente. Y la medicina occidental, que ha seguido sus pasos, se ha equivocadotambin al dejar de lado la importancia del estado mental de los pacientes a lahora de evaluar su estado de salud,

    Un anlisis de ms de cien estudios que relacionan las emociones y la saludaporta una prueba de la estrecha relacin entre la mente y el cuerpo: la gente quepadece algn malestar crnico (que est ansiosa y preocupada, deprimida ypesimista, o enojada y hostil) tiene el doble de posibilidades de padecer algunaenfermedad grave en el futuro. El tabaco aumenta el riesgo de padecer algunaenfermedad grave en un 60%; el malestar emocional crnico lo aumenta en un100%. As pues, comparado con el tabaco, el malestar emocional es mucho msnocivo para la salud.

    Los investigadores del nuevo campo cientfico de la psiconeuroinmunologa, queestudia las relaciones biolgicas entre la mente, el cerebro y el sistema inmu-nolgico, estn explorando los misteriosos mecanismos que conectan la mente yel cuerpo, y descubriendo que los focos emocionales del cerebro se hallanestrechamente ligados no slo al sistema inmunolgico, sino tambin al sistemacardiovascular. Cuando sufrimos una tensin nerviosa crnica, cuando el cuerpose ve continuamente impulsado a luchar o huir, con la consecuente descargade hormonas, disminuye la capacidad del sistema inmunolgico para defendersede los virus y atajar cnceres incipientes, al tiempo que el corazn se ve obligadoa aumentar la presin sangunea y bombear desesperadamente a fin de prepararel cuerpo para una emergencia. La consecuencia final de ello es que aumentanuestra vulnerabilidad frente a enfermedades de todo tipo.

    En cambio, una mente que est en paz consigo misma protege la salud delcuerpo. ste es uno de los principios fundamentales de la medicina tradicionaltibetana, un sistema ancestral que nunca ha olvidado la relacin crucial entrecuerpo y mente.

    Tulku Thondup, adepto de la rama nyingma del budismo tibetano, ha destiladopara los occidentales la esencia del enfoque que su cultura da a la salud, no slola del cuerpo y la mente, sino tambin la del espritu.

    Como explica Tulku Thondup, los tres estn estrechamente conectados, Hastatal punto que podemos relajar nuestro apego, es decir, soltar las pequeas ygrandes preocupaciones que limitan y constrien nuestra visin, y relajarnosdentro de un concepto ms amplio y espacioso de nosotros mismos y nuestrolugar en el universo; hasta ese punto podemos dominar el poder curativo de lamente.

    Tulku Thondup nos ofrece algo ms que un manual terico sobre la salud: nos

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    ofrece mtodos prcticos, cuya efectividad ha sido demostrada a lo largo de losaos por la prctica tibetana. Y al hacerlo disea un mtodo para curar no slo elcuerpo, la mente y el espritu, sino tambin el corazn. As pues, este camino delbienestar es una prctica espiritual, una forma de transformar nuestra vida.

    Daniel Goleman

    AGRADECIMIENTOS

    Quiero dar las gracias a Harold Talbott por su sabidura, atencin y perseveranciaen la edicin de este libro, y a Robert Garrett por hacerlo tan accesible gracias asu maestra en el arte de la edicin. Tambin estoy en deuda con Emily HilburnSell por haberle dado, con su perspicacia profesional, su formato actual, y con IanBaldwin por sus valiossimas contribuciones editoriales y su incansable y expertaorientacin.Gracias asimismo a Daniel Goleman por redactar el prlogo.Vaya tambin mi agradecimiento a Lydia Segal por ayudarme en muchas de lasetapas de mis investigaciones y de la redaccin de esta obra; a Amy Hertz, Jona-than Miller y Brian Boland por sus valiosas aportaciones; a David Dvore por suayuda con los ordenadores; a la biblioteca privada de Kyabje DodrupchenRimpoch del Templo Mahasiddha Nyingmapa y la Biblioteca Lehman de laUniversidad de Columbia por sus indispensables recursos, y a Victor y Ruby Lampor permitirme trabajar en su acogedor apartamento.Estoy profundamente agradecido a Michael Baldwin por animar nuestrosproyectos con su incansable orientacin y su infinita inspiracin, y a los miembrosy patrocinadores de Buddltayana, bajo cuyo generossimo patrocinio he tenido laoportunidad de investigar y escribir durante los ltimos quince aos.

    Por ltimo debo expresar mi agradecimiento a Samuel Bercholz y al personal deShambhala Publications por su dedicacin para proporcionar a este libro el canaladecuado, y especialmente a Kendra Crossen por pulirlo con su excelenteexperiencia profesional y su entusiasmo.

    INTRODUCCIN

    Nac en el seno de una humilde familia nmada, en una tienda plantada en lasinhspitas y verdes mesetas del este del Tbet, rodeadas de las montaas msaltas del mundo y los ros ms caudalosos. La tierra estaba cubierta de nievedurante casi ocho meses al ao. Mi familia perteneca a un grupo tribal que vivaen tiendas y se dedicaba a la cra de diversos animales domsticos, como yacs,caballos y ovejas. Varias veces al ao trasladbamos nuestros campamentos aotros valles en busca de pastos frescos para alimentar a los animales.

    Cuando contaba cinco aos sucedi algo que cambi drsticamente mi vida: mereconocieron como la reencarnacin de un famoso maestro religioso del mo-nasterio de Dodrupclien, una importante institucin docente del este del Tbet.Los budistas aceptan los principios de la reencarnacin y del karma, de modo quelos tibetanos creen que, al morir, los grandes maestros se reencarnan en otraspersonas que tendrn grandes dotes para beneficiar a la gente. Mis padreslamentaron mucho tener que separarse de m, pues yo era su nico hijo, pero me

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    entregaron al monasterio sin dudarlo. Estaban orgullosos y se sentanprofundamente privilegiados porque de la noche a la maana su hijo se habaconvertido en un personaje respetado en el valle.

    De pronto cambiaron todos los aspectos de mi vida. No tuve una infancia normalni la oportunidad de jugar con otros nios. Unos tutores solemnes cuidaban de miy me atendan con respeto, pues me haban reconocido como la reencarnacinde su maestro. A los nios siempre les resulta ms fcil que a los adultosadaptarse a las situaciones nuevas, y yo me senta como en casa llevando minueva vida. Adoraba a mi familia, sobre todo a mi abuela, pero les ped que noentraran en el monasterio pese a que les haban concedido un permiso temporalespecial. La gente interpret mi gesto como otra prueba de que yo haba vividoen el monasterio en mi vida anterior.

    Dedicaba el da entero, desde el amanecer hasta el ocaso, al estudio y laoracin. En aquel ambiente, la mayor parte del tiempo me senta invadido dealegra y de paz. Mis tutores eran personas muy compasivas, comprensivas yprcticas. No eran monjes autoritarios ni de mentalidad rgida, como podraparecer, aunque a veces s se mostraban un tanto estrictos. Eran unos sereshumanos amables, humildes, cariosos, sonrientes y llenos de alegra. Pasadoun tiempo dej de sentir la necesidad de jugar o de ir de un lado para otro sin unpropsito determinado. Ni siquiera senta la necesidad de mirar a mi alrededor, ypoda pasarme horas sentado e inmvil. Primero hice los votos de novicio y luegolos de monje. Me rapaban el pelo una vez al mes aproximadamente, y despusdel medioda no comamos nada hasta la maana siguiente. Nuestros das seregan por los ciclos del sol y de la luna. No vi ningn avin ni ningn automvilhasta que tuve dieciocho aos. Creo que el producto ms sofisticado de latecnologa moderna que vi antes de dejar el monasterio fue un reloj de pulsera.

    Para nosotros el budismo no slo era meditacin, estudio y ceremonia, sino unaforma de vida y de existencia. El budismo ensea que la identidad esencial detodos los seres es la mente, pura, apacible y perfecta por naturaleza. La mente esBuda. Como ya sabemos, cuando nuestra mente se encuentra libre de la presinde las situaciones externas y de las emociones, se vuelve ms serena, abierta,sabia y espaciosa.

    En el monasterio me inculcaron la importancia de abandonar la actitud que losbudistas llaman aferrarse al yo, de combatir la percepcin errnea de que hayuna entidad slida y permanente en nosotros y en los dems seres y cosas. Elyo es un concepto fabricado por la mente simple, no por la verdaderanaturaleza de la mente. El apego al yo, la dependencia de, es la raz de lostrastornos mentales y emocionales, la causa de todos nuestros sufrimientos. staes la clave que nos permite comprender la esencia del budismo, su espritu y sutalante. En este sentido el budismo es radical: afirma que el sufrimiento lo causaalgo que nuestra mente est haciendo antes incluso de que lleguemos a mostraralgn comportamiento torpe o problemtico, o a realizar algn discurso agresivo;antes de que nos veamos sumidos en el sufrimiento, la enfermedad, la vejez y lamuerte, de los que no puede librarse ningn ser humano. El budismo atribuyetodos los problemas al hecho de aferrarse al yo. El gran maestro budistaShantideva defini el yo al que nos aferrarnos como el monstruo malvado:

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    Toda la violencia, el miedo y el sufrimiento que existen en el mundoproceden del apego al yo.Para qu te sirve ese gran monstruo malvado? Si no sueltas el yo,tu sufrimiento nunca tendr fin,al igual que si no sueltas una llama,nunca dejars de quemarte.

    Pero cmo podernos despegarnos del yo? En mi caso, la comprensin de miverdadera naturaleza no era posible a una edad tan tierna y en una etapa tantemprana de mi educacin. Sin embargo, a medida que iba alcanzando nivelessuperiores de disciplina fsica y mental, la atencin, la compasin, la devocin, lacontemplacin y la percepcin pura fueron inspirndome y animndome. De esemodo alcanc niveles progresivos de independencia mental y emocional del yo, yobtuve ms fuerza interior, ms conciencia y ms amplitud, A medida que mimente conoca gradualmente su naturaleza apacible y yo aprenda a utilizarlapara relajarme, la confusin provocada por las circunstancias externas empez atener menos impacto en mis sentimientos y result ms fcil de dominar. Lasexperiencias de la naturaleza apacible y abierta de la mente me permitieronsuavizar los momentos ms duros de mi vida y conservar la fuerza y la alegratanto en las circunstancias positivas como en las negativas.

    Debido a los cambios polticos que se produjeron en el Tbet, a los dieciochoaos tuve que viajar durante muchos meses acompaado por mis dos maestros yotros ocho amigos. Recorrimos ms de mil millas a travs del Tbet para huir a laIndia. Cuando estbamos a mitad de camino, en una cueva sagrada situada enun valle perdido, rodeado de altsimas montaas grises, Kyala Khenpo, mimaestro, que me haba cuidado desde que yo tena cinco aos y haba sido comoun padre para mi, exhal su ltimo suspiro. De pronto me di cuenta de que mehaba convertido en un hurfano, un fugitivo y un aptrida.

    Al fin llegamos a la India, una tierra rica en sabidura y civilizacin. Por primeravez en muchos meses pude disfrutar de la sensacin de frescor a la sombra delos rboles y descansar en la comodidad de los refugios.

    Muchos de los tibetanos que se haban refugiado en la India, cuyo nmeroascenda a unos cien mil, murieron al no poder adaptarse a los cambios dealimentacin, agua, clima o altitud. A los que logramos sobrevivir nos asaltaba day noche el recuerdo de los seres queridos a los que habamos dejado atrs en elTbet, condenados a una dura existencia.

    Durante aquellos tristes das, lo nico que me proporcionaba gua y consueloera la luz de la sabidura del budismo que llevaba en mi corazn. Si sepresentaba un problema que tena solucin y mereca ser atendido, intentabadedicar mi vida a solucionarlo con una mente apacible, una actitud abierta y unestado de nimo alegre. Si el problema no tena solucin, procuraba noconsumirme ni malgastar tiempo y energas en vano. En cualquiera de esas dossituaciones intentaba despegarme de las emociones y las obsesiones de lamente, no aferrndome a ellas, no ahogndome en ellas ni preocupndome porellas, pues saba que con eso slo conseguira empeorar la situacin. Shantidevadice:

    Si puedes solucionar un problema,para qu vas a preocuparte?

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    Si no puedes solucionarlo,para qu vas a preocuparte?

    Desde que emprend la huida hacia la India no he vuelto a vivir en unacomunidad monstica ni he seguido las disciplinas monsticas. Sin embargo, lastranquilas y alegres imgenes de mi santuario del Tbet siguen vivas en mi mente.El eco de las amables y dulces palabras de los sabios y compasivos maestros demi infancia todava resuena en mis odos. Y lo que es ms importante, laexperiencia de amplitud, paz y fuerza que cultiv entonces se ha visto refinada ypulida en mi corazn por las dificultades a que me he enfrentado en la vida, igualque se refina el oro al fundirlo y batirlo. Esas imgenes, palabras y experienciassiempre han sido la luz orientadora y la energa curativa que me han ayudado asuperar los momentos de dolor, confusin y debilidad de mi vida.

    El propsito de proteger la llama apacible de la mente de las luchas tormentosasde la vida, y de enviar a los dems los rayos de la amplitud y la actitud positivafue lo que me permiti seguir adelante en los momentos difciles. En muchosaspectos las grandes tragedias de mi vida se convirtieron en una ventaja, puesilustraban las enseanzas budistas sobre la naturaleza ilusoria de la vida,levantando el falso manto de la seguridad. Ya no tena ninguna duda acerca delos beneficios que aporta despegarse del yo.

    En 1980 me traslad a Estados Unidos, la tierra de la libertad y la abundancia.En trminos generales, a la mente apacible le resulta ms difcil sobrevivir a losasaltos de la sensualidad y las atracciones materiales que a los del dolor y elsufrimiento. Pero, gracias a las enseanzas budistas, mientras disfruto de laprosperidad material del mundo occidental valoro mucho ms la humilde, sencillay natural vida budista de mi infancia. Adems, cuanto ms disfruto de mi vidaespiritual basada en el budismo, ms aprecio la fe, la compasin y la generosidadbasada en los valores judeocristianos combinados con la prosperidad material delmundo occidental, que a su vez han enriquecido mi fuerza espiritual. Al amparode la luz de la sabidura budista, contemplo los aspectos positivos de todas lascircunstancias a travs de la ventana de la naturaleza apacible de la mente, enlugar de sucumbir a sus aspectos negativos. sta es la esencia del camino delbienestar.

    En 1984 tuve ocasin de visitar el Tbet, mi tierra natal, por primera vez despusde veintisiete aos. Fue maravilloso ver a unos cuantos familiares y viejos amigosque haban sobrevivido, y por otra parte fue muy triste enterarme de que lamayora de mis seres queridos, cuyos rostros haba conservado en la memoriadurante aos, y mis respetados maestros, cuyas palabras eran la fuente de mibienestar, haban perecido. El monasterio, la institucin docente de mi infancia,llevaba dcadas en silencio, totalmente en ruinas. Recientemente unos cuantosmonjes han empezado a reconstruirlo y han reanudado sus actividadesmonsticas.

    La mayora de ellos fue capaz de aceptar y superar sus desgraciadasexperiencias sin necesidad de culpar a terceros. No cabe duda de que uno puedesentirse bien temporalmente culpando a otros de sus desgracias, pero a la largaeso siempre acaba causando mayor dolor y confusin. La clave del bienestarconsiste en aceptar las cosas sin culpar a otros. se es el poder benfico de la

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    mente. Shantideva escribe:

    Aunque no puedas generar compasinhacia los que se ven obligados a hacerte dao por culpa de sus aflicciones emocionales [su ignorancia y suira],lo ltimo que debes hacer es enfadarte con ellos.

    En el Tbet la gente acude a los maestros religiosos en busca de consejosespirituales y bendiciones, para que les enseen oraciones que les permitansolucionar sus problemas o conseguir sus metas mundanas o espirituales. Pocasveces acuden a ellos para consultarles acerca de sus problemas psicolgicos,sociales o fsicos. Sin embargo, en la cultura occidental la gente consulta a losclrigos acerca de todo tipo de problemas cotidianos. Desde que llegu a EstadosUnidos cuando mis amigos tenan dificultades venan a m en busca de consejo.Me sorprendi comprobar que yo poda sugerirles soluciones para muchos de susproblemas. El secreto no era que yo estuviera dotado de ninguna habilidad te-raputica, arte curativo o fuerza mstica, sino que me he formado en la sabiduradel budismo y he aprendido a solucionar las circunstancias dolorosas de mipropia vida. Este descubrimiento me anim a presentar las ideas y lasenseanzas budistas sobre el bienestar en forma de libro.

    Este libro es una gua prctica para todo aquel que quiera encontrar la paz yliberarse de la ansiedad, la tensin nerviosa y el dolor. Es un compendio deenseanzas sobre las tcnicas de meditacin que yo he aprendido de lasescrituras sagradas del budismo y que grandes maestros me han transmitido consus tranquilizadoras voces. Esta tcnica se convirti en la fuente ms poderosade curacin para m y muchos de mis amigos. Se trata de las enseanzasbudistas acerca del bienestar, y lo nico que pretendo es ofrecroslas a vosotros,sin eclipsarlas con mi propia voz o mis ideas.

    El libro tiene tres partes. La primera es un repaso de la vida cotidiana y lameditacin, as como de los ingredientes necesarios para conseguir el bienestar.La segunda parte presenta ejercicios concretos para solucionar conflictosmentales, emocionales, sociales y espirituales. Los problemas fsicos son los msdifciles de solucionar, pero a menudo tambin stos pueden beneficiarse de losejercicios que generan paz, fuerza y energa positiva, la fuente definitiva denuestro bienestar fsico. La ltima parte presenta varias meditaciones budistasque, adems de estar relacionadas con los problemas cotidianos, estnenfocadas a despertar el buda que todos llevarnos dentro y a descubrir la infinitafuerza curativa de la mente, que puede beneficiarnos a nosotros mismos y a losdems.

    La orientacin y los consejos que aparecen en este libro se derivan de lasenseanzas budistas, concretamente de un texto breve pero excelente, tituladoCmo convertir la felicidad y el sufrimiento en el sendero de la iluminacin, de Dodrupchen, Jigme TenpeNyima (1865-1926), uno de los lamas ms importantes y de los eruditos msautorizados de la escuela nyingma del budismo tibetano, y de otros como La gua delBodhisattva, de Shantideva (siglo VIII), uno de los grandes maestros hindes delbudismo mahayana,

    Pero todas las palabras sobre el poder curativo que se encuentran en estaspginas estn esencialmente inspiradas en la persona ms cariosa y sabia que

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    jams he conocido, mi amable maestro Kyala Khenpo ChiSchog (1892-1957). lme cuid durante catorce aos y fue como un padre para mi. Si en el libro se hafiltrado algn error, es por culpa de mi mente ignorante, y tengo la obligacinespiritual de rezar para que me perdonen todos los maestros iluminados y loslectores compasivos,

    Si practicas los ejercicios que se proponen en este libro podrs solucionar tusproblemas y liberarte del dolor, devolver a tu vida la alegra y la salud. Como m-nimo te ayudarn a reducir la intensidad del dolor y la gravedad de los problemas,y a incrementar la alegra y la salud de que disfrutas. Adems, la paz y la fuerzageneradas por el poder curativo de la mente te permitirn aceptar ms fcilmenteel dolor y los problemas y contemplarlos como parte de tu vida, al igual queaceptamos la oscuridad de la noche como parte del ciclo del da.

    Espero que este libro ayude a la gente a ser ms feliz y a estar ms sana. Todoaquel cuya mente est abierta al poder curativo de la meditacin se beneficiarpracticando los ejercicios descritos en este libro. Para eso no hace falta serbudista. Sin embargo, los ejercicios no estn concebidos como una alternativa alos tratamientos convencionales. La medicina, un comportamiento y una dietaadecuados y el ejercicio fsico son elementos bsicos para el bienestar.

    PRIMERA PARTE EL CAMINO DE LA CURACIN

    1. FUNDAMENTOS DE LA CURACIN

    La mente tiene el poder de remediar el dolor y generar placer. Si empleamosese poder combinado con una forma de vida correcta, una actitud positiva y lameditacin, podemos curar no slo las aflicciones mentales y emocionales, sinotambin los trastornos fsicos.

    Cuando nos aferramos a los deseos y las preocupaciones con toda nuestraenerga slo conseguimos crear tensin nerviosa y agotamiento. Adoptando laactitud que los budistas llaman despegarse del yo podemos abrirnos a nuestraverdadera naturaleza, apacible e iluminada. Este libro es una invitacin adescubrir nuestra sabidura interior, una fuente curativa que todos poseemos.Podemos abrir la puerta que conduce a esa sabidura y descubrir la luz, el calor yla suave brisa del bienestar. La fuente de esta energa nos pertenece, podemostocarla y compartirla en cualquier momento; es un patrimonio universalsusceptible de proporcionarnos placer incluso en este mundo de sufrimientos eincesantes cambios.

    En el budismo, la sabidura que ensean las escrituras est dirigidaprincipalmente a conseguir la iluminacin. Sin embargo, los ejercicios espiritualestambin pueden ayudarnos a hallar la felicidad y la salud en nuestra vidacotidiana. En el budismo hay extensos discursos sobre cmo mejorar la vidacotidiana y conseguir una existencia apacible, alegre y benfica aqu, en estemundo.

    LOS BENEFICIOS DE LA MEDITACIN

    El budismo aboga por eliminar la tensin innecesaria y perjudicial que creamosen nuestras vidas, mediante la comprensin de la verdadera naturaleza de las co-

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    sas. Yo he visto muchos ejemplos del poder curativo de la mente, capaz desolucionar problemas mentales y emocionales, as como de curar enfermedadesfsicas.

    Uno de esos ejemplos lo viv personalmente. Cuando tena dieciocho aos, miquerido maestro Kyala Khenpo y yo decidimos huir del Tbet debido a la agitacinpoltica que reinaba en el pas, pese a saber que perderamos nuestro hogar,nuestra patria, nuestros amigos y nuestro sustento. Kyala Khenpo muri de vejezy enfermedad en un desierto valle sagrado. l no slo era mi amable y eruditomaestro, sino que haba cuidado de m como un padre desde que yo tena cincoaos. Aqul fue uno de los momentos ms tristes y de mayor confusin de mivida. Sin embargo, mi conciencia de la impermanencia, el hecho de que en lavida todo est cambiando continuamente, me ayud a aceptarlo. Lasexperiencias espirituales me permitieron conservar la calma, y la luz de lasabidura de las enseanzas que haba recibido allanaron el camino de mi vidafutura. Dicho de otro modo, reconociendo la naturaleza de lo que estabapasando, abrindome a ello y utilizando las fuentes de poder que ya tena meresult ms fcil sobreponerme. Corno veremos ms adelante, estos tres pasosbsicos (reconocer las dificultades y el sufrimiento, abrirse a ellos y cultivar unaactitud positiva) son fundamentales para alcanzar el bienestar.

    Otro de mis maestros, Pushul Lima, tuvo problemas psicolgicos durante sujuventud. Era tan agresivo que su familia tena que atarlo para protegerlo a l mis-mo y proteger a los dems de su violencia. Logr dominar su agresividadmediante las meditaciones curativas, en especial la meditacin sobre lacompasin, y acab convirtindose en un gran erudito y maestro. Actualmente noconozco a nadie ms alegre, pacifico y amable.

    Cuando viva en el Tbet, la curacin fsica mediante la meditacin y una actitudcorrecta era un aspecto corriente de la vida cotidiana. Por eso cuando ahora lagente me pide ejemplos de curaciones fsicas no me resulta fcil elegir unahistoria que contar. Para los nacidos en el Tbet no es nada extraordinario que lamente pueda curar el cuerpo. La mente dirige las energas del cuerpo. Cuandoera joven presenci tantas curaciones que nunca les prest demasiada atencin.Sin embargo, conozco un caso reciente que a la gente quiz le resulteasombroso, aunque desde el punto de vista budista no tiene nada desorprendente.

    Hace un par de aos, el actual Dodrupchen Rimpoch, un destacado lama,sufri un ataque de apendicitis aguda mientras viajaba por los remotos camposde Butn. Un importante ministro del pas consigui un helicptero para trasladaral lama a un hospital. Los mdicos teman que se produjese una perforacin,pues Rimpoch tena fuertes dolores. Pero, pese a los consejos de los mdicos,ste se neg a ser operado y se cur mediante meditaciones y rnantras.

    TODOS PODEMOS BENEFICIARNOS

    La capacidad para recuperarse de una enfermedad tan grave mediante lameditacin depende del grado de confianza de la persona y de su experienciaespiritual.

    La mayora de nosotros nos alegraramos mucho, por supuesto, de tener la

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    oportunidad de operarnos si nuestro apndice estuviera a punto de estallar. Slocuento esta historia verdica para ilustrar el poder de la mente y porque a la gentele interesa mucho conservar su salud fsica. Entre nosotros hay muy pocosmaestros espirituales, pero todos podemos beneficiarnos de la meditacin y de laactitud positiva, Empezando desde donde estarnos ahora mismo, podemos llevaruna vida ms feliz y ms sana.

    Las enfermedades fsicas son uno de los temas que tratar aqu, perobsicamente este libro pretende ser un manual para enfrentarse a las emocionescotidianas. se es el mejor punto de partida para la mayora de nosotros. Sisomos capaces de aprender a estar ms satisfechos con todo lo que hacemos,las otras ventajas vendrn por s solas.

    Los conceptos y los ejercicios de meditacin de este libro estn inspiradosfundamentalmente en las enseanzas del budismo nyingrna, la escuela msantigua del budismo en el Tbet, que se remonta al siglo IX y que combina las trestradiciones budistas ms importantes hinayana, mahayana y vajrayana. Sinembargo, no hace falta ser budista para utilizar este libro. Desgraciadamentemucha gente cree que el budismo es una religin difundida por un determinadomaestro histrico, Buda Shakyamuni, cuya nica finalidad consiste en beneficiar alos seguidores de esa tradicin.

    El budismo es un camino universal. Su objetivo consiste en alcanzar la verdaduniversal, el estado de iluminacin plena. Segn el propio Buda Shakyamuni, unnmero infinito de seres alcanzaron la iluminacin antes de que l naciera, Hay,ha habido y habr budismo (el camino) y budas (los que han alcanzado la ilumi-nacin) en este mundo y en otros, en el pasado, en el presente y en el futuro. Escierto que hace casi dos mil quinientos aos Buda Shakyamuni propag las ense-anzas que luego se conocieron como budismo. El budismo que enseabaShakyamuni es una de Las manifestaciones del budismo, pero no la nica, Lagente que tenga una mente abierta oir el camino verdadero, que los budistasllaman dharma, incluso en la naturaleza. El Dharmasamgiti afirma: Los quetienen un buen estado mental, aunque no est presente el buda oirn el dharmaen el cielo, en las paredes y en los rboles. A los que persiguen una mente pura,las enseanzas y las instrucciones se les aparecern con slo desearlas.

    El budismo reconoce las diferencias culturales y religiosas de los distintospueblos del mundo, as corno las diferencias de educacin y personalidad. Hayotras muchas culturas y religiones con tradiciones curativas que tambin ofrecenconsejos determinados acerca del sufrimiento. Incluso en el Tbet existendiferentes enfoques del budismo. El hecho de que haya diferentes enfoques espositivo, aun cuando a veces parezcan contradecirse, porque las personas sondiferentes. Lo ms importante es satisfacer las necesidades de los individuos.

    LA MEDITACIN, EL CUERPO Y LA MENTE.

    La curacin mediante la meditacin no est limitada a una creencia religiosadeterminada. Hoy en da muchos mdicos educados segn la ciencia mdicaconvencional de Occidente recomiendan mtodos tradicionales de meditacincorno medio para recobrar y mantener la salud fsica y mental. Estas prcticasraramente reconocen la experiencia de lo que los budistas llaman la verdaderanaturaleza de la gran amplitud, pero s recomiendan la visualizacin y el

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    desarrollo de una actitud positiva y de la energa positiva. La hipertensin arterial,en muchos casos provocada y agudizada por la tensin nerviosa, es una de lasenfermedades que mejor responde a estos tratamientos alternativos. Algunosmdicos recomiendan concentrar la mente en los msculos que tenemos entensin y luego distender a conciencia esos msculos para obtener alivio yrelajacin. Esta tcnica se basa en el principio budista de reconocer un problemay despegarse de l.

    La curacin es ms eficaz si va acompaada de alguna creencia espiritual oexperiencia en la meditacin. El doctor Herbert Benson, de la Facultad deMedicina de Harvard y creador de la Respuesta Relajante, dice: Si usted creeprofundamente en su filosofa personal o en su fe religiosa, si est comprometidoen mente y alma con su visin del mundo, tiene ms posibilidades de conseguirmetas destacadas con el cuerpo y la mente sobre las que nosotros slo podemosespecular

    El doctor Bernie Siegel, cirujano y catedrtico de la Universidad de Yale,describe algunos de los beneficios de la meditacin: Tiende a disminuir onormalizar la presin sangunea, el pulso y el nivel de las hormonas del estrs enla sangre. Produce cambios en los esquemas de las ondas cerebrales, quepresentan menor excitacin... La meditacin tambin aumenta el umbral del dolory reduce la edad biolgica del individuo... Es decir, reduce el desgaste de lamente y el cuerpo, ayudando a la gente a vivir mejor y ms tiempo.

    Muchos periodistas, como Bill Moyers, han destacado la relacin del cuerpo y lamente con la salud, Esto es lo que dice Moyers en su introduccin al libro Healingand the Mind, basado en una serie de televisin:

    Creo que siempre me ha interesado la relacin de la mente y el cuerpo porqueme cri en una cultura que los separaba claramente... Sin embargo, en estemundo dividido entre la mente y el cuerpo, el lenguaje traicionaba continuamentelas limitaciones de nuestras categoras. La viuda Brown debe de haber muertode pena; jams estuvo enferma hasta que muri su marido. Mis padreshablaban de nuestro amigo el tendero, que haba enfermado por culpa de laspreocupaciones, y mi to Carl crea que rer poda aliviar las molestias muchoantes de que Norman Cousins publicara su relato sobre cmo combata su graveenfermedad viendo pelculas de los Hermanos Marx y vdeos de ObjetivoIndiscreto.

    ltimamente la medicina occidental ha empezado a estudiar con mayor atencinla relacin entre cuerpo y mente, a examinar la conexin entre la mente, las emo-ciones y la salud. En los aos setenta los investigadores encontraron pruebas dela existencia de lo que llamaron neurotransmisores, unos mensajeros qumicosque transportan informacin al cerebro. Algunos neurotransmisores, los llamadosendorfinas y encefalinas, actan como analgsicos naturales. Otros parecen estarrelacionados con determinados estados mentales, como la ira, la alegra o laenfermedad mental.

    Los investigadores siguen trabajando sobre las relaciones biolgicas entre elcerebro, el sistema nervioso y el sistema inmunolgico. La medicina occidental noes el tema de este libro, pero los descubrimientos en esta materia son muyinteresantes. Los nuevos descubrimientos acerca de la mente y el cuerposiempre son reveladores, y podran beneficiar a mucha gente. Sin embargo, la

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    idea central que hay detrs de esas investigaciones es en realidad muy antigua.El budismo ha credo en la importancia de la mente desde hace siglos, muchoantes de que se desarrollaran las teoras modernas sobre la biologa molecular.

    LA CURACIN ESPIRITUAL SEGN LA MEDICINA TIBETANA

    Segn el budismo, la mente genera energas curativas, mientras que el cuerpo,que es slido y estable, las domina, las concentra y las refuerza. El texto principalde la medicina tibetana son los Cuatro Tantras (Gyud zhi), que los tibetanosconsideran un terma (revelacin mstica) descubierto por Trawa Ngonshey en elsiglo XI. Segn esos textos ancestrales, la raz de todas las enfermedades de lamente y el cuerpo es el apego al yo. Los venenos que destila la mente comoconsecuencia de ese apego son la ignorancia, la aversin y el deseo.

    Las enfermedades fsicas se dividen en tres grandes grupos. La falta dearmona del viento o energa, que generalmente se centra en la parte inferior delcuerpo y es de naturaleza fra; su causa es el deseo. La falta de armona de labilis, que suele situarse en la parte superior del cuerpo y es caliente; su causa esla aversin. La falta de armona de la flema, que se concentra en la cabeza y esde naturaleza fra; su causa es la ignorancia. Estas tres categoras, deseo,ignorancia y aversin, as como las temperaturas asociadas a ellas, todavapueden ser muy tiles hoy en da para determinar qu ejercicios de meditacinresultan ms convenientes, segn la naturaleza y el estado emocional de cadaindividuo.

    Segn la medicina tibetana, el mejor mtodo para conseguir una buena saludfsica y mental consiste en llevar una vida apacible, libre de aflicciones emociona-les, y combatir el apego al yo.

    Pero qu es ese yo que ya he mencionado varias veces? El conceptobudista del yo no siempre es fcil de entender para quienes desconocen estatradicin. Aunque se puede meditar sin saber lo que es, tener una idea generalsobre el yo facilitar la realizacin de los ejercicios presentados ms adelante.

    Cuando hablamos sobre las grandes verdades el lenguaje puede ser muytraicionero. A lo largo del da pronunciamos continuamente las palabras yo yt. Creo que todo el mundo estar de acuerdo en que el conocimiento de unomismo es positivo y en que el egosmo puede hacernos desgraciados. Perovayamos un poco ms lejos y examinemos el concepto del yo tal como loentiende el budismo.

    POR QU SUFRIMOS

    Nuestra mente crea la experiencia de la felicidad y el sufrimiento; la capacidadpara hallar la paz depende de nosotros. La mente, en su estado puro, es apaciblee iluminada. Todo aquel que comprenda esta idea se encuentra ya en el caminode la sabidura.

    El budismo se basa en el principio de dos verdades: la verdad absoluta y laverdad relativa. La verdad absoluta es que, en estado puro, nuestra mente y eluniverso estn iluminados, son apacibles y perfectos. El estado puro de la mente,segn el budismo Nyingrna, significa la unin de la conciencia y la amplitud.

    La verdad relativa o convencional es que en todo el espectro de la vida diaria, la

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 12

    vida terrenal, pasajera e impermanente que transcurre desde el nacimiento hastala muerte y que los budistas llaman samsara, percibimos el mundo como un lugarlleno de sufrimiento, continuos cambios y decepciones, porque la cara de laverdadera naturaleza de las cosas ha quedado oscurecida por nuestros hbitosmentales y aflicciones emocionales, obligndonos a aferrarnos al yo.

    Para los occidentales el yo suele significar la persona, la conciencia del ego. Elbudismo tambin incluye ese concepto del yo, pero adems entiende el yo comocualquier fenmeno u objeto al que nos aferremos como si fuera una entidad conexistencia verdadera. Puede tratarse del yo de otra persona, del yo de una mesa,del yo del dinero o del yo de una idea.

    Si nos aferrarnos a esas cosas, las percibirnos dualmente, como un sujeto quesostiene un objeto. Entonces la mente empieza a discriminar, a separar yetiquetar las cosas.; pensamos: a m me gusta esto, o no me gusta esto.Podemos pensar: esto es bueno, y entonces empezamos a apegarnos, oeso es malo, y entonces empezamos a sufrir. Podemos desear algo que notenemos, o temer la prdida de lo que tenemos, o deprimirnos por haberloperdido. A medida que nuestra mente se va tensando, nuestra emocin o nuestrodolor aumentan, y as se inicia el ciclo del sufrimiento.

    Con nuestra mente relativa y ordinaria, nos aferramos al yo corno si fueraalgo firme y concreto. Sin embargo, el yo es una ilusin, porque en la experienciadel samsara todo es transitorio, cambiante y perecedero. Nuestra mente ordinariaconcibe el yo como algo que existe realmente con entidad independiente. Perosegn el budismo el yo no existe en realidad. No es una cosa slida ni fija, sinouna mera etiqueta fabricada por la mente. El yo tampoco es una entidadindependiente. Desde el punto de vista del budismo todo funcionainterdependientemente, de modo que no hay nada que tenga una naturaleza o uncarcter verdaderamente independiente.

    En la tradicin budista la ley de la causalidad se llama karma. Toda accin tieneun efecto proporcionado; todo es interdependiente. Las semillas se convierten enbrotes verdes, luego en rboles, luego en frutos y flores que vuelven a producirsemillas. Ese es un ejemplo muy sencillo de la causalidad. Debido al karma,nuestras acciones dan forma al mundo de nuestras vidas. Vasubandhu, el msdestacado escritor metafsico de la doctrina. mahayana, deca; Debido a lasacciones del karma nacen varios mundos,

    El apego al yo crea karma negativo, costumbres y tendencias negativas. Perono todo el karma es negativo, aunque algunas personas cometen el error depensar as. Tambin podemos crear karma positivo, y eso es lo que pretende lameditacin. Si nos aferramos al yo con todas nuestras fuerzas crearnos karmanegativo. El karma positivo nos ayuda a despegarnos del yo, y cuando nosrelajamos encontramos el equilibrio y nos volvernos ms sanos y felices.

    TODOS SOMOS BUDA

    Los budistas creen que todos los seres son budas en potencia. En estado purotodos somos Buda. Sin embargo, el karma y sus rastros, producidos por el apegoal yo, oscurecen nuestro carcter de buda igual que las nubes tapan el sol.

    Todos los seres son iguales y comparten el hecho de ser perfectos en su estado

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    puro. Todos sabemos que cuando nuestra mente est relajada, natural y libre depresiones y situaciones mentales o emocionales que nos molestan,experimentamos paz. Eso demuestra que la naturaleza incontaminada de lamente es apacible, y no dolorosa. A pesar de que esta sabidura, la verdaderanaturaleza que hay en todos nosotros, ha quedado cubierta por manchasmentales, sigue siendo perfecta y clara. Nagarjuna, fundador de la escuela de laVa Intermedia del budismo Mahayana, escribe:

    El agua se conserva limpia en la tierra.Del mismo modo la sabidura se conserva limpia en nuestras aflicciones emocionales.

    Nagarjuna habla de la paz y la libertad como nuestra esfera esencial, algoque est en nuestro interior esperando a que lo descubramos:

    En el tero de una mujer embarazadahay un beb aunque no podamos verlo.Del mismo modo no podemos ver nuestra esfera esencial,que est cubierta por nuestras aflicciones emocionales.

    La paz est dentro de nosotros; no hace falta que la busquemos en ningn otrositio. Mediante lo que el budismo llama mtodos diestros, que incluyen los ejer-cicios de meditacin, podemos destapar ese santuario esencial. Nagarjunadescribe la esfera esencial, la gran amplitud, la unin de la mente y el universo,de este modo:

    Al igual que cuando batimos la leche aparece la mantequilla inmaculadamente,cuando purificamos nuestras aflicciones mentales se manifiesta la esfera esencial inmaculadamente.Al igual que la llama metida en un jarrn no se manifiesta,tampoco podemos ver la esfera esencial escondida en el jarrn de las aflicciones mentales.Si haces un agujero en cualquier parte del jarrn,por ese agujero saldr, la luz de la llama.Cuando destruimos el jarrn de las afliccionesmentales mediante la meditacin vajra,la luz brilla hasta alcanzar los lmites del espacio.

    Shakyamuni, el buda histrico, dice en Haivajra:

    Los seres vivos en estado puro son budas,pero las aflicciones casuales o repentinas oscurecen su naturaleza.Cuando se eliminan las aflicciones, cada ser vivo es un buda.

    La iluminacin es la ausencia de yo. Es la paz, la amplitud, el desinters, launidad y la felicidad totales, eternas y universales. Para la mayora de la gente, laperspectiva de la realizacin total de la iluminacin es algo extrao y difcil deentender. El propsito de este libro no es ni ir ms all del yo ni alcanzar lailuminacin plena, sino simplemente reducir un poco nuestro apego al yo, y serms felices y ms sanos. De todas formas, podra ser til tener una idea de loque significan la amplitud y la unidad totales,

    Las historias que hemos odo contar sobre personas que han estado al borde dela muerte, o que han estado prcticamente muertas y han vuelto a la vida,pueden ayudarnos a comprenderlo. Mucha gente que ha sobrevivido al procesode la muerte describe la sensacin de viajar por un tnel en cuyo extremo losesperaba una luz blanca que los tocaba, proporcionndoles una sensacin de

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    gran alegra y paz. Sin embargo, la luz no es algo separado de esa experiencia.La luz es la paz. Y ellos son la luz. No perciben la luz de la tpica forma dualista,como alguien que ve una luz, como un sujeto y un objeto, sino que la luz, la paz yla persona son una misma cosa,

    Muchas de las personas que han tenido experiencias de este tipo afirman habervisto brevemente un resumen de toda su vida, desde el nacimiento hasta lamuerte; no un suceso despus de otro, sino su vida entera de una sola vez. Y noslo lo ven con los ojos, o lo oyen con los odos, o lo entienden con la mente, sinoque tienen una conciencia vvida y pura de ver, entender y sentir sin distinciones.En esos casos, cuando los lmites y las restricciones han desaparecido, aparecela unidad. Cuando hay unidad no hay sufrimiento ni conflictos, porque losconflictos slo existen donde hay ms de uno.

    Para los budistas esas experiencias son particularmente interesantes porquepodran ofrecer un atisbo del luminoso bardo del estado puro, un periodo tran-sitorio despus de la muerte en que, para la gente que tiene alguna comprensinde la verdad, se trasciende el reino del tiempo, el espacio y los conceptosordinarios. Esas historias, sin embargo, no hablan slo de la experiencia de lamuerte, sino tambin de la iluminacin que es posible alcanzar mientras estamosvivos.

    En realidad la mente iluminada no es tan extraa. La amplitud est dentro denosotros, aunque no siempre podamos reconocerla. Todos podemos percibirla enalgn momento importante de nuestra vida, o incluso intuirla en nuestra vidacotidiana. No hace falta que nos hallemos al borde de la muerte. Las experienciasde personas que han estado a punto de morir pueden resultar inspiradoras einteresantes, pero la iluminacin no se limita a eso. La iluminacin no es unaexperiencia determinada, ni una determinada forma de ser. La amplitud total estms all del existir o no existir; tampoco es existir y no existir a la vez.En otras palabras, la amplitud total escapa a los conceptos y las descripciones.

    EL CAMINO DEL BIENESTAR

    La iluminacin es unidad, ms all del apego al yo, ms all de la dualidad, msall de la tristeza o la alegra, ms all del karma positivo o negativo. Sin embar-go, cuando hablarnos del bienestar, como en este libro, no hace falta que nospreocupemos demasiado de la iluminacin. La verdadera curacin consiste encomprender la verdadera naturaleza de nuestra mente, si bien la mente ordinariatambin tiene poderes curativos. La mente cotidiana y dualista puede servirnosde ayuda. La mayora de los ejercicios descritos en este libro parten de eseenfoque cotidiano para estar ms relajado y ser ms feliz.

    As, nuestro objetivo consiste simplemente en ir de lo negativo a lo positivo, delmalestar al bienestar. Si ya tenemos un estado positivo actualmente, podemosaprender a conservarlo y disfrutarlo. Cuanto ms nos despeguemos del yo, mejornos sentiremos.

    Cuando realizamos un viaje largo, es posible que pensemos nicamente en eldestino final, pero es conveniente tomrselo con calma y descansar por el cami-no. Si queremos despegarnos del yo, no debemos esforzarnos exageradamente.Es mejor ir despacio. Por muy pequeos que sean nuestros progresos, lo ms

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 15

    importante es saber valorarlos; entonces se vuelven poderosos. Debemos valorarsiempre lo que somos capaces de hacer, en lugar de lamentarnos por lo que nohemos conseguido.

    Ser un poco ms abierto, un poco ms positivo, un poco ms relajado. se es elobjetivo de este libro. Si se trata de nuestro primer contacto con la meditacin y elaprendizaje espiritual, es importante que seamos prcticos, que utilicemosnuestro conocimiento de nosotros mismos para ver cul es el camino correcto. Siadoptamos una actitud abierta, las sugerencias acerca de cada una de lasmeditaciones curativas nos ayudarn a avanzar deprisa por ese camino. La mejorgua es la sabidura que llevamos dentro. Estamos limitados a unos cuantosmtodos de meditacin. En cambio, todo en la vida pensar, sentir, lasactividades y experiencias cotidianas puede ser un mtodo curativo.

    2. EL PODER CURATIVO DE LA MENTE

    Cuando era nio sola jugar con mis amigos en los vastos y verdes camposdonde viven los tibetanos nmadas. Recuerdo aquellos hermosos y soleadosdas de verano en el norte de la meseta tibetana. La tierra estaba cubierta poruna ininterrumpida alfombra verde de hierba hasta donde alcanzaba la vista,salpicada de flores de un colorido espectacular. No soplaba viento, los pjarosentonaban sus dulces cantos y las mariposas revoloteaban por el aire. Las abejastrabajaban recogiendo nctar de las flores. En el cielo, de un maravilloso azulintenso, apareca de vez en cuando alguna nube que intentaba ensombrecer lahechizante belleza de la madre tierra. La brisa era tan suave que no haba sensa-cin que pudiera compararse con ella, La atmsfera estaba completamente ntiday en calma, sin rastro de contaminacin ni alteracin. Lo nico que se oa era ladulce y tranquilizadora msica de la naturaleza. Las cosas sucedannaturalmente, sin ninguna prisa. No haba relojes que nos condicionaran; tan slolos ciclos del sol y de la luna daban ritmo y medida a nuestra vida.

    Se respiraba una atmsfera de libertad, de amplitud y de una pazsobrecogedora. Yo no me acordaba del glido y despiadado invierno que prontose cernira sobre nosotros. Rodaba por el acogedor y tolerante regazo de lamadre tierra y corra descalzo por el campo, disfrutando de las sensuales cariciasde la hierba hmeda. Toda mi existencia, tanto mental como corporal, estabaconcentrada en una sola sensacin: la alegra.

    Un da, mientras jugaba con mis amigos en aquel entorno, sent de pronto unintenso dolor en el pie derecho y todo mi cuerpo se contrajo. Entonces todo loque senta y vea se transform en sensacin de dolor. Al principio no me dicuenta de lo que haba pasado. Luego o un zumbido procedente de mi pie. Unaenorme abeja haba quedado atrapada entre los dedos, pero yo no lograbasepararlos para liberarla. Cuanto ms me picaba la abeja, ms apretaba yo losdedos. La abeja, sintindose atrapada, segua picndome, y mi dolor era cadavez mayor. Finalmente uno de mis amigos se acerc y me separ los dedos delpie para liberar a la abeja. Slo entonces ces el dolor.

    Ojal pudiramos comprender con esta claridad que el apego mental es lacausa de nuestros problemas. Cuando nos aferramos al yo, slo conseguimos

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 16

    que aumente el dolor fsico, mental y espiritual. Aturdidos, nos aferramos a lcada vez con ms fuerza, iniciando el ciclo del sufrimiento que caracteriza elmundo del samsara, El dolor puede asaltarnos en cualquier momento, inclusocuando estarnos contentos y satisfechos por eso tendemos a aferrarnosfuertemente a lo que tenemos, por miedo a perderlo.

    Segn la filosofa del budismo Mahayana, todos vagamos por este mundo a laderiva, sin ver la fuerza interior que puede liberarnos. Nuestra mente fabrica de-seos y aversiones, y bailamos alocadamente, como un borracho, al son quemarcan la ignorancia, el apego y el odio. La felicidad es fugaz; la insatisfaccinnos persigue. Todo es corno una pesadilla. Mientras estemos convencidos deque el sueo es real, seremos sus esclavos,

    Para despertar de la pesadilla, tenemos que eliminar las nubes que tapan laverdadera naturaleza de nuestra mente. Hace muchos siglos, un prncipe indiollamado Siddhartha Gautama renunci a sus derechos al trono y, tras largas yprofundas meditaciones, comprendi la verdad de la vida. Al hacerlo se convirtien Buda. En snscrito, la palabra buda significa despierto. Nosotros tambinpodemos despertar. El proceso curativo es el despertar al poder de la mente.

    LA MENTE ES EL FACTOR PRINCIPAL

    Tenemos que diagnosticar la enfermedad, corno si furamos mdicos,abandonar la causa del problema y aplicar la medicina que conduce a la buenasalud. Asanga, el fundador de la escuela budista Slo Mente, escribe:

    Del mismo modo que es necesario diagnosticar la enfermedad, abandonar su causa,conseguir la felicidad de la buena salud y administrar una medicina para conseguirla,deberamos reconocer el sufrimiento, deberamos abandonar la causa que lo produce,deberamos aplicar un remedio para eliminarlo y conseguir que desaparezca.

    En el budismo, el diagnstico y el remedio estn contenidos en las cuatro noblesverdades: la verdad de que sufrimos, la verdad de por qu sufrimos, la verdad deque podemos poner fin a nuestro sufrimiento y la verdad del camino que conducea la liberacin del sufrimiento. Nosotros podemos optar por seguir ese camino.Podemos mejorar nuestra vida incluso mientras luchamos contra las dificultadescotidianas. La clave es la mente. Si guiamos e instruimos nuestra mente correc-tamente, podemos experimentar el poder curativo. El Dharmapada dice:

    La mente dirige los fenmenos.La mente es el factor principal y la precursora de todas las acciones.Si alguien habla o acta con crueldad,despus viene la desgracia, igual que el carro va detrs del caballo,Los fenmenos estn dirigidos por la mente.La mente es el factor principal y la precursora de todas las acciones.Si alguien habla o acta con una mente pura, despus viene la felicidad, igual que la sombra va detrs delobjeto que la produce.

    La felicidad real y duradera no proviene de circunstancias materiales niexternas, sino de la satisfaccin y la fuerza mentales. Dodrupchen escribe:

    Los instruidos saben que la felicidad y el sufrimiento dependen de la mente y, por lo tanto, buscan la felicidad enla propia mente. Como comprenden que las causas de la felicidad estn dentro de nosotros, no confan en lasfuentes externas. Si entendemos esto, aunque nos enfrentemos a problemas provocados por otros seres o poruna causa fsica, stos no conseguirn herirnos. Es ms, esa misma fuerza mental estar tambin con nosotros

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 17

    para proporcionarnos paz y felicidad en el momento de la muerte.

    En su estado puro, la mente es apacible. Si aprendemos a evitarpreocupaciones y tensiones innecesarias, damos a la alegra la posibilidad debrillar, Todo depende de nuestra mente. Los budistas creen que las emociones sepueden transformar, que la alegra no slo es posible, sino que tenemos derechoa ella. No tenemos por qu vivir dominados por las tensiones. Este propsito deevitar las tensiones no es una actitud extraa, limitada a una religin o unafilosofa particular. En la Nueva Biblia de Jerusaln leemos:

    No te abandones a la pena,no te atormentes con tus problemas.La alegra del corazn es vital para todos, la alegra es lo que alarga la vida.Deja de lado tus preocupaciones, consuela tu corazn,aleja de ti la pena;pues la pena ha sido la desgracia para muchos y a nadie le hace ningn bien.Los celos y la ira acortan tu vida,y las preocupaciones te hacen envejecer prematuramente.El que tiene un corazn afable se convierte en un comiln,en uno que sabe disfrutar de una buena comida.

    CMO VIVIR EN EL MUNDO

    Hay gente que cree que el budismo es una religin para personas que quierenalcanzar un estado de beatitud para luego desaparecer del mapa y vivir alejadosdel resto de los mortales. Pero sa no es una descripcin correcta del budismo.Los budistas creen en la necesidad de participar activamente en la vida. Elcamino del bienestar no excluye los problemas ni las dificultades de hecho, losacepta como una forma de comprender nuestra verdadera naturaleza.

    Podemos enfocar los problemas que parecen completamente negativos de unaforma prctica. Si nos hallamos en una situacin tensa, hemos de reconocerla yreconciliarnos con ella pensando: Esto es malo, pero no pasa nada. Si no nosobsesionamos con esa situacin, componiendo una cadena de percepcionesnegativas respecto a ella, su impacto ir desapareciendo, pues, como todo en lavida, esa situacin no es permanente y tarde o temprano cambiar. Sabindolo,podemos dar un paso ms hacia el bienestar, tranquilamente, con la seguridad deque las situaciones externas no pueden vencer nuestra sabidura interior.

    Segn el budismo, en realidad las emociones no son ni buenas ni malas.Deberamos aceptar y reconocer todos nuestros sentimientos. Al mismo tiempo,no debemos dejarnos llevar por las emociones violentas o destructivas. Si se esvulnerable al anhelo, al apego, a la confusin o al odio, es mejor pensar en lo quees correcto hacer en lugar de en lo que uno quiere hacer.

    Al iniciar el camino del bienestar, deberamos fortalecer nuestras intenciones.Hay que dejar que la mente gue las emociones.

    Si confiamos en factores externos a nosotros mismos como fuente desatisfaccin, nos sentiremos como si estuviramos montados en una montaarusa de gratificacin e insatisfaccin. El deseo nos deja a merced de la incesanterueda del samsara, el mundo pasajero de dolor y placer. Cuando soltamos el yo yencontramos nuestro propio equilibrio, vemos que no es necesario aferrarse a losconceptos de bueno y malo, feliz y triste, esto y aquello, yo y ellos. Muchasreligiones y filosofas advierten sobre el peligro de identificarse demasiado con el

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 18

    yo. Las famosas escrituras hindes, los Upanishad, comparan esa identificacincon una trampa: Cuando pensamos "ste Soy yo" y "Esto es mo", quedarnosatrapados en nuestro yo, corno el pjaro en el cepo..

    La clave para alcanzar la felicidad es preocuparnos de nuestras verdaderasnecesidades y las de los dems, y para hacerlo podemos y a menudodeberamos implicarnos en el mundo. La lucha no es necesariamente mala.Podemos aprender a ver las luchas de la vida como desafos interesantes. Sinembargo, debemos tener en cuenta que cuando perseguimos algn objetivo, seamundano o espiritual, el apego nos agotar y nos conducir a la trampa delegosmo. La habilidad de vivir de forma equilibrada resulta ms fcil cuandosabemos qu es lo que verdaderamente necesitamos para vivir.

    QU NECESITA EL SER HUMANO?

    Todos los seres humanos necesitan comida, ropa, cobijo, salud, cario y educacin para vivir. Como miembros de unasociedad humana, necesitamos respetarnos unos a otros y respetar las necesidades y las instituciones bsicas quebenefician a los dems. Por lo dems, no hay ninguna otra cosa externa que merezca nuestro tiempo, nuestra paz,nuestra energa y nuestra sabidura, los grandes dones de la vida. Las otras comodidades de la vida son bsicamenteherramientas para satisfacer nuestra mente anhelante. A medida que vamos acumulando placeres mundanos, aumentanuestro anhelo de conseguir ms. El Lalitavistara-sutra advierte:

    Tu disfrute de los placeres del deseo,como beber agua salada, nunca te proporcionarn satisfaccin.

    Ricos y pobres sufren por culpa de las preocupaciones externas relacionadascon el deseo. Hasta los millonarios padecen ira, desesperacin, depresin.Disfrutan de poco descanso y poca paz verdaderos, slo les preocupa perder loque tienen o conseguir lo que todava no han conseguido. No pueden disfrutar dequines son, y no pueden vivir sino por lo que los atrae o los esclaviza. Esto noquiere decir que ganar dinero tenga que causar necesariamente sufrimiento, peroentregar la vida a la tirana de las posesiones externas acaba con la alegra y lapaz.

    De forma parecida, los pobres quedan atrapados por la lucha por lasupervivencia. Ni siquiera se atreven a disfrutar de lo poco que tienen por miedoa sufrir ms dolor, Cuando la Madre Teresa recibi el premio Nobel de la Paz,cont la siguiente historia. Un da las hermanas misioneras de Calcuta acogierona un nio hurfano y le dieron un trozo de pan. El nio se comi la mitad, perodej el resto. Cuando le preguntaron por qu no coma ms, el nio contest: Sime como ahora todo el pan, no me quedar nada para despus. Hasta que no leaseguraron que le daran ms pan, el nio no pudo comerse la otra mitad.

    Pese al progreso y el desarrollo material de la civilizacin moderna, muchagente lleva una vida sin sentido. Tanto si somos ricos como si somos pobres oestamos en un cmodo punto medio, hemos de tener cuidado y no desearplaceres materiales a costa de nuestra verdadera naturaleza. Si gastamos todasnuestras energas pensando nicamente en cosas mundanas y en cmo obtenerms (mejor comida, una casa ms grande, ms dinero, fama y reconocimiento,cualquier cosa que no est dentro de nosotros mismos), perdemos lo ms valiosoque tenemos.

    Concentramos toda nuestra atencin en todo lo que est lejos de nosotrosmismos; cuanto ms lejos est de nuestra verdadera naturaleza, ms importante

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 19

    creemos que es. Valorarnos nuestro cuerpo y nuestras posesiones ms quenuestra mente, nuestro aspecto ms que nuestra salud, nuestra profesin msque nuestro hogar.

    Nos identificamos con el cuerpo y contemplamos nuestra mente como una meraherramienta del cuerpo (el hongo del cerebro como alguien la describiburlonamente); nos separamos de la verdadera fuente de la felicidad.Acumulamos posesiones para nuestras casas, pero no nos ocupamos de nuestramente ni de nuestro cuerpo a pesar de que las condiciones ms importantes paraun hogar dichoso son una mente feliz y un cuerpo sano.

    Cuando era pequeo y viva en el Tbet, un amigo mo que estaba cortando lease rasg un zapato con el hacha. Afortunadamente no se hizo dao en el pie,pero la piel de los zapatos es muy valiosa en un pas pobre como el Tbet. Miamigo hizo el siguiente comentario: Si no hubiera llevado los zapatos, me habracortado el pie y la herida se habra curado. Mala suerte! He cortado mi zapatonuevo, y eso nunca se curar. Es una forma muy curiosa de ver las cosas. Muya menudo la gente coloca los objetos materiales en primer lugar, luego el cuerpoy por ltimo la mente; exactamente al contrario de como debera ser.

    Aunque digamos: Quiero ser pacfico y fuerte en realidad valoramos laagresividad que nos permitir obtener nuestras necesidades materiales (y losdems nos recompensan por ello), en lugar de ser equilibrados o pacficos paracultivar nuestra fuerza interior. Emplearnos ms tiempo y ms energa en nuestracarrera profesional que en construir un hogar y una familia, pese a que afirmamostrabajar para tener un hogar feliz,

    Vivimos como las abejas, que dedican toda su vida a recoger miel y al final se laentregan a otro, quien recibe el fruto de su arduo trabajo. Valoramos ms lacantidad de dinero que hemos ganado y el pomposo estilo de vida queconseguimos con ese dinero que el propsito del trabajo, y no nos paramos apensar si el trabajo nos beneficia a nosotros y a nuestros seres queridos.Ponemos en peligro nuestra preciosa vida para ganar dinero, y acabamosbebiendo para aliviar la tensin producida por el trabajo o con una lcera deestmago. Para mucha gente el dinero se ha convertido en el dueo, elsignificado y la meta nica de la vida.

    Si intentamos ocuparnos de la mente para mejorar nuestra actitud y nuestrasvirtudes, la sociedad moderna nos tacha de egostas, poco prcticos y perezosos.Las personas materialmente productivas estn muy bien consideradas, pero losque buscan el camino espiritual no. Si nos quedamos en casa, ocupndonos delcentro y el refugio de la vida, la gente nos considera ineptos, poco profesionales einexpertos. El hogar se ha convertido en una especie de pensin, un sitio queslo sirve para pasar la noche.

    Tenemos que abandonar ciertas cosas para obtener otras. Cmo se nosocurre abandonar nuestro precioso y pacfico hogar, y la vida feliz que irradianaturalmente de l, para vivir una vida llena de problemas? Al parecer ahora noslo la gente corriente, sino tambin muchos maestros espirituales se venobligados a participar en la cultura materialista moderna. Hay una vieja historiaque expresa la irona de esta situacin:

    Una vez, en la India, unos adivinos predijeron que pasados siete das caera una

  • Tolku Thundop, El poder curativo de la mente 20

    fuerte lluvia y que quien bebiera agua de esa lluvia se volvera loco. Cuando em-pez a llover, el rey haba recogido suficiente agua pura para l, de modo que nose volvi loco. Pero la gente no tard en quedarse sin agua pura y todo el mundoenloqueci. Pronto empezaron a acusar al rey de estar loco. El rey, para entendera su pueblo y sentir lo mismo que l, bebi agua de la lluvia y enloqueci comosus sbditos.

    No estoy insinuando que podamos ni debamos ignorar el sistema de la vidamoderna. No podemos sobrevivir si no satisfacemos las necesidades bsicas, yes importante que seamos prcticos y que respetemos los puntos de vista de losdems. Pero deberamos intentar situarlo todo en la perspectiva adecuada. Esfundamental que entendamos quines somos, dnde estamos, qu es loverdaderamente valioso y cmo vivir en el mundo.

    Si nos volvemos imprudentes y dejamos que nuestra mente ansiosa se pongargida y tensa, nuestros hbitos negativos aniquilarn la sensacin de paz. ElUdanavarga dice:

    El hierro genera herrumbre,y la herrumbre se come el hierro.Nuestros actos imprudentes,debido al karma, nos conducen a una vida infernal.

    En una ocasin, en mis primeros tiempos de refugiado, viv un incidente que mecaus una gran impresin. Haba llegado con unos amigos a Kalimpong, unahermosa ciudad india situada en las montaas del Himalaya. Alcanzarnos la cimade una montaa, cerca de un cementerio, y nos detuvimos para preparar t, puesestbamos cansados y hambrientos y no tenamos dinero para ir a unrestaurante.

    Fui a buscar unas cuantas rocas y lea para hacer una hoguera. Cuando llegual otro lado de la colina vi a un anciano monje de unos ochenta aos, de caraancha y ojos pequeos y brillantes. Comprend, por su rostro redondo y suspronunciados pmulos, que deba de ser un lama de Mongolia. Estaba sentadoen una habitacin muy pequea, en la parte trasera de una vieja casa con lapuerta y la ventana abiertas de par en par. La habitacin deba de medir unoscuatro metros cuadrados. En aquel reducido espacio el monje meditaba, lea,cocinaba, dorma y hablaba con la gente durante todo el da, sin moverse de lacama, donde estaba sentado con las piernas cruzadas. Tena un pequeo altarcon unos cuantos objetos religiosos, y algunas escrituras en un pequeo estantede la pared. Junto a su cama haba una diminuta mesa que utilizaba para comer ytrabajar. Cerca de la mesa haba una pequea cocina de carbn en la que estabacocinando su comida.

    El monje esboz una amable y alegre sonrisa y me pregunt: Qu buscas?Le contest: Acabamos de llegar y estoy buscando lea para preparar t. Conuna dulce voz, el monje me dijo: No me sobra comida, pero si quierescompartiremos lo que estoy preparando. Le di las gracias, pero rechac lainvitacin porque mis amigos me estaban esperando. Luego me dijo: Entoncesespera un momento. Cuando acabe de hacer la comida puedes utilizar mi cocina.Todava hay suficiente carbn para preparar un t.

    Lo que vi me impresion profundamente. Aquel hombre era muy anciano, y

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    daba la impresin de que no estaba en condiciones de cuidarse solo. Noobstante, sus diminutos ojos estaban llenos de amabilidad, sus afables y dignosrasgos rebosaban alegra, su corazn estaba dispuesto a compartirlo todo, ytena una mente apacible. Hablaba conmigo como si furamos viejos amigos,pese a que era la primera vez que me vea. Una sensacin de felicidad, paz,alegra y asombro recorri mi cuerpo. Pens que, debido a su naturaleza mental ya su fuerza espiritual, aquel hombre pareca una de las personas ms ricas yfelices del mundo. Sin embargo, segn los parmetros del mundo materialista notena ni hogar ni empleo ni esperanza. No tena ahorros, ni ingresos, ni familiaque lo ayudara, ni subsidio, ni pas, ni futuro. Adems, como refugiado en un pasextranjero, apenas poda comunicarse con los nativos. Todava ahora, cuando meacuerdo de l, no puedo evitar sacudir la cabeza con asombro y alegrarme poraquel hombre. Me gustara aadir que aquel lama no es la nica persona de esanaturaleza que he visto. Hay muchos seres sencillos pero maravillosos.

    EMPRENDER EL CAMINO DEL BIENESTAR

    Si reducimos nuestro apego al yo obtendremos paz mental, y con ella nadapodr hacernos dao. Incluso si sufrimos, la actitud correcta nos ayudar asoportar nuestras emociones. Para beneficiamos de las tcnicas de meditacinpensadas para fortalecer la mente es importante que escuchemos desde elprincipio lo que se nos ensea, sin ideas preconcebidas ni prejuicios. Si en-contramos algo que nos parece comprensible, sensato y adecuado para nuestrasnecesidades, debemos concentrar todo nuestro sentimiento y toda nuestraintencin en practicar esa tcnica, sin vacilaciones, sin expectativas y sin dudas.La confianza es un poderoso agente benfico. Nos sorprender la fuerza quedescubriremos en nuestro interior con slo abrir la mente.

    La educacin de la mente desarrolla la cordialidad del espritu, y puede guiamoshacia una conciencia ms abierta y flexible. Aunque no todas las tcnicas quepresentar en este libro corresponden a la forma tradicional de aprendizaje quese ensea en las escrituras, todas las sugerencias estn basadas en losprincipios y la sabidura del budismo. El objetivo es alcanzar la paz internadesarrollando cualidades como la percepcin positiva, la habilidad para convertirtodo cuanto nos pasa en un apoyo y no en un obstculo.

    Otra cualidad importante es la devocin, necesaria en cualquier prcticaespiritual, aunque no es imprescindible tomarla en un sentido religioso. Paraquien prefiera un enfoque laico, la devocin podra significar sencillamente elcultivo de la sabidura interna y la profunda valoracin de nosotros mismos, losdems y el mundo en general. La oracin es una forma de canalizar la energa enuna expresin piadosa, en lugar de malgastarla en una charla insulsa. La versinlaica de la oracin consiste en expresar, bien para nuestros adentros o bien envoz alta, los sentimientos felices y alegres en nuestras propias palabras.

    Los budistas mahayana, interesados en transformar los problemas y disolver elyo, consideran la compasin una herramienta particularmente beneficiosa.Cuando nos acercamos a los dems, la rigidez del yo empieza a ceder. Aunqueel objetivo final del aprendizaje espiritual consiste en liberarse de la dependenciade todo cuanto est fuera de nuestra mente, el budismo recomienda implicarseen el mundo como prctica positiva a lo largo del camino de la verdad. Eso

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    incluye servir al prjimo, crear organizaciones e instituciones para prestarleayuda, proporcionar proteccin, hacer regalos, rezar y ser respetuoso. Hasta losms insignificantes encuentros pueden resultar muy provechosos si aprendemosa disfrutarlos y a respetar a la persona con la que estamos. Shantideva escribe:

    Cuando hables, hazlo con calma, pertinencia, claridad y simpata,sin deseo ni aversin,en tono moderado y sin extenderte demasiado. Cuando mires, hazlo con amabilidad ysinceridad, pensando:Si confo en esta amable persona,alcanzar la iluminacin.

    Si dejamos que nuestra mente sea amable y apacible y est relajada, lasactividades cotidianas y el trabajo (incluso respirar) podrn formar parte denuestra prctica curativa y obtendremos fuerza espontneamente. Si nos abrimosa ella, nuestra vida cotidiana se convertir en una vida benfica. As, aunque nopasemos horas meditando en una postura determinada, la vida misma sermeditacin.

    La mayora de los ejercicios que propongo en este libro estn pensados paratransformar las emociones visualizando los problemas y yendo de lo negativo a lopositivo. Otro enfoque de la meditacin es ir ms all de lo positivo y lo negativo,abrindonos a nuestros sentimientos y percibiendo nuestra mente tal como es.De hecho, la meditacin pensada para transformar problemas resulta ms eficazcuando incorpora sentimientos positivos y amplitud. Primero nos concentramos, yluego acabamos el ejercicio relajndonos y fundindonos con lo que estamospercibiendo.

    Cuando hayamos aprendido algunas meditaciones y ejercicios tradicionales,podemos aprender a aplicar nuestros propios remedios a los problemascotidianos, Es posible que el concepto del yo sea ms flexible de lo quehabamos imaginado. Podemos experimentar y aprender a ser ms alegres y aestar menos obsesionados con nuestras expectativas. Por ejemplo, cuando senos presente un problema que parece grave, podemos aliviarnos descubriendoalgo de humor en l. O si estamos sometidos a tensin en el trabajo, podemosrelajarnos y adquirir ms amplitud. Como las palabras tienen un gran poder,podernos decirnos: La tensin existe, pero yo estoy completamente relajado.Podemos concentrarnos relajadamente en nuestra respiracin, y percibir y sentirel espacio y el aire que nos rodean; de esta forma sentiremos que tenemosmenos tensin y ms espacio.

    Cuando las emociones parecen abrumadoras, a mucha gente le resulta tilpracticar la amplitud en lugar de intentar transformar el problema, En el siguientecapitulo hablaremos de la amplitud, pero a nadie que haya ledo las pginasanteriores le sorprender que el principio que hay detrs de ese enfoque seadespegarse del yo.

    Si una persona que no sabe nadar se cae al mar, se aferrar al agua y sehundir como una piedra. Un nadador experto es capaz de relajarse y fundirsecon el vasto ocano. Aprender a nadar lleva tiempo, y al principio resulta til tenera alguien que nos oriente. Lo mismo ocurre con la educacin de la mente, que esde lo que trata el resto de este libro.

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    3. PRIMEROS PASOS

    A lo largo de los siglos el budismo ha desarrollado un amplio bagaje deconocimientos acerca de la mente. Cuando nos iniciamos en el estudio de lameditacin, la cantidad de sugerencias e ideas puede resultarnos abrumadora. Lomejor ser que simplifiquemos las cosas, que nos marquemos metas razonablesy las persigamos con energa positiva. No debemos preocuparnos por lasdificultades, sino alegrarnos de los pequeos beneficios que obtengamos. Hastalas experiencias negativas o los pequeos defectos pueden resultar beneficiosossi los contemplamos desde una postura positiva.

    Cuando meditemos debemos relajarnos y soltarnos, en lugar de perseguirnuestras preocupaciones y nuestros deseos. Generalmente, para meditar nossentamos, pero gran parte de lo que aprenderemos sobre la meditacinpodremos practicarlo mientras realizamos otras actividades cotidianas. Laspalabras son necesarias para describir cmo hay que meditar y cmo adoptaruna actitud vital correcta; sin embargo, lo ms importante es practicar y sentir, sinpreocuparnos excesivamente de los conceptos, las categoras o las normas. Hayque tener paciencia y estar abierto, y trabajar con lo que nuestra propia vida nosproporciona.

    LA ELECCIN DEL LUGAR

    El mejor lugar para practicar la meditacin es un sitio tranquilo y agradabledonde nada nos distraiga, donde la mente pueda estar sosegada y el cuerpocmodo, y donde podamos sentirnos despiertos, espaciosos y felices.

    En el pasado los sabios elogiaban diferentes lugares, dependiendo del carcterdel individuo, el ejercicio y la poca del ao. Entre las localizaciones solitariaspreferidas figuran los paisajes extensos y despejados, como la cima de unaelevada montaa o la depresin de un prspero valle. Algunos practicantesencuentran alivio en el bosque, entre los rboles, los animales salvajes y lospjaros que cantan su eterna cancin de alegra y juguetean sin ningn temor.Otros recomiendan practicar la meditacin junto al mar, con su sinuoso eincesante oleaje, o a orillas de un ro, con su corriente poderosa y natural. Otrosprefieren meditar en las cuevas rocosas de valles desiertos, donde reina unaatmsfera de paz sublime.

    Si no tenemos la suerte de vivir en escenarios tan naturales, podemos buscarun rincn agradable en nuestra propia casa, adaptarlo lo mejor posible y disfru-tarlo.

    Elige la habitacin, o un rincn de la habitacin ms tranquila de tu casa, y unmomento en el que haya pocas posibilidades de que el telfono, los nios, loscompaeros de piso, el cnyuge o los amigos te interrumpan. Sintete alegre:alegre con el sitio, con el momento y con la oportunidad de tener ese lugar y esemomento. Algrate de tener ocasin de percatarte del significado espiritual de tuvida.

    En general es mejor que los principiantes practiquen a solas, en un lugar que noofrezca obstculos. Una vez que hayamos avanzado en el aprendizaje, podemos

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    buscar situaciones ms difciles que requieran mayor tolerancia y disciplina (conobstculos como interrupciones de la gente o del ruido del trfico) paraperfeccionarnos en el dominio de las dificultades que vayan surgiendo. Porltimo, cuando ya estemos preparados, podremos practicar en medio de lassituaciones ms adversas, con todo tipo de tentaciones mentales y agitacinemocional. Si practicamos con diligencia de esta forma, llegar un momento enque podremos enfrentarnos a cualquier situacin y transformarla en una fuente defortaleza sin perder la paz mental. As, sea cual fuere el lugar donde vivamos,ste se convertir en un palacio de iluminacin y pureza. Todos los sucesossern una enseanza. Despus el lugar dejar de importar; lo nico importanteser elegir el lugar donde mejor podamos servir a los dems.

    LA ELECCIN DEL MOMENTO

    Aunque cualquier momento es bueno para meditar, al principiante le sirven degran ayuda la paz y la tranquilidad. Las primeras horas de la maana son muyadecuadas, porque el da an no ha empezado y la mente est despejada. Sinembargo, es posible que algunos se sientan ms relajados y dispuestos a meditarpor la noche. Elige un momento, dedcalo a meditar con regularidad y algrate detenerlo. Si puedes, no dejes que nada interrumpa tu prctica regular.

    Sea cual fuere la meditacin o el ejercicio curativo que hagamos, debemosentregarnos a l. No debemos soar en el futuro ni hacer planes mentalmente.No debemos hurgar en el pasado ni aferrarnos al presente. Seguramente surgirntodo tipo de ideas o experiencias mentales durante la sesin de meditacin, peroen lugar de aferrarnos a ellas debemos dejar que vayan y vengan.

    Practica un rato cada da. Aunque practiques durante un espacio breve detiempo, la perseverancia mantendr viva la experiencia contemplativa y te guiarpor el camino del bienestar.

    Cunto rato debemos meditar? Tu mente es la que te proporcionar elbienestar, de modo que la respuesta depende de tus necesidades y de tucapacidad. Puedes meditar unos minutos, media hora o una hora entera. Puedesmeditar varias horas descansando de vez en cuando. No le prestes demasiadaimportancia al tiempo; limtate a sentirte cmodo.

    Es conveniente practicar cuando nos sintamos felices, sanos y relativamentelibres de problemas. De este modo, cuando nos enfrentemos al sufrimiento (quesin duda llegar) estaremos preparados. Desgraciadamente, muchos de nosotrosnecesitamos pasar por la experiencia del sufrimiento para interesarnos por lassoluciones espirituales. Cuando estemos angustiados por el dolor y la confusin,es probable que tengamos menos claridad, energa y ocasin de meditar.Dodrupchen advierte:

    Es muy difcil practicar el camino del bienestar cuando nos encontramos cara acara con situaciones difciles. Por lo tanto, es importante practicar los ejerciciosespirituales para estar preparados cuando surjan circunstancias desfavorables.La situacin cambia mucho si empleamos una tcnica que ya hemos practicado.

    LA POSTURA

    El propsito principal de las diversas posturas de meditacin es relajar los

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    msculos y abrir los canales del cuerpo para que la energa y la respiracinpuedan fluir naturalmente por ellos. Cualquier postura en que nuestro cuerpo estrecto y relajado, pero no tenso, permitir el flujo natural de la energa y har quela mente est tranquila y flexible. Este refrn popular tibetano resume la intencinde la postura fsica:

    Si tu cuerpo est recto, tus canales estarn rectos.Si tus canales estn rectos, tu mente estar recta.

    Una de las posturas ms famosas de la meditacin budista es la postura delloto, en la que la persona se sienta en el suelo con las piernas cruzadas,apoyando el pie derecho sobre el muslo izquierdo y el pie izquierdo sobre elmuslo derecho. A los occidentales les resulta mas fcil la postura del medio loto,con un tobillo apoyado en la pierna contraria. Si os sentis sobre un cojnpequeo, el tronco se elevar ligeramente y os sentiris un poco ms abiertos yrelajados.

    Colocad las manos sobre el regazo, la derecha encima de la izquierda, con laspalmas hacia arriba y las yemas de los pulgares tocndose. Los codos debenestar ligeramente separados del cuerpo, en una postura natural, no encogidos niapretados hacia dentro. Hay que bajar la barbilla para permitir que el cuello seincline ligeramente, de modo que la mirada se fije sin esfuerzo en el suelo, a unoo dos metros de distancia. La punta de la lengua se apoya suavemente en elpaladar superior. Lo mas importante es mantener la espalda erguida.

    Algunas personas tal vez encuentren esta postura muy incmoda si tienenproblemas de espalda. Quien lo prefiera puede meditar sentado en una silla, perodebe asegurarse de que la silla le permite mantener la espalda recta y nodoblada. Sea cual fuere la postura elegida, recuerda que el propsito no es estarincmodo. El propio Buda tras aos de experimentar con practicas ascticas,abandon la mortificacin del cuerpo. Debes sentirte lo bastante cmodo comopara que tu mente pueda relajarse y concentrarse.

    Lo ideal es meditar sentado, pero en realidad nuestra mente es capaz deproporcionarnos bienestar dondequiera que estemos y en cualquier circunstancia,siempre que estemos atentos.

    LA RELAJACIN

    Para eliminar las luchas mentales (las presiones conceptuales y emocionalesque nos oprimen), cuando meditamos debemos relajar la tensin muscular. Sinotas tensin acumulada en alguna parte del cuerpo, concntrate en esa zona yafloja los msculos. La relajacin proporciona una atmsfera tranquila en la quepodemos encender la vela de la energa curativa. Sin embargo, la relajacin nosignifica ceder a un estado mental perezoso, despreocupado, semiconsciente niadormilado. Es posible que a veces necesitemos descansar y estar adormilados,pero la meditacin resulta ms eficaz cuando estamos despiertos, alerta yatentos. As es como alcanzaremos una naturaleza apacible y feliz.

    Durante la transicin de la meditacin a la rutina cotidiana, mantente relajado.Levntate lentamente y dirige la mente hacia tus actividades. De este modo tras-ladars la amplitud de tu mente a la vida.

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    CMO CREAR ESPACIO MENTAL

    Muy poca gente sabe entregarse por completo a lo que est haciendo.Generalmente nos llevamos los problemas del trabajo a casa y no tenemosocasin de disfrutar de la vida hogarea. Luego nos llevarnos los problemasdomsticos al trabajo y no podemos concentrarnos en el trabajo. Cuandointentamos meditar, conservamos imgenes mentales y sentimientos, y eso nosimpide concentrarnos. El resultado es que nunca vivimos plenamente porquesiempre estamos pensando en el pasado o en el futuro.

    Si abarrotramos nuestra casa de muebles, no tendramos espacio para vivir. Sinuestra mente est abarrotada de planes, preocupaciones, pensamientos yaspectos emocionales, no queda espacio para nuestro verdadero yo.

    Mucha gente cree que est demasiado ocupada para meditar. Incluso cuandoestn en casa y tienen tiempo para meditar, les parece que estn demasiadodistrados. Para dirigir toda nuestra atencin y energa a nuestra vida interna y ala meditacin, necesitamos espacio mental.

    Podemos crear conscientemente espacio para nosotros mismos. Podemosdecidir dejar de lado las preocupaciones del trabajo. Si eso nos ayuda, podemosvisualizar dichas preocupaciones como papeles y ordenadores que hemos dejadoen el despacho. Incluso podemos imaginar fronteras que separan la vidaprofesional de la vida domstica. Tambin podernos crear en nuestra mente unatienda protectora de energa o de luz, que nos mantenga encerrados en casa ynos garantice intimidad absoluta para hacer lo que estemos haciendo en esemomento.

    La meditacin puede ser un refugio clido y acogedor, pero es posible que nossintamos reacios a meditar o que pensemos en la meditacin como unaobligacin. Para crear un sentimiento de amplitud y relax podemos volver a laatmsfera de nuestra infancia.

    Desde la infancia hemos aprendido y experimentado muchas cosasmaravillosas. No obstante, quizs el frentico estilo de vida de hoy en da nosatrape. Podemos convertirnos en gusanos de seda atrapados en el capullo queellos mismos han tejido. Llega un momento en que nos ahogamos a nosotrosmismos con nuestros sentimientos, opiniones, costumbres y reacciones.

    Si volvemos la vista atrs recordaremos que cuando ramos nios los dasparecan largusimos. Un ao era tan largo que no tena fin. Poco a poco nuestrapercepcin fue cambiando. Nuestras preocupaciones, conceptos y apegos ibancreciendo da tras da. Ahora ya no nos quedan espacios abiertos en la mente. Amedida que crecamos, el tiempo era cada vez ms breve, y ahora un ao pasaen un abrir y cerrar de ojos. Y no es porque el tiempo pase ms deprisa ahora,sino porque ya no tenemos el espacio mental suficiente para sentirnos abiertos ylibres. Vamos de un lado para otro a toda velocidad, y llenamos nuestra mente deideas, conceptos y emociones. Cuando nuestra mente est tranquila, apreciamoscada minuto que pasa, pero si nuestra mente persigue todo lo que estocurriendo a nuestro alrededor, tenemos la impresin de que el da ha concluidoantes de haber empezado.

    Rememorar la infancia puede ayudarnos a abrirnos. Como ejercicio demeditacin, regresa a un recuerdo positivo de cuando eras joven y tenas pocos

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    problemas, pasiones o presiones. Lo importante no es el recuerdo en s, sino lasensacin de espacio y libertad. En lugar de pensar en el recuerdo desde fuera,haz que la sensacin se extienda y extindete con ella. Experimenta esa sen-sacin y consrvala, sin pensar en nada ms. Sintete plenamente nio. Elpasado y el presente, el nio y el yo son una sola cosa, en una espaciosaunin. Contempla esta sensacin de amplitud una y otra vez. Por ltimo, trasladadicha sensacin al presente.

    Si surgen experiencias desagradables de tu infancia en lugar de sentimientosapacibles y espaciosos, entonces utiliza el enfoque descrito ms adelante, en losejercicios para purificar, cuidar y curar la imagen herida y visualizar que el nioque hay en ti se ha convertido en un nio feliz, sano y alegre.

    Podemos atraer esa sensacin de amplitud en cualquier momento; por ejemplo,cuando se nos haga cuesta arriba sentarnos a meditar, o cuando queramos llevaruna sensacin de libertad y satisfaccin a nuestras vidas. Para llegar al nio quehay dentro de nosotros tambin podemos practicar actividades infantiles, comojugar al yoy, saltar a la cuerda o hacer juegos malabares, o contemplar losrboles, las flores, el agua y la belleza de la naturaleza. Podemos contemplar elcielo nocturno y las estrellas con la admiracin que sentamos cuando ramosnios, y disfrutar de la magia de la noche como hacamos entonces. Esassensaciones pueden ser nuestras ahora que nos hemos convertido en adultos silas atraemos hasta el momento presente. Eso nos ayudar a olvidar laspreocupaciones por un tiempo y a sumergirnos de nuevo en el tero de lainfancia.

    Pasar algn tiempo a solas con la naturaleza, sobre todo observando el espacioinfinito del cielo desde la cima de una montaa, nos ayudar a hacer que lamente sea ms espaciosa.

    Pero la forma ms eficaz de abrir un espacio apacible en la mente es lameditacin. Si en lugar de llenar nuestra mente de imgenes y sentimientosnegativos, logramos volver a la naturaleza celestial de la mente, surgir unamanecer de paz y sabidura.

    LA RESPIRACIN

    En cualquier tipo de meditacin es importante respirar con naturalidad y calma.Contemplar la respiracin, tener conciencia de la inspiracin y la espiracin, esuno de los factores fundamentales para comprender nuestra verdaderanaturaleza. Las personas que tienen experiencia en la meditacin utilizan esteenfoque para comprender la vacuidad del yo. Aunque en nuestros ejercicioscurativos no nos preocuparemos de ir ms all de los conceptos del yo, laconciencia de la respiracin puede ser muy til para otros propsitos. Porejemplo, es una buena manera de serenarnos, concentrar la mente y establecerun flujo de energa que facilite el camino hacia el bienestar.

    Al principio te parecer imposible concentrarte plenamente en el simple hechode inspirar y espirar. Es increble lo rpido que se mueve la mente. No te preocu-pes por la aparicin y desaparicin de ideas e imgenes. Concntratesuavemente en la respiracin, sin prestar atencin a nada ms. Si dejamos que lamente se acerque y se una al proceso natural de la respiracin, podemos liberar

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    la tensin y sentirnos ms relajados.Debido a su importancia en las meditaciones ms elaboradas, la contemplacin

    de la respiracin ser tratada con ms detalle en el captulo 12. De momento,considera el uso de la contemplacin de la respiracin como un elementopreliminar de cualquier meditacin. Observar la respiracin tambin es un mtodomuy eficaz para eliminar cualquier emocin difcil que nos oprima. Como veremosen los ejercicios de meditacin, una tcnica particularmente eficaz consiste enconcentrarse en las espiraciones relajadas. De esta forma se reduce la opresin.

    LA VISUALIZACIN

    Una de las mejores herramientas de la meditacin es la visualizacin, capaz detransformar nuestros esquemas mentales negativos. Algunos principiantescontemplan la visualizacin como una actividad mental difcil o extraa, pero enrealidad es bastante natural, pues todos nos valemos continuamente de lasimgenes para pensar. Cuando pensamos en nuestros amigos o familiares, ocuando nos imaginamos que estamos en una hermosa playa o en un lago en lamontaa, vemos esas imgenes mentalmente, con bastante claridad. En lameditacin visualizamos con un propsito concreto, pero el proceso mental es elmismo. Con la prctica podemos obtener excelentes resultados.

    Aunque la visualizacin tiene una larga tradicin en el budismo tibetano, amucha gente que no conoce el budismo ni se interesa por l, esta tcnica le haresultado sumamente til. Algunos atletas profesionales, por ejemplo, visualizanque mejoran su actuacin y que dan lo mejor de s.

    Las imgenes positivas inspiran a todo tipo de personas en toda clase deactividades. Conozco a una profesora de msica de Boston que super el miedoescnico empleando su propia tcnica improvisada. Se trata de una cantante conmucha experiencia y una voz estupenda, pero que senta pavor cada vez quetena que cantar en la sinagoga de su barrio. Un sbado, antes de los oficios, sepuso a llorar con tanta desesperacin que de pronto se dio cuenta de lo terriblesque se haban vuelto sus miedos. Entonces decidi solucionar el problema ydisfrutar en lugar de sufrir. Para conseguirlo, se sentaba en un lugar tranquilo y seimaginaba que diriga la oracin con xito, cantando de una forma que a ella legustaba pero sin preocuparse demasiado por las melodas que tan difcilesparecan en los ensayos.

    Se imaginaba que estaba satisfecha de su forma de cantar. Oa mentalmente elhermoso sonido de su propia voz, con la que deleitaba a los fieles. Se imaginabatoda la escena de la oracin y senta una profunda alegra por poder compartir lamsica con los dems.

    Ahora es feliz cantando, y no le importa sentirse un poco nerviosa antes de lasactuaciones. En las clases que imparte, anima a sus alumnos a utilizar suimaginacin para aprender a estar ms relajados y disfrutar ms cantando.

    Durante la meditacin es conveniente mantener los ojos abiertos o entornadospara permanecer alerta y no desconectar de este mundo. Sin embargo, a algunosprincipiantes puede resultarles til cerrar los ojos. Lo ms importante de lavisualizacin es invocar las imgenes positivas con conviccin y entusiasmo.Presta toda tu atencin al objeto mental, concntrate intensamente en l. Deja

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