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EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y RELACIONARSE CON EL TERRITORIO EN EL POST-CONFLICTO DAHIAN CAMILA DIMATÉ ZAMUDIO Universidad de Los Andes Ciencias Sociales Antropología Bogotá 2019

EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

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Page 1: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

RELACIONARSE CON EL TERRITORIO EN EL POST-CONFLICTO

DAHIAN CAMILA DIMATÉ ZAMUDIO

Universidad de Los Andes

Ciencias Sociales

Antropología

Bogotá

2019

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Introducción

“Cuando tenía 8 años, mi hermana y yo fuimos a acompañar a mi papá a trabajar.

Estábamos allá y mucha gente comenzó a bajar diciendo que los paras habían llegado. Mi

papá nos dejó en la casa de una tía que vivía por ahí, mientras iba a buscar a mi mamá que

estaba con mis hermanos pequeños. Nosotros veíamos mucha gente bajar, diciendo que los

paras estaban bajando. Nos asustamos y nos fuimos con los que estaban pasando para ir

hasta la quebrada. Mi papá nos buscó toda la noche, y nosotros estábamos en el monte con

una familia. Ya cuando estaba clarito salimos y nos encontramos con mi papá que estaba

muy asustado.” Don Joaquín, recuerda ese día, estaba muy preocupado por que lloviera, los

caminos eran difíciles para ellos que estaban tan pequeños. Ahora, Duverney y Don Joaquín

van a diario a El Congal, donde tienen ganado y cultivos de cacao. Duverney, por su parte,

es quien se encarga de la casa de semillas y de coordinar los convites para carretera y huertas

caseras.

Esta investigación se inscribe en un contexto socio-político de transición en

Colombia. Ya que, con la ley de victimas 1448 de 2011 y con la firma del acuerdo de paz se

abre paso, a la definición y clasificación de la población considerada víctima. Además, a la

exigencia del cumplimiento de los acuerdos por diferentes actores que incluyen a ex-

combatientes y población víctima del conflicto armado. Por esta razón, diferentes sectores

de la población han desarrollado acciones para reivindicar sus derechos por su cuenta. En

este sentido, mi proyecto busca responder ¿Cómo se genera la relación afectiva entre el

territorio y la población en el contexto de retorno de una familia desplazada en El Congal?

Entendiendo la relación afectiva desde el concepto de afecto, bajo el cual se plantea que

existe una relación semiótica (Mazzarella, 2017) que reconoce el intercambio y sus efectos

entre diferentes agentes, que se encuentran a travesados por aspectos sociales. Por lo tanto,

busco argumentar que en el proceso de retornar al territorio luego del desplazamiento, se re-

construyen y se crean relaciones que entrelazan a la comunidad y al territorio. Ahora bien,

tomé El Congal como lugar de estudio debido a las acciones autónomas que su comunidad

ha estado realizando como proceso de retornar a su territorio. Esto con el fin de resaltar uno

de los ejes centrales de mi investigación, el retorno como un proceso comunitario de

participación y colaboración más no como hecho finalizado.

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Desde el planteamiento del proyecto creí conveniente realizar mi investigación con

una familia nuclear para comprender las relaciones que, tanto adultos nacidos en El Congal,

como niños nacidos en otros lugares del país, construyen con el territorio. Sin embargo, al

iniciar mi trabajo de campo comprendí que las relaciones familiares y comunitarias no son

excluyentes. Si bien, gran parte del trabajo de campo lo compartí con una familia, no nuclear

sino extendida1. Adicionalmente, el contacto con otros miembros de la población2 se fue

profundizando a través de los convites y reuniones donde participé. Teniendo esto en cuenta,

quiero aclarar que gran parte de la información aquí recolectada se basa en mi experiencia

junto a ellos, en los acontecimientos durante mi estadía, en los relatos y enseñanzas que me

brindaron.

Por otra parte, las clasificaciones y cuantificaciones de la población han sido

constantes como se evidencia en los censos. En este sentido, como menciona Jaramillo (2014)

crece un interés por enumerar las “victimas” lo cual a su vez las invisibiliza como sujetos.

En este sentido, “‘la vulnerabilidad’ de las ‘victimas’ emerge como un dispositivo para

legitimar una representación e intervención política” (Jaramillo, 2014. p. 125). De esta

manera, busco resaltar como desde la Unidad de Victimas se promueve un discurso que

victimiza, y en este caso, desconoce o pasa por alto el proceso que la comunidad ha

desarrollado de forma independiente a la institución. Igualmente, como el discurso de la

Unidad mantiene y acentúa la noción de “victima”, sin considerar diferentes formas de auto-

identificación.

Por lo tanto, el texto se encuentra dividido en tres secciones donde busco; 1, presentar

una contextualización frente al conflicto armado en la vereda, el proceso de retorno y su auto-

identificación; 2, exponer la necesidad de los cambios físicos y las materialidades que a su

vez moldean diferentes relaciones sociales; 3, resaltar que durante el proceso de retorno

surgen relaciones inesperadas por la presencia de nuevos actores que confluyen entre sí.

1 Don Daniel y Doña Felicia son conocidos como una de las familias fundadoras de El Congal. En principio había solo 4

familias en la vereda. Entre ellos los Betancur y los Herrera, a las que pertenecen Don Daniel y Doña Felicia

respectivamente. Actualmente, en la vereda habitan 5 de sus hijos y dos más en Florencia. En El Congal, viven en la

primera casa Don Nelson, junto a su hija Yolima, su yerno Camilo y sus dos nietas Guadalupe y Saray. En la segunda

casa, viven Don Islen y la Señora Leidy junto a sus hijas Andrea y Valeria. En la tercera casa viven Chola, Don Danilson,

Don Daniel y Doña Felicia, en ocasiones uno de sus nietos Duverney quien vive en Florencia se queda en casa de Don

Daniel. 2 Don Rodrigo Londoño y su hijo Eliecer Londoño habitantes de la vereda contribuyeron activamente en el desarrollo de

la investigación.

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El conflicto armado llegó a la vereda El Congal de Samaná, Caldas por las disputas

entre dos familias por inconvenientes de negocios. Esto dio paso a la posibilidad de crear

alianzas con grupos armados, entre ellos las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio

(ACMM) y posteriormente, la vinculación del frente 47 de las FARC al territorio. Con la

presencia de estos grupos armados los enfrentamientos comenzaron a ser más constantes,

hasta que en 2002 se presentó un incendio, provocado por las ACMM, que destruyo el centro

poblado de la vereda. De esta manera, en 2002 se inicia el proceso de desplazamiento, que

para 2006 fue definitivo con la intervención violenta del ejército nacional. Asimismo, el

desplazamiento se dio principalmente hacia el corregimiento de Florencia que estaba bajo

control de las FARC, sin embargo, muchos otros decidieron dirigirse a grandes ciudades y a

lugares con mayores oportunidades laborales como las zonas ganaderas y mineras. No

obstante, para 2014 un grupo llamado la legión del afecto promovió una visita a la vereda,

después de una década, volvieron a El Congal. Luego de este acontecimiento, la posibilidad

de retornar se hizo tangible, comenzaron a trabajar para abrir caminos y a reconstruir el tejado

de la única edificación que se mantuvo. De esta manera, inició el proceso de retorno, mientras

re-construían sus casas vivían en el puesto de salud y al terminar dejaban el espacio para que

una nueva persona o familia lo habitara.

Por otra parte, el Estado ha establecido la categoría de victima para definir a aquellas personas

a quienes les han vulnerado sus derechos fundamentales o han pasado por hechos

victimizantes, como el desplazamiento. Sin embargo, en El Congal ellos no se reconocen

como víctimas, sino como sobrevivientes. Ya que, la definición de víctima es estática,

mientras que, al auto-definirse como sobrevivientes resaltan las capacidades dinámicas y de

lucha. Además, reafirman el carácter de agentes que construyen e intervienen en las

relaciones afectivas. A su vez, son sujetos que afectan y son afectados por su territorio y otros

actores presentes en el proceso de retorno.

En segundo lugar, expongo como las transformaciones físicas del entorno y las

materialidades allí presentes, configuran sus relaciones y adquieren un significado en esa

relación. Por un lado, profundizo la relación entre carretera, escalera (chiva) y población. Ya

que, fueron ellos quienes a través de convites se organizaron para iniciar la ampliación de la

carretera hasta la vereda, abrieron 1 km y luego con ayuda de la gobernación abrieron los 2

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km restantes. Desde ese momento, la chiva comenzó a transitar por primera vez hasta la

vereda. Esto, permitió una profunda transformación en las prácticas sociales de comercio,

carga, mercado y tránsito. Por otro lado, considero el puesto de salud como un sitio de reunión

que a su vez es polifacético. Porque, durante el proceso de retorno, lo que antes del

desplazamiento fue el puesto de salud, se convirtió en un espacio habitado, donde confluían

familias completas, incluso habilitaron una cocina comunitaria, que se mantuvo hasta mi

trabajo de campo. Hoy en día el centro de salud está siendo remodelado y la cocina fue

recientemente re-ubicada. Sin embargo, hasta hace poco el espacio que rodea el puesto de

salud era fundamental en el desarrollo de actividades, por la presencia de la cocina

comunitaria.

En tercer lugar, planteo como en el proceso de retorno se han desarrollado relaciones

afectivas que emergen por los nuevos actores que intervienen en la socialización de la

comunidad con su territorio. La presencia de instituciones estatales, privadas e incluso

académicas están moldeando y creando nuevas relaciones con la comunidad y el territorio.

Estas relaciones inesperadas afectan la forma como la comunidad ha venido aproximándose

a su territorio. En esta sección, profundizo como la comunidad percibe diferentes

instituciones como Agencia Nacional de Tierras, Unidad de Victimas, Unidad de Restitución

de tierras, desminado humanitario, entre otras instituciones estatales presentes. Al igual, que

instituciones público-privadas como el PDP y privadas como la Fundación Apoyar y la

Pastoral Social. Que han intervenido y afectado el proceso de retorno de diferentes maneras,

algunas veces agilizándolo según las necesidades de la población y otras obstaculizando el

proceso.

Finalmente, mi intención en primera instancia es, reconocer el retorno como un

proceso, más no como un hecho dado. También, resaltar el proceso de retorno que ha

realizado la comunidad de El Congal de forma autónoma a través de diferentes formas de

organización, teniendo en cuenta la construcción de una serie de relaciones afectivas que se

desarrollan en torno a la materialidad del retorno y a la creación de relaciones emergentes.

Además, evidenciar como las categorías de identificación pueden ser impuestas y a su vez

transformadas. Teniendo en cuenta, que todo lo anterior se encuentra permeado por una serie

de relaciones bio-sociales donde los diferentes actores se afectan mutuamente.

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1. El retorno como proceso de transformaciones.

“Una vez hubo un enfrentamiento de 20 días, se escuchaban balas a toda hora y se veían

desde la cuchilla hasta la laguna. Casi no tuvimos que comer, teníamos que llevarle la

comida a la guerrilla para que siguieran” – Danilson Betancur

El conflicto armado en Colombia toco de forma directa e indirecta varias regiones del país,

entre ellas el eje cafetero. Durante los años 80’s el departamento de Caldas fue usado como

corredor para los grupos armados, sin embargo, para los 90’s comenzaron a asentarse en el

departamento gracias a la crisis económica que pasaban por los bajos precios del café

(Cifuentes & Palacio, 2005). Pero, estos acontecimientos según entes de control no eran

representativos para considerar al departamento como zona de conflicto. Por esta razón, solo

hasta febrero de 2005 cuando los datos de desplazamiento ascienden a 31.556 personas y a

7.422 familias según la Red de Solidaridad Social de Caldas (Cifuentes & Palacio, 2005) el

departamento de Caldas toma lugar en la agenda nacional. En consecuencia, los eventos

violentos que han tenido lugar en diferentes poblaciones tienen repercusiones en las

relaciones presentes en un territorio. Por lo tanto, en la vereda El Congal la intervención de

grupos armados transformaron en diferentes momentos las prácticas productivas y

convivenciales de la comunidad.

En la vereda El Congal y en las veredas cercanas como La Quiebra, La Quiebra del Abejorro

y La Partida, el conflicto fue introducido por una contienda entre dos familias1. Todo

comenzó por un mal entendido en una compra y venta de carne. Según cuentan Don Eliecer

y Don Islen el conflicto fue escalando y comenzaron a pelearse a machete. Con el tiempo los

enfrentamientos comenzaron a escalar, eran constantes y crearon zonas de control. En cierta

ocasión llegaron a una de las casas familiares y la incendiaron, además, para adquirir control

se alzaron en armas. Una de estas familias se contactó con los Giraldo que hacían parte del

frente Omar Isaza de las ACMM. Con esta alianza, el grupo paramilitar comenzó a asentarse

1 las cuales mantendré en el anonimato

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en las cercanías del corregimiento de San Diego, y la familia que ellos respaldaban tomó el

control del sector.

Con el tiempo comenzaron a llegar personas desconocidas, y se asentaron en la vereda y sus

cercanías. Allí se concentró el Frente 9 de las FARC y más tarde el Frente 47, ellos ejercían

un control sobre el caserío donde habitaban 54 familias. Como dice Don Daniel “Cuando

llego la violencia, ya había escuela y colegio, puesto de salud y la capilla iba empezando. Si

no hubiera sido por la violencia esto ya sería un corregimiento, porque el caserío era grande.”

Los días de mercado las personas de la vereda y de otras veredas no iban al pueblo, iban al

Congal, tenían carnicería, billar, tiendas, escuela, puesto de salud y habían comenzado la

construcción de una capilla. Pero, con la presencia del grupo armado se modificaron las

relaciones de la vereda con el corregimiento de San Diego. Ya que, en San Diego se acentuó

el control paramilitar, mientras que, en Florencia se estableció un orden guerrillero. De esta

manera, la organización geográfica se distanció de las prácticas sociales, El Congal pertenece

al corregimiento de San Diego, sin embargo, bajo el control de la guerrilla las relaciones

comerciales se realizaban en Florencia, por ende, para hacer mercado ellos debían dirigirse a

Florencia. Aunque, con la escuela hicieron una excepción, esta pertenecía a San Diego y ellos

Ruinas de la casa familiar que fue incendiada, en el conflicto entre dos familias de la región.

Foto de autoría propia

Page 8: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

permitieron que durante un tiempo las profesoras continuaran realizando a diario los viajes

para dictar clase.

Con el paso del tiempo, la guerrilla permitió que los habitantes que desearan implementaran

el cultivo de coca bajo su supervisión y protección. El grupo guerrillero, fue el encargado de

coordinar a la población para abrir caminos, controlaban la seguridad del sector y servían de

intermediarios en disputas, en ultimas su rol como intermediario era tomar las decisiones y

era la última palabra. Sin embargo, pese a este control en la vereda el grupo paramilitar

comenzó a acercarse y a intervenir en su territorio atraído por los cultivos de coca y la

posición estratégica de la vereda. Desde allí, se pueden observar “los claros”, es decir, el

reflejo de las luces, de Bogotá, Medellín y Manizales. Es posible apreciar hacia el oriente el

río Magdalena, la ciudad de Dorada, y al occidente algunos caseríos de Argelia y Nariño,

Antioquia. Por lo tanto, El Congal representaba un posible corredor de tránsito para

conectarse con frentes guerrilleros o paramilitares de otros municipios. Gracias a estas

conexiones en diferentes enfrentamientos como narra Don Danilson la guerrilla recibió

apoyo y refuerzos. En una ocasión, Don Chola y Don Danilson contaron que desde el patio

de su casa podían ver las tomas por parte de la guerrilla y la respuesta del ejército nacional a

Florencia, Argelia y Nariño. “Era divertido, se veían los helicópteros y las luces de un lado

Ruinas de las bases para la capilla. Foto de autoría propia

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a otro”. Cuando, los paramilitares comenzaron a acercarse a la vereda no realizaban ninguna

distinción, desde su punto de vista todos eran guerrilleros o colaboradores. En una de las

incursiones paramilitares, cuenta la señora Leidy, que le hacían disparos y ella no dejaba de

correr, le gritaban que se entregara, y a pesar de sus 16 años ella sabía que no podía entregarse

porque sería peor, debía huir.

Los enfrentamientos entre paramilitares y el frente 47 de las FARC se mantuvieron. Así, con

el paso del tiempo aprendieron a vivir en el conflicto, se acostumbraron a la presencia de las

FARC. Las relaciones sociales en El Congal estaban mediadas por el grupo guerrillero,

incluso hacían parte de las prácticas cotidianas. En ocasiones ellos debían alimentarlos,

ayudarles a limpiar fusiles, prestarles las mulas si debían cargar. Incluso los guerrilleros se

sentaban en el patio de la casa de Don Daniel a hacer reuniones y hablar. Se acostumbraron

al peligro que la presencia de las FARC representaba para ellos, como cuenta Don Danilson,

un día estaban sentados desayunando cuando vió gente bajar por la cuchilla2, sabían que eran

paras, pues iban despacio y encubriéndose. Don Daniel y Doña Felicia tomaron

inmediatamente lo necesario y se fueron al igual que sus hijos. Los abuelos se refugiaron más

2 Filo de las montañas

Restos de uno de los laboratorios para procesar la coca, que fueron construidos por la población.

Foto de autoría propia

Page 10: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

cerca, ya que, no habían tenido mucho tiempo para bajar a la Tolda3. Con el aumento de los

enfrentamientos, la zozobra en que vivían aumentó, Doña Felicia comenzó a debilitarse y

como precaución comenzaron a hacer maletas con lo necesario para poder salir, incluso como

cuenta la señora Yolima “teníamos que tomar turnos para bañarnos, mientras uno se bañaba

otro estaba pendiente de que no bajaran, no podíamos demorarnos”.

Para finales del 2001 los enfrentamientos fueron sucesivos. En diciembre del 2001, los

paramilitares llegaron a la vereda, ese día murieron tres personas, entre ellos dos hermanos.

En esa ocasión la señora Yolima estaba en casa de uno de sus tíos donde había una guardería

de bienestar familiar, cerca de casa de sus abuelos. Don Daniel, Doña Felicia y sus hijos al

ver la presencia de paramilitares decidieron irse, pasaron por la guardería y Don Daniel hablo

con su compadre le dijo “vamos compadre porque nos van a matar” ellos recuerdan la

respuesta “tranquilo compadre, quédese que aquí no nos va a pasar nada”. A pesar de la

respuesta, ellos continuaron su camino. La señora Yolima, siendo apenas una niña presencio

la muerte de su tío y más tarde se enteró que en el caserío otro de sus tíos había muerto. Para

todos fue un día difícil, no pudieron velar a sus familiares por el temor a que volvieran.

3 vereda donde ellos se refugiaban

Los restos de la casa donde operaba la guardería en la vereda de El Congal. Foto de autoría propia

Page 11: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Por esta razón, la decisión de las FARC fue hacer una incursión a San Diego, como venganza

a lo ocurrido, pero esto solo empeoro la situación. Para el 18 de enero de 2002, las ACMM

volvieron a El Congal, esta vez llegaron a incendiar las casas del caserío de forma

indiscriminada, el fuego se expandió rápidamente, ya que, las casas eran de madera. Esto

obligó a la población a irse con lo poco que tenían y que pudieron rescatar. En principio, la

guerrilla no permitió el desplazamiento, sin embargo, la población manifestó su

inconformidad y la incapacidad de la guerrilla para mantenerlos seguros. Accedieron, pero

solo podían desplazarse hacia Florencia, que también estaba bajo el control de las FARC. De

esta manera, en el 2002 gran parte de familias comenzaron a desplazarse, llegaron 8 chivas

para llevarlas junto con las cosas que rescataron, y para el 2005 no quedo nadie en el Congal.

Unos de los últimos en abandonar sus tierras fueron Don Daniel, Doña Felicia y tres de sus

hijos. Para este momento no tenían más opciones, la guerrilla estaba muy debilitada y

necesitaba hombres en sus filas, por lo cual tenían la intención de reclutar a los dos menores.

Sin embargo, para evitar esta situación Danilo el mayor de los tres decidió entregarse al grupo

para así evitar que sus hermanos fueran reclutados. Para la familia Betancur fue un golpe

muy duro, sus hijos se marcharon por temor, mientras que Don Daniel, no quería abandonar

El Congal. Aunque, Doña Felicia no estuvo de acuerdo permanecieron allí tres meses,

vivieron en una casa que construyeron más “abajo” lejos de lo que fue el caserio, esto con el

fin de estar alejados de los enfrentamientos. Finalmente, la guerrilla les ordena irse, ya que,

eran los únicos en la vereda.

El desplazamiento forzado dio paso a una serie de migraciones hacia diferentes regiones del

país. El desplazamiento ocasionó una ruptura en las relaciones comunitarias, familiares y

económicas de los congaleños. Algunos decidieron desplazase hacia grandes ciudades como

Bogotá o Medellín donde el estilo de vida de cada uno cambio radicalmente. No estaban

acostumbrados a la idea de buscar trabajo y trabajar para alguien cuando no tenían

experiencia en esas actividades. Sin embargo, buscaron la forma de adaptarse y aprender,

algunos trabajaron en abastos, o en fruver’s, incluso fueron a regiones ganaderas como

Acacias (Meta) y Puerto Boyacá, donde aprendieron como manejar ganado, ordeñar, castrar,

etc.

Para el 2013, luego de tantos cambios y movimientos comenzó un nuevo proceso que abrió

las puertas al retorno. A finales del 2013, llego a Florencia un grupo de jóvenes llamados la

legión del afecto, quienes eran financiados por el Estado bajo un programa donde viajaban a

zonas de conflicto con la intención de abrir caminos de paz. El proyecto se encuentra dirigido

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a jóvenes que vivieron el conflicto o que son considerados vulnerables, consiste en promover

eventos artísticos mientras recorren el territorio colombiano, pasando por zonas donde hubo

presencia del conflicto armado (Centro de Memoria Histórica, s.f). Al llegar al corregimiento

de Florencia se interesaron por las historias de El Congal, y con algunas de las personas

desplazadas de El Congal decidieron ir a la vereda. Como cuenta Don Rodrigo, “estos

jóvenes eran de ciudad, y por allá no había camino porque nadie pasaba por ahí. Todavía no

había carretera, entonces nos tocó entrar con botas y machetes abriendo camino”. Este fue el

primer re-encuentro que tuvieron en años con El Congal, este encuentro marco el comienzo

de un lento proceso de abrir paso para poder acceder. A medida que fueron abriendo camino

encontraron la virgen, “cuando llegamos la virgencita aún estaba, ella paso toda la violencia

con nosotros y estuvo aquí abandonada, tenía un piecito roto y le faltaba una mano por una

bala” como cuenta Don Danilson. Así que cada cierto tiempo iban a trabajar para abrir el

camino y la escuela, cuando terminaron, el padre de Florencia oficio una misa en los restos

de la escuela para conmemorar los actos violentos que tuvieron lugar en la vereda, restauraron

la virgen y la ubicaron en el mismo lugar donde estaba antes del desplazamiento. Este acto

simbólico dio paso a la motivación de re-habitar El Congal.

La virgen del Carmen de la vereda de El Congal, esta sobre una colina, desde donde se puede ver

lo que era y será el caserío. Foto de autoría propia

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Por lo tanto, re-construyeron el techo del centro de salud, ya que, era la única construcción

que se mantenía y no fue alcanzada por las llamas. Allí adecuaron un espacio de vivienda

para poder habitarlo, de esta manera construyeron una cocina fuera del centro de salud y

comenzaron el proceso de abrir caminos y espacios para preparar la tierra para sus cultivos.

Don Eliecer Londoño, cuenta que al principio él y su hermano trabajaban en una empresa

petrolera en los llanos orientales y cada vez que tenían descanso aprovechaban para ir a El

Congal a trabajar en sus tierras. Desde el lugar donde trabajaban era casi un día viajando a

El Congal, aún no había carretera, debían caminar casi dos horas desde donde los dejaba la

chiva.

Pasada más de una década donde cada familia estuvo buscando un lugar donde pudieran vivir

y tener una estabilidad económica, decidieron abandonarlo para retornar a El Congal. La

señora Leidy y Don Islen, pasaron algunos años en Bogotá, donde no se sentían a gusto,

tuvieron la oportunidad de encargarse de una finca ganadera en Acacias, allí vivieron por 9

años y nacieron dos de sus tres hijas. Pero, a pesar de la estabilidad que su trabajo

representaba decidieron volver a El Congal, porque allá sus padres nacieron, los educaron y

sacaron adelante, además trabajan en lo propio. Don Daniel cuenta que al principio “eran 4

casitas apenas”, y por eso estaban tan aislados, él y su esposa la señora Felicia vivieron el

proceso de la primera profesora que llego a enseñar, de levantar su casa y sus cultivos, allí

nacieron sus 14 hijos a quienes les enseñaron del campo, y luego a sus nietos.

Por estas razones, uno de sus hijos Don Nelson, fue de los primeros en llegar a trabajar a El

Congal, y poco se fueron involucrando más familias e incluso sus nietos tomaron la iniciativa

de participar en los cultivos, en re-construir la casa y finalmente tomaron la decisión de

volver a su tierra, porque El Congal es donde nacieron, donde sobrevivieron, y el lugar como

expresa Don Danilson donde quieren morir. Al llegar, al sitio donde un día estuvo su casa y

donde sus hijos la volvieron a construir la señora Felicia encontró las palmas, estas palmas

marcan lo que antes fue el camino de entrada y ahora están acompañadas de un jardín. Para

ella, son un regalo, un regalo que su hijo antes de irse con la guerrilla les dejó.

El proceso de retorno ha significado un gran esfuerzo por reconstruir sus casas y cultivos, sin

embargo, como cuenta Don Eliecer, cuando decidieron volver definitivamente no tenían

nada, y vivían en el centro de salud. A diario debían por un lado, convivir con el batallón de

desminado que adelantaba la labor de desminado humanitario y adicionalmente ir a trabajar

Page 14: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

en sus cultivos. Pero, debían encontrar formas de subsistir mientras los cultivos comenzaban

a producir. El café, su principal fuente de ingreso, tarda año y medio en dar su primera

cosecha, por lo cual buscaron otras fuentes de ingreso. Por ejemplo, encontraron muchas

balas, incluso llenaban bultos con ellas, Don Eliecer narra que las vendían por el cobre, así

como los cables que encontraron y un poste para la luz que aún quedaba, los vendían para

poder hacer su mercado.

Por otra parte, en el proceso de retorno la población se remitió a las instituciones Estatales

para garantizar su seguridad y realizar los trámites necesarios para recuperar sus tierras. En

este sentido, han sido categorizados como víctimas por parte del Estado por los eventos

violentos que son considerados como victimizantes. De esta manera, dentro del fallo de un

juzgado en Pereira 17 familias fueron reconocidas como sujetos para la reparación colectiva

por desplazamiento forzado. Según la sentencia de la ley 1448 de 2012 “se trata de víctimas

del conflicto armado cuando los hechos acaecidos guardan una relación de conexidad

suficiente con este”. De esta forma, el Estado configura una categoría amplia donde los

clasifica por su rol en el conflicto armado (Jaramillo, 2014). A su vez existen diferentes

Al caminar por la vereda, aún se pueden encontrar casquillos y balas. Ellos las recuerdan al

igual que el sonido de los aviones. Foto de autoría propia

Page 15: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

hechos que se categorizan como victimizantes dentro del conflicto armado, como

desplazamientos, violencia generalizada, violencia sexual, acciones legitimas del Estado

entre otras. Aunque esta categoría, puede ser “fundamental en los esfuerzos recientes de

conseguir una identidad” (Jaramillo, 2014. p. 11), también representa un mecanismo para

diferenciarse. En este sentido, algunas comunidades han decidido crear, a partir de sus

experiencias y sus discursos, nuevas categorías con las cuales se identifican.

En este sentido, quiero resaltar un conversatorio en el cual participe poco tiempo después de

realizar mi trabajo de campo. En el Bibiana Peñaranda, resalta en su discurso categorías

como sobrevivientes y sujetas sociales. Planteando que estos términos los aleja del hecho

victimizante, y resalta su agencia para tomar decisiones, en contraste a la clasificación de

victima que los deja en un escenario de “pedir”. De esta manera, en El Congal al hablar de

las experiencias que tuvieron que afrontar se autodefinen como sobrevivientes, porque

tuvieron una situación difícil, pero continuaron trabajando, buscaron alternativas por sí

mismos, iniciando un proceso autónomo de retorno.

Page 16: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

2. Materialidades del retorno

“La carretera es una bendición para nosotros”

Don Daniel

En principio, considero relevante aclarar que la presencia en campo implica adquirir un

conocimiento y realizar ejercicios de traducción. Al llegar por primera vez a La Dorada,

Caldas rumbo a El Congal me dijeron que tomara una escalera que me llevaría al

corregimiento de Florencia. Sin embargo, dentro de mi vocabulario la palabra escalera me

remitía a pensar en una construcción escalonada que permite ascender y descender en una

edificación. Para ellos, la escalera es la chiva o buses grandes sin ventanas ni puertas, este

vehículo sirve de transporte para ir a algunos pueblos, corregimientos o veredas.

En esta sección busco profundizar una relación que durante mi trabajo de campo se hizo

tangible y evidente. Las relaciones sociales que se construyen entorno a las materialidades y

que a su vez involucran al territorio, en especial frente a como se habita y recorre. Por lo

tanto, en este apartado busco exponer que el proceso de retorno incluye la construcción de

materialidades propias del retorno o que surgen a partir de este proceso. Estas se encuentran

en constante afecto con la población y sus prácticas cotidianas. Por lo tanto, busco resaltar

La chiva un domingo llegando a El Congal. En contraste una mula que es utilizada como animal

de carga. Foto de autoría propia

Page 17: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

esta materialidad a través de tres espacios específicos, el centro de salud, la carretera y la

escalera. Estas últimas analizándolas desde diferentes ángulos según las experiencias del

retorno de cada uno de los individuos, transporte, carga, entretenimiento, conexión,

movilización, intercambio y recepción.

El centro de salud, como mencioné en la sección anterior fue la única construcción del caserío

que no se vio afectada por el incendio en 2002. Sin embargo, con el desplazamiento estuvo

abandonada durante 10 años, cuando comenzaron las visitas a El Congal iniciaron su

reconstrucción y adecuación. En consecuencia, el puesto de salud ha adoptado diferentes

significados entorno a las relaciones diferenciadas que la comunidad ha desarrollado en el

espacio durante diferentes momentos del proceso. Por lo tanto, es posible considerar al centro

de salud como un espacio polifacético que en principio cumplió una función como vivienda

colectiva donde las personas que llegaban a la vereda podían habitar. En este sentido, durante

dos años varios miembros de la comunidad habitaron el centro de salud, incluso llegaron a

convivir 10 personas a la vez, mientras cada uno construía su casa y daba espacio para que

una nueva familia llegara.

Visión general del centro de salud. Foto de autoría propia

Page 18: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Por otra parte, actualmente el centro de salud cumple dos funciones fundamentales; por un

lado, es un espacio dedicado al acompañamiento del sistema de salud. Sin embargo, cabe

resaltar que este espacio funciona únicamente mediante las brigadas de salud que son

realizadas una vez al mes, lo cual limita el acceso de la población al sistema de salud. Por

otro lado, la presencia de la cocina en el centro de salud cumple un rol de reunión. A diario

frente al centro de salud se organiza el comedor comunitario para los estudiantes de escuela

de la vereda, quienes a medio día llegan a este lugar para recibir su almuerzo. En este sentido,

el rol del centro de salud y de la cocina comunitaria como un lugar de reunión se acentúa en

los eventos que tienen lugar en la vereda. En estos eventos que promueven instituciones

privadas, público- privadas y públicas, varios miembros de la comunidad de reúnen para

cocinar y comer con los miembros de estas instituciones. Con lo anterior, es posible resaltar

que el centro de salud adquiere diferentes significados que giran en torno a la socialización

del espacio de acuerdo a las necesidades de la comunidad.

Preparación de almuerzo el día 25 de julio para la audiencia pública. Foto de autoría propia

Page 19: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Ahora bien, en la vereda El Congal la escalera ha sido fundamental para el transporte, sin

embargo, para el momento del desplazamiento la carretera desde Florencia llegaba hasta la

vereda La Quiebra, que queda a dos horas y media caminando. Mientras que, desde San

Diego representaban de cuatro a cinco horas a caballo. Por esta razón, desde antes de la

llegada de la guerrilla, la comunidad se organizó en convites. Los convites según Gibson y

Graham (2006) pueden ser considerados como prácticas de las denominadas “economías

campesinas” (Aparicio, 2014) De esta manera, los convites son reuniones de la comunidad

para realizar una actividad en conjunto, en El Congal se reúnen para hacer caminos y cada

cierto tiempo para su manutención. Debido a la dificultad de acceso a la vereda antes de la

carretera, la comunidad realizaba diferentes convites, para llevar estructuras para la luz, la

virgen e incluso una mesa de billar, en ese momento, estos artefactos los cargaban en grupo

por horas a través de caminos difíciles y escalonados, ya que, la geografía de la región es

montañosa y rocosa, e impide la construcción de caminos planos.

En este sentido, los convites han representado una parte fundamental en la organización y

construcción de la vereda, ya que, implica un trabajo colectivo. Esta organización autónoma

fue afianzada con la llegada de la guerrilla. Este grupo comenzó a intervenir en los convites,

dejaron de ser voluntarios y pasaron a ser obligatorios, cada familia debía tener al menos un

Camino construido para acceder a las casas que han sido construidas en la parte baja de lo que

será el centro poblado. Foto de autoría propia

Page 20: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

representante en el convite y trabajar por la comunidad. De lo contrario, la guerrilla hacia un

fuerte llamado de atención, como cuenta Don Danilson “en esas no era si queríamos, era que

tocaba”.

Cuando iniciaron el proceso de retorno, nuevamente se organizaron en convites para abrir el

camino que los llevaba desde La Quiebra, lugar donde la escalera los dejaba, hasta lo que

había sido el centro poblado de El Congal. Sin embargo, cuando comenzaron a re-habitar la

vereda iniciaron el proceso de abrir una carretera que los conectara directamente con el

corregimiento de Florencia. Si bien, en la sección anterior se aclara que El Congal pertenece

al corregimiento de San Diego, gracias a las relaciones comerciales y a la presencia de los

grupos armados esta organización se ha visto transformada. Esta división se afianzo, como

mencione anteriormente, gracias a los grupos armados que sectorizaron cada uno de los

corregimientos como zonas de operación. Debido a esto, mientras las FARC tenían control

de la región, la población de El Congal debía dirigirse únicamente a Florencia, incluso para

el momento del desplazamiento las FARC permitieron la movilización hacia Florencia que

era parte del control guerrillero.

Convite de mantenimiento de vía en la vereda El Congal. Foto de autoría propia

Page 21: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Así, con el proceso de retorno, gran parte de la población que fue desplazada se interesó por

regresar, así tanto los congaleños que habitaban en Florencia como los que comenzaron a

vivir en El Congal, participaban de los convites de la carretera. Haciendo uso de herramientas

como palas, palines, picas, azadones, entre otras, comenzaron a ampliar el camino para

continuar con la carretera hasta El Congal.

La comunidad a través de estos convites abrió y amplió un kilómetro que corresponde a la

carretera, más adelante al ver los esfuerzos de la población la gobernación de Caldas intervino

y contribuyó con una máquina para realizar los dos kilómetros restantes que conectan

actualmente El Congal con Florencia. De esta forma, la población de El Congal continúa

organizada, ahora desde la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda, para la manutención

de la vía, tanto en rellenar huecos como en limpieza de la maleza que crece alrededor de la

carretera. Como comunidad realizan convites una vez al mes o de ser necesario cada 15 días

según el estado de la carretera, además, en la JAC tienen un comité de obras desde el cual

gestionan la construcción de otros espacios que la comunidad necesita, como una cocina para

la escuela, y el mantenimiento de los lugares comunes.

Durante el convite el azadón fue usado para distribuir la tierra en los baches existentes

en la carretera. Foto de autoría propia

Page 22: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Adicionalmente, es relevante resaltar que la participación de la población en estos convites

está respaldada por la relación que se ha establecido con la carretera. Al ser la única vía de

acceso a la vereda ha permitido una resocialización con otras veredas y el corregimiento a

través de la chiva y la carretera. Ya que, anteriormente como Don Daniel menciona “nosotros

estábamos aislados de todo”. Sin embargo, la escalera siempre ha sido fundamental para

conectarlos con el corregimiento. Ahora bien, con la ampliación de la carretera, ha sido

posible que la escalera llegue hasta la vereda, facilitando y transformando su estilo de vida.

En este sentido la relación carretera-escalera, como anteriormente mencioné, se ha

socializado desde diferentes ángulos. En primer lugar, esta relación ha transformado la visión

sobre el transporte, antes del desplazamiento iban a mercar con animales como mulas o

caballos que servían como transporte y carga. Ahora la escalera, aunque con horarios

restringidos, facilita el transporte. Durante los fines de semana, la escalera va a la vereda dos

veces al día, uno en la mañana donde recoge a los habitantes de la vereda y se dirige al

corregimiento, el segundo se realiza en la tarde para regresar a las personas que debían ir al

pueblo. Durante los fines de semana, en especial los domingos se ve como se configura el

Convite para manutención de la vía. Es importante resaltar que en estos convites participa toda la

comunidad, a los jóvenes y niños les gusta participar en este tipo de actividades. Foto de autoría

propia

Page 23: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

uso de la escalera, las personas van al pueblo por la misa, para jugar futbol, para hacer

mercado e incluso para comercializar sus cultivos o hacer encargos. Algunos envían el café

para venderlo en el comité o hacen diferentes encargos que les envían en la escalera de la

tarde.

Sin embargo, la población de El Congal ha tenido que buscar otras alternativas para

movilizarse entre semana, una de las principales formas es a través de las motos o en la ruta

escolar. Gracias a la carretera, la moto se ha configurado como un medio de transporte

importante en la región, en el caso de Duverney él vive en Florencia y trabaja sus cultivos en

El Congal, razón por la cual a diario hace uso de la moto. Pero, cuando la moto no es de su

propiedad comienzan los costos, en ocasiones para ir al pueblo pueden pagar hasta 20 mil

pesos por el viaje en moto. Por otra parte, la ruta escolar tiene como función principal

transportar a los niños a las diferentes instituciones en Florencia, la vereda El Bosque y en

El Congal. Esta ruta escolar ha ampliado su servicio y transporta en ciertos horarios a las

personas que necesitan ir a la vereda, e incluso se hace cargo de encomiendas. Ya que, en la

vereda solo hay una tienda que cuenta con un surtido limitado, por esta razón, en la mañana

Escalera transportando los productos para el mercado campesino. Foto de autoría propia

Page 24: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

se realiza el encargo en la ruta escolar y al día siguiente en la mañana llega. Estas

posibilidades facilitan la movilización de productos e incluso dinamizan los recorridos

durante la semana. De esta manera, han establecido una relación de cooperación entre

habitantes de la vereda, la población del corregimiento y los comerciantes frente al transporte.

En este orden de ideas, la escalera también ha facilitado el transporte de carga, como

mencione anteriormente en caso de mercados y venta de cultivos. Adicionalmente, la chiva

también es usada para transportar animales, como gallinas y cerdos; el alimento para los

animales, herramientas, como machetes que son indispensables en la vida de los congaleños

y materiales de construcción. También, en caso de la adquisición de elementos para el hogar,

como antenas de televisión, neveras y camas. Por lo tanto, los domingos al salir del pueblo,

la escalera como materialidad se transforma, está completamente llena, al igual que el

capacete (parte de arriba de la chiva), y se convierte en un nodo que conecta redes de

relaciones, donde interactúan diferentes actores que se afectan mutuamente. Por otra parte,

dentro de esta idea de carga y transporte, la escalera y la carretera como agentes han facilitado

el proceso de comercialización. En marco del mercado campesino fue necesario contratar

La comunidad de El Congal descargando la escalera un domingo en la tarde. Foto de autoría

propia

Page 25: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

una escalera exclusivamente para la carga de los cultivos, carpas y el transporte de las

personas que participarían en el mercado, ya que, la chiva no habría dado abasto. Para la

población de El Congal el mercado ha sido fundamental en el proceso de retorno, ya que, es

un espacio de comercialización de sus productos. Además, es un evento donde convergen

otras veredas, un espacio de reunión donde los niños y adultos, con apoyo de algunas

instituciones, hacen presentaciones culturales, preparan alimentos para vender etc… y todo

tiene lugar gracias a la escalera.

La población de El Congal, cargando la escalera

con elementos necesarios para el mercado

campesino. Foto de autoría propia

El espacio en la escalera es limitado y una

gran cantidad de personas usan este vehículo

como transporte y para carga. Así que se

hace uso del capacete. Foto de autoría propia

Page 26: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Ahora bien, para la comunidad de El Congal la carretera y la escalera han representado una

facilidad en la resocialización y en la práctica de re-habitar el espacio. La ampliación de la

carretera en principio hasta El Congal y posteriormente hasta la vereda La partida, ha

transformado la percepción frente a la escalera. La construcción de caminos no solo crea

posibilidades de movilidad, también crea conexiones, intercambio, formas de

entretenimiento e inclusive, la recepción de nuevos actores que participan en la región e

intervienen en los diferentes procesos. La carretera ha generado un sistema de conectividad

entre las veredas que atraviesa, al igual que El Congal, La Partida no contaba con una ruta de

acceso, de hecho, antes del desplazamiento en El Congal, miembros de esta vereda iban a El

Congal a comprar y vender. Sin embargo, con la carretera se han conectado con el

corregimiento. A su vez, la carretera ha permitido el acceso de diferentes instituciones, como

el ejército nacional en su labor de desminado humanitario. Así mismo, ha posibilitado el

desarrollo de las audiencias correspondientes al fallo de reparación colectiva en la vereda,

las instituciones como la Agencia Nacional de Tierras, la Unidad de Victimas, la Unidad de

Restitución de Tierras, han podido acceder a El Congal, con el fin de cumplir con la

participación que les corresponde en el proceso.

Una de las señales del desminado humanitario en los caminos de la vereda. Con ellas marcaban

los lugares que ya se encontraban libres de minas Foto de autoría propia

Page 27: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Los caminos en estas zonas crean conexiones y a su vez tienen un significado cargado de

elementos emocionales. De esta manera, la población congaleña ha configurado algunas

costumbres entorno a la carretera y a la escalera, cada tarde de sábado y domingo, es

costumbre que gran parte de la comunidad se dirija a la escuela a esperar la escalera, algunas

veces porque necesitan recibir sus encargos y otras veces porque les causa felicidad como

dijo Don Daniel “nosotros nunca pensamos que la carretera llegara hasta aquí”. Además, las

pocas veces que la escalera continua el camino y va hasta La Partida la realación cambia

completamente, el conductor permite que las personas se suban en la escalera, para llevarlos.

Por las malas condiciones en la vía a la Partida, es un acontecimiento cuando la chiva puede

subir, y cada persona lo aprovecha realizando ese viaje, con el único objetivo de llegar en la

escalera a la Partida y luego volver a sus casas en El Congal.

Los caminos y carreteras han estado profundamente relacionados con el acceso, la necesidad

de recorrer los territorios, en su mayoría con fines económicos, ya que, las conexiones hacen

parte del progreso y la comercialización. Además, los caminos influyen en cómo se recorren

los espacios y como se habitan, crean una lógica de orden, y de flujo. En El Congal, se ha

Vía desde el Congal a la Partida. Usan palos para emparejar el camino, sin embargo, cuando hay

lluvias no son muy estables y se pueden estancar los carros. Foto tomada desde el capacete de la

escalera. Foto de autoría propia

Page 28: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

transformado el paisaje en diferentes momentos. Es decir, el territorio que ellos recorrían

antes de la presencia de grupos armados era diferente y a su vez era distinta la relación que

cada individuo establecía con la tierra. Luego, con la participación de grupos armados hubo

una ruptura en las formas de relacionarse entre ellos y con el territorio, ya que, debían

convivir con otros actores. Ahora, en el contexto de retorno el paisaje está pasando un periodo

de transformaciones y con ellas se modifican cada día las relaciones afectivas en El Congal,

con el proyecto de construir el centro poblado, y los –lentos– avances que ha tenido se han

configurado nuevas prácticas de recorrer y re-habitar, caminar por los senderos del centro

poblado, reconocer los predios e incluso cual predio será el de cada beneficiario, etc. Sin

embargo, la ausencia de caminos que, si bien permitió que grupos armados se beneficiaran

de la ausencia del Estado, también los mantuvo apartados de otros actores e incluso otras

formas de violencia. Ahora, esta vía que es fundamental para la resocialización, el

reconocimiento y el re-habitar de El Congal, también puede representar un camino para

actores violentos como la minería ilegal, presentes en la región. (Defensoría del pueblo,

2018)

Terrazas donde se construirán las viviendas y están marcados cada uno de los predios. También

resalta el sendero, por donde Miliciano (el perro) camina, que conecta la carretera con el camino

el centro de salud y “bajar” a las viviendas. Foto de autoría propia

Page 29: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

3. Entretejiendo relaciones inesperadas

Al cabo de unas semanas, comencé a notar que en las casas había sillas del ejército, al

preguntar la razón me respondieron “esas nos las regalaron los desminadores que

estuvieron aquí”

-Fragmento del diario de campo, conversación con la señora Yolima

En ocasiones se hace uso del término “retorno” en relación al post-conflicto, sin embargo,

este término muchas veces es tratado con descuido y se asume como algo dado “la gente

retornó”. Incluso ha sido apropiado por instituciones gubernamentales para referirse a su

fundamental participación para que ocurra el retorno. En este sentido, quiero plantear que el

retorno no es algo dado, no es un hecho finalizado. Por el contrario, es un proceso de

construcción, participación, dialogo y de relaciones emergentes, que surgen en un nuevo

contexto y de diferentes maneras de socializar. De esta manera, en El Congal el proceso de

retorno ha incluido varios actores tales como instituciones estatales, privadas, la población y

el territorio que están en constante contacto y dialogo, transformando radicalmente la forma

en que los congaleños habitan y se relacionan entre sí y con su territorio. Por lo tanto, son

agentes que al estar en constante interacción crean relaciones bilaterales de afecto. Es decir,

las prácticas que cada institución ejerce en El Congal afecta el territorio y la población. Al

igual que estas prácticas institucionales están permeadas e incluso permitidas por la

población.

Quise iniciar con este fragmento para ejemplificar las amplias posibilidades de relaciones

sociales que ocurren bajo el contexto de retorno. Durante la presencia del batallón de

desminadores en la vereda El Congal ellos habitaron el espacio en conjunto. Incluso, en una

ocasión Saray de 5 años me dijo “mi mamá tiene un ahijado grande”, su mamá la señora

Yolima, me comentó que uno de los soldados no había pasado por ninguno de los ritos

correspondientes al catolicismo (Bautismo, Primera comunión y confirmación), por lo que

los realizó en la vereda y la escogió a ella como madrina. En este sentido, en la interacción

entre los miembros de esta institución y la comunidad se han creado lazos cercanos, que

tuvieron lugar gracias al proceso de retorno. En consecuencia, el desminado humanitario,

crea relaciones afectivas con el territorio y la población, en cuanto su labor permite recorrer

la vereda con tranquilidad. El desminado despejó la vereda de minas antipersona (minas

Page 30: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

escondidas en objetos simples, pero, llamativos o en la tierra). Adicionalmente, al estar

presentes en la vereda alrededor de año y medio, se desarrollan relaciones en las cuales ambas

poblaciones están en contacto y se afectan. Ya que, las prácticas cotidianas para cada actor

se encontraban permeadas por el otro. El desminado pedía colaboración de la población, ya

que, ellos conocen el territorio. Mientras que, los congaleños podían realizar sus actividades

en sectores libres de minas. Actualmente, en El Congal es posible encontrar sillas del ejército

que pertenecían a los desminadores en casi todas las casas, esto junto a las anécdotas de su

estadía representan un residuo de esta relación.

Ahora bien, la presencia y el flujo de personas que han llegado a El Congal hace eco en la

historia de la vereda. En esta comunidad han intervenido, como se mencionó anteriormente,

diferentes instituciones privadas y estatales. En primer lugar, las organizaciones privadas han

representado para la comunidad un gran apoyo en el proceso de retorno. La Fundación

Apoyar es reconocida por la población congaleña como una de las instituciones que los ha

acompañado desde el principio. Esta institución ha sido según ellos, fundamental para el

proceso, llegó a la vereda hace 4 años. En principio, les colaboraron con camas para las

Uno de los “cambuches” donde se quedaban los soldados durante su labor en el desminado de El

Congal. Fue destruido, para continuar con el proceso de construcción del centro poblado. Foto

de autoría propia

Page 31: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

personas que vivían en el centro de salud. Luego, comenzaron proyectos en aspectos, psico-

sociales, productivos y de empoderamiento comunitario. Dentro de estos proyectos se han

dado espacios de memoria y manejo de emociones frente a los momentos que vivieron con

la presencia de grupos armados. Por otra parte, se promueven espacios de capacitación a la

comunidad en nuevas formas de manejo a los cultivos que sean menos contaminantes como

la “agroecología”, así tienen herramientas para manejar sus cultivos sin necesidad de recurrir

a elementos químicos. De esta manera, ha sido importante el apoyo de la fundación en cuanto

les ha permitido acercarse a otro tipo de conocimientos que pueden transformar la producción

que manejan. En este aspecto, la Fundación Apoyar no ha trabajado sola en la vereda, se ha

creado una red de alianzas entre diferentes instituciones, como la pastoral y el Programa de

Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDP), para brindar herramientas productivas y

comerciales a la población. En especial el mercado campesino que se ha organizado desde

hace 4 años.

Estás instituciones han estado presentes en diferentes etapas del proceso y han creado

diferentes tipos de relaciones, se han alejado de una relación profesional y han convivido con

Comunidad de El Congal en jornada de “día de campo” junto a la Fundación Apoyar, el PDP (Programa

de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio) y la pastoral. En esta ocasión fue un agrónomo a compartir

información frente al cuidado orgánico de los cultivos. Foto de autoría propia

Page 32: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

ellos. Se ha creado una cercanía y confianza entre la comunidad y las instituciones donde

ambas partes son fundamentales. Una relación donde existen las bromas y la camaradería,

incluso los congaleños los invitan a participar en espacios propios de la comunidad. Por otra

parte, la Fundación Apoyar tiene como uno de sus ejes el empoderamiento de la comunidad,

dirigido principalmente a la participación política. Considero que les han otorgado

herramientas para ser autónomos de forma política, mediante talleres y momentos de

enseñanza, hoy en día El Congal está estructurado de forma política y social, tienen Junta de

Acción Comunal, donde diseñan planes de acción e incluso discuten temas entorno a las

necesidades que tienen como población y las exigencias correspondientes.

Por otra parte, en el caso de las instituciones públicas el panorama es muy diverso. Por lo

tanto, es relevante retomar que la Legión del afecto, estuvo enmarcada en un proyecto del

Estado dirigido a jóvenes que, gracias a su intervención en Florencia, dieron los primeros

pasos para que la población desplazada de El Congal comenzará a reconsiderar la vereda

como un lugar donde tendrían oportunidades. Sin embargo, en cuanto a los trámites legales

que el retorno trae consigo, las instituciones estatales han tenido diferentes posiciones.

En principio, la solicitud que se hizo frente a los juzgados por el tema de restitución de tierras

fue aprobada por un juzgado de Pereira como reparación colectiva a 17 de las 54 familias en

condición de desplazamiento. El fallo a favor de la población de El Congal requiere la

participación de diferentes instituciones que deben contribuir en el cumplimiento de los

aspectos que se explican en el fallo. Tales como la construcción del centro poblado, que

cuente con espacios públicos, acueducto y viviendas de los beneficiarios. Si bien, con este

fallo se favorece a los primeros solicitantes, cabe resaltar que deja fuera al menos 8 familias

que habitan actualmente El Congal. Desde Pereira, el juzgado realiza hace aproximadamente

2 años, audiencias como seguimiento al proceso. En ellas se realiza un balance del avance de

cada una de las instituciones y se da paso a conocer la situación de la población. Sin embargo,

resulta problemático que muchas de estas audiencias se han realizado en Pereira, que se

encuentra a un trayecto de alrededor de 9 horas. Esto ha complicado en ocasiones la presencia

de algunos de los beneficiarios, pero, garantiza el de las instituciones. No obstante, durante

mi trabajo de campo se presentó una audiencia en El Congal, donde algunos miembros de la

URT (Unidad de Restitución de Tierras) me comentaron que era necesario promover estos

Page 33: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

espacios. Ya que, por el simple hecho de ir a la vereda pueden comprender la necesidad de

agilizar el proceso, además, se garantiza la participación de cada uno de los beneficiarios.

En este sentido, en El Congal han estado presentes diferentes instituciones estatales, cada una

de ellas con una participación diferenciada en el proceso y el territorio. Con el inicio del

proceso de retorno en El Congal, fue necesaria la presencia del desminado humanitario. Por

lo cual, estuvieron habitando el mismo territorio por al menos dos años, hasta inicios de 2019

donde entregaron El Congal libre de minas antipersona. El desminado humanitario continúa

trabajando en otras veredas cercanas, sin embargo, esta institución mantiene una relación

importante con la vereda, ya que, gracias a la escalera allí llegan sus alimentos e insumos,

para su manutención.

Por otra parte, la presencia del sistema de salud en la vereda es precario. Si bien El Congal

cuenta con un puesto de salud desde antes del desplazamiento, las brigadas de salud se

realizan únicamente una vez al mes. El puesto de salud no cuenta con los instrumentos

necesarios para prestar el servicio. Adicionalmente, en caso de urgencias la población debe

pedir una ambulancia para el hospital de Florencia o llegar allí por sus propios medios. Sin

Camión del desminado humanitario entrando a El Congal rumbo a la vereda de Quebrada Seca. Foto de

autoría propia

Page 34: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

embargo, el hospital es de primer nivel y en algunos casos no pueden brindar el servicio

necesario. Por lo tanto, en los casos complejos los remiten a Manizales que se encuentra a 8

horas del corregimiento de Florencia. Ahora bien, actualmente el centro de salud está siendo

remodelado con el fin de brindar un mejor servicio.

Otra de las instituciones estatales que ha estado presente en el proceso de retorno ha sido la

Unidad de Restitución de Tierras (URT). Esta ha tenido como labor acompañar, financiar y

realizar un seguimiento a diferentes proyectos productivos dirigidos a los beneficiarios del

fallo. Los proyectos productivos fueron seleccionados en conjunto con la población, algunos

de ellos escogieron cultivo de café, cacao, ganadería, o porcicultura. En este caso, se han

establecido una relación colaborativa, esta institución ha realizado un acompañamiento con

visitas a los proyectos y desembolsos para el financiamiento. Además, la población reconoce

la labor que la institución ha ejercido en el territorio. Durante una de las visitas algunos

congaleños realizaron un almuerzo en casa de Don Daniel para compartir con los miembros

de la URT, compartiendo en un ambiente fuera de lo institucional, mientras continuaban con

la jornada revisión de los proyectos productivos. Adicionalmente, este año la URT participó

en el mercado campesino que tuvo lugar el pasado septiembre. Además, plantea la posibilidad

de seguir participando en estos eventos con la población.

Ambulancia enviada para la brigada de salud del 27 de junio. Foto de autoría propia

Page 35: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

En este sentido, la gobernación de Caldas ha hecho explicito su interés por apoyar el proceso

de retorno, brindando a la comunidad diferentes apoyos destinados a mejorar la

infraestructura de la vereda. Por esta razón, como cuenta Duverney Marín la gobernación en

marzo de este año, realizó una visita a El Congal, donde manifestó que se daría inicio al

alistamiento de las terrazas para la construcción del centro poblado. Si bien, en principio la

obra debía terminar en el mes de mayo, el trabajo de alistamiento se extendió a agosto.

Durante 5 meses el funcionario de la máquina y su ayudante, estuvieron compartiendo con

la población, viviendo con ellos y comiendo con ellos. De esta manera, se establece una serie

de relaciones que comienzan a naturalizarse en torno a las personas que habitan el espacio y

la convivencia entre sí. Por lo tanto, prácticas comunes como ordeñar, atrapar animales,

encerrar el ganado, etc, se convierten en prácticas en las que las personas externas comienzan

a intervenir y contribuir, creando así lazos de fraternidad.

En la imagen de la izquierda se puede ver el cultivo de cacao en crecimiento. En la fotografía de la

izquierda aparece Don Daniel, graneando en su cafetal. Ambos son proyectos productivos apoyados por la

URT. Foto de autoría propia

Page 36: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Sin embargo, este panorama, que a grandes rasgos presenta una idea de contribución y

colaboración interinstitucional en el proceso de retorno, solo es una muestra que da cuenta

de la acción y voluntad política de un pequeño sector. Si bien el banco agrario es una de las

instituciones que financiará gran parte de la reconstrucción del centro poblado junto a la

gobernación de Caldas, sus acciones se han visto aplazadas. Esto, por el incumplimiento en

las fechas por parte de la Agencia Nacional de Tierras, institución que lleva tratando el caso

por tres años y apenas ha titulado los terrenos donde se encuentran los proyectos productivos.

Para la audiencia del 25 de julio, donde había rumores del posible desfinanciamiento por

parte del banco agrario, la población beneficiaria explico ante el juzgado la situación. En ese

momento, la respuesta de la Agencia Nacional de Tierras fue “ya están titulados los predios

destinados a espacios públicos”, pero, los predios correspondientes a las viviendas aún no

estaban debidamente titulados, así que debían seguir esperando. Luego de las demoras en el

proceso, y una espera de 3 años, en la audiencia del 1 de noviembre de 2019 en Pereira, se

dio la orden de iniciar la construcción, ya que los predios habían sido debidamente titulados.

De esta manera, cabe resaltar que las acciones de diferentes instituciones en este caso la

Agencia Nacional de Tierras en relación al proceso de retorno desde lo institucional, está

enmarcado en unas tensiones donde a partir de las exigencias de la población se ejerce presión

ante la titulación, mientras que, la lentitud en el proceso por parte de la Agencia detiene y

pone en riesgo el financiamiento del banco. Es decir, en esta situación los afectos se

encuentran principalmente sobre el territorio y su transformación, y en adición se encuentran

mediados por las tensiones entre la institución y la población.

Por otra parte, hay entidades del Estado que considero deslegitiman el proceso autónomo de

retorno que ha llevado a cabo la población de El Congal. Días antes de la audiencia del 25 de

julio, la Unidad de Victimas llamó a algunos de los beneficiarios con el fin de obtener los

debidos documentos para caracterización e indemnización. Sin embargo, la población había

enviado esos documentos por correo electrónico alrededor de 2 meses atrás. Las preguntas

eran, a qué correo los envío, desde qué dirección de correo y si estaban completos, en esa

ocasión me llene de indignación. Durante 2 meses los documentos necesarios habían estado

a su disposición, sin ningún tipo de avance. Por lo tanto, en la audiencia se resaltó que, la

Unidad de Victimas lleva 2 años dedicada al proceso de documentación y a pesar de la

jornada de documentación realizada el 4 de mayo, para la fecha una persona de las 17 familias

Page 37: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

no contaba con todos los documentos. Además, el proceso de reparación colectiva que deben

ejecutar en El Congal no ha iniciado. Sino que la vocera de la Unidad de Victimas resalta

que, el proceso de reparación colectiva iniciara en el momento en que se construya el centro

poblado y las personas lo habiten. De esta manera, la vocera de la Unidad pasa por alto la

presencia de diferentes familias que aún sin el centro poblado habitan El Congal. Ella

manifiesta que, con el centro poblado se puede dar inicio al retorno, sin embargo, la

comunidad se ha organizado y de manera autónoma han participado en la reconstrucción

física, social y económica de la vereda. Por estas razones, la juez que dirige el caso, puso

condiciones a la Unidad de victimas como en el lapso de dos meses terminar el proceso de

documentación, enviar la información para las respectivas indemnizaciones y consolidar el

comité de impacto. Pues la juez resaltó, que ya hay presencia de la comunidad y deben

abordar temas como reconstrucción del tejido social y empoderamiento, algunos aspectos

que han trabajo con anterioridad, pero que son necesarios desde la institucionalidad estatal.

En este sentido, las instituciones han cumplido diferentes roles en el proceso. Sin embargo,

ya sea en su constante participación y apoyo o en la lejanía al proceso, han intervenido en el

actuar de los congaleños, han transformado su forma de pensar al igual que sus prácticas

sociales y productivas. De esta manera, han creado una red de relaciones, no solo con la

población, también con el territorio y con otras instituciones, por lo tanto, El Congal puede

ser pensado como un lugar de convergencia o de reunión.

Adicionalmente, las relaciones que se construyen en El Congal a partir de la interacción con

las instituciones evidencian una serie de tensiones que no se pueden enmarcar bajo relaciones

de poder o de dependencia. Ya que, si bien la institucionalidad cuenta con una serie de

herramientas que las legitiman como entidades con la capacidad incidir en las dinámicas

sociales. En este caso, la comunidad de El Congal mediante la organización social y la

participación política, se encuentran exigiendo el cumplimiento de cada una de las

instituciones públicas de acuerdo a lo estipulado por el juzgado en el fallo. Por lo tanto, esta

relación se debe entender desde el afecto, en cuanto la comunidad y las instituciones se

enmarcan en una serie de tensiones y diálogos, que en el ejercicio de sus derechos y

obligaciones se afectan constantemente.

Page 38: EL RETORNO COMO UN PROCESO AFECTIVO DE RE-HABITAR Y

Conclusiones

A modo de conclusión, es relevante resaltar que las acciones que la comunidad de El Congal

ha estado realizando, de forma autónoma, han transformado la forma en que habitaban el

territorio. De esta manera, estas acciones tienen efectos sociales y políticos para la comunidad

y su territorio, en cuanto el proceso de retorno puede considerarse como un proceso que se

encuentra a travesado por una serie de afectos. Afectos que se socializan y se reproducen en

el territorio en el transcurso del proceso de retorno.

En la primera sección busqué brindar una contextualización frente al conflicto armado, el

desplazamiento y el retorno. Esto, con el fin de evidenciar como los eventos violentos en una

comunidad crean una ruptura en las prácticas diarias con el territorio. En este sentido, eventos

como la llegada de grupos armados, los cultivos de coca, los enfrentamientos y el

desplazamiento forzado, quiebran una serie de prácticas comunitarias tradicionales y además

crean nuevas relaciones para subsistir. De esta manera, es posible resaltar cómo las relaciones

afectivas con el territorio se transforman mediante los efectos que tiene la violencia sobre las

prácticas de los individuos que habitan un territorio. A su vez, no solo influyen en las acciones

de la comunidad, también estos eventos en relación a las experiencias y al proceso de retorno,

que iniciaron de forma autónoma, construye una identidad colectiva. En este caso, los

congaleños como población desplazada se desprenden de la categoría de “victima” y se auto

identifican como sobrevivientes, ofreciendo un ángulo distinto al institucional para analizar

y abordar las implicaciones del proceso de retorno.

En relación a lo anterior, durante la segunda sección busqué ejemplificar cómo en la relación

afectiva con el territorio se establece una dialéctica, donde ambos se encuentran en constante

influencia. Por lo tanto, las transformaciones físicas que como comunidad realizan sobre el

territorio, se encuentran mediadas por el entorno y las necesidades que la población tiene.

Por consiguiente, he buscado abordar la idea de una “materialidad del retorno” en cuanto, el

proceso ha involucrado aspectos de habitar el espacio que tienen efectos físicos y sociales.

La carretera, la chiva y el centro de salud (como lugar polifacético), son algunas

materialidades que durante el retorno se han resaltado. En principio, estas materialidades son

relevantes por las necesidades que suplen para la población durante el proceso de retorno y

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en el proceso de re-habitar el territorio. Es decir, estas materialidades responden a las

necesidades de conexión, transporte, y habitar que surgieron con el proceso de retorno. Por

otra parte, cada una de ellas ha tenido un efecto sobre las prácticas y las relaciones sociales

de la comunidad. Como resalte en esta sección, la materialidad del retorno moldea y crea

nuevas relaciones con el entorno. El centro de salud, funcionó como una casa colectiva,

donde diferentes familias habitaron y se relacionaron entre ellos. Mientras que, la carretera

se da por un trabajo autónomo y colectivo que representa conexión y movilidad. Este último,

se relaciona con la escalera, que funciona como una materialidad móvil que transporta y sirve

de “entretenimiento”, por la importancia que tiene que esta pueda transitar hasta la vereda.

En la tercera y última sección, resalto la participación y los efectos de diferentes instituciones

que convergen en el proceso de retorno de El Congal. Esto con el fin de argumentar que

durante el retorno emergen relaciones afectivas, que incluyen a la población, el territorio y

las instituciones que buscan intervenir. De esta manera, planteo que la presencia de estas

instituciones afecta el proceso de retorno y a su población. Es decir, las relaciones que se

establecen entre los agentes, tiene efectos transformativos entre ellos. Ya sea, por el

acompañamiento que brindan algunas instituciones, en aspectos de participación política,

prácticas económicas y productivas, e incluso acompañamiento psicosocial. También, en las

estancias de dialogo y acuerdos frente a las exigencias por parte de la población a dichas

instituciones. Sin embargo, las relaciones no se dan de forma unilateral, las instituciones se

encuentran representadas por sujetos que interactúan con la comunidad (de forma

diferenciada). En estas relaciones se pueden construir lazos de colaboración, confianza y

cercanía que son posibles gracias al intercambio y el dialogo. Resaltando así, que las

relaciones emergentes que ocurren entre las instituciones, el territorio y la población se dan

bajo el proceso de retorno. Por lo tanto, este proceso permite y crea posibilidades de

interacción y contacto con agentes que antes del desplazamiento no se encontraban presentes

en el territorio, y que a su vez dan como resultado relaciones afectivas que son inesperadas.

Finalmente, a lo largo del proceso de investigación y las relaciones que establecí con la

comunidad. Considero fundamental aproximarse al retorno como un proceso que construye

relaciones afectivas, ya que, esto permite comprender las relaciones afectivas que se

desarrollan entre cada uno de actores que interviene. Además, es importante comprender

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como se reconstruyen prácticas productivas y convivenciales en el contexto de retornar.

Cómo el pasado tiene afectos sobre estas prácticas y sobre las relaciones sociales que se

reconstruyen y entretejen con el territorio. A través de esta investigación, quiero resaltar que

el proceso de retorno implica un trabajo colaborativo y una unidad entre la población. Ahora

bien, en esta investigación hago un análisis desde el concepto de afecto de las relaciones que

se construyen en el proceso de retorno y como hay materialidades propias del proceso. Sin

embargo, hay cuestionamientos que se pueden derivar de esta investigación, entorno a la

influencia de las instituciones en las prácticas productivas o alimentarias y cómo éstas

contrastan con los quehaceres tradicionales de la población.

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