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EL SIGLO DE ORO DE BROADWAY Una mirada al musical desde su nacimiento hasta nuestros días

El siglo de Oro de Broadway

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Historia del musical de Broadway.

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Page 1: El siglo de Oro de Broadway

EL SIGLO DE ORO DE

BROADWAY

Una mirada al musical desde su nacimiento hasta

nuestros días

Luciano Muriel

Page 2: El siglo de Oro de Broadway

ÍNDICE

Introducción

Desarrollo del musical moderno

Los locos años veinte

Los años 30

La Época de Oro (desde 1943 a 1968)

Los años 70

Los años 80 y 90

El siglo veintiuno

Renacimiento de la película musical y los "musicales" de TV

Fuentes de información

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Page 3: El siglo de Oro de Broadway

Introducción

El teatro musical, el arte de contar historias a través o con canciones, se remonta a

la India antigua, o al menos a los griegos antiguos, que incluyeron la música y el

baile en sus comedias y tragedias tan temprano como el siglo V a.c. Las comedias

romanas de Plauto del siglo III a.c. incluyeron canciones y rutinas de baile con

orquestaciones. En los siglos XII y XIII, se enseñó la liturgia a través de dramas

religiosos que a veces alternaban diálogos en prosa y cánticos litúrgicos. Cercano al

Renacimiento, estas formas habían evolucionado a la commedia dell'arte, una

tradición italiana donde estentóreos payasos improvisaban su arte a través de

historias familiares, y desde allí, a la ópera buffa. 

Por los años 1700, eran populares en Gran Bretaña, Francia y Alemania, dos

formas del teatro musical: las óperas de balada, como The Beggar's Opera (1728)

de John Gay, con canciones populares y letras nuevas, y óperas cómicas, con

música y letras originales. Además de estas fuentes, el teatro musical remonta su

linaje al vaudeville, al music hall británico, al melodrama y al burlesque. 

La primera obra de larga duración de cualquier clase registrada fue The Beggar's

Opera, que tuvo 62 interpretaciones sucesivas en Londres (1728). Según los

mejores estudios contemporáneos, la primera obra musical de larga duración en

América fue Flora o The Hob on the Wall, una ópera de balada presentada en

Charleston alrededor de 1735. Nueva York no tuvo una presencia teatral

significativa hasta aproximadamente 1750, y el primer musical "duradero" de

Broadway registrado con 50 interpretaciones, fue The Elves en 1857.

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Desarrollo del musical moderno

Se piensa que la primera obra de teatro que se sujeta a la concepción moderna de

un musical fue The Black Crook, que se estrenó en Nueva York el 12 de septiembre

de 1866. La producción era de una asombrosa longitud de cinco horas y media,

pero a pesar de ello, alcanzó unas excepcionales 474 interpretaciones. 

Edward Harrigan y Tony Hart produjeron musicales en Broadway entre 1878 y

1884 con caracteres y situaciones tomadas de la vida diaria de las clases inferiores

de Nueva York. Cientos de comedias musicales fueron llevadas al escenario en

Broadway en los años 1890 y a principios de los años 1900 pero, entre 1875 y la

Primera Guerra Mundial, los musicales de más larga duración fueron

predominantemente británicos: obras de Gilbert y Sullivan, Alfred Cellier y B. C.

Stephenson, George Edwardes, Paul Rubens, George Dance junto al compositor

americano Howard Talbot, Seymour Hicks (junto al productor americano Charles

Forman) con el compositor Charles Taylor y otros. 

A comienzos del siglo XX, las operetas sentimentales de una nueva generación de

especialistas se extendieron desde Europa a través de todo el mundo de habla

inglesa, desplazando a los primeros musicales ligeros británicos y americanos.

Ellos influyeron en el trabajo posterior de otros compositores como Kern y Hebert,

también influenciados por Gilbert y Sullivan y compositores más tempranos,

mostrando que un musical podría combinar un ligero toque popular con la

verdadera continuidad entre historia y números musicales, al igual que en la

siguiente generación de compositores, como Sigmund Romberg, George Gershwin,

y Noel Coward, y éstos, a su vez, influyeron en los musicales de Rodgers, Sondheim.

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Los locos años veinte

Al principio, las películas eran silenciosas y representaban sólo un desafío limitado

al teatro. Pero hacia fines de los años 1920, películas como el Cantante de

Jazz hicieron preguntarse a los críticos si el cine sustituiría al teatro vivo. Los

musicales de los años veinte, que toman prestado del vaudeville, el music hall y

otros espectáculos similares, tendían a acentuar a las estrellas, a las grandes

rutinas de bailes y canciones populares y no así al argumento. Muchos

espectáculos eran revistas con poco argumento.

Típicas de la década fueron producciones alegres como Sally, Lady Be

Good, Sunny, Tip Toes, No, No, Nanette, Oh, Kay! y Funny Face. Sus libretos pueden

haber sido olvidables, pero produjeron músicas memorables de George Gershwin,

Cole Porter, y Richard Rodgers y Lorenz Hart, entre otros. Los auditorios

aplaudieron estos musicales a ambos lados del océano Atlántico, mientras seguían

frecuentando las operetas populares que seguían saliendo de Europa, y también de

compositores como Sigmund Romberg en América. Claramente, el cine no había

matado el teatro en vivo.

Dejando estos espectáculos alegres, se estrenó en Nueva York el 27 de diciembre

de 1927 Show Boat, con una completa integración de libreto y música, con temas

dramáticos, dichos tanto a través de la música como del diálogo. Con un guión y

letras adaptado de la novela de Edna Ferber por Oscar Hammerstein II y P. G.

Wodehouse, con música de Jerome Kern, presentó un nuevo concepto que fue

abrazado por los auditorios inmediatamente. La producción original llegó a un

total de 572 interpretaciones.

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Los años 30

Animados por el éxito de Show Boat, los equipos creativos siguieron con ese

popular " formato". Of Thee I Sing (1931), con música y letras de George Gershwin

e Ira Gershwin y M. Ryskind. The Band Wagon (1931), con música de Arthur

Schwartz y Howard Dietz, protagonizado por Fred Astaire y su hermana Adele,

más bien una revista que originó dos versiones en película con "libretos" musicales

en el verdadero sentido. La obra Anything Goes (1934) de Porter afirmó la posición

de Ethel Merman como la Primera Dama del teatro musical. Porgy and Bess (1935)

de Gershwin, un paso más cercano a la ópera, en algunos aspectos presagió otros

musicales "de ópera" como West Side Story y Sweeney Todd. 

El musical había evolucionado finalmente más allá de los gags y musicales de

coristas de los alegres años noventa y los locos años veinte, integrando historias

dramáticas a las formas cómicas más tempranas añadiendo la herencia romántica

y musical que había recibido de la opereta.

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La Época de Oro (desde 1943 a 1968)

Se piensa generalmente que la Edad de Oro del musical en Broadway comenzó

con Oklahoma! (1943), terminando con Hair (1968).

Oklahoma! de Rodgers y Hammerstein tenía un argumento cohesivo, con canciones

que promovían la acción de la historia, con ballets que apoyaban al argumento y

desarrollaban a los personajes. Desafió las convenciones musicales levantando la

cortina del primer acto, no con un grupo de muchachas de coro, sino con una mujer

que hace mantequilla, con una voz en off cantando las líneas de Oh, What a

Beautiful Morning. Este fue el primer espectáculo "mainstream” de Broadway,

alcanzando un total de 2.212 interpretaciones. Los dos colaboradores crearon

varios de algunos de los clásicos del teatro musical más amados y más duraderos,

incluyendo Carousel (1945), South Pacific (19 49), The King and I (1951) y The

Sound of Music (1959). 

Lo americano fue mostrado en Broadway durante esta época. Por ejemplo On The

Town (1944), escrito por Betty Comden y Adolph Green, compuesto por Leonard

Bernstein y coreografía de Jerome Robbins. El musical transcurre durante tiempos

de guerra, cuando un grupo de tres marineros está con un permiso de 24 horas en

Nueva York. 

Oklahoma! inspiró a otros a continuar la tendencia. Irving Berlin usó la fama de la

tiradora Annie Oakley como base para su Annie Get Your Gun (1944); Cole Porter

encontró inspiración en The Taming of the Shrew de Shakespeare para Kiss Me,

Kate (1948); los carácteres eclécticos de Damon Runyan estuvieron en la base

de Guys and Dolls de Frank Loesser y Abe Burrows, (1950); y la fiebre del oro fue

usada por Alan Jay Lerner y Frederick Loewe para Paint Your Wagon (1951), que

colaboraron otra vez en una adaptación de Pygmalion de George Bernard Shaw

- My Fair Lady (1956), con Rex Harrison y Julie Andrews. Se hicieron populares

películas de Hollywood de todos estos musicales.

Como en Oklahoma!, el baile fue una parte integrante de West Side Story (1957),

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que transportó a Romeo y Julieta hasta los tiempos modernos en la ciudad de

Nueva York . El libreto fue adaptado por A. Laurents, con música de Leonard

Bernstein y letras del recién llegado Stephen Sondheim. Laurents y Sondheim

formaron un equipo otra vez en Gypsy (1959). 

Stephen Sondheim se convertiría en uno de los compositores/letristas más

importantes a partir de 1960 en adelante. El primer proyecto para el cual él

escribió tanto la música como la letra fue A Funny Thing Happened on the Way to

the Forum (1962), con un guión de Burt Shevelove y Larry Gelbart basado en los

trabajos del antiguo escritor romano Plautus y Zero Mostel como protagonista.

Sondheim no era de concentrarse en tramas románticas típicas de producciones de

la época; su trabajo tendió a ser más denso. Él encontraba inspiración en fuentes

menos gustadoras: Company (1970), Follies (1971), y A Little Night

Music (1973). Pacific Overtures, Sweeney Todd, Sunday in the Park with

George, Assassins. Sus trabajos son generalmente conocidos por su sofisticación

lírica y complejidad musical. 

Jerry Herman, jugó un papel significativo en el teatro musical americano,

empezando con Milk and Honey (1961), continuando con los clamorosos

éxitos Hello, Dolly! (1964), Mame (1966), y La Cage aux Folles (1983). Escribiendo

tanto letra y música, muchos de las canciones de Herman se han hecho clásicos

populares

El musical comenzó a divergir de los límites relativamente estrechos de los años

1950. La música rock se usaría en varios musicales de Broadway, comenzando

con Hair, que presentó no sólo música rock sino también desnudez y opiniones

polémicas sobre la Guerra de Vietnam. Otros importantes musicales de rock de los

años 1960 y 1970 fueron Jesus Christ Superstar,Godspell, y Two Gentlemen of

Verona. Algunos de éstos no tenían ningún diálogo o por otra parte tenían

reminiscencias de la ópera, con temas dramáticos, emocionales, y fueron

tipificados como óperas rock.

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Los años 70

1976 trajo uno de los grandes musicales contemporáneos a la escena. A Chorus

Line que surgió de las cintas grabadas de las sesiones de trabajo estilo terapia de

grupo conducidas por Michael Bennett con gypsies (aquellos que cantan y bailan

en apoyo de los actores principales) invitándolos a compartir sus sentimientos y

frustraciones en sus carreras. Kirkwood, Jr y N. Dante formaron el libreto sobre el

casting para un musical, incorporando en él muchas de las historias verídicas de

aquellos que se habían sentado en las sesiones. A Chorus Line barrió con los Tony

Awards, ganó el Premio Pulitzer, y su canción hit, What I Did for Love, se hizo de

inmediato un clásico

Los auditorios de Broadway estaban impacientes para dar la bienvenida a los

musicales que habían extraviado el estilo habitual y sustancia,

surgieron Cabaret de John Kander y Fred Ebb, Chicago, Pippin, de Stephen

Schwartz. Al final de la década, Evita entregó una biografía política más seria a la

que los auditorios estaban acostumbrados en los musicales, y Sweeney Todd fue el

precursor de los grandes musicales más densos, de grandes presupuestos de los

años 1980. Pero al mismo tiempo, valores pasados de moda todavía eran

aplaudidos con éxito como Annie, 42nd Street, My One and Only, No, No,

Nanette e Irene.

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Los años 80 y 90

Los años 1980 y 1990 vieron la influencia de los "mega-musicales" europeos "u

óperas pop", que presentaban una banda sonora influida por la música pop y

tenían grandes elencos y escenarios y fueron identificados más por sus efectos

notables (un candelabro de luces cayendo, un helicóptero que aterriza en el

escenario) aun cuando ellos eran algo más que la producción. Muchos estaban

basados en novelas u otros trabajos de la literatura. Los escritores más

importantes de mega-musicales incluyen al equipo francés de Claude-Michel

Schönberg y Alain Boublil, responsable de Les Misérables y Miss Saigon (inspirado

por Madame Butterfly); y el compositor británico Andrew Lloyd Webber, que

escribió Evita, basado en la vida de Eva Perón de Argentina, Cats, sacado de los

poemas de T. S. Eliot, The Phantom of the Opera se derivó de la novela Le Fantôme

de l'Opéra escrito por Gaston Leroux, y Sunset Boulevard (de la película clásica del

mismo nombre). 

Los años 90 vieron la influencia de grandes corporaciones en la producción de

musicales. El más importante fue Disney, que comenzó a adaptar algunas de sus

películas musicales animadas (como Beauty and the Beast y The Lion King) y

también creó producciones teatrales originales como Aida con la música de Elton

John.

Hubo preocupación de que el gran público había perdido el gusto por el musical.

Uno de los escritores más importantes que intentó aumentar la popularidad de los

musicales entre un auditorio más joven fue Jonathan Larson, cuyo Rent (basado en

la ópera La Bohème) presentó un elenco joven y en cuya banda sonora influyó el

rock. El musical ha sido de un enorme éxito. El espectáculo es uno de los de más

larga duración en Broadway. Otros escritores que han intentado traer el gusto por

la música rock moderna al escenario incluyen a Jason Robert Brown, y el UK's

Komedy Kollective cuyo musical Restart combina el baile urbano con música no

tradicional

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El siglo veintiuno

Algunos productores han querido hacer cambios con producciones nuevas e

inusuales, como la Avenue Q (que utiliza a marionetas), Edit:Undo (un musical para

estudiantes por estudiantes), The 25th Annual Putnam County Spelling Bee (los

espectadores pueden hacer "abecedarios" en el espectáculo), o los Bombay

Dreams (sobre los musicales "Bollywood" producidos en serie por el cine indio).

Pero la mayoría prefiere acercarse a los revivals de obras familiares

como Wonderful Town o Fiddler on the Roof  o éxitos probados como la La Cage aux

Folles. Los compositores de hoy encuentran sus fuentes en material ya probado –

películas de culto como The Producers, Spamalot, o Hairspray; o literatura clásica

como Mujercitas y Drácula. Hay carencia de nuevos espectáculos de concepto.

El musical está siendo empujado en varias direcciones diferentes. Lejos están los

días cuando un único productor – un David Merrick o un Cameron Mackintosh –

apoyaba una producción. Los patrocinadores corporativos dominan Broadway. Los

teatros off - Broadway y regionales tienden a producir musicales más pequeños y

por lo tanto menos costosos, y en los tiempos recientes, el desarrollo de nuevos

musicales ha ocurrido cada vez más fuera de Nueva York. Wicked, por ejemplo, se

abrió primero en San Francisco, antes de que éste alcanzara Broadway, donde por

último tuvo su mayor éxito.

Parece también que el formato del espectáculo crece otra vez, como en Starlight

Express y más recientemente en Toronto, Canadá donde David y Ed Mirvish

presentaron el estreno mundial de  The Lord Of The Rings, considerada como la

producción en escena más grande en la historia del teatro musical. 

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Renacimiento de la película musical y los "musicales" de TV

Con Moulin Rouge (2001), Baz Luhrman reanimó la moribunda película musical.

Este fue seguido de una cadena de éxitos de películas, incluyendo Chicago en 2002

y Phantom of the Opera en 2004. High School Musical, en 2006, apeló a

adolescentes y espectadores adultos jóvenes. Los musicales animados de Disney y

otro musicales animados más adultos como South Park: Bigger, Longer &

Uncut o South Park: The Movie, prepararon el terreno para éstos. Además, India

produce numerosas películas musicales, "Bollywood" y Japón produce las películas

musicales "Animé".

Algunos programas de televisión recientes han puesto un episodio como un

musical (por ejemplo en Ally McBeal, Buffy the Vampire Slayer, Oz, Space Ghost

Coast to Coast) o han incluido escenas donde los personajes comienzan de repente

a cantar y bailar en un estilo de teatro musical, como en The Simpsons, South Park y

Family Guy. 

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Fuentes de información

Teatro musical, I: Broadway, de Pablo Gorlero (Emergentes Editorial)

www.broadwayworld.com

Manual del guionista de series televisivas, de Natxo López (T&B Editories)

Presentaciones en PowerPoint de Cristina Bernal.

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